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RESONANCIAS Nº 7 NOVIEMBRE.2000 � IMUC INS T I T U T O D E M US I C A PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE � IMUC Nº ISSN 0717-3474 Resonancias Nº7 Noviembre 2000 Publicación semestral del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Jaime Guzmán Errázuriz 3300 Fono 686 5098 Fax 686 5250 Santiago - Chile Director Instituto de Música Octavio Hasbun R. Director Resonancias Alejandro Guarello F. Comité Editorial Juana Corbella Jaime Donoso Octavio Hasbun Juan Pablo González Alejandro Guarello Osear Ohlsen Carmen Peña Colaboran en este número César Albornoz, Eduardo Cáceres. CAMERA. Juana Corbella, Rafael Díaz, Alejandro Guarello, Bernardo lllari. Graciela Musri. Carmen Peña, Irma Ruiz Edición Alejandro Guarello Las opiniones aquí vertidas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Diseño Gráfico Paula Mujica M. Impresión Impresos Lahosa S.A. Suscripción anual Chile: $ 8.000 pesos Extranjero US$ 28 Dls. Incluye envío postal Secretaría y Ventas Oficina de Extensión IMUC Fono: 686 5098 Fax: 686 5250 1 I n d i ce ENTREVISTAS 05 Alejandro Guarello 11 Alejandro Guarello 17 Eduardo Cáceres 25 Varios autores Juan Orrego Salas Premio Nacional de Música, 1992 REFLEXIONES ¿Es posible enseñar composición? El Estudio de la Composición en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile C.A.M.E.R.A. Las cosas por su nombre TESTIMONIOS 36 El Instituto de Música en imágenes ESTUDIOS 51 Carmen Peña Aporte de Samuel Claro Valdés (1934-1994) a la musicología en la Pontificia Universidad Católica de Chile 55 Comunicado del Jurado 59 Bernardo Illari 96 Irrna Ruiz Premio Musicología Samuel Claro Valdés 2000 Zuola, criollismo, nacionalismo y musicología ¿ Porqué estudiar todas las músicas ? Una visión integradora desde la etnomusicología 105 COMENTARIOS Rafael Díaz Compositores Chilenos. Música para violín solo. Isidro Rodríguez 107 Graciela Musri Música Chilena del siglo XX. V olumen IV 111 César Albornoz Salas, Fabio El Rock. Su historia, autores y estilos 2 115 127 BITACORA Juana Corbella Bitácora de Actividades IMUC mayo 2000 / ago�to 2000 CARTAS 3 E d ito r i a l Esta es Ja primera oportunidad en la corta vida de esta publicación que dedicamos un espacio importante a un tema que, en las últimas décadas, ha sido relegado de las preocupaciones de los músicos: la Composición, su enseñanza y su práctica. Como un modo de aproximación a este importante oficio las secci ones Entrevistas y Reflex iones están dedicadas a la Composición Musical . En Entrevistas, la figura de Juan Orrego Salas, uno de los más importantes compositores chilenos y Director fundador de nuestro Instituto nos motivó para conversar sobre su quehacer. su perspectiva frente a la actividad musical y la situación del creador ante las condiciones que impone el desarrollo de la cultura actual. Reflex iones. en cambio. está dedicada a dar cuenta del cómo, dónde y de qué manera se enseña Composición en Chile. Diversas son las posiciones con que se aborda el tema permitiéndonos, de cierta manera, reflexionar sobre los riesgos que puede correr tan i mportante actividad frente a criterios aplicados en base a un desconocimiento y desvalorización del oficio del compositor actual. Tal es el caso de CAMERA, una agrupación que se acaba de formar como reacción frente a l a adversidad generada por la exoneración, en bloque, de todos los profesores que trabajaban en el Departamento de Composición del Instituto de Música de la Universidad Católica de Valparaíso. Cualesquiera que fueran las razones para tomar una decisión como esta. revela la poca o nula importancia que algunas personas, incluso desde el propio mundo académico y cultural. dan al desaJTo!lo de la creación musical. Esto se ve reafirmado al repasar la h istoria y vicisitudes de la enseñanza de la Composición en la Universidad de Chile y al dar a conocer la reciente existencia de esta disciplina en nuestro propio Instituto. En Testimonios, como un modo de establecer una relación más afectiva que informativa, el Comité Editorial resolvió recordar, a través de la fotografía, a profesores, músicos. actividades, publicaciones, directores, colaboradores. en fin. a todo y a todos aquellos quienes han sido parte importante de la vida del IMUC, institución que hoy cumple 40 años de existencia. La sección Estudios está dedicada a la segunda versión del Premio de Musicología "Samuel Claro Yaldés" que recientemente se acaba de otorgar. Carmen Peña nos entrega una visión del trabajo del propio Samuel Claro al interior de la Universidad Católica. Luego, el veredicto del jurado, su juicio y fundamentación, anteceden a la publicación del trabajo premiado correspondiente a Bernardo lllari y que trata e xhaustivamente sobre el criollisrno y nacionalismo en el período colonial americano. 4 Estudios se cierra con el artículo de Irma Ruiz, miembro del jurado, que fue presentado durante la ceremonia de Premiación y en el cual expone sobre la necesidad de abordar, hoy en día, todas las músicas. Comentarios de discos, libros y publicaciones constituyen nuestro aporte crítico a la creación, interpretación, investigación e información musical que se manifiestan en las publicaciones aparecidas en Chile durante los últimos meses. Sin embargo, pese a la gran cantidad de publicaciones ocurridas en los últimos meses y por razones de espacio, presentarnos sólo tres de ellas dejando para el próximo número la revisión de las restantes, considerando también que durante el verano chileno no son muchas las ediciones que se concretan. En nuestra habitual Bitácora presentamos todas las actividades desarrolladas por el Instituto de Música de nuestra Universidad durante el período comprendido entre mayo y agosto de 2000. Finalmente, en nuestra sección Canas, publicamos un sentido homenaje póstumo a Gabriela Pizarro de parte de su amiga y colega Margot Loyola. Además, una aclaración acerca del artículo de Tiziana Palmiero publicado en nuestro número anterior. Alejandro Guarello 5 E NT R E V I S T A S Nacido en Santiago de Chile, el 1 8 de enero de 19 1 9, realizó sus estudios básicos de música en el Conservat01io Nacional pura Juego ingresar u lu J u a n O r r e g o Sala s P r em i o N a c i o n a l d e M ú s i c a , 1992 - E n t r e v i sta de A L E J A N D R O G U A RELLO I n stituto d e M ú s i c a Pontificia Universidad Católica d e Chile Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica profesión que abandonó para dedicarse exclusivamente a Ja música. Estudió composición con Pedro Humberto Allende, Domingo Santa Cruz , Randall Thompson y Aaron Copland. Además, realizó estudios m usicológicos con Paul Henry Lang y Georg Herzog. En 1 939 fundó y dirigió hasta 1 954, el Coro de la Universidad Católica. En 1 960, se convierte en el primer director del Instituto de Música de la misma casa de estudios. Entre 1 947 y 1 953 ocupó el cargo de Director de la Chileno Revista Musical si e n d o . además, crítico musical de El Mercurio desde 1950 a 1960. En la década de los 60. viaja a Estados Unidos donde establece el Centro de Música Latinoamericana en la Universidad de Indiana en cuya Escuela enseña composición hasta su retiro como Profesor Emérito en 1987. 6 E N T RE VISTAS Premio Nacional de Música en 1992, Premio Interamericano de Cultura Gabriela Mistral y el Título Honoris Causa otorgado por la Universidad Católica, y distinciones. se encuentran entre sus innumerables premios Como compositor ha recibido numerosos encargos de diversas instituciones tanto de Chile como de Estados Unidos y sus obras han sido estrenadas por los más destacados músicos y directores tanto en Estados Unidos y Latinoamérica. Además, Orrego Salas es autor de numerosas monografías, artículos y ensayos sobre diversos compositores y tópicos musicales que han sido publicados en Inglaterra, Estados Unidos y Latinoamérica. Siempre apegado a Chile, don Juan Orrego Salas ha accedido, con su conocida amabilidad, modestia y simpatía a responder via e-mail algunas inquietudes que nos han permitido conocer su visión de la música actual y lo que fue �u labor en Indiana. EE.UU. y aprovechar, aún más, su participación en nuestra Quinta Escuela Internacional en calidad de Profesor Visitante durante el mes de noviembre de 2000. - ¿En qué consiste el centro de Música Latinoamericana? ¿ Cuál es su objetivo más importante? El Centro de Música Latinoamericana fue establecido en 1961, con los auspicios conjuntos de la Fundación Rockefeller y la Universidad de Indiana en Bloomington, Estados Unido� de Nm1earnérica. Se le engastó en Jos Programas de Ja Escuela de Música de esta Universidad, cuya labor docente, de investigación y promoción de la música es internacionalmente reconocida. El Centro se incorporó a la realización de estas tres tareas en el espacio de Ja música latinoamericana. Para cumplir con las de docencia e investigación, se establecieron cursos de orientación analítica, histórica y musicológica, y estos estudios combinados con los del idioma español, el folklore y materias básicas de la música, se asimjlaron al Bachillerato, Maestría y Doctorado en Musicología, con especialización en Latinoamérica. En todas estas etapas se ha exigido Ja presentación de Memorias y Tesis sobre tópicos pertinentes a esta área de concentración. En lo que se refiere a promoción, Juego de haber establecido una biblioteca y archivo sonoro, -hoy considerado el más grande del mundo en esta especialidad,- se iniciaron Festivales internos de música latinoamericana; pero lo más importante fue el poner a disposición estos materiales, de orquestas, conjuntos de cámara, sol istas y organizaciones de concierto de todo el mundo, para abrir cauces hacia la difusión de nuestra música en la actividad de conciertos regulares presentados por éstas, como también a la investigación de estudiosos de otras universidades. En la actualidad, la persona que me sucedió en el cargo de director, Dra. Carmen Tellez, está iniciando el desarrollo de un programa de publicaciones y grabaciones, como también de difusión de la música popular y folklore de Latinoamérica. - ¿Cómo se produjo el que se le pidiese a Ud. el establecimiento y dirección de este Centro? Fue un ofrecimiento conjunto de Ja Fundación Rockefellcr y la Escuela de Música de la Universidad de Indiana; y esta última me lo formuló en combinación con un profesorado en el Departamento de Composición. - ¿Cuál ha sido el impacto en el mundo musical norteamericano de la existencia de un Centro como este ¿Cómo accede Latinoamérica a Ja información existente? 7 E NTREVISTAS El impacto está expresado por el número de Maestrías y Doctorados que a lo largo de los años se han concedido con especialización en el área latinoamericana. Mucho de los titulados están ejerciendo labores de docencia en esta misma área en otras instituciones de educación superior. También está expresado por la cantidad de música de nuestros paises que figuran en los programas de concierto y radio de Estados Unidos. El acceso de Latinoamérica a la labor del Centro ha sido, con el con-er del tiempo, el proveer parti tu ras, grabaciones y estudios sobre tópicos históricos, etnomusicológicos, creación popular, etc. a su biblioteca, lo que se ha generado en iniciativas de los propios compositores e investigadores como también de instituciones y gobiernos. Además. desde que se estableció el Centro en la Universidad de Indiana ha aumentado considerablemente la población de estudiantes de música de Latinoamérica que se han enrolado en diferentes especialidades y programas de título. - ¿Mirando a Chile desde la distancia, cuál es su visión del estado y desan-ollo de la composición, por una parte, y de la vida musical por otra? No sólo durante mis veintisiete años como miembro de la Facultad de Música de la Universidad de Indiana y Director del Centro de Música Latinoamericana (1961- 1 987, sino que hasta hoy sigo mirando a Chile con profundo cariño e interés. Mis ausencias y presencias entre ese país y mi hogar en Bloomington han sido siempre constantes regresos en dos direcciones, Semper reditus, como subtitulé mi Sexta Sinfonía. Esto no expresa el que todo haya sido fácil en mis más de veinte años de actividades profesionales en Chile y otro tanto de formación. No todo fue "miel sohre hojuelas'', pero los instantes difíciles me enseñaron tanto como los de verdadera complacencia. y esto lo siento siempre reflejase en mis pensamientos y actividades. Pero Ud. me ha preguntado cómo veo hoy a Chile desde la distancia. En primer lugar como un país que con valor y perseverancia se está recuperando de los sufrimientos que afectaron a tantos chilenos en un pasado que no me tocó experimentar directamente, pero sí, rechazar con absoluta convi cc ión ; el de los años 1973 al 90. En lo que se refiere a la música, habría querido que la distancia se hubiese acortado y los regresos hubiesen sido más frecuentes, para que hoy conociese mejor la obra de mis colegas que han ido floreciendo en este tiempo. Esto me ha hecho mucha falta. Muy poco de ellos ha llegado a la biblioteca del Centro. A muchos les conozco las caras porque han sido afectuosos en acercarse en mis regresos al país. Por esta razón me es difícil responder como veo el estado y desarrollo presente de la composición. El escaso contacto que he logrado tener con ésta a través de algunos CD que se me han enviado, me sugieren un Chile inquieto , de compositores que buscan y se arriesgan, no siempre apoyándose en una formación muy sólida. Tal vez en aquella experiencia que enseña y todo creador requiere: la de escuchar su obra separada de sí mismo, sometiéndola a la reacción del públic o . En cuanto a la vida musical, quisiera ver que la obra que no sea del repertorio "standard", llegue a la programación de los conciertos oficiales. En esto Chile está quedando atrás. En Europa y Estados Unidos se observa cada vez con más frecuencia 8 E N T R E V I S T A S que la programación de las orquestas, ópera, conjuntos de cámara y solistas están rescatando la música nueva de la sola inclusión en conciertos de elite o festivales especializados, en que terminan los compositores escuchándose a sí mismos. Así, se priva al compositor de exponer su obra al público que concurre a los conciertos arrastrado por su amor a la música, y al público mismo. de tener contacto con lo suyo y su tiempo. y ampliar el espacio de su goce más allá del pasado. Hoy dia, el constatar que en Estados Unidos y Europa figuren en la programación los nombres de Messiaen, Webern, Berg, Lutoslawsky, Berio, Ligeti, Part, Schnittke, Babbitt, Binwistle y muchos otros de esa generación y posteriores, es lo corriente. Y no he querido mencionar a Schoenberg, Bartok, Strawinsky, Britten, Copland, Schostakovitch, porque éstos ya son clásicos del siglo XX. Junto a este repertorio, me llama aún más la atención en nuestro país. la ausencia de música chilena, del pasado y presente. Creo que el peligro de formar un público sin raices en su tierra y en su tiempo, a corto plazo lo convertirá en un publico muerto, que preferirá ljUedarse en su casa escuchando, o tal vez, no escuchando, -mientras lee, conversa, juega canas,- obras que ya no le afectan, que guarda en la inconsciencia de "lo acostumbrado". En este aspecto contemplo desde la distancia un Chile que ha retrocedido, comparado con aquel en que la Orquesta Sinfónica programaba en cada concierto una obra contemporánea extranjera o chilena y que este mismo conjunto hacía conciertos educacionales en los barrios, siempre incluyéndolas, en que alternando con otras agrupaciones participaba en los Festivales Bienales de Música Chilena, donde el público se desempeñaba como jurado. Eran también los tiempos en que se remuneraba al compositor conforme a un sistema de Premios por Obra. Sé que mis reparos pueden injustamente castigar a las que a la distancia parecen excepciones al motivo de éstos. Sé que en el Teatro Municipal se presentó Wozzeck de Alban Berg, a estas alturas parte del repertorio corriente de los teatros de ópera del mundo. Me satisface saber que fue bien recibido por el público que puede caber en nuestro hermoso teatro. Desearía que de oportunidades como éstas pudiesen disfrutar muchos más y que a la vez, sea un punto de partida para la programación de otras óperas posteriores, del siglo XX. - ¿Cuál es su opinión respecto a la enseñanza de la composición en el m undo d e hoy? Contestar esta pregunta abarcando un espacio tan amplio requeriría haber podido observar, por lo menos a quienes se han distinguido en esta rama de la enseñanza, como Nadia Boulanger y otros. Contesto entonces basado en mi propia experiencia, la que fuera de Chile fue dire<.:ta en Estados Unidos , con mis maestros Randall Thompson y Aaron Copland. Thompson me reforzó las técnicas básicas de la música, me dió una visión amplia de la orquestación, y sobre todo, siendo él un eximio compositor <.:oral. me ayudó a penetrar a fondo en este medio. Leonard Bernstein, quien fue también su alumno, se ha expresado en términos similares. Copland me abrió horizontes hacia la música contemporánea y sobre todo me ayudó a penetrar en mi propio mundo, descubrir mis propias formas de expresión. Estas eran en esencia las contribuciones que a cada uno de ellos le reconocían sus E 9 NTRE VISTAS alu m n o s . Por lo m e n o s los q u e fu e r o n mis c o mpañe r o s de cla s e . También tuve l a oportunidad d e ver enseñar a Messiaen: un analista perspicaz y profundo quien basaba principalmente su enseñanza en la exploración de las técnicas de otros compositores. Lo escuché hacerl o con el Sacre du Printemps de Strawinsky. ¡luminoso! Asistí también a una clase de Goffredo Petrassi en la Academi a Santa Cecilia en Roma; a veces, elocuente en su crítica y otras , lacónico hasta reducir sus juicios a una mirada condenatoria al alumno o una sonrisa de aprobación. Varios alumnos me c o n fe s ar o n que su laconismo era lo que más les p e n e t r ab a . N o sé como sería Hindemith e n l a sala de clases , pero m e tocó conocerlo cuando le sometí un par de obras tempranas mias. Las examinó con cuidado y luego me las destruyó , apoyado en juicios que me parecieron altamente dogmáticos. Se me dijo entonces que a sus alumnos les exigía dar cuenta y razón de cada nota que escribían . Sin embargo, todo esto lo hacía con carisma y sin un dejo de sarcasmo. Ahora bien, para contribuir con una porción mínima a este mundo de la enseñanza, agregaré una somera descripción de lo que pienso y lo que me ha guiado como profesor de composición , desde hace algunos años . Parto por establecer que el oficio es parte de la creación; es la puerta de acceso al espacio del lenguaje personal del creador, de sus sueños. El maestro debe asegurarse que el discípulo conoce las técnicas básicas, -armonía, contrapunto, instrumentación,- que constituyen el oficio , y luego , guiarlo hacia la expresión de sus propias ideas y afectos , sirviéndose de estas técnicas , o las que pueda descubrir en este proceso. Para ello el maestro se sirve de su experiencia y capacidad para i nterpretar los sueños de sus discípulos. En consecuencia, el profesor de composición debe ser, en un nivel secundario, un expositor de técnicas y en un nivel superior, un diagnosticador de sueños, u n descubridor d e afectos, intérprete d e impulsos y evaluador d e aciertos y desviaciones. Siempre sentí que cada alumno de composición que entraba a mi estudio, traía en el pentagrama su propio sueño,- expresado bien o mal,- pero que me obligaba a penetrar en su propio mundo, diferente al anterior y al del que habría de venir, pero que requería que le sugiriese las herramientas apropiadas para crearlo y revelárselo a los demás . Para mi, este es el mundo de la enseñanza de la composición en el que cada alumno contribuye con ideas y emociones diferentes y a cada uno hay que guiarlo en sus propios términos. - ¿Cuál es su posición frente a la relación compositor-mercado que se dá en la actualidad? ¿Cómo opera esta relación en Estados Unidos? La política de mercado tiende hoy día a controlar todo en este mundo, hasta la creación artística, y no sólo en Estados Unidos. Las universidades y escuelas, las organizaciones de conciertos, orquestas, teatros de ópera, etc . etc. se han transformado en empresas. Lo que se vende parece ser lo mejor, por encima de la consideración de sus valores estéticos. El agente , empresario, editor, espera que el artista le provea un producto que ellos puedan vender fácilmente y recibir el porcentaje establecido por administrarlo . 10 E ¿Dónde me sitúo y o en este panorama? NT RE VISTAS Escribo lo que llena mis afectos s i n preguntarle a nadie. Pero m e dirijo al público. Deseo que éste m e entienda, estimular su imagi nación y capacidad de inrerpretar lo que expreso en sus propios términos. S iempre he pensado que siendo el artista el creador. en el caso de la música, el director, cantante, pianista etc . es quien la re-crea y el que la interpreta, es quien la escucha. - ¿Y cómo se las averigua con su editor? No me las averiguo más allá de cumplir mi contrato, de enviarle mis obras a medida 4ue las voy terminando y hasta el momento no me ha excluido de su catálogo. - ¿En una perspectiva socio-cultural, cree Ud. que la "modernidad" efectivamente terminó? ¿Frente al llamado "post-modernismo" cuál es su posición como pensador y figura de la música Chilena? La calma siempre sucede a la tormenta. Todos los impulsos con que se inició el siglo pasado, el de la anti-ortodoxia armónica que promovió Debussy. los que provocó el atonalismo de S h oenberg, la re-interpretación de la tonalidad y las formas de Strawinsky, la extensión del romantic ismo de S trauss, la búsqueda de una identidad nacional renovada de Bartok, etc, etc.; todo esto puso en movimiento la tormenta pluralista que remeció al mundo de la música llegado el medio siglo. Dadaismos, mini malismos. estructuralis mos. serialismos totales, aleatorismos, casualismos. técnicas electrónicas y computa.Iizadas, nuevas identidades regionales y todos los "neos" imagi n ables, hartaron la producción musical de esas décadas. Tal fue la proliferación y tan recargada de nuevos experimentos se vió la atmósfera de la música, que el espaci o comenzó a faltar para que estos pudiesen ser asimilados por la verdadera creación. El propio Schoenberg en su libro Esrilo e idea. expresó que si las c i rcunstancias del mundo hubiesen sido diferentes después de 1 914, la situac ión de la mús ica poste1ior habría sido distinta. Y fue desde entonces cuando comenzó a desarrollarse el llamado "Moderni smo", el que no hace mucho ha comenzado a disolverse en u n proceso selec t i v o y de calma, q u e se l o h a llamado "Post - mode r n i s m o". Este exhibe reacciones creativas valiosas: una amalgama de la tradición con los muchos aportes meritorios del experimentalismo precedente. No sólo una pléyade de nuevos compositores han comenzado a destacarse e n este nuevo suelo, sino que también algunos cuyas obras parecieron estar ahogadas por el caos expe r i m e n talista a n terior y q u e a h o ra se l e v a n t a n re n o v ados . Mientras unos han escrito sinfonías no muy distantes a las de Mahler y ouus parecen recién salidos de la corte de Nadia B oulanger, hay otros que abren caminos en que la tradic ión se une a impulsos y percepciones progresistas. Como compositor prefiero no i ndagar en lo que mi m úsica representa estética y técnicamente. Hacerlo me ha parecido siempre que es entrometerse en el espacio de las percepciones del inconsciente. Lo hago con otros apoyado en mis conocimientos y criterio. Hacerlo conmigo mismo sería un i nsulto a la espontaneidad, que respeto y en la que me apoyo como creador. 1 f REFLE XIO 11 NES Luego de varios i ntentos, a trav6 de casi diez años, el I nstituto de M úsica de la Pontificia Universidad Católica de Chile abrió sus aulas, a partir de 1997, a la enseñanza de la composición musical_ ¿E s p o s i b l e e n s e ña r composición? ALEJA N D R O G U A R ELLO Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile Esta disciplina, que h i s tóricamente había e stado rad icada en el ámbito del Conservatorio Nacional y luego en la Universidad de Chile, perdió presencia y capacidad de desarrollo con la modificación universitatia de 1 982 cuando la carrera de Composición de esa casa de estudios cerró su admisión al primer año creando un vacío frente al interés de los jóvenes por esta disciplina. Aquellos que requerían de una formación sólida tuvieron que recurrir a las c lases privadas con varios compositores que no tenían tampoco el espacio en las i nstituciones oficiales para entregar sus conocimientos y experiencias. Fue así como en la década de los ochenta y avanzada la de los noventa, la enseñanza de la composición se desarrol ló, en gran parte. ruera de la vida musical oficial e institucional, manteniendo débiles vínculos entre e'mdianres e incluso entre los diferentes compositores, dada la atomización de esta práctica. Todo lo anterior explica, aparentemente, el insospechado i nterés que despenó l a apertura d e l o s estudios d e Composición en la Universidad Catól ica. Para ocho vacantes en el primer año. se presentaron más de sesenta postulantes. Creyendo que esta situación era claramente anonnaL se mantuvieron las vacantes para la segunda promoción; sin embargo, se repitió el fenómeno hasta el presente habiendo admitido en los cuatro años de funcionamiento a casi cuarenta alumnos de composición en sus aulas. El interés por i niciar estudios de Composición en el Instituto de Música se exp lica también por el tipo de enfoque, plan de estudios y forma de desarrollo del curriculum. El primer punto importante es el perfil de admisión y los requisitos establecidos: aprobación de la P.A.A. (Prueba de Aptitud Académica) con u n puntaje sobre 600 y demostración de talento, vocación y hab i lidades creativas. En esta i nstancia se prescinde de los estudios musicales previos. Es decir, un joven que se ha aventurado en el mundo musical a través de una experiencia práctica, de oído, preferentemente en la música popular-rock y no sabe nada de teoría musical, -un analfabeto musical puede acceder a estudios musicales sin tener que haberse educado en el plano 12 R E F L E X I O N E S instrumental o vocal en l a línea del siglo XX; ejercicios de improvisación, creación individual Conservatorio o etapa elemental. entre dos o tres, y creación colectiva involucrando a la totalidad de los participantes. Toda creación es consolidada P ara corregir esta carencia, el sólo a través de la memoria evitando, por el momento, la curriculum de Com posición del escritura musical ya que el alumno se encuentra en etapa Instituto de Música de la Pontificia de alfabetización. Hacia la mitad del año, se le enseña la Universidad Católica de Chile se divide nomenclatura standard de la confección de una partitura en dos etapas: el Bachillerato en o partes instrumentales copiando en forma manuscrita Música y la Licenciatura en Música partituras editadas, confeccionando partes o re-copiando que comprende la etapa anterior. "en limpio" manuscritos de otros compositores. Durante Durante el Bachillerato (los dos el segundo año del taller, los alumnos comienzan a registrar primeros años) el alumno recibe una sus ideas e inician el camino hacia la escritura de sus instrucción concentrada en al ámbito composiciones que se desarrollan libres de imposiciones de la lecto-escritura musical con varias estilísticas y/o técnjcas. Se trata más bien de enfrentar al sesiones por semana. Simultáneamente, alumno a tener que transcribir sus ideas a la notación se le entregan los conocimientos musical adecuada. El resultado de todo lo anterior es un generales de la historia de la música y conjunto de obras que se presentan en concierto de alumnos toda la información acerca del léxico de Composición donde ellos tienen la posibilidad de técnico de la nomenclatura musical a cotejar las ideas con sus resultados sonoros reales, lo que través del curso Conceptos Básicos de les otorga una gran experiencia y se constituye, como es la Música. Lo novedoso de este de esperar, en una reafirmación para algunos y en una programa es que además de lo señalado crisis para otros. Sólo al finalizar los dos años del anteriormente, al alumno se le somete Bachillerato, el grupo de profesores (Pablo Aranda, Rafael en forma directa e inmediata al estudio y práctica de la Armonía, por una parte, Díaz, Alejandro Guarello y Aliosha Solovera) realiza una evaluación definitiva de cada alumno autorizando a seguir y del Contrapunto por otra. disciplina adelante o aconsejando llegar hasta esta etapa según sea esta última que se mantendrá a lo largo el caso. La complejidad de una evaluación en este ámbito, de los cuatro años de la Licenciatura. no permite tomar decisiones a corto plazo. Por el contrario, Como instancia en directa relación con el contacto con cada alumno durante dos años petmite un la praxis compositiva, incluida ya la conocimiento de las verdaderas capacidades y fuerza del Contrapunto, se desarrollan los dos vocacional evitando errores que pueden ser complejos en Talleres de Creación de un año de la evaluación creativa. duración cada uno. En estos talleres, los alumnos c o l e c t i v amente se Los dos años siguientes, correspondientes a la Licenciatura, enfrentan a la posibilidad de crear, consisten en la profundización de algunas materias y en inventar y dar sus primeros pasos en desarrollos de otras más específicas del oficio del el control de esa creatividad que los irá encaminando hacia la Composición compositor. Cursos de Análisis de la Composición I y JI, Organología, Orquestación. Contrapunto m y IV se suman propiamente tal que se consolidará en a los dos Talleres de Composición l y Il. La denominación l o s dos s i g u ientes de l a de Composición y no de Creación corresponde a un Licenciatura. Las sesiones d e taller cambio fundamental en el proceder, los objetivos y las años pueden ir desde la audición de los dificultades que presenta el "componer" contrapuesto al propios mundos sonoros de los simple "crear". En esta etapa, los alumnos se agrupan de alumnos (músicas preferidas por ellos) a dos o tres por profesor, el trabajo es mucho más a obras de grandes compositores de personalizado y exigente. Se comienza a controlar el R E FL E X I O N E S ¿Es Posible enseñar . 13 proceso compositivo a través de una crítica y autocrítica de cada paso que se da en la composición y se buscan referentes en la literatura musical contemporánea que ayuden a resolver los diversos dilemas que la composición en curso plantea. Si bien es cierto que cuatro años partiendo de la nada es muy breve para formar un compositor, el alumno que se encuentra en el último año ya ha tenido una gran experiencia, habiendo presentado obras en diferentes instancias, fondos concursables, concursos de composición, conciertos de alumnos, conciertos en Festivales, etc. El alumno egresado de este programa de estudios queda capacitado técnica y musicalmente para continuar en un trabajo mucho más íntimo y personal que lo lleve a la consolidación de un modo propio de componer, un camino que recorrer, y una vida creativa que se construye a través de los años sea por la propia praxis compositiva, sea por la continuación de estudios de Composición en otras instancias tanto en Chile como en el extranjero. Si intentáramos establecer un conjunto de características que definen a la enseñanza de la Composición en nuestro Instituto tendríamos que mencionar entre otras: - el factor de oportunidad que significa el acceder a estudios musicales de alto nivel a los jóvenes que despiertan a la música alrededor de los dieciseis años de edad, -la gradación del tipo de dificultades que se exigen de acuerdo a una coordinación de los tiempos de desarrollo de cada una de las materias que se enseñan, -la independencia y diversidad de sus profesores de entre los cuales los alumnos escogen, en la medida de lo posible, para desarrollar la etapa final de sus estudios, - el impulso y apoyo a la creatividad y originalidad de sus estudiantes respetando sus particulares modos de ser e intereses, - el 1igor y consecuencia en el desarrollo del oficio de la escritura como composición musical, - la oportunidad amplia que se ofrece a los alumnos de tener la experiencia sonora de sus propias obras a través de dos o tres conciertos anuales y el registro y edición en CD de las obras presentadas en los mismos. Ahora bien, un conjunto de estrategias curriculares, buenas intenciones. buenos profesores, alumnos dedicados y entregados, etc. no garantiza ni mucho menos que la enseñanza de Ja composición sea, bajo todas estas deseables condiciones, fácil. En efecto, la naturaleza del arte musical contemporáneo. su libertad y debo recalcar, su absoluta libertad, la búsqueda de independencia del compositor, la ausencia de corrientes homogeneizantes estilística y técnicamente hablando, hace difícil el enseñar a componer. ¿Qué se puede enseñar, si todo aparentemente es posible? Bastaría un simple: haz lo quieras. ¿Qué hace que una composición musical esté bien compuesta? ¿Qué sucede si un compositor aplica un cierto procedimiento de 14 R E F L E X I O N E S o tro q u e J e p arec i ó i n t e re s a n t e ? grande problema que enfrenta l a Composición actual: l a Adelanw d e i n mediato l a respuesta a completa y absoluta l ibertad que s e o frec e a l compositor. esta última situación: sonará de forma En efecto, la experi mentación mal entendida, Ja utili zación casi idéntica a la fuente y aparecerá de la tradición malentendida, el vanguardismo y rupturismo como una simple copia, plagio o actitud mal entendido, la réplica mal entendida. el homenaj e . l a e p i g o n a l t o d o l o c u a l le q u i t ará c i ta m a l entendida, y rei tero a propósito e l adj e t i v o pregnancia e i mportancia a la propuesta malentendido puesto que u n a cada u n a d e estas situaciones musical. permite j ustamente una tergiversación de su sentido. La Entonces, enseñar Composición no se experimentación es en sí misma el acto en virtud del cual trata de entregar conocimientos acerca se genera el hecho compositivo. N o se trata de combinar de una u otra técnica, ni de recorrer l i b rememe c u al q u i er cosa con cualquier otra. Se trata de vacuamente la historia de la música a experimentar en el componer, dentro del componer. La través de las composiciones hasta ahora cita, tan manoseada por el post-modernismo, será adecuada real i Ladas. Se trata, en rea l i dad, de cuando el conjunto de la obra ha s i do compuesta para l ograr que quien aspira a componer contener la cita en cuestión. La vanguardia no tiene sentido conozca l a música e n sí, e n toda su en sí misma si no es el resultado de una elaborada reflexión d i m e n s i ón y q u e a través de esta 4ue lleva a expl orar en nuevos campos que abren nuevos expe1iencia o simple intento se conozca caminos y se constituyen, por ende, en fenómenos de a sí mismo descubriendo en sus propias vanguardia. La ruptura adquiere dignidad cuando se sabe ideas, imaginación e intereses los modos lo que se rompe, por qué y para qué. En esos casos, incluso y maneras, procedimientos y técnicas l o roto adquiere sentido y se abre a la contemplación. Así que le permitan concretar en su partitura debe ser con cada uno de los casos enumerados más aniba; el mundo s o noro que l e es propi o . Alcanzando esta meta. l a originalidad y el coITespondiente apone a la cultura - 'ºmeter a una visión crítica fundamentada todo acto compositivo y toda decisión que el alumno va tomando musical contemporánea del compositor e n el transcurso de la composi c i ó n . De este modo. Ja s u rg i rán de m a n e r a n at u r a l y s i n experiencia que se inicia desde el profesor hacia el alumno ni nguna traición a s u propia identidad. comienza, luego de un tiempo, a producirse en el alumno mismo como un sana autocríti c a y l uego, con el tiempo, Ninguna i n stitución o escuela puede consol idando una personalidad creativa i ndependiente y pretender autosuficiente : l ograr l os o bj e t i v o s enunc iados e n un plazo d e cuatro, seis u ocho años. A lo que sí debe propender - e x p a n d i r l a c apacidad de a u d i c i ó n d e l a l u mn o , a lograr es sentar las bases sólidas en motivándolo a o i r c o n atención y con e l mismo espíritu sus a l u mnos para que a través de su crítico observando con atención, investigando aquel l o que propia e x periencia a lo l argo de sus le ha interesado o sorprendido, buscando en sí m i smo las vidas razones del por qué a l g o n o l e h a parec i d o que esté composicionales v a y an acercándose a l fas c i n a n t e i de a l de correcto, etc ; conocer l a m ú s i c a y, por ende, al ser humano que los habita. Para lograr esto, una escuela debe: - hacer que e l alumno conozca en profundidad el mundo sonoro que le rodea, que le es propio, que le pertenece a partir de sus experiencias musicales de la i n fanc i a y l a -enseñar y traspasar una v i sión ética adolescencia, indagar en s u s intereses y buscar descubrir del trabajo compositivo frente a l más el porqué de esos intereses; R E F L E X I O N E S ¿ E s Posible enseñar 15 - acostumbrar al alumno a estar s i e mpre atento, ávido de nuevas experiencias, de seguir indagando. estudiando y h ac e r le sentir que siempre estará en medio del camino. Mientras más se conoc e, más no s damos cuenta c uanto nos falta por saber. En este sentido, siempre es conveniente inculcar la modestia y sencillez del compositor. Aquell a tan ansiada fama, i deal romántico y ahora holywoodense que puede otorgar la música comercial, no pertenece al mundo de la Composición artística en la cual el compositor es un actor insignificante dentro de la vorágine socio-cultural que vive nuesu-a civilización; - exigir del alumno una verbalización (declaración de intenciones) de sus ideas musicales, qué q ui e re, para dónde va, qué cree que está sucediendo o haciendo en su partitura, etc . Así se va desarrollando un ejercicio responsable de l a voluntad c re ativa y compositiva alejando el peligro de colocar objetos sonoros dentro de una obra por el s i m p le capricho de que, en e s e m o m ento, a él le g u s t a . A l respecto, conviene profundizar sobre e s t e último hecho. ¿Qué sucede si un compus ilOr hace sólo lo q u e le gusta e n determinado momento? Se gur ame nte, en otra circunstancia, con otra experiencia q ue n-á cambiar su partitura ree m pl az ando algunas cosas por otras que ahora sí le gustan y así sucesivamente. Resultado: no habrá composición, estará sujeta a constantes e impredecibles cambios, con seguridad esa obra no será terminada jamás. Es decir, no habrá escritura la que, en definitiva, es el verdadero ejercicio de componer. La escritura es la instancia en la cual cada decisión composicional va siendo regi strada en un continuo temporal y que va dando cuenta de lo que sucede en cada momento y lo que ha sucedido y está por suceder en la obra. De este modo la caprichosa intervención del gusto no tiene cabida a no ser que esa decisión sea asumida como parte integrante de la obra. Esto último no permitirá que, posteriormente, el compositor aplique su gusto para cambiar arbitrariamente, y sin considerar la obra misma, un pasaje en particular creando una ruptura entre el conjunto de decisiones que constituyen la escritura de la obra y el elemento hexógeno que le será aplicado sin considerar su particular naturaleza. En fin. muchas son las acciones y exigencias que ayudan a lograr ese gran objetivo que e s el formar u n compositor, tarea que como vemos es compleja, ardua y fascinante. Uno de los problemas más complejos para nuestros profesores es, sin duda, el no i mponer criterios que están de m asi ado l ej os del mundo sonoro del alumno. S í que se les puede invitar a experimentar en un campo que desconozcan con el fin de aprender a utilizar otros recursos a los que están acostumbrados y dentro de los cuales encuentra una cierta seguridad. Pero e s necesario mantenerse atentos al momento en el cual el alumno adquiere "académicamente" esa experiencia y no l a procesa en su fuero interno. Ahí aparece e l p e l i gro de caer e n tecni c i s mos, procedimientos vacíos de contenido, mecánicas sin sentido y que pueden llevar a 16 R E F L E X I O N E S situaciones epigonales que anulan en transacciones con el medio, sin buscar la fama ( l a que l o gran parte l a naturaleza creativa del alcanzó i ne v itablemente en la década de los ochenta), alumno. dedicado sólo a componer y enseñar por doquier sin límite A l fi n a l i zar esta refl e x i ó n sobre la horario transmitiendo su experiencia de vida, conversando e ns e ñ a nza de l a Composición, no puedo dej ar pasar la oportunidad de de la propia v i d a con sus alumnos, oyéndolos en sus propuestas, exigiendo al máximo. poniendo en c1isis y a y prueba la vocac ión compos i t i va de los alum nos. etc. reconoc i miento a uno del los grandes Resultado: todo compositor que pasó por la experiencia compositores y maestros del siglo XX. de trabajar con Franco Donatoni se desempeña actualmente hacer u n público h o m e n aj e M e r e f i e r o a F r a n c o D o n at o n i . Fallecido recientemente e l l 7 de agosto en alguna parte del mundo desaJTollando un oficio sólido, propi o y. la m ayoría de las vece s, reconocido por la comunidad que l o rodea. de 2000. desaITolló en Ttal i a durante los últimos treinta años del siglo XX En segundo l ugar, el modo de escudriñar en la mente de una act i v i dad de e n se ñ an z a de l a los alumnos, incentivarlos a seguir adelante, el tipo de Comp o s i c i ó n q u e m a r c ó vari as refl e x iones no sólo m u s icales sino filosóficas frente a generaciones n o sólo de compositores nuestro propio tiempo. la entrega parcial de sus "secretos" italianos sino que de todo el orbe. ¿Qué composicionales, los que cuando eran absorvidos s i n había en Donatoni que lo hacía ser proceso por el alumno l o sacaba d e s u s casillas, su franca consi derado uno de los verdaderos y transparente amistad dentro y fuera de la sala de trabajo. maestros de composición? En fin, mucho se escribirá en el futuro sobre lo que Franco Donatoni s i g n i fi có en la prax i s de la enseñanza de l a En primer lugar, hay que destacar su entrega total al prój imo sea a través C o m po s i c i ó n d e l ú l t i m o t i e m po . S ó l o q u e ríamos aprovechar la naturaleza del terna que nos ocupa para de sus propias composiciones , sea en rendir un sentido homenaje a Franco Donatoni, quien s u p rax i s pedag ó g i c a . E n efec to, fotmó a tres compositores chilenos: Andrés A:calue, Pablo Donatoni era y será un paradigma de A randa y quien escribe este artículo, todos los cuales l a v o c a c i ó n c o m po s i c i o n a l . s i n enseñan actualmente en Chile. R E F L E X I O N E S 17 Hablar de l estudio de l a Composición en l a Uni versidad de C h i l e , e s hablar h i s tóricamente del ú n i c o c e ntro donde durante por l o menos medio siglo y tradicional mente, se ha desarrollado una metodología en la educac i ó n de l a Composición musical . Incluso, otros centros q u e h a n surgido en los últimos años E l E st u d i o d e l a C o m pos i c i ó n e n l a Fac u ltad d e A rtes de la U n i v e rs i d ad de C h i l e E D U A R D O CAC E R E S Facu l tad de Artes U n ive rsidad de C h i l e donde estudiar l a Composición son liderados por ex alumnos de esta Facultad. Esto, como todo, tiene aspectos a su favor y también en su contra. A favor, entre otros se puede mencionar el hecho de tener acceso a la tradición escrita y oral que nos conecta e n forma directa con los procesos composicionales utilizados durante siglos por los maestros tanto de Europa en su fase inicial, como de América en su fase termi nal. En contra, se corre el riesgo de l a inmovilidad que pueda producir el acadernicismo, aquel de soluciones fáciles e inmediatas si no se está permanentemente en una búsqueda que. sin romper la tradición que nos conecta, nos permita encontrar nuevas soluciones en la educación que responda directamente a las características que impone el mundo de l a educación refleja. Desde que conozco la enseñanza de l a Composición en l a Facultad de Artes (hace 20 años ) no me he desprendido de ella, directa ni indirectamente. Primero como alumno, luego con una vi sión externa desde Alemania, luego como ex-alumno, posteriormente como ayudante, después como profesor de cátedra de distintas asignaturas y desde hace cuatro años como Coordinador de su Licenci atura y profesor. Este camino recorrido me ha permitido como Coordinador, más que ser un continuador a ojos cerrados de l a situación asumida, tener una v i sión crítica permanente de lo que teníamos, tenemos y tendremos y que ha sido posible mejorar con el apoyo de todos los profesores de composición. Tres " grandes temas " han sido mis principales motivaciones de trabajo, al interior de la carrera y que responden obviamente a un profundo sentir y a una forma de ver la enseñanza de la Composición desde una institución, con todo lo que eso implica, 18 R E puesto que al asumir un lugar en una F LE X I O N E S como consecuencia de lo anterior, es reubicar a todos los i n s t i t u c i ó n , s i g nifica t a m b i é n u n a alumnos en los n i veles adecuados, con el fin de que la ren u ncia parcial, a todo aque l l o que e n se ñ a n z a de la Compo s i c i ón sea coherente e n su pudiéramos haber soñado. currículum externo, pero que también y más certeramente El primer gran tema (y digo " gran " procesos de l a Composición. Se había generado con los porque h a y c i e n to s de p e q u e ñ o s años un desequilibrio por di versas y extensas razones en temas . . . además ) está relacionado con e l cuniculum de los alumnos respecto del plan y l a malla el estudio de los estilos e n l a asignatura en su desaITollo i nterno en lo referente a los gra dual es correspondiente de la carrera. El alumno se sintió facultado de C o m p o s i c i ó n . El t a l l e r q u e d ó y pudo hacerlo. de tomar cada año l as asignaturas que definitivamente para trabajar aspectos e l e gía y q u e más l e acomodaban, e sto trajo como morfológicos y de sintaxis en la l ínea consecuencia situaciones tan absurdas como estar cursando de la creación personal. Todo el trabajo paralelamente un cuarto año de contrapunto y un primero estilístico pasó defi n i t ivamente a las de solfeo básico y otras situaciones parecidas. Finalmente C o ntrap u n to . l le g ar pronto a su meta. Esto ade m á s . con la su t i 1 asignaturas de Armonía estil ística y E s to t r aj o como con�ecuencia l a ampli ación de tres a se estaba conviniendo en una carrera e n la que había que p re rro g at i v a de ganar al resto. cuatro años de estas asignaturas junto con una a d e c u ac i ó n de las El tercer gran tema ha sido reinventar y actualizar toda correspondencias de épocas y est ilos. la Etapa B ás i c a del estudio de la Composición (dura Además, se acotó defi ni t i vamente e l cuatro aiio s ) . De una malla pobre y precaria que ofrece estudio e el plan original, y que hubo que desenterrar, hemos tenido in strumentación en una primera etapa que organizar asignaturas y adecuar otras que refuercen de la O rg a n o l o g ía y se amplió a cuatro años esta materia, la pri mera etapa del apre ndizaj e de l a m ú s i c a en su incluyendo la orquestación en estilo y c o nj u n t o , c o n t e m p l a n d o a s p e c t o s no e x i s t e n t e s y el trabajo de orquestación en relación fundamentales como son por ejemplo: La práctica del directa con e l proceso de creación en canto coral, l a audición comentada de l a música y el movim iento corporal, tan absurdamente ausente de la obras propias. enseñanza de la Composición y de la música, como s i se Por otro lado se amp l i ó e n años las tratara de otra cosa. asignaturas que conectan al alumno con l as nuevas tecnologías sonoras, Felizmente, después de este camino reconido, puedo decir con lo cual se entregan herramientas que hay buenos logros en los últimos años en los objetivos fundamentales para e l ej ercicio de la planteados por esta coordinación con la ayuda y la buena creación con medios electrónicos y las voluntad del equipo de profesores de Composición, quienes p o s i b i l i d a d e s de i n t e r ac c i ó n d e han comprendido que esta renovación de la carrera traerá d i stintos soportes u t i 1 i z ad o s actualmente. Con esto, se entrega una más beneficios, que ya se perciben y que la tarea aún no ha terminado. pos i bi lidad de uti li zar, s i l o quiere el a l u m n o , una c a n t i dad de recursos U n o de l o s aspectos más pos1t1vos del proc e s o de di sponibles, u optar por no hacerlo, modificación de la carrera, ha sido la variedad de opiniones. pero porque los conoce y no de optar tendencias, líneas y aportes entregados por cada uno de por no usarlos, porque no los conoce. los profesores y la capacidad de ceder frente a posturas muy personales que han sido vencidas por l a tolerancia El segundo gran tema, y que ha venido de la diversidad y que es la característica de este equipo R E F L E X 1 O N E S ! El Estudio de la C o m p o s i c i ó n . . . 