Download Acer pseudoplatanus - Biblioteca

Document related concepts

Ficus sycomorus wikipedia , lookup

Sicómoro wikipedia , lookup

Acer pseudoplatanus wikipedia , lookup

Brachychiton discolor wikipedia , lookup

Rhytisma acerinum wikipedia , lookup

Transcript
_.-~
=...
206
INFOR
-',. - - INF<R
-- _'¿tiIlM"'._'.'·••" i.
--,.~-
:..~.
~.#
-
111111111111111111
.
0004090
Monografía de Sicomoro
(Acer pseudoplatanus)
Monografía de Sicomoro
(Acer pseudoplatanus)
¡tJruQ,
200
SILVICULTURA DE ESPECIES NO TRADICIONALES:
UNA MA YOR DIVERSIDAD PRODUCTIVA
PROYECTO FINANCIADO POR FIA (MINAGRI) - FONSIP (CORFO)
Sicomoro
Acer pseudoplatanus
MONOGRAFíA
AUTORES:
VERÓNICA LOEWE M.
MONICA SUBIRI P.
- INFORSANTIAGO, ENERO DE 1998.
íNDICE
1. ANTECEDENTES GENERALES
1.1 Descripción del árbol
1.2 Distribución natural
1.3 Asociaciones vegetales
1.4 Aspectos reproductivos
2. REQUERIMIENTOS ECOLÓGICOS
2.1 Clima
2.2 Suelo
2.3 Altitud
3. PLAGAS Y ENFERMEDADES
3.1 Exigencias para internación de semillas
4 SILVICULTURA y MANEJO
1
1
3
3
6
8
8
9
13
14
19
21
4.1 Propagación
4.1.1 Regeneración natural
4.1.2 Propagación artificial
4.1.2.1 Viverización
4.1.2.2 Propagación vegetativa
4.1.2.3 Micorrización
21
21
22
22
4.2 Establecimiento
4.2.1 Plantación
4.2.2 Plantaciones mixtas
4.2.3 Densidad
4.2.4 Control de malezas
29
29
43 Manejo
4.3.1 Crecimiento y Productividad
4.3.2 Tratamientos Silviculturales
4.3.2.1 Raleos
4.3.2.1 Podas
4.3.4 Cosecha
32
32
34
34
36
39
26
28
31
31
32
5 PRODUCCiÓN
40
5.1 Producción mundial
5.2 Precios y mercados
5.3 Madera
5.3.1 Características tecnológicas
5.3.2 Secado
5.3.3 Usos
40
40
40
40
41
42
BIBLlOGRAFIA
íNDICE DE CUADROS
CUADRO 1
CUADRO 2
CUADRO 3
CUADRO 4
CUADRO 5
CUADRO 6
CUADRO 7
CUADRO 8
CUADRO
CUADRO
CUADRO
CUADRO
CUADRO
CUADRO
9
10
11.
12.
13.
14.
CUADRO 15.
CUADRO 16
Asociaciones vegetales en bosques prealpinos de Taipana
Crecimiento de sicomoro a espaciamiento de 5 y 10m en
Escocia
Caracterización de tipos de suelo
Peso seco de plantas de sicomoro de diferentes tipos de
suelos después de una temporada de crecimiento
Resumen de enfermedades de sicomoro
Principales insectos que atacan a arce
Densidad y altura de regeneración en bosque multiespecífico
Dosis de NPK ensayadas en la producción de plantas de
sicomoro
Características de los árboles estudiados
Regeneración en cultivo in vitro
Dimensiones deseables de plantas de sicomoro
Rotación para sicomoro (Años)
Rendimientos de sicomoro en plantaciones de corta rotación
Características dasométricas de rodales de sicomoro de la
Universidad Austral de Chile
Número de fustes a seleccionar para sicomoro
Recomendaciones de poda según auto
5
12
12
13
14
17
22
27
28
28
30
33
34
34
35
39
íNDICE DE FIGURAS
FIGURA 1
FIGURA 2
FIGURA 3
FIGURA 4
FIGURA 5
Arquitectura de sicomoro
Principales enfermedades de sicomoro
Crecimiento en altura de sicomoro en vivero y después de
transplante
Primera poda de formación
Ultima poda de formación
2
19
29
37
37
Acer pseudoplatanus
1. ANTECEDENTES GENERALES
Se conocen alrededor de 150 especies de Arce; la mayoría crecen en el
este de Asia, 13 son nativas de Norteamérica y 10 de Canadá (Hosie, 1969). Acer
pseudoplatanus es conocido como sicomoro (Edlin, 1985), en Estados Unidos como
"planetree" (Collingwood y Brush, 1964) y en Gran Bretaña como Great Maple (Bennett
et al. 1956). También se le denomina Arce blanco, debido a que presenta una tonalidad
más clara que los demás arces (López, 1984).
1.1 DESCRIPCIÓN DEL ARBOL
Sicomoro es un árbol que en la madurez alcanza entre 18 y 30 m de
altura (IDF, 1981; Gordon y Rowe, 1982; Calvo et al., s.f; Vieceli, 1989). El Ente
Nazionale per la Celulosa e per la Carta (1990) señala que la especie puede alcanzar
diámetros a la altura del pecho de 60 a 70 cm; por otra parte Evans (1984) señala que
puede presentar hasta 1,5 m de diámetro.
Las hojas son simples, opuestas, pentadas y dentadas (Ente Nazionale
per la Celulosa e per la Carta, 1990), formadas por cinco lóbulos grandes mas bien
puntiagudos, de 8 a 16 cm de largo; son de color verde oscuro, y el envés verde claro
con pubescencia sobre las nervaduras principales; presentan un pecíolo largo (Suszka
et al., 1994). En otoño las hojas se toman amarillo-anaranjadas (Bernetti y Padula, s.f;
Suszka et al., 1994).
El crecimiento de sicomoro es bastante rápido, y habitualmente se explota
entre los 120 y 150 años (Suszka et al., 1994), pudiendo llegar a vivir 300 a 400 años
(Calvo et al., s.f; Vieceli, 1989; IDF, 1981). López (1984) señala que la especie es una
de las de mayor tamaño dentro de su género; adquiere su altura más elevada
alrededor de los 60 años.
Es un árbol deciduo, de fuste recto y grueso, con ramificaciones hacia
arriba, de copa larga y redondeada (Calvo et al., s.f; Vieceli, 1989). Las ramas son
vigorosas y con brotes dispuestos en pares opuestos, los que son fuertes y presentan
diversos tonos de verde (Edlin, 1985). Al crecer en áreas abiertas desarrollan un
amplio follaje, presentando un aspecto similar a Acer platanoides, con fuste corto,
ramas abiertas y copa redondeada con el extremo superior no demasiado compacto
(Collingwood y Brush, 1964).
La corteza es de color gris con manchas rosáceas (Buresti et al., s.f) en
un principio lisa; gradualmente desarrolla segmentos rugosos en la superficie que caen
continuamente, exponiendo el xilema joven (Edlin, 1985). En general la madera es de
1
color gris metálico, pero en los árboles viejos toma una coloración naranjo-café pálido
(Op. cit).
Armand (1995) señala que en los estados juveniles sicomoro presenta un
desarrollo monopódico, para posteriormente tomarse simpódico (Figura 1).
