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Mauro Cerqueira.
Momentos da História Trágico-Marítima
e a Santa Liberdade, 2011.
Cortesía Galería Casa Triângulo,
São Paulo
Mauro Cerqueira. Naufragios con espectador
Mauro Cerqueira (Guimarães, 1982) forma
parte de la generación más joven de artistas
portugueses. Palabras como tensión,
equilibrio, densidad, fragilidad o la pareja
destrucción/construcción definen un
proyecto artístico que responde a la
violencia, la estabilidad y la conformidad
social. Cerqueira concibe al público de sus
obras como “el primer testigo que llega a la
escena de un accidente”. Suele tratarse de
piezas escultóricas y situaciones activadas
por el espectador, ya sea porque son el
resultado de una performance, o por que la
instalación se plantea como el escenario de
una acción pasada o futura. Una carrera en
una especie de puente que se derrumba o
una construcción elaborada con vasos de
cristal a punto de caerse son muestras de
un trabajo basado en acciones simples que
dan lugar a estructuras precarias. La energía
de la juventud y algunos referentes de
subculturas como el punk o el skate se
filtran a menudo en su trabajo.
Todos estos elementos y actitudes
guardan una estrecha relación con el
contexto histórico y urbano en el que
Cerqueira ha desarrollado su trabajo hasta el
presente: la ciudad de Oporto. Inmersa en la
crisis que el país sufre desde hace casi diez
años, la capital del norte de Portugal ha
experimentado importantes y rápidas
transformaciones. La decadencia, la ruina y
la miseria de sus barrios antiguos, como el
de la Ribeira, junto al río Duero, conviven
con un proyecto de modernización del tejido
urbano que tiene como emblemas la nueva
red de metro o la Casa da Música, diseñada
por el arquitecto Rem Koolhaas. A medida
que estos cambios se producen, el centro de
Oporto pierde habitantes para dejar sitio a
una pujante industria turística que se adueña
de esos espacios con fines comerciales, en
un nítido proceso de gentrificación.
Los dos estudios que Mauro Cerqueira
ha ocupado hasta el momento están
situados en este territorio conflictivo y han
jugado un papel esencial en la elaboración
de muchas de sus obras, redefiniendo las
pautas de las prácticas site-specific. El
primero se encontraba en un edificio
semi-abandonado, localizado a escasos
metros de la plaza más céntrica de la ciudad
y cerca de una de las áreas más degradadas
y problemáticas. Desde ese estudio
Cerqueira filmó la obra Até ao osso en
2010. En este vídeo se ve la excavación
realizada para construir el aparcamiento de
un hotel de lujo y los restos de un antiguo
cementerio que fue desmantelado. El
protagonista anónimo del vídeo, avistado
por azar mientras el artista miraba por la
ventana de su taller, es un hombre joven
–posiblemente vecino del barrio– que
merodea entre las tumbas, escarba y recoge
huesos y calaveras que guarda en una bolsa
de plástico.
Até ao osso muestra la destrucción de
una parte del casco viejo de la ciudad de
Oporto, la especulación a la que está
sometido, el desplazamiento de sus
habitantes y el olvido de su historia. Otros
trabajos responden al mismo escenario de
maneras distintas. Es el caso de muchas
esculturas e instalaciones estrechamente
vinculadas al primer estudio, víctima
también en los últimos tiempos de los
intereses inmobiliarios y la ruina. La serie de
las Trepadeiras (2010-2011), por ejemplo, es
un conjunto de piezas elaboradas con
trozos de persianas que se desmontan, se
Mauro
Cerqueira.
Trepadeira nº6,
2011. Cortesía
Galería Casa
Triângulo, São
Paulo
alargan, se acomodan a diferentes
configuraciones y conquistan espacios.
A partir de materiales de deshecho que
rescata de su entorno más inmediato y de
gestos muy simples, Cerqueira crea objetos
y situaciones que aluden a la inestabilidad y
la imposibilidad de sentirse seguro en un
contexto en perpetua transformación.
