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TEMA 1. SISTEMA SOCIAL Y MEDIO AMBIENTE
Introducción
1. Sistemas
2. Medio Ambiente y el ser humano
3. Sistema social y medio ambiente
3.1. Población, recursos y tecnología
3.2. Conocimiento, valoración y percepción
3.3. El conjunto institucional y el medio ambiente
BIBLIOGRAFÍA:
• CARPINTERO REDONDO, OSCAR (1999): Entre la economía y la naturaleza. Los libros de la catarata. Madrid.
• CONESA FERNANDEZ-VÍTORA, VICENTE (1997): Instrumentos de la
gestión ambiental en la empresa. Ed. Mundi-Prensa. Madrid-BarcelonaMéxico.
• JACOBS, MICHAEL (1991): La economía verde. Medio ambiente, desarrollo sostenible y la política del futuro. Ed. Icaria. Barcelona, 1996.
• LUDEVID I ANGLADA, MANUEL (1995) : El canvi global en el medi ambient, Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.
• MARGALEF, RAMÓN (1981): ECOLOGIA, Ed. Planeta, Barcelona.
• TERRADAS, JAIME (1971): ECOLOGIA, Hoy. Ed. Teide. Barcelona, 1980.
1
TEMA 1. SISTEMA SOCIAL Y MEDIO AMBIENTE
Introducción
A la hora de hacer frente a un problema medioambiental derivado de la actividad
económica humana, caben dos opciones:
a) Una primera, intentar introducir variables medioambientales, como por ejemplo una valoración un tanto aproximada del daño medioambiental producido,
para de esta forma internalizar dicho perjuicio en la función de producción de
la empresa. Así, el propio análisis económico tradicional sería capaz de ofrecer una respuesta a través de la acción del mercado.
b) O bien, adoptar otra perspectiva: aproximarse a las características del medio
sobre el que se está influyendo, aprendiendo de él e intentando que las acciones humanas lo perturben lo menos posible. Para una actitud de este tipo no
es suficiente el análisis económico tal como lo conocemos, ni siquiera enriquecido con variables medioambientales. Es necesaria una perspectiva multidisciplinar. Es decir, se requiere entender el funcionamiento del sistema natural sobre el que estamos trabajando y viviendo, para lo que necesitamos de diferentes disciplinas y conocimientos a la hora de tomar decisiones.
Se trata, en esta segunda opción, de aproximarse a la solución real de los problemas a base de verlos en toda su complejidad, no desde el punto de vista unilateral y
estrecho que nos ofrece la Economía tradicional. El camino a seguir debe ser, el estudio
de las contradicciones entre las leyes de funcionamiento de un sistema complejo y frágil
como es el natural y los intereses que mueven el comportamiento humano, es decir, el
sistema social.
Incluso aunque veamos los problemas exclusivamente desde un punto de vista
antropocéntrico nos interesa adoptar esta nueva perspectiva, si no lo hacemos corremos
el peligro, dada la irreversibilidad de muchos de los procesos o situaciones (cambios en
el medio ambiente global como: pérdida de la biodiversidad, calentamiento del clima,
etc.) de no poder rectificar a tiempo.
De aquí, que el primer paso que demos sea establecer claramente la perspectiva
de nuestro estudio, y esta es la de los sistemas.
1. Sistemas
Los cambios en el medio ambiente pueden ser provocados por causas naturales o
por causas humanas. Hasta finales del siglo XVIII, la influencia humana fue, en general,
a escala local y de pequeña magnitud. Solo a partir de la Revolución Industrial y, sobre
todo, en la segunda mitad del siglo XX, la humanidad ha tenido capacidad para modificar el medio ambiente a escala global. Hoy el hombre es el primer agente de cambio en
la corteza terrestre.
2
Lo primero que tenemos que saber para evaluar esta influencia es comprender
como funciona el planeta donde vivimos. La Tierra funciona como un sistema, o como
un conjunto de sistemas. ¿Qué es un sistema?: un sistema es un conjunto de elementos
interrelacionados entre sí, que existen dentro de un entorno1. Esto significa que los
cambios efectuados en cualquiera de sus componentes pueden difundirse y extenderse
por el conjunto de la Tierra, a través de una tupida red de interrelaciones.
Para dar el siguiente paso, tenemos que hablar previamente de dos conceptos
fundamentales. Existen dos formas de proceder en el ámbito científico, aparentemente
contrapuestas: el reduccionismo y el holismo.
•
El reduccionismo supone un método de investigación basada en el estudio
por separado de los elementos más simples, de tal manera que la totalidad se
conocería mediante la adición de los conocimientos adquiridos de todos los
componentes de una realidad. Este tipo de proceder, impulsado por la filosofía de Descartes, ha derivado en el aislacionismo entre disciplinas científicas,
y a partir de aquí a provocado conclusiones y actitudes erróneas.
•
El holismo se centra sobre todo en las relaciones entre las partes mas que en
los detalles, puesto que considera que los procesos complejos sólo pueden
comprenderse cuando se consideran en su conjunto. El enfoque holístico niega que el comportamiento y propiedades de un organismo o un sistema se
puedan obtener de las suma de comportamientos y propiedades de cada uno
de sus componentes. Afirma en cambio que existen lo que se llaman propiedades emergentes que son las que surgen del comportamiento global o sinérgico de todos los componentes y no están presentes en las partes por separado.
