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Beijing en las cumbres en un mundo siempre cambiante
Augusto Soto 苏傲古
Director, Dialogue with China Project 与中国对话项目
http://www.dialoguewithchina.eu
Las dos grandes citas internacionales que acaban de celebrarse, las cumbres del G20 en Turquía y de
APEC en Filipinas (finalizada hace pocas horas), concluyen una semana agitada en la agenda global. No
sólo confirman por enésima vez el altísimo perfil alcanzado por China en la agenda internacional, sino
que igualmente su nivel de inserción en un mundo crecientemente interconectado, como lo demuestran
tanto los asuntos políticos, económicos como de seguridad.
Ambas cumbres tenían previsto concentrar sus reuniones en una mayor reactivación del comercio y de la
economía. En el caso del G20, a nivel global, y en cuanto a APEC, en el gran espacio que ocupan sus
miembros a ambos lados del Pacífico e igualmente con incidencia planetaria.
En ambas citas se alcanzó a cruzar también el tema de la seguridad, que ya se prevé estará presente en la
próxima cumbre del G20 prevista para 2016 y a celebrarse en la ciudad china de Hangzhou.
La más reciente escalada de atentados en Siria, Irak, Turquía, Líbano, Egipto y Francia, han hecho a la
delegación china, encabezada por el presidente Xi Jinping, posicionarse de una manera rápida, dentro de
su estilo holístico de entender la política exterior. Pocas horas después del atentado en París, el
viceministro de Finanzas chino, Zhu Guangyou, declaró en la cumbre del G20 en Turquía, que “será de
gran importancia para nosotros asegurar un potente crecimiento sostenible y cumplir con la promesa de
Naciones Unidas de erradicar la pobreza para el año 2030, porque creemos que esto eliminará el
sustrato que alimenta el terrorismo”.
En vista de que las previsiones de crecimiento mundial de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OECD) indican que este año alcanzará el 2,9% y un 3,3% en 2016 (y no un 3,0%
y un 3,6%, respectivamente), las miradas están puestas en China, que actualmente representa casi un
tercio del volumen de la economía global. Y pese a que su crecimiento ha entrado en lo que se conoce
como “nueva normalidad”, con aumentos previstos menores al 7,0%, diversos analistas internacionales
coinciden en proyectar que para el año 2020 China tendrá activos globales que alcanzarán los 20 billones
de dólares, con un yuan internacionalizado (y ya aceptado dentro de la cesta de divisas del Fondo
Monetario Internacional), noticia que ha dado precisamente su presidenta, Christine Lagarde, en la
antesala de la cumbre del G20 en Turquía.
China tiene un extraordinario conocimiento en asuntos económicos y de lo que significa combatir la
pobreza, puesto que, como es bien sabido y reconocido por el Banco Mundial, ha logrado sacar de ella a
más de 500 millones de personas en pocas décadas.
A la vez, según nos demuestra la coyuntura actual, aumentar la prosperidad deberá decididamente
acompañarse de la cooperación internacional de un mundo claramente multipolar, en un orden que no está
garantizado y en el que también intervienen con su acción y amenazas Estados fallidos o autoproclamados,
además de grupos y células que, malintencionados, tienen capacidad para incidir en la consideración
inmediata de la agenda mundial del comercio y el desarrollo.
Por otro lado, los países de Eurasia y Occidente atesoran una gran experiencia en asuntos de seguridad y
lo que se avecina es muy probablemente una cooperación Este-Oeste (además de Norte-Sur) de naturaleza
ampliada.
La diplomacia presidencial china desplegada por los ex dirigentes Jiang Zemin y Hu Jintao ya era notable
y se plasmó en una enmienda de la Constitución china, realizada en 2004, que concedió más atribuciones
al presidente en política exterior. De manera que Xi Jinping, es hoy por hoy el líder con una agenda
viajera de alcance más intercontinental, no sólo de la historia china reciente, sino que si igualmente la
comparamos con la de otros líderes mundiales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China tiene muy bien asimilada la idea de que hoy representa a la
primera economía mundial y sus grupos de trabajo y entorno de asesores están plenamente en forma.
En esa línea de apertura al exterior, y como colofón a estas líneas, hace un par de años, en el Gran Salón
del Pueblo, junto a la plaza de Tiananmen, tuve el privilegio de preguntarle al vicepresidente Li
Yuanchao sobre su visión actual del mundo. En verdad me pareció un dirigente tremendamente bien
informado y con un remarcable conocimiento del exterior, incluido Europa y los países de habla hispana.