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La semiótica de la producción musical. Por: Ernesto Gutiérrez Barrero. Antropólogo Profesor CENDA Resumen. El análisis musical necesariamente demanda del conocimiento holístico que significa examen de otras artes, puesto que es la relación la que le da piso. La emoción es el resultado de un entrenamiento cultural y por lo tanto puede ser interpretado a la luz de disciplinas como la antropología, la sicología y en términos generales, por la semiótica. Por qué los negros del pacífico bailan y componen música con carácter polirítmico? Es la pregunta de la semiología. Es aparentemente sencilla, pero demanda desentrañar el entramado de la cultura negra, que no es sólo musical. Palabras clave: Sentido: Significado, acuerdo sobre el significado de algo; sistema significativo: Relaciones sobre el sentido entre distintos ámbitos; armonía: En términos generales, es el equilibrio entre las formas, se refiere al orden. En música, es el análisis o la relación o movimiento de los acordes; contrapunto: es el diálogo musical de las voces musicales, la correspondencia rítmica, melódica y armónica; poliritmia: Entremezcla de ritmos: ¾ y 2/4= 6/8. El currulao es el perfecto ejemplo colombiano; holístico: Análisis de las relaciones totales de un fenómeno: El hambre visto desde la economía, la sociología, la sicología y las artes muestran la complejidad del hambre como fenómeno; semiología: Análisis de los sistemas significativos. Si partimos del principio de que la realidad es una construcción colectiva, es decir, que es una interpretación cultural del hombre en relación con su entorno, esa interpretación tiene que ver con la versión (la manera de “ver” las cosas y mencionarlas) de lo que se considera como “hecho” o “acontecimiento”. Las cosas adquieren sentido en la medida en que signifiquen. Un mismo hecho, puede ser calificado de distinta manera por un grupo social. Las cosas son buenas o malas, dependiendo de cómo se interprete la bondad o la maldad y sus consecuentes acciones. De igual manera, algo es “bello” o “feo” dependiendo del punto de vista de la mirada; dependiendo de ésta, realizaremos las “lecturas”, las “interpretaciones”. Para que un “evento” tenga sentido, necesitamos un testigo. Un terremoto es catastrófico para el hombre y dependiendo también para quién: para el hombre citadino puede ser el inicio de una larga carrera con el psicoanalista; para el indígena de la Sierra Nevada puede ser la respuesta de la madre tierra, iracunda por las acciones de los “hermanitos menores”. Pero es difícil encontrar a un tigre orando a los dioses para detener los movimientos terrestres. ¡bueno! Hasta ahora sólo podemos ver (interpretar) sus conductas de huida. Es difícil (desde el punto de vista humano) afirmar que los animales construyen sistemas interpretativos para contarse cuentos. Pero un sistema es una estructura que nos permite valorar, calificar y actuar en un contexto. Un trazo en las paredes de una cueva, es la interpretación gráfica de un hecho. Como interpretación, cobra sentido independientemente del evento real (día y hora del acontecimiento por ejemplo, de la cacería del mamut) y se involucra en el universo interpretativo de los trazos y construcciones “pláticas” (¿Podría decirse que son aquellas modeladas o hechas con las manos?). Ese universo interpretativo es lo que se entiende por metalenguaje, aunque este concepto es muy limitado, puesto que un metalenguaje es un código de referencia mediante el cual se interpreta algo. Pero los sistemas artísticos no son sólo sistemas interpretativos sino universos de sentido que se desenvuelven sobre su producción, dentro de una coherencia tecno-simbólica. Hablar de productos de los hechos artísticos es otro nivel, el del metalenguaje. Construir una teoría del arte, es construir un universo de mención. Para realizar una obra, no es necesario valorarla en términos sociológicos o psicológicos o antropológicos. La obra cobra vida mediante su instrumentación positiva (lienzo-pincel-pigmento, intrumento-mano-cuerpo-sonido), y de la apropiación fluida de los medios. Es precisamente aquí que tiene importancia la metáfora en la expresión artística. El do menor, tradicionalmente ha significado desolación, ferocidad, fatalidad, pasión, tragedia, mientras que el Do mayor, denota optimismo, frescura, exaltación, entusiasmo, humorismo, luminosidad, júbilo. Pero esta denotación sólo es posible en una secuencia que le da sentido a los modos musicales planteados a través del manejo de los códigos que le dan la estructura significativa a la música. El sentido de la obra de arte debe buscarse