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PF C_6º
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CAPITULO 6º: HORMONAS Y SEXO
Las hormonas influyen sobre el sexo de dos maneras: a través de la influencia
sobre el desarrollo y al activar el comportamiento relacionado con la reproducción
de adultos maduros sexualmente.
La actitud de “los hombres son hombres” y “las mujeres son mujeres”.
Desgraciadamente es completamente errónea.
Esta actitud consiste en la tendencia a considerar la masculinidad y la feminidad
como categorías discretas, mutuamente excluyentes y complementarias.
1. EL SISTEMA NEUROENDOCRINO.
1.1
Glándulas.
Existen dos tipos de glándulas, las exocrinas y las endocrinas.
Las glándulas exocrinas liberan sus sustancias químicas en conductos que los llevan
hasta su blanco de acción, en su mayoría sobre la superficie del cuerpo.
Las glándulas endocrinas liberan sus sustancias químicas, que son hormonas,
directamente al sistema circulatorio.
Una vez liberada la hormona es transportada por el sistema circulatorio hasta
alcanzar el objetivo sobre el que ejerce su efecto.
Por convención, solo se definen como glándulas endocrinas aquellos órganos cuya
función principal es la de liberar hormonas. Aunque también otros órganos liberan
hormonas al sistema circulatorio, y por tanto también forman parte del sistema
endocrino.
1.2
Hormonas.
La mayoría de las hormonas entran dentro de una de las tres categorías siguientes:
- derivados de aminoácidos,
- péptidos y proteínas, y
- esteroides.
Las hormonas derivadas de aminoácidos son hormonas sintetizadas en unos
cuantos pasos sencillos a partir de una molécula de aminoácido.
Las hormonas peptídicas y las proteínicas son cadenas de aminoácidos, las
peptídicas son cadenas cortas y las proteínicas son cadenas largas.
Las hormonas esteroides son hormonas sintetizadas a partir del colesterol, un tipo
de molécula grasa.
Son las hormonas esteroides las que desempeñan el papel fundamental en el
desarrollo sexual y del comportamiento, y por tanto son las hormonas esteroides
sobre las que nos vamos a centrar.
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La mayoría de las otras hormonas ejercen sus efectos únicamente al unirse a
receptores en las membranas celulares. Los esteroides también pueden ejercer su
acción de esta manera, pero, dado que son moléculas pequeñas y solubles en grasas,
atraviesan fácilmente las membranas celulares. Una vez en el interior celular,
pueden unirse a receptores en el citoplasma o el núcleo, e influir sobre la expresión
genética.
Las hormonas esteroides ejercen una acción particularmente variada y de larga
duración sobre la función celular.
1.3
Gónadas.
Las gónadas, los testículos masculinos y los ovarios femeninos, constituyen la parte
central de cualquier estudio acerca de las hormonas y el sexo.
La principal función de los testículos y de los ovarios es la producción de esperma y
óvulos. Tras la cópula una única célula espermática puede combinarse con un óvulo
para formar una célula, llamada cigoto, que contiene toda la información necesaria
para el desarrollo normal de un organismo adulto completo en su ambiente natural.
Con la excepción del óvulo y las células espermáticas, cada célula del organismo
humano tiene 23 pares de cromosomas. El óvulo y las células espermáticas
contienen sólo la mitad. Por tanto, cuando u espermatozoide fertiliza a un óvulo, el
cigoto resultante acaba poseyendo el conjunto completo de 23 pares de
cromosomas, la mitad del padre y la mitad de la madre.
Resulta de especial interés, el par de cromosomas conocido como cromosomas
sexuales, porque contienen el programa genético que dirige el desarrollo sexual.
Las células de las hembras contienen dos grandes cromosomas X, y en los varones
uno es X y el otro un pequeño cromosoma X llamado Y.
El cromosoma sexual de cada óvulo es un cromosoma X, mientras que la mitad de
las células espermáticas llevan uno X y la otra mitad Y.
1.4
Esteroides sexuales.
Las gónadas hacen más que generar esperma y óvulos, también producen y liberan
hormonas.
Los testículos y los ovarios liberan las mismas hormonas. Las dos principales clases
de hormonas gonadales son los andrógenos y los estrógenos.
La testosterona es el andrógeno más común, y el estradiol es el estrógeno más
común.
El hecho de que los ovarios tienden a liberar más estrógenos que andrógenos y que
los testículos liberan más andrógenos que estrógenos ha llevado a la práctica
común, pero engañosa, de considerar los andrógenos como las hormonas sexuales
masculinas y los estrógenos las femeninas, pero no es así.
Los ovarios y los testículos también liberan un tipo de hormonas llamadas
progestinas. La más común es la progesterona, que en las hembras prepara el útero
y las mamas para el embarazo. Su papel en los varones no está claro.
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La principal función de la corteza adrenal, la capa externa de la glándula adrenal,
es la regulación de los niveles de glucosa y de sal en sangre, pero además de sus
principales hormonas esteroides, libera en pequeñas cantidades todos los
esteroides sexuales liberados por las gónadas.
1.5
Hormonas de la pituitaria.
La glándula pituitaria o hipófisis se conoce a menudo como la glándula maestra,
porque la mayor parte de sus hormonas son hormonas trópicas.
Estas son hormonas cuya función principal es influir sobre la liberación de
hormonas por parte de otras glándulas.