Aunque, el reduccionismo no se debe desechar del todo puesto que puede ser
útil, en algunos casos, para enriquecer el conocimiento de los elementos. Para pensar en
sistema tendremos que pasar de razonar en el simplificado paradigma cartesiano causaefecto a adoptar un enfoque holístico y una metodología diferente, que bien podría ser la
conocida como teoría de sistemas dinámicos o dinámica de sistemas, llamada por
Bertallanfy Teoría General de Sistemas. Esta establece que a partir de la observación y
el análisis de las relaciones e interacciones existentes entre las partes del objeto de
estudio, se puede establecer un modelo explicativo del comportamiento global del
mismo y de la evolución que tendrá en el tiempo, teniendo en cuenta que los cambios
que se produzcan a lo largo del tiempo producirán variaciones en los parámetros que lo
describen.
Algunas características de los sistemas serán:
-
Un sistema puede estar constituido por varios subsistemas y estos a su vez por
otros subsistemas de inferior rango, y así sucesivamente.
-
Los sistemas físicos tienen lo que se denomina frontera que separa lo que
pertenece o no al sistema, y entorno lo situado en el exterior de la frontera. A
mas intercambios con el exterior, un sistema será más abierto. Dichos inter-
1
El Diccionario Espasa amplía el concepto de sistema a campos no físicos: al conjunto de reglas o principios sobre una materia enlazados entre sí.
3
cambios ejercerán una influencia sobre el sistema. La capacidad de adaptación ante los cambios en el entorno variará de un sistema a otro, y cuanto mayor sea esta capacidad mayores serán las posibilidades de supervivencia. Conforme un sistema ve disminuir sus relaciones con el exterior y se cierra el sistema tiende a desaparecer.
-
Los sistemas abiertos reciben del exterior todo tipo de inputs o entradas (materiales, energía, financiación, trabajo humano, etc.) y emiten diferentes productos y residuos. Si en un sistema no se tienen en cuenta mas que los inputs
y outputs implicados sin detenerse en el proceso que tiene lugar y sus características, entonces estamos en lo que se denomina caja negra2. Cuando nos detenemos en la observación de los subsistemas internos su comportamiento, las
influencias que ejercen sobre el exterior, etc. el sistema se denominará caja
blanca.
-
Así como la frontera de un sistema es fácil de delimitar (separa lo que pertenece y lo que se queda fuera del sistema), el entorno (constituido por todos
los elementos medioambientales externos que influyen, pueden influir o se
ven influidos por el sistema) tiene una difícil delimitación geográfica, pues,
puede variar mucho según los elementos a los que se haga referencia (aire,
tierra, agua).
-
Pueden establecerse dos niveles de entorno: el entorno inmediato, de acción
directa, que incluye los factores que están relacionados permanentemente con
la actividad; y el entorno general, de acción indirecta, formado por los factores que interactuan con el sistema o actividad de forma indirecta. Hay que señalar que en todo caso la influencia puede ser en ambas direcciones desde el
sistema al entorno y desde el entorno al sistema, y que, la influencia que tenga una actividad sobre un elemento del entorno requerirá su estudio por un
experto en él, que será el único capaz de establecer los niveles para dicho
elemento.
La empresa podemos considerarla como un sistema mixto, ya que está formada, por una
parte de elementos físicos edificaciones, maquinaria, oficinas, empleados, etcétera), y
por otra parte de elementos abstractos o inmateriales (políticas, estrategias, relaciones
internas y externas, etc.) (Conesa, V. 1997).
La empresa es un sistema abierto recibiendo influencias:
- Del entorno político.
- Del entorno social.
- Del entorno económico
- Del entorno tecnológico.
- Del entorno medioambiental.
- Etc.
Si se considera la empresa como un sistema caja blanca, se analizará todo el proceso
productivo desglosado en sus diferentes partes y analizando sus necesidades de inputs y
2
El modelo económico neoclásico concibe el proceso de producción como una caja negra, pues hace
abstracción de él.
4
sus resultados tanto en cuanto a producto como en cuanto a emisiones producidas; para
de esta forma poder poner los correspondientes controles para corregir las desviaciones
que se puedan producir en la consecución de los objetivos.
2. Medio Ambiente y el ser humano
“La Real Academia de la Lengua define el Medio Ambiente como: “Elemento en que
vive o se mueve una persona, animal o cosa”; y también como: “ Conjunto de circunstancias físicas, culturales, económicas y sociales que rodean a las personas y a los seres
vivos”.
El Medio Ambiente es el entorno vital, o sea el conjunto de factores abióticos (fisiconaturales, estéticos, culturales, sociales y económicos) y de factores bióticos y tróficos
(parasitismo, predación, competencia, etc.), que interaccionan entre sí, con el individuo
y con la comunidad en que vive, determinando su forma, carácter, comportamiento y
supervivencia.
La idea de medio ambiente abarca, pues, más amplitud que la de ecosistema, ya que
además de los factores fisico-naturales del biotopo, incluye factores perceptuales y socioeconómicos, inherentes a la presencia del ser humano” (Conesa, V. 1997).
