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LA CESTA DE LA COMPRA1. Manuel Jiménez Suárez. Estilo de Vida y Salud. Marzo, 2010 La persona de familia responsable de realizar “la compra” suele preparar una lista de los alimentos que hay que reponer en la despensa o en el frigorífico: “la lista de la compra”, es el resultado de la reflexión realizada en función de las existencias y necesidades familiares. La “compra grande” se suele realizar con periodicidad mensual o quincenal, comprando los alimentos que tienen menos problemas en el almacenamiento y conservación (gofio, cereales, azúcar, leche, aceite, legumbres, frutos secos, etc.), dejando los productos perecederos (yogur, queso tierno, hortalizas, frutas, huevos, etc.) para la compra diaria. Pero todo esto es muy relativo porque depende de muchos factores; el primero de ellos es el económico, la capacidad adquisitiva de la familia, que condiciona la cesta de la compra y más en los tiempos que vivimos; siguiéndole otros muchos: lugar geográfico en el que vivamos, cercanía a los grandes centros de venta, ocupación de los padres (no es lo mismo que los dos trabajen fuera de casa, que uno de ellos se ocupe de las tareas domésticas), etc. Estos factores condicionan que “la compra” se realice de una manera o de otra. En cualquier caso, salvando los condicionantes anteriores, es preciso anteponer el criterio nutricional2 (comprando los alimentos que nos proporcionen los nutrientes que el organismo necesita) a otros criterios: gustos, moda, comodidad en la preparación, publicidad, etc. Se puede atender también a esos otros criterios siempre que los alimentos cumplan la primera condición: que proporcionen los nutrientes que necesitamos (criterio nutricional). La Pirámide de la Alimentación Saludable vuelve a ser, de nuevo, el referente que nos ayude a preparar la lista de la compra. En ella no deben faltar los alimentos saludables que debemos consumir diariamente: el pan 3(compra diaria), arroz y otros cereales, gofio, papas, verduras y frutas (compra diaria, si fuera posible, dando preferencia a las verduras y fruta del país), agua 4, leche, yogur, queso fresco y aceite de oliva.5 Tampoco deben faltar los alimentos que debemos comer dos o tres veces a la 1 Extraído del Curso ALIMENTACIÓN Y COCINA SALUDABLES, Radio ECCA, 2001. Producido por quien suscribe. Modificado. Para profundizar en estos temas siga el curso mencionado. 2 A lo largo de muchos programas hemos venido diciendo una y otra vez que la alimentación condiciona la calidad y expectativas de vida de la población y cómo los hábitos alimentarios inadecuados se relacionan con numerosas enfermedades de elevada prevalencia y mortalidad en Canarias: enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes, osteoporosis, anemia, colesterolemia, algunos cánceres, etc. 3 El pan integral contiene mayor cantidad de fibra, carbohidratos, vitaminas y minerales. El consumo de fibra favorece el tránsito intestinal y disminuye las posibilidades de padecer un cáncer de colon. 4 Es más recomendable el agua sin gas, con bajo contenido de sodio (menos de 15 mg/litro) y bajo contenido de flúor (menos de 1 mg/litro). 5 El aceite de oliva extra es fruto del primer prensado y tiene una mayor calidad. Diariamente también usamos la sal y el azúcar; pero debe hacerlo con moderación. (Use especias para sustituir la sal y un edulcorante no calórico para sustituir el azúcar en el caso de personas diabéticas) La restricción de sal debe ser mayor en el caso de personas con hipertensión (tensión alta). 