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Joseph Roberts
Grupo A1
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Los Sofistas y la Retórica
El desprecio por los Sofistas:
Los Sofistas han sufrido, hasta las recientes reivindicaciones y revalorizaciones, de un bajo
estatus en los círculos filosóficos. Como afirma Kerferd en su obra The Sophistic Movement los dos
grandes problemas que se dan al estudiar los sofistas son tanto la ausencia de textos íntegros como
la humillante caracterización hecha por Platón de éstos personajes;
“What is worse, for much of our information we are dependent upon Plato’s
profoundly hostile treatment of them, presented with all the power of his literary
genius and driven home with a philosophical impact that is little short of
overwhelming”1
“But the actual arguments in the dialogues with hardly an exception are composed
and manipulated by Plato himself. He is the producer, stage-manager and script
writer for the whole performance”2
Debido a estos condicionantes metodológicos cualquier estudio sobre los Sofistas debe
avanzar con una máxima precaución, incluso más que al tratar a otros Presocráticos, debido a que
la gran mayoría de éstos no fueron objeto de una campaña sistemática de desprestigio hasta el punto
en el que lo fueron los Sofistas. La caracterización negativa de los Sofistas ha impregnado nuestra
cultura hasta el punto en el que el propio término sofisma ha pasado a considerarse sinónimo de
fraude, engaño y tergiversación. Ésta herencia cultural queda plasmada en la definición que da la
RAE de Sofisma;
“(Del lat. sophisma, y este del gr. σόφισµα).
1. m. Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es
falso.”3
Existen numerosas interpretaciones de las causas de éste fenómeno. En primer lugar, se
podría afirmar que Platón inicia gran parte de las interpretaciones despectivas que se hacen, y se
han hecho durante gran parte de la historia de la filosofía, del movimiento sofístico.
Resulta interesante analizar la etimología de la palabra Sofista, que originalmente, tal y
como afirma un amigo de Sócrates en el diálogo Protágoras, era sinónimo de hombre sabio4;
“Sócrates- Pues entonces dime: ¿Qué creer que es un sofista?
Amigo- Por mi parte -respondió-, según dice el nombre es el conocedor de cosas
sabias.” 5 (312c)
1
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 1
2
Ibid. Pág. 119
3
Diccionario RAE Versión Online tp://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=sofismo
4
Vease también: Kerferd. G.B. The First Greek Sophists. The Classical Review, Vol 64, No. 1 (Apr 1950). pp.8-10
5
Platón. Protágoras. Gorgias. Carta Séptima. Alianza Editorial 2011Madrid. ISBN: 978-84-206-3654-2 Pág. 46
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Esta etimología también es respaldada por Taylor y Lee que en su artículo sobre los sofistas
escrito para la S.E.P. dicen:
“The Greek word sophistēs, formed from the noun sophia, ‘wisdom’ or ‘learning’,
has the general sense ‘one who exercises wisdom or learning’” 6
No obstante, el desprecio por los Sofistas no es exclusivo de Platón, aunque su influencia ha
sido abismal, sino que se extiende también a otros autores contemporáneos a él como por ejemplo a
Aristófanes. En su comedia Las Nubes Aristófanes pretende mostrar otra faceta de Sócrates distinta
a la transmitida por Platón y Jenófanes utilizando como recurso la parodia. El principal ataque que
se dirige contra Sócrates en ésta obra es su supuesta condición de Sofista;
“Sócrates. ¿Y para qué has venido?
Estrepsíades. Quiero aprender a pronunciar discursos. Soy presa y botín de intereses
y acreedores molestos. Me embargaran los bienes.
Sócrates. ¿Y como no te diste cuenta de que te endeudabas hasta las cejas?
Estrepsíades. Me consumió una enfermedad equina, voraz como la que más. Pero
enséñame uno de tus dos razonamientos, el que no restituye ni una mala deuda. Los
honorarios que me pidas juro por los dioses que te los pagaré” 7
Podemos ver como aunque sean contrarias las posturas sobre la figura de Sócrates
elaboradas por Platón y Aristófanes ambos están completamente de acuerdo sobre el hecho de ser
considerado un Sofista es algo negativo, caracterizados por Aristofanes como una especie de
charlatanes.
Aristóteles también lleva a cabo una crítica a la sofistica, posiblemente debido a su
educación platónica, en el Libro IV de su Metafísica;
“En efecto, la sofistica es filosofía solo en apariencia [...] La dialéctica es
meramente crítica sobre las cuestiones que la sabiduría de hecho conoce, y la
sofística solo aparenta ser filosofía, pero no lo es.” 8 (1004b)
Platón escribió una serie de Diálogos en los cuales Sócrates dialoga con Sofistas. Éstos son,
por orden cronológico, el Protágoras, el Gorgias y en tercer lugar El Sofista. Al estudiar estos tres
diálogos; aunque las referencias, críticas implícitas y ataques abiertos impregnan toda la obra de
Platón, podemos ver una evolución de la postura de Platón frente a los Sofistas.
