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Trabajo Final de Máster
Movimiento jornalero, cuestión agraria y
democratización del mundo rural en Andalucía: el
Sindicato de Obreros del Campo en la transición política
Javier García Fernández
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Máster en Historia de la España contemporánea en el contexto
internacional
Directora de TFM: Lucía Rivas Lara
1
ÍNDICE
Presentación y objetivos de la investigación (Página 3)
I. Pensamiento social agrario, Estudios campesinos e Historia contemporánea de los movimientos
campesinos en Andalucía (Página 8)
1. Marco teórico para el estudio de los movimientos campesinos (Página 8)
1.1. Orígenes del pensamiento social agrario, corrientes teóricas y praxis intelectual (Página 9)
1.2. Campesinado: definición histórica, sujeto político y acción de clase (Página 18)
2. Marco histórico para el estudio de los movimientos campesinos en Andalucía (Página 28)
2.1. Orígenes de la protesta social contemporánea durante la crisis del antiguo régimen (1800-1864) en el mundo
rural andaluz (Página 30)
2.2. Anarquismo andaluz y sindicalismo campesino de la I Internacional a la II República1864-1931(Página 35)
2.3. La cuestión agraria durante la II República española. 1931-1936 (Página 42)
II. Movimiento Jornalero y cuestión agraria en el último tercio del siglo XX en Andalucía: El Sindicato de
Obreros del Campo de Andalucía (Página 49)
1. Resurgir de la conciencia jornalera en la transición política y luchas campesinas hacia la Asamblea de
Antequera: 1970-1976 (Página 51)
1.1.-Movimientos sociales, protesta jornalera y democratización del mundo rural (Página 51)
1.2.-Luchas jornaleras en el Marco de Jerez en el tardo franquismo y las Comisiones de Jornaleros (Página 53)
1.3.-El papel de los curas obreros de la Sierra sur en los orígenes de la protesta jornalera (Página 56)
2. Origen y conformación del Sindicato de Obreros del Campo en el proceso de transición política (19761980) (Página 59)
2.1.-Asamblea de Antequera de 1976 y I Congreso de Morón de la Frontera de 1977 (Página 59)
2.2.-Breves apuntes sobre identidades en la conformación del Sindicato de Obreros del Campo. II Congreso de la
Puebla de Cazalla de 1980 y apuesta por la vía nacionalista (Página 66)
3. El Sindicato de Obreros del Campo ante la Ley de Reforma Agraria del Gobierno andaluz: 1983-1987
(Página 75)
3.1.-Reforma Agraria, poder político y campesinado (Página 75)
3.2.-Del III Congreso de Villamartín de 1984 al IV Congreso de Sevilla 1987. El Sindicato de Obreros del Campo ante
la Ley de Reforma Agraria de 1984 (Página 78)
4. Ecologismo popular, agro-ecología y la construcción de la Vía Campesina Internacional hacia la
soberanía alimentaria (Página 87)
Introducción al contexto histórico: consolidación del nuevo orden político hacia una política agraria comunitaria
(Página 87)
4.1.-El surgimiento del ecologismo popular: El Pacto andaluz por la Naturaleza de 1986. (Página 89)
4.2.-Del V Congreso de Puerto Serrano de 1993. Hacía un Sindicato del medido rural (Página 93)
4.3-Orígenes de la agro-ecología en Andalucía (Página 96)
4.4. Articulación de la Vía Campesina Internacional hacia la soberanía alimentaria (1994) (Página 99)
Conclusiones de la investigación: algunas reflexiones para profundizar en el debate (Página 108 )
Archivos históricos consultados (Página 113)
Bibliografía (Página 113)
2
Presentación y objetivos de la investigación
El presente trabajo tiene como objetivo principal profundizar en la investigación de la historia del
movimiento campesino y jornalero en la Andalucía contemporánea.
Se trata de analizar
históricamente la trayectoria de los movimientos campesinos en Andalucía, especialmente aquellos
que han tenido una expresión política organizada, y fundamentalmente aquellos cuya expresión
política organizada ha tenido como objetivo la transformación radical de la sociedad. Estudiaré por
tanto las politizaciones radicales, es decir las transformadoras, del movimiento campesino y sus
expresiones fundamentalmente sindicales. Estudiaremos estas expresiones sindicales del movimiento
campesino a lo largo de los siglos XIX y XX, en la construcción de su marco histórico, para centrar
nuestra investigación fundamental en la Historia del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía
durante el último tercio del siglo XX.
El trabajo consta de dos bloques fundamentales. El primer bloque, a su vez, se divide en dos
apartados. El primero de ellos, el marco teórico, trata de generar un marco conceptual y de ideas para
el estudio del campesinado y las resistencias campesinas, desde lo que Eduardo Sevilla Guzmán llama
Pensamiento social agrario y desde los Estudios Campesinos que surgen en Europa de mano de una
corriente de intelectuales marxistas durante la década de los años setenta. Se trata por tanto de crear
un marco conceptual de estudio de los movimientos campesinos
y jornaleros desde aquellas
tradiciones de pensamiento político y social que han comprendido al campesinado como sujeto
estratégico para la transformación social, o que han estudiado el papel del campesinado y los
movimientos campesinos en los procesos de transformación social vividos en la Europa
contemporánea. De estas tradiciones examinaremos el populismo ruso, el marxismo agrario ortodoxo y
la obra de Chayanov como puente desde el marxismo heterodoxo hacia los nuevos Estudios Campesinos
surgidos en los años setenta. Para cerrar y actualizar este marco teórico, reflexionaremos a partir de la
obra de algunos teóricos de la propuesta de la agro-ecología como Jowe Van del Ploeg, Eduardo Sevilla
Guzmán, Manuel González de Molina o Víctor M. Toledo.
En el segundo apartado de este primer bloque, trataremos de generar un marco histórico, desde el
que esbozaremos una narrativa histórica que recorra las agitaciones y conflictividades campesinas en
Andalucía desde sus orígenes hasta nuestros días, estudiando los diferentes matices de la protesta
social campesina, pasando fundamentalmente por las expresiones de resistencia campesina en la crisis
del Antiguo Régimen durante los dos primeros tercios del siglo; el anarquismo rural y el sindicalismo
campesino (1870-1919); y la cuestión agraria durante la II República (1931-1936). Asimismo,
3
analizaremos el papel del campesinado, especialmente en el movimiento jornalero, en los procesos
históricos de movilización política y transformación social, fundamentalmente desde la Revolución
Gloriosa (1868) hasta el final de la I República (1974); durante el llamado trienio bolchevique andaluz
(1917-1919); y durante la II República hasta la Guerra Civil (1931-1936). Se trata de generar un marco
histórico amplio que fundamente y dé consistencia histórica al estudio de las manifestaciones
recientes del movimiento campesino y jornalero andaluz, a través de sus expresiones políticas
organizadas en el último tercio del siglo XX, como ha sido la experiencia histórica del Sindicato de
Obreros del Campo.
En el segundo bloque, y como labor central de este trabajo, elaboraremos una investigación en
profundidad sobre la Historia del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) de Andalucía como
movimiento sindical de campesinos sin tierra, con carácter de clase, nacionalista andaluz y que
constituyó durante cuatro décadas la expresión sindical y política del movimiento jornalero andaluz,
hasta la conformación del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as en el año 2007.
El objetivo
fundamental será construir un marco cronológico para el estudio del Sindicato de Obreros del Campo,
que nos ayude a llevar a cabo investigaciones posteriores más profundas sobre aspectos más concretos
de la Historia del SOC. El movimiento jornalero andaluz y concretamente el Sindicato de Obreros del
Campo no ha sido estudiado en profundidad desde una perspectiva histórica, por lo que corresponde
crear en primer lugar un marco cronológico que sitúe, a través de su documentación oficial, cuáles han
sido en cada periodo sus aportes fundamentales tanto a la democratización del mundo rural como a la
Historia reciente de Andalucía.
En el primer apartado de este bloque comenzaremos el análisis desde el resurgir del movimiento
jornalero durante la última clandestinidad, en el seno de la dictadura militar franquista, en su proceso
hacia la construcción un sindicato andaluz de trabajadores agrícolas sin tierra. Estudiaremos el
proceso de articulación de los espacios de socialización y participación política, que fueron generados
desde las primeras luchas sindicales en el Marco de Jerez hacia las Comisiones de Jornaleros en el
periodo que va desde 1970-1976. Las Comisiones de Jornaleros (1974-1976) fueron impulsadas, por
un lado, por sectores de militancia rural vinculada al Partido Comunista (Internacional), que en 1975
se convertirá en el Partido del Trabajo de España, y por otro lado por los Curas jornaleros de la Sierra
Sur Sevillana, liderados por la figura de Diamantino García Acosta. Analizaremos cuáles han sido las
dinámicas de construcción de las primeras formas de oposición democrática, tanto en el terreno de la
oposición laboral como en el de la participación vecinal generada por las Comisiones de Jornaleros.
En el segundo apartado analizaremos los orígenes del Sindicato de Obreros del Campo y el proceso
de conformación del Sindicato en el periodo que va desde 1976 a 1980. Estudiaremos la conformación
4
del SOC, desde su génesis en la Asamblea de Antequera de agosto 1976, su I Conferencia de diciembre
de 1976 en Sevilla y su I Congreso Constituyente de septiembre de 1977 de Morón. Dicho análisis lo
haremos en base a la documentación oficial de sus reuniones y congresos, hasta ahora prácticamente
inédita, y en base a la prensa histórica y a la documentación orgánica del propio SOC. Analizaremos
también las identidades políticas en la conformación del SOC, así como su posicionamiento por el
nacionalismo andaluz en su II Congreso de Puebla de Cazalla. Dicho proceso lo analizaremos a través
de testimonios orales de personas que participaron activamente en la fundación del SOC , exponiendo
sus posturas y la documentación histórica en diálogo con las tesis sobre tierra y territorio que han
llevado a la defensa de una postura nacionalista andaluza por parte del Sindicato de Obreros del
Campo, desde su fundación hasta nuestros días.
En el tercer apartado estudiaremos el periodo que va desde 1983 a 1987, centrándonos en cuál fue
el papel del SOC en las luchas por la Reforma Agraria y cuál fue su postura ante la Ley de Reforma
Agraria del Gobierno Andaluz de 1984. Todo ello lo analizaremos en base a sus ponencias sobre la
Reforma Agraria, tanto en su III Congreso de Villamartín en 1984, como en su IV Congreso de Sevilla
en 1987. Analizaremos tanto la documentación congresual de sus III y IV Congresos, como parte de la
prensa histórica que se conserva y parte también de su documentación orgánica como panfletos,
documentos y otros materiales.
Se trata de comprender cuál fue la concepción de Reforma Agraria defendida por el SOC y cómo se
gestó el proceso político que llevo al Gobierno Andaluz a plantear la cuestión con su Ley de Reforma
Agraria de 1984. Estudiaremos cuáles eran las concepciones y propuestas que tanto el SOC como la
Junta de Andalucía planteaban en el debate político generado en torno a la cuestión de la Reforma
Agraria, durante la primera mitad de la década de los años ochenta.
En el cuarto apartado estudiaremos el periodo que va desde 1986 a 1994, en el que analizaremos
algunas de las aportaciones fundamentales del movimiento jornalero a la democratización del mundo
rural andaluz, como son el surgimiento del ecologismo popular, la agro-ecología y agricultura
ecológica. Para ello analizaremos la articulación del Pacto Andaluz por la Naturaleza de 1986. Dicho
proceso surge desde el movimiento jornalero andaluz en alianza con sectores emergentes del nuevo
movimiento ecologista y supone el surgimiento histórico del movimiento ecologista en Andalucía, así
como del movimiento en defensa de la agricultura ecológica. Asimismo analizaremos cuáles han sido
las propuestas de desarrollo rural del SOC establecidas en su V Congreso de 1993 en Puerto Serrano,
en las Ponencias de Desarrollo Rural alternativo y Agricultura y Medio ambiente. Para finalizar este
cuarto apartado, analizaremos la construcción de la coordinadora mundial Vía Campesina
Internacional como articulación de organizaciones de campesinos, indígenas, trabajadores de la tierra,
migrantes, mujeres rurales, jóvenes, ecologistas del mundo rural de más de 200 organizaciones de 150
5
países. Analizaremos su proceso de construcción así como los aportes fundamentales que se han
realizado desde el SOC, especialmente desde el documento de la Coordinadora Europea de Vía
Campesina (ECVC, por sus siglas en inglés) Reforma Agraria en Europa. Dicho documento surge de los
debates y los intercambios producidos en la Conferencia Europea sobre Reforma Agraria en el siglo XXI,
convocada por ECVC en mayo de 2010 en Marinaleda (provincia de Sevilla).
La metodología usada para esta investigación ha sido fundamentalmente la lectura bibliográfica, la
documentación histórica de Archivo y los testimonios orales. Los documentos de archivo han sido
consultados fundamentalmente del Archivo histórico de la Fundación de Estudios Sindicales, vinculada
a Comisiones Obreras de Andalucía, con sede en Sevilla; el Archivo Histórico del Instituto de Sociología
y Estudios Campesinos (ISEC) de la Universidad de Córdoba; el Archivo personal de Francisco Casero,
así como el Archivo del Sindicato de Obreros del Campo y del Medio Rural de Andalucía, hoy Sindicato
Andaluz de Trabajadores/as. Es preciso señalar que toda la documentación encontrada sobre el SOC,
tanto a nivel de prensa, de fotografías o de documentación orgánica recopilada desde archivos
históricos personales, ha sido puesta a disposición del Archivo Histórico del ISEC, por lo que los
documentos citados son de las copias catalogadas en el ISEC, gracias a una enorme labor de
recopilación, adquisición y catálogo realizada en el transcurso de este trabajo de investigación y como
colaboración entre mi investigación y mi labor como integrante del equipo coordinador del Archivo
Histórico del ISEC.
Para el desarrollo de este trabajo igualmente han sido muy importantes los distintos testimonios
orales de los cuales se ha nutrido mi trabajo, entre los que es preciso señalar a las siguientes personas:
-Gonzalo Sánchez Fernández, natural de Lebrija, jornalero miembro del Partido del Trabajo de
España y primer Presidente del SOC entre 1976 y 1980.
-Antonio Sánchez Morillo, natural de Martín de la Jara, miembro fundador del Sindicato de Obreros
del Campo, miembro del Comité Ejecutivo desde 1977 a 1984 y miembro de las Candidaturas de
Unidad de los Trabajadores.
-Jose Luque Cano, natural de Osuna, miembro fundador del Sindicato de Obreros del Campo,
miembro de la Unión Local del SOC de Osuna y miembro del movimiento ecologista municipal de
Osuna.
Este trabajo ha sido también posible gracias al apoyo incondicional de Francisco Casero, fundador
del SOC y Secretario General desde 1977 a 1984 y posteriormente Presidente del Comité Andaluz de
Agricultura Ecológica (CAEE), quien ha prestado todo su apoyo, su Archivo personal, su memoria, sus
conocimientos y sus valiosos consejos. Además ha sido importante el apoyo del Sindicato de Obreros
6
del Campo y del Sindicato Andaluz de Trabajadores, tanto por sus importantes testimonios y relatos
vitales como por poner a disposición la documentación del Archivo Histórico del Sindicato de Obreros
del Campo. En este sentido, ha sido importante el apoyo recibido por parte de Diego Cañamero Valle,
Secretario General del Sindicato de Obreros del Campo desde 1984 a la actualidad y Portavoz General
del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as desde 2007 a la actualidad. También el apoyo recibido por
Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda desde 1979 a la actualidad, Secretario General de
las Candidaturas Unitarias de Trabajadores y diputado autonómico del Parlamento andaluz entre los
años 1999 y 2000 y de 2008 a 2014. Por otra parte es de señalar la absoluta disposición y apoyo
mostrado por las bases, tanto del SOC como del SAT, en lugares como Marinaleda, Gilena, Sevilla,
Granada o Jaén.
Por último es importante señalar la labor del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos de la
Universidad de Córdoba en la elaboración de esta investigación, especialmente la de su ex-director el
catedrático Eduardo Sevilla Guzmán, quien ha puesto a disposición tanto su biblioteca personal como
su archivo personal y la práctica totalidad del ISEC. Es asimismo importante agradecer a Manuel
González de Molina, Catedrático de Historia contemporánea por la Universidad Pablo de Olavide y
director del Grupo de investigación Historia de los agro-sistemas sus consejos, su apoyo y sus cálidas
palabras. Agradecimiento extensivo a Miguel Gómez Oliver, Catedrático de Historia contemporánea por
la Universidad de Granada y maestro vital de historiadores. Así mismo el reconocimiento a Salvador
Cruz Artacho por su participación en el I Seminario sobre Historia del movimiento Jornalero y
Democratización del mundo rural en Andalucía, organizado por el Grupo de Estudios Juan Díaz del
Moral y el Ayuntamiento de Gilena, en el mes de Junio de 2015. Y sinceramente también a mi profesora
y directora de este TFM, Lucía Rivas Lara, por su dedicación, voluntad y apoyo.
Por último esta investigación no hubiera sido posible sin el apoyo y la disposición de los miembros
del Grupo de Estudios Campesinos Juan Díaz del Moral, especialmente de Néstor Salvador Galindo,
Víctor Baena Rodríguez y Francisco Moreno Colmenero en el ámbito de la ayuda en la investigación,
discusión e intercambios intelectuales en los debates sobre el papel del movimiento jornalero en la
democratización del mundo rural. El Grupo de Estudios Campesinos es una asociación de
investigadores, de la que formo parte, y que se nutre de jóvenes investigadores en ciencias sociales que
trabajan en profundidad en el estudio del movimiento jornalero andaluz y su papel en la
democratización del mundo rural andaluz.
Este trabajo no ha sido por tanto una labor individual, sino el esfuerzo colectivo de decenas de
personas que en su labor cotidiana han tratado de rescatar la memoria del movimiento jornalero
andaluz en su tarea política de democratización del mundo rural.
7
I. Pensamiento social agrario, Estudios campesinos e
Historia contemporánea de los movimientos campesinos
en Andalucía
1. Marco teórico para el estudio de los movimientos campesinos
En este primer capítulo trataremos de esbozar y plantear el marco conceptual y teórico desde el que
analizaremos al campesinado andaluz durante los siglos XIX y XX, y especialmente desde el último
tercio del siglo XX. Este marco teórico corresponde a aquello que llamamos pensamiento social
agrario1, esto es, el conjunto de corrientes de pensamiento social y científico que han tenido al
campesinado y la cuestión agraria como objeto central de estudio intelectual y académico.
Analizaremos las tradiciones de pensamiento político y social que centraron sus esfuerzos
intelectuales en el análisis de las sociedades campesinas. Entre ellas situaremos el populismo ruso,
corriente política e intelectual surgida en Rusia desde finales del siglo XIX hasta la Revolución rusa,
cuyo objetivo era potenciar los elementos comunitarios y socialistas de la sociedad rusa tradicional,
por los cuales sería más fácil llegar al socialismo, evitando así el sufrimiento que comportaba la
penetración del capitalismo agrario en Rusia. Por otro lado analizaremos el anarquismo agrario como
marco teórico desde el que Bakunin y Kropotkin analizan el papel del campesinado y sus posibilidades
políticas en la Europa de su contexto. Por último estudiaremos el marxismo agrario ortodoxo, como
toda la tradición intelectual que se derivó desde una interpretación concreta de Marx acerca de los
campesinos realizada en El Capital y desarrollada por Engels, Lenin y Kautsky, que derivó en la postura
oficial adoptada por la URSS sobre el papel del campesinado en las sociedades modernas y en la
revolución socialista. En último lugar analizaremos la Nueva tradición de estudios campesinos como
corriente académica surgida en la Europa del último tercio del siglo XX, y que tiene como referentes
intelectuales principalmente a Alexander Chayanov y al análisis de Marx sobre el campesinado,
desarrollada durante su última etapa como consecuencia de su relación e intercambio intelectual con
los populistas y marxistas rusos. Esta nueva tradición de Estudios campesinos surge
fundamentalmente en torno a los profesores Ángel Palerm, Teodor Shanin, Eric Wolf y Eduardo Sevilla
Guzmán, entre otros, y tiene como objeto central la renovación de la antigua tradición de estudios
campesinos, desde una perspectiva del marxismo heterodoxo y desde la voluntad política de pensar al
campesinado como sujeto fundamental en los procesos contemporáneos de transformación social.
1.-SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: Desde el pensamiento social agrario. Servicio de publicaciones. Córdoba,
Universidad de Córdoba, 1991.
8
1.1. Orígenes del pensamiento social agrario, corrientes teóricas y praxis
intelectual
Según Eduardo Sevilla Guzmán, durante el siglo XVIII y XIX tuvo lugar lo que podríamos definir
desde una perspectiva científica como la génesis del pensamiento social agrario 2. Llamamos pensamiento
social agrario, al conjunto de corrientes de pensamiento social y científico que surgen teniendo al
campesinado, las sociedades campesinas, la estructura social campesina y la cuestión agraria como
preocupación fundamental. La génesis del pensamiento social agrario se da en Europa tras un
importante proceso de acumulación teórica, generado desde distintas corrientes científicas en el
estudio del campesinado.
El anarquismo como corriente política, y especialmente en sus orígenes, ha tenido un elemento
fundamental de referencia comunitaria y campesina como contrapartida a la decadente sociedad
industrial y capitalista. La forma de organización campesina y comunitaria constituye para el primer
anarquismo, en palabras de José Álvarez Junco, un punto de referencia mítico como contrapunto de la
denostada civilización urbana, centralizada e industrial 3. Para el autor, M. Bakunin consideraba a los
campesinos como agentes de la revolución frente a los proletariados industriales de los países capitalistas
más avanzados: su misma “barbarie”, les ha hecho conservar “toda energía de la naturaleza popular” 4.
Bakunin fue quizás el primer pensador que analizó al campesinado desde la perspectiva de su
potencial revolucionario, como parte de un proceso de transformación social en alianza con otros
sectores sociales como trabajadores urbanos, intelectuales críticos, etc.
Para Bakunin, así como para el resto de populistas rusos, la revolución campesina, como alianza con otros
sectores revolucionarios, podría evitar el desarrollo del capitalismo que tendía a instalar una forma de
dominación industrial al natural sistema de valores humanos. El carácter revolucionario, la naturaleza
rebelde y socialista del campesinado era producto de su específica cultura surgida de formas de organización
colectivista5.
Para Bakunin, el campesinado ruso poseía cierta autonomía respecto a las formas históricas de
subordinación social. Este hecho se expresaba en la demanda de la tierra que hacían los campesinos
durante las rebeliones que se dieron en Rusia durante los siglos XVII y XVIII. Esta demanda de tierra
constituye para Bakunin la dimensión comunal que para ellos tiene la propia tierra. Desde la
perspectiva del campesinado ruso, la tierra es una unidad social de trabajo, ya que su propiedad no es
2 .-SEVILLA GÚZMAN, Eduardo: De la sociología rural a la agro-ecología, Barcelona, Editorial Icaria, 2007, p. 6.
3.- Citado en: SEVILLA GUZMÁN Eduardo y HEISEL Karl (coords): Anarquismo y movimiento jornalero en
Andalucía. Córdoba, Ediciones La Posada, Colección Díaz del Moral, Publicaciones del Excelentísimo
Ayuntamiento de Córdoba, 1988, p. 23.
4.- Citado en Eduaro SEVILLA y Karl Heisel: Anarquismo y movimiento...., p. 23.
5.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZALEZ DE MOLINA NAVARRO, Manuel: “Una propuesta de dialogo entre
socialismo y ecologismo: El neopopulismo ecológico”. Ecología Política. Cuadernos para el debate internacional, nº
3 (1990), p. 121.
9
individual sino que pertenece a la obshina (comunidad), los campesinos solo tenían derecho a
utilizarla. La obshina era la forma de organización de la economía en las aldeas, según la cual la tierra
de la comunidad aldeana era repartida entre sus unidades familiares de acuerdo con el número de
miembros que poseían. Para los campesinos la obshina, el colectivismo agrario, formaba parte de la
comunidad global no solo como unidad económica y social: el mir, la comuna rural, significaba para el
campesinado ruso una instancia moral. Para Bakunin el carácter revolucionario del campesinado
emanaba en última instancia de la obshina como organización económica y social y del mir como
estructura social comunitaria. Extraemos de una de sus principales obras, Estado y Anarquía la
siguiente reflexión:
Los eslavos eran, predominantemente, una raza apacible y agrícola. Extraños a todo espíritu guerrero que
animaba las razas germánicas, eran, por eso mismo, extraños a las tendencias estatistas que se habían
desarrollado desde el comienzo en los alemanes. Viviendo separados e independientemente en sus comunas
[…] disfrutando todos con el mismo derecho del suelo comunal [...] No existía contacto político incesante entre
las comunas. Pero cuando amenazaba un peligro común, como la invasión de una raza extraña, contraían
temporalmente una alianza defensiva; una vez pasado el peligro esa sombra de unión política desaparecía
también. Se deduce, pues, que no existía ni podía existir un Estado eslavo. Existía, al contrario, ese contacto
social y fraternal entre todas las razas eslavas, hospitalarias en un alto grado 6.
Esta misma reflexión se puede extrapolar a los pueblos del sur de Europa, tales como España o
Italia, donde el anarquismo:
...presenta, naturalmente, al pueblo en primer lugar el fin de la miseria, de la pobreza y la satisfacción
completa de todas las necesidades materiales por medio del trabajo colectivo, obligatorio e igual para todos;
[...] no de arriba a abajo, siguiendo el ejemplo del Estado, sino de abajo a arriba, por el pueblo mismo, [...] la
unión libre de las asociaciones, de las comunas, de las provincias y de los pueblos artesanos y agrícolas. [...]. Es
notable que en Italia, como en España, el programa comunista-estatista de Marx no tuvo absolutamente éxito
alguno; al contrario, el programa de la famosa Alianza de los revolucionarios socialistas, que proclamó la
guerra incondicional a toda dominación, [...] fue vasta y apasionadamente aceptado 7.
La potencialidad revolucionaria de la comuna rusa suponía para Bakunin la posibilidad de articular
aquellos factores que permitieran potenciar las posibilidades políticas revolucionarias de aquellas
sociedades donde el capitalismo y sus instituciones burguesas tuvieran aún un papel incipiente y frágil,
y en las que las estructuras comunitarias y campesinas de los pueblos del sur de Europa, como España
o Italia junto al pueblo ruso, pudieran generar las condiciones adecuadas para una revolución social.
Estas periferias de Europa donde todavía existían relaciones sociales comunitarias tenían elementos
para
generar una dinámica revolucionara basada precisamente en esas relaciones sociales
comunitarias. La convicción de que la tierra pertenecía a quien la trabajaba, que su propiedad era
comunal y colectiva y no individual, sujeta a una moral campesina que vertebraba la estructura social y
6 .-BAKUNIN, Mijaíl: Estado y anarquía. Madrid, Editorial Orbis, 1984, p. 48. Publicación original en 1873. Se trata
de la última obra del autor y en la que mejor refleja su pensamiento, escrita en el contexto de la Guerra francoprusiana que dio lugar al Imperio Alemán, el autor hace un análisis de las debilidades del pensamiento marxista y
las posibilidades del anarquismo como filosofía política que generar una revolución social en la Europa del siglo
XIX.
7 .- Mijaíl BAKUNIN: Estado..., p. 41.
10
económica del campesinado ruso, forman una lógica económica ajena al capitalismo y a las formas de
competencia y productividad con las que el capitalismo penetra en las sociedades campesinas. La
fuerte autonomía, tanto administrativa como existencial, genera por otro lado una posición hostil hacia
toda autoridad que provenga de más allá de la propia comunidad. El auto-gobierno local y la
democracia comunitaria supondrán una resistencia inherente a la lógica del estado y de las relaciones
de capital.
Piotr Kropotkin por su parte es el otro gran teórico del anarquismo, continuador de la obra de Mijaíl
Bakunin. Piotr Kropotkin supone una corriente intermedia en la que podemos identificar al
anarquismo agrario junto al populismo ruso, hacia aquello que podríamos llamar populismo
anarquista. Para Eduardo Sevilla Guzmán la obra de Kropotkin esclarece, por un lado, las características
históricas de las comunidades rurales que generan el instinto socialista del campesinado, y por otro, en
las futuras formas de organización social alternativas a las que estaba desarrollando el capitalismo 8.
Una de sus principales obras, Apoyo mutuo, fue publicada en 1896 como contestación a Tomas Huxley,
importante científico que utilizaba las teorías del evolucionismo de Darwin para justificar el desarrollo
de liberalismo económico y del capitalismo como fase evolutiva superior a todas las demás existentes.
Kropotkin, en esta obra analiza los mecanismos mediante los cuales el apoyo mutuo llega a ser el factor
orientador de la evolución progresiva frente a los mecanismos de lucha y de competencia:
Estudiando la vida cotidiana de la población rural de Europa he visto que, a pesar de todos los esfuerzos
de los estados modernos para destruir la comuna aldeana, la vida de los campesinos está llena de hábitos y
costumbres de ayuda mutua. [...] Desde el punto de vista de la economía social, todos estos esfuerzos de los
campesinos naturalmente no tienen gran importancia. No pueden aliviar de modo sustancial -y menos
todavía durable- la miseria a que están condenadas las clases agrícolas de toda Europa. [...] Desde el punto de
vista moral, que es el que nos ocupa en este momento, su importancia es enorme. Demuestra que, aun bajo el
sistema del individualismo desenfrenado que domina ahora, las masas agrícolas conservan piadosamente la
ayuda mutua heredada por ellos; y en cuanto los Estados debilitan las leyes férreas mediante las cuales
destruyeron todos los lazos existentes entre los hombres para tenerlos mejor en sus manos, estos lazos se
reanudan inmediatamente, a pesar de las innumerables dificultades políticas, económicas y sociales; y se
reconstituyen en las formas que mejor responden a las exigencias modernas de la producción. Y señalan
también las direcciones en que es menester buscar el máximo progreso, y las formas en que tienden a
fundirse9.
En este sentido podemos comprobar cómo Kropotkin, a través del excelente estudio que supone
Apoyo mutuo, rastrea los indicadores de la antigua economía comunal que pervive en sociedades
modernas como Rusia,
Francia, Inglaterra y en otros países. A partir del estudio de esas
superveniencias comunitarias, establece que aquellas sociedades donde dichas superveniencias son
más fuertes, o no han sido totalmente destruidas, existen mayores posibilidades revolucionarias de
volver a generar roles comunitarios y formas alternativas de organización social.
8.- Eduardo SEVILLA GUZMÁN y Karl HEISEL: Anarquismo y movimiento..., p. 31.
9.- KROPOTKIN, Piort. La selección natural y el Apoyo mutuo. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 2009.
11
El populismo ruso o Naródnik, constituye la corriente de pensamiento político e intelectual que,
en dialogo con este anarquismo agrario, genera una forma de pensamiento y una cultura política que
sitúa al campesinado como sujeto prioritario en la construcción de un nuevo orden social, desde la
resistencia al modelo económico y político capitalista, que comenzaba a ser hegemónico en la Europa
occidental. Esta corriente surge en el seno del debate político e intelectual en Rusia sobre la vigencia
de las instituciones tradicionales como forma de resistencia al nuevo escenario capitalista y sus nuevas
formas de producción y explotación. Según Teodor Shanin, quizás el mayor especialista en el estudio
histórico del populismo revolucionario ruso:
..para los populistas revolucionarios, la comuna campesina era la prueba de la tradición colectivista de la
mayoría del pueblo ruso, que permanecía viva a pesar de la represión del Estado ruso. No tenían una
concepción acrítica de la comuna, pero, en última instancia, consideraban a la comuna campesina como el
mayor activo con el que contaban para sus planes. Era vista como una posible herramienta para la
movilización de los campesinos en la lucha anti-zarista10
El populismo ruso es una corriente del socialismo agrario ruso, que surge en la Rusia zarista desde
mediados del siglo XIX (especialmente durante las décadas de los sesenta y setenta) y que tiene como
primeras referencias intelectuales a Aleksandr Ivánovich Herzen y a Nikolái Gavrílovich Chernyshevski
durante su primera etapa. Tanto Herzen, desde el exilio en Inglaterra, como Chernyshevski, desde el
interior, comienzan a generar un debate intelectual en torno a dos publicaciones políticas, por un lado
el Kolol, (Campana) publicación clandestina, y Sobremennik (Difusión literaria) publicación legal,
siempre forzando al límite la dura censura zarista. Durante la coyuntura de la abolición de la
servidumbre en Rusia en 1861, surge un debate político e intelectual que trata de rescatar a las
sociedades campesinas como un elemento por el cual Rusia podría alcanzar el socialismo sin tener
obligatoriamente que pasar por la consolidación del capitalismo, tal y como vaticinaban los marxistas y
socialistas de la Europa occidental. Este debate intelectual dio lugar a la creación de la organización
Zemia i Volia (Tierra y Libertad). A finales de la década de los sesenta, una vez que las condiciones
intelectuales del debate habían madurado, surgió el movimiento Ida hacia el pueblo, que consistía en
que jóvenes universitarios socialistas emigraran hacia las zonas rurales de Rusia, con el objetivo de
fundirse con el pueblo y potenciar su instinto socialista, convencidos de que las nuevas formas
capitalistas introducidas por la abolición de la servidumbre acelerarían el proceso de racionalización
del campesinado hacia una revolución social. Esta primera corriente eran los llamados bakunistas o
rebeldes. Una segunda tendencia dentro de este movimiento fue la constituida por Piotr Lávrovich
Lavrov y Nikolay Mikhaylovsky, fundamentalmente. Esta segunda tendencia fueron los llamados
lavrovistas o propagandistas. El objetivo de estos grupos era la formación, la instrucción y la
propaganda de las comunas campesinas, por lo que uno de sus ejes era lo que ellos llamaron la causa
del libro, es decir, la propaganda mediante la impresión y la reproducción de panfletos y materiales de
10 .- Teodor SHANIN: El Marx tardío..., p. 27.
12
lectura. Quizás el elemento común que unía a ambas corrientes era la importancia otorgada a la
comuna rusa, a la aldea campesina como factor fundamental tanto en el proceso de agitación hacia una
revolución socialista en Rusia como en la futura organización política y económica de la sociedad
alumbrada por la revolución. Según Shanin, la aldea campesina:
...estaba destinada a ser la forma básica de la futura organización del poder local que gobernaría Rusia
junto a un gobierno nacional democráticamente elegido. Para Chernyshevski Sería también un marco eficaz
para la producción agrícola en la Rusia post-revolucionaria, que operaría junto a la industria nacional de
propiedad pública y una minoría de empresas privadas11.
Desde las reflexiones del profesor Eduardo Sevilla Guzmán podremos establecer que existen una
serie de ideas, es decir, un marco teórico, que en el contexto político del populismo ruso constituyen su
orientación teórica y su propuesta de praxis política. En el seno del campesinado ruso existen formas
colectivas de solidaridad y apoyo mutuo que son contrarias a las lógicas impuestas por el capitalismo
como la división, el individualismo y la competencia. En Rusia era posible frenar el desarrollo del
capitalismo mediante la radicalización y extensión de estas formas de solidaridad colectiva, existentes
en la tradicional cultura política y social del campesinado, al resto de la sociedad.
Por último llamaremos marxismo ortodoxo a la corriente filosófica e intelectual que se genera tras
la muerte de Marx, en 1889. Desarrollada en primer lugar por Engels, a partir de una parte de la obra
de Marx, centrada especialmente en la época que va desde 1848 (con la publicación del Manifiesto del
Partido Comunista) hasta la publicación del I volumen de El Capital, 1867. Este periodo de Marx será la
época decisiva en la que se postulan sus tesis fundamentales en
economía política, que serán
adoptadas tanto por Engels como por Plejanov, Kautsky, Lenin y toda la tendencia política comunista
asociada a la URSS y la Tercera Internacional. En su obra Historia y conciencia de clase, el pensador
marxista Georg Lukács, en un ensayo llamado ¿Que es la ortodoxia marxista?, establece:
..esa ortodoxia es la convicción científica de que el marxismo dialéctico ha descubierto el método de
investigación correcto, que ese método no puedo continuarse, ampliarse ni desarrollarse más que en el
sentido de sus fundadores, y que en cambio todos los intentos de superarlo o de corregirlo han conducido y
conducen necesariamente a su deformación superficial...12
Entendemos por tanto el marxismo ortodoxo como el conjunto de conocimientos, análisis y estudios
especialmente en los ámbitos de la economía política derivados de El Capital y asimilados, en lo que
Plejanov acuñó como materialismo dialéctico, establecido en el Prólogo a su obra El Materialismo
histórico13. Por la propia naturaleza de este trabajo me es imposible hacer una descripción de cuál es
la caracterización teórica del marxismo ortodoxo, pero sí es preciso señalar que entendemos que el
marxismo ortodoxo como corpus teórico e intelectual se configura a través del desarrollo del
11.- Teodor SHANIN: El Marx tardío..., p.27.
12 .- LUKÁCS, Georg: Historia y conciencia de clase. La Habana, Editorial del Instituto del Libro, 1970, p. 35.
13 .-PLEJANÓV, Gueorgui: Materialismo dialéctico. Madrid, Editorial Akal, 1975, p, 6.
13
pensamiento de Marx y Engels, una vez muerto Marx, fundamentalmente vinculado políticamente al
desarrollo de la URSS como experiencia política. No obstante debemos caracterizarlo en cuanto a lo
que nos es preciso de cara al análisis de la concepción y el enfoque que de la cuestión agraria se hace
desde este marxismo ortodoxo, principalmente desde el análisis de Lenin y Kautsky. En este sentido y
tomando los aportes del profesor Eduardo Sevilla Guzmán, señalaremos en primer lugar que este
marxismo agrario ortodoxo se realiza:
...haciendo un abstracción intencionada del contexto social y político de Marx, que incorpora la visión del
proceso histórico elaborada por Engels tras la muerte de Marx, que obvia de modo intencionado la última
fase de la vida de Marx (principalmente su re-formulación del papel del campesinado en Rusia) como forma
de fortalecer la posición política de los marxistas rusos frente al debate populista que se continuó dando en la
Rusia de las dos primera décadas respecto al papel del campesinado en la revolución rusa y en la
construcción del modelo socialista14.
Podemos definir el marxismo agrario ortodoxo como el marco teórico que desde el marxismo
ortodoxo interpreta la evolución de la estructura agraria en el proceso histórico, en base a las
siguientes características teóricas: en primer lugar, se concibe este proceso desde un evolucionismo
uni-lineal por el cual los cambios y transformaciones operadas en el orden económico y social se
producen de manera global e inviable. En segundo lugar, existe una secuencia histórica en la que se
insertan las fases históricas de evolución que responden a modos de producción irreconciliables entre
sí. En tercer lugar, la aparición del capitalismo como modo de producción previo al socialismo
determina la disolución del campesinado como organización socio-económica característica de los
modos de producción previos a él. La centralización y concentración como procesos necesarios al
capitalismo industrial eliminan al campesinado de la agricultura, al ser incapaz de incorporarse al
progreso técnico. En cuarto lugar, las mayores posibilidades de adaptación de la gran explotación al
funcionamiento de la agricultura capitalista, como una rama más de la industria, dotan al latifundismo
de una potencial superioridad técnica gracias a las ventajas de las economías de escala. En quinto y
último lugar, la dinámica del capitalismo en la agricultura genera un antagonismo inherente entre el
campesinado y el latifundio que tiene como desenlace inevitable la proletarización del campesinado y
la polarización social de la fuerza de trabajo en la agricultura.
Más allá de Marx y Engels, tan solo dos autores marxistas estudiaron y analizaron en profundidad la
cuestión agraria y las consecuencias de la penetración del capitalismo en la agricultura. En efecto, casi
de manera simultánea, Karl Kautsky y Vladimir Ilich Lenin abordaron la cuestión agraria a finales del
siglo XIX, cerrando así el marco teórico de lo que hemos venido a llamar marxismo agrario ortodoxo.
Según el Profesor Ángel Palerm, Lenin en su obra La cuestión agraria15:
...tendía, más que a proponer una teoría sobre los campesinos, a sostener la inevitabilidad de su
desaparición y de su transformación en empresarios burgueses agrícolas y en proletarios urbanos y rurales.
14 .- SEVILLA GÚZMAN, Eduardo: De la sociología rural a la agroecología. Barcelona, Editorial Icaria, 2007, p. 11.
15.- VLADIMIR, Ilich Lenin: La cuestión Agraria: Madrid, Editorial Ayuso, 1975.
14
Sus tesis adquieren sentido principalmente en términos de la polémica política con los populistas, ya que
como hecho histórico el campesinado ruso desapareció (si es que, en efecto, ha desaparecido) por un acto de
voluntad y de poder de la dictadura estalinista y no como resultado de un proceso histórico objetivo16.
Tras la implementación del modelo urbano industrial a escala mundial, la imposición de un modelo
teórico que asumía la descomposición de las sociedades campesinas (tanto en el bloque socialista
como desde la teoría liberal sobre las transformaciones en la agricultura moderna) y ante la evidente
permanencia y persistencia de las sociedades campesinas casi por todo el planeta, vuelve a surgir tras
la II Guerra Mundial una nueva oleada de estudios sociales que tenían como objetivo volver a pensar el
papel del campesinado en las sociedades capitalistas. Como plantea Ángel Palerm:
Desde México hasta la Unión Soviética, desde Argel, China y Vietnam hasta los Estados Unidos y Polonia, el
campesino ha hecho sentir su fuerte y continua presencia política y económica. Resulta evidente que en lugar
de las hipótesis y las prácticas de su desaparición, se necesita una teoría de su continuidad y una praxis
derivada de su permanencia histórica17.
Para superar la concepción agraria del marxismo ortodoxo debemos situar la transformación del
pensamiento de Marx a partir de la década de los años setenta del siglo XIX, principalmente en lo
referido a la cuestión agraria y el papel del campesinado en Rusia, debido a los acontecimientos
políticos generados por el movimiento del populismo revolucionario y por su importante intercambio
y con algunos de los principales intelectuales de dicho movimiento.
Quizás el mejor modo de comenzar a analizar la nueva tradición de Estudios campesinos sea
recuperando la obra y el pensamiento de Alexander Chayanov, economista agrario ruso, cuya obra es la
principal referencia teórica y académica de toda esta nueva corriente de pensamiento social centrado
en el estudio del campesinado. El profesor Eduardo Sevilla Guzmán atribuye a Chayanov la posición
intelectual de haber sido el primer investigador que hiciera percibir la posibilidad de formular un
específico “modo de producción campesino” 18. Esta re-lectura que hace Shanin de las formulaciones de
Marx durante sus últimos años de vida en lo referente al papel del campesinado en Rusia, se da con la
revisión que el profesor Ángel Palerm hace de la última fase de la producción intelectual de Marx,
principalmente de los cuadernos Grundrisse19 y de su obra Formaciones económicas pre-capitalistas20, y
de sus Notas etnológicas21, así como a través del intercambio intelectual que hacen ambos autores en
16.- PALERM, Ángel: Antropología y marxismo. México D.F., CIESAS. Universidad Autónoma Metropolitana y
Universidad Iberoamericana, 1980, p. 233.
17.- Ángel PALERM: Antropología..., p. 254.
18.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo. “Re-descubriendo a Chayanov: hacia un neopopulismo ecológico”. Agricultura y
sociedad, nº 55 (Abril-Junio 1990).
19.- MARX, Karl: Grundrisse: Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. Buenos Aires, Siglo
XXI Editores, 1971.
20.- MARX, Karl: Formaciones económicas pre-capitalistas. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1987.
21.- KRAEDER Lawrence: Los apuntes etnológicos de Karl Marx. Transcritos, anotados e introducidos por Lawrence
Kraeder. Madrid, Siglo XXI Editores, 1988.
15
base a la obra de Alexander Chayanov22. Por situar brevemente las aportaciones fundamentales de
Chayanov, y en un esfuerzo de síntesis al que me veo obligado por la naturaleza de este trabajo,
expondremos lo siguiente: en primer lugar, Chayanov plantea la coexistencia de distintos modos de
producción en el seno de una misma sociedad y en el seno de un mismo proceso histórico del siguiente
modo:
En la teoría económica de la economía se ha hecho costumbre pensar todos los fenómenos económicos en
relación exclusivamente con la economía capitalista, todos los demás tipos de vida económica se consideran
insignificantes o en proceso de extinción, pero en el pensamiento económico no podremos avanzar con estas
tesis ya que la mayor parte del área de producción agraria mundial no se basa en formas capitalistas, sino
en formas diferentes de unidad económica familiar no asalariada 23.
Por tanto entendemos que Chayanov apunta hacia una evidente convivencia y coexistencia de
formas económicas de producción diferentes, lo que es conceptualizado como concepción multilineal
del proceso histórico24. Por otra parte la segunda aportación fundamental que destacaremos será la
cuestión del cooperativismo rural. Este cooperativismo agrario generado en distintos contextos de
economía campesina constituye la consecución de una democracia de base en la que los propios
campesinos establecieran sus fórmulas de acción colectiva que permitieran socializar el trabajo, recurso
propio de la explotación campesina 25. A partir, tanto de la revisión de estas lecturas de Marx, como
desde el re-encuentro con la obra de Alexander Chayanov, y de la necesidad de reflexionar sobre el
papel del campesinado en el contexto histórico internacional de la segunda mitad del siglo XX, surge en
Europa una nueva corriente de estudios campesinos. La materialización de dicha corriente intelectual
podemos situarla en el siguiente acontecimiento:
...en noviembre de 1975 el profesor Teodor Shanin organizó en la Universidad de Manchester
una reunión de especialistas internacionales sobre temas relacionados con el campesinado para
crear un instituto internacional de estudios campesinos con diferentes ramas regionales que
permitieran una investigación sistemática con el enfoque teórico de los Estudios Campesinos que se
estableció como International Working Party for Peasant Studies 26.
La naturaleza del grupo de estudiosos tiene un carácter tremendamente plural y heterogéneo en
cuanto a objetos de estudios como a su riqueza teórica, siempre desde un marco teórico donde es
posible reconocer ciertos elementos comunes. De entre los miembros más destacados de esta nueva
corriente intelectual podemos citar a Teodor Shanin (Rusia), Hamza Alavi (Paquistán), Juan Martínez
Alier (Cataluña) , Boguslaw Galeski (Polonia), Eric Hobsbawm (Gran Bretaña), Sydney Mintz (Estados
Unidos), Ángel Palerm (México), Fetemeh Etemad Moghaden (Irán), Eric Wolf (Estados Unidos) y el
propio Eduardo Sevilla Guzmán (Andalucía). Fruto de esta reunión y gracias al trabajo desarrollado
por el Profesor Eduardo Sevilla Guzmán, la Junta de Gobierno de la Universidad de Córdoba del 20 de
22.- CHAYANOV Alexander, KERBLAY, Basile, THORNER Daniel, HARRISON Mark: Chayanov y la teoría de la
economía campesina. México, Siglo XXI Editores, Cuadernos de pasado y presente. 1981.
23.- Alexander CHAYANOV, Basile KERBLAY, Daniel THORNER , Mark HARRISON: Chayanov y la teoría, p. 49.
24.-SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: Desde el pensamiento social agrario. Servicio de publicaciones. Córdoba,
Universidad de Córdoba, 1991, p. 136.
25.- Eduardo SEVILLA GUZMÁN: Desde el pensamiento..., p. 138.
26.- Eduardo SEVILLA GUZMÁN: Desde el pensamiento..., p. 37.
16
agosto de 1976, aprobó la creación del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos que fue dirigido
por Sevilla Guzmán durante las siguientes tres décadas. Es en el marco del trabajo desarrollado por
dicho Instituto donde se realiza el presente trabajo.La característica central en la orientación de esta
corriente intelectual es el estudio histórico y social de las transformaciones sociales, económicas y
políticas que operan en el mundo rural, especialmente en la estructura agraria, en el proceso de
transición desde economías campesinas tradicionales hacia modelos de agricultura moderna. De este
modo se analizan históricamente los procesos de resistencias campesinas ante el desarrollo del
capitalismo, en los distintos marcos geográficos e históricos como resistencias campesinas a la
penetración del capitalismo agrario en las agriculturas tradicionales.
Quizás una de las aportaciones fundamentales de esta corriente intelectual y que han condicionado
el escenario posterior de estudios sobre campesinado y pensamiento social agrario, sería la teoría de la
estructura social rural, la diferenciación interna del campesinado y el análisis concreto del modelo de
producción. En cuanto a la estructura social rural, tiene su origen en la obra de Boguslaw Galeski
Sociología del campesinado 27, y ha sido matizada y enriquecida por el conjunto de proposiciones
teóricas generadas desde esta nueva tradición de estudios campesinos analizada por Eduardo Sevilla
Guzmán en su Obra Desde el Pensamiento social agrario, concretamente en su capítulo Breve anotación
acerca de los Estudios Campesinos y su marxismo heterodoxo. Expondremos esta idea, como una de las
aportaciones de dicha corriente, desde un conjunto de proposiciones en el estudio de la estructura
social rural de las sociedades campesinas. En un esfuerzo de síntesis podríamos plantear que la
estructura social rural viene determinada por el hecho de que el acceso a todo valor universalmente
deseado viene determinado por la posibilidad de acceso a otros valores del mismo tipo. En todo
sistema social el número de posiciones que procuran el acceso a los valores universalmente deseados
es limitado. El acopio por un individuo de esos valores implica la exclusión de otros individuos de la
posición ocupada por aquel, generándose relaciones antagónicas. Podríamos decir que existe una
tendencia a la polarización de las posiciones en las condiciones capitalistas como consecuencia de la
concentración de los medios de producción que tiene lugar cuando se produce un incremento de las
fuerzas productivas. Por otra parte, los deseos de individuos de mejorar su estatus social entran en
conflicto con la polarización de las posiciones. Cuando los obstáculos a la mejora frustran sus
aspiraciones, este puede pretender las agregaciones sociales que mejoren no solo su posición sino la
del grupo al que pertenece. Las situaciones conflictivas se expresan a través de las ideologías. La
aparición de estas ideologías transforman la proyección que los sujetos sociales tienen de sí mismos y
es el contexto en el que el campesinado se transforma de clase en sí en clase para sí.
27.- GALESKI, Boguslaw: Sociología del campesinado. Madrid, Península, 1977.
17
1.2. Campesinado: definición histórica, sujeto político y acción de clase
En este apartado plantearemos el marco conceptual con el que más adelante desplegaremos el
desarrollo histórico de las luchas campesinas en la Andalucía contemporánea. Este mapa conceptual
estará compuesto por las ideas de modo de producción campesino, racionalidad campesina, condición
campesina, campesinado sin tierra, resistencias campesinas, campesinado, acción de clase y política
en la historia contemporánea.
El campesinado se compone de pequeños productores agrícolas que, con la ayuda de equipo sencillo y el
trabajo de sus familias, producen sobre todo para su propio consumo y para el cumplimiento de sus
obligaciones con los detentadores del poder político y económico28.
En pocas palabras Teodor Shanin viene a plantear lo que será el modo de comprender el fenómeno
campesino generado principalmente a través de Chayanov y de los miembros de la corriente de la
Nueva tradición de Estudios Campesinos. Para comenzar a plantear este mapa conceptual, partiremos
de la obra de Alexander Chayanov, estudiada y revisada en profundidad por Eduardo Sevilla Guzmán
quien establece que:
Chayanov mostró claramente cómo el modo de producción campesino no responde, en esencia, al
funcionamiento y organización de los postulados en los que se basa la economía capitalista. El modo de
producción campesino puede caracterizarse básicamente por su carácter familiar y de subsistencia. La
familia como unidad de producción no produce nada para acumular, no pretende obtener ganancias, sino
que produce en función de las necesidades de consumo de la unidad familiar 29.
Por tanto, partimos de la base teórica de que existen elementos de diferenciación entre los procesos
de producción de la economía capitalista y los de la campesina. Siguiendo a Eduardo Sevilla Guzmán, el
modo de producción campesino se caracteriza por un bajo nivel de capital frente a una abundancia de
mano de obra que se pretende ocupar en la explotación campesina familiar, en la medida en que no
sean cubiertas sus necesidades de consumo. Esta racionalidad campesina30 para Víctor M. Toledo se
traduce en que no es el número de horas de trabajo lo que vertebra la organización campesina de la
