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Mesa temática 2: Las nuevas formas de gobernanza en el campo social.
Grupo de Trabajo sobre Pobreza y Políticas Sociales perteneciente a CLACSO
ALACIP, San José de Costa Rica, Agosto del 2008
Título: "Biopolíticas neoliberales y focopolítica en América Latina, los programas
de transferencia condicionadas"
Nombre de la Autora: Sonia Alvarez Leguizamón
Lugar de Trabajo: Universidad Nacional de Salta, Argentina
Cargo: Profesora regular en temáticas de Políticas Sociales, Desarrollo y Pobreza
Dirección de correo electrónico: [email protected]
Ponencia Inédita
Abstract en español:
El trabajo tiene como objetivo analizar las políticas focalizadas actuales denominadas con el
término técnico de Programas de Transferencia Condicionada que son una segunda
generación de políticas para pobres, pos-consenso de Washington que he llamado
focopolítica del desarrollo humano. Estas se vienen constituyendo en
un nuevo
humanitarismo, bajo la fuerte influencia de los organismos supra nacionales que dicen
promover el desarrollo de la vida, pero que lo hacen en niveles mínimos básicos. Analizo las
categorías discursivas más importantes en las que se basan estos programas como la de
capital humano, productividad de los pobres; redes de seguridad que se constituyen en
fundamentales para la naturalización de este discurso. Asimismo pongo énfasis en las
características de condicionalidad para explicar estas políticas como intervenciones
asistenciales tutelares.
Abstract en Ingles:
The objetive of this work is to analize target policies named Conditional Cash Transfer as a
second pro poor target policy generations, that were development after the so called
Washington consense that I called focuspolitique of the Human Development discourse,
following the idea of biopolitique of Foucault. I belived that this policies are, in a way, a new
humantiarism of the supranational development institution that have a discourse of life caring,
but they developed politics only for the most poor betwen the poor, in a basic minimun level
of life reproduction. I analize the most important discoursive categories of this new
biopolitique era, as human capital, productivity of the poor, safety nets that I belived are the
most important notions os this discoursive sistem. At the same time, I give a brief glance of
the conditionality requirment for explaining this policies intervention as assistence and
patronage policies.
2
Título: "Biopolíticas neoliberales y focopolítica en América Latina, los programas
de transferencia condicionadas"
Sonia Alvarez Leguizamón
Introducción
El trabajo tiene como objetivo analizar las políticas focalizadas actuales denominadas con el
término técnico de Programas de Transferencia Condicionada como una segunda generación
de políticas para pobres pos-consenso de Washington que he llamado focopolítica del
desarrollo humano (Alvarez Leguizamón, Sonia 2005b). Entiendo a la focopolítica como una
forma particular de lo que Foucault denomina gubernamentalidad neoliberal (1981 [1978]),
2006 [1977-1978]); 2007 [1978-1979]), que se viene constituyendo además en una nueva
práctica del derecho político supranacional y un nuevo humanitarismo, bajo la fuerte
influencia de los organismos supra nacionales que dicen promover el desarrollo de la vida,
pero que lo hacen en niveles mínimos básicos. En la actualidad, se ha expandido una segunda
generación de focopolíticas, los llamados “Programas de transferencias monetarias
condicionadas” que también, se proponen reducir la pobreza y la exclusión, apoyadas en
muchos países latinoamericanos por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco
Mundial. Los programas de mayor envergadura -el Plan Familias de Argentina, Bolsa Familia
de Brasil y Oportunidades de México—cubren un total de 16,7 millones de familias que
viven en la extrema pobreza. Esta magnitud ha llevado a algunos teóricos de la economía
política neoliberal a considerar a estas políticas como de carácter universal sin embargo la
magnitud de los destinatarios que se encuentran en condiciones de extrema pobreza y que
reciben esos “beneficios” no le quita su carácter focalizado, asistencial y disciplinario. Estos
si bien amplían el número de sus poblaciones objeto en relación a las que habían tenido las
políticas focalizadas de primera generación, no pierden su carácter tutelar ni la tecnología de
la autogestión de la propia pobreza que promovía el potenciamiento del capital social
Explico primero sintéticamente que entiendo como focopolítica, luego analizo el surgimiento
del capital humano como una categoría fundamental del sistema discursivo 1 de la
gubernamentalidad neoliberal, vinculándola con las ideas de sus promotores y su relación con
la idea de la acumulación de capital humano para salir de la pobreza. También me interesa
puntualmente el análisis que realiza Foucault, para el caso del Neoliberalismo Alemán y de la
Escuela de Chicago. Luego trato de detectar cuales son las categorías discursivas y los
dispositivos de intervención asociados a las transferencias condicionadas que aparecen como
nuevas o metamorfoseadas, en relación a lo que se ha dado en llamar la primera ola de
políticas focalizadas, entre otras, el capital humano de los pobres, la productividad de los
pobres, las redes de seguridad formal y las formas de entender lo que se llama el circulo
vicioso de la pobreza. Con respecto a la categoría de capital humano, me propongo comparar
el estudio realizado por Foucault en su libro el Nacimiento de la Biopolítica sobre esta
categoría en el ortoliberalismo alemán y el neoliberalismo de la escuela de Chicago, que
desarrollan categorías que luego se modifican y se generalizan formando parte de las políticas
“contra la pobreza” en América Latina. Trato de diferenciar las lógicas y los sentidos
utilitarios de esta nueva generación de programas focopolíticos dirigidos a los más pobres
de entre los pobres, inscriptas en un contexto de fuerte exclusión del mercado de trabajo
“decente” e “indecente” y en el marco de relaciones de dominación y super explotación del
trabajo persistentes. Encuentro que la lógica utilitaria y las categorías asociadas potencian, la
explotación de los pobres ya que se les exige trabajo de contraparte (siendo que ya se
encuentran en condiciones de pobreza extrema o condiciones que inciden sobre su vida
3
privada que se vinculan a la idea de “acumulación de capital humano”) y por otro
invisibilizan las relaciones que producen la pobreza.
La categoría discursiva del capital humano, en relación con los “Programas de transferencias
monetarias condicionadas” es uno de los elementos de la condicionalidad y justificativos de la
contraprestación de la educación de niños y en menor medida capacitación para el trabajo en
adultos. El otro componente que aparece en los programas del Banco Mundial para América
Latina y otros países asiáticos y africanos, es la idea de aumentar ya no sólo el capital social
de los pobres, que ya había sido incorporado en las políticas focalizadas de primera
generación, sino también, la “productividad de los pobres”. Uno podría pensar que si uno es
pobre, en términos de ingresos monetarios para vivir en una sociedad mercantilizada la
productividad es muy escasa, puede implicar un sobre explotación del uso de mis energías
físicas y psíquicos.
Esta última idea, la de la productividad de los pobres, se cree que fue inventada por el
economista neoliberal peruano Hernando de Soto (2002) en su libro El otro sendero, sin
embargo la idea de potencia vinculada a todos los seres humanos, sean estos pobres o ricos, es
un tema de la filosofía clásica. En este caso es una potencia productiva con valor económico
utilitario para el sistema, no para la persona humana. La denominación según su autor
pretendía “demostrarle a mis compatriotas que no había nada mágico o superior en la
propuesta senderista de una nueva sociedad, (…). Aunque había escrito un libro claramente
orientado hacia el desarrollo y no sobre terrorismo, organicé el texto para confrontar los
trillados discursos de Sendero Luminoso contra la democracia liberal y el capitalismo. Para
ello abordé sus argumentos uno por uno, empezando por el supuesto —obviamente falso para
cualquiera que camine por las calles de Lima— de que los peruanos eran una clase social
naturalmente adversa a los mercados y a la democracia”. En su libro de Soto habla de los
trabajadores pobres informales y también de economía subterránea, y a estos los considera
empresarios que tienen activos y que constituyen la gran parte de la economía peruana. Estos
“empresarios mantienen sus activos fuera de la ley, y en consecuencia carecen de acceso a los
dispositivos facilitadores que un sistema legal formal.. debería aportar para ayudarlos a
organizarse y a apalancar recursos. Sin derechos de propiedad seguros y al no poder emitir
acciones, no pueden captar inversión. Al no tener patentes ni regalías, no pueden alentar ni
proteger innovaciones. Sin acceso a contratos y justicia organizada a gran escala, no pueden
desarrollar proyectos a largo plazo. Al no poder comprometer legalmente sus activos, no
pueden usar sus casas y negocios para garantizar un crédito”, etc.. El aporte que neoliberales
encuentran en la teorizaciones y estudios de De Soto es el “descubrimiento de la
productividad de los pobres”.
