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Trabajos y ensayos Número 1 (enero de 2005) Publicación de los alumnos del programa de doctorado Cooperación, Integración y Conflicto en la Sociedad Internacional Contemporánea 11 Septiembre y la continuidad del sistema internacional Jesper Bejer 1. INTRODUCCION El 11 de septiembre de 2001 un ataque terrorista fue transmitido en directo a todo el mundo. Las nuevas tecnologías de la comunicación convirtieron el ataque en un acontecimiento global: aquel día, ni el espacio ni el tiempo importaban, era posible seguir los dos aviones estrellándose contra las Torres Gemelas desde cualquier punto del planeta. Pero el 11 de septiembre del 2001 no sólo será una fecha en los libros de historia debido a la transmisión a todo el mundo de estos acontecimientos. El mundo ya había seguido unos Juegos Olímpicos en directo por televisión antes del 11 de septiembre del 2001. Lo nuevo, era el acontecimiento en sí mismo, además de su transmisión global. Civiles, que no pertenecían a ningún ejército, atacados por otros civiles con algo tan civilizado como un avión de pasajeros. Además de atacar civiles, los terroristas habían elegido el símbolo del capitalismo occidental, las Torres Gemelas, el centro del poder militar mas fuerte del mundo, el Pentágono y un objetivo que todavía se desconoce. Cerca de 3.000 personas murieron. Aunque los servicios de inteligencia occidentales y, en particular, los de los Estados Unidos hubieran estudiado la literatura de la disciplina Relaciones Internacionales con mucho cuidado no habrían tenido muchas posibilidades de prever el ataque. Para las ciencias sociales el ataque era una sorpresa. Muy poca literatura sobre el terrorismo transnacional había sido publicada dentro del área de las Relaciones Internacionales antes el 11 de septiembre 2001.1 Robert D Kaplan ya había advertido del peligro que implicaba el mundo, aparentemente seguro, desde el final de la Guerra Fría: 1 T. Risse, “Das grosse Schweigen? Vier Thesen zum 11. September 2001 und seinen Folgen fur das Fach International Beziehungen”, paper preparado para la Conferencia de la Asociación Alemana de Ciencia Política (Kongress der Deutschen Vereiningung fur Politische Wissenschaft), Mainz, 22-25 Septiembre 2003; D Leheny “Symbols, Strategies, and Choices for International Relations Scholarship After September 11”, Dialog-IO, spring 2002, p. 58. (http://mitpress.mit.edu/catalog/item/default.asp?sid=344BA2EE-1CB9-483C-9B86CC90B5FAC21D&ttype=4&tid=36&xid=13&xcid=790) 1 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional “Avoiding tragedy requires a sense of it, which in turn requires a sense of history. Peace, however, leads to a preoccupation with presentness, the loss of the past and a consequent disregard of the future. This is because peace by nature is pleasurable, and pleasure is about momentary satisfaction. In an era of extended domestic peace, those who deliver up pleasures are the power brokers. Because peace is inseparable from convenience, convenience becomes the vital element of society”2. La pregunta era si los Estados habían llegado a considerar la seguridad en el mundo posguerra fría como algo natural, por lo menos dentro del área de OCDE. El ataque, que fue una sorpresa para la disciplina de las Relaciones Internacionales al igual que para las autoridades políticas y que además acabó con la vida de 3.000 personas, hace necesario preguntarse: ¿Cómo pudo pasar? ¿Por qué lo hicieron (los terroristas)? ¿Por qué nadie había previsto el ataque? ¿Qué consecuencias tiene el ataque para la política mundial y para la disciplina de Relaciones Internacionales? Y, ¿ha cambiado el funcionamiento del sistema internacional? Estamos buscando repuestas a preguntas fundamentales sobre el funcionamiento del sistema internacional. Preguntas que, en gran medida, son similares a las que se preguntaron después del fin de la Guerra Fría. En ambos casos un acontecimiento no previsto hace necesario preguntarse sobre ideas fundamentales para el entendimiento del sistema internacional. Pero, mientras que el fin de la Guerra Fría inspiró un gran número de debates sobre el status de la disciplina de Relaciones Internacional, algo similar no ha pasado después del 11 de septiembre.3 El objetivo de este artículo es analizar si hay que cambiar nuestro entendimiento del funcionamiento del sistema internacional. Se van a debatir dos temas. Primero si los conceptos realistas del sistema internacional siguen siendo útiles y segundo, si la interacción entre los Estados sigue estando dirigida por los mismos mecanismos. 