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Joseph Roberts
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Grupo A1
La figura de Sócrates: En Aristófanes y Platón
Introducción:
La respuesta a la pregunta ¿Quién fue Sócrates? sigue envuelta de misterio. Todo aquello
que sabemos sobre este increíble personaje de la historia de la filosofía; que define gran parte de la
filosofía antigua, sea por parecido o diferencia con otros autores, nos ha sido transmitido por
doxógrafos, discípulos u otros hombres contemporáneos a el. Disponiendo únicamente de
información de segunda mano, ¿Cómo decidimos entre las caracterizaciones tan opuestas que se
nos dan del maestro Sócrates?
Como afirma Pierre Hadot en su obra Elogio de Sócrates:
“Los testimonios que sobre él nos han legado sus contemporáneos, los de Platón,
los de Jenofonte, los de Aristófanes, han transformado, idealizado, distorsionado los
rasgos de Sócrates que vivió en la Atenas de finales del Siglo V a.C.”1
La búsqueda del Sócrates histórico está, según Jean Brun, destinada al fracaso;
S’han dedicat a Sòcrates obres enormes [...] per mirar d’establir el retrat d’un
Sòcrates “Tal com realment fou”, obres que finalment acaben dient que el
perosnatge de Sòcrates romandrà desconegut per sempre més, que ens haurem
d’acontentar parlant del Sòcrates de Plató, del de Xenofont...” 2
En el presente trabajo se abordarán estas cuestiones planteadas en la introducción mediante
el recurso a dos caracterizaciones del personaje de Sócrates, la de Aristófanes y la de Platón.
La caracterización de Aristófanes:
El ataque más feroz que hace Aristófanes a la figura de Sócrates se encuentra en su obra
cómica Las Nubes 3 producida el 423 a.C. aunque en otras obras teatrales como Las Aves o Las
Ranas también se pueden encontrar pasajes en los cuales alude a Sócrates de manera peyorativa. En
Las Nubes Sócrates es el director de una escuela de Sofistas a la cual acude Estrepsiades para
educar a su hijo Fidípides sobre como evitar pagar las deudas y vencer a sus contrincantes en
cualquier discusión con sus acreedores.
La caracterización que aquí se da resulta extraña, ya que Sócrates no era un sofista, cosa que
llevo a ciertos comentaristas de Aristófanes a considerar esta construcción del personaje una mera
equivocación, teoría que ha dejado de considerarse valida en los últimos años. La razón por la cual
Aristófanes pudo llegar a considerar a Sócrates un sofista es más sencilla, si se abandonan las
distinciones rígidas entre aquellos considerados Sofistas y Sócrates propias de nuestros tiempos, y
se enfoca la cuestión desde la mentalidad Ateniense del siglo V a.C. ;
“Sócrates, que gaudía de la mateixa popularitat que els sofistes i que, com ells, tenia
una manera ben particular d’ensenyar, devia presentar-se per a l’atenès d’aquell
1
Hadot, Pierre. Elógio de Sócrates. Editorial Paidós. Barcelona 2008. ISBN: 978-84-493-2101-6 Pág. 9
2
Brun, Jean. Sòcrates. Butxaca 1984. Barcelona 2005. ISBN: 84-96061-32-9 Pág. 7
3 Aristòfanes.
Els Núvols. Edicions de la Magrana. Barcelona 2006. ISBN: 84-7410-763-6
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temps com el portador d’un element nou, sospitós y perillós, d’una manera de
pensar que ho qüestionaba tot.” 4
Como podemos ver, Aristófanes caracteriza a Sócrates como sofista en tanto que destroza la
cultura predominante en Atenas, relativizando tanto la ética tradicional Ateniense como la
importancia de los Dioses del Olimpo. Además de esto, en Las Nubes, Sócrates acepta enseñar-le a
Fidípides como ganar cualquier discusión, utilizando tanto el discurso justo como el injusto;
“Discurs Injust: (A Estrepsíades.) Què, doncs? Vols agafar el teu fill i endur-te’l o bé
l’ensenyo a parlar?
Estrepsíades: Ensenya´l, castiga’l, i recorda que li has d’eixamplar bé la boca, que
una mandíbula li serveixi per als processos petits, i l’altra estigui
oberta a les causes més importants.