La glándula pituitaria consta en realidad de dos glándulas, la pituitaria posterior y
la anterior, que se fusionan en el transcurso del desarrollo embriológico.
La pituitaria posterior se desarrolla a partir de una pequeña excrecencia de tejido
hipotalámico que cuelga del hipotálamo en el extremo del tallo pituitario.
La pituitaria anterior o adenohipófisis, que comienza formando parte del mismo
tejido embrionario que evoluciona hacia el velo del paladar, se descuelga durante el
desarrollo y migra hacia su posición junto a la pituitaria posterior.
Es la pituitaria anterior la que libera las hormonas trópicas, así que es esta en
realidad la glándula principal.
1.6
Los niveles de las hormonas gonadales femeninas son cíclicos; los
niveles de las hormonas gonadales masculinas son estables.
La diferencia principal entre la función endocrina en mujeres y hombres es que en
las mujeres los niveles de hormonas gonadales y gonadotrópicas atraviesan un ciclo
que se repite más o menos cada 28 días. Son estas fluctuaciones hormonales las
que controlan el ciclo menstrual femenino. Por el contrario, los varones son
criaturas monótonas, desde un punto de vista neuroendocrino. Los niveles de sus
hormonas gonadales y gonadotrópicas cambian poco día a día.
Debido a que la pituitaria anterior es la glándula maestra, muchos investigadores
dieron por cierto que la base de la diferencia entre los patrones de liberación
hormonal gonadotrópica y gonadal estribaba en una diferencia inherente entre la
pituitaria anterior masculina y femenina.
Pero, esta hipótesis fue desechada por una serie de interesantes estudios sobre
transplantes en la década de 1950.
Lo que estos estudios demostraron fue que la pituitaria anterior no es
inherentemente femenina o masculina. Sus patrones de liberación hormonal están
regulados por otras zonas del cuerpo.
1.7
Control nervioso de la pituitaria.
El sistema nervioso fue relacionado con el control de la pituitaria anterior tras los
estudios sobre el comportamiento en pájaros y otros animales que crían durante
una época determinada del año.
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De alguna forma, la entrada de señales visuales al sistema nervioso controla la
liberación de hormonas trópicas desde la pituitaria anterior.
La búsqueda de la estructura neurológica concreta que controla la pituitaria
anterior se dirigió hacia el hipotálamo.
La estimulación del hipotálamo y estudios sobre lesiones establecieron
rápidamente que el hipotálamo regula la pituitaria anterior, pero la forma en que lo
hace siguió siendo un misterio.
La pituitaria anterior no recibe señales nerviosas del hipotálamo ni de cualquier
otra estructura neurológica.
1.8
Control de la pituitaria anterior y posterior por parte del
hipotálamo.
Existen dos mecanismos distintos por los que el hipotálamo controla la pituitaria:
uno para la pituitaria posterior y otro para la anterior.
Las dos hormonas principales de la pituitaria posterior, la vasopresina y la
oxitocina, son hormonas peptídicas sintetizadas en los corpúsculos celulares de las
neuronas del núcleo paraventricular y del núcleo supraóptico del hipotálamo.
Seguidamente, son transportadas por os axones de estas neuronas hacia sus
terminales en la pituitaria posterior, donde son almacenas hasta que la llegada de
un potencial de acción provoca su liberación al torrente sanguíneo.
Las neuronas que liberan hormonas al sistema circulatorio general se conocen como
células neurosecretoras.
La oxitocina estimula las contracciones uterinas durante el parto y la expulsión de
leche durante la succión. La vasopresina facilita la reabsorción de agua por parte
de los riñones.
Los medios por los cuales el hipotálamo controla la liberación de hormonas desde la
pituitaria anterior, carente de neuronas, fueron más difíciles de explicar.
Harris sugirió que esta liberación hormonal está regulada a su vez por hormonas
liberadas del hipotálamo. Dos hallazgos apoyaron esta teoría. El primero fue el
descubrimiento de una red vascular, el sistema portal hipotalamopituitario, que
era capaz de transportar hormonas desde el hipotálamo a la pituitaria anterior.
El segundo hallazgo fue el descubrimiento de que al cortar las venas portales del
tallo pituitario se interrumpe la liberación de hormonas hasta que el daño sea
reparado.
1.9
Descubrimiento de las hormonas hipotalámicas liberadoras de
hormonas.
Se pensó que la liberación de cada hormona de la pituitaria anterior está
controlada por una hormona hipotalámica diferente. Las supuestas hormonas
hipotalámicas putativas (hipotéticas) se llamaron factores de liberación. Aquellas
que se pensaba que inhibían la liberación de las hormonas de la pituitaria anterior
se llamaron factores de inhibición.
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Guilleman y sus colaboradores aislaron la hormona liberadora de tirotropina del
hipotálamo de oveja, y Schally y sus colaboradores aislaron la misma hormona del
hipotálamo del cerdo. La hormona liberadora de tirotropina desencadena la
liberación de tirotropina desde la pituitaria anterior, lo que a su vez estimula la
liberación de hormonas desde la glándula tiroides.
Es difícil apreciar el esfuerzo llevado a cabo para aislar la hormona liberadora de
tirotropina.
¿Por qué se dedicaron dos equipos de investigación durante más de una década a
acumular una cantidad mínima de hormona liberadora de tirotropina?. La razón es
que eso permitió tanto a Guilleman como a Schally determinar la composición
química de la hormona liberadora de tirotropina y desarrollar métodos para
sintetizar mayores cantidades de la hormona para usos clínico y de investigación.
