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Pederastia exponencial Por: Yuriria Iturriaga La sodomización infantil –niños con niños– es un hecho tan antiguo y vigente como la humanidad y tan extendido como la superficie del planeta. La sodomización iniciática se practica aún hoy día en algunos grupos aborígenes de Oceanía o África y, sin mayores consecuencias morales, en algunas partes del Islam. En general, estas prácticas no tienen secuelas conflictivas en la personalidad ni en la elección sexual de los individuos que forman y reproducen estas sociedades. Y tal vez esto es así porque no participa el factor culpa en el descubrimiento del propio sexo. Todo lo contrario del sustento ideológico de la Iglesia católica, que ha puesto en los asuntos del sexo la infracción de mayor peso condenatorio. Peso del pecado que, por cierto, nunca ha tenido su reflejo en el peso de la ley, porque la Iglesia prefiere negar la condición humana de sus miembros, minimizando sus incursiones carnales y, con ello, influye en la inercia legislativa de las sociedades de mayoría católica, donde apenas se han empezado a tipificar y castigar los delitos de violación a cualquier edad y de abuso sexual a menores. Porque es en Occidente y en los sitios que invade, donde el sexo arrebatado a los más débiles trastorna de placer a una cada vez más numerosa población de adultos hombres, consumidores de turismo sexual en los países pobres y de pornografía internauta. La pregunta es: ¿por qué esta explosión demográfica de la pederastia? La tentación es responder, y a riesgo de herir la susceptibilidad de las víctimas de esta práctica, porque la pederastia es exponencial: cada niño abusado es, potencialmente, un pederasta que atacará a otros niños. En otras palabras, la reparación del daño a los hoy adultos que fueron víctimas en su infancia debería incluir tratamientos especiales, intensivos y exhaustivos para liberarlos de la culpa original y para que puedan orientar su sexualidad hacia relaciones maduras y felices hetero u homosexuales, en vez de vivir desgarradoramente una condición de delincuentes sexuales en potencia o reproduciendo el daño vivido en carne propia. Recuerdo a un amigo mío, felizmente casado, abusado por un profesor de un prestigiado colegio de esta ciudad, a causa del cual otro niño se aventó por una ventana del segundo piso. Me viene a la mente haber leído que Onésimo Cepeda dijo, a propósito de las primeras víctimas de curas pederastas que hicieron pública su experiencia: les debe haber gustado si tardaron tanto tiempo en denunciarlo y, al escuchar a Raúl y a Omar, los hijos de Marcial Maciel, pienso que la historia del tío de Maciel ha de ser tan verdadera como lo fue el conflicto de identidad sexual que tuvo Raúl cuando empezó a salir con su primera novia… Que el niño abusado supere el trauma o no lo resista y se mate, que lo goce y lo practique a su vez, encubierto por la institución eclesiástica, que reduzca su propia identidad a un conflicto insoluble o se defina felizmente en cualquier preferencia sexual madura, la pederastia culposa soterrada en el individuo, tiene carácter exponencial demográfico y alimenta delitos como la trata y explotación de niños en la pornografía y el turismo sexual, siendo un grave problema social que debe atacarse desde la raíz de nuestra cultura judeo-cristiana. La posición de la Iglesia-Fisgón Maciel: Impune hasta la eternidad Por: Rodrigo Vera MÉXICO, D.F., 7 de marzo (Proceso).