2 R. D. Kaplan, The Coming Anarchy. Shattering the Dream of the Post Cold War, New York, Vintage Books, 2000, p. 172. 3 T. Risse, “Das grosse ....”, op. cit., p. 1. 2 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer 2. Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional EL SISTEMA INTERNACIONAL No hay una descripción del sistema internacional sino varias. Y las diferencias entre los diferentes enfoques no son pequeñas sino inconsumibles. Así pues, hacer una descripción del sistema internacional implica elegir uno u otro enfoque; el enfoque que cada uno elija deberá depender del objetivo de la descripción del sistema internacional. Como en este artículo el objetivo es discutir si algo fundamental ha cambiado en el sistema internacional parece más lógico elegir el enfoque que durante los últimos 25 años ha tenido un estatus quasihegemónico, el neorrealismo.4 Según el neorrealismo, el sistema internacional está definido por su estructura y sus unidades. Las unidades actúan bajo la presión estructural, cómo la estructura favorece ciertas maneras de actuar y castiga a otras.5 La estructura del sistema internacional tiene tres características: Primera, los principios de organización. Según Waltz el sistema internacional es anárquico (en lugar de jerárquico), es un sistema descentralizado que, al contrario de la vida interna de los Estados, no tiene un actor central con un monopolio del uso legítimo de violencia.6 Segunda, las características de las unidades. El neorrealismo define los Estados como las unidades del sistema internacional. Todos los Estados tienen el mismo objetivo fundamental: sobrevivir como unidades independientes. Según el neorrealismo, los grandes poderes son los actores más importantes, y por lo tanto la estructura del sistema internacional está definida por esos grandes poderes.7 Tercera. La distribución de capacidades. La distribución del poder entre los Estados más fuertes define el tipo de sistema internacional, es decir, si es bipolar o multipolar. 8 El sistema internacional, por lo tanto, está compuesto por una estructura y sus unidades. La estructura es anárquica, las unidades principales son los Estados, y los diferentes sistemas internacionales se distinguen por la distribución de poder entre los Estados más fuertes. 4 Ïbidem. p. 1. K. N. Waltz, “Reductionist and Systemic Theories” en R O Keohane (ed), Neorealism and its critics, New York, Columbia University Press, 1986, pp. 62-67. 6 K N. Waltz, “Political Structures” en R O Keohane (ed), Neorealism and its critics, New York, Columbia University Press, 1986, pp. 81-87. 7 Íbidem., pp. 87-92. 8 Íbidem., pp. 92-94. 5 3 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional ¿Sigue siendo éste un enfoque útil después el 11 de septiembre? La pregunta se analizará preguntado primero cuál es el enfoque del Estado más fuerte, Estados Unidos, en el mundo post-11 de septiembre y, luego, discutir cómo ese enfoque corresponde al funcionamiento del sistema internacional post-11 de septiembre. 3. EL ENFOQUE DEL SISTEMA INTERNACIONAL DESDE ESTADO UNIDOS El ataque a los Estados Unidos del 11 de septiembre causó un debate sobre el futuro del orden internacional. ¿Cómo iban a contestar los Estados a la nueva amenaza del terrorismo transnacional? ¿Quiénes iban a ser los actores claves en las relaciones internacionales? La pregunta fundamental era si el orden internacional posguerra fría sólo iba a existir 12 años. Los Estados Unidos contestaron inmediatamente al ataque con la intervención en Afganistán. Un año después, en septiembre de 2002 se publicó la nueva Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos. La nueva Estrategia señaló cuáles eran las amenazas más importantes para la seguridad de los Estados Unidos y cómo los Estados Unidos iban a controlar o a eliminar esas amenazas. La guerra contra Irak era la primera vez que la nueva Estrategia Nacional de Seguridad fue aplicada en la práctica. Cayó el régimen de Saddam Hussein que, según el gobierno de los Estados Unidos, era una amenaza para la sociedad internacional y para los Estados Unidos. 3. 