El aislamiento de la hormona liberadora de tirotropina por parte de Schally y de
Guilleman confirmó que las hormonas liberadoras hipotalámicas controlan la
liberación hormonal desde la pituitaria anterior y proporcionan así un mayor
estímulo para el aislamiento y la síntesis de otras hormonas liberadoras.
El aislamiento de la hormona liberadora de gonadotropina, fue de especial
relevancia para el estudio de las hormonas sexuales. Esta hormona liberadora
estimula la liberación de las dos gonadotropinas de la pituitaria anterior: la
hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteizante (LH). Todas las
hormonas liberadoras, la igual que todas las hormonas trópicas, han resultado ser
péptidos.
1.10
Retroalimentación en el sistema neuroendocrino.
El hipotálamo controla la pituitaria anterior, y la pituitaria anterior, controla a su
vez a otras glándulas endocrinas. Pero la regulación neuroendocrina no es una vía de
una sola dirección.
La mayor parte de la retroalimentación en el sistema neuroendocrino es una
retroalimentación negativa, cuya función es el mantenimiento de la estabilidad..
Aunque la retroalimentación negativa es la regla del sistema neuroendocrino,
también puede tener lugar la retroalimentación positiva.
Se ha sugerido que el paso de una retroalimentación negativa a una positiva podría
ser el factor clave del incremento del nivel sanguíneo de progesterona y estradiol
en las hembras, que es el responsable de la puesta en marcha de la ovulación.
Se ha propuesto un mecanismo similar para explicar la aparición de las hormonas
gonadales que tiene lugar tanto en machos como en hembras durante la pubertad.
1.11
Liberación hormonal pulsátil.
Las hormonas suelen ser liberadas por pulsos, varias veces al día y en grandes picos
que no suelen durar más que unos pocos minutos.
Los niveles hormonales en sangre son regulados por cambios de la frecuencia y la
duración de los pulsos hormonales. Una consecuencia de la liberación hormonal
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pulsátil es que a menudo hay grandes fluctuaciones minuto a minuto en los niveles
hormonales circundantes.
1.12
Modelo resumen de la regulación endocrina gonadal.
Un modelo resumido de la regulación de las hormonas gonadales es que según este
modelo el cerebro controla la liberación de la hormona liberadora de gonadotropina
desde el hipotálamo hacia el sistema portal hipotalamopituitario, que la conduce a
la pituitaria anterior.
En ella, la hormona liberadora de gonadotropina estimula la liberación de
gonadotropinas, que son conducidas a las gónadas por el sistema circulatorio. En
respuesta a las gonadotropinas, las gónadas liberan andrógenos, estrógenos y
progestinas, que ejercen un efecto de retroalimentación sobre el hipotálamo y la
pituitaria con el fin de regular subsiguientes liberaciones hormonales gonadales.
2. HORMONAS Y DESARROLLO SEXUAL.
La diferenciación sexual en los mamíferos empieza en el momento de la
fertilización, con la producción de uno de los dos tipos diferentes de cigotos: con
un par de cromosomas sexuales XX o con un par XY.
No hay que empezar por asumir el hecho de que existen dos programas genéticos
paralelos de desarrollo sexual, uno del desarrollo femenino y otro del masculino.
Estamos genéticamente programados para desarrollar cuerpos femeninos. Los
varones genéticos desarrollan cuerpos masculinos únicamente porque su programa
de desarrollo fundamental, femenino, resulta anulado.
2.1
Las hormonas fetales y el desarrollo de órganos reproductores.
Gónadas.
A las seis semanas después de la fertilización aparecen las gónadas, es en este
estadio del desarrollo donde cada feto, independientemente de su sexo genético,
presenta el mismo par de estructuras llamadas gónadas primordiales.
Cada gónada primordial presenta una cubierta externa o corteza, que tiene la
capacidad de desarrollarse en un ovario, y un núcleo interno o médula, que tiene la
capacidad de desarrollarse en un testículo.
Seis semanas después de la concepción, el cromosoma Y de los varones
desencadena la síntesis del antígeno H-Y y esta proteína provoca el crecimiento de
la médula de cada gónada primordial para que se desarrolle y forme un testículo.
No existe una contrapartida femenina al antígeno H-Y. En ausencia del antígeno
H-Y, las células corticales de las gónadas primordiales se desarrollan
automáticamente y forman ovarios.
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Conductos reproductores internos.
Seis semanas después de la fertilización, tanto los varones como las hembras
presentan dos juegos completos de conductos reproductores. Tienen un sistema
de Wolff masculino, con capacidad para desarrollarse y formar conductos
reproductores masculinos, y también un sistema de Müller femenino, que presenta
la capacidad para desarrollarse y convertirse en conductos femeninos.
Durante el tercer mes de desarrollo masculino o femenino, los testículos segregan
testosterona u una sustancia inhibitoria del conducto de Müller.
La testosterona estimula el desarrollo del sistema de Wolf y la sustancia
inhibidora del conducto de Müller provoca la degeneración del sistema de Müller y
el descenso de los testículos hasta el escroto. Dado que es la testosterona, y no los
cromosomas sexuales, lo que dispara el desarrollo del conducto de Wolf, las
hembras genéticas inyectadas con testosterona durante el período fetal adecuado
desarrollan conductos reproductores masculinos junto con los femeninos.
La diferenciación de los conductos internos del sistema reproductor femenino no
está bajo el control de las hormonas ováricas.