En primer lugar, en el Protágoras, el personaje de Sócrates mantiene una cordialidad frente
a los Sofistas que se irá perdiendo progresivamente a medida que el pensamiento de Platón madura
y se perfila. El personaje de Sócrates queda cautivado por la belleza de la exposición de Protágoras,
como se puede observar en el siguiente fragmento.
“Hijo de Apolodoro, cuánto te agradezco que me hayas obligado a venir aquí, pues
estimo en mucho el haber escuchado lo que he escuchado de Protágoras, dado que
Taylor, C.C.W. and Lee, Mi-Kyoung, "The Sophists", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2011
Edition), Edward N. Zalta (ed.), forthcoming URL = <http://plato.stanford.edu/archives/win2011/entries/sophists/>.
6
7
Aristófanes. Las Nubes, Las Ranas, Pluto. Ediciones Cátedra 1995 Madrid. ISBN: 84-376-1367-1 Pág. 42
8
Aristóteles. Metafísica. Alianza Editorial Madrid. 2010. ISBN: 978-84-206-6235-0 Pág. 115
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hasta la fecha creía que no había ocupación humana con la que los buenos se
vuelven buenos, pero ahora me veo convencido de ello.”9 (328e)
Como podemos observar aquí Sócrates queda aturdido por la fuerza de los argumentos
expuestos por Protagoras, no obstante, Sócrates inicia inmediatamente una réplica, seguida de un
forcejeo intelectual con Protágoras. Aun así, el Protágoras es uno de los diálogos aporísticos de
Platón, hecho que podría interpretarse como un reconocimiento implícito de las habilidades
argumentativas de Protágoras;
“Tras la afectuosa despedida de Sócrates y Protágoras, el dialogo acaba sin ofrecer
conclusiones definitivas, obligando con ello al lector a persistir en la exploración de
los temas discutidos y en la búsqueda de la virtud.” 10
No por esto debemos interpretar el diálogo como una reivindicación de la Sofística ya que
existen en él numerosos pasajes en los cuales se critica duramente el movimiento Sofístico y su
capacidad de influir en las almas de aquellos que lo escuchan.
“Por los dioses -repliqué-, ¿acaso no te daría vergüenza presentarte tú mismo ante
los griegos como un sofista?”11 (312a)
“En caso contrario, amigo mío, ten cuidado no vayas a jugarte lo más preciado y lo
pongas en peligro. Pues, en efecto, el peligro es incluso mucho mayor en la compra
de enseñanzas que en la de alimentos, ya que el que compra los alimentos y las
bebidas al mayorista o al tendero puede llevárselos en otros recipientes [...] Pero no
es posible llevarse las enseñanzas en otro recipiente, sino que, tras pagar su precio,
tomar la enseñanza en su propia alma y aprendérsela, debe uno marcharse dañado o
beneficiado.” 12 (314a-b)
La caracterización de los Sofistas que hace Platón cambia con el tiempo a medida que
maduran sus ideas sobre que debe ser la filosofía. El Gorgias, el siguiente dialogo aquí tratado,
desprende un aire más crítico. En éste diálogo, a diferencia del Protágoras, Sócrates dialoga con
más de un Sofista; venciendo a cada uno por turnos.
Las críticas al movimiento Sofista se hacen más duras en este segundo diálogo, ataca tanto a
los sofistas como al propio arte de la retórica, como se puede observar en el siguiente fragmento;
“SÓC.- ¿Así que, según parece, la retórica es artífice de la persuasión propia de la
creencia, pero no de la que instruye sobre lo justo y lo injusto”13 (454e-455a)
9
Platón. Protágoras. Gorgias. Carta Séptima. Alianza Editorial 2011Madrid. ISBN: 978-84-206-3654-2 Pág. 66
10
Ibid. Pág. 23 (Prólogo a cargo de Javier Martínez García)
11
Ibid. Pág. 45
12
Ibid. Pág. 48
13
Ibid. Pág. 136
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Como podemos observar se alude en el anterior pasaje a la ausencia de moralidad propia de
los discursos retóricos que enuncian los Sofistas. Además Sócrates hace hincapié en la persuasión
que se lleva a cabo con las palabras, hecho considerado extremadamente peligroso;
“Es más, afirmo que si al ir el orador y el médico a la ciudad que quieras, tuvieran
que disputar éstos en la asamblea o en cualquier otro lugar de reunión cuál de los
dos ha de ser elegido médico, dejarían colgado al médico, pues se elegiría al que
estuviera más capacitado para hablar, si éste así lo quisiera”14 (456b-c)
La anterior afirmación de Gorgias nos lleva a pensar que poseer el arte de hablar puede
resultar altamente peligroso debido a que, como se ve más arriba, la asamblea se dobla ante la
fuerza de la palabra permitiendo al Sofista ejercer influencia sin estar realmente capacitado para
ello. Tras mostrar como el uso, o más bien el abuso, de la retórica puede resultar pernicioso para el
correcto orden de la sociedad Sócrates pasa a desacreditar la actividad de los Sofistas reiniciando
su ataque a la retórica;
“Puede que sea algo crudo decir la verdad [...] lo que llamo retórica es parte de una
cosa sin nada de bello.
