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X CONGRESO PARTIDO REGIONALISTA DE CANTABRIA
CANTABRIA MUNICIPAL
El hombre es quien constituye los reinos y crea las Repúblicas, pero el
municipio parece que ha salido directamente de Dios”.
Alexis de Tocqueville: La Democracia en América.
1.- CONTEXTO TERRITORIAL Y DEMOGRÁFICO
2.- NUESTRA PROPUESTA: UNA CANTABRIA MUNICIPAL
3.- CONTEXTO Y FUTURO ECONÓMICO
Un contexto de cambios globales de incidencia directa en lo local
La Administración local como ejecutora del cambio socioeconómico
Un nuevo ámbito de relación interna
Una Administración municipal accesible
Un nuevo sistema de financiación
La búsqueda de empleo en nuevos sectores
4.- PROPUESTA EN MATERIA CULTURAL Y SERVICIOS SOCIALES
La cultura desde lo municipal
La dimensión social de la cultura
El territorio
De la territorialidad regional a la redefinición de ciudad. Construyendo ciudad desde
las necesidades y la participación
La dimensión económica de la cultura
La dimensión social de la cultura integradora de los servicios sociales
La perspectiva de género: necesidad de orientar las políticas de igual de
oportunidades de mujeres y hombres al logro de objetivos
5.- LA NECESIDAD DE COMARCALIZAR Y MANCOMUNAR SERVICIOS
6.- SANTANDER, EJE VERTEBRADOR Y DE PROGRESO DE CANTABRIA
Un Santander protagonista
Santander, área metropolitana y arco atlántico
La apuesta de futuro del área metropolitana de la bahía de Santander
La cultura en Santander y un área metropolitana creativa
La vocación municipalista del PRC
Todos los santanderinos cuenta
Hacia un modelo de ciudad más solidario y participativo
Un Santander saludable
Servicios sociales
1.- CONTEXTO TERRITORIAL Y DEMOGRÁFICO
Desde Valderredible hasta Santander y desde Val de San Vicente hasta Castro
Urdiales, los 5.253 kilómetros cuadrados que componen Cantabria se distribuyen en
102 municipios que, pese a una idiosincrasia, sin duda alguna, compartida,
presentan una realidad cultural, natural y socioeconómica llena de matices
diferenciadores.
En su conjunto, Cantabria, comunidad autónoma uniprovincial situada en el norte de
la Península Ibérica, se enmarca en el denominado ‘Arco Atlántico’, integrado por 29
regiones de los países que conforman la fachada atlántica de la Unión Europea:
España, Portugal, Francia, Irlanda y Reino Unido. Suman, entre todos ellos, 2.500
kilómetros de costa, con una superficie global que supera los 625.000 kilómetros
cuadrados.
En el contexto nacional, la superficie de la Comunidad Autónoma supone el 1,04%
de la nacional. La densidad de población es ligeramente superior: según el avance
de explotación del Padrón Municipal a 1 de enero de 2010, los 591.886 habitantes de
Cantabria constituyen el 1,26% del total nacional, con una densidad de población
superior a la media nacional.
Sin embargo, ese valor medio superior al nacional, no es ni mucho menos
homogéneo: a la Cantabria más poblada se contrapone esta otra Cantabra
despoblada, con densidades por debajo de los cinco habitantes por kilómetro
cuadrado.
Así, tan sólo 11 municipios cántabros superan los 10.000 habitantes, frente a los 30
con una población inferior a los 1.000.
Tales diferencias denotan los desequilibrios del modelo territorial de Cantabria, en el
que la industrialización, la urbanización y la transformación del campo han sido
desiguales.
Desequilibrios que, con el tiempo, se hacen más acusados. Así, comparando el
intervalo temporal 2005 – 2009, un total de 17 de los 20 municipios cántabros menos
poblados han acusado esa tendencia, un síntoma que el despoblamiento de las
zonas rurales continua, a pesar de los esfuerzos del Gobierno de Cantabria en esta
materia, especialmente a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería,
Pesca y Biodiversidad, que han permitido atenuarla.
Nuestro modelo territorial se caracteriza por ser dual y dicotómico costa / valles
interiores. A grandes rasgos, la costa alberga los principales núcleos de población
(Santander, Castro Urdiales, Piélagos…) y el mayor dinamismo económico, mientras
que los valles interiores funcionan como periferia regresiva.
Se trata, pues, de un modelo desequilibrado, desarticulado y macrocefálico, en el
que la red urbana está poco organizada, subordinada a la capital y con una fuerte
polarización terciaria. Tan sólo la capital, Santander, tiene un verdadero poder
articulador y logra que funcionalmente el conjunto del área regional se convierta en
su área de influencia.
Población, superficie y densidad de los municipios de Cantabria
(2009)
Municipio
Pesquera
Tresviso
San Miguel de Aguayo
Tudanca
Polaciones
Las Rozas de Valdearroyo
Santiurde de Reinosa
Valdeprado del Río
Lamasón
Pesaguero
Anievas
Peñarrubia
Valle de Villaverde
Los Tojos
San Roque de Riomira
Miera
Saro
Arredondo
San Pedro del Romeral
Cieza
Herrerías
Cabezón de Liébana
Campoo de Yuso
Luena
Escalante
Población
64
80
157
196
252
283
301
310
318
349
366
367
375
442
446
462
520
525
547
614
652
699
705
722
763
Superficie
(km2)
8,93
16,23
35,99
52,44
89,77
57,35
30,98
89,33
71,23
69,99
20,9
54,28
19,53
89,5
35,7
33,77
17,82
46,83
57,44
44,07
40,34
81,43
89,72
90,54
19,11
Densidad
7,17
4,93
4,36
3,74
2,81
4,93
9,72
3,47
4,46
4,99
17,51
6,76
19,20
4,94
12,49
13,68
29,18
11,21
9,52
13,93
16,16
8,58
7,86
7,97
39,93
Ruiloba
Bárcena de Pie de Concha
Udías
Vega de Liébana
Vega de Pas
Ruente
Solórzano
Rasines
Ruesga
Camaleño
Cabuérniga
Valderredible
Villafufre
Rionansa
Liendo
Valdeolea
Cillorigo de Liébana
Soba
Hazas de Cesto
Santiurde de Toranzo
Potes
Riotuerto
Argoños
Meruelo
Molledo
Limpias
Villacarriedo
Penagos
Arenas de Iguña
Hdad. De Campoo de Suso
Selaya
Bareyo
Mazcuerras
Ribamontán al Monte
Castañeda
Arnuero
Corvera de Toranzo
Guriezo
Valdáliga
San Felices de Buelna
Comillas
Liérganes
773
805
855
871
881
1.022
1.053
1.055
1.060
1.075
1.093
1.099
1.109
1.131
1.193
1.216
1.305
1.385
1.420
1.512
1.533
1.627
1.650
1.652
1.679
1.741
1.765
1.803
1.837
1.855
2.044
2.060
2.087
2.117
2.121
2.122
2.208
2.303
2.306
2.314
2.464
2.467
15,13
30,53
19,64
133,21
87,53
65,86
25,5
42,89
87,96
161,81
86,45
298,24
30,08
118,02
25,96
83,72
104,52
214,16
21,89
36,82
7,64
30,48
5,51
16,37
71,07
10,07
50,74
31,67
86,82
222,65
39,29
32,44
55,65
42,17
19,19
24,66
49,48
74,53
97,76
36,24
18,61
36,73
51,09
26,37
43,53
6,54
10,07
15,52
41,29
24,60
12,05
6,64
12,64
3,68
36,87
9,58
45,96
14,52
12,49
6,47
64,87
41,06
200,65
53,38
299,46
100,92
23,62
172,89
34,79
56,93
21,16
8,33
52,02
63,50
37,50
50,20
110,53
86,05
44,62
30,90
23,59
63,85
132,40
67,17
Alfoz de Lloredo
Ramales de la Victoria
Noja
Voto
Puente Viesgo
Val de San Vicente
Villaescusa
Bárcena de Cicero
Campoo de En medio
Entrambasaguas
Santillana del Mar
Ampuero
Ribamontán al Mar
Miengo
San Vicente de la Barquera
Polanco
Cartes
Marina de Cudeyo
Medio Cudeyo
Colindres
Reocín
Suances
Cabezón de la Sal
Santa María de Cayón
Reinosa
Santa Cruz de Bezana
Santoña
Los Corrales de Buelna
Laredo
El Astillero
Piélagos
Camargo
Castro Urdiales
Torrelavega
Santander
TOTAL
2.496
2.575
2.635
2.664
2.746
2.784
3.581
3.784
3.811
3.961
4.021
4.179
4.408
4.495
4.546
4.764
5.118
5.252
7.565
7.826
8.196
8.229
8.372
8.526
10.307
11.279
11.569
11.610
12.591
17.360
20.081
31.404
31.670
55.947
182.700
589.235
46,34
32,97
9,2
77,71
36,14
50,86
28,02
36,63
91,06
43,17
28,46
32,34
36,94
24,5
41,04
12,7
19,01
28,37
26,78
5,94
32,09
24,56
33,56
48,23
4,12
17,26
11,53
45,38
15,71
6,83
88,64
36,58
96,72
35,54
34,76
5.252,60
53,86
78,10
286,41
34,28
75,98
54,74
127,80
103,30
41,85
91,75
141,29
129,22
119,33
183,47
110,77
375,12
269,23
185,13
282,49
1.317,51
255,41
335,06
249,46
176,78
2.501,70
653,48
1.003,38
255,84
801,46
2.541,73
226,55
858,50
327,44
1.574,20
5.256,04
112,18
2.- NUESTRA PROPUESTA: UNA CANTABRIA MUNICIPAL
La propuesta de los regionalistas pasa por seguir construyendo Cantabria desde lo
municipal, una postura que defendemos desde dos perspectivas. Por un lado, desde
la creencia de que es el municipio, como ámbito político y administrativo más
cercano al ciudadano, el entorno idóneo para reforzar los vínculos de identidad, y,
por el otro, porque, paralelamente, ésta es, además, la vía más adecuada para
también impulsar y fortalecer el conjunto de la Comunidad Autónoma. De la misma
manera que no hay fortaleza de un todo sin la de las partes que lo componen, la
fortaleza de nuestros municipios está en la base de la de nuestra región.
El municipio es la unidad administrativa en la que el ciudadano percibe con mayor
nitidez lo que es el estado. Es, de algún modo, la expresión real, la cara más próxima
de éste para el ciudadano. Paralelamente, es en esta esfera local en la que
participación social puede y debe satisfacerse en mayor medida y, más aún,
fomentarse. Es necesario implicar a la ciudadanía en los asuntos de colectividad, y
ahí es donde entra en juego el ámbito local, en el que significado del municipio es
mucho más tangible y cercano que el de otras administraciones.
Así, del mismo modo en el que los regionalistas defendemos un sentimiento de
identidad regional, el cántabro, que coexiste pacíficamente con un sentimiento
identitario nacional, el apego municipal vive no enfrentado al regional, sino que, por
el contrario, ayudar a conformarlo. Es, de algún modo, la propia pertenencia al
municipio la que nos permite identificarnos con ese segundo nivel, el autonómico.