El desarrollo del sistema de Müller tiene lugar en cualquier feto no expuesto a
testosterona durante el período fetal crítico.
La ovariectomía es la extirpación de los ovarios, y la orquidectomía la de los
testículos.
La gonadectomía o castración, es la extirpación quirúrgica de las gónadas, ya sean
ovarios o testículos.
Órganos reproductores externos.
Existe una diferencia básica entre la diferenciación de los órganos reproductores
externos y la diferenciación de los órganos reproductores internos.
Todo feto normal desarrolla por separado precursores para las gónadas masculina
(médula) y femenina (corteza) y para los conductos reproductores masculino y
femenino. Los genitales masculino y femenino se desarrollan a partir del mismo
precursor.
En el transcurso del segundo mes de gestación, el precursor bipotencial de los
órganos reproductores externos consta de cuatro partes; el glande, los pliegues
uretrales, los cuerpos laterales y los abultamientos labioescrotales.
Entonces empieza la diferenciación.
El glande crece hasta formar la cabeza del pene en levaron o el clítoris en la
hembra. Los pliegues uretrales se fusionan en el varón o se alargan hasta
convertirse en los labios menores en la hembra. Los cuerpos laterales forman el
tallo del pene en los varones o la caperuza del clítoris en las hembras, y los
abultamientos labioescrotales forman el escroto en los varones o los labios
mayores en las hembras.
El desarrollo de los genitales externos está controlado por la presencia o la
ausencia de testosterona. Si la testosterona está presente en el momento
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adecuado del desarrollo fetal, se desarrollan genitales externos masculinos a
partir del precursor bipotencial. Si la testosterona no está presente, se
desarrollan genitales externos femeninos.
2.2
Desarrollo de diferencias sexuales en el cerebro.
Los cerebros femenino y masculino son similares, pero no idénticos. Los cerebros
masculinos tienden a ser un 15% más grandes que los femeninos. Se ha
documentado una serie de diferencias anatómicas más sutiles.
La tomografía de emisión de positrones (PET) ha puesto de manifiesto diferencias
sexuales en la función cerebral.
Posiblemente, algunas de estas diferencias estén relacionadas con diferencias en la
función cognitiva y emocional.
LA mayoría de nuestros conocimientos actuales sobre la diferenciación sexual del
cerebro humano viene de experimentos realizados con ratas.
Así es fácil estudiar los efectos que ejercen las hormonas sobre el desarrollo
cerebral sin peligro de confundirnos con los efectos sobre el desarrollo genital.
Andrógenos perinatales y diferenciación cerebral.
La mayoría de los primeros estudios acerca del desarrollo de las diferencias
sexuales se centraron en los factores que controlan el desarrollo de los patrones
de liberación, estable y cíclico, de las gonadotropinas en varones y hembras,
respectivamente.
Los primeros experimentos fueron por Pfeiffer en 1936.
Observó que la gonadectomía de las ratas neonatales de cualquiera de los sexos
genéticos las convertía en adultos con patrones cíclicos femeninos en cuanto a la
liberación de gonadotropinas. El transplante de testículos en ratas neonatales
femeninas, gonadectomizadas o intactas, las convertía en adultos machos en cuanto
al patrón de liberación de gonadotropinas. El transplante de ovarios no ejerció
ningún efecto sobre el patrón de liberación hormonal. Concluyo que el patrón cíclico
femenino de liberación de gonadotropinas es el que se desarrolla, a no ser que este
patrón preprogramado sea anulado por la testosterona durante el desarrollo
perinatal.
Concluyó erróneamente que la presencia o ausencia de hormonas testiculares en las
ratas neonatales influye sobre el desarrollo dela pituitaria, porque no sabía que la
liberación de gonadotropinas desde la pituitaria anterior está controlada por el
hipotálamo.
Varias otras diferencias entre los cerebros masculino y femenino están bajo
control hormonal parecido. La presencia de testosterona perinatal lleva al
desarrollo de un cerebro de características masculinas, independientemente del
sexo genético.
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Aromatización y diferenciación cerebral.
Todas las hormonas gonadales y adrenales sexuales son hormonas esteroides,
derivadas del colesterol.
Presentan estructuras similares, se convierten rápidamente unas en otras. Existen
pruebas de que la aromatización constituye un paso crítico en el proceso de
masculinización del cerebro por la acción de la testosterona en algunas especies.
Según esta teoría, la testosterona perinatal no masculiniza directamente el
cerebro. El cerebro se masculiniza por la acción del estradiol, que ha sido
aromatizado a partir de la testosterona masculina.
¿Cómo pueden las hembras genéticas de especies, cuyos cerebros pueden ser
masculinizados por el estradiol, evitar ser masculinizadas por el estradiol materno
que circula en la sangre fetal?.
En la rata, la respuesta es la alfa fetoproteína, esta está presente en la sangre de
las ratas durante el período perinatal, y desactiva el estradiol circulante por medio
de uniones con el mismo. Así, ¿de qué manera masculiniza el estradiol de los fetos
masculinos en presencia de los efectos desactivadores de la alfa fetoproteína?.
La testosterona es inmune a la alfa fetoproteína, puede ser transportada desde los
testículos al cerebro, donde entra en las células para convertirse en estradiol. El
estradiol no se descompone en el cerebro porque la alfa fetoproteína no atraviesa
la barrera hematoencefálica con facilidad.