GOR.- ¿De cuál, Sócrates? Dilo. No repares en mí.
SÓC.- Pues me parece, Gorgias, que no es una profesión científica, pero sí requiere
un espíritu sagaz, valor y destreza natural para tratar con los hombres. Yo lo llamo,
en resumen, adulación.”15 (463a-b)
El hecho de caracterizar la Sofistica como doxa y posteriormente compararla con el arte
culinario parece más osado que aquellas críticas hechas en el Protágoras. Es más, la caracterización
de la sofística como adulación parece acusar implícitamente a los Sofistas de demagogos, en tanto
que hablan para agradar a otro en las asambleas.
“En efecto, este hijo de Clinias tiene cada vez un discurso distinto, mientras que la
filosofía siempre tiene el mismo,”16 (482a)
Durante su diálogo con Calicles Sócrates inicia un feroz ataque a la retórica basando éste
precisamente en el hecho de que éstos únicamente busquen agradar e influir;
“SÓC.- Bien, ¿Y qué hay de la retórica dirigida a la asamblea de los atenienses y a
las demás asambleas de cada ciudad, a la de hombres libres? Qué viene a ser ésta
para nosotros? ¿Te parece que los oradores hablan siempre en pro de lo mejor,
poniendo la mira en que mediante sus palabras los ciudadanos pasen a ser los
mejores, o bien que también éstos se inclinan por agradar a los ciudadanos,
descuidando lo común por causa de lo privado de ellos, y se relacionan con las
asambleas como con los niños: intentando sólo agradarlos, sin más consideraciones
de si debido a esto pasan a ser mejores o peores?17 (502d-e)
14
Ibid. Pág. 139
15
Ibid. Pág. 149
16
Ibid. Pág. 181
17
Ibid. Pág. 217
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En último lugar, a diferencia del Protágoras, Sócrates vence y desacredita a sus
interlocutores obligando a éstos a admitir los argumentos de Sócrates o a retirarse de la discusión,
es decir, muestra que la verdad vence a la opinión de la mayoría situando entonces a los Sofistas por
debajo de Sócrates en el plano argumentativo. Ésta diferencia frente al anterior diálogo muestra la
perdida de respeto hacia los Sofistas en el esquema conceptual de Platón.
Sócrates vence a Polo consiguiendo que éste renuncie a la retórica amoral que lleva acabo
Gorgias, que afirma que el enseña retórica y lo que hagan sus alumnos con el conocimiento no es
motivo para despreciar al maestro de oratoria sino a aquel que utiliza injustamente (457c),
sustituyendo ésta retórica por una nueva;
“SÓC.- Vale. Entonces, si con esto tengo razón, Polo, ¿Cuál es la gran utilidad de la
retórica? Pues, de lo que hemos reconocido, es sobre todo vigilarse a sí mismo para
no cometer injusticia, visto que se da pie a bastante mal, ¿o no?
POLO.- Desde luego.” 18 (480a)
Una tercera exposición del movimiento sofista es dada por Platón en su diálogo titulado
precisamente El Sofista. Siendo un diálogo tardío el pensamiento de Platón se encuentra ya maduro
y el desprecio hacia los Sofistas ha acrecentado. En ésta obra Platón lleva a cabo una lista de
definiciones del Sofista que se encuentran envueltas en el desprecio que sentía Platón hacia los
participes de susodicho movimiento cultural.
En primer lugar, Platón pone en boca del Extranjero la afirmación de que la sofística puede
compararse con la caza, aunque el objeto de ésta caza sean jóvenes de familias adineradas;
“de la técnica que vende a cambio de dinero, de la técnica que aparenta educar, que
es una caza de jóvenes ricos y nobles, según conviene ahora a nuestro razonamiento,
ha de ser llamada sofística”19 (223b)
“Me parece, en efecto, que en la primera se ha descubierto como un cazador a
sueldo de jóvenes y ricos” 20 (231d)
Las siguientes definiciones son sintetizadas por Platón en la siguiente cita un tanto extensa;
“EXTR.- En la segunda, un mercader de conocimientos relativos al alma.
