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La representación social del psicoanálisis en el humor gráfico
Investigación realizada en el marco de la investigación “Representación social del psicoanálisis en los
medios de comunicación masiva” propuesta por la Secretaría Científica de Flappsip.
2014 - 2015
Equipo AEAPG
Marta De Giusti (coordinación)
Inés Gutiérrez (coordinación)
Ariel Goisin
Tania León
Carina Rudistein
Natalia Schattenhofer
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Informe de avance
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Fundamentación
En el marco de la investigación “Representación social del psicoanálisis en los medios de
comunicación masiva”, propuesta por la Secretaría Científica de Flappsip, tomamos
algunas producciones del humor gráfico para dar cuenta del objetivo propuesto. Surge
entonces la presente investigación "La Representación Social (RS) del Psicoanálisis en el
Humor Gráfico". Considerando que toda imagen humorística, se genera condicionada al
contexto en el que va a difundirse, podemos pensar el humor gráfico como un medio de
comunicación, que a través de su estructura y lenguaje específico, transmite a los
receptores valores y creencias colectivas implícitas en su discurso. Valores y creencias
que pensamos conforman representaciones sociales acerca del tema que desarrollan.
Ahora bien, para nosotros psicoanalistas esta articulación representación social-humor
constituye un verdadero desafío, debido a que nos coloca frente a marcos conceptuales
pertenecientes a distintas disciplinas. La significación y más aún la construcción de valores
y creencias colectivas, representaciones sociales, entre otros son cuestiones que
generalmente asociamos con la sociología, antropología, psicología social y que, sin
embargo, cada vez más merecen una atenta exploración como parte de nuestras
herramientas conceptuales.
En la imposibilidad humana de prescindir regularmente del vínculo con los otros,
Freud funda el aserto que postula que, desde el comienzo mismo de la vida humana la
psicología individual es simultáneamente psicología social en el sentido más amplio
(Freud S., 1923). No duda al conceptualizar como verdaderos fenómenos sociales todos los
vínculos que un individuo sostiene con su entorno e influyen sobre él. En este sentido, para
este autor, lo que hace oposición a los actos anímicos sociales son los procesos narcisistas
donde la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras personas o renuncia a
estas. Es decir aquellos procesos donde desaparece el semejante.
Ahora bien siempre resulta un trabajo para el investigador establecer los nexos que
enlazan los procesos psíquicos singulares con los procesos grupales y comunitarios
(generales y abstractos). El desafío para nosotros será entonces, sostener la tensión
3
que se establece entre estos dos campos de investigación y aceptar que siempre
quedará un resto opaco, enigmático e indescifrable.
En la investigación que nos ocupa se plantea que en el humor gráfico se pueden visibilizar
determinadas representaciones sociales atinentes a un grupo social y profesional específico
como somos los psicoanalistas.
A partir de lo dicho nos surgieron los siguientes interrogantes:

¿Puede el humor gráfico dar cuenta de la (s) representación (es) social
(es) del psicoanálisis?

¿Cómo las historietas/ humor gráfico
dan cuentan de las
representaciones sociales del psicoanálisis?
Acerca de las Representaciones Sociales
Para Moscovici, una representación social es “una modalidad particular de
conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la
comunicación entre los individuos” (Moscovici,S 1979, p. 17-18). Como actividad
psíquica permite a los hombres hacer inteligible la realidad física y social, de modo de
poder integrarse en una relación cotidiana de intercambios. Constituyen complejos
sistemas en cuya construcción y desarrollo concurren tanto la historia singular cuanto
la del grupo en general. “(Las representaciones)… están inscritas en los pliegues del
cuerpo, en las disposiciones que tenemos y en los gestos que realizamos. Forman la
sustancia de ese habitus del que hablaban los antiguos, que transforma una masa de
instintos y órganos en un universo ordenado, en un microcosmos humano del macrocosmos
físico, hasta el punto de hacer que nuestra biología aparezca como una sociología y una
psicología, nuestra naturaleza como una obra de la cultura. Enraizada así en el cuerpo, la
vida de las representaciones se revela como una vida de memoria.” (Moscovici, S. y
4
Hewstone, M. 1986 p.708-709). Incluyen contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos
que juegan no sólo un papel significativo para las personas en su vida privada, sino también
para la vida y la organización de los grupos en los que viven.