En los seres humanos, los fetos femeninos están protegidos contra los efectos
masculinizantes de los estrógenos maternos por la barrera placentaria. Esta
barrera no resulta tan eficaz contra los estrógenos sintéticos, como el
dietilstilbestrol, como resultado la descendencia femenina de madres expuestas a
estrógenos sintéticos durante el embarazo muestra múltiples características
masculinas.
2.3
Hormonas perinatales y desarrollo del comportamiento.
Las hormonas perinatales afectan al desarrollo del cerebro, no debería
sorprendernos que también influyan sobre el desarrollo del comportamiento.
Phoenix y sus colaboradores fueron los primeros en demostrar que la inyección
perinatal de testosterona masculiniza y desfeminiza el comportamiento copulatorio
de un adulto genéticamente femenino.
En un estudio complementario al de este autor, Grady, Phoenix y Young vieron que
la ausencia de una exposición temprana de ratas macho a testosterona
desmasculiniza y feminiza su comportamiento copulatorio adulto.
La aromatización de la testosterona y su conversión en estradiol parece ser
importante tanto para la desfeminización como para la masculinización del
comportamiento copulatorio de los roedores.
La mayor parte de la investigación sobre las hormonas y el desarrollo de l
comportamiento se ha centrado en la cópula misma. Sabemos relativamente poco
acerca del papel de las hormonas en el desarrollo de comportamientos proceptivos
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y en el desarrollo de comportamientos relacionados con el género que no están
directamente vinculados a la reproducción.
Al pensar en las hormonas y el comportamiento, es importante recordar que los
efectos feminizantes y desmaculinizantes no van siempre juntos, al igual que los
efectos desfeminizantes y masculinizantes.
Los tratamientos hormonales pueden aumentar o alterar el comportamiento
femenino sin alterar el comportamiento masculino y viceversa.
2.4
Pubertad, hormonas y desarrollo de las características sexuales
secundarias.
A lo largo de la niñez, los niveles circulantes de las hormonas gonadales son bajos,
los órganos reproductores son inmaduros y los varones y las hembras difieren poco
en su apariencia general.
Este período finaliza de golpe en la pubertad, el período de transición entre la
niñez y la madurez, durante la cual se alcanza el estado de fertilidad, el estirón del
adolescente y el desarrollo de las características sexuales secundarias.
Las características sexuales secundarias son aquellos aspectos que distinguen a
los hombres sexualmente maduros de las mujeres.
La pubertad se asocia con un aumento de la liberación hormonal por parte de la
pituitaria anterior. El aumento en la liberación de la hormona de crecimiento, la
única hormona de la pituitaria anterior que no tiene como diana principal una
glándula endocrina, actúa directamente sobre el hueso y el tejido muscular y
produce el estirón del crecimiento corporal.
Los incrementos en la liberación de la hormona gonadotrópica y la
adrenocorticotrópica provocan la liberación de las hormonas gonadales y adrenales,
las cuales a su vez inician la maduración de los genitales y el desarrollo de los
caracteres sexuales secundarios.
El principio general es simple: en los varones púberes, los niveles de andrógenos son
más elevados que los de estrógenos, lo que resulta en una masculinización. En las
hembras púberes, predominan los estrógenos y el resultado es una feminización.
Incluso durante la pubertad, el concepto de los hombres son hombres y las
mujeres son mujeres se tambalea.
La androstendiona es una andrógeno liberado principalmente por la corteza
adrenal, normalmente responsable del crecimiento del vello púbico y del de las
axilas en las mujeres. Es difícil considerar los andrógenos como hormonas
masculinas cuando una de ellas es responsable del crecimiento del vello púbico
femenino. El aspecto masculino es piramidal y el femenino es el de una pirámide
invertida.
2.5
Tres casos de desarrollo sexual humano excepcional.
Veremos tres excepciones:
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CASO 1. Síndrome de la insensibilidad androgénica: El caso de Anne S.
Todos los síntomas vienen del hecho de que su cuerpo carece de la
capacidad para responder ante los andrógenos. Al parecer, en ausencia de
los efectos masculinizantes de los andrógenos, los niños que parecen
hembras son criados como hembras y acaban pensando y actuando como
hembras, aunque genéticamente sena varones.
CASO 2. Síndrome adrenogenital. Es un trastorno del desarrollo sexual
provocado por una hiperplasia adrenal congénita, una deficiencia congénita
de la liberación de la hormona cortisol por parte de la corteza adrenal, lo
que da como resultado una hiperactividad adrenal compensatoria y un
exceso de liberación de andrógenos adrenales. Esto tiene poco efecto en el
desarrollo de varones, pero no en el de las hembras genéticas. Estas suelen
nacer con un clítoris agrandado y los labios especialmente fusionados, sus
conductos internos suelen ser normales. Si este síndrome se diagnostica en
el momento del nacimiento de la niña, las anormalidades de los genitales
externos pueden ser corregidas por medio de cirugía y cortisol. Tras el
tratamiento precoz, las hembras crecen físicamente normales, salvo por el
hecho de que la llegada de la menstruación suele producirse más tarde de lo
normal.
CASO 3. Reasignación del sexo de un gemelo con ablación del pene. Uno de
los casos más famosos publicados sobre el desarrollo sexual es el de un
gemelo idéntico varón cuyo pene fue accidentalmente destruido durante una
circuncisión a la edad de 7 meses. Al no existir ninguna manera de
reemplazar el pene, Money recomendó la castración del niño, que se le
creara una vagina artificial y que fuese criado como niña y que se le
administraran estrógenos al llegar a la pubertad. Así fue. La disponibilidad
de un sujeto de control genéticamente idéntico, el hermano gemelo,
aumentó el interés del caso.