Discurs Injust: Tranquil, que tornarà fet un sofista de cap a peus.” 5
El uso del discurso injusto con el objetivo de convencer a su contrincante sí que es un claro
rasgo del sofista. Aun así, la veracidad de la caracterización que hace Aristófanes de Sócrates en su
comedia resulta poco creíble ya que posiblemente la figura de Sócrates haya sido escogida con tal
de caracterizar a un sofista por el valor cómico del propio rostro de Sócrates. Existen numerosas
alusiones a la fealdad de Sócrates, tanto en textos contemporáneos a él como en textos modernos de
Kierkegaard o Nietzsche. Un ejemplo contemporáneo a Sócrates se puede observar en El Banquete
de Platón donde Alcibíades compara a Sócrates con un sileno; famosos por ser feos calvos, obesos y
barrigudos:
“Él tiene todo el exterior que los estatuarios dan a Sileno”6
Otra breve cita en la cual podemos observar la fealdad de Sócrates proviene en este caso de
Nietzsche, en la cual evoca;
“sus ojos de cangrejo, sus labios gruesos y su vientre colgante”7
En esta obra teatral Aristófanes acusa a Sócrates de despreciar a los dioses de Atenas, cosa
por la cual fue condenado a muerte más adelante en el 399 a.C. por la polis de Atenas. Esta
acusación se puede ver claramente en la siguiente cita.
“Estrepsíades: Vejam, per la Terra!, i Zeus Olímpic no és per a vosaltres un déu?
Sòcrates: Quin Zeus? No diguis ximpleries. No existeix, Zeus.” 8
Como se puede ver aquí Sócrates niega la religión Olímpica aceptada en la Atenas del siglo
V a.C. y pasa a introducir nuevas divinidades, en este caso las Nubes;
4
Ibid. Pág. 20 (Introducción de Mercè Valls i Bosch)
5
Ibid. Pág. 85
6
Platón. El Banquete.
7
Nietzsche, Friedrich. El nacimiento de la Tragédia
8
Aristòfanes. Els Núvols. Edicions de la Magrana. Barcelona 2006. ISBN: 84-7410-763-6 Pág. 49
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“Sòcrates: De cap manera, són els Núvols celestials, grans divinitats dels homer
mandrosos, les que ens proporcionen enteniment, dialèctica, intel.ligència,
imaginació, loquacitat, artificiositat i perspicàcia”9
En tercer lugar Aristófanes hace alusión a otro perjuicio causado por Sócrates al
caracterizarlo como un maestro de retórica que enseña a aquellos que acuden a él a ganar cualquier
discusión mediante una retórica injusta. En Las Nubes Sócrates enseña a Estrepsíades y a su hijo
Fidípides el discurso injusto mediante el cual Estrepsíades se propone evadir los pagos a sus
acreedores y mediante el cual también consigue justificar Fidípides el abuso físico de su padre. Esta
cita muestra como Sócrates, y sus discípulos, están dispuesto a enseñar este tipo de retórica sin
preocupación por los motivos por el cual se aprende.
“Corifeu: Fet!, et serà concedit per nosaltres, i des d’ara, davant del poble, ningú
farà prevaler la seva opinió per sobre de la teva.
Estrepsíades: No fa per a mi exposar grans opinions; no és això el que desitjo, sinó
capgirar la justícia a favor meu i escapolir-me dels creditors.
Corifeu: Obtindràs, doncs, allo que anheles; perquè no és gran cosa el que desitges.
Però lliura’t sens por als nostres servidors” 10
Es en éste extracto que podemos ver como Sócrates y sus discípulos de la escuela de
Sofística consiguen corromper a la juventud de Atenas permitiendo y favoreciendo actitudes
inmorales y poco virtuosas.
La caracterización de Sócrates en Las Nubes de Aristófanes es profundamente negativa ya
que se le pinta como Sofista sin escrúpulos, sin miedo a los dioses.
La caracterización de Platón:
La caracterización que nos da Platón dista mucho de aquella que propone Aristófanes, en
este trabajo se examinara la caracterización de Sócrates tal y como aparece en la Apología de
Sócrates.
En primer lugar, Sócrates abre su discurso frente a los jueces negando su pertenencia al
grupo de filósofos conocidos como sofistas mediante la alusión a su falta de capacidad oratoria.
