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Propuestas de principios orgánicos Patricia Araya Mauricio Carrasco Andrea Salazar Nicolás Romero Nicolás Valenzuela Introducción A continuación les presentamos un breve documento desarrollado por militantes del Movimiento Autonomista que contiene principios de construcción orgánica que creemos pueden aportar en la configuración del nuevo movimiento resultante del congreso Construyendo Alternativa. Al calor del proceso de congreso felizmente hemos constatado que estas ideas se encuentran presente en buena parte de nuestro debate. Preferimos sostener el debate sobre principios antes que presentar diseños orgánicos específicos, dado que se requiere un acuerdo al primer nivel para poder concretar lo segundo. Aclaramos que en ningún caso creemos que la dimensión orgánica de la construcción de una fuerza política se encuentran separados de los problemas de construcción política. Lo orgánico es una dimensión de la lucha política y busca construir capacidades concretas de realización de los objetivos trazados. A su vez nos distanciamos de quienes hacen llamados a atender los problemas políticos en base a referencias generales, pero sin traducirlos en diseños específicos de intervención social y política. Dicha pretensión suele venir acompañada de una desatención de los problemas de construcción orgánica y de críticas a la supuesta manera de intentar resolver los problemas en base a fórmulas puramente organizativas y sin referencia a la “política”. A nuestro entender esa manera de desatención no sólo oscurece la relevancia de la dimensión orgánica sino también reduce la acción política a fórmulas teóricas generales o en el mejor de los casos a iniciativas de acumulación local que no nos permiten decantar en una forma compleja, articulada y común de acción política para la transformación. Lo anterior en ningún caso implica creer que las fórmulas orgánicas pueden desarrollarse sin atender los desafíos políticos. La articulación entre estas dos dimensiones del mismo problema es necesaria para abordar de buena manera los objetivos trazados por los autonomistas y por quienes participan actualmente en el congreso Construyendo Alternativa. Creemos firmemente en la necesidad de conjugar para el actual periodo político el nacimiento de una proyección política estratégica que apunte a una refundación de las izquierdas radicales en Chile (lo estratégico), sumado al desarrollo de capacidades de intervención en el escenario de disputa institucional (momento táctico). Este proceso de refundación busca centrar las capacidades de transformación en el pueblo y en su capacidad de desarrollado de prácticas de autonomía, por lo que se relaciona de manera crítica con la acción estatal. Lo anterior no nos lleva a restarnos de las disputas institucionales, sino más bien a desarrollarlas de manera crítica y como componente táctico de una ofensiva estratégica orientada a la construcción de una nueva sociedad. Dado lo anterior es que se requiere una forma orgánica que conjugue la temporalidad estratégica refundacional (tiempo largo) con la capacidad de intervención en el actual escenario (respuesta a demandas de un tiempo corto). Es por eso que propiciamos una forma orgánica que conjugue y eleve las formas democráticas desarrolladas por los movimientos sociales de Chile y el continente con formas de acción más cercanas a las de fuerzas políticos. A nuestro entender, la idea de movimiento político y no de movimiento a secas o partido político, es la forma organizacional adecuada para las tareas políticas del presente. De esta forma podremos atender las tareas estratégicas de largo aliento con las tareas tácticas del periodo político 2017. Desarrollo Los principios que se desarrollan a continuación no han sido enumerados en orden jerárquico. 1.- Feminismo: Comprendemos el feminismo como una articulación entre una teoría crítica y una voluntad de enfrentamiento a las diversas formas de reproducción del patriarcado y del capitalismo, que apuntan a la formación de relaciones sociales y sexuales funcionales a la mantención de un orden social sexista y mercantil. En este sentido, el feminismo no puede ser reducido a una demanda por igualdad de derechos entre hombres y mujeres, dado que el acceso a derechos a secas, no apunta a la superación del neoliberalismo y del orden sexual dominante, sino más bien a su reproducción. El feminismo debe ser un principio ordenador que desde el presente vaya reconfigurando nuestras relaciones sociales en la sociedad y al interior del movimiento político naciente. De esta manera, apuntamos a la construcción de una ética más elevada que se enfrente en lo cotidiano a la reproducción del orden capitalista patriarcal en nuestra organización y la sociedad. En concreto proponemos: -Desarrollo e implementación de un protocolo de acoso que regule las prácticas de toda la militancia. -Fomento de la participación activa en tareas de dirección, elaboración política y representación de todas las compañeras y de la disidencia sexual. Lo anterior con el