Según Money, el desenlace de este caso cae claramente del lado de la teoría
del aprendizaje social de la identidad sexual. Money informó que cuando el
paciente tenía 12 años, que ella se había desarrollado como una hembra
normal, con lo cual se confirmaba su predicción. Sin embargo, un seguimiento
a largo plazo publicado por varios expertos independientes de los que habían
prescrito el tratamiento, cuentan una historia diferente. Aparentemente, el
órgano que determina el curso del desarrollo psicológico es el cerebro y no
los genitales.
3. EFECTOS DE LAS HORMONAS GONADALES SOBRE LOS ADULTOS.
Una vez que el individuo ha alcanzado la madurez sexual, las hormonas gonadales
empiezan a desempeñar un papel en la activación del comportamiento reproductor.
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3.1
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El comportamiento masculino relacionado con la reproducción y la
testosterona.
El importante papel que desempeñan las hormonas gonadales en la activación del
comportamiento sexual masculino ha sido claramente probado por los efectos
asexualizantes de la orquidectomía.
Se pueden extraer dos generalizaciones importantes del estudio de Bremer. La
primera es que la orquidectomía conduce a la reducción del interés y del
comportamiento sexual. La segunda es que el ritmo u grado de pérdida es variable.
¿Por qué algunos hombres permanecen sexualmente activos durante meses tras una
orquidectomía, a pesar del hecho de que las hormonas testiculares son eliminadas
de su organismo en cuestión de días?. Se ha sugerido que los andrógenos adrenales
pueden tener algún papel en el mantenimiento de la actividad sexual de algunos
hombres castrados, pero no existe una prueba directa.
La orquidectomía retira de un solo tajo un par de glándulas que liberan muchas
hormonas. Como la testosterona es la principal hormona testicular, los principales
síntomas de la orquidectomía se han atribuido generalmente a la pérdida de
testosterona. Los efectos terapéuticos de las inyecciones de sustitución de
testosterona han confirmado esta suposición.
La testosterona, sin embargo, no elimina la esterilidad de los varones carentes de
testículos funcionales.
El hecho de que la testosterona sea necesaria para el comportamiento sexual
masculino ha llevado a dos suposiciones: primero, que el nivel de la sexualidad
masculina es función de la cantidad de testosterona en sangre, y segundo, que el
impulso sexual de un hombre puede aumentar si se aumentan sus niveles de
testosterona.
Ambas suposiciones son incorrectas.
El impulso sexual y los niveles de testosterona no están correlacionados en
hombres sanos, y las inyecciones de testosterona no aumentan su impulso sexual.
Parece ser que los hombres sanos tienen mucha más testosterona de la necesaria
para activar los circuitos nerviosos que provocan su comportamiento sexual. En lo
que se refiere a los efectos de la testosterona sobre el comportamiento sexual,
más no significa necesariamente mejor.
La dihidrotestosterona, andrógeno no aromatizable, ha sido incapaz de reactivar el
comportamiento copulador de ratas macho castradas.
Sin embargo, la dihidrotestosterona se ha mostrado eficaz para activar el
comportamiento sexual en primates orquidectomizados.
3.2
El comportamiento femenino relacionado con la reproducción y las
hormonas gonadales.
Las ratas y conejillos de Indias hembras sexualmente maduras muestran ciclos de
4 días de liberación hormonal. Hay un incremento gradual en la secreción de
estrógenos en desarrollo en el transcurso de los dos días anteriores a la ovulación,
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seguido de un repentino aumento en el nivel de progesterona al desprenderse el
óvulo.
Estos picos de estrógeno y de progesterona inician el estro, un período de 12 a 18
horas durante las cuales la hembra es fértil, receptiva, proceptiva y sexualmente
atractiva.
La estrecha relación entre el ciclo de liberación hormonal y el ciclo del estro, ciclo
de la receptividad sexual, en hembras de ratas, conejillos de Indias y muchos otros
mamíferos, sugiere que el comportamiento sexual femenino está bajo control
hormonal. Los efectos de la ovariectomía confirman esta conclusión.
Las mujeres no se parecen en nada a las hembras de las ratas en lo referente al
control hormonal de su comportamiento sexual.
La principal consecuencia de la ovariectomía, además de la esterilidad, es un
descenso de la lubricación vaginal.
Existen pruebas de que el impulso sexual en las mujeres está bajo control de
andrógenos y no de estrógenos. El apoyo a la teoría viene de tres fuentes:
1. Experimentos en hembras no humanas de primates.
2. Estudios de correlación en mujeres sanas.
3. Estudios clínicos en mujeres tras ovariectomía y adrenalectomía.
3.3
Abuso de esteroides anabolizantes.
Los esteroides anabolizantes son esteroides que ejercen un efecto anabolizante
(estimulan el crecimiento). La testosterona no es muy útil por sí misma como droga
anabolizante. Así que los químicos han conseguido sintetizar un número de potentes
esteroides anabolizantes de efecto prolongado, pero no han conseguido sintetizar
alguno que no contenga efectos secundarios.
En la actualidad nos encontramos inmersos en una epidemia de abuso de los
esteroides anabolizantes. En los últimos años, el uso cosmético de los esteroides
ha alcanzado proporciones preocupantes.