producción económica, sino la satisfacción de las necesidades de consumo y la fatiga del esfuerzo
familiar en el trabajo. Para el profesor Víctor M. Toledo el conjunto de características que definen la
economía campesina son en primer lugar, un alto grado de auto-suficiencia, así como un predominio de
valores de uso frente a valores de cambio; en segundo lugar, el proceso de trabajo en la economía
campesina está basado en la unidad familiar como unidad de producción, consumo y reproducción; en
tercer lugar, la producción combinada de valores de uso y mercancías no busca el lucro sino la
28.- SHANIN, Teodor: “El campesinado como factor político”, en SHANIN Teodor, (Editor): Campesinos y
Sociedades campesinas. México D.F., Fondo de Cultura Económica de México, 1979, p. 215.
29.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y PÉREZ YRUELA, Manuel: “Por una definición sociológica de campesinado”.
Agricultura y Sociedad, nº 1 (1976), p. 17.
30.- TOLEDO MANZUR, Víctor M.: “La racionalidad de la producción campesina” en SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y
GONZÁLEZ DE MOLINA, Manuel: Ecología, campesinado e Historia. Madrid, Ediciones La Piqueta, Colección
Genealogía del Poder, en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba. 1993, p. 199.
18
reproducción de la unidad doméstica campesina; en cuarto lugar, los campesinos están vinculados a la
pequeña propiedad o al trabajo asalariado en la gran propiedad debido a la desigual distribución de las
tierras de cultivo; en quinto lugar, aunque la agricultura tiende a ser la actividad principal de la familia
campesina, la subsistencia campesina está basada en la combinación de prácticas, que incluyen la
recolección agrícola, cuidado de ganado doméstico, artesanía, pesca, caza y trabajos asalariados a
tiempo parcial. En palabras del profesor Víctor M. Toledo:
...la esfera de intercambio de la producción campesina permanece subordinada al objetivo de la autosuficiencia y esta economía de subsistencia depende fundamentalmente de la explotación de recursos
naturales. El mantenimiento. La supervivencia y re-producción del campesinado como grupo social está
basado más en los productos obtenidos de la Naturaleza que en productos obtenidos de mercados. En última
instancia la producción campesina es una economía de subsistencia31.
En este sentido y quizás la versión más mejorada y actualizada en la definición del campesinado
desde esta tradición de Estudios campesinos, es la realizada por el Profesor Jan Dowe van der Ploeg en
su obra Nuevos campesinos: campesinos e imperios alimentarios. En dicha obra plantea la noción de
condición campesina, huyendo de las definiciones cerradas del campesinado, proponiendo una
definición que ubique al campesinado en el desarrollo histórico concreto de las formas capitalistas de
producción y su penetración en las agriculturas tradicionales. Según el Profesor Ploeg:
...los aspectos centrales de esta condición campesina son la lucha por la autonomía que tiene lugar en un
contexto caracterizado por las relaciones de dependencia, marginación y privación. Va en busca de y se
materializa como, la creación y el desarrollo de una base de recursos controlada y administrada por el
campesino, que a su vez permite aquellas formas de coproducción del hombre y la naturaleza que
interactúan en el mercado, permiten la supervivencia y otras perspectivas y retroalimentan y fortalecen la
base de los recursos, mejoran el proceso de coproducción, amplían la autonomía y así disminuyen la
dependencia. Dependiendo de las particularidades de la coyuntura socio-económica imperante, tanto la
supervivencia como el desarrollo de la propia base de recursos puede ser fortalecida a través de la
participación en otras actividades no agrícolas. Por otro lado se encuentran patrones de cooperación que
regulan y fortalecen estas interrelaciones32.
Otra característica importante tenemos que aportarla de nuevo desde la obra de Eduardo Sevilla
Guzmán, quien desarrolla que: la persistencia de la economía campesina en formas de dominación
política y económica tan dispares como las del feudalismo, el despotismo oriental, el absolutismo, el
capitalismo solo se explican con una organización social campesina adaptable a tan diversas situaciones
y resistentes a tan diferentes impactos externos33.
La naturaleza de la economía campesina, al basar su eje fundamental en la pervivencia y
subsistencia propias tiene la capacidad adaptativa, ha permitido una permeabilidad en las formas de
31.- TOLEDO MANZUR, Víctor M: “La racionalidad..., p. 209.
32.- PLOEG, Jan Dowe Van der: Nuevos campesinos: campesinos e imperios alimentarios. Barcelona, Icaria editorial,
Colección Perspectivas agro-ecológicas, en colaboración con la Junta de Andalucía y la Consejería de Agricultura y
pesca, 2010, pp. 49-50.
33.-Eduardo SEVILLA y Manuel PÉREZ YRUELA: “Por una definición...”, p. 19.
19
penetración del capitalismo agrario. Se trataría de comprender que:
...la naturaleza actual del trabajo estructural campesino tiene características gestadas dentro y fuera de
la composición de capital. En este espacio efectúa trabajos que van desde los que permiten subsistir, hasta los
que por razones histórico-lógicas le obligan a avalar la acumulación en una de sus características naturales:
el desarrollo desigual. En la participación del campesino en el proceso de acumulación se incluyen, tanto
formas de trabajo de naturaleza tradicional, como otras gestadas en la dinámica estricta del capital. La
subsunción así caracterizada permite una participación parcial del trabajo en el capital, deja por
consecuencia un margen para la ejecución del trabajo campesino en sí y para sí. 34
Nos parece importante, una vez definido el campesinado como sujeto sociológico y económico,
analizar la naturaleza de las resistencias campesinas desde una perspectiva histórica, para construir
así un marco de análisis teórico de los procesos de construcción de las resistencias campesinas,
especialmente en el marco de la penetración del capitalismo agrario en las sociedades agrícolas
tradicionales. Tal y como plantea el Profesor Martins de Carvalho:
Los campesinos de todos los tiempos y de más diversos contextos económicos y sociales han resistido
siempre socialmente a la explotación y a las más diversas formas de opresión. Revueltas campesinas,
participación relevante en las revoluciones sociales, las resistencia social localizada de grupos de
campesinos, de familias aisladas respondiendo al ultraje de la violación de sus espacios de producción y
vivienda y de sus conocimientos, han sido una práctica social constante (podríamos decir que desde siempre)
en la historia de la Historia campesina. Pero es en la formación económica y social bajo la dominación del
modo de producción capitalista donde el campesino se encuentra seriamente amenazado de des-agregación
social y desaparición35.
Prestemos atención a la especificidad de la relación entre el campesinado y la tierra, lo cual nos
ayudará a comprender las implicaciones políticas y sociales del campesinado, como grupo sujeto a una
sociedad más amplia en el contexto de un conflicto social, una movilización política o un proceso de
transformación social. Aquello que puede movilizar al campesinado ha de ser únicamente aquello que
condiciona su supervivencia como sujeto económico, político y social, esto es, la tierra. Este aspecto lo
encontramos en la obra de Teodor Shanin, concretamente en su trabajo Campesinos y sociedades
campesinas, en el capítulo de “El campesinado como factor político” que contiene la siguiente reflexión
en torno a la relación del campesinado con la tierra:
La relación con la tierra y el carácter específico de la producción agrícola se encuentra en la raíz de
algunos de los rasgos específicos de la economía campesina. El producto de la tierra satisface las necesidades
básicas de consumo de la familia campesina y da al campesinado una relativa independencia de otros
productores de mercado, Esto genera una estabilidad relativa en las familias campesinas que, en tiempos de
crisis pueden mantener su existencia aumentando sus esfuerzos, reduciendo su propio consumo de mercado
que puedan tener36.
34.- ALZATE MONTOYA, Rubelia: “Acumulación, composición del campesinado y trabajo campesino”, en
PACHECO REYES, Celia et al (coords): Investigación sociológica. México DF, UAM-X, CSH, Depto. de Relaciones Sociales,
1997, p. 186.
35.- MARTINS DE CARVALHO, Horacio: “ El campesinado contemporáneo como modo de producción y como clase social”.
América Latina en Movimiento. Curitiba, 2012, p. 07.
36.- Teodor SHANIN: “El campesinado como...”, p. 216.
20
Independientemente del hecho jurídico de poseer tierra o no, el campesinado define su existencia
en base a la producción agrícola. El propietario legal de las tierras campesinas puede ser el propio
campesino, la comuna, el terrateniente o el Estado. Su apropiación simbólica por parte de la
producción de los campesinos ejerce la vinculación vital entre los campesinos y la tierra. En este
sentido, Sevilla Guzmán establece:
...definiremos campesinado como aquel segmento social integrado por unidades familiares de producción
y consumo cuya organización social y económica se basa en la explotación agraria del suelo,
independientemente de que posean o no tierra y de la forma de tenencia que las vincule a ella, y cuya
características social esencial será el mantenimiento de una relación asimétrica de dependencia y en muchos
casos explotación en relación al resto de la sociedad en términos de poder político, cultural y económico 37.
Es por ello que los trabajadores agrícolas, el proletariado rural o la clase jornalera entran dentro de
nuestra definición de campesinado, en este caso como campesinado sin tierra, ya que su posición
económica está sujeta fundamentalmente a la producción agrícola, al trabajo de la tierra, manteniendo
además una clara y asimétrica relación de dependencia y explotación con el resto de la sociedad en
términos económicos y políticos. Dichas unidades familiares jornaleras funcionan en determinadas
épocas del año como una unidad colectiva, ya sea en la producción o en la recolección, además de tener
el funcionamiento propio de una unidad campesina en términos de cooperación y consumo familiar.
Para formular la inclusión de la mano de obra asalariada en el campo (clase jornalera) como parte
del campesinado, encontramos dos sólidas argumentaciones en nuestra definición de campesinado.
Por un lado, desde la teoría de la diferenciación interna del campesinado se plantean las sociedades
campesinas como un grupo heterogéneo, con importantes diferenciaciones internas, lo cual nos aleja
de las definiciones cerradas y estrictas que puedan dejar fuera de sí una mayor complejidad analítica.
La diferenciación interna del campesinado 38 hace referencia a la multitud de formas que han sido
adoptadas por el campesinado a lo largo de la historia, pero especialmente desde los orígenes de la
penetración del capitalismo agrario en la agricultura a la actualidad. Esto implicaría incluir en el
análisis de las sociedades campesinas al campesinado con tierra, a los trabajadores agrícolas, a los
propietarios medios, a la burguesía comercial agraria, a las nuevas clases empresarias agrícolas y una
gran amplitud de clase, grupos y agregados sociales que se forman, transforman y desaparecen en el
proceso de desarrollo y penetración del capitalismo agrario en la agricultura.
Desde la perspectiva de la penetración del modo latifundista de explotación en las comunidades
campesinas diremos que el latifundio como modo de apropiación de la tierra en forma de grande
explotaciones con una baja composición de capital genera una fuerte segmentación social en el seno de las
comunidades campesinas. […] Este proceso de des-posesión campesina que suele acompañar al desarrollo del
capitalista en Occidente, explica mejor la realidad histórica del campesinado que el concepto de descampesinización. El latifundismo genera una mera subordinación formal de los grupos domésticos
campesinos sin transformar necesariamente sus específicas relaciones sociales. 39
37.- Eduardo SEVILLA y Manuek PÉREZ YRUELAl: “Por una definición...”, p. 28.
38.- Eduado SEVILLA: Desde el pensamiento..., p. 40.
39.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel: “Ecología, campesinado e Historia: Por una
reinterpretación del desarrollo del capitalismo en la agricultura” en SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZÁLEZ DE
21
Por otro lado, en esta justificación teórica de los sectores jornaleros como parte del campesinado
hay un elemento importantísimo que ha sido trabajado por Isidoro Moreno, que es el planteamiento
de las estrategias de reproducción social y la cultura del trabajo. Tal y como plantea Isidoro Moreno:
¿Que unía a estos sectores sociales? Sin duda, el sentirse dominados por una poderosa clase social, la de
los terratenientes, directamente y/o a través del Estado. 40 Se trata por tanto de asumir las identidades
como una apropiación consciente de una exclusión concreta, o lo que la antropóloga feminista llama
conciencia opositiva, recogido por Donna Haraway en sus trabajos sobre identidades en el movimiento
feminista norteamericano.41 Volviendo a Isidoro Moreno:
Si se enfatiza en la orientación cognitiva, los campesinos y los jornaleros comparten en Andalucía la
consideración de que solo el trabajo directo de la tierra legitima la propiedad de esta. Quienes así piensan,
pertenezcan a uno o a otro colectivo, confluyen en la aspiración a poseerla, a conservarla en el caso de unos,
y a acceder a ella, en el caso de otros. Podrá hablarse entonces de campesinos sin tierra, para referirnos a los
jornaleros entendiendo que la reivindicación de la tierra y la exigencia de Reforma Agraria han sido , como
ocurre en Andalucía, una de las más importantes banderas, junto a la del trabajo y un salario y condiciones
laborales aceptables, en las luchas de los obreros agrícolas. 42
Esta específica cultura del trabajo ejercida por los campesinos podemos interpretarla como una
estrategia tanto política como económica de supervivencia colectiva, que se vincula directamente a la
capacidad de acceso, mantenimiento y ampliación tanto de los medios de producción económica,
medios de reproducción social, como a los recursos naturales que hicieran posible esta supervivencia
como sujeto colectivo.
La respuesta campesina a la penetración de formas económicas capitalistas se desarrolla a través de una
múltiple diversidad probablemente relacionada con la diversidad biótica existente en su ecosistema
contextual. Esta adoptará, unas veces distintas formas de adaptación, otras muchas, múltiples modos de
resistencia pero siempre constituyendo parte de su dinámica de reproducción subsumida a la penetración de
formas materiales unas veces y culturales otras, que configuran el proceso de subsunción43.
La protesta campesina tal y como lo plantean los profesores Manuel González de Molina y Eduardo
Sevilla Guzmán, constituye diferentes formas de obstaculización del paso de la subsunción formal a la
MOLINA Manuel (coords): Ecología, campesinado e Historia. Madrid, Ediciones La Piqueta, Colección Genealogía
del Poder, en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba, 1993, p. 121.
40.- MORENO NAVARRO, Isidoro: “Cultura del trabajo e ideología: el movimiento anarquista campesino andaluz”
en SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel (coords): Ecología, campesinado e Historia,
Madrid, Ediciones La Piqueta, Colección Genealogía del Poder en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba,
1993, p. 348.
41.-HARAWAY, Donna: A Cyborg Manifesto: Science, Technology, and Socialist-Feminism in the Late Twentieth
Century”, en HARAWAY, Donna: Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature. Nueva York, Editorial
Routledge 1991, pp. 149- 181.
42.- MORENO NAVARRO, Isidoro: “Jornaleros y campesinos como colectivos identitarios en Andalucía” en
GONZÁLEZ DE MOLINA, Manuel (coords): Historia de Andalucía a debate: Campesinos y jornaleros. Granada,
Editorial Antrophos, Diputación provincial de Granada, 2000, p. 225.
43.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel: “Ecología, campesinado e Historia: Por una
reinterpretación del desarrollo del capitalismo en la agricultura” en SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y GONZÁLEZ DE
MOLINA Manuel (coords): Ecología, campesinado e Historia. Madrid, Ediciones La Piqueta, Colección Genealogía
del Poder, en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba, 1993, p. 111.
22
subsunción real en relación a los procesos de disolución de las formas de reproducción social que los
campesinos generan ante el avance de las formas capitalistas de producción y división entre capital y
trabajo. Es decir, la protesta campesina se desarrolla como estrategia de reproducción ejercida por los
grupos campesinos, estrategia alternativa y complementaria a los mecanismos de adaptación al
capitalismo que igualmente generan estos grupos campesinos. Tales prácticas no responden solo a las
categorías propias de un conflicto político manifiesto, propio de las formas políticas convencionales
tales como Sindicatos y partidos, sino que se puede expresar en otras formas como motines,
manifestaciones, incendios, bandidaje, bandolerismo social, delincuencia forestal, violencia ambiental
u otras formas de violencia campesina. Junto a estas formas convencionales de violencia rural
debemos atender y lo que Eduard Palmer Thompsom llama economía moral de los pobres. En una de
sus más importantes obras, Costumbres en común, el autor trata de explicar los motines de subsistencia
de la Inglaterra del siglo XVIII en torno a la existencia de unas normas morales que acotaban las reglas
económicas de la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII. Según E.P. Tompshom:
..los motines de subsistencia eran provocados por precios que subían vertiginosamente, por prácticas
incorrectas de los comerciantes, o por hambre. Pero estos agravios operaban dentro de un consenso popular
en cuanto a qué prácticas eran legítimas y cuáles ilegítimas en la comercialización y elaboración del pan,
etc. Esto estaba a su vez basado en una visión tradicional consecuente de las normas y obligaciones sociales,
de las funciones económicas propias de los distintos sectores dentro de la comunidad que, tomadas en
conjunto, puede decirse que constituyen la economía moral de los pobres. Un atropello a estos supuestos
morales, tanto como la privación en sí, constituían la ocasión habitual para la acción directa. 44
Por tanto debemos saber leer históricamente cómo los conjuntos de creencias, usos y formas
colectivas de comprender la economía, asociadas a una gestión económica cambiante, pueden generar
un proceso de conflicto social en el que el marco de análisis debe atender a la comprensión de las
resistencias que se generan desde la sociedad rural (en el caso de nuestro estudio) ante la penetración
de nuevas formas económicas y de exportación (en este caso el capitalismo agrario) en el transcurso
de la vida cotidiana de un conjunto social.
Para exponer las reflexiones de James Scott sobre el arte de los dominados y la infra-política de los
grupos subordinados y los espacios sociales de subcultura disidente, atenderemos a los comentarios
que realiza E.P. Thompsom sobre los trabajos de Jame Scott en el ámbito de la economía moral
campesina45, en los que plantea: La expresión procede de mi propio ensayo, pero ahora se aplica a los
conceptos campesinos de justicia social, de los derechos y las obligaciones de reciprocidad […] Para el
campesinado la subsistencia depende del acceso a la tierra y del derecho a sus productos desplazando del
44.- THOMPSOM, Eward Palmer: Costumbres en común. Barcelona, Editorial Crítica, 1995, p. 216-217.
45.- SCOTT, James C.: “The Moral Economy of the Peasant Rebellion and Subsistence in Southeast Asia”. Publicado
en Journal of Southeast Asian Studies. Vol. 9, No. 1 (1978), pp. 137-139. Cambridge University Press en
colaboración con Department of History, National University of Singapore . Cita de THOMPSOM, Eward Palmer:
Costumbres en común. Barcelona, Editorial Crítica, 1995, p. 216-217.
23
centro del análisis al papel de la comercialización. 46 Efectivamente, para James C. Scott lo fundamental
del concepto de economía moral, es lo que él llama la ética de la subsistencia, entendiendo esta por el
conjunto de normal sociales y derechos que aseguren la subsistencia como marco básico de
convivencia en el seno de una explotación económica concreta:
La ética de la subsistencia, entonces, tiene sus raíces en las prácticas económicas y en los intercambios
sociales de la sociedad campesina. Como principio moral, como el derecho a la subsistencia, creo que puedo
demostrar que constituye la norma con la que se pretende el excedente y con la cual terratenientes y Estado
son evaluados.[...] La economía moral de la ética de la subsistencia se puede ver claramente en los temas de
la protesta campesina en todo este período. Dos temas se impusieron: en primer lugar, cuando las demandas
sobre los ingresos del campesinado por parte de los terratenientes, prestamistas, o el Estado no eran
legítimos, es decir que transgredían lo que se consideraba como el nivel de subsistencia mínimo definido
culturalmente. En segundo lugar, el producto de la tierra debe ser distribuido de tal de manera que todos se
garanticen un nicho de subsistencia.[...] La apelación fue en casi todos los casos con salida de las prácticas
tradicionales, y las revueltas que discuto se explican mejor como reacciones defensivas.[...] Las revueltas
fueron, por lo mismo, esencialmente las revueltas de los consumidores en lugar de los productores. 47
Para recapitular y cerrar este apartado volveré a Jan Dowe van der Ploeg para valorar su definición
de resistencias campesinas:
...en su relación con el Imperio el campesinado muestra una resistencia múltiple, que se expresa en
muchos niveles diferentes, que se despliega a lo largo de varias dimensiones y que involucran una amplia
gama de actores diferentes. Las resistencias campesinas se articulan mediante luchas abiertas,
demostraciones, marchas, ocupaciones, bloqueos, huelgas, expresiones organizadas como Sindicatos,
asociaciones y Partidos políticos, así como en sus actos diarios de desafíos, así como en las prácticas
heterogéneas interconectadas como la creación de unidades nuevas de producción y de consumo, expresadas
en la multitud de respuestas que tienen como objetivo enfrentarse al Imperio, gracias a estas repuestas el
campesinado puede ir en contra de la marea.48
El campesinado no encaja bien en ninguno de nuestros conceptos de la sociedad contemporánea, así
afronta Horacio Martins de Carvalho, uno de los mayores especialistas internacionales en sociología
política del campesinado, el análisis del sujeto campesino como factor político. El campesinado no solo
se manifiesta como un sujeto social diferenciado de los demás, sino que además comporta consigo
mismo una forma de existencia representada en un etapa concreta del desarrollo humano.
La
principal tradición intelectual de análisis de sociedades en base a sujetos económicos ha sido la
protagonizada por Marx en su análisis de las clases sociales. Dado que Marx nunca analizó en
profundidad el concepto de clase, sería Engels quien en el III Volumen de El Capital, publicado en 1894
(11 años después de la muerte de Marx), plantearía por vez primera el análisis en profundidad del
concepto clase sin definir exactamente el marco teórico conceptual de la idea de clase. Tomaremos las
reflexiones de Nicos Poulantzas sobre clases sociales de su obra Poder político y clases sociales en el
46.- Eward Palmer THOMPSOM: Costumbres..., p. 384.
47.- SCOTT, James C.: “The Moral Economy of the Peasant Rebellion and Subsistence in Southeast Asia”. Publicado
en Journal of Southeast Asian Studies. Vol. 9, No. 1 (1978), pp. 137-139. Cambridge University Press en
colaboración con Department of History, National University of Singapore. Cita de THOMPSOM, Eward Palmer:
Costumbres en común. Barcelona, Editorial Crítica, 1995, p.137-139.
48.- Jan Dowe Van der PLOEG,: Nuevos campesinos..., p. 370-371.
24
Estado capitalista, en la que reflexiona sobre la idea y el concepto de clase. 49 En esta obra el autor
reflexiona sobre los dos condicionantes que genera la idea de clase, por un lado la serie de estructuras
económicas, relaciones sociales de producción e intereses materiales y por otro lado la estructura
subjetiva, las condiciones subjetivas y conciencia de dichas relaciones sociales, que generan la
capacidad política de articulación en torno a un sujeto de acción, esto es la conciencia de clase, como
también será definida por Georg Lukács en su obra Historia y conciencia de clase. En ese sentido define
Poulantzas lo que constituye una clase en sí, que podría asociarse a la dimensión puramente económica
y por otro lado lo que constituye una clase para sí, que estaría asociado a las posibilidades políticas y a
la conciencia de clase. En este sentido podríamos afirmar que el campesinado históricamente ha
constituido una clase dentro de la heterogeneidad y complejidad con las que hemos definido al
campesinado, entendida esta como sujeto social en el seno de una estructura económica concreta.
A lo largo de la Historia el campesinado ha actuado muchas veces políticamente como una
entidad social del tipo clase. El campesinado de las sociedades industriales ha mostrado cierta
capacidad para la acción política cohesiva, y no sólo cuando se enfrenta a los terratenientes
tradicionales en obsoletas batallas de tipo pre-capitalista, sus intereses comunes han empujado a los
campesinos a conflictos políticos también con los grandes terratenientes capitalistas, con diversos
grupos de habitantes de las ciudades y con el Estado moderno.50
Pero más allá de que el campesinado se ajuste al concepto de clase que procede de la tradición
marxista, deberíamos pensarlo más bien como una cuestión de grados en función de procesos
históricos concretos, por lo que debemos plantear que el campesinado tal y como plantea Shanin, será
una clase de baja clasicidad con capacidad de reorganizar sus estructuras de clase en periodos de crisis
y de conflicto social. En este sentido recuperamos la definición política de Manuel González de Molina
cuando habla del campesinado como agregado social de acción colectiva. 51
Más allá de que el
campesinado encaje en las versiones ortodoxas de la idea marxista de clase social, resaltamos la
reflexión del Profesor Horacio Martins de Carvalho cuando plantea que:
...cuando el campesinado en el proceso histórico contemporáneo resiste socialmente a las formas de desagregación está afirmándose como un modo de producción y re-producción. Se afirma como clase mediante
la construcción de su autonomía y mediante la negación del modo de producción capitalista como praxis
social dominante, […] para lo cual se alía con el proletariado para combatir a la burguesía como clase social
que domina y que comandan ese proceso general de destrucción de su vida, en ese proceso político se
instaura la contradicción de clase entre el campesinado y la burguesía. Entonces en esa lucha concreta entre
clases, el campesinado se comporta económica, política e ideológicamente como una clase social en
confrontación con la burguesía.52
49.- POULANTZAS, Nicos: Poder político y clases sociales en el Estado capitalista. México D.F., Siglo XXI Editores,
1969, p. 60.
50.- Teodor SHANIN: “El campesinado como..”.
51.- GONZALEZ DE MOLINA, Manuel: “Introducción” en GONZALEZ DE MOLINA, Manuel Ed: Historia de
Andalucía a debate: Campesinos y jornaleros. Granada, Editorial Antrophos, Diputación provincial de Granada,
2000, p. 29.
52.- Horacio MARTINS DE CARVALHO: “El campesinado contemporáneo como..., p. 34.
25
En el terreno estrictamente político el campesinado se ha caracterizado por su debilidad
fundamental, su segmentación, su diferencia estructural interna y de intereses y por su
distanciamiento cognitivo con las politizaciones del mundo de la ciudad y de los movimientos
sindicales de las fábricas. Ante la falta de programas políticos e ideológicos que se adaptaran a su
cosmovisión propia, se ha constatado la grave dificultad para la cristalización de formas de expresión
políticas organizadas por el propio campesinado. Pero es en el terreno socio-político donde el
campesinado ha jugado un papel fundamental en la construcción de procesos de transformación social
más amplios. Por su carácter demográficamente mayoritario, por su monopolio en la producción de
alimentos, por su disposición geográfica en extensos e impenetrables territorios rurales, el
campesinado ha sido un elemento clave en el transcurso de los procesos políticos y las revoluciones
contemporáneas.
Teodor Shanin establece cinco formas de intervención o patrones de acción política mediante las
cuales el papel del campesinado ha sido central o vinculante en los contextos de movilización política
transformadora. En primer lugar, sitúa la forma de acción de clase en el sentido marxista. En este
patrón el campesinado crea sus propias organizaciones, genera su propia ideología, adopta su propios
objetivos y produce sus propias formas de liderazgo. En este sentido podemos destacar la Rusia prerevolucionaria, los movimientos revolucionarios del México de Zapata, la China de los años la década
de 1920, la Andalucía del primer tercio del siglo XX o los movimientos revolucionarios de América
Latina y Caribe durante el último tercio del siglo XX. En segundo lugar, Shanin sitúa la acción política
guiada en la que el campesinado es movido o dirigido por una fuerza social y política externa al propio
campesinado. Este es quizás el patrón más importante. El factor fundamental en este patrón es la
existencia de un grupo social que comporta al campesinado, de un modo u otro, elementos
estrechamente ligados. En este sentido los intereses del campesinado y sus objetivos políticos se
convierten en parte del discurso político que la fuerza externa debe asimilar a su propio programa, en
términos de inclusión simbólica para generar lazos identitarios entre la fuerza externa movilizadora y
el propio campesinado. Este ha sido el modelo fundamental que se ha derivado del pensamiento y
praxis política del marxismo agrario ortodoxo. En palabras de Marx en referencia a los campesinos
franceses de mediados del siglo XIX: son incapaces de imponer su interés de clase en su nombre propio
[…]. No pueden representarse a sí mismos, deben ser representados. Ssu representantes deben aparecer
así mismo como sus amos53. Cabe señalar en este sentido la débil influencia que han generado
mutuamente, por un lado estos líderes sobre las sociedades campesinas, así como las propias
sociedades campesinas sobre las mismas fuerzas externas dirigentes. Fruto de esta des-conexión se
puede comprender el papel del campesinado en el seno de la Revolución Rusa de Octubre de 1917, sí
53.-MARX, KARL: “El campesinado como clase”, extracto de MARX Karl: Lucha de clases en Francia. 1848-1850 y
18 Brumario de Napoleon Bonaparte en Karl Marx y Frederich Engels. Obras escogidas. Vol I, Editorial de lenguas
extranjeras, 1950, p. 159 y pp. 302-308. Citado de SHANIN Teodor, (Editor): Campesinos y Sociedades campesinas.
México D.F., Fondo de Cultura Económica de México, 1979, p. 207.
26
como el papel del mismo campesinado en el desarrollo económico y político, tanto de la URSS como de
los países del llamado socialismo-realmente-existente. En tercer lugar, Shanin sitúa la acción política
totalmente espontánea. Para el autor, este es un patrón que se da por sí mismo, además de condicionar
los anteriores. En este sentido cabe destacar los disturbios locales, los motines de subsistencia, las
revueltas , las agitaciones campesinas. Se trata de explosiones intensas más o menos violentas que
expresan la frustración y la indignación acumuladas durante generaciones. Estas formas de expresión
violenta suelen ser exterminadas policial y militarmente con cierta facilidad, aunque en su misma
expresión puede generar cambios en la política de la administración o el Estado. Cuando estallan en un
contexto de intensidad y densidad política pueden dar lugar a procesos políticos de mayor
envergadura, de carácter nacional y de clase. En cuarto lugar, señalaremos la pasividad campesina
entendida como un factor de estabilización institucional. La desobediencia, la apatía, la resistencia
pasiva. Verdaderamente podemos decir que esta resistencia pasiva tiene una vinculación evidente y
efectiva con la tradición de resistencias pasivas desarrolladas por ciertos movimientos sociales, como
los ecologistas o pacifistas, y que podemos plantear como contribución de las resistencias campesinas
a los procesos de conflictividad social contemporáneos. La quinta forma de acción política podemos
situarla dentro del contexto de la acción o lucha armada. En primer lugar, los modernos ejércitos
nacionales están compuestos esencialmente por población campesinas ya que son las clases más bajas
las que nutren estos ejércitos nacionales de conquistas coloniales, como de enfrentamientos armados
internacionales. Al ser el campesinado el efectivo mayoritario, dota de unas características específicas
de militarismo rural muy vinculado al caciquismo. Además de esto, a diferencia y por encima de la
educación, la sanidad o la Iglesia, el ejército nacional ha sido una de las instituciones modernas en las
que el marco de participación ha sido más amplio para el campesinado. Y que ha ofrecido al
campesinado más pobre garantías de “progreso social”. Por otro lado tenemos que señalar la guerrilla
como fenómeno esencialmente campesino. La guerra de guerrillas ha sido la cristalización política
suprema de las resistencias campesinas organizadas y con expresión política.
La capacidad de
fundirse en el terreno, el conocimiento de los entornos rurales, de los espacios naturales como selvas,
montañas, bosques, desiertos, le ha dado una capacidad política de operar militarmente desde una
perspectiva específica. Los lazos comunitarios de colaboración comunitaria, la protección ofrecida por
las aldeas y poblados rurales debido a una serie de significantes compartidos, ha generado más
problemas a los modernos ejércitos nacionales que los que les ha supuesto enfrentarse a enemigos
militares de su mismo carácter.
27
2. Marco histórico para el estudio de los movimientos campesinos
en Andalucía
La Revolución francesa fue el último gran movimiento social en el que el campesinado de Europa
occidental desempeñó un papel importante. A medida que la base económica de Francia, Alemania,
Inglaterra y los Países Bajos fue desplazándose de la agricultura hacia la industria, el centro de actividad
revolucionaria se desplazó también en la misma dirección. Mucho antes del final del siglo pasado, la única
amenaza seria al orden social de la Europa occidental provenía del proletariado industrial. El campesinado
había dejado de ser una fuerza revolucionaria esencial 54.
Así comienza la obra Reforma Agraria y Revolución campesina en la España del siglo XX, del
historiador Edward Malefakis, en la que recorre las luchas campesinas por la tierra, especialmente en
el Sur de España durante el primer tercio del siglo XX. En efecto, la calma rural que vive la Europa
occidental durante el siglo XX, fue resultado en parte de las reformas liberales de la primera mitad del
XIX, que desarticularon los antiguos derechos feudales por los que las clases dominantes explotaban a
los campesinos. Estos, en mayor o menor medida, pasaron a ser pequeños o medianos propietarios al
adquirir la plena propiedad de las tierras, por lo que pasaron a formar parte de las fuerzas
políticamente conservadoras. Tanto los campesinos alemanes, como los ingleses y los franceses,
pasaron a formar parte del orden conservador de un nuevo orden social que ahora era también el suyo,
o en el mejor de los casos mostró una pasividad tal que durante mucho tiempo pudo pensarse que Marx
tenía razón en considerar al proletariado industrial como la única clase social auténticamente
revolucionaria55.
Claro que esta paz social no podría haberse dado en el caso en que la nueva industria no hubiera
podido asimilar la mano de obra excedente de un campo en el que la penetración del liberalismo y del
capitalismo agrario hacían de la población de campesinos un vasto ejército de trabajadores que
habrían de nutrir la nueva industria nacional. Tanto en la periferia de Europa como fuera de ella, a
pesar de que unas décadas más tarde penetró el capitalismo agrario (fundamentalmente liberalizando
las tierras comunes y concentrando la propiedad de la tierra en base al despojo campesino), este
proceso de industrialización no tuvo el mismo éxito, por lo que gran parte de las masas sociales se
quedaron en el campo y participaron de manera activa en el proceso de conflictividad social y política
que vivió Europa durante el siglo XX en lugares como Rusia, Italia, Andalucía, así como México, Chile,
Cuba o Vietnam. En estas zonas, la inmensa mayoría de la población se quedó en el campo, y participó
tan activamente en las convulsiones sociales, que no es una exageración decir que el siglo XX puede
54.- MALEFAKIS Edward: Reforma Agraria y revolución campesina en la España del siglo XX. Barcelona, Ariel,
1970, p. 17.
55.-Ibídem.
28
caracterizarse como un siglo de revolución campesina 56.
En el contexto de este proceso de desarrollo histórico del capitalismo en Europa, España quedó
entre los dos universos de los tiempos modernos. Abolidos los derechos feudales, los pequeños
propietarios del norte viraron en apoyo a las fuerzas conservadoras más reaccionarias, frente a un sur
donde el feudalismo no tuvo nunca muchas raíces y las reformas liberales fortalecieron los grandes
latifundios y acaparamientos de tierra y generaron una importante masa de jornaleros dependientes
de la antigua clase latifundista de origen aristocrático
y de una oligarquía agraria
de nuevos
propietarios. La línea de separación entre los campesinos revolucionarios y los conservadores no hay
que buscarla en el nivel de vida de unos y otros, sino en la ilusión de independencia que proporciona
el acceso a la tierra, como forma de supervivencia económica y simbólica. El crecimiento económico
por la especialización productiva, el aumento demográfico que experimentó el campo andaluz durante
el XIX y la falta de una industria que pudiera asimilar al excedente de mano de obra, expulsó a los
campesinos y jornaleros andaluces de la cultura política del campesinado del Norte de España y del
resto de la Europa occidental hacia el terreno ideológico revolucionario de las luchas campesinas
fueron estallando en las periferias de Europa durante el XIX, tales como Rusia, Italia o Ucrania así como
en el contexto mundial durante el siglo XX, tales como México, Centroamérica, Chile, China, la India o
Argelia.
En este capítulo vamos a desarrollar un estudio trasversal de análisis de los procesos de
movilización política y trasformación social en los que el campesinado andaluz ha jugado un papel
importante. Fundamentalmente, la crisis del Antiguo Régimen durante los dos primeros tercios del
siglo XIX con el bandolerismo social, los levantamientos campesinos, la delincuencia forestal, la
violencia ambiental y la búsqueda de alianzas políticas con los sectores del republicanismo radical. Y
también desde la Revolución Gloriosa al final de la I República (1868-1974), durante el llamado trienio
bolchevique andaluz (1917-1919) y durante la II República hasta la Guerra civil (1931-1936).
De este modo dividiremos el análisis de las luchas campesinas en tres fases: una primera que
corresponde al origen de la protesta rural y las agitaciones campesinas durante la crisis del Antiguo
Régimen (1820-1868); una segunda fase que corresponde a la penetración en Andalucía de las
corrientes políticas de la Asociación Internacional de Trabajadores, especialmente el anarquismo y que
tendrá su expresión sindical en la Federación Regional Española (1870-1881), posteriormente en la
FTRE (1880-1990) y por último en la Federación Nacional de Obreros Agrícolas (1910-1919). En
tercer y último lugar, analizaremos el papel del campesinado en el periodo que va desde la
proclamación de la II República al final de la Guerra Civil española (1931-1939).
56.-Ibídem.
29
2.1. Orígenes de la protesta social contemporánea durante la crisis del antiguo
régimen (1800-1864) en el mundo rural andaluz
La primera fase de nuestro recorrido corresponde al periodo histórico en el que tiene lugar la crisis
del Antiguo Régimen y se desarrolla la penetración del capitalismo agrario en el campo andaluz, con el
establecimiento del mercado como regulador económico y la propiedad privada como marco general, a
través de la revolución liberal y de medidas como la abolición de los señoríos, la Ley de Montes, la Ley
de Desvinculaciones o las distintas desamortizaciones, tanto la de Mendizábal en 1835 como la de
Madoz en 1855, y que culmina con la crisis agraria finisecular. Contexto este en el que la agricultura
andaluza deja de ser una agricultura de base orgánica para convertirse en una agricultura industrial.
El carácter primitivo del malestar rural y de la protesta campesina que agitó el campo andaluz en el
seno de la penetración del capitalismo agrario, y el proceso de acaparamiento y acumulación por
despojo de recursos sobre los que se asentaban las formas de producción campesina, debe analizarse
en el contexto del antagonismo entre dos formas concretas de comprensión económica, de
concepciones en el manejo de los recursos y en la forma de organizar las relaciones sociales. La
protesta campesina de este periodo tiene su expresión en formas de conflictividad comunitaria en
defensa de un modo de producción campesino en base a una ética de subsistencia y a una economía
moral concreta frente a la penetración de las formas económicas propias del modo capitalista de
producción. Esta forma de conflictividad se expresó mediante acciones legales contra la implantación
de la Reforma Agraria liberal, del mismo modo que se dieron formas de protesta violenta en defensa de
las formas de reproducción económica y organización social propias de la comunidad campesina.
Esencialmente fueron los intentos de despojo de los recursos naturales, fundamentalmente las tierras
cultivables, que eran parte de los patrimonios municipales así como la privatización del uso de los
montes, las causas de la conflictividad campesina entendida como enfrentamientos ante el agravio
hacia las formas de reproducción social campesina y a la amenaza de desaparición ante la usurpación
de los recursos propios que les había asegurado su subsistencia en el pasado.
La forma de protesta rural que podemos llamar conflictividad ambiental y delincuencia forestal
se produce a lo largo de todo el siglo XIX, y podemos caracterizarla por ser una forma de protesta
individual o familiar fundamentalmente de hurto o acceso ilícito a recursos que hasta la penetración
de las reformas liberales habían sido comunitarios o estaban al servicio de la comunidad. Nos
referimos a recursos como el acceso a los montes públicos para el avituallamiento de leña, frutos secos
o pasto para el ganado doméstico, como advierten Manuel González de Molina y Miguel Gómez Oliver:
Las denuncias de la Guardia Civil por hurto de madera y leña, corta de árboles y leña, robo de frutos,
roturaciones ilegales e introducción de ganado en terrenos acotados de monte público, sumaron 145.004, casi
un 30% de todas las habidas en el Estado español durante el periodo 1876-1891. […] Era la respuesta
campesina ante la pérdida de las fuentes tradicionales de subsistencia, privatizados de uso como
30
consecuencia de la intervención del Estado, en el monte comunal 57.
En este sentido este tipo de conflictividad está relacionado con la resistencia campesina a perder sus
derechos tradicionales, así como a la creciente mercantilización y privatización de los recursos
naturales.58 Para profundizar más en esta cuestión se pueden ver por ejemplo los trabajos del Profesor
Salvador Cruz Artacho59.
Una segunda forma de protesta rural que analizaremos será lo que podremos llamar bandolerismo
social60 o bandolerismo andaluz61. Quizás la primera gran obra escrita sobre este tema, con la voluntad
de registrar los principales acontecimientos y fenómenos derivados de la grave situación en la que se
encontraban algunas provincias andaluzas debido a la fuerte presencia de bandoleros, será la de Julián
Zugasti, titulada El bandolerismo andaluz62. Gobernador de Córdoba durante los años 1870-1873, fue
conocida su empresa para acabar con la delincuencia y la inseguridad creada por la existencia de
bandoleros. Su obra recorre esos años y relata con gran rigor la situación de la provincia de Córdoba.
Por otro lado quizás haya sido Eric Hobsbawm quien mejor haya sabido retratar el bandolerismo
como fenómeno que se da en las sociedades basadas en la agricultura tradicional y que se compone
fundamentalmente de campesinos y trabajadores sin tierra, oprimidos y explotados y que quedan
proscritos de la ley al enfrentarse al rico, a los conquistadores, opresores extranjeros o a otras fuerzas que
destruyen el orden tradicional de las cosas63.
Por tanto, el bandolerismo es una forma de expresión del malestar rural que se da en las sociedades
en las que nuevas formas jurídicas atentan contra las formas tradicionales de organización social y
comunitaria. Para Hobsbawm lo esencial de los bandoleros es lo siguiente: son campesinos que están
fuera de la ley, a los que el señor y el Estado consideran criminales, pero que permanecen dentro de la
sociedad campesina y son considerados por su gente como héroes, vengadores, luchadores por la justicia,
a veces incluso líderes de la liberación y en cualquier caso como personas a las que admirar y apoyar. 64
La aparición del bandolerismo social suele ir aparejada a periodos de crisis económica y política y
refleja los antagonismos de sociedades rurales en las que la aparición de nuevas estructuras y clases
57.- GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel y GÓMEZ OLIVER Miguel: Historia de Andalucía contemporánea: Nuevos
contenidos para su estudio, Proyecto Sur Ediciones, Granada, 2000, p. 148.
58.- CRUZ ARTACHO Salvador, COBO ROMERO Francisco y GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel: “Propiedad privada y
protesta campesina. Aproximación a la criminalidad rural en Granada, 1836-1920”. Revista internacional de
ciencias sociales, nº 15 (1993), p. 36.
59.- CRUZ ARTACHO, Salvador: “De campesino a ladrón y delincuente en Andalucía (XIX-XX): Otra mirada a la
esfera de los comportamientos sociales del campesinado”. Publicado en GONZÁLEZ de MOLINA, Manuel, Ed :
Historia de Andalucía a debate: I. Campesinos y Jornaleros. Granada, Editorial Antrophos, Diputación provincial de
Granada, 2000, p. 159.
60.- Eric HOBSBAWM.: Bandidos..., p. 9.
61.- BERNALDO de QUIRÓS, C. Y ARDILA, Luis: El bandolerismo andaluz. Madrid, Ediciones Turner, 1973, p. 235.
62.- ZUGASTI Julián: Bandolerismo andaluz. Madrid. Espasa Calpe. 1934.
63.- HOBSBAWM. Eric: Bandidos. Barcelona, Ariel, 1976, p. 6.
64.- Eric HOBSBAWM: Bandidos..., p. 10.
31
sociales conlleva las resistencias de comunidades y pueblos enteros a la destrucción de sus formas de
vida.
En estas épocas de crisis, el bandolerismo puede ser el precursor o el acompañante de
movimientos sociales de mayor importancia, tales como las revoluciones campesinas. Según Bernaldo
de Quirós y Luis Ardila en su obra El bandolerismo andaluz, publicada en 1931, los tres focos del
bandolerismo andaluz eran por un lado la Serranía de Ronda, la comarca de Estepa y por último el
valle bajo del Río Genil. El autor nos habla de proscritos que pertenecían a las zonas rurales más
incomunicadas y que por unas causas u otras quedaron fuera de la legalidad, se vieron obligados a
vivir al margen de la justicia oficial, pero llevando una vida de completa normalidad en el seno de las
comarcas rurales. Los autores nos hablan de una corta vida en la ilegalidad, que suele ser entre 3 y 5
años, de vida proscrita. También nos advierten que en la mayoría de los casos estos bandoleros
acabaron de forma violenta su vida, ya sea apresados por la justicia y ejecutados o asesinados por
otros compañeros, mecanismo de la justicia para acabar con el bandolerismo. Según Bernaldo Quirós y
Luis Ardila:
El bandolerismo, en definitiva, es un episodio, el primero de todos, de la lucha social en Andalucía, […] ya
que a finales del XVIII no existía en Andalucía otra protesta más que la del bandido, no mucho después se
inicia otra, exenta ya del pecado original de aquella, o sea el delito: la protesta obrera que aflora del modo
que ha sido descrita por Juan Díaz del Moral en su preciosa obra Historia de las agitaciones campesinas
andaluzas.65
La tercera manifestación de la protesta campesina que analizaremos será la campaña de lucha
legal mediante pleitos contra el acaparamiento ilícito de tierras por parte de los grandes propietarios.
En efecto, y tal como señala Antonio Miguel Bernal, en el contexto de la disolución de los señoríos allí
donde el régimen señorial coexistía con otras formas de tenencia, como los propios y otras tierras
municipales, estas se vieron mermadas por el incipiente control que los señoríos hacían de ellas. Ante
los intentos jurídicos de la Corona por volver a controlar las tierras de los señoríos, en muchos casos
los campesinos vieron una vía legal para litigar por el control de estas tierras comunales. En una
primera fase de este proceso, según relata A. M. Bernal, tanto los colonos como los arrendatarios y la
nueva burguesía agraria aparecen en un solo bloque en las disputas legales contra el abuso y el
acaparamiento de las tierras comunales que llevaban a cabo los señores. En la segunda fase de este
proceso, ya a partir de 1820, nos encontramos con que la incipiente burguesía agraria, una vez
resueltos sus propios litigios y ante el temor que suscitaban las numerosas causas legales que los
vecinos de distintas comarcas abrían contra los señores, basculaba hacia el lado de los señores:
La incipiente burguesía agraria andaluza, convertida a los principios liberales de que los derechos de la
propiedad son “sagrados”, se separa del proceso reivindicativo del vecindario del común, quienes continúan
una lucha que por la vía jurídica tenían siempre perdida no por la razón del derecho sino por la venalidad de
la justicia. En Efecto, a partir de 1837 unos tras otros, los pleitos del señorío se fueron fallando favorables al
señor del lugar, conoció entonces la primera gran oleada de agitaciones campesinas, con las consiguientes
ocupaciones de tierra y quemas de cosecha.66
Tras dicha desamortización, y fundamentalmente a partir del periodo de 1840 a 1868, se dio un
65 .- BERNALDO de QUIRÓS, C. Y ARDILA, Luis: El bandolerismo andaluz. Madrid, Ediciones Turner, 1973, p. 257.
66 .- BERNAL RODRÍGUEZ Antonio Miguel: La propiedad de la tierra y las luchas agrarias en Andalucía. Barcelona,
Ariel, 1974, p. 115.
32
periodo de agitaciones y levantamientos campesinos, también llamado socialismo indígena por Juan
Díaz del Moral67. A partir de la desamortización de 1837 (conocida como la Desamortización de Juan
Álvarez Mendizábal, ministro de la Regente María Cristina), y durante la primera década de los años
cuarenta y cincuenta del siglo XIX, se dieron una serie de agitaciones generadas por el fracaso de los
pleitos anteriormente señalados. En estas agitaciones, en algunas ocasiones tuvieron que intervenir las
fuerzas del orden. Precisamente en 1845 se creó la Guardia Civil, cuerpo militar contra la inestabilidad
rural y las agitaciones campesinas, especialmente en los campos andaluces. En muchos casos los
campesinos ocupaban las tierras que consideraban habían sido acaparadas ilegítimamente por los
señores o por la nueva burguesía propietaria, y realizaban entre ellos el reparto, teniendo que ser
desalojados por la fuerza. También entonces aparecieron las primeras formas de acción directa, como
incendios de cosechas, talas de árboles y muerte de ganado. Gradualmente estas protestas y acciones
fueron integrándose de un modo u otro con las nuevas formas del liberalismo político, principalmente
con las corrientes del republicanismo demócrata.
La desamortización de 1855, llevada a cabo por Pascual Madoz durante el Bienio Progresista (18541856), representó la última posibilidad de reparto real para los pequeños propietarios y los
trabajadores agrícolas. Gran parte de las tierras de propios y baldíos se integraron en las haciendas de
los grandes cortijos. Tal y como advierte Antonio Bernal, a partir de ese momento se agotaron las
posibilidades políticas de reparto de tierras, ya tan solo quedaba luchar y reivindicar las que habían
perdido. Es en este contexto donde debemos situar el levantamiento de Utrera y Arahal, en el marco de
la incipiente politización de las demandas de tierra. En 1854 una sublevación campesina originada en
Sevilla se extendió hacia Utrera, Arahal y Morón de la Frontera. Se trató de un levantamiento
orquestado por grupos políticamente organizados que contaban con un importante apoyo popular. Tal
y como expresa Joaquin Guichot en su célebre Historia de Andalucía, tomo VIII:
El mes de Junio de 1857 urdióse en Sevilla una conspiración [...] en la que salieron en número de ciento y
tanto hombres, mal armados y pertrechados, y al día siguiente penetraron en las villas de Utrera y el Arahal,
donde sorprendieron la casa cuartel de la Guardia Civil y cometieron excesos punibles, siendo el más señalado
el incendio del Archivo municipal y los de algunas escribanías.68
Según A. M. Bernal, fue la primera vez que ondeó una bandera roja en Andalucía; considera además
que el levantamiento tuvo un claro objetivo de levantamiento popular revolucionario, que finalmente
quedó en importantes disturbios, quemas de notarías y registros de la propiedad, ocupaciones de
tierras e incendios de casas cuarteles de la Guardia civil. 69. Fue fuertemente reprimido, siendo
67 .- DÍAZ DEL MORAL, Juan: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas. Madrid, Alianza Editorial, 1967, p.
72.
68.-GUICHOT Joaquín: Historia General de Andalucía. Desde los tiempos romotos a 1870, escrito en 1969 y
publicado en Sevilla en 1869. Vol VI. Citado en BERNALDO de QUIRÓS, Constancio: El espartaquismo agrario y
otros ensayos sobre la estructura económica y social de Andalucía. Madrid. Ediciones Revista de Trabajo, 1973, p.
150.
69.- BERNAL RODRÍGUEZ Antonio Miguel. La propiedad de la tierra y las luchas agrarias en Andalucía. Ariel. 1974.
Barcelona. Página 120.
33
ejecutados 34 de los organizadores, entre ellos A. Manuel Caro, a quien se culpó de primer jefe, 70 lo que
originó una escalada de violencia en el campo andaluz que tendría aquí el origen de una larga tradición
de cultura política de violencia campesina. ¿Pero a qué llamaba Juan Díaz del Moral
socialismo
indígena en su obra Historia de las agitaciones andaluzas publicado en 1929? Para el profesor Eduardo