FIGURA 1
ARQUITECTURA DE SICOMORO
Slmpódlco
Rama
matriz
Blturcacló~
Ramas
Tronco
Monopódlco
Fuente: Modificado de Armand (1995)
La especie en estado juvenil soporta bien la sombra, pero en estado
adulto se toma más intolerante. A pesar de ello el tronco no debe ser expuesto
bruscamente al sol (Calvo el al., s.f; Vieceli, 1989).
2
En el sur de Italia existen dos variedades de Acer pseudoplatanus; la
variedad vil/osum (Presl)Strobl ubicada en Calabria y Sicilia, y la variedad truncatum
(Tineo)Strobl en Nápoles y Sicilia, con pequeñas diferenciaciones de características
morfológicas en hojas y frutos (Bernetti y Padula, s.1).
1.2 DISTRIBUCIÓN NATURAL
Sicomoro es nativo del centro de Europa y oeste de Asia (Bennett et al.,
1956). Mas detalladamente Suszka et al. (1994), señalan que se distribuye
principalmente en el centro y oeste de Europa; por el norte limita con la península
báltica en el norte de España; el límite este lo compone el nor-este de Polonia y
desciende hasta el centro de Ukrania, el sur de Rumania y Bulgaria. Limita por el sur
con el extremo norte del Mediterráneo, al oeste con los Pirineos y al este con el centro
de Grecia. Al sur de su distribución la especie se desarrolla sobre las montañas; al
norte desciende a las planicies hasta la península báltica.
En Gran Bretaña ha resultado ser una de las pocas especies introducidas
que se han asilvestrado, extendiéndose principalmente en las áreas bajas,
especialmente en valles de suelos calcáreos donde habita Fresno y Haya (Savill,
1991). Actualmente existen alrededor de 540.000 ha de sicomoro en Gran Bretaña,
alcanzando el 3% del total del área forestada (Locke, 1987. Cil. por Savill, 1991).
Es frecuentemente utilizado como árbol de protección siendo muy
resistente al viento. Se desarrolla bien tanto en el interior como en la costa (Edlin,
1985); sin embargo no es común encontrar regeneración natural de sicomoro en áreas
abiertas de pastizales, debido a que presenta baja resistencia a la competencia de
pastos (Savill, 1991).
1.3 ASOCIACIONES VEGETALES
Generalmente se encuentra como árboles aislados o en pequeños grupos
en bosques mixtos de castaño, "carpino", Fagus sp. y abeto blanco (Calvo et al., s.f;
Vieceli, 1989). Bernetti y Padula (s.f) también señalan que la especie se desarrolla en
pequeños grupos del bosque mesófilo caducifolio de Italia, y también se desarrolla en
los mixtos de Fagus sp. y Abeto blanco.
Evans (1984) señala que la especie generalmente se asocia con Fagus
sp, Fraxinus excelsior y Prunus sp (Wild cherry), requiriendo plena luz después del
establecimiento.
En Inglaterra sicomoro participa como especie dominante en un 9% en los
bosques altos de latifoliadas (Kerr y Evans, 1993), pero podría ser reemplazado por
otras especies. Además se ha observado que en áreas donde crece junto a Fraxinus
3
excelsior la regeneración de ambas especies es pobre bajo sus doseles. La
proporción de regeneración de sicomoro decrece en la medida que ésta aumenta en el
dosel superior, por lo tanto es posible que se alterne con otras especies (Savill, 1991).
Según Taylor (cit. por Savill, 1991), en áreas que han sido abandonadas
la presencia de sicomoro es escasa y poco invasiva, mientras que en áreas
intervenidas la invasión generalmente es rápida y agresiva; en la fase inicial sicomoro
es una especie dominante, y posteriormente declina hasta un punto de equilibrio. En
áreas en que sicomoro no es totalmente dominante, no causa la extinción de las
especies del sotobosque, sino que por el contrario aumenta la diversidad de éstas, ya
que permite el paso de la luz.
En formaciones boscosas prealpinas ubicadas en Taipana, Italia, se han
encontrado asociaciones vegetales compuestas por fresno, sicomoro y aliso negro,
siendo fresno la especie dominante; sicomoro participa con un 26% del área basal en
el dosel superior. Este tipo de formación se ubica entre los 350 y 900 m.s.n.m
(Salbitano, 1988). En el cuadro 1 se presentan las principales asociaciones vegetales
con presencia de sicomoro para la región de Taipana.
En formaciones de acer y fresno con densidades superiores a 18 m2 de
área basal, la semillación de fresno corresponde al 90%; sin embargo la regeneración
natural de sicomoro con plántulas de una altura superior a 15 a 20 cm corresponde al
32% (Op. cit).
4
CUADRO 1
ASOCIACIONES VEGETALES EN BOSQUES PREALPINOS DE TAlPANA
5-10
s-a
4Q.8O
Abies aIbB
Fraxinus
50-90
Fresno
7G-90
0_0
5
<5
excelsior
SIcomoro
Fraxinus
<5
16-60
exceJsior
a
fresco
calcare
o
N-E
soo.aoo
1-29
1-13
Fraxinus
excelsior
Sicornoro
G-N-
400-850
1_
12-25
CotIoIus
avelano
Slcomoro
E
Alnus
gutinosa
Fl7lxinus
exceJslor
Fraxinus
omus
AJnus
gutinoss
Sicornoro
Prunus sp.
Castanea
sativa
Carpinus
botulus
AJnus ¡ncana
Tilia sp
Jugans sp
Fraxinus
omus
Frax;nus
12-29
70-80
AJnus
_m
"nysch"
N-E
5OG-750
21-25
12-19
Coriolus
5%
avelano
ente fresco
excelsior
Fagus
slV4tica
Sicomoro
4%
Fraxinus
23-38
excelsior
9
13
gutinosa
Prunus sp.
Carpinus
botlllus
U/mus
Fra:dnus
25
13
7
G-45
55-70
excelsior
Slcomoro
18
Osl1ya
14
carpinifl>la
Fraxinus
G-19
omus
Intermedio
Calcare
o
(N)-
E-S
400-900
6-29
12-14
Coriolus
ave'ano
Fraxinus
omus
Sicomoro
Fraxinus
excelsior
Prunus sp.
G-20
Corfolus
G-l1
avelano
AB: Area basal
Fuente: Modificado de Salbltano (1988).
5
1.4 ASPECTOS REPRODUCTIVOS
La floración ocurre a mediados de abril en el hemisferio norte (Gordon y
Rowe, 1982; Savill, 1991). Suszka et al. (1994) señalan que puede ocurrir entre abril y
mayo, antes, durante o después de la foliación, y que en las montañas puede tener
lugar en junio.
Las inflorescencias son de color verde-amarillo, bastante pequeñas y
poco llamativas, siendo buenas productoras de néctar; en mayo y junio del hemisferio
norte atraen a muchos insectos, incluyendo abejas (Evans, 1984; Savill, 1991).
Las flores pueden ser hermafroditas, pero principalmente por la reducción
de estambres o pistilos pueden ser funcionalmente masculinas o femeninas (Suszka et
al., 1995). Sin embargo en la base de las inflorescencias se encuentran flores
principalmente femeninas, en la mitad masculinas y hacia la punta estériles (Savill,
1991 )
No hay evidencias sobre la existencia de flores de distintos sexos en la
copa de un mismo árbol (Barker et al., 1982. Cil. por Owens y Blake, 1985); sin
embargo Hibbs y Fischer (Cil. por Owens y Blake, 1985) señalan que cambios en la
intensidad de luz producen cambios de sexo en las flores de sicomoro. Es asi como en
copas abiertas la mayoría de las flores son masculinas, pero en doseles cerrados
decrece la formación de flores masculinas y se incrementa la de flores femeninas,
siendo mayor la producción de semillas.