¿Los esteroides anabolizantes aumentan de verdad la musculatura y la fuerza de
los atletas que los utilizan? Los datos científicos no son uniformes. La incapacidad
de la ciencia para confirmar los beneficios que al parecer experimentan los atletas
deriva de dos puntos flacos de la investigación científica. En primer lugar, los
estudios experimentales tienden a emplear dosis de esteroides más bajas que las
usadas por atletas. En segundo lugar, los estudios experimentales a menudo se
llevan a cabo en sujetos que no intervienen en un entrenamiento anabolizante
intenso.
Los efectos secundarios relacionados con el sexo derivados del uso de esteriodes
anabolizantes resulta difícil de documentar.
En hombres, la retroalimentación negativa ante los altos niveles de esteroides
anabolizantes reduce la liberación de gonadotropina. Esto conduce a una
disminución de la actividad testicular, lo que puede derivar en una atrofia
ginecomastia (crecimiento de las mamas en los hombres). En las mujeres puede
producir amenorrea, esterilidad, hirsutismo (crecimiento excesivo del bello
corporal), crecimiento del clítoris, calvicie ...
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Muchos de los efectos relacionados con el sexo en las mujeres parecen ser
irreversibles.
Tanto los hombres como las mujeres que utilizan esteroides anabolizantes pueden
sufrir espasmos musculares, dolor muscular, sangre en la orina, acné, inflamación
debida a la retención de líquidos, hemorragias en la lengua, náuseas, vómitos y una
variedad de comportamientos psicóticos que incluyen fases de depresión e ira.
Los esteroides anabolizantes orales producen tumores cancerosos del hígado.
Los efectos secundarios del abuso de esteroides anabolizantes establecen dos
aspectos importantes. El primero es que las sustancias similares a la testosterona
no provocan aumentos en al motivación sexual o el comportamiento en personas con
niveles normales de testosterona. El segundo es que los efectos de las hormonas en
la estructura del cuerpo humano no se restringen a los períodos críticos prenatales
y de la pubertad.
4. EL HIPOTÁLAMO Y EL COMPORTAMIENTO SEXUAL.
Muchas partes del cerebro intervienen en el comportamiento sexual de los
mamíferos. El descubrimiento de que la liberación de gonadotropina está
controlada por el hipotálamo centró los estudios sobre las bases neurológicas del
comportamiento sexual en esta estructura.
4.1
Diferencias estructurales entre el hipotálamo masculino y el
femenino.
El hipotálamo masculino y el femenino son funcionalmente distintos en su control
sobre las hormonas de la pituitaria anterior.
En los años 70 se descubrieron diferencias estructurales entre los hipotálamos
masculinos y femeninos en ratas. Gorski y sus colaboradores descubrieron un
núcleo en el área preóptica medial del hipotálamo de la rata, que era más grande en
machos. Fue llamado el núcleo sexualmente dimórfico.
El crecimiento de los núcleos sexualmente dimórficos se dispara por la acción del
estradiol, aromatizado a partir de testosterona. Según esto, la castración de un
macho de un día de vida reduce de manera significativa el tamaño de sus núcleos
sexuales dimórficos adultos, mientras que la inyección de testosterona en ratas
hembra recién nacidas lo aumenta significativamente.
Aunque el tamaño de los núcleos sexualmente dimórficos disminuye sólo
ligeramente e los machos castrados en la edad adulta, determinadas zonas del
núcleo sí muestran una degeneración significativa.
El tamaño de los núcleos sexualmente dimórficos de ratas macho correlaciona con
sus niveles de testosterona y con diversos aspectos de su actividad sexual.
Sin embargo, es probable que aún no se haya establecido la función específica de
este núcleo.
Desde el descubrimiento se han identificado otras diferencias sexuales en ratas y
en otras especies. En humanos, existen núcleos en las regiones preóptica,
supraquiasmática y anterior del hipotálamo que son sensiblemente más grandes en
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varones que en hembras. Las diferencias entre géneros en la anatomía cerebral
depende de la edad.
4.2
El hipotálamo y el comportamiento sexual masculino.
La región preóptica medial del hipotálamo desempeña un papel clave en el
comportamiento sexual masculino. LA destrucción de esta región anula el
comportamiento sexual en los machos de muchas especies, y la destrucción
selectiva de los núcleos sexualmente dimórficos reduce el comportamiento sexual
de ratas macho. Las lesiones de la región preóptica medial no producen ningún
efecto sobre el comportamiento sexual femenino, aunque limitan el
comportamiento de monta masculina que se observa a menudo en ratas hembras.
Así pues, las lesiones bilaterales preópticas mediales parecen anular el
comportamiento copulador en ambos sexos.
La estimulación eléctrica de la región preóptica medial estimula el comportamiento
copulador en ratas macho y el comportamiento copulador puede restaurarse en
ratas macho castradas por implantes de testosterona en la región preóptica
medial.
No está claro por qué los machos con lesiones preópticas mediales dejan de
copular.
La región preóptica medial presenta una gran cantidad de receptores del
neuropéptido galanina. Las microinyecciones de galanina en la región preóptica
medial de los machos estimula el comportamiento copulador. Las microinyecciones
de endorfina en la misma zona bloquea el comportamiento copulador.
La región preóptica medial parece controlar el comportamiento sexual masculino a
través de una vía que se proyecta a una región del encéfalo medio llamado campo
tegmental lateral.
