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Premio "Fernando Soto Harrison” a las tesis destacadas Lunes 1° de octubre Para la Universidad de Costa Rica es un honor hacer entrega anualmente del Premio “Fernando Soto Harrison”, y cumplir así con la voluntad de quien fuera uno de los más distinguidos ciudadanos de la Costa Rica del siglo XX: premiar la excelencia académica y estimular la innovación en la investigación, en las ciencias sociales, económicas y el derecho, en particular aquella que se traduce en contribuciones a la sociedad civil, y fortalece el vínculo entre ésta y la universidad. Las altas expectativas y los estrictos criterios de este Premio, están justificados en los propios méritos de don Fernando, y en los servicios prestados por él al país a lo largo de muchas décadas; asimismo, son evidencia de su lucidez personal, como ciudadano consciente de la necesaria formación, sólida y continua, de generaciones de relevo. Desde sus inicios, Fernando Soto Harrison se destacó como estudiante ávido de conocimiento, esforzado y perfeccionista, características que lo distinguieron luego en su trabajo docente, el ejercicio profesional y el servicio público. Polifacético a lo largo de toda su vida, jurista, político, diplomático, docente y artista, él fue sin duda uno de los intelectuales más influyentes de Costa Rica, quien supo articular el ejercicio privado de su profesión con las actividades públicas, desde una comprensión humanista de la vida y de la ciudadanía. Su extensa participación en la administración pública, en especial durante los cambios y eventos políticos de las décadas del 40 y 50, dejó un valiosísimo legado en la institucionalidad costarricense y su legislación, palpable sobre todo en las reformas que hicieron posibles las Garantías Sociales, la Caja Costarricense de Seguro Social, el Código de Trabajo, el Código Electoral y el actual Tribunal Supremo de Elecciones. Al entregarle el Premio "Rodrigo Facio Brenes", en el año 2002, la Universidad de Costa Rica reconoció la extraordinaria participación de Fernando Soto Harrison en la historia costarricense, su capacidad de interpretar la necesidad de cambio y contribuir con éste. El galardón que lleva su nombre, del cual se hace entrega hoy, se creó para estimular la 1 emulación de los principios y las iniciativas de esa vida ejemplar. Primero, para hacer un merecido reconocimiento a la excelencia académica de las y los estudiantes, dentro de las tres áreas consideradas, cuyo esfuerzo se evidencia en un producto intelectual concreto, tan complejo como lo es una tesis de grado, que se destaca por su innovación, la originalidad en el tema y la propuesta desarrollados. Nos felicitamos por las obras premiadas este año, por las y los estudiantes que las elaboraron, porque son indicio de las contribuciones que la Universidad de Costa Rica continúa haciendo a la sociedad. A la vez, nos llenamos de esperanza, porque los méritos de estos recién graduados y graduadas, inevitablemente, estimulan nuestra imaginación, y nos hacen esperar mucho más de su desempeño profesional y ejercicio ciudadano. Los premios y reconocimientos crean oportunidades a quienes los reciben. El solo hecho de tener un título universitario es privilegio de una minoría. Todo reconocimiento y privilegio está acompañado de responsabilidades para con la sociedad que lo hace posible, en especial hacia aquellos sectores poco reconocidos y menos favorecidos, cuyos problemas e intereses, por lo general, no son adecuadamente atendidos ni escuchados. La Universidad de Costa Rica no renuncia a la esperanza de encontrar, en las obras y los triunfos individuales, el poder de transformar la sociedad en función del bien común. A lo largo de sus 72 años de vida, se ha esforzado por formar profesionales dispuestos a ejercer una ciudadanía participativa, analítica y crítica, capaces también de aplicar sus conocimientos en función de metas sociales solidarias, para la creación de una mayor justicia social. Felicito a las y los galardonados. Reciban este Premio, conscientes del propósito de don Fernando Soto Harrison para su creación, informados del modelo que su vida nos propone seguir. Considérenlo también un símbolo de la esperanza depositada por la universidad en ustedes. Espero encuentren en él, más allá de una satisfacción personal, un estímulo para proponer nuevos proyectos, contribuir al diálogo y la crítica social. Felicidades de nuevo y muchas gracias. 2