No existe un medio ambiente natural independiente del hombre, la naturaleza
sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y determina en un proceso
dialéctico de acciones e interacciones (Bifani, P. 1984). La relación entre el ser humano
y la naturaleza es un fenómeno social, espacial y temporal pues se realiza en cada sociedad concreta a partir de su herencia cultural e histórica. No hay posibilidad de aislamiento entre sociedad humana y naturaleza, es decir, entre el sistema natural y el sistema social hay una interrelación, y ambos forman parte de un todo.
El hombre es un producto de la propia biosfera y forma parte de ella. Así, los
sistemas humanos son parte de los sistemas naturales físicos. Desde su aparición, hace
mas de dos millones de años, el hombre ha modificado el sistema terrestre, esta interacción
hombre ecosistema circundante, no ha sido uniforme a lo largo del tiempo, sino que ha
cambiado. Según Margalef (1981), se puede dividir la historia ecológica del hombre en
tres edades: una edad antigua, que llegaría hasta el neolítico hacia el final del último período frío, cuando la agricultura empieza a generalizarse; una edad media, que iría ligada al
desarrollo de las civilizaciones basadas en la agricultura; y una edad moderna, que empezaría con la revolución industrial basada en el uso de la energía fósil. En las dos primeras
edades, incluso en gran parte de la actual hasta entrado el presente siglo, las perturbaciones
en los ecosistemas tenían carácter local, ahora el ser humano tiene una capacidad modificadora muy superior y la ejerce perturbando los equilibrios naturales a escala global.
El punto de partida de dicha actitud depredadora respecto al medio esta en el antropocentrismo que sitúa al hombre como destinatario del universo y por lo tanto de la naturaleza. El antropocentrismo ha sido la base del pensamiento humano durante cientos de años
en muchas culturas de todo el mundo. Incluso los propios naturalistas lo fomentaron al
calificar como sapiens a la especie humana.
5
Hoy en día, desde una perspectiva científica difícilmente se puede sostener que la
inteligencia sea un privilegio de la especie humana, aunque esta goce de ciertas ventajas
que la hacen única. En primer lugar, su grado de inteligencia es superior al de las otras
especies, y a esta inteligencia superior se le añade la facultad de hablar.
Tras el lenguaje, la capacidad para comunicar y el surgimiento y transmisión de la
cultura que cohesiona al grupo y convierte al ser humano en una especie social. Pero la
cultura también diferencia y separa a unas sociedades de otras constituyendo etnias y razas
con actitudes endogámicas.
Otra ventaja que ostenta el ser humano es el bipedismo, que libera las extremidades
anteriores de las funciones locomotoras convirtiéndolas en unas herramientas capaces para
una infinidad de nuevas tareas.
Cabe añadir además, que la especie humana es omnívora, lo que le permite una
amplia variedad de posibilidades para la alimentación y que le lleva a poder explotar cualquier recurso alimenticio.
Y es que incluso la manifiesta debilidad que constituye la indefensión durante un
largo período de las crías humanas, se ha transformado en "una gran ventaja: la herencia
cultural extrasomática que cada individuo recibe de sus progenitores encuentra un receptor
en fase de conformación que se hace cargo con una eficacia singular"3. Es decir, la fase de
indefensión se hace imprescindible para la transmisión de la información cultural necesaria
para la vida en comunidad.
Todas estas cualidades otorgan al ser humano una enorme adaptabilidad y una capacidad de transformación del entorno única, convirtiéndole en la especie mas competitiva
de todas, permitiéndole colonizar todos los rincones de la tierra. Aunque para ello haya
tenido que desplegar toda su inteligencia al construir los útiles necesarios (tecnología) para
su supervivencia y expansión.
De esta forma, la especie humana se ha convertido en el principal agente explotador de la biosfera. La explotación extrae del sistema el exceso de producción, impidiendo
su acumulación y frenando así el avance en la sucesión. Existe una contradicción fundamental entre explotación4 y sucesión.
Las primeras grandes transformaciones de los ecosistemas por el hombre tuvieron
como responsables a la agricultura y la ganadería. Al introducirse el forzado de excedentes en los sistemas naturales se distorsionaron cadenas tróficas y sucesiones esperadas,
se alteró la composición vegetal y la circulación de los nutrientes minerales. El exceden-
3
Folch, R. 1993: "L'objectiva singularitat de l'especie humana". En BIOSFERA 1.Planeta viu. Enciclopedia Catalana. Barcelona.
4
Margalef (1981) nos dice: "Toda explotación consiste en extraer algo de un ecosistema, o sea, comporta
una disminución relativa de la biomasa del ecosistema explotado. Si su producción no queda afectada de
manera negativa, automáticamente aumenta la tasa de renovación, cociente P/B (producción neta/biomasa) del ecosistema en cuestión. Esta tasa de renovación puede aumentar mucho si hay un gobierno o manejo intencionado del ecosistema para que dé su máximo rendimiento. En este caso se puede decir
que la selección ya no es natural, "en el interés del ecosistema", sino "en el interés del explotador", o sea,
del hombre, o bien que la nueva función que se maximiza ha de referirse al nuevo sistema ampliado hombre mas biosfera."
6
te apropiado permitió al ser humano multiplicarse mucho más de lo que inicialmente
hubiera sido posible.