1. La Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, Septiembre 2002 Un año después del ataque terrorista a los Estados Unidos, se publicó la nueva Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos9. En el prólogo, el presidente Bush señala el objetivo global de la política exterior de los Estados Unidos: extender la paz instigando sociedades libres y abiertas en todos los continentes. Según el presidente, las amenazas principales son las redes de terrorismo que pueden causar caos y sufrimiento en los Estados Unidos y la proliferación de armas de destrucción masiva. Los enemigos de los Estados Unidos han declarado que quieren armas de destrucción masiva. Los Estados Unidos van a contener esos regímenes. Pero también “as a matter of 9 The White House, The National Security Strategy of the United States of America, Septiembre de 2002. 4 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional common sense and self-defense, America will act against such emerging threats before they are fully formed”10. Por lo tanto, las amenazas han cambiado. El problema ya no son los ejércitos de los enemigos que quieren invadir y ocupar el territorio estadounidense11. Los actores que serán objetivo de la política exterior de los Estados Unidos son los terroristas, los Estados desde donde actúan los terroristas y los “rogue states”. La Estrategia construye una relación entre los rogue states y el terrorismo transnacional.12 El argumento es que los rogue states apoyan el terrorismo transnacional a nivel global. Para combatir las dos nuevas amenazas la Estrategia señala dos “nuevos” medios: el unilateralismo y la guerra preventiva. El unilateralismo no es algo nuevo en la política exterior estadounidense. Como explica Joseph Nye, unilateralismo y multilateralismo son dos fines de una línea continúa13. Ningún estado sigue exclusivamente una estrategia multilateral o unilateral. El gobierno de William Clinton ya siguió una estrategia unilateral en muchos aspectos – pero no en la medida en que se ha visto después del ataque del 11 de septiembre de 200114. En la Estrategia de septiembre de 2002 se dice que Estados Unidos va a intentar buscar el apoyo internacional pero que, si es necesario, actuará solo.15 Otro elemento nuevo es el concepto de la guerra preventiva. Se dice en la Estrategia que los Estados Unidos van a lanzar ataques preventivos contra terroristas para prevenir que hagan daño a los Estados Unidos16. Además, los Estados Unidos tienen que parar los a rogue states y “their terrorist clients” antes de que sean capaces de amenazar o usar armas de destrucción masiva17. El argumento es que los rogue states y las redes terroristas no siguen la misma lógica que, por ejemplo, la Unión Soviética18. La Unión Soviética se podía desalentar. Pero las redes terroristas y los “rogue states” están más dispuestos a asumir riesgos y, por eso, no funciona la amenaza de tomar represalias contra, por ejemplo, Irak si éste usara armas nucleares. Por lo tanto, la lógica tradicional del sistema internacional según la cuál una balanza de amenazas o de poder evitó la guerra, ya no funciona. Es necesario que los Estados Unidos lancen ataques preventivos. 10 Íbidem., prologo. Íbidem, p. 1. 12 Íbidem., p. 14. 13 J. S. Nye, ”U.S. Power and Strategy After Iraq”, en Foreign Affairs, July-August, 2003, p. 3. 14 S. Smith, “Unanswered Questions” en K Booth & T Dunne (eds), Worlds in Collision. Terror and the Future of Global Order, New York, Palgrave MacMillan, 2002, pp. 57-58. 15 The White House, The National ...., op. cit., p. 6. 16 Íbidem., p. 6. 17 Íbidem., p. 14. 18 Íbidem, p. 15. 11 5 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional En definitiva, las amenazas han cambiado. Ya no son grandes ejércitos de otras grandes potencias. Son el terrorismo transnacional y la proliferación de armas de destrucción masiva. Los actores detrás de las nuevas amenazas son las redes de terrorismo transnacional, los Estados desde donde actúan los terroristas y los rogue states. Dos medios para proteger la seguridad de los Estados Unidos ocupan un papel clave: el ataque preventivo y el unilateralismo. El unilateralismo no es nuevo, pero tiene un papel más fuerte que antes. Por lo tanto, en dos temas fundamentales, el enfoque de los Estados Unidos no sigue el esquema del neorrealismo: Primero, actores no-estatales ocupan un lugar importante y los otros grandes poderes tienen una importancia muy por debajo de lo que nos haría esperar el neorrealismo, y