Más allá del sentimiento identitario, en un plano social, es el municipio el eje de todas
aquellas políticas públicas que están en la base de la realización del ciudadano. Para
ello, los responsables públicos han de ser capaces de desarrollar lo que se ha dado
en llamar ‘gestión integral de la ciudad’ o del pueblo, entendido no como una
autosuficiencia en la gestión o la necesidad de un incremento competencial, sino
como la necesidad de que recaiga en el propio municipio la planificación de su futuro
estratégico.
Esa gestión integral gira en torno a la premisa de que un municipio que administra en
forma integrada, estratégica y competitiva la transferencia de sus bienes y servicios
optimiza sus propios recursos a nivel local y se posiciona activamente en el plano
regional como prestadora de servicios. Al mismo tiempo, disminuye riesgos, mejora
la calidad de vida de sus habitantes y se convierte en un ente más atractivo para la
inversión.
Desde este punto de vista, el municipio se erige en un aliado estratégico de la
Comunidad Autónoma o del Estado más que en un demandante. Es él –los
ciudadanos que lo conforman- quienes planifican su futuro y participan en la
conformación de un espacio público de convivencia y progreso.
Ésta es la forma, además, de que el término municipio trascienda su significado
territorial para adoptar el de espacio de convivencia y futuro.
Para ello, es necesario apostar, en cada uno de los 102 municipios que conforman
Cantabria, por el desarrollo sostenible, la innovación, la dinamización económica y
social.
Ésa es nuestra propuesta por el municipalismo cántabro. Fomentar que nuestros
ayuntamientos sean quienes establezcan qué futuro quieren para sus municipios,
que sean capaces de dar respuesta a los problemas cotidianos de unos ciudadanos
que han de sentirse identificados con ellos. Que los municipios sean los
protagonistas de su futuro es el mejor futuro para Cantabria.
3.- CONTEXTO Y FUTURO ECONÓMICO
UN CONTEXTO DE CAMBIOS GLOBALES DE INCIDENCIA DIRECTA EN LO
LOCAL
El fenómeno globalizador en el que estamos inmersos es, quizá, más evidente en las
grandes unidades demográficas, pero, por el contrario, sus efectos son más
acusados en el ámbito local de dimensiones reducidas.
En la actualidad, tanto desde el ámbito local como desde el global, se buscan
estrategias que permitan superar las tensiones que genera el proceso globalizador,
basadas casi todas en la defensa y promoción de lo local, desde el punto de vista de
la ‘localización’. Frente a ellas, las estrategias diseñadas desde la ‘globalidad’
buscan la penetración en el espacio local, y en muchos caso vencen, o como poco,
minorizan las reticencias y reacciones ‘defensivas’.
No obstante, hay situaciones en las que los procesos de globalización y localización
se apoyan mutuamente y surge la disyuntiva de los métodos de gobierno,
posibilitando la aplicación o el desarrollo de nuevas formas de relación entre el
administrador y el administrado, diferentes de las tradicionales.
De esta manera, nuevos conceptos ocupan el discurso y el debate público y político,
surgiendo términos como ‘gobernanza’ o ‘buen gobierno’, en auge en la actualidad,
para hacer referencia a una relación entre el administrador y el administrado basada
en criterios como la participación, transparencia, responsabilidad, consenso,
equidad, eficacia y sensibilidad.
Estos conceptos se aplican tanto en los gobiernos centrales como en los
autonómicos y locales. De hecho, en estos últimos de manera mucho más directa,
por su relación cercana con los ciudadanos y, sobre todo, forzados por retos como la
europeización de las políticas públicas, las reformas institucionales en la gestión
pública y los desafíos que tienen ante sí las democracias representativas.
En este sentido, se están produciendo notables cambios sociales en la relación que
mantiene administración y administrados, que tienen su origen, entre otras
cuestiones, en:
La internacionalización de la economía. En un mundo donde las fronteras se
diluyen, las empresas eligen ahora dónde implantarse en función de las
ventajas que se les ofrezcan.
Necesidad de que los poderes públicos y privados interactúen. Se ha
constatado que las políticas de desarrollo económico unilaterales no
funcionan, por lo que es necesario articular estrategias y relacionarse con el
mundo empresarial.
Las políticas públicas se europeízan y los gobiernos locales se inmiscuyen en
los procesos de ejecución, bien tratando de recibir ventajas, bien adaptando
estratégicamente sus políticas locales.
Necesidad de flexibilidad, adaptabilidad e innovación
ante
las
transformaciones sociales. Todo se debe a la internacionalización de la
economía y a cambios de orden social (aumento de los niveles de
emigración, degradación del medio ambiente, envejecimiento de la población,
etc.).
Los ciudadanos se muestran cada vez más dispuestos a participar en formas
alternativas de participación social, desvinculadas de la política, como
asociaciones, ONG…. Por ello, los políticos locales, cada vez más,
desarrollan modos alternativos de gobierno, construyendo vínculos con los
grupos e implicando a los ciudadanos en la actividad política más allá de los
cauces de la democracia representativa, sobre ante la eventualidad de un
decaimiento en la efectividad y legitimidad de sus políticas.
Se está pasando al llamado “estado post-burocrático”. Las características de
esta situación se sustentan en la descentralización de funciones en microagencias dentro de las organizaciones públicas, el establecimiento de
instituciones que compiten por recursos, nuevos sistemas e presupuestarios,
defensa de los modos de contratación externa, nuevas técnicas de
financiación de los servicios….
LA ADMINISTRACIÓN LOCAL COMO EJECUTORA DEL CAMBIO
SOCIOECONÓMICO
Las entidades locales son la parte de las administraciones públicas que están más
cercanas a los ciudadanos. Cualquier otra institución o administración que hoy quiera
desarrollar una política, tiene que contar, de forma ineludible, con los ayuntamientos.
Sin embargo se produce un anacronismo evidente entre la estructura municipal de
hoy y la legislación local sobre la que se sustenta. Es necesario por ello abrir una
reflexión que aporte soluciones a unas instituciones, las locales, que gestionan
recursos públicos e importantes ámbitos competenciales. Paralelamente, es
necesario reforzar el protagonismo de los responsables políticos locales que, como
representantes legítimos de los ciudadanos que conforman cada municipio, han de
ser escuchados y tenidos en cuenta a la hora de poner en valor las políticas de
incidencia directa en el ámbito local.
Como decía Kapucinski, el municipalismo es un ejercicio permanente del encuentro
con el otro. Precisamente sobre este principio es sobre el que los regionalistas
queremos edificar nuestra política municipal, partiendo de tres premisas básicas:
Mayor protagonismo. Las entidades locales son las primeras instituciones en
detectar las necesidades y demandas ciudadanas. Por lo general, son las
mejor informadas de los problemas y las mejores conocedoras de las
soluciones. Es imprescindible que sean escuchadas y consideradas.
Participación social. Las entidades locales crean y mantienen servicios que
mejoran la calidad de vida de los vecinos. Para ello, promueven
infraestructuras y equipamientos, lo que trae consigo sostenibilidad y
participación activa de toda la comunidad.
Definición del marco competencial y sistema de financiación. Las
entidades locales, como consecuencia de lo anterior, necesitan definir un
marco competencial de actuaciones y un nuevo sistema de financiación en el
que se puedan contemplar la posibilidad de ser partícipes en la toma de
decisiones respecto a la distribución de los ingresos públicos
UN NUEVO ÁMBITO DE RELACIÓN INTERNO
Los Ayuntamientos cántabros, así como las entidades locales menores, deben
afrontar una profunda reestructuración para coordinar servicios y optimizar recursos.
En ese sentido, no estaría de más que se clarificara, de alguna manera y en el seno
quizás de una comisión de trabajo, el ámbito competencial municipal para aplicar la
máxima de ‘ningún compromiso sin responsabilidad’.
Se debe articular un sistema de responsabilidades perfectamente definido, un ámbito
competencial garantizado con un sistema de financiación. Sólo así se podrán
impulsar una serie de políticas de cualquier ámbito sectorial para mejorar la calidad
de vida de los vecinos.
En algunos ámbitos ya se está trabajando en la posibilidad de elaborar una ley que
defina las competencias locales y garantice su financiación. Tanto en Cataluña como
en Andalucía se ha legislado sobre la materia, creando leyes municipales.
Y esta diferencia respecto a la situación actual de Cantabria tiene trascendencia,
porque las leyes locales se imponen a las leyes sectoriales y, como consecuencia,
se garantiza en mayor medida la autonomía municipal.
La actual coyuntura económica ha dejado apartado el debate sobre la conocida
como ‘segunda descentralización’, aspecto que, sin embargo, ha de abordarse.
Además, si es posible, hay que definir las competencias propias y mínimas de los
ayuntamientos, así como aquellas materias en las que un órgano autonómico pueda
asistir y asesorar a los municipios. De esta manera, se garantizaría que esas
competencias no serán ni alteradas ni limitadas o suprimidas por leyes sectoriales. Y
en ese ámbito, también habrá que contemplar la posible transferencia de
competencias por parte de la Comunidad.
Sin embargo, nada se podrá desarrollar si no va aparejada de la necesaria provisión
de fondos. Los regionalistas creemos además que se debe compatibilizar la
financiación incondicionada con la finalista para que los Ayuntamientos puedan
prever los presupuestos.
De la misma forma, y dado que se deberá garantizar que los ayuntamientos cuenten
con los recursos adecuados al ejercicio de sus atribuciones, no sería desdeñable
articular la manera que las entidades locales participen en los tributos de la
Comunidad Autónoma, así como los criterios de distribución y evolución de los
mismos sobre la base de los principios de eficiencia, equidad, corresponsabilidad
fiscal y lealtad institucional.
Otro de los aspectos que hay que analizar con detenimiento es la posibilidad de
comarcalizar y mancomunar servicios. Aspecto éste que analizaremos
detenidamente más adelante.
UNA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL ACCESIBLE
En los ámbitos europeo, estatal, autonómico han comenzado a diseñarse políticas de
“reinvención de los servicios públicos”, que buscan, entre otros objetivos, reducir las
cargas administrativas que soportan los ciudadanos y las empresas en sus
relaciones con la Administración. Es en definitiva, un intento por ‘desburocatrizar’ las
administraciones públicas para hacerlas más cercanas a la ciudadanía a la que
prestan servicio.
Los entes locales no pueden quedarse fuera de estos proyectos, sino que, muy al
contrario, en su calidad de administración más próxima, han de convertirse en los
principales valedores de este tipo de actuaciones. De hecho, para que esa
transformación de los servicios públicos consiga ser integral es absolutamente
imprescindible el compromiso de todos los niveles de la Administración.
En este contexto se enmarca el denominado ‘Plan de Reducción de Cargas
Administrativas’ que, con en su doble vertiente, estatal y autonómica persigue reducir
en un 30 por ciento esa burocracia.
En el ámbito autonómico, el Plan ha obtenido el refrendo unánime del Parlamento de
Cantabria y se ha constatado que su ejecución completa, prevista para el año 2012,
conseguirá un beneficio añadido: el ahorro de 180 millones anuales al tejido
productivo cántabro. Ahorro que se ha cifrado en 3.000 euros por año para cada
PYME de la región.