A los fines de nuestra investigación nos interesó de modo particular la caracterización que
nos traen otros investigadores. Darío Páez nos señala que las RS “... son sistemas de
creencias de menor estabilidad y la mayor de las veces característicos de lo que llamamos
“subculturas” que se forman al interior de una sociedad”. Estas emergen ante objetos o
hechos sociales que exigen ser “normalizados” y transformados en algo conocido”. (Páez,
D. y cols. 1987)
Otros investigadores han planteado que son ante todo “productos socioculturales” pues
proceden de la sociedad y nos informan sobre características propias de grupos que las
asumen.
Sintetizando, nos interesa señalar que las RS son procesos: pensamiento constituido y
pensamiento constituyente. Pensamiento constituido en tanto se transforman en
productos que intervienen en la vida social como estructuras preformadas que
posibilitan interpretar la realidad. Son pensamientos constituyentes pues no sólo
reflejan la realidad sino que intervienen también en su elaboración. Por ello se puede
afirmar que las RS son un proceso de construcción de la realidad. Constituye una
formación subjetiva, multifacética y polimorfa, donde fenómenos de la cultura, la
ideología y la pertenencia socio-cultural dejan su impronta.
Entendemos que en este sentido las RS del psicoanálisis se encuadran dentro de esta
caracterización.
La génesis de las RS
Las RS se construyen siempre a partir de un material cultural ya existente.
Se
originan a partir de elementos que irrumpen en la práctica diaria de un grupo, obligándolo a
integrar aquel objeto extraño. En su génesis pueden identificarse dos amplios procesos,
el de objetivación y el de anclaje. En el primero, se produce una selección de los aspectos
relevantes y significativos del elemento intrusivo, descontextualizándolo, para luego poder
materializarlo. Se materializa en una imagen simple, naturalizándose dentro del sistema
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representacional. Éste se hace visible por ejemplo, a través de los chistes o formando parte
del “sentido común”, del saber popular. Se ha conformado así el núcleo central (NC) de
la RS. El anclaje, en cambio, alude al proceso en el que esa nueva RS en formación se
acomoda e incorpora en el seno del sistema de representaciones de referencia del
grupo, asignándosele una valoración cultural. Durante el anclaje, se articulan las tres
funciones básicas de la RS utilizando las categorías ya conocidas.
Ellas son
la
integración de la novedad a los nuevos objetos que aparecen en el campo social, su
interprepretación y su función de orientación de las conductas y las relaciones sociales.
Así se ha familiarizado lo extraño. Sólo la RS objetivada y anclada es la que permite
explicar y orientar nuestros comportamientos. Es por ello que diversos autores se han
ocuapdo en demostrar su alcance. La transformación de las RS produce cambios no
sólo en el marco de referencia sino también en la identidad social. Será el grupo social
el que se ocupará de comunicar el cambio a todos sus miembros. Es en este último
momento de la sociogénesis donde se manifiestan las particularidades con las que cada
individuo incorpora esa RS. Abric (1993) identificó tres modos posibles en que se
incorpora un nuevo elemento social. Puede suceder a través de una “actitud resistencial”,
donde la práctica social nueva es interpretada y fagocitada exactamente desde el sistema
simbólico ya existente. También puede ocurrir una “transformación progresiva”(a través
de la periferia), donde lo novedoso no afecta el núcleo central (NC) de la RS. En una
tercera modalidad puede suceder, en cambio, una transformación radical, paradigmática,
donde lo que queda cuestionado es el marco referencial, resultando imposible sostener las
prácticas antiguas, produciéndose una reformulación del núcleo duro representacional.
Encontramos que el humor es un modo particular de comunicar una RS al colectivo, a
través del lenguaje compartido.
Estructura dinámica de las RS
Son varios los autores los que recalcan la importancia del análisis de la estructura de la RS
para comprender el modo en que se constituyen o modifican. Descomponen la noción de
RS en un núcleo central (NC) y un sistema periférico (SP). El NC alude a los aspectos
más esenciales y arraigados, estables en el tiempo, marcado con la memoria social e
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ideológica.