TEET.- Bien
EXTR.- En la tercera, ¿acaso no se mostró como un vendedor al por menor de estos
mismos conocimientos?
TEET.-Sí, y en la cuarta uno que nos vende conocimientos producidos por él.
EXTR.- Te acuerdas perfectamente. La quinta intentaré recordarla yo: era un atleta
de la técnica de la lucha acerca de palabras, circunscrito a la técnica erística.
TEET.- Lo era, en efecto.”
18
Ibid. Pág. 179
19
Platón, El Sofista. Alianza Editorial 2010. Madrid. ISBN: 978-84-206-4997-9 Pág. 88
20
Ibid. Pág. 109
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La séptima definición de Sofista gira en torno a la idea de que éstos ser presentan como
filósofos aunque no lo sean. Como dice Kerferd parafraseando a Platón “sophist is seen as the false
counterfeiter of philosophy, ignorantly framing contradictions that are based in appearances and
opinions rather than reality” 21 o en palabras del propio Platón;
“EXTR.- Por tanto, hay que echar mano de la primera, porque el sofista no se
encontraba entre los que saben, sino entre los que imitan.”22 (267e)
A modo de síntesis, podríamos afirmar, como hace Kerferd, que las principales acusaciones
a los Sofistas se pueden englobar en dos categorías;
“Thus formulates, the charges really amounted to two: that the sophists were not
serious thinkers and had no role in the history of philosophy, and secondly that their
teachings were profoundly immoral.” 23
Ésta interpretación despectiva del movimiento de los Sofistas se extendió en el tiempo
debido al peso filosófico de Platón en occidente. No obstante, sí que se han llevado a cabo
reinterpretaciones de los Sofistas desde entonces que se expondrán más adelante. Aun así, gran
parte de ellas siguen sin ser del todo satisfactorias.
Causas del Auge de la Sofística:
Aunque no sea el objetivo de éste presente estudio cabe hacer alusión brevemente a las
causas del auge de la Sofística con tal de entender mejor el fenómeno cultural en cuestión y algunas
de las afirmaciones enunciadas. El auge de la sofística se da en el siglo V a.C. sobretodo en Atenas
aunque muchos de los expertos en oratoria pública itinerantes provenían de otras polis Griegas. El
auge de la democracia de Pericles, que tuvo como consecuencia una mayor participación ciudadana
en el sistema político, dio lugar a un auge de los conocimientos de oratoria;
“The increase in participatory democracy, especially in Athens, led to a demand for
success in political and forensic oratory, and hence to the development of specialized
techniques of persuasion and argument.” 24
El auge de la democracia no es la única causa de la gran concentración de Sofistas en la
Grecia del siglo V a.C., sino que además de esto jugó un papel muy importante la figura individual
de Pericles;
“In view of all that has now been said we can conclude that it was not merely the
general situation at Athens but also the direct encouragement of Pericles that
brought so many of the Sophists to Athens” 25
21
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 5
22
Platón, El Sofista. Alianza Editorial 2010. Madrid. ISBN: 978-84-206-4997-9 Pág. 198
23
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 6
Taylor, C.C.W. and Lee, Mi-Kyoung, "The Sophists", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2011
Edition), Edward N. Zalta (ed.), forthcoming URL = <http://plato.stanford.edu/archives/win2011/entries/sophists/>
24
25
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 22
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Se sabe por testimonios que Pericles jugaba un papel muy importante en la vida cultural de
Atenas, reunía bajo su protección como un mecenas, a un gran número de filósofos, escultores y
demás artistas e intelectuales.
“His closest associates, and it would seem, his only personal friends, were artists,
intellectuals and philosophers. One of the sophists, the Athenian Damon [...] was
spoken of as his ‘trainer and teacher in politics’”26
Parece ser que los hechos confirman ésta hipótesis debido a que de los Sofistas conocidos
por nombre gran parte de ellos no eran originarios de Atenas y aun así pasaron en ésta ciudad un
tiempo. Tomemos como ejemplos a Protagoras, originario de Abdera, a Gorgias, nacido en Sicilia, a
Pródico de Ceos y muchos otros.
Posiblemente también puede remitirse a Pericles la enorme fama de la cual gozaban los
Sofistas, sobre todo los más importantes, que gozaban de riqueza y un gran seguimiento como nos
muestran Taylor y Lee;
“The major sophists were considerable celebrities, and were active in public affairs.