Las flores se desarrollan como apéndices laterales a lo largo de cada eje
de una inflorescencia (Anderson y Guard ,1964. cil. por Owens y Blake, 1985). El
racimo puede alcanzar al final de la floración 13 a 20 cm de largo; la floración completa
de una inflorescencia dura de 7 a 15 días (Suszka et al., 1995).
El fruto está compuesto por dos sámaras, de 36 a 55 mm que se separan
al momento de la dispersión (Op. cit). La sámara es gruesa y alada, angosta en la
base, ensanchándose rápidamente hacia el exterior. Una de las sámaras se dispone en
ángulo agudo con respecto a la otra (Edlin, 1985; Suszka et al., 1995); cada una
contiene una semilla pequeña, que se forma en primavera y se dispersa en otoño
(Suszka et al, 1995). Específicamente Gordon y Rowe (1982) señalan que en el
hemisferio norte la dispersión ocurre entre septiembre y octubre cuando las semillas
están de color café, fecha en que se debe realizar la colecta. Es recomendable colectar
las semillas desde los árboles, con escaleras o escalándolos.
Tanto Acer sp como Fagus sp y 8etula sp producen semillas casi todos
los años (Owens y Blake, 1985; Kerr y Evans, 1993); sin embargo semiIlaciones
abundantes se obtienen cada dos o tres años (Gordon y Rowe, 1982; Savill, 1991;
Suszka el al., 1995). Las semillas maduran y se dispersan entre septiembre y octubre
(hemisferio norte); se tienen buenas semillaciones a los 25 - 30 años (Gordon y Rowe,
6
1982; Savill, 1991; Kerr y Evans, 1993) en condiciones soleadas, y a partir de los 40 en
la sombra (Suszka et al., 1995), siendo el mejor período entre 40 y 60 años (Savill,
1991), Yempezando a declinar a partir de los 70 años (Kerr y Evans, 1993).
De mil sámaras se pueden obtener 66 a 180 g de semillas, con una media
de 120 g, presentando de 6.500 a 16.000 semillas por kilogramo con una media de
11.000 (Suszka el al., 1995).
Los mismos autores señalan que el porcentaje de pureza es de 90 a 95%
y el contenido de humedad al momento de la colecta es de 42 a 55%.
Gordon y Rowe (1982) determinaron para sicomoro que el número de
semillas por kilogramo es de 20.000 a 120.000, con un promedio de 66.000, con un
porcentaje de pureza del 60% y viabilidad del 60%; el número de semillas viables por
kilogramo es de 5.000.
La producción de semillas y la regeneración natural es buena en áreas
moderadamente sombrías (Savill, 1991); incluso en habitats naturales puede llegar a
ser invasora (IDF, 1981). Su tolerancia a la sombra se mantiene hasta el final de la
juventud (Savill, 1991).
Las semillas germinan en la primavera siguiente, emergiendo dos
cotiledones verdes (Edlin, 1985). La especie regenera de tocón vigorosamente (IDF,
1981 )
La buena regeneración generalmente está asociada a sitios con altos
contenidos de mercurio (Savill 1991).
7
2. REQUERIMIENTOS ECOLÓGICOS
Sicomoro es considerada una especie tolerante a la sombra (Flore
Forestier Fran¡;aise, cil. por Armand, 1995), o de semi-luz (IDF, 1981).
Resiste bien la polución ambiental (Savill, 1991; Kerr y Evans, 1993); sin
embargo no soporta gran cantidad de fauna invertebrada a diferencia de la mayoría de
las especies nativas de Europa (Savill, 1991).
2.1 CLIMA
• TEMPERAMENTO
Armand (1995) define a sicomoro como una especie de temperamento
hídrico-tropical. El Ente Nazionale per la Celulosa e per la Carta (s.f) la considera
mesofila.
Se desarrolla en aquellas zonas donde crece el castaño, prefiriendo
lugares frescos y sombríos; también ocupa el área de distribución de las fagaceas.
• TEMPERATURA
Calvo et al. (s.f) señalan que la especie crece en climas lluviosos y
frescos, pero por tratarse de una especie robusta resiste bien la estación cálida y seca,
como también el frío. Requiere una temperatura media anual de 6 a 14°C, con una
mínima media anual de -20°C
La temperatura media anual generalmente no baja de 7 a 8 oC, con un
valor medio del mes más frío de -4°C (Ente Nazionale per la Celulosa e per la Carta,
sf)
• PRECIPITACIÓN
La especie, según su distribución natural se desarrolla en climas
montañosos y submontañosos, con precipitación anual siempre superior a 800 - 900
mm, concentrada en primavera y otoño; la duración del período seco no supera uno o
dos meses (Ente Nazionale per la Celulosa e per la Carta, s.f).
Según Calvo et al 1/ (s. f) necesita precipitaciones bien distribuidas durante
el período de crecimiento vegetativo, con una media anual de 700 mm.
8
Las variaciones en precipitación y temperaturas medias parecen no tener
gran influencia en sicomoro (Kerr y Evans, 1993).
• HELADAS
Savill (1991) señala que sicomoro es mucho menos sensible a las
heladas tardías de primavera que la mayoría de las especies deciduas. Kerr y Evans
(1993) la clasifican como moderadamente susceptible a las heladas.
• VIENTO y SALINIDAD
Se considera como muy tolerante al viento en suelos húmedos y fértiles,
como también a la brisa salada (Kerr y Evans, 1993).
Resiste la exposición al viento y a la brisa salina mejor que la mayoría de
las latifoliadas de los bosques de Inglaterra (Evans, 1984).
Es una de las especies de hoja ancha que habita a mayores altitudes; el
límite superior está dado principalmente por los requerimientos de suelo, y no de clima
(Kerr y Evans, 1993).
2.2 SUELO
• TEXTURA y PROFUNDIDAD
Prefiere terrenos sueltos, profundos, fértiles y moderadamente soleados;
tolera suelos medianamente arcillosos y se puede desarrollar en los graníticos. Crece
bien en suelos calcáreos y en algunos pobres tales, como arenas oceánicas o
arcillosos descalcificados (Calvo et al., s.f).
Contrariamente, el IDF (1990) señala que la especie necesita suelos
frescos durante todo el año, con profundidades de 60 a 70 cm. Se desarrolla bien
solamente en suelos fértiles especialmente ricos en limo pero con bajo contenido de
litera (Edlin, 1985).
La compactación y la pedregosidad parecen tener un efecto significativo
en las tasas de crecimiento de la raíz y en la forma de ésta (Wairu et al., 1993).
9
• COMPOSICiÓN QUIMICA y pH
Se adapta a cualquier composición química que no sea demasiado ácida
(Calvo et al., s.f); soporta bien los calcáreos (IDF, 1981). El Ente Nazionale per la
Celulosa e per la Carta (s.f) concuerda con lo señalado, destacando que soporta
porcentajes de arcillas bastante elevados.
Plántas de sicomoro no se han desarrollada bien en suelos deficientes en
fosfatos (Helliwell, 1965; 1973 cit. por Helliwell y Harrison, 1979).