La destrucción de esta vía altera el comportamiento sexual de las ratas macho.
4.3
El hipotálamo y el comportamiento sexual femenino.
El núcleo ventromedial (NVM) del hipotálamo contiene circuitos que son esenciales
para el comportamiento sexual femenino. La estimulación eléctrica del núcleo
ventromedial facilita el comportamiento sexual de las ratas hembra, las lesiones
del NVM la reducen.
Una inyección de progesterona lleva al estro a una hembra ovariectomizada que
haya recibido una inyección de estradiol 48 horas antes. El estradiol debe
estimular de alguna manera el sistema nervioso para que la progesterona ejerza su
efecto. Este efecto estimulante parece estar mediado por el gran aumento en el
número de receptores de progesterona que se encuentra en el NVM y sus
alrededores.
Existen pruebas de que el mecanismo del núcleo ventromedial que desempeña un
papel en el comportamiento sexual de las hembras de ratas es noradrenérgico.
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La influencia del NVM sobre el comportamiento sexual de las hembras de rata
parece estar regulada por una vía que desciende hasta la sustancia gris
periacueductal del tegmento.
La destrucción de esta vía suprime el comportamiento sexual femenino al igual que
las lesiones de la propia sustancia gris periacueductal.
En resumen, las investigaciones sobre roedores sugieren que las vías que van del
hipotálamo al mesencéfalo tienen un papel importante en el comportamiento sexual.
El comportamiento sexual masculino está influido por una vía que va desde la región
preóptica medial hasta el campo tegmental lateral, y el comportamiento sexual
femenino está influenciado por un conducto que va desde el núcleo ventromedial a
la sustancia gris periacueductal.
5. ORIENTACIÓN SEXUAL, LAS HORMONAS Y EL CEREBRO.
Algunas personas son heterosexuales, algunas homosexuales y algunas bisexuales.
5.1
Orientación sexual, genes y hormonas.
La investigación ha demostrado que las diferencias en la orientación sexual tienen
una base genética.
Se ha localizado un gen que parece desempeñar un papel importante en la
orientación sexual de los varones. Este gen está cerca de uno de los extremos del
cromosoma X.
Es importante no exagerar estas pruebas genéticas.
5.2
Orientación sexual y hormonas precoces.
Muchas personas dan por hecho erróneamente que los homosexuales tienen un nivel
más bajo de hormonas sexuales. No es así. Los homosexuales y los heterosexuales
no difieren en cuanto a sus niveles de hormonas circulantes. Los esfuerzos para
determinar si los niveles hormonales perinatales influyen sobre el desarrollo de la
inclinación sexual se ha centrado en especies no humanas.
En ratas, hámster, hurones, cerdos, cebras, pinzones y perros, la castración
perinatal de los machos, o el tratamiento de las hembras con testosterona, han
demostrado inducir preferencia sexual por el mismo sexo.
Es necesario ser prudente a la hora de aplicar los resultados de los experimentos
de laboratorio al desarrollo de las preferencias sexuales en humanos.
Sería una equivocación ignorar los profundos componentes cognitivos y emocionales
de la sexualidad humana.
También sería un error pensar que un patrón de resultados tan coherente en
numerosos mamíferos no tenga importancia alguna en humanos.
¿influyen las hormonas perinatales en la inclinación sexual de humanos adultos?.
Hay indicaciones de que la respuesta es que sí.
El apoyo más firme a este punto de vista viene del estudio cuasi experimental de
Ehrhardt y sus colaboradores.
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¿Qué provoca el desarrollo de la atracción sexual?.
Las pruebas indican que la mayoría de las niñas y de los niños que viven en países
occidentales experimentan sus primeras sensaciones de atracción sexual hacia la
edad de 10 años.
McClintock y Herdt han sugerido que la aparición de la atracción sexual puede ser
estimulada por los esteroides de la corteza adrenal. La maduración adrenal tiene
lugar durante la niñez hacia la edad de 10 años.
5.4
¿Existen diferencias entre los cerebros de homosexuales y de
heterosexuales?.
Existen diversos informes sobre las diferencias en la respuesta neuroanatómica,
neuropsicológica y hormonal entre homosexuales y heterosexuales. La mayoría de
los estudios han comparado varones homosexuales y heterosexuales. En muchos
casos los varones homosexuales presentan una estructura cerebral a medio camino
entre las hembras y los varones heterosexuales.
Los informes de las diferencias que había entre géneros en las regiones anterior y
preóptica del hipotálamo de varias especies, humanos incluidos, centraron las
investigaciones de LeVay en estas regiones.
LeVay confirmó un resultado anterior que el tercer núcleo intersticial del
hipotálamo anterior (INAH 3) es más de dos veces más grande en hombres
heterosexuales que en mujeres. Además encontró, que es más de dos veces más
grande en hombres heterosexuales que en uno homosexual.
Ser homosexual puede dar lugar a INAH 3 pequeños, más que a la inversa, incluso
puede existir un tercer factor sin identificar que afecte a la correlación sea
responsable de ella.
LeVay consideró un tercer factor que podría conducir a la correlación, pero lo
desechó por la posibilidad de que el SIDA fuese el responsable.
Aun cuando LeVay tomó en consideración únicamente los sujetos muertos por
causas ajenas al SIDA, seguía existiendo una débil correlación entre la inclinación
sexual y el tamaño del INAH 3.
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