En esta línea, los regionalistas proponemos extender la cultura de la reducción de
cargas al ámbito municipal, que ha de impulsar un nuevo modelo de gestión basado
en los nuevos criterios de eficacia y eficiencia que recoge el Plan de Reducción de
Cargas Administrativas,
Para conseguirlo, se establecen cuatro líneas básicas de actuación:
Mejoras legislativas
Eliminación o simplificación administrativa
Coordinación entre administraciones
Mejoras tecnológicas
En línea con ese tercer eje que fija la necesidad de una coordinación entre
administraciones, el Plan autonómico ha propiciado ya la creación de un grupo de
trabajo en el que, junto a las administraciones autonómica y estatal, está
representada la local, a través de la Federación de Municipios de Cantabria. Ese
grupo definirá las líneas programáticas del documento que son de aplicación en los
entes locales.
Por otra parte, las propias administraciones locales pueden ir avanzando en otros
objetivos sectoriales, como en el relativo al uso de las Tecnologías de la Información.
En este campo, los municipios cántabros han de trabajar para posicionarse en la
vanguardia de la Sociedad de la Información, como vía para abrir nuevos canales de
comunicación y prestar nuevos servicios que le hagan mejorar su eficiencia y su
transparencia.
La implantación de una Administración Electrónica basada en las Nuevas
Tecnologías debe buscar un nuevo modelo de relación con el ciudadano, en el que
cobren impulso los canales virtuales de fácil acceso.
Asimismo, se ha de aprovechar a través de una oficina virtual dinámica la
comunicación con el ciudadano de manera online, dotándola de los recursos
necesarios para dar respuestas en tiempo real.
Para ello, la Administración ha de modernizar sus sistemas de gestión mejorando las
infraestructuras tecnológicas, invirtiendo en fibra óptica y buscando un cambio en el
modelo de trabajo del funcionamiento del ente local.
Los entes locales se han de fijar como uno de los objetivos en el ámbito de las
Nuevas Tecnologías y a través de su red de centros municipales (centros cívicos,
sedes, locales, bibliotecas, plazas públicas…) facilitar el acceso a la Sociedad de la
Información a todos los ciudadanos dotándose de entornos WIFI (red inalámbrica)
de calidad que garanticen al ciudadano un acceso fluido y rápido en su relación con
el ente local en cualquier parte del municipio.
También se han de desarrollar convenios con las empresas y comercios donde se
impulse y se fomente el acceso a la Administración Electrónica.
Resumen de la implantación de las Nuevyas Tecnologías en Cantabria (ICANE,
2008)
Equipamiento en las viviendas:
Nº VIVIENDAS totales 183.881
Con algún tipo de ordenador 121.792 - 66,2 %
Disponen de acceso a Internet 98.684 - 53,7 %
Conexión de Banda Ancha (ADSL, RDSI, Red de cable) 90.790 - 49,4
%
Uso de las TIC (Tecnología de la Información y Comunicación):
Han utilizado el ordenador 268.837 - 61,4 %
Han utilizado Internet 250.324 - 57,2 %
Han comprado a través de Internet 67.374 - 15,4 %
Servicios de Internet usados
Páginas Web Administración 108.606 - 43,3 %
Descargar formularios 58.749 - 23,4 %
Enviar formularios 30.017 - 12,0 %
Estos datos demuestran que los ciudadanos asumen y se adaptan progresivamente
a ese ‘nuevo mundo’ en el que las Nuevas Tecnologías adquieren, cada día, un
papel más protagonista. Un mundo en el que las administraciones tienen la
obligación de integrarse.
UN NUEVO SISTEMA DE FINANCIACIÓN
No se puede concebir una autonomía municipal plena sin una suficiencia financiera
que permita afrontar razonablemente las competencias de las entidades locales y
satisfacer así, necesariamente, las demandas de servicios de los ciudadanos.
En el contexto estatal, aunque se ha pospuesto por la coyuntura actual, el debate ya
se ha abierto y, como no podía ser de otra manera, Cantabria deberá aportar sus
inquietudes que pasan por el cumplimiento, entre otras aspectos, de la Carta
Europea de Autonomía Local y las diferentes Recomendaciones del Congreso de
Poderes Locales y Regionales del Consejo de Europa, que hacen hincapié
precisamente en los recursos financieros de las entidades locales y en la necesidad
de disponer de recursos propios suficientes para ejercer sus atribuciones.
Independientemente de la participación en los ingresos tributarios autonómicos, la
reforma de determinados impuestos, la posible instauración de otros o la
participación en los ingresos del Estado, el modelo que se apruebe deber garantizar
el principio de suficiencia financiera de los municipios para atender pertinentemente
a las necesidades de sus ciudadanos.
Como antes comentábamos, se debe compatibilizar la financiación condicionada con
la finalista. De este modo, no hay que desdeñar los acuerdos entre
administraciones, garantizándose la participación municipal en aquellos planes que
elaboren otras instituciones, sobre todo para fijar las prioridades y facilitar la
convergencia de los intereses municipales con los autonómicos. En ese sentido, se
deben planificar las inversiones de tal forma que los municipios puedan decidir y
elegir de conformidad con sus planes y prioridades.
Y respecto a las llamadas “competencias impropias”, esto es, el ejercicio de
atribuciones que corresponden a otras instancias de gobierno ya sean estatales o
autonómicas y que son ejercidas por los municipios en virtud de la necesidad de
atender las demandas de los ciudadanos derivadas del principio de proximidad, cabe
decir que, independientemente del problema que puedan generar, deben tener una
solución concreta y efectiva.
No es fácil baremar estas competencias, por lo que quizás haya que buscar
alternativas transitorias basadas en compensaciones u otro tipo de inversiones que,
bajo los criterios de corresponsabilidad, se dediquen a actividades productivas.
Con todo, en este contexto, los regionalistas consideramos esencial abordar la
reforma de nuestro Estatuto de Autonomía, dentro de la que habría que contemplar
diversas cuestiones y materias que diesen un protagonismo especial a los
Municipios. Así, su ámbito competencial, la posibilidad de que contasen con la
capacidad de iniciativa legislativa (igual que prevén otros Estatutos ya reformados) y
las bases para su financiación son algunas de las cuestiones que deberán reflejarse
en la reforma estatutaria.
LA BÚSQUEDA DE EMPLEO EN NUEVOS SECTORES
Un análisis de nuestra realidad social, tanto a nivel global como autonómico o local,
nos invita a observar con detenimiento toda una serie de cambios estructurales que
generan nuevas necesidades individuales o colectivas.
Estos cambios son de muy diversa índole: demográficos, como el envejecimiento de
la población; sociales, como la incorporación masiva de la mujer al mercado de
trabajo con la consecuente modificación de las estructuras familiares; culturales,
como la demanda de ocio y cultura, etc.
El filón económico y de empleo que esconden estos y otros muchos cambios
sociales se basa en la oportunidad de satisfacer las necesidades que estos cambios
generan, a través de los nuevos yacimientos de empleo.
Según la Comisión Europea, los nuevos yacimientos de empleo se clasifican en
cuatro grandes bloques: “vida diaria”, “mejora de la calidad de vida”, “cultura y ocio” y
“protección del medio ambiente”. Conocidas las características socioeconómicas y
demográficas de Cantabria, encontramos ciertas potencialidades:
Servicios a domicilio: importante demanda potencial motivada por el
envejecimiento de la población y el aumento del índice de actividad
femenina.
Atención a la infancia: incremento de la demanda de servicios a la infancia,
motivada por la incorporación de la mujer al mundo laboral y la necesaria
búsqueda de espacios de socialización para los niños fuera del ámbito
familiar.
Nuevas tecnologías: Desarrollo importante de las telecomunicaciones y la
telemática, fundamentalmente en lo referente al teletrabajo en las zonas
rurales.
Medio Ambiente: empleos potenciales relacionados con el medio ambiente
tales como residuos, agua, zonas naturales, contaminación, otros.
Comercio de proximidad: en el medio rural.
Turismo: Importante potencial en relación tanto con el medio ambiente y
las zonas naturales, como con el patrimonio cultural de Cantabria.
Las entidades locales deben, por tanto, centrar sus esfuerzos en dinamizar políticas
que, sin renunciar a los sectores tradicionales, amplíen y modifiquen los horizontes
de empleo. No todas las entidades deben ejercer el mimetismo respecto a otras, es
necesario explorar las potencialidades propias en función de la realidad local, pero
también la comarcal, sobre todo en una sociedad tan compartimentalizada como la
cántabra.
Para ello, se pueden comenzar a explorar otras vías de relación para, por un lado,
racionalizar y completar la prestación de servicios y multiplicar los resultados de las
inversiones y servicios existentes, lo que potenciará sus efectos sobre la población
del territorio; y por otro lado, superar el inframunicipalismo de Cantabria, que aunque
sea una seña de identidad más de la que nos sentimos orgullosos, debe reorientarse
para lograr una prestación eficiente de los servicios y la puesta en marcha de
iniciativas que exigen una mínima dimensión.
Los nuevos yacimientos de empleo deben ser explorados para mejorar la calidad de
vida y la equidad social a escala local. En ellos encontramos la cobertura de
necesidades no satisfechas en la actualidad y que se constituyan como instrumento
de innovación de las políticas sociales. Ese es nuestro verdadero objetivo cuando
afrontamos la política de empleo a nivel local, pero a él nunca llegaremos si antes no
hemos alcanzado unos pasos intermedios:
Promoción de la inserción socio-laboral principalmente de los colectivos de
mujeres y jóvenes en trabajos de carácter social en su ámbito local.
Aumento de la cobertura de atención a las personas dependientes,
detectando y cubriendo, de este modo, las necesidades no satisfechas
(manifiestas y latentes) de la población a través de la creación de iniciativas
sociales de empleo y microempresas.
Dinamización del tejido socio-económico de la zona implicando a los agentes
sociales en el desarrollo del Programa.
Favorecer el asentamiento de la población en el territorio.
Las políticas de promoción económica y de empleo han de estar vinculadas al
municipio, por lo que deben atender a la realidad socioeconómica local. Así, se
podrán desarrollar acciones orientadas a poner en valor y consolidar los recursos
económicos tradicionales y/o a identificar y promover nuevas alternativas
económicas alineadas con el potencial económico local.
Los regionalistas consideramos clave la cercanía a la realidad local, que es la que
nos marca distintivamente. Por ello, para identificar las necesidades y desarrollar
programas de actuación acordes con las mismas será necesario implantar vía de
comunicación y colaboración estables con los agentes socioeconómicos.
Pero evidentemente, los ayuntamientos no son islotes en el mapa de Cantabria. No
debemos propiciar la independencia de actuación, sino todo lo contrario, somos
dependientes los unos de los otros y respecto a la autonomía, además de
interdependientes. Por eso, los programas de promoción económica y de empleo
local buscarán vincularse con el resto de las políticas sectoriales municipales y
también con las de carácter transversal, como igualdad, juventud, desarrollo
sostenible, así como con el conjunto de políticas autonómicas y estatales…
Debemos ser capaces de buscar, desde la particularidad municipal, la integración en
programas comarcales y autonómicos y, como premisa general de nuestro modelo
de desarrollo socioeconómico, promover la relación y la cooperación con las
infraestructuras de conocimiento de referencia.
