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Informe sobre:
Cambio climático y pesquerías
Del estudio:
Generación de escenarios de cambio climático a escala regional, al 2030
y 2050; evaluación de la vulnerabilidad y opciones de adaptación de los
asentamientos humanos, la biodiversidad y los sectores ganadero,
forestal y pesquero, ante los impactos de la variabilidad y el cambio
climáticos; y fomento de capacidades y asistencia técnica a especialistas
estatales que elaborarán programas estatales de cambio climático
Noviembre 2008
1
Índice
I.
Introducción
II. Pesquerías y Cambio Climático
3
5
III. Diagnóstico de la pesca en México
12
IV. Clasificación de las pesquerías por cuatro
condiciones ambientales críticas
13
V. Puntos de vulnerabilidad de la pesca en México y
de las pesquerías reseñadas
28
VI. Experiencias de impactos a la pesca ante eventos
de variabilidad climática en el pasado (Niño, Niña,
huracanes)
38
VII. Escenarios climáticos para 2030 y 2050 y
posibles efectos en las pesquerías descritas
41
VIII. Conclusiones y Medidas de Manejo
58
Bibliografía
61
2
I.
Introducción
En un país con más de 11,000 kilómetros de litorales, además de ríos,
lagos, lagunas y presas, la pesca constituye un sector clave en la
planificación de la producción alimentaria. El análisis del efecto del
cambio climático en la pesca debe empezar por considerar que esta
actividad ya enfrenta, de tiempo atrás, problemas de deterioro y de
sustentabilidad. Constituye, sin embargo, una actividad con mucho
potencial de crecimiento, por la posibilidad de incrementar
considerablemente el número y tipo de especies capturadas, así como
de implementar medidas de manejo y de adaptación a nivel local y
regional.
La actividad pesquera tanto a nivel industrial como artesanal depende,
además de condicionantes socio-económicas, del estado de los
ecosistemas marinos y costeros. Por esta razón el análisis que se
presenta aborda el estado actual de la pesca, su vulnerabilidad ante el
cambio climático y las posibles medidas de adaptación, con base en
una clasificación de las pesquerías de acuerdo a las condiciones
climático-ambientales de las que dependen el recurso y la actividad a
nivel nacional.
La mayor parte de las capturas pesqueras globales son afectadas por
la variabilidad climática regional. Las variables de oceanografía física
que influencian la biología son: temperatura superficial marina,
profundidad de la capa mezclada, profundidad de la termoclina,
intensidad de las surgencias, corrientes superficiales. Entre los
procesos oceánicos que influyen sobre agregaciones de peces e
invertebrados y que se ven afectados por la variabilidad climática
están:
· Procesos de enriquecimiento de nutrientes: surgencias, mezcla.
· Procesos de concentración: frentes, convergencia, estabilidad de
la columna de agua.
· Procesos de retención dentro de un hábitat favorable: arrecifes,
pastos marinos, fondos rocosos, humedales y lagunas.
Estos procesos son fundamentales para hacer un hábitat favorable
para la reproducción (Bakun, 1990), por lo que alteraciones a éstos se
reflejarán en las pesquerías que sostienen.
3
El cambio climático afectará a los organismos en la medida en que
modifique las condiciones físicas, químicas y biológicas que influyen en
su productividad, desarrollo, alimentación, reproducción y distribución.
Alcances y Metodología
Dentro del análisis que compete a los efectos del cambio climático
sobre la pesca en México, se analizan componentes clave del bioma
costero a nivel ecosistema crítico para especies pesqueras, tomando
como zona costera la colindante con los continentes. Es la zona más
productiva de los océanos del mundo, produciendo el 90% de la
captura pesquera mundial y donde los ecosistemas productivos están
sujetos a la influencia de los procesos continentales así como los
marinos. Los otros dos ambientes productivos aunque en aguas
profundas, están sujetos a la influencia del clima, los vientos y las
condiciones de temperatura de la columna de agua para existir y es
donde se explotan pesquerías de gran valor comercial como pelágicos
menores y mayores.
Alrededor de 60 pesquerías registradas en las estadísticas pesqueras
nacionales están asociadas en etapas importantes de su ciclo de vida
a uno o más de estos ambientes:
1. Arrecifes coralinos, pastos marinos y fondos rocosos
2. Lagunas costeras, estuarios y humedales
3. Surgencias
4. Corrientes marinas, frentes, giros, termoclina
Ya que las especies comerciales se vinculan con alguno de los cuatro
ambientes, en este trabajo se analiza su vulnerabilidad ante el cambio
climático y su vinculación con las principales pesquerías en México. Se
presenta un diagnóstico somero del estado actual de las principales
pesquerías nacionales, así como las variables socioeconómicas
involucradas, mediante revisión bibliográfica. Con base en esto se
analizan los escenarios climáticos propuestos por tres modelos de
circulación general: ECHAM5/MPI, HADGEM1 y GFDL CM 2.0 y los
escenarios de emisiones A1B, A2 y B2, analizando los posibles
impactos en los ambientes de referencia y derivando medidas de
manejo y adaptación frente a éstos.
4
II. Pesquerías y Cambio Climático.
Existe evidencia del impacto del cambio climático sobre las variables
oceanográficas a diversas escalas temporales y espaciales. El
forzamiento es especialmente obvio en escalas temporales cortas,
como interanuales o interdecadales. Las decadales y las de cambio de
régimen climático como el observado en los años 70 en el Pacífico
Norte de México, marca tendencias en la ecología regional, como el
abatimiento del zooplancton en la corriente de California (Roemmich
and McGowan, 1995).
La vulnerabilidad de los ecosistemas ante el cambio climático es
mayor cuando ya presentan un deterioro por la actividad humana y
los factores naturales. El bioma costero ha sido fuertemente
impactado por el desarrollo de infraestructura costera y la
contaminación continental que es lixiviada o transportada por la
escorrentía. Los biomas pelágicos han sido impactados por derrames
de hidrocarburos, sustancias químicas, sobrepesca, caza de
mamíferos marinos afectando la cadena trófica, mortalidad de aves,
especies exóticas por agua de lastre, y la descarga de desechos
tóxicos. Existe un estimado de 313,000 contenedores que
actualmente emiten radiactividad moderada en las cuencas del
Atlántico y Pacífico desde la década de los 70’s. (Sarukhan and White
2005).
Por otro lado, los ambientes de aguas profundas como surgencias y
discontinuidades oceánicas contribuyeron con el 15% de la captura
mundial de peces en el 2001, con 9% de grandes pelágicos, 40% de
pequeños pelágicos, 23% de peces demersales, y 11% de calamar.
La presión a este bioma es principalmente por efecto de la pesca de
pelágicos mayores incluyendo atún y tiburón. Estas especies han sido
afectadas por la sobrepesca por medio siglo. Nuestro conocimiento
sobre los sistemas pesqueros todavía es incompleto, y la proyección
de los impactos a largo plazo especialmente tomando en cuenta el
cambio climático, es compleja.
Entre los impactos más relevantes del cambio climático (IPCC) sobre
los ecosistemas de los que dependen las principales pesquerías en
México y el mundo están:
a. Incremento en la temperatura superficial marina
5
b. Incremento en nivel del mar
c. Incremento en la incidencia de huracanes y tormentas.
d. Cambios en los patrones de precipitación y escorrentía.
e. Cambios en las corrientes superficiales.
f. Incremento en la concentración de CO2.
g. Incidencia de UV
h. Compresión del hábitat por cambios en concentración de
oxígeno o profundidad de capa de mezcla
Las pesquerías muestran tendencias diferentes en respuesta a estos
cambios porque la afectación a las poblaciones recae de manera
distinta en: estados larvarios, reproducción, hábitat de forrajeo, y
migraciones. Los problemas inherentes a la pesca se centran en el
estado sobreexplotado de muchas de las pesquerías, las tendencias
de aumento de esfuerzo pesquero, el acceso al recurso con equipos y
artes de pesca tradicionales. Los cambios climáticos decadales han
mostrado que a mayores escalas, propiciarán cambios en los rangos
de distribución de especies, por lo tanto, cambios de ubicación de los
sitios tradicionales de pesca. Este factor, la migración y el
reclutamiento son tres que interactúan para afectar la pesca (Bakun y
Broad, 2002) y están también en relación con cada uno de los
diferentes ambientes o ecosistemas aquí analizados.
El cambio climático y la variabilidad climática a diferentes escalas
temporales tienen efectos instantáneos o desfasados, local y
regionalmente. Las variables consideradas como más importantes en
la influencia a peces e invertebrados de interés comercial:
Temperatura Superficial, cambios en la profundidad de la capa
mezclada (MLD), la profundidad de la termoclina, intensidad y
mitigación de las surgencias, desplazamiento de mecanismos de
concentración de nutrientes y campos de corrientes superficiales, y el
cambio en la capa de hielo marino (Miller et al., 1998).
Los cambios sutiles en variables ambientales claves como la
temperatura, salinidad, velocidad del viento y dirección, corrientes
marinas, intensidad de surgencias, así como los que afectan a
poblaciones de depredadores, pueden drásticamente alterar la
abundancia, distribución, y disponibilidad de poblaciones de peces.
6
Temperatura
Los
organismos
que
no
pueden
regular
su
temperatura
independientemente de sus alrededores, como los peces, estarán
sujetos a cambios potenciales en sus rutas de migración, ocupación de
hábitat, y en última instancia su distribución geográfica (Lum Kong,
2002).
Los ecosistemas coralinos son particularmente susceptibles al cambio
climático debido a que el incremento en la temperatura,
principalmente, les causa estrés, blanqueamiento, y mortandad.
La reproducción de peces arrecifales tropicales parece ser sensible a
fluctuaciones de temperatura. Un incremento en temperatura puede
tener un efecto positivo o negativo en la reproducción, dependiendo si
las poblaciones están o no en su óptimo térmico para la reproducción.
Uno de los efectos primarios del incremento en temperatura en pastos
marinos será la alteración de sus funciones fisiológicas, crecimiento, y
metabolismo . El mantenimiento de su balance de carbono afectará en
última instancia su abundancia, cambios estacionales y geográficos de
sus patrones de distribución. Los efectos directos del incremento de
temperatura dependerá de la especie en particular, su tolerancia
térmica, su óptimo térmico para la fotosíntesis, respiración, y
crecimiento. (Short y Neckles, 1999)
El cambio climático es un factor crucial de influencia en los sistemas
marinos con los cambios en los patrones de vientos y temperatura
superficial del agua. Esto directamente impacta los varios procesos
oceanográficos, incluyendo las surgencias y las corrientes
superficiales (McLean and Tsyban 2001, en MA). Las corrientes
pueden hacerse lentas, cambiar de dirección, o desaparecer por
completo, resultando en cambios en abundancia y distribución de
muchas especies marinas. Se contemplan extinciones locales de
especies debido a estos cambios, por lo que los patrones de manejo
de pesquerías y ubicación de las flotas cambiarán también.
Nivel del mar
El efecto directo del incremento en el nivel del mar para pastos
marinos y vegetación intermareal puede ser la redistribución de
hábitats. La intrusión marina en aguas someras afectará las
condiciones estuarinas permitiendo a cierta vegetación a reubicarse
7
dentro de sus niveles de tolerancia, y que otras migren hacia la costa.
La falta de radiación solar por el aumento en profundidad reducirá la
productividad de la vegetación sumergida.
Huracanes y tormentas
El incremento en temperatura elevará la intensidad de los ciclones
tropicales, así como acortará los períodos de calma. Los impactos
incluyen: erosión por actividad del oleaje, decremento de radiación
solar por el aumento de la turbidez, y asfixia de propágulos de mangle
por deposición de sedimentos. (Short y Neckles, 1999).
La frecuencia de ciclones intensos se predice que aumentará debido
al cambio climático. No se sabe si la ruta o el número de ciclones
cambiarán. Habrá más sequías e inundaciones, y consecuentemente,
la precipitación extremosa y flujo de los ríos y escorrentías serán más
comunes que en el último siglo. Mayor índice de precipitación causará
una mayor variabilidad en los patrones de eutroficación en aguas
costeras con consecuencias en la calidad y cantidad de alimento
planctónico para las larvas y peces adultos de los arrecifes.
Asimismo, el aumento de partículas suspendidas o plumas de
sedimento como parte de la escorrentía, así como el aumento de la
turbulencia de la columna de agua, causará la muerte de los pólipos
de coral y los arrecifes.
Los huracanes tienen efectos destructivos y renovadores en las
comunidades vegetales terrestres, y ejercen cambios en la biomasa y
accesibilidad de los nutrientes para comunidades marinas, debido a
los movimientos de masas de agua ejercidos por los vientos de alta
velocidad.
El incremento en intensidad y frecuencia de tormentas tropicales
tiene el potencial de dañar bosques de manglar costero y otros
humedales causando mortalidad de árboles, defoliación, stress,
toxicidad, y modificación del sedimento por deposición, erosión,
compresión (Gilman, et al., 2008).
Precipitación y escorrentía
El ciclo de vida de especies dulceacuícolas y algunas marinas están
correlacionadas con la estacionalidad de la precipitación, y cualquier
8
cambio de los patrones de precipitación impactarán a las pesquerías.
La importancia de la precipitación y la escorrentía resultante, es la
aportación tanto de nutrientes a la costa, como de sedimentos y
contaminantes. (Lum Kong, 2002).
Efecto del incremento en precipitación y frecuencia de tormentas va a
ser el aumento en escorrentía hacia la costa, aumentando las
condiciones estuarinas, la estratificación vertical, y la suspensión de
sedimento. (Short y Neckles, 1999).
El decremento en precipitación e incremento en evaporación hará que
decrezca la productividad primaria, crecimiento y supervivencia de
semilla, alterará la dinámica entre especies de manglar, decrecerá la
diversidad, y habrá reducción de cobertura por incremento de zonas
hipersalinas (Gilman, et al., 2008). La reducción en el patrón de
precipitación implica menor recarga del acuífero, menor volumen de
escorrentía de agua dulce al manglar, e incremento de la salinidad. El
aumento en salinidad hará más accesibles los sulfatos en el agua, y
esto aumentará la descomposición anaeróbica de la turba,
incrementando el riesgo del manglar al cambio en el nivel del mar
(Snedaker, 1993).
Corrientes marinas
El cambio climático va a influenciar la circulación oceánica y los
patrones de surgencia, sin embargo los cambios y sus magnitudes se
espera que difieran en cada región del mundo. Algunas tendencias se
pueden esperar: el incremento de estratificación térmica de la
superficie del océano, se espera que reduzca el influjo de nutrientes
de aguas productivas bajo la termoclina (Bindoff et al. 2007;
Poloczanska et al. 2007). (En Munday et al., 2008).
El incremento del contenido de calor y los cambios en los campos de
vientos puede tender a incrementar la fuerza de algunas corrientes.
Por ejemplo la Corriente Sudecuatorial, que es uno de los motores que
sostiene a la Gran Barrera Coralina, se espera que aumente su fuerza
en los próximos 50 años (Cai et al. 2005; Poloczanska et al.2007). (En
Munday et al., 2008).
Los patrones de corrientes impactan a los ensamblajes de peces en
varias formas. Primero, las corrientes locales y de mesoescala juegan
un papel esencial en la dispersión de larvas de peces e invertebrados.
9
Cualquier cambio en fuerza y dirección de estas corrientes influye en
cambios en el transporte de larvas entre sistemas arrecifales. Los
cambios en productividad primaria y secundaria como consecuencia de
la circulación marina pueden afectar el crecimiento y supervivencia de
las larvas de peces e invertebrados. (Sponaugle and Pinkard 2004;
Meekan et al. 2006). (En Munday et al., 2008).
El cambio inducido por el cambio climático sobre las características
físicas de las corrientes y patrones de circulación, así como sus
características químicas y biológicas afectarán a los ecosistemas
marinos directamente. El aumento en la temperatura superficial
afectará la distribución y composición de las comunidades de
especies, particularmente en latitudes altas. En latitudes subtropicales, ya existen casos de migración de especies de afinidades
templadas hacia los polos y su sustitución por especies tropicales.
Las corrientes y las mareas juegan un papel potencialmente
importante en la retención y dispersión de larvas. El cambio en
patrones de circulación marina potencialmente afectará las rutas de
dispersión, transporte y concentración de larvas y nutrientes.
Cualquier cambio de circulación marina como consecuencia del
cambio climático puede tener efectos fundamentales en los patrones
espacio-temporales de conectividad entre sistemas arrecifales
(Munday et al., 2008).
Concentración de CO2
Los embriones de peces y larvas jóvenes son más sensibles a los