1 semana: legumbres frescas, judías, garbanzos, frutos secos, pescado (fresco, congelado 6 o enlatado), huevos, pollo, etc. Finalmente, compre pocas carnes rojas, quesos curados y embutidos (son alimentos ricos en grasas y ya hemos visto los problemas que tenemos en Canarias de obesidad, colesterolemia, hipertensión, etc., que desembocan en la enfermedad cardiovascular). Después de todo lo dicho durante muchas semanas, valore en su caso particular y el de su familia, la conveniencia de comprar determinados alimentos, que en unos casos pueden resultar adecuados y en otros no: mantequilla, margarina, leche entera, frutas en lata para alguna ocasión o para preparar otros platos, chocolate7, zumos8, helados, etc. Finalmente, después de todo lo que hemos venido repitiendo, debe restringir mucho los siguientes alimentos no recomendables, visto el impacto que están produciendo en la población canaria: bebidas alcohólicas, refrescos 9 bollería y pastelería industrial, aceites de coco o de palma o productos que las contengan, alimentos con grasas hidrogenadas o ácidos grasos “trans”, manteca, golosinas, carnes en lata, cubitos de caldo para dar gusto a determinados platos10, embutidos muy grasos… En todos los casos, debemos siempre considerar la relación calidad precio, dando preferencia a los alimentos frescos que sean asequibles económicamente, optando además, por los naturales, saludables y seguros, dejando las marcas en un segundo lugar. Compre los alimentos que consuma en el mes, no los almacene demasiado tiempo ni los consuma una vez pasada la fecha de consumo preferente, consérvelos adecuadamente y manipúlelos extremando la higiene personal, de los utensilios y del ambiente. Por último, sea exigente con las condiciones de higiene y conservación de los alimentos que compra: presentación de los alimentos, envase de protección, cadena del frío, higiene del manipulador, etc. Y sea, además, exigente y crítico con las características del producto: - Rechace los productos perecederos sin fecha de caducidad o no conservados en frío si así lo requieren. - Rechace las latas en mal estado. - Rechace los alimentos envueltos en papel no adecuado o en envases no autorizados. - Exija que los precios estén claramente expuestos a la vista del consumidor. - Lea la etiqueta. - Compruebe la factura y consérvela a los efectos de una posible reclamación. 6 Asegúrese de que no se ha roto la cadena del frío. Caso de consumirlo, hágalo con moderación; en ocasiones éste y otros alimentos no los metabolizamos adecuadamente y el organismo los reconvierte en grasas: triglicéridos. Los triglicéridos son considerados como un marcador de riesgo. 8 Siempre es preferible los alimentos naturales y en este caso concreto, mejor los zumos naturales. 9 Contienen excesos de azúcares, conservantes y, en algunos casos, sustancias excitantes y poco saludables. Por tanto, debemos evitarlos, particularmente en la niñez. 7 10 No sabemos lo que estamos ingiriendo ni el tipo de grasas que contienen. 2 - Revise la factura de la compra y compruebe que lo que le han cobrado coincide con los precios expuestos. LA CALIDAD: NORMAS BÁSICAS PARA COMPROBAR LA CALIDAD DE LOS ALIMENTOS. Una vez que ya sabemos qué alimentos comprar, anteponiendo el criterio nutricional y teniendo como referencia la Pirámide de la Alimentación Saludable 11, antes de adquirir cualquier alimento hay que saber reconocer si el producto que se adquiere es seguro (desde el punto de vista higiénico) y si éste tiene una adecuada calidad; destacando ahora las que nos parecen de mayor relevancia: - Pan: según la legislación vigente debe estar adecuadamente envuelto, suministrándolo al consumidor sin que el vendedor lo toque con sus manos. - Papas: deben estar sin restos de tierra. Es importante conocer su origen. Las papas verdes o con grelos12 no son aptas para el consumo. Las papas, para su conservación, puede que hayan sido tratadas con radiación ionizante; en este caso, en la etiqueta debe aparecer la mención de “irradiado” o “tratado con radiación ionizante”. Es un procedimiento de conservación seguro; pero el consumidor tiene derecho a saberlo y así lo obliga la legislación vigente. - Cereales y pastas: deben estar convenientemente envueltos y aislados del aire. Compruebe la etiqueta y, en todos los casos, la fecha de consumo