El estudio de Soto no es nada nuevo en cuenta a la comprobación de la habilidad y capacidad
de los pobres de América Latina para sobrevivir, a pesar de la intensa y persistente escasez de
medios de subsistencia básicos. Esto fue demostrado por una serie de estudios ya realizados
por antropólogos y sociólogos sobre las estrategias o mecanismos de sobrevivencia o de vida
de los pobres y empobrecidos y por los estudios del llamado Sector Informal, promovidos
sobre todo por la OIT. En la idea de la productividad de la pobreza o de los pobres, los
saberes para la sobrevivencia son economizados al igual que lo fueron las redes de
reciprocidad no mercantil, con la categoría de capital social subsumida al campo de la
economía política.
La idea de Hernando de Soto de “liberar” la capacidad productiva de los pobres ha sido
considerada uno de los descubrimientos más importantes de este siglo según algunos titulares
de diarios2. La idea de liberar capital o activos partiría del supuesto que habría algo que estaba
4
atado o sin libertad o eran saberes que todavía no se habían economizado y, en términos de
capitales, podrían ser pensados como capital muerto.
“Aumentar la capacidad productiva de los pobres”, “potenciar las capacidades de los pobres
para lograr una inserción plena en la sociedad”, son alguna de las frases que justifican los
programas focalizados territoriales y los de transferencias condicionadas.
La focopolítica y las políticas sociales para pobres
La “focopolítica” sería un nuevo arte de gobernar3. Ciertas virtudes, habilidades, mañas,
distinciones, conjunto de reglas, dispositivos para influir sobre la vida de los otros, para
gobernarlos. En el momento del nacimiento de la biopolítica Foucault (1981 [1978]),
considera que el objeto de control era la población. Al comienzo, para disminuir su mortalidad
por las epidemias y endemias y, luego, aumentar la productividad del trabajo cuando el
capitalismo lo necesitó. Luego vendrán las políticas de seguro y, al final, las ambientales, para
asegurar la vida en la tierra. Sin embargo en sus estudios posteriores (2007 [1978-1979], 2006
[1977-1978]), observa una transformación de la biopolítica que nace vinculada al liberalismo
en la etapa neoliberal, produciendo un cambio en las lógicas de lo que denomina
gubernamentalidad neoliberal.
Un elemento importante del biopoder, desde el punto de vista más tradicionalmente
sociológico se vincula a que las tecnologías del biopoder, las que no sólo actúan sobre los
procesos económicos y su desarrollo o los efectos de hegemonía y dominación, sino que son
factores de segregación y jerarquización sociales. Aquí también encontramos en Foucault
hipótesis sobre las formas en que se producen y reproducen la desigualdades sociales no
vinculadas necesariamente a las relaciones de clase, sino a la manera como las artes de
gobierno y de ejercicio del poder sobre la vida, tienen una dinámica polimorfa de cadenas y
niveles diferente de ejercicio del poder. Si bien en sus preocupaciones metodológicas plantea
la necesidad de hacer un análisis ascendente del poder “partir de los elementos infinitesimales
(que tiñen su historia, su trayecto, su técnica y su táctica) y después ver como estos
mecanismos de poder (que tienen solidez y su tecnología específica) han sido y son aun
investidos, colonizados, utilizados, doblegados, transformados, trasladados, extendidos por
mecanismos cada vez más generales y por formas de dominación global” (1992 [1976]) 4. Un
ejemplo de ello son sus análisis sobre la relación entre el ámbito microfísica de la disciplina y
el ámbito meso-físico de la biopolítica (Castro Gómez, s/f). Podríamos decir que la
gubernamentalidad neoliberal global actual es una forma de colonialidad y dominación no
sólo económica sino también de construcción y sujeción de subjetividades y expropiación de
identidades, más allá de que la biopolítica también es un campo de fuerzas 5 donde se dirimen
las luchas sociales por la vida y sus sentidos.
La focopolítica es una nueva forma de gobierno sobre los países pobres y sobre los pobres de
estos países que forma parte de la gubernamentalidad neoliberal y, sobre todo, de las
geopolíticas de los organismos supranacionales de crédito, que dicen “luchar” contra la
pobreza. Se promueve para éstos las “energías” de la sociedad civil (instituciones
neofilontrópicas y neobenéficas), redes autogeneradas comunitarias “productivas” de las
organizaciones de base de los pobres, a partir de una política de foco y de mínimos
biológicos. En síntesis no se trata la política de la vida sino de la reproducción a nivel animal
de los pobres del mundo. No es más la población, en su sentido genérico como lo era en la
etapa anterior, ino los más pobres, los más vulnerables y ciertas minorías. Ellos constituyen,
de uno u otro modo, una amenaza para la estabilidad del sistema. La focopolítica es una
forma de gobierno promovida no ya por los estados nacionales sino por los organismos
supranacionales de crédito y de “promoción del desarrollo” – como el sistema de las Naciones
5
Unidas - Pero el poder de estos organismos no substituye las formas de dominación imperial,
como Hardt y Negri (2002) sugieren, sino que complementan, refuerzan y reproducen los
procesos de exclusión y el poder imperial, naturalizándolos al imprimirles un barniz
humanizante a las políticas sociales destinadas a las víctimas de la reestructuración neoliberal.
En mis estudios sobre el arte de gobierno de la focopolítica he probado que esta se ocupan
solo de la vida a niveles de “mínimos biológicos” de ciertas poblaciones consideradas de
riesgo: los más pobres de entre los pobres, las poblaciones denominadas “vulnerables” por
poseer algún atributo que las coloca en un lugar de mayor riesgo social y a ciertas minorías,
como las mujeres y niños pobres y las poblaciones nativas o aborígenes (Alvarez
Leguizamón; 2005). En el caso de los dos primeros grupos de excluidos son, en la mayoría de
los casos, ex trabajadores o trabajadores precarizados que han perdido derechos o trabajadores
pobres. Para ellos se promueven artes de gobernarlos que implican el paso de una situación de
contrato a una de tutela asistencial, generalmente materializados en sistemas de
contraprestación y prueba de la pobreza “válida” como en las épocas de la Beneficencia que
producen efectos de estigmatización e interiorización social.
La focopolítica significa el paso de una economía política de la población a una economía
política de las asociaciones intermedias o de la comunidad, de los grupos de foco (los más
pobres de entre los pobres y los más vulnerables). Lo que denominamos proceso de
reprimarización es la materialización de esta transformación. La comunidad (la similitud, la
pertenencia a un territorio, los vínculos no mercantiles) son la expresión genuina de la
sociedad6. En este sentido la población dejaría ser objeto de la biopolítica. En América Latina,
a diferencia de Francia o Inglaterra donde no se ha desmantelado el estado protector y los
seguros siguen funcionando, la presión de los organismos supranacionales para el
refinanciamiento de la deuda y la adecuación de los gobiernos locales neoliberales a esa
lógica, ha producido un desmantelamiento de los débiles estados de bienestar por algunos
denominados “estados de malestar” y el empobrecimiento creciente de la población.