4.- PROPUESTA EN MATERIA CULTURAL Y SERVICIOS SOCIALES – Integración
en la red ciudadana
LA CULTURA DESDE LO MUNICIPAL
Sobre la
dimensión social de la cultura:
La cultura comprende un corpus de tradiciones, conocimientos, arte, leyes,
símbolos y valores reflejo de la interacción social del ser humano, en un espacio
definido o territorio.
La cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad,
es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto
futuro para los grupos humanos.
Las políticas culturales a escala local deben comprender tanto una dimensión
patrimonial, que ponga en valor nuestro pasado, como una dimensión
social, reflejo del presente y proyección futura de nuestra sociedad.
Respecto al territorio:
En un territorio polarizado entre zona costera e interior y con gran desigualdad
de densidad de población y distribución por edades, como es el de Cantabria,
incidir en una dimensión social de la cultura es un factor que ayuda a la ruptura
del aislamiento orográfico y generacional de la población, además de contribuir a
la cohesión social del territorio.
La desigual distribución de actividades y la diferencia de densidad de
población hacen de Cantabria un territorio idóneo para la aplicación de políticas
culturales de carácter local que, beneficiándose de virtualidad de las nuevas
tecnologías, ayuden tanto al acceso como a la difusión de contenidos culturales.
La actividad cultural debe circular en un doble sentido: por un lado,
democratizando el acceso a la cultura, es decir, acercando a los ciudadanos los
equipamientos, programaciones y herramientas que permitan su acceso a la
cultura, y, por otra parte, incentivando su participación en la construcción cultural
de la comunidad.
Construyendo ciudad desde las necesidades y la participación:
La definición del concepto clásico de ciudad se ha agotado ante las
necesidades de convivencia de las personas.
La ciudad no es sólo un fenómeno urbanístico. Educación, cultura, resolución
de conflictos y necesidades desde el dinamismo adaptativo de los servicios
sociales son aspectos relevantes de la idea de ciudad posmoderna, que emergen
de la propia ciudad a medida que se incrementa la complejidad de las relaciones
sociales y de las representaciones que los ciudadanos perciben de lo que es
“bienestar”.
La ciudad en términos de relación, de convivencia, debe entenderse como un
marco y agente educador que practica la opinión pública, el pluralismo, el
sentimiento crítico, el sentido de la ciudadanía, la solidaridad.... Un ente vivo,
configurado por una ciudadanía que se involucre en un proyecto común, más allá
de grandes simbologías políticas, accionando pensamiento territorial, regional.
La ciudad se construye en escenarios y ambientes globales de aprendizaje, en
donde confluyen procesos, estrategias y vivencias educativas, culturales e
intelectuales, redundando en el concepto de educación permanente a lo largo de
la vida.
Desarrollo urbano y desarrollo cultural y social van de la mano, como condición
para que los grandes proyectos de ciudad tengan la multidimensionalidad
necesaria para el crecimiento y transformación real del territorio.
Sobre la dimensión económica de la cultura:
La cultura tiene una dimensión económica que contribuye al desarrollo de los
territorios.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación y el cambio de las
pautas de consumo cultural favorece la creación de nuevas empresas y empleos
en el sector cultural. La cultura debe considerarse un “nuevo yacimiento de
empleo”.
La escala local es el ámbito idóneo para el desarrollo de empresas culturales y
creativas.
La cultura crea riqueza: las actividades culturales contribuyeron con un 3% al
PIB total y a un 3,2% al VAB de España en 2007. Porcentajes por encima de
otros sectores considerados punteros, como la energía, o tradicionales, como la
agricultura, ganadería o pesca.
La cultura crea empleo, proporciona empleos de calidad a unos cinco millones
de personas en la Unión Europea de los 27 países miembros.
Las ciudades y las regiones dotadas con infraestructuras culturales de primera
clase, servicios de alta tecnología, buenas condiciones de vida y de ocio,
establecen un entorno positivo y, por ende, un círculo virtuoso que atrae a
personas cualificadas y a otras empresas.
La dimensión social integradora de los servicios sociales:
Los retos de los servicios sociales integrados en la comunidad son tres
principalmente:
o
Respeto a la dignidad y autonomía y el ejercicio de los derechos de
sus destinatarias y destinatarios, utilizando herramientas de
planificación y evaluación de carácter participativo que tengan un
impacto positivo en la calidad de vida de los destinatarios y, a su vez,
ayuden a la personalización de la intervención en la medida de lo
posible.
o
Eficacia. Los servicios sociales deben seguir progresando en
incorporación y desarrollo de modelos de atención, basados en la
evidencia y el conocimiento y ser cada vez más capaces de dar cuenta
de sus resultados y de su impacto.
o
Eficiencia y la sostenibilidad.
Los servicios sociales deben interrelacionarse con otras estructuras
comunitarias de vital importancia, como familia y escuela, para lograr los canales
de comunicación adecuados que faciliten la intervención desde el discurso de las
capacidades de los ciudadanos.
Sobre la perspectiva de género:
En un territorio que quiere ser responsable e igualitario y que busca el
desarrollo sostenible y armónico de su sistema económico, social y cultural, la
representatividad de toda la población en los órganos de gestión y decisión debe
ser un hecho cuantificable y no un objetivo teórico.
La realidad indica que, a pesar de que más de la mitad de la población de
Cantabria está compuesta por mujeres, los objetivos de igualdad entre hombres y
mujeres están lejos de haberse conseguido.
Ante la profusión de medidas y planes de igualdad con loables fines y objetivos,
pero de escaso cumplimiento, es imprescindible orientar las políticas de igualdad
de oportunidades entre mujeres y hombres al logro de objetivos.
La cercanía y el conocimiento directo que se tiene de personas y
problemáticas específicas en el ámbito municipal es un activo que nuestros
alcaldes y concejales –mujeres y hombres- deben aprovechar para realizar
acciones positivas que contribuyan a disminuir la desigualdad y que impliquen a
todo el tejido social –hombres y mujeres-.
LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA CULTURA
La noción tradicional de cultura se ha ampliado debido a las transformaciones
sociales y económicas de los últimos años.
Estudiado desde diferentes ámbitos se reconoce como lugar común de nuestro
tiempo el de:
una sociedad posfordista o postindustrial, con un cambio del modelo
industrial que provoca la reorientación productiva de la industria
manufacturera tradicional hacia los servicios y la innovación;
la mayor disponibilidad de tiempo libre también contribuye a que se
desarrolle una cultura, económica y social, del ocio.
las nuevas tecnologías y los avances en las comunicaciones globalizan o
mundializan el territorio, favoreciendo, al mismo tiempo que el intercambio
de mercancías, las grandes migraciones humanas. Migraciones
producidas fundamentalmente por motivos económicos.
El nuevo marco social se refleja en el cambio de las pautas de consumo cultural,
condicionadas en buena parte por el impacto de las tecnologías de la información y
la comunicación, que comportan nuevas formas y vías de acceso a la cultura y, por
otra, derivadas de un cambio substancial en el valor y la percepción social de la
cultura.
La definición de cultura es una tarea ardua e inacabada, abordada desde diferentes
disciplinas y enfoques metodológicos. Más allá de definiciones teóricas y limitadoras,
podemos entender dentro del concepto “cultura” distintas nociones:
La cultura o la civilización, tomado en su sentido etnográfico amplio, como
ese todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral,
leyes, costumbres y cualquier otra capacidad adquirida por el hombre
como miembro de una sociedad y que distingue a esa sociedad de las
otras. (Tylor, 1871)
La constatación de que las ideas culturales se expresan y comunican
mediante símbolos, y el reconocimiento de la generación de valores como
una de las propiedades de la cultura más importantes y distintivas. Aquí
hay implícita una idea del ser humano como productor de símbolos y
significados culturales.
La consideración del ser humano como ser social que desarrolla sus
potencialidades mediante la interacción social en un espacio definido que
podemos identificar con un contexto territorial.
En un contexto social, de convivencia, interrelacional, cultura puede entenderse
como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y
emocionales que caracterizan a los grupos humanos que comprende, más allá de las
artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores,
tradiciones y creencias.
En otras palabras, cultura es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de
la socialización, es el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones,
costumbres, idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades
evolucionan; por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es
interdependiente, es un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos
miembros de una sociedad diferenciarse de los ajenos, identificarse con los propios,
llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social. Es la
manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de un grupo.
Resumiendo todo lo anterior, la cultura es un lugar de encuentro que permite el
diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la
formulación de un proyecto futuro para los grupos humanos.
Aunque aparentemente distantes de la realidad local de nuestros municipios, estas
premisas tienen una influencia directa en el desarrollo cultural y social a escala local.
La composición de la población, el empleo y el tipo de industria, así como la puesta
en valor del patrimonio inmaterial o la identidad local, junto con el acceso de la
población a las herramientas de creación y difusión cultural, definirán las políticas
culturales y sociales que ayudarán a hacer de nuestros municipios un espacio de
desarrollo local integrado y con futuro en el contexto económico y político de la
Europa de las regiones, en el que estamos inscritos.
De esta manera se abre el abanico hacia una dimensión social de la cultura
orientada hacia una actitud democratizadora de la misma, de su consideración como
un bien público común, donde las políticas inciden en la diversidad cultural, cohesión
social, accesibilidad a los medios de producción y distribución cultural, la
participación ciudadana, etc.
EL TERRITORIO
Entre las características demográficas y sociales del territorio cántabro podemos
señalar:
La concentración de población en la franja costera y la desigual densidad de
población. Sólo once municipios de los 102 que conforman Cantabria tiene
más de 10.000 habitantes y el 31 % de la población se concentra en la capital.
La dualidad entre una Cantabria rural y otra urbana, con Santander como
centro urbano articulador en la zona costera.
Concentración de la población vieja en las zonas con menor densidad de
población, coincidentes en su mayoría con zonas rurales. Concentración de
población extranjera y mayor número de población femenina en la zona de
influencia de Santander y, en general, en zonas costeras.
A su vez la actividad económica también se concentra en la zona norte de la
comunidad mientras que usos agrícolas y ganaderos en declive se dan en el
interior.
La desigual distribución de actividades y la diferencia de densidad de población
hacen de Cantabria un territorio idóneo para la aplicación de políticas culturales de
carácter local que, beneficiándose de la virtualidad de de las nuevas tecnologías
ayuden tanto al acceso como a la difusión de contenidos culturales.
La aplicación de una dimensión social como eje vertebrador de la política cultural
municipal puede ser un factor que ayude a la ruptura del aislamiento orográfico y
generacional de la población, a la participación activa en el hecho cultural, a su
democratización o accesibilidad. Al mismo tiempo, las políticas culturales, en esta
dimensión, tienen que incidir en lo que la población local puede aportar al acervo
cultural común: la puesta en valor de usos y costumbres locales, la recogida y
tratamiento de información etnográfica en peligro de desaparición, etc.
Pero hemos definido una sociedad dinámica, en proceso de cambio, compleja y
diversa con un presente y una proyección futura, por lo que este hecho también debe
reflejarse, y, en este punto, la consideración de la interculturalidad y su puesta en
valor son importantes para lograr una mayor cohesión social, territorial e identitaria.
Aquí establecemos una doble circulación: por un lado, utilizando programas, redes y
tecnología para acercar la cultura a toda la población, por otra parte, incentivando la
participación de todos los habitantes en la construcción simbólica cultural de la
comunidad.