Sevilla Guzmán, el notario de Bujalance creyó ver en las acciones del campesinado de este periodo una
concepción del mundo típicamente campesina, un socialismo indígena, que sostenía la idea de libertad
social como forma de relación entre los seres humanos en un nuevo orden moral del mundo. 71 En este
sentido, con el concepto de socialismo indígena Juan Díaz del Moral quería plantear una forma de
acción colectiva que transitaba entre dos formas de expresar la protesta rural; por un lado, las formas
de protesta campesina sujeta a la reivindicación concreta de acceso a los recursos propios de la
economía campesina, y por otro lado las nuevas formas de politización del malestar social expresadas
en los nuevos idearios políticos republicanos que, junto al primer obrerismo, comenzaban a penetrar
en Andalucía. En palabras del mismo Juan Díaz del Moral:
A la par que estas corrientes extranjeras arraigaban en la baja Andalucía surgía en toda ella, por
generación espontánea, un singular socialismo [...] sin sentido preciso, sin contenido determinado, como una
vaga tendencia de pobres contra ricos; y en el nuevo vocablo inconcreto, vacío de significados vertieron los
ricos sus temores y los pobres sus anhelos. Y desde entonces, socialismo vino a expresar, para unos y para
otros, el reparto de la propiedad de los primeros entre los segundos, es decir una nueva desamortización en
que muchos propietarios individuales de la tierra sustituyen a los pocos que a la sazón la posean. Y desde
entonces, el reparto ha seguido siendo la palabra mágica que electrizaba a las muchedumbres. 72
Según el historiador Eric Hobsbawm el primer movimiento revolucionario indígena que atrajo una
atención específica fue la sublevación de Loja y de Iznájar en 1861, varios años antes de la irrupción de
los bakunistas73. El Levantamiento de Loja de 1861 tiene como principal protagonista a Rafael Pérez
del Álamo, albéitar de Loja y miembro de las filas del Partido Demócrata, quien el 28 de Julio de 1861,
junto a 600 hombres, tomó Iznájar, un municipio de la subbética cordobesa. Tras ocupar el cuartel de la
Guardia Civil sin apenas resistencia de las autoridades, al día siguiente (29 de julio), con cerca de
30.000 hombres, se apoderó del municipio de Loja en la comarca del mismo nombre, proclamando la
caída del gobierno y quedando a la espera de las órdenes del Partido Demócrata, que no reconoció la
revuelta, dejando a Pérez del Álamo con el único apoyo de sus sublevados. ¿Quiénes eran los hombres
de Pérez del Álamo? Se pregunta Constancio Bernaldo Quirós, seguramente, los miserables, los famélicos,
los humillados, los ofendidos, los desheredados de todos los bienes [...], armados con las hoces y
herramientas de sus oficios agrarios 74. A la llegada de las tropas de Gobierno el día 2 de Agosto desde
Málaga, Córdoba y Granada, y tras dos días de escaramuzas violentas, el 4 de agosto Pérez del Álamo
70.- BERNALDO de QUIRÓS, Constancio: El espartaquismo agrario y otros ensayos sobre la estructura económica y
social de Andalucía. Madrid. Ediciones Revista de Trabajo, 1973, p.151.
71.-SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: “Algunos precursores andaluces de la sociología rural. Primera parte: Juan Diaz
del Moral”, Revista de Estudios andaluces. Nº 3 (1984), p. 52.
72.-DIAZ DEL MORAL, Juan: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas. Madrid, Alianza Editorial, 1967, p.
71.
73.-Eric HOBSBAWM.: Bandidos..., p. 9.
74.-Constancio BERNALDO de QUEIROS: El Espartaquismo agrario..., p. 155.
34
huyó a la Sierra de Alhama, siendo al final apresado y condenado a muerte. Finalmente fue indultado
junto a sus hombres por el Marqués de la Vega de Armijo, Ministro de Gobernación de la Unión Liberal
de O´Donnell. En 1872 Pérez del Álamo escribiría su obra Apuntes sobre dos revoluciones andaluzas,
donde relata: ¿Se quiere saber qué bandera enarbolé? La de la democracia, ¿De qué naturaleza fueron
mis aspiraciones? De naturaleza republicana. 75 Sobre la naturaleza del Levantamiento de Loja, y en
relación a su idea del socialismo indígena como forma de acción colectiva que se debatía entre el
incipiente republicanismo de unos pocos y las formas de protesta rural campesina por el acceso a los
recursos, Juan Díaz del Moral dictará:
A raíz del movimiento y después, en los libros de historia, se ha discutido mucho el carácter de esta
revuelta. El Partido democrático, por conducto de sus periódicos El Pueblo y La Discusión, negó que los
sublevados formasen en sus filas, y otro tanto afirmaron los progresistas; los moderados sostenían que se
trataba de una intentona socialista, y los unionistas la atribuyeron a resentimientos personales de Pérez del
Álamo, paisano del General Narváez. La verdad e que entonces, como en el Pronunciamiento de 1868 y como
tantas otras veces, el pensamiento de los jefes y el de las masas combatientes seguían rumbos distintos. Los
directores se proponían destronar a la Reina e instaurar una República, y la masa aspiraba, ante todo, y
sobre todo, al reparto de la tierra. Por aquellos días no se hablaba de otra cosa en todos los pueblos de la
zona sublevada76.
2.2. Anarquismo andaluz y sindicalismo campesino de la I Internacional a la II
República. 1864-1931
A partir de la caída de Isabel II comenzó en el conjunto del Estado un periodo de agitación política,
un escenario de libertades públicas en el que las organizaciones obreras pudieron actuar en la
legalidad. El periodo de máxima actividad de la Asociación Internacional de Trabajadores coincidió con
la Revolución de Septiembre. Tras una época de intensas agitaciones en el campo ante la destrucción
del orden agrario tradicional, y tras una época de debate político e intelectual llevado a cabo por estos
socialistas utópicos, por fin la teoría y la práctica encentraron lugares comunes de acción política.
La Revolución Gloriosa comenzó el 18 de septiembre en 1868 en Cádiz, con la Sublevación del
Almirante Juan Bautista Topete y su flota. El levantamiento encontró importantes apoyos, tanto en el
ejército como en la oposición liberal y republicana, e incluso en los sectores monárquicos descontentos
con la Reina Isabel II. Los sublevados tomaron el poder en Madrid en pocos días. En toda Andalucía se
armaron Comités Revolucionarios que reclamaban derechos civiles, de asociación y reunión, libertades
políticas y sufragio masculino universal. En pocas semanas el nuevo Gobierno provisional decidió
buscar una nueva monarquía, ya que quienes tenían el control sobre la situación eran personas como
el General Prim, monárquico descontento con Isabel II. Ante la situación de rebelión generalizada el
Gobierno provisional ordenó la disolución de las milicias, garantes de las demandas que se establecían
por medio de los Comités Revolucionarios. Ante esta imposición de disolver las milicias, Cádiz se
75.-Ibídem.
76 .- Ibídem.
35
rebeló el 5 de diciembre. El levantamiento se nutría de las masas obreras y campesinas y del incipiente
obrerismo anarquista, capitaneado por una parte por uno de los miembros más destacados del Partido
Republicano Federal, José Paul de Angulo, y por otra por Fermín Salvochea, quien a sus 26 años fue
nombrado Presidente el Comité Revolucionario de Cádiz y comandante del Segundo Batallón de
Voluntarios de la Libertad. Tras varios días de disturbios entre las tropas del Gobierno provisional y la s
fuerzas sublevadas del Comité Revolucionario, las tropas gubernamentales lograron tomar el poder y
hacer presos a todos los dirigentes del levantamiento, que serían puestos en libertad unos meses más
tarde gracias a una amnistía decretada por la Corona.
La Asociación Internacional de Trabajadores, o Primera Internacional, fundada en Londres en
septiembre de 1864, era una organización internacional que trataba de aglutinar a todos los
movimientos sindicales y obreristas de Europa junto a los grupos y partidos políticos socialistas. Entre
ellos figuraban los padres del pensamiento socialista europeo tales como Karl Marx y Federico Engels,
miembros del Partido Socialista Obrero Alemán (SPD), y Mijaíl Bakunin, miembro de la Alianza
Internacional de la Democracia Socialista. En su III Congreso en Bruselas en el año 1868, el catalán
Sarro Magallán, pseudónimo de Antonio Marsal Aglora, representó a los obreros catalanes, pero no hay
certeza de que los trabajadores y campesinos andaluces tuvieran contacto con la I Internacional hasta
finales de 1868, momento en que Guiseppe Fanelli viaja a España para desarrollar la sección
española.77 La Federación Regional Española (FRE), creada por Fanelli en un encuentro en Madrid con
personas como Fernando Garrido, Anselmo Lorenzo, Tomás González, Francisco Mora y otros, se formó
desde la perspectiva y los objetivos de la Alianza Socialista y no desde la propia AIT. En la primavera de
1870 tuvo lugar la creación de una alianza secreta, posiblemente bakuninista, de la que formaron parte
los antes mencionados. En su parada en Barcelona, Fanelli se entrevistó con algunos jóvenes
profesionales andaluces que se encontraban temporalmente en Cataluña, tales como José García Viñas,
estudiante de Medicina de Málaga, Antonio González García Meneses, estudiante de Medicina de Cádiz
y Trinidad Soriano, estudiante de Ingeniería de Sevilla, quien años más tarde volvió a Andalucía y
posiblemente fue quien desarrolló el núcleo andaluz de la FRE. La FRE celebró en junio de 1870 su
Congreso fundacional en Barcelona, donde 90 delegados representaban a 40.000 trabajadores
organizados en uniones y asociaciones y donde tenemos certeza de la asistencia de delegados
anarquistas de Jerez en representación de núcleos organizados en Cádiz y Jerez. Según el historiador
Josep Termes, los estatutos adoptados por la FRE estarían mucho más cercanos a la Alianza Socialista
de Bakunin que a los propios estatutos de la AIT. Incluso llega a afirmar que la alianza española, no era
simplemente una rama de la Alianza Secreta, cuyo centro estaba en el Jura (Suiza), sino una alianza
secreta indígena guiada por principios semejantes pero no dirigida desde Suiza. 78 En 1872, año en el que
77.- Fanelli antes de llegar a España ya era miembro activo de la Alianza Socialista de Bakunin, organización que
supuestamente se había disuelto al entrar en la AIT; pero que debido a los deseos de confabulación y su control
por parte de Bakunin, seguía obrando como grupo de control en el seno de la AIT.
78.- TERMES ARDÉVOL, Josep: Anarquismo y sindicalismo en España. La I Internacional (1864-1881). Barcelona,
36
Anselmo Lorenzo viajó a Andalucía, ya existían más de ocho sección en la rama gaditana, incluyendo
una asociación de mujeres y uniones locales de albañiles, carpinteros, panaderos y viticultores. La
sección de Sanlúcar de Barrameda tenía 200 viticultores y 106 jornaleros; y en Jerez, donde había sido
ilegalizada la Primera Internacional, los obreros habían fundado el Casino Universal Obrero y existían
25 secciones anarquistas.
La Unión de Trabajadores del Campo fue una de las secciones creadas tanto por la FRE desde 1872
a 1873, como por la FRTE desde 1881 a 1882. Según el historiador Jacques Maurice en su obra El
anarquismo andaluz: Campesinos y sindicalistas, 1868-1936 79, la UTC tenía la vocación de agrupar a
todos los oficios ligados a la agricultura, la ganadería y la silvicultura. Estas Uniones estaban
concebidas como las partes constitutivas de una nueva organización de la sociedad, destinada a
reemplazar a aquella que había moldeado el capital. Según el propio autor, la UTC en los años en que
pudo desarrollar su lucha de manera legal, no tuvo demasiado anclaje en las luchas sindicales del
campo andaluz, ya que basaba sus demandas en el modelo de la agricultura catalana y del levante
mediterráneo, y se ajustaba al marco esencial de las luchas sindicales, por lo que no supo encajar en el
marco de las luchas sociales que el campesinado desarrollaba en Andalucía.
La FRE fue prohibida a finales de mayo de 1871 por las Cortes, a raíz de los sucesos de la Comuna
de París. Aún prohibida celebró su II Congreso en Zaragoza, donde estallaron las diferencias entre las
tendencias bakuninistas y marxistas, que supusieron la prolongación natural de la división producida
en el V Congreso de La Haya en 1872, en la que la facción liderada por Marx expulsó a Bakunin y
trasladó el Consejo General de la AIT a Filadelfia, consumando así la división entre bakuninistas y
marxistas. Esta división se materializó en España con la publicación por parte de los seguidores de
Marx de una lista con los nombres de la Alianza bakuninista en el periódico La Emancipación, dirigido
por los seguidores de Marx en España. Salvo la Federación de Madrid, la FRE estaba gobernada por los
partidarios de Bakunin, especialmente en sus secciones andaluzas y catalanas, que hasta el momento
eran las que mayor peso tenían en la FRE.
Tanto la AIT como toda la actividad política, obrerista y sindical serían ilegales en España hasta
1881, cuando Práxedes Mateo Sagasta y el Partido Liberal llegaron al gobierno. En septiembre del
mismo año se celebró en Barcelona el Congreso constitutivo de la Federación de Trabajadores de la
Región Española (FRTE). Tras esta reconstrucción, las nuevas UTC fueron de las uniones más activas,
constituyéndose en Ubrique en noviembre de 1881, contando en septiembre de 1882 con 20.000
afiliados, con la mayoría de su peso concentrado en Andalucía y no en Cataluña, como pasó en el
periodo de 1872-1873. La razón de ello fue la postura que maduró en el seno de la FRE, de
distanciamiento entre la concepción de propiedad, la organización de trabajo y la cuestión de la tierra.
Editorial Crítica, 2000, p. 93.
79 .- MAURICE Jacques: El anarquismo andaluz: Campesinos y sindicalistas, 1868-1936. Barcelona, Editorial Crítica,
1989, p. 238-239.
37
En el II Congreso de la FRE de Zaragoza, en abril de 1872, seis meses antes de la disolución de la AIT en
el Congreso de La Haya, Paul Lafargue elaboró junto a Anselmo Lorenzo un documento presentado en
el Congreso titulado La organización del trabajo, en el que según Jacques Maurice:
...mostraba que la concentración capitalista de la propiedad no presentaba sólo aspectos negativos. La
aplicación de la ciencia permitía una producción en gran escala. La desposesión del pequeño propietario y la
generalización del asalariado hacían a los trabajadores más solidarios que en el arcaico marco de la
economía de subsistencia, y ampliaba las fuerzas revolucionarias hasta incluir a mujeres y niños 80.
Tras la experiencia política de los sucesos de la Comuna de París, la del cantonalismo y las políticas
fallidas en España durante la I República, se iba a reforzar entre los dirigentes españoles de la FRE la
convicción de que la construcción del nuevo orden social se debería realizar de abajo hacia arriba, a
partir de la unión natural que constituye el municipio, otorgando gran peso a este, tanto como sujeto
político como en su dimensión de productor de riqueza, para lo cual era importante la toma inmediata
de los medios de producción y recursos, en este caso la tierra, para su puesta en producción. Este sería
el debate fundamental en el seno del anarquismo andaluz desde sus primeros pasos hasta la
penetración de la Confederación Nacional del Trabajo en 1919.
La alternativa del anarquismo en Andalucía consistía en organizar a los que tenían trabajo, tratando
simultáneamente de ganar el apoyo de las masas de mujeres y de los parados. Toda la historia de la FRTE ha
estado plagada de enfrentamientos y divisiones ideológicas sobre la manera en que esto podría llevarse a
efecto, y sobre si había que dar prioridad a los trabajadores o a la comunidad.
Efectivamente, tal y como señala Tema Kaplan en su obra Los orígenes sociales del anarquismo en
Andalucía,81 el anarquismo español había tenido dos frentes de organización y acción, en cierto modo
antagónicos. Por un lado la tendencia anarco-comunista, cuya base social era la comunidad de los
pobres, que abarcaba tanto a pequeños artesanos, campesinos arrendatarios, pequeños propietarios y
jornaleros sin tierra, a amas de casa, a los ancianos y niños y a los parados. Por otro lado, los anarcocolectivistas o anarco-sindicalistas, para los cuales el sindicato era el sujeto social fundamental, y el
obrero sindicado el sujeto estratégico de acción política.
La cuestión del colectivismo frente al comunitarismo, tal y como se desarrolló durante los años
ochenta del siglo XIX, giraba en torno a la concepción colectivista de que el derecho sobre cualquier
riqueza recaía no en la sociedad como un todo sino en comisiones individualizadas de obreros. Para
Tema Kaplan, los colectivistas proponían la propiedad comunitaria de los medios de producción,
comunicación y transporte, y el control sindical sobre los bienes producidos. Esta corriente tendía a
atraer a los trabajadores cualificados, especialmente los dedicados a la producción, a la artesanía y a la
80 .- Jacques MAURICE: El anarquismo andaluz...,p. 247.
81 .- Temma KAPLAN: Orígenes sociales..., p. 155.
38
industria.82 Prometían economías colectivas y trabajo colectivo, pero propiedad individual de lo
producido. Frente a esta concepción:
Los comunitaristas extendían el sujeto de derecho abarcando no solo a los trabajadores sino a todos los
oprimidos en una trama socio-económica más amplia en la que fueran incluidos tanto los ancianos, como las
mujeres y los niños. Los comunitaristas querían socializar tanto los medios de producción de la riqueza como
el consumo de dicha riqueza.83
Por otra parte el poder de decisión se basaría en la plena participación democrática más que en la
representación de los trabajadores. Esta concepción atraía a la participación más amplia de la
comunidad y especialmente a los campesinos pobres y los jornaleros sin tierra. El II Congreso de la
FRTE, celebrado en Sevilla en 1882, giró casi en torno a este debate. La asistencia mayoritaria fue de
delegados andaluces, quienes acusaban a los colectivistas (corriente fundamentalmente mayoritaria
entre los obreros industriales de Barcelona, levante y Madrid) de defender las tendencias pequeñoburguesas de la propiedad y la organización social y de centrarse en la organización del trabajo,
olvidando y excluyendo a la gran masa de trabajadores rurales desempleados, problema que afectaba
en gran medida a los jornaleros andaluces. En torno al mismo tema giró el debate de la violencia y la
acción directa. Para los sindicalistas o colectivistas, la violencia generaba preocupación porque
entorpecía su acción sindical, mientras que para los comunitaristas era la única forma de hacer presión
a los terratenientes y a los propietarios de tierra. Los colectivistas defendían la Huelga como
herramienta fundamental de presión a los patrones, frente a los comunitaristas andaluces, que
defendían la violencia y el boicot como formas de presión ante la dificultad que engendraba hacer
frente a una huelga en un contexto de desempleo masivo. Como plantea Clara E. Lida en su obra La
Mano Negra, fueron esas circunstancias las que hicieron que las Federaciones andaluzas rechazasen la
huelga y adoptasen el sabotaje y la destrucción como medio de poner en jaque el poderío económico del
terrateniente, así como de socavar la propiedad privada. 84 Los dirigentes andaluces de la FTRE,
mayoritariamente de tendencia comunitarista, se sintieron excluidos y marginados tras este II
Congreso de la FRTE de Sevilla, ya que la organización se centraba esencialmente en las necesidades
del sindicalismo en un momento en el que tantos parados estaban en una situación de extrema
emergencia. En palabras de la historiadora Clara E. Lida:
Los objetivos diferentes de las federaciones del Sur y de la Comisión Federal de Barcelona chocaron de
modo inevitable. En las altas esferas de la Federación Regional no se elevaron voces en apoyo a la lucha
campesina, y los dirigentes de Cataluña consideraban a los trabajadores rurales andaluces como una masa
de campesinos explotados y analfabetos, incapaces de organizarse.85
En 1883 se produjo lo inevitable, a saber, la escisión de un grupo de dirigentes andaluces de la
FTRE entre los que estaban Miguel Rubio, Fracisco Gago y Manuel Pedrote, quienes se organizaron en
82 .- Temma KAPLAN: Orígenes sociales..., p. 160.
83 .- Ibídem.
84 .-LIDA,Clara E.: La Mano Negra. Anarquismo agrario en Andalucía. Madrid, Editorial Zero, 1972, p. 58.
85.-Clara E. LIDA: La Mano Negra...., p. 59.
39
el Congreso de los Desheredados. Entre otras cuestiones determinantes estaba el uso de la violencia.
Como apunta Temma Kaplan:
La política de los anarco-comunistas de apoyo al terrorismo no significa que fueran responsables ni
siquiera de una parte de la violencia ejercida contra los privilegiados. Simplemente, ellos aceptaban la
validez de una táctica popular que usaban ya en la práctica los pobres contra los ricos.86
En este contexto tuvieron lugar los sucesos de la Mano Negra, una supuesta organización terrorista
anarquista a la que se le acusaba de acciones violentas como asesinatos e incendios de cosechas y
edificios y por la que el Juzgado de Jerez .... a siete personas y ... (Condena?) a otras ocho a prisión. Más
allá de la veracidad de las acusaciones, puestas en duda por numerosos autores que aducen la falsedad
tanto de dicha organización como de las pruebas presentadas y el objeto represivo del caso de la Mano
Negra, lo fundamental fue que la Mano negra representaba una forma de acción política que tenía su
expresión en las posturas adoptadas por los comunitaristas andaluces en el seno de la FTRE. Por ello,
la FTRE rechazó cualquier implicación de sus miembros en las causas de violencia de las que se le
acusaba, además de condenar enérgicamente tales actos de violencia. 87 Como declara Temma Kaplan:
La FTRE denunció a los miembros de la asociación Mano Negra como criminales, asesinos y ladrones y
se distanció de ellos. La FTRE aceptaba los alegatos de la autoridad a favor de la existencia real de la
organización y dando por sentado que en su seno habría renegados comunitaristas como los
“Desheredados.88
A esta gravísima crisis había que unir la fuerte represión general que sufría el movimiento obrero
anarquista y la división suscitada por el hecho de defender a los sectores obreros, produciendo
distanciamiento y competición entre aquellos que generaban mejores marcos labores que otros. Tras
la reducida participación de 64 delegados en la reunión de Barcelona de 1884, ya sin las federaciones
andaluzas, y la ridícula participación, en la reunión de Madrid de 1887, de 16 delegados frente a los
1.500 que asistieron al Congreso de Sevilla de 1883, la FRTE se disolvió en septiembre de 1888 en
Valencia. Pero esta disolución no significó el final del anarquismo andaluz, que tomaría fuerza
posteriormente, mostrando su capacidad de organización y autonomía.
Del 17 al 20 de abril de 1913, un Congreso al que concurrieron delegados de 25 sociedades de
trabajadores del campo de toda España, pertenecientes casi en su totalidad a Andalucía, Valencia y Cataluña,
se crea la Federación Nacional de Obreros Agrícolas, que para defender y propagar su ideario publica La Voz
del Campesino, cuyo lema “la tierra para el que la trabaja” condensa las aspiraciones de la entidad 89.
De este modo relata Juan Díaz del Moral la fundación de la FNOA en su Congreso de Córdoba,
tratando de aglutinar a todos los trabajadores del campo, agrupando fundamentalmente a los de
tendencia anarquista, pero uniéndose ciertos sectores del campesinado socialista y reformista, ya que
86.- Temma KAPLAN: Orígenes sociales..., p. 164.
87.- Clara E. LIDA: La Mano Negra..., p. 69.
88.- Temma KAPLAN: Orígenes sociales..., p. 185.
89.- Juan DIAZ del MORAL,: Historia de las agitaciones..., p. 253.
40
su tendencia anarquista hubo de quedar camuflada bajo su estrategia sindicalista de reunir a todos los
obreros agrícolas de España.90 La novedad fundamental de la FNOA consiste en agrupar a los
campesinos asalariados de toda España, fundamentalmente Cataluña, Valencia y sobre todo Andalucía,
es decir aglutinar a todos los asalariados que de un modo u otro tenían en común la economía agraria
como fuente de trabajo. La influencia de la FNOA no fue tanto cuantitativa (ya que en 1919, su
momento álgido, alcanzaba los 25.000 afiliados) como cualitativa, ya que supuso el paso a un nivel
superior de organización del campesinado asalariado en un momento en que ni UGT ni CNT estaban
preparados para asimilar a estos trabajadores.
Las demandas fundamentales del Congreso fundacional de Córdoba serían: el salario mínimo, la
prohibición del trabajo a destajo, la jornada de ocho horas, mejora de la vida de los trabajadores en los
cortijos, extensión de leyes sobre accidentes laborales y la prohibición de usar a mujeres y niños como
esquiroles, práctica más que habitual en los campos andaluces. Como vemos se trata de unas
demandas muy moderadas, con las que se pretendía abrir un proceso de aglutinamiento de
trabajadores asalariados agrícolas desde un marco común de demandas.
En este contexto tuvieron lugar lo que Juan Díaz del Moral llamó las agitaciones campesinas del
trienio bolchevista.91 Se trata de un periodo de intensas agitaciones, huelgas y disturbios que va desde
el estallido de la Revolución de Octubre hasta el verano de 1919, y que serían duramente reprimidas.
Esta conflictividad llevó a intervenir a las tropas de Alfonso XIII en la Huelga general proclamada en
octubre de 1918 momento álgido de las agitaciones que pusieron en jaque a los grupos dominantes de
Córdoba y Jaén. El reputado historiador Manuel Tuñón de Lara en su obra Luchas obreras y campesinas
en la Andalucía del siglo XX: Jaén (1917-1920) y Sevilla (1930-1932), reflexiona así sobre este periodo:
La coyuntura de 1916-1920 alcanza la cota más elevada de conflictividad desde el comienzo de la
Restauración. No se trata de un crecimiento cuantitativo de fenómenos habituales, sino de un fenómeno
nuevo que puede calificarse de crisis social, política e institucional. Se da una modificación, o posibilidad de
modificación de la estructura, cuando la conflictividad latente emerge a la superficie y se convierte en un
conflicto manifiesto.92
Las causas inmediatas del conflicto social y sindical abierto estos años son esencialmente las que se
derivaron de los efectos inflacionistas provocados por la Gran Guerra europea, especialmente en el
ámbito de la producción agraria para exportación, el aumento de los alimentos, el estancamiento
salarial y la crisis de subsistencias debido a las necesidades derivadas del conflicto militar. Las huelgas
se sucedieron estos años a lo largo de toda Andalucía, especialmente en las provincias de Jaén, Sevilla y
la campiña cordobesa, exigiendo subidas salariales, jornada de ocho horas y prohibición del trabajo a
destajo. Estos episodios son rigurosamente descritos por Juan Díaz del Moral en su obra Historia de las
90.- Jacques MAURICE: El anarquismo andaluz..., p. 258.
91.-Juan DIAZ del MORAL,: Historia de las agitaciones..., p. 275.
92.-TUÑON de LARA, Manuel: Luchas obreras y campesinas en la Andalucía del siglo XX. Jaén (1917-1920) y Sevilla
(1930-1932). Madrid, Siglo XXI Editores, 1978, p. 7.
41
agitaciones campesinas andaluzas: Antecedentes para una Reforma Agraria, episodios que, por la
naturaleza de este trabajo, nos es imposible describir. Lo realmente importante de este periodo es la
demostración de una capacidad de organización sin precedentes en las organizaciones campesinas,
anarquistas y socialistas para coordinar y planificar un movimiento de resistencia a amplia escala,
basando su organización en diferentes Congresos obreros, tanto comarcales como regionales
(Congreso constitutivo de la FNOA en Córdoba de abril de 1913, Congreso comarcal de Jerez de abril de
1914, II Congreso de la FNOA en Valencia en mayo de 1914, III Congreso de la FNOA en Úbeda en mayo
de 1915, IV Congreso de la FNOA en Vilanova i la Geltrú en noviembre de 1916, V Congreso de la
FNOA en Zaragoza en mayo de 1917, Congreso comarcal de la FNOA en Castro del Río en octubre de
1918, VI Congreso de la FNOA en Valencia en diciembre de 1918 y Congreso comarcal de la FNOA en
Castro del Río en mayo de 1919) 93. De este periodo surgen reivindicaciones que más tarde serían
centrales en las demandas de los jornaleros, tales como la contratación obligatoria de los trabajadores
de los municipios donde se situaban las fincas, como forma de lucha contra la contratación de
trabajadores de otras comarcas, estrategia realizada por los terratenientes para debilitar las demandas
laborales de los jornaleros. Se trata de un proceso de movilización sindical protagonizada
fundamentalmente por los jornaleros, generando una nueva forma de lucha donde los trabajadores
agrícolas ya habían generado la madurez política y organizativa para crear las condiciones de sus
propias luchas y demandas. Por primera vez con carácter generalizado, se ensayaban métodos sindicales
de acción, justo cuando el salario constituía la principal fuente de subsistencia. 94La represión que sufrió
el movimiento sindical de los trabajadores agrarios supuso un tremendo periodo de arrestos,
ejecuciones e ilegalizaciones que tras el verano de 1919 daría lugar a una fuerte recesión de la
conflictividad, que se prolongaría durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera y que no
volvería a generar espacios y episodios de conflictividad abierta hasta la proclamación de la II
República en abril de 1931, ya en el contexto de un proceso político y social distinto.
2.3. La cuestión agraria durante la II República española. 1931-1936
La crisis orgánica que sufría el régimen de la restauración así como los partidos dinásticos,
desembocó en la Dictadura de Primo de Rivera, del 13 de septiembre 1923 al 28 de enero de 1930, y
que no hizo sino profundizar más en esta crisis con la ilegalización de todos los Sindicatos a excepción
de la UGT, que fue un agente de colaboración con el Directorio Militar en material laboral. Ante el
agotamiento de la figura de Primo de Rivera, el 28 de enero de 1930 Alfonso XIII nombró a Dámaso
Berenguer Presidente del Gobierno, con el objetivo de retomar la normalidad democrática previa al
golpe de estado. Esto no iba a ser empresa fácil, ya que la fuente de legitimidad de la monarquía ahora
93.-Datos extraídos de JACQUES, Maurice: El anarquismo andaluz: Campesinos y sindicalistas, 1868-1936.
Barcelona. Editorial Crítica, 1989, p. 229.
94.- Manuel GONZÁLEZ y Miguel GÓMEZ OLIVER: Historia de Andalucía..., p. 259.
42
no era una constitución, sino un Golpe de Estado que el Rey había apoyado. La sociedad civil, los
partidos no dinásticos, el movimiento obrero y toda la oposición no iban a permitir al rey sobrevivir a
una dictadura que él mismo había apoyado. El 17 de agosto de 1930 tuvo lugar el Pacto de San
Sebastián, en el que las principales fuerzas revolucionarias acordaron una hoja de ruta hacia el
derrocamiento de la monarquía y la proclamación de una República. Tras la sublevación fracasada de
Jaca contra la Monarquía, llevada a cabo por el Comité Revolucionario compuesto por liberales y
republicanos socialistas, Dámaso Berenguer se vio obligado a convocar unas elecciones al Parlamento
que se vincularan con las Cortes anteriores a la Dictadura de Primo de Rivera, por lo que esta
propuesta de elecciones fue rechazada de pleno, lo que obligó a dimitir a Berenguer. Alfonso XIII, ante
su absoluta falta de apoyos, nombró como Presidente del Gobierno al Almirante Juan Bautista AznarCabañas, figura de bajísimo peso político en la escena española. En esta ocasión, y ya de manera
inevitable, se convocan las elecciones municipales, que se celebran el 14 de abril y que tienen un
fuerte carácter plebiscitario. La victoria de los partidos de orientación republicana colapsa
políticamente un régimen incapaz de sostenerse a sí mismo. El Rey Alfonso XIII abdica y se exilia en
París, a partir de lo cual se proclama la II República y se crea un Gobierno de coalición, encargado de
redactar la nueva constitución republicana y de convocar elecciones para conformar un nuevo
parlamento. En palabras del profesor Francisco Cobo Romero:
El componente vertebrador de la multiplicidad de elementos que propiciaron el surgimiento de los
modelos por los que se conjuntó el conflicto rural en la convulsa década de los años treinta, no fue otro que la
progresiva vinculación del conjunto de la agricultura andaluza a los mercados nacional e internacional, así
como la consiguiente mercantilización generalizada de las prácticas económicas y de reproducción social
de la mayor parte de los grupos sociales andaluces.95
Obviamente el mundo rural no fue una excepción en el contexto de la grave crisis política que se
daba a comienzos de la década de los años treinta. La progresiva modernización agraria, la
especialización productiva y la concentración de tierras mediante el despojo de las tierras campesinas,
constituyen la vía fundamental de la modernización agraria en Andalucía, lo que generó un conflicto
económico entre clases que tuvo su forma de expresión política organizada en el conflicto sindical
agrario que hundía sus raíces en el último tercio del siglo XIX, y que vuelve a vivir otro de sus más
terribles episodios durante la década de los años treinta. Esta vez, en un contexto de plena
consolidación del capitalismo agrario en el campo andaluz, y con una masa de campesinos preparada
para una lucha sindical que previsiblemente iba a estallar de un modo u otro, por lo que era esperada
por todos los actores. Como señala Eduardo Sevilla Guzmán en su obra Historia de los movimientos
jornaleros en Andalucía (1766-1996):
Transcurridos los primeros meses de la proclamación de la República, el cambio comenzó a ser percibido
por el campesinado andaluz como la posibilidad de una transformación que terminaría con la opresión y la
95.- COBO ROMERO. Francisco: “El conflicto campesino en Andalucía durante la crisis de los años treinta (19311939): Un intento de revisión historiográfica” en GONZÁLEZ de MOLINA, Manuel (ed): Historia de Andalucía a
debate: I. Campesinos y Jornaleros. Granada,Diputación provincial de, Editorial Antrophos. 2000, p. 109.
43
miseria a la que habían sido sometidos los campesinos desde que comenzara la progresiva privatización de la
tierra.96
Como señala Edward Malefakis en su obra Revolución campesina y Reforma Agraria en la España del
siglo XX, desde el nacimiento de este nuevo periodo político venido con la proclamación de la II
República, la cuestión agraria estuvo presente en la vida política. La tradición de demandas
reformistas de cambio en el campo fundamentalmente andaluz había sido demasiado fuerte como
para obviar esta cuestión. A pesar de que el campesinado había permanecido desarticulado tras la
fuerte represión que siguió al Trienio Bolchevique (1917-1919), desde comienzos del periodo
republicano hubo cierto consenso entre las fuerzas de izquierda, socialistas y republicanos de centro
en la necesidad de Reforma Agraria. 97 Todas las medidas legislativas para el mundo agrario demuestran
este compromiso, tales como los decretos en materia de arriendos y subarriendos, la legislación sobre
la jornada laboral de 8 horas, la Ley de jurados mixtos, la Ley de términos municipales o la Ley de
laboreo forzoso. Por primera vez en la historia contemporánea de España, se da un desplazamiento del
centro de gravedad en el protagonismo de los conflictos agrarios existentes en el mundo rural. Por
primera vez los trabajadores agrícolas son el sujeto fundamental sobre el que se aplica una legislación
de derechos y protección laboral. Tras las elecciones del 28 de junio y la victoria de la coalición
republicano-socialista, se forma una Comisión técnica para la elaboración de una Ley de Reforma
Agraria. La comisión estaba presidida por el jurista Felipe Sánchez Román, y formaban parte de ella
célebres personalidades como Pascual Carrión, Antonio Flores de Lemus o el mismísimo Juan Díaz del
Moral. Esta Comisión técnica buscaba una Ley de Reforma Agraria moderada que encajara en el
momento político que se daba durante el primer bienio republicano. Ampliación de las zonas de
cultivo, asentar colonos para las nuevas tierras de cultivo, modernización agraria y especialización
productiva iban a ser algunas de las medidas centrales de la Ley de Reforma Agraria. La moderación de
dicha Ley preveía, tal y como reconocía Juan Díaz del Moral, que la mayoría de los trabajadores
agrarios se iban a quedar sin tierra. La Reforma buscaba articular dos elementos que hasta el momento
se habían concebido de manera antagónica. Por un lado encauzar el más que probable movimiento
revolucionario de los trabajadores agrícolas en demanda de tierra, y por otro, llevar a cabo una
modernización agraria burguesa que no encontrara la férrea oposición de los sectores más
conservadores de la gran burguesía agraria y de los terratenientes, tratando además de que fuera
viable para un Estado cuya situación económica era bastante grave. 98
Podemos decir que la Ley de Reforma Agraria era uno de los elementos centrales en la
transformación política, social y económica del proyecto de sociedad de la nueva República: los
extensos debates, el miedo a su aplicación, la moderación y re-formulación de sus bases. Aun tras la
96.- SEVILLA GUZMÁN Eduardo; ENCINA Javier y CASAS Carmen: Historia de los movimientos jornaleros en
Andalucía (1766-1996). Inédito. Página 24.
97.- Edward MALEFAKIS: Reforma Agraria..., p. 196.
98.- Edward MALEFAKIS: Reforma Agraria..., p. 30.
44
aprobación de dicha ley el 9 de septiembre de 1932, su aplicación concreta continuó siendo lenta, y
más lentas aún sus consecuencias en la percepción de los campesinos de las trasformaciones deseadas.
Pero justo cuando estaba a punto de aplicarse ya era demasiado tarde, y ocurriría un hecho que
marcaría la evolución política de la relación entre la República y el campesinado. Del 10 al 12 de enero
de 1933 estallarían los conocidos como sucesos de Casas Viejas. Tras casi tres años de espera y
debate parlamentario, la tensión en el campo andaluz tomó forma. Al calor de una huelga general
convocada por la CNT y la FAI para el 8 de enero de 1933, un grupo de jornaleros se declaró en huelga
el día 10 de enero en el municipio de Casas Viejas (provincia de Cádiz), tomando el cuartel de la
Guardia Civil, secuestrando a varios agentes y proclamando el Comunismo Libertario. Al caer la noche,
las fuerzas de seguridad aplacaron el levantamiento pero los jornaleros siguieron amotinados. Antes
del amanecer, la casa donde se amotinaron fue incendiada y 12 trabajadores agrícolas del pueblo,
llamados al azar, fueron fusilados. Estos hechos marcarían simbólicamente un nuevo periodo de
inestabilidad y conflictividad en el campo andaluz y en la confianza y esperanza que los campesinos
habían depositado en el Gobierno de Manuel Azaña.
Debido a la debilidad con la que el Gobierno de Manuel Azaña llegó a las nuevas elecciones, por
distintas razones como la legislación laboral, las relaciones Iglesia-Estado, la inestabilidad política o la
fragmentación de los grupos republicanos en el poder, las perdieron, ganando una nueva coalición de
centro-derecha que gobernaría el llamado Bienio negro. Periodo que se salda con un retroceso
fundamental en materia de legislación y derechos laborales y libertades políticas y civiles. Como
señala Eduardo Sevilla Guzmán, el cambio de gobierno que se produjo en 1933 supuso una violenta
reacción contra los logros que el campesinado había obtenido durante el primer bienio […]
produciéndose un auténtico asalto del nuevo Gobierno contra los adelantos sociales que la República
había llevado al campo99. El Bienio negro constituye por tanto la radicalización de las posturas de la
derecha y de los sectores conservadores, especialmente los ligados a los intereses agrarios, como la
radicalización de los sectores del movimiento campesino organizado. En palabras de Paul Preston, la
negativa de los patronos a cumplir con la legislación social forzó a los trabajadores, especialmente en las
zonas rurales a adoptar una actitud cada vez más beligerante 100. La demanda del cumplimiento de la
legislación laboral progresista fue quizás el eje central de la conflictividad obrera y campesina desde
1933 hasta el inicio de la Guerra Civil. La represión ejercida por las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado, sobre todo por la Guardia Civil en el ámbito rural y agrario, el cierre de los medios de
propaganda de la izquierda y de los anarquistas, las detenciones, el encarcelamiento, la persecución
política de los dirigentes sindicales y la exclusión laboral de todos aquellos miembros activos de los
movimientos campesinos, llevaron a los sectores más organizados tanto de los Sindicatos CNT y la
Federación de Trabajadores de la Tierra de España de la UGT, como a todos los sectores organizados de
99.- Eduardo SEVILLA, Javier ENCINA Javier y Carmen CASAS: Historia de los movimientos..., p. 29.
100.- PRESTON, Paul: El Holocausto español: odio y exterminio en la Guerra Civil y después. Barcelona, Editorial
Debolsillo, 2013, p. 65.
45
los municipios de la Andalucía rural, a virar sus posicionamientos políticos hacia posturas más
radicales. Ante la decepción que suponía enfrentarse a una República cuyo comportamiento político
era igual o peor al de los periodos precedentes del régimen monárquico, fueron tomando cada vez más
peso las posturas que propugnaban el reparto directo de la tierra y la colectivización de las grandes
explotación rústicas. Como dice el Profesor Francisco Cobo Romero los jornaleros
andaluces
aprendieron las trágicas lecciones del bienio negro.101
Si hay un elemento que caracterizó el centro de la conflictividad social en el campo andaluz durante
la década de los años treinta, este fue sin ningún género de dudas el desempleo rural. Fue la cuestión a
la que ningún Gobierno de la República pudo hacer frente. Como señala Edward Malefakis, el tenebroso
espectáculo del paro constituyó un constante telón de fondo de la historia de la República 102. En el
periodo que va desde 1930 a 1936 en la Andalucía Oriental había 469.211 activos agrarios masculinos,
que representaban el 64% de la población activa general, de los cuales eran 138.560 jornaleros, por lo
que representaban un 29% de la población activa. En el año 1933 había 64.750 desempleados agrarios,
de los cuales el 47% eran jornaleros. Para la Andalucía Occidental las cifras eran muy similares. Había
un total de 416.253, que representaba el 52% de la población activa general y de los cuales 177.240
eran jornaleros, que representaban un 44% de la población activa total. En 1933 los parados agrarios
eran 44.537, de los que el 25% eran jornaleros103.
Indudablemente el paro y la agitación campesina organizada tuvieron una vinculación muy
estrecha. Pero no fue la única causa que explicaría la conflictividad de ese periodo, ya que las cotas de
desempleo rural habían sido muy similares en la década de los años veinte, en que se registró una
conflictividad muy débil y fragmentada. Como señala Edward Malefakis: existe una ley histórica que
afirma que normalmente las masas se levantan cuando a su desesperación se añade una cierta esperanza .
El campesinado andaluz no fue una excepción en este caso. Descartada la posibilidad de que la
República llevara a cabo una transformación radical de las relaciones de poder en el ámbito agrario
andaluz, nació en Andalucía una nueva esperanza, puesta esta vez en la toma directa de tierras a través
de la ocupación y el reparto, esto es, la colectivización de las grandes propiedades. Esta postura había
sido desde décadas atrás la sostenida por la FRE, por la FTRE, por la FNOA y por la CNT; la novedad
está en que ahora los sectores socialistas y de la UGT, especialmente la FTTE, estaban comenzando a
radicalizar sus posturas ante la desesperación y la frustración que habían generado el primer bienio
republicano, pero esencialmente el segundo.
La creación del Frente Popular que ganaría las elecciones del 16 de febrero de 1936 abriría una
nueva etapa en el seno de la corta vida de la República. Este nuevo gobierno republicano era
101.- Francisco COBO ROMERO: “El conflicto campesino...”, p. 127.
102.- Edward MALEFAKIS: Reforma Agraria..., p. 332.
103.- ROBLEDO HERNÁNDEZ Ricardo: “Sobre el fracaso de la Reforma Agraria andaluza en la Segunda República”
en GONZÁLEZ de MOLINA, Manuel: La cuestión agraria en la Historia de Andalucía: Nuevas perspectivas. Sevilla,
Centro de Estudios Andaluces, Consejería de la Presidencia, 2014, p. 90.
46
radicalmente distinto del primero que gobernó durante el primer bienio, teniendo como Presidente
igualmente a Manuel Azaña Díaz. Edward Malefakis plantea que la causa de la transformación de las
posturas en el Gobierno que accedió al poder en febrero de 1936 no fue tanto la incorporación del
Partido Comunista, un partido reducido, sino la manifiesta radicalización de las posturas del Partido
Socialista Obrero Español, especialmente de Francisco Largo Caballero, que mantuvo contra el
Gobierno de Manuel Azaña (ante el que se había quedado en la oposición junto al Partido Comunista)
la misma virulencia y agresividad que mantuvo contra el gobierno conservador. Francisco Largo
Caballero fue anclando las posturas del PSOE y de la UGT cada vez más, tanto hacia los anarcosindicalistas de la CNT y la FAI como hacia el PCE, que fue incluido en este Gobierno del Frente Popular.
El 29 de febrero el nuevo Gobierno publicó un decreto que obligaba a los patrones a admitir y dar
trabajo a los trabajadores agrícolas despedidos por motivos políticos, ideológicos o por actividades
políticas realizadas durante los años del Gobierno conservador, obligando también a compensarlos con
su salario por un mínimo de treinta y nueve días y un máximo de seis meses. La respuesta inmediata
de un importante grupo de propietarios fue declarar la catástrofe económica 104.
El 11 de junio de 1936 se aprobó una versión bastante radicalizada de la Ley de Reforma Agraria,
que materializaba legislativamente el trabajo que ya había realizado el Instituto de Reforma Agraria
desde el mes de marzo. Algunas de las medidas más radicales del nuevo decreto eran, por ejemplo, la
recuperación de las tierras comunales por parte de los municipios, el asentamiento de colonos para la
explotación de nuevas tierras para el cultivo o la aplicación de un nuevo impuesto progresivo a la
propiedad rústica. En los meses que van desde marzo a junio el Instituto de Reforma Agraria asentó en
Andalucía a 11.733 campesinos en 94.309 hectáreas de tierra.
Dada la terrible debilidad de las fuerzas anarquistas del campo andaluz, que nunca se habían
recompuesto tras la represión ejercida por el Estado al fin del Trienio Bolchevique, las fuerzas
campesinas organizadas habían transformado radicalmente el equilibrio de poder, siendo en este caso
y desde el comienzo de la República la FTTE socialista y vinculada a la UGT y al PSOE, la fuerza que
más creció realizando un papel fundamental durante toda la República y especialmente durante el
gobierno del Frente Popular. ¿Por qué esta debilidad de los anarquistas andaluces durante la década de
los años treinta? Existen muchas explicaciones históricas, que por la naturaleza de este trabajo no
podemos exponer. Plantearemos solo dos tipos, de una parte las de carácter interno al movimiento
anarquista y de otra las de carácter externo. Respecto a las primeras, el movimiento anarquista
andaluz nunca supo reponerse tras el trienio bolchevique, debido a la terrible represión que sufriría a
finales de la década de los años veinte. Además la disolución de la FNOA en 1919 y su fusión con la CNT
volvió a poner a los campesinos a merced de los anarquistas industriales catalanes. Las dos fuerzas
hegemónicas del anarquismo español, los trabajadores de las industrias catalanas y los campesinos
104.- Paul PRESTON: El Holocausto español..., p. 152.
47
andaluces, sufrían ahora una muy desequilibrada correlación de fuerzas. La aparición de Zaragoza
como nuevo núcleo del anarquismo industrial creó un eje Barcelona-Zaragoza, que unido a la debilidad
interna de los anarquistas campesinos andaluces, hizo de la CNT y más aún de la Federación
Anarquista Ibérica (su expresión de acción directa) una fuerza al servició de los intereses de los
obreros organizados de las industrias catalanas y aragoneses. A pesar de haber sido un modelo de
movilización social y agitación campesina muy eficiente en las formas de oposición y desestabilización
en un ámbito local y comarcal, el anarquismo campesino andaluz no logró nunca generar las
estructuras propias de una organización y coordinación de luchas capaces de transformar espacios
políticos más amplios. La des-coordinación, la falta de estructura, los problemas para una
comunicación efectiva llevaron al anarquismo rural andaluz a no ser capaz de coordinar acciones de
protesta más allá del ámbito local, llegando en los mejores casos al ámbito comarcal.
En cuanto a las razones externas, la aparición de un sindicalismo agrario socialista debilitó las
posiciones de los anarquistas, en un contexto en que la colaboración puntual con gobiernos
progresistas generaba unas potencias políticas muy importantes. Por ejemplo, el control de los
ayuntamientos, la cesión de centros obreros, de logística para el desarrollo de la propaganda o
cualquier otro beneficio propio de las conquistas de poder institucional, en las que estaba presente
tanto la UGT como la FTTE. En el mes de abril de 1936 la confrontación se recrudeció, cuando se
negociaron las bases del trabajo. Los Ayuntamientos del Frente Popular impusieron multas
importantes a los propietarios que desobedecieron las leyes de Jurados Mixtos. Los propietarios se
negaron a emplear mano de obra y usaron maquinaria para coger las cosechas por las noches, lo cual
derivaba en numerosas ocasiones en episodios de agitación y de desorden. El nivel de violencia, tanto
en el campo como en la ciudad, era tal que ya cualquier sector podría prever que habría cambios
importantes vinculados a la destrucción del orden legal republicano y que posiblemente vendría de
parte de los sectores conservadores, ya que los sectores de la izquierda, socialistas, comunistas y en
parte anarco-sindicalistas, estaban viendo realizar un proyecto de transformación social vinculado a la
victoria electoral de febrero de 1936.
48
II. Movimiento Jornalero en el último tercio del siglo
XX en Andalucía: El Sindicato de Obreros del Campo
Al final de la Guerra Civil, el nuevo Estado franquista tuvo que hacer frente a una situación
económicamente desastrosa, con una economía destruida por la guerra, unas arcas públicas deshechas
y con las relaciones comerciales internacionales totalmente desarticuladas y bloqueadas por el
incipiente boicot que las naciones democráticas europeas harían a la España franquista. La serie de
medidas políticas y económicas que la dictadura militar del General Franco aplicó al mundo agrario
han sido catalogadas por el profesor Eduardo Sevilla Guzmán como fascismo agrario105, tanto las
aplicadas al periodo de la autarquía (1940-1959) como durante el periodo del desarrollismo a partir
del Plan de Estabilización económica de 1959 y hasta la crisis del petróleo, ya en el tardofranquismo.
Durante el periodo de la autarquía podemos destacar tres elementos: en primer lugar la política del
trigo, que tuvo su expresión institucional en el Servicio Nacional del Trigo, creado supuestamente en
beneficio de los pequeños y medianos productores de trigo pero que realmente benefició a los grandes
propietarios. Su política fundamental era la promoción del cultivo de dicho cereal, la maximización de
la producción y la modernización de dicha explotación con el objetivo de asegurar el suministro del
cereal al país de pos-guerra. La segunda medida a destacar sería el sistema de colonato, con la creación
del Instituto Nacional de Colonización, fundado seis meses después de terminar la guerra y como
plantea Eduardo Sevilla Guzmán, su meta declarada fue crear miles de huertos y parcelas familiares para
llevar a cabo una nueva España campesina que con su trabajo alcanzaría el engrandecimiento de la
Patria106. El tercer elemento fundamental que adoptó la política franquista durante el periodo de la
autarquía, en el seno de lo que Eduardo Sevilla Guzmán llama fascismo agrario, es el sistema represivo
de mano de obra que tomó como forma prevaleciente de coerción el empleo de la violencia física, y
que fue un elemento central en la configuración de los nuevos patrones de poder y de relaciones
económicas de explotación en el campo andaluz y español durante las dos primeras décadas de
desarrollo histórico de la dictadura militar:
El fracaso de la Segunda República se resolvió con el establecimiento de una forma de dominación política,
de naturaleza despótica, que habría de impulsar el desarrollo del capitalismo en España de forma
autoritaria. El franquismo comienza por eliminar los síntomas del problema agrario mediante la pura
represión. En la etapa desarrollista del régimen se encuentra por fin una salida a este problema: la
aceleración del crecimiento industrial propiciado por una acumulación violenta y rápida del capital y el
establecimiento de un sistema represivo de la mano de obra que empieza a trasladarse masivamente desde el
campo a las ciudades. La cuestión agraria andaluza comienza así a perder su tradicional virulencia por la
simple razón de que los trabajadores sin tierra abandonan el campo para engrosar las filas del proletariado
industrial de otras regiones107.
105.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: La evolución del campesinado en España. Barcelona, Edición Península, 1979,
p. 157.
106.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo; ENCINA Javier y CASAS Carmen: Historia de los movimientos jornaleros en
Andalucía (1766-1996). Inédito, p. 36.
107.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y PÉREZ YRUELA, Manuel: “ La dimensión política en la Reforma Agraria:
49
En cuanto a las políticas agrarias que el régimen implantó durante la época del desarrollismo,
fundamentalmente a partir del Plan de Estabilidad Económica de 1959, debemos hablar en primer
lugar del I Plan de Desarrollo Económico y Social (1964-1967), que tenía como objetivo fundamental
un vuelco en la balanza económica que redujera el peso de la agricultura hacia el turismo en primer
lugar y hacia la industria más tarde, con la creación de Polos de desarrollo industrial que en Andalucía
se implantarían en ciudades como Sevilla o Huelva. El estancamiento de las economías europeas a
finales de los sesenta y el retorno masivo de los emigrantes, junto a la crisis del petróleo, truncaron las
expectativas desarrollistas, dando lugar a la segunda medida fundamental del régimen en cuanto a
política agraria, el Plan de Fomento del Empleo Agrario, que trataba de mitigar la pobreza rural
destinando ciertas partidas de dinero público para contrataciones en trabajos de mantenimiento y
servicios públicos de ámbito municipal.
La transición política significó un proceso en el que confluyeron la grave crisis económica generada
por el elevado precio del petróleo, el desmoronamiento institucional del régimen franquista y un
