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“EL EJERCICIO FISICO ES LA LLAVE DE LOS
PROGRAMAS DE REHABILITACION CARDIOVASCULAR”
ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL CARDIOLOGO HERNAN DREYCOPP
El cardiólogo Hernán Dreycopp coordina el área de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular
del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari de la Universidad de Buenos Aires, uno
de los centros especializados más prestigiosas de la Argentina. Ex jugador de voley de la
selección nacional, Dreycopp lleva adelante en esta institución exitosos programas basados en
prácticas deportivas para la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades coronarias.
Pregunta: ¿Qué lo llevó a especializarse en rehabilitación cardiovascular y, puntualmente, en
medicina deportiva?
Respuesta: Mi historia deportiva. Siempre me gustó mucho el deporte, la actividad física y la
relación con la prevención y la salud. Ya cuando estudiaba medicina yo seguía con una vida
deportiva muy intensa y siempre me interesó poder agrupar las dos cosas: la medicina con el
deporte. Luego me interesé por la cardiología y, siempre dentro de la cardiología, también
vislumbraba esa posibilidad de relacionarla con la actividad física. El ejercicio físico se lo puede
relacionar tanto con la prevención como con el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades
y, en particular, las enfermedades cardiovasculares.
P: ¿Qué lugar ocupa el entrenamiento físico en los programas de rehabilitación cardiovascular?
R: El ejercicio físico es la llave de los programas de rehabilitación cardiovascular. No es el único
aspecto pero yo diría que es el más importante. Inclusive hay estudios que lo avalan. En general,
se habla de una rehabilitación cardiovascular integrada donde se tocan todos los aspectos, no
sólo la actividad física. Pero el ejercicio físico es la llave, lo que permite lograr cosas también en
los otros aspectos. Es lo que nos permite acercarnos a los pacientes y poder hacer
modificaciones en los otros aspectos relacionados con el estilo de vida y los hábitos.
P: Hablamos de diagnóstico, prevención e, incluso, tratamiento mediante prácticas deportivas.
Pero esta terapia sería un complemento y, en ningún caso, una alternativa al tratamiento
quirúrgico.
R: Yo creo que no es solamente un complemento. En algunas cosas, los médicos tenemos que
ser agresivos en cuanto a los aspectos de prevención, tanto en medidas relacionadas con los
hábitos y estilos de vida como en medidas relacionadas a los tratamientos, ya sean
farmacológicos o intervencionistas. Tenemos que ser agresivos en cuanto a tratar de lograr las
metas. No hay que contraponer lo que es una intervención quirúrgica o una terapia
farmacológica, por ejemplo, con lo relacionado al estilo de vida; tienen que ir de la mano. Un
paciente coronario tiene que cuidarse con la alimentación sí o sí; tiene que hacer actividad física;
no debe fumar, obviamente; tiene que tener un peso adecuado; controlar el estrés e, incluso,
tomar ciertos fármacos. Una cosa no se contrapone con la otra sino que van de la mano.
P: Imagino que los tratamientos aeróbicos, por ejemplo, en pacientes coronarios tienen por
objetivo no sólo reducir el riesgo inmediato de vida sino mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Cuál es entonces el efecto a largo plazo que tiene este tipo de tratamiento si se piensa
justamente en mejorar la calidad de vida?
R: Disminuir la incidencia de eventos cardiovasculares nuevos. Los pacientes que participan en
estos programas tienen menos eventos, menos internaciones por problemas coronarios, menos
anginas inestables, menos infartos, menos mortalidad y les mejora la calidad de vida; disminuye
los síntomas, mejora la autoestima.... Tiene muchos beneficios que están muy bien cuantificados
y establecidos en numerosos trabajos.
P: ¿Un paciente coronario está obligado a realizar ejercicios físicos de por vida?
R: Tiene que hacer ejercicios toda la vida. Lo que nosotros buscamos es que modifique el estilo
de vida y que eso sea algo duradero. Es parecido a lo que sucede con ciertos medicamentos:
mientras se toman, se tiene los beneficios; se dejan de tomar y desaparecen. Con la actividad
física pasa lo mismo. No es una actividad física histórica. El que hizo mucha actividad física en la
infancia, en la adolescencia, en la juventud, obviamente tiene beneficios, pero es importante la
actividad física actual; esto es como lo que sucede con la dosis de algún medicamento: hay que
buscar una cantidad adecuada en cuanto a intensidad, duración, frecuencia y, eso, mantenerlo a
través del tiempo. Esto no significa que un paciente coronario deba mantenerse dentro de un
centro de rehabilitación cardiovascular toda su vida. Lo que sí debe hacer es ejercicio físico toda
su vida, acorde a su momento actual y cuidarse con los demás factores de riesgo.
P: Existen diferentes tipos de enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial, enfermedad
arterial coronaria, accidente cerebro vascular, etcétera. ¿Se pueden recomendar los programas
de rehabilitación cardiovascular con prácticas deportivas, ejercicios físicos, entrenamiento, a
todos los pacientes coronarios, sea cual fuere su patología cardiaca?