Sin entrar en una definición de acciones culturales que aquí no corresponde se
pueden citar como objetivos de una política cultural local:
La dotación de un conjunto de infraestructuras culturales básicas como
prioridad municipal o comarcal, que conviertan en hecho el derecho a la
igualdad de oportunidades en el acceso a la cultura.
Establecer la creación de redes y circuitos que conduzcan a la rentabilización
social de las producciones culturales locales.
Realizar estudios de necesidades culturales para establecer programaciones
específicas de alfabetización informática, animación a la lectura, etc. según
edades y necesidades de la población.
Creación de núcleos de dinamización cultural a nivel comarcal que se
conviertan en punto de encuentro e intercambio social y cultural.
Etc.
DE LA TERRITORIALIDAD REGIONAL A LA REDEFINICIÓN DE CIUDAD.
CONSTRUYENDO CIUDAD DESDE LAS NECESIDADES Y LA PARTICIPACIÓN
Entender la ciudad, la acción política en términos locales supone entender la realidad
de las personas en términos de cercanía, de complejidad. El sistema de relaciones
que constituye la definición de una ciudad no puede entenderse desde el
absolutismo de quien la mira como una entidad rígida, estática, en la que las
personas “están”.
Es por eso que, el dinamismo de la idea de ciudad conlleva la incorporación de
aspectos inherentes a las necesidades de las personas en su definición individual,
pero también como grupo relacional. Los aspectos más relevantes de la idea de la
ciudad postmoderna están referidos a la inclusión en su definición de educación,
cultura y resolución de conflictos y necesidades desde el dinamismo adaptativo de
los servicios sociales, que emergen de la propia ciudad a medida que se va
incrementando el nivel de complejidad de las relaciones, de las representaciones
sociales que los ciudadanos reciben de lo que es bienestar.
Por lo tanto, la ciudad no es sólo un fenómeno urbanístico. La trama que configura el
esqueleto invisible de la urbe está constituida por sinergias que se producen entre
los ciudadanos participativos, las instituciones y los diferentes espacios de relación,
entre los que cobran un especial interés los ESPACIOS CULTURALES. Pues éstos,
nos brindan la posibilidad de aprender EN LA CIUDAD. Y aprender DE LA CIUDAD,
de su pasado, de su presente, muchas veces desconocido, enterrado en la memoria
de quienes tejieron la historia de la propia ciudad y que no tienen voz, por ser más
alta la voz de una mediocre visión futurista, acomodaticia de hormigón y césped.
La ciudad en términos de relación, de convivencia, debe entenderse como un marco
y agente educador que, ante la tendencia a la concentración del poder, practica la
opinión pública, la libertad, el sentimiento crítico, la expansión de la cultura como
activo educativo. Ante la tendencia al gregarismo, debe expresar pluralismo; ante la
tendencia a distribuir desigualmente las posibilidades, defiende la ciudadanía; ante la
tendencia al individualismo, se esfuerza por practicar la individualidad solidaria...
permite formar personas sensibles tanto a sus deberes como a sus derechos. Esta
es una realidad que viene defendida desde la UNESCO, desde hace más de 30
años.
La visión compleja de una ciudad que aglutina, que genera riqueza, que activa
movimientos hacia al exterior, debe ser consciente de sus potencialidades y de sus
limitaciones con el objeto de crecer como ente vivo, configurado por una ciudadanía
que se involucre en un proyecto común, más allá de grandes simbologías políticas,
accionando pensamiento territorial, regional. La ciudad se construye en escenarios y
ambientes globales de aprendizaje, en donde confluyen procesos, estrategias y
vivencias educativas, culturales, intelectuales redundando en el concepto de
educación permanente a lo largo de la vida.
LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LA CULTURA
Teniendo como objetivo principal que el beneficiario de las políticas culturales es el
ciudadano y hacia sus necesidades y bienestar éstas deben estar dirigidas, no
podemos olvidar el papel que las industrias culturales y creativas tienen en el
crecimiento económico y la generación de empleo.
En un contexto de globalización e incertidumbre económica, donde las fábricas se
sustituyen por comunidades creativas cuya materia prima es su capacidad para
imaginar, crear e innovar, las industrias culturales y creativas de Europa ofrecen un
gran potencial de crecimiento. Y la escala local es un medio idóneo para la apuesta
por este tipo de industrias que tiene como ventajas además de su facilidad de
ubicación, el valor añadido de los productos y empleos.
Servicios educativos o formativos, de digitalización, la generación de contenidos
culturales, los medios de comunicación digitales, la creación de videojuegos, la
industria del libro, etc. son nuevas potencialidades para crear empresas que
requieren, en principio, la adecuación de competencias, creación de nuevos perfiles
profesionales y el apoyo al emprendimiento a nivel municipal.
La consideración de la industria cultural en la escala local debe ser un objetivo de las
políticas municipales pues en datos del Ministerio de Cultura las actividades
culturales contribuyen con un 3% al PIB total y con un 3,2% al VAB de España,
porcentajes que son similares a otros sectores como la agricultura, ganadería o
pesca. La cultura también proporciona empleos de calidad a unos cinco millones de
personas en la UE-27.
La cultura no es el único factor de desarrollo local, ni el principal pero si se pueden
esgrimir a su favor los argumentos:
El sector cultural no es, en general, depredador del medio ambiente, no
genera desechos y además dificulta notablemente la deslocalización.
El trabajo en los sectores culturales provoca mayores niveles de satisfacción
laboral que en el conjunto de la economía.
La cultura es un sector de demanda creciente.
El fomento de las formas de pensamiento creativas favorece la predisposición
al cambio social. Un valor en un entorno dinámico como el actual.
De manera más general las ciudades y las regiones consideran que las
infraestructuras culturales de primera clase y los servicios de alta tecnología, las
buenas condiciones de vida y de ocio, el dinamismo de las comunidades culturales y
el vigor de las industrias culturales locales establecen un entorno positivo que atrae a
personas cualificadas así como a empresas.
Desde esta perspectiva, tejiendo cultura participativa, movilizando los recursos
imprescindibles para que la movilización de necesidades ciudadanas encuentre
participación y respuestas adecuadas de la propia ciudad, podremos plantear,
después, los grandes proyectos que soporten LA CULTURA CIUDADANA, LA
CIUDAD CULTURA. Es desde esta reflexión desde la que consideramos que puede
hablarse después de distintos modelos de desarrollo cultural como el del marketing
urbano, del desarrollo de una marca o branding de ciudad, de la reordenación de
espacios como el frente marítimo o la redefinición de los distritos culturales.
EJEMPLO DE BRANDING PARA SANTANDER
LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA CULTURA INTEGRADORA DE LOS SERVICIOS
SOCIALES
La cultura de la ciudad, la ciudad evolutiva hacia un modelo de Cuidad Educativa
debe tener en cuenta las necesidades emergentes de las personas, de los grupos
que definen el territorio ciudadano. Y los servicios sociales deben incorporarse como
espacios normalizados y ‘normalizadores’ de las interacciones de los ciudadanos con
la propia ciudad, con su propia organización.
Nos encontramos, posiblemente, en un momento clave en el desarrollo de nuestros
servicios sociales, en una encrucijada estratégica que puede conducir a su mejora y
consolidación, pero que también puede acentuar su carácter residual y disminuir su
relevancia. Son muchas y diversas las contribuciones que cabe hacer para la
construcción de unos servicios sociales cada vez más dignos, eficaces y sostenibles.
La definición más extendida y clarificadora de los servicios sociales en el marco
integral e integrador de la red urbana los define como las prestaciones técnicas y
otras actividades en las que se brinda ayuda y apoyo, fundamentalmente relacional y
de proximidad, para la cobertura de carencias y el desarrollo de potencialidades en lo
que tiene que ver con la autonomía (frente a la dependencia) personal y la
integración (frente a la exclusión) comunitaria y social en general.
Por otra parte, existe una amplia coincidencia entre los y estudiosos de los servicios
sociales en nuestro contexto (español, europeo, occidental) a la hora de subrayar el
impacto que en ellos están teniendo los denominados nuevos riesgos sociales
(Taylor-Gooby, 2004), vinculados a fenómenos como la transformación de los roles
de las mujeres y de los modelos familiares, el envejecimiento de la población o la
reestructuración de los mercados laborales y de los sistemas de bienestar (por citar
tan sólo algunos). Estos y otros fenómenos pueden operar como amenazas y
oportunidades para los servicios sociales pero, en todo caso, los someten a fuertes
tensiones, especialmente notables en las fronteras entre los servicios sociales y
otras ramas, singularmente la sanitaria.
Los retos de los servicios sociales integrados en la comunidad son tres,
principalmente:
El reto del respeto a la dignidad y autonomía y el ejercicio de los derechos de sus
destinatarias y destinatarios. Y es que, en muchas ocasiones, la introducción de la
lógica y los instrumentos de la gestión en los servicios sociales ha sido y es
percibida, más bien, como una amenaza para esa dignidad, esa autonomía y esos
derechos de las personas destinatarias de los servicios, en la medida en que se
asocia la palabra gestión con una aproximación economicista a los servicios
sociales.
Sin embargo, herramientas como las de la planificación y evaluación de carácter
participativo, la elaboración y establecimiento de documentos como las cartas de
servicio o los códigos éticos y una adecuada e innovadora gestión de casos (que
contribuya a la personalización de la intervención) pueden (y deben) tener un
impacto positivo en la calidad de vida (objetiva y subjetiva) de las destinatarias y
destinatarios de los servicios sociales. Se trataría de estructurar sistemas de
planificación y evaluación a los diferentes niveles (por ejemplo: intervención
individual, gestión de la organización, gobierno estratégico) que potenciaran la
coherencia y alineación de las diferentes partes de la organización o el sistema.
Buscando un lenguaje común a los diferentes niveles y formulando objetivos e
indicadores que tuvieran sentido para todos los agentes participantes, empezando
por las propias destinatarias y destinatarios de los servicios.
Un segundo reto es el reto de la eficacia, el reto de que los servicios sociales
desencadenen efectos previsibles y reconocibles. Los servicios sociales deben
seguir progresando en incorporación y desarrollo de modelos de atención basados
en la evidencia y el conocimiento y ser cada vez más capaces de dar cuenta de sus
resultados y de su impacto.
El tercer reto que podemos plantear es el de la eficiencia y la sostenibilidad. Ello es
especialmente crítico en contextos en los que el valor añadido de los servicios
sociales es limitadamente reconocido y, muchas veces, cuestionado, en la misma
medida que lo son muchas de sus destinatarias y destinatarios. Para ello serán
útiles, con la conveniente adaptación, las herramientas del marketing y de la gestión
estratégica que ayudan a comprender y combinar los tipos de capital (económico,
intelectual, estructural, relacional) que están en juego en cada momento, a
segmentar adecuadamente los entornos y a construir la diferenciación y
posicionamiento deseado para cada uno de los agentes.