elevado desarrollo social y cultural que hacían que la sociedad española no cupiera ya en el marco
jurídico de la dictadura. Hablaremos de la transición como un triple proceso: por un lado una
transición institucional, que se generó con la muerte del General Francisco Franco el 20 de noviembre y
que abarca la proclamación del Rey Juan Carlos I, el Gobierno de Arias Navarro, el primer Gobierno de
Adolfo Suárez, la Ley de Reforma Política, las elecciones generales de junio de 1977 y la aprobación de
la Constitución el 6 de diciembre de 1978. Por otro lado, simultáneamente hubo una transición política,
cuyos elementos fundamentales fueron la convocatoria de elecciones generales el 1 de marzo de 1979,
tras la aprobación de la Constitución de 1978; la convocatoria de elecciones municipales el 3 de abril
de 1979; el Pacto Autonómico Andaluz por el cual Andalucía se constituyó como Comunidad Autónoma
(por el Artículo 151 de la Constitución que reconoce a las nacionalidades históricas); y la convocatoria
de elecciones municipales el 23 de mayo de 1982, con la victoria del Partido Socialista Obrero Español
en Andalucía. En tercer lugar nos encontramos una transición económica, que fue la encargada de
transformar la economía andaluza y española hacia el contexto del capitalismo global, y que en el
campo andaluz tiene fechas concretas como la Ley de Fomento del Empleo Comunitario de 1971, los
Pactos de la Moncloa, la Ley de Reforma Agraria de 1984 y que culminaría con la entrada de España en
la Comunidad económica Europea.
Reflexiones en torno al caso andaluz” en Papers Revistas de Sociología. Nº 16 (1980), p. 77.
50
1. Resurgir de la conciencia jornalera en la transición política y
luchas campesinas hacia la Asamblea de Antequera. 1970-1976
1.1.-Movimientos sociales, protesta jornalera y democratización del mundo rural
Compartimos la tesis que defiende a los movimientos sociales contemporáneos como agentes
estratégicos de transformación social y de democratización. En la línea de los trabajos de Sidney
Tarrow, partimos de la capacidad de los movimientos sociales para articular espacios de participación
social colectiva emancipadora en contextos históricos de opresión, desde los que dichos movimientos
generan horizontes de apertura de una oportunidad política de cambio. Entendemos por tanto los
movimientos sociales como agentes que aglutinan poder político y que ejercen un papel fundamental
en un contexto de cambio político. En palabras de Tarrow:
El poder de los movimientos se pone de manifiesto cuando los ciudadanos corrientes unen sus fuerzas para
enfrentarse a las élites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales. Crear, coordinar y mantener esta
interacción es la contribución específica de los movimientos sociales, que surgen cuando se dan las
oportunidades políticas para la intervención de agentes sociales que normalmente carecen de ellas. Estos
movimientos atraen a la gente a la acción colectiva por medio de repertorios conocidos de enfrentamiento e
introducen innovaciones en torno a sus márgenes. En su base se encuentran las redes sociales y los símbolos
culturales a través de los cuales se estructuran las relaciones sociales108.
Entendemos, por tanto, que los movimientos sociales son agentes estratégicos de articulación del
malestar popular que se genera en contextos donde las estructuras del poder no permiten la expresión
por representación de los colectivos sociales subalternos u oprimidos. Como señala Sidney Tarrow:
“Definiremos por tanto los movimiento sociales como espacios de socialización política en los que los
desafíos colectivos son planteados por personas que comparten objetivos comunes y solidaridad en una
interacción mantenida con las élites, los oponentes y las autoridades 109. En este sentido, desde el mundo
que se anhela, partiendo de otro que se quiere conservar y en tránsito hacia el que se pretende
construir, los movimientos sociales son esos procesos en los que la sociedad civil genera sus propias
estructuras, espacios de socialización y formación política, por la vía de la protesta organizada, de la
agitación y la tensión política desde abajo, con el objetivo de generar procesos de apertura y de
fragmentación de las formas jurídicas impuestas por un orden social determinado:
El acto irreductible que subyace a todos los movimientos sociales y revoluciones es la acción colectiva
contenciosa [...], Se convierte en contenciosa cuando es utilizada por gente que carece de acceso regular a
las instituciones, que actúa en nombre de reivindicaciones nuevas o no aceptadas y que se conduce de un
modo que constituye una amenaza fundamental para otros. Da lugar a movimientos sociales cuando los
actores sociales conciertan sus acciones en torno a aspiraciones comunes en secuencias mantenidas de
interacción con sus oponentes o las autoridades. Los organizadores saben esto y lo utilizan para explotar
las oportunidades políticas, crear identidades colectivas, agrupar a la gente en organizaciones y
movilizarla contra adversarios más poderosos110.
108.- TARROW, Sidney: El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política . Madrid,
Alianza Editorial, 1977, p. 17.
109.- Sidney TARROW: El poder en movimiento..., p. 21.
110.- Sidney TARROW,: El poder en movimiento..., p. 19.
51
Por otro lado, en este trabajo es importante plantear el papel que juegan los espacios de
socialización y formación política, así como las redes personales de insurgencias, que son articuladas
por los movimientos sociales en los procesos en que estos generan condiciones simbólicas y
organizativas de un mundo que sea capaz de enfrentarse a aquel otro representado en el orden social
existente, en este caso la dictadura franquista. Quizás la obra más completa respecto a los procesos
sociales que generaron espacios de democratización en la Andalucía del tardofranquismo sea la de Joe
Foweraker, La democracia española: los verdaderos artífices de la democracia española, donde cita
textualmente:
En un contexto autoritario es necesario descubrir posibilidades democráticas o bien inventarlas. Esto
sitúa al “pueblo” no como categoría general desde la demagogia académica, sino como un sujeto compuesto
de personas concretas, con vidas reales. La lucha democrática no la llevó a cabo todo el pueblo por igual sino
un grupo relativamente pequeño de activistas que estaban dispuestos a dedicar toda su vida al rechazo de la
dictadura111.
En este sentido señala Foweraker como corazones inquietos, madrugadores de la democracia a
aquellas personas que generaron redes personales de organización de los espacios de socialización y
oposición al régimen franquista. En relación al resurgir del movimiento jornalero podemos señalar a
personalidades como Gonzalo Sánchez, Francisco Casero, Diamantino García, Pepi Conde y algo más
tarde a Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero Valle. Como señala también Foweraker, los
espacios de articulación y participación social que comenzaron a aglutinar la protesta rural jornalera,
tales como las Comisiones de Jornaleros o los grupos de participación comunitaria, creados por los
curas jornaleros en la Sierra Sur de Sevilla, eran aquellos en los que las luchas populares y democráticas
eran a la vez lucha de clases, ya que los primeros lugares donde se iban creando espacios para las
iniciativas democráticas fue el entorno laboral 112, como fue el caso de las Comisiones de Jornaleros que
articularon el proceso constituyente hacia la creación del Sindicato de Obreros del Campo de
Andalucía.
Para cerrar este marco teórico del estudio de la democratización del mundo rural andaluz, es
fundamental recoger sobre todo los trabajos de los profesores Salvador Cruz Artacho y Manuel
González de Molina, quienes junto a otros historiadores plantean para el estudio de la democratización
del mundo rural andaluz en relación a las prácticas y resistencias del movimiento campesino:
Existieron en la sociedad rural andaluza movilizaciones de carácter político que podrían interpretarse
como demandas de apertura y cambio del sistema político, por lo que habrá que comenzar a preguntarse por
las vías y opciones a través de las cuales se canalizaron dichas demandas, así como indagar en las fórmulas
concretas que revistieron los procesos de aprendizaje y socialización política. La centralidad del ámbito local
es clave en el despliegue de estos procesos113.
111.- FOWERAKER, Joe: La democracia española. Los verdaderos artífices de la democracia española. Madrid
,Arias Montano Editores, 1990, p. 23.
112.-Ídem, p. 27.
113.- CURZ ARTACHO, Salvador y ACOSTA RAMÍREZ, Francisco: Democracia y mundo rural en Andalucía 19801936: Propuesta para la revisión crítica de algunos tópicos historiográficos. En prensa. Según el propio artículo:
52
En otro contexto señalan en la misma línea:
En el ejercido de sus luchas, los campesinos […] en la consecución de una serie de derechos, fueron
creando un marco que está en la base de ese proceso de democratización y que nunca ha sido reconocido en
la Historia de Andalucía114.
1.2.-Luchas jornaleras en el Marco de Jerez en el tardo franquismo y las Comisiones
de Jornaleros
En el contexto descrito anteriormente es en el que aparecerán las nuevas formas de protesta rural, y
en nuestro caso concreto de estudio, lo que Francisco Casero y Gonzalo Sánchez (fundadores y líderes
del Sindicato de Obreros del Campo) han llamado el resurgir del movimiento jornalero en su obra
Nuevos surcos en viejas tierras115. Este nuevo movimiento jornalero nace ante el malestar social
generado por la vuelta de la migración andaluza, que había emigrado a las regiones industriales del
Estado español y de la Europa industrial, que expulsó a su vez a la población migrante andaluza de
vuelta, ante la crisis que generó la subida de los precios del petróleo de comienzos de los años setenta.
Además de eso, en Andalucía la descomposición de las instituciones y el surgimiento de una reducida
pero emergente clase media rural, así como la concienciación de los emigrantes en su contacto con un
mundo culturalmente más desarrollado, generan una conciencia de oposición que comienza a tener
sus expresiones organizadas en movilizaciones en demanda de trabajo y por unas condiciones
laborales con ciertos derechos y garantías. Estas agitaciones tendrán su expresión organizada en las
Comisiones de Jornaleros, antecedente de lo que será el Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía.
Para el autor Detlev Köler en su obra El movimiento sindical en España, transición democrática,
regionalismo y modernización económica116, el comienzo del retorno de antiguos emigrantes unido a
una tasa de natalidad aún en aumento, hizo que aumentara vertiginosamente la presión social en las
“La investigación tuvo su origen en un proyecto financiado por el Centro de Estudios Andaluces y continúa en la
actualidad como Proyecto de Excelencia de la Consejería de Economía Innovación y Ciencia de la Junta de
Andalucía títulado “Democracia y ciudadanía en la Andalucía contemporánea (1868-1982). Por una recuperación
de la memoria democrática de Andalucía” dirigido por el profesor John Markoff.
114.- GONZÁLEZ DE MOLINA, Manuel, MARKOFF, John, HERRERA GONZÁLEZ de MOLINA, Antonio y SOTO
FERNÁDEZ, David: Los procesos de democratización en el campo. Democracia y mundo rural en la Andalucía del
siglo XX. En prensa. Según el propio artículo “ Algunas de las ideas planteadas son resultado de un proyecto de
investigación financiado por el Centro de Estudios Andaluces y que continúa en la actualidad gracias a un
Proyecto de Excelencia financiado por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía
titulado “Democracia y ciudadanía en la Andalucía contemporánea (1868-1982). Por una recuperación de la
memoria democrática de Andalucía”, dirigido por el profesor John Markoff. En este sentido debemos señalar que
esta comunicación es complementaria a la presentada en esta misma sesión por Francisco Acosta y Salvador Cruz
Artacho, que junto con los autores aquí presentes forman parte del citado proyecto (CURZ ARTACHO, Salvador:
Democracia y mundo rural en Andalucía 1980-1936: Propuesta para la revisión crítica de algunos tópicos
historiográficos).”
115 .- CASERO RODRÍGUEZ, Francisco y SANCHEZ FERNÁNDEZ Gonzalo: Nuevos surcos en viejas tierras. El
resurgir del movimiento jornalero. Madrid, Manifiesto Editorial, 1978.
116.- DETLEV KöHLER, Holm: El movimiento sindical en España. Transición democrática, regionalismo
modernización económica. Madrid, Editorial Fundamentos, 2000.
53
zonas rurales de Andalucía. Este factor, unido a la fuerte crisis institucional del régimen; a una
agitación cada vez más marcada en las universidades y en los barrios de las ciudades; con un incipiente
movimiento obrero urbano, hicieron que tanto los emigrantes retornados como la población
universitaria procedente del mundo rural, al volver a sus pueblos, comenzaran a organizar un
emergente movimiento de jornaleros, cuyo foco central sería el Marco de Jerez y cuyos objetivos no
serían ni la ruptura ni la reforma del sistema político, sino la consecución de un marco laboral más
favorable. En palabras de Joe Foweraker, para referirse a las emergentes agitaciones sindicales en el
Marco de Jerez:
Los primeros que lucharon contra Franco no estaban comprometidos con una política democrática
“imaginada”, que les empujara a actuar porque era “deseable”, estaban comprometidos con existencias y
actividades sindicales que al traducirse en términos políticos, formaron de forma efectiva los elementos clave
del proyecto democrático117.
El marco de Jerez era una región económica dedicada a la producción vinícola que comprendía los
pueblos de Jerez de Frontera, Sanlúcar de Barrameda y Trebujena en la provincia de Cádin; y Lebrija,
en la provincia de Sevilla. En palabras de Gonzalo Sánchez Fernández, sindicalista jornalero y primer
Presidente del SOC desde 1976 a 1980:
En el marco de Jerez el trabajo era para trabajadores cualificados, teníamos trabajo todo el año, y los
trabajadores teníamos más contacto. Estábamos casi todo el año trabajando, los mismo trabajadores, había
mucha relación, íbamos a trabajar en bici, durante una hora, todos los trabajadores juntos. Todo el mundo se
conocía, todo el mundo se sentía compañero.118
Se trata de una de las pocas zonas de la Andalucía latifundista donde los asalariados agrícolas
tenían trabajo de modo casi permanente, las mismas cuadrillas durante todo el año. Fruto de ello, en el
marco de Jerez, en el año 1972 se firmó el primer convenio laboral durante la dictadura; duraría hasta
1974, cuando se renovó tras una serie de paros y movilizaciones que tuvieron lugar el año 1974 119.
En este contexto se irían fortaleciendo las primeras formas de oposición desde el movimiento
obrero que en Andalucía desarrollarían el PCE y CCOO. En ese contexto se dio una escisión en el
movimiento comunista. Ante la postura moderada de Reconciliación nacional, adoptada por el PCE, y su
rechazo de la ruptura revolucionaria, se constituiría el PCI (Internacional) que en 1975 pasaría a
constituirse como Partido del Trabajo de España y que tendría una orientación marxista leninista de
inspiración maoísta. El PC(i) participó en las CCOO hasta su Congreso de 1970 en Barcelona, en el que
los sectores vinculados al PCE querían esperar a que se legalizaran los Sindicatos para comenzar a
actuar y a afiliar. Otros sectores, entre ellos el PC(i), exigían comenzar a trabajar ya sindicalmente y
afiliar trabajadores. Esta postura pierde en el Congreso de Barcelona, y los sectores Vinculados al PC(i)
117.- Joe FOWERAKER: La democracia española...., p. 27.
118.- Entrevista oral a GONZALO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. Archivo Oral. Historia del movimiento Jornalero.
Depositada en el Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.
119- ALONSO, V.L.; CALZADA, J.; HUERTA, R.; LANGREO, A.; VIÑAS, J.S.: Crisis agrarias y luchas campesinas 19701976. Madrid, Editorial Ayuso, 1976, p. 206.
54
deciden crear sus propios espacios sindicales, que serían en Andalucía las Comisiones de Jornaleros,
fundadas en 1974 (que desembocarían en la fundación del SOC en 1976) y que a nivel estatal se
articularían con otras fuerzas sindicales ligadas al PTE en la Confederación Sindical Unitaria de
Trabajadores en 1977.
Los orígenes del Sindicato de Obreros del Campo se encuentran en las Comisiones de Jornaleros,
espacios de organización y articulación de las primeras manifestaciones de protesta jornalera
organizada, vinculada fundamentalmente a dos sectores: por un lado al PC(i) y por otro a la actividad
de los curas obreros de la Sierra Sur, de los que hablaremos a continuación. Francisco Casero y Gonzalo
Sánchez, fundadores del SOC y miembros de su primera dirección, en su obra Nuevos surcos en viejas
tierras explican las raíces del SOC del siguiente modo: El SOC tiene unas raíces muy claras: las
Comisiones de Jornaleros. Entre uno y otras existe una relación tan estrecha que es casi imposible
distinguir cuándo se pasó de uno a otro lado como no sea por la formalidad de un acta de una reunión 120.
En 1974 tendría lugar en el convento de Sanlúcar la Mayor, municipio de la provincia de Sevilla,
comarca del Aljarafe, la primera reunión constitutiva de las Comisiones de Jornaleros, en las que
diferentes grupos de jornaleros y miembros del PCE(i) acuerdan dar pasos en la organización de los
diferentes focos de malestar jornalero que iban surgiendo en distintas comarcas como la Serranía de
Cádiz, el marco de Jerez, la Campiña sevillana o la Sierra Sur de Sevilla.
Las movilizaciones eran frecuentes, pero cuando terminaban los jornaleros quedaban exactamente igual
que al principio [...]. Este era nuestro problema y lo que podría cohesionar a los jornaleros de Andalucía era
acabar con el paro. La clave para acabar con el paro en Andalucía tenía que estribar en una reforma agraria
realizada en profundidad que suprimiera hasta el último latifundio y entregara las tierras a los jornaleros y
pequeños agricultores para su cultivo121.
El método seguido durante los años 1974 y 1975 era el de aglutinar a jornaleros en cada pueblo
donde hubiera una demanda concreta, un malestar o una reivindicación. Se buscaban dirigentes en
cada pueblo, con los que tener reuniones en todas las comarcas, siempre en la clandestinidad a la que
obligaba la dictadura. En palabras del Profesor Abdón Mateos: La voluntad del franquismo en su
componente nacional-sindicalista [...]iba a permitir un cierto margen de actuación al antifranquismo en
el seno de las plataformas legales del régimen como los cargos de enlace en los Sindicatos oficiales, las
directivas de las Hermandades de Labradores o delegados del Sindicato Español Universitario 122. En ese
sentido un elemento fundamental fue la llegada de José Solís al Ministerio de Trabajo, el 11 de
diciembre de 1975, justo tras la muerte del General Francisco Franco. Una de sus misiones era tratar de
revitalizar la Organización Sindical Española, también conocida como Sindicato Vertical. Desde este
momento para los comunistas sería fundamental la política que practicaban desde los años cincuenta:
120.- Francisco CASERO y Gonzalo SÁNCHEZ: Nuevos surcos.., p. 21.
121.- Francisco CASERO y Gonzalo SÁNCHEZ: Nuevos surcos.., p. 23.
122.-MATEOS Abdón: Historia del antifranquismo: Historia, interpretación y uso del pasado. Barcelona, 2011,
p. 155.
55
tratar de penetrar en las estructuras franquistas a través del incipiente movimiento obrero auspiciado
por las Comisiones Obreras123. Gonzalo Sánchez lo explica del siguiente modo:
Cuando llegó Solís, trató de revitalizar el Sindicato vertical. Entonces Santiago Carrillo había dado la
orden de tomar los cargos legales del Sindicato Vertical, de que los obreros conscientes se presentaran a las
elecciones sindicales del Sindicato Vertical. Entonces yo me presenté a las elecciones de la UTT y salí elegido
Presidente de la UTT de Lebrija y vocal provincial. Eso fue lo que me dio a mí la experiencia sindical y la
movilidad para poder viajar por toda Andalucía y tener reuniones de todo tipo, con todos los obreros
agrícolas que comenzaban a organizarse. Esto también nos permitía regular los puestos de trabajo entre los
terratenientes, los alcaldes y los miembros de la UTT, y colocar a trabajadores en las zonas de más agitación
social así como gestionar los fondos del Empleo Comunitario124.
Gracias a que Gonzalo Sánchez había sido elegido Presidente de la Unión de Trabajadores de la
Tierra, durante las elecciones sindicales de 1975 gozó de una importante movilidad por toda
Andalucía, lo que le permitió difundir el llamamiento de las Comisiones de Jornaleros, y presentar
candidatos cercanos a estas en todos los municipios que fue posible. Las elecciones sindicales se
saldaron con cerca de 100 representantes electos de las Comisiones de Jornaleros en las comarcas del
Marco de Jerez, de donde venía Gonzalo, así como Marchena, de donde procedía Paco Casero, Baena,
Morón y otros pueblos de la Serranía de Cádiz y la Sierra Sur de Sevilla. Esto le daba una base amplia
con la que seguir trabajando y una plataforma legal desde la que lanzar su demanda de lucha contra el
paro y de acceso a la tierra, como forma de ir generando las condiciones de libertad para que el debate
político en los pueblos permitiera una participación social que iba creciendo cada día. Según Holm –
Detlev Köler:
...las Comisiones de Jornaleros buscaban la creación de un sindicato específico para los trabajadores
agrícolas, andaluz, independiente de los partidos, y que reanudara las clásicas reivindicaciones y formas de
acción. El centro de organización no puede ser la empresa sino el pueblo, como lugar donde los trabajadores
se concentran en gran número. La comunicación verbal directa dominaba frente a las habituales relaciones
burocráticas. En estas condiciones es evidente que los trabajadores agrícolas se organizaran antes en un
sindicato asambleario anarquista que en un sindicato de aparato clásico 125.
1.3.-El papel de los curas obreros de la Sierra Sur sevillana en los orígenes de
la protesta jornalera
Como decíamos antes, las principales comarcas de influencia de este nuevo movimiento jornalero
iban a ser el Marco de Jerez, la Sierra de Cádiz, la Campiña sevillana y la Sierra Sur de Sevilla. En agosto
de 1969, un equipo de cuatro párrocos llegó a la Sierra Sur de Sevilla, comandados por Diamantino
García Acosta, cura de ideas progresistas, muy influenciado por la teología de la liberación y las
reformas del Concilio Vaticano II. Diamantino García fue enviado a la parroquia de los Corrales, y poco
después llegarían Esteban Tabares a Aguadulce, Enrique Priego a Pedrera, Juan Heredia a Gilena y
123.- Abdón Mateos: “Movimiento sindical y lucha obrera bajo el franquismo”. Revista El Proyecto. N.°1 (1987).
124.- Entrevista oral a GONZALO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. Realizada en Agosto de 2014 en Lebrija. Depositada en
en Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (en adelante Archivo histórico ISEC).
Universidad de Córdoba. Sección de testimonios e Historia oral. Historia del movimiento Jornalero.
125 .- Holm DETLEV KöLER: El movimiento sindical..., p. 275.
56
Miguel Pérez a Martín de la Jara. Como plantea el mismo Estaba Tabares:
...con esta llegada comienza en la zona un trabajo lento de concientización y organización popular,
despertar crítico a nivel social, cultural y religioso, que intentaba levantar la pesada losa del
tardofranquismo, el caciquismo local, el subdesarrollo cultural, la pobreza, la explotación y la alineación
religiosa. Se van plantando las semillas que germinarán con fuerza a partir de 1975, haciendo de esta
comarca una de las más destacadas en Andalucía en las luchas jornaleras126.
El grupo de curas comenzó a desarrollar una importante labor social con los habitantes de estos
pueblos desde el momento en que llegaron y fundamentalmente en torno a la figura de Diamantino.
Hicieron especial hincapié en los jornaleros, que eran los más castigados por la crisis económica que
afrontaba Andalucía a comienzos de los setenta y que se sumaba a la situación de subdesarrollo y
pobreza estructural que sufría Andalucía, con una tasa de paro del 10,3% (más del doble de la tasa
española, situada en 4,9%). En palabras de Diamantino García:
Somos un grupo de hombres y mujeres que vivimos en la Sierra Sur de Sevilla convencidos de que el dolor
de nuestro pueblo jornalero tiene unos causantes concretos y también una salida clara. Aspiramos a un
hombre nuevo en una sociedad más justa. Creemos que este hombre nuevo en una sociedad más justa tiene
que ser conquistado con la auto-organización y promoción del pueblo. Desde hace años decidimos realizar
nuestro compromiso de fe cristiana en unos pueblos andaluces marginados por su injusto reparto de la
riqueza, su pobreza que raya la miseria, analfabetismo que hace de estos pueblos colectivos de personas
atrasadas, ingenuas y sometidas, emigración permanente y temporera, como alternativa obligada para huir
del hambre. Desde nuestra fe cristiana veíamos esta realidad, analizábamos los problemas e intentábamos
descubrir algunos caminos de solución127.
Los curas comenzaron a actuar mediante la organización de grupos de alfabetización de adultos
después de la jornada laboral en el campo. Crearon grupos de apoyo escolar y organizaron
campamentos juveniles que denominaban Junior, mesas redondas y otras actividades culturales y de
debate. Otra de las herramientas fundamentales de concienciación social fueron las Hojas parroquiales,
octavillas informativas de carácter general publicadas los domingos, de ámbito comarcal y que
recogían las principales noticias que afectaban a los pueblos y a la comarca. Redactada en un lenguaje
muy sencillo, la hoja parroquial estaba dirigida a los trabajadores del campo, mayormente semianalfabetos, que no acudían a misa. Planteaba toda una serie de debates relacionados con la justicia, la
igualdad y la paz128.
Según Manuel Sánchez Flores en su obra Lucha Santa: experiencia religiosa de los curas obreros de la
126.-TABARES CARRASCO, Esteban: “Presencia de cristianos en el movimiento jornalero y campesino en
Andalucía”. Publicado en: CASTELLS, José María; HURTADO, José y MARGENAT, Josep María: De la dictadura a la
democracia. La acción de los cristianos en España (1939-1975). Sevilla, Editorial Palimpsesto y Ayuntamiento de
Sevilla, 1999, p. 423. Dicho libro es la recopilación de gran parte de las ponencia s y algunas comunicaciones
presentadas en el Primer Congreso de la Dictadura a la Democracia “Los cristianos en la lucha por la democracia.
España/Sevilla 1939-1975 organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla y del Centro Pedro
Arrupe, institución cultural universitaria de la Compañía de Jesús, también de Sevilla
127.-GARCÍA ACOSTA, Diamantino: “Comunidad cristiana que acompaña a las desesperanzadas y esperanzas de los
jornaleros andaluces” en Pastoral Misionera, nº 151 (1987), pp. 38-46. Publicado en GARCÍA ACOSTA,
Diamantino: Como un Diamante: Escritos de Diamantino García. Madrid, Editorial Nueva Utopía, 1996, p. 31-43.
128.-HURTADO SANCHEZ, José: La Iglesia y el movimiento obrero de Sevilla. (1940-1977). Fundación El Monte.
Sevilla. 2006. Página 506.
57
Sierra Sur de Sevilla, la acción social transformadora del grupo de curas comenzó a articularse en torno
a tres ejes. En primer lugar, un eje personal constituido por las relaciones de persona a persona: eran
curas cercanos, dispuestos a la ayuda personal, a entrar en las vidas de la gente del pueblo, a ser parte
de la comunidad a través del cocimiento directo de sus vecinos y parroquianos... esto generó unas
relaciones personales muy fuertes entre la gente del pueblo y los curas. El segundo eje era el que
trataba de vertebrar los vínculos de la propia comunidad, del propio pueblo, de la sociedad local,
buscando elementos e instrumentos de auto-gestión popular, de decisión y acción colectiva. Así por
ejemplo la creación de asociaciones de madres y padres, vecinales, cooperativas de producción, clubes
juveniles, plataformas políticas, sindicatos, etc. Para Flores Sánchez:
Para los curas obreros estas formaciones no eran exclusivamente instrumentos reivindicativos o uniones
para reclamar derechos, sino que formaban parte de una versión de la realidad más compleja protagonizada
por el sujeto pueblo. Estaban entusiasmados con la realización de una experiencia comunitarista en la que
primaron, según los curas obreros, valores de inspiración cristiana: unidad, confianza, hermandad,
responsabilidad, altruismo. Parecían sentirse satisfechos de demostrar que una lógica organizativa
alternativa, probablemente cercana al anarquismo, era posible y que su proyecto evangélico, fundado en
estas mismas bases era posible129.
El tercer eje de acción social trasformador de este grupo de curas era el de defensa de los intereses
de la clase jornalera. Desde su llegada a los pueblos este grupo de curas se identificaron con la gente
del campo, fundamentalmente con la clase jornalera. La adscripción del grupo al emergente
movimiento jornalero fue absoluta, fundamentalmente Diamantino García, que a través de contactos
con Paco Casero, había comenzado a participar en las Comisiones de Jornaleros y a organizar dichas
comisiones en los pueblos de la Sierra Sur como Los Corrales, Martín de la Jara, Osuna o Gilena. En
palabras de José Luque Cano, fundador y militante del SOC de Osuna:
El tema del campo era muy maltratado por las Comisiones Obreras, las formas de organizar y de mandar
de CCOO no gustaron en la Sierra Sur, por el movimiento crítico que estaba naciendo, por ello conectamos con
las Comisiones de Jornaleros. Diamantino nunca fue hombre de Partidos, y desde el primer momento apostó
por las Comisiones de Jornaleros y por crear un Sindicato propio para los jornaleros del campo 130.
Posteriormente Diamantino García sería miembro de la dirección del Sindicato, a partir del I
Congreso de 1977, y Presidente del Sindicato a partir del II Congreso de 1980. Esteban Tabares, cura de
Aguadulce, sería responsable nacional de la Secretaría de Formación a partir del IV Congreso de 1987,
y Enrique Priego, cura de Pedrera, sería segundo teniente alcalde del Ayuntamiento de Pedrera por las
Candidaturas Unitarias de Trabajadores/as, plataforma electoral municipalista vinculada al SOC, que
funcionaría sobre todo en la Sierra Sur de Sevilla durante la segunda mitad de los setenta y los años
ochenta, y que se convertiría en la referencia política fundamental del SOC tras la desaparición del PTE.
129.- FLORES SÁNCHEZ, Manuel: Lucha Santa. Experiencia religiosa de los curas obreros de la Sierra Sur de
Sevilla. Madrid, Editorial PPC, 2012, p. 75.
130.- Entrevista oral a José LUQUE CANO. Realizado en agosto de 2014 en Osuna. Depositada en el Archivo
Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba. Sección de testimonios e
Historia oral. Serie Historia del movimiento Jornalero.
58
2. Origen y conformación del Sindicato de Obreros del
Campo en el proceso de transición política (1976-1977)
2.1.-Asamblea de Antequera de 1976 y I Congreso de Morón de la Frontera de 1977
La fundación oficial del Sindicato de Obreros del Campo se sitúa el 1 de agosto de 1976 en
Antequera, en una Asamblea que reunió a representantes de más de 80 pueblos de las provincias de
Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba, Málaga, Granada y Cádiz. A la reunión asistieron todas las fuerzas
organizadas en torno a las Comisiones de Jornaleros, fundamentalmente vinculadas al PTE, así como
algunas Comisiones Campesinas, germen de lo que más tarde serían las Comisiones Obreras del
Campo, y algunas Uniones locales de Comisiones Obreras. La reunión tuvo lugar en Antequera y trató
de debatir la creación de un sindicato andaluz de jornaleros y obreros del campo. Gonzalo Sánchez
Fernández defendió en la reunión la creación de dicho Sindicato por las siguientes razones: por un
lado los jornaleros, al estar diseminados en cuadrillas y no concentrados como en la industria,
necesitan mucho más una organización reglamentaria. En segundo lugar, Gonzalo aseguraba que ya se
contaban por miles los jornaleros dispuestos a afiliarse a ese Sindicato. En tercer lugar, ese Sindicato
de Jornaleros se podía construir de manera abierta, lo que favorecería la afluencia masiva de los
obreros del campo131. Tras una larga discusión, ya que algunos compañeros creían que había que
esperar a la aprobación de la Ley de Libertad Sindical, finalmente se aprobó por 67 votos a favor, uno
en contra y tres abstenciones crear inmediatamente un Sindicato que aglutinara las fuerzas del
emergente movimiento jornalero organizado en Andalucía. De esta Asamblea de Antequera se eligió
una Comisión Delegada de las distintas provincias que trabajaría en la articulación de las diferentes
luchas jornaleras que se daban por toda la geografía andaluza. Presentaría y anunciaría también el
nuevo Sindicato en aquellos pueblos donde no existiera o donde surgieran nuevas movilizaciones. Tal y
como señalan Gonzalo Sánchez y Francisco Casero: En Antequera se abrió un proceso constituyente
destinado a culminar en un Congreso Sindical Constituyente de todos los jornaleros de Andalucía. 132
A partir de ese momento y como Sindicato de Obreros del Campo, emprendió diferentes luchas,
entre las que cabe destacar la creación de una Plataforma Reivindicativa para la cosecha de la aceituna
verde, conocida popularmente como la campaña del verdeo, que se suele dar a mediados de
septiembre, dependiendo de la comarca y de las lluvias de cada año. Esta Plataforma Reivindicativa del
verdeo actuaba en El Coronil, Morón de la Frontera, Marchena, Montellano y Paradas, y exigía: un
salario mínimo de 1.000 pesetas al día, prohibición del destajo, transporte a cargo de la empresa y
negociación a nivel de la provincia de Sevilla. La Patronal y los Ayuntamientos se negaron a reconocer
131.- Francisco CASERO y Gonzalo Sánchez: Nuevos surcos..., p. 28.
132.- Ídem, p. 29.
59
al SOC y esto ayudó más aún a fraguar la unidad de los jornaleros en torno a las reivindicaciones del
mismo, que tras distintas movilizaciones y concentraciones (que tuvieron lugar el 12 de noviembre en
más de 30 pueblos), terminó con seis de sus dirigentes detenidos.
El 5 de diciembre de 1976, 250 delegados se reunieron en Sevilla para la I Conferencia del SOC. 133
Las ponencias presentadas134 fueron Análisis de la situación política y sindical, defendida por Paco
Casero, que en el aspecto político apremiaba al Sindicato a posicionarse junto a las las fuerzas
democráticas de la oposición a la dictadura para demandar las libertades civiles, amnistía para los
presos políticos, elecciones libres y restitución de los Estatutos de Autonomía de Cataluña, Euskadi,
Galicia y Andalucía. En el terreno sindical, ante el desbordamiento del Sindicato Vertical (tomado por
sindicalistas opositores) y ante la emergencia de un nuevo movimiento sindical clandestino, la
ponencia defendía la necesidad de un sindicato de los jornaleros unitario, independiente, democrático
y de clase. La ponencia también defendía la adhesión del sindicato a las demás fuerzas sindicales que
desearan una clara transformación social, instando a que el SOC formara parte de Coordinación
Democrática, plataforma que aglutinaba a las fuerzas democráticas de oposición vinculadas a la
Plataforma de Convergencia Democrática y Junta Democrática de España. En la segunda ponencia,
Análisis perspectivas del SOC, leída y defendida por Gonzalo Sánchez, se planteó la necesidad de la
expansión territorial del Sindicato, un balance de las últimas movilizaciones así como una explicación
de los distintos órganos del nuevo sindicato.
La tercera ponencia, Estructura y funcionamiento,
presentada por la delegación de Osuna, planteó una propuesta de Estatutos que sería aprobada y una
composición de los órganos. La cuarta ponencia, Finanzas, fue presentada por Francisco Ortiz y
aprobada por unanimidad. La quinta ponencia sobre La situación de la mujer jornalera fue defendida
por Pepi Conde, que defendió la importancia de movilizar a las mujeres jornaleras de los pueblos, y
recibió igualmente aprobación por unanimidad. José A. Parra defendió la sexta y última ponencia sobre
Diferencias entre campesino y Jornalero, que incidía en la necesidad de alianzas entre los pequeños
campesinos y los jornaleros ante la degradación de los precios agrarios; la carestía de los insumos y
fertilizantes; la dependencia de los monopolios y de las grandes multinacionales de distribución,
manipulación y transformación; así como del incremento constante de las grandes propiedades. Antes
del cierre de la Conferencia, a propuesta de Francisco Casero, se aprobó la creación de un periódico
oficial del SOC llamado Tierra y Libertad, que supondría el órgano de expresión de las luchas, con
propuestas y demandas del SOC, tanto a nivel local como comarcal y andaluz.
El 6 de marzo de 1977 nace en el barrio madrileño de Vallecas la Confederación Sindicatos Unitarios
133.- Holm DETLEV KöLER: El movimiento sindical..., p. 275.
134.- Toda la información de las ponencias presentadas a la I Conferencia del SOC ha sido extraída de: OCAÑA
ESCOLAR. Luis: Los orígenes del SOC: de las comisiones de jornaleros al I Congreso del Sindicato de Obreros del
Campo de Andalucía (1975-1977). Sevilla, Editorial Atrapasueños y Grupo Andaluz de Estudio Sociales Autonomía
Sur, 2006, pp. 71-76.
60
de Trabajadores (CSUT). La conformación de esta nueva central sindical, impulsada por el SOC y
vinculada al Partido del Trabajo de España, aglutina al Sindicato de Obreros del Campo, la Coordinadora
de Sindicatos de la Construcción, la Promotora estatal de Sindicatos de Correos y Telégrafos, el Sindicato
Obrero de SEAT y el Sindicato Unitario del Metal. La Conferencia fundacional tuvo la asistencia de
delegados de 33 provincias españolas. 135 Fue elegido Secretario General Jerónimo Lorente. Francisco
Casero y Gonzalo Sánchez serían miembros del Comité Ejecutivo Confederal.
Una de las primeras acciones desarrolladas a nivel andaluz fue la campaña del Manifiesto contra el
Paro, que se lanzó hacia el verano de 1977. A mediados de agosto de este mismo año, una delegación
del SOC se lo entregó en mano a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Trabajo, y el 19 el SOC
convocó concentraciones para entregárselo a los alcaldes. El Manifiesto contenía estas cinco demandas:
1.-Hacer cumplir la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario sobre las tierras mal cultivadas y sin cultivar,
expropiándolas y entregándolas a los jornaleros.
2.-Ejercer un control sobre los beneficios producidos por la tierra y obligar a todas las instituciones
financieras (bancos, cajas de ahorro) presentes en Andalucía a que inviertan en nuestra región.
3.-La puesta en marcha de un plan de jubilación que anticipe la edad de 65 a 60 años.
4.-Que se lleve a cabo una política agraria dirigida a fomentar los cultivos y explotaciones protegiendo
aquellos que por sus características emplean abundante mano de obra.
5.-Un seguro de desempleo que cubra la época de paro, a través de las Oficinas de Concentración, incluyendo
la participación y el control de obreros en la gestión de fondos136.
Fue el primero de muchos programas reivindicativos con los que el SOC trataba de incidir en la
opinión pública, fundamentalmente en dos sentidos: por un lado tratando de equiparar los derechos
laborales de la industria y la minería con los de los trabajadores agrícolas; y por otro, tratando de
incidir sobre las administraciones en cuanto a la ejecución de políticas agrarias relacionadas con el
reparto de la renta, un mayor asistencialismo social, así como la defensa de los intereses de las clases
trabajadoras del mundo agrario.
Tras la Ley de Libertad Sindical aprobada el 1 de abril de 1977, el día 28 se constituyó formalmente
el Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía, siendo presentada la documentación de su fundación
el día 3 de mayo y publicada en el Boletín Oficial del Estado el 6, constando como Presidente Gonzalo
Sánchez; Vicepresidente, Diamantino García Acosta; y Secretario Francisco Casero. Se constituyó así el
primer sindicato andaluz tras la dictadura franquista.
El 2 de septiembre de 1977 tuvo lugar oficialmente el I Congreso Constituyente del Sindicato de
Obreros del Campo de Andalucía, siendo asimismo el primero del movimiento campesino desde la
135.- “Ayer nació la Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores”. El Correo 07/03/1977. Archivo
histórico ISEC. Serie: Prensa: Caja Sindicato de Obreros del Campo.
136.-“Manifiesto contra el Paro”. Agosto de 1977. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo.
Caja: Documentación orgánica.
61
Guerra Civil. Al Congreso acudieron más de 250 delegados 137 así como invitados de Comisiones
Obreras, de la Unión General de Trabajadores, la Unión Sindical Obrera y el Sindicato Unitario.
También hubo delegaciones de la Central Única de Trabajadores de Chile, del Frente Polisario del
Sahara Occidental y de la Organización para la Liberación de Palestina 138. Las ponencias presentadas al
Congreso serían: “La alternativa al campo andaluz”, “La situación económica”, “La situación sindical”,
“Autonomía y regionalismo”, Alianza jornalero- campesino” y “Mujer jornalera”. 139
La primera ponencia, “La alternativa al campo andaluz”, fue expuesta por Francisco Casero y
aprobada por 172 votos a favor, dos votos en contra y una abstención. En esta ponencia Francisco
Casero hace un balance de los últimos dos años de trabajo colectivo realizado desde las Comisiones de
Jornaleros, la Asamblea de Antequera y la Primera Conferencia hasta el I Congreso. En segundo lugar
hace una valoración de las luchas, movilizaciones y campañas de acción llevadas a cabo en las distintas
comarcas y pueblos durante estos años. En tercer lugar, Casero evalúa las gestiones administrativas, las
entrevistas institucionales y los acercamientos a la administración para presentar propuestas y
demandas concretas. En referencia a la unidad sindical, analiza cuál es el proceso de adhesión a la
Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores que se sigue construyendo con sindicatos de
izquierda radical, fundamentalmente vinculados al PTE, como hemos planteado anteriormente.
Afirma:
La celebración de este Congreso significa la culminación del proceso constituyente que se abrió hace
ahora un año en la reunión de Antequera […]. Son decenas de miles de jornaleros los que tienen su atención
puesta en este Congreso, por lo que las decisiones que tomemos van a influir en el futuro de nuestra región y
en la vida de decenas de miles de jornaleros140.
La siguiente ponencia “sobre la situación económica” analiza la situación de crisis económica, de
paro y de grave inflación; acusa al gobierno de querer arreglar esta situación económica congelando
los salarios y subiendo los impuestos indirectos. Ante esta situación, el SOC en esta ponencia propone
un programa de reformas económicas que tiene el objeto de acabar con la crisis económica. Entre las
medidas se encontraban:
1.-Relanzamiento selectivo de aquellos sectores productivos que generen mayores beneficios sociales.
2.-La formulación de un Plan Económico y control de los monopolios.
3.-El control de los bancos y cajas de ahorro, para garantizar la afluencia de recursos financieros a las
137.- MORALES RUIZ, Rafael: “Una aproximación histórica al Sindicato de Obreros del Campo” en GONZÁLEZ de
MOLINA, Manuel, Ed.: Historia de Andalucía a debate: I. Campesinos y Jornaleros. Granada, Editorial Antrophos y
Diputación provincial de Granada, 2000, p. 186.
138.- Francisco CASERO y Gonzalo Sánchez: Nuevos surcos..., p. 59.
139.- Ponencias del I Congreso de Morón. Septiembre de 1977. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de
Obreros del Campo. Caja: Documentación congresual.
140.-“Ponencia sobre la alternativa al campo andaluz”. I Congreso de Morón de la Frontera. 1977. Archivo
histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Documentación congresual.
62
actividades consideradas como prioritarias.
4.-La empresa pública debe prestar atención a las áreas geográficas más deprimidas sobre el criterio
de la rentabilidad social.
5.-El campo ha de ser objeto de una atención preferente. Las soluciones que proponemos quedan
recogidas en el “Manifiesto contra el paro”.
6.-Establecer un salario mínimo inter-profesional así como eliminar la discriminación salarial en
función de sexo o edad.
7.-La lucha contra el paro exige un seguro de desempleo igual al salario real.
8.-La lucha contra la inflación se centra en la limitación de los beneficios de los monopolios y las
grandes empresas.
9.-Ayuda crediticia fiscal a las pequeñas y medianas empresas.
10.-Reforma fiscal con carácter fuertemente progresivo.
Según la ponencia, Andalucía:
...por el subdesarrollo al que se ha visto sometida por el capitalismo español en el último siglo,
destinándola a un papel de proveedor de mano de obra barata y materias primas en beneficio de otras
regiones[...], siendo una de las regiones más ricas de toda España, se encuentra en una situación de
subdesarrollo, paro y emigración141.
Respecto al documento de la situación sindical presentada por Gonzalo Sánchez Fernández, advierte
que los logros conseguidos durante la década de los setenta, gracias a la lucha de los trabajadores, se
ve amenazada por la moderación sindical y el sindicalismo reformista. La Ponencia se divide en táctica
sindical, unidad de acción y lucha reivindicativa. En cuanto a la táctica sindical, la ponencia plantea que
dado el desarrollo alcanzado por el capitalismo, la concentración del poder económico en pocas manos y
su íntima relación con el poder político, hacen que la lucha solo en un pueblo no sea suficiente, ya que
hace falta una coordinación ante el conjunto de empresarios así como ante el Gobierno y sus medidas. 142
En el apartado de unidad de acción, Gonzalo Sánchez plantea la importancia de la unidad en las luchas
sindicales, por ello reafirma la importancia de seguir reforzando la construcción de la CSUT. Señala
Gonzalo que esta unidad no se puede dar con sindicatos que califica como anti-democráticos y antiobreros como Comisiones Obreras, ya que pretenden aislar reiterada y continuadamente al SOC. Por
ultimo, Gonzalo Sánchez señala que esta unidad no debe significar en ningún caso la sumisión ni el
doblegamiento hacia ninguna central sindical, ya que el SOC tiene su propia política sindical y que a
partir de esta ha de actuar, ir a las masas y poner en práctica sus planes 143. En cuanto a la lucha
141.- “Ponencia sobre la situación económica”: I Congreso de Morón de la Frontera. 1977. Archivo histórico del
Sindicato de Obreros del Campo. Serie: C ongresos.
142.- “Ponencia sobre la situación sindical”. I Congreso de Morón de la Frontera. 1977. Archivo histórico del
Sindicato de Obreros del Campo. Serie: Congresos.
143.- Ibídem.
63
reivindicativa, la ponencia señala que el SOC ha de potenciarla, ya sea más puestos de trabajo o por un
salario digno, ya que, como señala el documento: la consecución de mejoras parciales es perfectamente
posible y tenemos como mejor testimonio las conquistas conseguidas por las luchas habidas en los últimos
años144.
En cuanto a la ponencia sobre Autonomía y regionalismo, reconoce que: España es un Estado
compuesto por diversas naciones y regiones claramente diferenciadas. La autonomía regional es un
derecho democrático y para Andalucía significaría tomar en nuestras manos nuestros asuntos creando
los organismos políticos, administrativos, judiciales y culturales que fueran necesarios para el desarrollo
integral de nuestra región145. El documento plantea cómo el fascismo ha impedido el desarrollo de los
territorios en base a la creación de un Estado fuertemente centralizado, con el objeto de controlar
administrativamente los procesos de producción. Es necesaria la autonomía para resolver el problema
de la tierra, para llevar a cabo la Reforma Agraria, única solución para el desarrollo de la región, y para
que este desarrollo sea favorable a los jornaleros y pequeños campesinos. Señala también que el SOC
ha sido el primer sindicato con entidad regional que desde su nacimiento ha defendido el desarrollo de
Andalucía como región subdesarrollada. Otro elemento importante es la defensa de la propuesta
comarcalista, esto es, la división administrativa en las tradicionales comarcas geográficas, que
reconozca las zonas naturales y que cree las infraestructuras educativas, sanitarias y comunicativas
que acaben con la desigualdad entre campo y ciudad. Es importante señalar que se dio un fuerte
debate, introducido por la Unión local de Osuna y defendido por José Pinto, acerca de señalar a
Andalucía como una nación, pero finalmente no fue aprobado por las dudas y la falta de consenso. De
este modo se acordó encargar un estudio a especialistas:
Por todo esto proponemos la unidad de todas las fuerzas políticas y sociales que de verdad defiendan los
intereses de Andalucía, para entre todos elaborar un Estatuto de Autonomía que sea aprobado por el pueblo
andaluz y defendido por todos sus parlamentarios andaluces en las cortes. Para que así podamos salir del
subdesarrollo a que estamos sometidos y se abra un futuro de libertad y progreso de nuestra región. 146
La quinta ponencia sobre la Alianza jornalero-campesina, analiza cuál ha sido la evolución del
campo andaluz desde la Guerra Civil. Con el levantamiento fascista en 1936, el campo entró en una fase
de desarrollo orientado en beneficio exclusivo de los grandes terratenientes y de los grandes monopolios
que poco a poco comenzaron a invertir y a tener presencia en el sector agrario del país 147. Para adaptar la
agricultura andaluza al creciente desarrollo del capitalismo, el régimen de Franco mantuvo la gran
propiedad de la tierra y los bajos salarios suficientes solo para poder subsistir, forzando a la población
144.- Ibídem.
145.- “Ponencia sobre Autonomía y regionalismo”. II Congreso de Morón de la Frontera. 1977. Archivo histórico
del Sindicato de Obreros del Campo. Serie: Congresos.
146.- Ibídem.
147.- “Ponencia sobre Alianza campesino-jornalera”. I Congreso de Morón de la Frontera. 1977. Archivo histórico
del Sindicato de Obreros del Campo. Serie: Congresos.
64
rural a la emigración. El documento acusa a los banqueros, a los terratenientes y a los monopolios de
ser los causantes de la pobreza y del subdesarrollo de Andalucía. La solución a estos problemas es una
auténtica Reforma Agraria para lo cual es imprescindible la alianza de los jornaleros y campesinos en
tanto en cuanto el enemigo es el mismo: los monopolios, bancos y terratenientes 148. Según el documento,
siempre se ha tratado de enfrentar a los jornaleros con los campesinos, buscando en unos la causa de
los males de los otros, pero ya existen elementos comunes a ambos colectivos para poder desarrollar
una política conjunta. Por ejemplo, en la lucha por conseguir unos precios agrarios o la compra
garantizada del excedente agrícola. Conseguir esto supondría mejorar las condiciones de los pequeños
productores agrícolas y ampliaría su capacidad para generar puestos de trabajo. Otra cuestión es la
lucha por el laboreo forzoso, que obligaría a los grandes propietarios a cultivar las tierras que tienen
mal cultivadas o sin cultivar, generando así mano de obra, arrendando sus tierras a pequeños
campesinos o a cooperativas de Jornaleros. Del mismo modo, plantea que les une el objetivo de un Plan
de Inversión para la industrialización de Andalucía, tanto en regadío como en manipulación,
transformación y distribución de los productos agrarios. La ponencia es, por tanto, un llamamiento a
la unidad de acción de pequeños campesinos y productores junto a los jornaleros, para conseguir
transformar la situación del campo andaluz desde elementos que constituyen mejorías económicas y
sociales para el conjunto de las sociedades agrarias.
El último documento presentado en el I Congreso fue la Ponencia sobre la mujer jornalera,
defendida por Pepi Conde, sindicalista del SOC de Almonte, municipio de la provincia de Huelva, que
fue aprobada por 197 votos a favor, cuatro en contra y cero abstenciones. La ponencia plantea qu e la
mujer ha vivido durante las últimas décadas en la absoluta marginación, con leyes que la encierran en
la casa, además de haber sido despojada de sus derechos laborales y civiles durante el franquismo. Esta
marginación aumenta en la mujer obrera y más aún en la mujer jornalera. La necesidad de ayudar a la
familia, tanto en la casa como echando jornales en el campo, les ha obligado a abandonar la escuela,
siendo el colectivo que más sufre el analfabetismo. Los terratenientes usan a las mujeres, según el
documento, para combatir las luchas reivindicativas de los hombres, dándoles y quitándoles el trabajo
cuando les conviene. Una de las cuestiones más graves es que la mujer jornalera no tiene derecho a
cartilla agraria, documento administrativo por el que se reconoce a una persona como obrero agrícola
y que la posibilita a recibir días de trabajo ofrecidos por el Ayuntamiento (Empleo Comunitario) o
ciertas ayudas y asistencias. Según el documento, el acceso al trabajo de la mujer es un derecho
fundamental y una condición básica para su integración en la lucha y su desarrollo personal.
Contempla asimismo un programa de reivindicaciones entre las que figuran:
1.-El derecho al trabajo en igualdad de condiciones y oportunidades así como a igual trabajo igual
148.- Ibídem.
65
salario;
2.-Que no exista ninguna discriminación a la hora de distribuir el trabajo del empleo comunitario por
razón de sexo, y que las mujeres tengan representación en las comisiones que distribuyen los trabajos
del empleo comunitario;
3.-Creación de servicios tendentes a liberar a las mujeres de las tareas domésticas para facilitar su
incorporación al horario de trabajo de las jornaleras.
Para conseguir estos objetivos el documento propone una serie de medidas a ejecutar tras el
Congreso. En primer lugar, que todos los Comités del SOC -tanto a nivel regional como local- tengan
una Vocalía de la mujer. En segundo fortalecer el debate sobre la mujer jornalera y ejercer una labor de
propaganda constante que tenga por objeto despertar la conciencia de clase y el espíritu revolucionario
que anida en sus corazones y que el fascismo ha intentado ahogar 149. En tercer lugar, la celebración de la I
Conferencia sobre la Mujer Jornalera, lo cual significaría: un polo de atracción no solo para las
jornaleras sino para todas las mujeres, la clase y los pueblos de España, sentando las bases para la
integración a la lucha de miles de compañeras que hoy están al margen 150.
Tras esto, llegó la hora del saludo de las delegaciones sindicales de UGT, CCOO, US y USO y de las
delegaciones internacionales del Frente Polisario, de la CUT chilena y de la OLP de Palestina. Jerónimo
Lorente, Secretario General de la CSUT, se encargó de saludar y mandar un mensaje de apoyo para así
