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III.2.CRITERIOS Y CONTENIDOS Es importante dilucidar, a la hora de clarificar las condiciones de integración social de los ciudadanos en el espacio urbano, aquellas cuestiones que suponen una lucha contra la marginación espacial en las ciudades de los grupos más desfavorecidos económicamente, o bien de grupos con problemas temporales o permanentes que limitan su acceso a los servicios urbanos. Con esta orientación de política social hay que considerar: las políticas de suelo y vivienda; la lucha contra la marginación espacial y la degradación zonal; las políticas de accesibilidad urbana a grupos sociales con limitaciones de movilidad. 3.2.1 POLÍTICA DE SUELO PARA VIVIENDAS Con independencia de otros objetivos de carácter económico, tiene por finalidad la intervención directa o indirecta en el mercado inmobiliario para ampliar la oferta hasta alcanzar al máximo de la población, que en el caso contrario quedaría fuera de éste. Por tanto, a nuestro juicio, no es sólo una política de carácter horizontal, territorial o urbanística, sino una política social y sectorial, aún cuando pueda tener una importante influencia sobre los ámbitos urbanos o económico. Para luchar contra la segregación social del espacio se aplica la política de suelo para vivienda que debe tener por objeto intervenir en el mercado del suelo para imponer una valoración del mismo menor a la resultante de las leyes de oferta y demanda y, así, posibilitar o imponer la construcción de viviendas dirigidas a adquirentes de menor poder adquisitivo, en posiciones más favorables a las que el mercado sin dicha intervención los relegaría. CRITERIOS Y CONTENIDOS La no existencia de esta política de suelo para viviendas da como resultado un espacio urbano desintegrado socialmente, es decir, bajo un mal disimulado régimen de apparheit, cuyas consecuencias se sufren gravemente ya en las ciudades, a raíz, entre otras causas, de las actuaciones en materia de vivienda pública en décadas anteriores. III. 10 Otras políticas alternativas de suelo para viviendas habitualmente propuestas por las opciones ideológicas liberales, y adoptadas por muchos municipios debido a su buena prensa política, tales como la sobreprevisión de suelo para forzar la competencia y su posterior abaratamiento, con independencia de que su éxito se haya demostrado prácticamente nulo, es evidente que no actúan sobre el problema señalado de desintegración social a que da lugar el mercado de suelo no intervenido, tal y como ha quedado dicho. oportunidades y estrategias para la ordenación urbana-territorial de sevilla NUEVO PLAN GENERAL MUNICIPAL DE ORDENACIÓN 3.2.2 MARGINACIÓN SOCIAL Y DEGRADACIÓN ZONAL Como venimos diciendo, existen tres tipos de espacios urbanos donde se produce la marginación social: las áreas creadas con infravivienda y, en su caso extremo, los asentamientos de chabolas; las áreas de vivienda pública con concentración de individuos, familias o grupos con problemas de integración social previos a la adjudicación de las viviendas; y finalmente, áreas urbanas históricas cuyas edificaciones, por un proceso de abandono y ruina, han devenido en infravivienda. Los asentamientos de chabolas carecen prácticamente de todo tipo de servicios y equipamientos urbanos, siendo la única actuación posible el realojamiento de sus habitantes en viviendas públicas estándar y en ubicaciones próximas a las actuales, y el principal problema para su resolución es la integración de sus moradores en la cultura de la vivienda y la contestación vecinal que genera su localización definitiva. Mucho más complejo desde el punto de vista urbano es el análisis de la situación de los polígonos públicos donde parte de la población mantiene hábitos o comportamientos asociales. En primer lugar, es necesario afirmar que éste es un problema generado por la mala liquidación de un problema de realojamiento en los últimos años del franquismo. En segundo lugar, los problemas urbanísticos no son, en absoluto, los principales, de modo que las soluciones básicas tampoco pueden llegar desde esta competencia. 3.2.3 CRITERIOS • Variedad Los espacios urbanos deben ser capaces de contener la máxima variedad articulada posible. Variedad y relación son las únicas propiedades capaces de dotar de esperanza de superviviencia a un espacio: para soportar crisis inesperadas en su entorno sustituyendo parte de sus cadenas de relaciones o restableciendo su equilibrio perdido; compuesto de multitud de espacios distintos, de pobladores de grupos de edad y de conocimientos diferentes capaces de compartir recursos e información o de apoyarse en momentos de crisis; contrario, en fin, a un modelo que planifica con un solo tipo de vivienda y una homogeneidad absoluta de conocimientos, edades y rentas. • Complejidad Todas nuestras acciones deben ir dirigidas al incremento de la complejidad de los espacios sobre los que actuamos. Puede que intentar resolver varias cosas en un mismo acto parezca ineficaz en lo inmediato, pero es la única garantía de eficacia a medio y largo plazo. ESTRATEGIAS. Debemos generar estructuras que aumenten la consciencia sobre las relaciones del espacio en que habitamos. La complejidad es mayor cuanto mayor es la apropiación de los individuos y por tanto es más posible en las escalas menores, el barrio y el barriociudad; por ello, desde estos espacios debe desarrollarse una multifuncionalidad de la actuación basada en la máxima participación social. La usual atracción de la vida urbana no se produce por la segregación de las actividades, sino por la suma armoniosa de ellas. Parece contradictorio con el instinto de éxito, exigible a las actuaciones públicas, la realización de equipamientos monofuncionales, que parten de la solución de una sola necesidad, produciendo un doloroso efecto de espera-expulsión, generando una deseconomía funcional, en el no aprovechamiento de las sinergias que produciría la suma de distintas actividades en un mismo soporte. Si queremos que los equipamientos sirvan como restauradores sociales y emocionales, no podemos permitirnos que éstos generen el síndrome de agresión asistencial que provoca el diseño monofuncional de los equipamientos y el alejamiento de los usuarios en su definición y gestión. Se trata de crear espacios convivenciales, espacios accesibles con usos múltiples, capaces de adecuarse a las necesidades cambiantes y múltiples de los ciudadanos, accesibles a éstos y transparentes en su funcionamiento. • Desmonetización Si las poblaciones de amplias zonas urbanas, sobre todo en las periferias, comienzan a estar fuera de la economía formal, las intervenciones sobre estas poblaciones y territorios no pueden realizarse bajo la óptica de la rentabilidad, ni por la sustitución del servicio público por el mercado. La reducción de los fondos públicos tiene que ser aprovechada por una acción colectiva que sustituya precio por participación, mediante una intervención activa que permita reconstruir las redes sociales, optimice los recursos existentes y pueda servir de base para el desarrollo de una economía local (basada en cooperativas y empresas de servicios locales), con objetivos sencillos, pero importantes, para la calidad de barrios y ciudadanos: el sostenimiento del empleo local, la participación en el diseño y gestión de los equipamientos y la cohesión social. Las verdaderas fuentes de riqueza de una ciudad son sus redes y las relaciones que son capaces de generar entre ellas. El equipamiento deberá cumplir una misión de restaurador social, produciendo en su entorno un reequilibrio dotacional, suavizador de las diferencias económicas y sociales, creando en su entorno un área de influencia que produzca un efecto multiplicador de la intervención. Los cambios sociales demandan nuevos espacios y servicios, entre los sectores que amplían su peso específico en nuestras ciudades, se encuentran parados de larga duración, jubilados anticipados, obreros no especializados con contrataciones temporales e inmigrantes y jóvenes desarraigados, cuyo problema no es tan solo el de recibir una asistencia social que palie su situación económica, sino cubrir la necesidad, oportunidades y estrategias para la ordenación urbana-territorial de sevilla NUEVO PLAN GENERAL MUNICIPAL DE ORDENACIÓN cohesión urbana como individuos sanos, de intervenir en su entorno próximo colaborando en su transformación. • Apropiación Los ciudadanos necesitan actuar sobre espacios y tareas reales, dar salida a su necesidad de transformación del entorno. Tratamos de producir territorios sobre los que sustentar una red social basada en el autoapoyo, la ecología y la solidaridad. No parece posible mejorar la gestión, el control y mantenimiento de los equipamientos y zonas verdes, sin políticas que incrementen la participación en su diseño, ejecución y conservación. Si la unidad de intervención es el barrio y el barrio-ciudad, es evidente que la gestión centralizada de los equipamientos no garantiza su utilidad u oportunidad. Es necesario que la gestión se aproxime al espacio al que se sirve, articulando la participación de las poblaciones afectadas, de forma que se garantice el éxito en la detección de las carencias reales y el de la oferta realizada En primer lugar y, como corolario de todo lo anterior, es necesario el reconocimiento de la necesidad de una intervención integral en la que es fundamental considerar el territorio como unidad operativa básica unido al concepto de hábitat, introduciendo con ello el acercamiento entre lo social, lo económico, lo urbanístico y el medio ambiente. En segundo lugar, es también necesario el reconocimiento de la necesidad de una coordinación interinstitucional que aglutine en torno a una estrategia común a Administraciones, Empresas, Sindicatos, ONGs y cualquier órgano de representación ciudadana, así como la de los propios afectados. Sin embargo, hemos de poner de relieve que la consideración y explicitación de las ESTRATEGIAS PARA LA COHESIÓN URBANA no se limitan al tratamiento de las llamadas áreas vulnerables en las que se concentra la mayor parte de la población excluida. Es evidente, que, como criterios para conseguir una ciudad más equilibrada social y territorialmente, las propuestas para una mayor cohesión deben surgir en todos los barrios-ciudad, en todos los sectores o pequeños distritos que conforman, en su conjunto, la ciudad entera. III. 11