Todos estos aspectos deben dar una nueva dimensión a los servicios sociales, a
través de un diagnóstico exhaustivo de necesidades reales y sentidas de la
población que favorezca la implementación de servicios sociales como escenarios de
intercambio de problemáticas que dificultan la vida en la urdimbre de la ciudad. Los
servicios sociales deben interrelacionarse con otras estructuras comunitarias de vital
importancia como la familia y la escuela, de forma que se creen canales de
comunicación formales e informales adecuados para la adecuada interpretación de
las dificultades y competencias de las personas promoviendo intervenciones en
proceso desde EL DISCURSO DE LAS CAPACIDADES de los ciudadanos.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO: NECESIDAD DE ORIENTAR LAS POLÍTICAS DE
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES ENTRE MUJERES Y HOMBRES AL LOGRO DE
OBJETIVOS
El Partido Regionalista de Cantabria hace una apuesta rigurosa por aumentar la
presencia de las mujeres en la actividad política y poco a poco avanzando hacia la
paridad democrática. Reivindicamos la incorporación de la visión de las mujeres en
todos los ámbitos de la política y la sociedad para poder construir una Cantabria más
equilibrada.
Esta cita corresponde a la ponencia titulada “Una Cantabria municipal” del IX
Congreso del Partido Regionalista de Cantabria. El texto demuestra un compromiso
por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres que permanece activo y
en el que el Partido Regionalista de Cantabria continúa trabajando.
La pertinencia de la cita viene porque es un objetivo aún no conseguido y un
compromiso que es necesario revisar y renovar. Según datos del padrón municipal,
la población de Cantabria estaba compuesta en 2009 por 288.735 hombres y
300.500 mujeres. Es decir, algo más de la mitad de la población de Cantabria son
mujeres y como sociedad no nos podemos permitir el lujo de desperdiciar la fuerza
de trabajo, el talento y la creatividad de una parte de la población.
Las estadísticas sobre paro femenino, precariedad laboral, diferencia salarial, las
dificultades para el desarrollo profesional de la mujer, etc. son suficientemente
conocidas como para repetirlas. También son elocuentes los objetivos de los
distintos planes y las medidas propuestas que se recogen. Todos necesarios y todos
similares, independientemente de la orientación política de su procedencia, porque la
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres es una exigencia basada en una
realidad social incuestionable.
Desde el terreno municipal muchos Ayuntamientos de Cantabria cuentan con un
Plan de Igualdad de Oportunidades, lo que manifiesta una preocupación y un deseo
por la superación de la desigualdad. Una vez sensibilizados con el hecho, quizá ha
llegado el momento de hacer autocrítica y asumir un compromiso personal, además
del institucional, no dejar las leyes en el papel y trabajar por la consecución de los
objetivos aún no logrados. La cercanía y el conocimiento directo que se tiene de
personas y problemáticas específicas en el ámbito municipal es un activo que
nuestros alcaldes y concejales deben aprovechar para mejorar objetivamente la
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
La feminización de la pobreza, la desigual distribución de las cargas familiares, la
falta de apoyo social que recibe la mujer emprendedora, la problemática específica
de la mujer en el medio rural… son barreras que solo se pueden levantar con
políticas activas que impliquen a hombres y mujeres.
Hablamos coloquialmente de un cambio de modelo económico y de un cambio de
valores sociales. Como un juego o propuesta utópica pero posible, quizá, también
deberíamos cambiar la forma de contabilizar nuestros logros políticos, contemplando,
no sólo las grandes cifras económicas sino también, las de la igualdad: junto al
número de las empresas creadas, el número de éstas creadas por hombres y por
mujeres; junto al número de empleos creados, los ocupados por mujeres y por
hombres; frente a las negociaciones salariales, los aumentos proporcionales de
hombres y mujeres; en el número de nacimientos los permisos de maternidad y
paternidad otorgados, … no quiere decir que todas tengan que cumplir una
proporción estricta pero de esta manera igual nos hacemos conscientes de hacia
donde nos dirigimos y que llegar no es suficiente sino llegamos todos.
La sociedad cántabra la formamos muchos y muchas, diversos y plurales, -somos
todos-, y todos debemos estar representados social y políticamente en una
democracia saludable.
5.- LA NECESIDAD DE COMARCALIZAR Y MANCOMUNAR SERVICIOS
Dado el carácter y número de nuestros municipios es sumamente conveniente
apostar por la comarcalización y por mancomunar servicios.
De esta forma, se aúnan esfuerzos y se optimiza la gestión de los servicios públicos,
redundando en beneficio tanto de los propios Ayuntamientos como de los
ciudadanos afectados.
La comarca como entidad local con personalidad jurídica, demarcación propia y
autonomía para el cumplimiento de sus fines.
Tal y como contempla la Ley de Cantabria 8/1999 los municipios de Cantabria,
limítrofes entre sí y vinculados por características geográficas, socioeconómicas,
históricas e intereses comunes, podrán constituir comarcas, que gozarán de la
naturaleza de entidades locales.
La comarca tendrá a su cargo la prestación de servicios y la gestión de actividades
de ámbito supramunicipal, representando los intereses de la población y territorio
comarcales.
De igual modo, la comarca cooperará con los municipios que la integran en el
cumplimiento de sus fines propios.
Prestación de servicios en ámbitos competenciales tan relevantes como pueden ser
entre otros, los siguientes:
Ordenación del territorio y urbanismo.
Protección del medio ambiente.
Acción Social.
Cultura.
Deportes.
Promoción del turismo.
Artesanía.
Ferias y mercados comarcales.
Protección de los consumidores y usuarios.
Protección civil y prevención y extinción de incendios.
Transportes.
Patrimonio Histórico Artístico.
Servicios de recogida y tratamiento de residuos sólidos.
Aquellas otras que, con anterioridad a la presente Ley o a la de su
creación,pudieran ser ejercidas en el futuro por las comarcas.
Asistencia y cooperación técnica, jurídica y económica de los municipios.
Asimismo las mancomunidades de municipios con la finalidad de prestar servicios
comunes a varios Ayuntamientos se plantea como un instrumento a impulsar y
fomentar dentro del municipalismo de Cantabria.
De esta forma, servicios fundamentales para la ciudadanía se plantearían de forma
más eficaz y eficiente. Entre ellos destacan:
Servicios Sociales.
Servicios técnicos y jurídicos.
Creación de una Agencia de Desarrollo Local.
Promoción y desarrollo del transporte público.
Promoción y desarrollo de un Centro de Servicios Avanzados de
Comunicaciones.
Promoción del empleo, desarrollo y turismo rural.
Promoción y desarrollo de actividades deportivas.
Promoción y desarrollo de actividades culturales.
Promoción y desarrollo de actividades ganaderas.
Mantenimiento de servicios de infraestructuras.
Ejemplo de Mancomunidad de Municipios es la Mancomunidad de Municipios
“Nansa” formada por los siguientes Ayuntamientos: Herrerías, Lamasón, Polaciones,
Rionansa y Tudanca.
Otro ejemplo son las experiencias de gestión mancomunada de los valles pasiegos,
compuestos por las comarcas del Pas, Pisueña y Miera.
Este proyecto común tiene sus comienzos en el año 1996 con la creación de la
Asociación para la Promoción y Desarrollo Comarca Pisueña, Pas y Miera.
La andadura se inicio en un principio con 4 municipios a los cuales se irían
incorporando nuevos hasta alcanzar los municipios 16 que hoy forman la Oficina
mancomunada de Servicios Valles Pasiegos.
La experiencia ha demostrado que es más fácil y operativo afrontar proyectos desde
Entidades Supramunicipales que agrupan Municipios, que de forma individual.
De este modo, se enriquecen las iniciativas, se aprovechan las sinergias creadas por
cada uno de los integrantes y además se optimizan los gastos, de una manera muy
importante.
La Comarca de los Valles Pasiegos está formada por 16 municipios rurales con
escasos recursos económicos y humanos lo cual dificulta la puesta en marcha de
proyectos de incidencia comarcal.
Todas las entidades locales que forman las estructuras creadas apostaron por la
creación de organismos comunes capaces de gestionar acciones que superan el
ámbito local, Muchas de las soluciones locales pasan por decisiones comarcales.
Los problemas son similares en todos los municipios y por lo tanto las soluciones
también. Un enfoque más amplio mejora los resultados.
La optimización de gastos es otro de los objetivos de la creación de entidades
mancomunadas.
De este modo se dispone de un grupo multidisciplinar de técnicos cualificados que
colaboran con los técnicos municipales en la puesta en marcha y ejecución de
proyectos de todo tipo: creación de infraestructuras, gestión de servicios culturales,
turísticos, recreativos…, medio ambientales, formativos…
Con la consolidación de estas entidades y de sus proyectos se conocen de un modo
directo las necesidades de los municipios y se priorizan las soluciones para la mejora
de la calidad de vida en la comarca.
El enfoque global ayuda a cualificar y a defender con más argumentos cualquier
propuesta de mejora.
En la actualidad hay creadas 4 entidades:
Asociación Desarrollo y Promoción Pisueña, Pas y Miera gestora de Ayudas
Proder y Leader.
Agencia de Desarrollo Comarcal.
Consorcio de Pisueña, Pas, Miera.
Mancomunidad Valles Pasiegos.
Todos los organismos creados se rigen por los siguientes principios:
Priorizar la atención a la población y al entorno del medio rural.
Impulsar el intercambio de experiencias, la cooperación y la búsqueda de
nuevas líneas de trabajo que sirvan para corregir las debilidades de las zonas
rurales.
Promover estrategias mediante las cuales la población se convierta en la
auténtica protagonista de su desarrollo.
Fomentar la aplicación de estrategias originales de desarrollo sostenible,
integradas y de calidad.
Trabajar con la mente abierta y un espíritu innovador
Intentar tomar todas las decisiones por unanimidad (> 95%), con las miras
puestas en el beneficio comarcal.
Dar libertad y margen de actuación a los Equipos Técnicos.
Mantener el equilibrio adecuado entre los ideales y el necesario pragmatismo
para su materialización.
Por tanto, los regionalistas apostamos de forma decidida y contundente por incidir en
las experiencias supramunicipales existentes. Creemos en la necesidad de proceder
a desarrollar la comarcalización de nuestros entes municipales desarrollados en la
Ley 8/1999.
De igual modo, no se pueden ignorar experiencias de este tipo en las que además la
intervención de la sociedad civil ha resultado altamente positiva.
Así, el programa Patrimonio y Territorio: El Valle del Nansa y Peñarrubia es un claro
exponente. En el citado programa las Administraciones Públicas competentes:
Gobierno de Cantabria, Ayuntamientos afectados y la Confederación Hidrográfica del
Cantábrico, en colaboración y bajo el impulso de la Fundación Marcelino Botín, están
desarrollando un interesantísimo programa de planificación de actuaciones que
redundarán en beneficio de todo el Valle del Norte.
Actuaciones comprensivas de un adecuado estudio y planificación del patrimonio
paisajístico, planeamiento urbanístico y desarrollo local, de la caminaría histórica, de
la morfología de los núcleos, del medio natural y espacios forestales, en definitiva, de
la valoración del patrimonio territorial y paisajístico. Junto a ello, la realización de una
serie de actuaciones concretas
y efectivas como la recuperación de la cuenca del Nansa y la puesta en valor del
patrimonio cultural y religioso como la restauración de la Iglesia de San Mamés de
Polaciones a título de ejemplo.
