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Especial Falcón, jueves 28 de febrero de 2013 Benedicto XVI: "El Señor me llama a la oración" E l pasado domingo, el Sumo Pontífice aseguró: “en este momento de mi vida, el Señor me llama a 'subir al monte', a dedicarme más aún a la oración y a la meditación”. Y agregó que su renuncia no significa que abandonaría a la Iglesia, "es más, si Dios me pide precisamente esto es para que pueda continuar sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con que he buscado hacerlo hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas”. Igualmente, ayer recordó que cuando lo eligieron Papa el 19 de abril de 2005, se cuestionó si Dios realmente lo quería. "Es una gran carga que has colocado sobre mis hombros", recordó haberle dicho a Dios. Durante ocho años, dijo: "he tenido momentos de alegría y luz, pero también momentos que no han sido fáciles... momentos de mares turbulentos y fuertes vientos". Pero agregó que nunca se sintió solo y agradeció a sus cardenales y colegas por su guía y por "comprender y respetar esta importante decisión". Hoy a las 8:00 de la noche en Roma llegan a su fin los 8 años de pontificado de Benedicto XVI, quien se despide con la alegría de haber hecho su trabajo, pero con el sin sabor de los desencuentros entre la jerarquía religiosa. 2 Especial Falcón, jueves 28 de febrero de 2013 El cónclave se iniciará antes de lo previsto Nuevo Papa antes de Semana Santa 115 cardenales elegirán en nuevo Papa/Xinhua Ciudad del Vaticano /AP.- El papa Benedicto XVI modificó el lunes las reglas del cónclave que elegirá a su sucesor para permitir que los cardenales adelanten el inicio de sus deliberaciones si todos se encuentran en Roma antes de la transición habitual de 15 días. Benedicto firmó un documento legal con algunas modificaciones a la ley de 1996 que rige la elección del nuevo Papa. Fue uno de sus últimos actos como pontífice antes de su renuncia. La fecha de inicio del cónclave es importante porque la Semana Santa comienza el 24 de marzo, y el Domingo de Pascua se celebra el 31 de marzo. Si un nuevo Papa ha de presidir el período litúrgico más solemne de la Iglesia Católica, deberá ser entronado antes del domingo 17 de marzo. Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, aseguró que la primera reunión del Colegio Cardenalicio está prevista para el 4 de marzo, en virtud de que la convocatoria oficial para que los cardenales vengan a Roma se emitirá el 1 de marzo, el primer día de lo que se conoce como la "sede vacante", el periodo entre papados. Se prevé que en total 115 cardenales de menos de 80 años vengan a Roma para el cónclave, en el que elegirán al próximo Papa. Otros dos cardenales con derecho anunciaron que no vendrían: uno de Gran Bretaña y otro de Indonesia. Los cardenales de 80 años o más pueden asistir a las reuniones del Colegio, pero no participar ni votar en el cónclave. Hoy el papa se reunirá en la mañana con los cardenales y después viajará en helicóptero a las cinco de la tarde a Castel Gandolfo, la residencia papal al sur de Roma. Benedicto XVI saludará a feligreses ahí desde el balcón, en su último acto público como pontífice. A las ocho de la noche, la hora exacta en la que comienza el retiro oficial de Benedicto XVI, la guardia suiza destacada en el exterior de las puertas del palacio en Castel Gandolfo ingresará en el recinto, concluyen- Benedicto XVI será “Papa emérito” El pontífice Benedicto XVI será llamado “Papa emérito” en su retiro y continuará llevando sotana blanca, así lo anunció el martes el Vaticano. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que Benedicto XVI adoptó la decisión sobre su título y vestimenta en consulta con otras autoridades eclesiásticas. El pontífice decidió que le llame “Su Santidad Benedicto XVI” o Papa emérito, do la misión de ésta de proteger al jefe de la Iglesia Católica. La policía vaticana asumirá la seguridad personal de Benedicto XVI, dijo Lombardi. Pasos para elegir al nuevo Papa Es un ritual cuya riqueza en tradición y simbolismos resulta digna de la Iglesia católica: juramentos secretos, cantos gregorianos hipnóticos, cardenales en color escarlata que llenan la Capilla Sixtina, todo mientras la gente en la plaza de San Pedro espera el humo blanco o negro para saber si hay un nuevo Papa. El cónclave del próximo marzo para elegir al 266.