Sicomoro crece y se desarrolla bien en suelos neutros o en lomas
calcáreas, arcillas con piedras sobre yeso y siempre en suelos arenosos ácidos, los
que son profundos y bien drenados, pero retienen algo de agua.
IDF (1990) señala que la especie se desarrolla bien en los limosos, con
pH de 5 a 8, siendo el óptimo 6,5; incluso puede soportar un pH inferior a 5. Evans
(1984) define un rango menor: 5,5 a 7,5, considerando a la especie como
moderadamente exigente. Kerr y Evans (1993) aconsejan evitar los suelos con pH
menores a 4,5.
Los árboles jóvenes se desarrollan bien en suelos con pH entre 6 y 7
(Helliwell, 1965. cit. por Savill 1991); sin embargo esto no implica que sea una especie
demandante de suelos muy buenos.
Plantas de sicomoro no se han desarrollado bien en suelos ácidos
(Helliwell, 1965; 1973 cit. por Helliwell y Harrison, 1979).
• DRENAJE
Kerr y Evans (1993) señalan que las condiciones óptimas de suelo para
sicomoro son lomas bien drenadas y fértiles como también sitios ricos en Nitrógeno y
Fósforo, tolerando amplios rangos de suelos y sitios; sin embargo no son aptos los
suelos secos o delgados, áreas de pastizales, cauces de ríos, zonas mal drenadas y
suelos compuestos por arcillas pesadas.
No se desarrolla en suelos de condiciones extremas de humedad. Sin
embargo requiere suelos húmedos, bien drenados (Helliwell, 1965. cit. por Savill
1991 ).
Regenera bien en forma natural en suelos de rápida descomposición de
materia orgánica y de libre nitrificación. No regenera donde el pH del suelo es menor a
4, en podsoles ni en arcillas pesadas, y tampoco donde el agua acumulada en el
invierno supera los 30 cm sobre la superficie del suelo.
10
Cooper (1986) señala que en el norte de Irlanda sicomoro se regenera
tanto en suelos ricos en bases como en ácidos, pero en cuanto a cantidad, calidad y
frecuencia es más pobre en este último.
A modo de síntesis, las condiciones en que puede producir madera de
buena calidad son las siguientes (Kerr y Evans, 1993):
• Suelos ácidos en la superficie, pero ricos en bases a medida que se
incrementa la profundidad, con pH mayor a 5 a una profundidad de 60 cm.
• Suelos que no presenten inundaciones, fértiles, ricos en nitrógeno como
también bajos en fertilidad.
• Suelos con inundaciones temporales, arcillosos.
• Suelos de superficies calcáreas de profundidades mayores a 60 cm, con
regiones de piedra caliza y tizas.
• Suelos de superficies calcáreas con profundidades menores a 60 cm,
principalmente formada por laderas calcáreas y algunas áreas de piedra
caliza.
Para evaluar el efecto de las condiciones del sitio y el desarrollo de la
especie, Wairiu et al. (1993) realizaron un estudio en el noreste de Escocia, estudiando
dos parcelas de 4 años de edad, espaciadas a 5 y 10 m respectivamente (400 y 100
árboles por hectárea respectivamente). El ensayo se ubicó entre los 140 a 205
m.s.n.m, en suelos bien drenados formados por cuarzo, micas y esquistos; en algunas
áreas de la parcela de espaciamiento de 5 m, se observó una capa de subsuelo
compactada entre los 34 a 46 cm. El suelo se consideró pobre en nutrientes y
moderadamente pedregoso (15% de pedregocidad superficial). El perfil mostró un
rango de agua disponible de entre 54 a 67 mm y 113 a 135 mm en las parcelas de
espaciamiento 5 y 10 respectivamente.
La plantación se realizó a principios de abril con plantas de un año de
edad, dispuestas en pares. Los árboles fueron protegidos con shelters de 1,2 m de
altura junto a un tutor de madera de 1,5 m de altura. La pradera se mantuvo con una
carga animal promedio de 12,5 ovejas por hectárea. Se mantuvo un radio de 50 cm
alrededor de cada árbol libre de malezas. Cada parcela fue fertilizada uniformemente
con 160 kg por hectáreas al año de N:P:K 20:6:6.
11
CUADRO 2
CRECIMIENTO DE SICOMORO A ESPACIAMIENTO DE 5 Y 10 m. EN ESCOCIA
._ ......•...... ,
;',
.~
5
3
10
5
10
Incremento en anura ano 1 a 3
-x:~~~'.,.::,.Y;"~
0,377
0,342
0,780
0,654
1,574
1,254
1,196
0,926
10
2
-..:
:(;:~.:<~{<{: ::::":<:::*,<.,,,~~"
5
1
5
10
Fuente. ModIficado de Wairiu el 8/. (1993)
En el cuadro 2 se observa que los árboles a espaciamiento 5 presentaron
mayor altura que los a espaciamiento 10, sin embargo éste último presentó árboles de
mejor forma que la parcela de mayor densidad. La menor altura se obtuvo en la parcela
menos densa, lo que se pudo deber a que el 27% presentó daños en la yema apical
por lo que una rama lateral tomó la dominancia. La parcela de espaciamiento 5 m
solamente mostró un 12% de yemas apicales dañadas, lo que se pudo deber a la
frecuencia en que las ovejas dañaron los shelters, siendo más severo el daño en la
parcela de menor densidad.
La resistencia a la penetración del suelo fue significativamente mayor en
la base de los árboles que entre hileras en ambas parcelas, debido a que el suelo en la
base de los árboles permaneció generalmente más húmedo que en la pradera, lo que
conduce a una mayor resistencia a la penetración. El espaciamiento 5 m mostró una
menor compactación.
Helliwell y Harrison (1979) estudiaron el crecimiento de plántulas de
sicomoro y otras especies durante dos temporadas, bajo cinco tipos de suelo (cuadro
3). Las especies se plantaron en maceta cuando presentaban cotiledones.
Sicomoro se desarrolló bien en los suelos tipo 2 y 4 (cuadro 4).
CUADRO 3
CARACTERIZACiÓN DE TIPOS DE SUELOS
1
2
3
4
5
Fuente. Modificado de Helhwell
5,2
8.0
4,9
4,0
3,9
y Harrison (1979)
6
24
10
14
17
50
910
65
24
39
0.41
0,73
0,12
0,28
0,13
12
CUADRO 4
PESO SECO DE PLANTAS DE SICOMORO DE DIFERENTES TIPOS DE SUELOS
DESPUÉS DE UNA TEMPORADA DE CRECIMIENTO
Peso seco
5,8
7,0
Fuente: Modificado de Helliwell y Harrison (1979)
2,9
Debido a que sicomoro es una de las especies preferidas para sistemas
silvopastorales en Reino Unido, Eason (1991) estudió la influencia de la litera de la
especie sobre la composición botánica de la pradera. De esta forma determinó que
sustratos completamente cubiertos por litera de sicomoro reducen significativamente el
porcentaje de centeno presente en ésta; además incrementa la existencia de suelos
descubiertos; el porcentaje de trébol también se ve disminuido, pero en invierno se
recupera a niveles normales al no existir caída de hojas de sicomoro.
2.3 ALTITUD
IDF (1981) señala que la especie se puede encontrar en las montañas
hasta los 1500 m.s.n.m como también en sectores planos. En el sur de Europa habita
entre los 200 y 900 m.s.n.m; específicamente en Córcega se encuentra entre los 1800
y 2000 m dentro de los Alpes, en Macedonia, Grecia, Albania, y en las montañas de
Polonia. En Francia se distribuye en la montaña hasta 1500 a 1800 m.s.n.m, y
desciende a las colinas por el noreste (Suszka et al., 1994).