19 y que esperamos no se pierda con posturas fetichistas ni religiones de la composición. Con el fin de conocer un poco más el pensamiento de la composición de los profesores que trabajamos en la Facultad de Artes, es que presento a continuación algunos de ellos: Así plantea su pensamiento el maestro Cirilo Yila: "La actual Licenciatura en Composición Musical que se i mparte en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, es un remanente de antiguas licenciaturas de muy alto nivel que se impartían -antes del golpe de estado del año 1973- en la entonces F a c u l t a d de C i e n c i a s y A rt e s M u s i c a l e s y de J a R e p r e s e n t ac i ó n . Esto significa que en e l marco d e intervención universitaria que impuso e l régimen mil itar -cuyo modelo era el de la universidad como cuartel y empresa, féITeamente controlada, tecnocrática y profesionalizante, regida por criterios economicistas y de autofinanciamiento - esta licenciatura. como tantas otras cosas, sufrió diversas distorsiones y embates más o menos traumáticos -incluyendo la exoneración y exilio de académicos del más alto nivel - que pusieron en riesgo, incluso, su existencia misma cuando, en 198 1 , l a autoridad de turno decidió ceITar el ingreso directo al primer año. Y si logró sobrevivir, fue gracias a la vocación y talento de numerosos jóvenes deseosos de aprender y de crear, que ingresaban indirectamente: "por l a ventana", como solía decir el profesor Juan Amenábar. Con el proceso de normalización universitaiia iniciado en 1 990 y gracias, además, al notable aporte que ha significado la incorporación de nuevos académicos -jóvenes y destacados compositores con estudios de postgrado en Europa, como Eduardo Cáceres (actualmente coordinador), Rolando Cori, Pablo Aranda, Edgardo Cantón y Boris Al varado, o formados íntegramente allí, como es el caso de Aliosha Solovera se ha logrado encauzar debidamente un coherente proceso de renovación y actualización de los planes de estudi o s ; lo que se ha visto complementado y enriquecido con la implementación de una etapa básica como vía propia de acceso y la apertura de u n a i nstancia de postgrado (magíster) como posibilidad de perfeccionamiento y profundización. A mi juicio, el logro más importante y decisivo es el de haber liberado Ja asignatura de Composición de lastres y compromisos inadecuados con la siempre muy necesaria formación académica tradicional, para convertirla en una especie de taller en que el rol conductor coJTesponde primordialmente al alumno y (futuro) compositor y donde puede hacerse realidad el sabio y lúcido precepto de mi maestro Gustavo BeceITa: "un profesor de Composición no es alguien que corrige errores sino alguien que propone alternativas" . En ese sentido, es mi personal opinión que si un (futuro) compositor no encuentra el profesor para él adecuado - un pedagogo con el que se dialoga y que lo acompaña y ayuda al mejor logro de los proyectos personales - es mejor prescindir de la 20 R E F L E X I O N E S a s i g n at u r a d e C o mp o s i c i ó n ; a inhibidora de teorizaciones preman1ras. Si, como nos dice condi ción, claro está, de realizar un Boulez, "de lo que se trata e s de organizar el deliri o " , estudio riguroso, profundo y creativo e n tonces abramos primero e l espacio para e l delirio. en las asignaturas que contribuyen a (Armonía, En ese sentido -para " no poner l a caffeta delante de los C o n t r a p u n t o , Orq u e s t a c i ó n ) y a buey e s " - l a praxis i nstrumental y coral son, s i n duda, fundamentar críticamente los criterios decisivas y deben ser estimuladas. Asimismo, deben ser del ej ercicio composicional ( Análisis estudiados y debidamente resueltos los necesarios vínculos vez, con la así llamada música popular (danza y canción) y l a fo r m a r el o fi c i o Musical). Lo que implica, a su deben música aplicada (danza, teatro, c i n e u otros), n o sólo orientarse, metodológicamente, de considerando e l futuro l aboral de los estudiantes s i no , a c u e rdo a c r i t e r i o s y p r ác t i c a s sobre todo, para generar y asegurar l a musicalidad de las esencialmente composicional e s . futuras propuestas, por muy complejas y autorreferentes q ue dichas asignaturas que ellas sean . Para effadicar, en definitiva, esa figura E l otro a s p e c t o q u e m e p arece más bien obsoleta y contranatura que suele denominarse altamente positivo -especialmente en "compositor de escritorio". l o s tiempos que corren en que, por diversas razones que no es del caso En cualquier caso, dados los logros obtenidos hasta ahora analizar aquí, ningún compo s i tor o y dadas la calidad, apertura y pluralismo de su cuerpo tendencia podría pretender seiiamente docente, nuestra Licenci atura en Composición Musical representar lo que otrora se entendía está instalada sobre base sólidas y saludables para continuar como l a vanguardia musical- e s l a perfecc i on ando su cometido, proporci o n ando u n a actitud pluralista y respetuosa d e l a formación d e l más alto n i ve l para l a mayor gloria y diversidad que se percibe e n el cuerpo beneficio de los futuros compositore s . " docente; actitud saludable y fecunda, que no excluye -por cierto- el diálogo Así se expresa Rolando Cori: crítico y la discusión con altura de miras y que oj alá sea transmisible a " M iro la foto que me mandaron los colegas de la ANC los alumnos y (futuros) compositores: hace unos años. Un grupo de 2 1 músicos en el j ardín de h ac e tiem p o ya q u e parece h aber la casa de Cecilia Cordero. La mitad de los que están allí l l e g ad o la hora de las o p c i o n e s sonriendo ante la c ámara t i e n e n que ver con u n a personales y s i n complejos frente a Licenc iatura que, hasta hace pocos años, era l a única modelos agotados en cuanto dogma; alternativa de e studios superiores e n Composición opciones válidas a condición de ser conducentes a un grado académico. En la foto veo a Juan genuinas y responsables y avaladas Amenábar y Juan Lémann. Uno detrás del otro así como por el rigor y la coherencia e n e l Dios se los l levó. Amenábar y s u Taller de Sonido y pensamiento y e n el oficio. M úsica Electrónica. Para mi era Amenábar taconeando en e l parquet de l a Sala de Grabaciones y el violoncello Siempre queda algo o mucho por hacer: de su padre que siempre volvía. Después comprendí cuán de acuerdo a lo anterior, me parece lejos estaba yo del oído de Amenábar. Habla algo sagrado importante consolidar una metodología cuando él hablaba de la personalidad de cada sonido, de que vaya de la praxis a la teoría, de l a e scribir con p reci o s i s mo cada mínima i n flección de experiencia y vivencia musicales a las nuestros toscos trabajos. Amenábar, su clase y su casa, más o menos complejas especulaciones eran también el espacio para músicas jóvenes, algunas de de la partitura, evi tando la trampa menos de 1 O años, que n o se e s c uc haban en otras R E F L E X 1 O N E S / El Estudio de la C o m p o s i c i ó n . . a s i gn atura s . Amenabar creía como 21 nadie en la música chilena. Lémann haciu Orquestac ión. Cumplía con metódica seriedad franco-germana e l programa y daba l a impresión era sólo eso. Cuando de pronto salía e l Lémann como un niño y su resonante caja de juguetes. Gesticulaba vivazmente cómo sonaban sus instrumentos imaginarios, cómo improvisaba sobre una obra c ompl eta para nunca perder de vista l o que para el era l o el h i l o conductor fundamental del d i scurso sonoro. Hablaba con impúdico entusiasmo de su música que era lección viva de color orquestal . Y más allá en la foto, el Maestro Ciri l o Vila. el alma mater de la carrera. Sus clases de A n ál i sis. Armonía superior, Contrapunto, Lectura de partituras y Composición eran clases de Música y de Humanidad. De Música por s u musicalidad y ofic i o a flor de piel y de Humanidad pues en sus clases percibíamos esa cualidad rara en e l artista de talento: e l d o n pedagógico y gozo en narrar l a aventura espiritual del hombre reg i strada e n el sonido. De maestros que he conocido e n E u ropa y Norteamérica nunca vi algo semejante. Naturalmente había otros profesores. Ahora menciono aque l los que más conocí. ¿Qué significa ahora la Licenciatura? ¿Cómo se explica que en un país con pocos recursos para educación - y menos para la educación en las artes - tuviera una carrera con tres profesores con jornada completa dedicados a un poco más de una docena de alumnos? A comienzos de la década de los ochenta se cerró la entrada a primer año con el fin de terminar con este plan de estudios, pues. del punto de vista de la economía de recursos, la carrera resultaba demasiado cara para la Facultad. S i n embargo la Licenciatura sobrevivió más que por un esfuerzo especial d e l o s docentes. por el interés persistente de estudiantes que q uerían aprender Composición. Surgió e l famoso subterfugio de "entrar por la ventana". es dec ir hacer u n primer año en otra carrera y luego transferirse a segundo de Composición. Los alumnos comprendían b i e n q u e c o m p o s itores no se forman p o r docenas en c l a s e s colec t i v a s . ¿Pero, qué significa ahora la Licenciatura? ¿Para qué un programa d e estudios con tanto énfasis en la reconstrucción estilística? Recuerdo que una vez un notable académico me preguntó si no se podía aligerar e l estudio de Composición de tanto ropaje antiguo en vista que la música actual de tradición escrita se alejaba cada vez más de estos códigos. ¿ Para qué tantos años de Armonía, Contrapunto, reconstitución de formas? Vol vemos a la v i ej a pregunta de Gustavo Becerra en su "Crisis de l a enseñanza d e la Composición e n occidente " . Y volvernos a l comienzo d e esta pequeña reflexión de qué es para m i l a Licenciatura en; Composición: en primer l ugar personas concretas i rrepetibles, únicas, libres, todos dignísimos profesores, estudiantes y sus músicas. Así, personalmente, cada uno a su manera y a su ritmo j uega en los límites de las reglas de la cognición musical acaso también libremente las rompe y reinventa. La metodología para alcanzar este objetivo es conocer e l rigor. Creo que la originalidad s e fortalece cuando s e le opone u n a cierta resistencia impuesta por la regla. Desarrollar lo personal al máximo en un espacio al comienzo 22 R E F L E X I O N E S restringido. Recuerdo a algunos d e mis cómo debe enfocarse l a enseñanza de l a Composición compañeros luchando en la camisa de normalmente aceptadas. l a transmisión de conocimiento fuerza y el desc ubri m i ento de habil idades e n los a l u m n o s de t a for m a s o n a t a . L a A ntisonata ch ilótica d e Edu ardo permanecen dentro d e l a esfera personal d e cada profesor. C á c e r e s , la s o n a t a d e F e r n a n d o " H u a s o " C arrasco fueron p i e zas Estoy convencido de que un compositor debe partir de originalísimas nacidas de esa lucha en " a l g o " . Es decir, el sentido m u s i c a l i nnato, e l "oír" l a los límites de la forma. Las famosas música, por joven que s e sea, es un buen punto d e partida ?arrianas de Gabriel Matthey al borde para comenzar a internarse por un camino asombroso y de Alejandro Guarello y las Tritonadas Opiniones sonoro i n fi n i t o . Es aquí donde debe estab l ecerse l a de Andrés Alcalde, piezas que estos e structura d e conocimientos técnicos y artísticos que van compañeros míos tal vez consi deran formando a un m ú sico. Pero i n s i sto, si no hay materia un superado trabajo escolástico. son prima -esto es inventiva, i maginación, sentido estético y de la canción ternaria. Las fasci n ante en la ruta que abre el horizonte de un mundo para mí trama importante en la saga artístico- es poco lo que el profesor puede hacer. Don de la música chilena que se tejía en Domingo Santa Cruz, con la certeza en sus juicios que le los 80. Luego vinieron las músicas de era característica, solía decir: "lo único que yo no puedo los 90: Pablo Aranda, Rafael Díaz, p e d i r l e a un a l u m n o es q u e se le o c u rr a a l g o " . Andrés Maupoi nt, Cristián Morales, S il v a que Creo que sigue s i endo absolutamente i nd i spensable l a comenzaron desde referentes también enseñanza rigurosa de l a Armonía y del Contrapunto y e l Mario Mora, C ar l o s más nuevos. a l u m n o debe mostrar destreza e n e l manejo de estas disciplinas. También es básico e l estudio del piano. Pienso A fu t u r o , la L i c e n c i at u r a en que mientras más dominio de este instrumento tenga el Composición d e l a U . seguramente alumno mayor será l a posibi lidad de desenvolverse en l a será tan sólo una de l as alternativas búsqueda del descubrimiento d e nuevas ideas musicales. para estudiar Composición en e l país. M uchas veces la i mprovisación, técnica que se enseña S i n em bargo creo que no se borrará c o n mucho rigor e n n u merosos c e n tros m u s i c a l e s , nuestro distintivo, la unidad del rigor constituye una p l ataforma muy apropiada para q u e el en la diversidad de caracteres. Cada compositor dé rienda suelta a su i m aginación. También alumno y cada profesor u n precioso me parece insoslayable Ja participación del alumno en un mundo por descubrir y descubrirse a coro. He experimentado personalmente l a diferencia de sí mismo. Vivimos amenazados por l a quien ha sido miembro de un coro y el que no. La actividad i ntoleran c i a fundamentalista por u n coral imprime al participante un conocimiento " por dentro" lado, y por l a apertura n i h i l i sta por de la música. otro, ofrecer un programa de estudios de gran rigor formal como camino Las téc n i c as c o n te mporáneas de composición deben h ac i a p e r s o n a l i d a d e s a r t ís t i c a s enfocarse a mi j uicio, desde una perspectiva h istórica. autónomas m e parece p l e n a me n te Cada época estilística, por decirlo de alguna manera, es j u stificado." la consecuencia evolutiva de l a anterior. Evolución en l a A continuación M iguel Lete l i e r nos sino un continuo cambio que implica nuevas propuestas. dice : ya sea de orden armónico en primer lugar, luego formal, música no significa en este caso "progreso" o "adelanto", fi nalmente estilístico y estético. Considero que e l alumno "Si bien existen normas generales sobre debe conocer muy bien todos los estilos y técnicas para R E F L E X 1 O N E S I El Estudio de la Composición . . 23 poder arribar finalmente y mediante un reconido analítico por ellos a u n conocimiento personal muy ampl i o del porqué esta componiendo en el año 2000 como lo está haciendo. Son muy pocas l as cosas e n el Arte e n que algo surge por generación espontánea. La necesidad del oído humano culto de explorar s i e mpre n uevas sensaciones sonoras es un enigma que aún no me ha sido aclarado." Sigue Ja opinión de Boris Al varado, quien i ngresó como docente recientemente e n 1 999. " S i bien es c ierto que no he participado del desarro l l o de la carrera e n s u devenir pasado, quisiera situarme desde l a perspectiva en la que e l tiempo actual me h a permitido observarla. E n este sentido me manifiesto partidario d e comenzar l a enseñanza d e l a composición desde el aprendizaje pausado y tranquilo que l e otorga e l c o n o c i m iento y compre n s i ó n de l a trad i c i ó n h i s tórica que nos anteced e . ¿Pero c u a l e s e s a u·adición? Con e l ánimo de no dividir de acuerdo a su sentido geográfico, que algunos pretenden introducir como elemento de divisionista, diré que se trata del contexto de la tradición que nos es heredada. E n este sentido l o europeo y l atinoamericano. desde Bach a Boulez y Berio, como también Ginastera, Chávez, Vi l a o Nobre, son parte esencial de este sentido de integración c ultural. Esta tradición que valora a los maestros y su trabajo pasado, se acrecienta en su permanente ejercitación, en su entendimiento musical sensible que conduce a una madurez necesaria para l a comprensión de l a i n v e n c i ó n m u s i c a l e x pre s ada e n l a s obras y c o m p o s i tores de l a h i storia. Aprehender el sentido de la obra musical será entonces, u n a parte fundamental, ordenada y c o herente a través de l a ac t i v a y v i t a l o b s e r v a c i ó n de e l l a . Por otra parce l a historia como tradición presente, s e nos h a d e mani festar como el referente necesario para construir una memoria inventiva e i maginativa que transite por el camino del pasado como del propio presente, Desde allí, e l compositor en el ejercicio de su práctica podrá encontrar soluciones a sus problemas compositivos aún en las soluciones de a música del pasado, pues allí se encontrará con los referentes que harán posible la aventura de los desconocido desde la condición de haber sido capaz de relacionar u n constructo poético con las i mplicancias derivadas de l as propias discursivas individuales. Aún así, l a composición inicialmente debe ser colectiva en su sentido de taller compartido, pues el diálogo, el intercambio de observaciones, l a 1iqueza de los diferentes referentes, como también la discrepancia, harán posible no sólo una aguda calidad de la observación sino también, un desarrollo cada vez más i ntenso de la imaginación plástica y sensible que aporta su invención al campo de l a obra. El taller es un espacio de ideas y relaciones establecidas en la coordenada de u n querer convivir e n l a i n vención. Este espacio será la materiali zación del juego d e lo propositivo y d e las emociones e n u n encuentro reflexivo c o n l a perseverancia, 24 R E F L E X I O N E S es que plantea una cuestión que es indiscutible. Somos el entendimiento, la responsabilidad y su propio esfuerzo. Esta cadena de ocho profesores y cada uno con una visión distinta de la actitudes se valora acentuadamente al composición y de la enseñanza <le la Composición. El interior de este espacio que permanece alumno está siempre en libertad de elegir a su profesor y sobre e l cual se soporta al ser de Composición, lo que hasta ahora sigue como regla general . Las distintas miradas dan final mente un total humano" unitario y n o una unidad totalita1ia. Además de Cirilo Vila, Rolando Cori, M i guel Lete l ier. Boris Al varado y yo. Algunos mirando más a Europa desde lndoamérica, otros t a m b i é n i nt e g r a n el c u e rpo de tratando de situarse en este tiempo y este espacio emocional profe sores Pablo Aranda, A l i ocha desde una Europa racional como modelo de tradición. S o l o v e ra Otros considerando que el conjunto de las tradiciones y Edgardo Cantón . nos sacará finalmente de un neocolonialismo cultural. En fin. Así. yo diría que lo fundamental de l as posturas reflej an nuestra música y que en este caso, esta parte del artículo en su totalidad, es lo más valioso que tenemos. R E F L E X I O N E S 25 Objetivos del C . A . M .E.R.A: "' Mantener el cultivo de la tradición experimental artística en eldominio musical de nuestra región : pues cultivando la música e n s u condición de experimento cada C.A. M . E. R.A. Las cosas p o r s u n o m b re VA R I O S A U T O R E S * * C e ntro Artístico de Música E xperimental Remijio Acevedo cual encuentra e n e l l a s u propia parte que, compartida a s u vez e n otras, circula en u n a conti n uidad generacional cuyo acontecer h istórico l l amamos cultura. Desde aquí formulamos e n primer lugar los objeti vos que nutren nuestros fundamentos éticos: - Instaurar u n espacio de estabil idad donde l a certeza de la permanencia garantice l a concreción de u n dominio afectivo ordenado y respetuoso a l a convergencia de las emociones individuales. - Cultivar, desde l a convergencia de las emociones individuales su propio proceso solidario, que siendo el fundamento m ismo de ésta, nutre la cohesión amorosa de l a comunidad. - Asumido el ejercicio del movimiento en su condición rector de la ex istencia, convocar desde al l í su espacio de relaciones donde lo crítico y Jo constructivo se constituyan en un cuerpo anímico de proyecc ión profesional íntegro e i ntegral. - Fonnar jóvenes que en cuanto futuros adultos sean capaces de discernir la decisión por sobre l a elección ante la disyuntiva de actuar. Y. finalmente. como principio de nuestros fundamentos éticos: - Pedagogizar la música; e s decir, fomentar e n cada región de su práctica el valor de enseñar y l a virtud de aprender articulando así l a cadena social en donde el recién formado, por tradición, se constituye en e s l abón de nuevos formadores . De este modo y e n la cristalización de la unidad ético-educativa surgen, a consecuencia m i sma de s u fus i ó n , los s i g u i e nt e s obj e t i v o s e specíficamente pedagógicos : - S istematizar y ordenar el estudio de las d iversas áreas h i stóricas de l a música i ntegrándolas a partir de Ja Composición, dado el vínculo genealógico original que l as primeras heredan de esta última. • Este texto es una parte del documento con el cual CAMERA está gestionando, actualmente, su personalidad jurídica. * • Participan en este artículo Andrés Alcalde, Javier Bustos, Marcelo Collao, Andrés Daneris, Christian Donoso, Karina Fischer, Luis Alberto Latorre, Guillermo Lavado, Franklin Muñoz, Mauricio Muñoz. Julio Retamal y Rodrigo Villarroel y varios alumnos del CAMERA. 26 R - Orientar e l estudio de l a m ú s i c a E F L E X I O N E S camina la lengua del andar. entendiendo la acción y l a reflexión La escritura figura el ritmo c o m o e x periencias aprehendidas con el rigor de la ji·anque:a. d e s d e l o cotidiano e n l a tensión Es como estar haciendo, constrnctiva que e l músico experimenta es mirm; 1•e1; al componer. escuchar- oir; - Vigi l ar Ja vocación del compositor en su formación y desarrol lo que. en ____ : Siendo cuanto verdadero patrimonio cultural fisiología d e l oído y a la presencia d e l as estructuras que el oír facultad perceptiva vinculada a l a humano. necesitamos preservar en Ja lo posibilitan, e l escuchar, en cambio. corresponde a una convicción de saberlo constructor de relación en un espacio social, a una actitud amorosa que nuestras realidades a l mantener vivo atiende y considera al otro reconociendo continuamente el juego del lenguaje. su presencia. Escuc har es abandonarse sin la molesta - Actuar e n la inter-alfabeti zación irrupción d e l ego que genera p a l abras no dichas y musical de l a región ahídonde lo rural emociones ausentes. convi.ttiendo al otro en algo así como y lo urbano se comunican depositando un espejo. Abandonarse, eso sí, no abandonando la crítica, recíprocamente sus propias sabidwías. pues la crítica involucra a las personas y entrelaza l a s - Formar alumnos desde la observación miradas; escuchar es entonces tocar. de su actu a l i d ad m u si c a l p ar a cantar y bailar; es la acercarlos a una actualidad musical adulta; esto es, respetar su cosmogonía obsesión m u s i c a l pre s e n t e c o n d u c i é n d o l a p a u l a t i n a m e nt e desde una representación prác t i c a realista y objetiva a una consolidac ión ética crítica y resp on s a bl e . ____ : Neces aria energía construc t i va que en l a insistencia encuentra una manera d e conocer y d e acotar la amplitud de las ideas. La obsesión mirada así tiene que ver con el aceptar y querer nuestros fantasmas y también L A S C O S A S POR S U NOM B RE c o n e l r e s p e tar la d e r i v a q ue l a refl e x i ón posee . del juego )' Sil La indeterminación artesanal -una vez discontinuidad formal extinguida la ideología del uso- define nuestro oficio. en su técnica, como un : dominio ético y, simultáneamente en _____ su ética, como un dominio técnic o . cualquier otro, en momentos de trabaj o . L a d isciplina El ofic io de c o m poner se practica, como Volvemos a leer para n o consumir, y propia de l a Composición impone un lugar: el escritorio en el releyendo somos consumidos por de mi casa; un horario: el Lunes de 8 : 30 a 1 3 :30 y 1 9 e l l a l ec t u r a : deviene Viernes de 1 0: 3 0 a 1 5 :30; u n a rutina: el análisis d e un originar i o : marca p l ural de origen trozo de una pieza de Donatoni, la i mprovisación al piano, s i n g u l ar : l o ori ginal léxico i nd i v i d u al de la reconstitución de Jo último escrito, la entrega al trabajo naturaleza social: diccionario colectivo. de la invención; y Ja repetición obsesiva de ciertos ritos: anagrama personal. un café, la regla en cierto lugar. . . Las pal abras i maginan las cosas y, La partitura resultante, acumulación orgánica d e estos digamos las cosas por su nombre: el momentos de trabajo, muestra su recorrido y su sentido. pie e s la p a l abra que cam in a , que La partitura t i ene así también sus " m o mento s " . s u s R E F L E X I O N E S C . A . M . E . R .A. Las cosas por . . . 27 " i mpulsos", sus " arcos ", aquellos diferentes espacios inventivos con s u s respectivos rostros que al mirarlos nombramos como "figura s " . ¿Quién al mirar la pieza N º lX del Toy de Donatoni no reconoce ya e n s u s tres primeras pág i n a s , tres d i stintos paisajes? El con ti n u o de secuencias de sonidos ligados pianissimi que abre la pieza, da l ugar e n l a página s i g ui e n te a pequeños conjuntos de dos o tres s o n i d o s , ocasionalmente alguno mayor, separados por silencios c o n tímida participación del clavicémbalo. Posteriormente, trinos de la viola son complementados por espasmódicas intervenciones de los violines y un c l avicémbalo haciéndose presente con grupos de notas virtuales. Este ejemplo. junto a muchos otros, contribuyó a que poco a poco. e n mi hi storia de trabajo al i nterior del Taller comen zara a comprender esta temporalidad del componer parci a l i z ad a e n momentos tanto en el ejercicio del oficio como e n el rostro de la escritura. En esos instantes, entendiendo la dinámica de Taller (con sus l ugares. su horario. su rutina y su sentido ritual ), sumado a los continuos esfuerzos que desplegaba a fin de romper el incomprensible mutismo que c aracterizaba mi presencia en él, sentí que comenzaba a constituirse mi oficio de compositor. Cada viernes era un momento esperado ansiosamente por mí para compartir con mis compañeros de Taller el fruto del trabajo que durante la semana había realizado. Intervalo, perno, complemento, formante fueron palabras que comencé a descubrir no desde una definición libresca, sino del constante "manipular" y pensar esas realidades. Las experiencias del mirar, del dar vuelta, del rellenar, del reproducir se repetían y relacionaban situándome, de esa manera, en el espacio vivo del conocer. Así, trozos de mi primera composición para piano e n el Taller fueron quedando escritos. Sin embargo. e n la concentración que cada operación me imponía, me encontré con l a dificultad que entrañaba el encadenamiento orgánico de l os diferentes momentos de trab aj o . Cada parte escrita constituía su propio arco que una vez trazado entraba e n una suerte de relación i nerte con el que le sucedería. El i ntento de mantener un h i l o de continui dad formal entre dos planos ani mados cada uno por un d i s ti nto aliento operacional parecía ser una empresa que me paralizaba: acabado un impulso constructivo el no saber qué hacer se hacia presente j unto a los desesperados palos de ciego. Ciertamente. la forma musical ha constituido sie mpre un campo de preocupación en el dominio de l a Composición. Existen tratados que se hacen cargo de su estudio y de l a e laboración de una propuesta didáctica para su aprehensión (J. B as, Zamacois); la academia trad ic i onal de l a Compos i c i ó n considera necesariamente cursos de Anál i s i s de l a forma musical dentro del curriculum del compositor en formación. Gustavo Becerra dedica uno ele los artículos que componen su escrito "Crisis de l a enseñanza d e l a Composición en Occidente" a la revisión d e l a didáctica d e la f01ma en el estudio de la Composición y esboza lo que l l ama una neotécnica, es decir, un camino renovado para la adquisición de la comprensión y dominio formal. Ahora 28 R E F L E X I O N E S bien, es urgente precisar q u e l a forma e s l a agregac i ó n de contenido sino Ja esencia única que en el espacio de la música actual difiere se transfiere" no se puede desconocer que l a organización de su concepción tradicional en que a p ri or i de un plan formal hace que la forma sea u n se e n t iende ésta como u n esquema elemento diferenciable de l a coordinación d e l o s sonidos. preestablecido que se debe cumplir a cabalizad. Aún Gustavo B ecerra en su Precisamente e s este el pu nto e n el que s e explicita l a neotécnica considera la forma como diferencia entre e l sentido de l a forma e n la música actual "un p l an orgánico y jerárquico " , " u n respecto de su c o n cepció n tradicional. La e l asticidad plan proyectivo", silueta que s e delinea formal que la historia de l a Composición muestra l lega de antemano, perfil trazado a priori. al punto e n que ya la música serial de principios del siglo La Composi ción se organiza a partir XX desarticula e n l a práctica e l concepto tradicional de de un diseño fi nal previo a la fijación la forma. E l ej emplo ci tado del Toy, bastante más actual de cualquier sonido. Así componer no por cierto. estamos seguros no responde al cumplimiento e s más que re l lenar, darle real idad de un programa trazado antes del comenzar a escribir sino sonora a un esqueleto ya existente. Lo a la degustación de la deri va constante e n todos s u s n u e v o de la i d e a d e B e c e rra e s aspectos, incluso e l formal . La forma que antiguamente ú n i c a m e n t e s i t u ar l a forma e n l a se entendía como u n plan preconcebido, u n proyecto, una s ubj e t i v idad del composi tor. Cada h i p ó t e s i s d e trabaj o , es en la actu a l i dad forma e n creador determina s u propio plan a construcción. e n derivación conti nua. Lo q u e antes s e cumplir; la fonna ya no es por ejemplo mostraba como e l campo donde e l impulso estructural se u n a sonata. en donde el e s q u e m a vertía es ahora su sentido formal que se identifica con e l formal se impone a todo compositor despliegue d e la estructura. Gise l l e Brellet e n su escrito por i g u al . En e l l a, es tan s ó l o " e l " Música y estructura" dice: "La obra musical ya no se contenido" e l q u e d i s t i n g u e a u n a rige por esos esquemas preconcebidos que siempre fueron, sonata temprana d e Mozart d e una de en mayor o menor grado, las "grandes form as " . Y más s u madurez. C u a l más cual menos, adelante agrega: "El ideal del músico de vanguardia sería todas l a s sonatas responden a u n precisamente una estructura vivida en el tiempo mismo recorrido consistente e n una exposición ( e n e l t i e m p o de c o m p o n e r ) y no en un t i e m po que e n frenta dos temas - u n o en l a espacializado por una fomrn exterior y preexistente" ( e l t ó n i c a , e l o t ro e n e l t o n o d e l a paréntesis es nuestro). dominante -un desarrol l o , espacio de di vagación tonal y mutación de l o s De esta manera, las difi c u l tades que surgieron e n m i temas y una reexposición encargada trabajo para mantener l a continuidad formal s e e nmarcan de res o l ver el conflicto tonal de l a d e n tro de e s t a concepción actual de la Form a . M i s exposición volviendo a presentar l o s dificultades entonces consistían no e n l a imposibilidad temas ahora ambos en e l tono original. de cumplir u n plan trazado a priori, sino e n sobrellevar En l o s dos c a s o s , t a n t o b aj o l a e l peso de una concatenación de espacios figurísticos en consideración de B ecen-a como e n l a apariencia distintos mediante la derivación estructural sin a p l i c a c i ó n d e u n e s q u e m a formal la p re o c u p a c i ó n re tóri c a d e la t r a n s formac i ó n . tradicional, quiérase o no se produce una escisión entre "forma y contenido", Hoy m e parece comprender que m i formación e n e l espacio "forma y fondo", "forma y medio s " . musical contemporáneo se ha l l evado a cabo en el Tal l er S i bien Becerra s e encarga d e precisar de Composición desde sus aspectos más básicos. La que la oposición entre "forma y fondo" teatralidad musical , la soltura gestual han sido también es falsa, señalando que este último "no aprendizajes gestados en estos años de trabaj o . Señalo R E F L E X I O N C . A . M . E . R . A . Las cosas por . . . E S 29 esto porque m e parece q u e e n e l momento que este texto describe comencé a gozar del operar, del descubrir en el multiplicar sin constituir aún un espacio vivido de "puisajes" musicales. Así, entiendo que el encadenamiento org ánico de los di stintos momentos de trabajo me paralizaba dada la ausencia de un imaginación gestual. Fue en ese momento en que el devenir dialogante del Taller derivó en la propuesta pedagógico-poética de parte de Andrés de escribir un conjunto de pequeñas piezas para piano en donde la preocupación fuese nada más que abocarse a la aprehensión de un impulso el cual una vez cons t i tuido diese lugar a la suspensión del trabajo hasta la apertura de la siguiente pieza. La inupción de un nuevo impulso significaría el comienzo de una nueva composición. El goce de la constitución gestual dentro de un campo acotado desprovisto de la responsabil i dad de encadenarlo con otro sería mi tarea y mi espacio formativo en el dominio de la Composición. Así nació Ricordi. es el Eco del cálculo; la tradición ____ : Hilo continuo desplegado en un dominio cualquiera que enlaza el pasado con lo actual y que considera la herencia reflexiva dejada por otros como fundamento de su constitución; esto es, que sus cultores se reconocen en sus pares viviendo el trabajo h e c h o por é s t o s c o m o apoyo e i m p u l s o para el m o vi m i e n t o. del amor, de la civilidad y de la invención; es la plasticidad de Adorno en la simetría del arabesco; el lenguajear de Matta en la poética del entendimiento ____ : Más que un momento de empatía. el entendimiento corresponde a un espacio de disfrute y consideración por el otro en donde el detenerse y reposar sobre una idea constituyen necesarios mecanismos. De disfrute, porque el comprender algo conlleva alegría. emoción que amerita desplegarse sin el vértigo de la urgencia; y de consideración por el otro pues el gravitar lentamente sobre algo dá la calma necesaria para sentirse acompañado. En música leer un texto significa saborear sus componentes sin la obligación de recon-erlo de principio a fin; congelar un espacio y escudriñarlo en su estructura hasta ver que en los rostros se dibuja lo tranquilo; repetir una secuencia, coordinar un momento vertical y quedarse allí; en fin, detenerse en un pai saj e e inventar las experiencias que permitan entenderlo. 30 R y la intuición de Borges E F L E X I O N E S descarnadamente al otro, s i no q ue también destruye el en el neologismo de Cortá::,ar. Es la regla de Bach. en la artesanía de Sch oen be rg y la relectura de Donatoni espaci o de convivencia que - i rónicamente- comparten. la música experimen ta l de Webe rn , en el desapego de Maderna. Es la pedagogía de Cirilo; de Berg la institución es y Bou/ez la la condición de posibilidad ética de la utopía. Es también, el texto de Barthes Emoción que nos vincula o el fragmento de Wittgenstein con el otro desde la preocupación por la conciencia de Fo u cault y la s imp le::.a de Pessoa, las consecuencias de lo que hacemos. preocupación que es particular en cada es la deriva espacio social ya que l a defi n ición de " o t r o " varía s e g ú n l a m i ra d a . E n : Vivir en coordinación lúdica con el entorno en n uestro dominio l a ética e s e l valor ____ fundac i o n a l ; donde cada decisión que una persona toma es consecuencia aq u í el " ot r o " es c o n s i derado c o m o u n i g u a l y l a s de la observación amorosa de cualquier realidad en que consecuencias derivadas de tal mirada ésta habite; una composición o l a existen c i a misma. De guían cada decisión cotidiana y dentro esta manera desaparecen los determ i n i smos y las formas de e l l a s las del espacio i n v e n t i v o . prefijadas haciendo de la vida y, por lo tanto, de la creación de Mawrana hay camino se hace camino al andar " ( A . Machado ) . un lugar no solamente infinito s i no libre. " Caminante no en la emoción del d e Fellini compartil; la permanencia ____ : Acción ética de ofrecer a : otros lo que se tiene por propio, s i n ____ cá le u los i n t e r e s a d o s . Te n i e n d o de vivir ligado afectivamente a las cosas del mundo. Sólo conciencia que todo movimiento dentro de l a permanencia e s posible un real espacio de realizado afecta, involucra y e s también conocimiento. La permanencia tiene que ver con la necesidad de otro se niega l a moral egoísta que de se aprende j unto con e l miedo a ser lo cotidiano. Son la p rác tica y e l respeto perjudicado. La educac ión materi a l i sta y " m a l al educada" del tener y ganar atenta contra estudio; el amor que significa querer para otros lo que se quiere para uno mi smo. Ser Entrar a u n a habi tación, conocer la ubicación de cada mal no objeto, sus recodos, sus colores, sus olores, ser cuerpo compartir el último pan que queda e n que pretende conte ner quien l o contiene hasta que el l a m e s a (porque y o tengo m u c h o tiempo lo despl ace e n crec iente soltura ya que todo h ambre) n o s ó l o p i sotea y arrasa alrededor e d u c a d o con alguien y se va tornando fam i l i a r y visible. R E F L E X I O N E S C.A. M . E . R.A. Las cosas por . . . 