segundo, los Estados Unidos consideran que diferentes Estados actúan de maneras diferentes. Estados como Irak no entienden el idioma de la política internacional – poder, amenazas, etc. – y actúan de una manera irracional lo cual hace necesario actuar de una manera diferente por parte de los Estados Unidos. Pero, ¿es así, que contra unos Estados medios son necesarias guerras preventivas por que no actúan de una manera racional? Y, ¿es cierto que la guerra contra el terrorismo transnacional no se puede entender dentro de un enfoque neorrealista? Si el neorrealismo sigue siendo un enfoque útil, debemos poder argumentar que la estrategia de seguridad de los Estados Unidos no responde a la presión estructural del sistema internacional y, por lo tanto, esperar que, dentro de poco, la estructura del sistema internacional produzca un cambio en el enfoque de los Estados Unidos. 4. ¿VIENEN LAS MAYORES AMENAZAS DE ACTORES NO-ESTATALES? Otro tema que no encaja bien dentro de un enfoque neorrealista es la importancia dada a actores no estatales en la Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos. Si realmente las mayores amenazas vienen de actores no-estatales, un enfoque neorrealista perdería aspectos importantes del sistema internacional actual. El concepto de interdependencia asimétrica ha sido usado para describir la relación entre Estados y grupos de terrorismo transnacional19. El tipo de interdependencia es lo que 19 R. Keohane, “The Globalization of Informal Violence, Theories of World Politics, and the ‘Liberalism of Fear’” en Dialog-IO, spring 2002, pp. 33-34. (http://mitpress.mit.edu/catalog/item/default.asp?sid=344BA2EE1CB9-483C-9B86-CC90B5FAC21D&ttype=4&tid=36&xid=13&xcid=790) 6 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional distingue la relación Estado-Estado de la relación Estado-Terrorismo transnacional. La interdependencia asimétrica puede ser identificada en dos niveles. Primero en lo que se refiere a la consideración de objetivos legítimos. El argumento es que civiles no pueden ser objetivos legítimos para los Estados, mientras que para los terroristas, los civiles sí pueden ser objetivos legítimos20. Y segundo, las sociedades occidentales son sociedades abiertas lo facilita a las redes terroristas conseguir información fiable sobre objetivos potenciales. Al contrario, los Estados han tenido muy poca información sobre la identidad y la ubicación de los terroristas. Por eso, mientras sea fácil para los terroristas localizar sus objetivos, les pasará todo lo contrario a los Estados. El hecho de que las sociedades modernas dependan de redes y el hecho de que muchas de las funciones básicas de la sociedad estén concentradas en áreas pequeñas hacen a las sociedades occidentales muy vulnerables ante el terrorismo transnacional moderno.21 Esa interdependencia asimétrica en el espacio entre unos free-of-sovereignty-actors y unos Estados definidos por su soberanía es muy diferente de la relación entre Estados que, según el neorrealismo, caracteriza el sistema internacional. En el extremo, la red terrorista puede distribuirse por todo el mundo22. En definitiva, los Estados tienen un territorio para defender, los terroristas no. Waltz ofrece otra conclusión. Según este autor, el 11 de septiembre no ha cambiado nada. El terrorismo puede ser un problema para los Estados Unidos pero no es una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos23. Por eso, acontecimientos violentos como los de aquel del 11 de septiembre no tienen mayor importancia para la función del sistema internacional. Las leyes fundamentales del comportamiento de los Estados siguen siendo iguales. Pero a primera vista resulta insatisfactoria la conclusión de Waltz. Los Estados Unidos fueron atacados por un actor no estatal, consideran a los actores no estatales como amenazas claves y afirman estar en guerra contra actores no estatales: el terrorismo transnacional. 20 Para una discusión sobre la legitimidad de definir civiles como objetivos, ver B Buzan, “Who May We Bomb?” en K Booth y T Dunne (eds), Worlds in Collision. Terror and the Future of Global Order, New York, Palgrave MacMillan, 2002. 