En Italia la especie crece en los Alpes y en los Apeninos alcanzando los
1.900 m.s.n.m (Montagna y Lassini, 1983). En Inglaterra la especie se desarrolla sobre
los 500 m.s.n.m.
Altitudes superiores a los 300 m.s.n.m pueden tener efectos negativos
sobre la forma de los fustes (Kerr y Evans, 1993).
Armand (1995) señala que la especie no se desarrolla sobre los 1.800
m.s.n.m.
13
3. PLAGAS Y ENFERMEDADES
Buresti et al. (s.f) señalan que los daños que producen los agentes
bióticos y abióticos no impiden el uso de la especie.
CUADROS
RESUMEN DE ENFERMEDADES DE SICOMORO
flmt· .~...: ~ "~ffIJtiim¡{iit8iKó1ill:il1f*H¡A': ,.~~~~~:~ ~~·:ailCt~%$illHlMOO~~m~~M'~iOOmffil~· ":" N~: ": Ú,_'<- >':»~t:
'X"
HONGOS
Rhytisma lICerinum
Itfe/asmía acerinum
Nectria cinnabarina
Cryptostroma cortica/e
Reduce en bajo grado el Manchas negras en hojas
área fotosintética.
Calda prematura de las
hojas.
Calda prematura de las Manchas negras en hojas
hoias.
Marchitez de los brotes Fructificaciones sexuales
nuevos y necrosis de la que parecen alfileres rojos
fragmentos
de
corteza de ramas y fustes sobre
corteza muerta.
de árboles jóvenes
Fructificaciones de color
naranjo
como
almohadillas entre las
I orietas de los árboles.
Muerte
apical,
y Forma una capa de tejido
ocasionalmente del árbol. fungoso que cae junto a la
Mancha de la madera.
corteza
exterior
como
escamas.
Marchitez de hojas
Verano - principios
de Otofio.
INSECTOS
Drepanosiphum J)latanoidis
Hylobius abietis
Anthonomus retirostris
Eupulvinaria hidrangea
Tettigel/a viridis
Roclo de miel
Muerte de ramas o del Ralees muertas y suelo
adyacente al árbol toma
árbol completo.
un color azul negruzco.
In/estación del carozo y Formación de una cubierta
sobre el fruto con una
muerte del fruto
peñoración central de 1,3
a 1.5 mm.
Disecamiento parcial del Corteza
disecada
en
tronco
bandas e incisiones
ANIMALES
Ardilla gris
Descortezado del fuste de
árboles de 10 a 40 afios
Conejos
Daño a ralees y parte baja
del fuste
Mayo- mediados de
Agosto (hemisferio
norte)
Invierno - principios
de Primavera
14
• Hongos
• Rhytisma acerinum
Las hojas de sicomoro comúnmente presentan manchas negras
producidas por este hongo. En invierno, las manchas negras de las hojas que se han
caído producen nuevas esporas en primavera, las que infectan a las hojas nuevas del
año siguiente (Forestry Commission, 1995). Se desarrolla menos en ciudades porque
no resiste el dioxido sulfúrico, que es común en los aires contaminados (Savill, 1991;
Forestry Commission, 1995).
No produce daños importantes al árbol, sino que sólo reduce en un bajo
grado el área fotosintética (Savill, 1991).
• Melasmia acerinum
Armand (1995) explica que Melasmia acerinum produce el mismo daño que Rhytisma
acerinum; ambos hongos al atacar plantas de vivero causan la caída prematura de las
hojas.
• Nectria cinnabarina
Produce la marchitez de los brotes nuevos y necrosis de la corteza de
ramas y fustes en árboles jóvenes. Sobre los fragmentos de la corteza muerta se
pueden ver las fructificaciones sexuales que parecen alfileres rojos. Las fructificaciones
asexuadas son de color naranjo formando pequeñas almohadillas y se desarrollan en
las grietas de los árboles, produciendo el debilitamiento de éstos (Armand, 1995).
• Cryptostroma corticale
Sicomoro sufre la "enfermedad de la mancha de la corteza" causada por
este hongo, el que puede causar la muerte apical y ocasionalmente la muerte del árbol;
se han observado ataques violentos sólo en el área de Londres (Savill, 1991).
Cryptostroma corticale se desarrolla como saprófito en sicomoro y en
otras especies de Acer muertos o dañados por otros agentes, encontrándose en
muchos sectores sin causar daño (Young, 1978).
El hongo es de un color olivaceo-negruzco y forma una capa de diminutas
esporas sobre el exterior de la corteza entre dos capas de tejido fungoso; este
fácilmente se quiebra y cae junto a la corteza exterior como escamas; una vez que las
15
esporas han sido gradualmente diseminadas por el viento, queda a la vista una capa
fungosa de color gris-azuloso; posteriormente esta capa cae, dejando expuesta una
costra negra de estromas. Otra capa de tejido fungoso (estroma cambial) se forma
ocasionalmente entre la corteza y la madera, quedando restos adheridos a la madera
aun cuando la corteza ha caído (Op. cit).
La infección se puede originar por la entrada del hongo a través de
pequeñas heridas. Generalmente el primer signo es la muerte de ramas pequeñas;
posteriormente puede ocurrir la muerte completa del árbol. En la etapa más activa del
ataque crecen hifas microscópicas desde la parte inicial de donde se produjo el ataque,
expandiéndose internamente a través de la madera, avanzando rápidamente a lo largo
del árbol y relativamente lento a través de él, formando manchas de colores verdes,
amarillas o cafés, generalmente con un borde oscuro; al extenderse hacia el exterior de
la corteza ésta se decolora; el primer signo externo de la enfermedad en esta etapa
crítica es la marchitez de las hojas en verano o a principios de otoño. El período entre
la marchitez y la aparición de los síntomas de la corteza puede variar desde dos a tres
semanas a varios meses.
Es recomendable realizar desmoches o podas donde la infección está
activa (Op. cit)
• Insectos
Evans (1984) señala que en Inglaterra la especie no presenta daños de
importancia económica causadas por insectos, es decir provee un hábitat pobre para
éstos, comparado con la mayoría de las latifoliadas nativas.
• Drepanosiphum platanoidis
Conocido como el pulgón del sicomoro; es muy común encontrarlo en las
hojas, donde puede producir grandes cantidades de "rocío de miel" (Savill, 1991).
• Hylobius abietis
Kerr y Evans (1993) señalan que el ataque de este insecto puede causar
la muerte del árbol o de ramas. Las raices muertas y el suelo adyacente al árbol toman
un color azul negruzco. El daño usualmente se produce en suelos húmedos, por lo que
puede ser aminorado al mejorar el drenaje. Este ataque, que generalmente es letal se
puede prevenir aplicando insecticidas antes o después de la plantación; de esta forma
se entrega protección a la plantación en los primeros años, que son los más
susceptibles al ataque.
16
• Anthonomus rectirostris
Es un coleóptero que se alimenta principalmente de los ovarios de flores y
frutos jóvenes. La larva del insecto se alimenta del endocarpio de los frutos y forma una
cubierta con un orificio central de 1,3 a 1,5 mm de diámetro, por el cual el insecto entra
al carozo. Perforaciones precoces pueden causar el desecamiento del fruto, y la
infestación del carozo puede producir la muerte de éste (Armand, 1995).