The Protagoras captures the excitement which they engendered on arriving in a city,
the cosmopolitan clientele who accompanied them and their associations with the
rich and powerful.” 27
Las Reinterpretaciones de los Sofistas:
La rotura con la tradición y herencia platónico-aristotélica la lleva a cabo George Grote, uno
de los fundadores de University Colledge London y radical utilitarista, en su obra magna History of
Greece. En esta obra Grote caracteriza a los Sofistas como “champions of intelectual progress and
rejected crucial features of the traditional assessment of their work.”28
Grote nos incita a avanzar con precaución, de una manera similar a la manera en la cual lo
hace siglos más tarde Kerferd, al tratar a los Sofistas;
“much more ought modern authors, who speak with mere scraps of evidence before
them, to be cautious how they heap upon the same doctrine insults much beyond
those which Plato recognizes.” 29
La principal afirmación de Grote es que estos autores no pueden ser considerados una secta
o escuela filosófica sino que constituían un grupo heterogéneo de profesionales que no poseían una
doctrina común, expresado de la siguiente manera por el propio Grote;
“Now in the first place, if the abstraction “Die Sophistik” is to have any definite
meaning, we ought to have proof that the persons styled Sophists had some doctrines,
26
Ibid. Pág. 18
Taylor, C.C.W. and Lee, Mi-Kyoung, "The Sophists", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2011
Edition), Edward N. Zalta (ed.), forthcoming URL = <http://plato.stanford.edu/archives/win2011/entries/sophists/>.
27
28
Ibid. Pág. 8
29
Grote, George. A History of Greece. Vol VII. John Murray London 1907. Pág. 50
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principles or method, both common to them all and distinguishing them from others.
But such a supposition is untrue: there were no such common doctrines, or
principles, or method belonging to them.” 30
La afirmación de Grote parece estar respaldada al considerar las divergencias doctrinales
entre los diferentes Sofistas individuales. Un ejemplo claro se percibe al comparar las posturas
atribuidas a dos distintos Sofistas en dos diálogos platónicos. En primer lugar, en el Gorgias
(482c-486d), le es atribuida a Callicles una postura similar a la de Antifonte referente a la justicia.
Ambos afirman que las normas de conducta son impuestas por los débiles y con ellas éstos buscan
protegerse de aquellos que son superiores limitando así sus deseos de atribuirse más de lo que posee
la mayoría. Éste fragmento también hace evidente la oposición existente entre las normas de
conducta y las leyes de la naturaleza debido a que por naturaleza a los superiores les pertenece más
por su propia condición de superioridad mientras que las normas, impuestas por los inferiores,
castigan cualquier intento de superación y apropiación de más bienes que la mayoría.
La postura aquí propuesta, impregnada de un aire Nietzscheano, contrasta claramente con la
postura atribuida a Trasímaco en el libro I de la República (338c). Aquí se viene a decir que la
justicia se basa en el interés del más fuerte o el superior.
“Trasímaco: Yo afirmo que “Lo justo no es más que la conveniencia del más
fuerte”[...] Cada forma de Gobierno establece leyes de acuerdo con su
conveniencia: una democracia leyes democráticas; una tiranía, leyes tiránicas; e
igualmente las demás formas de gobierno.”31 (Platón, República I 338d-338e)
La contradicción aquí expuesta respalda la postura de Grote y niega también en cierto
sentido las críticas al inmoralismo de los Sofistas ya que Trasímaco no está afirmado la inmoralidad
de la política sino que considera que éste ámbito esta sujeto a una moralidad natural que se afirma
por encima de la moralidad ejemplificada en el nomos.
La condición de profesionales, base para la caracterización de los Sofistas hecha por Grote,
se puede ver claramente en el hecho que éstos recibiesen un pago por sus enseñanzas;
“They taught for pay: of course therefore the most eminent among them taught only
the rich, and earned large sums”32
Grote rompe con la interpretación tradicional al no considerar ésta remuneración económica
como un elemento negativo, sino que citando anteriormente el proceso de pago que llevaba a cabo
Protagoras afirma que es digno de respeto;
“ It is not easy to imagine a more dignified way of dealing than this, nor one which
more thoroughly attests an honorable reliance on the internal consciousness of the
scholar; on the grateful sense of improvement realized, which to every teacher
constitutes a reward hardly inferior to the payment that proceeds from it” 33
30
Ibid. Pág. 53
31
Sofistas. Testimonios y Fragmentos. Editorial Gredos Madrid 1997. ISBN: 84-395-5476-1 Pág. 210
32
Grote, George. A History of Greece. Vol VII. John Murray London 1907. Pág. 34
33
Ibid. Pág. 45
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Los Sofistas no son más que profesores de retórica a ojos de Grote. Cabe decirse que no
limitaban sus enseñanzas al uso de la palabra sino que también aportaban grandes cantidades de
conocimiento;
“but these teachers brought to the task a larger range of knowledge, with a greater
multiplicity of scientific and other topics”34
Los sofistas son entonces los reformadores de la anticuada educación aristocrática griega.