21 T. Homer-Dixon, “The Rise of Complex Terrorism” en Foreign Policy, 2002. (www.foreignpolicy.com/issue_janfeb_2002/homer-dixon.html) 22 R. J. Deibert y J Gross Stein, "Hacking Networks of Terror", en Dialog-IO, spring 2002 (http://mitpress.mit.edu/catalog/item/default.asp?sid=344BA2EE-1CB9-483C-9B86CC90B5FAC21D&ttype=4&tid=36&xid=13&xcid=790) 23 K. N. Waltz, “The Continuity of International Politics” en K Booth y T Dunne (eds), Worlds in Collision. Terror and the future of Global Order, New York, Palgrave MacMillan, 2002. 7 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional Además, con respecto a las relaciones entre los Estados Unidos y los otros Estados, éstas ya no están enfocadas en los otros grandes poderes sino en los “rogue states” como Corea del Norte, Irak e Irán. Antes de rechazar el neorrealismo y su enfoque en las relaciones inter-estatales habría, sin embargo, que preguntarse sobre las condiciones necesarias para la existencia del terrorismo transnacional. El punto de partida es que los Estados Unidos se enfrentan con un enemigo sin una localización fija y sin un territorio como lo hubiera tenido un Estado. Es un nuevo tipo de conflicto en el cual el Estado se enfrenta con una red de alcance global24. Normalmente, se considera que las unidades del sistema internacional, los Estados, actúan como actores unitarios y como actores racionales. Pero el grupo que organizó el ataque del 11 de septiembre formaba parte de una red descentralizada y distribuida, los miembros del grupo eran extremistas religiosos con un comportamiento que no encaja bien con la racionalidad microeconómica de Occidente. Una red puede ser considerada como una colección de puntos que están conectados entre sí: en un extremo, la red puede ser operativa aunque uno de los puntos no funcione. Es decir, los puntos son redundantes25. Las redes pueden caracterizarse según el grado de redundancia y según el número de puntos. Por eso, lo importante es decidir qué tipo de red es el terrorismo transnacional. Puede tener tres formas ideales26: • Una red centralizada similar a una jerarquía: Toda la información pasa por un solo punto. • Una red descentralizada/jerárquica: No todos los puntos tienen la misma información. Toda la información dirigida a un punto pasa por otro, es decir se establecen jerarquías locales. Unos puntos dependen exclusivamente de otros. • Redes distribuidas: Son redes en las cuales todos los puntos tienen la misma información. Ningún punto depende exclusivamente de otro punto. La evidencia señala que es necesario tener un punto central (un hub) y un entorno seguro para el punto central para que una red tenga éxito27. Así, una dimensión de espacio está introducida en la red. En general, los puntos centrales de las redes terroristas han sido 24 R. J. Deibert y J. Gross Stein, “Hacking ....”, op.cit., pp. 1-2. Íbidem., p. 4. 26 Íbidem., p. 5. 27 Íbidem., p. 5. 25 8 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional ubicados en Estados frágiles que pueden (o mejor dicho, no pueden permitir negarse a) ofrecer entornos relativamente seguros para la infraestructura de las redes y los recursos que necesitan. Las redes terroristas dependen de Estados para tener su infraestructura, su logística y sus recursos. La red puede ayudar al gobierno a mantener el poder. Pero las redes de terroristas también pueden existir sin un entorno seguro permanente para su punto central aunque eso crea problemas para el entrenamiento, las operaciones y el reclutamiento.28 La conclusión de Deibert y Stein es que Al Queda puede operar sin un entorno seguro para su punto central aunque sería seriamente debilitado29. En la medida que las redes terroristas transnacionales dependen de un entorno estable y seguro para su punto central, tiene sentido seguir analizando la política global como la interacción entre Estados. En este caso, la política global se caracterizaría por el intento de los Estados Unidos de cambiar el comportamiento de esos Estados que aceptan terroristas transnacionales dentro de su territorio. Todavía es pronto para concluir si el terrorismo internacional puede sobrevivir sin un entorno seguro para el punto central, pero parece razonable suponer que la dimensión del espacio y, por lo tanto, el territorio de los Estados tiene más importancia de lo que a veces podría parecer escuchando los discursos políticos. En la medida que las redes terroristas transnacionales dependen de Estados, sigue teniendo sentido analizar la política mundial como la interacción entre Estados. Otra manera de evaluar el valor de un enfoque neorrealista después del 11 de septiembre para analizar la política global sería considerar si los Estados han cambiado su comportamiento después del ataque terrorista. Justo después del 11 de septiembre parecía que la sociedad de Estados había encontrado un nuevo enemigo común. Casi todos los Estados condenaron el ataque y poco más tarde los Estados Unidos tuvieron un respaldo amplio para su ataque al régimen Talibán en Afganistán. Y aunque los Estados en la OTAN ofrecieron participar en la guerra fueron India y Pakistán los primeros en ofrecer recursos militares a los Estados Unidos.30 28 Íbidem., p. 6. Íbidem., pp. 7-8. 30 A. Acharya, “State-Society Relations: Asian and World Order after September 11”, en K Booth & T. Dunne (eds), Worlds in Collision. Terror and the Future of Global Order, New York, Palgrave MacMillan, 2002, pp. 194-195. 29 9 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional Pero ya con la preparación de la guerra contra Irak los Estados volvieron a enfrentarse. El amplio acuerdo duró menos de dos años y los grandes poderes volvieron a ponerse en lados opuestos en un conflicto internacional. Como concluye Acharya, los Estados siguen comportándose como Estados persiguiendo sus intereses nacionales.31 Incluso los Estados Unidos parecen estar volviendo al enfoque interestatal de las relaciones internacionales. La Estrategia Nacional de Seguridad fue desarrollada el año siguiente al 11 de septiembre de 2001. La definición de las amenazas y los medios no fueron claras desde el principio. En septiembre 2001, el presidente Bush definió el objetivo de acabar con el terrorismo. Luego, en enero 2002 añadió la prevención de la proliferación de las armas de destrucción masiva. Fue en esa ocasión cuando lanzó el concepto de la guerra preventiva e identificó al “eje del mal”, es decir Irak, Corea del Norte e Irán. En junio 2002 fue más explícito diciendo que los Estados Unidos iban a usar su fuerza militar de una manera preventiva32. Por lo tanto, lo que en un inicio fue una “guerra contra el terrorismo” se desarrolló en ataques preventivos, contra terroristas y rogue states, para prevenir la adquisición de armas de destrucción masiva. En conclusión, parece que la estructura estructural del sistema internacional hace a los Estados volver a un enfoque mas interestatal después de un corto periodo de tiempo enfocándose en actores no-estatales. 5. ¿EL FIN DEL DESALIENTO? Otro elemento clave en la Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos era, como vimos, la idea del ataque preventivo a Estados que no se consideraba fueran a actuar de una manera racional. Es decir, Estados que aunque se encontraran con un enemigo mayor todavía pudieran tener la idea de lanzar un ataque. En esta sección se discuten esas ideas en relación con el ataque a Irak. La pregunta es si no existían otros medios para reducir la amenaza de Irak que los señalados en la Estrategia de Seguridad y aplicados en el caso de Irak. La Estrategia de 31 Íbidem, pp. 195-196 M. A. Burns, “The preemption doctrine and the war on terror: George W Bush’s vision of the new world order”, paper prepared for the 2003 APSA Annual Meeting., 2003, pp. 6-7. 32 10 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional Seguridad justifica la guerra preventiva y unilateral con la falta de eficacia del desaliento frente a las amenazas de hoy. Pero ¿ha cambiado tanto el mundo? Charles Krauthammer presenta el argumento de que Saddam Hussein era imprudente, tiránico y agresivo por instinto. Asimismo, si consiguió tener armas nucleares además de las armas de destrucción masiva que ya tenía, las iba a usar o a compartir con terroristas33, es decir, el argumento presentado en la Estrategia de Seguridad. Kenneth M Pollack argumenta que Saddam Hussein muchas veces era “unintentionally suicidal”, que hizo los mal cálculos cuando tenía que estimar las posibilidades de tener éxito e ignoró los riesgos de catástrofe34. Saddam Hussein estaba más dispuesto a aceptar riesgos que por ejemplo Stalin o Mao. Pollack insiste en que el ejemplo que suelen usar los defensores de una política de desaliento no muestra que Hussein actuase según esa lógica; se trata de la guerra en Kuwait en 1991. El gobierno de Estados Unidos había dejado claro al régimen de Hussein que tendría “las consecuencias más graves” si Irak usaba armas de destrucción masiva, si destruía campos petrolíferos en Kuwait o si los Estados Unidos eran atacados por terroristas. El hecho de que Irak no usara armas de destrucción masiva en 1991 no demuestra la eficacia del desaliento según Pollack por el simple hecho de que Irak destruyó los campos petrolíferos en Kuwait. Pollack concluye que si Irak tuviera armas nucleares, las usaría para dominar el mundo Árabe, para destruir Israel y para atacar a los Estados Unidos. Por lo tanto, frente a regímenes como el iraquí de Hussein no sirve el desaliento. En este caso hay que usar la guerra preventiva antes de que consiga las armas. Es el argumento que podríamos denominar madman, es decir Saddam Hussein sería un jefe de estado que no sigue la lógica normal en el sistema internacional. Frente a este argumento, hay otro que afirma que el desaliento hubiera funcionado también frente al Irak de Saddam Hussein con o sin armas de destrucción masiva. Susan B. Martin señala que hay una situación en la cual Saddam Hussein hubiera usado las armas de destrucción masiva: si hubiese sentido que la supervivencia de su régimen se encontraba en peligro35. Es decir, el objetivo del ataque preventivo pudiera haber llegado a ser extremamente contraproducente en el caso de que Saddan Hussein hubiera tenido armas de destrucción masiva, el intento de eliminar su régimen le podría haber llevado a usar esas armas o 33 33 C. Krauthammer, “What Good is Delay?” en The Washington Post, 7 de octubre de 2002. K. M. Pollack, “Why Iraq Can’t be Deterred” en New York Times, 16 de octubre de 2002. 35 S. B. Martin, “Give Deterrence a Chance”, 24 de octubre de 2002 en Foreign Policy in Focus, 2002 (www.fpif.org/) 11 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional compartirlas con terroristas36. El hecho de que no lanzara ninguna durante la guerra en 2003 muestra, según esa lógica, que no las tenía. Una lógica que parece tener bastante que ver con la realidad. Según The Observer se sabía desde mayo de 2003 que no se iban a encontrar37. El argumento de que Hussein usara armas químicas contra los kurdos e Irán no demuestra que las hubiera usado contra otros enemigos, según Martin. Las armas químicas son eficaces si el enemigo no puede tomar represalias y si no puede protegerse, ese fue el caso con los kurdos e Irán. Pero en 1991, en la guerra con los Estados Unidos, Irak se encontró con un enemigo capaz de protegerse y de tomar represalias, por eso no usó armas químicas38. Susan B. Martin señala que el argumento de que Hussein usaría armas nucleares si las tuviera contradice toda la experiencia desde 1945. Nunca han sido usadas armas nucleares para objetivos ofensivos contra otros poderes nucleares. Por el simple hecho de que eso implicaría el serio riesgo de autodestrucción. El argumento presentado por Pollack de que Irak destruyó los campos petrolíferos en Kuwait en 1991 no muestra que el desaliento no funciona. Demuestra que las amenazas tienen que ser creíbles. Amenazar con “las consecuencias más graves” por encender campos petrolíferos no es creíble, además los hechos muestran que hizo sus cálculos bien: no tuvo consecuencias graves. El argumento de que no calculó bien los riesgos no tiene mucha validez en el caso de tener armas nucleares según Susan B. Martin. Con armas nucleares es fácil calcular las consecuencias: son graves y grandes. Tampoco tiene sentido decir que si hubiera conseguido armas nucleares la sociedad internacional no podría influir en sus decisiones. La sociedad tendría problemas para intervenir militarmente, pero otros medios todavía serían útiles como lo han sido frente a China y la Unión Soviética. John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt argumentan que, comparado con otros Estados de Oriente Medio, no puede defenderse la postura que Hussein tiene un apetito a la conquista sin límites39. Irak ha iniciado dos guerras: con Irán y con Kuwait. Por ejemplo Egipto e Israel han iniciado cuatro guerras cada uno. Las dos veces que Irak ha iniciado una guerra ha sido en situaciones en que estaba vulnerable y cuando Hussein tenía motivos para pensar que el objetivo estaba débil. En 1980 Irak se sintió amenazado por el proyecto hegemónico de Irán y 36 El mismo argumento presenta G T Allison, “The View Form Baghdad” en The Washington Post, 31 de julio de 2002. 37 P. Beaumont, G. Hinsliff y P. Harris, “US officials knew in May Iraq passessed no WMD” en The Observer, 1 de febrero de 2004. 