• Eupulvinaria hydrangea y Tettigella viridis
Atacan ramas jóvenes y troncos de sicomoro. Realizan grietas en forma
de media luna de aproximadamente 1 cm donde la hembra deposita los huevos. Los
principales diagnósticos para detectar este ataque son la corteza disecada en bandas y
las incisiones. Un fuerte ataque de estos insectos en árboles jóvenes puede causar un
desecamiento parcial del tronco. Las larvas y adultos viven principalmente en las
gramineas, por lo que la eliminación de éstas es una eficaz medida preventiva.
En el cuadro 6 se presentan los principales insectos que atacan al género
Acer (Nageleisen, 1992; Armand, 1995).
CUADRO 6
PRINCIPALES INSECTOS QUE ATACAN A ACER
Hojas
Troncos y ramas
Inlerior de la madera
Operophlera brumala
Ma/acosoma neuslria
Pha/era buceoha/a
Lymantria dispar
Noctua aean's
Eryophies spp.
Chaifophorides
Lytta vesicatoria
Acronycla aceris
Telligella viridis
Scolytus aceris
Aarilus sinuatus
Xy/eborus dispar
Xyteborus saxeseni
Trypodendron signatum
Trypodendrum domesticum
Zeuzera pyrina
Rhopa/opus insubricus
Me/oIon/ha mel%ntha
Otiorrhynchus niger
Pediaspis aceris
Fuente. Modlfrcado de Nagelersen (1992).
Raices
Filófago
Filófago
Filófago
Filófago
Filófago
Agalllfero
Picador-chupador
Filófago
Fitófago
Homoptére
Coléoptero
Coleóptero
Coléoplero
Coleóplero
Coléoptero
Coleóptero
Lepidóplero
Coleóptero
Coléoptero
Coleóplero
Himenóplero
Agenle de necrosis cortical
Subcortical
Subcortical
Xilófago
Xilófago
Xilófago
Xilófago
Xilófago
Xilófago
Filófago
Filófago
Agalllfero
17
• Animales
La ardilla gris ataca a sicomoro mas que otras especies, siendo los
árboles sobre 25 años los más fuertemente dañados (Savill, 1991). Kerr y Evans (1993)
señalan que el mayor ataque se produce en edades entre 10 y 40 años, en los meses
de mayo a mediados de agosto en el hemisferio norte. El daño consiste principalmente
en un descortezado de fuste.
Sicomoro es muy susceptible al daño por conejos, los que atacan a
árboles de cualquier edad, en las raíces o en la parte baja del fuste, principalmente
entre invierno y principios de primavera. Por el contrario, Savill (1991) señala que esta
especie no sufre importantes daños por lagomortos.
En el hemisferio norte, es atacado por ciervos desde enero hasta
principios de primavera (Kerr y Evans, 1993); árboles jóvenes con diámetros sobre los
5 cm también son atacados por ratones de campo.
En la figura 2 se muestran las principales enfermedades que presenta
sicomoro.
• Daños Abióticos
Sicomoro es moderadamente susceptible al daño por heladas y
generalmente resistente al viento. Troncos expuestos al sol pueden sufrir quemaduras
en la orientación sur (Evans, 1984).
18
FIGURA 2
PRINCIPALES ENFERMEDADES DE SICOMORO
EupuMnarta hyrlrangea
- - - - - - FOllaje-\ Rhylls",a acentHIl
Melasmla acerfulll
~
_ _ _ _ _ _ _ _ _ Ramas
y
Troncos
EupuMnarta hydrangea
T
"-0.#
o,~o
leufgf!tla
rAnúlS
Nechia cúlIu¡barlna
Fuente: Armand, 1995
3.1
EXIGENCIAS PARA INTERNACiÓN DE SEMILLAS
El Servicio Agricola y Ganadero (SAG) de Chile exige para la internación
de especies forestales en forma de semillas, el Certificado Fitosanitario Oficial del pais
de origen, en el cual deberá constar las declaraciones adicionales y/o tratamientos
cuarentenarios exigidos. A su vez, las semillas deberán venir limpias, libres de restos
de frutos, hojas, ramillas u otro material susceptible de transportar plagas.
A su arribo al país, las semillas deberán ser sometidas a inspección
fitosanitaria por parte de los inspectores del SAG habilitados en el puerto de ingreso,
quienes determinarán la internación de ellas.
Para el caso específico de Acer sp. deben proceder de zonas libres de
3
Endothia parasitica y venir fumigadas con Bromuro de Metilo en dosis de 32 g/m de
19
cámara, durante 2,5 horas si la temperatura fluctúa entre 26,7 y 35,6°C en condiciones
de presión atmosférica (SAG, Complemento a Resolución N°1144).
20
4 SILVICULTURA y MANEJO
4.1 PROPAGACiÓN
4.1.1 Regeneración natural
Sicomoro presenta muy buena regeneración natural, pudiendo llegar a ser
invasiva; se ha visto que ha llegado a reemplazar a Fraxinum excelsior, Fagus sp y
Quercus sp. (Kerr y Evans, 1993).
Si junto con la regeneración aparece algún tipo de zarza, no tornándose
demasiado densa muy rápidamente ésta puede actuar de protección a las plántulas
contra el ramoneo de animales y de las heladas (Op. cit).
Los autores señalan que se pueden utilizar shelters en regeneración
joven; se deben poner a principios de septiembre hasta fin de año en el hemisferio
norte; recomiendan proteger 1100 plantas por hectárea.
Fr6hlich y Quednau (1995) estudiaron patrones de crecimiento en
regeneración natural; realizaron ensayos en suelos calcáreos de Babaria del este
(Alemania), en bosques multiespecíficos compuestos por Picea abies, Abies alba,
Fagus sylvatica yAcer pseudoplatanus, con coberturas de copa entre el 70 a 80% y
el O a 5% del suelo cubierto por vegetación. Se instalaron tres parcelas, con los
siguientes tratamientos:
o:
Testigo
1: Corta suave del dosel protector (Reducción del 30% del volumen existente)
2: Corta fuerte del dosel superior (Reducción del 50% del volumen existente)
3: Clareo
Cada parcela estuvo compuesta por tres subparcelas con los siguientes
subtratamientos:
Sub-parcela 1: Sin cerco, sin preparación de suelos
Sub-parcela 2: Con cerco, sin preparación de suelos
Sub-parcela 3: Con cerco y con preparación de suelo
Diez años después de aplicados los tratamientos se obtuvo que la
regeneración mayor a 10 años representaba el 1% (cuadro 7).
21
CUADRO 7
DENSIDAD Y ALTURA DE REGENERACiÓN (cm) EN BOSQUE MUL TI ESPECíFICO
Sub-parcela 1
Picea abies
Abies alba
Fagus syfvatica
Acer pseudop/atanus
Sub-parcela 2
Picea abjes
Abies alba
Fagus syfvatica
Acer pseudop/atanus
19,4
41,6
11,3
1634
8,1
35,6
27,2
83,4
6,7
8,9
13,9
11,8
75,0
35,6
9,4
666
10,1
9,2
12,3
33,3
43,4
66,6
37,2
125,3
11,1
12,1
13,5
21,2
2,8
1,6
0,0
35,3
93,3
6,7
' 8,5
15,3
11,3
49,4
40,3
15,9
92,2
10,0
9,8
14,3
24,7
26,3
51,3
6,9
80,6
11,0
10,9
15,9
20,1
0,9
5,0
1,6
67,8
35,2
50,5
183,0
249,4
9,8
7,9
14,3
16,8
17,8
33,1
32,8
91,9
9,7
11,6
21,9
22,4
3,1
3,1
0,6
40,9
42,0
31,4
198,0
64,0
Sub-Darcela 3
0,9
8,2
37,5
Picea abies
15,6
7,5
29,7
Abies alba
4,1
13,7
20,6
Fagus syfvatica
Acer pseudoplatanus
74,7
11,7
166,2
Densidad de plántulas. miles de plántulas por hectárea
A~ura máxima: cm.