Modernizan las enseñanzas que deben recibir los jóvenes con tal de permitir a estos adaptarse a la
cambiante sociedad. No son, por lo tanto, los causantes de la degeneración moral que
supuestamente ocurrió en la Atenas del siglo V a.C.;
“If, then, it were true that in the interval between 480 B.C. and the end of the
Peloponnesian war a great moral deterioration had taken place in Athens and in Greece
generally, we should have to search for some other cause than the imaginary
abstraction called Sophistic.”35
Aun cambiando radicalmente el tono con el cual se trata a los Sofistas, Grote, al caracterizar
a estos autores como un grupo heterogéneo de pensadores que no poseían una doctrina común, hace
tan difícil atacarles como defenderles debido a que una crítica a un Sofista particular no puede
universalizarse. La imposibilidad de pasar del existencial al universal las afirmaciones negativas
imposibilita lógicamente también cualquier intento de universalizar las afirmaciones positivas que
se puedan hacer respecto a la categoría de Sofista. Aun así, la postura de Grote ha gozado de un
respaldo no insignificante, hecho que se puede ver claramente en la siguiente cita del artículo de la
S.E.P. en la cual se hace alusión a la tesis propuesta por Grote;
“It is important to emphasize the individualistic character of the sophistic
profession; its practitioners belonged to no organization, shared no common body of
beliefs and founded no schools, either in the sense of academic institutions or in that
of bodies of individuals committed to the promulgation of specific doctrines.” 36
Hegel en su obra Lecciones sobre la historia de la filosofía lleva a cabo una revalorización
distinta a la elaborada por Grote, que lamentablemente, aun ser aceptada extensamente, no llevó a
grandes cambios de opinión entre académicos. En Lecciones sobre la historia de la filosofía se
afirma que los sofistas juegan un importante papel en la dialéctica del espíritu universal que se
desenvuelve, volviendo a considerar, por lo tanto, a los Sofistas como filósofos, o si más no como
una paso en la historia de la filosofía.
El proceso dialéctico al que alude Hegel, y sirve de fundamento a su interpretación de la
historia de la filosofía, pasa por tres fases. En primer lugar se profiere una tesis positiva, negada
entonces por una antítesis hasta que finalmente la tesis y su antítesis se ven sintetizadas. Los
sofistas forman parte de la antítesis;
34
Ibid. Pág. 37
35
Ibid. Pág. 54
Taylor, C.C.W. and Lee, Mi-Kyoung, "The Sophists", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2011
Edition), Edward N. Zalta (ed.), forthcoming URL = <http://plato.stanford.edu/archives/win2011/entries/sophists/>.
36
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“The second subdivision contained those who through sceptical criticism came to
negate this view and to substitute it as its antithesis the principle of subjectivity”37
La subjetividad a la cual se alude como característica esencial de la Sofística queda
perfectamente expuesta en la famosa sentencia de Protagoras “el hombre es la medida de todas las
cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son, en cuanto no son”38 (Sexto Empírico,
Esbozos Pirrónicos I 216ss) La importancia del principio de subjetividad elaborada por los Sofistas
es obvia, ya que supone un rechazo del dogmatismo de los presocráticos. Queda elegantemente
expuesta en la siguiente cita de Hegel;
“Pues bien, en los sofistas el individuo mismo era su propia y última satisfacción. Al
ponerlo todo en tela de juicio, el punto fijo, para ellos, era éste: “Lo que me trazo
como fin es mi placer, mi vanidad, mi fama, mi honor, mi subjetividad especifica”39
Tras introducir de nuevo a los Sofistas en la categoría de filósofos Hegel pasa a analizar su
importancia en relación a la cultura ateniense en general afirmando que;
“Más aun, los sofistas son los maestros de Grecia, gracias a los cuales, en realidad
pudo surgir en ésta una cultura; en tal sentido vinieron a sustituir a los poetas y a
los rapsodas, que habían sido anteriormente los verdaderos maestros” 40
La anterior reivindicación no parece suficiente, incluso contraria a los objetivos
reinterpretativos propuestos por el propio Hegel, según afirma Kerferd en su majestuoso estudio
sobre éstos autores;
“But so far from re-establishing their reputation as philosophers the effect was the
opposite. It seemed to confirm the hostile judgements of Plato and Aristotle. Truth
and reality were objective, not subjective. All those who denied this were opposed to
truth and reality, and as such were not merely not philosophers, they were enemies of
philosophy: they were the sophists”
Aportaciones a la Filosofía hechas por los Sofistas:
La más reciente y completa revalorización de la filosofía de los Sofistas es la llevada a cabo
por Kerferd en la anteriormente mencionada obra titulada The Sophistic Movement. Aquí Kerferd
hace hincapié en unos puntos que a su parecer reinsertan en la historia de la filosofía, como
pensadores claves, a los Sofistas.