cerrar el que sería el primer Congreso del movimiento campesino tras la Guerra Civil Española. Como
señala Gonzalo Sánchez:
El Primer Congreso del SOC consiguió recoger las consignas que se habían dejado de usar, la II República
no llegó a realizar la Reforma Agraria, nosotros fuimos los primeros andaluces que recogimos la demanda de
la Reforma Agraria y la tierra para la quien trabaja. En aquella época había jornaleros por toda Andalucía,
que además amaban la tierra. Porque para pedir la tierra para quien la trabajo, tienes que amar la tierra.
Había jornaleros que querían la tierra como el pan suyo.151
2.2.-Breves apuntes sobre identidades en la conformación del Sindicato de Obreros
del Campo. II Congreso de la Puebla de Cazalla de 1980 y apuesta por la vía
nacionalista
Si tuviéramos que caracterizar algunos elementos del proceso que genera una identidad colectiva, al
calor del cual se articula el movimiento jornalero y el Sindicato de Obreros del Campo, tenemos que
149.-“Ponencia sobre la Mujer jornalera”. I Congreso de Morón de la Frontera. Septiembre de 1977. Archivo
histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
150.- Ibídem.
151.- Entrevista oral a GONZALO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. Realizada en Agosto de 2014 en Osuna. Depositada en
el Archivo histórico ISEC. Serie: Sección de testimonios e Historia oral. Caja: Historia del movimiento Jornalero.
66
hablar de una identidad íntimamente vinculada al concepto de tierra. Entendiendo la tierra en su doble
acepción, como factor económico o medio de producción, y tierra entendida como territorio. Como
espacio de vinculación comunitaria, como elemento sociológico y étnico que conforma la visión
nacionalista del Sindicato de Obreros del campo. Analizaremos en este apartado tanto la vinculación
del Movimiento jornalero al factor tierra, como la identidad nacionalista del Sindicato de Obreros del
Campo. Para Kolher:
Podemos describir la filosofía del SOC como un enlace con las tradicionales reivindicaciones y formas de
acción colectiva del movimiento de trabajadores agrícolas andaluz que anteriormente había sido dominado
por los anarquistas. En el centro se halla la lucha contra los latifundistas, por una verdadera Reforma
Agraria con “reparto”, a fin de conseguir una explotación colectiva. Los lemas de “pan, tierra y libertad” y “la
tierra para el que la trabaja” aparecían en las pancartas del SOC de esta época 152.
En este sentido y en la línea de lo que venimos planteando a lo largo del trabajo, defendemos la tesis
de que el SOC es una expresión sindical de la agitación campesina, manifestada a través de diferentes
expresiones de la protesta campesina en su lucha por el acceso a la tierra a lo largo de la Historia de
Andalucía. En este sentido, destacaremos la construcción de la identidad del movimiento jornalero en
el SOC, como expresión organizada de la lucha campesina por el reparto de la tierra y el del trabajo,
vinculado en esta ocasión a formas políticas de izquierda marxista, pero en cuyas acciones y
organización tiene una honda influencia el anarquismo como visión del mundo y como cultura del
trabajo153, tal y como señala el profesor Miguel Gómez Oliver.
Tal y como señala Ramón Rodríguez Pulido, que fue Secretario General de la CNT en Andalucía y
más tarde -junto a un grupo de militantes de la CNT de la Sierra Sur de Sevilla, especialmente de los
municipios de Osuna políticas-, pasaría a formar parte del SOC y llegaría a ser Secretario de
Organización y miembro de la Secretaría General Colegiada del SOC:
El SOC se ha entendido como la prolongación de las luchas campesinas del movimiento libertario de
Andalucía desde antes de la Guerra Civil. Para mí, personalmente, el SOC es la continuidad que se
interrumpió tras la Guerra civil que originó entre otras cosas, la lucha por la tierra de los jornaleros en
Andalucía.154
Siguiendo el esquema explicativo que sitúa el profesor Víctor Pérez Díaz en su importante obra
Pueblos y clases sociales en el campo español 155 para el desarrollo del movimiento campesino andaluz,
entendemos que el proceso de emergencia del nuevo movimiento jornalero articulado por el SOC, fue
el resultado de una compleja experiencia histórica: una experiencia de ruptura de un orden económico
152.- Holm DETLEV KöLER,: El movimiento sindical..., p. 276.
153.- GÓMEZ OLIVER, Miguel: “Jornaleros Andaluces ¿Una clase en extinción?”. Publicado en SEVILLA GUZMÁN,
Eduardo y GONZÁLEZ DE MOLINA Manuel: Ecología, campesinado e Historia. Madrid, Ediciones La Piqueta,
Colección Genealogía del Poder en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba, 1993, p. 387.
154.- Entrevista oral a Ramón RODRÍGUEZ PULIDO. Realizada en Agosto de 2014 en Osuna. Depositada en el
Archivo histórico ISEC. Serie: Sección de testimonios e Historia oral. Caja: Historia del movimiento Jornalero.
155.- PÉREZ DÍAZ, Víctor: Pueblos y clases en el campo español. Editorial Siglo XXI. Madrid 1974. Página 28.
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y político (la dictadura franquista), una experiencia de continuidad, al menos parcial, de un orden
social existente (agitaciones campesinas por el reparto de la tierra), y una experiencia de encuentro
con un nuevo sistema cultural (izquierda radical nacionalista).
La certeza de que el régimen de Francisco Franco se iba a acabar planteaba con toda claridad un
escenario de cambio y nuevas posibilidades, en un marco de potencias europeas que por inercias
lógicas iban a obligar al régimen a instaurar una democracia representativa con ciertos derechos y
garantías civiles. Por otro lado, existía la conciencia soterrada de que la pobreza tenía una raíz clara en
la desigual distribución de la tierra, especialmente en las regiones latifundistas, que fue en las que el
SOC tuvo más fuerzas, a saber, el Marco de Jerez, la Sierra de Cádiz, la Campiña de Sevilla y la Sierra
Sur de Sevilla. Los elementos comunitarios, como la defensa de los iguales frente al acabar; el rechazo a
la emigración o la formulación de demandas en torno a la idea del “reparto”, iban a generar un
Sindicato con el que una parte de los más desposeídos del mundo rural tendrían una conexión casi
inmediata, que iba a explicar su fuerza explosiva y su agitación inesperada. Por otro lado, las nuevas
formas del sindicalismo de la izquierda radical del PTE, junto a la articulación de espacios de
socialización política generados por grupos de curas obreros bajo la influencia de la teología de la
liberación, y junto a otros colectivos, como miembros de la CNT o asociaciones de vecinos, iban a
configurar una nueva organización del malestar rural andaluz, expresado secularmente. En palabras
del profesor Víctor Díaz Pérez:
La supuesta espontaneidad con que los movimientos campesinos brotaron una y otra vez no fue sino el
resultado de una actividad ininterrumpida de conservación y reproducción de tales reivindicaciones, ligadas
a las condiciones, los usos y los valores de la comunidad rural. Sin embargo estos movimientos tradicionales
de protesta campesina fueron discontinuos y de escasa duración, alternado con fases dilatadas de sumisión y
careciendo de una organización permanente o casi permanente que las estructurara y les dotara de algún
tipo de estabilidad, aunque contenían un fuerte componente hostil al orden tradicional 156.
En palabras de Gonzalo Sánchez Fernández, primer Presidente del Sindicato de Obreros del Campo:
Hay dos elementos por los que el SOC enraíza en Andalucía. El SOC surgió de la nada, no tenía Historia. Por
un lado los dirigentes éramos hijos del movimiento jornalero, éramos jornaleros trabajábamos en el campo,
yo era jornalero, Paco Casero era hijo de emigrantes, Diego Cañamero era un joven jornalero. Pero también
teníamos figuras de referencia como Diamantino García que era cura o Juan Manuel Sánchez Gordillo que era
maestro de escuela y venía de la Universidad de Sevilla. Y por otro lado recogimos un sueño que había sido
derrotado durante la dictadura. Recogimos la idea de la tierra para el que la trabaja. Recogimos el
anarquismo. Cuando íbamos a cualquier pueblo y hacíamos un llamamiento, la gente acudía porque sabía de
qué estábamos hablando, recordaban, era algo presente y nos veían como gente sencilla, trabajadores del
campo, que nacimos donde ellos y que usábamos el mismo lenguaje que ellos y teníamos los mismos
sentimientos. Los jóvenes nunca la habían oído pero sus abuelos sabían de qué hablábamos. Andalucía
estaba ajena al movimiento obrero. Nosotros recogimos lo que la CNT consiguió en los años de la República,
le dimos vida a aquellas viejas consignas157.
En este sentido, tenemos que afirmar que el SOC surge del corazón de esa protesta jornalera en su
156.- Víctor PÉREZ DÍAZ: Pueblos y clases..., p. 28.
157.- Entrevista oral a GONZALO SANCHEZ FERNÁNDEZ. Realizada en Agosto de 2014 en Osuna. Depositada en
el Archivo histórico ISEC. Serie: Sección de testimonios e Historia oral. Caja: Historia del movimiento Jornalero.
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anhelo por la tierra. Solo de este modo se puede explicar un nivel de conflictividad, movilización y
luchas sindicales con tan poco margen de construcción organizativa y tan poca estructura, tanto
política como sindical. Además, vemos en el testimonio de Gonzalo Sánchez cómo existen los que
Gerrit Huizer158 plantea como líderes locales o personas de referencia en el seno de las relaciones
comunitarias que se pusieran al frente de estos procesos de concienciación y movilización . Estas figuras
debían pertenecer al mismo estrato social que las masas que nutriera el nuevo sujeto colectivo. Tanto
Gonzalo Sánchez como Diego Cañamero y Manuel Lara eran jornaleros, y Francisco Casero era hijo de
inmigrantes pobres. Había, en este sentido, una plena identificación entre los cuadros dirigentes del
SOC y sus bases sociales. También se constata la existencia de figuras de referencia social más allá de la
propia comunidad rural, que tuvieron un contacto cercano a las fuerzas progresistas urbanas. Por su
parte Juan Manuel Sánchez Gordillo, maestro de escuela que había estudiado en la Universidad de
Sevilla, había tomado contacto con los movimientos de oposición democrática; y Diamantino García
Acosta, de familia Salmantina pero criado en el barrio popular de Cerro-Amate en Sevilla ciudad, que
estudió en el Seminario y estuvo muy influenciado por las transformaciones que el concilio Vaticano II
ejerció en la Iglesia, además de haber viajado durante los años sesenta por Centroamérica para
acercarse a la Teología de la Liberación que tanto le influiría en su práctica religiosa y política. En
tercer lugar nos encontramos con lo que Gerrit Huizer plantea en relacion a que la clase de demandas
asumidas y las formas de luchas por su consecución estuvieran de un modo u otro asentadas y vinculadas
a formas políticas y culturales ya existentes y vinculadas a las tradiciones locales de esas sociedades
campesinas159, facilitando así que los campesinos comprendieran como algo familiar esas
reivindicaciones y estas nuevas culturas políticas de protesta. Como explica Gonzalo Sánchez en su
testimonio, a mediados de los años setenta, tres décadas después del final de la Guerra Civil, el
recuerdo vivo de las luchas campesinas y sindicales en el mundo rural andaluz era un elemento muy
fuerte de conexión, que al ser reivindicado por el SOC, hacía que los lazos de afinidad entre la
población de las zonas latifundistas de Andalucía y el SOC pudieran estrecharse con facilidad. El nuevo
movimiento jornalero fue capaz de conjugar lo que se quería conservar con lo que se anhelaba.
Además de la identificación del SOC con la tradición secular de agitaciones campesinas por la tierra,
existen otros dos marcadores identitarios importantes. Por un lado el factor tierra, en su doble
acepción de fuerza productiva y de territorio, lo cual nos llevará a las reivindicaciones nacionales de las
que el SOC fue pionero en el mundo rural andaluz. Tomaremos de los trabajos de Eduardo Sevilla
Guzmán el factor tierra como concepto de análisis de reivindicaciones que eran, a la vez, económicas,
políticas, culturales y sociales. Según Eduardo Sevilla Guzmán, para los economistas clásicos, los
factores de producción pueden ser clasificados en tres grupos. Los recursos naturales, incluidos bajo la
denominación genérica de Tierra;
el contingente humano, como la cantidad de mano de obra
158.- HUIZER, Gerrit: El potencial revolucionario del campesinado en América latina. Siglo XXI Editores, México.
1973. Página 271.
159.- HUIZER, Gerrit: El potencial revolucionario..., p. 271.
69
disponible para su utilización, denominado como Trabajo; y en tercer lugar los elementos de
producción que constituyen bienes culturales transformados, conceptualizados como Capital. 160 Para
Marx, cita Eduardo Sevilla Guzmán, La agricultura es el pecado original que introduce la riqueza en el
mundo.161
Desde esta perspectiva la agricultura es la génesis de todo proceso de creación y
acumulación de riqueza posterior. El desarrollo tanto de la industria como de los sectores mercantiles
solo puede darse una vez que la agricultura ha vivido un proceso de desarrollo, tanto para generar
mercancía para la industria como bienes para su comercialización, así como generar un excedente de
mano de obra que pueda nutrir los nuevos procesos económicos emergentes. Por tanto esta visión
sitúa a la tierra como elemento central del proceso de creación de riqueza. Es lo que Eduardo Sevilla
denomina factor Tierra, la dimensión productiva, de desarrollo económico y configuración como
demanda política que se genera en torno a la tierra en todos aquellos países donde las estructuras
económicas comienzan a experimentar transformaciones. Las demandas en torno a la tierra, tanto por
parte de los desposeídos y explotados como por parte de los administradores del Estado, hacen de la
tierra un campo de disputa en todos los contextos de transformación y crisis económica. En Andalucía
la demanda y la reivindicación de tierra ha estado en las últimas cuatro décadas vinculada a la
identidad política del Sindicato de Obreros del Campo, lo que ha generado una visión propia de la
tierra que trataremos de plantear. El SOC siempre tuvo una visión muy propia de la tierra. Idea difícil
de desarrollar aquí por la naturaleza de estos papeles, pero que voy a plantear en términos
estructurales. Esta visión propia de la tierra diremos que se conjuga a través de tres orientaciones en el
contexto de la creación del SOC:
1.- Una dimensión comunitaria de carácter histórico que hunde sus raíces en las des-posesiones de las
tierras comunales que fueron acaparadas por los terratenientes en el proceso de penetración del
capitalismo agrario en el campo andaluz. De dicha concepción nace la idea del Reparto, defendido por
Joan Martínez Alier en los siguientes términos: La aspiración de los obreros al “reparto” de los cortijos
ha sido tradicional y es un síntoma seguro de que no están en absoluto conformes con el estado de cosas
que ha existido. Tan poco conformes están, que desearían el cambio más radical: que la tierra, los medios
de produccion, pasara a sus manos 162.
2.- En segundo lugar una concepción cristiana de base, ejercida fundamentalmente por Diamantino
García Acosta y el grupo de curas obreros de la Sierra Sur por la cual la Tierra es un bien natural que
160.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: “El factor tierra como categoría analítica para el estudio de la estructura
económicamente agraria” en Cuadernos geográficos de la Universidad de Granada. Nº 5-6 (1976), p. 41.
161.- Karl Marx. Le capital. Primera edición francesa de Joseph Roy corregida por el autor. París. Ediciones
Sociales. 1950. Libro I, Tomo III. Página 154. Citado en: SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: “El factor tierra como
categoría analítica para el estudio de la estructura económicamente agraria” en Cuadernos geográficos de la
Universidad de Granada. Nº 5-6 (1976), p. 42.
162.- Martínez Alier, Juan: La estabilidad del latifundio. Madrid, Ruedo ibérico, 1968, p. 53.
70
no se puede mercantilizar, y de la que no se pueden apropiar unos pocos. Diamantino fue quien
redactó la Ponencia sobre Reforma Agraria que vamos a estudiar en profundidad más tarde, pero que
plantea lo siguiente:
La tierra como el aire y como el agua es un don de la Naturaleza y por lo tanto no puede ser tenida por
nadie para su provecho o enriquecimiento privado sino que es un bien público, una propiedad del pueblo que
tiene que ser para uso y disfrute de la comunidad que la habita y la trabaja. Por tanto se debe abolir la
propiedad de la tierra. La tierra no es de nadie, la tierra es del pueblo.” 163
3.- En tercer lugar se dio un encuentro con la concepción del marxismo agrario, por el cual la tierra ha
de ser un bien público en manos del Estado que la ponga a disposición de cooperativas públicas que
garanticen la distribución del trabajo y de la riqueza. Y que se expresa también en la Ponencia sobre
Reforma Agraria del III Congreso:
A) La titularidad de la tierra no es tan importante como el usufructo de la misma.
B) Avanzar hacia la propiedad pública de la tierra, prestando especial atención a las cooperativas de
explotación común164.
En este sentido, encontramos por parte del SOC una reivindicación importante del papel del Estado
como ejecutor de unas determinadas políticas públicas, especialmente en el desarrollo de una política
agraria por la que los recursos agrarios y las fuerzas productivas de ese mundo estén a disposición de
las clases populares. Así se expresa en la obra Progresar ¿Es no comer?, redactada por Francisco Casero
y Gonzalo Sánchez en 1979:
Se trata de una Reforma Agraria que ha de basarse en dos pilares: A) Una redistribución de la propiedad
de la tierra que implique la utilización social de la misma; B) Una reforma en profundidad de los canales de
distribución, comercialización y transportes, y transformación de los productos agrarios y del sector de
abastecimiento de las materias primas para producir. […] Tener tierra no significa nada sin el entorno, si las
leyes del mercado no son profundamente alteradas165.
En otro sentido aludimos a la importancia que para el SOC tiene la idea de Territorio. La defensa de
la tierra que argumentamos no tiene solamente un componente económico, sino también una fuerte
carga comunitaria de construcción de identidad en torno al sujeto colectivo de Andalucía. Esta
transformación de la tierra en territorio explicará más adelante fenómenos como la defensa del
nacionalismo andaluz realizada por el SOC, como bien han defendido los autores Holm Detlev Köler 166,
163.- “Ponencia sobre Reforma Agraria”. III Congreso de Villamartín. Marzo de 1984. Archivo histórico ISEC.
Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
164.- Ibídem.
165.-“Progresar ¿Es no comer?: Alternatica del SOC (SAT) a la situación del campo andaluz”. Francisco Casero,
Secretario General del SOC y Gonzalo Sánchez Presidente del SOC. 1979. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato
de Obreros del Campo. Caja: Documentación orgánica.
166.- Holm DETLEV KöLER: El movimiento sindical...., p, 286.
71
Rafael Morales Ruiz167, Luis Ocaña Escolar168 o Eduardo Sevilla Guzmán. La defensa que el SOC hace de
las tesis nacionalistas, fundamentalmente desde su II Congreso hasta la actualidad, se explica por la
construcción del imaginario del territorio como defensa no solo de las condiciones económicas, sino la
defensa del medio ambiente, de la cultura propia y de la soberanía política ante un mundo cada vez
más globalizado y desigual. Ante estos elementos vamos a reflexionar desde el concepto de territorio
propuesto por Bernardo Mançano Fernandes, profesor da Universidad Estatal de San Pablo de Brasil y
coordinador del grupo de trabajo Desarrollo Rural del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
por un lado, y por otro las tesis nacionalistas del Sindicato de Obreros del Campo.
Para el profesor Bernando Mançano Fernandez:
La disputa territorial se produce de dos maneras: por la desterritorialización o por el control de las
formas de uso y acceso a los territorios, es decir, tratando de controlar sus territorialidades, los campesinos
disputan territorios en las zonas rurales para asegurar su existencia a partir de sus identidades. Los
territorios como propiedades en cada una de esas zonas poseen configuraciones y modos de uso distintos. En
la ciudad se utilizan principalmente para la vivienda. En los bosques y en el campo, además de para ella, se
usan para la producción de alimentos y de bienes. El territorio resitúa la cuestión de las clases sociales. Cada
una de ellas está formada por personas que ocupan la misma posición en las relaciones sociales de
producción, en función de la propiedad sobre los medios de producción, de los territorios y del poder de
decisión. No es suficiente estudiar las clases sociales sólo por las relaciones sociales. La propiedad es una
relación social y un territorio, lo que nos permite estudiar los territorios de las clases sociales. 169
En este sentido, desde un enfoque territorio, podemos comprender que la defensa que hacen los
movimientos campesinos contemporáneos, en este caso el SOC, tienen que ver con la defensa de la
producción, de su existencia y de su propia reproducción social como sujetos colectivos. La defensa de
su propio marco político es la defensa de su supervivencia como grupos. Esto ayuda a comprender
cómo un sindicato de campesinos sin tierra podría adoptar la defensa del nacionalismo andaluz en su
apoyo al reparto de la tierra y a los campesinos y clases populares del medio rural andaluz.
Antonio Sánchez Morillo es natural de Martín de la Jara, pueblo de la Sierra Sur de Sevilla, donde su
abuelo fue Alcalde socialista durante la República. Participó con 15 años en la Asamblea de Antequera y
desde muy joven formó parte de las luchas del SOC, tanto a nivel local como andaluz, en calidad de
representante de Martín de la Jara en el Comité Ejecutivo Regional que salió del I y del II Congreso. Ha
sido también parte de la dirección política de la Candidatura Unidad de los Trabajadores y responsable
de prensa de Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía. Firme defensor de las tesis
andalucistas, junto a Juan Manuel Sánchez Gordillo, señala:
167.- MORALES RUIZ, Rafael: “Aproximación a la Historia del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía” en
GONZÁLEZ de MOLINA, Manuel, Ed: Historia de Andalucía a debate: I. Campesinos y Jornaleros. Granada, Editorial
Antrophos, Diputación provincial de Granada, 2000, p. 225.
168.- OCAÑA ESCOLAR. Luis: Los orígenes del SOC: de las comisiones de jornaleros al I Congreso del Sindicato de
Obreros del Campo de Andalucía (1975-1977). Sevilla, Editorial Atrapasueños y Grupo Andaluz de Estudio Sociales
Autonomía Sur, 2006.
169.- BERNARDO MANÇANO, Bernardo: “Disputas territoriales entre el campesinado y la agroindustria en
Brasil”. en Cuadernos del CENDES. N° 81(Septiembre-Diciembre 2012), p. 5.
72
Las bases fundamentales de SOC, los elementos que han determinado la conformación de la identidad del
SOC, son la defensa de la tierra por un lado y la defensa de los más débiles, y eso configura un nacionalismo
particular, ya que no existe un nacionalismo así en el mundo. Nosotros no éramos nacionalistas porque
conociéramos a Blas Infante, eso vino más tarde, nosotros sabíamos que teníamos que defender nuestra gente
y nuestra tierra, y que la causa de la pobreza era el reparto de la tierra en Andalucía, y eso más tarde se
transforma en una estructura de pensamiento nacionalista. Esto se convirtió muy pronto en un elemento
claramente anti-capitalista, en el momento en el que el capitalismo y la globalización eran uniformadores, en
que la diversidad para el capitalismo es un enemigo, y nosotros defendiendo a nuestra cultura, defendiendo a
nuestra gente, defendiendo nuestra Historia, somos anti-capitalistas.170
Según Rafael Morales Ruiz, esta defensa del SOC de las tesis nacionalistas y su apuesta política por
la autonomía, tiene dos causas centrales, a saber, el proceso de emigración y la conciencia del
subdesarrollo. Se trata del proceso de emigración que se emprendió en Andalucía desde los años
sesenta, en el que además del desarraigo y el dolor que produce la separación entre familias y el
sufrimiento que va aparejado a tener que emigrar forzosamente, se sumaba la emergencia de una
consciencia clara de desigualdad, especialmente entre los emigrantes que iban a Cataluña y País Vasco,
donde en la transición se desarrollaron movimientos importantes por la autonomía. Los emigrantes
andaluces podían comprobar cómo había diferencias culturales fundamentales que les diferenciaban
de las sociedades a las que emigraban. Según Antonio Sánchez Morillo: En ese contexto de emigración,
es donde la conciencia, tanto andaluza como jornalera, se manifiesta en una cultura diferente, en una
forma de ser diferente. La pobreza y el subdesarrollo tanto por ser andaluz, como por ser jornaleros, iba
a configurar fundamentalmente las posturas nacionalistas del SOC. 171
En este contexto en el que emergen las identidades nacionales como espacios de contestación
social, simbólica e identitaria al entramado simbólico de la dictadura, a la altura de 1980 en el II
Congreso del Sindicato de Obreros del Campo en Puebla de Cazalla, comarca de la Campiña sevillana, el
SOC se decide a apostar por un sindicato nacionalista y de clase, por lo que se corta toda relación con la
CSUT y se adopta Andalucía como sujeto y marco político así como la defensa del nacionalismo, ya que
la defensa de los intereses de nuestra tierra pasa necesariamente por solucionar el problema más viejo y
urgente que tenemos, y es el problema de la tierra” y esta problemática es tan clave que difícilmente se
puede plantear un nacionalismo andaluz que no esté íntimamente relacionado con la Reforma Agraria. 172
Tal y como defiende la ponencia:
El SOC de Andalucía debe defender y sobre todo seguir practicando unos planteamientos socio-políticos de
nacionalismo de clase y consecuentes. En este sentido es fundamental el potenciar una corriente amplia de
gente sinceramente andalucista de los demás sectores sociales que estén dispuestos con decisión a luchar por
obtener poderes de auto-gobierno a fin de que los propios andaluces puedan decidir las formas de plantear
170.- Entrevista oral a ANTONIO SÁNCHEZ MORILLO. Realizada en Agosto de 2014 en Osuna. Depositada en el
Archivo histórico ISEC. Serie: Sección de testimonios e Historia oral. Caja: Historia del movimiento Jornalero.
171.- Entrevista oral a ANTONIO SANCHEZ MORILLO. Archivo Oral. Historia del movimiento Jornalero.
Depositada en el Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.
172.-“Ponencia sobre Nuestra postura nacionalista y de clase”. II Congreso de Puebla de Cazalla. 1980. Caja
Sindicato Obreros del Campo. Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad
de Córdoba.
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un programa de soluciones urgentes que pongan las bases para un camino de desarrollo y progreso 173.
Al contrario que las anteriores etapas del nacionalismo histórico, esta tuvo la incorporación del
movimiento jornalero como elemento innovador. 174 El nuevo movimiento andalucista contaba con una
fuerza social agraria, que aunque limitada, simbólica y socialmente, le otorgaba una fuerza que
originaba la posibilidad de desarrollo de las fuerzas nacionalistas. La lucha por un Estatuto de
Autonomía que reconociera los plenos derechos históricos de Andalucía como nacionalidad histórica,
fue el centro de las luchas políticas de las fuerzas nacionalistas. Esta autonomía no solo tenía que
dignificar una cultura y reconocer una historia, sino que debía ser una alternativa económica a la
marginación, al subdesarrollo y a la pobreza en Andalucía. Desde el primer momento en la lucha por la
autonomía, todas las fuerzas del nacionalismo de izquierdas, y especialmente el SOC, pero también
otras corrientes y figuras del Partido Andalucista como José Aumente Baena 175 y José Acosta176,
comprendieron que la Reforma Agraria y el reparto de la tierra tendrían que ser pilares fundamentales
de la lucha por la autonomía para Andalucía. La relación de la población rural de Andalucía con la
tierra, especialmente las clases populares, generó un marcador de identidad que configuró desde su
génesis el nuevo movimiento por la autonomía andaluza. Tal y como señala Isidoro Moreno: El
problema de la tierra se convierte en un marcador de identidad como puede ser la lengua en Euskadi o
Cataluña o la emigración histórica en el caso de Galicia, cuestiones todas con una fuerte profundidad
histórica y una existencia a la vez real y simbólica 177. Solo desde esta perspectiva podemos comprender
la defensa del nacionalismo andaluz por parte de un sindicato de jornaleros y campesinos que en 1982
lanzaba un panfleto que rechazaba el uso de la maquinaria en la recogida de la remolacha al grito de
“¡A los jornaleros y campesinos! ¡Defender un puesto de trabajo es defender Andalucía!” 178
El 22 de mayo de 1982, un día antes de las elecciones autonómicas andaluzas que ganaría el PSOE, y
cinco meses antes de las elecciones generales que ganaría también el PSOE y que harían Presidente del
Gobierno a un andaluz, Felipe González Márquez, el Secretario General del SOC, Francisco Casero
173.- Ibídem.
174.- DETLEV KöLE,: El movimiento sindical..., p. 291.
175.-ACOSTA SÁNCHEZ, José: “Reforma Agraria y Constitución (Introducción a un estudio metodológico y de
Derecho constitucional comparado)”. Publicado en Agricultura y sociedad. Nº 21 (1981), pp. 131-261 . Ver
también ACOSTA SÁNCHEZ, José: “Nacionalismo alternativo y movimiento jornalero” en SEVILLA GUZMÁN,
Eduardo y HEISEL Karl (coords): Anarquismo y movimiento jornalero en Andalucía. Córdoba, Ediciones La Posada,
Colección Díaz del Moral, Publicaciones del Excelentísimo Ayuntamiento de Córdoba, 1988, p. 159.
176.-AUMENTE BAENA, JOSÉ: La cuestión nacional andaluza y los intereses de clase. Málaga, Editorial Mañana,
1978.
177.- MORENO NAVARRO, Isidoro: “La cuestión de la tierra y la identidad andaluza” en SEVILLA GUZMÁN
Eduardo y HEISEL Karl (coords): Anarquismo y movimiento jornalero en Andalucía. Córdoba, Ediciones La Posada,
Colección Díaz del Moral, Publicaciones del Excelentísimo Ayuntamiento de Córdoba, 1988, p. 103.
178.-“¡A los jornaleros y campesinos! ¡Defender un puesto de trabajo es defender Andalucía!”. 1982 1977.
Serie: Documentación orgánica. Caja Sindicato de Obreros del Campo. Archivo Histórico del Instituto de
Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.
74
escribía en el diario El País un artículo titulado “Andalucía: hacia un nacionalismo de clase”, planteando
de este modo la cuestión agraria, la cuestión nacional y la orientación de clase:
Los andaluces comenzamos a vislumbrar que la causa fundamental de nuestra situación consiste en
residir en un país subdesarrollado como es Andalucía. Hoy sabemos que en la división estatal de trabajo
impuesto al nivel de Estado por el modo de producción capitalista le ha tocado a Andalucía hacer la función
de colonia interior. Condenada a a proporcionar a esos territorios materias primas, capital y mano de obra.
Nosotros hemos vivido en nuestras carnes la tragedia de la emigración, lo que nos da autoridad para poder
hablar de estas cosas. Estos planteamientos nos llevan a defender y propugnar para Andalucía un
nacionalismo de clase. […] La clase jornalera entiende que la prueba de fuego de nuestra clase política tendrá
que consistir en el planteamiento claro y sin ambigüedades de la Reforma Agraria 179.
Quizás el documento del Sindicato de Obreros del Campo en el que se haya expresado de manera
más madura y más acababa la filosofía política del SOC respecto a la cuestión nacional, sea el elaborado
por Eduardo Sevilla Guzmán y por Juan Manuel Sánchez Gordillo, titulado “El nacionalismo andaluz del
Sindicato de Obreros del Campo”. El documento fue redactado como ampliación del apartado sobre
nacionalismo de la Ponencia “Lo que está pasando en el mundo y nuestra alternativa político sindical”
presentada al V Congreso del SOC celebrado en Puerto Serrano el año 1993. La ponencia señala dos
elementos en la conformación de la identidad política en Andalucía, por un lado la desigual
distribución de la tierra, la existencia de latifundios y de campesinos sin tierra y por otro lado la
periferización socio-económica de Andalucía, tanto en el seno del Estado español como en el contexto
de Europa. “Andalucía es una nación que necesita ser descolonizada”, 180 afirma la ponencia que
apuesta por “crear un poder andaluz que nacido desde abajo sea capaz de contraponerse con la
suficiente fuerza como pueblo.”181
3. El Sindicato de Obreros del Campo ante la Ley de Reforma
Agraria de Gobierno andaluz. (1984-1987)
3.1.-Reforma Agraria, poder político y campesinado
Para entrar en el análisis del papel del SOC ante la Ley de Reforma Agraria, analizaremos
históricamente algunos elementos de la naturaleza política e histórica de la Reforma Agraria, tanto en
el contexto internacional como Andalucía. Coincidimos con Eduardo Sevilla Guzmán y Manuel Pérez
Yruela cuando en su trabajo La dimensión política en la Reforma Agraria: Reflexiones en torno al caso
andaluz, plantean que toda Reforma Agraria es por su propia naturaleza un proyecto político, en el que
los grupos del poder que vertebran el proyecto político utilizan dicha Reforma Agraria para alcanzar sus
179.-CASERO RODRÍGUEZ, Francisco. “Andalucía: Hacía un nacionalismo de clase”. El País. 22/05/1982.
Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
180.-SÁNCHEZ GORDILLO, Juan Manuel y SEVILLA GUZMÁN: 1993. “El nacionalismo andaluz del Sindicato de
Obreros del Campo”. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Documentación
orgánica.
181 .- Ibídem.
75
propios objetivos182. De este modo vamos a pensar históricamente la cuestión de la Reforma Agraria,
para contextualizar su demanda en la Andalucía de las décadas de 1970 y 1980.
Siguiendo a los profesores Eduardo Sevilla Guzmán y Manuel Pérez Yruela, llamaremos Reforma
Agraria al conjunto de transformaciones realizadas por las clases dominantes y cuyos objetivos
fundamentales son la redistribución de tierras desde aquellos grupos que las han controlado
históricamente hacia aquellos otros grupos que han sido excluidos de la posesión de las mismas, y por
otro lado la creación desde el poder político de proyectos e infraestructuras agrarias 183.
En este sentido me dispongo a definir históricamente lo que han sido las Reformas Agrarias en el
contexto del siglo XX, atendiendo a cinco formas o modalidades que a mi juicio recomponen el análisis
histórico de las reformas agrarias contemporáneas:
En primer lugar tenemos la experiencia de Reforma Agraria desplegada como transición desde el
feudalismo al capitalismo. Se produce fundamentalmente en los países del norte de Europa y tiene
como benefactor esencial a la nueva clase burguesa, que adquiere nuevas tierras gracias a la
desvinculación de las obligaciones jurídicas que sujetaban las tierras comunales a las clases
trabajadoras agrarias y rurales, mediante derechos comunales de uso tradicional. Esto genera, por un
lado, una clase de medios propietarios amplia, y por otro, el excedente de mano de obra agrícola se ve
desplazado a las zonas urbanas donde tiene cabida, en el seno de los primeros procesos industriales en
Europa. Podemos incluir en esta definición experiencias históricas como la inglesa 184, la francesa185 o la
alemana186.
La segunda forma de Reforma Agraria es la que surge en aquellos lugares donde el capitalismo y la
burguesía se consolidan bajo el régimen de gran propiedad, constituyéndose además como lugares
periféricos respecto a la producción industrial, lo cual hace que sus débiles estructuras agrarias no
puedan asimilar el grave contingente de mano de obra rural despojada de tierra. Se trata de una
reforma que se constituye al calor de una revolución socialista, proceso político por el que las clases
populares, fundamentalmente obreras y campesinas, toman el poder guiadas por una estructura
política revolucionara que utiliza una vía violenta. Podemos catalogar dentro de esta definición de
182.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y PÉREZ YRUELA, Manuel: “ La dimensión política en la Reforma Agraria:
Reflexiones en torno al caso andaluz” en Papers Revistas de Sociología. Número Nº 16 (1980), Barcelona, p.
55.
183.- SEVILLA GUZMÁN, Eduardo y PÉREZ YRUELA, Manuel: “La dimensión política..., p. 55.
184.- HOBSBAWM, Eric y RUDÉ, George: Revolución industrial y revuelta agraria. Madrid, Siglo XXI Editores, 1978.
185.- MARX, Karl: 18 de Brumario de Luis Bonaparte. Madrid, Editorial Sarge, 1985.
186.- KARL, Kautsky: La cuestión agraria: Análisis de las tendencias en la agricultura moderna. Editorial Siglo
XXI. Barcelona. 1986.
76
Reforma Agraria socialista las experiencias ocurridas en Rusia 187, China188, Cuba189 o Vietnam190. En estos
casos la Reforma Agraria tiene como objetivo la transformación social del país mediante la subversión
de la estructura social agraria, es decir, mediante la redistribución de la tierra desde los grupos de la
oligarquía y la aristocracia que la detentaron históricamente hacia los grupos subalternos, que
mediante la revolución y la toma del poder, se ven sujetos a nuevos derechos sobre los medios de
producción, en este caso la tierra191.
La tercera definición de Reforma Agraria es la que podemos denominar como democrático-liberal, y
es aquella que en un contexto de democracia liberal, representativa y capitalista, trata, mediante la
acumulación de poder representativo y de poder legislativo y ejecutivo, de generar transformaciones
reformistas y moderadas en la estructura social agraria. Esta vía suele darse en un contexto realmente
crítico de crisis orgánica del Estado de derecho, en el que el principio de inviolabilidad de la propiedad
privada (que por lo general es un principio inviolable), sucumbe ante la función social de la tierra. Es la
que se produjo durante la II República española 192 o durante el gobierno de Allende en Chile.193
La cuarta forma de Reforma Agraria es la que conocemos como colectivizaciones agrarias desde
abajo. Dicho proceso es el que se genera en un contexto de crisis institucional, crisis política extrema
y crisis económica. Suele darse en un contexto de guerra civil, como fue el caso de las colectivizaciones
agrarias llevadas a cabo por los anarquistas durante la Guerra Civil española, 194 o las colectivizaciones
agrarias en el Perú durante 1962, lideradas por Hugo Blanco Galdós, Secretario General de la
Federación de Campesinos del Perú.195
Existe una quinta forma que comprende la Reforma Agraria en su despliegue histórico y ha sido la
que podríamos llamar de modernización capitalista. Se da en un contexto de países periféricos 196 donde
el capitalismo está plenamente asentado, especialmente durante el último tercio del siglo XX. Los
objetivos fundamentares de estas Reformas agrarias son la modernización de las estructuras agrarias
187.- LENIN, Vladimir Ilich: La cuestión agraria. Madrid, Editorial Auyo. 1975.
188.- HAMZA Alavi: “Los campesinos y la revolución” en Pensamiento Crítico. Nº 4 (1967).
189.- ARANDA, Sergio: La revolución agraria en Cuba. Madrid, Siglo XXI Editores, 1968.
190.- WOLF, Erich: “Vietnam” en Las luchas campesinas del siglo XX, México D.F., XXI Editores, 1972, p. 221.
191.- Erich WOLF,: Las luchas campesinas..., ver también: COZ, Jean le: Las Reformas Agrarias. Barcelona, Ariel,
1975.
192.-MALEFAKIS, Edward: Reforma Agraria y revolución campesina en la España del siglo XX. Barcelona, Ariel,
1970.
193.-BARRACLOUGH, S. Y FERNANDEZ J.A.: Diagnóstico de la Reforma Agraria chilena. México, Siglo XXI, 1974.
194.-SÁNCHEZ JIMENEZ, José: “Las colectividades agrarias durante la Guerra Civil”. Publicado en Anales de
Historia contemporánea. Volumen Nº 7 (1989), p. 49.
195.-CÚNEO, Martín y GASCÖ, Emma: Perú, capítulo de su obra Crónica de un estallido: Viaje a los movimientos
sociales que cambiaron América Latina. Barcelona, Icaria Antrazyt, 2013, p. 125.
196.- VANDANA SHIVA: The violence of the green revolution. The thirrd world agriculture. Ecology and Politics. Zed
Book. Londres. 1991.
77
nacionales, la mecanización de los cultivos, la especialización productiva y la articulación de las
economías agrarias en base a las dinámicas de la economía mundial, especialmente la exportación. En
este contexto podríamos situar la denominada Revolución verde.197
Tras el despliegue de este marco teórico para el análisis de la Reforma Agraria como proceso
político, analizaremos la evolución política y sindical del Sindicato de Obreros del Campo en relación a
sus propuestas, desde las demandas de Reforma Agraria, a la de Desarrollo rural alternativo. Lo
haremos a través de sus documentos Congresuales y de las ponencias relativas a las alternativas para
el modelo agrario. Y lo haremos fundamentalmente a través de la ponencia de Reforma Agraria del III
Congreso del SOC de 1984, Tareas que debemos llevar a cabo en el SOC hoy, del IV Congreso de 1987 y
Los Retos del SOC: Hacia un movimiento rural alternativo del V Congreso de 1993 (en el que el Sindicato
de Obreros del Campo pasó a llamarse Sindicato de Obreros del Campo y del Medio Rural).
3.2.-Del III Congreso de Villamartín de 1980 al IV Congreso de Sevilla 1987. El
Sindicato de Obreros del Campo ante la Ley de Reforma Agraria de 1984
La aparición de un terreno favorable a la Reforma Agraria se dio en el contexto de la llegada al
poder de Rafael Escuredo a la Junta de Andalucía y de Felipe González a la Presidencia del Gobierno
central. Rafael Escuredo representaba el ala andalucista del PSOE y estaba apoyado por su Consejero
de Agricultura Miguel Manaute (quien habría pertenecido al SOC y había participado en su Asamblea
fundacional en Antequera el año 1976). Tras un anunciamiento de gran alcance mediático en la
histórica ciudad de Ronda en mayo de 1983, Escuredo y Manaute presentaron su proyecto de Reforma
Agraria el 21 de octubre en la ciudad de Carmona. Las razones que empujaron a este proyecto de
Reforma Agraria fueron muy variadas. Entre ellas cabe destacar sobre todo la emergente agitación
social en el mundo rural, y las repetidas ocupaciones de fincas y marchas jornaleras sobre tierras
susceptibles de ser expropiadas, desde finales de la década de los setenta y comienzos de la de los
ochenta, como señala el Informe elaborado por El Trasnational Institute 198 y La Vía Campesina
Internacional199 sobre Luchas populares contra el acaparamiento y concentración de Tierras en Europa,200
en el capítulo dedicado a Andalucía, 201 así como en el Informe Por el Derecho a la Tierra editado y
197.- PEREZ DE ARMIÑO, Karlos: “Revolución Verde” en Diccionario de acción humanitaria y cooperación al
desarrollo. Icaria Editorial, Instituto Hegoa de Cooperación y Desarrollo, Universidad del País Vasco, Bilbao, 2008.
p. 483.
198.- http://www. tni.org.
199.- http://www. viacampesina.org/
200.- BORRAS Jr Saturnino M. y FRANCO Jennifer, (coords) : Land concentration, land grabbing and people’s
struggles in Europe Report. Bruserlas. Vía Campesina Internacional, Hands off the land Proyect, FIAN y Comisión
Europea. 2013.
201.- APARICIO, Marco; FLORES, Manuel; LANDERO, Arturo; MINGORRÍA Sara; ORTEGA Delphine, TUDELA,
Enrique: Experiencias de resistencia campesina en Andalucía en VV.AA.: Land concentration, land grabbing and
people’s struggles in Europe Report. Germany. TNI. Vía campesina. 2013.
78
coordinado por Melik Özden, director del Centro Europe-Tier Mon 202 (Centro Europa-Tercer Mundo) de
Ginebra (Suiza), en la sección dedicada a Andalucía 203.
El 21 de Octubre, Rafael Escuredo y Miguel
Manaute presentan su Proyecto de Reforma Agraria, que causa un tremendo malestar, especialmente
ante las organizaciones políticas y sindicales de izquierda; y principalmente en el SOC, que ve en esta
nueva Ley una jugada del PSOE para hacer propia una reivindicación histórica de los jornaleros
andaluces y desactivar por completo los movimientos sociales en demanda de una Reforma Agraria
que incidiera sobre el régimen de propiedad de la tierra. El objetivo de esta Ley fue dejar intacta la
estructura de la propiedad de la tierra y modernizar el campo andaluz por la vía de la modernización
técnica, la mecanización y la especialización productiva. El clima de agitación rural y ocupación se fue
tensando desde que, en febrero de 1983, el Gobierno decidiera expropiar todas las propiedades del
grupo empresarial Rumasa, debido a una importante cantidad de impagos e irregularidades que
mantenía con Hacienda. Entre las fincas a expropiar estaba la de explotación latifundista “El Indiano”,
en el término municipal de Puerto Serrano, municipio donde el Sindicato de Obreros del Campo estaba
fuertemente implantado. Ante la posibilidad de que el Estado la expropiara para cederla a jornaleros o
a cooperativas agrarias, durante el verano de 1983 se desató una fuerte campaña de ocupaciones
permanentes por parte del SOC204, que aspiraba a la toma y puesta en cultivo de dicha finca, sea con la
cesión del Gobierno o sin ella. El objetivo fundamental del SOC era, en todo momento, la negociación
con el Gobierno y la cesión de las fincas expropiadas a RUMASA, como señala un artículo de El País del
2 de junio de 1983: El líder del SOC, Francisco Casero, tras insistir en el firme propósito de
establecerse en El Indiano hasta que la Administración central diera una respuesta concreta al futuro
de las fincas expropiadas, aclaró que no pretendían un reparto alocado e indiscriminado de las tierras,
queremos que las fincas se entreguen al Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario, y que se forme una
comisión donde esté el SOC, para negociar su futuro. 205 Todas estas ocupaciones terminaban siempre con
el mismo mecanismo: el desalojo forzoso de los ocupantes por parte de la Guardia Civil. Como señala
el Diario de Cádiz: “Más de trescientos guardias civiles desalojaron ayer “El Indiano”. Los jornaleros
permanecieron sentados en el suelo y fueron sacados en brazos por las fuerzas del orden”. Tras el
desalojo, los jornaleros han vuelto a montar otro campamento improvisado a trescientos metros del
anterior, donde ya trabajan en la construcción de nuevas chozas para asentarse permanentemente
ante el nuevo desalojo.206. Se trata de la primera ocasión en que la vía pacífica del movimiento jornalero
forzó a un desalojo “en volandas” de los jornaleros. Eso significaría una transformación de las formas
202.- http://www.cetim.ch/es
203.- COLINE Sauzión: “La lucha por el acceso a la tierra en Andalucía” en ÖZDEN, Melik (coord): “El Derecho a la
Tierra”. Programa Derechos Humanos del Centro Europa - Tercer Mundo (CETIM). Serie Derechos Humanos. Nº 14
(2014).
204.- “El SOC continúa la ocupación de una finca expropiada a Rumasa”. Diario de Cádiz. 03/06/1983. Archivo
histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
205.- Jornaleros del SOC ocupan una Finca expropiada a Rumasa. El País. 02/06/1983. Archivo histórico ISEC.
Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
206.- “Más de trescientos guardias civiles desalojaron ayer “El Indiano”. Diario de Cádiz. 02/06/1983. Archivo
histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
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violentas con las que era reprimido el movimiento jornalero, y se debió fundamentalmente a las
prácticas pacíficas de ocupación de tierras que llevó el SOC a lo largo de toda su actividad
reivindicativa, y por las que sería internacionalmente conocido. Las ocupaciones de El Indiano durante
el verano de 1983 supusieron un gravísimo varapalo para el Gobierno socialista, tanto a nivel estatal
como andaluz. El PSOE se encontró con uno de sus primeros desafíos estructurales en Andalucía. El
total de fincas expropiadas a Rumasa suman más de 20.000 hectáreas repartidas en 36 fincas, ya que
la Almoraima, situada en Castellar de la Frontera, provincia de Cádiz, sola tiene 14.000 hectáreas. El
Indiano 294 hectáreas, y está entre el municipio de Montellano (provincia de Sevilla) y el municipio de
Puerto Serrano (provincia de Cádiz, Comarca de la Sierra). Esta era la comarca fundamental de
influencia del SOC, desde la Sierra Sur de Sevilla, hacia el sur pasando por la Comarca de la Campiña
sevillana y Marchena, hacia la comarca de la Sierra de Cádiz y llegando hasta el Marco de Jerez. Por
tanto, El Indiano estaba en plena zona de influencia del SOC. Otro elemento importante es que El
Indiano tenía acceso a regadío, ya que dicha finca es colindante al río Guadalete. A esto había que
añadir que a comienzos de la década de 1980 Andalucía seguía teniendo 200.000 jornaleros que
trabajaban solo temporalmente, y que el 50% de la tierra seguía estando en manos del 2% de los
propietarios, lo cual generaba las condiciones idóneas para un debate público que iba a forzar al PSOE
a tomar medidas en el ámbito de la política agraria 207, especialmente en la presentación, en el mes de
octubre, de su Ley de Reforma Agraria.
Por la naturaleza de este trabajo me es imposible entrar al análisis y la reflexión acerca de dicha Ley
de Reforma Agraria, que fue realizada por una comisión dirigida por el Ingeniero José María Sumpsi
Viñas. Solo diremos que estaba fundamentalmente enfocada a la modernización de la agricultura
andaluza, tanto de sus cultivos como del sector empresarial agrario; la implantación de las técnicas de
regadíos en fincas donde fuera posible sin demasiada inversión; y en la especialización de cultivos para
la exportación de cara a una economía cada vez más globalizada. La Ley prestaba escasa atención a la
expropiación de fincas, así como a la redistribución de la desigual estructura agraria de propiedad de
la tierra. Si escasa era la atención en el ámbito teórico de redacción de la Ley, más escasa aún iba a ser
su atención práctica. La Ley se enfrentó al rechazo por parte del SOC desde el primer día de su
presentación. Tal y como escribió Francisco Casero, Secretario General del SOC, en El País el 17 de
Octubre de 1983:
Nosotros, el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), que nunca hemos renunciado a una reforma agraria
andaluza, defendemos que ésta debe permitir avanzar hacia la propiedad pública de la tierra y hacia una
utilización de los recursos agrarios andaluces que permita acabar de una vez por todas con el paro en el
campo. Pero cuando preguntamos por las expropiaciones [...], se nos recuerda que el derecho de propiedad es
inviolable según la Constitución. Nosotros decimos que la titularidad de la tierra no es tan importante como
el usufructo que de ella se obtiene, siempre que se avance hacia la propiedad pública de la tierra, prestando
especial atención a las cooperativas de explotación en común y potenciando la viabilidad de las actuales
207.- “El Indiano, el primer desafío jornalero al Gobierno socialista”. El País. 13/06/1983. Archivo histórico ISEC.
Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
80
explotaciones familiares208.
En dicho artículo Francisco Casero plantea que hay cinco versiones de la actual Reforma Agraria.
Según él, por un lado los terratenientes hablan de modernizar, el gobierno central habla de reconvertir,
la Junta de Andalucía de una Reforma concertada, y por otro lado aparece de nuevo Comisiones
Obreras y el Partido Comunista de Andalucía demandando algo que había olvidado por completo, una
Reforma Agraria Integral. Por su parte el SOC, según plantea Paco Casero:
No creemos que puedan expropiarse ahora todas las grandes fincas, pero sí deseamos tener abierta la
posibilidad de que, con la debida presión social, voluntad política y capacidad financiera, vaya
desapareciendo paulatinamente la abusiva concentración de la propiedad de la tierra que se da en
Andalucía, que los montes se vayan desprivatizando y se repueblen, que se contemplen planes comarcales de
ordenación agraria y agroindustrial, que se saneen y racionalicen las estructuras comerciales
monopolizadoras, que se favorezca la creación de cooperativas de compras de materias primas, y servicios
técnicos para la agricultura, etcétera209.
Ante el lanzamiento por parte del Presidente de la Junta de Andalucía del anuncio de una Comisión
que trabajaría en la redacción de una Ley de Reforma Agraria, el Sindicato de Obreros del Campo
preparó su III Congreso adelantado, para el mes de septiembre, en Marinaleda 210, donde una comisión
redactaría una propuesta de Reforma Agraria que sería presentada en la segunda parte de su III
Congreso celebrado esta vez en Villamartín en marzo de 1984.
En ese clima de tensión y presión por una Reforma Agraria desde abajo, el SOC convoca una
Conferencia Extraordinaria sobre Reforma Agraria 211 en el municipio de Bornos, comarca de la Sierra de
Cádiz el día 13 de noviembre de 1983. En dicha Conferencia se analizan los aspectos fundamentales de
la situación, de la lucha del SOC por la tierra y de la Ley de Reforma Agraria que prepara el Gobierno de
Andalucía, y se trata de sentar las bases para preparar lo que será la propuesta de Reforma Agraria del
Sindicato de Obreros del Campo. En dicha Conferencia, en el análisis sobre el anteproyecto de Reforma
Agraria, la primera crítica que se formula es la de que dicho anteproyecto no atiende en ningún
momento a la función social de la tierra: no se atiende a generar el mayor número de puestos de
trabajo, ni a la rentabilidad social, sino solo a la rentabilidad económica. Las posibles expropiaciones
por parte del Gobierno andaluz se harán sobre aquellas fincas que no estén sujetas a su debido
aprovechamiento económico. Para el SOC, uno de los puntos fundamentales de dicha Reforma Agraria
debe ser la re-organización de la estructura agraria andaluza, en base al reparto de la tierra desde las
manos de los latifundistas a manos de pequeños y medianos campesinos y jornaleros.
208.- Francisco CASERO: “Por una reforma agraria que nunca existió”. El País, 17 de octubre de 1983. Serie: Archivo histórico
ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
209.- Francisco CASERO: “Por una reforma agraria…” Ibídem.
210.-“Hoy comienzo el III Congreso del SOC en Marinaleda”. Correo de Andalucía. 10 de septiembre de 1983.
Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
211.-“Conferencia extra-ordinaria sobre Reforma Agraria”. Bornos 13 de Noviembre de 1983, Archivo histórico
ISEC, serie: Sindicato de Obreros del Campo, caja: Documentación orgánica.
81
Para entendernos, esta Reforma Agraria no dará más trabajo a los jornaleros, no modificará ni el uso ni la
propiedad de las tierras bien cultivadas sea cual fuere su tamaño; no frenará la mecanización indiscriminada
sino que, bien al contrario, la impulsará decididamente y finalmente, tampoco re-ordenará los cultivos
agrícolas para defender y extender las superficies sembradas de productos que demanden mano de obra
abundante212.
Además de la cuestión del reparto, el SOC también exige una serie de puntos en torno a la
planificación económica, entre ellas:

Planificación de cultivos con criterios de potenciación de aquello en lo que Andalucía tenga más
ventajas comparativas y que dé trabajo.

Creación de las industrias abastecedoras de materias primas agrarias.

Fomentar la creación de cooperativas de compra de materias primas y servicios técnicos para la
agricultura.

Elaborar una nueva legislación laboral para el campo y establecer una normativa que impida la
acumulación privada de tierra.

Potenciar la investigación agraria en Andalucía y elaborar un Plan de Aprovechamiento
hidráulico, forestal, energético, entre otras medidas de carácter análogo.
Por último, el SOC plantea que una Reforma Agraria como la que ellos defienden es necesaria y
posible, argumentando que se dan las condiciones económicas de paro y de precariedad de una gran
parte de los trabajadores agrícolas en Andalucía, así como la superveniencia de la tensión entre el
latifundio y el minifundio y la ausencia de una clase media propietaria en el mundo rural. Por otra
parte, para el SOC se da el contexto político, ya que el PSOE ha sido elegido con un masivo respaldo
social, tanto en Andalucía como en el Gobierno del Estado. Por lo cual tiene legitimidad para afrontar
una reforma de este calado. Por último, para el SOC existen las condiciones legales y jurídicas para
afrontar una Reforma Agraria, ya que la nueva Constitución recoge competencias en este sentido en su
artículo 131.1. También en la mayoría de países del entorno europeo se contempla una legislación
favorable a la Reforma Agraria.
El trabajo de elaboración finalizó con la presentación de la ponencia sobre Reforma Agraria en el III
Congreso celebrado en Villamartín, en el mes de marzo de 1984. La ponencia de Reforma Agraria fue
quizás el documento más acabado sobre este asunto que propuso el Sindicato de Obreros del Campo, y
que siguió desarrollando en el IV Congreso de 1987. En el análisis de la ponencia tenemos que
destacar, en primer término, su profundo contenido ideológico ante la falta de perspectivas políticas
212.- “Conferencia extra-ordinaria sobre Reforma Agraria”. Bornos 13 de Noviembre de 1983, Archivo histórico
ISEC, serie: Sindicato de Obreros del Campo, caja: Documentación orgánica.
82
que tenía el ante-proyecto del Gobierno andaluz. La propuesta del SOC está muy nutrida de la ideología
marxista y nacionalista de izquierdas, que en esos momentos estaba siendo hegemónica dentro del
SOC:
La Reforma Agraria debe ser vehículo revolucionario que conduzca a la desaparición del sistema
capitalista, caminando hacia una mayor independencia de Andalucía. […] sin avanzar en el camino de la
liberación nacional de Andalucía de la dependencia económica, política y cultural en que hoy se encuentra,
será imposible avanzar en el tipo de Reforma Agraria que el SOC defiende.213
En cuanto a la cuestión de la tierra, el SOC despliega su propia concepción de su propiedad y las
formas de propiedad y tenencia que debería promulgar la Ley de Reforma Agraria declarando:
La tierra, como el aire y como el agua es un don de la Naturaleza y por lo tanto no puede ser tenida por
nadie para su provecho o enriquecimiento privado sino que es un bien público, un propiedad del pueblo que
tiene que ser para uso y disfrute de la comunidad que la habita y la trabaja. Por tanto se debe abolir la
propiedad de la tierra. La tierra no es de nadie, la tierra es del pueblo 214.
Entra las medidas que plantea el documento respecto a las transformaciones sobre las que debe
incidir la Ley de Reforma Agraria, debemos destacar fundamentalmente:
1. La titularidad de la tierra no es tan importante como el usufructo de la misma.
2. Avanzar hacia la propiedad pública de la tierra, prestando especial atención a las cooperativas de
explotación común.
3. Potenciar las explotaciones familiares.
4. El problema de la tierra ha sido históricamente un actor de conflicto en Andalucía y ya es hora de
resolverlo.
5. Legislación que impida la acumulación de la tierra.
En la línea de la defensa de la tenencia pública de las tierras, el SOC argumenta que la tierra pública
debería provenir de las tierras del sector forestal, de las tierras de antiguos y nuevos regadíos y de
tierras de secano. Para financiar dicha adquisición de tierras el SOC plantea medidas como la emisión
de títulos de deuda pública, así como un presupuesto anual extraordinario por parte tanto del
Gobierno andaluz como del estatal. El SOC defendió también la importancia de las Cajas de ahorros
para facilitar los créditos para las cooperativas de explotación, las explotaciones familiares, etc. El SOC
también propone la creación de un Banco de Crédito agrícola que aglutine los fondos provenientes de
las Cajas Rurales.
En términos de favorecer un mayor abastecimiento regional de materias primas agrarias, la
213.- “Ponencia sobre Reforma Agraria”. III Congreso de Villamartín 1984. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato
de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
214.- Ponencia sobre Reforma Agraria”. III Congreso de Villamartín 1984. Ibídem.
83
ponencia propone tender a una regionalización de las industrias abastecedoras de materias primas y
fomentar la creación de cooperativas de compras de materias primas y servicios técnicos para
agricultura. Propone también potenciar la investigación agraria en Andalucía, en orden a una adopción
selectiva y no indiscriminada de las técnicas de la Revolución Verde, creando un Centro Andaluz de
Investigación Agraria. En el ámbito de la transformación y comercialización de los productos agrarios
en Andalucía, el documento hace las siguientes propuestas:
Como principio general, en el marco de la nueva agricultura, en la que este constituye sólo un sub-sector
dentro del sistema agro-alimentario global, el éxito de toda Reforma Agraria depende en gran medida de las
reformas que se introduzcan en el subsector de transformación de la comercialización agraria. Habría que
atender a la creación de industrias comarcales en estrecha relación con las producciones agrarias de la zona.
La promoción de estas industrias es responsabilidad oficial, potenciando las iniciativas colectivas y el
Cooperativismo215.
Además de estas medidas, es importante destacar otras demandas que se incluyen en el documento
como: mejora de las condiciones de vida de los municipios rurales, con medidas como asistencia
sanitaria o una educación pública de calidad; o la inclusión de una rigurosa legislación laboral de
garantías para los trabajadores agrícolas en las explotaciones y en las fincas de tierra pública, así como
en el entorno general de trabajo agrícola asalariado.
Este documento fue el texto fundamental que el SOC asumió en su demanda de una Ley de Reforma
Agraria, durante los años en que estuvo vivo el debate en torno a dicha Ley del Gobierno andaluz. No
es parte de la naturaleza de este trabajo analizar cuáles fueron las consecuencias de la misma, pero sí
cabe hace varias reflexiones. El 3 de Julio de 1984, el Gobierno Andaluz había publicado su Ley de
Reforma agraria. Como plantean los profesores Manuel González de Molina y José Manuel Naredo,
había varias razones que explicaban políticamente esta decisión, destacaremos las siguientes: Por un
lado permitía desactivar el movimiento jornalero cuya amplitud y radicalidad constituía, por aquel
entonces, un factor permanente de inestabilidad 216. Por otro lado constituía una victoria política dentro
del orden simbólico que continuaba suponiendo la Reforma Agraria en Andalucía, ganando a amplios
sectores de la población, incluyendo los grandes propietarios, gracias a la importante ambigüedad que
comportaba el concepto de Reforma Agraria. Definitivamente el Gobierno andaluz logró desplazar el
debate político y económico desde el eje reparto-redistribución, hacia el eje rentabilidadproductividad de las grandes explotaciones agrarias andaluzas. 217
En palabras de Manuel Pérez Yruela, en la introducción de la obra Reforma Agraria, publicación
215.- Ibídem.
216.- GONZALEZ DE MOLINA, Manuel y NAREDO PÉREZ, José Manuel: “Reforma Agraria y desarrollo económico
en la Andalucía del siglo XX”. Publicado en GONZALEZ DE MOLINA, Manuel (Editor): La Historia de Andalucía a
debate: III. El Campo andaluz. Granada, Editorial Antrophos y Diputación provincial de Granada. 2002, p. 108.
217.- Manuel GONZALEZ DE MOLINA y José Manuel NAREDO PÉREZ: “Reforma Agraria..., p. 110.
84
colectiva donde participaron entre otros José María Sumpsi Viñas, redactor de la Ley de Reforma
Agraria:
Las razones que han aducido para ello son bien conocidas: se trata de una Reforma Agraria tímida que va
a tener poco impacto en la redistribución de la propiedad de la tierra y en la solución del problema del
desempleo agrario. En suma, que se trata de un modelo de reforma que no responde a las pautas de los
modelos clásicos de Reforma Agraria, en los que la redistribución de la propiedad ha sido un objetivo
primordial218.
En palabra del propio José María Sumpsi: La buena aplicación de la ley puede resolver la pérdida de
empleo agrario en el futuro. Pero crear empleo es imposible. 219
La decepción que supuso para el Sindicato de Obreros del Campo una Ley de Reforma Agraria que
no iba a tocar en lo fundamental la distribución de la propiedad de la tierra, y que iba a tratar de
modificar las circunstancias de paro, estructura y pobreza que afectaban a los trabajadores y
trabajadoras agrícolas de Andalucía, fue tremenda. En el seno de su IV Congreso, en su ponencia sobre
Tareas que debemos llevar a cabo en el SOC hoy, expuesta por Diamantino García, se plantean
importantes cuestiones relacionadas con la Reforma Agraria así como con el Empleo Comunitario y la
aparición del nuevo subsidio de Empleo Agrario, conocido como PER, y que consiste en que a los
trabajadores que puedan realizar un número determinado de peonadas en el campo (en torno a mes y
medio o dos meses trabajados, dependiendo del año y del clima sindical de cada año), se les asegura un
subsidio el resto del año, en caso de que no puedan encontrar trabajo. La constatación de los días
trabajados viene por la firma del patrón de un documento que así lo acredite. Por lo que aparecen todo
tipo de mecanismos ilícitos, tanto para obligar a los jornaleros a trabajar en condiciones desfavorables
a cambio de las firmas, como por el surgimiento de circuitos ilegales de tráfico de peonadas (días
firmados), para acceder al subsidio de manera ilegal. Ante la pregunta planteada ¿Que tareas debemos
realizar en el Sindicato?, en cuanto a tareas a corto y medio plazo, el documento plantea:
-Destruir el subsidio del paro: Desde el SOC en sus planteamientos teóricos hay una oposición
frontal al subsidio de desempleo, ya que según ellos: “está dando a la gente una falsa seguridad, que
nos está sometiendo al Gobierno que paga y al patrón que firma las peonadas”. Además plantean que
se potencia el pillaje en vez de fomentar el empleo, que debería ser el objetivo fundamental de las
medidas de la administración.
218.- PÉREZ YRUELA, Manuel, et al: “Introducción” a Reforma Agraria. Madrid, Centro de Estudios
constitucionales, 1988.
219.- “José María Sumpsi Un ingeniero catalán es el encargado de realizar la reforma agraria auspiciada por la
Junta de Andalucía”. El País. 01 de Agosto de 1985. Prensa digital:
(http://elpais.com/diario/1985/08/01/ultima/491695204_850215.html).
85
-Acciones y luchas que signifiquen trabajo en la tierra: En esta misma línea, este IV Congreso del
SOC es una plena re-afirmación de la lucha por el reparto del trabajo y por la búsqueda de soluciones
que impliquen trabajo. Como dice el documento: Tenemos que exigir lo que necesitamos, trabajo para
vivir dignamente y tierra para trabajar. Para ello, Diamantino García Costa, en la defensa de la
ponencia,
señala una serie de acciones y luchas que el Sindicato debe afrontar, tales como la
sustitución de máquinas por hombres, el reparto de sindicalistas por los cortijos para obligar a los
patrones a que den trabajo, propuestas de cooperativas y proyectos locales que signifiquen puestos de
trabajo.
En el ámbito de las tareas a largo plazo, el documento plantea:
Luchar por una Reforma Agraria: Esta es una tarea fundamental en nuestro Sindicato: la lucha por una
verdadera Reforma Agraria. Ha sido, es y sigue siendo nuestra reivindicación principal, porque sabemos que
la tierra en Andalucía tiene posibilidades de darnos pan y trabajo a todos, si se le da el cambio que significa
una tarea a largo plazo220.
Para la consecución de este objetivo, el documento señala actuaciones como denunciar la falsa
Reforma Agraria del PSOE, ya que no toca la injusta estructura de la propiedad de la tierra. Según el
documento, la Ley de Reforma Agraria es una reconversión del campo que lleva consigo la eliminación
del trabajo, ya que no da alternativa a los trabajadores ante la situación de desempleo. El documento
señala que va dirigida a dar más riqueza a los ricos, calificándola de modernización capitalista del
campo, engañosa, que roba a los jornaleros una bandera de lucha. Por tanto, el documento defiende
que: la estrategia ante la aplicación de la Reforma Agraria del PSOE ha de ser la de no colaborar, con
algo engañoso y perjudicial para los intereses de los jornaleros, estando activos denunciando todo lo
negativo221. Se propone igualmente que en cada pueblo o comarca se realice una lista con fincas a
expropiar para denunciarlo públicamente y ocupar las que habría que expropiar como práctica de
lucha.
En el apartado final, Nuestro camino a la Reforma Agraria, el documento plantea lo siguiente:
Nuestra filosofía en cuanto a Reforma Agraria se podría resumir diciendo que la tierra, como el aire y
como el agua es un don de la naturaleza y que por tanto no puede ser tenida por nadie para su provecho o
enriquecimiento privado, sino que es un bien público, una propiedad del pueblo, que ha de ser para uso y
disfrute de la comunidad que la habita y la trabaja. Se debe abolir la propiedad de la tierra y su uso privado.
La tierra no es de nadie. Si nadie ha hecho la tierra, nadie puede poseerla y su uso sólo corresponde a la clase
jornalera cuando la trabaja directamente. La tierra solo puede ser propiedad pública, propiedad del pueblo.
Traducido a nuestro aquí y ahora andaluz, esta filosofía significa luchar decididamente por la desaparición lo
más inmediatamente posible de la figura inútil para la producción y parásita para la sociedad que es el gran
terrateniente222.
220.- “Ponencia sobre Las tareas que debemos llevar a cabo hoy en el SOC”. IV Congreso de Sevilla. Septiembre
de1987. Caja Sindicato Obreros del Campo. Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos.
Universidad de Córdoba.
221.- Ibídem.
222.- Ibídem.
86
A continuación analizaremos cómo cambian las condiciones y la Reforma Agraria pasa a un
segundo plano, siendo elementos más centrales las propuestas de desarrollo rural alternativo
planteadas por el SOC hacia la configuración de la propuesta política de la Soberanía Alimentaria.
4. Ecologismo popular, agro-ecología y construcción de la Vía
Campesina Internacional hacia la soberanía alimentaria
Introducción al contexto histórico: consolidación del nuevo orden político hacia
una política agraria comunitaria
La segunda década de los años ochenta constituye el cambio de un tiempo histórico en el que se
consolida un nuevo periodo político y un nuevo orden social, que transformarán radicalmente las
condiciones en las que se desarrollará tanto la vida del Sindicato de Obreros del Campo, como la del
resto de la izquierda radical andaluza, así como se transformarán y consolidarán una serie de políticas
agrarias que afectarán al desarrollo global del mundo agrario y rural en Andalucía. Por la naturaleza de
este trabajo no puedo entrar a analizar en profundidad estas transformaciones, ni las causas y
consecuencias de las mismas, pero en un esfuerzo de síntesis plantearé los siguientes elementos como
fundamentos centrales del nuevo tiempo histórico, y que afectarán frontalmente al desarrollo del
Sindicato de Obreros del Campo:

Consolidación de la llamada transición política con la victoria electoral del PSOE, tanto a
nivel estatal como andaluz, y con el encauzamiento de una política económica
fundamentalmente moderada, que dejaría de lado las aspiraciones transformadoras de una
parte de la izquierda radical.

La crisis política de los partidos y grupos políticos de extrema izquierda que se venía
dando desde la primera década de los años sesenta, se agravaría con la práctica desaparición
de actores como el PTA-PAU, MCA, LCR, ORT y todo el ámbito de la izquierda radical andaluza,
con las excepciones del Partido Comunista de Andalucía, y en términos más reducidos, del
Sindicato de Obreros del Campo.

La aparición del Subsidio-PER que generaba una serie de ingresos mínimos a los jornaleros,
supuso una crisis muy importante, tanto de movilización política contra el paro, como un
aislamiento de las posturas que seguían defendiendo la lucha por el acceso a la tierra,
insertando a los trabajadores agrícolas en las redes clientelares de los empresarios agrícolas,
87
ya que eran estos los que debían firmar las peonadas mínimas para asegurar el subsidio
consiguiente.

Entrada del Estado Español en la Comunidad Europea lo que supuso la supeditación de las
políticas agrarias estatales a la Política Agraria Comunitaria. En un documento de prensa, el
Grupo andaluz de opinión, un grupo de personas que solían participar en los debates desde
una perspectiva nacionalista y de izquierdas, fundamentalmente a través del Diario 16 (grupo
del que formaba parte generalmente Francisco Casero, Secretario General del SOC hasta 1984).
Dicho Grupo andaluz de opinión, decía el día del ingreso de España en la CEE:
El planteamiento simplista de que por ser la economía andaluza una economía eminentemente agraria se
verá beneficiada hace aguas por todas partes. Pero es que además insistir en nuestra especialización agraria
es asignar de entrada a Andalucía un papel muy poco lúcido en el ámbito de la división regional del trabajo.
La especialización agraria es una especialización dependiente y esto no supone ninguna novedad para los
andaluces; significa continuar por el camino de los doscientos últimos años para profundizar en lo negativo
de la situación actual223.

La consolidación del proceso de industrialización de la agricultura andaluza, que se venía
dando desde los años cincuenta, pero que se acentúa profundamente con la modernización
agraria que supone la Ley de Reforma Agraria del gobierno andaluz, ya que trata de desplazar
la mano de obra desde el trabajo agrícola hacia otros sectores. En este sentido:
La industrialización de la agricultura española había comenzado a finales de los años cincuenta y
lógicamente todas las transformaciones que suponen el tránsito de una agricultura de base orgánica a
una agricultura industrial vinieron acompañadas de un cambio sustancial en el mercado laboral, no
sólo en la agricultura, sino en todos los ámbitos de la producción, a raíz de una profunda reestructuración sectorial de la fuerza de trabajo224.
Se trata sin duda de una coyuntura fundamental en el desarrollo histórico del movimiento jornalero
andaluz. Tal y como define Francisco Casero, en Octubre de 1984 (habiendo dejado ya la Secretaría
General del SOC, en su artículo en la prensa) el sindicalismo agrario andaluz ha tenido que enfrentar
históricamente a dos ejes que hoy se acentúan por el desarrollo del capitalismo en Andalucía. Por un
lado, enfrentarse desde el sindicalismo y el movimiento obrero no solo a la situación laboral de los
trabajadores, sino a una situación en la que el desempleo es una de las formas fundamentales de
despojo social. Por otro lado, el SOC ha tenido que hacer frente a un contexto de subdesarrollo y
dependencia que generaba en Andalucía un contexto distinto al del movimiento obrero, no solo
europeo sino también diferente al del resto del Estado español, por lo que hoy una de las metas del
sindicalismo es sobrevivir a las transformaciones del capitalismo en crisis tales como reconversión,
223.- M. Delgado Cabeza, G. Cano Francisco Casero “Andalucía ante el ingreso en la CEE”, Diario 16 12 de Junio de
1985. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
224.-GONZÁLEZ DE MOLINA, Manuel et al: El Pacto Andaluz por la Naturaleza de 1986. Un ejemplo de confluencia
entre el movimiento campesino y el ecologista. Actas del XII Congreso de Historia Agraria. III Sesión: Conflicto
agrario, campesinado e identidades colectivas. Universidad de Córdoba. Sociedad Española de Historia Agraria.
2008. Córdoba.
88
inflación, paro, disminución de pensiones, mecanización, imposición de competitividad de cara al
Mercado Común, etc. Señala Francisco Casero:
El modelo sindical, surgido en el siglo pasado y cristalizado a lo largo de este, se halla en crisis. Como
también está en crisis el modelo económico y político capitalista y el modelo denominado “socialismo real” de
los países del Este. La confrontación Norte-Sur (entre países desarrollados a costa de los demás, y países
subdesarrollados y empobrecidos por habérseles expoliado sus recursos) pasa hoy a primer plano. […] El gran
desafío que tenemos cuantos somos ya, hoy conscientes de esta realidad, y queremos realmente la liberación
económica, política y cultural de nuestro País Andaluz. Desafío a la imaginación para profundizar en la
investigación, el análisis y las soluciones de los problemas y desafío a la tentación de sucumbir a la pasividad
y la frustración. Para los nacionalistas andaluces no hay actualmente modelo de referencia. Hemos de irlos
planteando mientras recorremos el camino. Un camino que no puede ser solo político, sino también cultural y
económico. La germinación de un nuevo tipo de sindicalismo cuyas características antes dibujadas tendrán
que concretarse en la propia práctica, es uno de los avances fundamentales 225.
4.1.-El surgimiento del ecologismo popular: El Pacto andaluz por la Naturaleza
En este contexto surge también una corriente de activismo social en el mundo rural que podríamos
llamar el ecologismo popular, también descrito por Joan Martínez Alier como ecologismo de los pobres,
en su obra El ecologismo de los pobres: conflictos ambientales y lenguajes de la valoración, define del
siguiente modo:
El ecologismo de los pobres, ecologismo popular o ecología de la liberación fue el espacio de movilización
social que señaló que desgraciadamente el crecimiento económico implica mayores impactos en el medio
ambiente, y llama la atención al desplazamiento geográfico de fuentes de recursos y de sumideros de
residuos. En este sentido vemos que los países industrializados dependen de las importaciones provenientes
del Sur, para una parte creciente de sus demandas cada vez mayores de materiales primas o de bienes
comunes. Algunos grupos amenazados apelan a los derechos territoriales desde el interés material por el
medio ambiente como fuente y condición para el sustento. Su ética nace de una demanda de justicia social
contemporánea entre humanos. Ejemplo son los conflictos por la tierra, por el agua, el acceso a los bosques,
las cargas de contaminación o el comercio ecológicamente desigual 226.
En ese sentido, Joan Martínez Alier señala que el ecologismo, como movimiento social que disputa
los usos comunitarios de los recursos ambientales y que genera en su acción colectiva movilizadora un
lenguaje propio de la valoración, no es únicamente lo que se viene a llamar un “nuevo movimiento
social” definido magistralmente por Alain Touraine,227 sino que unas ciertas prácticas de lo que hoy
conocemos como ecologismo moderno, provienen de las tradiciones populares de resistencia a los
usos y modos de control sobre los recursos naturales que la nueva conciencia moderna e industria
imponía a comunidades tradicionales, esencialmente campesinas e indígenas por todo el planeta. De la
resistencia a estas nuevas prácticas capitalistas sobre los recursos surgió una conciencia movilizadora
y opositiva, que desde los países que estaban siendo expoliados y que sufrían el acaparamiento de
225.- CASERO, Francisco: “La desorientación del sindicalismo agrario”. Diario 16. 16/10/1984. Serie: Prensa: Caja
Sindicato de Obreros del Campo. Archivo Histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.
226.-MARTÍNEZ ALIER, Joan: El Ecologismo de los pobres. Conflictos ambientales y lenguajes de la valoración.
Barcelona, Icaria Editorial, 2005, p. 26.
227.- TOURAINE, Alaine: ¿Cómo salir del liberalismo? Barcelona, Editorial Paidós, 1999, p. 53.
89
estos recursos, surgió una cultura de defensa del medio ambiente como forma de luchar por su propia
supervivencia, para lo cual era imprescindible el acceso a estos recursos. En este sentido, cabe destacar
el papel que los campesinos han cumplido a la hora de enfrentar desde la movilización un determinado
modo de producción social y de explotación de los recursos. En este sentido, en Andalucía surge desde
mediados de la década de los años ochenta, un proceso muy importante de convergencia entre el
emergente movimiento social ecologista “proteccionista”, y por otro lado el movimiento jornalero en su
afán de proteger los recursos y generar nuevas alternativas de vida rural y de modelos agrarios donde
los recursos como la tierra, los bosques o el agua cumplieran una función social hacia la comunidad.
Esta colaboración entre el movimiento jornalero y el incipiente movimiento ecologista tiene lugar en
las reivindicaciones de un modelo forestal sostenible, que protegiera los bosques, que supusiera una
fuente de puestos de trabajo en el medio rural y que significara también una fuente de riqueza y de
recursos para las comunidades rurales del ámbito agrario andaluz. En este sentido hay que volver a
destacar la figura de Francisco Casero en la alianza que desde mitad de la década de los años ochenta
se generó entre el movimiento jornalero y el nuevo movimiento ecologista en Andalucía. En palabras
de Pepe Luque, uno de los fundadores de las Comisiones de Jornaleros de Osuna y más tarde del
Sindicato de Obreros del Campo:
Casero siempre tuvo una sensibilidad hacia el medio ambiente, más sensible con el medio ambiente que la
mayoría de la gente, hoy hay mucha gente con sensibilidad hacia el medio ambiente, pero entonces no,
incluso cuando estábamos ocupando un campo, hacíamos daño, hacíamos daño, éramos como cabras, no
teníamos ni idea de conciencia ecológica. Casero la tenía y apostaba por el tema de la plantación de
árboles.228
El comienzo de esta alianza surge con una serie de acciones y reivindicaciones que desde el SOC se
realizan en relación a la naturaleza y el medio ambiente, tales como acciones a favor de las
repoblaciones,229 contra la desertización,230 así como ante el deterioro del medio natural andaluz 231.
Quizás el nacimiento oficial podríamos datarlo concretamente en el año 1985, con la elaboración de
una Propuesta para el debate: el medio natural andaluz 232 que surgió en el seno del SOC de la provincia
de Cádiz durante el verano de 1985 y que sería presentado públicamente el día 28 de septiembre en
Villamartín. Tal y como anunciaba la prensa de Cádiz durante el verano de 1985 y que sería presentado
públicamente el día 28 de septiembre en Villamartín. Tal y como anunciaba la prensa:
La búsqueda de un pacto andaluz por la naturaleza, que establezca las bases de la política forestal y de
228.-Entrevista oral a José LUQUE CANO. Realizada en Agosto de 2014 en Osuna. Depositada en el Archivo
histórico ISEC. Sección de testimonios e Historia oral. Serie Historia del movimiento Jornalero.
229.-“El SOC exige a la Junta de Andalucía la repoblación del pinar de Monte Algaida”. Diario 16,
27/06/1985.Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
230.-El Gobierno tendrá que detener la desertización, según el SOC. 04 de Agosto de 1985. Diario de Jerez. Archivo
histórico ISEC. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
231.- Francisco CASERO y Saturnino RAMOS. Grupo andaluz de opinión.“La destrucción de nuestra tierra”.
23/11/1985. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
232.- “Propuesta para el debate: El medio natural andaluz”. 7 de Julio de 1985. Archivo histórico ISEC. Serie:
Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación orgánica.
90
medio ambiente en la comunidad autónoma, es el objetivo fundamental de la reunión que, convocada por el
Sindicato de Obreros del Campo (SOC), se celebrará hoy en Villamartín, con la asistencia de representaciones
de grupos ecologistas y sindicatos autónomos de Andalucía233.
Dicha reunión tendría como objetivo crear las bases para un debate público sobre la propuesta de
una serie de alternativas a la situación de deterioro del suelo andaluz, así como tender a la creación de
un Pacto andaluz por la naturaleza en el que tengan lugar diferentes actores sociales, políticos,
económicos, junto a las administraciones y organismos públicos correspondientes. La iniciativa que
surge desde el SOC cuenta desde el primer momento con el apoyo de diferentes grupos ecologistas de
la provincia de Cádiz, especialmente de la Federación Ecologista y Pacifista de la Provincia de Cádiz
(FEPC). En el transcurso de los debates, las presentaciones públicas y los espacios de que se abren
entre estas y otras organizaciones, sindicatos, asociaciones rurales y administraciones; el pacto
comienza a ser suscrito por ayuntamientos y una gran cantidad de organizaciones y colectivos. El
documento es un informe acerca de la situación de los bosques en Andalucía, así como la plasmación
de lo que han significado las políticas forestales en Andalucía en las últimas décadas; la política agraria
desarrollada por la Junta de Andalucía; la situación del régimen de propiedad del suelo forestal; las
especies naturales en el ámbito forestal andaluz y un programa de propuestas para la mejora de los
bosques y del medio natural en Andalucía. Tal y como dice el documento:
Hoy día es muy difícil hablar de planificación económica si no se tiene en cuenta el aprovechamiento y
protección del recurso del suelo. Esto es mucho más importante en Andalucía teniendo en cuenta la
incidencia del campo en la vida económica del País Andaluz por lo que es vital hablar de una política forestal
y de defensa y protección del Medio Ambiente en Andalucía. En ella se dan múltiples aspectos: máxima
potenciación de los montes para su mayor estabilidad ecológica, que va desde evitar la erosión, regulación de
las aguas y de los embalses, defensa de la infraestructura, poblaciones, protección de los cultivos, suavización
de los microclimas, recreación ambiental (caza, pesca, ocio, etc.) hasta la obtención de materias primas:
madera, corcho, pastos, etc., además de como fuente que garantiza puestos de trabajo y estabilidad de la
población de montaña234.
De entre los 13 puntos, podemos destacar un primer bloque referido a las tareas de conservación
del patrimonio forestal y repoblación, y un segundo bloque de medidas referidas a la generación de
empleo y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos 235. Medidas de conservación y regeneración
del monte, como la repoblación del bosque autóctono (coníferas, acebuches, algarrobos y castaños); el
incremento del patrimonio forestal público mediante la compra de montes por parte de la
administración; la conservación de la flora y fauna propias de ecosistemas mediterráneos; la
explotación racional e integral de los recursos del bosque (corcho, piñón, carbón, algarrobas, miel,
233.-El SOC inicia hoy los debates en la búsqueda de un “Pacto andaluz por la naturaleza”. Diario de Jerez. Sábado
28 de septiembre de 1985. Serie: Prensa: Caja Sindicato de Obreros del Campo. Archivo Histórico del Instituto de Sociología y
Estudios Campesinos.
234.-“Propuesta para el debate: El medio natural andaluz”. 7 de Julio de 1985. Archivo histórico ISEC. Serie:
Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación orgánica.
235.-GONZALEZ DE MOLINA, Manuel et al: “El Pacto Andaluz por la Naturaleza de 1986. Un ejemplo de
confluencia entre el movimiento campesino y el ecologista”. Actas del XII Congreso de Historia Agraria. III Sesión:
Conflicto agrario, campesinado e identidades colectivas. Universidad de Córdoba. Sociedad Española de Historia
Agraria. 2008. Córdoba.
91
madera, etc.); o la unificación de la Administración Forestal del Estado para eliminar la división de
competencias entre organismos. En cuanto a las medidas de integración social podemos encontrar: la
integración de la vida social y económica de las poblaciones en los aprovechamientos forestales; la
unión del objetivo de la conservación del bosque con el de la mejora de las condiciones de vida de sus
habitantes, generando empleo y recursos; la ordenación y planificación en la gestión de los montes
públicos implicando a los diferentes sectores sociales del entorno (Juntas de montes locales); planes
de formación profesional en trabajos forestales (guías de naturaleza, retenes, vigilantes de la fauna y
flora, etc.), planes de prevención de incendios y campañas de educación y concienciación ciudadana.
Quizás la acción más llamativa que se realizó en esta campaña fue una marcha popular, que recorrió,
desde el 22 al 30 de noviembre de 1986, nueve pueblos de la provincia de Cádiz (Espera, Bornos,
Villamartín, Prado del Rey, El Bosque, Benamahoma, Zahara, El Gastor, Algodonales y Puerto Serrano)
bajo el lema “Monte: vida y trabajo”. El objetivo del Pacto era que la Junta de Andalucía y las diferentes
administraciones asumieran los objetivos del Pacto Andaluz por la naturaleza. Podemos considerar
esta marcha como la primera alianza en unidad de acción de un movimiento sindical en defensa del
trabajo, junto a un movimiento ecologista de corte “conservacionista”. El importante debate que se
generó entre las luchas sindicales desde una concepción desarrollista del trabajo, y los sectores
ambientalistas que propugnaban cierto conservacionismo de la naturaleza, tiene una de sus más
interesantes formas de alianza en expresiones de colaboración como las que se dieron en la Andalucía
de los años ochenta entre el movimiento jornalero y los emergentes grupos ecologistas. Tal y como
señala la prensa de le época: “Esta acción se plantea desde dos vertientes: la ecologista y la sindical, es
decir, la defensa del monte como una fuente de recursos naturales y como fuente de trabajo en tareas
de repoblación, regeneración, ganadería, recolección de algarrobas y corcho y prevención de incendios
entre otras.”236 Es importante destacar, como hace Francisco Casero, que este nuevo movimiento supone
un cambio sustancial en la orientación de lo que hasta ahora había sido el único objetivo de la lucha de
los grupos jornaleros, la reivindicación de puestos de trabajo, y su acercamiento a otros modelos
impulsados por nuevos jóvenes jornaleros desde una conciencia ecologista nueva, como afirma
Francisco Casero: “… nuevos jornaleros plantea una nueva orientación del movimiento jornalero que ya
no espera la llegada del subsidio, únicamente, sino que busca alternativas dentro de los recursos
disponibles.”237
La marcha concluyó el domingo 30 de noviembre en la localidad de Puerto Serrano, donde el SOC y
las demás organizaciones ecologistas presentaron un documento titulado Por un pacto andaluz por la
Naturaleza. Con el que trataban de que las administraciones, tanto central como andaluza y
236.-“Ecologistas y jornaleros recorrerán a pie 97 kilómetros en defensa del monte”. Diario de Cádiz.
20/11/1986. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
237.-“Dos caminan juntos”. El País. 19/11/1986. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Prensa.
92
municipales, suscribieran un acuerdo sobre política forestal. Según la prensa, Paco Casero en el cierre
de la marcha:
...calificó esta acción como un hecho histórico, ya que supone el inicio de la unidad entre jornaleros y
ecologistas en un proyecto que ni tan siquiera se ha concebido en Europa, donde el ecologismo tiene un
desarrollo muy superior. Casero igualmente reveló que representantes del grupo ”Arco Iris” del Parlamento
Europeo se han interesado por el desarrollo de esta experiencia que han considerado muy interesante 238.
Es importante señalar que esta acción fue un elemento de una alianza importante entre sectores del
movimiento jornalero y campesino junto a los sectores del ecologismo, que darían lugar a la
experiencia pionera de agricultura ecológica en Andalucía, en la Finca La Verde, y a toda una actividad
de desarrollo pionero de la agricultura ecológica en Andalucía, con el Seminario Permanente de
Agricultura Ecológica que desembocó en la fundación, en 1991, del Comité Andaluz de Agricultura
Ecológica, fundado y presidido por Francisco Casero desde 1991 a 2015, y del que hablaremos más
adelante.
4.2.-Del V Congreso de Puerto Serrano de 1993. Hacia un Sindicato del
medio rural
En su V Congreso, el Sindicato de Obreros del Campo cambia su nombre por Sindicato de Obreros
del Campo y del Medio Rural. Además de esto, y tras el fracaso (o las limitadas consecuencias) de la
Reforma Agraria del Gobierno andaluz; el SOC afronta un nuevo tiempo en el que el desarrollo rural y
la ecología configura los pilares fundamentales de la nueva etapa histórica que se abre desde la
segunda mitad de la década de los años ochenta.
Mientras el concepto de reforma agraria tenía que ver con las acepciones del término a las que
hacíamos referencia anteriormente, fundamentalmente modificación del régimen de la propiedad de la
tierra y de la estructura social agraria, el desarrollo rural, según Eduardo Sevilla Guzmán239, trata de un
proceso de modernización agraria que contempla dos vías. Por un lado, una dinámica basada en el
modelo agro-industrial hegemónico, que pretende la búsqueda de productos estandarizados mediante
la aplicación de tecnologías agrarias basadas en el capitalismo intensivo, y que pretendían alcanzar un
óptimo nivel productivo tanto cuantitativo como cualitativo. Todo esto vinculado a la dinámica postproductivista de economía social que trata de presentar los espacios rurales como espacios de
consumo, tanto de paisaje como de bienestar, fomentando la dimensión mercantil del mundo rural
desde sectores como el turismo y el ocio rural en un mundo de constante urbanización del campo. Esta
última dinámica a través de la cual las administraciones tratan de fomentar cierto asociacionismo rural
como factor de desarrollo local endógeno, para Francisco Entrena Durán:
238.- Ibídem.
239.- Eduardo SEVILLA: De la sociología rural..., p. 50.
93
La nueva concepción del desarrollo rural, que se trata de implantar en el marco global de súperproducción y de crisis de la modernidad en el que se hallan países industriales avanzados del sistema
mundial como los europeos, no implica ya crecimiento y modernización, sino que suele conllevar una
necesidad de ir apartando, gradualmente, recursos materiales y humanos de las tareas de labranza de la
tierra. En Andalucía el tránsito de la opción por la reforma agraria a la nueva concepción del desarrollo rural
resulta más comprensible si se considera que se trata de un proceso cuyas causas no se circunscriben
únicamente a su entorno regional/local específico, sino que también está relacionado con la gradual
integración de su sociedad y de su economía agraria en la lógica socio-económica global mundial a raíz de
los hechos como la incorporación de nuestro país a la Comunidad Europea y su supeditación a las normas de
la PAC o, también, su creciente inserción en los mercados agro-alimentarios transnacionales tras la
aprobación de los acuerdos del GATT240.
En este sentido, el Sindicato de Obreros del Campo, en 1993 adopta la nueva filosofía del desarrollo
rural, tanto en su nombre (pasa a ser Sindicato de Obreros del Campo y del Medio Rural) como en sus
tesis políticas y sindicales de apertura al mundo rural en su conjunto. Así, en la ponencia Los retos del
SOC: Hacia un movimiento rural alterativo 241, el SOC decide entre varios de sus nuevos ejes
fundamentales:

La apertura a otros ámbitos laborales más allá de los jornaleros y los trabajadores agrícolas,
tales como los obreros de la construcción, los pequeños campesinos o los comerciantes.
Sectores laborales que no tenían en el mundo rural andaluz, y especialmente en los pueblos
donde estaba implantado el SOC, ninguna organización sindical que pudiera defender sus
intereses.

Asumir el valor ecológico: defiende una agricultura social y ecológica: social porque la
productividad hay que medirla por los puestos de trabajo que crea, por la riqueza que genera en
los pueblos, y ecológica frente a la agricultura química que contamina las aguas, esquilma la
tierra, favorece la desertización y produce alimentos poco sanos y de poca calidad 242.
En este sentido, el documento plantea que la agricultura química ha contaminado el agua,
obligando a consumir agua embotellada en los pueblos; ha arrebatado a la gente la posibilidad
de acceder a recursos tradicionales como la recogida de caracoles, espárragos o plantas
medicinales, por la alta contaminación; y les ha robado la sabiduría de las técnicas agrícolas
tradicionales, así como sus semillas. Desde el documento plantean seguir acercándose a
iniciativas como El Pacto andaluz por la naturaleza y a organizaciones como la Federación
Ecologista y Pacifista de Andalucía. El SOC analiza qué tipo de desarrollo necesitan los pueblos
para encontrar alternativas que creen riqueza. Y se propone crear las bases de un Desarrollo
Rural Alternativo Andaluz que tenga como objetivos la supervivencia, la dignificación y la defensa
240.- ENTRENA DURÁN: Francisco: “De la Reforma Agraria al desarrollo rural: El caso andaluz” en Revista de
Economía y sociología del trabajo. Nº 27 y 28 (Marzo-Junio 1995) p. 125.
241.- “Ponencia Hacia un movimiento rural alternativo”. V Congreso de Puerto Serrano. Septiembre de 1993.
Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
242.- Ponencia hacia un movimiento rural alternativo, cit.
94
de estos. En un documento elaborado por el SOC meses más tarde, con el título Hacia un
movimiento rural alternativo en Andalucía, se propone un análisis de la situación de las comarcas
rurales andaluzas, tras el cual responde del siguiente modo a la cuestión: ¿Cuál puede ser la
estrategia por parte de un movimiento social alternativo que tenga sus bases en la sociedad rural,
una de las más dependientes?243:


Contrarrestar y desenmascarar a los medios de comunicación y acercarse a la gente de los pueblos.

Formar a las bases a través de métodos que propicien la capacidad de análisis y la participación, más allá
de las viejas consignas.