- Medio siglo después de una primera investigación, el Vaticano entrevista a siete víctimas del pederasta Marcial Maciel. A la reunión privada, el cardenal Norberto Rivera “envío a un espía”, lo que desvanece aún más la esperanza de justicia, ya reducida porque Ratzinger –como en su momento lo hizo Juan Pablo II– encubrió al fundador de la Legión de Cristo antes de convertirse en Papa. Las personas abusadas sexualmente en las décadas de los cuarenta y los cincuenta demandan hoy que la orden “debe reestructurarse o extinguirse”. “Yo estoy aquí para recoger sus testimonios, pero solamente en calidad de oidor”, les advirtió el obispo Ricardo Watty a las siete personas que fueron abusadas sexualmente por el padre Marcial Maciel, y que había congregado frente a él. Las víctimas de Maciel se endurecieron y le externaron a Watty su escepticismo sobre las pesquisas que realiza por órdenes del Papa Benedicto XVI. Para dar su perdón, advirtieron, la Legión de Cristo –la congregación religiosa fundada por Maciel– necesita “reestructurarse o extinguirse”, no hay otra forma de reparar los daños. El pasado 20 de febrero, en la parroquia de El Altillo, en la Ciudad de México, las siete víctimas de Maciel expusieron durante casi cuatro horas su postura y plantearon sus demandas ante el obispo Watty, el visitador apostólico que les envió el Vaticano para recabar sus testimonios y elaborar después un informe sobre los Legionarios de Cristo. Para sorpresa de quienes fueron citados a declarar, en la reunión estuvo presente Carlos Briseño Arch, obispo auxiliar de la arquidiócesis de México y, por tanto, subalterno del arzobispo Norberto Rivera, quien siempre ha defendido a Marcial Maciel y ha denostado a sus víctimas. Alejandro Espinosa, uno de los agraviados por Maciel convocadas al encuentro, señala: “Monseñor Briseño fue el espía que nos envió el cardenal Rivera a esa reunión, en la que supuestamente no debía haber colados. Pero Briseño logró colarse y estuvo de mirón. Yo no le vi ninguna otra función. Quizá el cardenal se lo impuso a Watty, o bien, Watty se confabuló con el cardenal.” José Barba, otra de las víctimas ahí presentes, no oculta su desencanto: “No me agradó que asistiera Briseño, el obispo auxiliar del cardenal Rivera, porque el cardenal siempre defendió a Maciel y a nosotros nos ha denostado durante años. Norberto es un hombre indigno que tergiversó y silenció la verdad.” –¿Con la presencia de Briseño, se corre el riesgo de que las declaraciones de ustedes puedan tergiversarse ante el Vaticano? –Sí, hay posibilidad de que se tergiversen. Al comenzar la reunión, monseñor Watty nos explicó que Briseño estaba ahí para auxiliarlo. Ignoramos si, previamente, monseñor Briseño hizo un juramento de guardar secreto, porque debe haber cierta discrecionalidad en la ejecución de una visitación apostólica tan importante como ésta. Extracto del reportaje que se publica en la edición 1740 de la revista Proceso, ya en circulación. Legionarios-Helguera Escándalo por pederastia alcanza al hermano del Papa Benedicto XVI Por: Rodrigo Vera MÉXICO, DF, 5 de marzo (apro).- El escándalo por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes alemanes contra menores de edad ya alcanzó a George Ratzinger, hermano del Papa Benedicto XVI. Y es que entre 1964 y 1994, Ratzinger fue director musical de la Escuela del Coro de la Catedral de Ratisbona, al sur de Alemania, donde hoy se informó que hubo dos sacerdotes condenados judicialmente por pederastia y que puede haber más casos. Uno de estos sacerdotes fue llevado a prisión en 1971, cuando el hermano del Papa era director de la Escuela del Coro. El caso del otro sacerdote fue muy anterior, era un profesor de religión que en 1958 fue relevado de su puesto. El portavoz de la diócesis de Ratisbona, Clemens Neck, fue quien dio la información este viernes, y agregó que más víctimas de pederastia en esa escuela se están dirigiendo a la arquidiócesis para solicitar ayuda. Por su lado, George Ratzinger –de 86 años de edad– afirmó hoy mismo a Radio Baviera que él nunca tuvo conocimiento de casos de pederastia durante el tiempo que fungió como director musical de esa escuela. La diócesis de Ratisbona emprenderá una investigación sobre el caso, anunció Neck, y agregó que al obispado no le consta que actualmente sigan cometiéndose abusos en la escuela, pero consideró probable que algunos pederastas de la institución sigan en activo. El Vaticano aseguró hoy que toma “muy en serio” el problema de la pederastia sacerdotal en Alemania, que ha sumido a la Iglesia de ese país en una