31 Estudiar e s pues comprender e l dominio e n que se desea estar, comprensión ejercida responsablemente y a que el estudio, además , nos conecta a las condiciones de posibilidad contempladas en la tradición. Y si estudiar e s también reflexionar, el conocer gatilla el movimiento haciendo de esta pequeña habitación un espacio en construcción continua. la observación crítica y el cumplimiento; ___ : Nuestro ethos. Nuestro orden de entendimiento. Al cumplir entendí; cumplo porque entiendo. Nos ahoga la vergüenza de la soledad al no l levar a cabo e l compromiso manifestado a l interior d e una comunidad. Digo e n voz alta. "mañana vengo" y, luego, s implemente l lego. Es la primera y única ley constitutiva del CAMERA. Su entendimiento y vigencia es pilar que levanta nuestro centro, sostiene nuestras relaciones e impulsa nuestras ideas . En composición es pensar en escribir una secuencia y, a continuación, escribirla; querer proyectar una estructura particular y, sin rezongos ni dudas existenciales, hacerlo: preocuparse por la relación escritura - vida y comprometidamente habitarla en todos sus pliegues. Porque en una coordinación directa , transparente y lúdica del pensamiento s i manifestamos alguna preocupación y esta preocupación no es una mera apariencia o una blanca mentirilla, entonces , dicha preocupación -manifestada a la comunidad que en pasiva gratuidad nos ha escuchado-ha de ser vivida en la cotidianidad más absoluta de nuestras vidas como un principio rector de nuestros acto s . Así, por ejemplo , s i m e hago l l amar "alguien" , he d e cumplir sin vacilar todas las tareas que me atañen como tal . Porque si las l levo a cabo a medias, entonces, no SO) un "alguien" , soy un " medio alguien" y no está bien que me diga "alguien" . He de decirme " medio alguien" y h e de medio hacer las media tareas que medio me atañen . En defi111 t iva. se es cumplidor sólo en la honestidad y s inceridad de nuestras declamaciones que , a través de nuestros actos nos coordinan y co-ordenan con nuestros pares. Dec i rnos y hacemos lo que dijimos que h aríamos; esto es, c umplimo s . A l fin d e cuentas, nos hacemos Francos . 32 R E F L E X I O N E S Berio, Webem y con grupos rockeros defensores a ultranza el gesticular de la actualidad ---- del slogan de progre s i vos como Magma , Gong y Thriunvirat. Practicaba una suerte de discurso apologético : La decisión de comenzar a trabajar en los Tal leres de Composición d i r i g i d o s p o r A n d ré s s i g n i f i c ó necesariamente para mí u n movimiento constructivo orientado a aprehender de Ja forma más v i v a aquello que l l amamos actualidad . de todo aquello que se nominara bajo el rótulo de actual y hoy al escribir estas l íneas no me cabe dada que mi ingreso a los Talleres estuvo marcado por una gran cuota de esa pretensión y moneria. Ya al iniciar mi primera composición en el Taller e incluso desde los primeros intentos de diálogo que allí trenzamos con Rodrigo, Julio, Frankli n y Andrés fui descubriendo Una historia personal que me señalaba como el prototipo del alumno estudioso y r e s p o n s a b l e me h ac ía c r e e r pretenciosamente que l a actualidad era algo por mí conocido. C iertamente había acumulado lecturas que si bien , que muchas sentencias que en mí reposaban, como aquella que hablaba del sentido revolucionario y rupturista del arte contemporáneo, no eran en mi más que un sonsonete fijado en la memoria por completo desconocido. Descubrí también que la invitación que mis compañeros de trabajo me hacían no era ni e l robustecimiento de ese discurso ni l a eliminación de él sino más bien reconocer como puerta en su gran mayoría, no aludían a l a de entrada al mundo de la actualidad el abrazo a aquellos actualidad musical sí formaban parte objetos que encarnan el pensamiento contemporáneo. de l a contemporanei dad l i terar i a hispanoamericana; presumía d e mis Comencé a escuchar repetidamente ciertos nombres i rr e s p o n s a b l e s acerc a m i e ntos al Schoenberg, Donatoni , Maderna; comenzaron a resonar c uarteto de l i bros por excelencia tachados en m i , de manera disti nta, los s i gilosos i ntervalos d e l a rg o s , d i fíc i l e s , We bernianos ; los Kla vierstücke de S t o c k h a u s e n fundamentales y transgresores de la comenzaron a mostrarme los trazos que e n u n pentagrama narrativa h ispanoamericana actu a l : hacen visible el pensamiento musical actual; comencé a Rayuela, Cien años de Soledad, El obsceno pájaro de la noche y La casa acercarme al piano a esbozar tímidamente espasmódicos acordes que intentaban asemejarse a aquellos que en l a v e rde , s u m a d o e s t o a c i e r t o 2 d a . sonata de B oulez m e sorprendieron, comencé a conocimiento d e una buena dosis de teatralizar en la intimidad de mi estudio los signos que artículos y cuentos borgianos . Había en partituras aleatorias de Lutowslawski o Berio se rne sido centro de acaloradas discusiones mostraban prestos a ser aprehendidos; comencé a articular respecto de l as máximas un conjunto orgánico de referentes no sólo musicales , existencialistas y me había entregado junto a los artículos de Adorno y Messiaen s e colaban a la tarea de coleccionar sin distinción Maturana y W i ttgenste i n , conformando un c ircuito imágenes de p inturas que abundaban naturalmente mucho más amplio que hasta e l día de hoy en manchas. Matta o Pollock eran para me acompaña en la emoción del descubrir; comencé a mí lo mismo , pues participaban de participar de una comunidad que lúdicamente constituía aquello que me daba pie para presumir y v ivía la actualidad mediante el ejerc icio del trabajo de conocedor de las vanguardias. Un cotidiano, nuestro Taller. pequeño montón de grabac i o ne s , queridas e n ese momento más por su El despliegue de cada una de estas experiencias me fue extravagancia que por su conocimiento, mostrando que ellas estaban animadas por una voluntad me pusieron en contacto por igual con de actualidad concretizada en una forma de encarar el R E F L E X I O N E S C . A . M . E . R.A. Las cosas por . 33 actuar. Poco a poco fui, y a ú n h o y continúo, descubriendo q u e e n muchos sentidos la actualidad está marcada por la convicción de que las emociones son posibles de conocer y más aún deben conocerse. El psicoanálisis y toda la psicología posterior son determinantes en el impulso siempre presente en el siglo XX de lanzar constantemente una mirada introspectiva con ánimo analítico. El signo de lo actual es no creer ya que la emoción es un efecto psicológico que tiene un origen y un transcurso ignoto . En ese sentido, l a actualidad se define por una actitud: la de hurgar, la de observar y estudiar las emociones, l a de hablar de ellas, l a de coordinar y coordinarse en base al conocimiento del propio emocionar. La emoción hoy y a no es perturbadora del pensamiento, muy por el contrario, es uno d e s u s al imentos básico s . De tal forma , participar de un domi nio de coordinaciones actuales es decidirse a entablar una relación de observación y estudio de las emociones , considerarlas en el despliegue del pensar y, en nuestro caso particular, modularlas e n el acto de componer. Del mismo modo, tales experiencias han fij ado en mí l a comprensión de que ese vivir la actualidad desde el conocimiento y coordinación de las emociones es algo que está animado por cierto sentido del deber. Para un músico dedicarse a la música actual es un ejercicio de responsabilidad histórica. Que exista música que no es actual no tiene nada de particular, pues el sólo paso del tiempo transforma lo presente en pasado, pero sí es muy curioso que existan compositores e intérpretes que practiquen esa música tan afanosamente que l leguen a olvidar y desconocer la época que les ha tocado vivir. No se trata pues de negar la música del pasado sino de que es a través de su estudio que se forja el sentido del deber que impulsa la vocación por la actualidad. Es l a observación d e la radical actualidad q u e e s a música, ahora d e l pasado , tuvo en su momento la que determina que hoy sólo sea posible consagrarse a l a música actual . En estricto cumplimiento de esa necesidad, nuestros Talleres de Composición han amparado y constituido el ejercicio de mi vocación como lo fue siempre por lo demás. en la construcción de su paréntesis . Es el perno y su nombre, Taller, Un conjunto de personas que se reúnen a practicar u n domi nio y a reflexionar sobre él: he allí un Taller. Nosotros conformamos un Taller, nuestro dominio es la Composición. Precisamente el hecho de practicar la Composición en forma comu nitaria. y en comunidad compartir los pensamientos que a ella se refiere n , determina e l sentido que l a Composición tiene para nosotro s . 34 R E F L E X I O N E S La experie n c i a de Tal l e r imp l i c a compositor y de mi formación e n e l ámbito musical necesaria y urgentemente la búsqueda contemporáneo. El Taller de Composición, campo poblado del entendimiento. Mi trabajo cobra de emociones vivas amalgamadas en el diálogo , se me ha sentido únicamente cuando quien está mostrado como una invitación constante a descubrir e l a mi lado se hace cómplice de las sabor d e la actualidad musical . necesidades que mueven las operaciones que e n e l pentagrama voy El Taller es un espacio actual. Su compromiso con la vida fij ando. Para ello no hay más camino contemporánea se sostiene en la efervescencia de s u que un diálogo ate n to , i ntenso y actividad reflexiva pues ésta, para ser verdaderamente tal, sincero. Quien quiera conocer la forma debe decir relación con los campos de preocupación en que trabajamos tiene en esta última propios de la Composición hoy día. frase su descripción más certera. La experi e n c i a de Tal l e r como propedéutica a l a Nuestro trabajo, al centrar su mirada contemporaneidad surge precisamente de aquello que al en el gozo comunitario expresado en inicio de este escrito señalamos como constitutivo del el la Taller: el conjunto de personas que reunidas practican un Composición abandone s u tradicional dominio y comparten su reflexión sobre él . El Taller se e ntendimi e n t o , hace que e s tatus de d o m i n i o e ru d i t o . No articula sobre experiencias que se muestra n , sobre practicamos la Composición como un emociones que se revelan; e n la atención , sinceridad e saber, s i no como un ej ercicio del intensidad del diálogo se cuelan nombres: de boca de entender. No nos interesa la evaluación Andrés supimos de la existencia de Wittgenstei n , Rodrigo que puedan tener nuestras obras como fue quien puso sobre la mesa el nombre de Brian producto acabado en términos de Ferneyhough; del mismo modo, se comparten lecturas: calidad; sí nos interesa e l cálido gesto de pronto es el desapego de Fernando Pessoa que Andrés de afirmación de quien nos acompaña nos muestra, o el entusiasmo borgiano de Julio que nos cuando la invención que desplegamos contagia o bien la i nventiva de Matta que Franklin nos lo conmueve y lo sitúa en la emoción comenta, y así Maturan a , Eco y tantos otro s . En l a del entender. conversación s e disfrutan ideas, s e mastican en el gozo frases que cuelgan de un texto de Adorno o Foucault; Al interior del Taller sólo existe l a otras voces no es más que algún recuerdo, alguna historia convivencia, desprovista de cualquier de la Facultad o una experiencia con Donatoni que palpita reserva. Puesto que no es Ja calidad en la emoción de Andrés y que nos hace sorprendidos y del producto ni la erudición lo que nos felices cómplices. Así, se va tramando un conjunto de renueve c o m p re n s i ó n referentes cuya organicidad proviene únicamente de haber comunitaria, las ideas fluyen con entera sido gozados en Ja simpática vibración del entender. sino la l i bertad en el diálogo, sin reclamar pertenencia; todas ellas se trenzan y Lo que quiero decir es que e l valor como escuela del se funden en un solo entender. La Taller es estar conformado por personas que trabajan por propiedad intelectual no nos preocupa entenderse, que muestran su pensar, que acuden al llamado pues no queremos un "yo te entiendo del pensar del otro , que ponen sobre la mesa sus emociones a ti" o " é l me e n t i e n de " , s i n o simp l emente un " nosotros entendemos" . y se muestran abiertos a la derivación que en el diálogo ellas puedan tener. El valor como escuela del Taller es ser u n caldo en donde la cercanía de las relaciones confiere un voto de confianza a las emociones que el otro muestra Es este espacio de trabajo el que me como constitutivas del estar en el mundo de hoy. La ha acogido y el que se ha transformado escuela del mundo contemporáneo que nuestro Taller es, en e l model ador de mi vida de consiste tan sólo en abocarse confiadamente a Ja tarea de R E F L E X I O N E C.A.M.E.R.A. S Las cosas por . . . 35 a c o m p a ñ ar e l flujo de l a s e m o c i o n e s de q u i e n e s trabaj a n c o n m i g o . la cercanía entre folklore y dodecafonía, entre Sartre y Remijio Acevedo, y entre piano y bit. En.fin, la simple consideración del ámbito para.fijar la polarización ______ : Registración . Fij ac i ó n de un sonido en una tes itura defin i d a . Reconocemos la historia del decidimos que ese si sol, proyectamos aquel intervalo d e cuarta aumentada, bemol del oboe sea , el más bajo posible para este instrumento, leemos esa música y ubicamos los nuevos sonidos lo más cercano a la frecuencia de las notas leídas . . . polarizamos. El pensamiento está en movimiento vivo cuando decidimos donde escribimos cada sonido. de una secuencia puede ser, sin sobrenombre, ____ : Los nombres viven en las palabras y las palabras nacen de una pura y simple invención derivativa. Los nombres surgen como dedicatoria del mundo hacia las cosas del mundo y en ellos, la vida va reposando esa andante necesidad rítmica de convivir con las cosas desde la complicidad buscada al nombrarlas. Así, el mundo con su invención derivativa le hace caso a cierta necesidad rítmica de compartir con un trozo de existencia, y generoso le entrega un ritmo a ese trozo con patas y cubierta. Lo llama mesa o silla o cuadrado con patas o techo plano con extremidades multiformes o mulexplatecuasime . . . [sic] . A q u í nos bastará con m e s a , gracias mundo . El sobrenombre puede estar sobre el mundo o, descaradamente , sobre el nombre . Si ese es el sentido, aquella derivación será ansiedad incesante de sobrepasar al mundo. Si el sentido descuida el cariño hacia el nombre con todo su ritmo latente , se olvidará la ternura del nombre Ricardo y al querer expresarlo tiernamente , diremos Riky o Rik para sobrepasar en ternura al nombre Ricardo . Si el sentido no utiliza al nombre en su derivación; si lo comprende solamente en complicidad, no existirá algo sobre ese nombre y la invención derivativa querrá nombrar algo que no habitaba en ese n o m b re porque s e rá un nuevo nombre , u n la más franca y (objetiva) definición del CAMERA y de su escuela de Composición . ritmo nuevo. 36 T E S T I M O N I O S No siempre tenemos l a oportunidad de revisar nuestros álbumes y baúles de recuerdos, pero e n esta ocasión, en que el Instituto de Música cumple E l I n stituto d e M ú s i ca en i mágenes 40 a ño s , los hemos abierto para co mpartir parte de nuestra h i stori a , esta vez en i mágenes . Cuando e n 1 960 se creó e l Departamento de Música, y a había u n pequeño núcleo de intérpretes y académicos vinculados a Ja Universidad. Una década más tarde , y con un n úmero mayor de alumnos y profesores, pasó a l lamarse Instituto de Música. Por sus tres casa s , Lira 40 , Casa Central y Campus Oriente , han pasado muchos estudiantes , conjuntos musicales y personalidades chilenas y extranjeras , que han dejado huella tanto en la Universidad como en el medio cultural nacional por su desempeño en la docencia, extensión, creación o investigación . La memoria es frágil y los vertiginosos tiempos que vivimos dej an poco espac i o para recordar a personas o pequeñas y grandes acciones fundacionales. Algunos profesores, músicos o administrativos y a no nos acompañan , otros se encuentran en plena actividad entre nosotros o bien en diversos lugares del país y del extranjero . Las acciones han ido variando y cada generación , con su iniciativa y entusiasmo, ha contribuido a escribir su parte de l a historia, h i storia tej ida de hitos pero también de muchos gestos cotidianos . Colaborar con l a preservación d e J a memoria histórica e s u n a tarea propiamente univers i tari a . Por esta razón , y aprovechando u n significativo aniversario, e l Comité Editorial d e Resonancias ofrece una selección de material gráfico que i l ustra algunos momento s , actividades y producciones efectuadas en estos 40 años . Así, y s i n l a intención d e hacer u n a h istoria o d e presentar hitos, d e modo un poco al azar, se quiso rescatar algunas imágenes de nuestro archivo documental . Estamos conscientes que el énfasis se ha puesto en los músicos nacionales y en las obras reali zadas en el país y que no todo n i todos se encuentran aquí representados . Dos factores , en esta oportunidad, nos l imitan: el espacio que disponemos y la carencia de algunos materiales. Sin embargo, no perdemos la esperanza de realizar alguna vez una historia del Instituto que, en justicia, sea completa. 37 T E S T I M O N I O S 11 Conju nto de Música Antigua. P resentación d e E l D e s c u b ri m i e nt o d e A m é r i c a , 1 97 4 . S i l v i a S o u b l ette , Di rectora del Conju nto d e M ú s i c a Antigua. t 'f l! . ··.. �... ·� ./ . .. ..• .... . ·�· ,··· '2 M i r ka S t r at i g o p o u l o u . flauti sta del Conjunto d e M ú s i c a A n ti g u a . C u a rteto R e n a c e n t i s t a : Octavio Hasbún, M a ry A n n F o n e s , Osear O h l sen y Juana S u b e rc a s e a u x . Estudio MusicAntigua. A l ej a n d ro R e y e s (clavecín), Sergio Candia (flauta dulce). Silvia Urtubia y G o n z a l o C u a d ra ( c a n to) . Octavio Hasb u n {flauta d ulce) y G i na A l l ende (viola da gamba). 38 T E S T I M O N I O S Rubén S i erra, v i o l i nista. Carmen Luisa contralto. Arnaldo Fuentes, cellisla. 39 T E S T I M O N I O S Trio Arte, ca. 1 990. M aria 1 ris Rad rigán ( p i a n o ) , Edgar Flscher (cella) y S e r g i o P rieto (v i o l í n ) . C u a rt e t o d e C u e rd a s A l u m n o s I M U C . ca 1 99 2 De pie: F l o re n c i a J a r a m i l l o ( v i o l í n ) , R a ú l F a u ré ( v i o l a ) . Sentados: A l o n so F e r n a n d e z ( v i o l í n ) y A l ej a n d ro T a g l e ( c e l l a ) . Dúo Ansaldi - C o n n , 1 997. Fernando Ansaldi (violín) y Frida Conn (piano). Enrique López (viola) y X imena Ugalde (piano). D ú o de G u itarras, L u i s Orlandini y Osear Ohlsen, 1 999. 40 T E S T I M O N I O S J a i m e d e la J a r a y Norma Kokisch (violines), Enrique López ( v i o l a) y Arnaldo F uentes (cello). Fe rnando Ansaldi (violín), Adolfo F l o r e s (con trabajo y v i o l a da g a m b a ) , R o b e rt o G o n z a l e z ( c e l l o ) , E n ri q u e L ó p e z ( v i o l a ) y F r i d a C o n n ( p i a n o y c l a ve c í n ) . Ensamble XXi, 1 998. K e v i n R o b e rt s ( t ro m b ó n ) . Francisco Gouet (clarinete ) , J a v i e r C o n t r e ras (trompeta ) , A l e j a n d ro L a v a n d e r o s ( f l a u t a ) , Jorge Espinoza (fagot) . Edward Brown (corno) y J o rg e P o s t e l ( o b o e ) C o n j u n t o d e P e rc u s i ó n U C . c a . 1 9 9 5 . M a rc e l o E s p í n d o l a , A l v a r o C ru z , José Diaz, Gonzalo Muga, Carlos Vera (di rector) y S e r g i o M e n a re s . 41 T E S T I M O N I O S Q u i nteto H i n d e m i t h , 1 974. De pie: Emilio Donatucci (fagot) , J a i m e E scobedo (clarinete), Enrique Peña (oboe). Sentados: G i l b e rto S i lva (corno) y A l b e rt o H a r m s (flauta). Pedro S i e rra (fag ot) , H e rn á n Jara ( f l a u t a ) , Mauricio lbacache (corno), Daniel Vidal (oboe) y F r a n c i s c o G o u et ( c l a r i n ete) . O rq u esta d e Cám ara U . C . G i ra a E u ro p a , 1 968. J a i m e de l a J a r a , F r a n c i s c o Q u e s a d a , C é s a r A raya, E ri c H o f m a n n , Fernando Ansaldi, Sergio Prieto, A s i s A l l e l , A b e l ardo Ave n d a ñ o , A d o l f o F l o res (de p i é ) , M a n u e l D í a z , 111 R o b e rt o G o n z á l e z y A r n a l d o F u e n t e s . D i re c t o r : F e r n a n d o R o s a s . A 42 T E S T I M O N I O S C a m e ra t a d e V i e n t o s . At ras: Joel S i lva, Lorne B u i ck, L u i s R o s s i ( d i r e c t o r) , Daniel Vidal , Francisco G o u e t , José Molina. Adelante: Juan Herrera, Emanuel López, Daniel Silva, Pedro S ierra. S o l ed a d J a r a m i l l o . Al berto A l marza, Rubén Gonzalez, David Si lva y Rodrigo H e rrera. Orquesta J uvenil. D i re c t o r i n v i t a d o : J o r g e R otter {de pie a la i z q u i e rd a ) . C o ro d e l a E s c u e l a d e P e d a g o g ía e n M ú s i c a u . e . D i rector: Emilio Rojas. 43 T E S T I M O N I O S J a i m e D o n o s o , D i r e c t o r. C o ro d e C á m a ra U . C . , 1 9 9 2 . Abajo a l c e n t ro , G u i d o M i n o l etti , Di rector. M a u r i c i o C o rt é s , D i r e c t o r. 44 T E S T I M O N I O S D I R E CTO R E S D E L I N S T I T U TO DE M U S I CA Juan Orrego Salas, 1 960 - 1 9 6 1 . Santiago Pacheco, 1 974 - 1 976. J u a n a S u b e rc a s e a u x , 1 976 - 1 989. Jaime Donoso, 1 989 - 1 997. Octav i o H a s b u n , 1 9 9 7 h a s ta l a f e c h a . T E S T I M O N I O S 45 D I A D E S A N TA C E C I LIA, 1 983 1 S a m u e l C l a ro , E d g a r y A l ej a n d ro G u a re l l o . José Miguel Reyes, Consuelo C o rrea. N at a l i a G ó m e z , J . Pablo Fabres, M . Paz Valenzuela y R a ú l C ra g g . M a ry A n n F o n e s , M a r í a I r i s R ad r i g á n y Soledad D iaz. Cecilia Baeza Juana Corbella y G e ra r d o U r r u t i a . L u i s Av e n d a ñ o , " D o n L u c h o " . 46 T E Víctor Saavedra. p ro f e s o r . Profesores en exposición de l conog rafia M usical Chi lena. En primer plano: A l ej a n d ro G u a r e l l o J . Pablo G onzal z y Ximena Ugalde. � El Rector J o r g e Swett hace e n trega d e l Primer Premio de Composición 1 978 a W i lf r e d J u n g e . Carmen P e ñ a , profeso ra. � IMUC H L • E � .t. S T I M O N I O S T E S T I M O N I O 47 S fON'TH"lCM UNIVUstDA.O CATOU DIPilTAMIN'fO Ol MUSICA CA Ttloll'OA OAO DI CO�IPlW 1'1i> ' """' • .• '" - SM0tt Ol ttOHO\I. lillAl1D 11 OC MAYO t t ftCllMa, .. " � t> CA"":' !Co' r<>�-rfl'«:U L f!'JV1" J)J; .\U.� CA )t'JUUT1' 1r6 co.vc11ur1'0 D¡:; 1'TA sr;MA:\",4 Si4 uNMRS1oio C:A1aucA- ---Departomento do Mú:ii'o CU RSOS 1 965 oi: CJIJL& INTRODUCCION A LA PEDAGOGIA MUSICAL . Solfeo Introducció ª Ritmo auditivo Instrumento Educ:c·ion vocal Practic1 Coral. • l"WStCA JV'<'J)./'{JL UM. JN$1·Jl�."TO DB ,,,,,.- ... • Cursos de Música Anr1gua " PI LA ....,.-p.<mC'X.»> <t)llO llEfS1U>W'1 _l*.'C*r. yJC'TI,')fit AJ.JtM .ur..u:niuos . • lJ M>C-•'1<>1.tCA nK Cff .>� Flauta . Viola de gamba Canto e Interpretación. �om x . �� $A'tlllf# • Guitarra • Laud ula i!�1.�IRMatric llAl28, Abierta --���-�·J:l!:,� �.t::�� de ·15 ;;:: Música en el Círculo Bpañol MA� l DE mCIFMBRB Concierto de Canto Obras de G. Lorca. GrtlDild� Falla. Rodrigo,y , selección de ianuaas PilarAguikr4 , S<I!'.'�. adultos. n1ftOS, a<fo/e5centes Y Elemental Programa Ciclo avance curricular) (preumversltario con lar Programa anual no currictJ óKlemore msatpctones. 2 JI 18 � Olfl91dos a Valor inscrlpcl6n: S 5.000 Mayor�s mfo1macloncs; GurmJn ff!dlura J.JOO (.ampuS Or1ente Av )aune Fono: 6865124 a 20 horas. 48 T E S T I M O N I O S AD CATOUCA PONT,,IC!A UNIYHSIO 01 CHILI T!Ml'()tAOA O! CONCIERTOS 1965 1 TEMPORADA INTERNACIONAL DE CONCIERTOS 1974 GOMPAÑIA � JOVEN , '""""'' t& . 1ann1 o ��dedosp¡•..o s Música de G. Verdl y G. Pucáni CONCJERTO DE GUffARRA temporada internacional de conciertos 9 ifS5 INSTITUTODEMU81CAUflY CATOUCA IN•TtTIJTOCU��OE� -- 2 ..,..• � niz1.300 209% 71 Centro Cu/Jurol tk R1pañs ... ,.N)�l1.1 · T E S T I M O N I O 49 S MUSICA DEL VIEJO v NUEVO MUNDO EN LOS ANOS CINCUENTA PA:.!,AMfR lCANA MÚSICA lAlt . \llOLONC HEl.O y PIA � f<lt,lr """"' J ..... ... .... ...it.w! 50 T E S T I M O N I O S 1.n. 1 La.U lt'C.<HllUo\) CLASICOS D I! L..i. MúSICA POPULAR CHILENA t' , ú ll ' , a ... ..: � "" "'" e .. .�. ..... r> • • O •• • citnl >Jt At>•<>• / CHILENA o CUECA TIADICIONAL 1 Ho Id � E S T U D I O 51 S Esta ceremonia de prerniación de l a segunda versión del Premio de Musicología Samuel Claro Valdés, que hoy nos convoca, coincide con la celebración de los 40 años del Instituto de Música de la P. Universidad Católica de Chile. Propicio momento, entonces, para realizar una breve reflexión en tomo a Apo rte d e Sam u e l C l a ro Valdés ( 1 934- 1 994) a l a m us icolog ía e n l a P. U n ive rs i d ad Catól ica d e C h i l e CARM E N PEÑA Instituto de Música Pontificia Universidad Católica de Chile la presencia de la investigación musicológica en nuestra casa y al papel que le cupo al distinguido musicólogo que a través de este premio recordamos . El Instituto de Música desde s u creación en 1 960 , en e s a época como Departamento de Música, se vinculó principalmente a l a docencia y a la extensión en el campo de la interpretación. alcanzando un reconocido prest igio en ambas actividades . Así lo demuestra el desempeño profesional de sus egresados y las actuaciones de la Orquesta de Cámara, los solistas y diversos conjuntos corales e instrumentales que han cultivando un amplio repertorio de música universal y latinoamericana de todos los períodos , realizando un efectivo aporte a la cultura musical. Avalan su trayectoria numerosos estrenos e ininterrumpidas temporadas , encuentros y giras realizadas tanto en el país como en el extranjero. Fue en este campo en el cual Samuel Claro estableció, con anterioridad a su llegada, un vínculo muy apreciado con el Instituto ya que a través de sus conjuntos fue posible proyectar hacia la sociedad algunas obras coloniales, trancritas por él como producto de una ardua investigación 1 . Samuel Claro. 1 974. Antología de la Música Colonial en América del Sur, Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile, p. XXV. Con motivo de la conferencia UNCTAD 111 se editó un disco (Astral , SVB 104). 2. Op. cit.. p. LXXXV sobre el pasado musical latinoamericano. Sólo a modo de ejemplo, cabe recordar dos importantes estrenos: en 1 9 7 1 la Misa de José de Campderrós1 , efectuada en l a Catedral de Santiago, a cargo de solistas, el coro y la orquesta del Instituto de Música, bajo la dirección de Femando Rosas, y en 1 97 9 , en el Teatro Municipal d e Santiago, el d e la ópera-serenata d e Fray Esteban Ponce de León, Venid, Venid Deydades, a cargo del Conjunto de Música Antigua2, cuerpo musical pionero en América Latina en e l cultivo de este tipo de repertorio. Es indudable que el oficio interpretativo implica una actividad investigativa, tarea que efectivamente han hecho suya nuestros músicos, sin embargo los 52 E S T U D I O S comienzos de la i n vestigación musicológica en la Universidad se vinculan necesariamente a la figura de Samuel Claro. Luego de una residencia de 22 años en l a Universidad de Chile, se i ncorporó a nuestra casa en 1 982. Su llegada significó abrir un espacio para la musicología y, en consecuencia, representar a la especialidad desde la Universidad . E n ese tiempo s e incorporó a l equipo d e profesores que trabajaba en l a creación del grado en Licenc iatura en M ú s i c a , al m i s mo tiempo que continuó desarrollando los proyectos de investigación internacionales y nacionales que ya había iniciado. Entre los primeros se encontraba la coordinación para América Latina y el Caribe del proyecto de UNESCO " M úsica en la Vida del Hombre . Una H istoria Mundial " 3 , y entre los segundos, l a "Iconografía M u s ical Ch i le na " , este último patrocinado en una primera etapa por el Instituto y luego por l a Dirección de Investigación de l a U n iversidad. 3 . Samuel Claro Valdés. 1 982. "Música en l a vida del hombre"RMCh. XXXVl/ 1 58 (julio-diciembre ) , pp.47-49. Paralelamente, y hasta su nombramiento en 1 985 como Prorrector, ejerci ó el cargo d e Presidente del Consejo C h i l eno de l a M ú s i c a , entre otras r e s p o n s a b i 1 i d ades con a s o c i a c i o n e s y s o c i edades mu s i c o l ó g i c a s . S u experiencia e n e l ámbito institucional y especializado l e permitó visualizar que una acción eficaz difícilmente podía rendir fruto de manera solitaria. De este modo, una de sus primeras acciones fue la conformac ión de u n pequeño equipo d e trabajo discipl inario q u e , gracias a la confianza d e l a dirección d e esos años, ejercida p o r Juanita Subercaseau x , h i z o posible l a incorporación, e n 1 983, d e dos musicólogos recién egresados d e la Universidad de Chile -Juan Pablo González y quien suscribe-. Este núcleo, j unto a Juana Corbella se abocó a trabajos académicos y a dos proyectos de apoyo a l a docencia q u e se concretaron, en 1 984 y 1 986, en l o s diaporamas dedicados a la música en Chile en el siglo XIX y XX, respectivamente. Paralelamente , parte del equipo , al cual se unió María Isabel Quevedo, dedicó su esfuerzo a la finalización del trabajo de Iconografía, i n i ciado con anterioridad en la Universidad de Chile con el mismo grupo , culminando en su publicación en 1 9894. Consecuente con la visión de una musicología a la cual le compete "el estudio integral de la música universal y de todo aquello que pueda esclarecer su conocimiento " 5 , unida a la permanente inquietud por abordar proyectos de problemáticas diversas, se interesó por trabajos tan d isímiles como el " Estudio poético y estructural de la cueca chilena"6, los " Rasgos comunes y distintivos en l a música de H ispanoamérica y Chile " 7 , y a una monografía sobre la pianista chilena Rosita Renard8. Paralela y conjuntamente con el desarrollo de la investigación, su quehacer reflejó un decidido compromiso por representar. desde la musicología y en distintos escenarios, a la Universidad. Desde su l legada participó en el país y en el extranjero en cerca de diecisiete congresos , simposios y reuniones de trabajo convocadas en diversos temas musicológicos, presentando ponencias 4.Samuel Claro Juan Pablo González , Carmen Peña y María Isabel Quevedo. 1 989 .lconof!,rafía Musical Chilena, Santiago: Ediciones Universidad Católica. 2 vols. 5. S amue l Claro. 1 998. º Musicología y sus términos c orrel ativos " . Revista Musical de Vene�uela. Nº 36. Fundación Vicente Em.ilio Sojo. CONAC, Caracas. Venezuela. p . 1 6 . 6.Culminó e n l a p ub lic ación de Samuel Claro, Carmen Peña y María Isabel Quevedo (colaboradoras). 1 994. La Cueca o Chilena, Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile. La publicación contó con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación ( Proyecto Nº 25278). 7 . Proyecto financiado po r FONDECYT, efectuado entre 1 99 1 - 1993. 8 . Samuel Claro. 1993, Rosita Renard, pianista Chilena, San ti ago : Editorial Andrés Bello. E S T U D I O 53 Aporte d e Samuel Claro . . S al menos en once de ellos . Publicó tres libros en Chile y una treintena de 9 . Carmen Peña Fuenzalida. 1 994. "Bibliografía selectiva de publicaciones de Samuel Claro Valdés" RMCh , XLVIIT/ 1 82 (julio diciembre), pp. 1 1 6- 1 20, además de fuentes tales como las Memorias de Investigación y la Cuenta de Rectorfa de la P. Universidad Catolica de Chile , entre otras. 10. 1994. RMCh, XLVlll/ I 82 (julio-diciembre), pp . 1 051 15. artículos y re se ñ as en distintos medios del país y del extranjero9 . Al mismo tiempo, colaboró para obras internacionales de gran envergadura como The New Grave Dictionary of Opera , l a Bibliografía Musicológica Latinoamericana, el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana y Die Musik in Geschichte und Gegenwart, entre otras. Además, vinculó al Instituto al "Répertoire International de Littérature Musicales" (RILM) . e n s u calidad d e representante del Comité Chileno. " Samuel Claro Valdés , musicólogo por sobre todo" , se titula un artículo del Dr. Luis Merino escrito en su memoria 1 0. Efectivamente , fue un investigador de una producción muy prolífica y durante su permanencia de doce años en la Universidad, siempre desde el <<hacer>> musicológico , aportó valiosamente en un campo en el cual estaba todo por hac e rse . Una rápida evaluación, y por ello evidentemente limitada, permite apreciar el carácter fundante de sus acciones . Primero, estimuló e instó a los musicólogos a insertarse , desde s u quehacer, paulatinamente a la comunidad y a prestar su colaboración para apoyar la conformación de equipos, formulación de proyectos e informar adecuadamente a las diferentes áreas de trabajo. A lo largo de los años esto ha repercutido en un creciente interés docente por postular a proyectos y publicar tanto libros y artículos como material sonoro o de apoyo docente, como lo revela la Revista de Investigación de la Universidad. En segundo lugar, su amplia visión de los campos de estudio como asimismo la constante preocupación por mantener una actividad musicológica permanente , contribuyó al establecimiento de una línea continua de proyectos, en diferentes ámbitos musicales y épocas, inaugurando, además , la apertura de un espacio a la investigación en el área de la música tradicional y popular, materias en las cuales no se había incursionado en el Instituto y que han generado publicaciones y proyectos que actualmente se encuentran en curso con importante financiamiento externo. En tercer término, el gran valor que siempre le otorgó a la preservación del patrimonio musical como fuente fundamental para la investigación, junto a la generosa donación de documentos que efectuara al Instituto, alentó la creación de centros y archivos documentales . De este modo, con posterioridad a su fallecimiento , se propuso la creación de un Centro de Documentación M u sicológica, que aún se encuentra en formación, y el Archivo de Música Popular, que recientemente comenzó a implementarse. Por último, su concepción de una musicología que se relacione tanto a otras 1 1 . S . Claro. "Musicología sus términos correlativos" , p. 16. y áreas del saber como también a la sociedad comunicando sus resultados y proveyendo de materiales a todo aquel que se interese por l a música 1 1 , se ha ido manifestando en diversas accione s . Algunas de el las son: 54 E S T U D I O S 1 ) la proyección de la investigación al ámbito docente tanto a través de Jos cursos mínimos de nuestros alumnos como también en los de formación general ofrecidos para el área científica y humanista de la Universidad; 2) Ja creciente concurrencia a congresos, reuniones de trabajo y cursos, tanto disciplinarios como en áreas afines, ha generado contactos con personas e instituciones , del país y del extranjero , con las cuales ha sido posible establecer vías de cooperación e intercambio académico- musicológico: 3) e l apoyo de l a musicología en cuanto a gestión y participación en la R e v i s ta Resonancias y su d i fu s i ó n dentro y fuera de C h i l e ; 4 ) el fortalecimiento de relaciones académicas e investigativas con otras unidades de la Universidad, como las establecidas hasta ahora con los I nstitutos de Estética e H i stori a , que augu ran las proyecc iones interdisciplinarias que hoy l a universidad propicia; S) la participación de musicólogos en charlas, coloquios y encuentros, en cursos de servicio y actividades de extensión , y en la organización de seminarios de actualización disciplinaria abiertos a la comunidad musical, estos últimos a cargo de profesores visitantes: 6) la publicación de libros , artículos y reseñas que dan cuenta de resultados de i n v e s t i g a c i o n e s y re fl e x i o n e s de i nterés m u s i c a l g e n e ra l . Lo anteriormente reseñado evidencia someramente que en estos dieciocho años se ha ido construyendo y recorriendo un camino que paciente y reflexivamente c imentó Sarnuel Claro. El fue una figura fundamental en el proceso de inserción de la musicología en el Instituto y en la Universidad, insersión que paulatinamente ha ido tomado cuerpo en virtud de una persistente tarea tanto docente como investigativa. Esto queda en evidencia si solamente se considera que en el curso de estos años los musicólogos han colaborado en numerosas propuestas investigativas de otras líneas docentes del [nstituto y han participado directamente al menos en quince proyectos disciplinarios e interdisciplinarios, abarcando tanto estudios como trabajos de apoyo a la docencia. En el discurso ofrecido con motivo de Ja cuenta anual de gestión del período enero-diciembre de 1 994 el entonces Rector. don Juan de Dios Vial Correa, destacó, junto a otros logros del Instituto, "el interés cada vez más acentuado por la musicología" 1 2 • Esta declaración, por una parte, reconoce un esfuezo 1 2 . 1 995.Cuenta de Rectoría. de integración y por otra es una clara señal institucional de que a la musicología Católica de Chile. Je corresponde un lugar de diálogo en la lógica cadena del quehacer universitario que implica l a docenc i a , l a investigación y l a extensión . No son demasiados los musicólogos del país que ejercen su actividad y las tareas por realizar son muchas . Nuestra h i storia musical tiene lagunas y vacíos que esperan ser estudiados. S i n el ánimo de pecar de ambiciosos. quisiéramos hacer más; sólo requerimos , como todo aquello que está vivo, de los nutrientes adecuados que provean de energía a una tierra que está fértil y ávida de producir más frutos. p. 1 1 . Pontificia Universidad E S T U D I O 55 S E l Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile (IMUC), ha convocado a concurso para la adjudicación del Premio de Musicología Samuel Claro Valdés 2000 . Este premio está destinado a distinguir monografías inéditas sobre música, músicos y audiencias en América Latina, considerando P re m i o d e M u s i c o l o g ía S a m u e l C l a ro Va l d é s 2 0 0 0 toda expresión musical y todo período histórico. El Premio, junto con rendirle un merecido homenaje al profesor Samuel C l aro , pretende apoyar desde el Instituto de Música el desarrollo de l a investigación musicológica d e rigor científico y creatividad intelectual tanto en Chile como en América Latina. Este apoyo se realiza ampliando el espacio académico para la musicología, incentivando el contacto de la musicología latinoamericana e ntre sí, difundiendo la produ c c i ó n m u s i c o l ó g i c a contemporáne a , y fomentando e l anál i s i s crít i c o e ntre l o s pare s . El jurado d e esta segunda versión del Premio estuvo integrado por e l Doctor Luis Merino, Decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile; la Licenciada Irma Ruiz, investigadora y docente de la Universidad de Buenos Aires y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Argentina; y el Doctor Juan Pablo González, coordinador de investigación del Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile. Respondieron al l l amado del Premio musicólogos y etnomusicólogos. de Chile, Argentina, Venezuela, Perú y Cuba, nacidos a partir de 1 960 . Casi todos e ll o s provienen de programas de doctorado de uni versidades norteamericanas y europeas, o de programas de licenciatura de universidades latinoamericanas. La formación musicológica de los participantes pone de relieve la especificidad del campo de la musicología, campo que no es sustituible por aproximaciones analíticas de otras disciplinas, ni por discursos hilvanados solamente desde la experiencia personal con la música, por intensa que ésta sea. El jurado consideró cinco factores principales para evaluar las monografías recibidas: su aporte a la musicología en América Latina; la actualización en la orientación teórica; la adecuación del tema a la extensión de la monografía; la naturaleza y el manejo de las fuentes; y la presentación y redacción . A continuación se exponen las temáticas, enfoques , logros, y deficiencias de los nueve trabajos en concurso, según la evaluación que realizó el jurado tanto en forma independiente como conjunta. Esta evaluación se hace pública 56 E S T U D I O S sólo con e l ánimo de contribuir al perfeccionamiento de nuestra disciplina, una tarea que como investigadores nos ocupará toda la vida. No se mencionan los nombres de los participantes ni los títulos de las monografías aludidas para mantener la confidencialidad del Premio . El universo temático que abarcan estas monografías incluye la propia musicología, la música colonial americana, prácticas musicales del siglo XIX, obras y músicos del siglo XX , i nstrumentos como e l piano y la guitarra; compositores doctos y populares; y música ritual . E n este aspecto, e l Premio logró su objetivo de convocar trabajos que aborden diversas expresiones y períodos históricos de las músicas latinoamericanas. Los enfoques utili zados también fueron múltiple s , destacándose l a integración entre las miradas h istoriográfica y etnográfica, la aplicación de l a semiótica al anál isis musical , la deconstrucción del pensamiento musicológico, el análi s i s performativo, los estudios intergenéricos, y el estudio de la personalidad artística. En algunos de los trabajos recibidos se aprecia una clara puesta al día en la bibliografía utilizada, un buen uso crítico y relacionado de fuentes primarias, secundarias y terciarias, y una adecuada utilización de b i b liografía disciplinaria y extradisciplinaria . . En otros casos, s e observa una baja presencia d e textos musicológicos que sustenten u n marco teórico básico, de textos interdiscipli narios que aporten nuevas miradas sobre la música, y de textos extradisciplinarios que enriquezcan el estudio musicológico en su conjunto. E n ciertos casos , l a bibliografía e s exigua y parece poco aprovechada, observándose u n desconocimiento de textos relevantes para los o bj e t i v o s de la m o n o g rafía o que sólo son c i tados de segunda man o . En estos casos la relación con las fuentes e s a-crítica, l i mitándose a aceptar l a información primaria o secundaria con demasiada confianza. No hay esfuerzos por deconstruir el discurso de Jos propios músicos, por ejemplo, y se abordan modelos estilísticos y formales europeos utilizados en América Latina sin reflexionar sobre los cambios de sentido que pueden generar en ellos su re-uti l i zación en contextos históricos y sociales diferente s . Entendemos que es necesario realizar grandes esfuerzos para vencer l a s l im itaciones b i b l iográficas que existen en el campo musicológico en América Latina y así poder i ncrementar, actuali zar, y di versificar nuestras fuentes y soportes epistemológicos . Al mismo tiempo, es necesario salir de una c ierta ignorancia mutua que nos conduce por caminos paralelos de investigación teniendo todos un tronco h istórico común. Desde un punto de vista metodológico, la ausencia de conclusiones en varios de los trabajos recibidos es preocupante , pues los despoja de su esencia fina l . la que normalmente suele abrir puertas a futuras investigaciones. Así mismo , las conclusiones, junto con permitirnos s i ntetizar adecuadamente l a problemática planteada, n o s otorgan la posibilidad d e reunir e integrar las distintas apreciaciones que se han realizado a lo largo del texto, pasando de la mera recolección de antecedentes a su relación e i nterpretación en conjunto. También es preocupante la incorporación de terminología poco estandarizada en e l ámbito del análisis musical de partituras, en especial bajo l a influencia de la semiótica, lo que dificulta l a recepción más E S T U D I O S 57 Premio de M u s icología . . . amplia de este tipo de trabajos. Así mismo, el ámbito performativo es poco considerado en el análisis, especialmente al abordar aspectos de significado en una canción, el que aparece construido exclusivamente desde el texto literario y musical . Los análisis inmanentes y carentes de correlatividades que aparecen en algunas monografías , hacen que el análisis musical se encierre en sí mismo y, por ejemplo, no a l i mente l as conclusiones . En general , se aprecia seriedad y erudición en Jos temas tratados . También se observa oficio, dedicación , y originalidad en los planteamientos. En algunos casos se iluminan zonas de la historia de la música latinoamericana que habían permanecido oscuras , o se plantean nuevos enfoques que enriquecen la comprensión de nuestro pasado musical. También se observa un adecuado equilibrio entre aspectos textuales y contextuales, aunque éstos no siempre aparecen suficientemente i ntegrados. Todos los trabajos recibidos aportan información nueva y relevante para el estudio de la música en América Latina, sin embargo, algunos de ellos rebasan Jos l ímites específicos del género monográfico, correspondiendo más bien a apretadas síntesis de trabajos mayore s , a textos generales de divulgac i ó n , o sencillamente a etapas preliminares de investigación . A veces se observa tal entusiasmo del investigador por su objeto de estudio, que el texto se transforma en un panegírico del músico y de su obra, abundando en anécdotas o en exaltaciones de corte nacionalista y reivindicativo. Del mismo modo . algunos textos son demasiado descriptivos y no logran problematizar los asuntos tratados, ni avanzan en perspectivas interpretativas. La mera descripción, por fina que esta sea, no constituye u n producto musicológico completo. Es necesario tener en cuenta que la complejidad del proceso de investigación reside en el sutil engranaje entre sus direcciones empíricas y teóricas , y se construye sobre la base de decisiones cimentadas en el saber. la experiencia, la humildad y la búsqueda permanente del perleccionamiento de la disciplina y de la apertura a nuevos campos del saber. El Jurado de la segunda versión del Premio, se reunió en Santiago el 28 de Septiembre de 2000 y confrontó sus evaluaciones, discutiendo las virtudes y defectos de cada trabajo recibido. Los j u ic ios resultaron altamente coincidentes, lo que facilitó la decisión del tribunal, que fue tomada en forma unánime, otorgando el Premio de Musicología Samuel Claro Valdés 2000 a la monografía "Zuola, criollismo, nacionalismo y musicología" de Bernardo Illari , de Argentina. El Premio consiste en un Diploma de honor, U$ 2000 , y la publicación del texto en la Revista Resonancias número 7, de noviembre de 2000 . 