O cego e a cidade (2011), un vídeo
reciente, funciona casi como despedida y
homenaje a ese lugar. En él se ve el extremo
de una vara de madera que golpea un
techo de escayola decorado con molduras.
La imagen está invertida y el palo parece el
bastón de un ciego que examina el terreno
por el que camina. No se trata en ningún
caso de un espacio en calma, pero,
paradójicamente, cuando el material del
techo cae, se convierte al instante en un
nuevo elemento con el que trabajar. La
destrucción y la construcción aparecen así
como metáforas de lo que sucede en la
ciudad: una rápida metamorfosis aquejada
de amnesia y desinterés por el pasado. El
registro y la conservación en la memoria de
esta realidad dura e injusta convive siempre
en las obras de Cerqueira con un sentido
del humor sutil y socarrón, así como con
una expresividad espontánea. Vida y arte se
enhebran en sus obras con autenticidad y
compromiso, ahuyentando cualquier
tentación de pintoresquismo basado en la
miseria. Sus trabajos se inspiran en la
precariedad de un entorno urbano y social
para hablar de incertidumbres existenciales
que van más allá de una geografía concreta.
Esta vocación se aprecia con especial
claridad en una serie de publicaciones que
constituyen una parte fundamental de su
proyecto artístico e integran su interés por
la historia, la literatura y la cultura popular.
Está a morrer e não quer ver (2009),
Exvotos e milagres (2009-2011) y
Momentos da história trágico-marítima
e a Santa Liberdade (2011), son ediciones
realizadas en un formato de tipo periódico
compuestas por dibujos, textos propios o
ajenos y documentos procedentes de
archivos y bibliotecas. En ellas Cerqueira
investiga el pasado glorioso de Portugal y su
caída en desgracia en el presente. En
Momentos da história trágico-marítima e a
Santa Liberdade, por ejemplo, se presentan
fragmentos de textos de la crónica que
realizó Bernardo Gomes de Brito en el siglo
XVIII, a partir de los testimonios de
supervivientes de naufragios que tuvieron
lugar en la ruta de las Indias, en el siglo XVI,
junto a la historia del trasatlántico Santa
Liberdade; secuestrado en 1961 por un
grupo de antifascistas portugueses y
gallegos, liderados por el militar Henrique
Galvão, que querían denunciar las
dictaduras de Salazar y Franco, para dirigirse
a continuación a las colonias africanas, con
el objetivo, romántico y utópico, de iniciar
una revolución que nunca prosperó.
Ilustrada por dibujos del artista que
acompañan los relatos compilados por
Gomes de Brito en 1735 y por una
selección de primeras planas de periódicos
que siguieron las peripecias del secuestro en
1961, esta edición relaciona los orígenes del
imperio portugués –una historia épica, llena
de aventureros, héroes y grandes
navegantes, pero también de naufragios,
personas humildes y sufrimiento– con el
principio del fín de sus conquistas en 1974,
anticipado, en este caso, por el incidente
del buque Santa Liberdade y su fallida
revolución. Literatura y ficción se dan la
mano en un proyecto anti-jerárquico,
pensado para ser distribuido más allá de los
canales institucionales y concebido como
una protesta contra el olvido que pretende
ser movilizadora y actual.
En la contraportada de los Momentos
da história trágico-marítima… puede leerse
un fragmento del libro Naufragio con
espectador (1995), del escritor alemán Hans
Blumenberg, que sintetiza sus
intenciones:“Montaigne justifica al
espectador del naufragio, así como su
satisfacción calificada sin más como maligna
(volupté maligne), no como el derecho de
éste a gozar del espectáculo, sino como el
éxito de su auto-conservación. Él está en el
margen firme, fuera de peligro, gracias a la
capacidad de mantener la distancia.
Sobrevive gracias a una de sus propiedades
inútiles: la de ser espectador”. Las
esculturas, vídeos y publicaciones de Mauro
Cerqueira tratan de suprimir, física y
conceptualmente, la existencia de esa
distancia reconfortante.
Pedro de Llano
Mauro Cerqueira. Até ao osso, 2010. Cortesía
Galería Graça Brandão, Lisboa
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