A partir del siglo XIX con el triunfo de la ciencia y la tecnología, el hombre consigue una cierta domesticación de la energía y se inicia la llamada revolución industrial. Que
va a ocasionar la última transformación territorial y ecológica a gran escala provocada por
la humanidad.
Como consecuencia de la ideología y del desarrollo intelectual dominantes, la religión y la política van a contribuir de manera decisiva a dicha transformación, induciendo y
legitimando una actitud de dominio del hombre sobre la naturaleza ("id y dominad la Tierra").
La especie humana guiada por su ambición y su insensatez adopta una actitud insolidaria y devastadora respecto al entorno que la ha generado. Y se ve obligada a recurrir al
derecho para regular por vía jurídica dicha actuación antiecológica, puesto que amenaza
incluso a su propia supervivencia.
3. Sistema social y medio ambiente.
El sistema social se compone a su vez de los subsistemas político, económico, cultural y tecnológico, creados por el hombre. Manuel Ludevid (1995) nos señala que, población, recursos, tecnología, percepción/valoración individuales e instituciones, son los componentes de dichos subsistemas cuya evolución y actitud constituyen el origen del comportamiento perturbador de la sociedad respecto al ecosistema global.
Esto lo representa en una figura en forma de pirámide donde el nivel mas bajo infraestructural se situarían: población, recursos y tecnología, con una relación de interdependencia mutua. El segundo nivel estaría ocupado por un factor que aunque esta basado
en la anterior infraestructura se puede considerar como un tanto autónomo, nos estamos
refiriendo a la psicología, es decir, el modo personal o colectivo de percibir y valorar los
problemas medioambientales. Y en la cumbre, e influenciado por los anteriores niveles se
sitúa el conjunto institucional, tanto a nivel político como económico y social, de que se
dota dicha sociedad.
3r nivel
INSTITUCIONES POLÍTICAS
ECONÓMICAS Y SOCIALES
2n nivel
PERCEPCIÓN Y VALORACIÓN
1r nivel
POBLACIÓN, RECURSOS Y TECNOLOGÍA
7
organización
social
psicología
individual
Infraes. de
la sociedad
Cada una de estas variables se relaciona con el resto a través de una serie de procesos complejos, con distintos ritmos temporales de evolución y situados en ámbitos
espaciales muy diversos.
3.1. Población, recursos y tecnología.
Las llaves del cambio en el medio ambiente global han sido: El rápido crecimiento
actual de la población, y los modelos tecnológico y de consumo que se han desarrollado.
- El panorama poblacional al que nos enfrentamos a grandes rasgos se puede configurar como: una población cada vez mayor, mas envejecida en los países desarrollados,
con un crecimiento superior en los países pobres, cada vez mas concentrada en las ciudades (por lo tanto, mas consumidora de energía, más dependiente del transporte y más contaminante). Además, el fuerte deterioro de los medios de subsistencia y los conflictos armados en los países pobres están ocasionando fuertes y crecientes movimientos migratorios hacia las áreas ricas.
- Respecto a los recursos naturales, se considera que una cosa es un recurso cuando
un grupo de gente la percibe como valiosa. Un recurso solo existe si hay una demanda. Por
lo que los recursos son dinámicos temporalmente y su visión y valoración varía geográficamente.
Los recursos influyen decisivamente en el nivel poblacional; mediatizados por factores tecnológicos, culturales, económicos, políticos e infraestructurales, de los cuales
dependen para su desarrollo. Pero, son los hábitos de consumo despilfarradores de las sociedades ricas y la creciente desigualdad en las posibilidades entre distintos países, los
principales culpables de que se desborde la capacidad de sustentación del sistema natural.
Factores que intervienen en el desarrollo de un recurso:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
La tecnología disponible.
La disponibilidad de mano de obra cualificada
la existencia de unos precios internacionales favorables.
El tipo de política del gobierno del país propietario de los recursos.
El coste del suelo en el que se han de desarrollar los trabajos.
Las infraestructuras (especialmente de transporte) disponibles.
Las estrategias de las empresas explotadoras del recurso.
En los países ricos mas desarrollados, se pueden añadir dos factores más:
h) Las opiniones de los propietarios de suelo locales.
i) Las opiniones de los movimientos ecologistas y de los expertos en medio
ambiente.
- La tecnología tiene un doble papel, por un lado, ha sido la causante con su difusión de la sobreexplotación de los recursos naturales, y al mismo tiempo se confía en ella
como tabla de salvación ante el evidente agotamiento de las capacidades del ecosistema y
de los recursos naturales.
8
Una comparación de eficiencia entre las tecnologías humanas y la naturaleza, constata el atraso de las primeras frente a esta. La tecnología humana genera residuos en todas
las fases de su metabolismo, demostrando que la actividad económica es un sistema abierto
y de disipación, pues no dispone de mecanismos que cierren los ciclos reciclando los residuos. Esta función de reciclaje esta muy infravalorada económicamente por lo que se pierde gran cantidad de materia y de energía; es precisamente esta la principal ineficiencia de
la tecnología. La vía hacia la sostenibilidad que debe emprender la tecnología pasa por el
mayor acercamiento posible de forma progresiva hacia el funcionamiento de los ciclos
biológicos, en la conservación de la materia y la utilización de fuentes de energía renovables.