58 E S T U D I O S El Jurado decidió declarar desiertas las dos menciones honrosas ofrecidas, sin embargo recomienda para su publicación las siguientes monografías: "Las sonatas para piano de Alberto G inastera como textos neornitológicos", de Julio Ogas, de Argentina; " Patrones de improvisación y acompañamiento en la música venezolana de salón del siglo XIX" , de Juan Francisco Sans y Mariantonieta Palacios, de Venezuela; y "Federico Srnith, las claves de su sombra, l a música de su silencio. Una propuesta musicológica para el enfoque de la personalidad artística", de Liliana González, de Cuba. Estos textos serán publicados en los números 8 y 9 de la revista Resonancias, que saldrán a circulación durante los meses de mayo y noviembre de 200 1 . Con la implementación de este premio bianual, el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Catól ica de Chile continúa fomentando el desarrol lo de la musicología como disciplina universitaria, aglutinando a una comunidad musicológica dispersa y proyectando su labor a la esfera latinoamericana. La tercera versión del Premio será ampliamente difundida en septiembre de 200 1 , y se recibirán trabajos hasta mayo de 2002 . E S T U D I O 59 S Tal vez no sea superfluo volver sobre la relación entre mús i ca e identidad. La musicología iberoamericana ha sido demasi ado rápida en abandonar temas y discusiones que estaban lej os de estar concluidas. Uno de los manuscritos aparentemente mejor conocidos de nuestra Zuola, crio l l ismo, n acional ismo y m usicolog ía1• BERNARDO ILLARi Universidad de Chicago l . Pre senté versiones anteriores de partes de este trabajo en las Segundas Jornadas Argentinas de Musicología (Buenos Aires. 1 985) y en el National Meeti n g de la American M usicological Association (Kansas City. Missouri. 1999). Las autoridades del Museo ·casa de Ricardo Rojas' en 1 978- 1 9 8 1 y 1 995- 1 996 generosamente pusieron a mi disposición el "c6dice Zuola'". Este trabajo se benefició con la colaboración y los comentarios de Silvia Ki lli an . Gerardo Huseby, Philip Bohlman, Martin Stokes . Álvaro Torrente y Leonardo Waisman . Para su redacción final. en M adrid . fue inv alorable la ayuda de los dos últimos, así como el apoyo espiritual de Oawn A. DeRycke . A todos, mi más profundo agradecimiento. signatura. Su descripción e historia pueden hallarse en Carlos Vega, La 5-19. 3 . Wi lk.es , "Música colonial", "Doce canciones coloniales". 4. Margelí, "El códice colonial"; Femández , "Bibliografía" y "Un rompecabezas paleográfico", respondidas por Vega, "El códice de música colonial y la crítica española". 5. Vega. "Un códice peruano colonial'": Wilkes, "Contrarréplica a una crítica'". 6. "' (m. Cusco, 1 709)2 , proporciona una óptima base para un replanteo de la cuestión. Los más tempranos estudios sobre el libro son bien conocidos: al citado l ibro de Vega ( 1 898- 1 966) respondieron una serie de escritos de Josué Teófil o Wilkes ( 1 883- 1 968)3 , docente y compositor porteño de sólida formación europea (además de un par de reseñas en revistas españolas, que no interesan aquí)4. Lo sustancial de este debate puede considerarse concluido hacia 1 965 , encerrado en el callejón sin salida del ataque personal sin que se hubiera llegado a resultados significativos5. Las contribuciones posteriores incluyen un catálogo (García Muñoz)6, dos descripciones generales del libro y su música y varios aportes específicos ( Robert Stevenson)7 , sin que n inguno aborde l o s graves problemas conceptuales q ue e l 2 . Libro de varias curiosidades y Tesoro de diversas materias, B uenos Aires, Museo 'Casa de Ricardo Rojas ' , sin música de un códice. h istoria musical , el libro del fraile franciscano Gregorio de Zuola Códice s coloniales con mús ic a" . 7. The Music of Peru. 1 38 y 1 5 1 - 1 5 5 : Music i n A;:rec, 306-3 1 2 : Re11aissance and Baroque , 259-26 1 : cfr. nota 60. manuscrito p l antea. Aquí tomaré e l manuscrito e n relación con sus representaciones intelectuales de alrededor de 1 930, para inte1rngarlo en su papel de doble mediador, primero entre el Cusca del siglo XVII y e l Buenos Aires del temprano siglo X X ; y en seguida, entre la' tradición h i spánica - de tran smisión pri ncipalmente escrita- de tonos humanos y la música tradicional monódica - de transmisión principalmente oral - del sur de los Andes peruanos . En ambos casos , Zuola puede ser tomado como hito de identidad: en 1 930 aparece entramado en un discurso nacionalista y incorporado a lo que se ha dado llamar objetos de conocimiento nacionales (Rosman: Narrating the Nation); hoy leemos en él la acción de los españoles americanos (blancos nacidos en América o criollos) por construirse un universo simbólico que los distinga de sus ascendientes europeos . Hace setenta años, el estudio del manuscrito representó un punto de i n flex ión en la h i storia del di scurso científico sobre música e n Argentina. H o y podemos recoger las implicancias positivas, tanto de lo que se hizo con Zuola como de las c aracterísticas del libro, y ensayar una praxis científico-musical más generosamente integrada 60 E S T U D I O S e inclusiva, no sometida a barreras políticas, académicas o institucionales , cuyo objeto de estudio sea, en última instancia, el ser humano. El camino a recorrer aquí tiene tres etapas, en las cuales discurriré sobre las canciones de Zuola en tanto objeto nacional , en 1 930; en tanto objeto criol l ista, en 2000; y en tanto objeto científico-musical. 1 . ZUOLA E N 1 930 En las primeras décadas del s i gl o XX, la ciudad de Buenos Aires sufrió un acelerado e intenso proceso de modernización . En apenas unas cuantas décadas , la "gran .aldea" del 80 se transformó en una urbe cosmopolita. Como parte de este proceso se señala generalmente l a profesionalización de actividades que antes estaban en manos de amateurs: la historia8, Ja crítica Un de déracinó. 8 . Quanrocchi-Woisson. literaria9, y, he de añadir, también los estudios científico-musicales. La cara narionalisme 68-78. más visible de este proceso es la fundación de centros de investigac ión: los 9. VIñas. Liferaf/lra argenrina. Institutos de Historia Argentina ( 1 92 1 ) y Literatura Argentina ( 1 922) de l a Universidad d e Buenos Aires , y l a Sección d e Musicología Indígena 229-27 1 . ( 1 93 1 ) erigida por Carlos Vega en el entonces Museo Nacional de Hi storia Natural y convertida en 1 940 en el Instituto Nacional de M u sicología 1 0 . Menos evidente resulta l a relación de todas estas instituciones con el nacionalismo, que por entonces 1 0 . Ruiz. "Repensando Ja Etnomusicología", JO y J 2 . había adquirido Ja categoría de doctrina hegemónica en e l país; acierta Diana Quatrocchi cuando reúne l o s dos elementos en un sólo título ("Projessionalisarion er naiionalisation de la conscience hisrorique" ) 1 1 . Continuaré terciando: a éstos agregaré la creación de un discurso téc n ic o , específico de cada di sci pli na , consecuencia - o tal vez causa- de l a creación l l . Qu attrocc hi - Woi sson . Un narionalisme de déracinés. . loe cit. de nuevos ámbitos profesionales. No hay nada intrínsecamente nacionalista, ni en el profesionalismo ni en el discurso técnico. Así y todo, en el Buenos A i re s de al rededor de 1 930 e staban e s trechamente v i n c u l ado s . E l profesionalismo y s u lenguaje se desarrollaron como parte de u n diálogo en el cual las ideologías nacionalistas fueron interlocutores destacados; y, todavía más , fueron estratégicamente utilizados para la construcción de un aparato s i mbó lic o nacional . Las canciones del l i bro sal ieron a l u z en e l momento m i s mo de l a profesionalización de los estudios científico-musicales argentinos. Tanto Vega como Wilkes seleccionaron, dentro de las posibilidades que ofrece el manuscrito, canciones escritas en pentagrama - Vega solamente estudió el alfabeto para guitarra - , a las cuales sometieron a un examen de naturaleza fundamentalmente técnica: canciones-objeto, de naturaleza gráfico-musical 12 . Las auctoritates tanto de Vega como de Wilkes - Ribera, Gevaert, Riemann, 12. El libro contiene mucha más evidencia de interés D ' Indy, Emmanuel - operaban sobre e l lenguaje musical , entendido como la cual abordaré en su oportunidad. una combinación de configuraciones rítmicas y estructuras tonales, en relación con un tipo de notación peculiar. Los dos estudiosos argentinos parten de la distinción entre elementos esenciales o estructurales y elementos n o esenciales, d e l a s canciones-objeto; y d e l privilegio absoluto d e l o s primeros musical, inexplotada todavía. E S T U D I O S 1 3 . Vega La música de 1111 . códice rolonial. 92. Zuola, criollismo . . 61 sobre los segundos. Su atención se dirige con preferencia a los "aspectos fundamentales" de las composiciones 1 3 , soslayando el modo en que cada composición los realiza. El debate discurre en tomo a tipologías, prestando poca atención a los casos específicos, o al modo en que éstos se relacionaban con aquéllas: discusión de conceptos, abstracciones y esquemas , pues , y no de piezas musicales . Les interesa, en cuanto al ritmo, descubrir en las canciones la presencia de patrones conocidos, a veces repetidos a modo de danza. En cuanto a las estructuras tonales, es para ellos significativo señalar el centro tonal o tónica de la canción - que, de acuerdo con las ideas de époc a , n o es d i ferenciada c l aramente de l a finolis de l o s modos gregorianos - , establecer la escala en la cual se mueve, y. en menor medida, identificar tópicos o fórmulas melódicos, o cambios de tonalidad y modo que ocurren durante su transcurso. Es secundario, dentro de la epistemología que comparten, el interés por los problemas rítmicos individuales que cada pieza plantea, así como la interrelación de sus notas concretas con motivos, giros, tonalidades o modos. Y l a preocupación por el contexto cultural o la construcción social del sentido es inexistente, como bien se ha señalado con 14. Ruiz. ··Repensando l a Ernomusicología": Velo. "Carta abierta. . . respecto a Vega 1 4 . Finalmente , y aunque ni Vega ni Wilkes se l imitan a reproducir conocimiento preexistente, los dos siguen la tradición argentina de buscar padrinos intelectuales en Europa, en ese entonces fuente de toda legitimidad cultural . Los s istemas que aplican y discuten son de origen europeo, y uno y otro se cuidan de ponerlo en claro en sus escritos, con todo el aparato crítico necesario. Para Carlos Vega, Zuola fue un vehículo para probar un nuevo discurso: fue 1 5 . Cfr. García Muñoz. "Bibliografía de Carlos Vega". su primer trabajo importante sobre música l 5 . Los temas que aborda - tonalidad, uso de patrones rítmicos, fraseo - fueron los mismos que luego le ocuparon durante décadas en sus estudios, por una parte de la lírica profana estudio sobre Zuola en 1962 lo revisó para "dar" allí "por 1 6 . Cuando Vega reeditó su primera vez" una serie de "ideas principales sobre la escritura del orden tonar·· extraña simetría del principio con el fin de su carrera en la cual Zuola estuvo presente. medieval , y por otra, de la música tradicional argentina y sudamericana16. Por su parte, Wilkes reaccionó con i ntensidad desmedida contra las ideas de Vega, pero, como él, hizo de Zuola el cauce para introducir teorías que luego desarrollaría in extenso en numerosas publicaciones: las canciones del c ó d i c e c o l o n i a l fueron un h i t o e n l a s c a rreras de ambo s . Zuola como objeto nacional: la conrribución de R icardo Rojas Antes de referirnos en detalle a los aspectos técnicos debatidos en l a controversia, vale la pena interrogar la construcción d e Zuola desde el punto de vista del nacionalismo. Zuola tiene su propia prehistoria académica, 1 7 . El camino que el previa al trabajo de Vega, y es en ella donde puede apreciarse su papel como muy claro. Rubén Vargas lo pensó y creó una imagen intelectual cuya impronta es claramente perceptible libro siguió para llegar hasta las manos de Corbacho no es Ugarte afirma que el libro se hallaba en la biblioteca de los mercedarios de Cusco ( "Un archivo de música colonial"). objeto nacional. Fue el literato Ricardo Rojas ( 1 882- 1 95 7 ) quien primero en los estudios posteriores. De hecho, era dueño del volumen , por regalo del coleccionista peruano Jorge Corbacho l 7 . Rojas teorizó a Zuola en clave a la vez literaria y nacionalista. El nacionalismo es, por cierto, uno de los 62 E S T U D I O S modos d e pensamiento predominantes d e la Modernidad, y como tal es un componente central , deseado o no. del di scurso de las ciencias del hombre de la época. Pero el nacionalismo de Rojas iba mucho más allá: era estratégico, militante, autoconsciente 1 8 . Por medio de una serie de libros publicados a partir de 1 908, l lamó la atención sobre que la Argentina, pese a haberse estabil izado definitivamente como estado moderno, manifestaba lo que él 18. Este párrafo se ha.a en Castillo , Ricardo Rojas; C árden as , El primer nacionalismo y Glauert, Ricardo Rojas. entendía como una falta de cimientos culturales sólidos y propios, en particular en una Capital Federal cuyos grupos dominantes miraban a Europa, anglófilos en la política y afrancesados en la cultura, ajenos totalmente al bullir de un proletariado urbano que vi vía el máximo auge de la inmigrac i ó n . Para superar la antinomia entre Buenos Aires y el Interior, ya expresada por Sarmiento en la fórmu l a "civil i zación y barbarie", Rojas propone ideas unificadoras , de asimilación de lo extranjero y superación de lo tradicional 1 9 . S u p1incipio d e un idad es u n espíritu nacional trascendente , concebido en términos idealistas : un conjunto de valores, vivos en la memoria colectiva, de sentido y carácter sagrado. Lo que tiene entre manos no era una realidad La restauración 11acio11alisra ( 1909); Blasón de Plata ( 1 9 1 2); y La argentinidad 1 9 . Recordaré lres obras: ( 1 9 1 6) . s i n o una virtualidad ideal ; tan bien lo percibe , que se aboca denodada e i nfatigablemente a su realización ("hay que educar, más que instruir, y elaborar una substancia argentina", asevera en La restauración nacionalista) , primero en el terreno académico-institucional20, y luego c o n incursiones en la política (poco exitosas: la comprensión total de ese '"modo de hacer política entre nosotros" sobre el cual tanto escribió Halperín Donghi , o tal vez la voluntad de plegarse a los dictados de tendencias que le superaban en mucho, le evadieron ) . Tradición y memoria, valores y sacralidad, e l pensamiento de Rojas tiene desde e l principio carácter h i stórico. La h i storia, ahora 2 0 . Además d e escribir sus libros. Roj as fue primero decano y luego rector de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Buenos Aires -v. Pagés Larraya, "Ricardo Rojas, fundador de los estudios universitarios .. - . entendida como crónica del "espíritu nacional" (especialmente a través de las letras . tanto intelectuales como artísticas) y no de hazañas militares e h i tos políticos, es la sustancia de su idea de nacionalidad. Esta verdadera redefi n i ción de la h i storia halló desarrollo no sólo en un par de famosas cuanto controvertidas biografías históricas, sino también, y sobre todo, en la primera historia de una l iteratura nacional de América Latina (Historia de la literatura argentina, 1 9 1 7 - 1 922) 2 1 . Es en este marco donde Zuola fue "presentado en sociedad" . j ustamente en e l volumen dedicado a Los Coloniales ( 1 9 1 8) de la Historia . Para el autor, el códice fue fundamentalmente una fuente para la lírica traída de España en los s iglos XVII y X V II I . A despecho de la gran riqueza y variedad de sus contenido s , Rojas se refirió con preferencia a las poesías, y dentro del conjunto de ellas, a las que l levaban música. Zuola había utilizado el grueso volumen como una especie de archivo portátil para lo que importaba en su vida cotidiana: elementos de historia natural y humana, calendarios, recetas médicas y de cocina, horóscopos, dibujos de fenómenos de la naturaleza y de monstruos , noticias h istóricas y familiares , y, entre otras cosas, unas 45 poesías . 1 7 de ellas, menos de la mitad, incluyen también música (a más de un Credo incompleto; v. i . , Tabla 1 ) . S i n embargo , a partir de Rojas, el 2 1 . Cfr. Pagés Larraya, "Ricardo Rojas y la formación de la conciencia nacional" . E S T U D I O S Zuola, criollismo . . 63 libro d e Zuola nunca dejó d e ser un cancionero musical (el proyecto que dé cuenta de las numerosas cu riosidades que incluye está aún por llevarse a cabo). El códice resulta apropiado vehículo de sus ideas sobre los orígenes de la nacionalidad que, a pesar de sus conscientes esfuerzos de i ntegración, todavía manifiestan algo del prejuicio anticolonial heredado del siglo XIX. Construye el contenido del libro como español; es más, lo hace mera repetición de lo español, al escribir desde la postura de un arte l iterario que privilegia lo original, propio de la Modernidad. Así, escribe, el libro había contribuido en mucho a iluminarle el abismo de un alma colonial, rutinaria, temerosa. De ahí que la poesía libre no pudiera florecer lozanamente en una tieITa donde los hombres se conformaban en callar sus pasiones 22. Rojas. Hisroria de la lirermura. vol. 4. 456:·. o en repetir lo que les venía ya compuesto de España22. Junto a estas notas, Rojas reprodujo fotográficamente tres canciones del l ibro (p. 455-456) y, en otra parte, el bajo del Credo (vol. 3, 288). El carácter hispánico d e las canciones fue objeto d e ulterior elaboración unos años después, tanto en las publicaciones del Instituto de Literatura Argentina de la Universidad de Buenos Aires como en Eurindia, su "ensayo de estética" de 1 924. Unas y otro fueron parte del proyecto nacionalista de Roj as ; el Instituto, fundado en 1 922, fue la vía institucional para promover la doctrina euríndica, neologismo creado por el autor al combinar Europa y l as Indias en una sola palabra. Es tal vez la más elevada expresión intelectual de sus intentos de imaginar una nación unificada, como la Modernidad lo quería, a partir de una realidad que aparece como dual, y sin dejar de cumplir con el deseo característicamente latinoamericano -y argentino--- de permanecer dentro de la esfera de influencia de Europa ni resignar la aspiración a ser 23. Este análisis debe mucho a la lectura de Carpentier. ..América Latina". moderno23. Más allá de sus intenciones indudablemente buenas, eurindia plantea una de las aparentes contradicciones del pensamiento del autor (y de l a época), al sostener la preeminencia de lo estético -idea de cuño europeo- para construir una identidad extraeuropea. Así, eurindia pretende representar el nuevo arte argentino, que debía resultar de la cruza de raíces europeas con raíces indias, pero Rojas se ve obligado a salir del territorio nacional y recuITir a los Incas para hallar tradiciones americanas de suficiente elaboración estética como para sostener la confrontación con el arte europeo. En parte p o r e s o , e l p r o y e c t o c o n c re t o de R oj a s e s a m p l i o : nosotros concebimos l a patria como una entidad espiritual cuyas raíces nútrense más allá de sus límites territoriales, y concebimos la poesía como una función estética ligada al misterio de las otras artes. Con este criterio estudiaremos nuestra literatura, y más particularmente nuestro folk-lore . . . (Roj a s , "Prólogo", e n [Forte ] : El canto popular, 5 ) . Rojas insiste e n l a interconexión de poesía, canto y danza, y e n l a necesidad de estudiar la música "conjuntamente con la coreografía y el verso, buscando 64 E el ri tmo que las une y e l rasgo q ue les da su fisonomía regional". Tales estudios examinarían los e lementos indígenas e hispánicos "a fin de buscar en el canto nativo actual lo que de ambos sobre vive, el modo cómo se combina, y e l acento genuino de s u nueva tonalidad psicológica" (p. 5-6). De allí que l a primera publicación del Instituto no sea sobre l i teratura, sino sobre música supuestamente inca, en forma de canciones recogidas por el músico boliviano Manuel B e navente y armonizadas para piano. La otra vertiente de su concepto, la europea, se reduce a los elementos de una España que admiraba --el autor no había integrado cabalmente la nueva inmigración ítal o-española en su v i sión de la Argentina-. Lo español, a su vez, en el gesto editorial con que se inauguró el Instituto, está representado por Zuola, c u y a p u b l icación anu n c i a más adel an te en el m i s m o texto ( p . En e l mencionado ensayo Eurindia -más 6-7 ) . un man ifiesto nacionalista que u n estudio h istórico o analítico-, Roj as abundó sobre e l carácter español de Zuola con la amplitud d i scurs i v a que l o caracteri za. Construye una hispanidad compleja y mestiza ella misma, con elementos 01ientales, griegos, semíticos, cri stianos y medievales, l i stos para combi narse con los Otros africanos y americanos en una estética inédita, pero por ello mi smo vaga y abierta a i nterpretaciones: Comparados tales documentos [como Zuola] con los himnarios y cancioneros de España, podría demostrarse cómo la música española venía ya teñida de oriental ismo por los árabes; cómo la i nfl uencia griega y semítica no fue extraña a l a l i turgia cristiana; cómo salió del canto l lano medieval l a m elopea lenta de los j u g l ares épicos, persistente en e l romancero; cómo. en fin, el espíritu de esa música pudo refundirse con lo africano y lo autóctono de la nueva sociedad (Eurindia, 252). (A este euríndico par de publicaciones seguiría, en l a serie del Instituto de Literatura Argentina, una tercera, dedicada al "corpus de temas actuales, recogidos en la campaña argentina'', y otras s i m i l ares). La herencia de Rojas: Vega, o Zuola como español La construcción de Zuola que hizo Rojas se transluce en los escritos de Vega y Wilkes pri ncipalmente a través de dos nociones: en primer l ugar, ambos continuaron considerando e l l i bro de Zuola como cancionero musical (Vega tuvo en cuenta una pequeña parte de la información extramusical del códice, mas solamente a fin de establecer su origen y proveniencia), y en segundo término, tomaron estas canciones como representativas de una h i spanidad que se proponía como importante componente de l a nacionalidad, manipulando la multipl i cidad de opciones que el generoso planteo de Roj as permite en función de sus propias predilecciones. Cuando se proyecta la polémica S T U D I O S E S T U D I O S 65 Zuola, criollismo . . . Vega-Wi lkes contra el marco de l a actividad de Ricardo Rojas, salta a l a vista una ins o spec hada conexión con la construcción simbólica d e l a nación: los contendientes sostenían visiones disti ntas en relación al punto clave dentro del es que m a de Roj as, la h i s panid ad de Zuola (junto con posiciones distintas frente a la reli gión católica romana). Vega la desarrolla y amplía, haciendo del fraile mismo un español y de sus canciones, un producto arábigo andaluz. Wilkes calla al respecto del origen del fraile, aparentemente otorga, y subraya en las melodías su carácter clásico y católico, o sea, su pertenencia a la tradición occidental, su pureza y su religiosidad. El primer trabajo de Carlos Veg a sobre Zuola se desarrol l a a la sombra de Rojas y elabora sus ideas. Que los textos de Rojas l lamaran l a atención de otros estudiosos sobre su contenido musical fue l a i ntención de aquél, debidamente reconocida por éstos. Que Vega siguiera tan de cerca las ideas del l iterato. sin emb arg o trasciende lo que puede esperarse de su actuación. , No es casual idad que el trabajo de Vega finalmente tomara el sitio del volumen de Vicente Forte anunciado por Rojas en la serie del Instituto, o que, al no materializarse las contribuciones sobre folklore de Forte, el Música popular argentina 24. De esta serie. intitulada sólo vió la luz el tomo 2, Fraseología. Se repite aquí la asociación entre nacionalismo. porfesionalización y discurso técnico en relación con la persona de Rojas. Instituto, todavía bajo la d irecc ión d e Roj as, decidiera hacia 1 940 editar una serie de i mportantes escritos de Vega24. Se revelan así afinidades de pensamiento entre Roj as y Vega, que hasta ahora fueron soslayadas en los t rabajo s sob re e l s e gun d o y q ue dada la posición de patriarca cultural del , , primero en el ámbito cultural porteño de la época, deben haber debido no poco a las lecturas con las cuales Vega buscaba completar su formación. Para el joven musicólogo, las ideas d el l iterato son una suerte de a p riori, una tesis a demostrar. Si éste leyó las canciones de Zuola como españolas, aquél intentó confim1arlo, e incluso fue más all á. En su biografía de Zuola, Vega ni siquiera tuvo en cuenta la posibilidad de que el franciscano fuera criollo -punto sobre el cual Roj as no había abierto j ui cio-: se lanzó a localizar su origen en la península ibérica. En su ayuda llamó al "contenido l iterario y musical" del l ibro, que "corresponde a las disponibilidades inmediatas de un espíritu nutrido en España, acaso en Madrid, durante el reinado d e Fe li pe IV" (La música de un códice colonial, 1 2) . Re fe ri r e l manuscrito al M adrid d e l cuarto Felipe (1 605- 1 665) n o se opone a l a cronología más precisa q u e h o y podemos asignar a l a s canciones (v.i .); pero hacer de esto una prueba de la formación española de su poseedor imp l ic a dejar de lado la posibilidad de que los bienes culturales hispánicos circularan por el imperio independientemente de que el frai l e los trajera consigo, lo cual es muy discutible. Ciertas manipulaciones que Vega parece haber hecho de la evidencia biográfica de Zuola, probab l emente para convertirlo en e spañol , son también problemáticas. La memorabilia más antigua registrada por el fraile se refiere a su entrada "en la Vil l a de Cochabamba" el día de Año Nuevo de 1 666; 66 E S T U D I O S nada dice de su origen personal. Ya en 1 959 Stevenson sugirió que Zuola era u n nativo de la zona, en base a l a cantidad de relaciones y parientes gue tenía entre la gentry del Cu seo ( The Music ofPeru, 1 72 n 3 2 ), idea compartida por Rubén Vargas Ugarte ( " U n arc h i vo de música colon i al''). Vega no sólo no hace comentarios sobre el punto, sino que además equivoca la lectura de un dato que puede colaborar en inclinar la balanza para un lado o para otro. Pedro de Berringua, cuya necrología escribió Zuola en de su volumen ( p . 4 5 7 ) , es su "priº hº.", o sea, primo hermano, según s e apre c i a con total claridad. y no como lee Vega (p. 1 O) su "amº. prº." (¿amigo primero? ¿amigo propi o ? ) , expresión que no recuerdo haber hallado e n documento colonial alguno. De allí que la hermana o esposa de Pedro de Berri ngua, Isabel , sea denominada "prima" de Zuola, como tanto el fraile como el mus icólogo apuntan acto seguido. La e x i stencia de u n pariente tan cercano como un primo hermano parece dar la razón a Stevenson y Vargas. Aunque todo esto está muy lejos de ser concluyente, es por lo menos l l amativo que Vega haya cometido uno de sus contadísimos errores de lectura del l i bro e n un punto que para su argumentación es tan del ic ado. A n i ve l de la ''música en sí", l a i nfluencia de Rojas también se hace presente en el trabajo de Vega, cuando concluye que las canciones de Zuola son "un cancionero erudito español" (La música de un códice colonial, 9 1 ). casi totalmente desprovisto de carácter latinoamericano. Para mostrarlo, recurrió a la autoridad de un español. el arabista Julián Ribera ( 1 857- 1 934 ) , con cuyo trabajo se identificaba. Vega parece haber necesitado un mentor académico más directamente relacionado con la música que Rojas. Ha ya desarrollado ideas p ropia�. pero no parece totalmente seguro de e l l as -de hecho, l a correspondenci a conte mporánea a s u trabaj o de 1 93 1 l o muestra e n e l momento d e su carrera que, d e haber seguido un curso uni ver�itario formal. correspondería al estudiante de posgrado-; y R i bera le atendió de manera sumamente positiva. La deuda de Vega para con Ribera fue reconocida por sus actuales exégetas y críticos ( H useby, "El anál i s i s musical" ) , pero su amplitud y carácter está todavía por ser establecido. No es mi objetivo aquí; me alcanza con establecer que Vega debe a Ri bera no sólo s i mpatía, apoyo personal25 y materiales de d i fíci l acceso en e l Buenos A i re s de entonces, sino también ciertos enfoques y pl anteas de los cuales nunca se desprendería por completo --entre e l los, por ej emplo, Ja idea de tomar la lírica profana medieval como antecesora de la música popular moderna-. colonial fue pri v ilegiado El códice como tema de correspondencia entre ambos. Las canciones l lenan casi por completo dos intercambios de correspondencia Vega a R i bera, 2 1 / 1 /3 1 (RCV 1 , 36-3 8 ) 26 , respondida en 1 8 ( 39-40) y 24/2 (RCV 2, 5 2-53); Vega a Ribera, 24/3/3 1 , perdida, respondida en 1 7- 1 8/4 ( 5 5 - 5 6 )- y figuran c o l ateralmente e n u n n ú mero de otras c ar t a s . Vega apl icó sobre l a s canciones d e Z u o l a el método q u e Ri bera de sarrol ló para edi tar la l írica monódica medieval , y que c o n s i ste, no tanto en la transcripción fiel del original antiguo como en l a re-creac ión del ritmo y la tonalidad de las canciones antiguas en base a la música popular del presente. '.2 5 . En la correspondencia publicada. R i bera pidió a Vega media docena de copias mandar a "unos amigos y a dos revista' de acá"' (cana del de ··su Fray Gregorio" para 26/8/ 1 9 3 1 . Re1'i>ta del lnstitwo de lm·es1igació11 Musicológica "'Carlos Vega ··--en adelante, RCV- 3 ( 1 979). 97-98). Laqeseñas citadas arriha (nOla ..¡ ) . una de l as cuales hace explícita la mediación de Ribera. demuestran que los ej em p l are s ! legaron y fueron distribuidos. 26. Esta carta y l a siguiente fueron erróneamente fechadas en 1 930 por los editores. E S T U D I O S 27. "Estamos. pues. r nc rmes frente al códice" -Vega. La música de w1 códice colonial. 54. 28. He aquí otro caso en el cual uno no pu ede comprobar la honestidad de Vega en el manejo de su evide nc i a . Ve ga no sólo citó el Cancionero en su trabaj o sino que lo comentó en su correspondencia con Ribera. Dada su insaciable curi osidad musical. <lcbc haber encontrado la pieza. Prefirió. sin embargo. silenciar el hallazg�. Afirmó canción que ··rnlo Ja he hal l ado yo en las colecciones explícitamente sobre Ja que he podi d o revisar· (La música de 1111 códice colonial. 30). excusándose mediante Ja e ll as . imposibilidad de acceder a 67 Z u o l a , cri o l l is m o . . . La música del manuscrito fue toda la evidencia que utilizó en su trabajo27 : no reconoció la existencia de concordancias. i nclusive �i una de ellas -el Mari:;:,ápalos de Guerau publicado por Pedrell ( Cancionero, v. 4, 7 2-73) no puede haberle sido desconocida28 . En cuanto a ritmo, Vega sostiene que las canciones de Zuola eran formalmente si métricas y regu l ares a varios niveles: cuadrar l as melodías anotadas por el fraile es uno de sus objetivos como transcriptor. Los ritmos que es capaz de descubrir en ella son los pau·ones presuntamente árabes ya estudiados por Ribera y llamados por éste majurí y taquil segundo. En cuanto a organización tonal. suscribe la tesis del arabista. sobre que la tonalidad clásica ya estaba vigente en el s i glo X V I I -de hecho, su vigencia se remontaba a la Edad Media. según ambos autores-, postulado que sostendrá durante toda su vida. Corno b ie n sefiala Gerardo Huseby ( "El anál i si s musical". 93). Vega mantiene un prej uicio, de posible origen evolucionista. contra los modos gregorianos, sistema que considera "cerrado y simp l ista", y "sólo aplicable al canto gregmiano". Debe apuntarse entre los aciertos del autor la interesante idea de la existencia de los pautas mentales subyacentes a las composiciones musicales, pies y frases que afectan duraciones y regularidades. y patrones que organizan alturas ("Un códice peruano colonial", 60); ella no fue retomada, pese a que todavía puede aprovecharse fructíferamente. Vega, sin embargo. la aplica de maneras que ya no resultan aceptables, a la transcripción de l as canciones de Zuola (y después de 1 93 1 también a la de las monodias medievales), como "guía segura" para "corregir" los errores en los signos rítmicos o suplir su ausencia total; y como medio para reconstruir la escala o el patrón orales, proveyendo en la partitura l as alteraciones faltantes (p. 6 2 ss ) . numeración de ca ncion es sigue el orden en que se prese tan en el l i bro . 29. Mi V. tabla � 1 . debajo. las Elegí la canción Mari:ápalos haja una tarde ( nº 5)29 como ej emp lo de su método de transcripción y análisis. Su transcripción del ritmo ac i ert a con los v a l ores c o rrec t o s ; la c l a s i fi c a c o m o ta q u i l segundo (ej . 1 ) . Ejemplo 1: Marizápalos, versión de Vega \l:ga, La música de un códice colonial, p. 14& e , n 1 ra 1 Ur 1®u D 1 *eª 1 ar LLJJJ �Ftf- IQJ IJ 74 - paréntesis de la armadura de clave omitidos. r.-.. D 1 Gff=I E il 1 UJ 1 J. 11 68 E S T U D I O S E n cuanto a la tonalidad, Vega ofrece dos posibles interpretaciones. Comienza otorgando la posibilidad de que se trate de un modo h ipodórico, plagal , "con la tónica entre dos dominantes" (pues "habría que atribuir a re la función de tónica . . . [yj terminaría en la dominante"), y con bemol en clave (pues de otro modo quedaría "una gama menor híbrida, con tercera menor y sexta mayor, poco española, por cierto"). Acto seguido, la rechaza, para inclinarse por un "re menor armónico" porque "una fuerte corriente tradicional española conserva hasta nuestros días numerosas canciones más o menos semejantes''. Así, se siente facultado para armar l a clave con un bemol y además para agregar tres do sostenidos en el transcurso de la canción (cfr. ej . 1 y 2), con l o cual logra una "de verdadero sabor hispano", posiblemente ''la mi sma con que se cantaba [el Baile de Marizápalos] en aquella época" (La de un códice colonial, 74-75). música Que Vega ofrezca dos posibilidades indica una inseguridad inusual en él; de hecho, parece haber cambiado de opinión e n e l curso de su trabajo, y e l movimiento, en e l texto, del hipodórico 3 0 . Ribera a Vega. Carcagente. 1 8/2/ 1 93 1 . RCV l. 39. La descripción de Vega al menor armónico puede no ser mera retórica, sino también crónica. El autor del acompañamiento a utilizar para la canción. que sigu e a continuación del pasaje citado. corresponde en casi todos sus detalles al apunte armónico que le enviara Ribera. Vega utiliza asimismo el léxico de Ribera al referirse a la pauta armónica de la canción. ordenó las canciones según su tonalidad; ésta aparece después de las cuatro la, antes de las canciones en la menor, y re menor. La correspondencia con Ribera ayuda aquí: los tres do sostenidos, el argumento de l a canciones en "modo eolio" en separada por éstas de las en a entender qué ocurrió concordancia d e l a canción con la música popular española, y , posiblemente, la idea de que la canción está en re menor, parecen pertenecer a R ibera3 0 _ Ejemplo 2: Marizápalos baja una tarde G) Sant., f'ó. 4S transp. un.a euarta supeñot. bordones en wús. a la octava •audA. o.domos omltidos (Guitsrm) r Zuola, P8- 3S6 . Ma . ti ú . pe· los ba r . jau · na W • de al ver • de !I:> . @ r � ti - llo de Va - cia Ma drid por · qvoon . too - ces pi ... - do-le @ nobu • bic Flan • des que ver su "" Is. nobu - E S T U D I O 69 Zuola, criollismo . . S bie se más flan • dC3 que v�r :su pa • Is, he. En las otras canciones, Vega no parece haber necesitado tanta ayuda; éste es un caso extremo. Sea como fuere, queda ejemplificado el uso de la música popular actual como cristal para mirar las canciones coloniales, un cristal que hoy nos parece que deforma, pero que para Vega relucía con l a transparencia de lo evidente: e l tiempo transcurrido lo ha empañado. Por otra parte, se pone en claro lo circular del razonamiento utilizado por uno y otro estudiosos: aplicar pautas españolas a una canción antigua produce, obviamente, una canción que responde a pautas españolas (cfr. Huseby, "El análisis musical", 95). Además entendemos por qué Vega no quiso encontrar el Marizápalos de Guerau: como parece muy distinto del de Zuola, es un obstáculo para argüir que la versión del último es la original de España, y constituye evidencia circunstancial contra su hispanidad. Uno, aquí, puede comenzar a explicarse la reacción de Wilkes: algunas de las nociones modales de Vega -el absurdo de calificar como "híbrida" la gama del protus auténtico en razón de sus intervalos más característicos, tercera menor y sexta mayor, por ejemplo- revelan fallas de importancia en su formación académica. Tanto énfasis en crear una hispanidad moruna para Zuola revela, por detrás de las canciones, la existencia de elementos simbólicos vitales, mucho más importantes que ellas mismas. La elección de Vega por las hipótesis de Ribera como método de trabajo contiene demasiada resonancia cultural y política como para suponerlo sordo a ellas. El trabajo de Ribera con las monodias medievales era -y sigue siendo- altamente controvertido, en razón de las interpretaciones audazmente personales desarrolladas por e l estudioso. Pero además, Ribera fue una de l a s voces m á s decididas q u e se levantaron en la España de principios del siglo XX en pro de reconocer la influencia árabe en la historia y cultura españolas. Postura semejante estaba destinada a chocar contra la acendrada tradición católica de la nación y a generar reacciones en contra. Las ideas de Ribera lo ubican, pues, en las antípodas de la cultura oficial, en particular de la cultura católica, de su 70 E S T U D I O S época -no es sorprendente que el reconocimiento público a su figura ha y a llegado tarde y mal-. La identificación de Vega con R i bera debe haber sido múltiple. Como él, se sentía fuera de la culrura oficial y en sus escritos no muestra ninguna religiosidad: no era de Buenos Aires sino del interior, no había ido a la universidad sino que era autodidacta, no pertenecía a una familia del establishment sino a una de trabajadores humildes, no venía de un linaje de criollos viejos sino que era hijo de inmigrantes andaluces. A l entusiasmarse con Ribera, y legitimar sus ideas por medio de las del intelectual español, no sólo buscaba una vía alternativa a la cultura oficial, sino que además legitimaba sus propios orígenes personales y familiares, y, de últimas, se legitimaba a sí mismo. Zuola según Wilkes: clásico, católico, puro La identidad de Zuola fue revisada extensi vamente por Wilkes. En sus artículos, escritos en respuesta a l a acción hisparrizante pero secularizadora de Vega. la hispanidad es un sobreentendido. Su estudio se concentra en los aspectos técnicos de l as canciones, y, como ya dije, no abre j uicio sobre el sitio de nacimiento de Zuola. Esto no quiere decir que no tuviera posición tomada al respecto. Dado que en los casos en que no estaba de acuerdo con Vega fue muy claro sobre su disenso, su silencio implica que aceptó las ideas de sus predecesores. El trabajo musicológico más extenso que escribió, publicado una década después de estudiar Zuola, parece confirmar esta idea al referirse a la "génesis h ispánica" del cancionero rioplatense con el mismo método, los mismos recursos y el mismo vocabulario empleado para analizar las canciones del códice colonial (Wilkes y Cárpena). Wilkes tampoco pretendía analizar las canciones en el sentido que hoy damos al término, sino demostrar "sus relaciones con la morfología de la música grecorromana y el canto gregoriano", como reza el extenso subtítulo de los estudios publicados en el Boletín Latino Americano de Música. Carga las tintas sobre el carácter religioso, tanto de l as canciones como de Zuola, a quien reconoce como compositor: Toda esta hermosa Canción [Entre dos álamos verdes], dentro de su natural sencillez, revela en su autor un temperamento musical fuertemente impregnado de canto litúrgico . . . ¿Quién sino aquel que vistiera hábito talar podía en pleno siglo XVII, conocer tan a fondo los Libros de música sagrada, para que la exteriorización de sus pensamientos sonoros dej asen tran slucir la fuente e n que los había abrevado? ( "Doce canciones coloniales'', vol. 1, 85). A diferencia de Vega. Wilkes en 1 93 1 tenía casi medio siglo de vida, y escribía desde una posición de poder, para "corregir" lo que él consideraba "crasos errores" ("Contrarréplica a una crítica, 37) del j oven Vega. Pero E S T U D I O S Zuola, criollismo. . . 