objeto de combatir las formas de división sexual del trabajo al interior de la organización, la cual concentra las tareas de dirección en un determinado perfil de compañeros y relega al resto el desarrollo de tareas puramente administrativas. -Desarrollo y fomento de una política de cuidados al interior de la organización, que no sólo se haga cargo de la relegación de las compañeras al desarrollo de tareas reproductivas en el hogar (cuestión que dificulta su participación militante), sino que también nos permita avanzar en formas de gestión colaborativa y colectiva del trabajo reproductivo. Como primer paso, plantemos la necesidad de desarrollar condiciones en todas las instancias del movimiento para promover la participación activa de madres y padres en las actividades del movimiento. Se debe creer un órgano encargado de promover y fiscalizar el desarrollo de estas prácticas en todas las instancias del movimiento. 2.- Descentralización: Una organización revolucionaria no puede naturalizar las formas de organización del poder presentes en su ámbito de intervención. El carácter centralista del Estado chileno no es un elemento casual: las elites gobernantes han mantenido esta dimensión del poder estatal dado que les ha permitido -por siglos- gobernar un territorio sin tener que lidiar con procesos de democracia y construcción de autonomía a nivel local. El centralismo no es un fenómeno natural, el centralismo es la actividad constante de expropiación de las capacidades de gobierno que una comunidad ejerce sobre un territorio que habita. Es por esto, que la organización debe apuntar a descentralizar la toma de decisiones y a empoderar a las regiones en el proceso de elaboración e implementación de la línea política. Proponemos: -Que este criterio se considere en el diseño de todos los órganos de dirección del movimiento político naciente. 3.- Soberanía de las bases: Para los y las autonomistas la soberanía de la organización reside en las bases del movimiento, las que, su vez, forma parte del pueblo chileno y de sus diversas expresiones de organización social. El movimiento genera mandatos acotados a determinados militantes (instancias de coordinación-dirección), los cuales deben responder en todo momento a la organización. Al igual que la práctica de los zapatistas mexicanos y de diversas expresiones comunitarias a lo largo y ancho de nuestro continente, los y las autonomistas ejercemos un poder desde la base, y quienes ejercen tareas de dirección deben orientarse en todo momento por mandatos, deben practicar una ética intachable y por ende, deben responder social y políticamente por sus acciones. Concebimos el ejercicio de tareas de dirección y coordinación como una responsabilidad propia de quienes participamos en esta comunidad política y no como un privilegio o reconocimiento que habilita a altos niveles de discreción. Por eso, los cargos de dirección no deben concentrarse en pocas personas, se deben ir rotando y se deben concebir como una responsabilidad que todos y todas debemos ejercer en algún momento. En concreto proponemos: -Ejercicio de revocabilidad de mandato de todas las instancias de dirección. -Desarrollo de una política de transparencia activa de todas las unidades del movimiento y en especial de las instancias de dirección. -Responsabilidad de candidatos y cargos de dirección frente a sus instancias de base y frente al movimiento en su conjunto. Los procesos de definición de candidaturas y conformación de equipos de trabajo deben responder en todo momento a las instancias de base del movimiento. -Transparencia y regulación de los ingresos percibidos por militantes que ejercen cargos públicos de elección popular y sus equipos. Ningún militante puede pretender enriquecerse o mejorar sus condiciones de vida a partir del ejercicio de un cargo público en el que representa al movimiento político. Proponemos crear criterios para definir sueldos máximos (ajustados por unidad familiar y realidad regional) de quienes perciban algún tipo de remuneración. 4.- Expresión de mayorías: La orgánica debe facilitar la expresión de mayorías a través de un sistema de elecciones que permita dirimir entre tesis políticas en disputa en un debate político abierto, y a partir de lo anterior, delinear mandatos políticos acotados que sean encabezados por quienes a juicio de la mayoría del movimiento pueden encabezar dicha opción. Con lo anterior, se busca asegurar una coherencia entre línea política y quienes deben ejercer dichos mandatos. Lo anterior busca superar una orientación organizativa puramente asambleísta, donde la densidad y riqueza del debate (que por su naturaleza es más lento) no permite definir mandatos y ejecutarlos. Creemos que un adecuado equilibrio entre este y el principio anterior es necesario para abordar un escenario político donde se requiere conjugar un proyecto de refundación con una táctica de irrupción política institucional. Se podrá objetar haciendo referencia a los problemas asociados a la concentración de poder en pocos o a la posible anulación de la diferencia. Si