de sus peores crisis, ya que hasta el momento se han detectado 300 casos de ese tipo de abuso sexual. Ciro Benedettini, vicedirector de la sala de prensa del Vaticano, mencionó que la Curia Romana apoyará a todos los obispos alemanes que están atendiendo los casos de pederastia revelados en las últimas semanas. Por lo pronto, añadió, apoyarán la petición de la arquidiócesis de Munich para que se designe a un visitador apostólico que investigue los casos de pederastia que se han reportado en la abadía benedictina de Ettal, en Baviera. A fines de enero, el semanario Spiegel provocó un escándalo con la revelación de abusos cometidos en los años 70 y 80 en el prestigioso colegio jesuita Canisius, de la ciudad de Berlín. Tras estas revelaciones, las denuncias se multiplicaron y salieron a relucir casos que involucran a distintas congregaciones religiosas, como los salesianos, franciscanos o palotinos. Y se están documentando casos de pederastia en las regiones de Frankfurt, Augusta, Hildesheim, Essen, Bonn y Baviera. Ni siquiera se salva Munich, donde el Papa Benedicto XVI fue arzobispo en los setenta. Ahí, las autoridades civiles ya abrieron las primeras investigaciones, mientras la arquidiócesis del lugar prometió que habrá “tolerancia cero” hacia sus curas pederastas. El próximo 12 de marzo, Benedicto XVI recibirá en audiencia privada al presidente del episcopado alemán, Robert Zollitsch, para debatir las medidas a tomar ante esta grave crisis en la Iglesia alemana. Una joyita-Rocha Los derechos políticos a los clérigos Por: Arnaldo Córdova La iniciativa que Pablo Gómez, senador por el PRD, ha presentado para que sea derogado el inciso e) del artículo 130, que restringe la libertad de expresión y de asociación con fines políticos de los ministros de los cultos, es un remanente de una tradición de los comunistas mexicanos de los años setenta que inspiró y los llevó a aceptarla como bandera de lucha Gilberto Rincón Gallardo. Los argumentos que esgrime el senador en su iniciativa son exactamente los mismos que elaboró desde un principio Rincón Gallardo. Lo digo porque se los escuché desde que Arnoldo Martínez Verdugo me lo presentó en algún momento de 1973 o 1974. Estaba impresionado por los brotes de rebeldía que se estaban manifestando en la Iglesia católica desde el Concilio Vaticano Segundo y, en particular, de los partidarios de la teología de la liberación. Cuando se fundó el Partido Socialista Unificado de México, del que fue dirigente Pablo Gómez, ellos impusieron por una amplia mayoría esa demanda política, que persistió en la transformación del partido en Partido Mexicano Socialista. Cuando se organizó el Partido de la Revolución Democrática, los cardenistas, que eran una abrumadora mayoría, rechazaron la idea y jamás se volvió a hablar de ella, hasta ahora en que lo hace Pablo Gómez. Con posterioridad a la presentación de su iniciativa, Gómez ha abundado en sus razones y se pueden resumir en dos ideas muy generales: una, que como auténticos demócratas, no podemos negarle sus derechos políticos a ningún mexicano, sea cura o no; dos, que eso ya está en los regímenes constitucionales de todo el mundo. Esos argumentos yo se los oí a Rincón Gallardo. El verdadero Estado laico es aquél que, precisamente, resguarda y respeta los derechos, políticos y demás, de todo ciudadano. Parece contundente de verdad. Sobre todo, cuando se nos recuerda que somos de los muy pocos en el mundo que niegan esos derechos. No sé con qué propósito el antiguo militante comunista presentó esa iniciativa, pero que ha tenido un éxito arrollador en todos los sectores de derecha, en primer término, la jerarquía católica y los panistas reaccionarios, así como los neopriístas, como Beltrones que, al parecer, ya prometió su apoyo irrestricto al perredista, resulta más que evidente. Está claro que la iniciativa está en proceso de ser aprobada. En todo caso, los motivos de Gómez son irrelevantes. Importa más bien analizar sus argumentos. Hay que señalar, ante todo, que no todos los