Modificado de Frohlich y Quednau (1995).
51,9
53,3
De lo anterior se puede deducir que al realizar una corta suave del dosel
superior se obtiene una mayor densidad de plántulas, a excepción de la subparcela 1.
Además se observa que las mayores alturas se obtuvieron con el clareo, tratamiento en
el cual no se lograron las mayores densidades.
4.1.2 Propagación artificial
El número de semillas por kilogramo promedio es de alrededor de 9.400
variando de 5.400 a 15.800, con un 80% de germinación. Son de tipo recalcitrante
(Savill, 1991).
The International Rules for Seed Testing (1976), cil. por Gordon y Rowe
(1982) recomiendan para la germinación en laboratorio temperaturas de germinación
alternadas de 10°C por 16 horas y 30°C por 8 horas con luz.
4.1.2.1 Viverización
Buresti et al. (s.f) señalan que plantas de uno a dos años producidas a
raíz desnuda resultan bien conformadas, con alturas de 30 a 50 o 70 a 90 cm, y con un
sistema radicular bien desarrollado y robusto.
22
• Colecta de semillas:
Se recomienda colectar las semillas entre septiembre y mediados de
octubre (hemisferio norte), cuando las sámaras pasan de verde a dorado; se pueden
sembrar inmediatamente o estratificar (Suszka et al., 1995).
Las semillas se pueden colectar directamente del suelo, o sacudiendo el
árbol cuando los frutos están maduros; éstos deben ser transportados preferentemente
en sacos de arpillera para evitar la pudrición de los frutos (Op. cit).
• Almacenamiento de semillas:
Savill (1991) señala que las semillas se pueden almacenar por no más de
12 a 16 semanas; no es recomendable secarlas a menos de un 35% de contenido de
humedad. Se recomienda sembrar inmediatamente después de la colecta.
Después de la colecta se debe realizar una limpia manual para eliminar
hojas y residuos. Además si es necesario se deben separar las sámaras del racimo
(Suszka et al., 1995).
El Instituto Forestal propagó en invernadero semillas de Acer
pseudoplatanus colectadas en Aysen, que posteriormente se almacenaron en bolsas
plásticas a temperatura entre 2 y 3°C; fueron estratificadas durante 48 días. El sustrato
utilizado fue piedra volcánica proveniente del volcán Hudson previamente tamizado con
una malla de 0,5 cm de diámetro y esterilizado. La producción de plantas se realizó
utilizando contenedores plásticos individuales con un volumen de 80 cm 3 . La
temperatura dentro del invernadero se controló para que no aumentara sobre los 21°C.
Se realizaron fertilizaciones periódicas y se aplicaron fungicidas e insecticidas; las
semillas germinaron en 7 días (Morales et al., 1996(0))'
Las semillas de sicomoro, a diferencia de otras especies del mismo
género, pertenecen a la categoría de recalcitrantes, por lo que las sámaras no se
deben mantener bajo 24% de contenido de humedad (Suszka et al., 1995).
Suszka et al. (1995) define metodologías de almacenamiento:
~ Almacenamiento breve (un invierno): Se pueden conservar a 3°C ligeramente
secas, mantenidas en turba con contenido de humedad de 40 a 50%. De esta
forma la latencia se elimina progresivamente durante el invierno, por lo que se
pueden sembrar directamente en primavera o continuar el almacenamiento con
la mezcla de turba a -3°C.
~
Almacenamiento prolongado clásico: es necesario secar la sámara a 24-32%
de contenido de humedad (30-42% de contenido de humedad de las semillas).
23
Se deben mantener en recipientes herméticamente cerrados a temperatura
ambiental de -3 a -5°C y contenido de humedad de 24 a 32%. De esta forma se
pueden conservar dos o tres inviernos. Previo a la siembra no siempre es
necesario someter a las semillas a pretratamiento frío.
Almacenamiento y levante de la latencia: después del levante de la latencia
con pretratamiento frío a 3°C, las sámaras se deben secar a temperatura
ambiente mediante ventilación alcanzando 24 a 32% de contenido de humedad.
Se pueden almacenar por dos o tres años si se mantienen a -5°C.
Posteriormente las semillas pueden ser sembradas en vivero con túnel plástico,
directamente o con una humidificación previa sobre turba húmeda a 3°C. Con
este método queda plena libertad para elegir la fecha de siembra en función de
las condiciones climáticas.
-9
• Tratamientos pregerminativos:
Gordon y Rowe (1982) recomiendan estratificar las semillas desnudas por
6 a 12 semanas.
Suszka et al. (1994) señalan que las semillas de sicomoro presentan
latencia impuesta por el embrión acompañada de una ligera inhibición del tegumento;
para levantar la latencia se necesita de tratamientos prolongados a temperatura de 1 a
3°C, los que se pueden realizar con y sin medio:
-<> Pretratamiento con medio: Las semillas se deben tratar previamente con
fungicida (oxiquinolato de cobre a 0,5 g por kilogramo de semillas o thirame 3 a
4 9 por kg). Las sámaras se rehidratan completamente en contacto con un medio
húmedo; turba, arena o mezcla de ambas en proporción de 1: 1; posteriormente
se mantienen a 3°C hasta que el 10% de las semillas comiencen a germinar.
Desde un punto de vista práctico se recomienda continuar el tratamiento durante
14 semanas a -3°C; de esta manera se obtiene una mayor velocidad de
germinación. La duración de la estratificación puede durar entre 5 y 14 semanas
y excepcionalmente 20, antes de que comience la germinación.
Pretratamiento sin medio: La sámaras son rehidratadas o deshidratadas
progresivamente hasta alcanzar un contenido de humedad del 44 a 50% (50 a
58% para la semillas), con esto se levanta la latencia pero no se inicia la
germinación; después de aplicar fungicida, las sámaras se mantienen en
recipientes plástico de aproximadamente 10 cm con una cubierta de polietileno
no hermético. Se debe controlar la humedad y temperatura y ajustarlas si es
necesario. El tratamiento debe durar dos semanas mas desde el momento en
que se ha alcanzado entre el 10 Y 20% de germinación de las semillas viables.
Contrariamente al tratamiento con medio, en este caso no ocurre
pregerminación, por lo que la germinación ocurre completa y en grupo. Este
-=<>
24
pretratamiento se puede realizar inmediatamente después de la recolección,
antes o después del almacenamiento, y antes de la siembra.
Si el pretratamiento sin medio se aplica antes del almacenamiento, el
contenido de humedad de las sámaras debe ser del 24 a 32% y ser almacenadas a SOC en recipientes herméticamente cerrados, durante dos inviernos; en este caso las
semillas son almacenadas sin latencia.
