Download DJs puetorros en Estados Unidos remixean la identidad latina

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POR LUIS RAFAEL TRELLES . Especial El Nuevo Día
FOTOS CHRISTOPHER GREGORY/ ESPECIAL PARA EL NUEVO DIA
L
legaron para tocar música, a mezclar cosas
que no se supone que
se escuchen juntas:
merengue con funk o hip hop
con cumbia. Llegaron con ropa
ochentosa, camisetas con emblemas kitsch, skinny jeans y
gafas gruesas de pasta. Llegaron
desde Puerto Rico, u originalmente de la Isla pero por medio
de escuelas de arte en los Estados Unidos. Llegaron a buscar
chinchorros en Brooklyn o en el
Lower East Side donde poner la
gente a bailar.
Llegaron los “hipster ricans” a
con una base tropical, para conectar con la ciudad y la noche.
COMO EN UN ESPUMA PARTY
Es jueves en la noche en la barra Home Sweet Home, en el
Lower East Side, cerca de los
“comeyvetes” del barrio chino.
Estos son lugares donde fácilmente se consiguen cinco dumplings de cerdo y cebollines a
peso, la cena más barata de Manhattan. La barra queda en un sótano, reforzando el aspecto de
chinchorro en un barrio barato.
Lo primero que llama la atención al entrar es el sonsonete de
que actualmente termina una
Maestría en Hunter College.
“En todos los open studios le
pedía a gente que trajera cosas
que representaran las fiestas de
marquesina en Puerto Rico. Ahí
fue donde Glori y yo comenzamos a tocar”.
“Empezamos con el nombre
por los partys a los que íbamos
de chiquitos. Le pusimos una D
al frente porque en Puerto Rico
hacen eso cuando quieren ser
fancy”, comparte Glori, que por
el día trabaja con el conocido
artista neoyorquino de origen
tailandés Rirkrit Tiravanija.
DJs puetorros en Estados Unidos remixean
la identidad latina, canción a canción
Nueva York, para crear su propia escena.
La figura del hipster se puede
ver en todos lados en la gran
manzana. Chicos y chicas en
sus veintipico y treinta y tantos
se pasean por la calle con un
sentido de la moda que incluye
pantalones tan pegados, que
uno supone que se utilizó vaselina para lograr que subieran
por las piernas.
Se caracterizan por su afición a
la cultura pop de los 80, la década de la infancia de algunos,
aunque otros aún no habían nacido para esa época. Sus gustos
tienden hacia una estética de la
recombinación -la mezcla al garete- y las nuevas teconologías
que hacen esto posible.
No hay nada como la música
para crear un sentido de comunidad entre las tribus urbanas. El
corillo de DJ’s puertorriqueños
que se ha encontrado en Nueva
York utiliza un universo diverso
de influencias sonoras, a menudo
René, de Calle 13; ‘Suave’ suena a
todo volumen. Pero hay algo totalmente diferente con la pista: el
tumbao del reguetón ha sido sustituido por una especie de perico
ripiao, el ritmo dominicano, con
toques electrónicos.
El público también llama la
atención. De un lado un grupo
de chicos americanos abarrotan
la barra. En la pista de baile se
apiñan los latinos. Y en una esquina, en la cabina del tocadiscos, está el maestro de ceremonias, Héctor Arce.
Él es la mitad del dúo de DJs
que componen D’Marquesina.
La otra integrante es Glorimarta Linares, o Glori. Juntos representan el grado cero de la
nueva onda musical puertorriqueña en Nueva York, ya que su
propuesta se podría considerar
la más exitosa. La canción es un
remix de Héctor.
“Todo empezó como un proyecto artístico sin tratar de ser
DJ”, relata el estudiante de arte,
“La idea es tocar todo tipo de
música”, añade Héctor. “A mí me
encanta tocar una canción que
normalmente no mezclaría, de
distintos géneros”.
“Héctor y yo tocamos diferente”, asegura Glori. “Yo nunca toco cumbia y él la pone bastante;
yo pongo mucho reguetón y él
no lo pone tanto”.
El complemento de estos dos
gustos ha sido exitoso. Las fiestas
de D’Marquesina, que son regulares en Nueva York, pero que
también se han dado en Puerto
Rico, tienen seguidores fieles.
“Hemos hecho parties en un
montón de lugares por acá. Siempre viene un corillo de puertorriqueños, pero dependiendo de
donde toquemos cambia la gente
que viene”, comenta Héctor.
“Somos como 40 boricuas por
acá; muchos somos profesionales en cosas bastante creativas.
Yo les llamo los boricuas besPor favor pase a la página siguiente
LEONARDO VELÁZQUEZ,
produjo su álbum desde su apartamento en Nueva York.