en el arreglo de los elementos formales, en la elaboración de los materiales, en la secuencia sintáctica de la elaboración (equilibrio-centralidad; proporción-figura-fondo; escala-tonalidad, armonía-contrapunto). El juicio estético, estará referido al manejo formal de las metáforas. Crear significaría elaborar metáforas. Investigar significaría aquí, buscar los arreglos formales más eficientes para construir metáforas y por esa vía, producir imágenes. La música se entiende por la pintura o por la literatura, o por los recuerdos e imágenes vitales y éstas, por las especulaciones sensibles de los autores. La realidad (retomando lo mencionado al comienzo) cobra sentido, cuando descubrimos la red de relaciones de los elementos que la componen. Una referencia al color tiene su resonancia formal en la metáfora musical, dependiendo del orden armónico y contrapuntístico. Un elemento independiente, no significa sino en relación con los otros que componen la red. Es así como la relación A→B, significa, dependiendo de la orientación de la relación (vector dirigido hacia la derecha). Y esto es ni más ni menos que la metáfora. La metáfora es el principio de la realidad simbólica. Habíamos dicho que la creación artística era la posibilidad de la elaboración de metáforas y estas a su vez, son el principio de realidad simbólica, entonces a través de las metáforas, construimos nuevas realidades. La perspectiva del análisis estético se ha basado en términos generales en la reflexión sobre los procesos de lectura (recepción del mensaje artístico) y sobre todo, en el contexto general de la obra, con un fuerte sesgo hacia el socioanálisis que hace énfasis en lo histórico como la preeminencia de la producción artística, y conduce al análisis estilístico al contenido más que a la forma. Un punto intermedio que no privilegie el contenido y supedite la forma, sino que haga un análisis de ella como unidad total de significación y considere la historia como expresión de un paradigma y que como tal, deba proporcionar elementos que combinados, produzcan un objeto que es denominado, simbolizado e identificado, es el análisis de los contenidos simbólicos de las artes como formas totales de expresión humana, como formas suficientes para entender el “...hacer con las manos... (Menuhin)”, ese producto físico de la “expresión espiritual del hombre”. Pero la expresión tiene su correlato en la estructura profunda, que le da forma a esa expresión y que para algunos autores su denominación es el arquetipo. Reinhard Flatischler ha trabajado esto en la perspectiva musical; orienta su trabajo en orden al aprendizaje holístico mediante las formas no occidentales de aprehensión musical por razón del aprendizaje a través del cuerpo. La simultaneidad de las formas, la poliritmia y el ritmo como vibración se combinan en la memoria corporal que es puesta de presente en la sincronización del fraseo musical situado en las palmas, en la voz y en los pies. Descubrir esta capacidad de interpretación es trasponer el umbral del pensamiento bidimensional del aprendizaje cartesiano, que sitúa la interpretación papelinstrumento dejando el cuerpo en un segundo plano, dado que el instrumento externo es el factor más importante. El elemento interno en las tradiciones no occidentales, es el fundamento del aprendizaje. Un ritmo en particular, está articulado a todos los demás y su especificidad se encuentra en su relación con los otros. De la misma manera, la vida diaria está explicada por un mito que le da coherencia. Encontrar esta relación es situarse efectivamente en el alma de un pueblo. No para explicarla, sino para entender el funcionamiento del espíritu. Aprender la música de culturas no occidentales no como exotismo, sino para ampliar el espíritu propio y encontrar coincidencias, es la tarea del investigador cultural. La monografía debe ser superada por la expansión del conocimiento, reconociendo que las artes son sólo expresiones de algo más profundo. Música y danza son dos expresiones de una misma cosa en el acto ritual. 1. La cultura como sistema de significación. 2. La música como expresión cultural 3. El ritmo como significado 4. 5. 6. 7. 8. 9. El significado ritual de la música El contexto ritual de la música El tambor como el latido del corazón del mundo Magia, música y significado Chamanismo y música: hacia la armonía del cosmos. La narración musical y la ritualidad. Bibliografía básica Flatischler, Reinhard. The forgotten power of rhythm. Ed. LifeRhythm. Rendón García, Guillermo. Teorética del Arte. Ed. Presencia Menuhin, Jehudi y Davis, Curtis. La música del hombre. Ed.Fondo Educativo Interamericano.