Ante esta problemática, existen tres tipos de comportamientos alternativos, aunque
la asunción de uno no descarta a los otros: poner límites al crecimiento de la población,
aumentar rápidamente los recursos y utilizar de forma mas eficiente los que tenemos aplicando nuevas tecnologías, o bien, cambiar el modelo de producción y la estructura y organización económicas a nivel global.
3.2. Conocimiento, valoración y percepción
"Es difícil darse cuenta de este riesgo. Es complicado entender una información científica
abstracta e incierta, percibirla de una forma correcta, y valorarla de manera que seamos
capaces de modificar nuestras conductas. Entre otras razones, porque nuestros sistemas
actuales de percepción y de valores no nos ayudan a entender el cambio global y a integrar
la conservación ambiental de la Tierra dentro de lo que los humanos consideramos valioso"(Ludevid, M. 1995).
En un segundo nivel explicativo del comportamiento de la sociedad respecto al
ecosistema se situaba el nivel de conocimiento, la valoración y la percepción que como
individuos y socialmente se tenga respecto al medio natural y respecto a las perturbaciones
que sus actuaciones ocasionan.
La ignorancia del peligro potencial de nuestra conducta juega un papel de primer
orden en ello. La inconcreción, la falta de evidencia clara y de experiencias personales o
colectivas sobre el tema explican, hasta cierto punto, el escaso conocimiento y la falta de
reacción ante esta problemática por parte del ciudadano. Pero, es la suma de acciones individuales precisamente la que produce los cambios a gran escala en la naturaleza.
La inseguridad y las discrepancias en el estamento científico en aspectos ambientales; la dificultad de percibir con los sentidos las consecuencias del cambio ambiental; la
lentitud de los fenómenos en manifestarse y el hecho de que cuando lo hacen ya es difícil
volver atrás; y el distanciamiento de la población urbana respecto a la naturaleza. Plantean
problemas de percepción y comprensión, que hacen de los medios de comunicación la
clave para evitar el gap temporal entre causas y efectos.
De hecho, en el imprescindible proceso de toma de conciencia es esencial el papel
de los medios de comunicación de masas. Teniendo en cuenta el peligro que supone el que
la idiosincrasia (sensacionalismo o fatalismo) y/o la posición ideológica del agente informador, que pueden ejercer influencias negativas o nada esclarecedoras sobre estos temas,
provocando un mayor alejamiento por parte del ciudadano. Otros mecanismos como la
9
difusión personal o el sistema educativo juegan también un papel fundamental en dicho
proceso.
Además, actitudes tan humanas como la inercia, atender solo a la experiencia
personal o local, la precipitación en el análisis, el confundir deseo con realidades, pensar
en el futuro como si fuese algo completamente ajeno a nosotros, quedarse en los detalles
sin profundizar en los factores básicos, la exageración, o la influencia de los prejuicios,
entre otras, actúan limitando la capacidad de actuación racional del individuo ante la
información que recibe.
El ser humano adopta su actitud en función, por un lado, de la experiencia y de la
información que perciba, y por otro, de sus valores personales. En materia medioambiental, los valores constituyen una indicación de lo que la gente cree que desea de las relaciones e influencias mutuas entre los sistemas humano y ambiental.
En la actualidad se asiste a un cambio de valores positivo respecto al medio, en la
medida que la preocupación por la calidad de vida en relación al medio ambiente es cada
vez mayor; cambio influido inevitablemente por contradicciones sobre todo en cuanto a la
conducta se refiere.
MANUEL LUDEVID (1995) cita a C. LÉVY-LEBOYER - Y. DURON5, en un cuadro donde
refleja el flujo de la información entre los hechos y la opinión pública.
(cada
significa un esquema cognoscitivo específico):
personas que toman
las decisiones
H
E
C
H
O
S
especialistas
científicos
medios de comunicación
de masas
opinión pública
grupos de acción
Y especifica que "son esencialmente los científicos los que detectan y analizan los hechos: de aquí
el papel principal de estos expertos. A partir de aquí, los informes de los científicos llegan a las
personas que toman las decisiones (políticos, empresarios, altos cargos de las administraciones), a
los medios de comunicación de masas, y a los grupos de acción ciudadana (organizaciones no
gubernamentales de carácter ambientalista o no, por ejemplo). Cada uno de estos grupos hace su
análisis y reelaboración y procura influir sobre la opinión pública con todos los medios a su alcance.
De acuerdo con la posición clave de los medios de comunicación, tanto los que deciden como los
grupos de acción procuran que reflejen sus puntos de vista, con una presión constante. Finalmente
hay que destacar una relación de feed back entre los medios de comunicación y la opinión pública,
de manera que las percepciones y los gustos de esta retroalimentan las prioridades de los diarios,
las radios y las televisiones" (Ludevid, M. 1995).
5
C. LÉVY-LEBOYER - Y. DURON (1991): "New Challenges for Psychology", en International Journal
of Psychology, vol. 26, núm. 5. p. 580.
10
3.3. El conjunto institucional y el medio ambiente
Toda sociedad humana consta de un conjunto de instituciones de todo tipo políticas, económicas y sociales que influyen sobre la toma de decisiones y la acción social y
cuyo estudio es imprescindible para entender las interrelaciones entre el hombre y el medio
natural.