Es un sistema estable y coherente de creencias, actitudes y valores,
históricamente determinado. En cambio, el SP es funcional, le permite vincularse con
la realidad. Son los rasgos con mayor apertura al cambio y reacomodación en el
tiempo y de acuerdo al grupo social en el que se inserta. Es el elemento de contacto
entre la realidad y el NC. El sistema periférico permite la modulación individual y personal,
resultando por tanto, el aspecto siempre más heterogéneo y flexible de la RS.
Un ejemplo de esto sería lo que encontramos en los chistes. Utilizando el criterio de los
frecuencia de aparición, el “diván” resultaría icono del psicoanálisis formando parte del NC
y el “estilo del analista” - hippie, símil Freud, con traje- aludirían al SP.
Ibáñez, repara en que generalmente se olvida el carácter artificial y simbólico del núcleo
central y se le atribuye, en cambio, plena existencia fáctica. El núcleo pasa a ser la
expresión directa de una realidad que se le corresponde perfectamente y de la cual no
parece constituir sino un reflejo fiel. (Ejemplo el diván)
En nuestro medio y en acuerdo con nuestro problema de investigación, Janine Puget
se pregunta:
“¿Cómo se elige para cada contexto aquello que lo puede representar?, ¿cómo se
construyen los símbolos –marcas- códigos?
¿Se puede pensar qué el psicoanálisis adopta o consagra algún símbolo (S), alguna
modalidad de expresión que lo diferencia y separa de otro conjunto de disciplinas?”
(Puget, J.1998, p 147)
¿Por qué el humor?
Ya desde 1905 Freud consideraba al humor la más elevada operación frente al sufrimiento.
Se caracteriza por ser liberador, grandioso y patético. En nuestro medio Alicia Levin en su
tesis de maestría analiza “la función que cumple el chiste, como estructura verbal, ante la
angustia como afecto displacentero.
En este sentido el chiste estructurado como una formación del inconsciente, es una
transacción, una "formación de compromiso" donde algo de lo reprimido o censurado
se abre paso, sin pagar el precio -diferencia crucial- en la moneda neurótica de la
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inhibición, los síntomas o la angustia. Situaremos al chiste como una "técnica", al decir
de Freud, una operatoria que se constituye como el prototipo del efecto humorístico de
carácter ternario, en tanto implica y exige la sanción de un tercero. Lo que Freud
llama “la parroquia”
Señala Levin que: “la referencia freudiana al tercero en el humor pone en juego a un Otro
(con mayúscula) como lugar simbólico, más allá del ser viviente que eventualmente lo
encarne. Es solo desde ese Otro como lugar del código, del conjunto o tesoro de los
significantes del lenguaje y de su esencial función creadora de sentido, que un chiste puede
ser sancionado como tal; que puede haber un sentido del humor y en el humor.
Para esta investigación destacamos el carácter bifronte del humor en tanto su vínculo:
por un lado con las formaciones del inconsciente y por otro su raigambre cultural. De
allí obtiene sus temáticas: el odio, las prohibiciones sexuales, lo ominoso. Todos los
contenidos que serían insoportables para la conciencia, podrían emerger por vía del ingenio,
burlando la represión.
Son, estas dos dimensiones, las que permiten articular, de acuerdo a nuestro punto de
vista, el humor con las representaciones sociales del psicoanálisis.
Es bien conocida la habilidad del humorismo gráfico, a lo largo de la historia moderna, para
eludir, transgredir censuras o prohibiciones y para desenmascarar y ridiculizar las rigideces,
falsedades e hipocresías del discurso del poder y de las instituciones en general.
Cuando hablamos de humor dentro del espíritu freudiano, hablamos de ganancia de
placer, de juego de instancias, de metonimia y de metáfora, de condensación y
desplazamiento, es decir hablamos de lo inconsciente. En este sentido pensamos que las
representaciones sociales que se visibilizan en el chiste y la historieta reciben a través de la
creación y el juego un especial tratamiento. “En una broma se puede decir hasta la verdad",
señala Freud, lo cual nos plantea la relación del sentido del humor con cierta dimensión de
la verdad. El recurso al "lo dije en chiste" o bien "de mentira", suele ser el artilugio propio
del discurso corriente para desmentir precisamente esa implicancia; la de una verdad que
habita en la frontera de lo imposible de decir. La paradoja, el grotesco, lo insólito, el
absurdo, la desmesura y el disparate son los aparentes sinsentido para expresar en clave de
humor, ese sorpresivo efecto de verdad.