38 J. J. Mearsheimer y S M Walt, “Can Saddam Be Contained?”, paper, Cambridge, MA: Belfer Center for Science and International Affairs, November 2002 12 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional aprovechó la turbulencia postrevolucionaria para lanzar un ataque. En 1990 Irak estaba muy débil económicamente y pidió ayuda a Kuwait que lo rechazó. Irak entendió que los Estados Unidos no iban a intervenir si entraba en Kuwait. Por tanto, los dos casos de agresión del régimen de Hussein no muestran que el desaliento no funcionara, simplemente no se intentó desalentar a Hussein. En relación al argumento de que compartiría armas de destrucción masiva con terroristas si las tuviera, Susan B. Martin señala que no lo había hecho hasta finales de 2002 (aunque sí había tenido armas de destrucción masiva), que supiera que iba a ser detectado y ello conllevaría consecuencias graves (probablemente el fin de su régimen) y por último, solo las iba a compartir si sintiera que la supervivencia de su régimen estaba amenazada. Además, existe un problema fundamental con el argumento de la relación Irak–Bin Laden. Y es que Bin Laden es un fundamentalista radical y el régimen de Hussein era una dictadura secular. Además Hussein había apresado grupos fundamentalistas dentro de Irak40. Parece que el desaliento hubiera sido una opción. El argumento madman parece débil. Saddam Hussein era un dictador brutal, represivo, etc. pero sabía cómo mantenerse en el poder muchos años. Parece que el desaliento es más eficaz de lo que el gobierno estadounidense parece pensar en su retórica. Parece que pudiera haberse evitado la guerra en Irak con uno de los medios más tradicionales en la política internacional: el desaliento. Además, no hay muchas indicaciones de que los Estados Unidos van a usar las mismas medidas contra Corea del Norte o Irán. Frente a estos dos Estados los Estados Unidos han elegido medidas más tradicionales. Entonces, sería prematuro rechazar el funcionamiento de los mecanismos básicos en el sistema internacional tal como el equilibrio del poder después del 11 de septiembre. Los hechos desde el 11 de septiembre 2001 pueden ser entendidos dentro de un marco neorealista. 39 40 Íbidem. Íbidem. 13 TRABAJOS Y ENSAYOS Jesper Bejer 6. Número 1, enero de 2005 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional CONCLUSIÓN Se ha analizado la pregunta de si el ataque del 11 de septiembre ha dado como resultado cambios fundamentales del sistema internacional. Se han discutido los conceptos neorrealistas del sistema internacional. A primera vista podría parecer que el enfoque interestatal neorealista ya no era útil y que frente a ciertos Estados el desaliento ya no funciona. Pero como se ha visto, los cambios no han sido tan profundos. Parece que la importancia dada a los Estados que nos ofrece el neorrealismo sigue siendo un enfoque relevante. El hecho de que los Estados se enfrenten con el problema del terrorismo transnacional no implica necesariamente una transformación del sistema internacional. Una analogía sería los problemas del medioambiente que requieren soluciones internacionales. Todos los Estados se enfrentan con el mismo problema, el cambio climático por ejemplo, pero eso no quita que sigan existiendo conflictos de distribución (quién paga más para solucionar el problema, quién se beneficiará más si se evita el cambio climático, etc.). Lo mismo con el terrorismo. El problema no tiene que ser un Estado, para que un análisis basado en los Estados y en el equilibrio de poder pueda ser útil para entender el sistema internacional. La interpretación de los acontecimientos desde el 11 de septiembre 2001 en un enfoque neorrealista sería que, justo después el ataque, Estados Unidos actuó en una manera que no siguió la lógica del sistema internacional, pero, con el tiempo, la presión estructural ha hecho que Estados Unidos volviera a dar importancia a sus relaciones con los otros grandes poderes y a medios más tradicionales para defender su posición en el sistema internacional. 14 TRABAJOS Y ENSAYOS Número 1, enero de 2005 Jesper Bejer 11 de septiembre y la continuidad del sistema internacional BIBLIOGRAFÍA ACHARYA, A., “State-Society Relations: Asian and World Order after September 11”, en K Booth & T Dunne (eds), Worlds in Collision. Terror and the Future of Global Order, New York, Palgrave MacMillan, 2002. ALLISON, G. 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