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Sólo tú puedes darle lo mejor
«La lactancia materna es el regalo más precioso que una madre puede dar a su hijo.
En la enfermedad o la desnutrición, este regalo puede salvar la vida;
en la pobreza puede ser el único regalo.»
Ruth A. Lawrence 1991
No basta con los buenos deseos, las buenas voluntades y la información precisa. Son
necesarios pero no bastan.
Imaginemos que un día amanecemos con la buena noticia de que las familias y el
personal de salud se han puesto de acuerdo y ambos grupos desean colaborar para que
los bebés sean amamantados de manera exitosa: los primeros seis meses solamente con
leche materna y hasta los dos años o más con leche materna y alimentos saludables,
accesibles y adecuados a la edad del bebé.
¡Sería un gran avance! ¡Una revolución en la alimentación infantil! Imaginemos además,
puesto que imaginar nada cuesta, que la buena voluntad de estos dos grupos los ha
decidido a informarse acerca de las técnicas adecuadas para acomodar al bebé al pecho,
para evitar o resolver congestiones mamarias, para extraer la leche materna y alimentar al
bebé que queda en casa mientras mamá sale a trabajar... Imaginemos, soñando mucho,
que todos se han puesto de acuerdo con las recomendaciones internacionales para el
manejo de la lactancia materna y el VIH, la planificación familiar, la desnutrición materna,
la ictericia infantil, los bebés prematuros y todas esas otras situaciones especiales en las
que las madres y sus bebés se pueden encontrar durante los primeros meses de vida
extrauterina...
¿Y entonces? Entonces resultaría que los médicos y sus pacientes no podrían poner en
práctica todas las recomendaciones internacionales para el apoyo a la lactancia porque
no existe una norma oficial de promoción a la lactancia materna que se aplique a todos
los hospitales de nuestro país... y unos niños serán separados de sus madres al nacer e
irán a un cunero (como sucede en muchos hospitales privados) y otros serán ablactados
y/o destetados prematuramente por recomendación del personal de salud que tienen que
cumplir la normatividad actual (como sucede en la mayoría de las clínicas públicas y
privadas).
Y las guarderías infantiles se seguirán negando a recibir la leche materna extraída para
usarla dentro de sus instalaciones y seguirán ablactando a los bebes al 4º mes, porque la
reglamentación así se los exige...
Y las compañías que fabrican y distribuyen fórmulas y alimentos infantiles seguirán
haciendo lo que les de la gana porque en nuestro país, aunque hay algunas reglas que
les prohíben algunas de sus prácticas comerciales no éticas, ningún organismo oficial les
impone multas o castigos por sus violaciones...
Es urgente que conozcamos y apoyemos las Leyes Nacionales de Promoción de la
Lactancia Materna que otros países han implementado ya, para que podamos desarrollar
e implementar una propia y entre todos ayudemos a preservar este recurso invaluable de
salud, amor y protección que es la lactancia materna.
En México, de manera aislada y descoordinada, se realizan diferentes acciones que
tienden a apoyar, promover y proteger la lactancia, es indispensable sumar esfuerzos,
intercambiar experiencias y unirnos en una red que multiplique nuestros esfuerzos a nivel
institucional, a nivel privado, y a nivel personal. P. Lerma, 2005