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LA CIVILIZACIÓN ASIRIA
(VI) NÍNIVE
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Junto a la actual Mosul (Irak), a un kilómetro de la orilla oriental del río Tigris, se
sitúa la ciudad asiria de Nínive, conocida como Nieve en la Biblia.
Los primeros restos de Nínive se remontan a la fase prehistórica mesopotámica
conocida como Hassuna. Nínive, fue precedida por la ciudad llamada Nínive 5, y
sucedida por el periodo de Uruk.
Mapa de Nínive
En cuanto a su situación geográfica, podemos observar, que Nínive se hallaba junto
los ríos Tigris y Josr, lo que databa a la ciudad de unas ricas y fértiles tierras
idóneas para el cultivo. Todo esto unido a que estaba junto a una ruta comercial
entre Mesopotamia, Siria y Anatolia, hizo del enclave un lugar idóneo para
establecer una ciudad.
Historia
El soberano Manishtushu, introdujo en la ciudad el culto a Ishtar, diosa de la
guerra y la destrucción, para la cual fundó un templo en su honor.
Bajo esta diosa, Nínive floreció rápidamente, ya que su culto alcanzó fama
"internacional". El templo de Ishtar se fue ampliado con el paso del tiempo, lo que a
su vez supuso que los sucesivos reyes asirios fueran implementando en Nínive
nuevos edificaciones y palacios estivales de forma permanente.
Assurnasirpal, fundador del Imperio Nuevo, trasladó la capital desde Assur
hasta Kalhu. Pero Senaquerib en un intento de distanciarse de su padre, trasladó
la capital a Nínive, de tal manera que el centro religioso consagrado a la diosa
Ishtar, se convertía en la capital del Imperio asirio.
Senaquerib puso fin a la rebelión de Babilonia y a los alzamientos del Levante
mediterráneo avivados por los egipcios. Salvó Judá de la destrucción a cambio de
un alto precio, pero conquistó y destruyó la ciudad santa que siempre había sido
respetada por sus conquistadores, Babilonia. Lo que Senaquerib destruyó en
Babilonia, lo construyó en Nínive. Reformó la ciudad, que se convirtió en la
capital política, administrativa y ceremonial del Estado Asirio.
Bajo este monarca, Nínive triplicó su superficie, pasando el perímetro de sus
murallas de cinco a doce metros, se organizó todo el interior en una nueva planta
trapezoidal. Originariamente las murallas de la ciudad estaban formadas por un
parapeto exterior coronado de almenas con torres intercaladas. Delante corría un
foso, mientras que por dentro se levantaba un muro más elevado, construido en
adobe.
Murallas de Nínive, cuyo aspecto actual se debe a la reconstrucción
impulsada por el gobierno iraquí en los años setenta.
El área total de Nínive ocupaba unos 7 km² y entre 15 y 18 grandes puertas
franqueaban el paso en sus murallas. Un elaborado sistema de 18 canales llevaba el
agua desde las colinas hasta la ciudad, a este sistema de abastecimiento de agua se
unía, un magnífico acueducto, erigido en Jerwan, a unos 40 km de distancia.
Asurbanipal, cuarto rey de la dinastía sargónida, convirtió Nínive en una de las
ciudades más influyentes de la época, pues a sus puertas llegaban caravanas
comerciales desde la lejana India, y su biblioteca llegó a ser la mayor de la
Antigüedad, con miles de tablillas. En esta época Nínive superó los cien mil
habitantes. Asurbanipal fue también el responsable de la construcción de otro
palacio, el del Norte, en Tell Kuyunjik, donde se encuentra el famoso relieve de la
caza de los leones.
Alrededor de 633 a.C. el Imperio Asirio empezó a dar muestras de debilidad y los
medos atacaron Nínive. Estos volvieron a atacar, esta vez junto a Babilonia y Susa,
en 625 a.C.
En 612 a.C., nuevamente, babilonios y medos se volvieron a reunir para el asalto de
la ciudad. El asedio duró 3 meses, durante los cuales se emplearon todo tipo de
tácticas, como desviar el curso del río Khosr o atacar a la vez por varios flancos
para debilitar la defensa asiria. El ataque final se produjo por el cauce ya seco del
río. Nínive cayó y fue arrasada hasta los cimientos. El imperio asirio llegó a su
final, y los babilonios y medos se repartieron sus provincias. Después de
mandar durante más de seis siglos con una tiranía y violencia espantosa, desde el
Cáucaso y el Caspio hasta el Golfo Pérsico, y más allá del Tigris hasta Asia Menor y
Egipto, la ciudad desapareció como un sueño.
La destrucción de Nínive por Nabopolasar fue especialmente dura, quizás como
venganza por la destrucción de Babilonia. el rey babilonio quemó totalmente la
ciudad, destruyó sus palacios, templos e imágenes divinas; le prendió fuego y por
último la inundó, utilizando los mismos canales que un día la convirtieron en un
paraiso.