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El dramaturgo italiano Luiggi Pirandello plantea que el humorismo descompone,
desordena y desacuerda, que tiene como objeto desequilibrar, al igual que el psicoanálisis.
En la misma línea, propone al mismo como una forma de crítica a lo contemporáneo y
social desde lo risible.”
En la articulación que nos proponemos entre Representación Social- humor gráfico
tomamos esta característica del humorismo que tiene como objeto desequilibrar,
desordenar, de construir aquello que la razón, el juicio crítico o la censura presenta
como una totalidad.
El humor gráfico
El humor gráfico se vale de la utilización de palabras e imágenes, o de imágenes
exclusivamente. Los recursos lingüísticos que utiliza son la polisemia, la ironía o la
exageración, o una conjunción de ambas.
Puede presentarse en un sólo cuadro o desarrollarse en varios cuadros como sucede en la
historieta. Es así que el chiste resulta de la combinación que se produce entre las imágenes
y las palabras.
Así como el chiste de Freud, el humor gráfico también se funda en un código compartido
con los lectores, debiendo producirse una suerte de "des individualización" del autor, para
convertirse en un autor social, que recoja en su mensaje el contexto sociocultural
compartido
¿Cómo investigamos?
•
Las unidades de análisis que se tomaron para dar respuesta a las preguntas de
investigación fueron chistes e historietas de humoristas argentinos que han
publicado sus trabajos en distintos diarios de circulación masiva.
•
Los criterios utilizados en la selección de las unidades de análisis tuvieron en
cuenta las siguientes variables:
9
•
•
Representación del analista
•
Representación del paciente
•
Representación de la situación analítica
Adicionalmente se tuvieron en cuenta en el análisis los contenidos teóricos y/o
técnicos propios del psicoanálisis, a los que se aludía en las historietas/ chistes
y al particular tratamiento que se les da en ellas. Así se incluyó una nueva
variable
•
Representación de los contenidos del psicoanálisis.
Modalidad de trabajo
Se realizó un relevamiento de humoristas que trabajaron en sus producciones sobre
temáticas relacionadas con el psicoanálisis para luego avanzar en la búsqueda de diferentes
chistes de cada uno.
Se analizaron muchas producciones, se determinaron las tres variables a analizar en cada
una de las viñetas señaladas más arriba y a partir de las mismas se efectuó un nuevo recorte
a partir de aquellas que mejor representaran –a nuestro entender- la representación del
psicoanálisis.
Se planteó como interrogante si lo que concernía al tópico de investigación se refería a la
representación del psicoanálisis para la parroquia psicoanalítica o al seno social en su
conjunto. Cuando nos referimos a la parroquia vale también el cuestionamiento de si
contemplamos exclusivamente a los analistas, a los analistas y los pacientes, o a una
comunidad que, aunque no se analice en un momento dado, comparte estos códigos.
Asimismo también se estableció una diferenciación entre humoristas atravesados por el
psicoanálisis (Tute), analistas-humoristas (Rudy) o humoristas atravesados por códigos
terapéuticos no necesariamente psicoanalíticos (Maitena).
Se seleccionaron 30 chistes y se dividieron entre los diferentes miembros del equipo para su
análisis.
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Se elaboró una tabla donde se cargaron los valores de cada una de las variables en las
respectivas unidades de análisis.
Luego se trabajó de manera conjunta intercambiando lo analizado para enriquecer el
abordaje de cada chiste y para poder definir elementos recurrentes en cada una de las
variables. Asimismo se abordaron aspectos que convocaran nuestra atención por presencia
o ausencia.
Algunas puntuaciones que ejemplifican lo trabajado en cada chiste/historieta para
cada Variable
Representación del analista
Estereotipo del analista: Barba, anteojos, look intelectual.
Puede aparecer como desconectado de la realidad del paciente. (Por ej.: El
paciente se tira por la ventana y el analista continúa en sus elucubraciones.
Concentrado en su mundo y sus reflexiones). En muchos casos aparece de espaldas
al paciente.
