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1. DESCRIBIR LA REALIDAD SOCIAL NATURALEZA DE LA DESCRIPCIÓN El acto descriptivo puede referirse tanto a objetos que se dejan ver inmediatamente como a hechos construidos. El sociólogo, al igual que el historiador, por ejemplo, puede elaborar conocimientos mediatos de la realidad; esté conocimiento mediato supone una disociación de la percepción y el conocimiento. Quien dice descripción, dice observación previa, es decir, observación directa de los comportamientos. Y quien dice observación previa, dice fase de memorización. Es en esté proceso en el cual intervienen las competencias léxicas del observador. Sin éstas últimas, el ojo del observador no puede encontrar los medios que le permitan fijarse con precisión en las realidades observadas y, por consiguiente, memorizarlas. Uno de los grandes objetivos de la sociología en buscar, en las condiciones de existencia y coexistencia de los hombres, aquellos elementos que permitan dar razón de conductas o de prácticas. Una descripción fina de esas condiciones de existencia y coexistencia permite dar sociologicamente razón de los comportamientos. El uso de descripciones precisas y específicas de las conductas en contextos permite, desplegar una verdadera interpretación sociológica empíricamente fundamentada. EL LUGAR DE LA DESCRIPCIÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES Las diferentes ciencias sociales pueden ordenarse a partir de un eje que opone un polo que privilegia la descripción y la narración, a otro polo que preconiza la modelización. Dentro de los primeros encontramos, por ejemplo a la etnografía, historiografía; dentro de los segundos están: la economía, demografía. Sobre tal eje, la sociología se ocupa en un lugar intermedio. Cada una de estás disciplinas se caracteriza por una tendencia general claramente observable. Un examen del lugar que ocupa la descripción en las diversas ciencias sociales, mostraría que el sociólogo se inclina mucho más fácilmente a teorizar sobre la base de un escaso volumen de material empírico, mientras que el historiador se abstiene. Una parte todavía muy grande de producciones sociológicas se caracteriza por esa estructuración racional de los hechos; y abordar el tema del lugar que la descripción ocupa en sociología, obligaría a tomar partido, y distancia de las formas menos empíricas de interpretación sociológica, es decir, de la sobreinterpretación de toda índole. LA IMPOSIBLE EXHAUSTIVIDAD DESCRIPTIVA Y LA ILUSIÓN REALISTA Ninguna descripción es exhaustiva; ninguna situación, ningún objeto ni ninguna práctica se agotan por medio de un número finito de rasgos descriptivos. El estudio sociológico supone implementar un razonamiento comparativo que saque a la luz todo lo invariante y especifico que hay en las situaciones descriptas en relación con una serie de otras situaciones; descripciones hechas a partir de un marco descriptivo, que debe poder ser reutilizable, de un objeto descripto a otro. La descripción sociológica debe guiarse siempre por esquemas interpretativos, incluso por un modelo teórico. En la descripción fotográfica, el trabajo descriptivo-interpretativo queda en manos del lector-observador, que traducirá a descripciones verbales los rasgos que crea poder desentrañar en la ‘descripción fotográfica’. La paradoja está en que, las fotos parecen mostrarnos todo, pero por otro lado, tampoco nos dicen nada, nunca nos dicen nada de si mismas. En ciencias sociales la descripción estética no tiene lugar de ser. Solo tienen pertinencia sociológica aquellas descripciones basadas en un trabajo de observación sistemática de comportamientos cuyo conjunto de resultados se le ofrecen al lector, de no ser así estaríamos frente a lo que se denomina: ‘ejemplos fabricados a medida’. LAS MODALIDAD DE LAS PRÁCTICAS En materia de comprensión del mundo social, la descripción fina de las prácticas es el único medio de acceder a las modalidades de las prácticas. NI POSITIVISMO NI DISOLUCIÓN DE LO REAL La descripción es indisociable de una mirada teórica que la guié y por ende vuelva ‘útil, pertinente’, pero en sí misma no es interpretación o explicación (conviene recordar que la descripción ya es construcción-selección, es preciso mantener la distinción operada entre descripción e interpretación). La desconfianza en el positivismo no debe llevar a menospreciar el orden de los hechos empíricamente observables y descriptibles, y a olvidar la importancia, para cualquier ciencia social empírica, de comenzar por producir informaciones confiables sobre la realidad social.