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CARPETA DE PRENSA
Año 2009– ARCHIVO GRAFICO
Depto. de Prensa
Publicación: Diario Clarín
Fecha: 28/3/09
SOBRE EL PROBLEMA DE ENSEÑAR FILOSOFIA
ALEJANDRO CERLETTI
Alejandro Cerletti es doctor en filosofía. Se desempeña como docente e
investigador en la UBA y la Universidad Nacional de General Sarmiento. Acaba de
publicar La enseñanza de la filosofía como problema filosófico , en la editorial
Libros del Zorzal, donde dirige la colección de formación docente en filosofía.
También es autor de Repetición, novedad y sujeto en la educación
institucionalizada, un enfoque filosófico y político
(Del Estante) y La filosofía en la escuela (Eudeba).
¿Enseñar filosofía supone un desafío mayor o diferente al de enseñar cualquier
otra materia?
Es un desafío diferente. Para que la enseñanza filosófica sea significativa se debe
hacer algo más que transmitir información, por ejemplo, sobre la historia de la
filosofía. Hay que enseñar fundamentalmente a filosofar, lo que no sólo implica la
adquisición, por parte de quien aprende, de algunos conocimientos y ciertas
habilidades argumentativas sino, sobre todo, el desarrollo de una actitud perspicaz
y problematizadora de la realidad.
¿Por qué enseñar filosofía deviene en un problema filosófico?
Construir la actividad "enseñar filosofía" como un problema filosófico y recién
luego, visualizarla como una cuestión didáctica supone una decisión esencial para
que la enseñanza filosófica no sea algo independiente de los contenidos
enseñados. Se debe enseñar filosofía filosofando.
CARPETA DE PRENSA
Año 2009– ARCHIVO GRAFICO
Depto. de Prensa
¿Cómo se convive con esa idea de que hay ideas, pensamientos, saberes que no
se pueden transmitir...?
Que haya algo que no se puede transmitir cuando se enseña filosofía significa
que hay una dimensión del aprendizaje filosófico que excede al profesor; que es
personal, propia del que "aprende".
Cada uno se verá interpelado por algunas preguntas más que por otras, por lo que
sentirá la necesidad de responder (y responderse) aquellas que lo afectan más
vivamente. Podríamos decir, en apretada síntesis, que si alguien se formula
interrogantes filosóficos e intenta resolverlos junto a un profesor, los textos de los
filósofos o sus compañeros de estudio ha comenzado a dar los primeros pasos en
el filosofar. Esto significa pensar y, sobre todo, pensarse en un mundo, lo que
implica una participación personal muy activa en el propio proceso de aprendizaje.