proponemos este principio es porque requerimos conformar un movimiento con capacidad de incidencia real en la disputa política nacional. Para eso se requiere superar la lógica de coordinadora de espacios locales y apuntar a la formación de una política unitaria con diversas interna. De lo contrario, se seguirá proyectando la formación de espacios locales preocupados de fortalecer posiciones legítimas pero parciales, desatendiendo los problemas de formación de una capacidad estratégica y táctica a escala nacional. En concreto proponemos: -Definir un modelo de definición colectiva de posiciones políticas que se traduzca en mandatos acotados para nuestras direcciones. -Definir un modelo orgánico que permita la expresión de mayorías en la definición de cargos de dirección de movimiento. El modelo de listas es una alternativa. -Desarrollo de una capacidad financiera que nos permita tener direcciones políticas pagadas. 5.- Integración de minorías: La necesaria diversidad que se requiere para fortalecer el debate interno y para ser un espacio dialogante con las diversas sensibilidades y expresiones de nuestro pueblo, tiene como condición mínima la integración de las posiciones de minoría en el desarrollo de las tareas de dirección. Proponemos: -Un modelo de definición de cargos de dirección que no anule sino que integre a las posiciones de minoría en el ejercicio de las tareas de dirección. 6.- Desarrollo de capacidades críticas en toda la militancia: Un movimiento político de nuevo tipo debe fomentar el desarrollo fluido y público de corrientes de opinión orientadas a aportar en el debate táctico-estratégico. Un movimiento que apuesta a contribuir a la formación de una mayoría popular activa, no debe limitar el debate interno sino promoverlo. Lo anterior no debe confundirse con la permisividad frente a las facciones internas, órganos cerrados que expropian instancias del movimiento para intereses privados y corporativos. El fomento y regulación de corrientes de opinión es a nuestro juicio, la mejor forma de resolver el problema de las facciones sin restringir el debate interno. A nuestro entender, las corrientes de opinión deben ser espacios abiertos a la militancia y fluidos en su formación. Proponemos: -Reconocer y regular el funcionamiento de corrientes de opinión al interior del movimiento. -Fomentar el desarrollo de escuelas de formación, revistas y otros formatos que fomenten el desarrollo de capacidades críticas en la militancia. 7.- Autonomía financiera: Una organización revolucionaria debe apuntar a financiar su trabajo político-social no sólo con independencia del financiamiento privado y público, también debe avanzar en la construcción de capacidades financieras propias. A su vez, el desarrollo de una capacidad económica propia que permita desarrollar los objetivos trazados por la organización, debe avanzar en formas de producción económicas que tiendan hacia formas equitativas de relacionarnos. El desarrollo de una política de autonomía financiera debe precaverse de que la generación de finanzas no se traduzca en una reproducción de la lógica capitalista al interior de la organización. Una política de finanzas no debe convertir a la organización en una empresa y no debe permitir el enriquecimiento de algunos militantes. Proponemos: -Desarrollo de una campaña nacional de finanzas liderada por un equipo de finanzas. -Ejercicio efectivo del pago de una cuota militante. -Fomento al desarrollo de formas cooperativas entre la militancia tendientes a financiar la organización. -Desarrollo de sedes del movimiento que dentro de sus objetivos contempla el de contribuir a la generación de ingresos. -Articulación de una red de actividades económicas coordinadas a nivel nacional que permitan afrontar los gastos de las candidaturas parlamentarias. 8.- Internacionalismo: La refundación de un proyecto de izquierda radical requiere repensar para las condiciones del siglo XXI el desarrollo de una política latinoamericanista e internacionalista. Se requiere fomentar una política de análisis internacional y de relaciones internacionales con organizaciones sociales y políticas del continente y del mundo. Proponemos: -Desarrollo de una política de relaciones internacionales. -Apertura de un debate estratégico sobre análisis internacional y geopolítica. 9.- Articulación social amplia: En un contexto de agotamiento del modelo y desarticulación social, los autonomistas debemos propender al desarrollo de diversas formas de organización a nivel popular. De allí que se requiere una capacidad orgánica que conjugue incidencia en diversos ámbitos de la sociedad tales como el territorio, la lucha gremial, el mundo de la cultura, los medios de comunicación de masa, el campo intelectual, entre otros. Lo anterior supone renunciar a la búsqueda de actores o sectores estratégicos que en sí mismo resolverán el problema de la transformación social. Un movimiento popular y ciudadano con capacidad de construir trincheras en las diversas instituciones políticas, sociales y culturales que existen en la sociedad neoliberal.