71 como éste, y tal vez por hallarse al principio de su caJTera de investigador, sus tesis reflejan las lecturas realizadas desde sus épocas de formación en la Schola Cwuorum de Parí�: Gevacrt, Emmunuel, Combarieu, D' lndy, a los que se añaden l a más reciente Encyclopedie de Lavignac y, especialmente, la Escuela Música según la práctica moderna de Nassme. El conocimiento de esta última obra le dio la por entonces rara oportunidad de estudiar las canciones dentro de un marco teórico de época. Es significativo que no lo haya hecho: tal vez, para él, la preocupación por una sincronía más estricta entre ideas y música cedía paso a la necesidad de demostrar la filiación de las melodías. Wilkes consideró a Nassarre apenas como una más entre l as auctoritares de las cuales tomó ideas en general aisladas para tejer sus observaciones. El autor clasifica las canciones, sus secciones o motivos en relación con j uegos de categorías tomados, especialmente, de Gevaert (Histoire et théorie y La melopée). En cuanto a ritmo, identifica pies, metros y estructuras formales. En e l campo de l as alturas. cree que l as piezas presentan claros ejemplos de modos grecoJTomanos y gregorianos. Su concepto de modo consiste en u n repertorio de sonidos dispuestos en forma de escala en relación a una final, y no en una manera específica de organizar i nternamente una melodía. Si bien utiliza las designaciones tradicionales francesas para cada uno de los sonidos de l as escalas modales -mediante, dominante, etc.-, y ocasionalmente señala e l uso de l as divisiones armónica o ari t mética del modo, normalmente se 3 1 . La func ió n del mi en l a frase final (c. 1 3 y repeticiones) no es obv i a ni evidente. por quedar subordinado al fa del com p ás sigu iente en razón de estar en relación de semüono inferior con él. El/a (c. 1 4 y repeticiones), por su parte, tampoco es claramente estructural: a pesar de su importancia métrica . y de ser un punto de inflexión (el sol carece de "peso melódico" por ser bordadura superior del fa). n o forma una consonancia pri maria con la nota final, por lo cual uno la puede escuchar como un subordinado algo rebelde al re del final del compás. Dado que re es e l primer centro tonal de la canci ón . y está claramente establecido como tal, volver a él después de la inflexión a do, así sea como de paso, en posi c i ón métrica débil, produce e l efecto de un " regres o a casa". En con s ecuenc i a, el mi queda subordinado al fa . y éste al re s igu ien te en razón del contexto general de la canción. Dentro del sistema de Wilkes. correspondería clasificar el pasaje como hipodórico/locrio, y no como eólico. contenta con clasificar las canciones (o sus secciones) dentro del sistema modal a través de su final y su escala. Complementa sus c lasificaciones con las pocas coincidencias que hall a entre las piezas y el canto l l ano, en general l imitadas a giros aislados. Consideremos su análisis del Marizápalos (v. ej . 2, línea inferior). El maestro c lasifica su principio (c. l -8) en e l modo hipodórico o locrio, cuya octava es la-la, dividida aritméticamente por e l r e intermedio ("Doce canciones coloniales", 2, 56-57). En la frase siguiente (c. 9- 1 2 ) hay una metábola modal a u n modo de do con dominante en sol (el jónico de Glareano - p. 57-58). Por medio de la reiteración o petteia del mi (c. 1 2- 1 3 ) , se cambia su función modal y se reorienta l a melodía hacia el modo eolio (misma gama que e l h ipodorio, pero dividida armónicamente por el mi) para terminar l a canción (p. 58). Esta taxonomía es, en términos generales, aceptable, a pesar de manifestar algunos problemas3 I . El s istema hace agua totalmente cuando de l a c l asificación en escalas teóricas, Wilkes pasa a la con sideración de pasajes específicos: l as relaciones concretas que es capaz de señalar entre la melodía y el canto l l ano no sostienen su argumentación. Hay, sí, rel aciones l ocales o puntuales entre giros aislados entre una y otro; pero l a diferencia entre sus respectivos contextos l as transforma en datos anecdóticos, que no 72 E S T U D I O S p u e d e n u t i l i z arse c o m o prueba de l a g é n e s i s de l a s m e l odías 3 2 . El respeto del texto origi n al y el i n tento de comprenderlo con ayuda de Nassarre es premisa explícita de las transcripciones de Wi l kes. Su actitud. empero, tiene poco en común con las posturas "positivistas" de los años ' 60 y ' 70. No rechaza la hermenéutica, sino que la desplaza de la transcripción de l a s c a n c i o n e s a su armon i z a c i ó n . Pre s e n t a l a s m e l od ía s c o n acompañamientos para teclado originales, y c o n cambios (ligeros, es cierto, pero no por eso menos significativos) de propia cosecha. Sus armonizaciones u ti l i za n cuatro voces estrictas casi constantemente -solo se exceptúan algunos postludios i nstrumentales-, en un esfuerzo por mantenerse dentro de la normati v a d e l contrapunto e stricto, pero se parecen más a los acompañamientos al órgano de canto l lano de la escuela de Solesmes que al contrapunto del siglo XVII. Emplean con profusión acordes secundarios e i nversiones , d i sonancias tomadas o abandonadas por salto y pedales i mposibles de j ustificar e n e l Barroco; y su estética tiene mucho más de Belle Époque que de S i glo de Oro. Los escritos de Wilkes, pues, reúnen la antigüedad clásica, la religión católica y la c u l tura francesa c ontemporánea en Zuola: aun cuando no puede cons iderarse e n absoluto como parte de l a oligarquía argentina de su época -parece haber v i vido siempre modestamente, de su sueldo de docente-, sus ideas expresan los i ntereses de ese grupo. S u libro de 1 946 ayuda a interpretarlo: adopta el maestro una posición ultraconservadora, de acendrado criollismo, semejante a la de quienes, desde las primeras décadas del siglo y si ntiéndose en peligro frente a la fuerza de la inmigración se había inventado un pasado mral idealizado, apropiándose del campo, los gauchos y la tradición e n función de sus intereses de clase. Como ellos, Wilkes a un tiempo apuesta decididamente por la "ci v i lización" entre los términos de la dicotomía de Sarmiento y se manifiesta a favor de una tradición adecuadamente l i mpia de i mpurezas varias -como se afirma al final de una de sus biografías publicadas ( [Lange] , "Josué Teófil o Wilkes"), era "miembro titular de l a A s o c i a c i ó n ' Eu ri t m i a ' d e B u e n o s Aires y u n legítimo d e fe n sor d e l tradicionalismo argentino"-. Por una parte rescata l a música folklórica por medio de Grecia y la iglesia católica, al afirmar, por ejemplo, que sus fónnulas "se caracterizan por su sencillez, claridad, pureza y precisión, aj ustándose en un todo al análisis según la rítmica clásica" (Wilkes y Cárpena, 33; cursivo original), o atribuirle un "interés documental y didáctico . . . de indiscutible importancia" e n función de que con e l l a "se cantó y enseñó en la campaña la magna epopeya [sic]" (p. 9) -la cual no parece ser otra cosa que "las guerras de la Independencia, las revoluciones políticas, la guerra con l a barbarie, que fuera e l i ndio y sus malones" (p. 75)-. Por otra parte, entre los elementos que pueden haber intervenido en su formación condena dos que no son europeos, el indígena, como menos culto, agreste y recio (p. 1 5- 1 6), y el mestizo como degenerado por l a mezcla, lo cual, para los autores, 32. No es com pletamente cierto que "[!]as misrnas inflex i ones locrias seña.ladas por Gevaen. en el Te Deum y en la Antífona Tempus meu111 [Hisroire et théorie, vol. 1 , 1 58] . . . . [ ap arezc an ] perfec tam ent e delineadas en el segundo inciso de la primera frase [ej. 2. c. 5-8]'" (p. 57). o que las notas finales de la canción sean "la' del V tono del Gloria Patri ad l111ruirwn" (p. 54). Existe u n parecido i n dudable entre los ejemplos ci tados y l as frases en cuestión. Así y todo, sus contenidos melódicos difieren sutil mente. como resultado de estar construidos en base a si stemas distintos. En el Te Deum y l a antífona, el do aparece únicamente de manera pasajera. en general como bordadura del re. mientras que en el "segundo i nciso de la primera frase" es nota estructural (c. 4-5), tanto por su duración como por su posición métrica y por contar con notas subsidiarias propias (el mi del compás 5 ) . El fmal de la antífona. por su parte. juega con la ambigüedad de las notasfa. la y do: sus armónicos subrayan el fa. pero por estadística y posición predomina el la. Nada semejante se hallará en Mari:ápalos. El tono de introito. por su parte. luego Je la recitación sobre do, conclu ye rnn las notas re-si do-la (cfr. Graduale trip le x , 823): no hay aqu í el énfasis sobre do del final de l a canción (c. 1 5 - 1 6 y repeticiones). Por otra parte. aunque consideráramos al énfasis sobre el tenor como equivalente a la inílexión a do de los c. 1 1 - 1 2 del Marizápalos. estaría ausente del canto llano el gesto agudo de los c. 1 3- 14 y el complejo empleo de la nota fa (v. nota 3 1 ) . Finalmente, la antífona ha sido clasificada como del modo 4 (transportado a la) en la moderna edición vaticana (Liher Usualis, 1098; Amiphonales 111011asricum, 394}, y e l tono de i ntroito c i tado co rresponde al modo 5: no pueden utilizarse como argumento para cl asifi car una canci ón en lo que correspondería a los modos 1 (categoría en la cual se i nc l uy eron las me lodías "eólicas") o 2 (para las "hipodóricas" o "locrias") del canto llano. E S T U D I O 73 Z u o l a , cri o l l i s m o . . . S tiene validez universal (p. 1 6). Este juicio negativo se hace extensivo a los pr oce s o s de tr ansmisión oral de l as canciones, que las deforman insensiblemente ( i bi d. ) , y hasta a l a emi s i ón vocal de los payadores, cuya "pobreza" influye negativamente en el género de la milonga al establecer algunas de las limitaciones de sus melodías (p. 7 1 ). La ideología de Wilkes se confinna por medio de su fe en un arte musical de sentido apolítico. Evita que su discurso sea otra cosa que técnico: llega a escribir que un músico s ó l o puede l uchar por una canción ("Música colonial", 1 35 ) . Su afiliación a la estética de la torre de marfil parece certificada por su dedicación a temas como el esoterismo de Wagner y su obsesión por la teoría de l a música griega -que recuerda el giro en igual sentido, y hacia la derecha del espectro político, de Leopoldo Lugones, e l principal referente intelectual argentino de l o s años d e 1 920-. Léase una de las raras ocasiones en sus estudios sobre Zuola en que se permitió una expansión extramusical: Enciérrase en [el] contenido sonoro [de Entre dos álamos verdes] , unción mística y elevación espiritual, que más que con la letra de Lope de Vega . . . condice con el alma de l a «ciudad imperial» centro d e l a inquisición [sic], los Concilios y las Iglesias, de la pintura y escultura religiosas y de los 33. "D oce canciones coloniales''. vol. l. 88. Cfr. además vol. 2, 40-4 1 . donde l l ama "padre" a Zuola. subrayando !'-:u condición de religios o (cosa 4ue Vega nunca hizo), y le atribuye implícitamente la canción Yo sé que no ha de ganar. seises danzantes de su gótica catedral [o sea, Toledo ] 33 . El autor adopta aquí el vocabulario idealista y el tono exaltado y sentimental del siglo XIX, un tanto pasado de moda la época de sus escritos; y se regodea al evocar a Toledo como capital de Carlos V y cuna de la Inquisición sin siquiera estremecerse. En su discurso no falta ninguno de los protagonistas ideológicos ultraconservadores: en orden de aparición, tradicionalismo, 34. Como si esto fuera poco. Wilkes enfatiza los elementos viriles de la nación, con lenguaje sexista que se La construcción que Wilkes hace de Zuola, pues, es muy distinta de la de m anifiesta en varias oportunidades en su obra. Sería un caso perfec to para las relaciones entre las defi n i ci on es de la naci on al i d ad argentin a emitidas desde la derecha y las construcciones de género. estudiar 35 . [Lange], " c lasicismo y purismo, militarismo, eurocentrismo, racismo, esteticismo, religiosidad34 . Wi l kes" . 282.En diversas comunicaciones verbales y ep i s to lare s con el autor a panir de 1 980, Lange recordó a Wilkes como qu ien "había puesto en su sitio" a Vega y lo señaló como modelo de ética. , Vega. Su intervención parece tener el propósito moralista de corregir los "errores" de un provinciano joven, autodidacta e hijo de inmigrantes lanzado a la conquista de un lugar en la sociedad porteña; en cualquier caso, busca servir "de ejemplo a las generaciones nuevas y de incentivo a [los] lectores profesionales'', como reza su biografía de 1 935 35 , y no dejar que se olvide "cuánto representan artística, estética y culturalmente para nosotros" las canciones, como escribió en 1 965 (Wilkes, "Contrarréplica a una crítica'', 3 8 ) . Pero además de señalar problemas conceptuales que sólo resultan perdonables por lo bisoño del Carlos Vega que los cometió, su construcción de la canciones elimina cuidadosamente de ellas cualquier posible mancha de arabismo. Después de pasar por su pluma, la música de Zuola queda purificada, domesticada e incorporada a la tradición central de Occidente. Sus escalas son modos greco-rromanos y gregorianos; sus ritmos y patrones 74 E S T U morfo l ógicos rec iben d e s i g n a c i o n e s gnegas q u e l o s v i nculan a s u s correspondientes antiguos. Las canciones adquieren sonoro ropaje del más puro contrapunto a cuatro, vol vi éndose presentables en cualquier auditorio occidental, como de hecho lo fueron (p. 5 7 ) ; y todo esto sucede por medio de los " b e n é fi c o s '" e fl u v i o s de l a ciencia musical franc e s a . Zuola, Rojas, Vega. Wilkes y la nación En apariencia, la controversia Vega-Wilkes afecta únicamente elementos técnicos: discuten sobre un pequeño repertorio de canciones coloniales y de cómo conceptualizarlas en base a l a clasificación de sus ritmos y tonalidades. Llama la atención, sin embargo, la virulencia del enfrentamiento. Se debe a lo exaltado de las personal idades de los contendientes, sin duda; pero indica que algo más que canciones estaba en juego. Al analizar sus trabaj os en el contexto de la cultura de B uenos Aires en 1 930, surgen conexiones que nos ayudan a resolver el i ntríngu l i s . Sus posiciones pueden ( re)construirse a part i r de los s i stemas europeos q u e e l i g i eron para legiti marse y de sus discursos. Unos y otros tienen valor político (en e l sentido de l a di námica general del poder). sea por las posturas de sus autores e n Europa, sea por las asociaciones que adq u irieron e n Argentina. Así, queda c l aro que la confrontación no afectó solamente a Ja música colonial, o al prestigi o de los contendientes: tenía que ver con sus ideologías y posiciones políticas, con toda J a amplitud del caso. Vega busca establecer u n nicho propio e n una sociedad que no debe haberlo considerado de manera particularmente positiva. y para legitimarse y legitimar su trabajo. apela a sus 01ígenes familiares: por e l l o , Zuola y las canciones tenían que ser españoles. Al m i s mo tiempo. establece s u independencia intelectual al usar u n método controvertido y alternativo, opuesto en particular al cato licismo, y recorre un tramo más de un camino que imagino penoso en pro de afirmarse y subsanar sus deficiencias de formación con la generosa ayuda de Rojas y Ribera. Culturalmente, Vega compagina un Zuola arábigo-andal uz; ideológicamente, Vega se ubica e n Ja línea secular de la Modernidad, demostrando fe en los poderes de la razón y separando ciencia de re l i g i ó n . Wi l ke s reacciona. Reacciona ante l a novedad, e n nombre d e l a tradición; ante la secularización, en e l d e la religión; ante e l l ibre examen de la evidencia, en e l de l a autoridad: ante las "sucias·· resonancias arábigo-andaluzas de Ribera y Vega en nombre de la supuesta pureza clásica de Grecia; y aunque no pertenece a la oligarquía, se convierte en su vicario y vocero. La contienda, pues, asume contornos de enfrentamiento i d e o l ó g i c o y s o c i a l , y de a l l í e l é n fa s i s c o n q ue se d e s arro l l ó . Pero además. dada l a asociación de las ciencias del hombre con l a nacionalidad. su significado nacionalista en 1 93 1 , la lectura de las canciones de Zuola en términos del componente h i spánico de eurindia de Rojas, el desarro l l o de las ideas del último l l evada a cabo por Vega, y la aceptación pasiva de una y otro por Wilkes, poca duda puede caber de que lo que estaba en discusión D I O S E S T U D I O S 75 Zuola, criollismo. . . no se agotaba con l as convicciones políticas de cada cual. A l dis cu ti r sobre la naturaleza de la música de Zuola, debatían dos modalidades opuestas de hispanidad. mestiza y abierta al Otro (Vega), pura y cerrada en la tradición occ id ema l (Wilkes) . Y con la hispanidad. lo que estaba en j uego eran los orígenes de Ja nación, a través de su cultura. La confrontación i ntelectual no se limitaba a las canciones, ni a las ideologías individuales y afiliaciones sociales de los contrincantes: ellos contrapusieron dos modos de imaginar l a n ac i ó n . Veg a y W i l k c s d i s c u t i e ron t a m b i é n sobre la p atri a . II. Zuola en 2000 La signjficación de los trabajos de Vega y Wilkes ha cambiado radicalmente, en parte por las l i mitaciones de sus métodos, en parte por la mutación de paradigma que tuvo lugar en el ínteri n. No podemos uti lizarlos ya tanto para conocer el objeto de estudio, l as canciones de Zuola, como para conocerlos a ellos. Pero además, hoy tenemos acceso a un cúmulo de evidencia mucho más Iico y desarrollado que el de hace setenta años. Se impone, pues, revisar las canciones copiadas por Zuola una vez más. Mi aporte se basa en l a concepción del sujeto como escindido y variado. constituido socialmente, y la identidad como múltiple. Considero a l as canciones como e l repertorio de un cantor popular, el fraile mismo; pero el agente detrás de ellas no es solamente Zuola, sino un grupo. hoy desconocido, formado por di versos cantores y varias audiencias. Al mismo tiempo, el énfasis ha sido desplazado aquí, del cuestionamiento modernista por e l origen (de las canciones, de la nación) al nuestro propio, por Ja constitución y desarrollo de procesos sociales o la circulación de l as melodías. Mi tesi s es que ellas se originaron como voces de composiciones polifónicas en Espaüa; circularon por Ja península y los dominios americanos; durante esa c irculación cambiaron, posiblemente como resultado de su adopción por grupos disti ntos; y tras esta etapa de transmisión oral, fueron vueltas a anotar por Zuola -lo cual no implica que el proceso se haya detenido: puede haber continuado con i ndependencia del texto escrito-. Señalaré también las i mplicancias de estas ideas para la construcción de las identidades coloniales. El primer punto a revisar es la patria (chica) de Zuola, crucial para establecer diálogo con sus construcciones identitarias: aun cuando el origen no las determina, la importancia de la fonnación como factor (entre otros) no puede ser soslayada. Aunque la prueba definitiva del origen de Zuola todavía está por descubrirse, nada en el l ibro, como se dijo, sugiere que Zuola nació e n España. Por e l contrario, un críptico apunte suyo puede i nterpretar�e en sentido exactamente opuesto: 76 E S T U D I O S e Sabado 1 2 de Nob . año de 1 67 8 salieron para el v i aje de r L i ma por mandato del s Virrey D . Melchior de L i ñan y S i sncros, An;:o Obispo = Los R.R. Padres Fr B ue n aventura 36. Manuscrito, p. 455; Vega. / 36. de Honton, Fr Miguel de Quiñones, Fr Clemente de Her p. 1 1. Cfr. Esquive!. Noticias cro11ológicas, vol. 1 , 140, Este apunte, e n apariencia inocente, deja constancia de l a m á s v iolenta de aparentemente basado en Zuola. las luchas i n testinas de la orden franci scana en Cusco: el conflicto entre criollos y peninsulares por el gobierno de la provincia. Desde antiguo había orden papal para que unos y otros se alternaran. No obstante, entre 1 678 y 1 68 1 l o s cri ollos se negaron a dejar e l sitio a l o s pen insulares. L o s más "recalcitrantes" entre ellos eran los mencionados por Zuola; el arzobi spo Liñán y Cisneros los mandó ll anmr a Lima para solucionar e l enfrentamiento37 . La anotación de Zuola parece reflejar una secreta s impatía por el partido 3 7 . Vargas Ugarte. Historia XVII) vol. del Perú - Virreina/o (Siglo 2 , 383. cri o l l o -a fin de cuentas, B uenave ntura de Hontón es una de las pocas personas en figurar dos veces en las noticias del fraile38__ S i no sabemos nada preciso sobre el fraile, e n cambio sí podemos afirmar a c iencia cierta el criollismo de Matías Ramos Delgado, pariente suyo y heredero del l ibro. De acuerdo con la caligrafía, fue Ramos quien i ngresó e n el l i bro l a noticia de l a muerte de D i ego de Esqui ve! y Jaraba, Marqués de Valleumbroso, generalmente reconocido como cabeza del partido criollo en Cusco (fo . 6)39 ; y la anónima necrología del propio Ramos Delgado ( fo . 2 3 v ) se preocupó en señalar su carácter de miembro del partido (cfr. Vega, L a música de un códice colonial, 1 4). Aunque no podemos proyectar automáticamente sobre el fraile las opiniones políticas de sus parientes, la evidencia circunstancial indica un acuerdo básico e n tr e el p r i m e ro y los segundos. Segundo punto: l o que para Vega y Wilkes era u n conjunto único d e ejemplos aislados de música colonial, de filiación h i potética, hoy puede verse como parte de una trad i c i ó n defi n ida, la de los tonos humanos o c an c i o n e s pol i fónicas seculares del Barroco, que circuló a l o l argo de todo el impe1io español. De las 1 6 canciones de temática secular preservadas e n Zuola, una se presenta en dos versiones concordantes e n texto y música (nº 7 y 17; v. Apéndice). Otras nueve tienen concordancias fuera del manuscrito, cuatro de leu·a solamente, cinco de letra y música. Las concordancias atestiguan la dinámica peculiar de los tonos humanos, que circulaban en variadas guisas a través de múltiples ámbitos, como canciones seculares, música teatral de comedias y dramas, villancicos religiosos, y danzas o diferencias ( variaciones) para arpa o guitarra. Esta peculiar movilidad de objetos musicales no permite c l as i ficarlos en n in g u n o de estos géneros c o n e x c l u s i ó n de l o s otros. Las canciones de Zuola, sin embargo, no son tonos humanos sin más. En pri mer térmi no , Zuo l a s e l e c c i o n ó para s u l ib ro c a n c i o n e s breves y particul armente senc i l las; basta u n a oj eada al volumen, recientemente publicado, de obras de Manuel Correa (González Val l e ) , para comprobar 1 4 1 ; Vargas Ugarte, op.cit. . 384-386: y Noticias cronológica.v . vol . 2, 1 39- 1 40 y 1 46. 38. Cfr. además Colin, 1'39- 39 . Colin. 143- 1 46. y Lavallé. El mercader y el marqués, esp. 1 7-40. E S T U D I O S Zuola, criollismo . . . 77 cuánto más simples son las dos piezas d e "Correa" - a todas luces l a misma persona- numeradas 16 y 17 en el libro. La gran may oría de las canciones , incluyendo a las últimas, son estróficas, en una sola sección, y sin estribillo. Se di viden en cinco o seis frases musicales (entendiendo por "frase" la música correspondiente a un verso literario), con escasa repetición de texto o música. En las composiciones anotadas a más de una voz, la homofonía es la norma. En segundo lugar, la mayoría de las melodías fueron anotadas como monodias sin bajo -a modo de canción popular-. lo cual contrasta agudamente con la costumbre generalizada de escribir los tonos como canciones corales a tres o cuatro voces, o, más adelante en la historia, solos o dúos con continuo. De los dieciséis tonos de Zuola, doce han sido copiados como monodias (y uno, el nº 1 8, ha sido representado sin la melodía, pese a ser una canción con guitarra). Pero además, estas piezas parecen resultar de una extraña operación de subversi ó n textura!: las cinco que tienen concordancia polifóni c a no cmTesponden a las panes superiores, como hubiera sido coniente en la época, sino que resultan de modificar en mayor o menor grado una de las voces inferiores (alto o tenor). Ninguna de ellas, tal como se presentan en e l libro, pueden tomar el sitio de las líneas contrapuntísticas originales: su música ha sido transformada y convertida en un producto independiente. Algunas de las transformaciones resultan de decisiones editoriales deliberadas; una parte de ellas, sin embargo, parece resultar de la ejecución en maneras mucho menos controladas, o, inclusive, arbitrarias. E l Marizápalos una vez más ilustra cabalmente estas transformaciones (ej. 2). La línea superior presenta la melodía más difundida de la canción, la que aparece en todas las versiones conocidas excepto Zuola, en transcripción para guitarra de Gaspar Sanz ( 1 674), transportada para facilitar la comparación. El contenido armónico de las dos versiones coincide hasta en mjnucias tales como la cadencia frig i a del compás 8, l a progresión por quintas en los compases 9- 1 2 y la vuelta a tónica en el compás 14. Así y todo, en la versión Zuola han cambiado algunos detalles en los compases 3 y 1 3, y se ha alterado totalmente el final por medio de una frase distinta, que hace escuchar de nuevo la cadencia frigia. Esta frase es uno de los gestos melódicos más característicos de las canciones del libro: aparece en distintas variantes en las piezas nº 3 y 9. Incluso si no poseemos tonos (seculares) polifónicos del Marizápalos con l os cuales comparar la melodía de Zuola, la coincidencia entre Zuola y S anz es tal que no pueden tratarse de composiciones independientes. Debemos pues concluir que la canción de Zuola se originó como parte de un arreglo polifónico, hoy desconocido; y que sufrió un proceso de transfotmación, aparentemente debido a una etapa de transmisión oral . Tanto fue así que, en, el modo en que está escrita en el libro, ya no p u e de c an t a r s e s i m u l t á n e a m e n t e c o n l a m e l o dí a o ri g i n a l . 78 E S T Las otras monodias que tienen concordancia polifónica refuerzan l a h i póte5i5 d e q u e adquirieron BU forma pre5enta durante una etapa d e transmisión oral. Evidencian una relación d i recta entre el grado d e cambio sufrido por la voz monódica y la edad de la composición polifónica. Ejemplo J: Sablonara n.o ló; adaptado de Etzion [Tlples 1-2] Entre dos álamos verdes (Alto] · des {Tenor} -r= Zuo/e - des ar un - ar t) 1 d co. ' A .. co. por no que -per dcs-per - tar @ © ves, a pa 1 .. " 1 -1 - -,j A '1 las . y " t) for - man - ves, 1 pa - sa - ba ca llan - docl Ta - jo, I� "" - "' <• · - ba .. ba 1 -1 -� ca - U D I O S . ti 1 1 1 f\ llJ 79 Z u o l a , criollismo . . . E S T U D I O S V llan - I 00.1 " " 1 1 ·1 j;, ;. ... r 1 I, . 1 � J J J "" \ 1 1 .. . ba 08 - 1 -1 l ©l 1 1 llan 1 1 A ,,, " - • doel llan 1 Ta ) 1 ti " ... do, ca • Han " ,,, . " ,,, ba ca · - 1 1 1 1- ·tllan (pe JO, • 1 1 1 1 docl • doel r-i j ·· • a T � Ta 1 ... 1 � 1 • se - llOll . 1 -1 ·-· "· - j o 1 11 e ;o). Entre dos álamos fue creado antes de 1 626, fecha de compil ación del Cancionero de la Sablonara en el cual está copiado (para i nformación sobre las concordancias, v. Apéndice). Dime Pedro debe ser anterior ( y tal vez considerablemente anterior, de acuerdo con su estilo) a la muerte de su presunto autor ( 1 65 3 ) . Mari::,ápalos apareció en 1 649 y se difundió especialmente en los siguientes veinte años, y Don Pedro a quien los crueles puede fecharse entre 1 670 y 1 67 7 . No sé a qué sombras fue escrita en 1 659/ 1 660 , como parte de La púrpura de la rosa . Estas canciones pueden dividirse en dos grupos. La relación de las más antiguas , Entre dos álamos verdes (ej . 3 - comparar el contralto de la versión B i as con la monodia de Zuola) y Dime Pedro por ru vida, con las versiones de Cusco es más remota; las más recientes, No sé a qué sombras y Don Pedro a quien los crueles (ej . 4 ) , son las más próximas - Mari::,ápalos presenta una situación intermedia entre los grupos , tanto en grado de cambio como en edad del modelo polifónico - . 80 (Tiples 1-2} {rl(M 3 - Tenor} E S T U D I O S J!,.Mll, Ms " Ejemplo 4: Don Pedro a quien los crueles 0 136Il fo 211 (continuo omitido) 1 ,..-.1... ---.,¡...._ ., J J = J A 1 J .J � quien los cru qwcn los cru J J 9 .J .J -- " 9 ., _ i l 1l'J J A .. ,,, lla · man A . . - \' sm ra . • \' " \' • f- eJ " 11!1 : »- � e . . . les JI ' zón lla fL • !..--' n i J !a]Al · oo im . bra 9 • im - cru man • fL fL • . - ' ' 1 : R . • - - i i ,J 1 - - � 1 el <!u-de Co .... - r fl- el, des-de Co ; n - ll� cien mil ha · chas bi - - - J � = - . - zoar - der - bn[a)AI - oo ba • za, CK:D 1 �= der. .. � A 1 nul ., - n - cien mil " - 1 J. . ha - - chas hi - ' ' ' ' J - 1 "° - e � � ..J. - 1 mil ¡¡� ,,- - ha (CICD � - r ar • der. " r.'I h1 - zoar - ' - • der). (cien nul ha - 1 f- f- - ba · zas .. 1 i i _J. - -= les . . n _,J J -= cru • • ' ' ' • - e - "" d ; - sin ra • zóo A ,,, 1 1 Zuola. p. 361 \' " ' ' ' 1 1 ' ' ' Po · dro a Don ,,, Zuole - - " � chas hi zc ar • dcr� chAs - E S T U D I O S 81 Z u o l a , c r i o l l ísmo . . . Otras dos canciones n o tienen concordancia conocida, pero presentan trazas definidas de haber pertenecido a piezas potro de un peñasco polifónicas hoy perdidas. En el (nº 7) contiene tantos saltos de cuarta y quinta que no puede ser sino u n bajo armónico , destinado , como era corriente en los dominios hispánicos, a la voz de tenor. Además, cuando Zuola hizo l a copia, dejó espacio en blanco en el encabezamiento de la página, posiblemente para luego poder ingresar una o más voces adicionales . Yo sé que no he de ganar (nº 1 5 ) , finalmente, generó mucha discusión por e l reconocimiento de Vega de que su estructura rítmica consiste en pies binarios , a pesar de estar anotada en ritmo ternario . Está en l o cierto, y no hay Grecia ni Roma que puedan negarlo; pero el ritmo concreto de la melodía no invalida la notación ternaria. Originalmente puede haber sido una voz polifónica binaria dentro de un contexto general ternari o , y haberse movido por medio de retardos sincopados. De hecho, es posible reconstruir este contexto con muchísima facilidad, por medio del esquema armónico de Las vacas , muy popular en España y las Indias en la época (ej . 5). De la necesidad de contar con otras voces para j ustificar el modo en que la canción fue anotada se deduce que esta melodía también fue originalmente parte de un tono polifónico. Ejemplo S: Yo sé que no ha de ganar, {Tir,Jas: 1-21 . ., Yo A (Alto] ,,1.. L r 1 ...... .. Zuola. p. 372 " si! Yo que noha de ga . 1 1111", l!ditcrill (T•notj 4 . ., 1 .... " 1 -4 y l 3-20 1 1 po 'º· 3 1 yo lam (yo tam 1 po "'· yo ..., po 1 • ' 1 la "' J .. 1 m. que A \l po - co, 7 6 1 po . coi 1 yo lam po . co 1 la que 4 3 . m. 82 E S T U D I O S La tonalidad de las canciones Mi re-ubicación de las canciones en la tradición de tonos polifónicos del Ban-oco hispánico es fértil en consecuencias: permite reformular totalmente la discusión de Vega y Wilkes sobre su organización tonal. Como e l repertorio pertenece a la tradición barroca . debe anal i zarse con los conceptos que son propios de ella. La música española del siglo XVII en general -y los tonos humanos no resultan excepcionales en este sentido- no siguen los dictados de la tonalidad c lásica, como quiere Vega, ni de los modos greco-cristianos, como lo pretende W i l kes . s i no que han sido compuestos dentro del sistema ( ma l ) l l amado '·hexacórdico" (en los denomi nados pi1ch keys o church keys)4 1 . La música es "tonal " , en tanto mucho de ella se estructura a través de l as atrac c iones entre sonidos . con predom i n i o de uno de e l los , lo c u a l permite anali zarl a en ténn i nos de acordes . tónicas y dom i nante s . Pero, a 4 1 . Chafe . Mo11te1•erdi 's To11al Ú:lllfillltge. 38-55: J l laii . "Los de la música". modos en la teoría española diferencia de la tonalidad clásica, el sistema no presenta una jerarquía interna establecida de puntos cadenciales secundarios. Es un sistema diatónico: la única 1:1lteración con s t i tutiva es el si bemol . cuya presencia o ausencia e n la armadura de c l ave define dos c o l e c c i ones de sonidos - l as l l amadas propiedades de la teoría antigua. natura y bemol - . Cada una de e l l as presenta seis puntos cadenciales posibles, aq uéllos cuya qu inta superior es perfecta ( n atura: do . re . m i , fa. sol l a : bemol : do. re, fa. sol , l a , si b ) , y uno imposible. el que es fundamental de una quinta disminuida (natura: si; bemol : m i ) . El s i stema permite al compositor efectuar cadencias en cada uno de los seis puntos pos i bles de cada colección, sin que necesite sujetarse a una disposición predeterminada. cualquiera sea el tono de l a composición42 . En l a práctica, existe además la tendencia a retomar constantemente al principal centro tonal , durante l a composición, lo cual otorga a las composiciones cierto sentido estát ico43. 42. Al menos en algunos casm. sin embargo. los tonos individuales tienen puntos cadenciales internos privilegiados (la quinta o la tercera sobre l a final . según el caso). que se u t i l i z a con Las canciones de Zuola, hayan sido originariamente melodías o no, presentan preferencia a otros. En otros casos. el compos itor d i se1i a un perfil de cadencias peculiar las características del s istema: constitución tonal, l i bertad de modulación para cada obra. utilizándolo dentro de l a colección util izada, y permanente referencia al centro principal . como elemento de coherencia interna. Espero volver sobre Para mostratlo , util i zaré un tipo ele análi s i s melódico inspirado, por una parte en la consideración de una melodía como basada en una trama de consonancias melódicas (derivado del anál i s i s melódico modal aplicado a las monodias medievales)44, y por otra, en e l método schekeriano; el resultado no es muy diferente de las técnicas desarrolladas por Leonard Mayer. He reali z ado aquí reducciones de las los ejemplos 2 a 4 a sus puntos fundamentales . La el punto en un trabajo futuro. 4 3 . Cada pieza no puede movimiento único. que sale de la t ón ica para visitar otras reg iones y volver a ella, si no imaginarse corno un más bien como una serie desordenada de excursiones m{L, breves. de la !(mica a otro defi n i c ión de jerarquías i n ternas e ntre l as notas de las canciones sigue los cemro y de vuelta. s i g u ie ntes 44 . Cfr. Huseby. The Cantiga> principios. e n orden de i mportanc i a d e c re c i e n t e : 1 ) E! predominio de c iertas notas sobre otras , e n términos absolutos (cantidad de tiempo que suenan durante l a canción) o relativos (ubicación de la nota al principio o fin de frases . como puntos de inflexión ele la curva melódica o en tiempos fuert e s ) . Las notas primera y ú l t im a de la canción t i e ne n im portancia part i c u l ar p o r las posiciones q u e ocupan , pero no determinan de Sa111a María. 29-43 (;,istema modal) y passi111 (aplicación). E S T U D I O S 83 Zuola, c r i o l l ísmo . . la estructura de la melodía. La reiteración de una rrtisma nota en una posición relativamente alta dentro de l a jerarquía crea prolongaciones melódicas, en el sentido que Schenker asigna al término. 2) Dos notas estructurales pueden estar en relación de consonancia entre ellas . En este caso , establezco su jerarquía interna por medio de la serie de los armónicos naturales. Así, las terceras y quintas ascendentes y cuartas descendentes implican el predominio de l a primera nota del par sobre la segunda, mientras que las terceras y quintas descendentes o cuartas ascendentes tienen el efecto inverso. Los tres gráficos certifican l a adecuación de las canciones al sistema. En todas, l a faci l i dad con que se establecen los centros tonales predominantes y Ja abundancia de relaciones de cu arta y quinta (relaciones "tonales·· por excelencia) indica que las canciones no pertenecen al si stema modal . Muestran el predominio de un centro tonal único a lo largo de las canciones, realizado de maneras distintas . El primer gráfico, del Mari::.ápalos ( ej . 6) muestra el predominio absoluto del centro re, que no coincide con l a primera y última nota, un l a una c uarta más grave; pero predomina sobre esta última en razón del segundo de Jos principios enunciados -y efectivamente, la i mpresión que la canción produce cuando se la escucha con oídos tonalmente entrenados es la de quedar inconclusa - . Uno podría rescatar aquí la idea de Vega del plagal hipodórico 45 . El liipodórico o prorus plagal eclesiástico no tiene tónicas ni dominantes. sino la final en re y un ámbito de la a /a , pero las melodías, plagales. tienden a moverse con preferencia en la quinta superior a la final . como las de todos los si no fuera porque su concepción de tal modo hoy es considerada un monstruo teódco45 . La canción tampoco puede entenderse como "re menor armónico": contiene dos centros subordinados.ja y do , entre los cuales no se establece una jerarquía clara, s i no que ambos operan por oposición con y en relación al centro principal (de hecho, un resumen de los centros de la canción asume l a forma de un rondó en el cual re es el estribillo, re-fa-re-do-re ) . Pero la modalidad que l e asigna Wilkes tampoco se sostiene . Al mostrar que las notas de l a canción forman u n entramado de base armónica, y que en su desarrollo vuelve en dos oportunidades al centro principal, el gráfico confirma l a p e rt e n e n c i a de l a c a n c i ó n al s i s t e m a t o n a l d e l s i g l o X V II . Ejemplo 6: Marizápalos (gráfico) 84 E S T U Ejemplo 7: Entre dos álamos (gráfico) 1 f f f,Q@J---.;---; fR ,z : - E l gráfico de - - - - - - - - - - - - - - - Entre dos álamos (ej . - 7) --- • - - - - L 5W _?pf i_ _;_ _ :S'V'¿; _ _ _ - - - - _ _ _ _ � _ Ji nos pone ante l os l ím i tes de este método analítico. Teóricamente , el centro p ri nc ipal , do, tras haber sido escuchado al principio, reaparece solamente al final . Sin embargo , las notas sol (principio de la tercera frase, "por no despertar") o mi (principio de Ja cuarta frase, primer "pasaba callando") remiten fuertemente a la fundamental do , que está i mplícita: la estructura de la canción descansa sobre relaciones tonales más fuertes de las que pueden ser descriptas por un sistema de análisis melódico. Melódicarnente, la canción privilegia la nota sol, principal cadencia interna, y la, cadencia de las frases primera y tercera . Armónicamente, esta última opera como tercera superior de un ja , de nuevo implícito. Así, Ja canción repite tres veces - una vez para cada par de frases - el mi smo gesto armóni c o , do-fa-sol. Este procedimiento admite , por supuesto, una i n terpretación dentro de l a tonalidad funcional; es la reiteración del mismo camino lo que hace de l a canción una pieza del siglo XVII y crea l a cualidad estática característica del sistema. El tercer gráfico (Don crueles, ej . 8) muestra una canción centrada fin a l , la, a l a que retorna al principio de las Pedro a quien los y sobre la nota del pri ncipio frases segunda y última. La facilidad de modulación a centros secundarios típica del siglo XVII queda en evidencia en las frases segunda a cuarta, donde se realiza una marcha frigia descendente (l a-sol-fa-mi), con énfasis en mi como dominante de sol y el establecimiento de la . Ejemplo 8: Don Pedro a quien los crueles (gráfico) ·-� ------·_·__;_.iif -• � -r _-_ ):_ if r_ D I O S E S T U D I O S 85 Z u o l a , crio l l í s m o . . . Todas las composiciones del manuscrito anotadas e n pentagrama pueden clasificarse dentro del sistema de tonos del siglo XVII con pocos problemas. Las variables del sistema son tres: final (última nota de la voz más grave, según Nassarre) , propiedad (natura o bemol) , y juego de claves utilizado 46. Cfr. los trabajos citados en nma 4 1 . Sobre·las claves, v . Etzion, XXIV-XXVII. (claves altas o chiavette , a leer una cuarta más grave; claves bajas, a leer en altura real)46. Ahora bien, las mismas claves se emplean para voces distintas según el juego utilizado - do en tercera es clave baja de contralto, y clave alta de tenor; do en cuarta es clave baja de tenor, y clave alta de bajo- . Zuola escribió todas sus canciones monódicas en una de estas claves , pero sólo una de ellas (nº 10) lleva indicación explícita de qué voz debía cantarla; para el resto, en general coexisten dos posibles clasificaciones tonales . Las posibilidades de elección pueden reducirse , si tenernos en cuenta l a evidencia disponible sobre el registro vocal d e Zuola. E n efecto: No s é a que sombras (nº 1 1 ) aparece escrita inequívocamente para tenor y bajo, por la combinación de claves y la indicación "bajo" de la voz inferior. En tres de las otras cuatro composiciones polifónicas (nº 1 , 2 , 1 6) , Zuola copió primero la voz más grave (designada, respectivamente, como tenor, bajo y tenor) , contra lo corriente en otros manuscritos, que cuando copian voces distintas en una sola página las ordenan de agudo a grave . Por fin, la única monodia asignada a un registro vocal (nº 1 0 , ej . 