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Situaciones molestas durante el embarazo que no implican anormalidad Prof. Dr. Ricardo Illia (UBA) Jefe Servicio de Obstetricia Hospital Alemán Consultor del Servicio de Obstetricia Sanatorio Güemes CABA MN: 53.104 Generalidades Al margen de las connotaciones sociales, afectivas, de pareja, etc, no podemos dejar de tener en cuenta que el embarazo es un hecho médico o si se quiere o prefiere, una situación médica. Hay innumerables cambios físicos en la embarazada que la ponen en situación de sobrecarga de funcionamiento de órganos vitales y por cierto, no hay razones para suponer apriorísticamente que todas ellas podrán tolerar semejante sobrecarga (para que se entienda, hay órganos como el corazón que tienen un aumento de la demanda de trabajo superior al 50%). Además, hay que tener presente que la edad de las embarazadas está en constante aumento, de modo que el impacto del embarazo es mayor. De hecho, cuanto mayor la edad de la embarazada, mayor la posibilidad de desarrollar durante la gestación algunas enfermedades para las cuales está predestinada a futuro (hipertensión arterial, diabetes gestacional, etc). La idea no es preocupar, sino tomar conciencia de que el concepto que el embarazo es un hecho siempre feliz, no tiene asidero. Tiene que haber un buen control preconcepcional, un buen control prenatal y asegurarse de cuál es la vía de nacimiento más segura para la madre y el feto. Primer trimestre En el imaginario popular está instalado el concepto idealizador del embarazo. Pero, ni bien este comienza, las cosas no son así. Se inician los cambios, y entre ellos los más molestos son los de intolerancia digestiva, intolerancia a olores, cambios en las preferencias alimentarias, decaimiento, sueño, cansancio, modificaciones del ánimo, es decir, nada de lo imaginado sucede. Son todas modificaciones no diríamos normales porque no es normal sentirse así (semánticamente hablando) pero, son situaciones habituales en esta etapa del embarazo. Lo más molesto son las nauseas y vómitos. Es un estado que afecta al 70% de las pacientes y es absolutamente esperable que ocurra. No significa nada malo siempre y cuando se mantenga en ese plano (hay situaciones muy poco frecuentes en las que el cuadro está francamente exacerbado y eso no es normal, pero tiene tratamiento). Desde un punto de vista filogenético, hay autores que aseveran que se trata de un reflejo natural para evitar que la embarazada ingiera sustancias potencialmente tóxicas para el embrión durante su formación. La cuestión es que está demostrado que por efecto de las grandes cantidades de progesterona producidas para sostener el embarazo, el aparato digestivo no funciona bien y el estómago se contrae menos para evacuar su contenido generando una sensación de saciedad precoz y permanente (no significa que no pueda ocurrir lo contrario). También hay un tema biológico, porque la hormona del embarazo es muy parecida bioquímicamente a la hormona tiroidea, de modo que algunos sostienen que se trataría de un estado de hipertiroidismo transitorio hasta que los niveles de subunidad beta disminuyan. Hay otros elementos implicados. El cuadro es más frecuente y más difícil de tratar en pacientes que de niñas se mareaban al viajar en cualquier vehículo poniendo en evidencia alguna tendencia neurológica (nada serio). También está lo cultural y que quiere demostrar la embarazada, de modo que esto también afecta la intensidad del cuadro. La cuestión es que se trata de algo muy frecuente, claramente molesto, que debe manejarse adecuadamente para que no se asocie a dolores de cabeza, disminuciones de la presión arterial y malestar general. Suele remitir espontáneamente alrededor de las 11 a 14 semanas para alivio de la embarazada. Puede haber alguna pequeña pérdida muy al principio del embarazo, cuando se produce la implantación del huevo en el útero. Conocido como Signo de Long y Evans, es solo eso. Una pequeña pérdida asociada a la implantación. El huevo no se