Considero que las políticas sociales7 redefinen continuamente los sistemas de reciprocidad
entre lo que es responsabilidad del Estado, el mercado y la familia (Esping Anderson, 1991)
o la comunidad, para subvenir a la reproducción de la vida y al riesgo social y, por lo tanto,
van demarcando cuál de estas responsabilidades le compete a cada uno. En estos sistemas de
reciprocidad pueden convivir vínculos basados en el contrato de personas “libres” como el
trabajador o el ciudadano, - cuyas demandas se han ido materializando en derechos sociales
con un grado diverso de garantías, lo que ayudó conformar la denominada sociedad salarial-,
con los de tutela más o menos paternalista ejercidos sobre poblaciones consideradas inferiores
o que quedan fuera de la relación laboral y a las hay que controlar, disciplinar y,
generalmente, moralizar. El desarrollo social humanizado ha recompuesto estos sistemas de
reciprocidad, asignando un lugar casi nulo a los derechos y garantías que el Estado regulaba
(seguro social, educación y salud pública gratuita por ejemplo), revalorizando la neo
filantropía y los capitales sociales provenientes de la familia y la comunidad de los pobres y
mercantilizando cada vez más la reproducción de la vida y el bienestar de los considerados
“más capaces” o aquellos que pueden adquirir estos servicios y bienes en el mercado (como
el caso de los sistemas de seguridad social privado iniciados en Chile y luego diseminados por
muchos países de América Latina). A su vez, en muchos de los regimenes de bienestar en
América Latina el empleo formal fue la fuente de acceso y derechos. La vivienda y la salud
tuvieron diferente grado de cobertura, calidad y accesibilidad que dependió no sólo de los
sistemas que cada país elegía para la cobertura de la salud (en la relación entre servicios
privados mercantilizados, los públicos y los comunitarios). Todo ello, ha producido una
importante metamorfosis: el paso de una situación de contrato (trabajador libre o ciudadano)
6
a la tutela asistencial por medio de diferentes formas de exigencias de contraprestación y/o la
autogestión de la propia pobreza.
A pesar de la fuerte naturalización que el discurso del “desarrollo humanizado” tiene por
sobre las personas, el bienestar constituye un campo de fuerzas 8 y de lucha sociales por el
control de los recursos y por sus significados9. En este campo de fuerzas10 no solo participan
las estructuras tecno-gubernamentales, los partidos políticos, las Organizaciones No
Gubernamentales, las distintas clases y estratos sociales, los intereses regionales sino, - por
sobre todo los movimientos sociales. En sus luchas y en sus prácticas, fuerzan a una mejor
asignación y distribución del acceso a titularidades11, a partir de una visión basada en derechos
y dignidad más que de tutela, dádiva y asistencia. La protesta y sus sujetos políticos ponen en
cuestión la falta de derechos o las contradicciones de la enunciación política y social del
neoliberalismo democrático. Se trata de un momento particular donde se afirma, se reclama y
se exige el derecho a tener derechos mientras se van delineando nuevos derechos.
El Desarrollo Humano se plantea como un discurso que implica una ruptura con las anteriores
formas de gobierno, especialmente de los pobres, que se materializa en diferentes dispositivos
de intervención para el “ataque” a la pobreza, consecuencia de la pérdida de legitimidad y
“eficacia” de algunas funciones que se asignaba al crecimiento, al Estado y al mercado, el que
forma parte un nuevo “arte de gobernar” que denominamos “focopolítica”12. La aplicación de
las recetas neoliberales implicaron el debilitamiento de los sistemas de seguro, vía privatización,
y de las políticas universales y una ampliación del sector asistencial, desarrollándose políticas
focalizadas asistenciales descentralizadas. Esto permitió, desligar los derechos sociales de los
políticos, profundizando los procesos de des-ciudadanización. A su vez se produjo una
creciente desprotección social y un aumento de la pobreza y de la indigencia de increíble
magnitud.
El debilitamiento, la reducción y, en algunos casos, la destrucción de las formas anteriores de
obtención de recursos, contribuye a la eliminación de las garantías de subsistencia provistas
por el orden anterior. En segundo término, se produce un debilitamiento de la “ciudadanía
social” asociada a los derechos de acceso a ciertas garantías sociales básicas. En tercer
término, el “bien común” -cuya localización se encontraba en el Estado- se privatiza y
traslada a la “sociedad civil” por medio de un proceso de oenegización con diversos grados de
profundidad, según los países. Finalmente un factor muy importante es el debilitamiento del
Estado Nación como diseñador de políticas macro económicas y de protección social, así
como de cohesión y de construcción de una comunidad nacional.
Para la población que no puede sobrevivir se desarrollan estilos de gobierno que promueven
la inscripción de las familias en las redes solidarias locales. Se incentivan nuevas formas de
territorialización basadas en programas que implican contraprestación de diversa índole,
primero de carácter territorial y luego a las personas u hogares más pobres previamente
focalizados llamados ahora de “transferencias condicionadas”. Si bien los controles son
diferentes a las de la etapa del control disciplinar como las viejas formas de asistencia social
para los pobres, se tiende ahora a promover la "autogestión comunitaria" que no sólo genera
recursos, sino que produce autovigilancia.
En la etapa de la “focopolítica” los objetos de saber de los expertos sociales son, entre otros
no ya los problemas de la población, sino la precisa identificación de las poblaciones
excluidas del trabajo estable o de la dinámica dominante, “las poblaciones objetivo” (targets
groops). Lo que se denomina poblaciones de “riesgo”, vulnerables o en extrema pobreza.. Las
políticas denominadas de inserción o focalizadas deben “fortalecer” las denominadas "redes
de seguridad", coordinadas por instituciones gubernamentales, cada vez más centralizadas y
7
especializadas, para la detección de los grupos "vulnerables". Ya no es la "población" a la que
hay que controlar como en la biopolítica, ni la figura posterior del ciudadano o el trabajador.
Son los "beneficiarios", los "stackholders” (los socios que participan), bajo el estímulo de la
autosubsistencia y el autocontrol.
El nuevo arte de gobernar la focopolítica está constituido por una nueva tecnología de
gobierno que conforma una “nueva economía”, basada en el ahorro de energía del Estado
caracterizada por el marcaje de poblaciones de riesgo y extremadamente pobres.Tiene como
preocupación la gestión, control y producción de saberes especializados sobre esas
poblaciones. Mantiene la característica surgidas a finales del siglo XVII en Europa de
“racionalización y economía” (en sentido estricto), de un poder que debía aplicarse del modo
menos dispendioso posible que es "una tecnología no disciplinaria del poder” (Foucault; 1991
[1976]), pero en ese momento era una tecnología “disciplinaria del trabajo”. Así como la
biopolítica se instaura, dice Foucault (2007 [1978-1979]), sin excluir la “técnica disciplinaria
propiamente dicha, sino en el sentido de que la incorpora, la integra, la modifica parcialmente
y sobre todo la utiliza instalándose de un modo en ella”, ahora el nuevo arte de gobernar, la
focopolítica de la vida de las poblaciones de riesgo, tampoco excluye a la biopolítica. Le sirve
para utilizar sus viejas preocupaciones como los inventarios de población, la producción de
vida (a mínimos biológicos), aunque también los modifica integrándolos. Se mantiene su
carácter de “racionalización y economía”, extremando los artilugios para no gastar recursos.
La focopolítica como nuevo arte de gobierno es una nueva habilidad y un conjunto de reglas
para ahorrar recursos. No tiene como objeto al trabajo, sino el no trabajo –la desocupación- o
potenciar “la productividad del trabajo de los pobres”. En este sentido ha dejado de ser una
“tecnología disciplinaria del trabajo” y ha pasado a ser una tecnología disciplinaria de las
poblaciones de pobres con una relación precaria o nula con el trabajo o bajo condiciones de
super-explotación.
Existen ahora otras formas de vigilancia que hacen menos necesarios los controles por medio
de políticas sociales más masivas. No es una técnica de poder no disciplinaria sobre la vida de
los trabajadores, ni tampoco la disciplina que penetra en los cuerpos. Es una vigilancia de
"los soportes de proximidad", de la "comunidad local", de ciertos grupos sociales
"vulnerables" y en la segunda ola de políticas de los comportamientos necesarios para
“potenciar el capital humano de los pobres”. Por ello no es genérica como lo es la biopolítica
sino focalizada. Valora la comunidad como objeto de saber y de control. Por ello apela a la
"solidaridad", a la multiculturalidad, al "etnodesarrollo", a la autosustentabilidad comunitaria.
