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¿Qué es la jornada mundial de las comunicaciones sociales?
Escrito por Jesús de las Heras Muela - Director de ECCLESIA
martes, 29 de abril de 2008
Se celebra en toda la Iglesia desde 1967 en el día de la Ascensión del Señor,
este año domingo 4 de mayo.
"Para que se vigorice con creciente eficacia el multiforme apostolado de la Iglesia
en materia de medios de comunicación social, debe celebrarse cada año en todas
las diócesis del orbe, a juicio del obispo, un día en que se enseñe a los fieles las
obligaciones que tienen en esta materia, se les invite a orar por esta causa y a
entregar una limosna para este fin, la cual será empleada íntegramente para
promover, sostener y fomentar, según las necesidades del orbe católico, las
instituciones e iniciativas promovidas por la Iglesia en esta materia".
Este texto del Concilio Vaticano II es la "carta" de naturaleza y de constitución de
la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Es el número 18 del Decreto
conciliar "Inter Mirifica", el primero de los documentos del Vaticano II, junto a la
Constitución sobre Liturgia "Sacrosanctum Concilium", en ser aprobado, que lleva
fecha de 4 de diciembre de 1963. Es la única jornada eclesial creada por un Concilio
Ecuménico. Empezó propiamente su andadura unos años después, en 1967, una
vez concluida la magna asamblea eclesial del Vaticano II, el acontecimiento eclesial
más importante del siglo XX.
La génesis de esta Jornada eclesial
El Arzobispo de Sens, monseñor Stourm, recogiendo su propia opinión y el
parecer de otros muchos prelados, se dirigió al aula conciliar el 23 de noviembre de
1962 en la XXV Congregación General del Concilio. El Arzobispo francés afirmó
"sería muy deseable que se estableciera en todo el mundo el <Domingo de Medios
de Difusión> para crear conciencia entre los cristianos de su importancia y
necesidad de estudio".
Un año después, el Concilio aprobaba un decreto sobre los medios de
comunicación social, "Inter Mirifica", en uno de cuyos puntos se establecía esta
Jornada Mundial, como queda dicho. 1.960 Padres Conciliares votaron el texto a
favor, 164 en contra y 7 nulos.
Los Padres Conciliares pidieron asimismo la creación de una Pontificia Comisión
para los Medios de Comunicación, nacida del antiguo Secretariado para la Prensa y
los Espectáculos. El Decreto "Inter Mirifica" recoge esta petición en su número 19.
En el número 21, "Inter Mirifica", establece la creación de organismos adecuados al
respecto en las diócesis y en las naciones, confiándose la dirección de estos
organismos "a una Comisión especial del Episcopado o a un obispo delegado".
Tres años después, el primer Presidente de la Comisión Pontificia para las
Comunicaciones Sociales, monseñor Martín J. O´Connor, en marzo de 1967
escribía una carta en estos términos:
"En asunto de tanta transcendencia, solicitó (la Pontificia Comisión) el parecer de
los Presidentes de las Comisiones Episcopales de Medios de Comunicación
Social sobre el modo de llevar a efecto lo establecido en el número 18 del
decreto <Inter Mirifica>... Todos juzgamos que la celebración de la jornada
anual era un medio adecuado para suscitar en la Iglesia y en el mundo un
nuevo y saludable comportamiento social en la utilización de estos medios.
Casi todas las naciones establecieron su parecer favorable a que la
celebración de la Jornada tuviera lugar en todo el mundo en el mismo día, y
una buena parte indicó como más adecuado el domingo que sigue a la fiesta
de la Ascensión. En consecuencia, esta Comisión Pontificia sometió tal
indicación al juicio del Santo Padre, el cual ha querido aprobar la institución
de esta Jornada anual a partir del domingo después de la Ascensión de
1967".