países que tienen mayorías católicas o cristianas se parecen entre sí. Italia y España, por ejemplo, soportan el dominio de sus iglesias porque desde un principio se les ha impuesto, en la primera por negociación y, en la segunda, por la violencia. En Estados Unidos hay un predominio protestante y su situación no es la nuestra (acaso peor, porque los protestantes fundamentalistas dominan su escenario político). En Francia, el país más laico del mundo y el que, en realidad, inventó el laicismo, la Iglesia no es un problema mayor. Sería de mal gusto recurrir a nuestra historia, ahora que está en desuso y hasta es fuente de descrédito ante los derechistas y sus acólitos, entre ellos ahora e inopinadamente Pablo Gómez, pero no hace falta. Según Gómez, el artículo sexto de la Constitución garantizaría a los curas su libertad de expresión en el lugar (los recintos eclesiásticos) o lo medios que fueren, pero el 130 es una antinomia frente a ese artículo porque se los prohíbe. También deberían gozar de la asociación política personal y libre. Eso, nos dice, está inscrito dentro de los derechos humanos. Que el ascendiente de los sacerdotes es un problema, bueno, pues los líderes sindicales también lo tienen, así como los altos funcionarios que manejan el erario. Y nadie les prohíbe nada. Se le olvida que, por lo menos en el caso de los funcionarios, para hacer política partidista deben renunciar a sus puestos previamente. Afirma también que la profesión (el sacerdocio es una profesión) no debe ser motivo para limitar los derechos y, además, muchos sacerdotes, sobre todo los de la alta jerarquía, no respetan el inciso e) del 130. Esto último es una hipocresía que debe ser superada a favor de la democracia. Reconoce que los sacerdotes se oponen por una tradición al aborto y a las uniones homosexuales, pero sugiere que hay que ver si ellos están de acuerdo en resolver el asunto en el terreno de la democracia. O el senador peca de tonto o nos quiere hacer pasar a todos por unos estúpidos. Parece que no escuchó al cardenal Rivera que nos vino a decir que la ley divina está por encima de las leyes del Estado. En nuestra doctrina constitucional, que es también y a pesar de todo, historia real y viviente, las limitaciones a los derechos políticos de los ministros de los cultos no son gratuitas ni fruto de un jacobinismo exacerbado. En todos los regímenes políticos regidos por el derecho se lucha por la igualdad de los contendientes políticos y se niega hasta donde se puede el dar ventajas incontestables a algunos de ellos. Los ministros de los cultos, ya lo he señalado, no son iguales a los demás y ello radica, precisamente, en su profesión. Esta consiste en predicar y dirigir las conciencias de sus fieles. Gómez dice que eso lo hacen también otros. Pero todos los que escoge no son líderes espirituales y ahí está la diferencia. Esa misma profesión es una razón poderosísima para apartar a los ministros de los cultos de la política. Hasta el Código Canónico lo establece con toda claridad, el que es obvio que Gómez no conoce. Las razones de la ley canónica son clarísimas en su texto: la política no es asunto de la Iglesia, sino la conducción de sus fieles, la pastoral espiritual que, por supuesto, tiene que ver con su vida cotidiana, pero que es, ante todo, religiosa. Es con esa base que los clérigos no pueden aceptar cosas como el aborto o el homosexualismo. Y se comprende, pero que se lo dejen para ellos. La Iglesia no puede pretender imponer sus creencias a los demás y que éstos lo acepten sin más ni más. Gómez debe estar soñando si piensa que el clero aceptaría el debate democrático sobre esas cuestiones. El clero no discute, sólo condena al infierno si alguien se le opone. Alejandro Encinas, con gran tino, ha recordado un argumento que era típico de los liberales del siglo XIX y luego de los priístas todavía fieles a las tradiciones de la Revolución Mexicana, hoy muerta para todos: si los sacerdotes y sus jerarcas se declaran abiertamente súbditos del jefe de un