Acercarse a los colectivos sociales de cada pueblos, y junto a ellos identificar, plantear y compartir los
problemas que les afectan.
Generar espacios de jóvenes que puedan fortalecer estos colectivos sociales de los pueblos.
Asumir la dualidad entre globalización y localismo, tratar de generar redes de aprendizaje y de
intercambio de experiencias entre el mundo local de los pueblos y otras realidades de ámbito global como
pueden ser los países del sur.
Re-formular los contenidos tradicionales que el mundo rural ha dado a hombres y mujeres tanto en las
familias como en la vida pública.
Tratar de organizar grupos y asociaciones que hagan tareas de asesoramiento en el seno del Programa de
Desarrollo Rural Andaluz, privatizado, y que ofrece financiación a redes formales de formación y
asesoramiento local, desarrollo rural, etc. Ya que es un modo de ganar espacios tanto a la administración
como a empresas privadas que gestionan estos fondos.
Generar espacios de socialización de colectivos especialmente marginados y excluidos del trabajo tales
como los jóvenes y los jubilados, como forma de organizar a las comunidades rurales y generar dinámicas
de participación.
La otra ponencia que nos interesa y que vamos a analizar es la Ponencia sobre Cooperativismo244,
que surgió de las reflexiones e intercambios que se generaron en el Seminario de las Cooperativas del
SOC integrado por las cooperativas Tierra y Libertad (El Bosque, Cádiz), La Verde (Villamartín,
provincia de Cádiz), El Romeral (Los Corrales provincia de Sevilla), Cooperativa Agro-forestal Nuevas
Raíces, Cooperativa de Construcción Aguzaderas, de Carpintería Nueva Savia (las tres últimas de El
Coronil, provincia de Sevilla) y la Cooperativa La Verea (Pedrera, provincia de Sevilla). Dicho
seminario era un espacio de colaboración entre los investigadores del Instituto de Sociología y
Estudios Campesinos, tal y como relata Eduardo Sevilla Guzmán:
Nuestro trabajo por aquel entonces tenía la observación participante como método central; en ella los
investigadores del ISEC asistíamos a las asambleas de Jornaleros, colaborábamos con ellos en análisis de la
situación del campo y de la política agraria del Gobierno […] como consecuencia de la demanda jornalera
respecto a un asesoramiento técnico en una agricultura de base ecológica, vinculadas a su identidad. El
equipo de investigadores del ISEC inició un proceso de contrastación empírica del manejo agro-ecológico
andaluz con los manejos latinoamericanos que se iban analizando a través de las investigaciones de campo
que se desarrollaban en el programa de Doctorado del ISEC. Nuestro enfoque, producto de esta fructífera
interacción, se basó en la utilización de los recursos endógenos de los diferentes agro-ecosistemas andaluces
243.- “Hacia un movimiento rural alternativo en Andalucía”. Diciembre de 1993. Archivo histórico ISEC.
Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación orgánica.
244.-Ponencia sobre Cooperativismo. V Congreso de Puerto Serrano. Septiembre de 1993. Archivo histórico ISEC.
Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
95
de tal forma que su potencial histórico, junto a los nuevos movimientos sociales, fueran su fuerza
conductora245.
Dicha ponencia fue redactada por Eduardo Sevilla Guzmán, Macarena Luque Guillén, sindicalista
del SOC, Francisco Cañamero Valle, de la Cooperativa Tierra y Libertad y Alonso Torres de la
Cooperativa El Romeral. En esta ponencia se definen (en base a un proceso colectivo de aprendizaje y
reflexión, tanto de búsqueda de un modelo teórico como en búsqueda de soluciones prácticas) las
bases de la filosofía que pretendía construir las cooperativas formadas al calor de las luchas del SOC.
Entre dichas características podemos destacar:
El objetivo es vivir del trabajo, vivir de la tierra. Ser rentables, pero no rentabilistas, y en la medida de lo
posible dar trabajo a la comunidad y asegurar cierto auto-consumo. Generando reciprocidad y tratando de
llegar a la comunidad a través de la venta directa. Los pilares básicos, desde una perspectiva política, eran la
ecología, el apoyo muto, la vida comunitaria, el asamblearismo, la solidaridad y la rotación de tareas 246.
En cuanto a las dificultades más importantes, la ponencia señala las dificultades de la convivencia
desde el equilibrio, el aprendizaje colectivo y la rotación de tareas. Los escollos para socializar las
responsabilidades y tareas y no caer en un modelo donde ciertas personas tengan una responsabilidad
más directora y otro grupo ejecute las directrices propuestas. Y la necesidad del aprendizaje técnico,
del que los jornaleros carecen, por no haberse enfrentado nunca a la agricultura como tal, sino a tareas
concretas, especialmente de recogida.
Finalmente en la Ponencia
sobre Agricultura y Medio ambiente, el SOC desarrolla una
caracterización de la agricultura capitalista y señala algunos elementos para un desarrollo sostenible,
entre los que destaca tres requisitos: debe ser ecológicamente perdurable y conseguir el
mantenimiento de los recursos naturales de cada zona (suelo, agua, biodiversidad, cultura agroecológica, etc.). Debe ser económicamente rentable para el agricultor, y por último debe ser aceptado
culturalmente, tanto por el agricultor como por la sociedad. Por lo que es necesario un trabajo de
concienciación para evitar la actual colonización cultural 247.
4.3. Orígenes de la agro-ecología en Andalucía
En este sentido tenemos que destacar el trabajo realizado por el equipo de investigadores del
Instituto de Sociología y Estudios Campesinos de la Universidad de Córdoba, junto al SOC como génesis
del sumergimiento de la agro-ecología en Andalucía. Según ha definido uno de los pioneros de la agroecología a nivel internacional como es Miguel Altieri, profesor e investigador de la Universidad de
245.-SEVILLA GUZMÁN, Eduardo: Desde el pensamiento social agrario. Córdoba, Servicio de publicaciones,
Universidad de Córdoba,1991, pp. 14-20.
246.-”Ponencia sobre Cooperativismo”. V Congreso de Puerto Serrano. Septiembre de 1993. Archivo histórico
ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo . Caja: Documentación congresual.
247.-”Ponencia sobre Agricultura y Medio ambiente”. Serie Documentos Congresuales. V Congreso de Puerto
Serrano. Septiembre de 1993. Archivo histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja:
Documentación congresual.
96
Berkeley (California), la agroecología surge como desarrollo sustentable; es decir, desde la utilización
de experiencias productivas de agricultura ecológica, para elaborar propuestas de acción social
colectivas que desvelen la lógica depredadora del modelo productivo agro-industrial hegemónico, para
sustituirlo por otro que apunte hacia una agricultura socialmente justa, económicamente viable y
ecológicamente apropiada.248 Tal y como señala Eduardo Sevilla Guzmán:
La agro-ecología puede ser definida como el manejo ecológico de los recursos naturales a través de
formas de acción social colectiva que presentan alternativas a la actual crisis civilizatoria. Y ello mediante
propuestas participativas desde los ámbitos de la producción y la circulación alternativa de sus productos,
pretendiendo establecer formas de producción y consumo que contribuyan a encarar el deterioro ecológico y
social generado por el neo-liberalismo actual. El enfoque agro-ecológico aparece como respuesta a la lógica
del neo-liberalismo y la globalización económica, así como a los cánones de la ciencia convencional, cuya
crisis epistemológica está dando lugar a una nueva epistemología, participativa y de carácter político. Y ello
en el sentido de “re-interpretar la cuestión del poder, insertándola en un modelo ecológico, de lo que se
desprende que el ámbito real del poder es lo social como organismo vivo, como ecosistema. Es el
enfrentamiento entre un modelo de sistema artificial, cerrado, estático y mecanicista (el Estado); y un modelo
de ecosistema dinámico y plural (la sociedad)249.
No debe extrañar tampoco que la Agro-ecología surgiera también en Europa, por aquellas zonas
semiperiféricas donde aún existían vestigios del conocimiento tradicional o donde la “modernización”
agraria había sido más reciente. Una de estas primeras zonas fue Andalucía. Contaba a finales de los
años ochenta con una realidad en la que se conjugaban situaciones propias de una modernización
agraria reciente, y territorialmente incompleta, con los problemas característicos de las sociedades
postindustriales de desempleo y terciarización de la economía.
En la lucha por la tierra desarrollada por el SOC en el contexto de la Ley de Reforma Agraria de la
Junta de Andalucía, algunos grupos locales de jornaleros vinculados al sindicato habían obtenido
algunas fincas a través de su constitución como cooperativistas. Estas tierras eran por lo general de
mala calidad, de secano y que habían estado durante décadas sin labrar, algunas incluso que no habían
sido nunca labradas. Esto generó que durante la segunda mitad de la década de los años ochenta, estas
cooperativas precisaran del asesoramiento de técnicos en la construcción de un nuevo modelo
agrícola, donde pudiera expresarse la filosofía política del Sindicato de Obreros del Campo.
A finales de los años ochenta, desde la colaboración del SOC, con el ISEC y con el Grupo Arco Iris del
Parlamento Europeo, se diseñó un proyecto de Escuela Sindical en la que jóvenes andaluces y
latinoamericanos de los movimientos sociales campesinos, compartirían experiencias y aprendizajes
desde sus diferentes contextos y saberes 250. Dicho proyecto se desarrolló en la Finca Tierra y Libertad,
248.- ALTIERI, MIGUEL: Agro-ecología. Bases científicas para una agricultura sustentable. Sustainable Agriculture
Networking and Extension. United Nations Development Programme (UNDP). New York. 1999.
249.- SEVILLA GÚZMÁN, Eduardo: Sobre los orígenes de la agro-ecología en el pensamiento marxista y
liberatario. La Paz, AGRUCO Y Plural Editores, 2011, p. 13.
250.- SEVILLA GÚZMÁN, Eduardo: “Las cooperativas del SOC como movimiento social agroecológico en la
dinámica de las asociaciones andaluzas de productores consumidores ecológicos” en Van der Ploeg et al., Rural
Development: from Practices and Policies towards Theory. Sociología Ruralis,Vol. 40. Nº 4 (2000) pp. 391-408.
97
en base a faenas de cultivo y de producción de queso y miel como tareas complementarias.
Sin embargo sería en la Cooperativa La Verde donde surgiría el primer espacio en Andalucía de
experimentación y desarrollo participativo de la agricultura ecológica y la agroecología, desde el
diálogo de los jornaleros del SOC y técnicos agrícolas del ISEC, activistas sociales ecologistas y
pacifistas de la Confederación Ecologista y Pacifista de Andalucía, tal y como señala Eduardo Sevilla
Guzmán.251 Allí, en el municipio de Villamartín, un grupo de jornaleros, que durante años habían
participado activamente en dinámicas reivindicativas con la activa participación de grupos ecologistas
locales, obtuvieron 6 Has de tierra junto al río, propiedad estatal, de la Confederación Hidrográfica.
Tras formar la cooperativa La Verde, iniciaron en 1987 un cultivo ecológico de la tierra, pretendiendo
generar un modelo productivo de agricultura campesina, sin ningún tipo de formación agronómica, sin
experiencias cercanas que pudieran ser referencia, en un proyecto absolutamente pionero. Dicha finca
llevaría a cabo una de las experiencias más importantes en el desarrollo de la agricultura ecológica en
Andalucía y en el conjunto del Estado Español. 98Tal y como señala Francisco Casero:
La Verde, tenía a su favor algo poco habitual: los años de militancia social y ecologista de sus miembros,
nos había llevado a un proceso de madurez y a un convencimiento sobre el modelo de vida deseable:
solidaridad, convivencia en armonía con el medio, auto-abastecimiento, rechazo del consumismo y deseo de
formación permanente para sí mismos y hacia el exterior, son los principios unánimemente aceptados por sus
socios. La finca produce ajos, maíz, garbanzos y cultivos hortícolas como fresas, cebollas, sandías así como
una amplia variedad de frutales, 4.300 metros cuadrados de invernadero, y cinco hectáreas de cultivo al aire
libre. Existen también las colmenas, gallinas, cerdos y vacas para auto-consumo. La venta directa de los
productos se realiza en la propia finca. Se están recuperando semillas de la propia comarcal y se está creando
un banco de semillas autóctonas que permita entre otras cosas no depender de las multinacionales. 252’9898
Fruto de esta experiencia, a finales de la década de los años ochenta nacería el Seminario
Permanente sobre la Agricultura ecológica en Andalucía de la que surgiría, en 1991, el Comité Andaluz
de Agricultura Ecológica como la primera certificadora oficial de agricultura ecológica en Andalucía y
una de las primeras en Europa, y que ha sido presidida por Francisco Casero desde su fundación hasta
2015. Ese año Francisco Casero, a sus 66 años, ha pasado creado y presidido la Fundación Savia para el
Compromiso y los Valores, organización sin ánimo de lucro que, según sus Estatutos, tiene como
objetivos: Promover, impulsar y cooperar en el desarrollo social, económico, patrimonial, paisajista y
cultural del entorno rural. Promover y fomentar valores de identidad, conocimiento, sabiduría y
autoestima del entorno rural. Promover la defensa del medio ambiente y la producción ecológica 253.
La experiencia de La Verde inició una dinámica de agricultura ecológica a la que después se fueron
sumando otras experiencias con más agricultores y cooperativas; la mayor parte de estas vinculadas al
251.-SEVILLA GUZMÁN: Asentamientos rurales y agro-ecología andaluza. Publicado en “Cuadernos África
América Latina”. 35, pp. 79-85.Madrid, 1999.
252.-CASERO, Francisco: Sociedad Cooperativa “La Verde”. 13/91. Hoja divulgadora. Junta de Andalucía.
Consejería de Agricultura y pesca. Dirección general de investigación y extensión agrarias. 1991.
253.- Fundación Savia por el Compromiso y los valores. Estatutos. Página web del Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio ambiente. Organismos asociados al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente. http://www.magrama.gob.es/
98
SOC, como El Romeral en la provincia de Málaga, El Indiano en la provincia de Cádiz; La huerta de la
Charca en Jaén; Diamantino García de Lebrija, en Sevilla; o la cooperativa La Esperanza Verde del
Coronil, en Sevilla, entre otras. No obstante, puntualmente en varios momentos de la interacción
recíproca de este conjunto de experiencias productivas han aparecido pequeñas explotaciones
familiares campesinas individuales, campesinos que de alguna manera tuvieron contactos
históricamente con el SOC y sus planteamientos ideológicos son muy similares.
La acción de intercambios agronómicos más relevantes desde la óptica del establecimiento de una
“agricultura participativa” entre agrónomos (conocimiento científico) y agricultores (conocimiento
empírico) tuvo lugar en otra finca vinculada al SOC, Peñuelas, gestionada por la Sociedad Cooperativa
Andaluza El Romeral. Dicha finca surgió por la presión del citado sindicato en la búsqueda de tierra
para sus miembros. Así, diez familias de jornaleros recibieron en concesión del gobierno andaluz 110
Has de tierra por diez años, en la comarca de Antequera, Málaga. Desde 1993 hasta 1996, mediante un
proyecto de investigación adjudicado por la Unión Europea, se llevó a cabo un proceso de transición en
finca, de agricultura convencional a agricultura ecológica.
En este sentido es obligado citar aquí la interacción que a lo largo de cinco años tuvo lugar entre el
entorno del ISEC y el SOC y su paradigma reivindicativo: Marinaleda y su finca El Humoso. Es esta una
explotación situada en plena comarca latifundista de la Sierra Sur sevillana, cuya propiedad fue
arrancada tras años de lucha al gobierno andaluz. La dinámica reivindicativa de Marinaleda (es ésta
una comunidad integrada prácticamente por obreros del campo) logró conquistar 1.200 hectáreas que
fueron organizadas por una cooperativa vinculada al SOC y que hoy da 500 puestos de trabajo anuales
en una población de 2.500 habitantes 254. La cooperativa es gestionada desde una perspectiva
desarrollista muy vinculada a una concepción obrerista del movimiento jornalero cuyo objetivo
fundamental es el aumento de los puestos de trabajo. Esto se complementa con una fuerte lucha
reivindicativa desde el ayuntamiento, gestionado por la Candidatura Unitaria de Trabajadores
(vinculada el SOC) en la conquista de servicios cooperativistas de vivienda y unos servicios
municipales de calidad.
4.4. Articulación de la Vía Campesina Internacional hacia la soberanía alimentaria
Todo este proceso se da desde comienzos de la década de los años ochenta en un dialogo político
muy importante que desarrolla el SOC con las experiencias latinoamericanas, especialmente en
Centroamérica. Fue en este dialogo solidario como surgieron las dos primeras ONG´s andaluzas de
254.-APARICIO, Marco; FLORES, Manuel; LANDERO, Arturo; MINGORRÍA Sara; ORTEGA Delphine, TUDELA,
Enrique: Experiencias de resistencia campesina en Andalucía. Publicado en Land concentration, land grabbing and
people’s struggles in Europe Report. TNI. Vía campesina. 2013. Germany.
99
apoyo a Latinoamérica y África, en especial con Nicaragua (movimiento sandinista), El Salvador; y al
pueblo saharaui en el Estado marroquí: la Asociación Andaluza para la Solidaridad y la Paz (ASPA) y
Entre Pueblos255. En este contexto, el SOC conecta con la convergencia campesina, que más tarde
constituiría los movimientos sociales rurales de antagonismo a la globalización económica y al
neoliberalismo, en especial con los dos actores sociales clave de dicha articulación global: el MST
(Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil) y EZLN (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional).
El SOC contactó desde sus inicios con el Movimiento Zapatista. Así, fue en Andalucía –desde el
propio SOC y su entorno- donde aparecieron los primeros comités de apoyo al EZLN, que luego se
extenderían por el resto del Estado y de Europa. En su dinámica de resistencias y alianzas el EZLN
convocó el II Encuentro Intergaláctico contra el Neoliberalismo y por la Humanidad en España256,
mediante una marcha que recorrió el país y organizando distintos encuentros coordinados por los
grupos de apoyo al EZLN. En Andalucía la militancia del SOC organizó los actos de “clausura” de dichos
encuentros, que tuvieron lugar en El Indiano, cooperativa suya situada en el término municipal de
Puerto Serrano, cuya propiedad obtuvo tras un largo proceso de lucha por parte de los jornaleros del
Sindicato que llevó años con ocupaciones ilegales y sufriendo una durísima represión.
El SOC y el MST (legalizado en 1984, a partir de las luchas campesinas desarrolladas en Rio Grande
do Sul desde1978) establecen un diálogo en el que descubren la similitud tanto de sus formas de lucha
como de su evolución ideológica. Diamantino García Acosta acude como delegado invitado del SOC a la
Reunión Continental de la Reforma Agraria y Movimientos Campesinos en diciembre de 1981 y
participa en las reuniones de Managua, que se consideran la génesis de la Vía Campesina
Internacional257. La Vía Campesina es una coordinadora internacional de organizaciones campesinas,
pequeños agricultores, jornaleros, campesinos y migrantes de todo el mundo con organizaciones de
más de 150 países. Surge en el contexto de las Rondas de Uruguay y de la transformación del GATT en
la Organización Mundial del Comercio (OMC), para desarrollar la liberalización del comercio y la
supresión de los aranceles y de las políticas proteccionistas a escala mundial. Como muy bien señala
Anette Aurélie Desmarais en su obra La Vía Campesina: Globalización y poder del campesinado:
Ante la des-protección que significaba la falta de protecciones a la agricultura y a la producción
campesina los diferentes movimientos campesinos no vieron otra salida que la de poner sobre la mesa las
diferentes cuestiones problemáticas que amenazaban la vida de los campesinos y comprobando que en ciertas
cuestiones se enfrentaban los campesinos de todos los continentes, del Sur y del Norte a las mismas
problemáticas fundamentalmente al acaparamiento de tierras por parte de las grandes corporaciones, a la
implantación de las semillas modificadas genéticamente, a los precios de los insumos y de los fertilizantes, la
privatización de semillas, al control de las corporaciones sobre los recursos como el agua, el control de los
255.-Eduardo SEVILLA GUZMÁN,: Desde el pensamiento... , p. 14-20.
256.-ECHART Enara, LÓPEZ Sara y OROZCO Kamala: Origen, protestas y propuestas del movimiento
antiglobalización. Madrid, Editorial Catarata, 2005. p- 94.
257.- Eduardo SEVILLA GUZMÁN,: Desde el pensamiento... , p. 14-20.
100
precios por parte de las multinacionales258.
Las organizaciones que componen La Vía Campesina articulan sus acciones y sus campañas de
movilización en torno a varias premisas fundamentales: la defensa de las comunidades campesinas, la
soberanía alimentaria, la biodiversidad, la autonomía campesina y la unidad de acción del
campesinado internacional.259 La soberanía alimentaria es una propuesta que surge de las
movilizaciones que lleva a cabo La Vía Campesina durante comienzos de los años noventa durante el
trascurso de la Ronda de Uruguay que finaliza en Marrakech en 1994. El lanzamiento de la propuesta
de la Soberanía Alimentaria se produce en 1996, durante la celebración de la Cumbre Mundial de la
Alimentación en Roma, en la que la sociedad civil y los movimientos sociales llaman al Foro Social para
la Seguridad Alimentaria. La seguridad alimentaria es un concepto que surge en los años setenta por
parte de la FAO y que se define como la capacidad de las instituciones para garantizar el acceso y la
disponibilidad de alimentos para consumo general combatiendo así los periodos de escasez de alimentos
o la falta de estabilidad en los mercados internacionales de productos alimentarios de primera
necesidad260. La soberanía alimentaria se entiende como la capacidad de los pueblos y territorios a
regular, gestionar y participar en sus propias políticas alimentarias, tanto a nivel agrícola como a nivel
consumidor, por tanto supone un reclamo y una alianza internacional entre productores y
consumidores. La soberanía alimentaria parte de la idea de la agro-ecología, del consumo sustentable,
del acceso a la tierra y de la defensa de los valores naturales y de la bio diversidad. En la obra
Documentos políticos de la Vía Campesina, publicada en la V Conferencia Internacional de La Vía
Campesina en Mozambique, del 17 al 23 de Octubre de 2008, resumen el recorrido de La Vía
Campesina Internacional del siguiente modo:
En mayo de 1993, en una Conferencia llevada a cabo en Mons, Bélgica, 46 representantes de
organizaciones de campesinos, pequeños agricultores, pueblos indígenas, trabajadores del campo de varias
regiones, crearon La Vía Campesina. Pero las raíces de La Vía Campesina se remontan a la década de los
ochenta, los miembros fundadores de La Vía Campesina participaron en diálogos que condujeron a la
creación de movimientos regionales tales como la Coordinadora Campesina Europea, (CPE) en Europa, la
Asociación de Organizaciones Agrarias Centroamericanas (ASOCODE) y la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones Campesinas (CLOC) de América Latina. El dialogo y los intercambios llevaron a la firma de la
Declaración de Managua, suscrita por representantes de ocho organizaciones campesinas de Centroamérica,
el Caribe, Europa, Canadá y los Estados Unidos, que se habían reunido para participar en el Segundo
Congreso de la Unión Nacional de agricultores y Ganaderos en Managua, Nicaragua. La Vía Campesina se
creó en el Norte y en el Sur con unos objetivos comunes: un rechazo explícito del modelo neoliberal de
desarrollo rural, un rechazo indiscutible a ser excluida del desarrollo de la política agrícola y una
258.- AURÉLIE DEMARAIS, Anette: La Vía Campesina. La globalización y el poder del campesinado. Madrid,
Editorial Popular, 2007.
259.- GARCÍA FERNÁNDEZ, Javier: “Descolonizar el pensamiento y conquistar la tierra: Soberanía alimentaria y
movimiento campesino internacional”. Publicado en SANTOS, Boaventura de Souza y CUNHA, Teresa:
International Colloquium Epistemologies of the South: South-South, South-North and North-South Global Learnings
– Proceedings. Coimbra. Centro de Estudos Sociais. 2015. Página 1085.
260.- PEREZ DE ARMIÑO, Karlos: “ Seguridad alimentaria” en Diccionario de acción humanitaria y cooperación al
desarrollo. Icaria Editorial, Instituto Hegoa de Cooperación y Desarrollo, Universidad del País Vasco, Bilbao, 2008.
p. 517.
101
determinación feroz de no “desaparecer” y un compromiso para trabajar juntos para dar fuerza a la voz del
campesino. A través de su estrategia de “construir unidad en la diversidad” y su concepto de Soberanía
Alimentaria261.
Los antecedentes en Europa de la Vía Campesina Internacional se remontan a los años ochenta con
la Coordinadora Campesina Europea (EPC, por sus siglas en ingles), espacio de coordinación
internacional donde se encontraban organizaciones como el SOC en Andalucía, la Coordinadora de
Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Estado Español), EHNE Bizkaia, Euskal Herriko Nekazarien
Elkartasuna262 (Euskadi) la Confederation Paysanne263 de Francia, la Mouvement d´Action Paysanne264
de Bélgica o la Uniterr265e de Suiza, entre otras. Uno de sus fundadores, José Bové, líder campesino
francés, dirigente de la Confederation Paysanne, explica en esta entrevista los orígenes de La Vía
Campesina Internacional desde la perspectiva de la Confederation Paysanne de Francia, en la revista
New Left Review:
-Entrevistador: ¿Cómo habéis coordinado la solidaridad internacional con los campesinos y agricultores
de otros países?
-José Bové: Desde principios de la década de 1980 empezamos a pensar cómo organizarnos en un ámbito
europeo. Pensamos que no debíamos quedarnos aislados en Francia cuando había otras redes de agricultores
en Suiza, Austria y Alemania. Necesitábamos una estructura común frente a la política agrícola europea, que
está completamente dominada por los intereses del agrobusiness. Por esta razón decidimos crear la
Coordinación Campesina Europea, que cuenta con una sede en Bruselas. A través de este movimiento
entramos en contacto con grupos de campesinos de otros continentes. La idea de crear una estructura
internacional nació hace unos diez años. De ahí nació Vía Campesina. En ella participan muchas
organizaciones de agricultores diferentes: la Asociación de Agricultores del Estado de Karnataka, en el sur de
la India, que ha desempeñado un papel de primer orden en las campañas de acción directa militante contra
las semillas genéticamente modificadas y que representa a más de 10 millones de agricultores; el Movimento
Sem Terra en Brasil, que ha organizado ocupaciones de tierra con familias de campesinos y tiene un
importante programa social y educativo. Hay redes regionales en cada continente, organizadas en torno a sus
propios objetivos: en Europa, en Norteamérica, en América central y meridional, en Asia y en África.
Asimismo, hay un comité ejecutivo conjunto que en este momento tiene su sede en Honduras, pero que se
trasladará a Asia el año que viene.266
En cuanto a Andalucía, el SOC formó parte desde la fundación tanto de la Coordinadora Campesina
de Europa como de lo que será más tarde la Coordinadora Europea de Vía Campesina. El papel del SOC
ha sido desde la fundación de dicha Coordinadora Europea e Internacional la defensa de los jornaleros,
es decir de los campesinos sin tierra de Europa. María del Carmen García Bueno es su Secretaria de
Relaciones Internacionales y ha sido desde abril de 2013 a mayo de 2013 miembro de la Comisión
Internacional de Vía Campesina Internacional, como representante de la Coordinadora Europea de Vía
Campesina (ECVC por sus siglas en ingles), fecha a partir de la cual pasó a ser diputada del Parlamento
261.-”Breve Historia de La Vía Campesina” en Documentos políticos de la Vía Campesina Internacional. V
Conferencia Internacional de Yakarta. 2013. Secretaria Internacional Operativa de La Vía Campesina. Yakarta.
262.- http://ehnebizkaia.eus/index.php/es
263.-http://www.confederationpaysanne.fr/
264.-http://lemap.be/
265.-http://www.uniterre.ch/
266.- BOVE, José: ¿Una internacional de agricultores? Publicado en New Left Reviw Edición en español. Nº 12.
Barcelona. 2012. Páginas 128-139.
102
andaluz por la Candidatura Unitaria de Trabajadores que se presentó en el seno de Podemos a las
elecciones autonómicas andaluzas de mayo de 2015. Así en esta entrevista realizada por el Grupo de
Estudios del Sindicato Andaluz de Trabajadores (Central sindical que a partir de 2007 incluye al SOC)
María del Carmen señala lo siguiente:
- Entrevistador: Mari, queríamos preguntarte, tanto el SOC es miembro fundador de Vía Campesina.
¿Cuáles son los objetivos del SOC en la construcción de alianzas más amplias tanto dentro de Europa como a
nivel mundial?
- Bueno nosotros como bien dices somos miembros fundadores de Vía Campesina y estamos defendiendo
la Soberanía Alimentaria de los pueblos, esto es, la capacidad de decidir de cada pueblo sobre su propia
agricultura y su propia alimentación, y que no sean imposiciones de los mercados que con sus
especulaciones son los que controlan los mercados tanto de semillas como de alimentos, provocando a veces
situaciones que violan la dignidad humana y los derechos humanos, como la falta de alimentos, o el
monopolio de los cultivos y las políticas agrarias, o la falta de acceso a la tierra como sucede hoy en
Andalucía.267
Fruto de este trabajo del SOC en el seno de la ECVC y de la Vía Campesina Internacional, en mayo de
2010 tiene lugar en Marinaleda, pueblo histórico del SOC de la comarca de la Sierra sur de Sevilla, la
Conferencia sobre la Reforma Agraria en la Europa del siglo XXI. El objetivo de la Conferencia es
elaborar un documento que represente la postura oficial de la Vía Campesina Europa respecto a la
cuestión de la Reforma Agraria, en el contexto de comienzos del siglo XX, desde la agro-ecología, el
desarrollo rural sostenible y la soberanía alimentaria. En las jornadas han participado, entre otros,
Fausto Torrez, de Nicaragua, como responsable mundial de reforma agraria de Vía Campesina; Jeanne
Verlinden, de Bélgica, del comité europeo de Vía Campesina; Francisco A. Pereira del Movimiento de los
Sin Tierra de Brasil; Leonardo Gallito, de la Asociación Italiana de Agricultura Biológica; Benjamin
Corbier, de la Confederation Paysanne de Francia; Adnan Cobanoglu, de la Çiftçi-sen de Turquía; Ole
Davidsen, del Frie Boender flamenco; Antonio Murteira, de la Confederación Nacional de Agricultura
de Portugal; Xosé Ramon Cendan, del Sindicato Labrego Galego; Esti Redondo, de Euskal Herriko
Nekazarien Elkartasuna (Federación de Sindicatos Agrarios de Euskal Herria), así como representantes
de la República Bolivariana de Venezuela.
Dicho documento titulado Reforma Agraria en Europa268 se divide en tres partes. En primer lugar
sitúa el contexto de la crisis que desde 2008 viendo afectado al conjunto de la economía global. En
segundo lugar, el documento bajo el título El viejo modelo agrícola capitalista y caduco, hace una serie
de caracterizaciones del modelo agrícola adoptado por los países capitalistas, entre cuyas
consecuencias negativas de la agricultura capitalista que el documento señala podemos destacar:
-Daños ambientales y despilfarro de energía.
-Nueva concentración y privatización del agua, la tierra y las semillas.
267.- Entrevista digital realizada a María del Carmen García Bueno. Grupo de Estudios del Sindicato Andaluz de
Trabajadores. https://grupoestudiossat.wordpress.com/
268.-“Reforma Agraria en Europa”. Documento de la Coordinadora Europea de Vía Campesinas (ECVC). Archivo
histórico ISEC. Serie: Sindicato de Obreros del Campo. Caja: Documentación orgánica. a y Estudios Campesinos.
Universidad de Córdoba.
103
-Hambre, paro y emigración.
-Una Política Agraria Comunitaria (PAC) que beneficia a aquellos que más tienen.
-Políticas de extinción de los pequeños campesinos y productores familiares.
-Condiciones laborales de esclavitud en el siglo XXI.
La tercera parte del documento plantea bajo el título Revolución agraria un programa de Reforma
Agraria y de Política agraria desde la perspectiva de la soberanía alimentaria desarrollada por la Vía
Campesina desde mediados de los años noventa:
Entendida como el derecho de cada pueblo a decidir su política agraria y agro-industrial, exigir
soberanía para que los distintos pueblos y naciones puedan decidir por sí mismos. Significa desde ahora
mismo romper con las directrices que se imponen desde el GATT y desde la OMC que son simples escudos de
las conveniencias de las grandes multinacionales. Pero soberanía alimentaria significa también un nuevo
concepto de la agricultura y la ganadería no concebida como un negocio sino como un derecho de las
personas y los pueblos. Y eso es tocar el corazón del modelo agrario capitalista. Desmercantilizar la tierra el
agua y las semillas es un cambio revolucionario que pone patas arriba los cimientos y todo el entramado
agrícola y agroalimentario de nuestros días269.
Seguidamente el documento plantea una serie de transformaciones en la actual Política Agraria
Comunitaria entre las que debemos destacar:
-Transformar la PAC en una especie de coordinadora que reglamente y facilite las políticas
nacionales para que estas aseguren una alimentación saludable desde semillas y cultivos
autóctonos y la búsqueda de creación de empleo.
-Orientar sus ayudas desde una modulación que sea directamente proporcional al cuidado del
medio ambiente y la creación de empleo de la explotación e inversamente proporciona el número
de Has de las fincas.
-Invertir en el reforzamiento de los mercados comerciales locales y nacionales suspendiendo
cualquier ayuda a la exportación.
-Concebir tierra, agua y semillas como bienes no especulables y combatir el latifundio poniendo
límites a cualquier posesión o uso que no sea la que directamente se puede explotar desde la familia
o la cooperativa que pondrán los recursos naturales al servicio de la sociedad.
Para concluir el apartado de análisis de la PAC, el documento cierra su definición de soberanía
alimentaria, alegando que:
Soberanía alimentaria en Europa significa convertir a la agricultura y la ganadería en un sector
estratégico porque su misión es suficientemente trascendental como para sacarla de la marginalidad
creciente en la que se encuentra sumida. Hablar de agricultura es hablar de alimentos y de su calidad y de
asegurar esa alimentación saludable hasta al último ciudadano de Europa. Hablar de agricultura y
ganadería es hablar de medio ambiente y de utilización inteligente y respetuosa de los recursos naturales.
Hablar de agricultura de personas y familias con derecho a vivir alrededor de la tierra, el agua, los bosques,
269.- Ibídem.
104
los lagos, los mares y profundizar en las raíces que dan a los seres humanos y los pueblos su propia cultura y
su propia identidad. Soberanía alimentaria es que cada campesino europeo pueda disponer de sus propias
semillas y conservarlas para las próximas siembras e intercambiarlas con otros campesinos y es exigir una
nueva legislación que no obligue a sembrar semillas certificadas para tener derecho a las ayudas de la PAC 270.
El documento realiza un planteamiento de Reforma Agraria adaptada a las necesidades de las
sociedades campesinas del siglo XXI, actualizando así la demanda histórica de tierra y Reforma Agraria
de las luchas campesinas a las condiciones del capitalismo moderno y a las condiciones a las que están
sometidas la agricultura capitalista moderna y las sociedades campesinas y sus necesidades. Entre las
características fundamentales que propone la Coordinadora Europea de Vía Campesina podemos
destacar las siguientes:
-La tierra, el agua y las semillas tienen que salir del mercado porque no son una mercancía con la
que especular, no es un objeto para vender y comprar sino que tiene que ser un derecho de uso para
los campesinos y los pueblos que las trabajan.
-Inversión pública segura que garantice los medios financieros para transformar las actuales
estructuras agrarias. Un Banco agrícola que invierta allá donde sea preciso invertir
independientemente de la rentabilidad inmediata y que ponga el capital financiero al servicio de
una agricultura ética y solidaria que produzca alimentos saludables.
-Apuesta ineludible por la agricultura ecológica, ya que esta va a crear empleo porque prescinde de
mucha maquinaria y se auto-abastece desde los recursos de su entorno. La agricultura ecológica
conserva el medio de producción tierra y lo mejora garantizando la supervivencia de un recurso
finito como es la tierra.
-Creación de un banco de semillas y razas autóctonas que funcione como Banco Europeo con
sucursales por países o regiones que hagan una relación de razas y semillas de sus respectivos
territorios para mejorarlas y potenciarlas. Estos Bancos deben ser centros de conservación y
mantenimiento de semillas y razas autóctonas, pero también de investigación pública cuyos
resultados se pongan al servicio del territorio y sus campesinos sin ningún ánimo de lucro.
-Apostar por explotaciones medias familiares con políticas de precios adecuados y por el
cooperativismo social.
-Creación de industrias de transformación de los productos agrarios y ganaderos que están
controlados por los propios consumidores y organizaciones campesinas a fin de que ese valor
añadido se quede en el medio natural donde se produce y no vaya al bolsillo del capital
multinacional.
-Cada Estado o región creará una comercializadora que aglutine a los campesinos para la venta de
sus productos. Estas comercializadoras podrán hacerse públicas o con capital mixto, pero siempre
pensando primero en el mercado local y potenciándolo al máximo luego al comarcal y por último al
270.-“ Reforma agraria en Europa”. Documento de la Coordinadora Europea… cit.
105
regional.
-El monte igualmente ha de ser desprivatizado y debe estar cuidado por los ayuntamientos y otros
entes públicos para ponerlos al servicio de la comunidad, que debe estar integrada en ese espacio
natural en una convivencia recíproca. Los pequeños montes típicos de Europa pueden contribuir
decisivamente al aumento de producción de madera y está comprobado un mejor rendimiento del
monte público.
Por último el documento acaba con una reflexión amplia donde plantea la necesidad de las luchas
sociales como herramienta fundamental para la transformación del mundo agrario, tanto en Europa
como en el contexto global:
Cambiar el actual modelo agrícola capitalist,a subvertir sus estructuras no será una tarea fácil porque la
soberanía alimentaria y la reforma agraria exigen para que se hagan reales de un cambio social y político
revolucionario. Soberanía alimentaria y capitalismo son dos conceptos incompatibles. Por tanto la salida a la
crisis alimentaría provocada por el imperialismo económico se inscribe en el corazón de la lucha de clases.
Esta lucha por un modelo ético, humanitario y sostenible no es del Norte ni es del Sur pero sí es una lucha
entre ricos y pobres, explotadores y explotados, burguesía capitalista con sus multinacionales y los
trabajadores del campo los campesinos y los pueblos de todos los países de este planeta. Nuestra lucha
colectiva pretende la democracia económica y se inscribe dentro de ella por eso que tenga que aglutinar
fuerza de los campesinos y los trabajadores del campo pero también de los consumidores víctimas de este
modelo alimentario que les roba y les destroza la salud271.
Otro elemento fundamental que señala el documento es la práctica de la desobediencia civil en las
luchas campesinas por otro modelo agrario, tanto en la acción directa y las tomas de tierras como en
los intercambios de semillas entre campesinos:
Otro aspecto que deberíamos abordar desde la movilización es el romper con el monopolio de las patentes
privadas de semillas por parte de las grandes multinacionales. Por eso debemos saltarnos la injusta legalidad
establecida que no permite intercambiar semillas, ni guardar semillas madre para los campesinos. Además
tenemos que hacerlo a las claras y a la luz del día aunque nos pueda costar multas o cárcel. Este intercambio
de semillas debe ser generalizado y ahí las organizaciones campesinas no deben tener miedo ni a la
clandestinidad ni a la ilegalidad puesto que no puede ser aceptado como normal o natural lo que es una
auténtica aberración.
[...] Las grandes superficies tienen que ser ocupadas y cuestionadas desde nuestra acción diaria porque
ello es un referente público del actual modelo alimentario multinacional verdugo de la pequeña explotación
familiar agrícola ganadera. Las grandes fincas de los grandes propietarios terratenientes en Andalucía,
Extremadura, Portugal o Inglaterra deben ocuparse y señalados con el dedo sus propietarios 272.
El artículo, por último señala, que el proceso de lucha por la conquista de la soberanía alimentaria
debe ser un proceso político que aglutine y se articule en torno a las luchas sociales anti-capitalistas
que busquen generar otro mundo posible y otras formas políticas hacia un orden social diferente:
Tenemos que saber que la lucha por la soberanía alimentaria es una lucha anti-capitalista que debe
aglutinar a todos los anti-capitalistas con los que debemos concertar nuestra política de alianza porque
271.- Reforma agraria en Europa… cit.
272.-Reforma agraria en Europa… cit.
106
nuestro objetivo necesita de sumar mucha fuerza para que otro modelo de desarrollo pueda nacer de las
cenizas del actual desorden establecido. Todos tienen sitio en esta lucha por el cambio climático y por la
soberanía alimentaria pero la lucha si no es anti-capitalista es complicidad con este desorden establecido.
Tenemos que ser valientes para decir quiénes somos qué es lo que queremos y quiénes son nuestros
enemigos273.
273.- Ibídem.
107
Conclusiones de la investigación: algunas reflexiones
para profundizar en el debate
Del estudio realizado sobre la historia del movimiento campesino y jornalero en la Andalucía
contemporánea, tanto de la construcción teórica de un marco de estudio histórico, de la revisión y
articulación de un marco histórico, como del estudio de la historia del Sindicato de Obreros del
Campo, podemos extraer algunas conclusiones importantes. Pretendemos que estas conclusiones
provisionales puedan contribuir a profundizar en el debate histórico y en la comprensión de las causas
y los contextos en los que las sociedades campesinas generan espacios de movilización política y cuál
es el papel de estas expresiones del movimiento social rural en los procesos de democratización del
mundo rural, en este caso, de Andalucía.
En primer lugar podemos decir que hay una extensa tradición de estudio historiográfico sobre la
cuestión agraria en Andalucía, que ha llamado la atención de pensadores, escritores y analistas de
diferentes ramas de las ciencias sociales y de diferentes lugares del mundo, por lo que, dada la
tradición consolidada de estudio al respecto, se trata de un tema de suma importancia. Ya que los
movimientos sociales, y en este caso el campesino, han sido agentes y sujetos fundamentales para la
construcción contemporánea de las sociedades modernas. Han sido un agente democratizador y un
sujeto que por su capacidad reivindicativa y re-inventiva, ha tenido la capacidad de trasformar las
sociedades, los gobiernos, las políticas y las concepciones sociales más fundamentales en todos los
países de Europa y podríamos decir que todo el contexto internacional.
Constatamos que, desde la penetración del capitalismo agrario que generó la mercantilización y
privatización de las tierras comunales y profundizó en el procesos de concentración de tierras en
manos de los grandes propietarios, en Andalucía han surgido una serie de resistencias desde el
campesinado, con y sin tierras, que han tenido una caracterización propia, como hemos visto en el
análisis histórico y que se han repetido en el proceso de articulación del movimiento jornalero desde
el último tercio del siglo XX.
Existe un sólido consenso a la hora de plantear que el sindicalismo campesino y jornalero en
Andalucía ha sido un movimiento social de gran importancia dentro de la Historia de los movimientos
sociales y sindicales en Europa, no tanto desde una perspectiva cuantitativa como desde una
perspectiva cualitativa.
108
La naturaleza profundamente rural y agraria de la mayor parte de la sociedad andaluza ha obligado
a re-plantear las luchas sociales y las ideas transformadoras que venían desde fuera, fundiéndolas con
las tradiciones locales, eminentemente campesinas, generando una tradición de luchas campesinas
organizada y estable durante al menos 150 años. Desde mediados del siglo XIX a la actualidad
encontramos una tradición de luchas sociales y sindicalismo campesino en las comarcas rurales, en la
que podemos observar unas constantes claramente identificables. No se trata de homogeneizar, ni de
plantear un análisis ahistórico, pero sí reconocer cuáles son las continuidades que se han dado en
estos casi 200 años de tradición asociativa en las comarcas agrarias de Andalucía.
Desde comienzos de la edad contemporánea en Andalucía y debido a la irregular y difícil
implantación del Estado liberal y de la economía libre de mercado, las luchas y movilizaciones
campesinas han desarrollado una serie de demandas que asegurasen su supervivencia como sujeto
económico, político y social. Estas medidas, que se han reivindicado desde las zonas rurales de
Andalucía (con gran variedad según las comarcas, los grupo sociales y el contexto crono-cultural),
podemos agruparlas en luchas contra el acaparamiento de tierras; luchas sindicales por el reparto del
trabajo y por unas condiciones laborales concretas; luchas contra la desarticulación de las economías
campesinas y luchas por el acceso a los recursos naturales propios de estas comunidades.
Es preciso indagar y profundizar en la vía andaluza del sindicalismo campesino y jornalero, ya que
por sus condiciones históricas, ha comportado una serie de debates y propuestas desde la Unión de
Trabajadores del Campo, en la Federación Regional Española, pasando por la Federación Trabajadores
de la Región Española, y más tarde en la Federación Nacional de Obreros Agrícolas y la regional de la
Confederación Nacional del Trabajo, y que tendrá su expresión más actual en el Sindicato de Obreros
del Campo (SOC). La corriente defendida por los sindicalistas y anarquistas andaluces ha sido
históricamente la conocida como la comunista o comunitaria. Esta corriente planteaba que la sociedad
por la que se estaba luchando sería aquella en la que tanto los medios de producción como todo lo
producido, es decir el consumo de la riqueza generada en el trabajo colectivo, estuvieran bajo control
colectivo, además de bajo control comunitario. Esta postura apostaba por soluciones profundas y no
por reivindicaciones concretas de tipo laboral. Para esta corriente la capacidad de decisión recae sobre
la comunidad y no sobre los delegados sindicales. Para la corriente colectivista, fuerte entre los obreros
industriales catalanes, las luchas sindicales deben conquistar mejoras concretas para los trabajadores.
Ellos planteaban el control social y colectivo de los medios de producción de riqueza, pero también el
control individual de lo que es producido. Esta tensión ha existido históricamente desde los inicios del
movimiento obrero, campesino y jornalero, desde mediados del siglo XIX a la actualidad, y ha sido un
foco de tensión constante y permanente en las estructuras sindicales de ámbito español.
109
El movimiento jornalero surgido tras la dictadura franquista es la prolongación natural de los
espacios sociales de movilización política generados por el movimiento campesino, tanto de jornaleros
como de pequeños campesinos, en el periodo que va desde la Revolución de septiembre de 1868 al final
de la II República en 1936. Tras la dictadura, el resurgir del movimiento jornalero ha tenido su forma
de expresión sindical en el Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía, desde 1976 a la actualidad.
El Sindicato de Obreros del Campo ha sido una fuerza sindical de amplia participación social, con
características muy cercanas a los movimientos sociales en términos de participación y apertura, ya
que a pesar de ser un sindicato, su objetivo fundamental no ha sido únicamente los trabajadores como
sujetos de defensa mediante la movilización, sino las comunidades rurales y, más aún, la propia
naturaleza y el medio ambiente, como hemos visto con la emergencia del ecologismo popular y la
agricultura ecológica. Por tanto no se trata únicamente de un sindicato en defensa de una clase o de un
sector de trabajadores, sino en defensa de una determinada concepción del mundo y de la vida desde
las comunidades rurales.
Podemos decir, por otro lado, que en el contexto del tardo-franquismo y la transición política el
Sindicato de Obreros del Campo ha constituido espacios muy importantes de socialización y formación
política democrática, generando mediante el conflicto, la movilización política y la acción de masas un
marco social de defensa de la democracia y de los intereses de la población rural, así como también de
los trabajadores agrícolas. La concepción de clase ha de ser configurada con aquella otra idea de
unidades campesinas de acción colectiva, teniendo también en cuenta las particularidades de la acción
colectiva, que históricamente ha generado el malestar y la protesta rural en Andalucía, ubicando la
articulación de la protesta no en el Sindicato como tal, sino en la comunidad, expresada a través de las
sociedades de obreros, trabajadores y campesinos, así como en espacios amplios de participación
popular.
En la práctica democratizadora del SOC, desde la emergencia de las Comisiones de Jornaleros, el
movimiento jornalero ha contribuido a crear espacios de socialización política y de demandas
democráticas, en un entorno claramente hostil y profundamente sumido en las desigualdades
generadas por casi cuatro décadas de dictadura franquista en el campo. En las comarcas donde este
movimiento enraizó, el Marco de Jerez, la Sierra de Cádiz, la campiña de Sevilla y la Sierra Sur de
Sevilla, el SOC fue el elemento fundamental en el proceso de democratización y movilización social que
creó el marco, tanto de reivindicaciones de clase, como de reivindicación de derechos fundamentales,
desde el que se afrontó la lucha contra la dictadura franquista y por la consolidación de un nuevo
sistema democrático.
110
El Sindicato de Obreros del Campo constituye un caso paradigmático, único en Europa, de
sindicalismo de clase, de campesinos sin tierra y trabajadores agrícolas asalariados, que en el
contexto de economía agraria latifundista, logra generar estructuras sindicales que constituirán la
expresión sindical del movimiento jornalero durante las últimas cuatro décadas en Andalucía desde
1976 a 2006, y a partir de 2007 en el seno de Sindicato Andaluz de Trabajadores/as.
Podemos plantear que el SOC constituye igualmente un caso novedoso de movimiento
fundamentalmente de clase, que aglutina al movimiento jornalero en la demanda de derechos
nacionales e históricos de Andalucía. Durante la larga historia de Andalucía como del andalucismo
político, el SOC representa por primera vez a un movimiento popular organizado sindicalmente que
defiende las tesis del nacionalismo andaluz, generando una modalidad de nacionalismo de izquierdas
vinculado a las luchas campesinas por la tierra y a la Reforma Agraria.
En cuanto al estudio histórico de la cuestión agraria, podemos afirmar que el Sindicato de Obreros
del Campo de Andalucía fue uno de los agentes fundamentales que forzaron a que el Gobierno andaluz
promulgara la Ley de Reforma Agraria de 1984. Con su constante demanda de tierra, y sus acciones de
ocupaciones tanto simbólicas como permanentes, la cuestión de la Reforma Agraria y del injusto
régimen de la propiedad de la tierra volvió a ser un tema de debate público y político durante la
transición política en Andalucía.
En este sentido podemos comprobar cómo desde el SOC, el modelo de Reforma Agraria que se
defiende, es aquella que procede del resultado de una una transformación política por la cual los
sectores del movimiento obrero organizado y de los campesinos toman el poder (o ciertos espacios de
poder) y generan nuevas formas políticas desde un nuevo orden social o desde la autonomía
conquistada al Estado. Podríamos decir que este era el objetivo del SOC, para lo cual desarrolló una
política de presión popular desde abajo mediante la ocupación de tierras, tanto simbólicas como
permanentes que forzaran al poder entregar determinadas fincas para uso colectivo por parte de los
jornaleros del SOC. Esta sería la práctica del sindicato más extendida frente al modelo de Reforma
Agraria del Gobierno andaluz, en sintonía con el modelo de modernización capitalista que el
capitalismo mundial imponía a las regiones agrarias periféricas.
Podemos plantear también que en el seno de esa misma práctica democratizadora, el movimiento
jornalero, por su comprensión campesina del territorio y su vinculación a la tierra, generó una serie de
demandas vinculadas a la protección del medio ambiente y de la naturaleza que dio lugar a lo que hoy
111
conocemos como movimiento ecologista andaluz y movimiento en defensa de la agricultura ecológica
y de la agro-ecología.
Por otra parte hay que destacar la importancia que tiene el movimiento a escala global de La Vía
Campesina Internacional en la construcción de alternativas al modelo agro-alimentario mundial y en la
vindicación de los derechos de las sociedades campesinas a comienzos del siglo XXI. Se trata de la
primera experiencia política que a nivel global aglutina diferentes experiencias, organizaciones y
sindicatos rurales que recojan las demandas de la práctica totalidad de las luchas campesinas que se
desarrollan a escala mundial. El SOC en este sentido ha sido y es un elemento fundamental para la
defensa y la reivindicación tanto del acceso a la tierra como de los intereses de los jornaleros sin tierra
y los campesinos pobres de Europa.
Por todo ello es fundamental continuar con las investigaciones, el estudio y el análisis del papel que
han jugado los movimientos sociales campesinos y jornaleros en la democratización del mundo rural
andaluz. En este sentido mi apuesta fundamental es seguir conjugando las propuestas teóricas que
surgen desde la multi-disciplinariedad de las ciencias sociales como la Sociología rural, la Antropología
económica, la Historia social contemporánea o los Estudios Campesinos. Profundizar en el
conocimiento del papel que han jugado estos movimientos campesinos y jornaleros en la construcción
de los sistemas democráticos y en qué medida han disputado cuestiones como el reparto de la tierra, la
defensa de los intereses de las poblaciones rurales, los servicios públicos de los trabajadores agrícolas
y otras demandas ejercidas desde el mundo rural. Muy especialmente hemos de comprender en que
medida han logrado transformar (o tienen la capacidad de transformar) el modelo agro-alimentario
actual, en su búsqueda de políticas agrarias y modelos agro-alimentarios políticamente más
democráticos, ambientalmente más sostenibles, económicamente más equitativos y socialmente más
justos. Todo ello profundizará, sin ningún género de dudas, en la construcción de modelos mas
democráticos, mas sostenibles, más equitativos y más justos que contribuyan a superar algunos de los
grandes retos a los que se enfrentan las sociedades democráticas a comienzos de este siglo XXI.
112
ARCHIVOS HISTÓRICOS CONSULTADOS
Archivo histórico del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.
Archivo histórico del Sindicato de Obreros del Campo y del Medio Rural-Sindicato Andaluz de
Trabajadores
Archivo histórico de la Fundación de Estudios Sindicales. Comisiones Obreras de Andalucía.
Archivo personal de Francisco Casero Rodríguez.
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