Los pobres legítimos son los que pueden “recibir” asistencia o subsidios, a ellos se “les
entrega” servicios sociales. El desarrollo del saber especializado en conocer a los “otros”, a
los pobres, ha construido un complejo conocimiento de tipologías sobre la pobreza y sobre sus
maneras de ser detectada. Las instituciones locales (comunidad, vecindad, comunidades
étnicas), son usadas para lograr la integración, la neutralización del conflicto o el control de la
violencia por medio de la descentralización a escala local y el autocontrol comunitario. Al
mismo tiempo, la creciente legitimidad del discurso del “desarrollo humano” se alimenta de la
relativa autonomía que las mismas parecen ofrecer a las comunidades locales. Por oposición a
la globalización desanclada, las políticas neoliberales y la focalización territorializan e
insularizan a los pobres rurales o urbanos, aunque algunos deben migrar por que la situación
es insostenible. Muchos países de América Latina han vivido y están viviendo en estas últimas
décadas diásporas masivas de población, como el caso de algunos países de Centro América,
Ecuador, Perú y también ahora Ecuador. Otros como los sin tierra migran a las ciudades
arrinconados por la creciente expansión de la frontera agrícola producida por la soja
transgénica o el maíz para bio-combustible.
8
En el discurso del Desarrollo Humano las cuestiones que hay que regular o controlar no son
más un problema de gestión de la población ni la población el fin último del gobierno,
disminuyendo los riesgos de adquirir enfermedades o aumentando la vida útil de los
trabajadores. El arte de gobernar es un problema de gestión de la vida de las poblaciones de
riesgo, nuevo objeto de control y de saber. Podríamos caracterizar en tres tipos las poblaciones
“de riesgo” o objetos de saber prioritarios. Estos no son excluyentes, unos pueden incorporar a
los otros.
Las primeras poblaciones de riesgo serían los más pobres de entre los pobres de los países
menos “desarrollados” y los países más pobres de entre los países pobres. Aquí el arte de
gobernar es un problema de gestión de la extrema pobreza, la tecnología de intervención es la
focalización; los dispositivos de intervención son: a) la potenciación de sus activos por medio
de la participación y autogestión, para obtener una reproducción de la vida a nivel de mínimos
biológicos (“captital humano” en actividades poco productivas, patrimonio, capital social –
familiar y comunitario-). Para ello se refuerza y genera la denominada “economía popular”,
“economía de los pobres” o “etnodesarrollo” insularizándolos y territorializándolos, lo que es de
hecho una reprimarización y dualización del mundo social; b) políticas públicas en salud y
educación con servicios denominados paquetes básicos; c) ingresos mínimos básicos que
podrían suplantar total o parcialmente los anteriores dispositivos. Este nuevo arte de gobernar
gestiona la pobreza territorializada, la comunidad. Los nuevos objeto de saber no son las
poblaciones sino los territorios: aquellos donde se localizan los más pobres y adonde se dirigen
estos dispositivos de intervención.
Las segundas poblaciones de riesgo serían nuevas y viejas minorías, ahora problematizadas
como objeto de saber del desarrollo humano. Esto por que se percibe en ellas cierta
potencialidad de amenaza, tanto en el sentido de que pueden poner en cuestión el nuevo orden,
como por que son más vulnerables por su condición de marginación y exclusión histórica
(mujeres y niños pobres y aborígenes). Esta problematización se pone en la agenda social
también como producto de las luchas sociales. Aquí, el arte de gobernar, podríamos decir, es un
problema de gestión de la minoridad. Aunque los dispositivos de intervención y los objetos de
saber implican normas y prácticas que tienden a superarla. Los estudios promovidos han llevado
a conclusiones interesantes. Por ejemplo, el descubrimiento?, o mejor dicho la
problematización de la vieja e inveterada feminización, infantilización e índigenización de la
pobreza. A estas viejas formas de dominación y exclusión se asociaron, por otra parte, viejas
prácticas asistenciales de patronato y tutela que implicaron la naturalización de su victimización
y, por lo tanto, la necesidad de su moralización (civilizar/higienizar/inculcar valores
democráticos, participativos, proclives al desarrollo, y ahora el aumento de su productividad por
medio de la escolarización obligatoria de los menores y de sus controles médicos periódicos
etc.). Esto se vincula con la acumulación del capital humano como veremos. Los dispositivos de
intervención para menores y minorías? Indígenas que se promueven para paradójicamente, una
superación de las prácticas e instituciones tutelares, pasando a convertirse en derechos, al menos
en sus aspectos formales. Hay un traslado de la asistencialización al derecho y de la tutela al
contrato. De ser considerados menores de edad tutelados, donde la cuestión social se expresaba
en la tensión entre desigualdad jurídica y desigualdad social, se construye una nueva igualdad
jurídica o invención de nuevos derechos (de minorías, de la mujer, de los niños o el derecho de
pobres), junto a un reconocimiento explícito de las diferencias sociales y culturales. Esto
último implica el reconocimiento y revalorización de las culturas diferentes, de las diferencias
de género, de la particularidad de la niñez, etc.
Foucault, la gubernamentalidad neoliberal y el capital humano
9
En el análisis de la gubernamentalidad neoliberal Foucault encuentra al capital humano como
un elemento fundamental de la nueva gubernamentalidad neoliberal, en el marco de la discusión
del neoliberalismo Alemán y el de la Escuela de Chicago con la economía clásica. Encuentro
que la categoría discursiva del capital humano aplicada a las políticas para pobres en América
Latina son el fundamento de las políticas de transferencia condicionadas.
El capital humano es un término y un saber particular neoliberal para designar a un
hipotético factor de producción dependiente no sólo de la cantidad, sino también de la calidad
del grado de formación y productividad de las personas involucradas en un proceso
productivo. Este término fue esbozado a mediados del siglo pasado a partir del estudio
sociológico realizado por Shultz y Gary Becker 13. E n un trabajo de Gary Becker (1996)
titulado capital humano y pobreza (Human Capital and Poverty) reproducido por el Acton
Institute, plantea que la educación y el entrenamiento no sólo promueven el crecimiento y la
eficiencia sino que pueden también reducir la inequidad e impactar en aquellos que tienen
desventajas en su formación. “La educación es el más efectiva manera para que los menores
pobres mejoren sus conocimientos y puedan ascender socialmente en la jerarquía económica,
porque el capital humano es el mejor activo (….). Esta es la razón por la que la inequidad en
los ingresos de una nación es mayor cuando las desigualdades en educación son grandes.
También, la desigualdad en los ingresos está generalmente relacionada con la desigualdad en
diferentes tipos de capital humano: en entrenamiento y salud. La escolarización de los pobres
los ayuda a mejorar su alimentación no sólo por la elevación de sus ingresos y gastos en
alimentos sino que también por que los induce a realizar mejores, más saludables opciones
(….). Estudios en diferentes naciones (…) muestran que las personas educadas tienden a
consumir dietas saludables (… ) En síntesis creo que la inversión en capital humano es uno de
las maneras más efectivas para que los pobres adquieran un nivel decente de ingresos y salud”
(traducción nuestra). Esta idea del capital humano creo que renueva viejas representaciones
sobre la pobreza de tipo civilizatorias que explican su causa por que no están bien educados
para realizar las mejores opciones que los llevarían a mejorar sus condiciones de vida. Si bien
es cierto que los economistas han probado una correlación entre ingresos y niveles de
educación alcanzado, también en el caso de América Latina hay un alto subempleo por
calificación, es decir que una gran parte de los trabajadores no encuentran trabajo en relación
a la calificación recibida14. La subutilización de la mano de obra puede caracterizarse, entre
otras cosas, por falta de empleo (desempleo o subempleo por criterios de tiempo),
subutilización de calificaciones, bajos ingresos y baja productividad. En otras palabras la
subutilización de mano de obra va asociada al déficit de trabajo decente, y que afecta sin duda
a los trabajadores pobres. Existe en América Latina un fuerte subempleo por calificación,
sobre todo entre los jóvenes. En el caso de Argentina este tema es muy grave, por lo que la
educación si bien es considerada por las familias pobres una estrategia de salida de su
situación de pobreza, también se sabe que los sacrificios que tienen que realizar para mandar
sus hijos a la escuela no siempre se recompensan con trabajos acordes a esa calificación.