En primer lugar, Kerferd afirma que los Sofistas no deben ser menospreciados debido a la
modernidad y amplio rango de los problemas filosóficos que tratan;
37
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 7
38
Sofistas. Testimonios y Fragmentos. Editorial Gredos Madrid 1997. ISBN: 84-395-5476-1 Pág. 43
39
Ibid. Pág. 27
40
Hegel. Lecciones Sobre la Historia de la Filosofía. Vol II Fondo de Cultura Económica. 1977 Pág. 12
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“The modernity of the range of problems formulated and discussed by the sophists in
their teaching is indeed startling, and the following list should speak for itself. First,
philosophic problems in the theory of knowledge and of perception [...] The nature of
truth [...] The relation between language, thought and reality.[...] The problem of
achieving any knowledge at all about the gods,...” 41
Al consultar los fragmentos preservados o parafraseados la hipótesis de Kerferd parece
confirmarse. Se plantean temáticas como el agnosticismo “Sobre los dioses no puedo tener la
certeza de que existen o de que no existen ni tampoco de cómo son en su forma externa”42
(Diógenes Laercio IX 51) afirmación atribuida a Protagoras, o el subjetivismo “el hombre es la
medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son, en cuanto no son”43
(Sexto Empírico, Esbozos Pirrónicos I 216ss).
La introducción y el debate sobre cuestiones de este tipo han de considerarse a la fuerza
grandes aportaciones a la historia de la filosofía debido a que muchas de ellas han pasado a ser
temáticas recurrentes en el pensamiento occidental hasta nuestros días adquiriendo en cada época
una actualidad distinta.
La afirmación subjetivista de Protagoras deriva en una reivindicación de las sensaciones
como criterios firmes de verdad, es decir, innegables;
“If something seems to me sweet, then it is sweet for me, and this is not to be refuted
by someone else’s experience who percieves it as not sweet”44
Kerferd explica además una interesante teoría atribuida a Crátilo sobre la universalidad del
lenguaje y el problema de la referencialidad, ambos temas debatidos en la filosofía del lenguaje;
“Everything has a right name of its own which comes by nature, and a name is not
whatever people call a thing by agreement, simply a piece of their own voice applied
to the thing, but there is kind of constituted correctness in names which is the same
for all men, bit Greek and barbarians”45
Otra interesante teoría Sofística, que parece apoyar la tesis de Kerferd, versa sobre la
utilidad y función del castigo, encontrando se íntimamente ligada a la creencia de que la virtud
puede ser enseñada y por lo tanto aprendida. La función del castigo no es corregir el mal que ha
ocurrido anteriormente sino prevenir futuros males. (Protagoras 324a-c).
Teniendo ya mostrado como los Sofistas aportan muchas temáticas y debates a la filosofía
Kerferd ataca la falsa concepción, de índole Platónica, por la cual se afirma que los Sofistas no
tenían ningún respeto por la verdad afirmando;
41
Ibid. Pág. 1-2
42
Sofistas. Testimonios y Fragmentos. Editorial Gredos Madrid 1997. ISBN: 84-395-5476-1 Pág. 62
43
Sofistas. Testimonios y Fragmentos. Editorial Gredos Madrid 1997. ISBN: 84-395-5476-1 Pág. 43
44
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN: 0-521-28357-4 Pág. 88
45
Ibid. Pág. 73-74
Joseph Roberts
Grupo A1
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“When elsewhere Plato suggests, as he does repeatedly, that the sophists were not
concerned with the truth, we may begin to suppose that this was because they were
not concerned with that he regarded as the truth” 46
Esta cita constituye un ataque a Platón donde Kerferd acusa a Platón de dogmático.
implicando así por extensión que la caracterización Platónica no respondía a criterios objetivos sino
que estaba basado más bien en una reivindicación personal.
Conclusión:
Además de los argumentos propuestos por Kerferd existen más consideraciones obviadas
por éste que muestran la necesidad de una revalorización de la Sofistica que conceda al movimiento
y a sus integrantes la posición que merecen.
El primer argumento a favor de volver a considerar a los Sofistas como filósofos se basa en
cierto modo en la caracterización que hace Hegel de ellos como la antítesis a los pensadores
anteriores, cosa que provocó la síntesis que llevan a cabo posteriormente Platón y Aristóteles. Los
Sofistas ejercieron por lo tanto un papel similar, aunque contrario, al que realizó Hume al hacer
despertar a Kant de su sueño dogmático. Actuaron como catalizadores de dos de los más potentes
esquemas conceptuales de la antigüedad, notablemente los de Platón y Aristóteles.
