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FORMACIÓN Y ESPIRITUALIDAD SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA Cango. Lic. Juan Castillo Hernández C ada año en el calendario de las fiestas litúrgicas de la Iglesia Católica, el 26 de julio encontramos una celebración muy peculiar, la memoria de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Nuestro Señor Jesucristo. Una conmemoración muy antigua, difundida primero en la Iglesia Oriental y que posteriormente pasó a la Iglesia Latina. En Jerusalén existe una sencilla Basílica, junto a la piscina de Bethesdá, lugar en el cual Jesús curó a un paralítico, que según la tradición señala el lugar donde vivieron estos dos esposos con la Virgen María. Dicha Iglesia ha tenido varios nombres a lo largo de los siglos: “Santa María ubi nata est”, “Santa María in Probática”, “Sagrada Probática y Santa Ana”. Probablemente fue construida en el siglo IV por la emperatriz Santa Elena y ahí se veneró la tumba de estos santos ancianos hasta en siglo IX, época en que fue convertida en escuela de los musulmanes. En 1889 se descubrió la tumba donde estaban sus restos. Estos dos personajes aparecen en muchos retablos de iglesias antiguas de nuestro país al lado de la Santísima Virgen María, como acompañando a su hija en la misión de interceder por los 18 • BOLETÍN • 2012 cristianos peregrinos de esta tierra y necesitados de la ayuda espiritual de la Iglesia triunfante que habita en el cielo. la Natividad de la Santísima Virgen María, 9 de septiembre. La Iglesia Latina tardó en introducir tal devoción hasta el siglo XIV, primero lo celebraron en algunas regiones el El culto a San Joaquín comenzó en 16 de septiembre y después pasó al la Iglesia Griega, donde se celebra- 9 de diciembre. Oficialmente fue ban una fiesta solemne dedicada a celebrado el 20 de marzo y después este Santo Varón el día después de el 16 de agosto. Durante varios si- glos fue trasladada su fiesta hasta la reforma del calendario actual. Santa Ana fue venerada desde los primeros siglos del cristianismo. En el año 550, el emperador Justiniano I, mandó construir una iglesia en su honor. Su fiesta se celebraba el 25 de julio, aniversario de la llegada de sus reliquias a Constantinopla, aunque este dato no es comprobable. En algunas Iglesias se unió la conmemoración de ambos santos el 9 de septiembre. En el siglo XIII aparece la fiesta de Santa Ana el 26 de julio y es la fecha que prevalece en el calendario actual, ya unidos los esposos en una sola memoria. Históricamente nada se sabe de la vida de estos esposos, ni siquiera los nombres. En los Evangelios Canónicos no aparece ningún dato sobre los abuelos de Nuestro Señor Jesucristo. Lo que se conoce se nos ha transmitido por la tradición tardía de los Evangelios Apócrifos, escritos no reconocidos como inspirados. La Iglesia Católica no acepta que sean iluminados por el Espíritu Santo. Surgidos, más bien, de la curiosidad popular que buscaba el origen de personas cercanas a Nuestro Salvador, pero sin fundamento histórico ni reconocimiento oficial. El evangelio apócrifo que más datos aporta es el conocido como Protoevangelio de Santiago, también llamado historia de la natividad de María, documento escrito probablemente del siglo II, dato que es discutido por los estudiosos de estos documentos. Dicho escrito refiere que Joaquín era un hombre piadoso casado con Ana, ambos vivían en Jerusalén y daban una tercera parte de sus ganancias al templo, pero no habían sido bendecidos con hijos. Un día el sacerdote se molestó y no quiso aceptar la limosna para el templo, porque provenía de un hombre maldecido de Dios. Joaquín se dirigió a las montañas a orar y fue escuchado por el Señor, José de Ibarra (1688-1756) Presentación de la Virgen en el templo Siglo XVIII Óleo sobre tela MUBAGUA BOLETÍN • 2012 • 19 “Cada año en el calendario de las fiestas litúrgicas de la Iglesia Católica, el 26 de julio encontramos una celebración muy peculiar, la memoria de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Nuestro Señor Jesucristo”. 20 • BOLETÍN • 2012 un ángel le anunció a su esposa que pronto procrearían un hijo. En pocos días Ana concibió a María y llegado el tiempo dio a luz a la futura Madre de Dios. El nombre de María significa “la amada de Dios” entre otras interpretaciones, como “la que ilumina”, “Señora”, “Princesa” etc. Después de su nacimiento fue llevada al templo para agradecer el maravilloso portento y posteriormente, a los tres años, fue presentada en el mismo lugar sagrado y ahí permaneció y fue educada en la santa ley de Dios. Como vemos, sobre la vida y la muerte de estos grandes esposos se ha formado muchas leyendas, algunas muy ingenuas y sin ningún fundamento histórico; de igual forma, la permanencia de la Virgen en el templo es un dato irreal. ra de la salvación de Dios. El mismo significado de los nombres ya tiene una enseñanza para nuestra Iglesia, Joaquín significa “Yahvé prepara” y Ana significa “Gracia”. Dios cumple la promesa de salvar a su Pueblo y prepara el camino de redención en estos santos esposos, otorgando su gracia y fecundidad. De ahí que, la oración colecta de la misa de este día subraye el privilegio del matrimonio de Joaquín y Ana de colaborar y anunciar la inminente venida del Sol que trae la salvación, Jesucristo, nuestro redentor. En medio de la esterilidad de una nación que había perdido la esperanza y deformado la fe autentica en el Dios único y verdadero. Pidamos a estos Santos la intercesión para tantos matrimonios que requieren de fe, esperanza y caridad para continuar en su misión de Iglesia domestica, Lo cierto es que estos personajes son de transmitir la buena noticia a sus el ejemplo de la fe de un pueblo, un hijos y de ser ejemplos de amor y resto fiel que continuaba en la espe- verdadera caridad.