- En primer lugar, tenemos las instituciones de tipo político, que definen la manera
en que los intereses individuales son traducidos en objetivos sociales, en leyes y en normas
reguladoras. Las principales son el Gobierno y el Estado, con un papel decisivo en el sistema económico existente.
A parte de estas instituciones, en el ámbito medioambiental tienen especial importancia las organizaciones políticas específicas cuyas tareas, cargadas de dificultades, serían
(Ludevid, M. 1995):
1. El establecimiento y la fijación de estándares o los puntos de referencia ambientales.
2. La autorización de las actividades: dar las licencias de actuación.
3. La auditoria y el control ambiental.
Como se ha demostrado históricamente, el régimen político de una sociedad va a
influir en la actitud de esta frente al medio. A mayor democracia mayor influencia de los
que mas directamente sufren la perturbación de los equilibrios naturales (el concepto democracia lo entendemos estrechamente relacionado con la variable información). Aunque,
el horizonte temporal con que trabajan los sistemas democráticos, guiados por los periodos
electorales, es excesivamente corto, frente al espacio temporal normalmente significativo
en el sistema natural.
En cuanto a las políticas a aplicar, se parte de una experiencia negativa en prácticamente todos los ámbitos. La mayoría de las políticas nacionales o internacionales han
sido incapaces, o poco deseosas, de desarrollar controles institucionales adecuados ante los
fracasos o los errores de los mercados en el terreno ambiental. En todos los países el aspecto medioambiental ha sido considerado secundario y subordinado a alcanzar las mayores
cotas de crecimiento económico posibles, menospreciando las consecuencias tanto sociales
como para el medio de ese crecimiento.
A la hora de establecer nuevas políticas, hay que tener en cuenta la prioridad de las
medidas de carácter internacional dado el carácter del daño que se pretende evitar. Para
ello el conjunto de instituciones internacionales actualmente existentes se muestran débiles
e insuficientes. Y, las políticas al establecerse en base a procesos negociadores tienen que
dar satisfacción a los distintos gobiernos y a sectores económicos y sociales afectados con
intereses muchas veces contradictorios y opuestos a la protección medioambiental. Un
factor que dificulta todavía más esta tarea es la gran distancia entre países ricos y pobres,
con una priorización de objetivos claramente diferente entre ellos.
Las políticas que cabe apoyar siempre serían las preventivas, evitando la degradación del medio antes de que se produzca, bien mediante cambios tecnológicos u organizativos, bien cambiando los inputs mas contaminantes o bien reduciendo al mínimo el uso de
11
estos. Y no confiar en las políticas a posteriori que generan problemas caros y de difícil
solución dada la interrelación entre los distintos componentes del sistema natural.
Una dificultad todavía mayor supone la aplicación efectiva de dichas políticas. Hay
que vencer múltiples resistencias, dentro de la propia administración, frente a intereses
industriales, e incluso ante intereses de la "defensa nacional".
En cuanto a las consecuencias económicas y sociales de la implantación de estas
políticas, siempre ocasionarán una nueva distribución de cargas y beneficios por lo que las
presiones políticas sobre su implantación será evidente. Lo que es extrapolable a las relaciones internacionales entre países ricos y pobres y al problema de la distribución intergeneracional.
La política medioambiental necesita de la ordenación jurídica en esta materia. Se
da pié así al surgimiento del derecho ambiental, entre cuyos fundamentos está la consideración legal y política de la titularidad de los recursos naturales y ambientales. Dado que al
pasar los bienes naturales de su consideración de libres a recursos claramente agotables, se
impone adoptar una clara titularidad de los mismos que impondrá restricciones a su uso.
Hay aquí un claro enfrentamiento entre intereses privados y su racionalidad explotadora e
intereses colectivos que sufren las consecuencias de dicha explotación.
- En segundo lugar, las instituciones económicas, tan influyentes o más que las
anteriores en los cambios medioambientales, constituyen los sistemas económicos que a su
vez determinan los modelos de producción, consumo y distribución de riqueza.
La principal institución económica en el mundo actual es el mercado. Y son precisamente las deficiencias intrínsecas a su funcionamiento la causa de la mayor parte de las
perturbaciones medioambientales que conocemos. Dentro de este, en cuanto a la oferta se
refiere, la producción o mejor dicho la transformación que realizan las actividades económicas es entendida como una caja negra donde entran inputs en el tiempo t0 y salen outputs
en t1, pero al margen de cualquier espacio físico o natural e incluso como un movimiento
mecánico inmutable al transcurrir del tiempo. Quedan fuera la valoración energética o de
otros recursos naturales no valorables monetariamente, así como los prejuicios causados
por los residuos de dicha actividad (Naredo, JM.1987). Es decir, el mercado en aras al beneficio individual sacrifica lo más rápidamente posible los recursos naturales, bienes considerados “libres” que se ve incapaz de valorar en términos monetarios.
El mercado es una institución creada a partir de la esencia egoísta del comportamiento del ser humano. Valora mas lo presente a lo futuro, no teniendo en cuenta a los no
presentes (generaciones futuras) y concibe al ser humano como el único con derechos. El
mercado se ve incapaz para ofrecer datos realistas sobre precios de los recursos agotables,
dado el carácter intergeneracional de estos stocks.