º líder de aproximadamente 1.000 millones de católicos del mundo tendrá los grandes adornos de elecciones papales anteriores, con la diferencia de que esta vez el Papa sigue vivo. La renuncia de Benedicto XVI es la primera renuncia de un Papa en 600 años. 115 cardenales se reunirán en la Capilla Sixtina para elegir su sucesor. El cónclave comienza cuando los purpurados llegan a la Capilla Sixtina cantando la monofónica Letanía de los Santos, seguida de Veni, Creator Spiritus, para implorar la intervención del Espíritu Santo, mientras toman sus lugares ante el "Juicio Final", de Miguel Ángel. Los cardenales prometen guardar secreto absoluto durante y después del cónclave y no permitir ninguna forma de interferencia en la elección del pontífice. La secrecía bajo pena de excomunión también asegura que el nuevo Papa no sepa qué cardenales votaron en su contra, un elemento importante para mantener unificado el liderazgo de la Iglesia. Después de que cada cardenal medita a solas sobre las cualidades que debe tener un Papa y los retos que enfrenta la iglesia, comienzan a votar. En el primer día votan sólo una vez. Después votan dos veces en la mañana y dos en la tarde hasta que haya un ganador. Se necesita una mayoría de dos terceras partes. Cada cardenal escribe en un papel "Eligo in summen pontificem" o "Elijo como sumo pontífice" y lo coloca en una urna oval. Cuando los votos son contados y se anuncia un resultado, los papeles son cosidos con aguja e hilo, perforados con la palabra "Eligo" y quemados con un químico para que de la chimenea de la Capilla Sixtina salga humo negro (que significa que todavía no hay consenso) o blanco para anunciar que hay un nuevo Papa. Si se emite el humo blanco, un cardenal sale al balcón de la basílica de San Pedro y proclama "Habemus Papam" y anuncia en latín el nombre del nuevo jerarca. En seguida, el nuevo Papa pronuncia sus primeras palabras como pontífice. Especial 3 Falcón, jueves 28 de febrero de 2013 Jorge Alguinzones Foto /Xinhua Joseph Aloisius Ratzinger nació en Marktl am Inn, Alemania, el 16 de abril de 1927. Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria. El pasado 11 de febrero el papa Benedicto XVI conmocionó al mundo luego de anunciar su inesperada renuncia al pontificado. Luego de casi 8 años de ejercicio el obispo de Roma, abandonará sus investiduras y el Palacio Apostólico para trasladarse a la residencia de los pontífices en Castel Gandolfo, ubicada en las afueras de Roma, donde permanecerá por aproximadamente dos meses. Su despedida el día de hoy promete congregar a miles de fieles eufóricos en la plaza de San Pedro. Benedicto XVI, oculto al mundo pero en oración En oración, oculto para el mundo "Aunque ahora me retiro, estoy siempre cerca de todos vosotros en la oración, y estoy seguro de que también vosotros estaréis cercanos a mí, aunque para el mundo estaré oculto". Con estas palabras Benedicto XVI se dirigió recientemente a los sacerdotes que trabajan en el Vaticano. Lo que debió ser una pequeña charla sobre el Vaticano II, se transformó en un testimonio de Joseph Ratzinger. Durante 45 minutos, en el encuentro del 14 de febrero en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa evocó con sencillez y sin reticencias el espíritu conciliar, un acontecimiento vivido con entusiasmo y esperanza, con la firme convicción de que de él brotaría una nueva era en la vida de la Iglesia. Relanzó la invitación a vivir El Año de la Fe -proclamado precisamente en el cincuentenario de la apertura del Vaticano II- como ocasión para que el Concilio, con toda su fuerza espiritual, que es la fuerza del Espíritu Santo, "se realice y la Iglesia se renueve realmente", junto a la cual permanecerá, desde el retiro en oración. Cronología El legado El papa Benedicto XVI no pudo alcanzar muchas de las metas que se trazó tras su elección en 2005, debido en parte a los obstáculos que heredó y a los problemas de su propio pontificado. Se esforzó por frenar la expansión del laicismo, particularmente en Europa, donde ha caído el mayor número de fieles en las iglesias. Condenó los matrimonios entre personas del mismo sexo. Pese a sus argumentos, la aceptación de las relaciones homosexuales creció en Europa y Estado Unidos. Quería restaurar las tradiciones católicas que estaban prácticamente en el abandono, incluso al portar sombrero y otras prendas que no se habían usado en décadas. Muchos católicos respondieron positivamente a su énfasis en la ortodoxia, pero otros se habrían sentido más ajenos a la Iglesia. Benedicto XVI: "en este momento de mi vida el Señor me llama a dedicarme a la oración y meditación" Escándalos en el Vaticano En 2010, los dos principales funcionarios bancarios del Vaticano se vieron inmiscuidos en una investigación sobre lavado de dinero, que derivó en la incautación de millones de euros de una cuenta vaticana. El Papa contrató a un experto suizo para que ayudara a prevenir semejantes actos indebidos, pero persistieron los problemas. En tanto, el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, fue sentenciado a prisión luego de robar correspondencia personal del pontífice y de filtrar los documentos a la prensa. Benedicto lo perdonó posteriormente. Benedicto fue el primer Papa en estar en reuniones con víctimas de abusos sexuales imputados a los clérigos. En 2010 admitió una disculpa sin precedente a Irlanda por los abusos crónicos, e instó a cualquier clérigo culpable a “entregarse a las exigencias de la justicia”. Junio de 1951. Es ordenado sacerdote. 1953. Obtiene un doctorado en Teología. 1962-1965. Se desempeña como experto durante el Concilio Vaticano II. 1981. Designado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, responsable de mantener la ortodoxia católica. 6 de noviembre de 1998. Elegido vicedecano del Colegio de Cardenales. 