Sus reyes,gestas, palacios y templos empezaron a ser olvidados, confundidos o
convertidos en antiguas leyendas a las que nadie daba valor o importancia. En la
época del historiador griego Herodoto (400 a.C.), Nínive ya era parte del pasado. Y
cuando el historiador Jenofonte pasó por el lugar en su Anábasis, incluso el nombre
de la ciudad había sido olvidado. Había desaparecido de vista, y nadie sabía de su
importacia. Nunca más se levantó de sus ruinas.
El "Palacio sin rival"
El palacio tenía entre quince y dieciocho puertas, cada una dedicada a una deidad.
Senaquerib lo construyó encima de una mansión anterior, que ordenó derruir y
sobre la que elevó una extensa terraza. El palacio alcanzó un esplendor legendario,
aunque no se ha conservado integro, tenía a menos setenta habitaciones y tres mil
metros de decoración mural. Fue el palacio más grande y lujoso de cuantos
construyeron los reyes asirios, de ahí a que Senaquerib lo bautizara como el
“Palacio sin rival”.
Asurbanipal, recostado en una litera, y su esposa Assur-sharrat celebran
una fiesta en un jardín, asistidos por intendentes reales y tres músicos.
El elemento más llamativo de los palacios, eran los relieves que adornaban las
paredes. En ellos se plasmaban desde escenas de vida cotidiana y paisajes hasta
batallas sangrientas o ceremonias religiosas. Todos los relieves, enaltecían al rey
en el cumplimiento de sus funciones como monarca: defensor del pueblo,
constructor, gran guerrero encargado de defender y ampliar límites de la
propiedad divina y vicario de su dios Assur.
Arqueología
En el siglo XIX nace la asirología, a manos de unas investigaciones científicas en
Mesopotamia. Los primeros en lanzarse a la búsqueda de las antiguas
civilizaciones mesopotámicas fueron los diplomáticos de las principales potencias
del momento (Francia, Gran Bretaña, Alemania). Así, el cónsul francés en Mosul, P.
E. Botta, empezó a buscar en los grandes montículos que había en la otra orilla del
río. Los árabes que empleó en esas excavaciones, para su sorpresa, llegaron a una
edificación en el montículo de Khorsabad, la cual identificaron erróneamente con
Nínive. Investigaciones posteriores del edificio demostraron que se trataba del
palacio real de Sargón II, en el cual se exploró en profundidad en busca de
esculturas y otras reliquias.
En 1847, el joven aventurero británico Sir Austen Henry Layard exploró las ruinas.
En el montículo Kouyunjik redescubrió el palacio de Senaquerib, que tenía 71
habitaciones y colosales bajorrelives. También desenterró el palacio y la famosa
biblioteca de Assurbanipal que contenía 22.000 tablillas. El estudio de la
arqueología de Nínive revela el poder y la gloria de la antigua Asiria durante los
reinados de Esarhaddon (681-669 a.C.) y Assurbanipal (669-626 a.C.).
Austen Henry Layard, verdadero descubridor de Nínive
Los trabajos de exploración los siguieron Botta, George Smith y otros, en los
montículos de Nebi Yunus, Nimrud, Kouyunjik y Khorsabad, y numerosos objetos
asírios fueron exhumados y transladados a museos europeos, en especial al Museo
Británico, donde existe actualmente una de las mejores colecciones de arte
asirio del mundo. Se descubrieron multitud de palacios, con sus decoraciones y
losas esculpidas, revelando la vida y costumbres de este antiguo pueblo, sus
formas de guerra y paz, de religión, el estilo de su arquitectura y la grandeza de sus
monarcas. Las calles de la ciudad han sido exploradas y se han descifrado las
inscripciones en los ladrillos, tablillas y figuras esculpidas. Con ello, los secretos de
su historia han podido ser revelados.
Reconstrucción de toro androcéfalo, que originariamente iría situado en la
puerta de Nergal, en el "Palacio sin rival"
El más importante de los recientes descubrimientos es la biblioteca de
Assurbanipal. Contenía unas diez mil tablillas en cuneiforme en las que se
describía la historia, leyes y religión de Asiría. Esto hace que sea uno de
los mayores tesoros de la literatura del mundo antiguo. La biblioteca contenía
también antiguos documentos acadios, que son los documentos existentes más
antiguos jamás encontrados, entre los que podemos encontrar el famoso Poema
de Gilgamesh, considerada la obra narrativa más antigua de la historia.
En algunas de las tablillas se hacía mención al posible uso de algo similar
al Tornillo de Arquímedes para elevar el agua, junto a otras tablillas que hablaban
de jardines. Lo que da origen a la hipótesis de Nínive como un posible
emplazamiento de los míticos jardines colgantes de Babilonia.
Hasta aquí esta entrega del especial dedicado a las principales ciudades de la
civilización asiria. En este caso Nínive, paradigma de dicha civilización, pues
representa el rápido auge y la aún más rápida caída. .
Via | Ascalone, E. Mesopotamia (2005). Barcelona: Ed. Electra; Masó Ferrer, Felip
(2007). Historia National Geographic. Nínive, capital del imperio asirio, nº 37, págs
42-53; Grandes
civilizaciones. Mesopotamia,
primeras
civilizaciones
históricas (2002). Madrid: Ed. Rueda J. M.