cambios de pH que los adultos y los, entonces los efectos de la
acidificación serán de mayor influencia en las larvas y embriones de
especies pelágicas a aquellas demersales porque ovopositan
directamente en aguas oceánicas donde el pH permanece más
estable.
Las larvas de peces tienen demandas muy altas de oxígeno y son
vulnerables a cambios en pH. La acidificación del océano se espera
que tenga serias consecuencias para los pólipos de coral y cualquier
otro que dependa de la calcificación porque reduce los iones de
carbonatos.
Los cambios en el balance de iones carbonatados pueden ser
suficientes para retardar el desarrollo esquelético y de otolitos
10
durante los estadios embriónicos y los larvarios. Se ha mostrado
experimentalmente que la calcificación del esqueleto de algunas
larvas se reduce a concentraciones de CO2 que se predice que
existirán en el 2100.
Aumento de UV
El efecto de la radiación UV-B en plantas marinas se espera que sea
muy grande en ambientes intermareales donde la vegetación esta
expuesta en mareas bajas. Su reacción puede ir de inhibición de la
actividad fotosintética a la elevación del costo metabólico de producir
compuestos bloqueadores de UV-B.
El impacto indirecto de aumento en radiación UV-B puede ser el
secuestro de carbono. Ante el aumento en la concentración de CO2,
las plantas tendrán acceso a más carbono para su metabolismo
secundario que puede incrementar su habilidad para bloquear la
radiación. En algas marinas, la fotosíntesis del fitoplancton puede ser
inhibida por radiación UV-B.
Hipoxia, reducción de hábitat
Los cambios en temperatura y consecuentemente de oxígeno disuelto
causan cambios en distribución en los organismos debido a las
demandas metabólicas que implican. Estos cambios tienen efectos
sobre la pesca comercial así como para las interacciones tróficas de
estos organismos. El decremento en oxígeno disuelto en ecosistemas
costeros y estuarios ha modificado el hábitat aceptable para peces.
La hipoxia estacional en Verano (oxígeno disuelto
≤ 2 mg /Lt) en el
noroeste del Golfo de México ocurre en grandes extensiones de (1000
a 20000 km2), resultando en una pérdida de hábitat para especies
demersales como la corvina Micropogonias undulatus y el camarón
café Farfantepenaeus aztecus.
Un análisis de largo plazo (14 años) indica que hay cambios en la
distribución espacial producidos por la hipoxia en ambas especies. La
corvina, que generalmente habita aguas cálidas costeras, permaneció
en las aguas más cálidas pegadas a la costa dentro de la región
hipóxica, pero también fueron desplazadas hacia aguas más frías mar
adentro. El camarón café, que generalmente se distribuye hacia mar
11
abierto, permaneció en aguas cálidas costeras y en aguas frías en
alta mar evitando la zona hipóxica. Se observó que las temperaturas
se polarizan para ambas especies, posiblemente aislando poblaciones
o clases de edad.(Craig y Crowder, 2005)
Peces en sistemas arrecifales y estructuras petroleras en el Golfo de
México se mueven verticalmente en la columna de agua para evitar
las condiciones hipóxicas estacionales en las partes más profundas de
su hábitat, conducta que incrementa su densidad (Prince y Goodyear,
2006).
La profundidad de la capa mezclada junto con la nutriclina y la
profundidad de la zona fótica, influencian la producción primaria
afectando directamente a la cadena trófica marina. Los cambios en la
profundidad de la Termoclina a lo largo de corrientes limítrofes,
frentes, etc., influencia los hábitats preferenciales de la fauna marina
o cambian las características de los remolinos de mesoescala o
afectan los procesos de surgencia y enriquecimiento de nutrientes.
Estos cambios afectan desde poblaciones de virus, bacteriopláncton y
fitoplancton, hasta los mamíferos marinos.
III. Diagnóstico de la pesca en México
Producción nacional, distribución por mares y agua dulce
México ocupa el cuarto lugar en el continente en cuanto a volumen de
pesca. Con casi un millón y medio de toneladas anuales de captura y
una contribución al PIB de alrededor del 0.7% la pesca es una
actividad con mucho potencial de crecimiento, por la posibilidad de
incrementar considerablemente el número y tipo de especies
capturadas, si bien las pesquerías tradicionales están sobreexplotadas
o en el límite de su capacidad. La importancia del sector es
marcadamente regional: dos terceras partes de la producción
pesquera se concentran en cuatro estados del noroeste de México en
los cuales las principales pesquerías son de peces pelágicos menores
(sardina y anchoveta) y camarón. Las pesquerías de pelágicos
mayores, como el atún y el tiburón, destacan
en el Golfo de
Tehuantepec y el pulpo, ostión y camarón en el Golfo de México
(Instituto Nacional de Pesca, 1999).
De acuerdo al Anuario Estadístico Pesquero 2005, el volumen total
desembarcado de pesca fue de 1,301,403 toneladas de las cuales:
12
1,011,571 corresponden al litoral Pacífico (78%), 259,646 toneladas al
Golfo de México y Mar Caribe (20%) y 30,186 toneladas a cuerpos de
agua continentales (2.3%)
La principales pesquerías son multiespecíficas (sardina, atún,
camarón) por lo que a veces los registros globales enmascaran los
impactos de eventos climáticos si lo que se presenta son cambios en
las proporciones de la composición de especies. Estas pesquerías
masivas o industriales utilizan flota mayor, mientras que cientos de
especies menores tienen salida a través de pesca de mediana altura y
artesanal.
El deterioro ambiental antropogénico de la zona costera o de
plataforma, de donde se extrae cerca del 80% de la pesca en México,
además de la sobreexplotación y utilización de artes de pesca
inadecuados, son los responsables en gran medida de la problemática
pesquera tanto marina como continental.
IV. Clasificación de las pesquerías por cuatro condiciones
ambientales críticas
1.
Arrecifes coralinos, pastos marinos, fondos rocosos.
En México las principales pesquerías asociadas a las zonas arrecifales
y fondos rocosos y que, por tanto, serían afectadas por los impactos
del cambio climático sobre los arrecifes, son, entre otras:
•
•
•
•
•
•
Pargos o huachinango (familia Lutjanidae)
Mero o Cabrilla (familia Serranidae)
Langosta espinosa ( género Panulirus)
Caracol rosado (género Strombus)
Erizo (Strongylocentrotus franciscanus)
Pulpo (Octopus maya)
Se reconocen tres zonas de arrecifes coralinos: la costa del Pacífico
(que incluye algunos de los estados costeros, además de las Islas
Marías y Revillagigedo), las costas de Veracruz y Campeche en el
Golfo de México y la costa este de la Península de Yucatán (desde Isla
Contoy hasta Xcalak, incluyendo al atolón de Banco Chinchorro). Se
estima que el área que ocupan los arrecifes coralinos de aguas cálidas
en el país asciende a cerca de mil 780 kilómetros cuadrados, es decir,
13
cerca del 0.63% del área total de este tipo de arrecifes en el mundo
(Spalding et al., 2001).
En un estudio reciente que monitoreó ensamblajes de peces y
disturbios a comunidades coralinas, se encontró que 62% de las
especies de peces investigadas descendió en abundancia cuando
descendió al menos 10% de la cobertura de coral. El descenso de
abundancia lo registraron especies que habitan en el coral y los
coralívoros; aunque algunos planctívoros también descendieron en
abundancia.
El descenso en abundancia de cada especie se correlacionó con el uso
proporcional de coral vivo al momento de establecimiento. Esto
sugiere que la pérdida de hábitat viable para nuevos colonizadores, y
la supresión de las señales ambientales para su establecimiento
desaparece con la pérdida significativa de coral. Aproximadamente
10% de los peces arrecifales se pueden clasificar como arrecifedependientes y estas especies son afectadas inmediatamente por la
pérdida del coral (Kokita and Nakazono 2000; Spalding and Jarvis
2002; Halford et al. 2004; Munday 2004; Bellwood et al. 2006;
Pratchett et al. 2006). Las especies dependientes incluyen los
obligados (Munday et al. 1997; Gardiner and Jones 2005), los
coralívoros (Pratchett 2005), y las especies que se establecen en el
coral (Booth and Wellington 1998; Ohman et al. 1998; Holbrook et
al. 2000). (En Munday et al., 2008).
Los arrecifes dependen de condiciones ambientales específicas como
un rango de temperatura (23 a 29 °C) para un crecimiento óptimo.
Algunos toleran temperaturas mayores, por períodos limitados.
Adicionalmente los niveles específicos de salinidad son de (32 a 42
partes por mil), claridad del agua y niveles de luz deben ser
constantes para su crecimiento óptimo.
Se ha sugerido que la pesca es una de las actividades antropogénicas
que más impactan a los arrecifes coralinos, tanto aquellos de zonas
cálidas como a los de profundidad. La sobreexplotación de las especies
comerciales y las artes de pesca que barren y destruyen el lecho
marino son algunas de las prácticas más nocivas. Además de
disminuir los tamaños poblacionales de las especies objetivo, afectan
a los pastos marinos, esponjas, corales y erizos, entre otros muchos
tipos de organismos. De igual modo, la sobrecolecta de especies
ornamentales de coral (negro y rojo, por ejemplo), peces, anémonas y
14
otros invertebrados como ejemplares de acuarios también daña a los
arrecifes, alterando su estructura y dinámica.
Las poblaciones de peces arrecifales no exhiben respuesta inmediata a
la pérdida de coral, sino un descenso lento debido a la disminución de
adultos y descenso en el reclutamiento a través de los años. (Munday
et al., 2008)
En los fondos rocosos, ricos en irregularidades topográficas y
vegetación que representan un magnifico refugio a profundidades
entre los 15 y los 200 metros, vive una gran diversidad de peces que
forman parte de las pesquerías de fondo; entre ellos se pueden
señalar: los guachinangos, los meros y las cabrillas (Cifuentes et
al.1997)
En México la pesquería de pargos o guachinango se compone de 13
especies, de las que existen 6 en el litoral del Golfo de México y 7 en
el Pacífico. En el año de 1988, según la Secretaría de Pesca, se
capturaron 6 400 toneladas de estos finos pescados, de las cuales 2
749 corresponden al litoral del Pacífico y las otras 3 651 toneladas se
obtuvieron en el Golfo de México. Son demersales, esto es, habitan en
los fondos tanto rocosos como arenosos, forman parte de la fauna
arrecifal.
En las costas del Golfo de México se localizan el "guachinango del
Golfo" o "pargo colorado" (Lutjanus campechanus) que se distribuye
desde Cabo Hateras, Estados Unidos, hasta las costas del Golfo de
México; el "guachinango aleta negra" o "pargo criollo" (Lutjanus
analis) que se encuentra desde las costas de Massachusetts hasta Río
de Janeiro, Brasil; el "pargo caucha" (Lutjanus jocu) en las costas del
Golfo, las Antillas y Venezuela; la "biajaiba" o "pargo guanapo"
(Lutjanus synagrus) de Carolina del Norte y Bermudas a las costas del
Golfo de México y Brasil. Por ultimo, la "rabirrubia" o "rubia" (Ocyurus
chrysurus) que se distribuye desde Massachusetts hasta Brasil.
En el Océano Pacífico están el "guachinango ojo amarillo" (Lutjanus
viridis) desde Cabo San Lucas, B. C. Sur, hasta las islas Galápagos; el
"guachinango verdadero" (Lutjanus peru), desde las costas de Baja
California hasta el Perú; el “pargo raicero" o "pargo rayado" (Lutjanus
aratus) distribuido desde las costas del Golfo de California hasta las de
Ecuador; el "pargo amarillo" o "coyotillo" (Lutjanus argentoventris) de
Baja California al norte del Perú; el "pargo colorado" o "listoncillo"
15
(Lutjanus colorado) de Baja California a Panamá; el "pargo lunarejo"
(Lutjanus guttatus) del Golfo de California a las costas del Ecuador y
el "pargo prieto" o "colmillón" (Lutjanus novemfasciatus) de Baja
California a las islas Galápagos.
Los peces de arrecife como pargos y meros se agregan en altas
concentraciones para desovar en una ubicación y estacionalidad
específica. Estas agregaciones son estacionales y se centran en el
calendario lunar.
Hay fidelidad de sitio de desove por décadas. Como consecuencia, ha
habido mal manejo y sobreexplotación de estas especies durante el
desove resultando en el colapso de las poblaciones reproductivas
(Johannes et al. 1999).
Los meros también llamados "chernas", pertenecen a la familia
Serranidae y son peces que se localizan en fondos rocosos o fangosos
de bahías profundas; se encuentran desde los 10 metros hasta los
límites de la plataforma continental. Estos peces tropicales prefieren
los lugares sombreados y con poca luz y sólo excepcionalmente llegan
a los grandes abismos; son carnívoros sumamente voraces y su dieta
alimenticia se basa en peces, cangrejos, camarones y moluscos. Como
ejemplos están el "mero pinto" o "cherna yucateca" (Epinephelus
morio) el "mero" o "cherno" (Promicrops itaira) el "mero" (Epinephelus
striatus) el "mero italiano" (Epinephelus guaza) y el "mero blanco"
(Epinephelus geneus).
Su reproducción se realiza en las cercanías de los arrecifes y la época
de desove va de mayo a agosto. Es un pez migratorio y tiende a
establecerse en zonas que le permitan alimentarse fácilmente y
encontrar abrigo entre las rocas.
En México abundan en la plataforma continental frente a la península
de Yucatán, aunque existe en cantidades menores en otras localidades
del Golfo de México y del Caribe; se captura de marzo a diciembre a
profundidades entre las 12 y 20 brazas. En el Pacifico, la mayor parte
de las capturas proceden de Sinaloa, Nayarit, Sonora y Baja California
y con frecuencia se pescan como fauna de acompañamiento en las
redes de arrastre camaronero.
El producto de esta pesquería de mero alcanzó en 1988 un total anual
de 13 440 toneladas, correspondiendo al Pacífico 115 y al Atlántico 13
16
325, representa la pesca de escama de mayor valor comercial en el
sureste del país.
Las cabrillas, junto con los meros, son de las especies más
representativas de la familia Serranidae; habitan preferentemente
sobre fondos rocosos o formando parte de la fauna de los arrecifes de
coral en las zonas tropicales; los juveniles de algunas especies se
aproximan a la costa y es probable que penetren a los ríos y lagunas
litorales. Su coloración cambia mucho según la época de su ciclo vital,
dependiendo del grado de madurez de las gónadas. Por sus hábitos
alimenticios se les define como peces carnívoros; se alimentan
principalmente de peces, cangrejos y moluscos.
Las especies más características de cabrillas pertenecen al género
Mycteroperca como la "cabrilla pinta" (Mycteroperca xenarcha)
distribuida desde la costa de California en Estados Unidos hasta las
islas Galápagos y Perú; la "cabrilla de astillero" o "garropa"
(Mycteroperca jordani) del Pacífico, que es una de las más grandes y
llega a medir un metro, caracterizada por presentar manchas
irregulares de color verde rojizo; la cabrilla que vive en el Océano
Pacífico en las costas de Norte y Centroamérica es Mycteroperca oltax
con manchas oscuras de color rojo anaranjado.
Otras cabrillas pertenecen a géneros diferentes, como la "cabrilla de
roca" (Paralabrax maculatofasciatus) que se distribuye en el Pacífico
norte; la "cabrilla de cuero" (Dermatolepis punctata) en las costas
rocosas de Baja California y del Golfo de California; y la "cabrilla rosa"
(Hemianthias peruanus) reportada desde el Golfo de California hasta
las aguas de Perú y Chile.
En México son abundantes en el Pacífico y casi la totalidad se captura
en las costas de Baja California y Sonora. Abundan también en el Mar
de Cortés y en el Golfo de México las hay de Tampico a Tuxpan. Es
una especie reservada a las sociedades cooperativas de producción
pesquera y la captura es de 900 toneladas anuales.
México ocupa el séptimo lugar como productor de langosta espinosa a
nivel mundial (Panulirus argus principalmente) y el décimo séptimo en
la captura a nivel mundial de langostas. La langosta espinosa del
Caribe significa el 23% de la captura nacional ubicándose en Yucatán
y Quintana Roo. El resto corresponde a diversas especies del Pacífico.
Este recurso ocupa el cuarto lugar entre los crustáceos generadores
17
de divisas para el país, después del camarón, el langostino y la jaiba.
(SEMARNAP, 1998)
La langosta espinosa del Caribe, Panulirus argus crece hasta 60 cm en
longitud. Habita aguas tropicales y subtropicales del Atlántico, Mar
Caribe y Golfo de México. Tiene hábitos nocturnos, se esconde en
cuevas y orificios en los arrecifes durante el día, y se alimenta de
erizos, gusanos, crustáceos y algunos tipos de vegetación.
Sus
depredadores principales son la anguila morena y los tiburones gata.
La hembra ovoposita en un lugar protegido donde se desarrollan a un
estado larvario que les permite ser parte del plancton. La reproducción
ocurre de abril a octubre cuando la temperatura excede los 23°C.
El recurso en la plataforma continental del Caribe Mexicano está
plenamente explotado y se ha recomendado detener por completo el
esfuerzo pesquero.
Caracol: La especie de gasterópodo más importante como pesquería
en México es el caracol rosado del Caribe (Strombus gigas). El
"caracol gigante", "caracol rosa" o "caracol abanico" que no sólo es
utilizado como alimento por su carne blanca y suave, sino que en la
antigüedad tenía un significado religioso entre los indígenas de
