Download CONGA: “VoLVIEndo A PonER LA CARnE En EL ASAdoR”

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Conga: “Volviendo a poner
la carne en el asador”
E
l 29 de noviembre del 2011 el ex premier
Salomón Lerner Ghitis anunció la suspensión del Proyecto Conga, en agosto del
2012 el primer ministro, Juan Jiménez
Mayor nuevamente volvió a suspender el mismo
proyecto, por su parte, el Estado contrató a los “peritos de talla mundial” y adicionalmente, se realizó
el trabajo de los “facilitadores de la curia romana”,
sin embargo, ninguna de las acciones realizadas lograron revertir la posición opositora. Asimismo, en la
entrevista que brindó el Presidente Regional de Cajamarca “Goyo” al diario El Comercio, reconoció que
no ha leído íntegramente el peritaje de los expertos
para afirmar o desestimar sus cuestionamientos
frente al uso del agua.
Un hecho adicional, sucedió cuando el 15 de setiembre, Santos anunció en entrevista al diario La
República, que está recolectando firmas para inscribir a su agrupación política Movimiento de Afirmación Social (MAS) como partido, para que pueda
competir en las elecciones nacionales del 2016, en
la cual señaló “será un partido que si cumpla con la
reforma constitucional para preservar los recursos
del Estado a través de una democracia socialista”.
¿Qué hubiera pasado si las autoridades nacionales
hubiesen utilizado algo de Inteligencia predictiva? El
resultado sería diferente, ya que se habría evitado
pérdidas de tiempo y sin duda de recursos.
¿Cuánto le habrá costado al Estado el estudio de
los peritos? ¿Fue razonable haber puesto nuevamente el tema de Conga en el mismo fuego que lo
incineró en la primera oportunidad? o esperaban
que por acto de magia o por obra del Espíritu Santo,
Santos cambie de opinión y de luz verde al proyecto, o quizás aún deje alguna posibilidad para que en
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una segunda oportunidad Conga no se queme en
el asador.
La respuesta a todas estas inquietudes está en el
modelo para la resolución de conflictos socioambientales denominado Liga de Intereses Sociales Recíprocos (LISR), en la cual detalla una clara diferencia
de los opositores previamente clasificados como social y ambientalmente amigables, formato que nos
permite enfocar los trabajos sociales a ejecutar con
los líderes opositores a los proyectos extractivos o
de uso de los recursos naturales. Además, hemos
comprobado que por efectos de la comunicación y
la globalización, los ciudadanos de todas las partes
del mundo, son cada vez más parecidos en su actuar y en su forma de percibir sus intereses, por lo
que es posible señalar una categorización que funcione para buena parte de la orbe.
De esa manera, hemos logrado estudiar y clasificar a los siguientes personajes y líderes típicos con
conductas reiterativas mostradas en cada uno de
los conflictos sociales existentes: los legítimamente preocupados, los pecuniarios, los surfistas y los
ideológicos.
Los legítimamente preocupados son los de mayor
capacidad de diálogo y lamentablemente los de menor número en influencia. Esta clasificación corresponde a los líderes que efectivamente están preocupados por la producción de su comunidad (generalmente agropecuaria), la que podría verse afectada
por efectos de la contaminación o la competencia por
el uso de recursos escasos como el agua.
Para ellos toda acción humana, incluyendo su propio nacimiento y existencia es contaminante, lo cual
no significa que por tanto se tenga que recurrir a
la “Paz de los Cementerios” y así evitar o elimi-
nar la contaminación. Esta categoría de ciudadanos
exigirá conocer y vigilar la adopción de elementos
que permitan mitigar y compensar los cambios que
ocurrirán en la naturaleza. A esta clase de ciudadanos y líderes se le debe proveer con transparencia
la información técnica acerca de las acciones que
deben realizar y mitigar los efectos del Proyecto de
Inversión.
Esta clase de líderes se dan por medianamente satisfechos, y se retiran de la contienda sin dejar de
pensar conservadoramente “por si las dudas, mejor
es que nada cambie”.
Estas personas desafortunadamente representan la
menor parte del espectro de opositores que necesitan de la opinión de expertos, peritos y especialistas
que les absuelvan sus dudas. Las mesas de diálogo, las audiencias públicas y la opinión de los Colegios Profesionales pueden ser muy efectivas para
aplacar sus inquietudes.
A diferencia de estos opositores los pecuniarios
representan a una clase de líderes que hacen del
conflicto su negocio o medio de subsistencia, estas
personas han desarrollado una enorme habilidad
para reconocer que en una comunidad se han dado
las condiciones necesarias, para que usando un
lenguaje incendiario, se pueda desatar la ira e indignación de los ciudadanos. Estos líderes aprovechan
las flaquezas de los políticos y sus yerros para incendiar la pradera (ver conflicto en Puno Aduviri).
Para este grupo de personas proponerles la culminación o cierre de los conflictos es casi como decirle
a un ciudadano que se quede sin su puesto de trabajo. La única manera de contener a estos líderes
es poner en evidencia pública su modo de actuar,
de modo que su liderazgo pierda fuerza moral ante
la comunidad. Usualmente ellos tienen “enorme
rabo de paja” de modo que son también presa de
su propio método, apenas muestran públicamente su forma de actuar –aunque sea solo una parte
y se retraen por temor a que se luzca completamente lo falso de su actuar presente, sobre todo
su pasado de estafa y mentira a los intereses de la
comunidad.