Esto resulta interesante ya que es precisamente en esta disciplina en la cual los sofistas
tradicionalmente destacaban. Esto se puede observar el las siguientes citas;
“Y entre las muchas mentiras que han salido de sus labios hay una que me ha
causado especial maravilla: me refiero a aquella parte de su discurso en que
afirmaban que afirmaban que debéis estar prevenidos para no ser embaucados por
mí ya que, según ellos, soy un hábil orador.” 11
Otro razón por la cual resulta difícil tildar a Sócrates como Sofista es debido a su apelación a
la justicia de su discurso a la vez que menosprecia la retórica sofista distanciada de la justicia;
9
Ibid. Pág. 45
10
Ibid. Pág. 52
11
Platón. Apología de Sócrates. Ediciones Orbis. Barcelona 1979 ISBN: 84-7530-531-8 Pág. 23
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“Haced caso omiso de mi modo de hablar, sea peor, sea mejor, y examinad esto -y
sólo a ello dedicad vuestra atención-: si mis palabras se advienen con la justicia o
no se advienen, ya que es ésa la virtud del juez, como la del orador es decir la
verdad” 12
Éstas dos citas nos muestran como Sócrates apela, no a la retórica y a su capacidad de
persuasión, sino a la justicia y la verdad como únicos criterios sobre los cuales deben juzgar los
jueces alertando así a estos sobre las malas practicas de los sofistas.
Acto seguido Sócrates pasa a desacreditar la concepción que tiene Aristófanes de el haciendo
alusión a su ignorancia. Niega que como dice Aristófanes;
“Sócrates delinque al ocuparse con exceso en la investigación de lo subterráneo y lo
celeste, convertir en fuerte el argumento débil y enseñar a otros las mismas
prácticas” 13
Afirma, en cambio, su propia ignorancia respecto a estas disciplinas, negando la posesión de
cualquier conocimiento pasa a tratar la sentencia del oráculo de Delfos que afirma que él es el más
sabio. Al pensar sobre esta cuestión, que le intriga enormemente, Sócrates va en busca de hombres
considerados sabios. Tras conversar con uno de ellos llega a la siguiente conclusión;
“Yo soy más sabio que este hombre; es posible que ninguno de los dos sepamos cosa
que valga la pena, pero él cree que sabe algo, pese a no saberlo, mientras que yo, así
como no sé nada, tampoco creo saberlo”14
Como podemos ver ya en la Apología de Sócrates Platón nos presenta al Sócrates más
tardío, consciente de su ignorancia que se dedica a conversar en el ágora con otros ciudadanos
mostrando, mediante el uso de la ironía, su ausencia de conocimiento. Estas conversaciones son
entendidas por Platón como un bien público ya que tratan de acercar a la población de Atenas a la
virtud. Es más, Sócrates hace esta labor desinteresadamente, únicamente por que le ha sido
mandado por los Dioses, y no por obtener ningún beneficio privado, hecho que desmiente la tesis de
Aristófanes sobre la falta de creencia en los dioses;
“Y si yo hubiese obtenido de esto algún provecho y os hubiese dado estos consejos a
cambio de una paga, habría tenido alguna razón personal para obrar así; [...] Y de
que esto es así presento un testigo que considero fehaciente: mi pobreza.” 15
El Sócrates Platónico se caracteriza también por su integridad y su impasibilidad frente a la
muerte afirmando que prefiere morir habiendo vivido una vida honesta y virtuosa que vivir
mediante la apelación al discurso injusto. Esta noble postura se observa en la siguiente cita:
“Mil veces prefiero morir habiéndome defendido de este modo, que vivir, si me
hubiese defendido de aquella otra manera, pues ni en el proceso ni en la guerra
12
Ibid. Pág.24
13
Ibid. Pág. 26
14
Ibid. Pág. 29
15
Ibid. Pág. 42-43
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debo yo, ni otro alguno, buscar el modo de rehuir la muerte apelando a cualquier
medio.”16
Como se ha mostrado anteriormente Platón nos presenta a un Sócrates honesto, impasible y
digno de alabanzas en la Apología de Sócrates. Esta caracterización hace hincapié en el hecho de
que Sócrates no era un sofista. Nunca acepta dinero a cambio de sus lecciones, que da gratuitamente
en el ágora a quien quiera escuchar y únicamente enseña el camino a la virtud, cuestiona todas las
posturas y no enseña a sus discípulos de una manera dogmática como hacen los Sofistas,
prefiriendo dar a luz en ellos ideas propias mediante la apelación a la docta ignorancia. Éste
Sócrates
“No es sophos, sino philosophos; no es sabio, sino alguien que anhela la sabiduría,
puesto que carece de ella”17
Otra característica presente en la caracterización Platónica que intenta desacreditar la idea de
que Sócrates era un sofista es la persistente alusión que hace este a su ausencia de técnica en la
oratoria. Sócrates niega en este dialogo su habilidad oratoria afirmando por lo contrario que espera
que los allí presentes puedan guiarse únicamente por el discurso más justo, no el más bello. La
descripción que encontramos en la Apología queda bellamente ejemplificada en una frase de
Kierkegaard;
“Ser maestro no es zanjar a golpe de afirmaciones, ni presentar lecciones [...] ser
maestro es, en realidad, ser discípulo”18
Comparación entre ambas posturas:
Como se ha dicho anteriormente nos encontramos ante dos enfoques totalmente opuestos.