América, fue también usado como instrumento musical.
Este caracol gigante es común en la costa del Caribe y el norte de la
península de Yucatán y representa un recurso comercialmente
importante, por lo que su captura está regulada y se protege con
épocas de veda; además, en el Centro de Acuicultura de Puerto
Morelos, Quintana Roo, los biólogos lo están cultivando para repoblar
los bancos naturales. En 1988, en sus mejores épocas, la captura total
fue de 5 185 toneladas.
México
es
el
quinto
productor
mundial
de
erizo
rojo
(Strongylocentrotus franciscanus), mediante una pesquería artesanal
con altos precios de exportación, sobre todo al mercado asiático. De
las cuatro especies que se localizan en Baja California solo dos son
explotadas comercialmente. Es una especie denso dependiente muy
vulnerable a cambios ambientales y a la sobre explotación (INP,
1999).
El pulpo Octopus maya es una especie endémica, bentónica que habita
en los pastos marinos de la plataforma continental de Yucatán y
asociada a rocas coralinas. El 98% de la pesquería de pulpo a escala
nacional (ocupa el doceavo lugar en cuanto a volumen de captura),
18
proviene de Yucatán, Campeche y Quintana Roo y participan tanto
flota artesanal como industrial (SEMARNAP, 1998). Tiene una
demanda internacional creciente y está entre las cinco primeras
pesquerías nacionales por su valor comercial. Aparentemente los
huracanes tienen un efecto positivo en el reclutamiento del pulpo
(INP, 1999).
2. Estuarios, Lagunas Costeras y Humedales.
En estuarios tropicales la interrelación de factores abióticos como
mareas, turbidez, salinidad y estructura de hábitat (Rueda 2001)
determina la distribución y densidad de las especies de peces. Más
del 80 % de las pesquerías comerciales en México tienen relación en
alguna etapa de su ciclo de vida con las lagunas costeras. Solo nos
referiremos como ejemplo a las pesquerías de:
• Camarón (8 especies en el Pacífico, 6 en el Golfo de México y
Caribe)
• Lisa (Mugilidae) multiespecífica y comúnmente asociada a la
pesquería de la Lebrancha
• Ostión (Crasostrea virginica principalmente)
• Corvinas
El conocimiento de los factores abióticos que influencian el
movimiento y permanencia de las especies de peces estuarinos es
esencial para implementar estrategias de manejo.
La mayoría de los estuarios de México se caracterizan por sostener
humedales costeros, más comúnmente bosques de manglar. México
posee 525 000 ha o el 4% del total global de estos bosques. Los
ecosistemas estuarinos y sus servicios ambientales son esenciales
para la reproducción y el reclutamiento de la mayoría de las especies
pesqueras comerciales de peces e invertebrados. La pesca ribereña de
México depende en un 90% de los humedales costeros y estuarios
para su supervivencia.
Entre los factores más importantes para la distribución de manglares
están el nivel del mar, la temperatura y la salinidad. El análisis de las
repercusiones del cambio climático en bosques de manglar es esencial
para analizar el impacto sobre estas pesquerías, principalmente:
19
camarón, jurel, corvina y lisa, que se pescan de manera directa en los
estuarios, y la diversidad de especies que dependen de ellos en sus
fases embrionarias, larvaria y juvenil.
Estudios realizados en estuarios templados, como los que existen en el
norte de México, han identificado patrones espacio-temporales de
variación en composición, abundancia y distribución de peces
estuarinos relacionados a precipitación, salinidad, temperatura,
profundidad, luz, turbidez, sustrato y mareas (Rueda, 2001).
La pesquería multiespecífica del camarón, es la primera en términos
de valor económico en el país. Cerca del 80% de la captura es en el
Pacífico y el resto en el Golfo de México. El aprovechamiento se da en
forma secuencial, los juveniles se capturan en los sistemas lagunares
y los adultos en la zona marina. En el Pacífico hay dos regiones
principales de alta producción: el Golfo de California y el Golfo de
Tehuantepec. Algunas de las especies se reproducen en el medio
marino, si bien son euritérmicos y eurihalinos, sus intervalos óptimos
de crecimiento están entre el 24-28 ºC y 23-36 º\oo. La temperatura
del agua es un detonante importante para su reproducción
favoreciendo el reclutamiento y el crecimiento.
Además de la temperatura óptima para cada especie, otro factor que
también juega un papel importante es la disponibilidad de alimento. El
hábitat de desove debe ser favorable en cuanto a alimento y refugio.
Los peneidos pasan su vida adulta y etapa de desove en altamar. Los
huevos eclosionan en 14 horas y las larvas de 10 a 14 días migran a
aguas costeras y ecosistemas estuarinos. Las larvas son transportadas
por las mareas y siguen indicadores de salinidad para penetrar en los
estuarios.
En el Alto Golfo de California, las dos especies más capturadas y
dependientes de condiciones estuarinas o semiestuarinas son el
camarón y la corvina. La captura pesquera incluye entre 15 y 29
especies, sin embargo las mencionadas son las más importantes.
La Corvina alcanza un valor de 100 millones de pesos en las mejores
temporadas; 60% de todo el ingreso va a 10 cooperativas de un total
de 32 autorizadas para su captura.
Sólo en la comunidad de El Golfo de Santa Clara existen 541 pangas
y 840 miembros de las cooperativas. Las corvinas y roncadores de la
familia Sciaenidae son capturadas en la rompiente. Son llamados así
20
por el sonido que hacen con sus vejigas natatorias. Son un grupo de
peces morfológicamente muy diferentes de las otras especies de
peces. Son especies tropicales que habitan fondos arenosos y
estuarios. Existen 270 especies de Scianidos, 30 de los cuales se
encuentran en el Golfo de California.
Los cambios en temperatura y consecuentemente de oxígeno disuelto
causan cambios en distribución en los organismos debido a las
demandas metabólicas que implican. Estos cambios tienen efectos
sobre la pesca comercial así como para las interacciones tróficas de
estos organismos. La corvina se ve afectada en el Golfo de México por
las grandes extensiones de zonas hipóxicas estacionales, resultando
en una pérdida de hábitat tanto para la corvina como para el camarón
café.
La lisa es una pesquería multiespecífica importante para la pesca
artesanal y muy influenciada por cambios ambientales. Son especies
costeras y de aguas salobres, siendo algunas especies las que ocupan
estuarios y agua dulce. Son especies demersales que forman
cardúmenes y se alimentan de algas diatomeas, y detritus en los
sedimentos. El reclutamiento de juveniles de Lisa es en estuarios
someros, y coincide con el aumento de la temperatura a más de 20°C,
menor salinidad, mayor precipitación en la estación de lluvia en
invierno.
En algunas lagunas la pesquería de Lisa Rayada (Mugil curema),
representa la más importante captura después del camarón. Los
coeficientes de correlación entre las variables climáticas y la captura
de M. cephalus y M. curema muestran correlaciones positivas entre la
temperatura del agua y el fotoperíodo, así como la precipitación con
la temperatura del agua.
Para la lisa Mugil curema la temperatura tiene una correlación
negativa con la migración de desove, mientras que para M. cephalus,
la amplitud de marea y la migración de desove están positivamente
correlacionadas. Las variables ambientales que mostraron correlación
significativa son la temperatura del agua y el fotoperíodo.
La densidad de la lisa es inversamente relacionada a la salinidad,
profundidad y tipo de sustrato (conchas, mezclada, lodoso). Mugil
incilis inversamente correlacionada con salinidad y profundidad,
positivamente correlacionada con la presencia de sustrato lodoso.
21
La salinidad presenta variación estacional con la descarga de agua
dulce y la precipitación.
Con el cambio climático, la entrada y distribución de la lisa en los
estuarios, así como su permanencia variará respecto de la intrusión
salina en lagunas costeras y estuarios, así como el aumento del nivel
del mar con el consecuente aumento en la profundidad. La lisa es un
recurso socorrido por la pesca ribereña y de subsistencia que se verá
afectada por una posible disminución del recurso a nivel local.
El reclutamiento de juveniles de Lisa es en estuarios someros, y
coincide con el aumento de la temperatura a más de 20°C, menor
salinidad, y mayor precipitación en la estación de lluvia en invierno.
El aumento en la temperatura y aumento de la precipitación como
resultado del cambio climático no serán factores que afectarán su
abundancia, sin embargo alta salinidad y destrucción de hábitat sí lo
serán.
Las larvas permanecen en la zona costera por largos períodos en
invierno en el Golfo de México. La dispersión costera parece operar de
diferente manera para ambas especies y estos patrones ocurren por
medio de las corrientes superficiales en diferentes épocas del año. Si
la migración de desove en la Lisa Blanca coincide con un descenso de
la temperatura en la laguna costera o estuario, esto explica que
ambas especies tengan épocas de desove diferentes en el Golfo de
México y el Caribe.
El ostión es la pesquería más importante del Golfo de México que
presenta el 90% de la producción nacional y se concentra sobre todo
en Tabasco y Veracruz. Como otras especies lagunares es altamente
dependiente del sistema de manglar. Por valor económico está entre
las primeras 10 pesquerías a nivel nacional.
Hay muchas especies que no pueden clasificarse dentro de uno solo
de estos ambientes pues sus ciclos de vida pasan por varios de ellos,
es el caso de los Jureles (Carangidae). La de los jureles es una familia
de 140 especies de peces principalmente marinos cuando adultos, y
estuarinos cuando juveniles. Son depredadores rápidos asociados a
arrecifes y a mar abierto. Es una de las familias más importantes de
peces tropicales de interés comercial. Los estuarios son zonas de
crianza y reclutamiento de juveniles que luego migran a zonas
pelágicas cuando maduran.
22
Algunas especies como Caranx ignobilis y Caranx elampygus ocupan
estuarios de manera oportunista antes de migrar a hábitats costeros
más profundos. Es más abundante en el Golfo de México y Caribe que
en el Pacífico y en términos de valor económico está entre las
primeras 15 pesquerías del país.
3. Surgencias. Ejemplos: Sardinas, anchovetas, calamar.
Surgencia es el término utilizado para denominar movimientos
verticales ascendentes que transportan agua profunda con altos
niveles de nutrientes a nivel superficial y los movimientos
horizontales de masas de agua asociados a esto. A escala espacial,
necesitan tener algunas decenas de kilómetros y una duración
mínima de 4 días. Esta agua rica en nutrientes expuesta a la
radiación solar acelera el crecimiento de fitoplancton que es la base
de la cadena alimenticia propiciando concentración de alimento para
especies superiores en la cadena.
En la costa del Pacífico se generan surgencias en invierno-primavera
en años no-ENSO, cuando la termoclina es más somera. Es la zona de
transición de la confluencia de dos corrientes dominantes: California y
la Norecuatorial (Bulgakov y Martinez-Zatarain, 2006).
Cambios de largo plazo en la profundidad de la termoclina a lo largo
de los frentes, corrientes limítrofes, fronteras o bordes pueden
influenciar directamente los hábitats preferenciales de fauna
bentónica o cambiar las características de los remolinos de
mesoescala afectando el proceso de surgencias de manera
fundamental y el enriquecimiento de nutrientes sub-superficiales.
La variabilidad estacional a interanual entre poblaciones de especies
pesqueras de diferentes regiones o de diferentes especies en la
misma región parecen no estar correlacionadas debido a su diferente
adaptación o respuesta a cambios ambientales locales de gran
amplitud como El Niño (ENSO), o la migración de frentes, o la
variabilidad en la intensidad de las surgencias (Miller et al.,1998).
En el Pacífico Mexicano es donde son más notorias estas surgencias,
principalmente en el Golfo de California, en la Costa oeste de Baja
23
California, en las costas de Nayarit y Jalisco y en el Golfo de
Tehuantepec.
Gran número de poblaciones de pequeños peces pelágicos en el
Sistema de la Corriente de California y el Golfo de California están
asociados a surgencias costeras. Estas especies en todo el mundo son
objeto de pesquerías muy lucrativas (Lluch-Belda et al., 1992). En
México han contribuido en un 40% del total de la captura nacional, y
la mayor parte de ésta se ha dado en el Golfo de California.
En términos de peso desembarcado, las pesquerías de pelágicos
menores (sardinas, anchovetas y afines) son las más importantes del
país. Son pesquerías multiespecíficas, el 70% de la captura anual
está conformada por seis especies, que cambian sus proporciones
presumiblemente por estímulos climáticos, como la presencia de El
Niño (INP, 1999)
La composición de la captura está dada por un 63% de sardina
oriunda, 28% de Monterrey y un 9% de otras. Son los estados de
Sonora, Sinaloa y Baja California Sur los que reportan la mayor
captura; en Ensenada, Baja California, se procesa el mayor enlatado.
Baja California Sur y Sinaloa reportan el mayor procesamiento de
reducción. Es en esta región del Pacífico donde se registran las
surgencias estacionales más productivas del Pacífico Mexicano. La
afectación, atenuación o modificación de los ambientes de surgencia
tendrán efectos sobre la captura de ambas especies, como se ha
podido atestiguar con los cambios ecosistémicos durante los ENSO en
la Corriente de California y el Pacífico Mexicano (Lluch-Cota et al.,
1999).
La elevada abundancia de larvas de sardina está asociada a la
presencia de remolinos de mesoescala en la Corriente de California; se
ha concluido que estos remolinos pueden ser una fuente de
reclutamiento importante para la sardina. El tipo de flujo lento y cálido
es hábitat preferencial de la sardina. Es el factor causal para la
selección de hábitat de desove puesto que, el incremento de
condiciones propicias de hábitat de desove en mar abierto propicia
una reproducción exitosa, lo que propicia un incremento en
abundancia. Los cambios en el flujo de la corriente de borde afectarán
el hábitat de desove (Climate and Fisheries 2001).
24
Existe evidencia de que las poblaciones de pequeños pelágicos
alrededor del mundo responden más a factores ambientales que a
efectos denso-dependientes en su abundancia. Estas especies
concurren en una surgencia estacional en la confluencia de la
Corriente de California y sus áreas de influencia sobre el Golfo de
California y la costa oeste de la península de Baja California, así como
del flujo de agua profunda procedente del Sur (Bakun, 1990).
Los efectos de la surgencia sobre la abundancia de sardina indican que
estas especies requieren un mínimo de surgencia, sin embargo una
surgencia fuerte restringe su distribución y abundancia. Los factores
más importantes para explicar la variabilidad en concentración de
larvas fueron la profundidad, la temperatura superficial y la latitud.
Otros factores que influencian las concentraciones larvarias incluyen la
temporalidad del desove, la migración de adultos desovantes, la
producción de zooplancton y la depredación.
El éxito del reclutamiento de la sardina ha sido relacionado a
indicadores ambientales como la biomasa de fitoplancton y la
temperatura anual del mar. Uno de los resultados de la intrusión de
masas de agua cálida al Golfo de California promueve el canibalismo
en esta población y reducen el período de desove, forzando también la
migración de adultos hacia mayores latitudes. El desove en la sardina
se correlaciona con la temperatura, el calentamiento inducido por el
clima así como el enfriamiento. Asimismo los ciclos lunares. Esto
mismo se presenta en el reclutamiento de sardina del Pacífico en la
costa suroeste de la península de Baja California. Sin embargo se
observó mortalidad denso-dependiente asociada a temperatura
superficial del mar mayor a 19.3°C.
Los sistemas con mayor producción de sardina se caracterizan por
tener dos tipos de hábitats pelágicos: el costero y el de mar abierto
que se encuentra en la corriente de borde. Los patrones de
variabilidad biológica de largo plazo en estos sistemas se asocian con
la fuerza o debilidad del flujo de la corriente de borde que se alterna
de manera decadal. Esta variabilidad se liga a la variabilidad física de
los hábitats costero y de mar abierto, y el intercambio en la
composición de especies entre ellos.
La distribución de estos pelágicos menores responde a una
combinación de factores bióticos y abióticos. Sus poblaciones se
expanden y se contraen obedeciendo señales ambientales
desconocidas (Lluch-Belda et al., 1995).
25
El rango de distribución de la sardina se asocia con aguas productivas
y ricas en nutrientes (Bakun, 1990). Los valores más bajos de
abundancia corresponden a valores extremos en temperatura y
surgencia. Los más altos se relacionan con valores intermedios (12–18
m3/s por 10 m de costa) y temperatura superficial de 18–24°C.
Hay una creciente evidencia sobre la relación entre el calentamiento
de los sistemas del Pacífico Oriental, a favor de la producción de