 En otros, como en la viñeta que inaugura esta presentación, el analista “busca”
develar esa incógnita que representa el inconsciente en el discurso del analizando.
En todos los casos considerados el analista es un hombre, médico. La única viñeta
en que aparece una analista mujer, sólo dedica su atención a los quehaceres
domésticos.
Analista como aquel que encarna el lugar del saber. Se lo convoca como “Dr”,
otorgándole un lugar de jerarquía.
 También se lo incluye dentro del conjunto social que sufre las consecuencias de
la precarización de las condiciones de trabajo.
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Representación del paciente
El paciente pareciera mostrar aspectos poco relevantes para la jerarquía de tópicos
a abordar en la situación analítica. Por ej: “Doctor mi marido no quiere que le
hable”.
Recurre al tratamiento para poder abordar los sueños no cumplidos y sus
frustraciones. Rol de los objetos parentales como quienes obstaculizaron su proceso.
“Podés creer! Me dijo que te idealizo mamá”.
Paga para encontrar a alguien que lo escuche. “Mi marido ni por plata escucharía
mis sueños”.
Representación de la situación analítica
El trato es de Ud. y por el apellido, denotando también cierta distancia.
Diván como ícono de la situación analítica. Mobiliario minimalista.
Paciente recostado y analista sentado. Representación de la asimetría del vínculo.
Aparición de nuevas tecnologías. Tratamiento in absentia del paciente (vía
celular, skype)
Tratamiento analítico como espacio privilegiado para el abordaje de la sexualidad.
“Mi marido es impotente y yo soy frígida”. “Sexo tántrico”.
Espacio analítico se muestra como un lugar de catarsis y no de interpelación. El
analista contiene a cambio de dinero.
Representación de los contenidos del psicoanálisis.
 Se encuentran alusiones a: el inconsciente, la interpretación de los sueños, la
idealización, la transferencia, la fantasía, la repetición, las producciones del
inconsciente (como los actos fallidos), al complejo de Edipo, al acting out, al
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encuadre, a los dispositivos de intervención en psicoanálisis, por nombrar sólo
algunas.
Antecedentes Gráficos
En el año 1945 apareció por primera vez –en el diario Clarín y en la Revista El Hogar- la
tira conocida como “El otro yo del Dr. Merengue” creada por el dibujante, humorista y
editor argentino Guillermo "Willy" Divito.
Narra la historia de un señor serio y encumbrado al que las normas sociales le imponen
callar muchas de las cosas que quiere expresar. Entonces aparece su otro yo, como un
fantasma, y nos muestra lo que realmente piensa o siente.
Según contó el autor, la anécdota del origen del Dr. Merengue sucedió en el hipódromo. Él
estaba allí apostando y un conocido le pidió prestado un dinero para seguir apostando
porque se había quedado sin un peso. Divito se lo cedió gentilmente y el otro recuperó y
comenzó a ganar. Cuando ya llevaba ganado bastante dinero, celebraba, muy orondo,
mientras que esta vez era Divito el que se había "hundido" y lo miraba ganar esperando que
hiciera el gesto de devolverle su préstamo. Como esto no ocurría, le dedicaba por dentro
insultos irreproducibles. "No era lo suficientemente amigo como para decirle con confianza
que me lo devolviera", señalaba. "Ahí fue que concebí al doctor Merengue y a su otro yo,
que dice las cosas que el doctor piensa, pero que por las normas sociales, se ve impedido de
expresar." (Wikipedia)
Contemporáneamente, nazismo y estalinismo mediante, llegaba para quedarse el
Psicoanálisis al Rio de la Plata, trayendo consigo ideas y conceptos novedosos, tales como
la partición del Sujeto, de la que dan cuenta El Dr. Merengue y “su otro yo”.
Estos conocimientos sobre las teorías freudianas, que existían en medio intelectuales,
académicos y psiquiátricos, dieron lugar a la idea de fundar una Sociedad Psicoanalítica
con miembros psicoanalizados. Así, el l5 de diciembre de 1942 firmaron el Acta Inaugural
de la Asociación Psicoanalítica Argentina: Ángel Garma, Celes Cárcamo, Arnaldo
Rascovsky, Enrique Pichón Riviere, Marie Langer y Enrique Ferrari Hardoy. (APA)
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Mucho más acá en el tiempo tenemos otro ejemplo donde podemos apreciar cómo el humor
da cuenta de la partición del sujeto antes señalada y de la tensión y el juego entre realidad –
fantasía.