Estado extranjero, el Vaticano (que es, además, monárquico medieval y para nada laico), ¿cómo es que nos están reclamando derechos políticos para ellos, iguales a los de todos los ciudadanos mexicanos? Sería buen principio (sólo en apariencia, visto que son unos reaccionarios enemigos del progreso del país) que renunciaran a ese sometimiento, aunque no bastaría, si se atiende a lo que antes se ha señalado. Guarderías subrogadas-Fisgón Protestan frente a la Catedral por la doble moral de la Iglesia Al festejar el día familiar, reprochan a Rivera su silencio ante los abusos de Maciel ¡Que viva la familia!, responde el cardenal ante manifestantes defensores del Estado laico En el festival por el Día de la Familia, celebrado en la Catedral, el cardenal Norberto Rivera fue increpado por un grupo de defensores del Estado laico, quienes desde la calle le reprocharon la doble moral con la que se conducen los jerarcas de la Iglesia católica y el silencio que el prelado ha mantenido ante la revelación de los abusos sexuales cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. Como cada primer domingo de mes, frente a la Catedral un grupo de personas –que ha negado pertenecer a alguna agrupación política– se manifestó contra la intervención de los religiosos en las políticas públicas. En esta ocasión, a unos metros también lo hizo una docena de jóvenes, quienes al grito de ¡Viva Cristo rey! y ¡Un hombre más una mujer igual a una familia!, manifestaron su respaldo a Rivera Carrera por la defensa que ha hecho de ese núcleo y del matrimonio. Al concluir la misa y ante un fuerte dispositivo de la Policía Federal, el cardenal salió al patio lateral del templo para unirse a los festejos organizados por la Unión de Voluntades y ofrecer un breve mensaje, lo que fue aprovechado por los manifestantes para gritarle que el Vaticano es una cueva de lobos que devora a sus propios corderos, y demandar juicio a los padres violadores y a sus encubridores. Vida, familia y niños Cuando en su discurso el arzobispo defendía el matrimonio, como núcleo de la familia, los organizadores subieron el volumen para tratar de acallar a los manifestantes, pero los gritos cobraron más fuerza. Del lado de los manifestantes se escuchaba: el caso Maciel no debe quedar impune y el cardenal defendió por mucho tiempo a ese pederasta y ahora qué vemos, que también abusó de sus hijos. En respuesta el grupo de jóvenes que acudió en apoyo del cardenal respondía con aplausos y vivas a la familia. Ante los reclamos, el cardenal cerró su intervención diciendo “la responsabilidad que tenemos en familia de educar, la responsabilidad de los padres no es una responsabilidad de la Iglesia ni es una responsabilidad del Estado. Es primariamente una vocación y una responsabilidad de los padres de familia. Ojalá y que siempre, a pesar del griterío, tengamos conciencia de los valores de la familia. ¡Que viva la familia!, concluyó y se retiró custodiado por agentes de seguridad, vestidos de civil. Con su partida también se fueron los manifestantes. A unos días de la entrada en vigor en el Distrito Federal de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, en su homilía Norberto Rivera llamó a su feligresía a no seguir indiferente ante los frutos malos: tenemos que cambiar. No podemos seguir confundiendo la libertad con el libertinaje. No nos dejemos desanimar por el aparente triunfo del mal, de los antivalores, de la visión individualista de la familia, en una sociedad que deja de apoyar las verdaderas necesidades de los hogares, para perderse en las hojas que hacen menos humana nuestra sociedad, con modas y con leyes que van primero en contra de la vida, luego en contra del matrimonio, finalmente en contra de los derechos de los niños. Por: Gabriel León Zaragoza Periódico La Jornada Lunes 8 de marzo de 2010, p. 42 http://www.machetearte.com/ http://www.sectas.org/ http://www.pepe-rodriguez.com/ http://www.lydiacacho.net/ http://www.complot-contra-iglesia.blogspot.com/ Boligán: El silencio de los inocentes