sardina. Este calentamiento es provocado por el flujo lento de la
corriente de borde. La elevada abundancia de larvas de sardina está
asociada a la presencia de remolinos de mesoescala en la Corriente de
California; se ha concluido que estos remolinos pueden ser una fuente
de reclutamiento importante.
Especies de mayor tamaño como la sardina (Sardinops spp.),
macarela (Scomber japonicus) y caballa (Trachurus spp.) tienen la
capacidad de utilizar ambos tipos de hábitat pelágico: costero y de
mar abierto, e intercambiar hábitats dependiendo de las condiciones
de forrajeo y reproducción (Bakun, 1990).
Nevarez-Martinez et al. (2001), sostienen la hipótesis de que la
abundancia y distribución de la sardina del Pacífico en el Golfo de
California es determinada por los patrones de viento y las surgencias,
así como por la temperatura superficial.
El calamar es un recurso compuesto de varias especies, la mayoría se
pesca en forma incidental y solo el calamar gigante es una especie
desarrollada como pesquería, con creciente importancia en la
exportación. Se distribuye en el Pacífico oriental desde la frontera
norte de México hasta Chile, desde la superficie hasta más de 400
metros de profundidad, con sus mayores concentraciones en zonas de
surgencias. Presenta varios picos de desove pero los más importantes
se relacionan con los cambios en las condiciones oceanográficas (INP,
1999).
La pesca del calamar frecuentemente se lleva acabo en áreas de
desove, previniendo así el reclutamiento. Esta estrategia para
cualquier especie es totalmente contraproducente.
4. Discontinuidades oceanográficas (termoclina, frentes, giros,
corriente). Ejemplos: Atún, picudos, tiburones, sierra.
26
La distribución, migración, agregación y forrajeo de las especies más
importantes de Scómbridos (atunes, macarelas, y sierras) responden
a la temperatura superficial y a la ubicación de discontinuidades
oceánicas para regular sus migraciones. Tanto surgencias y alta
productividad primaria, como compresión de hábitat por la
profundidad de la termoclina y la capa mezclada, así como la
promoción del forrajeo con mecanismos de concentración de alimento
como los frentes y remolinos, son factores que influencian la
distribución de túnidos y picudos.
La distribución de los cardúmenes de peces pelágicos se relaciona con
fuertes discontinuidades térmicas asociados a frentes. En estos casos,
las discontinuidades termales en la superficie marina pueden ser
utilizados como indicadores de la distribución espacial de abundancia
de presas que afecta la distribución del atún (Humston et al. 2000).
La agregación espacial a lo largo de sistemas de frentes de
temperatura superficial, la mayoría ocurriendo alrededor de los 18°C
a 20°C, decreciendo de manera abrupta en número a medida del
ascenso de temperatura, y gradual a medida que desciende la
temperatura.
La temperatura, Oxígeno Disuelto (OD), productividad primaria,
distribución de presa, y otros factores interactúan para definir el
hábitat de las especies pelágicas tropicales (Prince y Goodyear, 2006).
Se especula que los niveles bajos de Oxígeno Disuelto en algunas
áreas del Pacífico y Atlántico ecuatorial llegan a valores umbral
suficiente para inhibir el movimiento vertical de algunas especies de
peces pelágicos tropicales.
Especies de pelágicos mayores incluyen atunes, picudos y pez espada,
así como a varias especies de tiburones, tienen una amplia
distribución y son altamente migratorios. Sus poblaciones están
catalogadas como al máximo de explotación o sobre-explotadas. El
atún es la segunda pesquería de México, tanto en volumen como en
valor total y se distribuye tanto en el Pacífico como en el Golfo de
México y Caribe.
Bajo el nombre de "atunes" se incluyen diversos tipos de peces;
algunos pertenecen al género Thunnus y son considerados los
verdaderos atunes, como el "atún aleta azul" (Thunnus thynnus), el
"atún aleta amarilla" (Thunnus albacares) y la "albacora" (Thunnus
alalunga), y hay otros cuyas características se consideran similares,
27
como el "barrilete" (Katsuwonus pelamis) y el "bonito del Atlántico"
(Sarda sarda). Existen otras especies que, por su semejanza
morfológica con los atunes, se incluyen para fines estadísticos dentro
de esta pesquería, constituyendo un solo grupo, p. Ej. "macarelas"
(Scomber), "sierras" (Scomberomorus) y "petos" (Acanthocybium);
todos pertenecen a la familia de los escómbridos (Scombridae).
Las principales especies de atunes que se capturan en México son el
aleta amarilla, que se encuentra en toda la costa del Pacifico oriental y
en las aguas de California es abundante en el verano; en el Golfo de
México está desde la península de Florida hasta Tamaulipas. El atún
aleta azul se encuentra en el Pacífico en toda la costa occidental de
Baja California, concentrándose alrededor de las islas, sobre todo en
las Coronado, Guadalupe, San Benito y Margarita; en el Golfo de
México vive desde Tamaulipas hasta Yucatán.
El atún ojo grande o patudo es abundante en las costas del Pacífico,
principalmente en Isla Guadalupe, B. C. En el Golfo de México las
existencias son menores. La albacora sólo se pesca en el Pacífico,
ocupando la zona que va desde Alaska hasta Baja California; mientras
que el atún aleta negra se captura únicamente en el Golfo de México.
También se pescan el barrilete y el bonito tanto en el Pacífico como en
el Atlántico.
El pez vela, el pez espada y el marlin forma parte del grupo de peces
denominados picudos, constituyen una pesquería multiespecífica de
especies
altamente
migratorias
y
que
son
consideradas
primordialmente como pesca deportiva. Se distribuyen en mares
tropicales y subtropicales por lo que son muy susceptibles a cambios
ambientales, con diferentes requerimientos por especie. Siguen rutas
migratorias relacionadas con corrientes superficiales.
V. Puntos de vulnerabilidad de la pesca en México y de las
pesquerías reseñadas
Estresores ambientales actuales
cambio climático
y posibles sinergias con
Los efectos del clima se añaden e interactúan con los de las
numerosas presiones sobre los ecosistemas costeros, como son la
sobrepesca, el exceso de nutrientes, las especies invasoras, la
destrucción física del hábitat, la contaminación química tóxica.
28
Ecosistemas Costeros: Arrecifes, Pastos, Humedales, Estuarios,
Lagunas Costeras.
Los sistemas arrecifales, pastos marinos, estuarios, y ecosistemas
costeros van a ser sujetos de una reducción en superficie y en salud
ambiental como resultado del cambio climático, especialmente con el
incremento de la temperatura, su estacionalidad y la acidificación del
océano (Gilman, et al., 2008). Estos ecosistemas costeros críticos
para la sustentabilidad pesquera también son hogar de aves
migratorias y residentes, reptiles, y mamíferos, además de ser
sustento de una increíble biodiversidad y biomasa de esponjas,
cangreja, tunicada y otros invertebrados marinos. Los manglares y
arrecifes poseen servicios ambientales esenciales para la pesca. Los
manglares absorben nutrientes y sedimentos aportados por la
escorrentía terrestre hacia la costa, y ofrecen una barrera de
protección al oleaje, la erosión, las tormentas, inundaciones y
huracanes (Ellison, 2008).
De acuerdo a un estudio realizado por el World Resources Institute
(WRI), para identificar el grado de amenaza de los arrecifes coralinos
en el mundo, en México cerca del 39% de sus arrecifes se encuentran
en alguna condición de riesgo (Spalding et al., 2001). El estudio
muestra que los arrecifes de la costa del estado de Veracruz (Tuxpan
y el Sistema Arrecifal Veracruzano), los cercanos a los centros
turísticos más importantes de Quintana Roo (especialmente los de Isla
Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc) y los de La Paz, en Baja
California Sur y Cayo Arcas en Campeche, son los más amenazados.
Entre los arrecifes con grado de amenaza medio, el estudio señala a
los de Cabo Pulmo en la costa oriental de Baja California Sur, la zona
occidental de Arrecife Alacranes y Bajo Sisal en la costa yucateca, los
arrecifes de la costa occidental de Cozumel y, en el sur de Quintana
Roo, los cercanos a Xcalak (Carricart-Ganivet y Horta-Puga, 1993).
El aumento en la temperatura superficial, dependiendo de su
prevalencia estacional, causará enfermedad y muerte en ecosistemas
arrecifales. Los episodios de blanqueamiento del coral en el Caribe
han resultado en mortalidad parcial del arrecife. El evento más
reciente fue en el verano y otoño de 1998. Anteriores a éste
ocurrieron en 1983 y 1995. El blanqueamiento ocurre con el aumento
de la temperatura superficial arriba del promedio del verano.
Frecuentemente los corales se recuperan de eventos de
29
blanqueamiento, pero la muerte ocurre cuando el factor de stress es
extremo y prolongado. STATE OF THE ENVIRONMENT.
La relación entre la eutroficación de aguas costeras y la degradación
de sistemas arrecifales ha sido bien documentada. El incremento en
nutrientes orgánicos está ligado al afloramiento de microalgas,
induciendo el incremento de enfermedades del coral. Los arrecifes
dependen de condiciones ambientales específicas como un rango de
temperatura (23 a 29 °C) para un crecimiento óptimo. Algunos
toleran
temperaturas
mayores,
por
períodos
limitados.
Adicionalmente los niveles específicos de salinidad son de (32 a 42
partes por mil), claridad del agua y niveles de luz deben ser
constantes para su crecimiento óptimo.
El desarrollo de asentamientos humanos sin servicios de drenaje ni
recolección de residuos (más del 75% de la población en la costa de
Q. Roo y Yucatán carece del servicio) y la existencia de tiraderos a
cielo abierto a lo largo de la zona costera, generan un gravísimo
problema de contaminación y eutroficación de las aguas costeras.
Esto, debido a que el sustrato es cárstico y no hay prácticamente
suelos que favorezcan procesos naturales de filtración; por ello, toda
sustancia disuelta que cae al sistema freático eventualmente saldrá al
litoral marino. Aguas tratadas y no tratadas residuales con desechos
humanos son inyectadas a una profundidad recomendada de 50100m al sistema cárstico, que está en el rango de los sistemas de
cenotes, por lo que fluye directamente a la zona costera. La capa de
agua no tratada y contaminada de coliformes es inyectada a la capa
de agua salina y emerge a la capa de agua dulce fluyendo ya sea a
los ecosistemas de manglares o directamente a los sistemas
arrecifales. La magnitud de este problema será mayor con el
aumento de la precipitación y por lo tanto la escorrentía hacia la
costa.
La reproducción de peces arrecifales tropicales parece ser sensible a
fluctuaciones de temperatura. Un incremento en temperatura puede
tener un efecto positivo o negativo en la reproducción, dependiendo si
las poblaciones están o no en su óptimo térmico para la reproducción.
Además del incremento en la temperatura, otros cambios asociados al
cambio climático como el incremento en la concentración de CO2
atmosférico, afectan el ambiente marino aumentando la acidez del
agua de mar superficial. Los arrecifes coralinos están amenazados por
30
la acidificación, porque reduce la habilidad de los corales
escleractínidos de formar esqueletos de carbonato (Kleypas et al.
2006). La acidificación va a comprometer la capacidad de los corales
de reconstruir su estructura y podrían entrar en períodos de severa
erosión. El incremento en CO2 en el océano puede resultar en una
reducción de la calcificación del coral, debilitando los arrecifes y
deteniendo su crecimiento. Estos cambios afectarán sin duda las
pesquerías que dependen de él.
Las larvas de peces tienen demandas muy altas de oxígeno y son
vulnerables a cambios en pH. La acidificación del océano se espera
que tenga serias consecuencias para los pólipos de coral y cualquier
otro que dependa de la calcificación porque reduce los iones de
carbonatos.
Los Huracanes son la fuente de los impactos naturales en arrecifes
someros y expuestos. Huracán Allen y David (1980), Hugo (1989),
Luis y Marilyn (1995), y Georges (1998) tuvieron los mayores
impactos en las Antillas. El huracán Gilberto (1988) quizá el mayor
que ha cruzado el Caribe en el siglo XX, tuvo el mayor impacto en
Jamaica.
Los huracanes disparan los cambios en ecosistemas
coralinos que ya están afectados por impacto de la actividad humana
crónica (FAO 2005).
Además de la sobreexplotación de los stocks de peces arrecifales, la
degradación por sobrepesca en las zonas de desove y crianza de
peces asociados al arrecife, así como la degradación de los bosques
de manglar y los pastos marinos han contribuido al declive de las
pesquerías locales. La cobertura de pastos marinos en la costa del
Caribe mexicano se ha visto amenazada y arrasada por la industria
hotelera. Los humedales costeros, catalogados como zonas
marginales están siendo destruidas y rellenadas para asentamientos
humanos a pesar de que se han visto cambios en la legislación para
su protección. Manglares y humedales costeros en México son
utilizados comúnmente como rellenos sanitarios, basureros, y
terrenos ganados al mar (FAO 2005).
Los factores que afectarán a los manglares incluyen los cambios en el
nivel del mar, alto oleaje, marejadas, precipitación, temperatura,
concentración de CO2, la salud ambiental de ecosistemas
relacionados, y la respuesta de los seres humanos a esos cambios.
31
En las lagunas costeras y sistemas de manglar la contaminación por
asentamientos humanos, actividad agrícola y por la producción
petrolera en el Golfo de México principalmente, así como la
disminución de aportes de agua dulce y la deforestación, han
deteriorado y restringido el hábitat de gran cantidad de especies
pesqueras.
Debido principalmente al cambio en el régimen de precipitación
mundial como resultado del cambio climático, muchos humedales
costeros experimentarán efectos negativos por: incremento en el
nivel del mar, incremento en la frecuencia e intensidad de tormentas,
oleaje y amplitud de la marea, cambios en los patrones de
escorrentía y transporte de sedimentos. (Millenium Assessment)
El efecto del impacto humano sobre la destrucción de hábitat , pesca
incidental, uso de redes de arrastre y red de deriva, tráfico de
especies, sobreexplotación, deforestación, cambios en el flujo del
agua, y contaminación, causarán un impacto negativo en la
producción de adultos y larvas de especies pesqueras de interés
comercial costeras como algunas pelágicas. (MA)
La sinergia del cambio climático será con los actuales factores que
impactan a los ecosistemas, magnificando sus impactos. En los casos
donde los patrones de precipitación disminuyan, la demanda humana
sobre el agua aumentará poniendo en riesgo a todo lo demás. El
aumento de la temperatura promoverá la falta de oxígeno disuelto y la
eutroficación e hipoxia. (MA)
El aumento de la hipoxia en algunas zonas marinas adyacentes a la
costa ha propiciado que varias especies de peces y crustáceos se
queden retenidas en el sistema lagunar o en el borde marino de la
zona de hipoxia.
El aumento en la temperatura superficial afectará a los manglares
cambiando la composición de especies, sus patrones fenológicos
(floración y fructificación); incrementando la productividad donde la
temperatura no exceda el umbral máximo; y ampliando los rangos de
distribución de los manglares a mayores latitudes donde es
actualmente limitada por la temperatura.
La isoterma limitante para la distribución de los manglares es la de
16.8°C de temperatura del aire en el mes más frío, y donde la
32
temperatura del agua no exceda los 24.8°C. El óptimo de
temperatura para la fotosíntesis se encuentra entre los 28°C y los
32.8°C, mientras que la fotosíntesis cesa cuando la temperatura llega
al rango entre los 38 a 40.8°C (Clough et al., 1982; Andrews et al.,
1984). (En Sarukhan y White 2005)
El incremento en temperatura elevará la intensidad de los ciclones
tropicales, así como acortará los períodos de calma. Los impactos
incluyen: erosión por actividad del oleaje, decremento de radiación
solar por el aumento de la turbidez, y asfixia de propágulos por
deposición de sedimentos (Short y Neckles, 1999).
Basados en el análisis de consecuencias del cambio climático, el
incremento en el nivel del mar puede ser el que más amenace a los
bosques de manglar. La mayoría de los niveles de elevación de
sedimento no están incrementándose en la misma medida en que se
incrementa el nivel del mar, por lo que los bosques que tienen una
baja elevación de sedimento van a tener mayor impacto por la
limitante de poder migrar tierra adentro. Los factores de stress al
manglar con la subida en el nivel del mar incluyen: erosión,
incremento de salinidad, e incremento de la frecuencia y duración de
inundaciones (Gilman, et al., 2008)
Ya que los patrones de precipitación cambiarán de manera regional,
La reducción en patrón de precipitación implica menor recarga del
acuífero, menor volumen de escorrentía de agua dulce al manglar, e
incremento de la salinidad. Aumento en salinidad hará más accesibles
los sulfatos en el agua, y esto aumentará la descomposición
anaeróbica de la turba, incrementando el riesgo del manglar al
cambio en el nivel del mar (Snedaker, 1993, 1995). Incremento en la
precipitación resultará en incremento en velocidad de crecimiento y
