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productos para gatos en portada Alimentación felina: Hasloo Group Production Studio/shutterstock.com la importancia de una comida adecuada El gato doméstico necesita una dieta equilibrada que contenga todos los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas. Eva Dengra Adiestradora, Etóloga y Técnico en Terapia Asistida con Animales http://www. adiestramientocaninogranada. com Imágenes cedidas por la autora Como todos los animales, el gato doméstico también necesita una dieta equilibrada que contenga todos los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas. Estos nutrientes son agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas. Para estar sanos, los gatos domésticos necesitan una dieta rica en proteínas animales debido a que requieren un aminoácido llamado taurina (la taurina abunda en las proteínas animales, pero no es muy común en las proteínas vegetales). Mientras los perros fabrican este aminoácido con su cuerpo, los gatos sólo pueden fabricar poca cantidad, que además es insuficiente para cubrir sus necesidades. A su vez, las proteínas vegetales tampoco pueden suplir esa carencia. Por tanto, el hecho de que un perro pueda estar sano con una dieta vegetariana equilibrada no significa que un gato pueda estarlo. Por eso los gatos se conocen como animales obligatoriamente carnívoros y deben comer proteínas animales para sobrevivir. El agua El agua es el factor más importante en la dieta de un gato. Los animales absorben el agua de tres maneras: bebiendo, comiendo alimentos que contienen agua, y fabricándola con su cuerpo durante algunos procesos químicos para transformar proteínas, grasas e hidratos de carbono en energía. La cantidad diaria de agua recomendada para un gato es exactamente la misma (en mililitros) que la energía que necesitan (en calorías). Por ejemplo: un gato sedentario necesitaría ingerir entre 65 y 70 ml de agua por cada kilogramo de su peso corporal, mientras que un gato activo necesita alrededor de 85 ml (unas seis cucharadas soperas al día). ¿Comida casera o preparada? Generalmente las dietas preparadas son completas y equilibradas, lo que significa que aportarán al gato todos los nutrientes que necesita. En cambio, hay menos garantía de que la dieta casera esté bien equilibrada, puesto que es necesario tiempo para prepararla, pensar con detenimiento qué se le va a dar al animal, la variedad del menú y el almacenaje. La mayoría de los dueños de gatos prefieren utilizar dietas comerciales de marcas conocidas y si lo desean, darle algunas sobras de comida casera de vez en cuando. Las dietas comerciales están formuladas para cubrir todas las necesidades de nutrición de su gato. Las formulan expertos en nutrición y veterinarios, además son probadas y testadas en pruebas de alimentación controlada y aprobadas conjuntamente por la normativa internacional. Numerosas compañías internacionales fabrican comida de gatos conocidas como “fórmula profesional”. Sólo se encuentran en tiendas de animales y en la mayoría de clínicas veterinarias y difieren de las marcas de los supermercados en que sus constituyentes están garantizados. Además no contienen las proteínas vegetales texturizadas de los productos del supermercado. Cuatro casos especiales en la dieta del gato 1- Gatos esterilizados La mayoría de los gatos son disciplinados a la hora de comer y comen poco Los gatos son animales obligatoriamente carnívoros y deben comer proteínas animales para sobrevivir. y con frecuencia. Sin embargo, algunos gatos ingieren toda la comida del plato, sin importarles la cantidad. Es conveniente que los propietarios de esos gatos controlen la energía que ingiere el animal o de lo contrario acabará siendo obeso en poco tiempo. Esto puede suceder en el caso de los gatos esterilizados. La esterilización de los gatos es una práctica sumamente difundida, que permite evitar los problemas de la reproducción y las molestias relacionadas con el comportamiento sexual, las vocalizaciones en la hembra y el marcaje del territorio en los machos. Los gatos castrados son más tranquilos y vagabundean menos que los gatos enteros, por lo que viven en promedio dos veces más que éstos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la esterilización tiene dos consecuencias importantes tanto en el macho como en la hembra: una disminución de los requerimientos energéticos básicos y el aumento del consumo voluntario de la comida. La consecuencia de esto es un aumento en el peso. 3- Gatas en periodo de gestación La mayoría de los propietarios prefieren utilizar dietas comerciales de marcas conocidas. Este aumento de peso que conduce finalmente a la obesidad se relaciona directamente con la concentración de grasas del alimento. Al consumir más alimento, el gato consume más energía, mientras que sus necesidades son menores. El excedente energético ingerido se almacena en forma de tejido adiposo. La obesidad tiene varias consecuencias muy nocivas para la salud, dado que aumenta cuatro veces el riesgo de aparición de cojeras y dos veces el de afecciones cutáneas no alérgicas. Por lo tanto es conveniente que el acto quirúrgico de esterilización se acompañe de una adaptación nutricional. El gato esterilizado debe recibir una ración con una concentración de grasas limitada a aproximadamente el 10 %, y una cantidad de alimentos controlada para vigilar el consumo y evitar que se exceda. Se comienza a administrar progresivamente esta nueva alimentación a partir de