Volvamos a la relación entre capital humano, gubernamentalidad liberal y políticas de
transferencias condicionadas, sobre todo al análisis que hace Foucault del capital humano
como una categoría discursiva fundamental de esta gubernamantalidad.
Foucault en el Nacimiento de la Biopolítica (2007 [1978-1979]) plantea que uno de sus
objetivos es someter aquello que propuso llamar gubernamentalidad “es decir la manera de
conducir la conducta de los hombres”, como una grilla de análisis para ciertas relaciones de
poder, en este caso las promovidas por la lógica práctica neoliberal. En este caso se trata de
una escala muy distinta, la de una política económica, en la que no estudiaría las maneras de
encauzar la conducta de los locos, los delincuentes, los niños que tendrían un nivel de
micropoderes. Por ello afirma que la gubernamentalidad puede ser usada como “un método de
10
desciframiento que puede ser válido para toda la escala, cualquiera sea su magnitud” (2007
[1978-1979]): 218).
La gubernamentalidad neoliberal descripta por Foucault para el caso de la Orto liberalismo y la
escuela de Friburgo, se hace en lucha con las bio-políticas desarrolladas por el Plan Beveridge
en Inglaterra, a principios del siglo XIX, donde la salud se convierte por primera vez en un
derecho y la influencia de las políticas e ideas alemanes de Bismark. La seguridad social, a
diferencia del dispositivo de la asistencia, es para él un objeto de la biopolítica en una de sus
últimas etapas.
Cuando Foucault analiza la gubernamentalidad neoliberal a través de las lógicas del
pensamiento y las practicas que promueve la economía política ordoliberal alemana y luego la
escuela de Chicago (2007 [1978-1979]: 177 en adelante) se refiere a la manera como la primera
se opone a la “política social” que se propone actuar sobre la desigualdad. Como Política Social
se está refiriendo a las políticas re-distributivas y a las llamadas políticas de seguro, o también
llamadas dentro de esta escuela francesa “medios de consumo colectivo” que implican
transferencias de ingresos.
Dice Foucault “en una economía de bienestar, la que había programado Pigou 15 -y que, de una
manera u otra, retomaron a continuación los economistas Keynesianos, el New Deal, el Plan
Berveridge y los planes de la posguerra europea-, es una política social. Una política social es,
en líneas generales, una política que se fija como objetivo una distribución relativamente
equitativa en el acceso de cado uno a los bienes consumibles. ¿Cómo se concibe esa política
social en una economía de bienestar? Ante todo como un contrapeso a proceso económicos
salvajes a cuyo respecto se admite que en sí mismos van a inducir efectos de desigualdad y, de
manera general, efectos destructivos sobre la sociedad. Por lo tanto, naturaleza en cierto modo
contrapuntistica de la política social con referencia los procesos económicos. Segundo, siempre
en una economía de bienestar ¿Cuál debe ser el principal instrumento de la política social? Pues
bien, una socialización de ciertos elemento de consumo; aparición de una forma de lo que se
denomina consumo socializado o consumo colectivo: consumo medico, consumo cultural, etc.
… O sea una transferencia de elementos de ingresos del tipo de las asignaciones familiares.
Tercer y último, en economía de bienestar, una política social es un política que admite que,
cuanto mas fuerte es el crecimiento, mayores son, en cierto modo, sus recompensas y, en
compensación ella debe ser activa, intensa y generosa.” (2007 [1978-1979]: 175-176-177).
El Ordoliberlismo puso en duda esos tres principios, primero no puede compensar “los efectos
de la política económica”, en particular la relativa igualación, puesto que en un sistema en el
cual la regulación económica, es decir los precios, no puede constituirse sino por un juego de
diferenciaciones característico de los mecanismos de competencia que se establecen a través de
oscilaciones que solo puede actuar mediante las diferencias. “Una política social no puede
fijarse la igualdad como objetivo. Al contrario, debe dejar actuar la desigualdad…”. Los
efectos desigualitarios que entraña el juego económico, es una “especie de regulador general de
la sociedad al que todos, como es evidente, deben prestarse y plegarse. Por lo tanto no hay
igualación y, para ser más exactos, tampoco transferencias de ingresos de unos a otros. Mas
particularmente, las transferencias de ingresos son peligrosas, en cuanto afectan la parte de los
ingresos que se destina al ahorro y la inversión”. … “Lo único que puede hacerse es tomar de
los ingresos más elevados una parte… y transferirla a aquellos que tienen desventajas
definitivas o por motivos de incertidumbres compartidas, están en una situación de
subconsumo… a grandes rasgos, se trata simplemente de garantizar, no el mantenimiento de un
poder adquisitivo, sino un mínimo vital en beneficio de quienes de modo definitivo y no
pasajero, no puedan asegurar su propia existencia!” (cursivas nuestras)16.
11
En algún momento se pregunta si se podría seguir llamando a esto política social, podríamos
decir nosotros que al no ser más la sociedad la que actúa sobre sí misma para subvenir a los
riesgos sociales y a la vida de las poblaciones es una política antisocial o no-social, pero
justamente es en este momento donde comienza a denominarse a las intervenciones sociales
sobre los pobres como políticas de desarrollo social y/o de desarrollo humano, en los acuerdos
supranacionales y en las políticas del Banco Mundial y en el Sistema de las Naciones Unidas.
Foucault, considera que, en segundo término, la política social se privatizará, ya la sociedad
entera no será la responsable de atender los riesgos de las poblaciones, se pediría a los
individuos que los enfrenten con su propia renta privada “contra los riesgos existentes e incluso
contra los riesgos de la existencia, así como contra esas fatalidades de la vida que son la vejez
y la muerte” (2007 [1978-1979]: 176 cursivas nuestras).
En Europa esto no ha sucedido todavía, la gubernamentalidad neoliberal se ha expandido e
impuesto a fuego en los países más pobres y ha permitido una mayor ganancia de los capitales
internacionales que se han beneficiado de las privatizaciones y de los sistemas de capitalización,
al mismo tiempo que la sociedad se empobrecía.
En la teoría del capital humano que forma parte fundamental de esta transformación en la
gubernamentalidad neoliberal, este es una nueva manera de entender el trabajo, el trabajador se
convierte en un capital, “un ingreso es sencillamente el producto o el rendimiento de un
capital”. El capital cuya renta es el salario “es el conjunto de factores físicos, psicológicos, que
otorgaran a alguien la capacidad de ganar tal o cual salario, de modo que,, visto desde el lado
del trabajador, el trabajo no es una mercancía reducida a pura abstracción a la fuerza de trabajo
y el tiempo durante el cual se lo utiliza. Descompuesto desde la perspectiva del trabajador en
términos económicos, el trabajo comporta un capital, es decir una aptitud, una idoneidad; como
suelen decir , es una “maquina” (2007 [1978-1979]: 262-263). El trabajo se convierte en un
capital-idoneidad, “de manera que es el propio trabajador quien aparece como una empresa para
si mismo”. Un tema fundamental para los neoliberales será el estudio del “modo de
crecimiento, constitución y acumulación de ese capital humano”. Estaría compuesto de
elementos innatos y adquiridos según William Schultz. Los elementos innatos pueden ser
hereditarios o congénitos. Aquí entra también la manipulación genética si se plantea como
problemática un mejoramiento del “capital humano”, lo que conduce “a efectos racistas” y de la
constitución del “capital humano”. Pero según Foucault es desde el lado de lo adquirido donde
los neoliberales ponen más esfuerzos, “es decir la constitución más o menos voluntaria de un
capital humano en el transcurso de la vida de los individuos”. Formar capital humano significa
formar “una suerte de idoneidad-máquina que va a producir ingresos”, es decir hacer
inversiones educativas ya sea en instrucción propiamente dicha o en formación profesional.
Pero no es sólo eso, según William Shutltz, también estaría constituida por el tiempo que los
padres dedican a sus hijos, el conjunto de “estímulos culturales” recibidos por un niño, en
relación al ambiente de su crianza, atenciones médicas recibidas (269).