R: Si. Los programas de rehabilitación cardiovascular están solamente contraindicados en los
pacientes durante su inestabilidad clínica. En ese momento, obviamente están contraindicados
porque el paciente está internado o debe recibir algún tipo de terapéutica específica; está
inestable clínicamente. Fuera de los períodos de inestabilidad clínica, lo importante es hacer una
buena evaluación inicial y adecuar los trabajos a lo que cada paciente debe y puede realizar.
Insisto: fuera de esos períodos de inestabilidad clínica, prácticamente no hay contraindicaciones.
Todos los pacientes se ven favorecidos. Inclusive los pacientes de cuadros clínicos más severos
son los que más beneficios obtienen a nivel cuantitativo.
P: Supongo que los ejercicios varían según la patología cardiaca...
R: Varían pero, a veces, no tanto. Podemos tener pacientes que han tenido un evento
cardiovascular, o están operados, tuvieron un infarto, o una cirugía de by pass, y hacen una
actividad física inclusive más intensa que algunos que no han tenido nada. Eso sí: hay
momentos del paciente donde se van adaptando las cargas y los trabajos que realiza. Hay
ciertas patologías, como la insuficiencia cardiaca, donde uno tiene que iniciar la actividad con
ciertas precauciones, pero por el cuadro clínico del paciente. En la entrevista inicial se estratifica
el riesgo: hay pacientes de bajo, moderado o alto riesgo. Cuando son de alto riesgo, uno tiene
que tener ciertas precauciones y una vigilancia tal vez más estrecha. Pero, a veces, estos
pacientes de alto riesgo son los que más se benefician por el grado de deterioro que tienen. En
una época nos llegaban pacientes a rehabilitación cardiovascular cuando estaban descartados
para otros tipos de terapéuticas. Eran pacientes con patologías severas, muy avanzadas, que no
eran pasibles de ser tratados de otra manera. Y estos pacientes mejoraban. Hoy en día se trata
de que no sean solamente las personas con alto riesgo las que hagan rehabilitación
cardiovascular, sino también que haya personas con cuadros clínicos más favorables para que
hagan, lo que nosotros llamamos, prevención primaria.
P: ¿Qué tipo de ejercicios físicos se realizan aquí?
R: Las variantes son muchas. Lo importante, cuando uno prescribe el ejercicio, es tener en
cuenta el tipo de ejercicio, la intensidad, la duración y la frecuencia semanal con la que lo va a
realizar. En cuanto al tipo de ejercicio, hay algunos en los que uno puede medir o cuantificar la
intensidad en forma muy segura. Por ejemplo: la cinta, la bicicleta.... La intensidad es la que más
dificultad da al ejercicio. Hay otras actividades que son mucho más difíciles porque el paciente
no tiene la técnica o por otras razones. En los primeros estadios siempre se busca hacer
actividades en los que uno pueda cuantificar perfectamente su intensidad. A medida que el
trabajo es seguro, se le van aumentando e incorporando actividades diferentes.
P: ¿Cómo se cuantifica el ejercicio físico? ¿Se tiene en cuenta, por ejemplo, la actividad diaria
del paciente en su totalidad? Me refiero a las tareas realizadas en su trabajo y en el hogar,
además del entrenamiento propiamente dicho.
R: Cuando hablamos de actividad física hablamos de actividad física formal y actividad física no
formal. La primera, es el ejercicio que se realiza aquí, en un club, en un gimnasio; un deporte
particular; la segunda, son todas aquellas que llevan un gasto calórico como ser: ir al trabajo,
sacar a pasear al perro, la actividad laboral. Nosotros tratamos de fomentar las dos tipos de
actividades. Hay estudios que demostraron que la actividad física no formal también es muy útil.
P: ¿Y cómo se mide exactamente? ¿Existe un método científico para determinar el tipo y la
cantidad de ejercicio que debe realizar un paciente? Si a un paciente, por ejemplo, se le
recomienda caminar 40 minutos diarios, ¿de dónde surge ese número? ¿Por qué 40 y no 30 ó
50?
R: Esa es una pregunta importante y no está dilucidada del todo. Las recomendaciones actuales
son que, al menos, 30 minutos casi todos los días la población general debe realizar una
actividad física de intensidad moderada. El ejemplo más típico: una caminata durante 30 minutos
casi todos los días de la semana. Estas son normas generales, pero cuando uno tiene objetivos
más ambiciosos como descenso de los lípidos, de los niveles de glucemia, o prevención de la
diabetes, probablemente se necesitan gastos calóricos mayores. También hay que tener en
cuenta que hay pacientes que durante mucho tiempo han sido inactivos y todo cambio, toda
actividad física realizada, es beneficioso. Hay que ir de a poco en estos casos.
P: ¿Se puede establecer, definir fehacientemente, cuál es el mecanismo por el cual el
entrenamiento físico provoca mejoría en los pacientes coronarios?