4) es para "tenor". Esto permite imaginar a Zuola entre bajo y tenor, o sea, como baríton o . En consecuencia, podemos descartar de la clasificación las opciones en l as cuales la clave de do en tercera se interpreta como clave alta de contralto: las melodías del l ibro deben haber estado destinadas a las voces de tenor o bajo. Subsisten dobles interpretaciones para las canciones escritas en clave de do en cuarta. Parte de ellas puede ser descartada en base a dos elementos. Uno de ellos afecta únicamente las canciones con final la : el s istema únicamente proporciona un tono de la , el tercero, el cual se escribe con claves altas. Por ello, las canciones 3 , 5 y 6, escritas en la con clave de Do4, deben ser consideradas como destinadas a la voz de bajo. El segundo elemento a considerar aquí son las concordancias . En el caso del Marizápalos, la concordancia confirma el punto anterior, que la canción está escrita en clave alta de bajo; en el de Dime Pedro (nº 9) , Ja concordancia implica lo contrario , 47. El uso de esta configuración puede resultar de transportar un original en modo II (sol, altura real, bemol en clave) a la segunda superior por razones de tesitura vocal, o puede ser parte de una práctica tonal insuficientemente conocida del posible autor, Miguel Gómez Camargo, o de la época. Sea como fuere, el caso debe señalarse como una excepción que no invalida el sistema. q u e la canción está escrita en altura real . Finalmente, l a concordancia de Malograda fuenrecilla ha sido escrita en una configuración inexistente en el sistema, la , natura y claves bajas , por razones desconocidas47; permite elegir el modo II y la clave baja de tenor para la monodia, por contigüidad de las finales (la en la concordancia, sol en Zuola). Marizápa los, Pardos ojos de mis ojos y Yo sé que no ha de ganar, las canciones que terminan en una nota distinta del centro tonal estadísticamente más importante, plantean el único problema teórico verdadero para clasificarlas en el sistema de tonos. En por lo menos el caso de Marizápalos, el problema 86 E S T U D I O S surge de l a transformación de la canción por parte de Zuola , quien, como hemos visto, alteró el final de la pieza. haciéndola terminar en una nota distinta. Casos semej antes son clasifi c ados de acuerdo al centro tonal predominante y no a l a final: así sucede con e l Miserere , habitualmente escrito en una tonalidad peculiar en l a cual predomina do como centro tonal , pero que generalmente concluye con una cadencia frigia sobre mi: dos fuentes de principios del siglo XVlll lo c lasifican como del quinto tono (do, natura. claves bajas) en función , no de la final (propia del cuarto tono) sino del predominio de do . Para canciones que responden a estas características, la tabla proporciona c lasificaciones dobles, de acuerdo a l a final y de acuerdo a l c e n t r o p r e d o m i n a n t e , s e p a r a d a s p o r u n a barra i n c l i n a d a . Tabla 1 - Lista d e canciones del libro clasificadas en el sistema d e tonos del siglo XVII Final Propiedad Hijos de Eva tributarios La N at ur a Credo Romano a S ol Bemol La Natura Do Natura Mari:ápalos baja una tarde La Natura 358 Qué importa que yo lo calle La N atura E n el potro d e u n peiiasco Fa 359 Pardos ojos de mis ojos Do Nº Pág. Incipit literario 1 36 2 1 60 3 4 355 E/l/re dos ála11tos verdes 5 3 56 6 7 357 8 3 [354] A cierto galán su dama Clave Voces Claves Tono [S] , A, T A lt as 3 [A] . [T] . B Altas Do4 [B] Altas D o4 [B ] Al tas D o4 [T] lB l Al ta s Do4 Bemol D o3 [B ] Natura Do4 3-1 B aj a 5 A lt as 3/7 ITl [B l Altas 5 [T] Altas B aj as 3 8/3 51? 5 50 9 360 Dime Pedro por tu vida 49 Do? Don Pedro a quien los crueles La Do3 T B aj a s 361 N atu ra fTl 10 362 No sé a que sombras / Fa Bemol Do 3 [T ] . B A l tas 3 11 Natura ftmesras me dormí Do4 8 8 Al t as 5 Do4 12 363 Malograda juentecilla Sol Bemol Do4 [T] Bajas 2 13 368 Poco a poco pensamiento Do Natura Do3 [T] Altas 8 14 369 Pajarillo fugi1ivo La Natura D o3 [TJ 15 372 Yo sé que no ha de ganar Do Natura Do3 16 389 Por qué tan firme os adoro Sol Bemol 17 39 1 Dime Pedro por tu vida Fa Bemol [T] S.S.A.T S. S, A. T 18 399 Al prado de San Gerónimo [Solj Voz y guit. A l tas A l t as 3 8/3 Altas A l tas 5 8 48. El s istema de tonos del s i gl o XVII no presenta una configuración tonal en la con claves bajas: interpretar la clave como alta y el tono como tercero es la única posibi l idad abierta a las canciones que tenninan en la. 49. La última nota es confusa en el manuscrito: puede interpretarse como do o como inclinarme por la primera interpretaci ón . canción polifónica del m i s mo libro. re. La concordancia pol i fón ic a me hace SO. Prefiero esta interpretación a Ja interpretación alternativa, en octavo tono con clave alta de bajo, por la concordancia con la E S T U D I O S Zuola, c r i o l l ísmo . . . 87 Zuola como criollo Esta revisión de las canciones de Zuola indica que no fueron un mero pasatiempo o ejercicio teórico, como algunos han creído , sino parte de una práctica concreta. Su foco en el registro vocal de barítono implica que se trataba del repertorio vivo de un cantante pop u l ar en concreto , muy posiblemente Zuola mismo, quien según la necrología escrita por Ramos Delgado era "gran diestro en la música" (Zuola. fo. [24v ] ; Vega. La música de un códice colonial, 1 1 ) . Por una parte , he puesto de manifiesto el peculiar estatuto textual que poseen: la mediación tan especial que establecen entre lo escrito y lo oral. En tanto registros escritos de ejecuciones , son radicalmente distintas de cualquier otra cosa que uno pueda encontrar en los repertorios polifónicos contemporáneos . También se diferencian de las canciones recopiladas por viajeros o coleccionistas en que no son ni piezas de museo ni curiosidades científicas, sino música viva: en el momento de ser anotadas, todavía poseían al menos la posibilidad de ser ejecutadas en su propio contexto. Por otra parte , las canciones dialogan con la tradición de tonos seculares españoles en términos especiales . Como en el caso delfolk singer de Philip Bohlman (capítulo 5), las canciones escritas por Zuola negocian la tradición en términos creativos: son performances, actos expresivos de un individuo que reflejan su contacto con la tradición (cfr. Bohlman , 73 y 77-79) . Al mismo tiempo, indican un contexto comunitario, que es tanto más evidente cuanto que parece ausente de cualquier registro escrito . Dos elementos resultan aquí cruciales . Primero, recordemos que existió una etapa de transmisión oral entre las composiciones polifónicas españolas y las monodias de Cusco, sin la cual las transformaciones sufridas por las monodias resultan inexplicab le s . Esto implica la existencia de un grupo de oyentes a quienes Zuola cantaba las canciones, una comunidad creada por el acto mismo de cantarlas . Segundo, Zuola tenía un elevado concepto del valor de sus canciones , al punto de tomarse el trabajo de preservarlas por escrito en cuidadosas copias en limpio. Sabemos que el valor se construye socialmente. ¿Fue Zuola el único en valorar tanto las canciones? ¿O esta evaluación fue realizada por su grupo, de modo de i ncentivarlo a ponerlas por escrito? Después de todo, no fue Zuola sino su pariente Ramos Delgado, a todas luces miembro de la audiencia del fraile, quien alabó sus condiciones musicales. De hecho. esta comunidad ausente puede haber obrado de manera mucho más creativa en la historia de las canciones de lo que podemos apreciar a través del libro de Zuola. De nuevo, falta evidencia escrita. Así y todo, la relación entre la edad de las versiones polifónicas españolas y la fidelidad con la cual sus voces son reproducidas por Zuola indica que el proceso de circulación oral de las canciones fue más largo para las piezas más antiguas. 88 E S T U D I O S Dado que estas últimas pertenecen a la generación del padre del frail e , es posible que Zuola las haya aprendido ya transformadas, o sea, que hubo un proceso de c irculación social de por lo menos algunas canciones antes de ser registradas por escrito5 1 . El fraile, entonces , puede haber sido solamente uno entre varios cantores populares que convirtieron líneas contrapuntísticas en melodías. Su singularidad puede residir únicamente en que él anotó las melodías que - presuntamente - cantaba, mientras que los otros, hasta donde sabemos, no lo hicieron . En todo caso , hoy ya no podemos leer a Zuola como antecedente de una nacionalidad que nos resulta muy problemática. En cambio, la operación cultural a la que las canciones fueron sometidas - piezas polifónicas españolas transformadas en monodias- puede identificarse como típico modus operandi de un grupo definido dentro de la sociedad colonial , el de los criollos o blancos nacidos en América. Como las canciones , ellos reconocen origen h i spánico, pero buscan diferenciarse de sus ascendientes peninsulares por medio del desarrollo de prácticas identitarias peculiares. ¿Por qué no habrían de ser las canciones una de esas prácticas, suficientemente h ispánicas como para ser legítimas, pero en el fondo profundamente distintas? Si así fuera, ellas no representarían la h ispanidad sin más, de Rojas , Vega o Wilk.es , sino más bien el modo en que grupos locales manipulaban símbolos españoles para desarrollar su propia cultura. Habrían respondido así a una necesidad de su propio presente . Lo peculiar de su estructura y su carácter puede relacionarse con la singularidad del grupo al que pertenecían . ¿Nos extrañamos acaso? Si después de todo la evidencia circunstancial disponible,jaute de mieux, indica que Zuola mismo era criollo. III . Zuola y el c o n o c i mi e n t o c i e n t ífic o - m u s i c a l arg e n t i n o Este estudio d e Zuola, e n s í y en s u representación académica moderna, propone un replanteamiento del carácter de los estudios técnico-musicales en Argentin a . Por una parte , dij e , se desarrollaron bajo la égida del nacionalismo, entendido como movimiento cultural ; nacen como parte del aparato intelectual destinado a pensar la nación y legitimarla a través de sus orígenes . En Rojas, y por ende en Vega y muy posiblemente también en Wilk.es , esta preocupación se transfiere al campo específico de estudios como cuestionamiento por el origen de un conjunto de canciones-objeto. El importante papel jugado por Ricardo Rojas en la prehistoria de Zuola es harto elocuente, así como el que uno y otro contendientes desarrollaran a continuación estudios sobre música tradicional, o que los dos se sintieran compelidos a escribir, en algún momento de sus carreras , sobre el himno nacional argentino. Por otra parte, los estudios científicos sobre música del B uenos Aires de 1 930 la abordaron como totalidad, sin que se hiciera diferencia entre los 5 1 . He de volver a esta idea en mi estudio de la versión del origen y circulación de No sé a q ué sombras en relación con w púrpura de la rosa . en preparación. E S T U D I O S Zuola, c r i o l l ísmo . . 89 aspectos histórico, folklórico o sistemático d e los objetos en consideración. Es cierto que en 1 930 ésta era la situación ge nerali z ada de J a disciplina en el mundo; pero no Jo es menos en que debates como el de Zuola apelan a ella en toda su riqueza, integrando argumentos tomados del pasado , l a tradición oral o la taxonomía de las canciones en una sola praxis cognoscitiva complej a . Trma R u i z lo ha d i c h o : Vega n u n c a aceptó e l térm i n o "etnomusicología", y con él, rechazó la posibilidad d e abordar científicamente, y en relación a contextos socioculturales que les otorgan sentido, las praxis musicales del presente (cfr. Ruiz, 8- 1 0 ) . Puede hacerse otra lectura, más positiva, en términos de nuestra propia práctica musicológica: podemos rescatar de allí la posibilidad de constituir un conocimiento científico-musical único (o, como lo llama Ruiz, una musicología lato sensu ) , sin limitaciones que trasciendan las necesidades metodológicas planteadas por los objetos en estudio. Esta musicología halla en Roj as , Vega y Wilkes una fuente de inspiración y legitimidad que trasciende en mucho las humanas l imitaciones de cada cual . Mi presente aporte a su desarrollo descubre en las canciones de Zuola un objeto de estudio particularmente adecuado, por cuanto hoy en día no pueden ser cabalmente construidas como tal sin el recurso a un bagaje teórico-metodológico heterogéneo, que incluya nociones sobre los procesos de transmisión oral y la construcción social del significado connaturales a la Etnomusicología, el conocimiento de la notación antigua, los géneros y la historia propios de la Musicología H istórica, y el desarrollo de métodos taxonómico-hermenéuticos rigurosos para conceptualizar los objetos musicales característico de la Musicología S istemática o Teoría de la Música. Hace setenta años , cuando se profesionalizó el conocimiento científico musical en Buenos Aires, Zuola, toda la música colonial latinoamericana conocida en ese entonces , fue visto como un objeto histórico valioso y apropiado para la nación argentina. Para ello, paradójicamente, se lo hizo andaluz y un poco moro, o blanco y católico, como proyección de ideologías de cuño nacionalista . Hoy no sabemos cómo era, ni dónde nació, pero sostenemos que contribuyó al desarrollo y registro de una práctica simbólica que le permitió distinguirse de sus ascendientes españoles (entre otras): diferencia, pues , y no nación . El examen de los estudios del pasado se relaciona directamente con los del presente; no sólo porque el objeto de este trabajo admite una construcción calidoscópica, de distintas clases y signos, sino más bien porque podemos hallar en el pasado algunos importantes elementos de lo que hoy somos, a despecho del tiempo que pasó. Manuscrito y coincidencias proporcionan sustento a la idea de un conocimiento científico musical rico e intercomunicado, generosamente abierto a todos y absolutamente cerrado a nadie, libre. en fin , de mezquindades académicas. Ésa es la mejor enseñanza que hoy podamos recoger de todos ellos , Zuo l a , Rojas , Wilkes y Vega. 90 E S T U D I O S Apéndice: Lista de Concordancias 4. Entre dos álamos verdes / q u e forman j un tos un arco ( Z u o l a , Las .fortunas de Diana. J uan B ias de Castro, Cancionero de la Sablonara , p . 3 5 5 , .. De L o p e " ) Texto: de la novela M úsica: 5. Marizápalos baja una tarde / al Texto: impreso: l . Jerón imo de Camargo y Zárate. bucólicas joviales 2 . Miguel López de fos . 1 4v - 1 5 , S S AT (Etzion , 64-69 ) . v e r d e s o t i l l o d e Va c i a m a d r i d ( p . 3 5 6 ) 5 2 Obras divinas y humanas. así heroicascomo ( M ad r i d , 1 6 4 9 ) ( G a l l a rdo , vol . 2 , c o l . 1 9 4 ) . Honrubia, Aquí se contiene una xácara nueva de un valiente de la ciudad de Anrequera. llamado Amón Loxa. juntamenre con un romance de Mari::,ápalos, a lo humano ( p l i ego suelto - Madrid: Andrés García, 1 65 7 ) (Durán. vol . 1 , L X X I ) . Manuscrito: 3 . E:Mn M s 3 8 8 4 , fo . 3 1 2r. 4. E : M n Ms 3892. fo . 97v. 5. Música5 3 : impresa: 6. U S : N h , B 2543 , fo . 67v. US : N h , B 2347 , fo. 227r. 7. Sanz , 8. Instrucción , fo . 45r. Guerau, Poema Harmonico, p . 39-42. 9 .Murcia, Resumen de acompai'íar la parte . p. 1 00- 1 05 . 10. M an us c ri t a: Hernández, Manual armónico, p arte 2 , n º 63 . 1 1 . E : B c Ms 56 1 5 ( Passacaille dite Marizapalos par D M i c hel Pérez de Zavala, espag1fo l , guitarra. 1 690) . 1 2 . E : M n M 8 1 1 ( L ib ro 1 3 . E : M n M 1 35 8 75 v . 1 4 . E : M n M 1 359 de diferentes cifras de guitarra, 1 705 ) , p . 23-26. (Pensil deleitoso, Antonio Martín y Col!, 1 709) . fos . 74v( Huerto ameno, Antonio Martín y Co l l , 1 70 8 ) , p . 584- 586. 1 5 . E : Mn M 2209 (Libro donde se verán pasacalles de los ocho tonos, gu i taiTa, c. 1 7 1 0 ? ) , fos . 1 2r- l 4v ("Marizapalos sobre l a E ques 5"'); y l 6v ( "Marizapalos sobre la D 1 6 . E: Mn M 8 1 6 l 5r ques 6"). [Cifras para arpa, c. 1 7 20] , fos . 4v-5r ("Diferencias de Marizapalos" ) . 1 7 . E : M n M 8 1 5 (Libro de música de clavicímbalo del S.r D.n Francisco de Tejada , 1 72 1 ) . fos. 66r-66v. 1 8 . Códice Saldívar 4 ( S antiago de M u rc i a , c. 1 7 3 2 ) 3 1 v-35v ( g u i tarra) . 19. US:Wc M k .290, fos . 20r-2 l r (arpa) . 20 . E : E Ms 2 9 . fos . 1 6r-2 3 v ( " D i ferencias sobre Marizapalos··, 2 1 . P : Pm M s 1 57 7 , Loe 8 22. E:Bc M. órgano) . 5 , fo . l l 2r. ("Marizapalos de 7 º tom' ' , guitarra) . 1 4 5 2 fo s . 2 4 4 r - 2 4 4 v ( " M a r i s s a p o l a s " , v i o l ín ) . 2 3 . E : B c M . 7 4 1 / 2 2 , fo s . 2 7 v - 2 8 r . ( " La s M a r i s ap o l a s " . v i o l í n ) . Textos relacionados: 24 . Romances varios , p . [22] (pliegos sin número del principio): En buen hora vengáis primavera ! la púrpura rosa y el blanco alhailí ("Da toada de M ar i s apo l os ) . 25 . E: Mn ms 2202 fos . 1 04v- 1 05v, v i l l ancico A lucir con sus glorias María. " 52. Utilizo para compilar esta lista las de 5 3 . Ediciones e n Esses. vol. 2 , 388A32. Esses. vol . 1 . 675-676 y vol . 2. 32-3: y Russel . vol. l . 1 64- 1 65 . E S T U D I O S Zuela, crio l l ís m o . . 26. Gregório d e Matos: por aquí (parodia)54 . 2 7 . Baile de 91 Mariníc11/as todos os dias / o vejo na seg e passar Mari::,ápalos ( " Marizápalos vente conmigo I al verde sotillo de Vaciamadrid"): dos copias manuscritas. E : Mn M s . 1 629 1 , p. 260-27055; 5 U S : Nh , B 2543 , fo. 66 r 6 . Para otros usos del texto en obras dramát icas , v. Cotarelo (vol. l , XCV. CXIII, CXXXIV y CCLTTI ) . Música re l ac io nad a : 2 8 . Joan Cererols , Serafín que con dulce armonía . Editado por Pujol , 73-80 (cfr. coplas, 80). 29. Anónimo: Hu de /os hombres. E: Za c 5 7 . 3 0 . Al menos dos v i l l an c i c o s de M i g u e l Gómez C a margo , E : Vac 5 8 . 3 1 . José M artínez de A rce : Las ronadi/las anriguas (vi l lancico de Navidad a 9. 1 699) - contiene un Mari::,ápalos como copla- . E : Vac , ms. 8 (Anglés). fos . 6 5v - 6 6r5 9 . 7 . E n e l potro d e u n peñasco / confesó que murmuraba ( p . 358) Textos: Impreso: Manuscrito: Romances varios c i t . , nº 34, p. 4 1 -4 2 . E : M n m s 220 2 , fo. 228 ( acortado y modificado). 8 . Pardos ojos de mis ojos / hermosos como traviesos (p. 359) No tiene concordancias conocidas. 9 . D i m e Pedro , por tu vida / p u e s s i e m p re me h a c e s merced ( m o n o d i a , p . 3 5 9 ) C oncor d an c i a interna: cuatro a t r i b u i d o a [ M anue l ] Correa ( m . 1 6 5 3 ) ( i nfr a , nº 1 5 ) . 10 . Don Pedro a quien los crueles / sin razón llaman crüel (p. 3 6 1 ) Textos: Impreso: M anuscritos: Música 60 : l . Roman ce s varios , c i t . , nº 4 1 , p. 49-50. 2. E:Mn M s 2202 , fo. 1 5 1 v (versión más l arga). 3. E : Mn Ms 3886, l 9v (estrofas 1 . 2 , 4 de Zuola). 4. E : M n , Ms 1 36 2 2 . fo . 2 1 1 r ( Pedre l l , Teatro lírico , v o l . 3, 1 7 ) . 5 . y 6 . Manuscrito novena, fo . 1 06 (dos versiones). 7. E: B c . Mús Ms. 753 / 24 (sólo la primera línea) . Uso teatral : 8 . Música inc ident al para los dramas Ver y creer. de Juan de Matos Frago so , y A lm puenas del Sol el A/ha y soledad de María , de José de Cañizares. Textos relacionados: 9 . E : M n Ms 3 8 8 4 , fos. 5 7 r- 5 7 v (Don Pedro a quien los rebeldes ) . JO. E : Mn M s 2 20 2 , fo . 40v ( Ca r l o s a q u i e n las n a c i o n e s ) . 1 1 . E:Mn Ms 2202, fo . 55v y E : M n Ms 3884, fas. 8 l r-8 1 v ( Fernando a quien los crueles ) . 1 2 . E : M n M s 2 20 2 , fo . 5 3 v (Fernando a q u ien los soberbios ) . Música relacionada: 1 3 . [Miguel Górnez Camargo ] , Señora a quien los devotos , E: Yac l e g . 84/299. 1 1 . No sé a que s o m b ras / funestas me dormí ( mú s i c a en p . 3 6 2 , t e x t o en p. 364) 1 . Escrito orig. por Calderón para s u drama cantado L a púrpura de la rosa 54. Cfr. CD His1ória da 1111Ísica IJrasileira; período colonial 11 ( [Sao Paulo: l CEPEC. 1 99 1 -Eldorado 946 1 38 ) . banda 2 . 5 5 . Agradezco a Susana Antón la ayuda para localizar este texto. 56. Cfr. también otra pieza sobre Maróipalos en Diamante (según comunicación de Susana Antón). 57. Bonastre. ·'A l'entorn de Semfi11" -el autor parece no haber caído en cuenta de que las similitudes entre las dos piezas que analiza se deben a su común uso del Maróípalos. de manera que no constituuen prueba de autoría- . 5 8 . Comunicación personal de Carmelo Caballero, 1992. 5 9. Agradezco a Leonardo Wai sman el haberme permitido utilizar su facsímil de esta obra. 60. La concordancia de la canción de Zuola con el cuatro español fue descubierta por Robert Stevenson - prólogo a Tomás de Torrejón y Velazco. La Púrpura de la Rma , 34- . Utilicé aquí además las concordancias presentadas por Stein, Sungs uf Morta/s, 376. La autora cita otras dos en US:Nh. (mss B 2505 y B 2497) sin especificar si se trata fuentes de texto o de música. 92 E S T U D I O S (fuentes: Calderón y Torrejón , 1 -24) . 2 . Concordancia interna: parodia No s é a Texto: qué sombras / alegres m e dormí (texto solamente) , p . 366 . 3 . E:Tb, Colección Barbón-Lorenzana, R ( M s .) 39 1 , fo . 6. Editado en Goldberg, 5 3 -54. 4. E:Mn ms 2202 , fo . 3v-4. 5 . E : M n , m s . 4 1 0 3 , fo . 1 6 3 (No se / que a sombras me dorm í) . Textos re lacion ad os : 6. E:Mn ms 2202, fo. 43 (parodia: No se a qué banasta / de brebas me rend{) . 7 . E : Mn ms.4 1 03 , fo. 1 63 (villancico a San José, con el mismo incipit que Música relacionada: Danza Sombras62 : Zuola). 8. M iguel Gómez Camargo, Ay que me muero de amor, a 8 (concordancia en las coplas: No se a que sombra mi luz. vi) , E : Vac , l e g . 4 1 / 3 3 6 1 . 9. E : M n Libro de diferentes cifras p . 102 y 1 1 1 - 1 1 2 . 1 0 . Diego Fernández de Huele, Compendio numeroso (Madrid: Imp. de Música, 1 702) v. l , lám. 6 . 1 1 . Santiago d e Murcia, Resumen de acompañar la parte , p . 105- 1 0 7 . 1 2 . Códice Saldívar 4 (Santiago de Murcia, c . 1 732), fos . 35v-38v (guitarra) . 1 2 . Malograda Fuentecilla / detén el curso y advierte (p. Textos: Impreso: 363) 1 . Jorge Pinto de Morales (comp. ) , Maravillas del Parnaso y Flor de los meiores romances (Lisboa, 1 63 7 ) . 2 . Romances varios, cit. , n º 3 8 , p . 45-46 . Man us crito s : 3 . E : M n , ms 3972, fo. 78v (primera estrofa solamente) . 4 . E : M n , m s . 38 1 1 , fo . 67-67v. Uso teatral: 5. Calderón en El acaso y el error, Los tres afectos de amor, y Dicha y desdicha del nombre , entre otros (Wilson y Sage, 7 8 ) . Textos relacionados: 6 . E : M n , m s . 4 1 0 3 , fo . 2 3 2 ( ¿ de Va l e n t í n d e C é s p e d e s ? ) . Música relacionada: 7 . [Miguel Gómez Camargo] , Malograda suerte mía , E: Yac leg . 84/236 6 3 . 1 4 . Paj arillo fugitivo / que bien supiste lograr ( p . 369) Textos: l . E : Mn ms 4 1 03 , fo. 236. 16. Porqué tan firme os adoro / Inés me pregunta Amor (a cuatro, p. 389, atribuido a [Manuel ] Correa) Textos: Impreso: 1 . Romances varios cit., nº 6, p. 7-8. Manuscrito: 2. E : Mn ms. 38 1 1 , fo s . 79v-80. 17. Dime Pedro por tu vida (a cuatro, p. 3 9 1 , atribuido a Correa) V. s . nº 7 . 18. Al prado de San Gerónimo / con mis celos y mi cántaro (p. 399 - letra y Textos: Impreso: aljabew para guitarra) l . Romances varios cit., nº 39, p. 3 3 . Relacionado: 2 . E : M n ms 4 104, fo . 77 (Al prado de San Gerónimo / vaya de coches e l tráfago). X!Il y XXV, nota 1 9 . 6 1 . Caballero, ·'Consideraciones en torno a La Purpura de la Rosa," "Introducción" a Torrejón et al., y "En trova de lo humano a lo divino". Cfr. también Stein, 62. E l tema este baile e s una reducción del tono No s é que a sombras a su estructura armónica fundamental. M e valgo para compilar esta lista de Esses, vol 2, 39; y Russel, vol. 1 , 64-65. 63 . Comunicación personal de Carmelo Caballero. E S T U D I O S Zuela, criollísmo . . . 93 Obras citadas Bo h l man , Phi lip V.: The Study of Folk Music in the Modern World. B loomington . lndiana: Indiana Un i ve rs i ty Press, 1 98 8 . B onastre , Francesc: "A l'entorn d e Sera.fin , que con dulce harmonia , d e Joan Cererolsn Recerca Musicologica 8 ( 1 98 8 ) , 65- 1 04 . Caballero Fernández-Rufete , Carmelo: "Miscent sacra profanis : Música profana y teatral en los villancicos de l a segunda mitad del siglo XVII". 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Este desconcierto se acentúa si se tiene en cuenta los canales de televisión dedicados con exclusividad a la música popular y el acrecentamiento gradual de los espacios dedicados a una apreciable vari ed ad de perfurmances musi c a l e s , al menos en las grandes ciudades. Sin abrir juicio en principio sobre las razones de tamaño contraste, lo cierto es que las respectiv as comunidades académicas deberían cuanto menos advertir, analizar y explicar este profundo abismo, ya que no son tiempos de colocar a las universidades en una torre de marfil, cuando los estudiantes tienen a su alcance una profusión de voces en los medios de comunicación y a través de Internet y disfrutan de una ampli a variedad de músicas que sienten segregadas de sus lugares de estudio o minimizadas . Así lo manifiestan a diario mis alumnos, que se sorprenden positivamente con los contenidos de la única materia de la especialidad que no aborda la l lamada música "culta" e incluye una unidad sobre música popular, me refiero a Antropología de la música (o etnomusicología, si p refie ren) 1 . Es decir que en lugar de ser el ámbito universitario el que les otorgue el espacio que posibilite estudiar e investigar todas las músicas de su interés, ofreciéndoles los recursos teóri.co metodológicos di s p o n ib l e s en una amplísima y sumamente interesante bibl iografía gen erada en prestigiosos centros universitarios de Estados Unidos , Canadá, Gran B retaña y Suecia, entre otros, -centros a los que acostumbramos elogiar e imitar en otras áreas del conocimiento-, los expulsa. . 1 La cátedra de referen cia pertenece al Departamento de Artes de la Facultad de Filosofía y Let ras de la Universidad de B uenos Aires. Si bien está prevista un cátedra específica de música popular en el nuevo pl an de estudi os aún no vigente, debo decir que la propuesta cuenta con cierta resistencia por parte de algunos profesores del área de Ja música "culLa". quienes ponen sus i mereses y apreciaciones por sobre los de l os estudiantes. 97 E S T U D I O S Estamos, pues, ante el primer problema. ¿Les ofrecemos a nuestros estudiantes los canales de infonnación y formación para desa1TOllar sólidamente estudios e i nv estigac io ne s en los campos musicales que concitan su arención? ¿ O deben recurrir a i n stituciones extra- u n i versitarias para satisfacer sus inquietudes? Debo expresar que no aludo a la rea]jdad chilena, que conozco superficial mente en esre aspecro. y q ue ha tenido en el profesor Samuel Claro Valdés -en cuyo homenaje se otorga este premio-. un ejemplo de ampl itud de criterio a l abordar Ja investigación d e diferentes músicas. En realidad me preocupa la situación de mi propio país , Argentina, en cuyas universidades provinciales, 2 . Sí se en i nc luyó esta materia los cursos de l a Maestría en Arte Latinoamericano que se dicta en Ja Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. por ejemplo, no exi ste una sola cátedra de etnomusicología en l os cursos regulares2 , aunque paradójicamente se están formando grupos de investigación en este campo . También considero inquietante la situación de España, donde los musicólogos tienen un concepto muy restringido de los contenidos de la etnomusicología conrra el cual l uchan algunos profesores en la materia; así como también l a de muchos otros países latinoamericanos y europeos. Sin duda, son los EEUU de Norteamérica los que l i deran el área, que ha incluido gradualmente a la música popular, aunque cabe destacar que l a etnomusicología no fue reconocida como campo d e estudios e n n i nguna 3 . En los casos en que no consigno páginas. se debe a universidad estadounidense antes de las años ' 50 (Manuel 1 995) 3 . Pe ro ha que son trabajos publicados pasado medio siglo, y teniendo en cuenta e l acortamiento de las distancias TraM . con los países centrales que posibilitan las comunicaciones, por cierto uno en Internet. en la revista de los aspectos positivos de la globalización, es sano al menos reparar en este punto y preg u ntarn o s sobre las causas de esta segregac ión , a fin de superarla, si es que estamos genuinamente i nteresados en ello. Convoco, no obstante, a la reflexión, aun a aquellos que piensan que todo lo que no es música "culta", y en especial europea, no es música, o al menos no es música digna de ser estudiada. senci llamente porque los profesores de cualquier ámbito educativo tenemos e l deber de estar abiertos a modificar nuestras posiciones, es deci r , a admitir errores y propiciar cambios . Apunto a e l lo con las palabras que siguen , que son apenas unas breves consideraciones sobre u n tema que amerita mayor profundidad. Para contextualizar el discurso, propongo partir de reconocer que " . . . l a música e s una d e l a s menos inocentes vías , e n la que las categorías dominantes son reforzadas y resistidas" (Stokes 1 997: 8), como lo demuestran innumerables hechos e investigaciones de las últimas décadas . El problema es complej o , p o r lo q u e confluyen en su construcción diversos factore s , entre l o s cuales considero que merecen destacarse dos, que me l imitaré a esbozar, sólo para sugerir cuán fructífero puede ser el ejercicio de la sensibilidad, Ja autocrítica y la reflexión , en lugar de instalarse para siempre en las concepciones o r i g i nadas en otros t i e mp o s y re a l i d ades c u lt u rale s , ignorando l a s interpelaciones que surgen d e l a s nuevas condiciones de existencia impuestas a todos por el mundo actual , particularmente inquietantes para la juventud, 98 E S T U es decir, nuestros estudiantes. Dichos factores son: 1 ) e l elitismo en que se sustenta l a clasificación de las músicas en los ámbitos educativos; y 2) el desconocimiento de los avances de la etnomusicología en los principales centros del mundo, especialmente desde los años · 70 . Vayamos a l primero . E n u n escrito p ol émico y desafiante, e l etn om us icól ogo Paul Nixon. de Cambridge. se pregunta si la falta de voluntad para examinar los puntos de vista teóricos por parte de los cuerpos docentes de música, es un caso masivo de custodia de lo que Bourdieu denomi na ··capital cultural". Y agrega: n i e l ataque ni e l panegírico sobre cualquier expresión musical es propio del i ntercambio académico, pero lo que sí podría considerarse fructífero en todo curso de enseñanza es el análisis de los procesos mediante los cuales nuestra rec ientemente establecida y soc ialmente poderosa tradición de di scurso estético ha ocurrido y con qué propósito. A menudo se pasa por alto -con!Lnúa-, que n u e st ro c ódig o de referencia dominante ha cristalizado en tiempos relativamente recientes a partir de argumentos en ot ros t i e mpo s controvertidos . dirigidos a la l l amada música clásica vienesa. Este código, ahora amp l iamente adoptado dentro de l as sociedades occidentales (y por el ites de muchos otros), es considerado por muchos como encarnación de universales cualitativos, y encumbrados sobre todos los otros del mundo. Y se pre g unta : ¿Cómo se produjeron tales actitudes hacia el "capital cultural"? ¿ Podemos examinar su formación s i n que parezca un ataque a los objetos de las preferencias de quienesquiera? ( 1 99 1 : 75). La inclusión de esta larga cita, que he sintetizado, y que, por cierto, es mucho más ju go sa, c r íti ca y explicativa en el origi nal , tiene por objeto mostrar que el problema está más extendido geográficamen te de lo que solemos suponer, que está relacionado con los espacios de las posiciones sociales y que en nuestros p aís e s debe verse como parte del proceso de colonización por europeo s . Nadie duda que en el Cono Sur le hemos dado la espalda a l as rea l idades musicales nativas para adherirnos a la producción cul tural de Europa: un hecho que ha sido y es especialmente dramático en Argentina. Por supuesto no estoy sugiriendo lo contrario, sino una búsqueda de equilibrio que nos permita una mirada más amplia y democrática y, fundamentalmente , en coincidencia con Nixon, un análisis crít i co de los procesos hi s tó ri cos y socioculturales que condujeron a la situación ac tual . Como lo expresa Martin Stokes en la Introducción al l ibro que editara sobre Etnicidad, Identidad y Música, "'la música está intensamente implicada en la propagación de las c lasificaciones dominantes , y ha sido una herramienta en l as manos de los nuevos estados en el desa1Tollo del mundo, o más bien, de aq ue lla s c l ases que tie n e n altos i n tereses e n l as nuevas formaciones s oc i a l e s . Este dominio se ha activado principalmente a través del control o D I O S E S T U D I O S ¿ Porqué estudiar todas . . . 99 influencia del Estado sobre universi d ade s , con servatorios y archivos , y se ha diseminado a traYés de los s i stemas de comunicación (Ibíd .. p. 10). En otras palabras, abandonemos la posición ingenua de creer que tenemos l i bre e l ección y que l as músicas se impusieron por sí mismas en Yirtud de s u excele n c i a , factor q u e no e x c luyo . En e l c a s o de l a música y del arte e n general . u n o d e l o s i ntentos conscientes d e ocultar d icho dominio, h a s i do conceder a sus producciones una autonomía que no resiste el análisis científico: si es que resiste el del sentido común. Pensar que la música se crea y recrea en un vacío soc i al . es cuanto menos insól ito . Excluir a la música del proceso comu n i cativo q ue supone su creac i ó n , transmi s i ó n y percepción entre personas. en tiempos y espacios h i stóricos específicos . y adjudi carle una vida independiente, sólo puede comprenderse como parte de una interesada acción conducente a difundir la idea de un conocimiento concebido como absoluto y objetivo, en el que las referencias a determ inaciones h i stóricas y funciones sociales. consideradas ·'reductoras" . macularían la obra intemporal del genio creador. Negarse a aceptar hoy día que "la música tiene,fundamenta/mente, una vida soc i a l " , como entre muchos otros sostiene Steven Feld , uno de los más creativos teóricos de la etnomusicología norteamericana, poseedor además de una importante experiencia empúica, es instalarse en un pasado ampliamente superado por la ciencia musical o en una mus icología obsoleta. Pero l a propuesta de Feld e s mucho más rica y precisa. L a música -dice- "está hecha para estar comprometida -práctica e i n te l e c t u a l mente . i n d i v i d u a l y colectivamente- como entidad simbólica" . es decir, está hecha para ser "so c i al me n te entendida como sign ificati vamentc estructurada. prod u c i d a , ejecutada y e x h i bida p o r actores históricamente s i tuados" (Feld 1 994: 77; e l resaltado es mío ) . Esta concepción n o s aleja d e la reducción d e l a música al texto, de "la absolutización del texto". diría Bourdieu. y, por ende . de la desproporcionada dimensión que adquirió e l "análi s i s musical " . a partir de una reificada partitura que se confundió con la música en sí. ocupando una porción sustancial de l a musicología histórica y de la primera etnomusicología, que siguiendo los cánones de aqué l l a , centró su i n terés en la notaci ó n y análisis de la música oral . Es pertinente ac l arar que no estoy cuestionando este tipo de anális i s , que dicho sea de paso fue excesivamente abandonado por l a etnomusicología en las últi mas décadas, s i no poniendo en tela de j uicio la erección del mismo como el fin supremo de los estudios musicológicos de una u otra área, ignorando l a construcción soc ial del sentido de las músicas y cuánto puede aportar a la comprensión del lenguaje sonoro una v i sión que atienda a todas las relaciones que confluyen en el proceso de "hacer música", que considero debe ser el foco de toda musicología. Como lo ha demostrado María Esther Grebe -para nombrar a una i n vestigadora de este país- a través de sus i nvestigaciones sobre las músicas mapuche y aynwra . relacionar la experienci a 1 00 empírica con l a teoría redunda en un an á l i s i s de la música mucho más profundo y revelador que el que se intenta a partir del producto en sí4. L legados a este punto, creo que es necesario p lantearse revisar cómo se abordan los estudios musicológicos, cuántos de éstos no son más que historias l i neales de las músicas, apreciadas muchas veces con criterio evolucionista, o sofisticados análisis de las obras que más se avienen a l a metodología propues t a por el analista, con lo cual se siguen ignorando los procesos sociales e histó1icos. Demás está decir que la propia Revista Musical Chilena, entre otras publicaciones, h a dado muestra de trabajos m u s i c o l ó g i cos que quedan fuera de estas estrechas miras que se objetan. Y, c a be agregar, que el excelente trabajo del argentino Bernardo Illari premiado en esta oportunidad, es un ejemplo de lo que puede ofrecer la m u s i c o l og ía h i stóri c a . Creo que si b i e n e l primer factor expuesto s e constituye e n u n a barrera difícilmente franqueable, pues parte de una clasificación en la que no tienen cabida las músicas no reconocidas por las elites , el segundo factor, o sea el desconocimiento de los avances de la etnomusicología en los principales centros del mundo, especialmente desde los años '70, con tri buye sin duda a consolidar la exclusión . Asimismo, ignorar los cambios sustanciales operados e n dicha área impide superar l a idea que de ésta nos forjó cierto folklore romántico, ingenuo, cuando no nacionalista y racista, que buscó en las músicas y culturas rurales un ser nacional que se escurría por las fronteras geopolíticas colisionando con las más humanas áreas socioculturales. Es difícil imaginar q u e quienes desechan l a s músicas no pertenecientes a la esfera "culta" europea pongan algún i nterés en conocer las producciones etnomusicológicas , u n término que i ncomoda aún a muchos de los que pertenecemos a e s te campo , qui e ne s preferimos hablar de antropología musical . Por ello creo pertinente esbozar una breve historia actualizada, precedida por algunas consideraciones personales. En principio, considero que hay razones empíricas que produjeron el notable desarrollo de la etnomusicología, superando al de la musicología histórica, en cuanto a producción y proposición de nuevos enfoques. Enfrentados a una multiplicidad de culturas d iversas que presentaban problemáticas pecu liare s , los etnomusicólogos se v ieron (o nos vimos) compelidos a construir categorías analíticas ad hoc y a revisar críticamente las teorías y conceptos precedente s . Ni aun Ja experiencia previa de campo en otros pueblos ha fac i litado la tare a . Aquí y al lá surgía un nuevo desafío. Intenlisciplinarios por formación, ya que una mayoría se formó antropológica y musicalmente , acostu mbrados a trans itar e ntre la antropología, l a musicología, la l ingüística, los estudios culturales, l a filosofía, así como entre las músicas escritas y las de tradición oral , el etnomusicólogo abrió sus ojos y oídos a una multiplicidad de voces, teorías y realidades musicales y socioculturales. E S T U D I O 4 . Una aproximación al enfoque propuesto está S exprc:;ado en el título de uno de los libros de John Shepherd: Mu�ic '" Social Text. E S T U D I O S ¿ Porq u é estudiar todas . . . 1 01 Según J ames Porter: "Frecuentemente marg i n a l i zada en l o s círculos académicos como el estudio de las músicas "exóticas", "no-occidentales" o del Tercer Mundo , [la etnomusicología] ha comenzado finalmente a dar alcance y superar a su área hermana [la musicología h istórica] en dos aspectos: ideológicamente, al abordar las realidades culturales y musicales en forma global más que como fenómenos delimitados; y metodológicamente , en cuanto al rango de técnicas disponibles procedentes de la fertil ización interdisciplinaria" (Porter 1 995) . Porter atribuye la materialización de este avance a los cambios demográficos mundiales y al hecho de que el creciente conocimiento de la llamada world music en los medios ha originado una industria discográfica sustentada en áreas metropolitanas donde la inmigración, el exilio o l a guetización es la condición normal de las minorías del Tercer Mundo . Este forcejeo de culturas, a causa de luchas ideológicas, cambios económicos, pobreza e inmigración ha resultado un mosaico fértil de lenguajes musicales que colisionan , superponen y a veces revitalizan viejas formas y estilos . Es interesante señalar que este tema fue minuciosamente tratado en 1 992 por Mark Slobin en un artículo de extensión fuera de lo habitual en la revista Ethnomusicology, hecho que manifiesta la creciente apertura del área a las músicas populare s . No obstante, como es de conocimiento de todos, por diversas razones, entre las cuales no es menor la connotación negativa del prefijo "etno" con su carga de exotismo, los investigadores de la música popular han creado su propia asociación, la IASPM (lnternational Association far the Study o/ Popular Music). Este comentario, lejos de ser una digresión, tiene como finalidades destacar, por un lado, la construcción de nuevos n i c h o s acadé m i c o - m u s i c al e s , y por otro . hacer notar l a constante profundización del abismo del que hablé al comienzo, entre los estamentos educativos y la realidad circundante . Los periódicos congresos de la IASPM en diversas partes del mundo desde comienzos de la década de 1 980, cuyo e x p l o s i v o c r e c í m i e n t o de mográfico ha g e n erado d i v e r s a s ramas 2000, en creó la 5 . Precisamente en agosto de Bogotá, se Rama Latinoamericana, cuyo presidente es el musicólogo Juan Pablo González. miembro del Comité Editorial de esia revista. geográficamente delimitadas5 , me eximen de mayor argumentación a favor de una apertura. Continuando con la h istoria reciente de la etnomusicología, cabe destacar que la constante y ágil superación teórica , especialmente operada -como dije- desde los años ' 7 0 , ha dado lugar a que la mayoría de los escritos seminales de las décadas ' 50 y '60 sean con siderados hoy obsoleto s , o al menos sus propuestas centrales remodeladas, como es el caso del l ibro que en 1 964 revolucionó el campo: The Anthropology o/ Music de Alan Merriam, que de no haber fallec i do su autor en 1 980 quizás él m ismo las habría efectuado ( vé ase R i c e 1 9 87) . En esta remodelac i ó n , dos aspectos tradicionalmente descuidados por la etnomusicología adquirieron mayor entidad: los procesos h i stóricos, relegados por el "presente etnográfico", y la creatividad i n d i vidual , subsumida por las performances colect i v as . Así como en 1 980 S helemay utilizó la expresión "etnomusicología histórica" 1 02 E S T U D I O S en un trabajo de reconstrucción de la l i turgia Falasha, basándose en la premisa de que el presente puede iluminar el pasado. relación que invirtió el orden ele la concepción tradicional , actualmente se habla de una "etnomusicología urbana" . Este puede considerarse un g iro i mpo r tan t e , pues la pr i me ra etnomusicología tendió a estudiar culturas remotas y exóticas, preferentemente las '·altas" culturas de Asia y Medio Oriente, los norteamericanos, y las ex colonias los europeos. Sin abandonar esta orientación , desde hace unos años concitan el interés de los norteamericanos también las músicas urbanas locales, en especial las de extendidas comunidades de inmigrantes, que según consigna Manuel , desde los años 1 960 han hecho esfuerzos deliberados por mantener sus propias y distintivas subculturas, en lugar de asimilarse por co mp l e to a la con-iente de la cultura ínorte ] americana. Incluso, como las minorías étnicas constituyen una porción significativa de estudiantes, las uni versidades estadounidenses reconocen cada vez más l a necesidad de incorporar las diversas tradiciones musicales en los cursos que ofrecen (fbíd . ) . Si bien no s e m e escapa que hay intereses económicos en juego , creo que es una actitud digna de imitar. Quizás la adhesión a la economía neoliberal que postula la autofinanciación de las u niversidades p rodu zca finalmente l a apertura que debiera haberse realizado con fines más loables, como es e l de considerar válidas las investigaciones de todo tipo de música e igualmente válidas todas las músicas . Algunos otros tópicos abordados, especialmente en las dos últimas décadas, son los estudios de género (Koskoff 1 987); las músicas pop u lares comerciales mediatizadas de países no-occidentales, antes v i lipendiadas (Erlman 1 99 1 ; Manuel 1 98 8 , 1 99 3 ) ; l a relación música-identidad (Manuel 1 989; Stok es , ed . 