Quedaba así formalmente confirmada e instituida la Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales. Se establecía asimismo su fecha y se marcaban sus
objetivos y características. Como recogía Ana María Enebral en estudio encargado
en 1974 por la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la
Conferencia Episcopal Española, las características principales de esta Jornada son
su procedencia oficial -conciliar y pontificia-, su ámbito universal y su naturaleza
pastoral y de diálogo y relación con la sociedad. Ana María Enebral subraya el
hecho de que ésta sea propiamente la única Jornada eclesial promovida por el
Concilio Vaticano II.
Por su parte, José Francisco Serrano Oceja, en el trabajo titulado "Los Obispos
españoles y las Comunicaciones Sociales”, apunta entre los objetivos generales de
esta Jornada, la formación de las conciencias, la exhortación a la oración y la
colaboración generosa de los cristianos, incluso en materia económica. Los
objetivos particulares de la misma son los que el Papa proponga en los Mensajes
para las distintas Jornadas de cada año y su asunción y prolongación y concreción
por parte de los Episcopados mundiales.
Precedentes en España
Es también José Francisco Serrano Oceja quien, en la misma obra ya citada, bucea
en los precedentes existentes en la Iglesia Católica en España a esta Jornada
Mundial. El primero de ellos aparece en 1904, en la Asamblea de la Buena Prensa
celebrada en Sevilla, y que instaura un día dedicado a la Buena Prensa. El Papa
Benedicto XV, que gobernó la Iglesia entre 1914 y 1922, autorizó la celebración del
día de la Prensa Católica, en carta de su Secretario de Estado, Cardenal Gasparri.
Antes, la Asociación de la Buena Prensa de España había redactado un "Manifiesto a
los católicos españoles" sobre el particular.
Años después, en 1933, la Conferencia de Metropolitanos de España reorganizó la
celebración del Día de la Prensa Católica, encargándosela a la Junta Nacional de la
Prensa Católica. Integraban esta Junta Nacional de Prensa Católica Ángel Herrera
Oria, José de Medina, Ildefonso Montero, Justo Jiménez, José Mª Taboada y
Alfredo López.
En 1954, en el marco de este Día de la Prensa Católica, la Junta Nacional de
Prensa Católica incluía entre sus objetivos la creación de una Agencia Católica de
Noticias. Poco después nacerá "Prensa Asociada", que desapareció en 1984. En
1991, la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social creó el Servicio
Integral de Comunicación (SIC), que desde 1992 ofrece su servicio de noticias
eclesiales.
La confirmación posterior de la Jornada
En el magisterio eclesial sobre Medios de Comunicación Social, junto al Decreto
Conciliar "Inter Mirifica", destacan otros dos documentos vaticanos: La instrucción
pastoral "Communio et progresio" de 1971, de la todavía Pontificia Comisión para
las Comunicaciones Sociales, y en 1992, "Aetatis Novae", del ya Pontificio Consejo
para las Comunicaciones Sociales. En febrero de 2005, semanas antes de fallecer,
el Papa Juan Pablo II, el gran Papa comunicador, firma la carta apostólica “El rápido
desarrollo”.
En 1988, con la entrada en vigor de la Constitución Apostólica "Pastor Bonus", de
reorganización de la Curia Vaticana, la Pontificia Comisión para las Comunicaciones
Sociales pasó a convertirse en Pontificio Consejo.
El citado Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales es autor asimismo de
otros dos destacados documentos, si bien son ya más específicos: "Ética en la
publicidad", de 1997, y "Ética en las Comunicaciones Sociales", de 2000. Con
anterioridad, en 1989, había publicado "Pornografía y violencia en los medios de
comunicación: una respuesta pastoral". En 1986, este Pontificio Consejo había
emanado un directorio para que se insertara en los estudios eclesiásticos y las
facultades teológicas una disciplina sobre medios de comunicación social, en
respuesta asimismo al número 16 de "Inter Mirifica".