La plena coordinación y colaboración entre los poderos públicos y la sociedad civil
que inspiran el programa Patrimonio y Territorio, es un claro ejemplo de participación
y de cómo en un futuro inmediato se deben articular formulas participativas y
asociativas a la hora emprender actuaciones y proyectos de planificación. Todo ello
puede y debe conducir a la aprobación por parte de los poderes públicos de planes
de desarrollo y protección del medio rural en Cantabria contemplados en la Ley
2/2001 de Ordenación Territorial. En muchas ocasiones importa más el cómo que el
qué, es decir, cómo se han elaborado y aprobado instrumentos de planificación (con
la participación activa de la sociedad civil) que el contenido concreto y específico de
sus determinaciones
6.- SANTANDER, EJE VERTEBRADOR Y DE PROGRESO DE CANTABRIA
UN SANTANDER PROTAGONISTA
Santander debe potenciar su protagonismo como capital de Cantabria dentro y fuera
de la región. Los regionalistas queremos ‘Más Santander, un Santander
protagonista’, que sea, por descontado, seña de identidad para todos los cántabros,
pero, además, un referente no sólo en la cornisa cantábrica, sino en el conjunto de
España y, aun más, en el contexto internacional.
Es un proyecto ambicioso que vemos plausible, siempre que se conciba bajo la
premisa no de la autocomplacencia, sino desde el afán de superación.
Los regionalistas somos los primeros en poner en valor nuestra capital. Es la única
ciudad costera del norte de España orientada al Sur, cuenta con singulares atractivos
como excepcionales playas y acantilados, la Península de La Magdalena... Su
Universidad, puntera, se ha visto ahora reforzada con los proyectos enmarcados en
el Campus de Excelencia Internacional. Un ámbito educativo y cultural que cuenta,
además, con el magnífico activo que supone la Universidad Internacional Menéndez
Pelayo. Todo eso, y muchos otros aspectos, se ven revalorizados por otro activo aún
‘más capital’: los santanderinos.
Sin embargo, apostamos por no caer en la autocomplacencia, porque no debemos
quedarnos con la situación heredada y es necesario impulsar nuestra ciudad en los
muchos aspectos que tienen un amplísimo margen de mejora.
Para ello, se ha de apostar por superar el ‘status quo’, identificar las necesidades, el
margen de mejora y optar, con una estrategia clara, definida y consensuada con los
agentes sociales por poner en valor nuestra capital.
Así, es necesario huir del inmovilismo y apostar por proyectos innovadores.
Santander ha de tender a superar su tradicional anclaje en el sector servicios para
impulsar nuevas actividades productivas que cumplan un doble objetivo: por un lado,
sentar las bases del futuro de la ciudad y, por otro, propiciar un contexto laboral
atractivo a los cientos de jóvenes, excelentemente formados, que cada año dejan las
aulas de nuestra Universidad.
Una ciudad que aleja a sus jóvenes mejor formados es una ciudad que queda
sometida a los vaivenes económicos del sector servicios que, aunque tiene una gran
importancia y no debe dejarse de lado, no pude ser la base de nuestra economía.
Nuestra apuesta de futuro por Santander pasa, en líneas generales, por aprovechar
la belleza natural e impulsarla para, junto a ese atractivo, construir una ciudad
competitiva, que genere actividad económica -riqueza y empleo-, que sea atractiva
culturalmente y de calidad social y ambiental.
Todo ello requiere un cambio de mentalidad, dar un paso adelante con una mente
abierta a la comunicación y a la colaboración, a los planteamientos a largo plazo, a la
imaginación, a los proyectos innovadores y a los emprendedores…. Un paso que ha
de basarse en la creencia firme en las posibilidades de nuestra ciudad, que fomente
el encuentro de los santanderinos y su municipio y que nos aleje de la
autocomplacencia para, entre todos, comenzar a construir el Santander del futuro.
Un Santander de futuro, que debe poner la vista, entre otras, en los siguientes
aspectos:
Impulsar el desarrollo sostenible de la ciudad
o Desarrollar actuaciones que den soluciones a los problemas actuales y
futuros, en un marco de sostenibilidad y respeto con el medio ambiente.
Calidad en el espacio público
o Debemos conseguir un espacio urbano de alta calidad, que combine
los proyectos de desarrollo integral del municipio, con la promoción de
macroproyectos en zonas degradadas.
Atención a la ciudadanía y fomento de la cultura
o Queremos un ayuntamiento orientado a la ciudadanía, receptivo a sus
expectativas, capaz de agilizar los trámites y de asegurar la calidad de
sus servicios.
Desarrollo organizativo e impulso de la e-administración
o Construiremos una organización que apueste por sus profesionales,
por la mejora de sus procedimientos de gestión y por la introducción de
las nuevas tecnologías.
SANTANDER, ÁREA METROPOLITANA Y ARCO ATLÁNTICO
Santander ha de impulsar su condición de capital del área metropolitana del arco de
la bahía, erigiéndose como principal impulsora de nuevas políticas que ayuden a
fortalecer e impulsar una visión supramunicipal que las localidades enmarcadas en
esa zona.
La interconexión de los municipios que componen el arco de la bahía es, en la
práctica, una realidad social que, sin embargo, requiere de proyectos que permitan
afianzar esa tendencia natural. El arco de la bahía aglutina al 45 por ciento de la
población total de Cantabria y constituye el núcleo principal de la actividad
económica de la Comunidad Autónoma
Santander constituye en, ese aspecto, un actor imprescindible para conseguir que
ese ‘intangible’ que es la comarca metropolitana se consolide, gracias a proyectos
plausibles que ayuden a cohesionar los municipios que la componen y los
ciudadanos que la integran.
Con esa base, el siguiente paso pasará por impulsar el protagonismo del conjunto de
la comarca, y Santander dentro de ella, en el arco atlántico, para lo que será
necesaria una política de ‘diferenciación’ que ponga en valor lo que tiene que aportar
para diferenciarse del resto.
LA APUESTA DE FUTURO DEL ÁREA METROPOLITANA DE LA BAHÍA DE
SANTANDER
El futuro del área del arco de la bahía pasa por el impulso de una política de
promoción socio-económica y cultural y de avance científico-técnico.
Paralelamente, ha de identificar las necesidades de los ciudadanos que atiende,
potenciando un marco social de fuerte identidad ciudadana y de motivación,
promoción y satisfacción individual de sus vecinos.
La ciudad de Santander ha de tener un fuerte compromiso de servicio con el entorno
y con la región de la que es capital. Su vocación de liderazgo se ha de demostrar a
través del diálogo y la colaboración con otras instituciones.
El Área Metropolitana ha de entenderse como la consecuencia lógica del mayoritario
asentamiento ciudadano en los municipios que la componen.
Pero esa condición dada ha de aprovecharse para construir un ámbito de servicios
de alto valor añadido para el conjunto de la población cántabra, aprovechando las
sinergias de los municipios de la comarca y fortaleciendo nuevos sectores
productivos que la impulsen y consoliden.
Así, ha de apostarse por la innovación en las estructuras, estilos y sistemas de
organización y gestión con el fin de estar plenamente preparados para responder a
los continuos cambios socio-económicos.
Los Valores que debe imprimir este Area Metropolitana, una vez definida su Misión y
Visión son:
Ser la primera opción para la prestación de todo tipo de servicios para la
población cántabra.
Convertirse en una Área de patrón socio-económico eficiente y sostenible.
Ha de ser culturalmente visible y forjar su posicionamiento en el entorno celta
del Cantábrico
Apostar por la tecnología
Con el objeto de impulsar su desarrollo, el PRC ve necesaria la apuesta indudable
del Área Metropolitana de la Bahía de Santander como elemento articulador de la
Cantabria del S. XXI ante los retos que esta Comunidad tiene en el futuro.
Para ello, el PRC ve imprescindible que a través de un consenso institucional y
dentro del marco legislativo vigente, pueda realizarse un planteamiento transversal
de futuro, que permita definir de manera prioritaria los grandes temas que afectan al
Área Metropolitana de la Bahía de Santander en los próximos años. Por ello, el
Santander Metropolitano debe ser un Reto Regionalista para el 2020.
Además, apostamos de forma absolutamente decidida por la aprobación de la Ley de
Constitución del Área Metropolitana de la Bahía de Santander.
LA CULTURA EN SANTANDER Y UN AREA METROPOLITANA CREATIVA
Visualizar la cultura integrada en la ciudad es entender su cuerpo como un gran
espacio vivo, tal y como se expresó hace dos años, al presentar la estrategia cultural
para la ciudad de Santander. Un Santander con corazón propio, un cuerpo que late,
que se mueve, un contexto global de vida y aprendizaje.
El proyecto de ciudad, desde nuestra forma de entender la redefinición del concepto
clásico de ciudad, agotado ante las necesidades de convivencia de las personas,
pasa al menos por este decálogo de los gestores del desarrollo urbano:
Las ciudades tienen calles, no carreteras.
La ciudad es un espacio público.
Hacer ciudad es construir lugares para la gente, para andar y encontrarse.
Las obras se empiezan y se acaban bien.
El desarrollo urbano se materializa en un programa de obras, pero sólo
construye la ciudad futura si responde a un proyecto global.
Las operaciones de desarrollo urbano son actuaciones integradas y
estratégicas.
En la ciudad el camino más corto entre dos puntos es el más hermoso. La
estética urbana hace la ciudad vivible.
Una ciudad democrática es una ciudad visible, con referencias físicas y
simbólicas que ubiquen a su gente.
Construir la ciudad futura es una tarea de todos.
El progreso de la ciudad se mide por el progreso en cantidad y calidad de sus
espacios públicos.
No hay desarrollo urbano positivo sin capacidad de invención y de previsión.
La ciudad del mañana se construye reinventando la ciudad del pasado y
diseñando ciudad en las fronteras de la ciudad actual.
La calidad del desarrollo urbano depende de la socialización de la cultura
arquitectónica y estética de los espacios públicos, pero también de la
penetración de la cultura cívica en los diversos actores de la ciudad.
La condición para que los grandes proyectos urbanos tengan esta
multidimensionalidad depende de la eficacia del sistema democrático basado en la
descentralización del Estado y la autonomía local, la representatividad y la
transparencia del gobierno de la ciudad y la multiplicación de los mecanismos de
participación y de comunicación.
Y en este proyecto, debemos considerar la cultura como un todo inmerso en el tejido
relacional de la ciudad.
El área metropolitana de Santander posee el capital humano, el tejido social, el
entorno ambiental, las comunicaciones y en general las características territoriales
para su desarrollo como ciudad creativa.
Desde el PRC de Santander hemos apostado por diseñar una ciudad de la cultura en
este sentido. Una canalización del arte generando vida artística y cultural en todos
los espacios de la ciudad y su área metropolitana, como si de órganos activos se
tratase para dar funcionalidad cultural a todo el sistema ciudad. Y consecuentemente
ya avanzamos esta idea en el proyecto “Santander ciudad-cultura. Evolución
ciudadana a través de la cultura” presentado el pasado invierno.
El desarrollo de la estrategia cultural definida para el área metropolitana de
Santander está vinculada a cuatro aspectos clave:
Ubicar el área metropolitana de Santander y Cantabria en el contexto de
España y Europa, con el objeto de conocer la relevancia de nuestra región
desde el punto de vista cultural, intelectual y creativo.
Poner en valor el Santander metropolitano, dimensionando su activo histórico
en el eje Atlántico, como intersección de culturas e intercambio de
conocimiento.