En 1979, “construida como una denuncia de la última dictadura cívico-militar, y sobre todo
de la falta de libertad de expresión que se vivía en esa época, Las Puertitas de Señor
López relata la agobiante y rutinaria vida del señor López, un empleado de oficina petiso y
gordito que vive atormentado por sus jefes, sus vecinos, sus compañeros y su gruñona
esposa. Cuando el mundo real se le hace intolerable, López utiliza como escapatoria su
imaginación, mediante la cual viaja a un mundo alterno e interior, al que accede
simplemente por la puerta de cualquier baño. Allí, según la oportunidad, se le ofrecen
visiones paradisíacas o terroríficas, y allí López encuentra sus más grandes placeres y sus
más profundos temores”.(Wikipedia)
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Ejemplos seleccionados para ilustrar las variables investigadas.
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Conclusiones

Pensamos al humor y al chiste como productos culturales específicamente humanos,
construidos sobre un sistema complejo de representaciones sociales sobre las que
operan los mecanismos inconscientes de la condensación y el desplazamiento.

El humorismo tiene como objeto desequilibrar, desordenar, deconstruir aquello que la
razón, el juicio crítico o la censura presenta como una totalidad.

Intentamos poner de relieve las representaciones sociales del psicoanálisis
utilizando el humor como vehículo para reconocer, interrogar, interpelar los valores,
las creencias, los prejuicios, los temas que trata y las actuaciones de los propios
psicoanalistas constituyendo a través del ingenio una mirada crítica de la que no
podemos menos que estar advertidos.

Se testimonia algo asimilado e instalado en la cultura que trasmite, en texto e
imagen, un guion imaginario acerca de cómo se concibe el psicoanálisis: ¿Quién
analiza, cómo analiza? Y también cosa curiosa… de cuan popular es el
psicoanálisis!
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Bibliografía
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France.
Aguirre Dávila, E. Yánez, J. (2004) Diálogos 3. Discusiones en la psicología
contemporánea. Bogotá: D.C: Universidad Nacional de Colombia.
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Buenos aires: Kraft.
Freud, S. (1905) El chiste y su relación con lo inconsciente. Tomo VIII. EA. Buenos Aires
1984.
Freud, S. (1921). Psicología de las Masas y Análisis del Yo. Tomo XVIII. Págs. 67-68. EA.
Buenos Aires 1979.
Freud, S. (1927). El humor. Tomo XXI. . EA. Buenos Aires 2009.
Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. Tomo XXI. . EA. Buenos Aires 2009.
Levin, A.: “El chiste y la angustia”. Tesis de Maestría en Psicoanálisis. Universidad de la
Matanza en convenio con la Asociación Argentina de Psicoterapia para Graduados. Fecha
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Moscovici S. (1984). The phenomenon of social representations. En Farr, R. y Moscovici,
S. Social representations. Cambridge: Cambridge University Press.
Moscovici, S. (1979) El Psicoanálisis, su imagen y su público”. Buenos Aires: Editorial
Huemul
Páez, D. y cols. (1987): “Pensamiento, individuo y sociedad. Cognición y representación social”.
Editorial Fundamentos, Madrid. España.
25
Seidman, S y otros (2006) “Representaciones Sociales sobre la Educación y el Trabajo en
una Época de Crisis Social, en Jóvenes Argentinos Universitarios” Facultad de
Psicología-UBA / Secretaría de investigaciones/ Anuario de investigaciones/
Volumen XIV/ Año 2006
Tute (2012) Tuterapia. Buenos Aires. Ed. Sudamericana ISBN 9788500738705
Referencias informáticas
http://www.apa.org.ar/historia/
https://es.wikipedia.org/wiki/El_otro_yo_del_Dr._Merengue
https://es.wikipedia.org/wiki/Las_puertitas_del_Sr._Lopez
https://es.wikipedia.org/wiki/Maitena
www.tutehumor.com.ar/
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