Por lo que respecta, de nuevo, a la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales, la "Communio et progresio" se refiere en estos términos a la Jornada
Mundial de las Comunicaciones Sociales:
"El Concilio Vaticano II ha sugerido a este propósito una ocasión muy
propicia: la Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales. Todos
los que creen en Dios son invitados a celebrar con interés esta
Jornada de oración y estudio, de forma que en ella se examinen los
problemas más difíciles y las perspectivas de la comunicación social,
se reúnan profesionales y representantes de los distintos medios de
comunicación, se encuentren nuevos caminos y recursos para
suscitar obras y programas que así ayuden al progreso de la
humanidad. El Pueblo de Dios, tanto los Pastores como los fieles,
únanse animosamente a los intentos y esfuerzos de todos los
hombres de buena voluntad para que los instrumentos de
comunicación social sirvan eficazmente a la justicia, la paz, la libertad
y el progreso humano... Los organismos nacionales y diocesanos,
estrechamente relacionados entre sí, recabarán la ayuda de los
profesionales de la comunicación y de sus asociaciones, y les
facilitarán los documentos, orientaciones y ayudas que necesiten. En
cada nación celebrarán la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales y organizarán la colecta que el Decreto del Concilio aconseja
se haga en esta Jornada".
Con fecha 22 de febrero de 1992, festividad de la Cátedra del apóstol San Pedro, el
mismo Pontificio Consejo firmaba la Instrucción Pastoral "Aetatis Novae" sobre las
Comunicaciones Sociales en el vigésimo aniversario de "Communio et progresio".
En su 31, apartado "d", y en relación a la necesidad de establecer un plan pastoral
de comunicaciones, el documento pontificio dice textualmente que dicho plan
pastoral deberá tender a:
"Celebrar la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales como un
medio de promover la toma de conciencia de la importancia de las
comunicaciones sociales, y de apoyo a las iniciativas emprendidas por
la Iglesia en materia de comunicaciones".
Los "ejes" o "nervios" de la Jornada
En los textos recién citados y en los del Concilio y la carta del primer Presidente de
la Pontificia Comisión para las Comunicaciones Sociales tenemos ya descritos los
"ejes", la "columna vertebral" de esta Jornada eclesial. Desde el interés y la
interpelación ante el reto pastoral que suponen los modernos medios de
comunicación, dichos "ejes" o "nervios" de esta Jornada son los siguientes:
-- La toma de conciencia de la transcendencia actual de los Medios.
-- La oración.
-- El estudio y la reflexión.
-- La colecta y la colaboración económica en pro de los proyectos eclesiales
en Medios.
-- El ámbito o dimensión específicamente celebrativa de la Jornada.
-- El encuentro con los profesionales de los Medios y asociaciones y el debate
acerca de su papel y de su contribución a la justicia, la paz, la libertad y el
progreso humano.
-- La búsqueda de la colaboración mutua entre la iglesia y los MCS.
-- La programación pastoral y la coordinación.
-- La promoción y el apoyo a proyectos eclesiales en este campo.
-- El aprendizaje en la correcta utilización de los Medios.
-- Su celebración y organización tanto en el ámbito universal, como en el nacional
y en el diocesano.
Para el buen desarrollo y organización de la Jornada y la animación pastoral de las
Comunicaciones Sociales, y tal y como el Concilio Vaticano II apuntaba y prescribía
ya, deben desempeñar una tarea fundamental las Comisiones de Medios de
Comunicación Social de los Episcopados y las Delegaciones o Secretariados de
Medios de las diócesis. El Decreto "Inter Mirifica" dedica sus capítulos 20 y 21 a
estas cuestiones. Al final del mismo y en referencia a organismos episcopales de
ámbito nacional que deben crearse, el Concilio dice que han de participar también
en los mismos "seglares preparados en la doctrina católica y en la técnica propia de
cada medio".
La fecha de la Jornada
Como veíamos antes, el Concilio Vaticano II no fijaba una fecha concreta para esta
Jornada e incluso ésta queda al juicio del Obispo diocesano. Posteriormente, en la
citada carta de 1967 del Presidente de la Pontificia Comisión para las
Comunicaciones Sociales, se establece que la celebración de la Jornada sea el
domingo siguiente a la solemnidad de la Ascensión del Señor, recomendándose esta
misma y única fecha para toda la Iglesia.
Con el paso de los años, algunas Conferencias Episcopales hubieron de solicitar a
la Santa Sede el cambio en la fecha de celebración de la Jornada. El hecho de que
en distintos países, entre ellos España o Italia, la festividad de la Ascensión fuese
trasladada en la década de los años setenta al domingo siguiente a su
emplazamiento originario, fue una de las causas de dicha solicitud, atendida por la
Santa Sede.
En el caso de España, junto al motivo recién comentado, había otros para solicitar
el cambio de fecha: la proliferación de jornadas eclesiales en las solemnidades
litúrgicas de la Pascua y la tradición de celebrar primeras comuniones en el día de
la Ascensión. Todo ello dificultaba el buen desarrollo e impacto social y eclesial de
la Jornada.
La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia
Episcopal Española, previa aprobación de parte de su Asamblea Plenaria, trasladaba
en 1989 a la Santa Sede su deseo de que la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales se celebrase en la Iglesia Católica en España no el día de la Ascensión sino
el último domingo de abril. Cuando el último domingo coincidiese con el cuarto
domingo de Pascua, Jornada Mundial de oración por las vocaciones consagradas, la
Jornada de las Comunicaciones Sociales se adelantaría al anterior domingo de
abril.
Desde entonces y hasta hace media docena de años, nuestra Iglesia Católica en
España celebra en esta fecha la Jornada Mundial de las Comunicaciones. Este año
es el día 29 de abril. Quizás, sin embargo, los efectos benéficos y positivos que se
presumían con el cambio de fecha seguían sin haberse producido, al menos, de
manera netamente satisfactoria. Por ello, la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales ha vuelto a celebrarse en España el día de la Ascensión
Tres instrumentos privilegiados
Junto a todos estos objetivos y anhelos y para responder a ellos, la Jornada
Mundial de las Comunicaciones Sociales ha encontrado como instrumentos
privilegiados el anual mensaje del Papa, el lema también anual de la Jornada
y el mensaje, al menos en España, de la correspondiente Comisión
Episcopal.
La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales ha contado con mensaje papal
y con lema desde su instaurasen definitiva, en 1967. Es el mismo Papa, a través del
Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, quien establece dicho lema, que,
en algunas ocasiones, alude e inserta otros motivos de la actualidad o de la
celebración social o eclesial. Todos los años el lema se hace público en el mes de
octubre. El mensaje del Papa se entrega el 24 de enero, festividad de San Francisco
de Sales, patrono de los periodistas.
En España, la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social ha hecho lo
propio ininterrumpidamente desde 1968, siendo Presidente de la misma el entonces
Arzobispo de Zaragoza, monseñor Pedro Cantero Cuadrado. A él le han sucedido,
a partir de 1972, al frente de esta Comisión Episcopal, organizadora de las Jornadas
Mundiales de las Comunicaciones Sociales, monseñor José Mª Cirarda Lachiondo
(1972-1978), monseñor Antonio Montero Moreno (1978-1987 y 1993-1999),
monseñor Joan Martí Alanis (1987-1993), monseñor José Sánchez González
(1999-2005) y desde el 9 de marzo de 2005, monseñor Juan del Río Martín.
Del magisterio de los Obispos españoles en las Jornadas Mundiales de las
Comunicaciones Sociales versa el interesante libro ya citado de José Francisco
Serrano Oceja, editado el otoño de 2000 por la Comisión Episcopal de Medios de
Comunicación Social.
Los lemas de la Jornada
Ofrecer los lemas de las distintas Jornadas Mundiales de las Comunicaciones
Sociales tiene no sólo un interés a título de inventario o elenco, sino que posibilita
con la simple lectura de sus enunciados, los contenidos, expectativas, afanes y
anhelos de las mismas. Los lemas de esta Jornada nos la definen y nos la
caracterizan de modo espléndido y completo. Se complementan, en algunos casos,
como apuntamos antes, con la inclusión de algunas otras inquietudes o
celebraciones ocasionales de la Iglesia y de la sociedad. Los lemas de estas hasta
ahora treinta y cuatro Jornadas son estos:
1967: "Prensa, Radio, TV y Cine para el progreso de los pueblos".
1968: "Los Medios de Comunicación, vehículo de la Fe".
1969: "Los Medios de Comunicación y la Familia".
1970: "Las Comunicaciones Sociales y la Juventud".
1971: "Comunicación Social y Unidad entre los hombres".
1972: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la Verdad".
1973: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la afirmación y
promoción de los valores espirituales".
1974: "Las Comunicaciones Sociales y la Evangelización del mundo".
1975: "Las Comunicaciones Sociales y la Reconciliación".
1976: "Los Medios de Comunicación Social ante los derechos y deberes
fundamentales del hombre".
1977: "Publicidad
responsabilidad".
en
la
Comunicación
Social:
Ventajas,
riesgos,
1978: "Derechos y deberes del hombres como receptor de los Medios
de Comunicación Social".
1979: "Las Comunicaciones Sociales por la tutela y promoción de la infancia
en la familia y en la sociedad".
1980: "Papel de las Comunicaciones Sociales e incumbencias de la familia".
1981: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la libertad
responsable de los hombres".
1982: "Los Medios de Comunicación Social y los problemas de la tercera
edad".
1983: "Las Comunicaciones Sociales al servicio de la paz".
1984: "Las Comunicaciones Sociales, instrumentos de encuentro entre fe y
cultura".
1985: "Los Medios de Comunicación Social y la promoción cristiana de la
juventud".
1986: "Comunicaciones Sociales y formación cristiana de la opinión pública".
1987: "Las Comunicaciones Sociales al servicio de la justicia y de la paz".
1988: "Comunicaciones Sociales y promoción de la solidaridad y la
fraternidad entre los hombres y los pueblos".
1989: "La religión en los Medios de Comunicación Social".
1990: "El mensaje cristiano en la actual cultura informática".
1991: "Los Medios de Comunicación Social por la unidad y el progreso de la
familia humana".
1992: "La proclamación
Comunicación
del
mensaje
de
Cristo
en
los
Medios
de
Social".
1993: "Vídeos y casetes en la formación de la cultura y de la conciencia".
1994: "Televisión y familia: criterios para saber mirar".
1995: "El cine, transmisor de cultura y de valores".
1996: "Los Medios de Comunicación Social: nuevo ámbito de promoción de
la dignidad de la mujer".
1997: "Comunicar a Jesús: el Camino, la Verdad y la Vida".
1998: "Animados por el Espíritu, comuniquemos la esperanza".
1999: "Los Medios de Comunicación, presencia amiga para quien busca a
Dios".
2000: "Anunciar a Jesucristo en los Medios de Comunicación en el alba del
tercer milenio".
2001: "Anunciar desde la azoteas el evangelio en la era de la comunicación
global".
2002: "Internet, un nuevo foro para la proclamación del Evangelio".
2003: "Los Medios de Comunicación al servicio de la auténtica paz a la luz
de la <Pacem in terris>".
2004: "Los Medios en familia: un riesgo y una riqueza".
2005: "Los Medios de Comunicación al servicio del entendimiento entre los
pueblos".
2006: "Los Medios, una red de comunicación, comunión y cooperación".
2007: “Los niños y los medios de comunicación social: un reto para la
educación”.
2008: “Los medios entre el protagonismo y el servicio: buscar la verdad
para compartirla”.
Instrumentos y acciones pastorales
En España, la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación (CEMCS) es la
organizadora de esta Jornada, que llega a las diócesis a través de las respectivas
Delegaciones o Secretariados. La CEMCS prepara todos los años para la Jornada
cartel, catequesis propias, materiales didácticos, carpeta pastoral, subsidios
litúrgicos... Las Misas de RTVE de ese día se transmiten desde algún lugar
vinculado con los Medios de Comunicación de la Iglesia y estas Eucaristías,
especialmente la de TVE, suelen ser presididas por alguno de los Obispos de la
CEMCS.