Analizar las necesidades del área metropolitana de Santander para el
desarrollo de una política cultural a medio largo plazo, en términos de
recursos humanos y materiales.
Recoger las fortalezas de Santander como capital de Cantabria, favoreciendo
todas las sinergias posibles entre los activos culturales de la región y de la
propia área metropolitana.
Y los medios para lograrlo se basan en:
La realización de una política cultural de fondo que contemple el desarrollo de
las industrias culturales y creativas, prestando especialmente atención al
fomento del empleo en el sector cultural. Son importantes en este proceso la
formación para los nuevos perfiles profesionales que requiere el mercado y la
ayuda a la creación de empresas en el sector cultural.
Crear, junto al desarrollo de los sectores vinculados al sector cultural, un
medio en el que la innovación científica y tecnológica pueda ser estimulada y
promocionada, así como potenciar los lazos de unión entre las industrias
culturales locales y la investigación avanzada para el desarrollo de nuevos
productos industriales.
El fomento de la creatividad y de la participación ciudadana. Universidad,
centros de estudios, centros culturales y centros cívicos, desde una política de
activación cultural en el tejido de la ciudad, deben ser verdaderos viveros de
ideas de los vecinos de Santander, que favorezcan liderazgos creativos en la
red urbana de la ciudad. La formación de nuevos públicos y el acercamiento
entre éstos últimos y los creadores debe ser otra de las prioridades de la
política cultural.
Planificación de las infraestructuras culturales. La construcción y planificación
de las infraestructuras culturales debe ser una inversión para que el capital
creativo de la ciudad genere sinergias culturales.
Todos tenemos en la mente numerosos ejemplos de ciudades que han conocido un
nuevo impulso a través del desarrollo de políticas culturales como son Barcelona,
Bilbao o Gijón. El área metropolitana de Santander debe tomar las riendas de su
futuro y definir una identidad propia, diferenciada culturalmente, para destacar en el
entorno de la Europa Atlántica en el que se encuentra situada.
LA VOCACIÓN MUNICIPALISTA DEL PRC
Pero Santander tiene también un largo recorrido por realizar desde el punto de vista
exclusivamente municipal, de ‘puertas hacia dentro’.
El primer gran objetivo pasa por crear un ‘Santander en equidad’, que sea capaz de
ofrecer a todos sus ciudadanos idénticas oportunidades de acceso a equipamientos,
bienes y servicios.
El lugar de residencia no puede ser, en ningún caso, un factor discriminatorio. Todos
somos santanderinos y, como tales, poblamos barrios que, siendo diferentes, han de
contar con idénticos servicios. Diversos barrios, idénticas prestaciones ha de ser una
máxima que se cumpla en su totalidad.
En ese sentido, la recuperación de los barrios históricamente peor tratados ha de
convertirse en una de las principales líneas de actuación desde el ámbito público.
Entre estos espacios, destacan algunas áreas donde se concentran procesos de
regresión urbanística, problemas demográficos (causados por la pérdida o el
excesivo crecimiento de la población) y carencias económicas y sociales. Son, en la
mayoría de las ocasiones, barrios antiguos, extensiones suburbanas realizadas sin
una planificación ni dotación de equipamientos apropiadas o áreas de urbanización
marginal.
En estas zonas, confluyen a menudo problemas de diferente naturaleza, que afectan
en muchos casos el estado de conservación de las edificaciones, la urbanización y
las redes de servicios; la existencia de espacios públicos; la dotación de
equipamientos; la concentración de grupos de ciudadanos con necesidades
especiales; la accesibilidad viaria y en transporte público; el desarrollo económico; la
actividad comercial, y la seguridad ciudadana.
Estas circunstancias afectan negativamente el bienestar de los ciudadanos que
residen en estas áreas y son un impedimento para la cohesión social y el desarrollo
económico de Santander en el futuro.
Es por ello que determinados barrios y áreas urbanas de Santander hoy requieren
una atención especial. Atención que ha de superar las intervenciones sectoriales o
parciales y que permita emprender acciones de intervención integral, dirigidas tanto a
la rehabilitación física como a la sostenibilidad ambiental, el bienestar social y la
dinamización económica.
Las actuaciones deben ir dirigidas a la comunidad entera del barrio o el pueblo
afectados para conseguir que el espacio y los equipamientos públicos se conviertan
en factores de desarrollo social y personal, generadores de tejido social y cultural,
entornos favorecedores de cohesión e identificadores sociales y culturales.
TODOS LOS SANTANDERINOS CUENTAN
La organización territorial por Distritos: Seña de identidad de los Regionalistas de
Santander.
Los regionalistas hemos apostado por una organización territorial por distritos para
ello desde el Comité Local se han estructurado territorialmente la acción política en 8
Distritos, quienes, en coordinación con el Grupo Municipal, han articulado un trabajo
político directo con los ciudadanos y sus necesidades y reivindicaciones, a través de
la figura de sus coordinadores y sus responsables en cada Barrio y cada Pueblo de
Santander.
Este trabajo ha generado espacios de participación ciudadana que, sin duda, se han
convertido en una de las señas de identidad de nuestra acción política en Santander
gracias al impulso y esfuerzo de colectivos vecinales y movimiento vecinal en
colaboración con los representantes de nuestro Partido, consiguien…do que los
ciudadanos puedan expresar sus inquietudes y necesidades.
HACIA UN MODELO DE CIUDAD MÁS SOLIDARIO Y PARTICIPATIVO
La planificación del futuro de una ciudad ha de estar unido a la participación de los
ciudadanos que la conforman.
Para ello, es necesario que Santander refuerce los órganos y canales de
participación ciudadana, de modo que permitan la implicación de los ciudadanos en
la gestión municipal. .
De esta manera, mejorando la participación real de todos esos ciudadanos que
luchan por conseguir un modelo de ciudad más igualitario, justo, solidario y
participativo, podremos conseguir un Santander a un único ritmo, el ritmo del
progreso y bienestar.
UN SANTANDER SALUDABLE
La salud está condicionada por factores económicos y sociales, por el fomento de
prácticas saludables, por problemas medioambientales, por la educación, por la
marginación y exclusión social, y muchos otros factores que constituyen los
determinantes sociales que, entre otras cosas, configuran la salud de las personas
de la ciudad en la que vivimos.
Desde el PRC, consideramos que el gobierno local es el adecuado para actuar
sobre esto aspectos e integrarlas en un modelo de ciudad más saludable e
inclusiva.
La promoción de la salud opera en campos ajenos al sanitario. De nada vale tener
servicios sanitarios de excelencia, si la exclusión social, la polución ambiental y la
formación condicionan decisivamente a las personas a una vida sin horizontes, sin
esperanza y sin calidad de vida.
De ahí que consideremos que el desarrollo social inclusivo y la promoción de la
salud son conceptos convergentes a una finalidad común. Dos caras de la misma
moneda, por lo que es preciso impulsar acciones sociales y políticas para
promover un Santander cohesionado con bienestar y calidad de vida, en suma un
Santander inclusivo, que favorezca y promueva el pleno desarrollo de las
personas.
Planteamos la necesidad de abordar políticas sociales activas a favor de la
inclusión de las personas, reivindicamos la actuación antes de que se produzca la
exclusión, planteamos planes de acogida a los nuevos vecinos en los barrios a
través de la recuperación de la cultura popular de Santander como elemento
facilitador, integrador y de cohesión social.
Para los regionalistas, tanto la prevención como la promoción de la salud son
cometidos esenciales para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de
Santander. Pretendemos circunscribir el cuidado de la salud al desarrollo de una
política favorable a la salud, creando entornos urbanos que contribuyan a la salud y
faciliten la adopción de estilos de vida saludables, que contribuya a la reducción de
las desigualdades, que sea sensible en la atención a las personas con discapacidad,
que se preocupe por la salud mental, dinamizando socialmente los barrios y
desarrollando las habilidades de las personas a través de un plan de promoción del
deporte, reorientar los servicios de salud pública que se prestan desde el
ayuntamiento de Santander a través de la carta de servicios etc...entre otras
actuaciones.
Queremos trabajar por hacer de Santander una ciudad integradora, creemos en
las ventajas de las políticas sociales activas y estamos convencidos de las
bondades de las mismas en la promoción de la salud.
Consideramos que los barrios deben ser el núcleo fundamental de actuación para
poder desarrollar estrategias flexibles acordes a las necesidades reales de las
personas que pueden llegar a encontrarse en riesgo de exclusión. La implicación
ciudadana es la vía para conseguir la ciudad inclusiva y saludable que queremos.
Industria de la salud y conocimiento
Santander es una ciudad rica en posibilidades. De la mano de su compromiso con
el conocimiento, la investigación y la innovación puede convertirse en una ciudad
de referencia en servicios sanitarios, haciendo de la Universidad de Cantabria y el
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla sus puntales fundamentales.
Tomando como base las investigaciones desarrolladas, ha de potenciar la
transferencia del conocimiento a la innovación tecnológica y su aplicación
industrial, al servicio de los ciudadanos dentro y fuera de nuestra ciudad.
En este sentido, abogamos por la puesta en valor de las líneas de conocimiento
en las que están trabajando el instituto de biomedicina y biotecnología. Crear y
desarrollar industrias nuevas, junto al desarrollo de los sectores vinculados a las
áreas sanitaria y medioambiental en los que la innovación científica y tecnológica
pueda ser estimulada y promocionada.
Santander debe ser una ciudad preparada para adaptarse al cambio climático, con
políticas activas en ahorro energético y desarrollando actuaciones que nos sitúen
como una ciudad sostenible, inclusiva y saludable.
Tenemos que crear para ello nuestra propia imagen de marca para la ciudad en
función de parámetros basados en nuestros indicadores de Salud y calidad de
vida.
SERVICIOS SOCIALES
La política de servicios sociales para la ciudad de Santander pasa por:
o Delimitar de forma realista los resultados esperables de los servicios
sociales.
o
Identificar el valor añadido fundamental de los servicios sociales
que, a nuestro juicio, es un activo de carácter relacional, reflejado
en su peculiar configuración y articulación de medios y fines.
o
Rechazar, por tanto, las concepciones que entienden los servicios
sociales como servicios de carácter residual o subsidiario, que
harían aquello que no hacen otros servicios o sistemas,
entendiendo que, más bien, todas las ramas serían
complementarias entre sí.
o
Superar las definiciones de los servicios sociales que los vinculan
a unas determinadas poblaciones o colectivos, proponiendo una
aproximación que ayude a entender que todas las personas,
familias y comunidades somos destinatarias, en principio, de los
servicios sociales.
o
Cuestionar la identificación entre servicios sociales y servicios
sociales públicos: ha de entenderse que los servicios sociales
pueden ser, al menos en teoría, tanto públicos como privados.
COORDINADOR DE LA PONENCIA:
D. JOSÉ VICENTE MEDIAVILLA CABO
COLABORADORES:
D. BERNARDO COLSA
DÑA. AMPARO COTERILLO
D. JOSÉ MARÍA FUENTES-PILA
D. LUIS HERRERA
D. CARLOS RUIZ
D. JESÚS RUIZ
D. ÁNGEL SAINZ
D. FRANCISCO SIERRA
DÑA. CONCEPCIÓN SOLANAS
JUVENTUDES REGIONALISTAS DE SANTANDER