CRISTOPHER RIVERA, “El Brujo Tocadiscos”
OMAR TORRES en su set de DJ
en Chicago. Abajo, el cantautor Jorge Chafey en Nueva York.
Tanto Rock L como El Brujo se
distinguen por la pasión de descubrir canciones nuevas y difíciles de
conseguir, a veces de géneros oscuros y olvidados. En ese sentido
son unos musicólogos de la calle,
siempre pendientes a reencontrar
un álbum perdido que les vuele la
cabeza.
“No solamente es tocar música en
un lugar. Para mí es muy importante la investigación que va en
conseguir un disco”, dice Raquel,
que mezcla los discos de pasta con
la música digital en sus sets mensuales en la barra Emerson, en
Brooklyn.
“Yo me fui en el viaje de conseguir
discos de vinil de música en español
en Nueva York. Éste es el lugar donde convergen un montón de culturas latinas”.
El brujo tocadiscos toca todos los
primeros jueves de mes en Home
Sweet Home, la barra donde también toca D’Marquesina. Describe
al público como “artsy; una mezcla
de mexicanos y boricuas con un
gusto poco común”.
“Lo mejor es cuando alguien se
me acerca y me pregunta ‘¿qué canción es esa?’. Entonces me siento
como que la noche está bregando”.
Javier Rodríguez Rullán, un empresario incipiente que intenta
montar fiestas entre Boston y
Nueva York, se queja a menudo de
la actitud puritana de Nueva Inglaterra. “Las cosas cierran temprano acá”, dice con un suspiro. “A
las 2:00 de la mañana ya te están
apagando las luces”.
Con un trasfondo en la escena de
música ska en la Isla, en los Estados Unidos se reinventó, iniciándose como DJ. “He hecho
parties que se llaman ‘Latin Meets
Rock and Roll’. Combino boogaloo
de los 60 y 70 con una colección de
rock de garaje en español”.
A sus fiestas le añadió el concepto de regalar empanadillas y
fritangas durante sus sets musicales. Las reparte desde la cabina
del DJ, por lo que adoptó el nombre de “Cuchi Frito Man”.
“La idea del party es integrar comunidades: que estén los hipsters
y los dominicanos jangueando
juntos”, comparte quien ha tratado de hacer un puente entre
Boston y la escena neoyorquina.
“Tiene que ver con la ‘gentrificación’ también. Cuando hice eventos en Williambsburg en Brooklyn,
la capital del hipster, quería traer
ritmos de gente que ellos mismos
habían desplazado del barrio”.
duo D’Marquesina. Tocan mensualmente en Home Sweet Home
en el Lower East Side.
Discoteca web
Por aquí puedes escuchar la
onda de la nueva generación
de DJ’s.
CHICAGO
AFRO -SÓNICO
Omar Torres empezó la organización Agúzate al llegar a
Chicago en 2003 con la intención de llenar un vacío que tenía la ciudad. “El concepto era
celebrar la música afro-latina.
Así empecé el proyecto con Abner Bardeguez, porque no habían suficientes promotores”.
Actualmente Agúzate colabora con el colectivo de DJs Sound
Culture, para tocar desde latin
house hasta electro tango y
cumbiatón en el restaurante
D’Noche. El sitio tiene un valor
simbólico importante. Ubicado
en Nogal Square, está en el corazón del barrio puertorriqueño por excelencia.
El evento, llamado “Globe Sonico”, expande lo que se considera un party latino en Chicago. “Mezclamos cumbia y salsa con ritmos electrónicos”, explica Omar.
“Nos interesa explorar la onda afro en todas las culturas
latinas”, así resume la sensibi-
1. Remixes y mash ups de
D’Marquesina:
http://soundcloud.com/search?q[fulltext]=d%27marquesina
2. El bugalú del “Cuchi Frito
Man”:
http://soundcloud.com/search?q[fulltext]=cuchi+frito+man
3. DJ Rock L, “Estas botas son
para caminar”:
http://soundcloud.com/search?q[fulltext]=Raquel+Berrios
JAVIER RODRÍGUEZ RULLÁN, el “cuchi frito man”
4. El Brujo Tocadiscos: “Pero
me aburro” de Kaka de Luxe:
lidad que persigue.
http://www.youtube.com/watch?v=5Bn1V_-Er2c
LOS MÚSICOS
TAMBIÉN TOCAN
Nueva York no solo se trata de
DJ’s. Hay músicos y bandas
puertorriqueñas que también se
nutren de la ciudad para confeccionar su sonido.
Balún se caracteriza por sus
capas sonoras y su música ensoñadora. Con su último mini-álbum “Memoria textil”, que
juega con sonidos computarizados retro, se encontraron con
una escena musical diferente.