En las diócesis, en torno a esta Jornada, puede haber ruedas de prensa previas,
encuentros del Obispo y de su equipo de Comunicaciones Sociales con los
profesionales de los medios, charlas y conferencias sobre el tema... La colecta de
esta Jornada entra dentro de las denominadas "colectas imperadas". No obstante,
no ha calado lo suficiente entre los responsables de las parroquias y comunidades
ni entre los fieles.
Los santos patronos y los intercesores
Desde tiempos del Papa Pío XI (1922-1939), el Obispo franco-suizo de los siglos
XVI y XVII, San Francisco de Sales, escritor y teólogo, es el patrono de los
periodistas. Su memoria litúrgica se celebra el 24 de enero. Su festividad está muy
arraigada en la profesión periodística, tanto a través de los distintos medios de
comunicación como mediante las Asociaciones, Colegios o Colectivos de Prensa.
El Papa Pío XII (1939-1958) nombró a Santa Clara de Asís patrona de la
televisión. La festividad de Santa Clara es el 11 de agosto. La difusión de este
patronazgo, su popularidad y su celebración entre los profesionales de la televisión
es apenas existente.
En la actualidad, se está buscando patrono a Internet, que bien podría ser San
Isidoro de Sevilla. El patrono del cine es San Juan Bosco y el arcángel San
Gabriel, el de la radio, si bien tampoco estos dos patronos formales suscitan tanta
celebración entre la profesión como San Francisco de Sales, entre los periodistas.
A estos patronos de las Comunicaciones Sociales podríamos añadir los especiales
protectores. Entre ellos, debería ocupar un puesto relevante San Maximiliano Mª
Kolbe, fraile francisco conventual polaco, martirizado en Auschwitz en 1941. Fue
un gran promotor de la prensa católica, que utilizó de manera muy habitual y
fecunda para difusión de sus obras apostólicas. Periodista católico era el fraile
holandés carmelita calzado Tito Brasman, mártir también en campos de
concentración nazis. Es Beato.
A ellos hay que añadir con todos los honores al también Beato Santiago
Alberione, el más caracterizado apóstol de las Comunicaciones Sociales del siglo
XX. En su alba, en la vigilia del 31 de diciembre de 1900 al 1 de enero de 1901,
siendo joven seminarista, sintió la inspiración de lo alto para fundar la Familia
Paulina, cuyo carisma es la evangelización a través de los medios de comunicación.
Suya es la frase, hecha vida en su caso, "evangelizar a los hombres de hoy como
los medios de hoy".
Igualmente debería figurar en este elenco de honor de especiales intercesores de
los Medios de Comunicación Social el Apóstol San Pablo, todo un modelo de
comunicador ardiente, fecundo e incesante. ¡Ojalá que pronto podemos incluir en
este elenco al periodista seglar español Manuel Lozano, “Lolo”! Ya es venerable,
la Iglesia ha reconocido sus virtudes heroicas y se estudia el milagro obrado por su
intercesión que puede llevarle muy pronto a los altares.
El Papa Juan Pablo II es considerado por muchos como uno de los más grandes
comunicadores de las últimas décadas. En su Carta Encíclica de 1991 "Redemptoris
missio" dedica destacados párrafos a la evangelización a través de los mass media.
Su antecesor, Juan Pablo I, el Papa efímero de la sonrisa y de la sencillez
evangélicas, nos legó, antes de su elección pontificia en 1978, el espléndido libro
"Ilustrísimos Señores", recopilación de cartas y escritos suyos en la prensa
veneciana. Su estilo literario es sencillo, ágil, fresco, directo, vivo, "periodístico". El
Papa Luciani sucedió en el solio de Pedro a Pablo VI. El padre del Papa Montini fue
periodista. Pablo VI siempre se sintió muy interesado e interpelado por los Medios
de Comunicación. Él pronunció la frase profética "la iglesia se sentiría culpable si no
emplease los medios modernos de comunicación social". También Benedicto XVI
es muy consciente de la importancia de la sociedad de la Comunicación y de la
necesidad de su evangelización y de evangelizar desde ella.