19 de abril de 2005. Ratziger es elegido Papa y asume el nombre de Benedicto XVI, el pontífice número 265 de la Iglesia Católica. 28 de mayo de 2006. El Papa ora frente al muro de la muerte en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau durante una visita a Polonia. 8 de mayo de 2009. Visita la Tumba de Cristo en la Iglesia del Santo Sepulcro en la ciudad vieja de Jerusalén. 17 de septiembre de 2010. Visita a Gran Bretaña, donde admite que la Iglesia Católica no actuó con la energía o celeridad suficientes como para remover a los sacerdotes que vejaron a niños. 20 de noviembre de 2010. En una entrevista en el Vaticano, el Papa dice que los condones pueden ser justificados para los prostíbulos masculinos a fin de contener la propagación del VIH. 1 de mayo de 2011. Beatifica al papa Juan Pablo II ante un millón y medio de fieles en la plaza de San Pedro, haciendo que su venerado antecesor avance un paso hacia la posible santidad. 13 de mayo de 2011. El Vaticano imparte nuevas instrucciones pidiendo a obispos y sacerdotes a hacer más accesible la antigua misa en latín. 11 de febrero de 2013. El Papa Benedicto XVI anunció que renunciaría a fines de mes, alegando debilidad para cumplir con sus tareas. Es el primer pontífice que renuncia en 600 años. 4 Especial Falcón, jueves 28 de febrero de 2013 El próximo Papa deberá reestructurar la Curia Romana Ciudad del Vaticano /AP.- Si alguna vez se necesitaron pruebas de que el próximo Papa debe reestructurar urgentemente la Curia y controlar la poderosa burocracia del Vaticano, el escándalo por la filtración de los documentos privados de Benedicto XVI es pues la primera de todas. El mayordomo papal robó delicadas cartas internas del pontífice y se las dio a un periodista, quien las publicó en un libro que causó sensación. El mayordomo admitió haberlo hecho, según dijo, para exhibir "el mal y la corrupción" en el Vaticano que consideraba le ocultaban a Benedicto XVI los que supuestamente le servían. Y si ese pecado original no fuese suficiente, el contenido de las infidencias confirmó que el próximo Papa tiene muchas cosas que arreglar. Las cartas y los memorándums revelados ponen de manifiesto rencillas, corrupción y amiguismo en los más altos niveles de la Iglesia católica. Esos trapos sucios van desde la concesión de contratos del Vaticano hasta un complot para destituir al director de un prominente periódico católico por considerarlo homosexual. Los católicos podrían pensar que ese desarreglo en el palacio apostólico no incidirá en sus vidas para nada, pero no es así: la Curia toma decisiones en todo, desde el cierre de templos hasta la anulación de matrimonios, así como los castigos a los sacerdotes pederastas. La política papal repercute en las oraciones que los fieles rezan durante la misa, puesto que las traducciones de la misa son decididas por comités en Roma. Las donaciones que los fieles hacen cada año al Papa son depositadas en un banco del Vaticano cuya falta de transparencia financiera suscitó ásperos debates internos. Es así como, después de 35 años bajo el gobierno de dos Papas "eruditos" que prestaron escasa atención al gobierno interno de la Iglesia, se intensifican los llamamientos para que se elija a un pontífice que tenga sólidos antecedentes en el manejo de una burocracia complicada. Los cardenales que votarán en el próximo cónclave están hablando abiertamente sobre la necesidad de reforma, en especial después de los desarreglos que puso de manifiesto el escándalo. "Hay que prestarle atención", afirmó el cardenal de Chicago, Francis George. El cardenal Walter Kasper, un alemán que se retiró en el 2010 como titular de la oficina ecuménica de la Santa Sede, dijo que la Curia debe adaptarse al siglo XXI. "Debe haber más coordinación entre las oficinas, más colegialidad y comunicación", dijo al periódico Corriere della Sera. "A menudo la mano derecha no sabe lo que está haciendo la izquierda". Sandro Magister, un analista del Vaticano que sigue de cerca la situación, dijo que el "desastre" en el gobierno de la sede de la Iglesia empezó a manifestarse en la década de 1980, en los primeros años del pontificado de Juan Pablo II. "Juan Pablo II estaba completamente desinteresado de la Curia; su visión estaba dirigida completamente al exterior", dijo Magister en una entrevista. "Él permitió una proliferación de rencillas, pequeños centros de poder que lucharon entre sí con mucha ambición, arribismo y traiciones. Esto se acumuló y arruinó las cosas para el Papa siguiente", afirmó. Benedicto XVI estaba bien consciente de los problemas tras pasar casi un cuarto de siglo dentro del Vaticano en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pero como cardenal nunca se inmiscuyó en la refriega política interna, y como Papa le delegó su manejo a su secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone. "Algunas de sus elecciones (de funcionarios) demostraron ser contraproducentes", afirmó Magister. Además dijo que "El cardenal Bertone no generó los resultados que Benedicto XVI esperaba". El nuevo Papa debe ser un reformista/AP