R: Si. Son múltiples: por un lado, hay que hablar del beneficio sobre los factores de riesgo. El
ejercicio físico ayuda a bajar de peso, ayuda a bajar los niveles de colesterol, ayuda a disminuir y
controlar la presión arterial; disminuye la incidencia de hipertensión en la población sana; ayuda
al abandono del cigarrillo. Y, por el otro lado, tiene efectos más directos sobre la enfermedad
arteriosclerótica. Básicamente actúa sobre la inflamación, mejora la función del endotelio.... La
capa interna de las arterias es donde se producen las lesiones arterioscleróticas y se inicia como
una disfunción de ese endotelio. El ejercicio físico demostró que mejora la función de ese
endotelio y, al funcionar mejor, ese vaso se comporta más normalmente y permite un mejor flujo
sanguíneo durante las situaciones de estrés. Está demostrado que este mecanismo sobre la
mejoría del endotelio de los vasos coronarios produce una gran mejoría en el cuadro clínico del
paciente.
P: ¿Cuántos pacientes pasan mensualmente por su área de rehabilitación cardiovascular?
R: Iniciamos estos programas hace un año y tenemos muchos pacientes con muy buenos
resultados. Ya estamos con más de 100 pacientes mensuales.
P: ¿Cuán eficaz es la prevención primaria teniendo en cuenta que se tratan de medidas
preventivas en personas que aún no han padecido ninguna dolencia? Por ejemplo: el
tabaquismo. ¿Usted cree que se logran resultados favorables al respecto?
R: Este es un tema muy difícil. En la rehabilitación cardiovascular lo que siempre insistimos es en
la adherencia. Hablamos de tipo de ejercicio, la intensidad... Lo importante es que el paciente
haga actividad física y que se cuide en alimentación, tabaquismo, etcétera. Estos grupos de
rehabilitación permiten que los pacientes tenga mayor adherencia a los tratamientos, se
comprometan, tengan pertenencia con los grupos con los que están. Lo más importante es tratar
de que el paciente haga lo que todos sabemos tiene que hacer.
P: ¿Cómo evolucionó en el país el tema de la prevención, ya sea primaria y/o secundaria? Me
imagino que la prevención tiene que ir acompañado de una política educativa desde el Ministerio
de Salud, por ejemplo.
R: Este es un fenómeno mundial. Hay una epidemia mundial de sobrepeso, obesidad, que lleva
al desarrollo de diabetes tipo dos y, por ende, un gran número de enfermedades
cardiovasculares. Con el tabaquismo algo se ha ido controlando en los últimos años, aquí y a
nivel mundial, pero no con estos otros dos aspectos, con esta epidemia de obesidad y diabetes
originada por la mala alimentación y el sedentarismo, fundamentalmente. Esto se tiene que
hacer con políticas de salud desde la infancia y la adolescencia. Es algo complejo y todo un
desafío.
P: Pese a que la rehabilitación cardiovascular logró recudir la mortalidad, las estadísticas indican
que las enfermedades coronarias son la primera causa de muerte en el país. ¿Cómo está la
Argentina en este aspecto en relación a otros países?
R: Estamos con las incidencias en los niveles más altos, muy similar a los países que mayor
incidencia tienen en enfermedades cardiovasculares. La medicina progresa día a día; la
cardiología es una de las especialidades que más avanza, pero más allá del avance en los
métodos de diagnóstico y terapéutico, está comprobado que no hay nada que salve más vidas
que la prevención. Lograr que la gente deje de fumar, que haga ejercicios adecuados, que coma
adecuadamente, sigue siendo la principal medida para disminuir la incidencia aquí y en todo el
mundo.
P: ¿Hablamos tanto de hombres como de mujeres?
R: Si. Las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte en la mujer,
también. Hay un tema cultural tanto de los profesionales como de la población en general donde
se daba poco valor a los síntomas y ahora se está viendo que, por eso, se mal diagnosticaba.
Obviamente, antes de la menopausia tiene una menor incidencia con respeto a los hombres pero
esta incidencia después de la menopausia se iguala. Más allá de este efecto protector hormonal
que tiene la mujer, no indica que no sea la principal causa de muerte. Inclusive, las mujeres
tienen mayores dificultades en cuanto a los diagnósticos y los procedimientos. Todas las
sociedades de cardiología han puesto énfasis especial en la cardiopatía en las mujeres por este
motivo. Había una cuestión cultura por la que se le daba poca importancia.
P: ¿Está desarrollando algún trabajo de investigación en este momento?
R: Así es. Estamos elaborando un trabajo de investigación para nuestra población relacionado
con el síndrome metabólico: todas las variables clínicas del síndrome metabólico
correlacionándolo con algunos aspectos genéticos con el área de cardiología molecular.
Estamos diseñando algunos trabajos para investigar estos aspectos. Es una población muy
interesante. Y también estamos armando nuestra base de datos con nuestros pacientes para
comenzar a sacar algunas conclusiones e ir, de a poco, ubicando algún trabajo con los
resultados obtenidos.
Por Revista Contextos
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