biodiversidad, aumento en diversidad de especies de mangle, y
cobertura vegetal por colonización de áreas nuevas. Los árboles
tienden a ser más altos, más diversos, más productivos por la
cantidad de nutrientes y reducción de salinidad y toxicidad por
sulfatos.
Los cambios en los patrones de circulación superficial afectarán la
dispersión de propágulos de mangle y la estructura genética de la
comunidad afectando su estructura. Incremento en el flujo genético
33
de poblaciones separadas potencialmente incrementará la resistencia
y resiliencia del manglar (Gilman, et al., 2008).
Otra variable oceanográfica que se verá afectada por el cambio
climático es el nivel del mar. Los datos de nivel del mar en México
muestran tendencias similares a las globales; en particular, los datos
de Veracruz, que constituyen la serie más larga de México
(http://www.mareografico.unam.mx), muestran una tendencia de
aumento en el nivel del mar de 1.9 mm año-1 en el período 19522002 (Fig. 1). Es importante señalar que los cambios en el nivel del
mar medidos en una localidad son la respuesta a una gran variedad
de fenómenos, entre los que se pueden mencionar las corrientes
costeras, los fenómenos meteorológicos de escala sinóptica como
nortes y huracanes; fenómenos oceanográficos de gran escala como
El Niño; condiciones oceanográficas que son la respuesta a
fenómenos que se originan lejos de la zona de influencia, como las
ondas de plataforma y las ondas atrapadas a la costa; los tsunamis;
los movimientos de la corteza terrestre que generan cambios
relativos del nivel del mar en un determinado sitio y, por supuesto, el
cambio climático.
Figura 1. Valores mensuales del nivel del mar en Veracruz, Ver. Con línea roja se
indican las medias móviles de 12 meses y con puntos negros los años en que la serie de
12 meses está completa, los cuales fueron utilizados para calcular la tendencia.
34
Ecosistemas Pelágicos y Marinos: Surgencias y
Discontinuidades oceánicas.
En el hemisferio Norte, se prevé que el calentamiento cause un
cambio en los límites de los rangos de distribución de especies
optimizando su reproducción, y propiciando extinciones locales en el
sur de su distribución. Esto directamente afectará la pesca y el acceso
a los recursos pesqueros. Algunos escenarios de cambio climático
proyectan un incremento en las surgencias y en consecuencia un
enfriamiento en las surgencias templadas y sub-tropicales. Ese
enfriamiento alterará las relaciones tróficas a favor de una estructura
comunitaria menos compleja (Aronson and Blake 2001; Barret 2003,
en MA).
Se prevé una reducción en la producción pesquera marina del 6%,
aunque los efectos locales pueden ser positivos o negativos. (Bopp et
al. 2001 en MA).
La zona de surgencia costera frente a Baja California, tiene elevados
niveles de productividad primaria y secundaria, lo que la hace una de
las zonas de gran riqueza pesquera, (Lluch-Cota et al., 1999) sin
embargo podría presentar una disminución de producción pesquera
debido al aumento de temperatura como se presentó con el
fenómeno ENSO 1982-83 frente a la costa de California.
La distribución, migración, agregación y forrajeo de las especies más
importantes para la pesca mundial depende de las discontinuidades
oceánicas. Los Scómbridos (atunes, macarelas, y sierras) responden
a la temperatura superficial y a la ubicación de discontinuidades
oceánicas para regular sus migraciones. Tanto surgencias y alta
productividad primaria, como compresión de hábitat por la
profundidad de la termoclina y la capa mezclada, así como la
promoción del forrajeo con mecanismos de concentración de alimento
como los frentes y remolinos, son factores que influencian la
distribución de túnidos y picudos.
La agregación espacial a lo largo de sistemas de frentes de
temperatura superficial, la mayoría ocurriendo alrededor de los 18°C
a 20°C, decreciendo de manera abrupta en número a medida del
ascenso de temperatura, y gradual a medida que desciende la
temperatura. Sin embargo, hay datos que indican que los
35
ensamblajes más grandes en superficie pueden ocurrir a los 15°C en
otoño, lo que sugiere que los rangos cambian estacionalmente. Esto
refleja que la distribución de estos peces queda más limitada cuando
centran su actividad alrededor de sistemas frontales.
Estresores Socio-económicos actuales y potenciales
Además de la sobreexplotación de los stocks de peces arrecifales, la
degradación o sobrepesca en las zonas de desove y crianza costera,
así como la degradación de los bosques de manglar y los pastos
marinos han contribuido al declive de las pesquerías locales. La
cobertura de pastos marinos en la costa del Caribe mexicano se ha
visto amenazada y arrasada por la industria hotelera. Los humedales
costeros, catalogados como zonas marginales, están siendo destruidas
y rellenadas para asentamientos humanos a pesar de que se han visto
cambios en la legislación para su protección. Manglares y humedales
costeros en México son utilizados comúnmente como rellenos
sanitarios, basureros, y terrenos ganados al mar (Hassan et al. 2005)
Las tendencias de captura de la pesca mundial están estabilizadas o
en retroceso desde hace algunos años. México alcanzó el máximo
histórico de un millón 570 mil toneladas en 1997 y en los años
subsecuentes se ha mantenido alrededor de un millón 300 mil
toneladas (INP, 1999). Sin embargo no todas las pesquerías están en
las mismas condiciones, ni todas las especies de una misma pesquería
responden de la misma manera, por ejemplo, mientras el camarón
blanco y azul se encuentran en franco deterioro, el camarón café está
en buen estado.
Se ha desarrollado una legislación que promueve un mejor manejo de
la pesca, sin embargo es muy frecuente su incumplimiento. Las vedas
han sido un instrumento de manejo y conservación del recurso, de la
misma manera que los permisos de pesca y la concesión de la
explotación a sociedades cooperativas permitirían regular el esfuerzo
pesquero. Sin embargo, la pesca furtiva, la descapitalización de las
cooperativas y el aumento descontrolado de la flota pesquera, aunado
a que prevalece el uso de artes de pesca dañinos al ambiente, no
permite una mejor organización de la actividad. En las grandes
pesquerías la comercialización se hace con intervención de empresas
privadas que brindan mayor seguridad para los pescadores, pero aún
en pesquerías tan importantes como el camarón se carece de un
36
registro estricto de estadísticas de captura y de esfuerzo pesquero,
sobre todo en los sistemas lagunares.
En la pesca de mediana altura y artesanal es aún más difícil llevar un
control que permita la aplicación de estrategias de manejo y la
aplicación de medidas precautorias de conservación.
La pesca no sólo produce alimentos sino también trabajos y productos
de exportación por lo que su afectación tiene impactos regionales y
nacionales. Cada vez es más evidente que el deterioro ambiental en
las zonas costeras, de donde se extrae el 80% de la pesca, es una de
las mayores fuentes de vulnerabilidad de la actividad, aunado a la
sobreexplotación y a la sobrevivencia de artes de pesca
insustentables.
Con el cambio climático y los efectos que tendrá en los ecosistemas
costeros, la pesca ribereña y de subsistencia se verán afectadas
negativamente, especialmente con aquellas especies como la corvina,
la cabrilla, el ostión, el mero, guachinango, lisa, pulpo, langosta,
caracol, almeja, y otras especies cuyo reclutamiento depende del
bienestar de estos ecosistemas.
Las especies anádromas, como algunas corvinas que entran a los
estuarios buscando salinidad baja o aguas salobres ya sea para
reproducirse o para desovar, se verán afectadas negativamente por la
intrusión de agua marina salada resultado del aumento del nivel del
mar, o positivamente por el aumento de la escorrentía derivada de la
precipitación.
La afectación o destrucción de arrecifes y pastos marinos tendrá un
efecto directo en la disminución del hábitat preferencial del caracol
rosado del Caribe, y la langosta. Algunas especies de mero que
utilizan la estructura del coral para sobrevivir tendrán una reducción
de hábitat como resultado de la erosión provocada por huracanes y
ciclones que destruyen la estructura del arrecife.
La fragilidad de las poblaciones ante la pérdida de hábitat y la pesca
ilegal hacen que sus condiciones de vida y reclutamiento sean
mermadas llevando a la especie a extinciones locales. Es de suma
importancia hacer valer los Planes de Manejo y la vigilancia de las
Áreas Marinas Protegidas.
37
VI. Experiencias de impactos a la pesca ante eventos de
variabilidad climática en el pasado (Niño, Niña, huracanes)
En los últimos 40 años la costa de California ha registrado un
calentamiento y no hay certeza si es un ciclo natural o es un efecto del
cambio climático.
De 1976-77 aumentó 1 grado el promedio de temperatura de los
últimos 15 años. A partir de este calentamiento, el sistema tomó un
equilibrio nuevo registrado en el sistema océano-atmósfera del
Pacífico Norte; se incrementó la intensidad y frecuencia de ENSO,
tormentas invernales, surgencias. Ha habido cambios cualitativos en
los regímenes de corrientes y los patrones de producción primaria en
las capas superficiales ha descendido.
La respuesta al calentamiento (Lubchenco et al., 1993) se han dado
como cambios de distribución geográfica hacia los polos, similar a lo
que ocurre durante un ENSO intenso donde las masas cálidas se
mueven hacia el norte. Una de las consecuencias biológicas es que
hay una disminución del macrozoopláncton o consumidores primarios
en los primeros 200m de la columna, en el ambiente pelágico pegado
a la costa. Esto afecta directamente a la cadena trófica.
Asimismo existe evidencia de mortalidad masiva de corales en la
región del Pacífico Oriental Tropical durante ENSOs severos y de larga
duración, como el de 1982-83. Los arrecifes de Centroamérica
sufrieron una mortalidad entre el 70 y 90%, y en las Galápagos
ascendió a 95%. Esta mortalidad masiva es atribuida al ascenso en
la temperatura y la respuesta de los organismos a esa anomalía. Se
estima que esta fue la causa debido a: 1) la coincidencia entre el
evento y la respuesta; 2) la correlación entre la magnitud de las
desviaciones en la temperatura y la magnitud de la mortalidad; y 3)
los resultados de modelos sobre ENSO que predicen blanqueamiento
del coral, mortalidad, e histopatología similar a la que ocurre de
manera natural (Glynn, 1990).
La riqueza de las especies demersales en arrecifes rocosos entre
1976-77 disminuyó de 15 a 25%. La composición de especies de
peces de afinidad templada a fría en la comunidad disminuyó de 50%
a 30%.
Como efecto directo del cambio climático y resultado del aumento de
la temperatura superficial es el cambio de rangos de distribución y el
38
cambio en la composición de la comunidad de peces e invertebrados
bentónicos. Los cambios en composición, con mayor proporción de
especies de afinidad cálida, no se refleja en el aumento en
abundancia, sino en riqueza de especies. Esto se explica porque baja
la productividad primaria regional y ha bajado un 80% de la biomasa
de macrozooplancton.
El calentamiento de las capas superficiales deprime en profundidad a
las aguas frías, ricas en nutrientes que ocurren en un sistema de
surgencia y que generalmente se extienden a aguas costeras. Es por
ello que el acceso a los nutrientes se reduce en una gran extensión
hacia la costa, afectando a toda la cadena trófica (Roemmich y
McGowan, 1995).
La consecuencia de la reducción de la productividad es el descenso del
reclutamiento, descenso de la concentración de larvas y el decremento
en abundancia de crías del año de todas las especies de peces. Por
ello es un indicador de baja productividad que se expresa a nivel
regional.
Algunas señales típicas de El Niño o La Niña en la temperatura
superficial del mar en el Pacífico Mexicano son (Lluch-Cota et al.,
1999):
i) Durante los años concurrentes o inmediatamente posteriores a
El Niño, la temperatura superficial del mar en el Pacífico Mexicano
está por encima de lo normal. Lo contrario ocurre durante los años
previos a La Niña.
ii) Las tasas de pérdida de calor en el Golfo de California en otoño
son menores en años Niño que en años Niña.
iii) En años de Niña la temperatura superficial del mar,
característica en el Pacífico Mexicano Subtropical, se extiende
hacia el sur hasta latitudes cercanas a Cabo San Lucas con bajas
temperaturas de 16 a 19 °C. Por otro lado, la extensión de tales
temperaturas superficiales en años de Niño alcanza a la Bahía de
San Quintin.
iv) El Golfo de California es notoriamente más caliente que el
Pacífico Mexicano Subtropical en inviernos posteriores a un Niño
intenso.
ENSO 1982-83 elevó el nivel del mar de manera significativa
devastando los arrecifes del Pacífico Oriental, cuya recuperación ha
sido lenta y ha resultado en erosión extensiva de los arrecifes. Las
comunidades arrecifales actuales difieren de los antiguos arrecifes en
39
tamaño, riqueza, y composición de especies. Los arrecifes sanos es
posible que tengan cierta resiliencia a la elevación del nivel del mar,
pero los arrecifes dañados y que sufren de debilitamiento y
enfermedad tienen el riesgo de no sobrevivir. (Lum Kong, 2002).
La pesquería de camarón en el Pacífico Norte de México se basa en la
explotación de dos especies principales: el café (Farfantepenaeus
californiensis), que aporta alrededor del 65%, y el azul (Litopenaeus
stylirostris), que genera aproximadamente el 30%. En diversas
ocasiones, los efectos de El Niño han resultado en incrementos de la
producción sobre la base de un cambio en la proporción de estas
especies, con aumentos del camarón azul y disminuciones del café.
Ahora se sabe que esta modificación en la captura es debida a que el
camarón azul desarrolla sus estadios larvarios en el interior de las
lagunas costeras, las cuales durante El Niño se incrementan en
extensión y en productividad. El aumento de estas regiones parece
estar asociado a la mayor presencia de las aguas dulces, producto de
las fuertes lluvias en las costas de Baja California durante años Niño.
Algunos investigadores proponen que el incremento en la temperatura
del mar tiene una resonancia mayor en el aumento de espacios
habitables por el camarón en la plataforma continental del Pacífico.
El Niño de 1997-98 estuvo acompañado de una buena temporada
camaronera, con incrementos en la captura del orden de 15-16% en
1997 y 1998 respecto de 1996. Para las flotas, esto representó
ingresos adicionales por casi 90 millones de dólares. A nivel nacional,
este hecho permitió que las exportaciones de camarón se
incrementaran en 68 millones de dólares en el periodo 1997-1998, lo
que afortunadamente contribuyó a compensar las pérdidas observadas
en la generalidad de los recursos pesqueros de exportación.
Otra pesquería observada con respecto a ENSO es la del calamar.
Debido a la falta de información sobre historia de vida y la poca
longevidad de las especies, no se sabe con certeza si la población se
ha incrementado desde el cambio cálido de 1976, o si ha habido un
incremento en el esfuerzo pesquero. Este incremento aparente se ha
visto alterado por la presencia de ENSO que incrementa la
temperatura superficial a lo largo de la costa de California. La captura
se redujo durante los ENSOs de 1958, 1983-84, 1992, y 1998.
Durante estos eventos los adultos desovantes migran a mayores
latitudes (Cifuentes et al., 1997). La distribución tanto de peces
pelágicos y calamares está relacionada con la estratificación de la
columna, la temperatura del fondo y la salinidad. La mayoría son
40
especies pelágicas de surgencia cuyo desove y reclutamiento están
correlacionados con el medio ambiente. Las elevadas temperaturas
durante eventos ENSO como el de 1997-98 tuvo repercusiones en la
baja captura comparada con la temporada previa en California.
http://swfsc.noaa.gov
VII. Escenarios climáticos para 2030 y 2050 y posibles efectos
en las pesquerías descritas.
Los efectos esperados del cambio climático en los océanos se refieren
principalmente a cambios en la temperatura superficial del mar, en el
nivel medio del mar, en la estratificación y profundidad de la capa de
mezcla, en el pH de los océanos y en las descargas de agua dulce.
Estos cambios pueden afectar de diversas maneras a las pesquerías,
por lo que a continuación se analiza cada uno de ellos, haciendo
énfasis en los diferentes ambientes que hemos venido analizando en
este trabajo.
Temperatura
Considerando los escenarios B1, A1B y A2 obtenidos con el promedio
multimodal del IPCC, para los períodos 2020-2029 y 2090-2099 con
relación al promedio 1980-1999, se estima un aumento de la
temperatura superficial del mar en la zona tropical y, en particular,
en los mares mexicanos en todos los casos. Sin embargo, hay varios
aspectos particulares importantes de destacar; en el territorio
nacional los aumentos de temperatura para la zona marina son
menores que los proyectados para la zona terrestre. Para el período
2020-2029, se estima un aumento de entre 0.5 °C y 1°C con relación
al promedio 1980-1999 en los escenarios B1, A1B y A2 (Fig.2)
1). Este aumento es mayor que el proyectado para latitudes medias