pega al útero, se introduce en sus capas y puede comprometer alguna venita y justificar este escaso sangrado. Algunas pacientes refieren molestias pélvicas o laterales. Bueno, el útero está creciendo para dejar de ser un órgano pélvico y ser abdominal. Esto produce molestias por desplazamiento de órganos vecinos y en úteros posteriores por el contacto del útero contra el sacro. Paciencia, algún antiespasmódico y consultar con el obstetra si el dolor es insistente y lateral no habiendo comprobado que el embarazo está dentro del útero. Si se ha comprobado ecográficamente que el embarazo es intrauterino, lo más probable es que se trate de lo expuesto anteriormente (aunque hay excepciones). Segundo trimestre Ahora el útero ya es un órgano abdominal y aparece la panzita. Las molestias anteriores pueden aumentar por crecimiento uterino y mayor desplazamiento de órganos principalmente digestivos. Es frecuente que se manejen mal los gases, lo que se evidenciará por molestias generalmente laterales que van y vienen, pero no asociadas a pérdidas. El obstetra determinará la necesidad de medicación o no. Algo que preocupa frecuentemente a las pacientes es cuando van a sentir los movimientos del BB. Si es un primer embarazo, los movimientos aparecerán alrededor de las 20 semanas y en el caso de pacientes con embarazos anteriores, alguna semana antes. Primero son como cosquillitas muy leves que con el tiempo se van haciendo más intensas hasta hacerse netamente perceptibles e incluso con un poco más de panza, los movimientos hasta pueden verse como bultos que aparecen y desaparecen en la panza. En realidad esta es la mejor etapa del embarazo. La intolerancia digestiva ha desaparecido, el BB se siente generando el inicio del contacto y percepción madre-hijo y la panza todavía no ha crecido lo suficiente como para producir sobrecarga y más molestias. Bueno, lamentablemente ha llegado el momento de hablar de las hemorroides. Las hemorroides son solamente várices de las venas que drenan la sangre del recto y ano. A raíz del gran aumento del volumen de sangre circulante, de la dificultad que supone el útero grávido para el retorno venoso y la predisposición de algunas mamás para ello, aparecen dilataciones venosas en la zona (várices) que denominamos hemorroides. Generan sintomatología molesta como dolor, ardor, picazón, sensación de cuerpo extraño anal y hasta sangrado asociado a la evacuación intestinal. No van a mejorar mucho, dado que lo que las produce, se va a ir acentuando a medida que crece el embarazo. No hay que constiparse, mucho líquido, jugo de compota de ciruelas, la misma ciruela como fruta o desecada y recurrir al médico para evaluar algún laxante o vaselina para facilitar la evacuación, hacerla menos traumática y atenuar la sintomatología. Luego del nacimiento disminuirán sensiblemente en las primeras semanas y finalmente se evaluará ya alejados del nacimiento si está indicado o no algún procedimiento menor para su erradicación. Pueden utilizarse cremas específicas y hasta algún venotónico, pero como se dijo, solo se atenuarán. Hay un tema y es que pueden aparecer sensaciones contradictorias en la paciente motivadas por el temor a lo desconocido, a la futura exposición de su cuerpo al evento del nacimiento, dudas, etc. Esto es totalmente normal, además de depender de la personalidad de cada embarazada, la relación de pareja y su convicción de estar embarazada. No obstante, si esto se transforma más que inquietudes en cambios del estado de ánimo, hay que comunicarlo al obstetra para evaluar la situación. Una sugerencia importante a tener en cuenta es respetar la consejería del médico de cabecera y no los cometarios del resto. Estos comentarios suelen ser anecdóticos, infundados y atemorizan a la paciente. Hay que sacárselos de la cabeza y a lo sumo, preguntarle al obstetra sobre su certeza o no (por ejemplo, si tengo mucha acidez el BB va a ser peludito, etc). Como verán, esto no tiene ningún asidero. Y les dicen para colmo cosas peores. No hagan