preferente. - Frutas, verduras y hortalizas: compruebe que sean frescas, estén limpias, tengan buen color, que no estén dañadas por insectos u otros seres vivos y que no presenten zonas blandas algodonosas. Rechace las frutas golpeadas, magulladas o demasiado maduras; rechace las verduras y hortalizas con restos de tierra. Pregunte por el origen, compruebe que tienen etiqueta, indague sobre el uso de pesticidas peligrosos para la salud y lávelas bien (con un poco de lejía autorizada para uso alimentario), para disminuir los riesgos. Verifique sin han sido “irradiadas”, particularmente las cebollas y especias (debe ponerlo la etiqueta). Las verduras ya cortadas y presentadas en bolsas o bandejas recubiertas, hay que utilizarlas inmediatamente, ya que se deterioran antes y tienen mayores pérdidas de nutrientes que las enteras. - Leche y productos lácteos: la leche siempre hay que adquirirla higienizada; es decir, que haya sido sometida a la acción del calor y de este modo asegurar la eliminación de microorganismos perjudiciales para la salud. En el mercado 11 12 Si no dispone de ella, solicítela en los estudios de Radio Valsequillo. Retoños blancos que aparecen en las papas viejas, apropiadas para ser plantadas. 3 podemos encontrar distintos tipos de leches higienizadas: pasteurizadas, esterilizadas, condensadas, etc. Compruebe la fecha de caducidad y la etiqueta. Los quesos deben exponerse protegidos y en lugares frescos. El queso tierno se contamina con facilidad, debe adquirirlo convenientemente protegido y consumirlo de forma inmediata. El yogur debe estar refrigerado siempre. Compruebe la fecha de caducidad y rechace los envases mal cerrados, rotos o abombados. Las cremas y natas son alimentos de un alto valor nutritivo por su riqueza en grasas, se contaminan con facilidad y pueden ser alimentos peligrosos. Deben estar convenientemente envasadas y conservadas en armarios o estantes refrigerados. - Huevos: deben estar limpios, sin roturas en la cáscara, tener fecha de envasado y caducidad, debiendo estar conservados en mantenedores con frío (aunque este extremo no sea de obligado cumplimiento). Si no se conservan adecuadamente pueden ser perjudiciales para la salud. Cuando los abrimos para prepararlos (fritos, cocinados, etc.) verificamos si son frescos o no, por el área que ocupan: si son frescos, la clara y la yema son firmes y ocupan un círculo pequeño, quedando la yema centrada sobre la clara. - Pescado: el pescado fresco debe estar expuesto en bandejas inoxidables y refrigeradas o con hielo limpio en un plano inclinado. Para saber si el pescado es fresco, compruebe si la piel es tersa, brillante y firme, agallas rojas, escamas brillantes y adheridas a la piel, ojos brillantes y transparentes y buen olor (el pescado al descomponerse desprende amoniaco y otros compuestos que producen mal olor). El pescado congelado, si no se ha interrumpido la cadena del frío, tiene igual valor nutritivo que el fresco. Averigüe el origen, ¿es de piscifactoría? Su valor nutritivo puede ser distinto del que se ha criado y desarrollado de forma natural. Los mariscos y moluscos se alteran con facilidad por lo que se deben adquirir en establecimientos que ofrezcan garantías de higiene y conservación. - Carnes: las carnes contienen microorganismos de forma natural, se contaminan con facilidad, por lo que deben estar convenientemente protegidas y refrigeradas. Para comprobar su calidad fíjese en su aspecto externo, consistencia, olor y color. Las carnes de buena calidad tienen una superficie tersa, consistencia firme y elástica y están ligeramente húmedas. Toda carne dura, poco flexible, seca o con manchas oscuras ha sufrido alteraciones. - Embutidos: deben presentarse protegidos en expositores frigoríficos. Los presentados en lonchas ya cortados se resecan antes y hay que consumirlos rápidamente. Consuma los que tengan menos contenido en grasas y hágalo con mucha moderación. 4