“La comunidad del 8-bit y el
chiptunes nos acogió”, dice José
Ángel Olivares, uno de los creadores de la banda. Se refiere a
un género que se basa en los
sonidos de videojuegos y computadoras de los 80.
“Al igual que nosotros, son
unos nerds de la música”, comenta Noraliz Ruiz, otra integrante. Lo cierto es que Ba-
5. Omar Torres
http://aguzate.org/live/
Las bandas también suenan:
1. “Memoria Textil” (2010)Balún
http://soundcloud.com/search?q[fulltext]=Bal%C3%BAn
2. “El fin del sueño del helicóptero personal” (2010)- El Medio
http://elmedio.bandcamp.com/
lún trasciende ese género tan
específico, pero sí compartieron con esa subcultura, que
expandió sus horizontes con
la banda.
Leonardo Velázquez ha colaborado con Balún, y también tiene un proyecto personal conocido como El Medio. Recientemente terminó su último álbum,
que produjo en Nueva York: “El
fin del sueño del helicóptero
personal”. En él regresa a su fórmula de cantautor con influencia del rock indie. Leo trabaja
desde su propio dormitorio,
donde graba la mayoría de los
instrumentos él mismo.
“La ciudad que no duerme
tampoco sueña”, comenta crípticamente. “Esta es una ciudad
de extranjeros”.
Jorge Chafey representa otro
lado de la ecuación musical. “La
música que hago es más samba y
funk”, comenta. “Jorge Ben Jor”,
dice sobre la leyenda de la música
brasileña de los 70, “es Dios”.
Chafey se lanzó recientemente a tocar en vivo; se pule como
músico en restaurantes brasileños. “Toco samba en español”,
dice y procede a explicar que ya
está grabando un demo, con miras a producir un álbum.
ACtO
EL
GLORIMARTA LINARES Y
HÉCTOR ARCE conforman el
SUMINISTRADA/JAVIER RODRÍGUEZ RULLÁN
Raquel Berríos, “DJ Rock L”, y
Cristopher Rivera, “El Brujo Tocadiscos”, también forman parte de
este grupo que redefine a su manera
lo que es ser latino en Estados Unidos. Raquel considera que pertenece a “una comunidad de gente de mi
edad, profesionales, educados. Todos tenemos ese interés creativo”.
“Yo vivo en un mundo de música
de los 60, 70 y 80”, añade. Muchas
veces toca salsa gorda con música
disco, funk o soul setentosa.
Cristopher Rivera, que actualmente termina una Maestría en medios
combinados en Hunter College, lleva tocando desde el 2007, cuando
organizaba unos eventos en Puerto
Rico llamados “Noches Random”.
Describe su onda en Nueva York
“como un party diferente, con una
mezcla de música subterránea que
incluye el new wave español, de la
‘movida’ de España, como la banda
que tenía Pedro Almodóvar a principios de los 80. Eso lo mezclo con
cosas más duras, como música punk
o industrial británica”.
“Me encanta la música”, afirma
entusiasmado. “Soy un adicto a la
música. Me gusta crear un ambiente a través de ella”.
FOTOS CHRISTOPHER GREGORY/ ESPECIAL PARA EL NUEVO DIA
MUSICÓLOGOS
DE LA CALLE
PARA PURITANOS
SUMINISTRADA/OMAR TORRES
sualmente en la barra Emerson
en Brooklyn.
CUCHIFRITOS
tiales, esos nos apoyan mucho”,
agrega Glori.
Una estética de lo charro, del pop
descartado de los 80, los caracteriza. “La gente está esperando el
momento en que se toque Vico C y
Lisa M. La gente quiere Jerry Rivera viejo, Juan Luis Guerra viejo...
Yo pongo lo que la gente quiere
escuchar”, explica.
Excediendo sus propias expectativas, el proyecto ha seguido creciendo. “Lo de nosotros fue bien
loco porque en menos de tres años
terminamos tocando en parties de
los Grammy”, menciona Héctor.
Una gira auspiciada por Heineken los llevó por Los Ángeles, Chicago y Miami en el último año.
Dice mucho del eclecticismo del
dúo que en ese tiempo le abrió a
artistas tan diversos como el reguetonero Tito el Bambino, la banda mexicana de pop rock alternativo Hello Seahorse! y Bomba Estereo, el grupo colombiano de
cumbia sicodélica.
Lo que no varía de guiso en guiso
es la actitud juguetona, con el guiño
irónico siempre a flor de piel.
“No me considero DJ”, afirma
Glori. “Yo pongo una canción detrás de otra y ya”.
SUMINISTRADA / JORGE CHAFEY
RAQUEL BERRÍOS, toca men-
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