Este artilugio de convertir al propio trabajador en un capital y en una máquina que además debe
capacitarse de acuerdo a las oportunidades que el sepa reconocer en el mercado, no a las
condiciones de posibilidad que la sociedad le brinde. Como he demostrado en otro trabajo, en la
primera ola de políticas focalizadas, el capital social (Alvarez Leguizamón, 2002) entendido
como redes recíprocas de intercambio no mercantil fueron trasladadas al campo de la economía
dentro de las políticas para pobres, para generar “activos” en este entramado de relaciones en el
que prima la escasez, lo que ha producido un proceso de subsunción o funcionalización de
lógicas no mercantiles al ámbito de la economía, proceso similar al del capital humano para
mejorar la “productividad de los pobres”.
12
El ex Vicepresidente del Banco Mundial (Stiglitz, 2000: 60-61, traducción nuestra), afirma
que “una importante función de lo que nosotros hemos venido a llamar “capital social” es
complementar o substituir los intercambios basados en el mercado y en la asignación de
recursos. Claramente también, interactúa e incide en los intercambios de mercado”…Esta
evolución del mercado en su interrelación con instituciones no mercantiles se caracteriza por
una situación en la que las actividades económicas son subsumidas en las relaciones sociales a
otra donde las relaciones sociales son subsumidas por el sistema económico” (2000: 64, 65).
Además Stiglitz reconoce que el desarrollo destruye capital social que debe ser reconvertido,
por lo que los valores nativos deben ser excavados.
Una conferencia reciente de un economista neoliberal de la Universidad de Chicago, James
Heckman17 (s/f), denominada “inversión en capital humano y pobreza” realizada en ocasión de
la inauguración del Centro de Evolución y Estudios en Economia social para el Alivio de la
Pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires, desarrolla extensamente la
importancia del capital humano no sólo vinculado al acceso a la escolarización, sino referido a
otros aspectos como la familia y las empresas, que incluye “una gran variedad de habilidades y
calificación, tanto cognitivas como no cognitivas”, que incluye no sólo el coeficiente
intelectual: actitudes, inteligencia y motivación; sino también los incentivos familiares,
empresariales y escolares, como la disciplina y la competencia como formadora de habilidades.
Se considera malas familias a aquellas cuyos hijos fracasan en la educación escolarizada y esto
se explica a partir de que esas familias no han transmitido buenos valores y motivaciones, estas
serían las habilidades no cognitivas. En esta cuestión el sector privado (la familia y la empresa)
tendrían un rol fundamental, no sólo la escuela. El análisis de este economista avanza en la idea
de la inversión en capital humano en términos del retorno económico que tendría, mostrando
estudios que demuestran que el retorno es más alto en los primeros años de vida (en los
primeros meses de vida) que en los años posteriores, por lo que las inversiones en capital
humano de los adultos pobres no tendrían alto retorno. Se sabe que en las familias pobres las
niñas comienzan a trabajar muy jóvenes en actividades reproductivas y también que niños y
niñas trabajan en la calle desde edades muy tempranas, estas dos actividades impiden una
estimulación temprana acorde con el discurso del capital humano. Esta productividad de los
pobres según que les permite la sobrevivencia que a su vez es liberada por estos programas
limita el tiempo no productivo para la estimulación temprana que promueven los neoliberales
como el caso de Heckman. Si bien algunos programas de transferencias condicionadas tratan de
obligar a las familias para que no manden sus niños a trabajar, la relación costo-beneficio a
veces es negativa puesto que el monto de las transferencias son muy pequeñas por lo que los
padres mantienen esta estrategia. El autor avanza en la idea de aumentar la productividad en las
escuelas y en las familias para lograr aumentar el capital humano.
La capacidad productiva de los pobres y el capital humano, como dispositivo de la
gubernamentalidad neoliberal de los Programas de Transferencia Condicionada
La hipótesis que postulo es que la noción del capital humano aplicada a los pobres a partir de
la noción discursiva complementaria, la de su “capacidad productiva”, ha permitido generar
un nuevo paquete de dispositivos de intervención focopolíticos que son los programas de
transferencia condicionadas, en ingles Conditional Cash Transfer (CCT). Estos son
programas para pobres que tienen como objetivo “reducir la pobreza” mediante la
transferencia de ingresos condicionados, en el sentido que el receptor o su familia debe
realizar acciones como condición. Entre otras: la obligación de mandar los hijos a la escuela,
controles sobre la asistencia escolar, realizar controles médicos periódicos, vacunas; realizar
trabajos llamados “comunitarios” . De acuerdo a un trabajo realizado por Banco Mundial “las
transferencias condicionadas proveen transferencias directamente a las familias pobres por
13
medio de un “contrato social” con los beneficiarios, por ejemplo mandar sus hijos a la
escuela en forma regular o hacerle controles médicos periódicos. Para familias
extremadamente pobres, los ingresos son provistos como una asistencia de emergencia,
mientras que las condicionalidades promueven inversión de capital humano en el largo plazo”
(Lindert, Kathy, 2005, cursivas nuestras). Según Ana Fonseca 18 (2006:7) en un trabajo
promovido por el PNUD, a pesar de la diversidad entre los programas, sea desde el punto de
vista de las condiciones para el acceso, del monto del beneficio y de su fórmula de cálculo,
del tiempo previsto para la permanencia, de los modelos de acompañamiento de los
beneficiarios, de sus sistemas de identificación y selección, de las relaciones entre los niveles
de gobierno, de sus modalidades de financiamiento, todos ellos comparten por lo menos tres
elementos: el foco en familias, pobres o extremamente pobres, con niños y adolescentes; el
principio de las contrapartidas o condicionalidades establecidas y no pertenecen al campo de
los derechos. Finalmente, de manera casi generalizada, los diseñadores de los programas
determinaron que las mujeres debían ser las titulares de los programas”. Otros trabajos hacen
hincapié, diferenciándolos de otras políticas sociales, por su carácter asistencial. Según
Bénédicte de la Brière y Laura B. Rawlings (2006) en un estudio promovido por el Banco
Mundial consideran que estos programas son una innovación dentro de la llamada asistencia
social y pertenecen a la familia de los programas asistenciales que constituyen políticas
publicas nacionales de redes de seguridad, diferentes a los sistemas de seguro. La
contraprestación está vinculada, en este caso particular, a la idea de la “acumulación de capital
humano” a largo plazo. Las redes de seguridad son otra noción vinculada con estos programas
y promovidas por el Banco Mundial como alternativa a los sistemas de seguros basados en
derechos.
Las redes de seguridad o safety nets en ingles es un término acuñado recientemente por los
organismos internacionales de crédito en sus “políticas de lucha contra la pobreza”, como el
Banco Mundial entre otros. Según este organismo, las redes de seguridad “por oposición a los
sistemas de seguridad social o seguros de desempleo son generalmente relacionadas con
transferencias condicionadas para personas pobres (World Bank Group, 2001b), por oposición
a las políticas basadas en derechos. En el contexto del progresivo retiro del Estado en el
cuidado, gestión del riesgo y de la seguridad de las personas, el declive de las políticas
universales y de seguro, el Banco Mundial considera que los “programas de redes de
seguridad tienen dos funciones principales dentro de las políticas económicas. Una es la que
denominan “función política” (redistribuye ingreso y recursos a los necesitados en la
sociedad, ayudándolos a enfrentar problemas de pobreza de corto plazo y la segunda
vinculada con la ayuda a las unidades domésticas para manejar el riesgo o, si se quiere, una
función política para evitar el riesgo de las personas más pobres de entre los pobres. Está
dirigida especialmente a ciertos grupos pobres no a todos (los pobres llamados crónicos, los
indigentes y aquellos que se encuentran en circunstancias especiales como “disabilidades,
discriminación debido a cuestiones de etnicidad, problemas debido a conflictos, “patologías
sociales” de abuso de drogas y alcohol, violencia doméstica y crímenes (World Bank Group
Social safety nets: 2001b). La idea de promover “seguridad” de manera informal y transitoria
se basa en la asunción que los programas de redes de seguridad solo deben servir para
“mitigar los efectos de la pobreza” y “otros riesgos de las familias vulnerables (The World
Bank Group, 2001a). Dos tipos de programas son promovidos: a) los privados y basados en
redes informales basados en comunidades (reciprocidad entre las familias de bienes y
servicios) y redes de seguridad públicas, basadas en programas formales gubernamentales
(World Bank Group Social safety nets: 2001) y que utilizan también las primeras. Estos
últimos programas incluyen: transferencia de dinero, alimentación, trabajos públicos, micro
créditos, bonos escolares (The safety net programms, World Bank Group, 2001b). Mas alla de
la forma en que se combinan estos programas prima la logica utilitaria y eficientista “estos
programas deben tener una relación costo beneficio efectiva, con beneficios apropiados y
14
sistemas administrativos focalizados y eficientes” (World Bank Group Social Safety nets,
What are Safety Nets Programs?, 2005)
Dentro del lenguaje vinculado a la condicionalidad no sólo tenemos las ya señaladas de
contrato social sino también la de co-responsanbilidad. Todas de una manera o de otra,
algunas desde un pensamiento más liberal como el de la co-responsabilidad o de aquellas que
remiten a un acuerdo mítico entre iguales como la de contrato social, se basan en una idea de
política social no basada en derechos ya que requiere de contraprestación de algún tipo que
tiene inscripta formas de tutela.
