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LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO EN LOS SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL Jesús Flores Vivar Nakua Technologies Hoy la ventaja competitiva se logra mediante la inversión de conocimientos nuevos y su generación a partir de activos intangibles como la investigación. Durante la pasada década hemos podido comprobar como se acentuaba el concepto Sociedad de la Información, acuñado por las instituciones comunitarias de la Unión, en el contexto de la propia sociedad europea occidental. Gobiernos, Administraciones y organizaciones empresariales han sido, entre otros, los primeros en adoptar y adaptarse al nuevo entorno. Hoy, esa Sociedad de la información está dando paso a la Economía del Conocimiento, conocida coloquialmente como Nueva Economía. El autor analiza conceptos y tendencias de este modelo funcional en las organizaciones empresariales. Pero, ¿en qué consiste esta economía del conocimiento?, ¿Se trata acaso de un simple concepto de moda?, ¿En que medida afecta a las empresas?. Estas y otras preguntas surgen durante el periodo de transición que empezamos a vivir en este nuevo milenio. Según los expertos, la economía del conocimiento define un concepto que en la mayoría de los casos reflejan una transformación en el modo de funcionar de la propia economía. Es decir, no se trata más que un desplazamiento de la fabricación de objetos a la toma de decisiones. Es la transición a un mundo en el cual el factor de producción primordial son los conocimientos. Dicho de otro modo, es un mundo en el cual la ventaja competitiva sólo se consigue mediante la inversión de conocimientos nuevos y su generación a partir de activos intangibles como la investigación, el desarrollo de habilidades, la formación continua y un creciente dominio de las tecnologías de la información. Aunque es obvio que el desarrollo de una actividad económica siempre ha necesitado algún conocimiento del entorno, no cabe duda que este factor, el conocimiento, se ha convertido hoy en día en una herramienta que hace más competitiva y proporciona un valor añadido nunca antes visto al tejido empresarial. Con las crecientes facilidades para reproducir el "saber como", es decir aptitudes y destrezas adquiridas mediante tecnologías llamadas del conocimiento, los competidores reducen cada vez con mayor rapidez las distancias y la innovación constante se convierte en un imperativo ineludible. Es evidente pues, que toda empresa debe crear continuamente nuevos productos o servicios para conservar su competitividad en el mercado, razón por la cual, los conocimientos necesarios para mantener este ritmo de innovación se están convirtiendo en la llave del éxito económico. Un elemento importante y que se viene implantando cada vez más en las organizaciones empresariales es la gestión del capital intelectual. De allí que empecemos a ver como la Gestión del conocimiento se está convirtiendo en el paradigma dinamizador de la estructura de la empresa. De productos a servicios Según el informe de la revista Empresa Europa (set-2000), publicación de la Dirección general de Empresa de la Comisión Europea, los datos estadísticos corroboran el convencimiento de que la economía del conocimiento tiene mucho futuro por delante. En las economías modernas, los sectores que registran un crecimiento más rápido son aquellos donde los conocimientos -el capital intelectualtienen un mayor peso, como los servicios, la educación, la informática y la biotecnología. Históricamente, la política industrial ha prestado relativa o poca atención a los sectores basados en los conocimientos, como por ejemplo los servicios, y se ha centrado más en clientes tradicionales como la industria de transformación a gran escala. El producto final va a seguir siendo el factor central de la competitividad, pero incluso los empresarios de este sector están reconociendo progresivamente el peso de los conocimientos en su actividad. Algunos incluso empiezan a denominarse "proveedores de servicios" antes que fabricantes. Cada vez es más difícil determinar si el núcleo de la actividad de una empresa es la fabricación o los servicios. Empresas como IBM ( http://www.ibm.com/ ), Hewllet-Packard ( http://www.hp.com/ ), etc, en los últimos años han ampliado su actividad principal de ser fabricantes de equipos informáticos a ofrecer una gama de servicios que en la actualidad representan más del 50% de sus ingresos. En paralelo, otras empresas del entorno informático, como Nakua Technologies ( http://www.nakua.com/ ) relacionadas con productos fabriles de software están registrando así mismo un crecimiento más rápido de su volumen de negocios en el ámbito de los servicios que en las operaciones relacionadas con los productos. Estas empresas alimentadas por el síndrome de la diversificación, vienen ofreciendo servicios de consultoría, formación, proyectos, integración de soluciones, desarrollos llave en mano, etc, todo esto ligado a la fabricación o distribución de sus productos. En otro línea, crean y desarrollan servicios como un buen soporte técnico -y que este sea local-, outsourcing, help-desk, etc, con tal de fidelizar más a sus clientes. Cabe pues indicar, que muchas empresas fabriles o de distribución están transformando su vertiente de negocio en servicios. Un reciente estudio de la OCDE estima que más del 50% del PIB de sus principales países miembros se basa actualmente en el modelo económico de los servicios. La expansión de los servicios Durante mucho tiempo, los servicios se consideraron un aspecto subsidiario o residual de la economía, cuya existencia económica dependía de otros sectores como la industria de la transformación. En la actualidad, el sector servicios es la actividad más importante en la mayoría de las economías de la OCDE. Según los expertos, los servicios están pasando a convertirse en un pilar de la economía europea (un 70% de la actividad en 1999). Antiguamente, los empleos en el sector servicios eran considerados puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados, pero en la actualidad esto ha cambiado, ya que se exigen cualificaciones que se basan en el conocimiento continuo, lo que supone en muchos casos una equivalencia superior a la que se exigía en la industria de la transformación. Otro factor importante en el crecimiento de los servicios es que las empresas están descubriendo nuevas formas de comercializar los productos y servicios, con frecuencia a través de los mercados electrónicos. No solo se crean nuevos mercados - Internet, banda ancha, TV interactiva-, sino que los mercados tradicionales se están orientando más hacia los servicios. En consecuencia, la aparición de mercados virtuales de negocios para casi cualquier tipo de productos y servicios está generando una expansión del empleo en los servicios, por lo que se visualiza un panorama de transformación de la industria fabril. Las instituciones comunitarias vienen adoptando medidas para fomentar el papel de los servicios en la Unión Europea. Así, la Cumbre Europea de Lisboa (mar-2000) dedicó gran parte de su agenda a tratar el contexto de los servicios dentro de la economía como parte de una medida del crecimiento del empleo en Europa. Las empresas de servicios empresariales representan en muchos aspectos el modelo de empresa propia de la Nueva economía: comercian en gran parte con productos "basados en los conocimientos", su actividad se apoya, en muchos casos, en activos intangibles, en Capital intelectual y están particularmente bien situadas para aprovechar el potencial de los nuevos mercados electrónicos.