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TESTIMONIO JONATHAN HURTADO REVISTA VENTANA: Dios le bendiga hermano Jonathan, un saludo para los lectores de la Revista Ventana. JONATHAN: Dios bendiga a todos los lectores de la Revista Ventana. Es un gozo y una bendición muy grande poder compartir este testimonio con todos ustedes. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan queremos que nos comparta como fue su niñez y en qué momento de su vida sintió el deseo de seguir los caminos del Señor? JONATHAN: Nací en un hogar cristiano, soy el cuarto de mis hermanos y aun estando en el vientre de mi madre ya asistía a la casa de Dios. Desde muy pequeño esa fue la costumbre de mis padres en enseñarme a amar la casa de Dios y a asistir con regularidad a todos los cultos, en especial a la escuela dominical. REVISTA VENTANA: ¿Qué instrumentos humanos uso Dios para instruirlo desde niño en el temor de Dios? JONATHAN: Le agradezco mucho a Dios por mis maestros de escuela dominical porque fueron ellos también los instrumentos que Dios utilizo y me enseñaron amar a Dios sobre todas las cosas y obedecer a su palabra. Pero recalco la enseñanza de mis padres ya que otra cosa que pude aprender de ellos a través de la enseñanza fue la reverencia en la casa de Dios y de esta manera fui creciendo en el temor de Dios. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, cuéntenos que fue lo que le motivo a perseverar desde niño en los caminos de Dios y a no apartarse del evangelio? JONATHAN: Lo que me motivo a perseverar en el evangelio fue la búsqueda del rostro de Dios a través de la oración. Desde muy niño siempre asistí a las vigilias, ayunos y retiros; para mí no era un martirio, ni tampoco un fastidio, sino que era un deleite y disfrutaba todos los momentos en la presencia de Dios. Aunque no sabía orar mucho, pero así en unas cortas palabras le dije a Dios que quería tener experiencias con él, que quería sentir su presencia así como los adultos la sentían también. REVISTA VENTANA: Desde que edad se inclinó por la música, es decir por aprender a tocar los instrumentos? JONATHAN: Más o menos a la edad de 8 años me llamo mucho la atención la música y le dije a Dios que yo quería tocar los instrumentos de percusión y que por favor me diera sabiduría e inteligencia. REVISTA VENTANA: ¿Cree usted que sus padres jugaron un papel importante en esa etapa de su vida, sobre todo en el servicio a Dios a través de la música? JONATHAN: Debo resaltar que mis padres me entregaron al servicio a Dios y me consagraron a él para que le sirviera en la música. Dios no se tardó en responder mi oración y la de mis padres. Gracias a la misericordia de Dios, aprendí a tocar el tambor, el güiro, la pandereta y los bongós. REVISTA VENTANA: ¿Hermano Jonathan es usted bautizado en el Espíritu Santo? JONATHAN: Si, amen. REVISTA VENTANA: ¿A qué edad lo recibió?, Por favor, cuéntenos un poco de esa experiencia, que de seguro motivara a los adolescentes y jóvenes que leen su testimonio. JONATHAN: Cuando tenía 10 años, después de tanto haber esperado y anhelado recibir el bautismo en el Espíritu Santo. Recuerdo que fue en una escuela dominical, donde la gloria de Dios se derramo de una manera maravillosa y espiritual en medio de la alabanza. Los hermanos lloraban, unos danzaban en el Espíritu, y otros hablaban en lenguas y yo fui tocado y quebrantado por la maravillosa presencia del Todopoderoso y el Señor toco mi vida y empecé a hablar en otras lenguas, de esa manera fui lleno del Espíritu Santo y yo sentí que pase de una etapa a otra. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, en su etapa de adolescente tuvo usted luchas y ataques en su vida espiritual? Porque sabemos que esa es una etapa muy difícil y que conocemos el caso de adolescentes que al llegar a esa etapa se apartan del evangelio por la presión del mundo y sus amigos. Cuéntenos un poco como fue su caso. JONATHAN: Llegue a mi adolescencia cuando tenía 13 años, y aun seguía amando a Dios y sirviéndole en la música. Pero en esta etapa de mi vida empecé a conocer el mundo y lo que este ofrece y además de esto en la escuela observaba como algunos compañeros tenían actitudes y comportamientos diferentes a los cuales yo había sido enseñado en la niñez y en algunas ocasiones me inducían y me convidaban a practicar lo que ellos hacían, pero inmediatamente venía a mi mente uno de los proverbios que me enseño mi madre ¨ Hijo mío si los pecadores te quisieren engañar no consientas¨… Otro pasaje bíblico que me quedo gravado en mi corazón y que me ayudo a decirle no! al mundo y a sus propuestas y a mantenerme firme agradando a Dios y guardándome para él fue: Santiago 4:4 ¡oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. Para mí era mucho mayor agradar a Dios y a su palabra que agradar al mundo. El mundo pasa y sus deseos pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, entonces, la palabra de Dios que había sido sembrada en su corazón, no dejo que usted en ese momento se apartara del temor a Dios? JONATHAN: Amen, recuerdo que estos versículos de la palabra de Dios me los enseñaron mis maestros de escuela dominical y mis padres en casa, y quedaron tan grabados en mi corazón que dieron fruto, ya que a los 14 años di un paso muy importante en la vida de todo creyente que fue el bautismo en agua. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, conocemos también que usted nunca ha estado en ninguna universidad de música o en alguna institución, que ha sido Dios el que le ha capacitado y el deseo de su corazón de servir al Señor. Relátenos brevemente ¿cómo aprendió música? JONATHAN: si, después del bautismo, me propuse seguir aprendiendo a tocar otros instrumentos, para mí era difícil e imposible aprender a tocar instrumentos electrónicos en los que se tuviesen que utilizar notas musicales. Pero Dios es el que da los talentos y las capacidades. Y tal vez sin tener un profesor o asistir a una academia de música, solamente con un curso básico impartido por mi hermano que ya tocaba el bajo y el piano y sobre todo con la ayuda de Dios, aprendí a tocar el bajo electrónico. Un día se me dio la oportunidad de tocar en una escuela dominical, con mucho temor y nervioso lo hice, me atreví; y de allí en adelante Dios me fue ayudando y aprendí a tocar otros instrumentos como la flauta, el piano, la batería, congas, guitarra, saxofón alto. A veces yo mismo me quedo sorprendido como Dios me ha ido enseñando y capacitando en la música. A El sea la gloria y la honra. REVISTA VENTANA: Que pautas a seguir le puede compartir a los jóvenes que no saben tocar o cantar pero que anhelan, arden de pasión por tocarle al Señor, pero por circunstancias como vivir en una finca, un pueblo lejano, etc. no pueden estar en una institución o simplemente no poseen recursos económicos, ¿qué deben hacer ellos para que no se desanimen? JONATHAN: A todos los hermanos que tal vez quieren y tienen ese anhelo de tocar un instrumento de música yo les recomiendo que le pidan a Dios la sabiduría y que no se dejen llevar por lo que otros les dicen. Hay que dedicarse, practicar, ensayar y perseverar en este propósito. Si usted quiere y tiene el deseo usted puede. La palabra de Dios dice en el libro de Filipenses 4:13: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, además de ejecutar un instrumento, que cree usted que es necesario en los músicos para adorar a Dios? JONATHAN: Si, tengo que resaltar que no solo es tocar, se necesita algo más que eso y es la inspiración del Espíritu Santo y entre otras cosas pasar por una etapa de formación. En medio de todos estos triunfos y bendiciones recuerdo que también Dios ha ido moldeando y cambiando todas aquellas asperezas que no sirven para hacer de mí una verdadera vasija. En el trascurso del tiempo he aprendido que a Dios no se le sirve de cualquier manera, que Dios mira el instrumento pero también mira el que lo está ejecutando, Dios está interesado más en lo que nosotros somos que en lo que nosotros podemos hacer. Nosotros como músicos podemos tocar o cantar a la perfección pero si no llevamos una vida de consagración (ayuno, oración, devoción, sometimiento y santidad) dedicada a Dios no podremos ser instrumentos de honra y no podemos contar con el respaldo y la unción de Dios, si no que seremos como címbalo que retiñe. David, sabía tocar el instrumento (arpa) pero además de eso Dios estaba con él. Eso es importante que Dios este con nosotros sin duda alguna el diablo no quiere que nosotros nos consagremos para Dios, ya que él sabe que si nosotros nos damos a la tarea de buscar a Dios y vivir para él en santidad le haríamos mucho daño ya que por medio de la música ungida, Dios salva a las almas, liberta a los cautivos, sana a los enfermos y se eleva a un pueblo a la presencia de Dios. REVISTA VENTANA: Además de dedicarse a Dios a la música en que otras áreas se ha inclinado usted por servirle a Dios? JONATHAN: Además de servirle a Dios en la música, Dios también me ha dado otros privilegios en la iglesia, en un tiempo fui maestro de escuela dominical, también estuve a cargo de un grupo de evangelización de la iglesia. Y a los 23 años de edad Dios me dio el privilegio y la bendición de trabajar en la iglesia como líder de jóvenes y actualmente para la gloria de Dios, me ha dado lugar para trabajar en su obra, y eso para mí es mucho…es un privilegio, una honra, servir a Dios… REVISTA VENTANA: Por último hermano Jonathan, que palabras de ánimo y de consejo les da a los jóvenes que en este momento leen su testimonio. JONATHAN: Qué bueno es poder entregar nuestras vidas, nuestras fuerzas, nuestros deseos, nuestros talentos y capacidades en las manos de Dios para que él nos tome y haga de nosotros lo que él quiera. Mi consejo es que sigan adelante, entregándose por completo a Dios sin condiciones, sirviéndole con todo el corazón, sometiéndose y obedeciendo a su palabra, que de seguro las puertas del cielo se abrirán para bendecirles y verán en sus vidas la gloria de Dios y como él cada día ira cumpliendo sus propósitos en sus vidas. No hay nada más hermoso que dedicarle por completo nuestra juventud a Dios. REVISTA VENTANA: Hermano Jonathan, muchas gracias por haber compartido con todos nosotros su testimonio. Dios le bendiga y le siga ayudando cada día. JONATHAN: amen, Dios les guarde.