Este tipo de programas se dice que tienden a romper el “Circulo vicioso de la pobreza”. Esta
idea es un constructo de las ciencias sociales, sobre todo de una corriente antropológica
(Oscar Lewis, 1961, 1963, 1964) y de una línea de la economía política liberal y neoliberal.
Ambas parten del supuesto que la pobreza se reproduce de acuerdo a un círculo vicioso que
tiene que ver sobre todo con una transmisión intergeneracional de ciertas ineptitudes (para
decirlo de manera genérica), discapacidades, falta de habilidades, de entrenamiento, de
capacitación. La idea de pobreza de Amartya Sen (1981, 1993,1995) como carencia de
capacidades y no de bienes, también ha influido mucho en estas ideas renovadas de que la
pobreza y su reproducción no está asociada a las posibilidades para el acceso a bienes
tangibles o intangibles. El círculo vicioso de Oscar Lewis se basa en la idea de que la pobreza
se reproduce por que hay una cultura particular, una subcultura que transfiere pautas
culturales particulares familiares de diversa índole. Recientemente el Banco Mundial19 a
redescubierto una antigua teoría sobre la reproducción de la pobreza que se vincula con las
desigualdades persistentes de distinta índole y la concentración de la riqueza. no solo debidas
a cuestiones locales sino de la geopolítica mundial. Si bien el Banco Mundial en los estudios
vinculados al tema no la nombre a la CEPAL, ni a la teoría de la dependencia, ni a la teoría
del desarrollo desigual y los debates vinculados con esta, hace mucho tiempo que
explicaciones como estas forman parte de la tradición del pensamiento latinoamericano y de
otros países llamados periféricos.
Desembozadamente se dice que se trata de “mejorar la capacidad productiva de los pobres” a
partir del trabajo. En realidad los pobres no es que no trabajen, pero hay como una suposición
que así lo fuere. La mejora de la capacidad productiva implica potenciar el sobre trabajo bajo
condiciones de extrema pobreza, precariedad y bajos ingresos. En el lenguaje de la economía
política neoliberal se dice que “el trabajo es el principal factor productivo de los pobres” y
un elemento crítico “en la lucha contra la pobreza y la desigualdad es el fortalecimiento de las
inversiones en capital humano desde la temprana infancia”. “Proporciona recursos
monetarios supeditados al aumento de la escolaridad y el uso de servicios preventivos de
salud y nutrición entre los pobres y las personas que viven en extrema pobreza”20.
Estos programas si bien amplían el número de sus poblaciones objeto en relación a las que
habían tenido las políticas focalizadas de primera generación, sin embargo no pierden su
carácter tutelar ni la tecnología de la autogestión de la propia pobreza, la novedad –entre
otras- es la idea de que a los pobres hay que potenciarles su capital humano Se dice que
permiten la acumulación de capital humano cuando se sabe que la exclusión de medios de
subsistencia masiva y el trabajo “basura” son consecuencia de factores permanentes de
exclusión de carácter estructural y de formas cada vez mas legales de superexplotación del
trabajo. La inscripción de estos nuevos programas en la discursividad del desarrollo humano
los plantea en el marco de un derecho político de pobres, derechos a subsidios para la vida
mínima básica, supeditados a contraprestaciones tutelares y disciplinarias y al aumento de la
productividad que, en el contexto de la pobreza extrema, no son mas que una forma aún más
15
extrema de superexplotación del trabajo, ahora “humanizado” y muy similar a lo que fueron
los derechos de pobres, al comienzo de la era industrial.
Un texto de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Social señala con claridad la importancia
que tienen en las políticas para pobres: la promoción del “autovalimiento” (o lo que hemos
llamado la “autogestión de la propia pobreza”21) las iniciativas comunitarias de pobres –
capital social- y ahora como novedad de las políticas de TC, “el fortalecimiento de la
capacidad productiva” de los pobres, como si no tuvieran capacidad. Dice el texto: “habiendo
examinado el informe del Secretario General sobre las consideraciones de política y
programáticas en la formulación de estrategias integradas para la erradicación de la pobreza,
atención a las necesidades básicas de todos y promoción del autovalimiento y de iniciativas
basadas en la comunidad22”.El informe continua afirmando que entre las características de
estos políticas “el desarrollo de los recursos humanos es una parte esencial de las estrategias
de reducción de la pobreza, que también se deberían basar en el fortalecimiento de la
capacidad productiva de las personas que viven en la pobreza mediante, entre otras cosas, el
fomento de la capacitación en el empleo y de las actividades generadoras de empleo y un
acceso más amplio a los recursos productivos, así como mediante programas y políticas
destinados a estimular el empleo productivo, el desarrollo en función de una gran densidad de
mano de obra y el aumento de la productividad” (Naciones Unidas, Comisión de Desarrollo
Social, 1996). “El modelo produce contratos con derechos y responsabilidades de ambas
partes” (el programa al exigir contraprestaciones no esta basado en derechos sino en formas
de control sobre la vida de las personas que se vinculan a obligaciones, implican
contraprestaciones de diferente tipo que no necesariamente son responsabilidades. El
principio de reciprocidad universal no se cumple el que está asociado a la idea de derechos
Algunos consideran que este nuevo pensamiento deja de focalizar en alivios de corto plazo a
una concepción de distribución de largo tiempo por medio de inversiones en capital humano.
“Proveer mínimos niveles de consumo e incentivos para inversiones a largo plazo de capital
humano” (de la Brière y Rawlings, 2006).
Las formas de condicionalidad son tutelares y se deben cumplir muchos requisitos, por
ejemplo en el caso de un programa de este tipo en Colombia se exige asistir a los controles de
crecimiento y desarrollo de los niños, no tener más de 20% de faltas en un mes para recibir el
subsidio escolar mensual y se lo retira al programa sino no cumplen con uno o más de los
compromisos adquiridos durante 3 meses seguidos o no cumplir con uno o más de los
compromisos adquiridos en 4 meses no seguidos en un período de 12 meses. (Nuñez 23, Jairo,
2006)
La recepción de donaciones educacionales (y en algunos casos también apoyo en efectivo o
en especie para la adquisición de material escolar) está condicionada a que los niños se
matriculen en la escuela y demuestren una asistencia regular (normalmente entre 80-85% del
total de días de asistencia). Dado su objetivo de reducir el trabajo infantil, el programa PETI
de Brasil también exige participación en programas ofrecidos en horario posterior al de la
escuela (de la Brière y Rawlings, 2006).
Muchos de los estudios de impacto de estos programas muestran que los resultados
intergeneracionales son dudosos puesto que a pesar de aumentar la tasa de escolaridad por
ejemplo, la creciente baja calidad de la educación pública no asegura calificación y, por otro,
la accesibilidad de las familias pobres a servicios de salud es dificultosa, al mismo tiempo que
los servicios empeoran.
16
Conclusiones preliminares
Las tendencias actuales de subsumir a la lógica económica, el trabajo mal pagado de los
pobres, los recursos que se generan a partir de lazos no mercantiles, su “portafolio de
activos”, liberando su “productividad” tiene como consecuencia una mayor sobre explotación
del trabajo de los pobres, tanto en el sentido horario como en el aumento de miembros que
salen a trabajar, así como la intensificación de la autogestión de la propio pobreza por medio
de la producción doméstica de bienes.