La personificación que hace Aristófanes sólo resulta compatible con la hecha por Platón si se acepta
la tesis propuesta por Jean Brun sobre las distintas etapas de la vida de Sócrates.
Platón conoció a Sócrates únicamente durante los últimos años de su vida, hecho que
permite dar una cierta validez a la caracterización de Aristófanes escrita en el 423 a.C..
“Angelopoulos ha volgut veure en el Sòcrates d’Aristófanes no pas una càrrega
iniqua contra el filòsof sinó un retrat exacte del que devia ser Sòcrates abans de ser
el mestre que Plató ens ha llegat [...] un altre període, del 430 al 420, en què hauria
estat el sofista que retrata Aristòfanes, dirigint una escola, fent pagar per les seves
lliçons i ensenyant meteorologia, astronomia i retòrica” 19
Aun así, parece evidente que ambos testimonios son incompatibles. La oposición tan radical
entre ambas caracterizaciones ha de interpretarse como una proyección de la simpatía, o en el caso
16
Ibid. Pág 53
17
Hadot, Pierre. Elogio de Sócrates. Editorial Paidós . Barcelona. 2008 ISBN: 978-84-493-2101-6 Pág. 45
18
Ibid. Pág. 34
19
Brun, Jean. Sòcrates. Butxaca 1984. Barcelona 2005. ISBN: 84-96061-32-9 Pág. 16
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de Aristófanes antipatía, de los autores hacia Sócrates. Éstas disposiciones de los autores
contaminan con un alto grado de subjetividad sus descripciones de Sócrates.
El gran problema que se nos plantea es la ausencia de documentación completamente fiable
sobre la temática tratada en este trabajo, cosa que obliga a afirmar, por precaución, que el “Sócrates
existente” no fue ni uno ni el otro. Es decir, el Sócrates existente es incognoscible. La mejor
aproximación a él seguramente se encuentra en un punto entre ambas posturas. Resulta vano
intentar examinar y entender el Sócrates real y debemos contentarnos con alcanzar una comprensión
de Sócrates mediante todos los testimonios, por subjetivos que sean, que nos han sido legados.
Como afirma Jean Brun en su obra titulada Sòcrates;
“S’han dedicat a Sòcrates obres enormes [...] per mirar d’establir el retrat d’un
Sòcrates “Tal com realment fou”, obres que finalment acaben dient que el
personatge de Sòcrates romandrà desconegut per sempre més, que ens haurem
d’acontentar parlant del Sòcrates de Plató, del de Xenofont...” 20
20
Brun, Jean. Sòcrates. Butxaca 1984. Barcelona 2005. ISBN: 84-96061-32-9 Pág. 7
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Bibliografía:
• Aristófanes. Els Núvols. Edicions La Magrana. Barcelona 2006 ISBN: 84-7410-763-6
• Brun, Jean. Sòcrates. Butxaca 1984. Barcelona 2005. ISBN: 84-96061-32-9
• Hadot, Pierre. Elogio de Sócrates. Editorial Paidós . Barcelona. 2008 ISBN: 978-84-493-2101-6
• Platón. Apología de Sócrates. Ediciones Orbis. Barcelona 1979 ISBN: 84-7530-531-8
Otras fuentes:
• Standford Encyclopedia of Philosophy: http://plato.stanford.edu/