en los mares del hemisferio sur y el Atlántico Norte, en donde las
estimaciones van de 0 °C a 0.5 °C, y es menor que el aumento de
temperatura proyectado para latitudes altas en el hemisferio norte en
donde las estimaciones van de 1°C a 2.5°C. Para el período 20902099 las proyecciones para los mares mexicanos son diferentes para
cada uno de los escenarios referidos, alcanzando los 2.0 °C en el
escenario B1, los 3°C en el escenario A1B y los 3.5°C en el escenario
A2. Cabe señalar que en estos escenarios las regiones con mayor
incremento en la temperatura son el Golfo de California, las zonas
41
cercanas al continente en el Pacífico Mexicano y la Bahía de
Campeche en el Golfo de México.
En estos escenarios la distribución espacial del incremento de
temperatura no es homogénea sino que la zona ecuatorial y la zona
cercana a la costa mexicana del Océano Pacífico tienen un mayor
aumento de temperatura que en el resto del Pacífico Tropical. Este
patrón es similar al observado cuando se presenta el fenómeno de El
Niño, lo que sugiere que las anomalías medias provocadas por el
cambio climático en el Pacífico Mexicano pueden ser similares a las
observadas durante este fenómeno.
Figura 2. Cambios en la temperatura proyectados para los períodos
2020-2029 (izquierda) y 2090-2099 (derecha), con relación al
promedio 1980-1999. Los mapas corresponden al promedio de varios
42
modelos para los escenarios B1 (arriba), A1B (parte media) y A2
(abajo). Figura tomada del Resumen Técnico del IPCC.
Los promedios mensuales de temperatura para México del modelo
HADGEM1
con
el
escenario
A1B
estiman
un
aumento
de
la
temperatura para la climatología 2030 de entre 0 y 1 °C, con
excepción de abril cuando el aumento es ligeramente mayor y
diciembre cuando se estima una disminución de la temperatura en el
Golfo de México. En general, este modelo propone un mayor
incremento de la temperatura en la zona continental en comparación
con la zona marítima, el cual aumenta con la latitud, particularmente
en el norte de México y en el territorio de los Estados Unidos. Con el
escenario A2 este modelo propone cambios muy similares y con el
escenario B2 los aumentos son similares a A1B. Con este modelo se
observa
consistentemente
un
aumento
de
más
de
un
grado
centígrado en el Golfo de California y el descenso de temperatura en
la Bahía de Campeche durante el mes de diciembre.
El modelo GFDL 2.0 estima aumentos de temperatura en el Golfo de
California y la Corriente de California menores a los proyectados por
el modelo HADGEM1 y tiene la característica de que proyecta,
consistentemente, una disminución de la temperatura en el sur del
Golfo de México durante el otoño y el invierno. Para el Pacífico
Mexicano se observa un ligero aumento en su temperatura. En
general los incrementos de
temperatura van aumentando
del
escenario A2 al B2 y al A1B, en ese orden, pero los patrones son muy
similares entre los tres escenarios.
El modelo MPIECHAM5, en los tres escenarios, muestra un área con
bajo incremento de la temperatura en la zona mexicana de la
Corriente de California durante el verano, lo cual es diferente a lo
observado en el modelo HADGEM1, y un incremento de temperatura
43
importante en esa misma zona durante el invierno. Otra diferencia
entre estos modelos es que en el MPIECHAM5, la zona de mínimo
incremento en el Golfo de México no se observa en la Bahía de
Campeche sino desplazada hacia el norte sobre los estados del
sureste de los Estados Unidos.
En lo general las estimaciones de los modelos HADGEM1, GFDL CM
2.0 y MPI ECHAM 5 son similares al promedio multimodal del IPCC,
mostrando la zona continental de los Estados Unidos con un mayor
aumento de la temperatura (zona continental de latitudes medias) en
la zona del Pacífico Mexicano ubicada frente a la península de Baja
California también con un mayor aumento de la temperatura. Difieren
sin embargo, en el patrón observado en el Pacífico Mexicano en los
modelos individuales es más ruidoso, sin ser claro de donde vienen
esas estructuras.
Los escenarios indican que el aumento en la temperatura del Pacifico
Mexicano se verá como una extensión de la alberca cálida que de
hecho ocurre durante ENSO, afectando a las corrientes limítrofes, a la
estratificación de la columna de agua, y consecuentemente a sus
efectos en la distribución de organismos. La alberca cálida asociada a
ENSO produce un cambio en la distribución de las áreas de pesca de
barrilete y atún ojón (Sugimoto et al., 2001).
La intensificación del enfriamiento y la mezcla vertical asociada a La
Niña en el Pacífico Norte reduce los niveles de concentración de
clorofila y la alimentación de las larvas para sardina y para calamar.
El descenso de biomasa de fitoplancton ocasionó el decremento en
biomasa de zooplancton y el fracaso en el reclutamiento sucesivo de
sardina y pequeños pelágicos.
44
Muchas especies de peces arrecifales deben de estar viviendo cerca
de su límite térmico. Esto no es así con las especies de coral.
Consecuentemente a pesar de que la estructura del arrecife y su
salud pueden ser afectadas por un aumento en la temperatura,
parece que pequeños incrementos en la temperatura generalmente
van a incrementar el índice de desarrollo de las larvas de peces
arrecifales. Se sugiere que pequeños incrementos en la temperatura
tendrán influencia favorable en el reclutamiento, aunque estos
beneficios van a ser contrarrestados por el descenso en la producción
de huevos y el incremento en la mortalidad de los embriones a altas
temperaturas, reduciendo entonces el número de larvas que entran a
la fase pelágica.
El efecto acumulativo del incremento en número de disturbios en la
estructura física del coral como consecuencia de los huracanes y
ciclones así como de la actividad humana, tiene el potencial de
degradar a las comunidades de peces asociados a los arrecifes.
La recuperación de poblaciones de peces ocurre cuando el hábitat
bentónico se recupera en períodos de años y décadas (Halford et al.
2004). (En Munday et al., 2008).
Nivel del Mar
Los datos globales indican que el nivel del mar ha aumentado a una
tasa promedio de 1.8 ± 0.5 mm/año en el período comprendido entre
1961 y 2003. Los datos muestran también que en el período 19932003 la tasa de incremento fue de 3.1 ± 0.7 mm año-1, aunque no
se tiene información suficiente para saber si el aumento en este
último período es debido a oscilaciones naturales en escala decadal,
que se han observado anteriormente, o puede ser atribuido al cambio
climático (Fig. 3).
45
Figura 3. Tendencia global en el aumento del nivel del mar desde
1850. En rojo se indican los valores estimados a partir de proxies, en
azul las mediciones con mareógrafos y en negro las mediciones con
satélite. Gráfica tomada del reporte del IPCC.
Las proyecciones del IPCC señalan que el nivel del mar seguirá
aumentado, lo que provocará cambios en la línea de costa que deben
estudiarse caso por caso. Sin embargo, los cambios en la zona
costera son el resultado de la influencia de muchos procesos, siendo
uno de ellos el aumento en el nivel del mar. Destacan entre estos
procesos el balance entre el aporte y la remoción de sedimentos, el
transporte litoral de sedimentos y la incidencia de eventos extremos.
El aumento en el nivel medio del mar provoca que cambie la
vulnerabilidad de un sitio dado a los demás procesos. De esta
manera, por ejemplo, la erosión provocada por la disminución en el
aporte de sedimentos por la construcción de presas se ve
intensificada cuando aumenta el nivel medio del mar o puede
aumentar el riesgo de inundación por un huracán.
Se sabe que en las costas del Pacífico Mexicano hay una gran
actividad tectónica con movimientos rápidos asociados a sismos,
46
movimientos asociados a tremores y a la interacción entre la Placa de
Norteamérica y la Placa de Cocos. En las costas del Golfo de México
hay mucho menos actividad tectónica que en las costas del Pacífico
pero hay elementos que sugieren que podría haber subsidencia de la
corteza terrestre, la cual puede ser distinta en cada región.
Si con el cambio climático la variabilidad climática producida por
ENSO se intensifica, es posible que los efectos de la onda costera que
caracteriza a El Niño y que se propaga en la capa mezclada tenga
mayor espesor y se propague a altas latitudes en el Pacifico. La
influencia de la onda costera con las consecuentes alzas de
temperatura y menor densidad se observarán a partir de:
i) El aumento de varios centímetros en el nivel medio del mar.
ii) Los incrementos de hasta 4 o 5 °C en la temperatura superficial.
iii) Los descensos en decenas de metros en la profundidad de la
termoclina. (Lluch-Cota et al., 1999).
Precipitación
Los cambios en la precipitación afectan las condiciones oceánicas,
principalmente por la variabilidad en los gradientes de salinidad en
las zonas estuarinas, en ríos y lagunas, provocados por los cambios
en el aporte de agua fresca. También afectan la zona oceánica los
posibles cambios en el impacto de las plumas de los ríos, que
transportan nutrientes, sedimentos y materia orgánica, además de
contaminantes. El impacto de los cambios en los patrones de
sedimentación repercute en la erosión de la línea de costa y en la
formación o remoción de islas de barrera, las cuales están presentes
a lo largo de gran parte de los litorales nacionales, modificando así
las lagunas costeras.
Las estimaciones de los modelos deben analizarse con mucho
cuidado, especialmente para los meses de la temporada de lluvias en
cada región, debido a que las anomalías de precipitación vienen
dadas como porcentaje del cambio respecto a la lluvia climatológica.
47
Así, por ejemplo, en el extremo noroeste de México, en la zona de
Tijuana y Ensenada, las lluvias de invierno son muy importantes, no
así las de verano cuando casi no hay precipitación. Por otro lado, para
la región de Sinaloa y Sonora, las lluvias más importantes se
presentan en los meses de julio y agosto; para el centro, sur y
sureste de México la temporada de lluvias va de mayo a octubre pero
con variantes.
En este contexto, el modelo HADGEM1 proyecta, para la climatología
2030, patrones muy similares con los escenarios A1B, A2 y B2. Para
el invierno el modelo estima una disminución de la precipitación para
el extremo noroeste de México (norte de Baja California), en donde
las lluvias de invierno son importantes. Las tres estimaciones son
similares aunque la disminución es mayor en A1B y en A2. En esa
zona los escurrimientos son relativamente menores por lo que no se
espera un impacto importante en la zona costera. Por otro lado, en
los meses de mayo a julio se observa una disminución de la
precipitación en el noreste de México y la zona norte-centro,
abarcando los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Durango,
Sinaloa, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas. En la
zona centro-sur, sur y sureste la precipitación aumenta. En esta zona
se ubican las cuencas del Papaloapan, del Coatzacoalcos y del
Grijalva-Usumacinta, que son las cuencas con mayor precipitación y
los sistemas más caudalosos del país. Las plumas de estos ríos se
propagan
a
mayor
distancia
de
las
correspondientes
desembocaduras. En este sentido y de acuerdo con este modelo, no
se estima una disminución en el gasto de los ríos en el sur del Golfo
de México causado por el cambio climático pero sí en el Balsas
(Guerrero-Michoacán) y en los ríos de Jalisco y Sinaloa.
Las proyecciones del modelo HADGEM1 para la climatología 2050
muestran patrones similares a los estimados para la del 2030 pero
48
con mayor intensidad, es decir, en las zonas en donde se proyecta
menor (mayor) precipitación para el 2030 ésta disminuye (aumenta)
aun más en el 2050. Hay algunas diferencias importantes entre las
estimaciones para las dos climatologías, en particular en la Península
de Yucatán la precipitación disminuye durante el verano y el otoño en
el
2050.
También
es
notoria
una
fuerte
disminución
de
la
precipitación durante el otoño en Baja California Sur, Sinaloa y
Chihuahua, mientras que se estima un importante aumento en el
centro y sur del país. Aunque no hay ríos en la Península de Yucatán,
se estima una disminución de la precipitación que puede afectar las
descargas subterráneas.
Las estimaciones de precipitación del modelo GFDL 2.0 sugieren una
disminución importante de la precipitación en primavera en toda la
República Mexicana; un aumento en el extremo noroeste del país
durante enero, pero una disminución considerable en diciembre; en el
verano se estima una disminución en Tabasco y en el invierno un
aumento en la península de Yucatán. En Sonora y el norte del estado
de Baja California es notoria una disminución en la precipitación en
julio que contrasta con un aumento en el norte de Chihuahua, pero
en septiembre se estima un aumento importante en Sonora.
Las estimaciones del modelo ECHAM5 para la climatología 2050
sugieren una disminución de la precipitación de mayo a julio en
prácticamente todo el país. Sin embargo, la precipitación se recupera
en septiembre en casi todo el país, con excepción de la zona norte
donde el patrón de disminución de la precipitación varía de un estado
a otro. Este modelo estima un aumento de la precipitación en algunas
regiones del centro y sur de México durante septiembre, que es el
mes con mayor precipitación en buena parte de la región. Las
diferencias entre un escenario y otro se presentan básicamente en la
intensidad de las anomalías, manteniéndose los patrones regionales
49
característicos del modelo. En términos generales este modelo estima
una disminución de la precipitación en primavera e inicio del verano
(mayo-julio) y una recuperación hasta niveles similares o ligeramente
mayores a los actuales en el mes de septiembre, manteniéndose ese
patrón durante el otoño. Este modelo sugiere una disminución en las
descargas de agua dulce hacia el mar en la primera mitad del año
que se recuperan durante la segunda mitad, lo cual dependería
también del manejo de las presas pues al haber un déficit de
precipitación durante la primera mitad del año podría haber una
mayor retención durante las lluvias.
Discusión general sobre los escenarios
Las estimaciones de temperatura de los modelos analizados difieren
de las del ensamble de modelos del IPCC (aunque dicho ensamble
incluye estos modelos) en que no presentan un patrón coherente de
las anomalías de temperatura para el Pacífico Mexicano. En el
ensamble de modelos se observa una intensificación de la
temperatura en la zona de la alberca de agua caliente del Pacífico
Tropical Oriental. Este patrón, que es muy interesante y preocupante
porque sugiere un aumento en la temperatura en la región en que
actualmente ya es muy alta, no se observa en las proyecciones de los
modelos analizados. Este patrón, de ser análogo al observado
durante eventos de El Niño, podría estar asociado, además de con
altas temperaturas, con una anomalía positiva en el nivel del mar y
una capa de mezcla más profunda que inhibe la mezcla vertical y las
surgencias. En caso de que este patrón se presente, es de esperarse
que disminuya la productividad en la zona del Golfo de Tehuantepec y
del Golfo de California, en particular en la zona de las islas.
Es importante la estación del año en que se presente este tipo de
anomalía pues su impacto es mayor en el verano cuando los vientos
son más débiles y la temperatura es más alta. Sin embargo, es muy
importante subrayar que el fenómeno de El Niño está asociado a una
onda costera de Kelvin que es la causante de que la termoclina sea
más profunda en el Pacífico Mexicano. Esta onda se genera por
cambios en los vientos en el Pacífico ecuatorial occidental o central y,
50
por su naturaleza, no es una situación que pueda ser permanente
debido a que la onda de Kelvin se desplaza. México debe estudiar con
cuidado el desempeño de los modelos con relación al fenómeno de El
Niño y los patrones de temperatura en el Pacífico tropical.
El análisis de la precipitación arroja resultados muy interesantes pues
los patrones de anomalía cambian considerablemente de un modelo a
otro, aunque dentro de un mismo modelo tienden a mantenerse en
los diferentes escenarios, cambiando la intensidad. Debido a estas
diferencias entre los modelos es difícil sacar conclusiones generales,
pero una de ellas es que las variaciones espaciales de pequeña escala
deben tomarse con mucho cuidado pues parecen ser más producto de
un modelo particular que de un proceso físico. Las tendencias de gran
escala sugieren que la precipitación tiende a disminuir en toda la
república durante la primavera y, en algunos modelos, ese déficit se
propaga hasta parte del verano. En septiembre la lluvia tiende a
alcanzar valores similares o superiores a los actuales en el centro y
sur del país aunque se mantiene el déficit en el norte del país. Estos
patrones implican una disminución en el aporte de agua fresca hacia
el mar en la primera mitad del año, principalmente en el noroeste del
país, y pocos cambios en el sur del Golfo de México durante el otoño,
lo cual puede depender del manejo de las presas pues el déficit de la
primera parte del año puede provocar mayor retención durante el
otoño.