Por otra parte, la categoría y práctica discursiva del capital humano aplicado a los programas
de transferencia condicionada implica, en si mismo, una autoexploración del trabajador pobre
y la contraprestación un proceso de disciplinamiento y remozadas formas de moralización,
tutela sobre sus vidas. Se sabe que los test para la prueba de la pobreza válida –aquellos más
pobres de entre los pobres o que posean ciertas discapacidades- estigmatiza. Sin embargo en
estos programas este efecto no es considerado como tal sino como una mayor productividad
en la eficiencia de los programas para pobres al haber una “mejor focalización” y una
minuciosa habilidad para la prueba de la pobreza real, así como para el castigo -sino se
cumplen con los requisitos-. La producción de la pobreza debida a la concentración de la
riqueza, los bajos salarios, la precarización de los empleos no es un tema de las políticas
contra la pobreza.
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1
Para Foucault en los sistemas discursivos es fundamental detectar la relación entre sistemas de enunciados, conceptos,
objetos de saber y prácticas que constituyen temas o teorías particulares. Foucault denomina “discursos de verdad” o
“dispositivos” a este conjunto de aspectos los que incluyen prácticas discursivas y no discursivas, que son tomadas
como naturales y “verdaderas”. Estos discursos requieren de ciertas tecnologías del poder particulares, de la
construcción de objetos del saber y de dispositivos de control (disciplinarios o no disciplinarios). Su perspectiva apunta
a detectar estas prácticas, tanto como los ámbitos de intervención del poder y del saber (Foucault, 1992 [1976]: 254).
Plantea la estructura histórica y construida de los sistemas discursivos, atravesados por relaciones de poder. Las
prácticas discursivas se desarrollan en función de un conocimiento local que Foucault denomina prácticas no
discursivas (1997 [1969]) y también aquello que no es dicho, que es omitido no sólo en el discurso sino también en las
prácticas.
2
Ver Instituto de Libertad y Democracia fundado por Hernando de Soto en Perú http://ild.org.pe/en/news
3
Tomo el concepto de arte de gobernar de Foucault (1981 [1978])
4
Lección del 14 de enero de 1976, “Poder, derecho y verdad” en (Foucault, 1992 [1976]).
5
Los análisis teóricos que hace Foucault sobre los objetos de saber de la biopolítica, a veces son de carácter más
abstracto y en otros, más históricos. En estos últimos describe las luchas entre distintas visiones, sobre las
características del biopoder en ese momento. Una cuestión muy interesante es el análisis de las luchas sociales que
realiza que tienen lugar a partir del siglo XIX, teniendo en cuenta la idea del hombre como ser viviente y que describe
en La Historia de la Sexualidad (Foucault; 1999 [1976] HS: 175). Podríamos decir que la vida se constituye en un
campo de fuerzas entre las formas que surgen como hegemónicas, en este caso de los sectores representados en la
Asamblea posterior a la Revolución Francesa y los grupos que resisten a estas. En el Nacimiento de la Clínica (1977
[1963]: 66 en adelante) historiza las propuestas de la Revolución Francesa a través de las instituciones que surgen
vinculadas con las distintas posturas que se plantean acerca de la regulación de la vida.
6
Ver para más detalle sobre este tema Alvarez Leguizamón, Sonia, “Capital social y concepciones de la pobreza en el
discurso del Banco Mundial, su funcionalidad en la “nueva cuestión social”, en Andrenacci, Luciano (org.), Cuestión
social en el Gran Buenos Aires, Instituto del Cono-urbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Ediciones Al
Margen, mayo del 2002.
7
Entiendo que las políticas sociales combinan tres dimensiones estrechamente vinculadas: la modelación de los
comportamientos (Elías, 1996 [1969]), la reproducción de la vida, la protección social (Castel, R. 1997) y también la
violencia y el disciplinamiento sobre los que no aceptan ser objetos de modelación (Foucault, 1981 [1978]); Castel, R.
1997; Donzelot, 1980). Consideramos, que las políticas sociales son las formas de nominar una forma particular de
vínculos sociales, institucionalizados y especializados que requieren de cierto tipo de intercambios y obligaciones
recíprocas entre el Estado, el mercado, la familia y las relaciones de reciprocidad más informales y son un campo
cultural donde se construyen las jerarquías y diferencias sociales naturalizándolas por medio de un proceso
clasificatorio. Esta postura permite pensar a las formas de intervención social como procesos que se materializan en
diversas formas de reciprocidad y gobierno sobre los otros, entre los cuales se encuentran las políticas sociales
modernas. Estos vínculos recíprocos tienen como objetivo lograr cierta cohesión social y neutralizar o controlar
poblaciones que son percibidas como amenazas o que hay que disciplinar o integrar constituyéndolos, a veces, en
sujetos de derecho (Alvarez Leguizamón, 2006).
8
Tomo la idea de campo de fuerzas de Bourdieu (1988, 1991)
Ferguson (1997) considera que el abordaje de las prácticas del desarrollo no se debe quedar en el análisis de la retórica
sino que debe también observar las prácticas y las formas en que se resignifican a nivel local.
10
O’Connor ya hablaba de esta idea para entender la puja por los recursos destinados a lo que el llamaba Gasto Social
para el caso de USA.
11
Tomo la idea de titularidades de Amartya Sen (1995) en el sentido de expectativas de acceso que no necesariamente
se traducen en derechos que impliquen garantías.
12
Ver para este tema Alvarez Leguizamón, Sonia, “La transformación de las instituciones de reciprocidad y control, del
don al capital social y de la "biopolítica" a la "focopolítica”, en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales,
Facultad de Ciencias Económicas, Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad Central de
Venezuela. Volumen 8, Número 1. Caracas, enero-abril, 2002.
13
Gary S. Becker ha recibido el premio Nobel de economía en 1992 es profesor de economía de la Universidad de
Chicago.
9
14
En muchos países de América Latina el subempleo por calificaciones es muy importante. En un estudio de Grade en
1995 llevado a cabo en Institutos Superiores Tecnológicos de Lima Metropolitana se halló que alrededor de la mitad del
total de los egresados se encontraba en situación de subempleo calificado (Valdivia Vargas, 2004)
15
(cita en el original) Arthur Cecile Pigou 1877-1959 economista británico que opuso una economía de bienestar
definida por el crecimiento máximo de las satisfacciones individuales, a la economía de la riqueza.
16
Este tema Foucault lo aborda más adelante cuando analiza el impuesto negativo a la renta promovido por Giscard en
Francia en 1974, planteando que esta idea no es del neoliberalismo francés sino del neoliberalismo americano. “Para
resumir las cosas con mucha simpleza, puede decirse que la idea de un impuesto negativo es la siguiente: para ser eficaz en
lo social sin ser perturbadora en lo económico, una prestación social jamás debe presentarse, en la medida de lo posible,
como un consumo colectivo” pues los que se benefician de ellos según los neoliberales son los ricos que lo aprovechan y
no participan de su financiamiento” (2007 [1978-1979]: 243)
17
Galardonado con el Premio Nobel de economía en el año 2000.
18
Consultora del Regional Bureau of Latin America (RBLAC) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
19
El artículo se denomina Poverty Reduction and Growth: Virtuous and Vicious Circles . World Bank 2006, parte de la
idea de que si bien el crecimiento es clave para la reducción de la pobreza, la propia pobreza hace más difícil alcanzar
tasas de crecimiento altas y sostenidas.
20
Palabras de Manuel Rapoport, gerente de operaciones del BID para el Cono Sur, en la apertura del encuentro
realizado en Belo Horizonte, Brasil el 31 de abril del 2006, sobre Programas de transferencias monetarias
condicionadas. http://www.iadb.org/NEWS/articledetail.cfm?language=Spanish&ARTID=2974&ARTTYPE=PR
21
Alvarez Leguizamón, 2005b
Referencia del Texto E/CN.5/1996/3.
23
Director Misión contra la Pobreza Colombia
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