En esta clasificación de personajes o líderes políticos también se encuentran los surfistas, esta categoría corresponde a la mayor parte de dirigentes
políticos. Entre las características de estos personajes es que no son opuestos a la inversión, todo lo
contrario, porque si comprenden que este último es
indispensable para lograr y generar mayores puestos de trabajos para su comunidad y para obtener
los ingresos vía impuestos que le provean de renta y así poder cumplir con sus planes de desarrollo
político.
Sin embargo, no están dispuestos a sacrificar su liderazgo político. Entienden que a efectos de mantener la gobernabilidad y sus posibilidades de supervivencia política no pueden actuar en contra de lo que
quiere el pueblo. Para esta clase de líderes, lejanos
están los tiempos en los que tenían que conducir, jalar a sus seguidores hacia una visión positiva y optimista del futuro, aun cuando ello les pueda significar
pérdida momentánea de simpatizantes, ellos ahora,
no conducen, ya que se dejan arrastrar por la ola
del descontento ciudadano. Constantemente se les
oye mencionar “la voz del pueblo es la voz de Dios,
aunque a la población le conviene esta inversión”,
tampoco soy suicida, kamikace ó practico la eutanasia, si el pueblo quiere irse al precipicio ni modo,
etc. ¿Estas frases le hace recordar a Poncio Pilatos,
quien ordenó crucificar a Jesucristo a pedido de la
mayoría? Estos líderes han aprendido a surfear las
olas del descontento ciudadano, cual corcho siempre se mantienen en la cresta de la ola. Generalmente gobiernan con la encuesta en la mano.
A esta clase de líderes, no se preocupe de convencerlos de los beneficios de la inversión, mejor preocúpese de generarles la ola ciudadana a favor de
la misma, ellos solos tomaran su tabla de surfear y
se subirán.
Finalmente, tenemos a los ideológicos, para estos
líderes los conflictos socioambientales son los ins-
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trumentos necesarios en su búsqueda de generar
“las condiciones objetivas y subjetivas” que permitan propiciar el cambio en el sistema y en el “pacto
social” (léase constitución del Estado – que desde
el año 1993 el sistema de la economía social de
mercado desplazó y sepultó al régimen establecido
para la economía centralmente planificada vigente
en el Perú hasta ese año).
El conflicto socioambiental para estas personas, no
es una dificultad sino la forma de poner en evidencia
pública los problemas de valores dentro de una sociedad que se ha permitido “sepultar” sus convicciones y su sistema. Por tanto, este tipo de dificultades
no son un problema sino la muestra clara de que su
régimen no está muerto y que lucha por recomponerse y exponerse a la urbe.
Una clara diferencia entre estos personajes es que
para los líderes ideológicos no es concebible, que
los recursos naturales sean explotados por inversionistas privados, ya que pertenecen a todos, si esto
último es cierto, entonces la única forma de garantizar que los resultados de la explotación sean distribuidos entre todos, es que solo el Estado deba
explotarlos.
Así se verá que algunas inversiones extranjeras
pertenecientes a Estados y no ha individuos o sociedades privadas, tengan menos resistencia a las
inversiones efectuadas por privados, ya que finalmente no beneficiarán directamente a los peruanos,
pero sí a los ciudadanos del mundo.
Para este tipo de líderes no sirve el uso de las mesas
de diálogo, el informe de los expertos y la responsabilidad social, no obstante, lo utiliza para demostrar
la inutilidad y lo aburrido de los métodos del sistema. Lo que ellos buscan es generar las condiciones
necesarias para que el pueblo se dé cuenta que es
obligatorio hacer cambios profundos de sistema de
gobierno.
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Este tipo de líderes establecen su poder en el uso
de métodos sumamente efectivos para sus propósitos como son: el uso de la psicología social comunitaria (desesperanza aprendida), del miedo, de la intimidación, de la propaganda, de redes sociales, de
medios de comunicación radicalizados y generación
de militantes (Sutep, Rondas Campesinas, etc.)
Con estos métodos generan bases sociales que siguen al líder opositor antisistema, aun cuando el dirigente pueda llevarlos en sus absurdos y delirantes
destinos que van directamente contra los intereses
de ellos mismos, casi como ovejas conducidas al
matadero.
Por ello, la única acción posible contra el líder ideológico es ganarle las bases sociales o por lo menos
disputárselas, dejándoles como “cura sin feligreses”
es decir seguirán lanzando sus arengas, discursos
incendiarios en plazas y medios, pero los ciudadanos ya no los siguen, por eso, se convertirían en
piezas donde los demás solo les observen. (Hugo
Blanco Galdóz quizá pueda servir de ejemplo para
el caso).
De esa manera hemos clasificado a los líderes en
diferentes estereotipos: los legítimamente preocupados, los pecuniarios, los surfistas y los ideológicos. ¿Ahora, en qué categoría colocaría a Goyo?
… Exacto, es claramente un líder ideológico. Entonces el proponerle mesas de diálogo, informe
de peritos, facilitadores de la Curia Romana ¿No
es una pérdida de tiempo? Creo que si se hubiese
utilizado un tanto de inteligencia para poder predecir un comportamiento, entonces hubiésemos
ahorrado muchos recursos o en todo caso afrontado las consecuencias de las decisiones sin sufrir
desengaños y pérdidas de Gabinetes ministeriales
e inestabilidad ciudadana.
Ahora haga el ejercicio y revise a su líder opositor y
averigüe ¿En qué categoría lo pondría?