“But virtually every point in Plato’s thought has its starting point in his reflection
upon problems raised by the sophists, virtually every dialogue in one way or another
has one or more sophists either visibly present at or covertly influencing its
discussions.” 47
La antítesis es un paso necesario en el proceso dialéctico y por lo tanto resulta igual de
importante que la síntesis llevada a cabo posteriormente por Platón. La importancia de los Sofistas
así entendida parece innegable. El subjetivismo que propone Protagoras, entre otros, urge una nueva
y más potente fundamentación de los valores éticos y cognoscitivos, que en el aparato conceptual
platónico provoca la postulación del mundo de las ideas. El carácter negativo de esta manera de
hacer filosofía incita y dinamiza la búsqueda de la verdad falseando las contradicciones inherentes
en los anteriores esquemas conceptuales.
El uso y el cultivo de la retórica tiene también sus propias consecuencias positivas. Es cierto
que fomentar el engaño y la persuasión por encima de la verdad, si realmente hicieron esto los
Sofistas, son características que no son predicables de la categoría de filósofo. Aun así la retórica y
su uso más negativo nos trae también a una mejora en el conocimiento de la verdad, el hecho de
enseñar y formar a oradores permite desvelar los engaños que se llevan a cabo y expone el peligro
que puede conllevar dejarse llevar por la belleza de las palabras. Es decir, al dinamizar la oratoria,
incluso si se utiliza para desviar a las almas de jóvenes adinerados de la búsqueda de la verdad, se
conduce paradójicamente a otros hacia la verdad, creando una especie de incipiente cinismo a todo
aquello pronunciado de forma grandilocuente.
Otra buena razón para considerar a los Sofistas como pertenecientes a la casta de los
filósofos es el papel educativo que realizaron mediante el cual reformaron la ya anticuada
educación aristócrata para responder a las necesidades de una cambiante sociedad. Su énfasis en la
46
Ibid. Pág. 67
47
Ibid. Pág. 173
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posibilidad de enseñar la virtud parece ser un importante paso hacia la democratización de la
sociedad ateniense del siglo V a.C.;
“In a period of considerable social change it gave expression to felt need to shake off
what was felt to be the overly restrictive and inappropriate heritage of traditional
moral norms and requirements.”48
La posibilidad de enseñar la virtud, temática tratada ampliamente en el capítulo VII del
Dissoi Logoi, garantiza la movilidad social al crear la posibilidad de mejora de uno mismo. Es por
lo tanto una contribución, en parte y no totalmente claro, Sofista la cultura del esfuerzo como medio
hacia el ascenso social y la mejora de uno mismo. Cabe decirse que el concepto de arete aquí
expuesto abarca “all those qualities in a man which made for success in Greek society and which
could confidently be expected to secure the admiration of a man’s fellow.citizens”49
Resulta obvio que el movimiento Sofistico tuvo una gran importancia en el cambio cultural
ateniense del Siglo V a.C. y en el auge de la democracia. No obstante, como se viene diciendo en el
presente trabajo, los Sofistas resultan importantes más allá de su papel en el desarrollo de la retórica
y en la modernización de la educación de Atenas debido a que han jugado un papel importante en el
desarrollo de la filosofía occidental en general, hecho que queda mostrado por las causas
anteriormente expuestas.
Bibliografía:
Aristófanes. Las Nubes, Las Ranas, Pluto. Ediciones Cátedra 1995 Madrid. ISBN: 84-376-1367-1
Aristóteles. Metafísica. Alianza Editorial Madrid. 2010. ISBN: 978-84-206-6235-0
Grote, George. A History of Greece. Vol VII. John Murray London 1907.
Hegel. Lecciones Sobre la Historia de la Filosofía. Vol II Fondo de Cultura Económica. 1977
Kerferd. G.B. The Sophistic Movement. Cambridge University Press, Cambridge 1981 ISBN:
0-521-28357-4
Kerferd. G.B. The First Greek Sophists. The Classical Review, Vol 64, No. 1 (Apr 1950). pp.8-10
Platón. Protágoras. Gorgias. Carta Séptima. Alianza Editorial 2011 Madrid. ISBN:
978-84-206-3654-2
Platón, El Sofista. Alianza Editorial 2010. Madrid. ISBN: 978-84-206-4997-9
Sofistas. Testimonios y Fragmentos. Editorial Gredos Madrid 1997. ISBN: 84-395-5476-1
Taylor, C.C.W. and Lee, Mi-Kyoung, "The Sophists", The Stanford Encyclopedia of Philosophy
(Winter 2011 Edition), Edward N. Zalta (ed.), forthcoming URL = <http://plato.stanford.edu/
archives/win2011/entries/sophists/>.
48
Ibid. Pág. 122
49
Ibid. Pág. 131