1 997) , e incluso músicas eruditas (Nettl 1 989) e instituciones musicales dedicadas a éstas (Kingsbury 1 98 8 ) . Ejemplos de estos dos últimos son el libro de Henry Kingsbury. Music, Talenr. and Performance: A Conservarory Syste m , de 1 9 8 8 , y e l a r t íc u l o de B ru n o N e ttl , Mozart a n d rhe Ethnomusico/ogical Study aj Western Culture , de 1 989. La sola mención de estas temáticas y las anteriores , apenas u n puñado de entre otras tantas, remiten a un punto que me interesa destacar especialmente. Como se ha podido apreciar, los intereses de los etnomusicólogos son sumamente variados, como lo son sus enfoques teóricos, por lo que el campo de estudios presenta una visible heterogeneidad interna. Insistir en pensar en él como el estudio de las músicas exóticas exclusivamente es ignorar su historia cercana, aunque, como e n todas las di sci pl i nas científicas , hay e s p e c i a l i d a d e s , c u y a e l e c c i ó n d e pe n d e d e m u c h o s fa c t o re s . En l íneas generales, podemos decir que no hay música que haya quedado fuera de sus investigaciones, aunque es obvio que las que estudia la musicología histórica sólo exce pci onal mente han concitado su atención . D i gamos que l a porc i ón d e l a torta que n o s tocó en el reparto es incomensurable , d e allí que E S T U D I O S ¿ Porqué estudiar todas . . 1 03 haya tantas músicas aún por estudiar. Pero lo que más distingue a ambas ramas, no son en última instancia las músi cas , s i no el énfasi s de gran parte de la musicología h istórica -no toda, p or cierto-, en éstas como producto artístico, y el de la etnomusicología actual en los procesos del hacer música, con sus implicaciones sociales, individuales, h istóricas , estéticas , culturales, políticas , económicas, situacionales , espacial e s , temporales. De al l í que muchas veces se haya sostenido que más que un área definida por un objeto de estudio, es un tipo de enfoque aplicable a cualquier música, que en l a práctica puede diferir notablemente según los presupuestos teóricos , l a realidad en estudio o los objetivos trazados, pero que parte d e considerar e l "hacer música", como diría Marce! M auss , como u n "hecho social total" . S e podrá argüir que e l objetivo e s demasiado ambicioso y que e n e l ejercicio de l a profesión pocas veces se alcanza, pero la mirada aplicable a esos procesos a partir de esta concepción holística -que por supuesto tampoco es patrimonio de toda la etnomusicología-, supera en mucho la restricción a las propias músicas . Por ello, aunque l a pregunta del título necesariamente debía referirse a éstas , ya que son varias las que quedan e x c l u i das explícitamente de las curricula de las universidades, lo principal es qué nos dicen todas ellas de los seres humanos, h istóricamente situados, que las crean, recrean, ejecutan y escuchan . Cabría preguntarse s i Paul Nixon tiene razón cuando afirma: "Me parece que las vehementes expresiones de partidismo -a favor o en contra de formas particulares de hacer música- son en sí mismas un indicio de inseguridad, social y estética. ¿Por qué otra cosa se comportaría así tanta gente como si su i ntegridad personal o su higiene mental estuviera en peligro cuando encuentran, por ejemplo, estilos de música ajenos a los cánones del siglo X I X europeo? A partir de tales reacciones puede parecer como si otras mús icas , q u i zás otra g e n t e , no debería e x i stir" ( Ni x o n 1 99 1 : 7 6 ) . M i modesto objetivo ha sido tratar de hallar respuesta, o al menos proponer que nos i nterroguemos genuinamente sobre las razones de la persistente resistencia de las i nstituciones de enseñanza musical a incorporar el estudio y/o la investigación de músicas que quedan fuera de la discutible calificación de eruditas, cultas o académicas , que no son otras que las músicas escritas. Resistencia que hallo poco comprensible en el siglo XXI, en especial en el ámbito universitario , del que se suele esperar posiciones de apertura, aunque hago extensible esta apreciación a los conservatorios . Aspiro, quizás ingenuamente, a que una toma de conciencia de las causas de la sinrazón de la segregación musical mencionada en el título , propi c ie un cambio y espero que estas palabras, quizás un tanto duras, se i nterpreten como un genuino intento en tal sentido, que permita solidificar el futuro de la musicología en todas sus áreas . 1 04 E S T U D I O S Quisiera cerrar estas reflexiones y abu ndan tes citas de pre sti g io s os etnomusicólogos con unas palabras de uno de los maestros en el área, John Black ing, a diez años de su lamentable fal lecimiento: "Las percepciones étnicas y conceptualizaciones que están indicadas por el prefijo e tn o no son menos ' ' significativas que las diferencias individuales e ntre un m ú s ico y otro: la ' etnicidad' de la música de Bach necesita ser tomada en cuenta tanto como la individualidad de un compositor tradicional africano como el maestro Chop i , Gomukomu WeNsimbi . En n i ngún caso es un factor determinante, sino un factor l imitante: l a expresión individual de ambos, de Bach y de Gomukomu, fue constreñida, así como estimulada, por las condiciones de sus sociedades , culturas y épocas h istóricas" (B lacking 1 99 1 : 67) . B ibliografía Blacking, John 1 99 1 . Towards a reintegration of musicology. Proceedings of the Second British Swedish Conference on Musicology: Erhnomusicology, Cambridge, 5 - 1 0 August 1 989 , pp. 6 1 - 69, Ann Buckley, Karl-Olof Edstróm & Paul Nixon (eds .). Skrifter fran Musikvetenskapliga institutionen , Goteborgs universitet, nº 26. Goteborgs. Bourdieu , Pie1Te 1 999 [ 1 994] . Razanes prácticas. Sobre la teoría de la acción . Barcelona: Anagrama. Erlmann, Veit 1 99 1 . Ajrican Stars: Siudies in Black Sourh Ajrican Performance . Chicago/ London: University of Chicago. Feld, Steven 1 994 . Communication, Music, and Speech about Mu sic. En Kei l . Charles y Steven Feld, Music Grooves , pp. 77- 95 . 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Así como esta sutil combinación de cuatro letras co n fo r m a n un n o m b re . p o s i b l e por l a combinatoria pero sin significado, así también a s i s t i m o s en la o b ra de A lcalde a u n a Andrés Alcalde: Aria / Pablo Aranda: Oir-d 1 Gustavo Becerra: Partita n°3 / Gabriel Brncic: L a ía f R ob e r t o F a l a b e l l a : Te ma permanente transfo1maeión fenotípica d e una figura generatri z , a través de un proceso sucesivo de mutaciones provocadas por el con impulso de su propio material . Primero es el Variaciones/ Alejandro Guarello: Solitario IV. pi::,::,icato resonante, luego la verticalización I n t é r p re t e : I s i d r o R o d rí g u e z : V i o l í n . del acorde, el trémolo y por consiguiente el C D . Fondo de Desarrollo de las Artes y la trino y el sonido armónico, son hitos del aspecto Cultura FONDART. 1 999. que va adquiriendo su material a través de su Isidro Rodríguez nos ofrece aquí un repertorio que cubre un período de poco más de cuarenta crecimiento orgán ico. La obra, vía el sonido armó n i c o , entra en una zona i ntermedia de re l at i v a d i s t e n s i ó n d i n á m i c a , p a r a i r años . Cuarenta años que involucra toda una gradualmente a c u m u l a n d o t e n s i ó n hasta tradición de l a composición en Chile, desde recuperar el impulso rítmico vivaz que l leva Pedro H u mberto A l l e n d e q u i e n fo rma a la obra a un final de paroxismo. El violín de composiciona.lmente a Gustavo Becerra y este a Ciri l o Yi l a , y el maestro Yi l a a A ndrés A lcalde, Alejandro Guarello y Pablo A randa. E l l o s , j u ntos a Gab r i e l Brncic y Roberto Falabella (quienes estudiaron composición con Gustavo Becerra ) conforman e l grupo de compositores cuyas obras se incluyen en este disco . Isidro Rodríguez es un i ntérprete ya de vasta música c o n t e m p orán e a y músico imprescindible a l a hora de acometer repertorio violinístico de dificultad superior como lo son la Partita Nº rigores de la escritura y no permite en ningún momento que decaiga la tensión . Por su parte. la escritura respeta la tradición del violín , trad i c i ó n que re s u e n a e n s u t é c n i c a de ejecución , ampliada a lo l argo de los siglos , y que en la obra de Alcalde se pone al servicio de la plasticidad de su escritura. trayectoria . Figura recurrente en los festivales de Rodríguez se aplica d i scip l i n adamente a los 3 de Becerra, y las tres obras dedicadas a él incluidas en este disco: Aria de Alcalde , Solitario IV de Guarello y Oir-d de A randa . No hace falta ser muy perspicaz para intuir que la palabra "Ari a " , título de l a obra de A l calde , no guarda re lación alguna con la naturaleza de la obra, sino que más bien parece 1 06 C O M E N TA R I O S Un fel i z rescate de nuestra tradición significó total cromático. / G R A B A C I O N E S A diferencia de otra de sus C o m o e n l a mayoría d e l as obras de este Base Esad, aquí a l compositor l e i n teresa rescatar singular compositor (que nos dejó en 1 95 8 , a la sonoridad de la afinación normal del incluir el Tema con Variaciones de Falabe l l a . obras sol i stas para cuerda p u n teada: los treinta y dos años , el mi smo año en que instrumento frotado, pero sólo para ponerla a escribió esta obra) e l equilibri o , l a c laridad y disposición de un juego comb inatorio y de la economía - y a veces un oculto dramatismo contraste con e l material cromático. Se crea también predominan en esta breve obra. Rasgos así u n a oposi c i ó n en tre lo diatónico y l o que son característicos de encontrar, de algún cromático, puesto e n evidencia e n los primeros modo . en toda obra que s u rge de lo más q u ince segundos de la obra, en donde cada profundo de la mente, l i bre de intermediarios una de las cuatro notas ele reposo donde van o de medios generativos que mediatizan o a p ar a r l o s p r i m e r o s c u a tro c l i m a c u s i n strumental izan el pensamiento puro . Por cromáticos con l o s que se inicia l a obra , c ierto, esto sólo es pos i b le en el compositor cmTesponden a las notas mi. la. re y debidamente fam i liarizado con lo posible de esta relación antitética se construyen los dos sol. l a música, con las posibil idades y limitaciones primeros períodos de l a obra, y esto s , a su de la praxis instrumental . Por todo esto, por la vez, originarán los sigu ientes. Principio que Sobre objeti vidad. la c l aridad y e l e q u i l ibrio de l a suena muy restric t i v o . pero parece que le obra de Falabe l l a , s e necesitaba d e un sonido v iene bien a la i maginación de G u are l l o , de imaginación que parece agrandársele mientras u n a part i c u l ar c a l i d a d y un c l aro entendimiento de l a sintax i s . Isidro Rodríguez menos espacio tenga para ella. Aquí la materia logró plenamente esta sonoridad cuidada y el sonora es e x p l otada hasta re n d i r tocia su fraseo limpio que tan bien le viene a este tipo potencia. Hay involucrada también una suerte de obras. de memoria de los materiales. que nos pe1mite Laía ( 1 993), de Gabriel Bmcic, lleva e l nombre crecimiento de l a obra. A s u vez, e l despliegue de la v io l i n ista española Laía Casas a quien de los gestos se va acumulando en la memoria perc i b i r l e vemente la transformac ión o e l fue dedicada. La música transcurre aquí como i nmediata del auditor hasta formar una especie una apacible monodia afectada por zonas más de p o l i fonía re sidual . Polifonía que nunca bien digre s i v a s de act i v idad pol i fó n i c a , de existió de l i beradamente , pero que surgió de e n r i q u e c i m i e n to t ím b r i c o y c a m b i o s de una i l u s ión perceptiva posterior. Por c ierto aceleración por figuras rítmicas rápidas, que que e l intérprete estaba plenamente consciente hacen que l a música se anime, pero que no de esta part i c u l ar propiedad de la obra y l a t i e nen mayor consecuencia. A su vez, cortas transmite debidamente. fi guras rít m i c a s a b s o l u t a mente regul ares , seguidas de una rítmica irregular producen un Con Oir-d, Pab l o Aranda nos i ntroduce en celdillas que , articuladas efecto algo ambiguo en la percepción genera l . una del i c ada red de Todo esto hace q u e l a obra s e seccione en su cual panel de abejas, contienen en su interior i n terior, resul tando en m i opinión una obra un rico microcosmos sonoro. A veces es l a más bien fragmentaria y de un arco general brevedad d e u n gesto. otras el trabajo refinado disperso. de los armónicos, la explotación de la doble cuerda, etc . Todo esto confo1ma un transcurso Solirario IV, de G uare l lo , pone en relación en donde e l p u l s o d e s a p a re c e , y la dialéctica a las notas de las cuerdas al aire del metamorfosis constante del material no implica violín (sol-re-la-m i ) y e l resto de las notas del necesariamente una relación sucesiva, sino lo C O M E N TA R I O S I 1 07 G R A B A C I O N E S contrario , implica una pe1manencia, un detener Falabella, compositor casi desconocido por el tiempo en una constante transformac ión muchos y que sólo en estos ú lt imos años del sonido. Esto crea l a sensación de que la hemos podido redescubrir a través de l a labor obra n o term i n a , sino que s i m p l e m e n te se y gestión de Is idro Rodrígue z . Alejandro detiene . Rodríguez consigue la sonoridad Guarello y el Cuarteto Sur. necesaria para transmitir la elusiva poética de Rafael Díaz. A randa. Pontificia Universidad Católica de Chile Instituto de Música La ductilidad del intérprete le pennite acometer piezas de naturaleza tan diversa como la Partita n º3 de Gustavo Becerra, lejos l a obra más e xtroverti da de todo el d i sco . Desde e l principio. el ritmo aparece como e l parámetro predominante de toda la obra y Rodríguez l o enfrenta con u n a gran garra interpretativa. L a obra consta d e cuatro movimientos, cada uno con una personalidad sonora característica y Música Chilena d e l s i g l o X X Vo l u m e n I V con a l g u n o s trazos de materia l cícl i c o , proveniente del primer movimiento, e n cada Asociación Nacional de Compositores . Chile u n o de e l l o s . Desde el punto de v ista (ANC) . perceptivo. e l arco general de estas c uatro Alejandro Guarello: Vetro ( 1 984) / Guil lermo partes resulta del todo convincente formando R i fo : Fejelé ( 1 99 9 ) / C a r l o s R ie s c o : un todo redondo. Compositio Concertativa ( l 995) / Santiago En suma, una feUz conjunción de radicalidades , Garrido-Lecca: Dan:::.a s populares andinas Vera-Rivera: Sonata al ja:::::, ( 1 998) / Celso q u e debiera hacer pensar a l as n u e v as generaciones, especialmente a los intérpretes ( 1 97 7 ) / Edward B rown: Canto en trece tonos ( 1 99 3 ) I Jorge Springinsfeld: Golpes ( 1 995) q ue se i n ician y también a esta eclosión de / Ceci lia Cordero: Ábaco ( 1 992). / Fernando jóvenes i nteresados en la composición, que el Carrasco: Lejrraro ( 1 992) .Varios i ntérpretes . asunto en que se están involucrando es algo ANC-6003-4, DDD. Diciembre de 1 999. serio y demandará de ellos una entrega extrema de sí mismos . Con agrado he realizado la tarea encomendada por el comité edi torial de comentar esta Por último, una palabra en torno a la carátula producción discográfica, por la calidad artística del disco. Creo que esta incluye una traducción de varias de las obras aquí grabadas . El disco más que aceptable de las leyendas i ncluidas. está dedicado al músico Domingo Santa Cruz. E l diseño gráfico no resulta atrayente por lo en el centenario de su nacimiento. Se destaca recurrente de la concepción, pero tampoco me la i n i c iati va de la A sociación Nacional de parece que sea relevante en un disco de música Compositores por grabar la música de sus contemporánea, salvo que el diseño aleje a un propios creadore s , l o que e s t i m u l a l a potencial y desinformado interesado por lo producción, permite u n acceso rápido a los neutro o indiferente de la portada. Lo que s í oyentes de música contemporánea y un modo considero una seria carenc i a es l a falta d e de c i rc u lación más a l l á de l as fronteras información concerniente a las obras, l o que n acionales . Igualmente p lausible es que el se hace aún más evidente en el caso de Roberto Fondo de Desarrollo de las Aites y la Cultura 1 08 (FONDART ) , auspicie la realización de este proyecto y g a ra n t i c e su c o n t i n u i da d . C O M E N TA R I O S I G R A B A C I O N E S voces, sin repetir ningún resul tado . La audición de la pieza revela que el elemento sobresaliente es el t r a b aj o t e x t u ra ! , vari ado e n En e s t a p roducc i ón se e s c u c h a n nueve procedimientos como l a imitación , canon , compo s i c i ones para s o l i sta o conjun tos trocado, la discontinuidad del hochetus o la puramente instrumentales , de las cuales ocho homorri tmia que anuncia el final . En l a se grabaron en el Auditorium del Instituto de elaboración textura] confluyen la rítmica y l a Música de la Pontificia U niversidad Católica tímbrica para configurar l a forma, articulada de C h i l e , en n o v i embre de 1 99 9 . H ay en breves secciones; el paso de una a otra se formaciones tradicionales como el cuarteto de logra por la d i s minución de la densidad arcos y otras menos convencionales, como el polifónica. un s i lencio o l a entrada de un cuarteto de percusionistas o el quinteto mixto. instrumento. Por momentos hay relevancia de La única obra solística es para flauta en sol , un instrumento sobre los otros y a veces se i nstrumento poco frecuentado en tal condición apela a una especie de mixtura por amalgama por la mayor exigencia de ejecución respecto de timbres. La ejecución camarística de Lui s de su homónima tenor. Es probable que algunos Rossi e n clarinete, Rubén S ierra en violín y criterios de inclusión de obras pasaran por Celso López en violonchelo, realza los logros mostrar un repertorio difícil de escuchar en de la pieza bajo la dirección musical del mismo concierto, no sólo por ser música nacional sino compositor. también por los requerimientos instrumentales; por otro lado se prioriza la creación de los '90 , ya q ue s ó l o dos d e las n u e v e obras son M U S I CA C H I LENA DEL S I GLO XX Volumen IV anteriores; por último la relevancia estética de estas composiciones para l a m ú s i c a académica c h ilena. Como sabemos , e l CD permite que sea el auditor quien elija el orden de audición de las obras, de todos modos se nota la intención de los productores de alternar conj untos menores y mayores en número y variedad de instrumentos. El título en italiano y la fecha de composición de Vetro ( 1 984), remiten a los años en que Gu.:arcllo · Rifo Ric:;,co · Vcrii1-River;1 · G0trnG10-Lecc.:a fX-oWTl · Sprrn�1nsfold · Cordero · CiiliXO lT Asocioción Nocionol de Compositores Chile A lejandro Guarello estuvo en Italia, según i n forma el fol leto, estudiando con Franco Donatoni y G iacomo Manzoni . También se Fejelé para flauta y percusión, de Guillermo informa cómo compuso la obra, aludiendo a R i fo , es profu s a en c o lores y e fectos las diferentes descomposiciones de un objeto percusivos, logrados por la combinación de al ser mirado a través de distintos cristales . recursos instrumentales . La flauta inicia su Como fuere, habría una intención poiésica de participación con sus notas más graves, por transponer un modo de percepción visual a la grados conjuntos y la tensión de una cuarta composición musical , gesto creativo muy aumentada, en el registro de menor intensidad explorado en el siglo XX. El procedimiento pero mayor " i nt i m i d ad " . Luego de esta musical consiste en descomponer y recomponer introducción que invoca la atención del oyente, l a estructura contrapuntística inicial , a tres se escucha un repertorio abundante de toques C O M E N TA R I O S I 1 09. G R A B A C I O N E S flautísticos: rhroat runings (cantados y tocados a Ja v e z ) , bendin g s (oscilaciones en l a composición del disco, Lefrraro de Fernando Carrasco. La formac ión poco frecuente de afinación ) , whispers (silbados) , tonos difusos, cuarteto de percusionistas. integrado aquí por brighr rones. percusión en las l laves, soplos José Díaz, Marcelo Espmdola, Sergio Menares con presión variable sobre una misma nota, y Gonzalo Muga dirigidos por Carlos Vera , frulatti, además de la ejecución normal en testimonia el protagonismo creciente de la amplias escalas ascendentes y descendentes, percusión por sobre los grupos tradicionales trinos y sonidos repetidos . En más de diez de i n strumen t o s , tras haberse a m p l i ado minutos de música, esta variedad tímbrica crea nuestros horizontes de percepción por J a regiones sonoras que compatib i l izan con las inclusión d e nuevos mundos sonoros . L a obra creadas por Carlos Vera en membranas. placas quiere aludir a la cultura mapuche, brindándose y otros i n strumentos percusivos, y que van como homenaje al cacique araucano Lautaro. diferenciando formalmente las secciones. Al El compositor apela a duplicaciones tímbricas contraste de toques secos de cocos y toms con para lograr resonancias, o bien notas percutidas otros retumbantes de timbal , gong, gran cassa . con alturas definidas. El uso de baquetas duras , se suman los metálicos obtenidos por diferentes medianas y b landas en los di stintos acc i ones sobre platillo s . Una aceleración y i n strumentos , e l arco frotando el plato y e l crescendo en intensidad anuncian el final de vibráfono. son algunos d e los modos d e acción la pieza. Por no tener acceso a la partitura no más usados . S i bien la calidad anística no se sabemos cuánto de su invención pusieron los j u zga por Ja novedad de procedi m i entos intérpretes en la versión final , pero sin duda, técnicos de composición o de ejecución, se debieron explorar los l ímites i diomáticos de logran momentos de originalidad colorística sus instrumentos, con el propósito de remitir de interés . al mundo sonoro que el autor imagina como de u n a p o r c i ó n d e n u e s tra A m é r i c a precolombina. Compositio Concertativa de Carlos Riesco es una obra de gran compromiso téc ni c o y expresivo para el violín . Desde el título, ya Similar investigación i nstrumental se requiere nos predisponemos a escuchar música "pura" del flautista Alejandro Lavanderos en Golpes, de concierto, con la expectativa puesta en J a de Jorge Springinsfeld, donde parece haber i n terpretación virtuosística d e l v i o l ín y s u un d e l e i te en la produ c c i ó n de sonidos trabajo d e conj unto c o n e l pian o . E s u n a diferentes . Hay casi una "desnaturalización" composición por encargo d e la Municipalidad del sonido normal del instrumento para ampliar de Viña del Mar para el XXII Concurso sus posibil idades sónicas. La i ntervención del Internacional de Ejecución , mención violín, intérprete continúa en el diseño de Ja forma, de 1 995 . El primer movimiento, Moderato , ya que según se infonna , Ja obra es modular desarrolla una melodía lírica extensa de gran y debe optar por alguna de las varias maneras amplitud interválica, en una textura c l ara de de "armarla". Hay momentos en que se genera melodía con acompañamiento acórdico del una polifonía vinual . A pesar de los esfuerzos piano. E l segundo movimiento, Piu mosso, del i n strumenti sta por recrear momentos conserva Ja misma textura con una casi total variados, y de la atención que retiene el timbre estab i l idad métrica y de tempo, aún en las cál ido de Ja flauta en sol , la pieza resulta u n breves cadencias del violín. La pianista Elvira poco larga a l a audición . Savi , ú n i ca i n térprete femenina del disco , domina un toque pianístico y una preci sión Los impulsos percusivos vuelven en la última rítmica que ponen de relieve los méritos del 11o violinista Jaime de la Jara. Con algunas lectoras de CD se escuchan "ruidos" como defectos de grabación, pasados los tres primeros minutos C O M E N TA R I O S / G R A B A C I O N E S Dan::as populares andinas ( 1 97 7 ) de Celso Garrido-Lecca, es Ja composición más antigua del disco. Cuatro danzas que ponen de relieve y antes de la re-exposición del tema principaJ los segundo. Orland i n i e n l a g u itarra se e n c argan de en el primer movimiento, y también en el r i tmos acriollados en diversos movimientos. Hernán Jara en l a flauta y Luis expandir expresi v amente e l lirismo melódic o , La compositora Cecilia Cordero presenta liberado del fragmentarismo vanguardista. El Á baco para v i o l ín ( i s i dro R o d r íg u e z ) , estilo se acerca al de músicos nacionalistas violonchelo ( C e lso López) y piano ( L u i s que trabajaron las referencias como cita de Alberto Latorre). Manifiesta s u intención de melodías regionales. " c o n struir la sonoridad de una c aj it a de música", en una pieza que dedicó a sus hijos. En Canto en rrere tonos de Edward Brown, El tocco seco y l i v i ano del p i ano parece busca en el género tradicional del cuarteto de de los arcos, logrando la sensación de sonidos no convencionales. El título agrega "con percutidos con resonancias. Es interesante el huayno" . Provoca c i er ta p e rplej i dad el prolongarse en las notas reales y los armónicos cuerdas una afinación y técnicas de ejecución discurrir de las ideas diseñadas en interválica tratamiento musical de l huayno aludido, sobre quebrada, su descenso lento desde el registro todo si se escucha por primera vez luego de más agudo del piano, algunas repeticiones de las Dan-::, as de Garrido-Lecca. Produce una motivos y rítmicas sincopadas que distan de especie de distanciamiento, por la rítmica y tener un carácter puramente lúdico. Es la única el uso de los instrumentos, contrasta las cuerdas obra que se grabó en vivo, en el Centro de frotadas con un pasaje en piz-::. i cati, algunos E v entos de la U n iversidad Catól i c a de de ellos remitiendo al charango . Es la viola Valparaíso en l 992 . del cuai1eto de arcos la encargada del c uarto de tono que completa Ja escala de trece sonidos La i ntert e x tuali dad se presenta en forma con que se elabora la obra. Pero los otros arcos explícita en tres de las obras, con tratamientos también incurren en el microtonalismo con diferenciados de sus citas a géneros populares glissandi , efectos especiales en los golpes de o tradicionales . La Sonata al jaz.z de Santiago arco o en pi::.::.icati a lo Bartók. E l Cuarteto Vera-Rivera recrea la canción de Cole Porter, de l N u e v o Mundo se e s m e r a en una f /ove Paris en el entramado polifónico del i nterpreta c i ón que parece aj ustada a los qu i n teto . La obra es breve pero de ideas requerimientos del autor. musicales concentradas. En el folleto se hace la descripción de la forma, el lenguaje atonal Por último, con respecto al folleto, el presidente y la rítm i c a ; pero el trabajo detallista que de la A N C , Femado Carrasco, explica las diferenci e la articulación de los sonidos, los intenciones de la grabación, el Dr. Luis Merino son i mpres c i ndible s para la comprensión parte de compositores y musicólogos y en el auditiva. Lograr satisfacer estas exigencias cuerpo del texto se leen notas autobiográficas niveles de i ntensidad . la tímbrica y el carácter fue el mérito de Hemán Jara en la flauta, José evalúa la alta estima con que fue recibida por y referencias breves a las obras, escritas por Olivares en el clarinete, Luis Orlandini en la los propios compositores. Todo el texto en gu itarra , Isidro Rodríguez en el violín y Celso español se traduce luego al inglés. Los diseños López en el violonchelo. gráfico y tipográfico resultan adecuados y 111 L I B R O S C O M E N T A R I O S claros para comuni car tal información. La imagen de l a portada, Sin título ( 1 965) de Carmen Aldunate (Chile, 1 940), es un anuncio visual del arte sonoro que se va a escuchar: da idea de ritmos y movimiento, objetos en composición, equilibrio en la forma y colores en afinidad. La inclusión de fotografías de los co mpositores es m u y b u e n a i de a p ara familiarizamos con su rostro, a quienes no los conocemos personalmente. Las fotografías de i ntérpretes y técnicos de grabac ión dan información adicional sobre el proceso de preparación de l a m ú s i c a del disco. En definitiva, l a realización del C D es una muy buena gestión cultural que repercute en l a música d e l presente chileno y de l a historia del arte latinoamericano. Graciela M usri. San Juan, Argentina. Lo que originalmente era música de m inorías, l lámenseles jóvenes, marg inales, negros, drogadictos o rebeldes, se transformó en uno Salas, Fab i o E l Roc k Su h i sto ria, a u to res y e st i l o s Salas, Fabio. El Rock. Su h istoria, autores y estilos. Editorial Uni versidad de Santiago. Colección Humanidades, Santiago de Chile, 2000. 1 87 pp. Cuando a comienzos de la década de 1 950 Alan Freed bautizaba como Rock and Roll a una música que hacía furor en la juventud norteamericana, mezcla del más bruto blues negro y del más rústico country & western blanco, el mundo pudo nominar lo hasta el m o m e nto i n n o m brab l e , y temer por la expansión de l a rebeldía juvenil y social hacia todos los rincones del planeta. de los parad i g m as más i mportantes del Occidente contemporáneo. Fue problema social y manifestación artística; herramienta de r e v o l u c i ó n y e x c e l e n t e n e g o c i o ; preocupación d e gobiernos y p l acer de multitudes. La realidad marginal, de la que el rock formaba parte íntegra, no podía ser avanzado el siglo m a t e r i a aj e n a al e s t u d i o a c ad é m i c o . Intelectuales vinculados al "conocimiento" debieron reconocer que el estudio de la realidad no podía, para ser efectivo, dejar de considerar aquellas variables " i mpuras " , b astardas, marginales, cuyo peso histórico era evidente y contenido social, patente. Como dice Juan Pablo González en el prólogo del l ibro : " . . . es la propia cultura occidental la que puede ser leída desde la mirada rockera, considerando tanto sus procesos de continuidad y ruptura como sus postulados éticos y estéticos. En especial, si tenemos en cuenta que el rock 112 C O M E N T A R I O S surge como crítica al estado de autosatisfacción L I B R O S libros relacionados al tema. de la sociedad burguesa de mediados de siglo. C o n el rock se l i beran fuerzas erót icas repri midas y se busca un nuevo estado de En Chile Ja cultura del rock ha sido siempre marginal. Si bien inicialmente se constituyó conciencia, es decir, el sistema es afectado en como movimiento desde el sistema de medios su componente esencial: el individuo" (p. 1 4) de comunicación de masas (cosa que, por lo Estados U n i d o s y Europa, c o m o áreas demás, no es excl usivo de nuestro país), en geográficas emblemáticas de la evolución del que figuras como Peter Rock, Pat Henry, Dany rock 'n roll, fueron los primeros en otorgar un Chilean o Alan y sus Bates constituían portadas espacio "docto" a una materia esencialmente de rev istas y suplementos de espectáculos popular. Universidades a lo largo de todo su hacia fines de la década del '50 y durante casi territorio fueron, paulatinamente, considerando todos los años '60, al poco tiempo se perfiló al Rock como digno de la Academia, como ejemplo de sociedad contemporánea, y por como identidad marginal y contestataria con grupos como Los Jockers o Los Macs que, si e l l o como "estudiable" y "enseñable" desde bien no proponían una línea de cambio político las aulas universitarias. categórico, evidentemente se constituían como r e fe r e n te antagó n i c o e n s u s o c i e d a d . Si bien no se puede decir hoy que el tema Avanzando en e l tiempo, grupos como Los cuente con unánime aprobación de parte de Jaivas. Los Trapos, Tumulto, Arena Movediza, los intelectuales, el rock sin duda a obtenido y en los ochenta la presencia emblemática de un l ugar destacado dentro de los análisis de Los Prisioneros, fueron consolidando dentro sociedad, constituyendo actualmente objeto de la historia nacional un movi miento rock de estudio digno de muchos historiadores, con matices particulares, pero que a la larga sociólogos, musicólogos e incluso economistas, respondía a l as grandes tendencias universales psicólogos y representantes de otras disciplinas q ue el movimi ento iba teni endo en esta contemporaneidad. afines. En este sentido podemos señalar libros como Sociología del Rock, de Simon Frith (Madrid, El rock es, así, más que un género musical, una de las manifestaciones más categóricas y Júcar, 1 97 7 ) ; lnrroducción a la música pop, s i g n i fi c a t i v a s , a u n q u e m u c h a s v e c e s de SkoffTorgue (Barcelona, Oikos Tau, 1 978); s u bterránea, d e n ues tra h i stor i a c h ilena Historia de la Música Rock de Jordi Se1Ta y Fabra (cuatro volúmenes, Barcelona, Música de Nuestro Tiempo, J 980); Historia del Rock, contemporánea. de Eduardo Guillot ( Valencia, La Máscara, publicaciones es aún incipiente. Aparte de El t e m a en térm i n o s de e s t u d i o s o 1 99 7 ) ; o Los Cantos de la Conmoción, de investigaciones silenciosas y cursos o talleres Marcelo Covián (Barcelona, Tusquets, 1 974). pertinentes realizados en instituciones como Todos, ya sea desde una visión periodística, la Universidad La República, la Universidad sociológica o histórica, h an perfil ado a l a C ató l i c a de C h i l e o en u n i versidades de música juvenil con su evolución y significado. provincias. los libros pub l i cados han sido Esto independiente de innumerables estudios m í n i m o s . Hécto r Escárate p u b l icó con monográficos, relacionados a alguna estrella financiamiento del FONDART, el l ibro Fruws de la música en especial o algún subgénero en del país. Historia del Rock chileno (Santiago. particular. Destaca en este sentido la editorial 1 9 9 4 ) , t e x to producto de s u t e s i s de Júcar de Madrid, que en su colección "Los Licenciatura en Historia del Arte. Cinco años Juglares" incluye más de 70 volúmenes con después, edita Canción Telepática. El rock L I B R O S 113 chileno. (LOM Edi c i o n e s . Santiago. 1 999), No e s un libro para expe11os; no encontrarán i nteresantísimo libro que contiene entrevistas en él grandes diagnóstico� históricos ni análisis C O M E N T A R I O S a protagonistas del proceso musi cal rockero. m u s icales, h i storiadores o y que permite obtener un completo panorama q u ieran profundizar sus conoc i m i e nt o s o musicólogos que de la evolución del género a través de la voz c o n tr a p o n e r i n fo r m ac i ón en pos de l a de parte de sus actore s m á s i mportan t e s . obtención de nuevas y novedosas conclusiones. S i n embargo, Fabi o S a l as Zúñiga h a s i d o Es un escrito p e n s ado para el p ú b l i c o e n posiblemente el autor más destacado en Chile, en l o que i1 textos relacionados con e l rock se general, u n manual que por u n lado seduce en l a causa del rock y por otro da, como dij imos, refiere. Desde sus estudios como Licenci ado un compl eto panorama para adentrarse e n en Literat ura abarcó el fenómeno desde su aquellos temas en l o s q u e se pueda descubrir perspectiva let1ística, haciendo l o que muchos alguna veta de i nterpretación o conocimiento. fan áticos del género intentan con esmero; Y e l l o tiene un gran valor, pues cuando no derivar la propia disciplina de estudio al tema tenemos n ingún antecedente desde C h i le en de fasc i n ación ( l o que algunos e n tendidos l o que a i n terpretac i ó n del m u n do rock l l aman scholar-fans o i ntelectual-fantático, referiere, este acerc a m i e nto cuenta con la adjetivo que no l e molesta a Salas). Fue así suficiente cantidad de información como para, como su tesis de Licenciatura se tranformó en en parte, l lenar este vacío. su primer libro publ icado: El griw del amor. Historia temática del rock, texto que en edición El autor le otorga a l a evolución rockera un 1 998. cariz h i s tórico que de por sí es relevante. A éste l e siguió una i ntersante selección de Analiza su evolución e n cuanto a décadas, revisada fue publicado por LOM el año grupos y letras de canciones titulada Utopías. Antología lírica del Allende . Santiago, rock chileno ( B ravo y 1 993). El Rock. Su hisroria, aurores y estilos es l a deteniéndose en cada una de éstas en func ión de tres variables fundamentale s : fisionomía general, acontecimientos h istóricos relevantes ( n aci onales e i nternac i onales) y grupos y tendencias representativos de aquel tiempo. ú l t i m a publ icac i ón q u e e s t e autor nos da a conocer. Como queriendo retomar el migen, Es, i n dudablemente, esta ú l t i ma vari able la Salas nos enseña la base del edificio que estaba que Salas cubre con mayor contundenci a ; a construyendo con sus dos pri meros libros. Este través de bre ves refere n c i a s , es capaz de escrito es u n a especie de c i me n tación del constituir un certero panorama de c ul tura género e n Chile. Es como decir: " S i vamos a m u s i c al hablar de Rock c h i leno, conozcamos primero " i mpre s c indibl e " . Desfilan así ante los ojos el Rock desde C h i le " . Y en el que no fa l t a n i ng ú n hemos de decir que del lector desde Chuck Berry hasta Nirvana, el l ibro cumple a cabalidad con este hipotético pasando evidentemente por Los Beatles, Los objetivo. Rolling Stones o Led Zeppelin. Se constituye con esto un completo manual referencial de F a b i o S a l a s r e a l i z a un re s u m i d o p e r o bandas y tendecias que orientan al lector en consistente panorama d e la evolución del rock sus gustos y lo i ncentivan en l a búsqueda de desde s u s orígenes en los años '50. hasta nuevos sonidos. nuestros días, aventurándose i nc l u s o e n li:l observac i ó n y anál i s i s de variables nuevas S i bien el determinar períodos, en una historii:l que, no por ser tardías, n o merecen por lo referida a la música, sobre l a base de decenios menos u n segundo de detención (por ejemplo, puede ser cuestionable, y hasta a veces poco l a relación con el cyberespacio). sign ificati v a e n relación a los posibles h i tos 114 musical puede poseer. de acuerdo a la intención que tiene el texto se que la misma evolución c o n s t i t u y e e n un ordenador efecti v o para reconocer géneros e intérpretes. En ello aporta i g u a l ment e la e l aborac i ó n de a l g ú n tema significante por cada período correspondiente. que ayuda en conocer una música en su tiempo emblemático. Por ello, al i ncluir el blues y el countrv & western en la década del o el semi '50; la en los sesenta; el hard rock, e l glam, el d i sc o o el rock progresivo en los setenta; el rap. el pop latino o el 1rash en los ochenta; y la new age. e l trance o el world beat en los noventa, el autor n o pre te nd e r e s t ri n g i r c a d a g é n e ro a s u d é c a d a correspondiente, sino ejempl ifi car cada período con alguna variant e roc ke ra que en su momento, a su j u i c io �e haya considerado ej empl ar. Se p u e de , con ello, seguir una ps i code l i a L ! B R O S C O M E N T A R I O S , evolución si mple pero significativa del rock en la h istoria en la se g und a mitad del s iglo XX. Posi ble mente hubiera s i do importa nte realizar con igual interés un diagnóstico de l a industria m u sica l en el tiempo en que Salas recorre l a h i s t o r i a . y pre s e n t a r l a den tro d e l a s consiguientes décadas como epi sodio indepen di en te . Podría haber sido u n a variable más a reconocer dentro de la evolución y un elemento i mp orta n te de comprensión del proceso, ello entendiendo q ue los discos son grabados. di stri b uidos y c omerc i a l i zado s por una industria. sin lo c u al el sonido se hubiera pe rd i d o en el tiempo y no hubiera alcanzado a aquel púb li co que hizo de aquella música su preferida. Independiente sobre el Rock en textos-man u al e s como el lo han hecho ha sido Europa o Estados U nidos. En ambas realidades. el rock latinoamericano ha sido ignorado o desvalorado en relación a l a gran tendencia. lo que nos parece lógico. Tan l ógi c o como que un autor chi leno i ncluya J a variante continental dentro de su in terpretación. E s t e n o es u n l i b r o de rock c h i leno o presente, pues l a esfera desde donde l ati noamericano, pero sí estas vertientes son ap r e c i a b l e s dentro del curso i n c l u i r s e y p a rt i c i p a r en m u n d i al al l a s grandes evoluciones que sufre e l género e n este siglo. E l rock l atino y chileno aparece formando parte de un rock universal, tanto como nuestra h i storia forma p a rte s i g n i fi c ante de una mundial c o n t e m po ra ne idad . de destacar as imi smo J a i nc orp oración de completo Glosario, que ayuda en el m anejo del l engu aje musical y en Ja comprensión de la jerga r ocke ra, y de una B ibliografía ideal para profundizar en temas afines y contrastar informac iones en un estudio más profundo que el lector puede ejercer acerca e l tema en Es un cuestión. La existencia de manuales s o n s i e m pre importantes pues constituyen la presentación de un tema e n sus ca r ac ter íst i cas básicas e imprescindibles. Es esto lo que nos enseña Salas en esta ocasión. Su g ra n valor es que lo hace desde su p erspe cti va como c h i l e no y latin oam eric a no ; es una visión del Rock desde C h i l e . Pero, en el fon d o , es s i m p l e y s u fic i e nte me n te un l i bro sobre Ja historia, autores y e st i l o s del Rock . . . .lt's only Rock 'n Roll, . . . but l like ir. de ello, y p os ibl em e nte sea el gran aporte que Salas nos plan tea en su escrito, enco ntramos c o n Ja i n c orporac i ó n p a rt i c i pa n te d e l rock l at i no a m e r i c a n o y particularmente chileno. Evidentemente es un tema q u e muchas veces h a superado a los autores que ya han presentado di ag n ósti c os nos César Albornoz C . [nqiruto d e Historia Pomificia Universidad Católica de Chile 115 B I TA C O R A B itáco ra d e Act i v i d ad e s I M U C m ayo 2000 / agosto 2000 N e y Rosauro ( U n i versidad Federal de S an t a M aría, B rasil ) . Percusión. M ú sica bras i l e ñ a para mari mba, vibráfono y percusiones mú l t i ples. C lases magi strales. 