A estos aspectos que el mercado no ha podido integrar se le han denominado “externalidades” o efectos externos ambientales. El mercado provoca un proceso acentuado de
desplazamiento tridimensional respecto a estos costos: un desplazamiento espacial desde
los países ricos a los países pobres, un desplazamiento temporal de la generación actual a
las futuras, y un desplazamiento entre especies de la especie humana al resto de las especies. Este desplazamiento oculta la percepción del problema a las generaciones presentes
12
de los países ricos, pero a la larga dificulta su solución al favorecer una acción mas degradadora sobre la biosfera.
Por parte de la demanda, en los países ricos se ha impuesto un modelo de crecimiento económico basado en el aumento constante de esta. Se incentiva el consumo desde
todos los ámbitos, y este se basa en el uso intensivo de energía exosomática, generando el
agotamiento de los recursos no renovables y la degradación ambiental a través del vertido
de un volumen cada vez mayor de residuos. Todo tipo de actividad, desde el transporte,
pasando por la alimentación y labores domésticas, e incluso hasta el ocio, están orientadas
a elevar el volumen de energía y productos consumidos lo máximo posible, para obtener el
máximo de negocio y de beneficio privado. Además, esta tendencia difícilmente es combatida por el coste político que tal intención reportaría.
Este modelo de consumo es exportado hacia los países pobres, que lo intentan emular incluso por encima de sus posibilidades. Estos, aún con un nivel de consumo mucho
menor debido a su bajo nivel de renta, provocan unos efectos sobre el medio también muy
grandes. A su vez, la pobreza actúa favoreciendo la expansión de la población y su concentración en las grandes urbes y causando deficiencias infraestructurales, acumulaciones de
basuras, extensas deforestaciones, etc.
Tampoco los sistemas de contabilidad en los que se basa la gestión económica e
influyen decisivamente en la praxis de la política económica son capaces de recoger los
bienes que no sean apropiables monetizables y productibles (Naredo, JM.1987). Lo cual
limita el universo de lo económico, dejando fuera de si a la inmensa mayoría de componentes de la biosfera, demostrando lo artificial y alejado de la realidad de la institución
mercado
La otra institución económica decisiva (especialmente en los países ricos) en todos
los ámbitos de la realidad ambiental, es la empresa. Esta es un reflejo de la sociedad que la
genera y responde a las expectativas y deseos de la gente, operando bajo regulaciones de
los gobiernos.
La empresa tiene su fundamento económico en la maximización del beneficio monetario, aún a expensas de dejar fuera los costes de la destrucción del medio ambiente y de
los trastornos sociales. Se ha esperado que la conquista constante de nuevos mercados y la
capacidad de la tecnología ante los nuevos retos, serían suficientes para asegurar un crecimiento ininterrumpido.
Los problemas ambientales, han sido contemplados por las empresas de dos formas: en primer lugar, como un problema que no es suyo sino de los gobiernos, y en segundo, como un reto que puede ser superado siempre con un esfuerzo de innovación tecnológica, sin tener que modificar los modelos básicos de crecimiento económico y funcionamiento empresarial (Ludevid, M. 1995).
La actuación normativa y sancionadora gubernamental, la escasez de algunas materias primas y productos energéticos, la actitud del ciudadano como consumidor y también
la presión del mundo del trabajo por un mayor calidad de vida, están obligando a iniciar un
cambio en la actitud de las empresas. Sin embargo, algunas de las mas grandes optan por
trasladar su actividad mas degradadora del medio a lugares con menor nivel de protección
medioambiental.
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La raíz del problema, dada la mentalidad tradicional de la empresa, se sitúa en la
difícil compatibilidad entre rentabilidad económica y respeto por el medio ambiente. Todavía hoy, la mayoría de los empresarios consideran a las medidas de protección ambiental
como un sobrecosto tanto para su actividad productiva como para los propios consumidores. Siendo incipiente, aunque con tendencia claramente creciente, la tendencia a ver la
protección medioambiental como una vía mas de desarrollo empresarial.
En una perspectiva de corto plazo, las empresas deberían de adoptar una estrategia
minimizadora. Una actuación de este tipo requiere un análisis del proceso productivo de
cada empresa en el seno de una auditoria medioambiental, que sea capaz de reflejar todas
las interacciones que se establecen entre la actividad productiva y el medio físico: consumo
energético, consumo de recursos naturales, residuos que se generan, emisiones, etc.. Con
estos datos, el siguiente paso sería buscar una minimización en la utilización de los inputs
cuyo uso en el proceso productivo esté generando un efecto negativo sobre el medio físico.
Las alternativas son diversas, y abarcan desde la aplicación de una tecnología más adecuada, hasta la sustitución de dichos inputs por otros cuyos efectos no sean nocivos o bien la
reducción al mínimo de los que se utilizan con un efecto perverso sobre el medio.
La estrategia se completa con la aplicación de procesos correctores ante los efectos
principalmente de emisión que tendrían lugar en aquellas etapas del ciclo productivo imprescindibles, y cuyas posibilidades de perfeccionamiento (en el sentido ambiental) hayan
llegado al límite en las circunstancias y con los conocimientos técnicos actuales. Y con el
seguimiento y control de todas las fases de vida del producto desde su inicial diseño hasta
su vertido como residuo, pasando por el embalaje y la distribución.
Esta estrategia tiene a su favor que siempre será socialmente mas rentable y económicamente más barata que la búsqueda ex-post de soluciones ante problemas ya generados cuyas solución muchas veces es imposible creándose situaciones irreversibles o prohibitivas económicamente.
En suma, podemos concluir con Manuel Ludevid (1995) que la organización del
sistema económico es aún mas importante que el simple crecimiento de la población a la
hora de entender las causas del cambio global.
- Y, en tercer lugar tenemos las instituciones sociales. Estas son muy numerosas y
diversas. Influyen tanto en la formación de valores, creencias y estados de opinión de la
población, como ejerciendo presión hacia los poderes públicos y empresas. Sus efectos,
hasta la actualidad, en materia de protección medioambiental han sido mas bien escasos
habiendo chocado con fuertes dificultades.
Dentro de las instituciones sociales, y en relación al medio ambiente, ocupan un
lugar especialmente importante los medios de comunicación de masas, con un papel difusor-concienciador de primer orden, al echarse en falta en este ámbito precisamente el efecto de la experiencia personal. Para que dicha labor pueda ser lo mas independiente posible
de las manipulaciones políticas, huyendo de catastrofismos o de optimismos injustificados,
debería de realizarse en contacto con la comunidad científica; mediante un tratamiento
horizontal que sintetice puntos de vista de los ámbitos económicos, políticos, biológicos,
demográficos, geológicos, legales, químicos, psicológicos y físicos, lo que rompería a su
vez la tendencia a la parcelación de los acontecimientos.
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Otra institución social decisiva es el sistema educativo, este puede ayudar a comprender el papel del ser humano y de su sociedad en la naturaleza. Se trataría aquí de cambiar el sistema de valores prevaleciente, centrado en actitudes competitivas, consumistas y
en suma economicistas. Lo cual solo es posible si el conocimiento del medio ambiente es
introducido a todos los niveles curriculares en la escuela; rompiendo una parcelación excesiva como la actual (compartimentos estancos de las distintas materias) y enfocando la
enseñanza desde un punto de vista mas interdisciplinar, “solo un nuevo sistema educativo
transdisciplinar podrá ser capaz de explicar bien estos problemas” (Ludevid, M.1995). Y el
entorno social y familiar ayuda a que estos conocimientos se reflejen en actitudes; para lo
cual se hace imprescindible la colaboración del resto de instituciones sociales.
Un papel relevante aunque incipiente todavía es el que tienen los movimientos
sociales en los temas medioambientales6. Históricamente la acción reivindicativa de la
mayoría de los movimientos sociales ha girado entorno a la distribución de la renta,
pero sin cuestionarse el crecimiento económico ni la forma de conseguirlo. Estos movimientos todavía hoy son minoritarios aunque su influencia es creciente superando con
creces el escaso volumen de afiliación a los mismos.
Otro estamento social con influencia en la cuestión medioambiental es la comunidad científica cuya investigación está relacionada con estos temas. Está constituida
por un grupo de expertos fragmentado por disciplinas científicas, sobre todo entre las
ciencias sociales y las ciencias naturales y entre diferentes escuelas de pensamiento.
Este grupo ejerce poca influencia entre las personas e instituciones que toman las decisiones políticas y económicas. Pero tiene un papel clave que consiste en crear los conocimientos y la comprensión necesarios para que puedan actuar correctamente grupos de
interés público, organizaciones no gubernamentales y gobiernos. Existe también una
función de dirección intelectual y moral.
Lamentablemente todavía no existe un paradigma de investigación globalizador –
holístico- y transdisciplinar entre las llamadas ciencias naturales y las sociales o humanas,
que aproveche la amplia gama de conocimientos especializados necesarios para abordar las
influencias mutuas entre los sistemas humano, ecológico y físico que intervienen en los
cambios mundiales y que sea capaz de orientar las investigaciones hacia la resolución de la
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Manuel Ludevid (1995) clasifica los distintos movimientos ambientalistas de la actualidad en:
1. Los que tienen vocación política. Entre los que podemos incluir partidos “verdes” que con el ánimo
de intervenir en las instituciones políticas se plantean un movimiento político que incluye un amplio espectro de preocupaciones sociales, desde el pacifismo hasta el feminismo, pasando por la solidaridad
internacional, etc.
2. Los movimientos de tipo sectorial o específico. Cuyo ámbito de actuación se centra en uno o un pequeño número de aspectos concretos, por ejemplo la lucha antinuclear.
3. Los movimientos reivindicativos globales. Movimientos internacionales de reivindicación, que ejecutan una acción sistemática de protesta no violenta en cualquier parte del mundo, como vía de concienciación.
4. Los movimientos de consumidores. Que pueden tener una influencia notable en la actuación del ciudadano como consumidor y por lo tanto en el aspecto medioambiental del consumo.
5. Los movimientos indígenas. Movimientos ecologistas vinculados a la supervivencia de determinadas
poblaciones y formas de vida y de trabajo.
6. Las instituciones de investigación. Que trabajan en el ámbito del cambio global y del desarrollo sostenible.
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magna tarea de comprender y gestionar el cambio mundial. Tampoco la comunidad internacional de estudiosos y científicos está plenamente preparada para encontrar una vía de
desarrollo económica y ecológicamente sostenible.
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