las dos o tres semanas precedentes a la esterilización. De esta manera se prepara al animal y se evita añadir al estrés de la cirugía el relacionado con esta modificación alimentaria, indispensable para limitar el riesgo de obesidad. La duración de la gestación de la gata es de 66 días en promedio, y las camadas se componen generalmente de tres a cinco gatitos, cada uno de los cuales pesa al nacer unos 100 gramos. La gata engorda desde el principio de la gestación. Durante los primeros 40 días acumula reservas que serán movilizadas al final de la gestación y durante la lactancia. El aumento de peso en los últimos días corresponde al crecimiento intrauterino de los gatitos. Desde el principio de la gestación hay que proporcionarle una alimentación más rica en grasas que mejore la tasa de supervivencia de los gatitos al nacer, lo que supone proporcionarle alimento específico para gatas gestantes. Se debe prestar atención a la concentración de taurina en el alimento, cuyo valor recomendado es del 0,1 % en los alimentos secos y del 0,25 % en los alimentos húmedos. El alimento no debe ser acidificado, dado que es nocivo para el desarrollo del esqueleto del feto. Desde un punto de vista cuantitativo se aconseja aumentar la ración en un 10 % cada semana durante las ocho primeras semanas, controlando siempre que la gata no engorde demasiado porque el exceso de peso podría ocasionarle dificultades en el parto. Tras el nacimiento de los gatitos es recomendable que la gata pueda acceder libremente al alimento (autoalimentación), nutriéndose a su voluntad, y su dieta Las necesidades nutricionales de los gatos mayores son diferentes a las de los especímenes más jóvenes. debe seguir siendo rica en lípidos. Este alimento se administrará hasta el destete, a partir del cual la gata recibirá progresivamente un alimento de mantenimiento. 4- El gato de edad avanzada En las últimas décadas, los avances de la medicina y la nutrición felina han contribuido al aumento de la esperanza de vida de esta especie. En los países industrializados, ésta es de 14 años en promedio, pero no es raro encontrar gatos con más de 20 años, e incluso se conoce un caso récord de 30 años. Las necesidades nutricionales de los gatos mayores son diferentes a las de los gatos más jóvenes. Los gatos mayores padecen con más frecuencia afecciones tales como insuficiencia renal, enfermedades de la cavidad bucal, tumores, degeneraciones óseas y musculares, degeneraciones cardiovasculares y diabetes mellitus. En la mayoría de los casos, si bien la dieta no basta para curar estas enfermedades, puede representar un aspecto importante de mejoría o prevención. Se puede ayudar al organismo proporcionándole una alimentación enriquecida en vitamina C, que tendría un efecto protector contra las enfermedades bucodentales; y en vitamina E, que limita la producción de radicales libres, atenuando los efectos del envejecimiento. Así mismo, estas dos vitaminas estimularían el sistema inmunitario aumentando las defensas del organismo. Por estas razones, a partir de los 10 años deben aumentarse los aportes de estas vitaminas unas 5 o 6 veces. Además, en el caso de gatos mayores también deberían tomarse otras medidas dietéticas: • Como el apetito y las capacidades de asimilación del gato disminuyen, es aconsejable proporcionarle una alimentación concentrada en energía. • Es también conveniente que el alimento posea una alta palatabilidad y que la textura de las croquetas sea más blanda, para evitar los dolores al masticar. • Es aconsejable reducir la concentración de fósforo de la ración. A partir de cierta edad conviene evitar los alimentos que acidifican la orina, dado que favorecen el desarrollo de cálculos de oxalato, que aparecen con mayor frecuencia en los gatos mayores. 2- Gatos con alergias La alergia alimentaria corresponde a la intolerancia por el organismo de una sustancia reconocida como extraña, pero que un gato sano absorbe normalmente. El sistema inmunitario no “reconoce” ciertos alimentos y desencadena entonces una reacción de rechazo. En la mayoría de los casos se trata de proteínas. La alergia alimentaria se traduce esencialmente en un prurito intenso, sobre todo en la cabeza, las orejas, el cuello y los miembros anteriores. Puede asociarse a trastornos digestivos (vómitos, diarreas, dolores abdominales, etc.). Estas alergias son muy raras en el gato y sólo representarían el 1 % de las causas de 171 afecciones cutáneas. No se deben confundir con las intolerancias alimentarias, en las que no interviene el sistema inmunitario (intolerancia a la leche, por ejemplo). El diagnóstico de la alergia alimentaria es muy difícil de establecer. Hay que tratar de asociar la aparición de los síntomas al consumo de un tipo de alimento dado. Para ello, se somete al animal a un régimen de eliminación, constituido por un número restringido de ingredientes que no figuran en su dieta habitual. Este tipo de régimen suele incluir carne de cordero y de caballo, dado que esas carnes están raramente presentes en los alimentos habituales. Tras varias semanas de ingestión de la nueva dieta, si los síntomas desaparecen se realiza una prueba de provocación, que consiste en volver a introducir el alimento anteriormente utilizado. Si aparecen los síntomas de nuevo (en menos de una semana) se confirma la alergia alimentaria. Tras la confirmación, el tratamiento consistiría en una dieta hipoalergénica. 27 Igor Sokolov (breeze)/shutterstock.com en portada April Turner/shutterstock.com 26 171