caso. Respeten los consejos médicos, y a medida que avanza esta etapa, se acercan al comienzo del curso de preparación anteparto, el cual despejará la mayoría de las dudas. Principalmente porque en ese ámbito se van a dar cuenta que a la mayoría les pasa lo mismo y tienen dudas semejantes. Tercer trimestre Bueno, ya estamos en pleno curso, a punto de recibirnos….. El útero pesa, impide o molesta al caminar. Esto ocurre porque las articulaciones se reblandecen preparando a la embarazada para el parto. El dolor puntual en el pubis es claro y obedece a estas razones. Esta es una articulación normalmente sin movimiento, pero, durante el embarazo adquiere cierto juego que genera una molestia muy puntual y es la responsable de lo que se denomina en el embarazo la marcha de pato, es decir, con las piernas semiabiertas por el peso de la panza y el dolor articular. De repente están tranquilas y uyyyyyy, un dolor abdominal o torácico agudo. Tranquilas, no se rompió nada. Es el BB que comprime algo y produce el dolor. Hay que recostarse, principalmente de algún costado y buscar la posición de reposo que haga que el BB se reacomode solo o que el dolor ceda o se atenúe. Otro tema que molesta y bastante son las diversas modalidades de dolor de espalda, desde dolores inespecíficos hasta la temida y molesta ciática. El tema es que sin darse cuenta, a medida que el útero crece, la mamá permanentemente (todo el día) está haciendo fuerza hacia atrás para corregir el centro de gravedad porque la panza la tira hacia delante. Este esfuerzo sumando al reblandecimiento articular ya mencionado, produce molestias de todo tipo. Hay que tomar períodos de descanso, hacer ejercicios de elongación (acostarse de costado y hacerse un ovillo), también funciona el calor local para relajar el músculo contraído, pero, nunca duerman con la almohadilla térmica, porque en algún momento con algún movimiento se va a correr la funda y se van a quemar. Es mejor utilizar las bolsas de gel para dolor lumbar, sostenidas por una faja, que nos permite tener calor más tiempo con el músculo en movimiento, así ayudamos a su relajación. Si no se logra mejoría, el obstetra evaluará la necesidad o no se sesiones de kinesioterapia. Hay una etapa, especialmente entre las 28 y 32-33 semanas, en las que van a sentir una revolución interna sensacional incluso asociada a algunas contracciones. Que pasa? Simplemente el BB se está dando vuelta. Esto puede durar 24, 48 o 72hs. Una vez que se acomodó, la revolución cesa, pero puede aparecer otro tipo de molestia si se ha puesto de cabeza. Es que en esta posición la cabecita del BB toma contacto directo con la vejiga materna. Esto produce aumento de la frecuencia miccional, levantarse de noche a orinar dos o tres veces. Todo normal. Del otro extremo, las piernitas pueden apretar el hígado, la vesícula, el intestino, produciendo molestias de todo tipo. Así que resumiendo, la sensación de confort en esta etapa ha desaparecido y las molestias diversas son cada vez más frecuentes pero no anormales. Luego de las 33 a 34 semanas, se van a hacer más frecuentes las contracciones uterinas, 8, 10 12 por día. Es que el útero se prepara para el parto. Es como que está ensayando. Lo importante es distinguir claramente que las contracciones no tienen ritmo, son esporádicas y generalmente ceden con el reposo. Así llegaremos hasta el término (luego de las 38 semanas) donde estas contracciones pueden expresarse a manera de salvas de contracciones. Primero cada 15’, luego cada 10, cada 5, un rato, media a una hora y luego ceden espontáneamente. Puede haber alguna pérdida de una sustancia gelatinosa mezclada con hilos de sangre. Bueno, eso es la pérdida del tapón mucoso. No necesariamente implica nacimiento inminente, pero sí que el cuello del útero ha iniciado sus modificaciones, por eso pierde su contenido. Hasta que finalmente llegue el momento; una contracción cada 5’ durante al menos 2 horas, con alguna pérdida de sangre o líquido asociada. Bueno chicas: es momento de ir a la Clínica.