3 al 7 de julio. Q u i nta Escuela I nt e r n ac i o n a l d e l I n stituto de Música 2000. Herwig Zack (Esc u e l a S uperi or d e M ú s i c a de Würzburg , Alemania) . Tal ler de técnica, repertorio y estilos en la formación violinística. Clases magistrales. 1 7 al 29 de julio. Enrique Cámara ( U n i versidad de Val lado l i d , Españ a ) . Etnomusicología. " E s t a d o a c t u al e n l a i n v e s t i gac i ó n e tn o m u � i c u l ú g i c a " . S e mi n a r i o . l al 4 de a g o s t o . "Análi si s Etnomusicológico " . Seminario. 7 al 1 0 d e agosto. Pierre-Ives Artaud.(Conservatorio Nacional Superior de Música de París, Francia). Flauta traversa. Flauta traversa y M úsica de cámara. Clases magistrales. 9 al 15 de J aime Donoso. Ó pera " Wozzec k " . C o n fe r e n c i a . Goethe l nstitut, 9 de mayo; L i g a C h i le n a A l em a n a , 1 0 de m a y o . "Nueva visión d e la música en el aula. La metáfora común de las arte s " . C h ar l a En cuen rro Na cional de Profesores. Re v i s ta "Educar " . 30 de . agosto. Otros Tal l e re s , Se m i narios, Conferencias , C l ases magistrales, E ntrevistas, E n c u e nt ros . j uni o. "La música en el s i g l o XVIII". Diploma de Historia. Pontificia Universidad Católica de Chile. 26 de julio. " Música medieval y mundo contemporáneo" . Coloquio. Programa de Estudios H istóricos Musicológicos. Pontifici a Universidad Católica de Chile. I nstitutos de Estética, H istoria y M ú s i c a . Auditorio Insti tuto de Letras. Campus Oriente. 24 de mayo. Participantes: Gina A l lende, Serg i o Candia, ltalo Fuentes, Fidel Sepúlveda, Gabriel C as til lo Alejandro , 116 B I T A C O R A Reyes. Fabio Salas. Moderadores: Regina Valdés. Claudio Rolle. Juan Pablo González y Carmen Peña. Héctor M oro (Freiburg, Alemania) . " I m p ro v i sac ión ¿una nueva vía para la m ú s ica contemporánea? " . Conferencia. Sala Renac i miento I nstituto de Música. 9 de junio. Germán Droghetti. " Vi stiendo la ópera " . La mirada de un d iseñador chil eno. Conferencia. Sala Renacimiento. I n s tituto de Música. 23 de j u n i o . R e i nbert Evers (Escue l a S uperi or de M ú s i c a de D e t m o l d , A l eman i a ) . Clase mag i stral d e Guitarra. Auditorium Instituto d e M li sica. 2 7 d e junio. "La Voz en la Música" . Coloquio IV. Organizado por l o s a l umnos del Ins tit u t o de M ú sica. Auditorium In stituto de Letras. 1 2 de j u l i o . Participantes: Silvia Soublette ( I nstituto d e M lisica d e Santiago). Carmen Luisa Letelier (Uni versidad de Chile) y Rafael Díaz (Pontificia Uni versidad Católica de C h ile). Luis Orlandini. Clases m ag i s trales d e Guitarra. IV Jornadas Musicales f111ernacionales de Invierno de Concepción . 1 6 al 22 de julio. Sergio Candia. " A p re n dizaj e musical en el contexto de la cultura. El nuevo enfoque de l a reforma curricular del Ministerio de Educación". Conferencia. Sala Beethoven. Instituto de Música de la Universidad Católica de Valparaíso. 25 de agosto. Lina Barrientos (Departamento de Música Universidad de La Serena). ""Música Andina Chilena": Presencia de la música en ceremonias y ritos; Textiles andinos y su conexión con la música; Fiestas Marianas del Norte de Chile. Seminario. actuales. Festival: Aspectos de las músicas P roye c to Música ANTARA del Instituto de Música y Corporac i ó n Síntesys. Ins t itu to de Música. 28 al 30 de agosto. " Tr a d i c i ó n v s . M o d e rn i d ad , ¿ u n a fal s a d i c o t o m ía ? . C o l o q u i o . Fesrival: Aspectos de las músicas actuales. Proyecto M ú sica ANTARA del I n s t i tuto de M ú sica y Corporación Síntesys. Campus Oriente. Auditorium Instituto de Letras. 28 al 30 de agosto. Participan tes: Octavio Hasbun, Gui l lermo Rifo, Lina B arrientos, Silvia Herrera, Femando García, Daniel Malpartida, Eduardo Cáceres, Leonardo Lavanderos, Pablo Aranda, Rafael Díaz, Serg i o Cand i a. Alejandro Lavanderos. C i c l o s d e C o n c i e rt o s Las obras i ndi cadas con asterisco (*) corresponden a primeras audiciones e n Chile. Las obras indicadas con doble asterisco ( * * ) corresponden a estrenos absolutos. XXXVI Temporada Oficial de Conciertos UC 2000. "Celebración de los 40 años del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile". Centro de Extensión PUC. Primer c o n c i erto . H o m e n aj e a l a Orqu e s t a de C ám ara U C . 1 de junio. Sonafll a cinque op.2 Nº6 e n Sol mayor, d e Tomaso Albinoni; Concierto e n Re menor para 2 violines 117 B I T A C O R A y orquesta BWV J 043, de Johann Sebastian Bach; Andante para cuerdas, de Alfonso Leng; Divertimento para cuerdas en Re mayor K. V 1 36, de Wolfgang Amadeus Mozart. (Jaime de la Jara, Fernando Ansaldi, Rubén Sierra. Aziz Allel, Pedro Ortiz de Zárate. Sebastián L e i v a y Jorge Vergara, violines. Enrique Edgar Fischer y Roberto González, violonce llos. J o s é Miguel Reyes, contrabajo. Frida Conn. clavecín. Director: Fernando Rosas). López y Marcel o Loewe, violas. Segundo concierto. Homenaje al Trío Arte. 8 de junio. Trío en Sol mayor. de Joseph Haydn: Trío en Mi menor op. 90 "Dumky", de Antonin Dvorák; Trío en Do menor op. 1 0 1 . de Johannes Brahms. (Trío Arte: María Tris Radrigán, piano. Sergio Prieto, violín. E d g ar Fischer, violoncello). Tercer concierto. Homenaj e al Conj unto de M úsica Antigua y al Cuarteto Renacentista. 1 5 de junio. Cancionero español : Ay Santa María, anónimo; El cervel mi fa Nocte i die, anónimo; Ojos morenicos, de Escobar; Si dixeren, digan, de Cáceres; Buen amor, no medeis guerra, anónimo; Fantasía de redobles, de M iguel de Fuenllana; Aquella mora garrida. de Gabriel; La Tricotea, Samurtin la vea, de Alonso; Pavana lll, de Luys Milán; Pues no te duele mi muerte, de J. de J a Encina; No me las amuestres más, Cancionero de Upsala; Sospiros, no me dexéis, de Badajós; Jan9u Janto, anónimo; " Diferencias" sobre Guárdame las vacas, de Luys de Narváez; Recercada Tercera, de D iego Ortiz; Si avéis dicho, marido, anónimo; Dos pa1•anas, de Luys de Milán; Si d 'amor pena sentís, anónimo; Perdí la mi rrueca. anónimo; Seiiora, vuestro valor, anónimo; La mañana de San Juan, de Diego Pisador. ( Estudio MusicAntigua: Silvia Urtubia, soprano. Gonzalo Cuadra, tenor. Rodrigo del Pozo, tenor y guitarra renacentista. Gina A llende, viola da gamba. Sergio Candia, flautas dulces y lengüetas. Invitados: Octavio Hasbun, flautas y lengüetas. Osear Ohlsen, vihuela. Nelson Contreras y Miguel Angel A liaga, viola da gamba. José Díaz, percusión). Cuarto concierto. El Lied a través de los tiempos. 22 de junio. O süsser, o freundlicher, de H . Schütz; Singe Seele, de G. F. Handel; O Jesulein süss, de J. S . Bach; Hemmet den Eifer, de O. Ph . Telemann; Die Forelle y Geheimes , de F. Schubert; Waldesgespriich y Die Stille, de R. Schumann: Das Mádchen spricht y Wie melodien, de J . Brahms; Wer rief dich denn, Du denkst, mit einem Fi:idchen mich zu fangen y Das verlassene Miigdlein, de H . Wolf; Hat gesagt, bleibt 's nicht dabei y Winterweihe, de R. Strauss; Das Buch der hiingenden Giirren : "Als Neuling, Saget mir" y " Wenn ich heut nicht" , de A. Schbnberg. (Ahlke Scheffelt, soprano. M aría Iris Radrigán, piano. Guil lermo Lavado, flauta traversa. Edgar Fischer, v ioloncello. Alejandro Reyes, clavecín ) . Quinto concierto. Obras de Cámara del Siglo XX. 2 9 de junio. Verro ( 1 984) . de Alejandro Guare l lo; Sequenza VII ( 1 969) , de Luciano Berio; Phantasy ( 1 933 ) , de Benjamin Britten; Sonata para clarinete y viola op. 1 69 (199 1 ) , de Bias Atehortúa; QuinteLO op. 39, de Sergei Prokofiev. (Rubén S ierra, violín . Penélope Knuth, viola; Celso López, violoncello. José Miguel Reyes, contrabajo. Jorge Poste! , oboe. Luis Rossi, clarinete). Sexto concierto. Música brasileña para percusión. Ney Rosauro y Grupo de Percusión U.C. 6 de julio. Preludio Nº3 en Do mayor* , de Ney Rosauro; O trenzinho do caipira*, de Heitor Villa- Lobos; Mitos brasileiros para cuarteto de percusión ( 1 988), de Ney Rosauro; Varia9oes sobre un tema do Rio Grande*, de Ney Rosauro; O Polichinela, de Heitor Villa-Lobos ; Concierto para vibráfono y ensamble de percusión* ( 1 996), de Ney Rosauro. (Ney Rosauro, solista en v ibráfono y marimba. Grupo de Percusión UC: José Díaz. Marcelo Espíndola, Gonzalo Muga, Sergio Menares. Director Carlos Vera. Invitados: Cristián H irth y Joaquín Etchegoyen, perc u s i ó n . Daniel Navarrete, contrabaj o ) . Séptimo concierto. Programa Schumann. 13 d e junio. Tres romanzas op.22 pura violín y piano, de Clara Schumann; Sonata en Re menor op. 1 2 J para violín y piano, de Roben Schumann; Quinteto en Mi bemol mayor op.44 para piano y cuerdas, de R obert 118 B I T A C O R A Schumann. ( Frida Conn, piano. Fernando Ansaldi y Rubén Sierra, violines. Enrique López, viola. Patricio Barría, violoncello). Octavo conc i erto . Obras cora l e s l a t inoamer i c a n a s . 20 de j u l i o . Primera parte: Coro de Estudiantes U.C. Director: Víctor Alarcón. Hannac Pachap, de Jorge Pérez Bocanegra: Ayuntuluwiin, de Jeremías Zúñiga. Canciones religiosas chilenas: Soíié que nacía un día, La noche del nacimiento, El ni11o quiere una rosa, En Belén nació una estrella, Que cante el cielo y la cierra, versión coral Gastón Soublette, texto Fidel Sepúlveda. M úsica popular latinoamericana: Suite de pescadores, de Dorival Caymi, versión coral Domiano Cozzella; Vuelvo, de Illapu, versión coral Carlos Zamora; El aparecido, de Víctor Jara, versión coral William Child; Bodas, de Hernán Ramírez, texto Pablo Neruda. Segunda pane: Coro de Cámara U.C. Director: Mauricio Cortés. Tururu farara co n son, de Gaspar Fernándes; Tedeum, de Doménico Zipoli; Ave María, de Juan Carlos Moreno González; Salmo VI op. I2. de Roberto Caamaño; Canción de luna, de Cirilo Vila, texto Federico García Lorca; Mi novia, madre, mi novia, de Juan Amenábar, texto Zlatko Brncic; Marinera, tradicional peruano, versión coral Carlos Sánchez Málaga; Estrella é lua nova, tradicional brasilero. recopilación y adaptación Heitor Villa-Lobos; La naranja nació verde, cueca chilena, recopilación M argot Loyola, versión coral Alejandro Pino. Noveno concierto. Sonata y quinteto. Herwig Zack e invitados. 27 de julio. Sonata NºJ para violín y piano ( 1 92 1 ) ; Quinteto en La mayor op. 81 para piano y cuerdas, de Antonin Dvorák. (Herwig Zack y Fernando Ansaldi, violines. Enrique López, viola. Edgar Fischer, violoncello. Bernd Zack, piano). Décimo concierto. Ensamble XXI. 3 de agosto. Quinteto en Mi bemol mayor KV 452, de W. Amadeus Mozart; Suite Latinoamericana para quinteto di' vientos, de Carlos Zamora; Checán l para quinteto de vientos y piano*, de Edgur<l Vulcúrcel. (Ensumble XXI: Alejandro Lavanderos, flauta. Jorge Poste!, oboe. Francisco Gouet, clarinete. J orge Espi noza, fagot. Edw ard B rown, corno. Pi ani sta i n v i tado : L u i s A lberto Latorre) . Décimo primer concierto. Dúo d e guitarras. J O d e agosto. Tres sonatas, de Domenico Cimarosa; Variazioni Concertanti op. 130, de Mauro Giuliani; Goyescas: " l ntermezzo" , de Enrique Granados; Cantos de Espuíia op. 232 Nº4: "Córdoba", de Isaac Albéniz; Fuga Elegíaca, de Mario Castelnuovo-Tedesco; Música Incidental Campesina, de Leo Brouwer; Evecciones ( 1 98 1 ). de Santiago Vera-R i vera; Trois Climats, de Francis Kleinj ans; Tiempo del Hombre * ( 1 99 4 ) , de Máximo Diego Puj o ! . ( L u i s Orlandini y O sear Ohlsen, g u itarras ) . Décimo segundo concierto. Cantatas, toccatas y sonatas. 1 7 de agosto. Sonata in Fa para flautas y bajo continuo, Secando Tono per cembalo, Toccata per cembalo en Re, de Alessandro Scarlatt i ; Sonata en Re K. 96 , Sonata en Do K.5 I 3. de Domenico Scarlatti; Cantata C/ori mia, Clori bella, de Alessandro Scarlatti; Cantata Ardo e ver per te d 'Amore, Sonata in Fa para flautas y bajo continuo y Cantata Nerone. de Alessandro Scarlatti. (Estudio M usicAntigua: Silvia Urtubia, soprano. Rodrigo del Pozo, tenor. Gina Allende, viola da gamba. Sergio Candia, flauta dulce y dirección. Verónica S ierralta, clavecín. Invitados: Andrés Bralic y R icardo Simian, flauta dulce) . Décimo tercer concierto. Homenaje al Conjunto de Percusión Chile. 2 4 d e agosto. Song of Quetzecoarl ( 1 94 1 ), de Lou H arrison; Estudio para percusión ( 1 995), de Carlos Zamora; Pulse ( 1 939), de Henry Cowell; October mountain ( 1 942), de Alan Hovhaness; Fusión ( 1 97 l ), de Yoshihisa Taira; Invenciones ( 1 97 1 ), de Guillermo Rifo; Ionisación ( 1 93 2 ) . de Edgard Varese. 119 B I T A C O R A ( Grupo d e Perc u s ión U . C . D i rector C arlos Ve ra. D i rector in v itado: G u i l lermo R ifo ) . Décim o cuarto concierto. Homenaje a l o s 2 0 años del Coro de Cámara U . C . Festival Bach. 3 1 de agosto. Primera parte: Coro de Estudiantes U.C. y Estudio MusicAntigua. Motete Lobet den Hern, alfe Heiden. Cantata Gottes Zeit its die allerheste Zeit (Actus Tragicus) B WV 1 06 ( Estudio M usicAntigua. Pilar Díaz, soprano. Rodrigo del Pozo, tenor. Leonardo Aguilar, bajo. Miguel Angel Aliaga y J ulio Aravena, viola da gamba. Director Víctor Alarcón). Segunda parte: Coro de Cámara U.C. Motete Komm, Jesu, Komm B W V 229. (Director Mauricio Cortés). Cantata Aus der Tiefe rufe ich, Herr, zu dil: (Coro de Cámara U .C.{- Grupo Instrumental. Rodrigo del Pozo, tenor. Leonardo Aguilar, bajo. Director: Jaime Donoso). O t r o s c o n c i e rt o s Las obras i nd i c a d a s c o n a s t e r i s c o ( * ) (**) corresponden a primeras audiciones en Chile. Las obras indicadas con doble asterisco c o r re s p o n d e n a estrenos absol utos. " Canti Amorosi ... ". Estudio MusicAntigua. Auditorium Telefónica CTC Chile. 7 de junio. Primera parte: Obras de Girólamo Frescobaldi. Canwna Begli occhi, io non pravo, Canzana seconda a due soprani, A ria Se / 'aura spira, Toccata per clavicembalo, Canzona Voi panire, mio Sale, Canzana Eri gia rutta mia, Canzana delta la Boccellina y Canzana Carilla danzando. Segunda parte: Perfidissimo volro, de Giulio Caccini; Sonara seconda a tre, de Francesco Turini; Damigella tutta bella, de Yincenzo Calestani; Donna chi toda il canto di bellisimo giovanerro, de Biagio Marini; Piangono il pianger mio, de Sigisrnondo dlndia; L '/ncoronazione di Poppeo: "Disprezzata regina", Orfeo y Euridice: " Rosa del Ciel" y Scherzi Musicali: "O rosetta che rosetta", de Claudia Monte ven.li. ( S i l v i a U rt u b i a. soprano. Gonzalo Cuadra. tenor. Rodrigo del Pozo, tenor y guitarra renacentista. Gina Allende, viola da gamba. Verónica Sierralta, clavec ín Felipe Cussen, flauta dulce. Sergio Candia, flauta dulce y dirección artística). . Enrique López, Marcelo Loewe, violas. Ximena U galde, piano. Corporación Cultural La Cantera. Curicó. 1 4 de junio. Sonara, de Johann Fux; Sonata en Sol menor, de Henry Eccles; Sonata para dos violas KV 292, de Wolfgang A. Mozart; Dúo en Fa mayor, de Alessandro Rolla; Adagio para viola y piano, de Ludwig van B eethoven; Liebeslied, de Fritz Kreisler; Sonata en Sol menor, de George F. Haendel. Pierre-Yves Artaud (Francia) . Embaj ada de Francia, Instituto Chileno Francés de Cultura, Instituto de M úsica. Goethe lnstitu t. 1 4 de agosto. Cassandra 's dream song, de B rian Ferneyhough; Les Chants de Nectaire: "Le Chev1ier", de Charles Koechlin; Anagramma* * , de Athanasi a Tzanou; Fusion, de Yoshihisha Taira; Eole y Chitra, de Pierre-l ves Artaud; Les Chants de Nectaire: Danses pour célébrer d'heureuse fiarn;:ailles", de Charles Koechlin; Suite en concert, de André Jolivet. (Invitados: Alej andro Lavanderos, flauta. Grupo de Percusión de la Pontificia Universidad Católica de Chile) . " E n s a m b l e Tre s . G r u p o de C ám ara de l a Orquesta S in fó n i c a " S i m ó n B o livar" , Venezuela. Embaj ada d e Venezuela. Auditoriurn Instituto d e Música. 29 de j unio. A/legro, de Domenico Scarlatti; Divertimento NºJ, de Wolfgang Amadeus Mozart; L 'A rlesienne: " Minuetto" , de George Bi z et ; Cuncieno Campesrre, de Henry Tomasi ; La Comparsa, de Ernesto Lecuona; Sonatina, de Moisés Moleiro; Suite Criolla, de Modesta Bor; Pajarillo con Revolrillo, de Rodrigo Riera. (José Luis Rarnírez, flauta traversa. Edgar Pronio, clarinete. Leonardo Deán, fagot). 1 20 B I T A C O R A Estudio MusicAntigua y Coro de Estudiantes de la PUC. Corporación Cultural de la Ilustre Municipalidad de Santiago. iglesia San Agustín. 28 de julio. Cantata Acrus Tragicus, de Juan Sebastián B ach. "Ciclo de Conciertos en Homenaje a J. S. B ach". Proyecto Música ANTARA. Instituto de Música y Corporación Síntesys. Universidad V icente Pérez Rosales. 25 de agosto. lm-pulso*, de José Sosaya; Mimeris, de Aliocha Solovera: Angelus * * , de Rafael Díaz; A ire tradicional, anónimo; Ceremonial ll, de Leonardo García; K 'isa, de Salvador Torres. Proyecto Música A NTARA. Instituto de Música y Corporación Síntesys. Festival: "Aspectos de las Músicas Actuales". Goethe l nstitut. 28 al 30 de agosto. Primer concierto: "Tonos H umanos y Divinos". Estudio MusicAntigua y M acarena Baeza, actriz invitada. 28 de agosto. Cw1;:.ol! , de B artolomé de Selma y Salaverde; Nilla, si enconrrares durmiendo a Cupido, anónimo; Ay amor, anónimo: Aguas de Manzanares, de José Marín; Cora::.ón, causa tenéis, de Scbastián Duron: Es el amor, ay, ay, anónimo; Un juguetico de fuego, anónimo: Cuando el Bien que adoro, de Tomás de Ton-ejón y Velasco; A canrar un villancico, de Roque Ceruti . Segundo concierto: "Asia Oriente " . Invitados: Instituto de M úsica de la Universidad Católica de Valparaíso. 29 de agosto. Mei, de Kazuo Fukushima; Rain three rain. de Toru Takemitsu; Fu Man. de Yoshihisa Taira; Estudio N° 1 , de Isang Yun : Wu, de Leilei Tian; Maya, de Yoshihisa Taira; To Bejing Opera, de Leilei Tian: Fusión, de Yoshihisa Taira. ( Alej andro Lavanderos. Carolina La Rivera, Nicolás Faunes. Fernando Figueroa, flautas. Francisco Gouet, clarinete. Nelson Angel, violín. Marcella Ticu, viola. Mircea Ti cu, violoncello. Lorena Ebensperger, canto. Samuel Quezada. piano. Cristián Antoncich, ci nta. Carlos Vera, Gonzalo Muga, Sergio Menares, José Díaz, percusión.). Tercer concierto: " M úsicas actuales de América Latina". Ensamble ANTA R A . 30 de agosto. lm-pulso, de José Sosaya; Mimetis, de Aliocha Solovera; Angelus, de Rafael Díaz; A ire tradicional, anónimo; Jardín fil* * , de Salvador Torres: Ceremonial 11, de Leonardo García; K 'isa, de Salvador Torre�. "Animaciones musicales" . Ensemble ANTARA. Auditorium Instituto de Música. 29 y 30 de agosto. Estudio Musi cAntigua. "Alessandro Scar latti : Cantatas, toccatas y sonatas" . "lV Ciclo de M úsica Antigua". Centro Cultural de España. 24 de agosto. Sonata in Fa para flautas y bajo continuo, Secando To110 per cembalo, Toccara per cembalo en Re, de Alessandro Scarlatti . Sonata en Re K. 96, Sonara en Do K. 513, de Domenico Scarlatti. Cantata Clori mia, C/ori he/la, de Alessandro Scarlatti. Cantata A rdo e ver per te d 'Amore, Sonara in Fa, Cantata Nerone, de Alessandro Scarlatti . (Estudio MusicAntigua: Silvia Urtubia, soprano. Rodrigo del Pozo, tenor. Gina Allende. viola da gamba. Sergio Candia, flauta dulce. Verónica Sierralta, clavecín. Invitados: Andrés Bralic y Ricardo S imian, flauta dulce). Homenaj e a l os 40 años del Instituto de Música de la Pontificia Uni versidad Católica de Chile. Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil . VIII Temporada de Conciertos de Nuñoa 2000. Teatro Municipal de Nuñoa. 29 de agosto 2000. Teatro Oriente. 30 de agosto. Odo*, de Gabriel Gálvez; Sinfonía Nº35 en Re mayor K. V.385 "Haffner", de W. Amadeus Mozart; Co11cier10 para piano y orquesta en Sol mayor, de M aurice Ravel. Solista: Leonardo González. Dirección: Alejandro Reyes. Ahlke Schefflelt, soprano. María Iris Radrigán, piano. Conmemoración del 61º Aniversario del Estall ido de la Segunda Guerra Mundial. Embajada Alemana y Polaca y Goethe Institut. Goethe Institut. 3 1 de agosto 2000. Obras de F. Schubert, H . Wolf, J. Brahms y J. Strauss. 1 21 B I T A C O R A Las obras i ndicada' con a•teri•co (•) asrerisco ( .. ) corre•ponden a primeras audiciones e n Chile. Las obra' indicada' con doble C o n c i e rt o s de A l u m nos corresponden a estrenos absolutos. Cátedra de Composición . Profesores A l ej andro Guarello, Pab l o A randa y Aliocha Solovera. Auditorium Instituto de M úsica. S de mayo. B ipo la r* . de Alejandro Soto ( N i colás Faunes. flauta y Daniel Navarrete, contrabajo): Abandono sin flujo* , de Javier Party ( Gonzalo M uga, v i bráfo n o ) ; Utopika NºP, de Raúl Díaz ( Cristián l-l i rth, vibráfono. Joaquín Etchegoyen. marimba. Mauri c i o Ruiz, percusiones); Triart * (fragme ntos) , de Francisco Silva (Cec i l i a C arrere, violín. Diego Castro, guitarra. N icolás Faunes, flauta); Beatrice*, de Fernando Guede (Beatríz Díaz, viola); // senvio* , de M iguel Angel Clerc (Cecilia Carrere e I sidro Rodríguez, v i ol ín ) ; (No nos engm1emos) Onomatopeya * . de Cristián Parker (Patricio Bracamonte, Gerardo Toro, trombones. Roberto Velozo, trompeta. Gabriel Becker, didgeridoo); Obra vocal colectiva*, de los alumnos del Taller de Creación 1 ( 1 999) . María Carolina La R ivera, flauta traversa. Sonata en mi mayor BWV 1035, Auditori u m Instituto d e M ú sica. 1 3 d e mayo. de Juan Sebastián B ac h ; El M i rlo Negro, de Olivier Messiaen ; Tres Cero Tres, de Boris A l varado; Gran Polonesa op. 16, de Teobald Boehm. I n v i tados: Pablo Morales, piano. G i na Al lende, viola da gamba. Patricio Araya, guitarra. "V Ciclo de Jóvenes I ntérpretes " . I n stituto C h i leno Norteamericano de Cul tura. 29 de agosto. El amor imp osible, de M auric i o Sotelo; Sonatina, de Lennox Berkeley; Nuccio D' Angelo; Ho m enaje a Frank Zappa, de Roland Dyens. C anal A RTV e In stituto de M ú s i c a d e l a P o n t i fi c i a Universidad Católica de Chile. "La Nueva M úsica" . Dos canciones Lidias, de P ro g ra m as d e televisión Contin uac i ó n del Ciclo de 1 0 programas transm i tidos a partir del 4 de abri l . Selección de obras presentadas e n el IX Festi val de Música Contemporánea Chilena 1 999. Conducción: Alej andro Guarello. Director: Francisco Vargas. " Música en el Campus" . Ciclo de 24 programas transmitidos a partir del 1 3 de junio. Solistas y Conj untos del Instituto de M ú sica. Entrevistas y Conciertos. Conducción: Jaime Donoso. D irector: Eduardo Tironi. Luis Orlandini. Part i c i pa " Fes ti v a l Internacional de P rofeso res e n el Extranj e ro Guitarra de La Haban a", i ntegrando el C u arteto de G u itarras de C h i l e . Conci ertos en el Teatro A m adeo R o l d á n y C a s a de la A méricas. C u ba. 1 2 al Recitales en Alemania: Bamberg, 2 de j unio. Wei mar, 21 de m a y o . 3 d e j unio 2000. Participa en Gira del Cuarteto de Guitarras Chile. Conciertos en Sala ESAN, Centro de Extensión y Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Perú. J u nto a la Orquesta S i nfónica del Perú, Concierto Anda/u-::,, de Joaquín Rodrigo y Concierto BWV 1065, de Juan Sebastián Bach. Director: Armando Sánchez Málaga. L ima, Perú. 1 9 al 25 de j u nio. 1 22 B I T A C O R A María Iris Radrigán. C l a s e s m a g i s t r al e s . Texas Con s e r v a t o ry fo r Yo u n g A rl i st s ( U S A ) . 24 al 27 de j u n i o . María Iris Radri g án y Edg ar Fischer. Recital. Conservatorio "Las Rosas". Morelia. México. 30 de junio. Concu rsos , J u rados y Con g resos Edg ar Fischer. Jurado Primer Concurso Inernacimwl de Vio/once/lo "Carlos Prie10 ". Morelia, México. 26 de j unio al 2 de julio. Silvia Contreras. Participa en el 25º Congreso Dalcro::,e. Carnegie Me/Ion University. Piusburgh, Pennsylvan ia. USA. 3 al 2 1 de julio. Juan Pablo González. "Estrategias productivas y cambios de sentido en la cueca chilena mediatizada ( 1 930- 1 950). Ponencia. Conferencia Anual de la Asociación Argentina de Musicología. Universidad Nacional de San Juan. Argentina. ! O al 1 3 de agosto. " Del párrafo al graffiti " . Ponencia. Conclusiones fil Congreso latinoamericano de la Asociación Internacional para el estudio de la Música Populw: IASPM. Academica Superior de Artes de Bogotá. 23 al 27 de agosto 2000. Coordinador del Comité de Lectura del /JI Congreso latinoamericano de la Asociación Internacional para el estudio de la Música popular. I A S P M . Academia Superior de Artes de B ogotá. XIV Carmen Peña. "Gestión musicológica: una necesidad de los tiempos" . Ponencia. XIV Conferencia Anual de la Asociación A rgenrina de Musicología. Universidad Nacional de San Juan. Argentina. 1 0 al 1 3 de agosto. Jaime Donoso. "El Arte bueno " . Ponencia. Congreso A cadémico Jubilar. U niversidad de Santiago. 4 de agosto. Pri me r Conc urso Nac ional de Interp retación M u s i c a l m e nción Vi o l í n . Convocan: Instituto de Música Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto Profesional Escuela Moderna de Música, Conservatorio de Música Universidad Austral de Chile, Departamento de Música y Sonología Facultad de Artes U niversidad de Chile, Departamento de M úsica U n i versidad de La Serena, Asociación de Escuelas Artísticas, Programa Nacional de Orquestas J uveniles, Fundación Beethoven. Auspicia FUNDACION ANDES. 1 5 al 20 enero 200 1 . Miembro Comité Organizador: Octav i o Hasbun. M i e mbro Comité Ej ecutivo: Fernando Ansaldi ( D i rector Á rea Técn ica). Departamento de Educación de l a I l u stre M u n icipal de L o Espej o e Instituto de M úsica de l a Pontificia Universidad Católica de Chile. Coordinador: Francisco Quesada. Programa de Apoyo a Orquestas Infantiles y Juveniles. Proyecto FUNDACION ANDES . Apoyo técnico a los 57 jóvenes que participan en la Orquesta Infantil de Lo Espejo. Marzo a diciembre 2000. Conve n ios 1 23 B I T A C O R A A l ej a n d r o L a v a n d e r o s . A mara. Músicas actua les de América. CD. DIPUC. Junio 2000. P royectos Gabriel A lonso Galvez Silva. Música de Cámara compuesra por alumnos del último afio de la FONDART 2000. carrera de Comp osic ión P UC. CD. Luciano Aliocha Solo vera. Obra para 1 7 m ús icos . Creación artística. FONDART 2000. Víctor Al arcón. Música Cora l Chilen a y Latinoamericana. CD. FONDART 2000. Alej andro Guarel lo. lnsrrumen ración y O rq ues ta c ión : Características FONDEDOC 2000. Solitarios. Creación artística. DIPUC 2000. y p otencia lidades de los in s t rumen tos orquestales. P u b l icac i o n e s , G rabaciones y C reac i o n es Miguel Vil lafruela. "El saxofón: una mirada a su historia y su presencia en la creación contemporánea en Chile". Revista Música@Sonido N°2, junio 2000. Edic. Departamento de M úsica y Sonología. Facultad de Artes. Universidad de Chile. pp.27-42. Juan Pab l o González. Carátula CD Eduardo Cáceres. Música en la fro111era de la música. SVR. FONDART. Santiago. Carátula CD Luis Orlandini. Cornposilores chilenos, obras para guitarra. SVR. FONDART. Santiago. Carátula CD Francesca Ancarola. Pasaje de ida y vuelta. FONDART. Santiago. Alej andro Lavanderos. Antara. Músicas acruales de A m érica . Master CD. DlPUC. Septiembre 2000. Alejandro Reyes. " El Arte de la Fuga". E l Mercurio. Artes y Letras. 23 de j ulio. Jaime Donoso. "Los conciertos Brandenburgueses". El Mercu rio Artes y Letras. 7 de agosto. . Pablo Aranda. "Oir-d", para violín solo. FONDART 1 999. B reves Compositores Ch ilenos Música para violín solo, Isidro Rodrígue::,. CD . Coro de Estudiantes Pontificia Universidad Católica de Chile y Trío AMICI. I naugurac i ón A uditorio " N inoslav Bralic". Auditorio UC. Casa Central . 5 de mayo. (Enrique López, viola. Marcelo Loewe, viola. Ximena Ugalde. piano). 1 24 B I T A C O R A Encuentro de l a comunidad de l a Facultad de Artes con el Rector de la Pontificia Universi dad C atól i c a de Chile, señor Pedro Pablo Rosso. Auditoriurn I nstiluto de Música. 17 de mayo. Estudio MusicAntigua. Ceremonia de Titulación de la Escuela de Construcción Civil. Aula Magna Campus San Joaquín. 1 de junio. Coro de Estudi antes Pontificia Universidad Católica de Chile. Director Víctor Alarcón. Ceremonia de Titulación de Médicos Especialistas. Centro de Extensión. 3 de julio. Concierto de al umnos de la cátedra de piano, profesoras M aría Iris Radrigán y Frida Conn. Colegio Trewhella de Santiago. 1 O de mayo. Obras de F. Chopin, B. Bartok, S. Prokofiev, F. Chopin, l. Albéniz, C. Debussy, L. van Beethoven. C o n c ierto de alu m nos de l a s c átedras de piano, viol ín y violonce l l o . Centro Cultural de La Reina. 1 2 de mayo. Programa "Conmemoración Claudio Arrau". Octavio Hasbun. Participa en la reunión "Fundación Nacional de Orquestas Juveniles de Chile" , presidida por la señora Luisa Durán de Lagos. Palacio La Moneda. 24 de j unio. Participa en la VI Temporada Oficial de Conciertos de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación j unto a la pianista Ana María Cuitanic. Obra : Zahir, de Edgardo Cantón. Biblioteca Nacional . 28 de junio. Invitado por e l Presidente de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Senado para exprc�ar lo� planteamientos del lnstituto de Música en relación al proyecto de Ley sobre Fomento de Ja Música Chilena. Congreso Nacional. 1 9 de julio. Elegido Presidente del Consejo Chileno de la Música. 1 2 de ago�to 2000 - 2002. Le acompañan en el Directorio Clara Luz Cárdenas (Universidad de Chile), Guillermo Rifo (Escuela Moderna), Fernando Rosas (Fundación Beethoven), Héctor Escobar ( Universidad Austral) y Andrés Rosson (Universidad de La Serena). Juan Pablo González. Lanzamiento CD Música. . en la Fro111era ... de la Música", de Eduardo Cáceres. FONDART. 21 de junio. . Concierto de alumnos de la cátedra de percus10n, profesor Carlos Vera. Centro C u l tural ele A m i gos ele la M ú s i c a I s l a de M a i p o . lsla de M a i p o . 2 7 ele mayo. Obras de: George Frock, Morri s A l an Brand, Scott Jop l i n , Rocael H urtado y Chick Corea. Alumnos de la cátedra de canto, profesora Ahlke Scheffelt. Hotel Hyatt. 24 ele julio y 24 de agosto. Gala Lírica. (Osvaldo Navarro, tenor. Marta Montes. piano). Iglesia Colegio Las Ursulinas. 28 ele julio y 4 de agosto. "Cantata Nº 1 40", de Juan Sebastián Bach. Orquesta S i n fó n i c a de C h i l e . D irec c i ó n : A l ej andro R e y e s . ( O s v a l cl o N a v arro, tenor). Iglesia Luterana Alemana. 2 3 de agosto. Concierto. Lieder, dúos y cuartetos del Romanticismo . (María J. Brañes, soprano. Mariana Ossa.ndón, mezzo. Osvaldo Navarro, tenor. Adolfo Alvarez, bmítono. Mario Lobos, piano). Natali a Contreras, i nicia estudios en el Conservatorio "Franz Liszt" de H ungría. B I T A C O R A 1 25 Conciertos de alumnos de l a cátedra de p i ano, profesora Frida Conn y Ximena Ugalde. Centro M unicipal de San Felipe. 26 de mayo. Colegio "Las Ursulinas" d e Las Condes. 28 de agosto. Obras de J. S. Bach, F. Mendelssohn. C. Debussy, J. Haydn, B . B artok, S. Prokofiev, P. H. Allende, G. Gershwin. F. Chopin, M . Ravel y S . Rachmaninov. C o n c ierto de a l u m n o s de l a c átedra de p i an o , p rofe sora Frida Con n . Municipalidad de San Felipe. 1 9 de mayo. Obras de F. J. Haydn, F. Chopin, T. Albéniz, C. Debussy, F. Chopin y F. Liszt. Alej andro Reyes. Teatro Universidad de Chile, 5 mayo. Teatro Municipal de Temuco. S de mayo. Dirección y clavecín. O r q u e s t a S i n fó n i c a de C h i l e . O b ras de J u an S e b a s t i á n B a c h ,-Strav i n sky y M a rt i n u . Teatro Universidad Federico Santa M aría. Valparaíso. 2 7 de mayo. Dirección y clavecín.Orquesta de Cámara Chile. Obras de J uan Sebastián Bach . Parroquia San Vicente Fcrrer, 30 de mayo y Teatro Municipal de Ñ uñoa, 2 de junio. Dirección y clavecín.Orquesta de Cámara Chile. Obras de Geminiani y Juan S. Bach. Profesor del Curso de Dirección Orquestal. Seminario de Gestión y Dirección de Orquestas Juveniles. Fundac ión Beethoven, Fundación A ND E S y Programa N acional de Orquestas Juveniles. Abril a septiembre 2000. Miguel Villafruela. Participa en la B anda Sonora de Coronación, film de Silvia Caiozzi basado en la novela homónima de José Donoso. Música de Luis Advis. Lanzamiento CD Saxofón en Concierto. Compositores Chilenos ( 1 988- 1 998) y Saxofones en Latinoamérica. . Proyectos FONDART. Sala lsidora Zegers. Facultad de Artes. Universidad de Chile. Obras i nterpretadas: Par1i1a op. 1 00, de Juan Orrego Salas y Cinco Dan-::.a s Bre1•es, de Luis Advis. Lui s Orlandini. Centro Cultural Montecarmelo. 9 de mayo. Integrante Cuarteto de Guitarras Chile. Estreno de Q-E K ( 1 999) *. de Fernando Carrasco. l glesia Luterana de Puerto Varas, 5 de agosto y Termas de Puyehue. 6 de agosto. Dúos de Guitarra junto a Rodrigo Guzmán. Teatro M unicipal de Antofagasta. 19 de agosto. Festival "Joaquín Rodrigo " de Antojagasta. Orquesta Sinfónica de Antofagasta. Di rector: Celso Torres. Obras: Fantasía para un Ge11tilho111bre y Concierro Madrigal para 2 guitan-as y orquesta. Orquesta Sinfónica de Concepción. Director: Markus Poschner (Alemania). Concepción. 25 de agosto. Concierto Andaluz para 4 guitarras. de Joaquín Rodrigo. Ensamble Eólica. Cuarteto de Flautas Dulces. Concierto didáctico: Suite de dan::.as, de Giorgio Mainerio; Cuarteto en Re para flautas, de G. Ph. Telemann; Show Tunes, de B radford Robinson. Colegio Tabancura ( Andrés B ralic, Sergio Candia, Felipe Cussen y R icardo Simian). 15 de mayo. Guillermo Lavado. Integrante de la Compañía Pilcomayo. Concierto "Crisis de la enseñanza de la composición en occidente . . . en crisis". Obras de Andrés Daneris. Marcelo Collao, J ul i o Retamal , Andrés Alcalde. Club de Viña del M ar. 1 8 de junio. Solista j unto a Rodrigo Herrera y Orquesta de Cámara de la Universidad Católica de Vulparaíso. Concierto Fuga/, de Gustav Holst. Teatro M un icipal de Viña. 6 de agosto. Orquesta de Cámara Universidad Católica de Valparaíso. 1 26 B I T A C O R A Director: Pablo Alvarado_ Suite Nº 2 para flauta, cuerdas y continuo, de Juan Sebastián Bach. CenU'O Culrural Montecannelo. 15 de agosto. Compañía Pilcomayo. Obras d e Andrés Alcalde, M arce l o Col l ao, Ricardo S i lva, José Miguel Tobar, R icardo Rozzi y J avier Bustos. Sala Colegio Alemán de La Unión, 28 de junio y Hotel Termas de Puyehue, 2 de julio. Obras de y S. J. S. Bach, Ph. Gaube1t, A. Roussel Prokofiev. (Luis Alberto Latorre, piano) . Postítulo en Dirección Coral . Pro grama Postítulo en Música con mención en Dirección Coral . Agosto 2000 Julio 200 l . Alarcón. Profesores: Víctor A larcón, V íctor Saavedra, Francesca Ancarola, Al ej andro Reyes, M i g u e l An gel Jiménez, Rafael Díaz. Tercer - Coordinador: V íctor N uevos profesionales. M aría Carolina La Rivera Llombart, flauta traversa. Andrea Alejandra Mourgues Peris, clarinete. Juana Corbella Instituto d e Música Pontificia Universidad Católica ele Chile 1 27 C A R T A S C a rtas CARTA A GABRIELA PIZARRO Gabriela amiga: te escribo estas l íneas al correo de Las Galaxias, donde debes estar cantando la canción universal. para decirte muchas cosas y recordar los caminos que nos v ieron juntas ¿Cómo pudiste emprender tan pronto el viaje sin regreso? ¿Cómo pudiste trocar la tierra por una estrella, esta tierra que pisaste firme, con largos y seguros pasos? Me está costando asumir ru ausencia. Para acompañarme, escucho tu voz través de las bellas canciones, grabadas -por el magnífico conjunto Millaray- que tú creaste y que han constituido un hito, un legado para la historia musical de nuestro país. Rememoro cada instante desde que nos conocimos en aquellas gloriosas Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile tan l lenas de fervor y amistad. Tú tejiste entonces para nuestros alumnos, las primeras huaracas, para que ellos aprendieran a trenzar los símbolos astrales conservados en el Baile de Las Cuyacas. Luego tu hogar, con las puertas abiertas de par en par, donde uníamos los sonidos eternos de guitarras campesinas, donde recibíamos la sabiduría de tu madre Hortensia, la gran maestra formada en las Escuelas Normales que no debieron detener su marcha. Y un día morías con tu corazón desgarrado, sal vada m i l agrosamente por mi médico Don Antonio Morales Del piano. Fue la única vez que te vi realmente mal, tú que siempre nos infundías valor que nunca perdiste la fe. que viviste siempre esperanzada, que floreciste rosas con la q ue adornaste mi calle y m i casa para celebrar e l galardón que Chile otorgaba por fin a l a música de nuestro pueblo, música simple pero con hondas significaciones. Repartiste enseñanzas y canciones por doquier, descubriste el al ma del chi lote en su música y danza que mostraste al mundo con singular maestría, con sentido estético, que hemos perdido por estos días. Estuviste cerca de los más humildes, penetraste el fondo del océano, escalaste las altas alturas de la alegría y el drama de Chile, su sol, aún no resplandeciente. Te extraño Gabriela. Te necesitamos para aunar fuerzas y detener el aluvión que se nos avecina. Este mundo está al revés, como bien lo decía mi comadre Violeta. Si la ves dile que nos están ignorando, que la música de los silencios ya no se oye, q ue los ojos no ven verdores, que el avance tecnológico está secando manantiales. quitándonos el aire. Necesitamos un código de conducta y pensamiento que nos acerque a Dios, para no l l egar al caos. En una lágrima mi desasosiego y amor. Margot Loyola Palacios 1 28 C A R T A S Señor Alejandro Guarello Director Revista "Resonancias" De mi consideración: M e refiero al artículo sobre el "Arpa en la música contemporánea americana" publi·cado por la sra. Tiziana Palmiero en el N° 6 de la Revista Resonancias del Instituto de Música de la UC, que Ud. dirige . En dicho artículo, la autora se refiere a la marginalidad del arpa en la música de arte de los siglos XIX en especial en la llamada " música contemporánea". y XX y En lo que a nosotros como chilenos nos atañe y, pese a que no estoy al tanto de todos los compositores nacionales que han escrito obras especialmente para dicho instrumento, puedo citar algunos ejemplos tales como: - Pedro H umberto Al lende quien. en 1 925 escribió "Tempo di Val s p ara Arpa" (Revista Musical Chilena, Nº 1 74 del año 1 990). - María Luisa Sepúl veda quien. en 1 929 escribió un " Preludio para Arpa" (Revista Musical Chilena Nº 1 53- 1 55 del año 1 98 1 ). - René Amengua! y su "Concierto para Arpa y Orquesta" (Oyendo a Chile de Samuel Claro Valdés. año l 979). Este Concierto le fué encargado por Nicanor Zabaleta y fué dirigido por Erick Kleiber. Su grabación está l i st a para ser editada en CD por l a A c ad e m i a C h i l e n a de B e l l as Artes. - Y por último, m i marido, el compositor J uan Lémann quien, y u en el año 1 960 había escri tO � u "Sonata para Arpa" que dedicó a la arpista Arlette Bezdechi quien la estrenó en e l concierto inaugural de la Agrupación de Música Contemporánea ese mismo año. Dicha Sonata figura entre las obras destacadas del compositor por los musicólogos Samuel Claro Valdés en su l ibro Oyendo a Chile publicado en 1 979 y Luis Merino Montero en la Revista Musical Chilena Nº 1 52 del año 1 980. Le envio adjunto, por si es de i nterés copias de dich as publicaciones, como asimismo comentarios periodísticos y de la crítica al respecto. , Es una lástima que, existiendo un repertorio tan escaso de dicho instrumento, éste no sea dado a conocer a los i ntérpretes que lo practican y que, por lo tanto, no puedan aceptar los desafíos que para su i nstrumento significan las obras de nuestros compositores chilenos, más aun si ellos han fallecido. Sin otro particular saluda atentamente a usted , M aría Luisa Herreros, viuda de Lémann. Te levis i ó n + Cu ltu ra www . a rtv . c l Máxim a ca lidad en i m p res ió n �EVISTAS • FOLLETOS • TRIPTICOS • LI BROS • AFICHES • VOLANTES FORMULARIOS • ETIQU ETAS • AUTOADH ESIVOS • PAPELERIA PROG RAMAS ACADEM ICOS D E L I N STITUTO DE M U SICA 2001 Programa de Extensión Docente No C u rricular. Los objetivos del p rograma son : i ncentivar, especialmente a n i ños y adolescentes, al estu d i o de la m ú sica en general y del i nstru m ento o voz en part i cu l a r e i mpart i r docencia a todo i n te resado q u e tenga la i nq u ietud de i n iciar o cont i n uar estud ios i n strumentales o de voz s i n conten idos programáticos vincu lados a planes de estud ios reg u l a res de formación i n strumental o voca l . Fu nciona los d ías sábados de 9 .00 a 1 4. 00 h o ras y cuenta con un promedio de 1 20 a l u m nos an uales. C u rsos : Kinder Musical, Cursos instrumentales o de voz y Teoría (práctica audio-perceptiva) Ciclo Elemental o P rograma d e Extensión Docente Curricular E l Ciclo E l e m ental i m parte cu rsos de extensión cuyos contenidos programáticos se reconocen como req u isitos de i n g reso a la etapa u n i versitaria, de preparación para el p roceso de post u l ación a la u n iversidad y de com plemento m ín i mo a la formación i n stru mental elemental. Funciona de lunes a viernes y cuenta con u n promedio de 1 50 alumnos. C u rsos: Violín, Viola, Violoncello, Contrabajo, Flauta Tra versa, Oboe, Clarinete, Fagot, Corno, Trompeta, Trombón, Flauta Dulce, Viola da gamba, Guitarra, Piano, Percusión, Canto, L ectura Musical. P rogramas U n i versitarios de Preg rad o : Grado de Bachillerato e n Música Grado de Licenciatura en Música (2 años) (4 años) Título de Intérprete Musical con mención en instrumento o canto. Menciones: Violín , Viola , Vio/once/lo, Contrabajo, Flauta Oboe, Clarinete, Fagot, Corno, Trompeta, Trombón, Tra versa, Flauta Dulce, Guitarra, Piano, Percusión, Canto y Composición. Escuela I nternac ional 2001 . P rofesor Eduardo Fernández ( U ruguay) Guitarra P rofesor Roland Bürger (Aleman ia) Dirección coral P rofesor Bern Zack (Aleman ia) Piano P rofesor G i l les Leothaud ( Francia) Etnomusicología P rofesor H e rwig Zack (Aleman ia) Violín P rofesor Gabriel Valverde (Argenti na) Composición P rofesor M i chael Tu n n e l ( E E U U ) Trompeta P rofesor Bern h a rd Wu lff (Aleman ia) Percusión Informaciones : Pontificia Universidad Catól ica de Chile. Campus Oriente. 3300. Providencia. 6865250. I nstituto de M ús i ca. Jaime Guzmán Errázuriz Fono: 6865224 - 6865097. Fax: