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Transcript
¢400
Etapa IV - Año CXXXII Tomo 135 - (4403) Costa Rica
Domingo 6 de diciembre 2015 - Segundo de Adviento
Foto L. Ávila
Bienaventurados los
misericordiosos
El drama de los migrantes cubanos ha despertado el corazón
de un pueblo que los ha hecho sus hermanos.
Doña Gloria García, de 75 años y vecina de La Cruz de
Guanacaste, abrió las puertas de su casa y de su corazón a la
familia López de Castro, que la convirtió en su madre y abuela.
Ella encarna el espíritu que debemos vivir en el Año de la
Misericordia que iniciará el próximo 8 de diciembre.
Esta edición especial incluye:
•Oración para el Año de la Misericordia
•¿Qué es un Año Santo y cómo debemos vivirlo?
•Jesús: rostro de la misericordia del Padre
•Grandes momentos del Año Jubilar
•Vía de la misericordia
2
Domingo 6 de diciembre 2015
Fundado en 1883
Sede Conferencia
Episcopal de Costa Rica
Calle 22- Avs. 3 y 5, San José
Teléfonos
Central telefónica: 2222-8391
Fax: 2256-0407
Página web
Oremos por el
Jubileo de la
Misericordia
8 de diciembre 2015 - 20 de noviembre, 2016
www.ecocatolico.org
Correo electrónico
[email protected]
Apartado postal
1064 -1000 San José
Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser
misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has
dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Eco Católico
Eco Católico
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Domingo 6 de diciembre 2015
¿Qué es un Año
Santo y cómo
debemos vivirlo?
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo
de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la
Magdalena de buscar la felicidad solamente en una
creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y
aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Créditos
Presidente Junta Directiva
Mons. José Rafael Quirós Q.
Director
Lic. Martín Rodríguez G.
[email protected]
Asesor doctrinal
Pbro. Víctor Hugo Munguía C.
Edición
Luis Carlos Cartín S.
Diseño y composición
Lic. Carlos Andrés Víquez V.
[email protected]
Mercadeo y ventas
Lic. José Sancho M.
[email protected]
Circulación
Ing. Daniel Rivera M.
[email protected]
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia
la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios
que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el
perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la
Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado
y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran
revestidos de debilidad para que sientan sincera
compasión por los que se encuentran en la
ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a
uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado
por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su
unción para que el Jubileo de la Misericordia sea
un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con
renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los
pobres proclamar la libertad a los prisioneros y
oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la
Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el
Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Es una invitación abierta a todos los cristianos y también a los que se encuentran distantes en
la fe y desean volver de nuevo a la vida cristiana.
Laura Ávila y agencias
[email protected]
El Jubileo de la Misericordia comenzará este 8 de diciembre y terminará el 20 de
noviembre del año 2016.
El solemne inicio tendrá
lugar durante la solemnidad
de la Inmaculada Concepción.
El último Jubileo de la Iglesia
fue proclamado por el Papa
San Juan Pablo II para conmemorar los 2000 años del nacimiento de Cristo.
El Jubileo católico puede
ser ordinario o extraordinario: El Año Santo ordinario, o
Año Jubilar, es el celebrado en
los intervalos preestablecidos
mientras que el extraordinario,
o Jubileo, es el proclamado
como celebración de un hecho
destacado.
Es una invitación abierta a
todos los cristianos y también
a los que se encuentran distantes en la fe y desean volver de
nuevo a la vida cristiana. Durante el Año Jubilar la Iglesia
concede la indulgencia plenaria, que es una gracia que ayuda al cristiano a hacer camino
con la voluntad de convertirnos y reconciliarnos con Dios.
Esta gracia también puede ser
aplicada a los difuntos como
signo de amor hacia ellos.
Origen en el judaísmo
Los años jubilares se originan en el judaísmo y consistían en una conmemoración
de un año sabático que tenía
un significado particular que
se realizaba cada 50 años. Durante el año se ponían a los esclavos en libertad, se restituían
las propiedades a quienes las
habían perdido, se perdonaban
las deudas, las tierras debían
permanecer sin cultivar y se
descansaba.
En la Biblia encontramos
algunos pasajes en los que se
menciona la celebración judía.
La palabra “jubileo” se inspira
en el término hebreo de yobel,
que alude al cuerno del cordero que servía como instrumento. Jubileo también tiene
una raíz latina, “iubilum” que
representa un grito de alegría.
En la tradición católica, el
Jubileo consiste en que durante un año se conceden indulgencias a los fieles que cumplen con ciertas disposiciones
eclesiales establecidas por el
Vaticano. El Jubileo puede
ser ordinario o extraordinario,
como en este caso.
La Iglesia Católica tomó
como influencia el jubileo hebreo y le dio un sentido más
espiritual. En ese año se da un
perdón general, indulgencias
El Año Jubilar
es ante todo el
Año de Cristo,
portador de
la vida y de
la gracia a la
humanidad.
y se invita a profundizar en la
relación con Dios y con el prójimo.
El primer año jubilar fue
convocado en 1300 por el
Papa Bonifacio VIII. Se estableció que los siguientes jubileos se conmemoraran cada
25 años, con el objetivo de que
cada generación experimente
al menos uno en su vida.
El rito inicial del Jubileo
comienza con la apertura de la
Puerta Santa de la Basílica de
San Pedro. La apertura de la
puerta significa que se abre un
camino extraordinario hacia la
salvación. El Papa debe tocar
la puerta con un martillo tres
veces mientras dice: Aperite
mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domi-
no- “Abridme las puertas de
la justicia; entrando por ellas
confesaré al Señor”.
Cuando se abren, se entona
el Te Deum y el Santo Padre
atravesará esta puerta junto a
sus acompañantes.
Un año para volver a Dios
Es el año de la remisión de
los pecados y de sus penas. Es
el año de la reconciliación, de
la conversión y de la penitencia
sacramental. En consecuencia,
el año de la solidaridad, de la
esperanza, de la justicia, del
empeño por servir a Dios en
el gozo y la paz con los hermanos. El Año Jubilar es ante
todo el Año de Cristo, portador
de la vida y de la gracia a la
humanidad.
Sus orígenes se remontan
al Antiguo Testamento. La ley
de Moisés había determinado
para el pueblo Hebreo un año
particular: “Declararéis santo
el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para
todos sus habitantes Será para
vosotros un jubileo; cada uno
recobrará su propiedad, y cada
cual regresará a su familia.
Este año cincuenta será para
vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes,
ni vendimiaréis la viña que
ha quedado sin podar, porque
es el jubileo que será sagrado
para vosotros. Comeréis lo que
el campo dé de sí. En este Año
Jubilar recobraréis cada uno
vuestra propiedad” (Lev 25,
10-13).
La trompeta con que se
anunciaba este año particular era un cuerno de carnero
padre, que se llama “yobel”
en hebreo, de ahí la palabra
“Jubileo”. La celebración de
este año llevaba consigo, entre otras cosas, la restitución
de las tierras a sus antiguos
propietarios, la remisión de
las deudas, la liberación de los
esclavos, y el reposo de la tierra. En el Nuevo Testamento,
Jesús se presenta como Aquel
que lleva a su cumplimiento el
Jubileo antiguo, ya que Él ha
venido a “predicar el año de
gracia del Señor” (cfr. Is 61,
1-2).
El Jubileo es un tiempo de
gracia destinado a promover la
santidad de vida. Ha sido instituido para consolidar la fe,
favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna
en el seno de la Iglesia y en
la sociedad, en definitiva para
recordar y remover a los creyentes a una profesión de fe
más sincera y más coherente
en Cristo Salvador.
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Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Logo es pequeño compendio teológico
El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor
capaz de cambiarle la vida.
Martín Rodríguez González
“Para vivir la
misericordia siguiendo
el ejemplo de
Jesucristo, sin juzgar
ni condenar, sino
perdonando y amando
sin medida”.
[email protected]
El Arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Pontificio
Consejo para la promoción de
la Nueva Evangelización, presentó el logo del Jubileo de la
Misericordia, cuyo lema está
tomado del Evangelio según
San Lucas: “Misericordiosos
como el Padre”.
El logo es obra del sacerdote jesuita P. Marko I. Rupnik y
se presenta como un pequeño
compendio teológico de la misericordia, “para vivir la misericordia siguiendo el ejemplo
de Jesucristo, sin juzgar ni
condenar, sino perdonando y
amando sin medida”.
Mons. Fisichella explicó
que este logo “muestra al Hijo
que carga sobre sus hombros
Mons. Rino Fisichella
Presidente del Pontificio
Consejo para la Promoción
de la Nueva Evangelización
al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy
apreciada en la Iglesia antigua, ya que indicaba el amor
de Cristo que lleva a término
el misterio de su encarnación
con la redención”.
El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca
en profundidad la carne del
hombre, y lo hace con un amor
capaz de cambiarle la vida.
Además, un detalle particular
es como el Buen Pastor carga
sobre sí la humanidad con extrema misericordia, pero sus
ojos se confunden con los del
hombre”, dijo la autoridad vaticana.
Mirada de amor
El Arzobispo Fisichella
destacó que en esta imagen
Cristo mira con los ojos de
Adán, y éste lo hace con los
ojos de Cristo. “Así, cada
hombre descubre en Cristo,
nuevo Adán, la propia humanidad y el futuro que lo espera,
contemplando en su mirada el
amor del Padre”, remarcó.
Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente
más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera
de la noche del pecado y de la
muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter
inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.
El logo fue registrado ante
los organismos internacionales competentes para evitar
cualquier uso inapropiado y
salvaguardar su propiedad, de
modo que cualquier uso distinto al puramente religioso será
denunciado.
El Jubileo de la Misericordia fue anunciado por el Papa
Francisco mediante la Bula
“Misericordiae vultus”. Comenzará este 8 de diciembre,
Solemnidad de la Inmaculada
Concepción, y se extenderá
hasta el 20 de noviembre de
2016, en la Solemnidad de
Cristo Rey del Universo.
Eco Católico
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Domingo 6 de diciembre 2015
Grandes momentos del Año Jubilar
Ana Cecilia Espinoza C.
Apertura de las Puertas
Santas en las catedrales de
nuestro país:
[email protected]
El Jubileo Extraordinario
de la Misericordia, a pedido
del Papa, debe vivirse intensamente en cada Iglesia, no
solo en Roma, de forma que
cualquier cristiano pueda encontrar la misericordia de Dios
Padre a través de la actividad
solícita de la Iglesia.
Dicha oportunidad pastoral
se materializa en la posibilidad
de abrir la Puerta de la Misericordia en todas las diócesis del
mundo. A continuación, algunos de los grandes momentos
del Año Jubilar en Roma y en
nuestro país.
Diciembre 2015
Martes 8 de diciembre
de 2015:Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Santa
Misa de apertura de la Puerta
Santa de la Basílica de San Pedro.
Domingo 13 de diciembre
de 2015: III domingo de Ad-
Arquidiócesis de San José:
Domingo 13 de diciembre,
saliendo del Templo de La
Soledad a las 3:00 p.m.
Diócesis de Alajuela:
Domingo 13 de diciembre,
11:00 a.m.
viento. Apertura de la Puerta
Santa de las Basílicas de San
Juan de Letrán y San Pablo
Extramuros.
Enero 2016
Viernes 1 de enero de
2016: Solemnidad de María
Santísima, Madre de Dios.
Jornada mundial por la paz.
Apertura de la Puerta Santa de
la Basílica de Santa María la
Mayor.
Martes 19 - jueves 21 de
enero, 2016: Jubileo de cuantos organizan las peregrinaciones y sirven en los santuarios.
Lunes 25 de enero de
2016: Fiesta de la Conversión
de San Pablo: Celebración
ecuménica en la Basílica de
San Pablo Extramuros.
Febrero 2016
Martes 2 de febrero de
2016: Fiesta de la Presentación del Señor y Jornada de la
Vida Consagrada. Jubileo de la
Vida Consagrada y Clausura
del Año de la Vida Consagrada
Miércoles 10 de febrero
de 2016: Miércoles de Ceniza: Envío de los Misioneros de
la Misericordia en la Basílica
de San Pedro.
Lunes 22 de febrero de
2016: Cátedra de San Pedro:
Jubileo de la Curia Romana.
Marzo 2016
Viernes 4 y sábado 5 de
marzo de 2016: “24 horas
para el Señor” con la celebración penitencial en San Pedro
la tarde del viernes 4 de marzo.
Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.
Domingo 24 de abril de
2016: V Domingo de Pascua:
Jubileo de los adolescentes (13
– 16 años)
Mayo 2016
Jueves 5 de mayo de 2016:
Solemnidad de la Ascensión
del Señor: Vigilia para todos
los que tienen necesidad de
consolación.
Viernes 27 de mayo de
2016, Jubileo de los diáconos
Junio 2016
Viernes 3 de junio de
2016: Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: Jubileo
de los sacerdotes. 160 años de
la introducción de la fiesta, hecha por Pío IX en 1856.
Domingo 12 de junio de
2016: Jubileo de los enfermos
y de las personas con diversidad funcional.
Julio 2016
Domingo 20 de marzo de
2016: Domingo de Ramos:
En Roma, Jornada diocesana
de los jóvenes
Martes 26 de julio de 2016:
Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en
Cracovia.
Abril 2016
Setiembre 2016
Domingo 3 de abril de
2016: Domingo de la Divina
Misericordia: Jubileo para los
devotos de la espiritualidad de
la Divina Misericordia.
Domingo 4 de septiembre
de 2016: Memoria de la Beata
Teresa de Calcuta – 5 de setiembre. Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia.
Diócesis de Cartago:
Domingo 13 de diciembre,
Saliendo de la Iglesia de los
Capuchinos a las 6 p.m.
Diócesis de Ciudad
Quesada: Domingo 13 de
diciembre, 10:00 a.m.
Diócesis de Puntarenas:
Domingo 13 de diciembre,
4:00 p.m.
Diócesis de Limón:
Fecha aún sin definir.
Diócesis de San Isidro de El
General:
Domingo 13 de diciembre,
9:30 a.m.
Diócesis de Tilarán-Liberia:
Domingo 13 de diciembre
9:00 a.m.
Domingo 25 de septiembre de 2016: Jubileo de los
catequistas.
Octubre 2016
Sábado 8 y domingo 9 de
octubre de 2016: Jubileo mariano.
Noviembre 2016
Domingo 6 de noviembre
de 2016: Jubileo de los reclusos.
Domingo 13 de noviembre de 2016: Clausura de la
Puerta Santa en las Basílicas
de Roma y en las Diócesis.
Domingo 20 de noviembre de 2016: Jesucristo, Rey
del Universo: Clausura de la
Puerta Santa y conclusión del
Jubileo de la Misericordia.
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Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Eco Católico
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Domingo 6 de diciembre 2015
acento especial con el fin de
que sea vivida con intensidad.
Jesús: rostro de la misericordia
del Padre
Redescubrir las obras de misericordia y practicarlas, acudir al sacramento de la reconciliación y buscar una
sincera conversión, son las claves que pide el Papa en este Año Santo.
“Nunca me cansaré
de insistir en que
los confesores sean
un verdadero signo
de la misericordia
del Padre”.
Gerardo Mora Pana
[email protected]
“Somos, por parte de Dios,
objeto de un amor insuperable.
Lo sabemos: Él tiene siempre
los ojos abiertos sobre nosotros, incluso cuando nos parece que es de noche. Él es Papá;
más aún, es Madre. No quiere
hacernos mal. Sólo quiere hacernos bien a todos. Y los hijos, si están enfermos, tienen
más motivos para que la madre
les ame”.
Papa Francisco
Vaticano II. La Iglesia siente
la necesidad de mantener vivo
este evento. Para ella iniciaba
un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en
el Concilio habían percibido
intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la
exigencia de hablar de Dios a
los hombres de su tiempo en
un modo más comprensible”,
destaca el Papa.
Estas son unas palabras del
Papa Juan Pablo I que la Iglesia recuerda con cariño y que
puede introducir el sentir del
Papa Francisco al convocar
el Año de la Misericordia que
inicia este 8 de diciembre, en
la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
“La misericordia siempre
será más grande que cualquier
pecado y nadie podrá poner un
límite al amor de Dios que perdona”, dice la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario, presentada el pasado 11
de abril durante el II Domingo
de Pascua, conocido también
como Domingo de la Divina
Misericordia.
El rostro de la
misericordia
Misericordiae Vultus o El
Rostro de la Misericordia es el
título de la Bula (documento
pontificio) que Francisco realizó para este año. “Jesucristo
es el rostro de la misericordia
del Padre. El misterio de la fe
cristiana parece encontrar su
síntesis en esta palabra. Ella
se ha vuelto viva, visible y ha
alcanzado su culmen en Jesús
“El que practica misericordia que lo haga con alegría”, son las palabras del Apóstol Pablo a
los Romanos, y es el llamado que hace Francisco.
de Nazaret”, son las primeras
letras que enfatizan el sentido
de la celebración a la que convocó Su Santidad.
Ya el Papa Benedicto XVI
había dicho en su Primera Encíclica, Dios es amor, que “no
se comienza a ser cristiano por
una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con
un acontecimiento, con una
Persona, que da un nuevo horizonte a la vida”. Esa persona
es Jesús y es con quien quiere
Francisco encontrarnos a todos, pues precisamente la Bula
va dirigida no solo a los católicos o a todos los cristianos,
sino “a cuantos lean esta carta”
y el Papa les desea “gracia, misericordia y paz”.
Conversión
En 25 puntos Francisco desarrolla el fondo celebrativo
del Año de la Misericordia,
la cual cataloga como “fuente
de alegría, de serenidad y de
paz”. Afirma que es la misericordia la que “revela el misterio de la Santísima Trinidad” y
es “el acto último y supremo
con el cual Dios viene a nuestro encuentro”.
Además, sentencia que es
“la vía que une Dios y el hombre” y “es la ley fundamental
que habita en el corazón de
cada persona cuando mira con
ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de
la vida”. Precisamente, aquí
se exige la conversión como
muestra del verdadero ser cristiano, pues “estamos llamado
a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo
eficaz del obrar del Padre (…)
y para que se haga más fuerte
y eficaz el testimonio de los
creyentes”.
El Papa escogió la fecha
del 8 de diciembre para inaugurar el año por su significado reciente en la historia de la
Iglesia.
“Abriré la Puerta Santa en
el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico
De hecho resuenan las palabras del Papa Juan XXIII
en el discurso de apertura del
Concilio: “En nuestro tiempo,
la esposa de Cristo prefiere
usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas
de la severidad… La Iglesia
Católica, al elevar por medio
de este Concilio Ecuménico
la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre
amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y
de bondad para con los hijos
separados de ella”.
Signo de poder
“‘Es propio de Dios usar
misericordia y especialmente
en esto se manifiesta su omnipotencia’. Las palabras de
Santo Tomás de Aquino muestran cuánto la misericordia divina no sea en absoluto un signo de debilidad, sino más bien
“Los confesores están llamados a ser siempre, en todas partes, en cada situación y a pesar de
todo, el signo del primado de la misericordia”, dice la Bula Misericordiae Vultus.
la cualidad de la omnipotencia
de Dios”, dice la Bula en el numeral 6.
Con esto el Papa une también las palabras “paciente y
misericordioso” que describen en el Antiguo Testamento la naturaleza de Dios. “Su
ser misericordioso se constata
concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la
destrucción”, describe.
En esto consiste la acción
de Jesús en el mundo: revelar
el amor de Dios. “Su persona
no es otra cosa sino amor. Un
amor que se dona gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan
ver algo único e irrepetible.
Los signos que realiza, sobre
todo hacia los pecadores, hacia
las personas pobres, excluidas,
enfermas y sufrientes llevan
consigo el distintivo de la misericordia. En Él todo habla
de misericordia. Nada en Él es
falto de compasión” (numeral
8).
El perdón
Francisco destaca entre
muchas de las enseñanzas de
Jesús, que “la misericordia
no es solo el obrar del Padre,
“¡Este es el tiempo oportuno para
cambiar de vida! Este es el tiempo para
dejarse tocar el corazón!”.
Bula Misericordiae Vultus
sino que ella se convierte en
el criterio para saber quiénes
son realmente sus verdaderos
hijos. Así entonces, estamos
llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado
misericordia. El perdón de las
ofensas deviene la expresión
más evidente del amor misericordioso y para nosotros
cristianos es un imperativo del
que no podemos prescindir”
(numeral 9). Francisco dice:
“¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo,
el perdón es el instrumento
puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad
del corazón”.
Para el Papa que bien podría describirse como el “Papa
de la misericordia” es precisamente “la misericordia la viga
maestra que sostiene la vida de
la Iglesia”.
Su Santidad hace un fuerte
llamado: “La Iglesia vive un
deseo inagotable de brindar
misericordia. Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvida-
do de indicar y de andar por la
vía de la misericordia” (numeral 10).
Pide en la Bula: “En este
Jubileo la Iglesia será llamada
a curar aún más estas heridas,
a aliviarlas con el óleo de la
consolación, a vendarlas con
la misericordia y a curarlas
con la solidaridad y la debida
atención. No caigamos en la
indiferencia que humilla, en
la habitualidad que anestesia
el ánimo e impide descubrir
la novedad, en el cinismo que
destruye. Abramos nuestros
ojos para mirar las miserias del
mundo, las heridas de tantos
hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su
grito de auxilio” (numeral 15).
“24 horas para el Señor”
En la propuesta de esta
ruta de llevar misericordia a
todo rincón y a toda persona,
la próxima Cuaresma tiene un
“La iniciativa ‘24 horas
para el Señor’, a celebrarse
durante el viernes y sábado
que anteceden el IV domingo
de Cuaresma, se incremente en
las Diócesis. Muchas personas
están volviendo a acercarse
al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos
jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen
reencontrar el camino para
volver al Señor, para vivir un
momento de intensa oración
y redescubrir el sentido de la
propia vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro
el sacramento de la reconciliación, porque nos permite
experimentar en carne propia
la grandeza de la misericordia.
Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior”,
dice la Bula (17).
El Papa ha sido enfático
que “ser confesores no se improvisa”, y ha destacado en
su pontificado y lo ha dejado
claro ahora que ser confesores
para los sacerdotes es participar de la misión de Jesús. Los
confesores deben ser misericordiosos como Jesús.
De tal modo, tampoco sorprende el anuncio de Francisco
durante este año: “Durante la
Cuaresma de este Año Santo
tengo la intención de enviar
los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la
solicitud materna de la Iglesia
por el Pueblo de Dios, para
que entre en profundidad en
la riqueza de este misterio tan
fundamental para la fe. Serán
sacerdotes a los cuales daré la
autoridad de perdonar también
los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para
que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo
el Padre acoge cuantos están
en busca de su perdón. Serán
misioneros de la misericordia
porque serán los artífices ante
todos de un encuentro cargado
de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del
Bautismo”.
Obras de misericordia
En momentos en que se
nos pide “cambio de vida”
las obras de misericordia
corporales y espirituales cobran vigencia.
“Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada
ante el drama de la pobreza,
y para entrar todavía más en
el corazón del Evangelio,
donde los pobres son los privilegiados de la misericordia
divina”, dice Francisco.
Son 14 obras de misericordia; 7 corporales: dar de
comer al hambriento, dar de
beber al sediento, vestir al
desnudo, acoger al forastero,
asistir los enfermos, visitar
a los presos, enterrar a los
muertos y, 7 espirituales: dar
consejo al que lo necesita,
enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar
al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia
las personas molestas, rogar
a Dios por los vivos y por
los difuntos.
En otras palabras, Misericordiae Vultus exige pasar
de las palabras a los hechos.
“No podemos escapar a las
palabras del Señor y en base
a ellas seremos juzgados:
si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero
y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo
o prisionero. Igualmente se
nos preguntará si ayudamos
a superar la duda, que hace
caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad;
si fuimos capaces de vencer
la ignorancia en la que viven
millones de personas, sobre
todo los niños privados de
la ayuda necesaria para ser
rescatados de la pobreza…”
(numeral 15).
Para el Papa, está claro
el examen al que seremos
expuestos, y por ello recuerda las palabras de San Juan
de la Cruz: “En el ocaso de
nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”.
8
Iglesia hoy
Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Eco Católico
Iglesia hoy
Domingo 6 de diciembre 2015
9
La misericordia se hace vida en La Cruz
El drama de los migrantes cubanos ha despertado el corazón de un pueblo que los ha hecho sus hermanos.
Los López de Castro la
adoptaron como su abuela.
Abrazan y lloran en su hombro
los pesares de su éxodo. Atrás
lo dejaron todo, vendieron sus
casas, sus bienes, sus trabajos
y la nación que los vio nacer.
Solo quieren llegar a Estados
Unidos por tierra para encontrarse con sus familiares, y
cuando lo hagan tienen dos
propósitos: ayudar a sus familiares en Cuba y retribuir la
acogida que han tenido en La
Cruz.
Martín Rodríguez González
Laura Andrea Ávila Chacón
Doña Gloria tiene 75 años y
seis hijos. Aunque siempre vivió en Cuajiniquil, desde hace
cinco años está en La Cruz de
Guanacaste, en una casita detrás de la de su hija Neisy, catequista de la parroquia, cerca
de la sede de la UNED.
Ahí se enteró hace casi
un mes de la situación de los
cientos de cubanos que de un
día para otro transformaron su
pueblo. Llegaron en grupos,
devueltos de Peñas Blancas,
el puesto fronterizo donde el
gobierno de Nicaragua instaló
un batallón del ejército para
repeler cualquier intento de
los isleños de seguir su camino
hacia Estados Unidos.
Pero doña Gloria no pide
nada a cambio, ya se siente
retribuida. De la noche a la
mañana Dios le dio diez hijos
más, a quienes ama sin ningún
interés más que hacer el bien a
quien está en necesidad. Y es
feliz con esto.
Entre los que llegaban al
salón de la parroquia y al centro pastoral estaba una familia
de diez miembros, con varios
niños entre ellos, los López de
Castro.
La Iglesia Católica, en las
personas del Padre Pedro Claver y los laicos Sonia Gamboa,
su esposo el Dr. José Dany
Jara y su hija Jenny María, Edwin Sánchez y su esposa Marcela Barquero y las Hermanas
Franciscanas de la Inmaculada Adelina Fernández, Marta
Cecilia Hernández y Clelia
Yanira Hernández corrieron
para atender las primeras necesidades de alimento, abrigo
y vestido de estos hermanos,
que aumentaban en número
cada día.
Misericordia vivida
En el hogar de doña Gloria García se hacen vida las obras de misericordia. Foto L. Ávila
sometidos. Los asaltaron, los
estafaron, los obligaron a tirar
al mar sus pertenencias, pasaron noches en el monte, cruzaron por la montaña bordeando
abismos, burlaron controles
militares… y todo para quedarse varados en nuestro país.
Para doña Gloria aquello
fue la imagen viva de la Sagrada Familia buscando posada
en Belén. Sin pensarlo mucho
sacó las cosas de su casa, se
pasó a vivir a un cuarto donde
su hija y le abrió las puertas a
la familia cubana, que todavía
no sale del asombro por aquel
gesto.
Doña Gloria, de pocas palabras, mujer fuerte, bajita de
estatura pero gigante de amor
solo dice que lo hace con
gusto, que se quedarán ahí el
tiempo que sea necesario y
que ya son parte de su vida y
de su familia.
Sin buscarlo ni pretenderlo,
se ha convertido en los brazos
de la misericordia de Dios,
como también lo han hecho
todas estas semanas, desde el
15 de noviembre en La Cruz,
el Padre Pedro, Sonia, José
Danny, Jenny, Edwin, Marcela
y las hermanas franciscanas.
Ellas y ellos mueven cada
día el albergue que sirvió de
modelo a la Comisión Nacional de Emergencias para abrir
los otros centros de acogida
para los hermanos cubanos. Ya
hay varios también administrados por la Iglesia en Upala,
San Ramón y otros lugares.
Eran, y siguen siendo, un
pueblo en éxodo, en busca de
un futuro mejor, de oportunidades de desarrollo, de libertad, de reunificación familiar,
de sueños y esperanzas. Buscan su tierra prometida.
Neisy contó en su casa la
situación de la familia cubana. Su viaje desde la isla pasando por Ecuador, Colombia,
Panamá y Costa Rica, los mil
y un peligros a los que fueron
Doña Gloria no sabe mucho
del Año de la Misericordia que
se avecina en la Iglesia, solo
dice que el Papa quiere que
los cristianos seamos mejores,
pero ella, desde esa fe sencilla,
comprende lo más hondo del
mensaje del Evangelio.
Los López de Castro agradecen la acogida y los gestos de amor en su situación. Foto L. Ávila
Los organizaron en grupos,
identificaron líderes, dividieron funciones e hicieron que
todo caminara, claro, con el
apoyo de los miles de costa-
Edwin, Sonia, las hermanas franciscanas y
Marcela son parte del equipo de laicos que vela
por los hermanos cubano en el albergue de la
parroquia de La Cruz. Foto L. Ávila
rricenses que siguen colaborando para que todos los días
haya comida, vestido y todo lo
necesario para los casi tres mil
isleños que están en el país.
Hasta el propio Presidente
Luis Guillermo Solís, alabó el
trabajo de la Iglesia ante esta
crisis, misión que algunos medios de comunicación se empeñan en ocultar.
Se trata de Misericordia en
su expresión más auténtica.
Se trata de amar al hermano
aún sin conocerlo y sin esperar nada a cambio, se trata de
entregarlo todo sabiendo que
Dios provee, se trata de compadecerse, de ponerse en la situación del que sufre y ser uno
con él.
En La Cruz pueden faltar
muchas cosas, pero amor sobra y se reparte a manos llenas.
Se nota cuando Sonia reparte
medicinas a los que se sienten mal, cuando Edwin hace
amistad con alguno que quiere
derrumbarse emocionalmente,
cuando Marcela, desde el fogón del albergue, coordina que
nada falte para el desayuno, el
almuerzo y la cena de cada día.
Como doña Gloria, otras
personas y hogares han hospedado familias de cubanos
en La Cruz. Esto, como explica el Padre Pedro, ha sido una
bendición para la comunidad,
porque ha despertado un sentido de solidaridad tal que no se
comprende otra manera mejor
de iniciar el Año de la Misericordia.
Cubanos reconocen
esfuerzo
Henry Roque es médico y
está en el grupo de cubanos
del Colegio Experimental.
Agradece el apoyo de los costarricenses en su situación y
resume diciendo que todo son
bendiciones para este país. A
su lado Leonardo Casas sueña con reencontrarse con su
familia. Ora cada día por una
pronta solución y para que
Dios ponga en el corazón de
La atención de parte de la
Iglesia trasciende lo material.
Foto L. Ávila
los gobernantes un poco de
humanidad.
Juliet Pendones salió hace
dos meses de su país. Para estas fechas ya debería estar en
Estados Unidos. Sufre porque
perdió su pasaporte en Colombia, aunque ésta angustia ni se
compara con la de no ver a su
hija, embarazada y madre de
otra nieta.
Aquí, la voluntaria Sharon
Flory hace de todo. Ella es la
presidenta del Club de Leones
y del Consejo Económico de
la Parroquia. “Son nuestros
hermanos, hay que ayudarles”,
afirma con prisa con un martillo y una llave de cañería entre
sus manos. Agradece las donaciones recibidas de todo el
país, ello también es muestra
de misericordia.
En los albergues de la parroquia el sentimiento es de
que la Iglesia no los abandona.
Jorge Luis Pérez, el cocinero,
asegura que confía en Dios
que todo saldrá bien. “Nunca
hemos visto muestras de amor
tan grandes como las que hemos tenido aquí. Esto no no
podemos olvidar”, asegura,
mientras atiza el fuego donde
cocina una sopa de verduras
para 200 personas.
Jorge era cocinero en las
playas de Camaguey, y ahora
su experiencia la pone al servicio de sus hermanos. Organiza
la cocina, divide funciones y
establece los menú de acuerdo
con lo que hay.
De vuelta a la casa de doña
Gloria, los López de Castro
se cuestionan si ellos mismos
harían esto con personas que
llegaran de improviso a su
pueblo. “Seguramente no lo
hacemos”, concluyen.
Doña Gloria sigue tendiendo ropa, sus ojos se humedecen. Es el amor de Dios que la
mueve, el mismo que nos debe
hacer cambiar a todos en este
Año Santo que estamos por
comenzar.
10
Iglesia hoy
Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Vía de la Misericordia
¡Gracias Costa Rica!
Casi tres mil cubanos han sentido la acogida del pueblo costarricense, que agradecen en medio de su difícil situación.
En concreto tienen una palabra de reconocimiento para la Iglesia Católica, que ha salido en atención a sus muchas
necesidades materiales, humanas y espirituales. En los albergues, como lo reflejan estas imágenes, la convivencia se
mantiene en paz y a la espera de claridad sobre su situación migratoria. Fotos L. Avila.
L
Presentación
a Comisión Nacional de Pastoral Vocacional desea ofrecer a toda la Iglesia costarricense, durante este Año de la Misericordia,
convocado por el Papa Francisco, un instrumento
que nos ayude a meditar y asumir, con humildad
y respeto, los rasgos concretos de vivir, en medio
de nuestras limitaciones y fragilidades, las consecuencias de la misericordia divina. Aprender a ser
misericordiosos como Cristo nos lo enseñó: en los
gestos, acciones, palabras y signos que realizamos
como Iglesia y como creyentes, pues “la misericordia es la viga que sostiene la vida de la Iglesia”
(Misericordiae Vultus 10).
La cultura vocacional ocupa para su desarrollo
el ambiente propio de una práctica asidua de la misericordia en la Iglesia. Pues toda vocación surge,
como un don, del amor misericordioso del Padre
manifestado en Jesucristo que nos amó hasta el extremo. “El ser humano no puede vivir sin amor. Él
permanece para sí mismo un ser incomprensible,
su vida está privada de sentido si no se le revela
el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo
experimenta y lo hace propio, si no participa en él
vivamente” (RH 10).
Que la “Via Misericordiae” nos ayude a reconocer con humildad que debemos seguir construyendo con nuestra disponibilidad y libertad, pero
sobre todo con la ayuda de la gracia divina, caminos que den esperanza, alivio, sosiego, consuelo,
alegría y gozo al ser humano y al creyente y a la
Iglesia de hoy. “La misericordia siempre será más
grande que cualquier pecado y nadie podrá poner
un límite al amor de Dios que perdona (…) cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de
Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza” (Misericordiae Vultus 3).
Mons. José Manuel Garita Herrera
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral
Vocacional
Vía de la Misericordia
Vía de la Misericordia
Introducción
Es una expresión que escuchamos y rezamos en la Palabra de
Dios y que nos muestra el camino que el mismo Jesús nos propone, un camino de encuentro y diálogo con el mundo y el ser
humano de hoy que espera respuesta a las grandes interrogantes
que le propone la historia. No es una capacidad que Jesús nos
regala para conservarla solo para nosotros, sino que es reflejo
del misterio mismo del Padre, que se revela en su Hijo amado,
para que, conforme al corazón de Cristo, vivamos en concreto
y con realismo la misericordia con los hermanos y hermanas.
“Misericordia
quiero y no
sacrificios”
(Mt. 9,13)
No se comprende una verdadera espiritualidad cristiana que
no refleje la misericordia, pues de lo contrario, nos estaríamos
quedando con meras acciones externas que nos impiden aspirar
a los bienes mayores y, con ello, nos oscurecen el camino de la
Verdad, la Belleza, la Bondad y la Unidad a la cual nos llama
el mismo Dios a través de la naturaleza de la cual participamos. Recordemos lo que nos dice el II Congreso Continental
Latinoamericano de Vocaciones: “Toda espiritualidad cristiana
es vocacional porque la auténtica espiritualidad es la que nos
pone en contacto con Dios para la relación con los demás, pero
teniendo en cuenta que en la Sagrada Escritura no existen hombres y mujeres que hacen experiencia de Dios, sino al revés: es
Dios quien hace la experiencia del hombre” (#73). Dice también
con toda claridad el Papa Francisco: “la misericordia se muestra
como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y
que consuela con el perdón” (Misericordiae Vultus 9).
Que al emprender la “Via Misericordiae” recordemos en
cada paso que llevemos adelante, que debemos dejarnos “abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser
misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros” (Misericordiae Vultus 14). No es un mero y simple acto
externo (un sacrificio), es vivir de corazón y con todas nuestras
fuerzas la participación en el mismo misterio de Dios. Iniciemos
este camino como verdaderos discípulos misioneros de Cristo.
Mons. José Manuel Garita Herrera
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Vocacional
1. Dar de comer
al hambriento
2. Dar de beber
al sediento
Vengan benditos de mi Padre
porque tuve hambre y me dieron de
comer. Mateo 25, 34-35.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
«Tengo sed» (Jn 19, 28) ésta expresión de Jesús en los últimos momentos de la Cruz han de ser
para nosotros creyentes el grito de la humanidad
sedienta del amor vivo y misericordioso del Padre
eterno; el cual se nos ha manifestado en la entrega
de su único Hijo. De éste amor nacen en la Iglesia
los numerosos llamados que de él mismo brotan
para calmar su sed; por ello no puede reducirse a
un simple hecho de dar un vaso con agua a aquel
que lo necesite, sino de ahondar en las profundidades del alma y socorrer las almas sedientas con el
manantial de su Corazón de donde brotan la vida
y la gracia; de donde se renace de nuevo y se le
encuentra el sentido último a la misión, que nos
mueve a adorar y acercarnos a tantos hombres y
mujeres de nuestro tiempo que son instigados por
el peso del camino, por la falta de condiciones humanas y necesarias para la vida, por el desasosiego
inescrupuloso que arremete contra la dignidad de
niños y ancianos. Hoy el «Tengo sed» es el grito
más sublime de un Dios que desea amar a sus hijos
y es también el grito de la Iglesia que tiene sed de
hombres y mujeres capaces de tomar su cántaro de
agua de vida, y acercándose al hombre sufriente
y así le muestren el Agua Viva del amor de Dios.
Ya nos recordaba el Vaticano II cuando dice en la
Constitución Pastoral: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de
El día comenzaba a declinar, y acercándose los
doce, Le dijeron: “Despide a la multitud, para que
vayan a las aldeas y campos de los alrededores, y
hallen alojamiento y consigan alimentos; porque
aquí estamos en un lugar desierto...” “Denles ustedes de comer,” les dijo Jesús. Lc 9, 12-13ª
Jesús, servidor de todos los hombres, está siempre atento a las necesidades de todos, busca llenar
cada vacío del corazón humano, desde lo más básico hasta lo más complejo. En este caso se muestra conmovido por el hambre de quienes fielmente
le han seguido a través del camino, sus discípulos
son interpelados por Él e invitados a dar de comer
a todos aquellos. Pero también a todo aquel que
tiene hambre, ya sea porque el hambriento carece
de los medios para obtener ese alimento o porque
nosotros poseemos el nuestro y podemos desprendernos de él o proporcionarle el mismo al que de
momento no puede acceder a Él.
Comprendiendo en sentido amplio, esta obra
de misericordia, el Maestro nos llama a sentirnos
responsables de los más necesitados, de los que no
tienen que comer, pero también de compartir el
alimento que da la vida eterna. La vocación exige
entonces, en un primer momento compadecernos
del que necesita, y hasta sentir hambre con Él si
fuera necesario para luego poder calmar esa hambre.
nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los
que sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada
hay verdaderamente humano que no encuentre eco
en su corazón» (Gaudium et Spes, 1).
Oración: “Tomad, Señor, y recibid toda mi liber-
tad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, disponed de ello a toda
vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y vuestra
gracia que ésta me basta. Amén.” (S. Ignacio de
Loyola)
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: hacer una oración frente al Sagra-
rio por tantos jóvenes que viven alejados para que
el Señor les ayude a responder a su vocación cristiana.
Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con
nosotros está, su nombre es el Señor.
Vengan benditos de mi
Padre porque tuve sed y
me dieron de beber.
Mateo 25, 34-35.
V/ En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo
R/ Amén.
Oración Inicial
Bendito seas Señor, Padre que estás en el cielo,
porque en tu infinita misericordia te has inclinado
sobre la miseria del hombre y nos has dado a Jesús, tu Hijo, nacido de mujer, nuestro salvador y
amigo, hermano y redentor. Gracias, Padre bueno,
por el don del Año Jubilar; haz que sea un tiempo
favorable, el año del gran retorno a la casa paterna, donde Tú, lleno de amor, esperas a tus hijos
descarriados para darles el abrazo del perdón y
sentarlos a tu mesa, vestidos con el traje de fiesta.
Padre clemente, que en el Año Santo se fortalezca
nuestro amor a ti y al prójimo: que los discípulos
de Cristo promuevan la justicia y la paz; se anuncie a los pobres la Buena Nueva y que la Madre
Iglesia haga sentir su amor de predilección a los
pequeños y marginados. Padre Justo, que el gran
Jubileo sea una ocasión propicia para que todos
los católicos descubran el gozo de vivir en la escucha de tu palabra, abandonándose a tu voluntad;
que experimenten el valor de la comunión fraterna
partiendo juntos el pan y alabándote con himnos y
cánticos espirituales. Padre, rico en misericordia,
que el santo Jubileo sea un tiempo de apertura, de
diálogo y de encuentro con todos los que creen en
Cristo y con los miembros de otras religiones: en
tu inmenso amor, muestra generosamente tu misericordia con todos. Padre omnipotente, haz que
todos tus hijos sientan que en su caminar hacia ti,
meta última del hombre, los acompaña bondadosa la Virgen María, icono del amor puro, elegida
por ti para ser Madre de Cristo y de la Iglesia. A
ti, Padre de la vida, principio sin principio, suma
bondad y eterna luz, con el Hijo y el Espíritu, honor y gloria, alabanza y gratitud por los siglos sin
fin. Amén. Oración compuesta por San Juan Pablo II
2. Rezamos el Credo.
3. Canto: Nos hayamos aquí en este mundo (Los
peregrinos)
4. Iniciamos con las meditaciones como se muestra a continuación.
Oración: Señor que tu llamada nos capacite para
calmar tantas hambres, asumiendo, sin delegar a
otros esta responsabilidad, y sin relativizar, la urgente necesidad del alimento material para muchos de nuestros hermanos, manifestando así el
rostro de una Iglesia que comparte y sostiene la
vida de todos sus hijos. Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: preparar algunos víveres para
compartirlos con alguien cercano o llevarlos a la
Parroquia.
Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con
nosotros está, su nombre es el Señor.
Vía de la Misericordia
Vía de la Misericordia
3. Dar posada
al necesitado
Vengan benditos de mi Padre
porque fui forastero y me recibieron
en su casa. Mateo 25,35.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
4. Vestir al desnudo
Vengan benditos de mi Padre
porque estuve desnudo y me
vistieron. Mateo 25,36.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, lo
despojaron de sus vestiduras. Juan 19,23
El libro del Génesis presenta como consecuencia inmediata de la caída de nuestros primeros padres el darse cuenta de que estaban desnudos (Cfr.
Gn 3,7). Esta narración no describe el paso de la
posible ingenuidad a una mirada llena de malicia,
sino presenta una realidad más profunda y dolorosa: el pecado destruye la dignidad radical del ser
humano y éste en vano pretende recuperarla con
iniciativas propias al vestirse con hojas de higuera.
En la actualidad el discípulo de Cristo no puede
quedar satisfecho, creyendo que cumple la obra de
misericordia de vestir al desnudo (Cfr. Catecismo
de la Iglesia Católica, 2447), si tan solo toma literalmente el Evangelio (Cfr. Mt 25, 36). Sin pretender olvidar la atención urgente y prioritaria a
los hermanos que sufren hambre y frío (Cfr. St 2,
14-17), en este año de la Misericordia los esfuerzos de los creyentes deben sobrepasar con creces
una visión asistencialista.
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le
cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz
a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le
acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. (Lc 2,1-7)
Todo bautizado está llamado a seguir los pasos
del Señor, la vocación cristiana por excelencia es
imitar el ejemplo del Maestro, a entregarlo todo
por amor y servir al hermano en sus necesidades.
A través de esta obra de misericordia Dios nos invita a abrir nuestro hogar para recibir, para ayudar
a los hermanos que necesitan ser acogidos. Jesús
nos dice: “Vengan benditos de mi Padre… porque
fui forastero y me recibiste en su casa (Mt 25,35).
Se nos propone abrir nuestro hogar para compartir con el que no tiene. Es un llamado, en medio
de una sociedad individualista e indiferente, a ser
solidarios, a brindar apoyo y refugio a quien lo necesite. Es abrirnos a compartir el calor de hogar,
el cariño de los hermanos. No es solo brindar un
espacio físico donde albergar a quien no tiene un
techo o un lugar para quedarse, es ir más allá, es
preocuparse por el que llega a pedirte un lugar, es
estar atento a sus necesidades, es ser hospitalario
y generoso, es brindar atención, cariño y cuidado.
Es manifestar con nuestro testimonio la vocación
a la que Dios nos ha llamado. En consecuencia, la
vocación es revelación del amor de Dios, de donde
se deduce que no hay vocación sin Dios y sin amor
Vestir al desnudo implica hacer los esfuerzos
posibles para que recuperemos nuestra condición
de hijos del Padre que invita al que tiene dos túnicas a repartirlas con el que no tiene (Cfr. Lc 3, 11).
Esto solo es posible revistiéndonos de Cristo (Cfr.
Gal 3, 27), o sea aceptando el don de Aquél que,
desnudo en la cruz (Cfr. Jn 19, 23), se entregó por
nosotros.
Cuando el profeta Elías está por concluir su
vida llama a Eliseo para ser su sucesor, lo hace con
el gesto profético de echarle su manto encima (Cfr.
I Re 19, 19), entregarle su vestimenta es confiarle
su vocación. Hoy también los discípulos de Cristo, al compartir nuestro vestido con el desnudo,
le participamos de nuestra vocación a la santidad
(Cfr. Lumen Gentium 39) con una vida cada vez
más humana y plena.
Toda vocación implica diálogo con Dios que
ama llamando, por tanto vestir al desnudo no es
sustituir al prójimo como protagonista de su camino salvífico, sino propiciar las condiciones para
que cada quien responda más plenamente al Señor.
En este año de la misericordia esforcémonos para
que muchos puedan asumir la actitud de Pedro
ante el Resucitado: Cuando Simón Pedro oyó “es
el Señor”, se puso el vestido –pues estaba desnudo– y se lanzó al mar (Jn 21, 7), y se topen así
cara a cara con el amor del Padre manifestado en
el Hijo. El Papa Francisco nos recuerda que sólo
gracias a ese encuentro –o reencuentro– con el
amor de Dios, que se convierte en feliz amistad,
somos rescatados de nuestra conciencia aislada y
de la autorreferencialidad (Evangelii Gaudium 8).
y que solo a partir de ese Dios que ama y llama se
puede dar lo que solo Él da: el amor (II Congreso
Latinoamericano de Vocaciones #54).
Oración: Señor que podamos vivir tu amor, que
nos acoge y nos recibe a pesar de nuestras fragilidades, y que miremos el Rostro de Dios en aquel
que llega a tocar a mi puerta y poder manifestarle
de lo que he sido testigo, de tu gran misericordia.
Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: ser hospitalario y acogedor con un
miembro de mi familia, o brindar una ayuda económica para éste fin a través de la pastoral social
de mi parroquia.
Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con
5. Visitar a los enfermos
Vengan benditos de mi Padre
porque estuve enfermo y me
visitaron. Mateo 25,36.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado
Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir;
ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve
y viva». Y se fue con él. Marcos 5,22.
El amor que nos tiene nuestro Padre es tal, que
nos envió a su Hijo como propiciación de nuestros
pecados (1 Jn 4,10). Habíamos perdido la posesión del bien y era necesario que se nos devolviera: ocupábamos ver de nuevo la Luz (San Gregorio
de Nisa). Fue así como nuestra naturaleza humana
fue sanada por medio del Sacrificio Redentor de
Jesucristo y nos devolvió la vida.
Al optar por la vida, la Iglesia cumple con el
mandato divino de dar vida, especialmente a los
más necesitados y marginados. Cristo envió a sus
apóstoles a predicar el Reino de Dios y a curar a
nosotros está, su nombre es el Señor.
La Escritura inicia con la imagen de la mujer
desnuda, alegoría de la humanidad hundida en el
pecado, y concluye con la gran señal de la mujer
vestida de sol (Cfr. Ap 12, 1), símbolo de la humanidad redimida, de la cuál María es la primera.
Oración: Madre Santa intercede por nosotros para
que en este año, por la acción del Espíritu, seamos
revestidos del Hombre Nuevo, creado según Dios,
en la justicia y santidad de la verdad (Ef 4, 24).
Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: dar de mis mejores vestidos a al-
gún familiar de escasos recursos, y ofrecer una
Hora Santa por tantos que viven desnudos por los
vicios que les han robado su dignidad de hijos de
Dios.
Canto: Amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz.
6. Socorrer a los
encarcelados
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad reunida oraba insistentemente a Dios por él.
Hechos 12,5.
En nuestro país existen alrededor de catorce
mil personas privadas de libertad en los catorce
centros penitenciarios que se encuentran en nuestro país, junto con ellos catorce mil familias también sufren el proceso doloroso de la condena y las
consecuencias negativas que no se hacen esperar.
¿Dónde estamos los cristianos ante el dolor de estos hermanos?
El Jesús al que seguimos es aquél que nos llama
a concretar nuestra experiencia de fe en la práctica
de la misericordia, de forma particular con quienes
son socialmente invisibles, como lo son hoy las
personas privadas de libertad y sus familias.
Ayer como hoy el Señor sigue llamando a hombres y mujeres a la tarea nada fácil de acompañar a
estas personas que aunque privadas de su libertad
no dejan de ser hijos de Dios y la conversión sigue
siendo una invitación para ellos. Este llamado lo
han escuchado laicos comprometidos de todo el
país que dedican horas de su tiempo al servicio de
los enfermos, verdaderas catedrales del encuentro
con el Señor Jesús (DA 417).
En el enfermo reconocemos el rostro de Jesús;
un rostro para reconocer, contemplar y servir. Al
visitar a los enfermos en los hospitales, hogares de
ancianos, casas de retiro, familiares, amigos, y en
la compañía silenciosa del enfermo junto con un
trato digno y cariñoso, se manifiesta la maternidad
de la Iglesia que se aproxima al doliente con amor
y ternura. Recordemos que el enfermo está sediento de la Palabra, necesitado de elaborar un camino
de perdón de sí mismo y hacia los demás y que, en
su sufrimiento, vive una experiencia especial de la
cruz y de la resurrección del Señor (DA 420).
Para ser capaces de vivir la experiencia redentora desde el evento doliente es necesario, en
primer lugar de saciarlos de la Palabra de Dios,
y recuperar el valor del silencio, un silencio de
amor fecundo (San Juan de la Cruz), para llegar a
contemplar y asumir la misericordia de Dios como
propio estilo de vida.
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: visitar algún hermano enfermo
acompañado de un ministro extraordinario de la
comunión.
Canto: Amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz.
Oración: Señor, danos fuerza para anunciar con
valentía tu Palabra, en la tarea de la nueva evangelización, para llevar esperanza a todos aquellos
cansados y agobiados por la enfermedad. Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
la pastoral penitenciaria, y con dedicación exclusiva algunas congregaciones u órdenes religiosas
tienen como parte de su misión principal la atención a los presos y sus familias.
Oración: Señor que en tu Iglesia sigan surgiendo
sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos comprometidos, que aceptando el llamado que les haces
se conviertan en una maravillosa expresión de la
vocación cristiana que no es otra más que aquella que nos vuelve misericordiosos como el “buen
samaritano”, y que nos hace entender que para ser
“discípulos misioneros” tenemos que aprender a
escuchar tu voz misericordiosa que nos invita a seguirle por este camino. Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: visitar a alguna familia de un her-
mano que esté preso y brindar mi apoyo a alguna
de sus necesidades.
Canto: Cristo te necesita para amar.
Vengan benditos de mi
Padre porque estuve
en la cárcel y vinieron
a verme.
Mateo 25,36.
Vía de la Misericordia
Vía de la Misericordia
Y envolviéndolo en una
sábana lo pusieron en el
sepulcro. Lucas 23,50.
7. Enterrar a los
muertos
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Un hombre llamado José, hombre bueno y justo, pidió a Pilato el cuerpo de Jesús, y después de
descolgarlo, le envolvió en una sábana y le puso en
un sepulcro. Las mujeres que habían venido con él
desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro
y cómo era colocado su cuerpo. Lucas 23, 50-56.
Es bien conocida de todos, la gran misericordia
que tuvo el Buen Samaritano, a quien Jesús nos
propone como modelo a imitar: su acción en beneficio de un desconocido, a quien le da su propio
lugar y trata como a sí mismo y por quien se endeuda hasta el día siguiente. Su caridad ve siempre
más allá de lo permitido, de lo imaginable. Amar
sin medida, decía San Agustín, es la medida del
amor. Y en la vivencia de la caridad somos invitados a expresar este gran respeto por el otro, por
el prójimo, aún después de su muerte, siendo partícipes también en su funeral. Actitud de respeto
y homenaje por el difunto, actitud de compasión
y cercanía con sus familiares. Gesto de fe ante la
muerte, expresión de esperanza ante la resurrección. Gesto de alegría en un momento de dolor,
compañía ante la ausencia del ser querido.
La actitud de José de Arimatea hacia Jesús ya
muerto nos queda como ejemplo: dedicar de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo, de nuestros bienes
ante los restos mortales de alguno, es signo de ese
8. Enseñar al que
no sabe
Enseña al niño el camino del bien y
cuando sea anciano no se apartará
de él. Proverbios 22,6
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y
a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas.
Esdras 7, 10
Es obra de misericordia sacar de la ignorancia
al que no sabe, al que desconoce lo bueno, a esto
se refiere esta responsabilidad, a enseñar lo bueno,
a señalarlo como el camino a seguir y el ideal a
alcanzar, de lo contrario, si enseño algo que sirve
para la desedificación de mi hermano, dejo de hacer misericordia.
Así como Esdras, Dios sigue llamando a hombres y mujeres de todos los pueblos a enseñar a los
hermanos que desconocen especialmente a Cristo,
pero a la vez buscando promover a todo el hombre, es decir, enseñarle a buscar su plenitud total y
real, lo cual solo se alcanza en Dios, pero pasa necesariamente por todo lo que el hombre es y hace.
Como a Esdras a los que son llamados por Dios
a seguirle de una manera particular, se le invita a:
1. Estudiar la ley del Señor, porque no se puede
enseñar aquello que no se sabe.
2. Poner en práctica, es decir creer y vivir aquello que quiero enseñar.
3. Enseñar a todos eso que he aprendido y que
vivo, sabiendo que el testimonio arrastra. Esta
obra nos impulsa entonces a saborear la verdad,
tratar de comprenderla, vivirla y necesariamente a
predicarla con y sin palabras.
Oración: Buen Dios misericordioso, tu Hijo nos
ha enseñado el camino de la salvación, que seamos
nuevos transmisores de la fe que conduce a la sal-
amor que ha de unirnos a todos, y por el cual somos reconocidos como discípulos; ha de ser signo
de amistad sincera de quien se da aún más allá de
lo que sus límites le imponen; signo de fe por el
que reconocemos nuestros cuerpos como templos
en los cuales vive Dios (Gál 2,20) y que un día
resucitarán.
Oración: Señor Jesús, tú nos llamas a ser testigos
en la práctica del amor, lo seremos también practicando con nuestros hermanos los mismos gestos
que tú encarnaste… incluso después de su muerte.
Que hagamos el propósito, como José de Arimatea
y las mujeres, y socorramos a aquellos que pasan
por la pérdida de algún ser querido.
9. Dar buen consejo al
que lo necesita
Escucha el consejo y acepta
la corrección y llegarás a ser
finalmente sabio. Proverbios 19,20.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Al decir que una persona tiene carisma, inevitablemente pensamos en alguien con una personalidad atrayente y significativa, capaz de fascinar.
San Pablo utilizaba este término para describir los
dones gratuitos que Dios da, para poder solucionar necesidades concretas, especialmente dirigidas
a crear y fomentar la comunión. (1 Cor 12, 1-11)
Uno de ellos es el de consejo. Este don se ejerce con sabiduría, prudencia, autoridad, humidad y
caridad. No podemos medir las consecuencias al
dar un buen consejo, pero si tenemos la confianza
de que al darlo de manera oportuna y con recta
intención, podemos salvar no sólo esa alma, sino
que los frutos de conversión serán abundantes.
Con caridad para no aplastar con nuestras palabras
a un alma debilitada; con autoridad para reconocer
en la persona sus fortalezas para promocionarla y
no para degradarla, y, de esta manera, acercarla a
Dios y pueda producir frutos en sí mismo y para
los demás,
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: dar de nosotros mismos y de nuestras cosas, la próxima vez que nos demos cuenta
de la muerte de algún miembro de la comunidad.
Cuántas veces decimos palabras vacías y no
podemos pronunciar sabias palabras de consejo…
Debemos aconsejarnos por el propio Espíritu Santo y alimentarnos de los Sacramentos, de la Palabra y desde nuestra propia experiencia redentora,
Canto: Cristo te necesita para amar
vación como encuentro definitivo contigo; que en
nuestros hogares nos esforcemos por hacer crecer
en sabiduría y gracia a ejemplo de la familia de
Nazaret. Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: comprometerme en la medida de
mis posibilidades como Catequista de mi comunidad parroquial, o colaborar con los catequistas.
Canto: Que suerte es tener un corazón sin puertas.
Ahora quiero aconsejar a los ancianos, ya que
yo soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que también voy a tener parte
en la gloria que ha de manifestarse. Cuiden de las
ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no
forzadamente ni por ambición de dinero, sino de
buena gana. No actúen como si pudieran disponer
de los que están a su cargo, sino más bien traten de
ser un modelo para su rebaño. 1 Pedro 5.
10. Corregir al que está
en error
“Si tu hermano peca, ve y
repréndelo a solas; si te escucha,
has ganado a tu hermano. Mateo 18,15.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Así que, no es la voluntad de vuestro Padre
que está en los cielos que se pierda uno de estos
pequeños. Por tanto, si tu hermano peca contra ti,
ve y repréndele entre tú y él solos; si te escucha,
has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha,
toma aun contigo a uno o a dos, para que por boca
de dos o de tres testigos conste toda palabra. Y si
no los escucha a ellos, dilo a la Iglesia; y si no
escucha a la Iglesia, tenle por pagano y publicano.
Mateo 18,15ss.
Seguimos esta Via Misericordiae meditando
esta obra de misericordia espiritual, tan cercana
a nosotros, cuando con mucha facilidad nos pue-
de dar risa o enojo en el momento en que algún
hermano se equivoca. No olvidemos que nosotros
mismos no somos perfectos y que inevitablemente
también nos podremos equivocar. Crecemos viviendo la misericordia como experiencia de vida,
así como no nos gusta que se rían o se enojen de
nuestras equivocaciones, pues seamos misericordiosos con los demás.
La persona llamada por Dios a la santidad crece cuando está abierta a la corrección y siente en
carne propia el abrazo de nuestro Señor por medio
de la corrección fraterna que inspira esta obra de
misericordia. ¿Qué necesita? Primero, que llamemos al hermano que se ha equivocado en privado
y por pura caridad le amonestemos para que cambie. ¿Qué disposición de nuestra parte? Desear
con todo el corazón que nuestras palabras y gestos
inspirados por la oración hagan crecer al hermano
desde lo humano y lo espiritual. ¿Cómo hacerlo?
Con una dosis de educación, respecto y humildad,
al estilo del Maestro, Manso y Humilde de Corazón. ¿Con qué finalidad? Iluminar el camino del
hermano, para que siga respondiendo con alegría
al Señor, que le está llamando a vivir como testigo
suyo desde la caridad y la esperanza vivida por la
fe.
y así poder llevar el Reino de Dios a todo aquel
que lo necesite mediante una palabra de verdad y
de amor.
Con humildad debemos pedir un buen consejo
a Dios, con oración sincera de súplica y ser dóciles
a la acción del Espíritu divino: No hay sabiduría,
ni inteligencia, ni consejo humano que valgan delante del Señor (Prov 21,30), porque suyo es el
consejo, suya la prudencia (Job 12,13).
Oración: Señor, envía tu luz y tu verdad, que ellas
nos guíen y nos conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada santa. Que mis palabras sean
prudentes y muestren el camino de la salvación.
Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: brindar mi ayuda profesional o de
fe a los sacerdotes para que en la dirección de su
rebaño puedan tener herramientas que les faciliten
la guía y orientación de mis hermanos. Buscar al
sacerdote de mi comunidad para hacer experiencia
de la dirección espiritual.
Canto: Un mandamiento nuevo nos da el Señor.
Oración: Señor que seamos dóciles a tu Espíritu,
de manera que pongamos en práctica esta obra de
misericordia que nos invita siempre a crecer en la
virtud y así edificar la comunidad de los creyentes.
Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: acercarme a algún familiar o ami-
go y hacerle una corrección fraterna de alguna actitud que no sea acorde con la fe que profesamos,
e invitarlo a hacer experiencia en algún apostolado
del que seamos partícipes.
Canto: Un mandamiento nuevo nos da el Señor.
Vía de la Misericordia
Vía de la Misericordia
11. Perdonar las injurias
“Si tu hermano peca, ve
y repréndelo a solas; si te
escucha, has ganado a tu
hermano.
Mateo 18,15.
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Entonces Pedro, acercándose a él, dijo: Señor,
¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque
contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18, 21-22
En las parábolas dedicadas a la misericordia,
Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un
Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no
haya disuelto el pecado y superado el rechazo con
la compasión y la misericordia. Conocemos estas
parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del
padre y los dos hijos (cfr. Lc 15,1-32).
En estas parábolas, Dios es presentado
siempre lleno de alegría, sobre todo
cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio
y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como
la fuerza que todo vence,
que llena de amor el corazón y que consuela con el
perdón (Misericordiae Vultus 9). Con estas palabras
el Papa Francisco nos recuerda que el núcleo de la
Buena Nueva es, precisamente, la misericordia. En
este núcleo fundamental lo
que resplandece es la belleza
del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto
y resucitado (Evangelii Gaudium 36).
El presente año es un tiempo propicio para
volver al núcleo del primer amor (Cfr. Ap 2,4)
encontrándose con el corazón misericordioso del
Padre y para recordar la vocación del discípulo a
ser instrumento de compasión (Cfr. Jn 20, 23). El
camino para vivir la vocación de perdonar injurias
empieza con la toma de consciencia del amor de
Dios que nos “primerea” (Cfr. Evangelii Gaudium
24) en el perdón. Los padres conciliares afirman:
Pero como todos tropezamos en muchas cosas –
Cfr. St 3,2– tenemos continua necesidad de la misericordia de Dios y hemos de orar todos los días
“perdónanos nuestras deudas” –Mt 6,12– (Lumen
Gentium 40).
Cuando experimentamos el perdón de Dios
nos sentimos impulsados a perdonar de la misma
manera, pues a quien mucho se le perdona mucho
ama (Cfr. Lc 7,47). Sólo cuando nos abrimos a la
alegría de la reconciliación con el prójimo experimentamos la plenitud de la reconciliación con
el Padre, de lo contrario nos colocamos en la peligrosa situación del servidor malvado que no se
compadece de su compañero (Cfr. Mt 18, 23-35).
Esta vocación al perdón se ve colmada cuando la vida del discípulo se convierte en testimonio
para otros. San Pablo afirma somos pues embajadores de Cristo, es como si Dios exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo les suplicamos:
¡reconcíliense con Dios! (II Co 5, 20). En una sociedad como la nuestra donde predominan la violencia, el ajuste de cuentas y la venganza, este año
de la misericordia es el momento favorable para
que la vida de los creyentes se convierta en testimonio y en camino de reconciliación para muchos.
Oración: Señor perdónanos nuestras ofensas
como nosotros perdonamos a todos los que nos
han ofendido, que seamos testigos de tu amor misericordioso y mostremos tu rostro de Padre que
abraza al que se arrepiente y vuelve la mirada a
ti. Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
12. Consolar al triste
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro
días que Lázaro estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a
María, para consolarlas por su hermano. Entonces
Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a
Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano
no habría muerto. Más también sé ahora que todo
lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo:
Tu hermano resucitará. Juan 11, 17ss.
El Señor mismo nos recuerda que aquellos que
lloran no pueden sentirse desahuciados. Por tanto
el discípulo del Señor se debe sentir llamado para
ser cercano y consolar al triste; porque hoy como
ayer son muchos los que experimentan desolación,
muchas personas han sido atrapadas por la depresión y no saben cómo salir de ese dolor del alma
que carcome sus sueños y nubla su alegría; la tristeza es como un virus que destruye poco a poco a
muchos de nuestros hermanos, de ahí que no podemos ser indiferentes ante aquellos que esperan
por el consuelo de Dios, lo que se necesita en esos
momentos no es más que la cercanía, el abrazo fraterno y la palabra de apoyo, no se trata de consolar
diciendo no llores, se trata de consolar incluso diciendo no estás solo, Dios entiende tu dolor y yo
oraré por ti. Porque cuando consolamos al triste,
nos parecemos a Dios, que se dedica a enjugar las lágrimas de todos los rostros,
es devolver con la alegría del Evangelio y el abrazo misericordioso
del Padre, la esperanza que
reconforta y anima para
Bienaventurados
los que lloran
porque ellos serán
consolados.
Mateo 5, 4.
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: reconciliarme con aquellas perso-
nas a las que les he guardado rencor, sea en mi
familia, trabajo o lugar de estudios. Orando frente
al Santísimo pediré al Señor ésta gracia.
Canto: Si yo no tengo amor.
ser capaz de levantarse y anunciar que los que lloran son consolados.
Hoy consolamos y mañana seremos consolados; porque nadie está exento de pasar por la tristeza, todos tenemos la posibilidad de acercarnos
y consolar porque ni es un don reservado, ni una
tarea de pocos, solo basta con salir de nuestra comodidad para ser capaz de curar las heridas “con
el aceite del consuelo y el vino de la esperanza”
Oración: Señor misericordioso hemos ido hacien-
do este camino para ir asemejándonos al corazón
de tu Hijo, danos las fuerzas para saber tener una
palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, que nos mostremos disponibles ante tanto
que sufren en el cuerpo y el espíritu y les llevemos
tu Palabra que sigue calmando las tempestades.
Amén.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: en mi familia, en mi círculo de
amigos, en el ambiente laboral o de estudios voy a
acercarme a una persona y le voy a dar una palabra
de esperanza y le ofreceré mi oración de ese día
por ella y se lo haré saber a ese hermano.
Canto: Tan cerca de mí.
Vía de la Misericordia
Vía de la Misericordia
13. Sufrir con paciencia
los defectos de los demás
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su
elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante
de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de
Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo
recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando
sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego
del cielo para consumirlos?” Pero él se dio vuelta
y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. Lucas
9, 51-56.
En Cristo encontramos el modelo perfecto a seguir en nuestra vida cristiana, y por ello la forma
en que Jesús nos enseña a amar “hasta el extremo”, se convierte en la medida de nuestra capacidad de amar a los hermanos. Cristo mismo es
la misericordia manifiesta del Padre, por lo que en
Él nos damos cuenta de que el amar y el sufrir no
son elementos que caminan separados en la vida
eclesial, el que mucho ama debe también asumir el
sufrimiento que de ello se desprende.
“La Iglesia existe en las personas”, nos decía el
Papa Benedicto XVI en su momento, y sabemos
por el Magisterio que la Iglesia es una realidad
compleja (LG 8). Por lo que nosotros, como personas, también somos realidades complejas: nada
es más difícil que trabajar con las personas. La
complejidad de los misterios humanos, hace que
nuestras vidas se vean inmersas en medio de dificultades continuas con los demás, aunque muchas
veces queramos hacer el bien. Toda persona posee
virtudes y también defectos, así es nuestra vida y
así somos todos.
La gracia y cercanía de la misericordia de Dios,
vivida primariamente en nosotros mismos, nos
ayuda a vivir esa misma actitud para con los hermanos, ser reflejo de la actitud misericordiosa de
Jesús “hasta el extremo”. Nos dice con gran realismo el II Congreso Continental Latinoamericano
de Vocaciones. “… la más sublime expresión de
la vocación es amar hasta el martirio, experiencia
‘redentora’ y ‘misionera’ de identificación con el
Maestro” (#58).
Por lo que, así como tengo que soportar con
paciencia los defectos y las dificultades de los demás, los otros también hacen sus esfuerzos, y a
veces más grandes que los nuestros, por soportarnos a nosotros con nuestros defectos y errores. La
paciencia y la misericordia son, en nosotros, regalos que Jesús nos da, para llevar adelante una convivencia humana y cristiana, caracterizada por el
amor a todos, en especial al más necesitado, para
crear una verdadera fraternidad y aprender a ser
cercanos a las personas, comprendiéndolos desde
nuestra propia realidad de pecadores que se acogen al amor misericordioso de Jesús.
La Iglesia toda ella es ‘vocacionada’ y en la
multitud y diversidad de vocaciones que en Ella
existen, es necesario comprender que trabajamos
con personas, todos necesitados del amor y la misericordia de Dios, que Jesús es nuestro modelo y
Maestro, que estamos llamados a vivir como una
sola familia de hermanos y a vivir la solidaridad y
complementariedad, siendo discípulos misioneros
del ‘único necesario’ en nuestra vida. Toda vocación está llamada a vivir y a moverse dentro del
ámbito de lo que el Papa Francisco nos indica: “Lo
que movía a Jesús en todas las circunstancias no
era sino la misericordia, con la cual leía el corazón
de los interlocutores y respondía a sus necesidades
más reales” (Bula Misericordiae Vultus 8b).
Oración: Padre bondadoso ayúdanos a amar sin
medida, ayúdanos a amar hasta que duela y que
nuestras fuerzas se renueven en cada Eucaristía,
para que Jesús mismo anime nuestra propia vocación y llevemos a la vida esta obra de misericordia. Amén.
14. Rogar a Dios
por vivos y difuntos
TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos,
R/ Porque ellos alcanzarán misericordia.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
No se turbe su corazón. Crean en Dios: crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas
estancias; si no, se los habría dicho; porque voy a
prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya
preparado un lugar, volveré y los tomaré conmigo,
para que donde esté yo estén también ustedes. Y
adonde yo voy saben el camino. Le dice Tomás:
Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos
saber el camino? Le dice Jesús: Yo soy el Camino,
la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
Juan 14,1-6.
Junto a las obras de misericordia “corporales”
que ya hemos meditado en este Via Misericoridae, es necesario también que ocupemos unos
instantes en reflexionar sobre las obras de
misericordia “espirituales” como lo señala
el Papa en su invitación a este año jubilar.
(Misericordiae Vultus 15).
La oración, en la vida de la Iglesia, “es una predicación que nos
hacemos a nosotros mismos” decía
San Vicente de Paúl, por eso no se
trata de una acto pasivo que nos aleja de la realidad, sino de un auténtico compromiso que nace del encuentro con el Dios misericordioso
y que nos invita a salir de nosotros
mismos para que llevemos a la
plegaria las necesidades de nuestros hermanos.
Aquí cobra sentido la enorme
riqueza que significa la vida contemplativa en la Iglesia; la voca-
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Padre perdónalos
porque no saben lo
que hacen.
Lucas 23,34.
Compromiso: ser tolerante con aquella persona
que en mi familia, trabajo o estudio me es difícil
tratar, sea por su carácter, su forma de hablar o por
alguna actitud que me disguste y por esa persona
ofrecer una oración, un ayuno, o la comunión eucarística dominical.
Canto: Si escuchas la voz del viento.
Ante todo recomiendo
que se hagan plegarias,
oraciones, súplicas y
acciones de gracias por
todos los hombres.
1 Timoteo 2,1.
ción de miles de hombres y mujeres que han sentido el llamado de Dios y dedicaron su vida a la
misión de orar. Monjes y monjas que en el silencio
de un monasterio encuentran la fuerza de un Dios
misericordioso que los impulsa a creer en el ministerio de la oración como la fuerza que da vida a la
Iglesia que peregrina entre gozos y tristezas.
Pero junto con ellos todo cristiano, los que han
sido llamados a ser ministros de la misericordia
en el orden sacerdotal, los que han sido llamados
a vivir radicalmente la misericordia de Dios en la
Vida Consagrada, los que han sido insertados en
el cuerpo de Cristo misericordioso por el bautismo; necesitan vivir intensamente la oración pero
no como una experiencia intimista que se reduce
a “Dios y yo”, sino como una auténtica vivencia
de la misericordia, o sea, asumir la misión de orar
por la humanidad, de forma particular por quienes
sufren hambre, pobreza, enfermedad, privación de
libertad, soledad, persecución… en fin, por todos
aquellos que requieren la misericordia de Dios en
sus vidas. Pero además por quienes ya han partido
de la vida terrena y no han encontrado la gracia de
Dios en su plenitud y se encuentran en un estado
de purificación para poder contemplar la luz sin
ocaso del rostro del Señor.
Oración: Señor, dale descanso eterno a todos
nuestros hermanos difuntos y que brille para ellos
la luz perpetua, y a nosotros peregrinos en esta
tierra haznos desear llegar a compartir la luz de
la eternidad, que seamos buenos portadores de esperanza, heraldos de tu Palabra y portadores de tú
vida.
V/ Que seamos misericordiosos.
R/ Como tú, Padre eres misericordioso
V/ María es Madre de gracia y Madre de
misericordia
R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran
Señora.
Compromiso: Ofrecer una Eucaristía
por el eterno descanso de los difuntos y
rogar al buen Dios por aquellos seres
queridos que viven para que su esperanza, fe y caridad no decaiga ante
las dificultades diarias.
Canto: Anunciaremos tu reino, Señor.
Vía de la Misericordia
Conclusión
“Jesucristo es el rostro de la
misericordia del Padre”
(Misericordiae Vultus 1).
Hemos meditado, a lo largo de este camino,
el abanico tan amplio que implica seguir a Cristo
y vivir la misericordia que en Él se ha manifestado. Un camino que debe convertirse en un reto
constante para todos los que deseamos pasar por el
mundo haciendo el bien, pues “ser cristiano no es
una carga, es un don” (Doc. Aparecida 28), del cual
solo podemos recibir la felicidad y la realización
plena. Ser misericordiosos es pertenecerle a Cristo, es tender a una semejanza más perfectible con
Jesús, que nos muestra al Padre. San Juan Pablo II
hablaba de Cristo con las siguientes palabras: “…
él mismo la encarna y personifica. Él mismo es, en
cierto sentido, la misericordia. A quien la ve y la
encuentra en él, Dios se hace concretamente ‘visible’ como Padre ‘rico en misericordia’.” (Dives in
misericordia 2b). O como nos dirá el Papa Francisco: “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus
gestos y con toda su persona revela misericordia
de Dios” (Misericordiae Vultus 1).
Eco Católico
Este Año de la Misericordia nos llama como Iglesia
a no perder la razón de ser de nuestra existencia, sino
a tener la mirada fija en Aquél que es fuente del Amor
verdadero. Un corazón humilde, humano, sincero, fiel
que desea el bien y ama la justicia, se convierte en
el lugar de encuentro con el corazón de Dios que le
habla y lo convoca, junto a los hermanos y hermanas,
a vivir en su cotidianidad el camino de salvación que
Jesús nos ofrece: su Reino. Seguirá diciendo el Papa
Francisco: “Misericordia: es la palabra que revela el
misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el
acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que
habita en el corazón de cada persona cuando mira con
ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino
de la vida…” (Misericordiae Vultus 2).
La misericordia hace cercano el misterio de Dios
al ser humano que está sediento de Él. No son acciones extraordinarias las que debemos hacer, tal y como
lo hemos reflexionado, es hacer de lo ordinario reflejo, o mejor, espejo de la acción de Dios en favor
de su pueblo, especialmente de los más necesitados.
Por eso, toda vocación es un regalo de Dios a su pueblo, para que se siga mostrando en la historia humana, que “Dios nos pensó, nos ideó en sí mismo. Nos
contempló en esa idea o proyecto suyo y se enamoró
locamente de nosotros” (Santa Catalina de Siena. En:
Salvador y Conde, José. Epistolario de Santa Catalina
de Siena. Espíritu y doctrina. T. I, p.3). No hay vocación verdadera, que no llene de felicidad el corazón y
la vida del creyente y de la Iglesia. Sigamos pidiendo
a Cristo que nos siga mostrando el Rostro misericordioso del Padre.
Mons. José Manuel Garita Herrera
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral
Vocacional
Señor Dios nuestro…
haznos misericordiosos.
Señor de bondad infinita…
haznos misericordiosos.
Señor vida de los difuntos…
haznos misericordiosos.
Señor fuente de toda santidad…
haznos misericordiosos.
Padre Misericordioso…
haznos misericordiosos.
Señor alivio de los moribundos…
haznos misericordiosos.
Señor dador de todas las gracias…
haznos misericordiosos.
Señor origen de la sabiduría…
haznos misericordiosos.
Señor Creador y Salvador…
haznos misericordiosos.
Señor manantial de agua viva…
haznos misericordiosos.
Señor fuente de nuestra alegría…
haznos misericordiosos.
Padre Amoroso… haznos misericordiosos.
Padre gloria de los Santos…
haznos misericordiosos.
Señor descanso de los atribulados…
haznos misericordiosos.
Señor alimento de vida…
haznos misericordiosos.
Hijo de Dios Vivo… Sálvanos para que
lleguemos a glorificarte por toda la
eternidad. Amén
Que el Señor nos bendiga y nos guarde de
todo mal. Amén.
11
Cardenal Leopoldo Brenes, Nicaragua
“El primer migrante es Jesús”
A su paso por Costa Rica en la reunión del Secretariado Episcopal de América Central, el Arzobispo de Managua,
habló de la situación migratoria de los cubanos y hace un llamado al razonamiento y el diálogo entre países.
Gerardo Mora Pana
[email protected]
“Estoy convencido que
nuestros conflictos
solamente los vamos
a solucionar cuando
optemos por el diálogo
y el Papa está diciendo
eso, la guerra no deja
nada, nunca a través de la
guerra hemos logrado la
paz”.
Monseñor, ¿cómo impacta a
Nicaragua y Costa Rica el tema de
los migrantes cubanos?
No lo veo solamente sobre nosotros, no es problema de Costa Rica y
de Nicaragua. Es una cuestión de esos
hombres y mujeres que van como peregrinos en búsqueda de un bien mayor, pues sienten que en sus países no
se estaban realizando a nivel personal
y familiar y piensan que en Estados
Unidos lo van a encontrar. Pero inician
un éxodo con una cantidad de riesgos.
Hay todo un conflicto al aventurarse
sin saber cómo están las fronteras. Es
lastimoso el hecho de que un refugiado que ha dejado su país por motivos
muy especiales tenga que sufrir. Por
eso no pienso solo en Costa Rica y
Nicaragua, pienso en la situación de
las fronteras de otros países. Es una situación delicada donde muchos mueren en su camino, es difícil sobre todo
para los niños.
¿De quién es el problema? Se
lo pegunto en forma general…
cuando el mundo cada día se
deshumaniza más…
Concluimos diciendo:
Entrevista
Domingo 6 de diciembre 2015
La situación migratoria no es de
ahorita, el primer migrante es Jesús
que anduvo de “cabo a rabo”, no encontraba una casa y es lo que sucede
con muchos migrantes. Creo que todos los centroamericanos de una u
otra forma tenemos hermanos que han
sufrido la muerte, muchos han quedado sin sus piernas, cuántas muchachas
han sido violadas, asesinadas… la
migración es todo un riesgo. Lo triste es que el mayor porcentaje sale a
otros países a trabajar, algunos irán de
una forma negativa, pero pienso que
la gran mayoría va para aportar a la
economía porque van a trabajar. Luego se da otro problema, a veces son
mal pagados pues se aprovechan de
su condición de que no están legales
y los explotan. Todo esto, debe llamar
a la reflexión. Véalo en Europa con la
tas mentiras se dicen! Los que fueron
regresaron llenos de regalos, llenos de
cariño, y también ocurre con los nicaragüenses que viven aquí. Ellos reciben apoyo, y si están aquí es porque
lo sienten.
El Cardenal se encontró con el Presidente Luis Guillermo Solís el martes 24
de noviembre. Coincidieron que el problema migratorio de los cubanos no
compete solamente a sus naciones.
cantidad de migrantes, en otros países
de América Latina…
En el caso de la Iglesia, el Papa ha
mandado a abrir los templos para
atender migrantes-refugiados…
¿Hay un límite a esta oleada de
migrantes en diferentes latitudes?
En Costa Rica muchísima gente ha
sido generosa con los cubanos. Y así
en muchos países hay gente generosa,
no todo es negativo. Tenemos que trabajar mucho para que ojalá nuestros
países puedan evitar todo esto… porque la familia se divide, muchas veces
el esposo se va y funda otra familia, y
eso destruye a la familia.
Hago un llamado a todos nuestros
gobiernos para que comiencen a realizarse proyectos de nación para crear
fuentes de trabajo, mucha gente deja
el país porque no encuentra trabajo y
va buscando subsistencia, la gente no
se va así porque así, se va por necesidad.
Cuando uno escucha “voy a los
Estados Unidos” y vemos la cantidad
de dinero que esas personas mandan
a sus países, es gente que se queda
trabajando para mandarle a sus hijos
que dejaron aquí con la abuelita o una
tía… si en nuestros países hubiesen
los empleos necesarios nadie se iría,
porque muchas veces se van a vivir
humillaciones.
¿Qué podría decir de esta situación
específica con los cubanos que ha
vuelto a levantar tensiones entre
Costa Rica y Nicaragua?
Siento que esto no es entre la gente
del pueblo, esto se da en los líderes, en
las cabezas. Puedo decir mi experiencia, siendo obispo de Matagalpa, íbamos a recibir 60 misioneros de Costa
Rica, pero viajaron 40, los otros 20 tenían miedo porque les dijeron que en
Nicaragua abusarían de ellos. ¡Cuán-
¿Se le ha pedido mediación
para alivianar la tensión? ¿Ha
conversado con los gobernantes?
No se me ha pedido mediación,
pero platicando tanto en Nicaragua
como en Costa Rica, cuando he tenido
la oportunidad, les pido que se sienten a dialogar. En Costa Rica lo hice
cuando me encontraba con personeros
de doña Laura Chinchilla, igual ahora
con el Presidente de turno. Pienso que
las confrontaciones nunca dejan nada.
Y esto se ve en las familias, mientras
no se sienten a platicar los problemas
van a estar y en un momento dado alguien tiene que doblar la mano y esto
no significa que se le da toda la razón
a la otra parte. Pienso que nadie tiene
la razón plena, todos podemos aportar con humildad, y si aceptamos las
posturas del otro, podemos ir por buen
camino. Estoy convencido que nuestros conflictos solamente los vamos
a solucionar cuando optemos por el
diálogo y el Papa está diciendo eso,
la guerra no deja nada, nunca a través
de la guerra hemos logrado la paz. La
guerra nunca deja nada, la violencia
engendra violencia.
12
Opinión
Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Eco Católico
Opinión
Domingo 6 de diciembre 2015
A manera de Editorial
Nos ven
En diálogo
Monseñor José Rafael Quirós
Arzobispo de San José
Mensaje al Pueblo de Dios en Centroamérica Ministros de misericordia
Mensaje de los Obispos del SEDAC durante su Asamblea Anual 2015
Los Obispos de Centroamérica
nos hemos reunido en Heredia, Costa Rica, del 23 al 27 de noviembre en
el marco de la Asamblea Anual del
Secretariado Episcopal de América
Central (SEDAC). Nos han acompañado el Emmo. Señor Cardenal Sean
O’Malley, Arzobispo de Boston;
Mons Octavio Ruiz A., Secretario
del Pontificio Consejo para la Nueva
Evangelización; Mons. Juan Espinoza, Secretario General del CELAM,
y, como invitado, Mons. Christopher
Glancy, Obispo Auxiliar de Belice. Al
dirigirnos a ustedes, “les deseamos la
gracia y la paz de parte de nuestro Señor Jesucristo…” y les compartimos
el gozo de nuestro encuentro eclesial,
al mismo tiempo que las preocupaciones y proyectos pastorales que hemos
puesto en común. Fue un momento de
gran alegría celebrar, en unión con los
representantes de la religión judía, los
50 años del decreto conciliar Nostra
Aetate.
1. El Año Jubilar de la Misericordia ha constituido el marco central de
nuestra asamblea. En las vísperas del
año santo de la Misericordia, a inaugurarse el 8 de diciembre próximo,
cuando se cumplan 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, el acontecimiento eclesial más importante del
Siglo 20. Hemos sido informados ampliamente sobre esta providencial iniciativa del Papa y hemos intercambiado ideas sobre cómo vivir el Jubileo.
Este año santo es una puerta de la misericordia a través de la cual cualquiera podrá experimentar el amor de Dios
que consuela, que perdona y ofrece
esperanza. Su lema, “Misericordiosos
como el Padre”, es al mismo tiempo
exigente y apasionante. Estamos invitados a organizar peregrinaciones para
expresar la voluntad de encontrarnos
con Jesucristo, la Puerta que nos lleva
al Padre. Nos comprometemos a ser
nosotros los primeros peregrinos que
atravesarán la Puerta Santa que es el
mismo Jesucristo. En las catedrales
de las diócesis y otros lugares tendremos la oportunidad de ser renovados
profundamente por la misericordia del
Padre que nunca se cansa de perdonar.
El próximo 8 de diciembre,
nuestro Señor bendice a la Arquidiócesis de San José con la
ordenación presbiteral de los
jóvenes Ronald Fallas, Santiago Ferrer y Luigi Vettone y,
con ellos serán, en total diez,
los sacerdotes que he ordenado como pastor de este rebaño.
2. El Papa ha escrito bellísimas
reflexiones en la bula convocatoria
“El rostro de la Misericordia”, que
les invitamos a reflexionar atentamente. Será necesario, también, que
los sacerdotes se preparen con sumo
cuidado a ser instrumentos de la misericordia divina sobre todo en el sacramento de la reconciliación o confesión y acojamos la iniciativa del Papa
Francisco de enviar misioneros de la
misericordia. Seamos misericordiosos
como el Padre, que tiene una opción
preferencial por los pecadores, y que
el año santo de la Misericordia nos
lleve a tomar en serio las obras de misericordia espirituales y corporales, ya
que sólo de esta manera la Iglesia de
Jesús tendrá credibilidad.
3. Hemos compartido también las
alegrías y preocupaciones de la realidad de nuestros pueblos en Centroamérica marcada por un esperanzador
nuevo momento político y social en
Guatemala y en general por un aumento de la conciencia social y política en todos los países, a la par de los
problemas de la violencia, la corrupción y la inequidad social y económica, que no son nuevos. Nos hemos
alegrado de ver los compromisos en
los diversos países a favor de la salud,
los derechos humanos y la educación
llevados a cabo por obras de la Iglesia.
Nos ha preocupado la situación de los
migrantes cubanos en espera de poder continuar su camino hacia estados
unidos y ahora estacionados en Costa
Rica. Hemos escuchado también datos
de la realidad de la Iglesia en Belice.
4. En solidaridad con nuestros
hermanos Obispos de Costa Rica,
enviamos una carta a la reunión de
Cancilleres de la región, invitando a
solucionar la problemática de los migrantes cubanos a través del diálogo
y la sensibilidad ante la difícil situación de los mismos. Sabemos que la
migración es una realidad dolorosa en
nuestra región, con efectos negativos
de cara a la dignidad y respeto a las
personas, las que, en su camino, se
ven expuestas a las redes criminales
que abusan y se aprovechan de ellas.
Reconocemos el esfuerzo de la Iglesia costarricense al prestar sus locales
como albergues y atender a los migrantes. Oramos para que la situación
se solucione por la vía diplomática del
diálogo y la paz, conscientes de que
el problema no es solamente costarricense sino regional y, por lo tanto,
pide una solución regional. Hemos escuchado la palabra del Papa en Kenia:
“violencia, conflictos y terrorismo nacen de la pobreza y la frustración” (25/
XI/2015).
5. Hemos reflexionado sobre temas de nuestra Iglesia, como es el de
la prevención y atención a los casos
de “abusos sexuales de menores” por
parte de clérigos, que requieren nuestro compromiso y que se ve reflejado
en los Protocolos que ya existen en las
distintas Conferencias Episcopales en
orden a atender la situación. Debemos
ser ser una Iglesia evangelizadora y
sanadora, que acoja y opte por los pobres, los pequeños y los más débiles,
animados por el magisterio y el ejemplo del Papa Francisco.
6. Hemos hecho memoria del Sínodo sobre “la vocación y la misión de
la familia en el la Iglesia y en el mundo”, convocado por el Papa Francisco
y celebrado en el mes de octubre pasado. Este Sínodo ha sido un momento
importante para la Iglesia Universal.
Ha ofrecido a los Obispos del mundo la oportunidad de reunirse con el
Papa, para rezar, reflexionar y discernir sobre las situaciones difíciles, los
anhelos y las esperanzas de las familias a la luz del Plan de Dios, ya que,
en palabras del Papa, “La familia es
el sueño de Dios para su creación”. El
sínodo nos ha invitado a los pastores a
una escucha permanente de la familia
en las situaciones concretas y en los
contextos culturales, en la formación,
acompañamiento y discernimiento en
la pastoral familiar.
7. En el contexto del Año Jubilar,
nos sentimos animados por la presentación del tema sobre la nueva
evangelización, a la que nos invita el
Pontificio Consejo en sintonía con la
voluntad del Papa de ser una iglesia
en salida, como lo ha recogido el CELAM en su nuevo plan global.
8. Al final del año de la vida consagrada, reconocemos la misión de la
vida consagrada y animamos su trabajo generoso y comprometido con
los más pequeños en nuestras Iglesias
particulares.
9. Consideramos muy importante
la atención a los jóvenes que se preparan para la celebración del encuentro
mundial de la Juventud en el 2016.
Ponemos en manos de nuestra Señora de los Ángeles y del Beato Mártir
Arnulfo Romero el compromiso evangelizador de la iglesia que peregrina
en Centroamérica.
Mons. José Domingo Ulloa
Presidente del SEDAC
Mons. Pablo Varela Server
Secretario General del SEDAC
Invito a todo el Pueblo de
Dios a que, con sus padres, familiares y amigos, además de
las comunidades a las que en
su formación han servido, nos
sumemos para agradecer al Señor este don y elevemos nuestras oraciones por los nuevos
sacerdotes a fin de que sean
dignos ministros de aquel que,
por pura misericordia, los llama a seguirle y a permanecer
firmes en él para que su vida y
ministerio sean fructíferos. (cf.
Jn 15,5)
Esta ordenación sacerdotal coincide, felizmente con
el inicio del Jubileo de la Misericordia convocado por el
Papa Francisco y que, como
ya sabemos, inicia en la solemnidad de la Inmaculada
Concepción con la apertura de
la Puerta Santa en la Basílica
de San Pedro y concluye el 20
de noviembre del 2016, con la
solemnidad de Nuestro Señor
Jesucristo, Rey del Universo.
eclesiales nos hablan de un
tiempo de gracia y constituyen
el marco extraordinario para
reflexionar en torno a la esencia de la vida sacerdotal.
Se preguntaba el Santo Padre: ¿Qué significa ser sacerdote?” e inmediatamente respondía: “… el sacerdote, siguiendo
la imagen del Buen Pastor, es
un hombre de misericordia, de
compasión, cercano a su gente
y servidor de todos…los sacerdotes se conmueven delante de
las ovejas, como Jesús, cuando
veía a la gente cansada y agotada como ovejas sin pastor.”
INCOTEP y
la hora del laico
Pbro. Mauricio Víquez L.
[email protected]
Evidentemente, los sacerdotes por la imposición de las
manos y la oración consecratoria, configuramos nuestra
vida con Cristo Sacerdote y
Cabeza. Somos sellados con
una nueva identidad y como
sacerdotes del Señor actuamos
en su nombre, somos administradores de sus sacramentos
para bien del Pueblo de Dios,
presidimos la Eucaristía y nos
hacemos “ofrenda permanente” con el Señor, para ser con
Él víctima viva, para alabanza
de Su gloria y salvación de los
hombres.
Pero, sobre todo, si el Señor nos ha llamado para que
seamos sus ministros es para
servir a los hermanos con particular ternura pastoral. De allí
que, insista el Papa Francisco:
“corresponde a nosotros, como
ministros de la Iglesia, mantener vivo este mensaje sobre
todo en la predicación y en los
gestos, en los signos, en las decisiones pastorales… La Iglesia
de hoy puede compararse con
un hospital de campaña, necesitamos curar las heridas. Hay
muchas personas heridas, por
problemas materiales, por escándalos, incluso en la Iglesia.
Gente herida por las ilusiones
del mundo. Nosotros, sacerdotes, tenemos que estar ahí,
al lado de estas personas. Misericordia significa, ante todo
curar las heridas.
Este llamado a ser instrumentos de la misericordia de
13
Dios es, además, el firme recordatorio de que no somos
simples “funcionarios”.
A propósito, el pasado mes
de setiembre en el encuentro
con los sacerdotes, religiosas
y religiosos de Nueva York, el
Papa Francisco también advertía: “Podemos caer en la trampa de medir el valor de nuestros esfuerzos apostólicos con
los criterios de la eficiencia,
de la funcionalidad y del éxito externo, que rige el mundo
de los negocios. Ciertamente,
estas cosas son importantes.
Se nos ha confiado una gran
responsabilidad y justamente
por ello el Pueblo de Dios espera de nosotros una correspondencia. Pero el verdadero
valor de nuestro apostolado se
mide por el que tiene a los ojos
de Dios”.
Con Francisco podemos
afirmar, “Somos sacerdotes
para estar en medio de la gente”… el bien que los sacerdotes
pueden hacer, nace de la cercanía a la gente y de un tierno
amor por las personas”, del ser
“padres y hermanos”.
Que el Señor haga de todos
los sacerdotes, y muy especialmente de Ronald, Santiago y
Luigi, hombres de misericordia y confío plenamente que
“el que comenzó en nosotros
esta obra buena la consume
hasta el día de Cristo Jesús.”
(cf. Filp 1,6).
Desde hace años se viene
diciendo que es “la hora del
laico”. Un día lo hizo ver Pablo VI y recientemente Francisco ha sido enfático al decir
que los laicos no son católicos de segunda y que están
llamados a asumir el triple
oficio eclesial.
Hoy, uno de los mayores
retos que hay es la formación
teológica del laicado. Esto es,
llevarlos hacia la madurez en
su fe, que dejen toda forma
de ingenuidad y que, de una
vez por todas, sepan dar razones de su esperanza.
En esta línea y desde hace
más de 23 años el INCOTEP
ha tratado de ser un instrumento para el laico, esté donde esté, tenga la edad que sea,
se forme en el conocimiento
básico de su fe.
Así se ofrece a distancia,
mediante una dinámica web
(incotep.org) y una excelente aula virtual, un técnico en
teología básica que permite
al alumno abrirse a nuevas y
subyugantes temas que, en la
oferta de INCOTEP, llamamos “especialidades”.
Es obvio que los precios
son módicos. El interés está
en que nadie se quede sin
formación por plata, aunque,
como se ha de suponer, se
evita regalar todo. Hay una
cuota de los diferentes cursos que, si es del caso, pueden pagarse por tractos.
Nuestro convenio con el
Instituto Internacional de
Teología a Distancia hace
posible ofrecer a cada alumno texto de primera y con
nuestros tutores, ofrecemos
solventar las consultas que
puedan surgir de manera rápida y ágil.
Nos alegra tener alumnos
de toda la geografía del país
y grupos internacionales que
nos hacen ver que, efectivamente, la labor de INCOTEP,
luego de mucho tiempo ha
ido siendo reconocida dentro y fuera de las fronteras
patrias.
No en vano contamos
con más de 360 estudiantes
y un gran número que llevan
cursos libres y otros que, con
gran impacto, llamamos “de
extensión” y que los ofrecemos en coordinación con el
ICER (Alianza, Sapienciales
y Profetas). El próximo año
queremos agregar otro curso
de extensión sobre el tema
de la misericordia de Dios y
mejorar nuestro curso libre
de Bioética.
Poco a poco, INCOTEP
trata de ponerse a la altura de
la tarea que los señores obispos le han encomendado. De
esta manera y con los recursos justos se va abriendo brecha en la educación teológica
a distancia y en medio de la
vida diaria de tantas personas en todo el país.
Porque nos ven, cada día
es más y más importante que
realidades como INCOTEP
sean más aprovechados por
todos nuestros laicos a lo largo y ancho del país. Habiendo estos instrumentos no es
posible resignarse a tener
personas que, en parroquias,
grupos y movimientos, insistan en desconocer, con frecuencia, hasta lo más esencial de la fe.
Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Cardenal José Luis Lacunza, en Alajuela
Jesús nos llama a evitar la violencia
Ana Cecilia Espinoza C.
[email protected]
En un ambiente de oración y comunión se celebró la Santa Eucaristía
de clausura de la reunión anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), en la Catedral Nuestra
Señora del Pilar, en la Diócesis de
Alajuela, el pasado 26 de julio.
Estuvieron presentes cerca de 40
Obispos de América Central, así como
sacerdotes y cientos de fieles.
El Obispo de Alajuela Monseñor
Ángel San Casimiro, expresó su agradecimiento a sus homólogos: “Ha
sido un encuentro muy enriquecedor,
en el cual, con la guía de Dios hemos
abordado temas muy importantes sobre los acontecimientos que vive la
región y el mundo entero. Asimismo,
agradezco en nombre de toda la Iglesia, a todas las personas que han contribuido en ayudas con los hermanos
cubanos que se encuentran en la zona
norte del país”.
La homilía la realizó el Cardenal
José Luis Lacunza, Obispo de David,
Panamá quien hizo un llamado a que
los pueblos se mantengan unidos, y a
vivir en tolerancia y paz.
Hizo referencia a la vida de Jesús
quien con su modelo y testimonio
siempre invitó a vivir intensamente el
Reino de Dios.
“Jesús era feliz cuando podía hacer felices a otros, devolviéndole a la
gente la salud que se les había arrebatado injustamente. No buscaba su
propio interés, sino creando nuevas
convicciones de felicidad para todos.
Es decir, no sabía ser feliz sin incluir a
los otros, creía en un Dios feliz, creador, que mira a todas sus creaturas con
amor entrañable”.
Obispos centroamericanos
cercanos al Papa
Gerardo Mora Pana
[email protected]
Como parte del cierre de la Asamblea anual del Secretariado Episcopal
de América Central (SEDAC) se elaboró un mensaje de cercanía al Papa
Francisco.
Monseñor Vittorino Girardi, Obispo de Tilarán-Liberia y Monseñor
Víctor Hugo Palma de Escuintla, Guatemala fueron los encargados de la redacción.
“Nos estamos preparando para dar
comienzo, con gratitud y emoción, a
las celebraciones del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Durante
este tiempo de gracia, nos proponemos
con todos nuestros fieles a ‘recolocar
la viga maestra’ de la Iglesia misma,
que consiste en la experiencia y en la
manifestación del Rostro de Dios Padre Misericordioso del mundo”, reza
la carta.
Para el obispo de Tilarán-Liberia
es importante este signo de comunión
con el llamado del Papa al Año de la
Misericordia.
De igual modo, se informa al
Papa que se recibió en el encuentro a
Monseñor Octavio Ruiz, en nombre
del Consejo Pontificio para la nueva
Evangelización, así como al Cardenal
Sean O’Malley, quien preside la Pontifica Comisión para la tutela de menores.
En la carta se expresa la intensa
reflexión y oración común, en medio
de la cual fueron “iluminados” por el
Cardenal, acerca del “delicado y doloroso tema” de los “abusos sexuales de
menores por parte de clérigos”
Se expresa en la misiva que los
obispos centroamericanos no darán
“un paso atrás en el tratamiento de
este problema y de las sanciones que
debe imponerse”.
De igual modo se le expresó al
Papa en la carta, el tema migratorio, y
la cercanía de la Iglesia, especialmente en los últimos días con los cubanos
detenidos en la frontera entre Costa
Rica y Nicaragua.
El Cardenal Lacunza (centro) presidió la Santa Misa. Foto: A. Espinoza
“No violencia” salva a la
humanidad
El Cardenal expresó que pareciera que a veces los cristianos no saben
captar el gozo con el que Mahatma
Gandhi supo leer el Evangelio: “Este
hombre interpretó con una profunda
convicción lo que decía Jesús: ‘solo la
no violencia puede salvar a la humanidad’, porque la vida entera de Jesús y
sus predicaciones fueron una llamada
constante a resolver los problemas de
la humanidad por caminos no violentos”.
Recalcó que Jesús nos llama a hacer
un esfuerzo constante para resolver la
violencia sin egoísmo ni intereses de
ningún tipo: “la violencia tiende siempre a destruir, pretende solucionar los
problemas de la convivencia arrasando al que considera enemigo, pero de
esa manera no hace más que poner en
marcha una reacción en cadena que no
tiene fin”.
Eco Católico
Sagradas Escrituras
Domingo 6 de diciembre 2015
¡Preparen el camino al Señor!
Pbro. Mario Montes M.
Animación bíblica CENACAT
En este segundo domingo de Adviento, la Palabra de
Dios y la celebración litúrgica,
invitan a reflexionar sobre el
anuncio de Juan el Bautista,
enmarcado dentro de la esperanza del Antiguo y del Nuevo
Testamento (primera y segunda lectura). El profeta Baruc
presenta la esperanza del pueblo de retornar a su tierra. La
Carta a los Filipenses la escribió San Pablo para animarlos
a mantenerse fieles a Jesús
y menciona la esperanza de
aquella comunidad: la llegada
del Señor. El Evangelio de San
Lucas, presenta la predicación
de Juan como preparación y
anuncio de la llegada de Jesús.
Jesús viene únicamente si lo dejamos que llegue, si con nuestra
vida diaria nos comprometemos a seguirlo y nos proponemos
“enderezar lo torcido y lo escabroso de nuestra vida”.
Dios mostrará su
esplendor (Bar 5,1-9)
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FECHA: 13 DE DICIEMBRE
LUGAR: SALÓN GRANDE
Parroquia San José, esposo de la Virgen, San José de
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más. Este bingo tiene como propósito recaudar fondos para
pagar planilla de empleados en fin de año, diezmos a la Curia
Metropolitana y terminar con la hermosa obra de la cocina
nueva.
LES ESPERAMOS!!!!!
ENCUENTRO DE VIDA Y PAZ
CON LOS HERMANOS JUAN JOSE Y HUMBERTO
VARGAS FALLAS TODOS LOS PRIMEROS DOMINGOS DE MES
AUDITORIO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL
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1500 COLONES.
NO TE LO PIERDAS
El libro de Baruc fue escrito por un autor desconocido,
que atribuyó su obra al secretario del profeta Jeremías (Jer
36,4), con el fin de darle autoridad, según la costumbre de
la época. Baruc, el “profeta de
las lamentaciones litúrgicas”,
además de ser secretario de
Jeremías, fue testigo de su misión, gozaba de reconocimiento de los judíos de su tiempo,
tanto los que vivían en Palestina como los que vivían fuera
de ella, en el destierro. Fue escrito en el Siglo II a C.
El texto forma parte del
pasaje final del llamado “discurso profético” (Bar 4,5-5,9),
muy parecido a los textos de
Isaías 40-55, por su mensaje de
consuelo al pueblo judío desterrado en Babilonia. El autor
anuncia que Jerusalén, la ciudad destruida, se levantará alegre y gozosa y extenderá por
todas partes “la paz y la gloria de Dios”. El Señor guía a
los israelitas desterrados “con
su gloria, su justicia y su misericordia” (Bar 5,9), como si
fuera un nuevo éxodo. Este bellísimo mensaje de salvación,
prepara la recepción del Evangelio de hoy, en el que Juan el
Bautista presenta las palabras
de Isaías 40,3-5 (idénticas al
pasaje de Bar 5,7). La salvación de Dios se ha de extender
por todas partes: todos la han
de conocer.
En consonancia con esta
lectura del regreso de los exiliados a Jerusalén, el salmo
responsorial de este domingo
(Sal 127), es una oración de
los desterrados, que refleja
la situación de la comunidad
judía que regresa a su patria
(año 538 a. C). Se hace eco del
mensaje del profeta Baruc: “al
ir, van llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo las gavillas”.
Es un salmo de peregrinación,
en el que se recuerda que la esperanza anunciada por los profetas, llegó a su cumplimiento,
cuando el Señor repatrió a los
cautivos de Sión, siendo aquel
acontecimiento un día de alegría y júbilo para Israel.
Cómo prepararse a la
venida del Señor
(Filip 1,4-6.8-11)
La ciudad de Filipos estaba
situada en el norte de Grecia.
Recibió su nombre en honor
del padre de Alejandro Magno,
el rey Filipo II de Macedonia.
Cuando Pablo pasó por ella, en
el año 49 d. C, la mayoría de
sus habitantes eran de origen
latino y el número de judíos
era escaso, pues no existía ni
siquiera una sinagoga, o casa
de oración para ellos (ver Hech
16,13). Aunque su estadía fue
breve, nació entre Pablo y la
comunidad unas relaciones
muy cariñosas, que fueron profundas y duraderas. De hecho,
cuando Pablo sufrió necesidad
en la cárcel de Éfeso, en el año
56 d. C, fueron los filipenses
los que le enviaron la necesaria ayuda material. Y desde la
prisión, les contestó con esta
carta, agradeciéndoles su generosidad.
El lugar especial que ocupa
esta comunidad en el corazón
de San Pablo, es evidente en
el exordio de la carta, con la
acción de gracias y la oración
(Filip 1,3-11). El texto de la
liturgia omite los versículos 3
y 7, en los que se explica esta
preferencia de Pablo (“los llevo en el corazón”). Los verbos
“agradecer” (dar gracias) y
“orar” (Filip 1,3.9), estructuran el texto de hoy. En primer
lugar, el motivo de la acción de
gracias, es la participación de
los Filipenses en la causa del
Evangelio.
En segundo lugar, la intención de la oración es triple:
para que los filipenses crezcan en el amor y lo conviertan
en criterio de discernimiento,
para que lleguen íntegros hasta
el momento de la Venida del
Señor y para que sus acciones reflejen la justicia recibida
de Jesucristo. La fórmula de
alabanza final (“para gloria y
alabanza de Dios”), recoge y
orienta la tensión espiritual de
todo el pasaje de hoy y forma
una inclusión, con la acción de
gracias a Dios del inicio. Y está
también marcado por la Venida del Señor Jesús (1,6.10).
Todos verán la salvación
de Dios (Lc 3,1-6)
San Lucas nos habla hoy de
Juan el Bautista, figura importante del tiempo de Adviento.
Antes que nada, el evangelista nos sitúa en un lugar preciso (Judea, en la región del río
Jordán) y en un momento concreto de la historia (al mencionar al emperador romano y a
los gobernadores de Palestina,
ubicándonos con toda probabilidad hacia el año 27 a. C).
En esta época y en este lugar,
Juan el Bautista, hijo de Zacarías, empieza a proclamar un
bautismo para el perdón de
los pecados.
Juan piensa que el juicio
de Dios no tardará en llegar
(como en el texto de la segunda lectura), y que, por lo tanto,
quienes no asuman el bautismo
como una manifestación externa de su conversión, serán
“destruidos” por Dios. Para
San Lucas, esta predicación
prepara el camino del Señor,
disponiendo así al pueblo de
Israel para escuchar el anuncio
de Jesús, cumpliéndose las palabras de Isaías (40,3-5), y del
profeta Baruc (5,7).
Jesús viene en este Adviento: en la Palabra, en los sacramentos (Eucaristía) y en los
acontecimientos de cada día;
vendrá al final de los tiempos.
Viene únicamente si lo dejamos que llegue, si con nuestra
vida diaria nos comprometemos a seguirlo y nos proponemos “enderezar lo torcido y
lo escabroso de nuestra vida”.
Preparémonos a recibirlo en
este bello tiempo de Adviento,
no tanto pensando en las cosas
materiales o festivas (regalos,
compras, gastos, aguinaldo,
lotería y comida, fiestas y “tomatingas”), sino más bien en
una seria transformación de
nuestras vidas, por la gracia y
presencia del Señor que viene
a salvarnos.
Tus dudas
Domingo 6 de diciembre 2015
Eco Católico
Eco Católico
¿Por qué se llama Jubileo al Año Santo?
“En estas últimas semanas oigo hablar en el templo y en reuniones de formación, acerca del próximo Jubileo y de que ha de
ser “de la misericordia”. Sin embargo, nadie me ha explicado por qué se llama “Jubileo” y por qué es de la misericordia…
Monseñor, ¿puede satisfacer mi curiosidad? Todos los lectores del Eco, le agradecemos sinceramente su servicio, semana
tras semana”.
Ana María Azofeifa - Cartago
Su “curiosidad”, estimada
Ana María, es muy normal y
lícita… Su pregunta me hizo
recordar que cuando San Juan
Pablo II convocó el Jubileo
para el año 2000, no pocos fieles nos preguntaban lo mismo:
¿qué significa Jubileo? Volvamos pues a la misma respuesta. La palabra Jubileo deriva
de la palabra hebrea Yobel que
significa trompeta. Se le llamaba “Año Sabático” al que
tenía lugar cada 50 años, o sea
al finalizar un período de 7 veces 7 (49) y era anunciado con
toque de trompetas (Yobel) y
de donde le derivó el nombre
(cfr. Lv 25). Era un año de perdón: se dejaba descansar la tierra; cada propietario recobraba
las posesiones que se hubiese
visto obligado a vender, hipotecar o enajenar de otro modo,
excepto las casas situadas dentro de ciudades amuralladas;
los esclavos hebreos, incluyendo a su familiares, quedaban en libertad (cfr. Ex 21,
1-6). Empezaba con una fiesta
(anunciada con el “Yobel”) de
nueve días que concluía con
el Día de la Expiación. Como
es fácil apreciar: todo hablaba
de “perdón”, perdón entre los
miembros del pueblo hebreo,
y perdón que se pedía a Dios.
Además, mediante el Jubileo
se conservaba cierto equilibrio económico, evitando el
latifundismo y la acumulación
de riquezas en manos de pocos. Desafortunadamente todo
puede ser motivo y ocasión de
abuso: había quien intentaba
vender unas tierras cuando se
acercaba el año del jubileo con
la intención de recuperarlas
muy pronto…
cimiento. Para ella inicia un
nuevo período de su historia
(…). Vuelven a la mente las
palabras cargadas de significado que San Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio: “En nuestro tiempo la
Esposa de Cristo prefiere usar
la medicina de la misericordia
y no empuñar las armas de la
severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este
Concilio Ecuménico, la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de
todos, benigna, paciente, llena
de misericordia y de bondad
para con los hijos separados
de ella”. En la misma línea,
el Bto. Pablo VI, así resumía
el camino del Concilio: “La
antigua historia del Buen Samaritano, ha sido el camino de
la espiritualidad del Concilio”
(cfr. n° 4 de la bula Misericordiae Vultus).
Si todo jubileo es
siempre jubileo
del perdón y de
la misericordia, es
del todo obvio
que lo fuera de
una manera tan
extraordinaria,
el que pronto
vamos a celebrar.
¿Y por qué se llamaba también Año Sabático? Porque el
sábado era día de descanso, y
el año del Jubileo, era año de
descanso; descanso de la tierra, descanso para los esclavos
que recuperaban la libertad, y
“descanso” para quienes podían volver a lo que habían
perdido. No hay que sorprenderse de que una ley y tradición tan “humanas”, pronto
fueran abandonadas.
En la historia de la Iglesia
Católica, ha sido el Papa Bonifacio VIII quien en el año
1300, conmovido por los muy
numerosos peregrinos que llegaban a Roma para recordar
y celebrar el aniversario 1300
del nacimiento de Jesús, convocó el primer Año Jubilar o
del perdón, enriqueciéndolo
¡Mereces una respuesta!
de las indulgencias, y precisamente a favor de los peregrinos.
Estableció que se celebrara
cada 100 años, pero el Papa
Clemente VI, en 1350 redujo
ese tiempo a 50, y Pablo II en
1475 fijó el Año Jubilar para
cada 25 años. Otros Papas,
además de estos que son los
Jubileos ordinarios, introdujeron Jubileos extraordinarios
con ocasión de celebraciones
o aniversario de particular importancia, y así se celebró un
Jubileo extraordinario en 1854
con la ocasión de la definición
del dogma de la Inmaculada
Concepción por el Bto. Pío IX;
otro con ocasión del aniversario del edicto de Constantino
(313-1913) que concedió libertad a los cristianos, etc.
Correo electrónico: [email protected] Fax: 2695-5669
Nuestro Papa Francisco,
recordando los 50 años de la
conclusión del Concilio Vaticano II (1962-1965) nos ha
convocado para un nuevo Año
Jubilar, precisamente a partir
del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada, porque
en ese día, en 1965, se clausuró el Concilio.
Escuchemos a nuestro Papa
Francisco: “He escogido la fecha del 8 de diciembre - escribió en su bula Misericordiae
Vultus con que convocó el
Jubileo - por su gran significado en la historia reciente de
la Iglesia. En efecto, abriré la
Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II.
La Iglesia siente la necesidad
de mantener vivo ese aconte-
Monseñor Vittorino Girardi S.
Obispo de Tilarán-Liberia
Son palabras y mensajes
que se han hecho insistentes en
el actual magisterio del Papa
Francisco. Si todo jubileo es
siempre jubileo del perdón y
de la misericordia, es del todo
obvio que lo fuera de una manera tan extraordinaria, el que
pronto vamos a celebrar. No lo
olvidemos: como lo escribió
el sumo teólogo, Santo Tomás
de Aquino: “Es propio de Dios
usar misericordia y especialmente en esto, se manifiesta su
omnipotencia”.
Iglesia hoy
Domingo 6 de diciembre 2015
Ana Cecilia Espinoza C.
[email protected]
Y usted… ¿cómo vivirá
el Año de la Misericordia?
El Año de la Misericordia que estamos a punto de iniciar nos invita a vivir en el amor a Dios y a los hermanos, pero ¿cómo se debe traducir ello en obras concretas
en nuestras vidas? Aquí algunas opiniones.
“Con mucho
compromiso”
“Solidaridad es el
objetivo principal”
“Amando se genera la
vida”
“Para vivir este año tan
importante, hay que leerse
bien la Bula del Papa,
pues en ella las personas
van a encontrar las claves
y fundamentos para vivir
la vida cristiana. Además,
porque nos motiva a vivir
un interés por los demás,
sobre todo los pobres a
través de la manifestación
de las obras y acciones
que podamos llevar a cabo
con mucho compromiso”.
“Es saber que vamos a
vivir un tiempo de muchas
bendiciones, en el cual la
solidaridad es el objetivo
primordial que como seres
humanos debemos poner
en práctica siempre, pues
si somos solidarios vamos
a encontrar la paz que
necesitamos para nosotros
mismos y saber que a la
hora de compartir con
los que más necesitan
estaremos fomentando la
caridad”.
Eda Madriz Carvajal
María Delia Jiménez
“Todos los laicos
comprometidos en
el sacramento del
matrimonio estamos
unidos al vínculo de la
misericordia del Padre.
Nuestra prioridad es vivir
como pareja, amando
se genera la vida, es en
este momento, cuando
es más evidente el amor
de Dios, y como padres
tenemos la obligación
de dar testimonio de
esa misericordia divina,
ayudando a nuestros hijos
a ser buenos cristianos”.
Hermana de la Caridad
Santa Ana
Palmares, Alajuela
Idalia González González
“Nuestra vida debe
estar presidida por el
amor de Dios”
“Este es un año para
caer en la cuenta de que
nuestra vida debe estar
presidida por el amor de
Dios, porque él ya salió
en nuestro encuentro
invitándonos a perdonar,
así como desde antes
él nos amó. Debemos
procurar estar en el
camino para encontrarnos
con Dios y aprender amar
con el mismo amor como
él nos ama”.
Fr. José Arteaga
Carmelita Descalzo
Parroquia de Guadalupe
“Nos pide conversión”
“Este Año es una
oportunidad que se nos
da para creer y revisar
nuestra vida personal y
hacer un alto en el camino
para volver a encontrarnos
con ese Dios Amor que
no es un Dios alejado, el
siempre está cerca de sus
hijos y está a la espera
de cada persona para
derramar su gracia, su
misericordia y su perdón,
nos pide conversión, nos
pide tener sus mismos
sentimientos, nos pide que
confiemos en Él”.
Flor María Alfaro Alfaro
Instituto Secular Jesús
Víctima
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Fecha de sorteo: 4 de marzo de 2016
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Iglesia en el mundo
Domingo 6 de diciembre 2015
Rindió homenaje a
mártires africanos
KAMPALA - El Papa Francisco rindió
homenaje a los mártires de Uganda,
primero en el santuario anglicano y
después en el católico, en un impactante gesto ecuménico acompañado
por una multitud de 300 mil personas.
En su homilía, el Pontífice invitó a
seguir los pasos de los 45 mártires, 23
anglicanos y 22 católicos, que fueron
asesinados por el rey de Buganda, hoy
parte de Uganda, entre 1885 y 1887.
De ese modo se da testimonio y
se puede construir “una sociedad más
justa, que proteja la dignidad humana y las maravillas de la creación de
nuestra casa común”, indicó Francisco, en alusión a la preservación del
ambiente.
“Estamos hoy aquí en Munyonyo,
donde el Rey Mwanga decidió eliminar a los seguidores de Cristo. No tuvo
éxito en su intento, como tampoco el
Rey Herodes consiguió matar a Jesús.
La luz brilló en las tinieblas y las tinieblas no prevalecieron”, apuntó el jefe
de la Iglesia Católica.
También invitó a hablar de Cristo
en cada ciudad y pueblo de Uganda y,
como cada vez que viaje, pidió que rezaran por él.
El entusiasmo y la emoción por ver
al Papa se desbordaron completamen-
Emocionado por testimonios
KAMPALA - “Cuánto dolor en mi corazón por los testimonios escuchados de
Emmanuel y Winnie”, afirmó el Papa
Francisco, conmovido en Kampala, la
capital de Uganda, por las tremendas
historias de dos jovencitos africanos.
te cuando hizo aparición en el primer
gran encuentro en Uganda, en el santuario de Munyonyo donde se venera la memoria de los cuatro primeros
mártires ugandeses asesinados.
Francisco se reunió con cientos de
catequistas y maestros de todo el país.
En un ambiente muy festivo, les agradeció la labor que llevan a cabo.
“Aun cuando la tarea parece difícil, los recursos resultan insuficientes
y los obstáculos demasiado grandes,
os hará bien recordar que el vuestro es
un trabajo santo. Quiero subrayarlo, el
vuestro es un trabajo santo”, indicó el
Papa.
Francisco les pidió a los presentes
que sigan dando testimonio siguiendo
el ejemplo de los mártires ugandeses
que estuvieron dispuestos a derramar su sangre por permanecer fieles.
(ANSA).
Emmanuel fue secuestrado, detenido, torturado. Y la joven Winnie nació
con el SIDA, pensó que no tenía derecho a vivir. El Papa les preguntó con
cierta retórica si una experiencia tan
negativa puede entregar algo bueno.
Emmanuel Odokonyero Nansumba replicó que todo fue realmente muy
duro, pero afortunadamente con un final feliz. Emmanuel es ahora un joven
licenciado en Administración de Empresas, pero de niño, cuando estudiaba
en la primaria, el 11 de marzo de 2003
fue secuestrado por grupos armados,
con 41 compañeros, y terminó reclutado como niño soldado.
Sufrió hambre, torturas, quemaduras, pero pudo escapar recién en agosto de 2013, y de los 41 compañeros
sobrevivieron solamente once.
Winnie es una joven de 24 años que
nació con Sida, y que está graduada,
pero tiene una historia de abandono,
orfandad a los 7 años, además de la
enfermedad. Encima, tuvo que luchar
contra el sarampión y la neumonía.
[email protected]
En la bula de convocación
del Jubileo Misericordiae vultus, que reseñamos en esta
edición especial en páginas 6
y 7, el Papa Francisco recuerda que han sido tres los sumos
pontífices que de forma más
clara han prestado atención al
tema de la misericordia.
Habla en primer lugar del
Papa Bueno, San Juan XXIII,
quien al convocar al Concilio
Vaticano II imprimió la impronta de la misericordia de
Dios a este magno evento de
Iglesia.
El segundo Papa fue Pablo
VI, quien al concluir el Concilio recordaba hasta qué punto
el magisterio conciliar había
estado a la luz de la parábola
del buen samaritano, y final-
“Pensé que enamorarme iba a ser
aún más difícil. Algo imposible, como
si no se me permitiera vivir. Pero me
sobrepuse a esta desventaja psicológica”, dijo la jovencita.
El Papa escuchó con mucha atención sus historias, y luego improvisó
un diálogo con los jóvenes sobre el
tema del sufrimiento, de la forma de
abordarlo.
También entremezcló sus comentarios con preguntas de los muchachos, y, finalmente, los invitó a rezar
juntos un Ave María.
“Les agradezco mucho que hayan
escuchado. Les agradezco que quieran cambiar lo negativo en positivo,
que quieran luchar contra lo malo con
Jesús al lado y sobretodo les agradezco que tengan ganas de nunca dejar de
rezar”, cerró el papa antes de sumergirse en rezos con la multitud de jóvenes, unos 150 mil. (ANSA)
Los Papas y la
Misericordia
Los tres Papas de la misericordia
mente San Juan Pablo II, quien
en su encíclica Dives in misericordia traza la ruta del amor
como el norte de la Iglesia.
Este libro, del Consejo
Pontificio para la Promoción
de la Nueva Evangelización
recoge precisamente la riqueza
del magisterio de los últimos
Papas sobre el mensaje central
del Jubileo que iniciaremos,
Dios mediante, el próximo 8
de diciembre.
Eco Católico
Iglesia en el mundo
Domingo 6 de diciembre 2015
Último día en Africa
“No al odio”, dijo al cerrar su viaje
CIUDAD DEL VATICANO - El Papa
Francisco hizo un nuevo llamado para
que se reconozca que “todos somos
hermanos”, pidió rechazar la violencia
entre musulmanes y cristianos, y afirmó que “todo creyente en Dios debe
ser un hombre de paz”.
El Pontífice se salió del discurso en
un encuentro con jóvenes y habló con
ellos con espontaneidad en un acto
pleno de rezos, en Kololo Gaza Aire
Kampala, un aeropuerto local.
Letra viva
Martín Rodríguez G.
Eco Católico
Consejo Pontificio para
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El Pontífice mantuvo un encuentro con la comunidad musulmana en
la capital de la República Centroafricana, Bangui, en la Mezquita central
de Koudoukou, antes de finalizar su
viaje que lo llevó también a Kenia y
Uganda.
“Cristianos y musulmanes somos
hermanos. Tenemos que considerarnos así, comportarnos como tales. Sabemos bien que los últimos sucesos y
la violencia que golpeó al país no tenía
un fundamento precisamente religioso”, afirmó el Pontífice.
“Quien dice que cree en Dios debe
ser también un hombre o una mujer de
paz”, añadió.
La violencia interreligiosa en la
República Centroafricana ha causado
miles de muertos desde 2013.
El Papa Francisco llamó a los
cristianos y los musulmanes a unirse
contra la violencia que se ejerce en
nombre de la religión y a “decir no al
odio”.
El jefe de la Iglesia Católica exhortó a los cristianos, los musulmanes y
los adeptos de religiones tradicionales africanas a trabajar “por el cese
de cualquier acto que, independiente-
mente de quien lo cometa, desfigure la
cara de Dios”.
Francisco reconoció que “cristianos, musulmanes y seguidores de
las religiones tradicionales, vivieron
juntos pacíficamente durante muchos
años”. Por eso “tenemos que permanecer unidos para que cese toda acción
que, venga de donde venga, desfigura
el rostro de Dios y, en el fondo, tiene
como objetivo la defensa a ultranza de
intereses particulares, en perjuicio del
bien común”, enfatizó.
“Juntos decimos no a odio, violencia, venganza, en particular la en
nombre de una fe o de un dios”, dijo
Francisco en la mezquita.
En el país africano “en estos tiempos dramáticos, los jefes religiosos
cristianos y musulmanes quisieron
ponerse a la altura de los desafíos del
momento, desempeñaron un papel im-
Joven:
¿Sientes inquietudes
vocacionales?
San Francisco te invita
a seguir a Cristo como
hermano religioso o sacerdote
Escribe o llama a los Franciscanos Conventuales:
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portante para restablecer la armonía y
la fraternidad”, agregó, expresándoles
“gratitud y estima”.
El país “gracias a la colaboración
de todos sus hijos podrá dar impulso”
a todo el continente si “las próximas
consultas” dan líderes capaces de unir
a la nación y no representar una facción, observó.
A su vez, el imán de la mezquita,
Tidiani Moussa Naibi, dijo que la visita del Papa es un “símbolo que nosotros comprendemos perfectamente.
Pero quisiera afirmar de inmediato:
no, las relaciones entre hermanos y
hermanas cristianos y nosotros mismos son tan profundas que ninguna
maniobra tendiente a quebrarlas podría tener éxito”.
“Sí, lo confirmo, los cristianos y
musulmanes de este país están condenados a vivir juntos y amarse”, agregó.
Cuando llegó a la mezquita, Francisco pidió ser llevado frente al mihrab, el punto de mayor devoción,
donde permaneció en silencio, en recogimiento, durante algunos minutos.
Luego de las reuniones en la mezquita, el Papa fue a visitar a los refugiados reunidos en algunas tiendas
cercanas y recorrió la escuela de Koudoukou, donde estudian juntos niños
musulmanes y cristianos.
Más tarde celebró misa en el estadio Barthelemy Boganda, su último
compromiso público en la República
Centroafricana, frente a unas 25.000
personas.
Al término de la misa, el Papa dejó
la República Centroafricana, tras el
periplo de nueve días en este continente, y partió rumbo al aeropuerto
romano de Ciampino.(ANSA).
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