El ciclo de vida de especies dulceacuícolas así como muchas marinas
y costeras, están correlacionadas con la estacionalidad de la
precipitación, y cualquier cambio de los patrones de precipitación
impactarán a las pesquerías. La importancia de la precipitación y la
escorrentía resultante, es la aportación tanto de nutrientes a la costa,
como de sedimentos y contaminantes a nivel local de la dinámica de
la cuenca respectiva.
Arrecifes, Pastos Marinos y Fondos Rocosos
Se ha documentado que los arrecifes son muy vulnerables a
temperaturas altas del mar, a exceso de sedimentos, a pH bajos y a
la contaminación. Todos esos estresores están aumentando debido a
daños en el medio ambiente local y al cambio climático. Los
aumentos de temperatura globales podrán afectar a los sistemas
arrecifales de México. Cabe señalar que algunos modelos estiman que
51
habrá disminución de la temperatura en el Golfo de México pero esta
será más importante en invierno y no en verano que es cuando las
temperaturas son más altas.
Para los arrecifes de Quintana Roo, de acuerdo con las estimaciones
de los modelos, se puede esperar que estén sometidos a estrés por
temperaturas altas. Para los del Golfo de México, es importante
monitorear y estudiar la evolución de las surgencias de verano que
aportan aguas frías disminuyendo el impacto de la temperatura, sin
embargo en Q.Roo y Yucatán no se prevé mitigación alguna por la
extensión de la plataforma continental y la lejanía de masas de agua
productiva y fría.
El pH tiende a bajar con el aumento de CO2 en solución en las aguas
marinas debido a que este gas reacciona químicamente con el agua
de mar cambiando el pH. Sin embargo, el pH no está determinado
únicamente por el CO2 sino también por otros factores, entre ellos la
presencia de contaminantes. De la misma manera, el exceso de
sedimentos en suspensión es una amenaza para los arrecifes del
Golfo de México debido a que están en la zona de influencia de varios
ríos que han venido aumentando su carga de sedimentos por la
deforestación y el cambio en el uso del suelo. También los pastos
marinos se verán afectados por el exceso de sedimentos y ambos por
el aumento en el nivel del mar, que al aumentar la profundidad
disminuye la cantidad de luz disponible para la fotosíntesis.
El aumento de la profundidad y consecuentemente la reducción de
radiación solar en el fondo afectará la distribución y servicios
ambientales que proveen arrecifes y pastos marinos. Se verá
reducida la productividad, la distribución y la estructura de la
comunidad. El acceso a recursos como la langosta, el caracol, pulpo y
algunos meros que se pescan con arpón y se realizan a pulmón, se
verá disminuido por el aumento de la profundidad.
Las comunidades arrecifales sanas tendrán cierta resiliencia a la
elevación del nivel del mar, pero los arrecifes dañados y que sufren
de debilitamiento y enfermedad tienen el riesgo de no sobrevivir.
52
Lagunas, Estuarios y Humedales
El aumento en el nivel del mar parece ser una de las amenazas más
importantes derivadas del cambio climático pues este fenómeno,
junto con la modificación en el aporte de sedimentos por la
construcción de presas y la disminución del gasto de los ríos, está
provocando una pérdida de costa en varios sitios del país y esta
situación tiende a agravarse. Este problema puede afectar a una gran
cantidad de lagunas costeras a lo largo del litoral nacional,
erosionando las islas de barrera que las separan parcial o totalmente
del mar. El proceso puede modificar la salinidad de las lagunas y su
característica estuarina modificando los hábitats actuales.
Muchas de las lagunas actuales irán incorporándose al mar y las
zonas estuarinas se desplazarán aguas arriba de los ríos. Estas
regiones deben identificarse y prepararse para que puedan
desarrollarse los ecosistemas al desplazarse los sistemas lagunares.
El problema alcanza la tenencia y uso de la tierra, por lo que deberán
tomarse medidas a la mayor brevedad para mitigar y adaptarse a las
nuevas situaciones.
Ante una posible disminución de la precipitación anual, el manejo de
las presas será fundamental para mantener los gastos mínimos
necesarios para los ecosistemas estuarinos y lagunares.
En la Laguna de Términos y Sonda de Campeche la descarga fluvial
es determinante como variable de mayor influencia en la fluctuación
de la abundancia de camarón blanco (García-Gasca 1989). Es por
ello que la producción pesquera de camarón blanco y sus
fluctuaciones tendrán que investigarse con respecto a los cambios en
los patrones de escorrentía y precipitación a nivel de las cuencas.
Surgencias
Las surgencias costeras se pueden ver afectadas por el cambio en la
componente del viento paralela a la costa, la profundización de la
capa de mezcla o el aumento en la estratificación. Los cambios en los
vientos asociados al cambio climático son uno de los temas de mayor
debate e incertidumbre. En términos generales se esperaría que al
disminuir los gradientes térmicos (se espera que las latitudes altas se
calienten más que las bajas) disminuyera la intensidad de los vientos,
pero esto no puede extrapolarse a escala regional.
53
Otro proceso importante de considerar es que los vientos locales
dependen, en buena medida, del gradiente térmico local entre el
océano y la zona continental. En este caso, los modelos pronostican
que el aumento de la temperatura en la zona terrestre será mayor
que en la zona oceánica lo que provocaría vientos más intensos
favoreciendo las surgencias. Este proceso deberá estudiarse con
cuidado para cada zona de surgencia costera.
La profundidad de la capa de mezcla también está muy relacionada
con los vientos a escala de cuenca y con la estratificación. Es de
esperarse que la estratificación aumente debido a que el océano se
calienta a través de la superficie y poco a poco el calor se va
transmitiendo a las zonas profundas. Esto sugiere que al aumentar la
estratificación por el mayor calentamiento de las capas superficiales
del océano disminuyan las surgencias. Esta complejidad de factores
hace difícil predecir el resultado en cada sitio por lo que se sugiere
monitorear, estudiar y modelar cada uno de estos procesos.
Las larvas de túnidos dependen de las surgencias de agua fría y
nutritiva. Asimismo el reclutamiento de atún aleta amarilla en el
Pacífico Occidental y el océano Indico, así como el reclutamiento de
albacora en el Pacífico Sudoccidental alrededor de Nueva Caledonia
se ve beneficiado por las surgencias. Entonces, la mitigación de las
surgencias, ya sea por aumento de temperatura superficial, cambios
en los patrones de viento, o algún otro factor puede traducirse en un
decremento en la abundancia de estos recursos.
Corrientes y Discontinuidades
Las corrientes superficiales y los remolinos dependen en buena
medida de los vientos de gran escala y de los vientos locales. En el
Golfo de México la Corriente del Lazo y los remolinos que de ella se
desprenden no se espera que se vean afectados por el cambio
climático a menos de que disminuyera en forma importante la
intensidad de la Corriente de Yucatán, lo cual podría ocurrir si se
modificara la formación de agua profunda en el Atlántico Norte. En la
zona mexicana de la plataforma continental del Golfo de México las
54
corrientes están generadas por los vientos locales. Estas corrientes
están asociadas a surgencias durante el verano (Zavala-Hidalgo et
al., 2006). Ambos procesos podrían modificarse si se modifican los
vientos, los cuales habrá que monitorear y estudiar con detalle. En el
Golfo de California la circulación es el resultado de una combinación
del
forzamiento
remoto,
asociado
a
la
dinámica
del
Pacífico
Ecuatorial, y a los vientos locales. No es claro que alguno de estos
forzamientos pueda tener modificaciones importantes como producto
del cambio climático. En el Golfo de Tehuantepec, la mezcla y
formación de remolinos asociada a los vientos Tehuanos podría variar
si cambia la penetración hacia el sur de los sistemas de otoñoinvierno de alta presión de latitudes medias, como sucede durante el
fenómeno de El Niño (La Niña) cuando hay mayor (menor) avance
hacia el sur de estos sistemas (Romero-Centeno et al., 2003). Esta
región también se puede ver afectada si el sistema de alta presión del
Atlántico Norte tiene mayor o menor intensidad y penetración hacia el
oeste.
Las zonas frontales en el Pacífico Mexicano asociadas a sistemas
oceanográficos de mesoescala dependen, en buena medida, de la
presencia de remolinos en la región. Los estudios de la generación de
estos remolinos han mostrado que dependen de la dinámica del
Pacífico Ecuatorial, aumentando, por ejemplo, durante años El Niño.
El Golfo de Tehuantepec se encuentra al sur de la llamada “alberca de
agua cálida“ del Pacífico Tropical Mexicano, frente a las costas de
Oaxaca y Chiapas. Si la “alberca cálida” aumenta su extensión y
permanencia estacional a futuro con el cambio climático, entonces es
posible que se atenúe el proceso de surgencia local. Las
modificaciones en la circulación atmosférica afectarán la dinámica de
producción pesquera y productividad que caracteriza al Golfo de
Tehuantepec (Lluch-Cota et al., 1999).
55
El incremento del promedio de temperatura superficial del mar de
sólo 1.4°C resultaría en un decremento en la biomasa de zooplancton
en algunas áreas donde hay surgencias estacionales. El incremento
del calentamiento en el estrato superficial reduce la riqueza en
nutrientes, mitigando el afloramiento de agua productiva desde
debajo de la termoclina. Esto se puede traducir en un cambio en la
estructura de las comunidades de peces e invertebrados donde habrá
un descenso de especies de aguas frías y aumentará la presencia de
especies tropicales. Esto no sólo se limitará a las áreas de pesca, sino
en toda el área donde la producción estacional de zooplancton sea
afectada por calentamiento. (NMFS 2001).
El éxito reproductivo de peces pelágicos en sistemas de surgencias
depende de la intensidad del viento; no tan débil para no promover la
surgencia de agua rica en nutrientes, ni tan fuerte como para que la
turbulencia destruya los procesos de concentración de larvas y
nutrientes (Bakun 1990).
La temperatura y los sitios de forrajeo determinadas por
discontinuidades oceánicas están considerados como los factores más
importantes que determinan el movimiento de los atunes. La relación
del atún y su actividad de forrajeo no es bien conocida, y el efecto del
clima en los procesos tróficos es objeto de investigación. Los
procesos físicos de concentración hacen accesible la presa al
depredador; un ejemplo es la concentración de presas en la nutriclina
o la parte superior de la capa mezclada en una termoclina somera
(Bakun 1990).
El Pacífico Tropical Nororiental se caracteriza por una elevación de la
termoclina hacia la costa. En las regiones costeras del Domo de Costa
Rica, al igual que en el Golfo de Tehuantepec, la profundidad de la
termoclina presenta valores mínimos, principalmente durante el
invierno. En particular, se ha mostrado la influencia y relación que
tienen las regiones productivas con la termoclina somera, al
constituirse en áreas de gran potencial productivo por la fertilización
de la superficie. De octubre a diciembre las profundidades de la
termoclina en el océano abierto se incrementan de norte a sur. En
tanto que cerca de la costa se observa un mínimo de 10 m en el Golfo
de Tehuantepec y la región del Domo de Costa Rica.
56
Los resultados de uso de hábitat en picudos y otros pelágicos
mayores pueden ser explicados por el hecho de que la profundidad de
la termoclina es más somera en el Pacífico que en el Atlántico.
El efecto del cambio climático en los procesos de concentración de
nutrientes como los frentes, los remolinos, las capas mezcladas y
otras, se verá en el cambio de profundidad, desplazamiento
geográfico y extensión de estas discontinuidades oceánicas. Cada
caso será diferente por la combinación única de factores que la
caracterizan (Bakun 1990).
El atún aleta amarilla adulto se distribuye asociado a frentes, a pesar
de que las variaciones interanuales de esos rangos de temperatura
sugieren que factores de forrajeo están involucrados también. Se
registra mayor abundancia de aleta amarilla de las isotermas de 20 a
30°C en área y en batimetría. Es por ello que la temperatura y su
dinámica espacio-temporal tendrán efectos sobre la accesibilidad a
este recurso de alto valor comercial. (En Lluch-Cota et al., 1999).
Algunos túnidos como la Albacora se concentran alrededor de
discontinuidades termales (Laurs and Lynn, 1977; Kimura et al.,
1997). El Barrilete depende del rango de 20 a 29°C excepto en la
costa de Australia donde el límite es 15°C. Atún aleta azul es uno de
los peces endotérmicos capaces de mantener temperatura interna de
24°C a 35°C mientras transita en aguas de 6°C a 30°C (Carey and
Lawson, 1973; Sharp, 1978; Cort and Liorzou, 1991). (En Lluch-Cota
et al., 1999).
Las masas de agua hipóxica o baja en oxígeno disuelto restringen el
hábitat de múltiples especies, como los túnidos. La alta productividad
que resulta en una lluvia de materia orgánica en la masa de agua,
como resultado de plumas de sedimentos y materia orgánica por
efecto de descarga de ríos caudalosos, origina una descomposición de
materia orgánica a mayor profundidad. Las capas de agua estancada
profunda, procesos de advección, y ausencia de mezcla en estos
estratos contribuyen al desarrollo de ambientes hipóxicos donde la
concentración de OD sería fisiológicamente estresante para peces
pelágicos tropicales (túnidos, picudos).
La estructura biológica del ecosistema pelágico está estrechamente
acoplada a la dinámica física de las corrientes limítrofes, la cual debe
57
ser considerada en el marco de la variabilidad océano-atmósfera que
se registra en el Océano Pacífico como un todo. Este sistema físicobiológico es sensible a cambios climáticos de diferentes escalas
temporales, anuales, interanuales e interdecadales. Como ejemplo
clásico está el cambio climático decadal que tuvo lugar el Pacífico
Norte involucrando al sistema de la Corriente de California a fines de
los 70’s. (CALCOFI). Las fluctuaciones en la abundancia de peces
pelágicos menores característicos de las corrientes limítrofes
orientales pueden ser una buena aproximación de la respuesta
biológica al cambio climático.
Los cambios en la Corriente de California asociados al calentamiento
significativo de la capa superficial de 200 a 400m durante el cambio
de régimen climático de los 70’s, sugiere que, con el cambio climático
habrá cambios potenciales en la estructura y dirección de corrientes
limítrofes. Asimismo, los cambios en la temperatura y salinidad
asociados a este cambio, así como la estructura vertical de la
columna de agua tiene el potencial de atenuar los efectos de
producción primaria de la surgencia.
VIII.Conclusiones y Medidas de Manejo
El enfoque precautorio en el manejo de las pesquerías, la protección
de algunas especies deterioradas, la incorporación de nuevas especies
y una mejor educación técnica, administrativa, organizativa y social
del sector pesquero serán indispensables para enfrentar con alguna
probabilidad de éxito los retos del cambio climático que ya se
empiezan a combinar con problemas ambientales y socioeconómicos
preexistentes.
El sector pesquero industrial y ribereño se verán con el reto de
cambiar de sitios de pesca, hacerse de mejores equipos para tener
acceso a ellos, y organizarse mejor para no exceder el esfuerzo en la
extracción.
Es necesario detener la transformación y pérdida de humedales
costeros sin excepción. Son los ecosistemas cuyos servicios
ambientales serán los que hagan que poblaciones enteras de recursos
pesqueros no se extingan a nivel local.
Detener y revertir el deterioro ambiental de los ecosistemas costeros y
marinos es sin duda un propósito que debe acompañar cualquier
58
programa de reducción de la vulnerabilidad de la actividad pesquera al
cambio climático y el desarrollo de medidas de adaptación.
Existen ya estrategias y programas que si se adoptan con más energía
y se amplían podrían ser instrumentos útiles para ese fin. A nivel
internacional se puede mencionar el Código de Conducta para la Pesca
Responsable (CCPR) y los programas nacionales relacionados con
éste, así como una observación más estricta de la Ley del Equilibrio
Ecológico y Protección al Ambiente, así como la Ley de Pesca. El
respeto a las áreas naturales protegidas (ANP) marinas que ya
incluyen arrecifes coralinos ha sido una de las estrategias de política
ambiental más importantes, sin embargo la pesca ilegal en estos sitios
protegidos por ley está bien documentada, como es el caso de Banco
Chinchorro y Arrecife Alacranes. Actualmente, existen 13 ANP que
protegen zonas con arrecifes de coral, nueve de ellas localizadas en el
Golfo de México y el Mar Caribe y las restantes cuatro en la costa del
Pacífico. También dentro del marco de la Convención de Humedales de
Importancia Internacional (Ramsar) se han protegido zonas con
arrecifes de coral, humedales con zonas de manglar y pastos marinos.
Entre las recomendaciones de medidas de manejo que se deben
implementar con visión de mediano y largo plazo a nivel local y
regional están:

Incluir la participación activa de las cooperativas pesqueras en el
proceso de desarrollo y planeación de las políticas públicas
relacionadas con el sector pesquero.

Los humedales y estuarios del país deben de ser estrictamente
protegidos y, en su caso, restaurados como prioridad de
prevención ante la afectación potencial del cambio climático a
las pesquerías.

Las áreas naturales protegidas marinas y costeras deben de
hacer cumplir sus planes de manejo de manera irrestricta.

Hacer respetar los ordenamientos ecológicos en zonas costeras y
elaborar nuevos en las zonas más vulnerables que prevean
cambios en el nivel del mar.

Restringir el esfuerzo pesquero en las especies comerciales que
ya están sobre-explotadas y proteger las especies que son clave
para el funcionamiento de los ecosistemas
59

Observación y seguimiento de las condiciones de aquellos
ecosistemas de los que dependen las pesquerías clave.

Capacitación a las poblaciones de pescadores en diferentes tipos
y artes de pesca.

Incorporar a la legislación pesquera la restricción del uso de
artes de pesca depredadoras (red de arrastre, red de deriva,
entre otras). Prohibir el uso de estos equipos en ANPs.

Capacitación e impulso de técnicas de acuacultura sustentables.
Restringir las licencias de cultivo de especies exóticas.

Organización local y regional para el registro confiable del
esfuerzo pesquero y la captura ribereña e industrial.

Fomentar una cultura de uso de nuevas especies como
alternativa a las pesquerías más explotadas y susceptibles a
impactos del cambio climático.

Creación de zonas de reserva regionales que permitan
recuperación de especies en deterioro y de sus ecosistemas,
aplicando la legislación respectiva de manera estricta.

Fomento del uso de nuevas tecnologías (motores, combustibles)
en las embarcaciones que prevengan la contaminación de los
cuerpos de agua por parte de las embarcaciones pesqueras.

Regulación local y regional del esfuerzo pesquero.

Ordenamiento costero que prevea zonas de aumento de nivel
del mar.
60
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