El autor obtuvo un 9S% de germinación a una temperatura de 3°C, con
semillas recién colectadas. Al almacenarlas por dos años a 2S% de contenido de
humedad y directamente puestas a germinar a 3°C se obtuvo un 64% de germinación.
Semillas tratadas sin medio a 3°C durante 8 semanas con SO% de contenido de
humedad de las sámaras se obtuvo un 8S% de germinación. Con el mismo tratamiento
después de un año de almacenamiento se obtuvo un 7S% de germinación, y con dos
años 67%. Por lo tanto el tratamiento antes del almacenamiento favorece la
germinación.
MUller (1986) concuerda en que la semilla de sicomoro presenta una
latencia embrionaria sensible al frío por lo que recomienda 8 a 20 semanas de
pretratamiento frío húmedo a 3°C para eliminar esta latencia.
•
Siembra:
Las semillas latentes se pueden sembrar directamente en otoño,
ocurriendo la germinación en la primavera siguiente. Si la siembra se realiza en
primavera después de ser almacenadas durante uno o más inviernos una parte de ellas
no germina hasta la primavera siguiente, por lo tanto previamente se debe levantar la
latencia (Suszka eta/., 1994).
Las semillas se deben cubrir por 2 o tres centimetros de tierra.
Densidades de 160 a 300 sámaras por m2 son recomendables para la producción de
plantas vigorosas. En esta etapa las semillas se deben proteger de aves y roedores,
siendo también recomendable la sombra (Op. cit).
En viveros de producción a raíz desnuda, se siembran de 40 a 60 semillas
viables y se obtienen 30 a SO plantas de dos años. En Francia, en viveros de túneles
2
plásticos y con sustrato de turba fértil se obtienen 80 plantas de un año por m , con una
densidad de siembra de 160 sámaras por m2 (rendimiento del SO%); es común también
sembrar 300 semillas viables por m2 y obtener 1S0 plantas al final de la temporada (Op.
cit).
Helliwell y Harrison (1979) señalan que las plantas de sicomoro son
relativamente tolerantes a la sombra, debido a que al aumentar la intensidad de la luz
25
no se obtienen importantes incrementos en biomasa después de una temporada de
vivero.
4.1.2.2 Propagación vegetativa
Rohr y Hanus (1987) definen a sicomoro como muy difícil de propagar
vegetativamente, debido a que pierde. la capacidad de formar raíces en la madurez.
Se puede clasificar como una especie con una moderada dificultad para
ser propagado in vitro (Mccown y Mccown, 1987). Chalupa (1987) cultivó trozos de
tallos (1 a 2 cm) de plántulas de Acer pseudoplatanus y pequeños segmentos de
nudos (dejando 1 a 3 yemas axilares por cada nudo) en el medio modificado de
"Murashige y Skoog", y sobre sustrato de aserrín, los que fueron enriquecidos con
citoquininas. Para estimular la proliferación de los tallos se utilizaron bajas
concentraciones de BAP (0,2 a 1,0 mg/r' de kinetina, benzylaminopurina, que es la
1
citoquinina más efectiva) y IBA (1,0 mg/r ). También propagó microramas de 1,5 a 3,0
cm de largo que fueron cultivadas en el medio de "Gressholff y Doy" y en aserrín. Los
cultivos fueron mantenidos en la oscuridad a 23°C durante la primera semana y
posteriormente se mantuvieron con luz durante 16 horas a la misma temperatura. Las
raíces se desarrollaron dentro de 6 semanas.
Rohr (cil. por Chalupa, 1987) propagó árboles maduros de sicomoro con
trozos de raíces brotadas de las cepas.
Garbaye y Le Tacon (1979), señalan que las mejores condiciones para la
producción de plantas producidas sobre turba fertilizada son:
• pH: no afecta significativamente el crecimiento en altura de plantas producidas por
semillas; sin embargo para las producidas por estacas se asegura un buen
crecimiento con pH sobre 5,5.
• NPK: Es suficiente la dosis 1 para plantas producidas por estacas; sin embargo para
las producidas por semilla el crecimiento es ligeramente superior en la medida que
aumentan las concentraciones (cuadro 8).
• Oligoelementos: Las plantas producidas por estaca no necesitan aplicación de
oligoelementos al sustrato, mientras que las de semilla presentan un crecimiento
óptimo a partir de 80 g/m3 de la siguiente mezcla: 18 a 22% de MgO, 40 9 de Sulfato
Férrico, 20 9 de Sulfato de Cobre, 10 9 de Molibdato de Amonio, 1 9 de Sulfato de
Zinc, 7 9 de Sulfato de Manganeso y 2 9 de Borax o ácido bórico.
Se recomienda una profundidad de turba de 25 a 30 cm y una densidad
2
final de 100 plantas por m Con estas condiciones se pueden tener plantas bien
26
formadas, vigorosas y con altura sobre los 50 cm después de un año de viverización
(Op. cit).
CUADROS
DOSIS DE NPK ENSAYADAS EN LA PRODUCCiÓN DE PLANTAS DE SICOMORO
1
2
3
4
Fuente. Modificado de Garbaye y Le Tacon
75 9 de N; 75 9 de P:zO.: 75 9 de K,O
150 9 de N; 150 9 de P,O.; 150 9 de K:zO
225 9 de N; 225 9 de P,O.: 225 9 de K:zO
300 Q de N: 300 Q de P:zO.: 300 Q de K:zO
(1979).
Rohr y Hanus (1987) señalan que el cultivo in vitro del cambium o de
yemas no da buenos resultados cuando son sacados directamente de árboles adultos;
los autores han propagado sicomoro usando partes de plántulas.
Se han obtenido brotes de tocón de tres árboles de sicomoro adultos; uno
de ellos poseía "madera estándar" y los dos restantes, madera ondulada; como se
observa en el cuadro 9, los árboles fueron talados varios años antes a la realización
del ensayo. Los brotes regenerados de esa cosecha fueron removidos del tocón en
marzo de manera de estimular la regeneración de brotes más suculentos. Finalmente
estos últimos se cosecharon entre mayo y octubre del mismo año (hemisferio norte);
inmediatamente, se plantaron estacas de los brotes de 15 a 30 cm de longitud en tierra,
con previa aplicación de enraizantes (Op. cit).
Al mismo tiempo los autores cultivaron in vitro secciones de tallo de 1 a 3
cm de longitud que incluían el ápice. Estas fueron defoliadas a excepción de las dos
hojas más jóvenes junto al ápice. Se esterilizaron y sumergieron en agua destilada. El
medio utilizado fue el de Murashige y Skoog (MS) con adición de macro y
microelementos y componentes orgánicos, con un pH de 5,5. Las estacas se plantaron
verticalmente en tubos de 2 cm de diámetro y 20 cm de longitud. Los cultivos se
mantuvieron inicialmente en oscuridad a 23°C por una semana; posteriormente se
aplicó luz por 16 horas diariamente a la misma temperatura (Op. cit).
Las estacas plantadas en tierra enraizaron después de 3 semanas a un
mes, obteniéndose porcentajes de enraizamiento del 15 al 20%.
27
CUADRO 9
CARACTERlsTICAS DE LOS ÁRBOLES ESTUDIADOS
1
> 50
?
2
90
60
3
106
90
Fuente. Modificado de Rohr y Hanus (1967)
Antes de 1960
1963 - 1964
6
1963
1964
5
1964
1964
Bosque a orilla
de camino
Bosque,
con
zotobosque
Bosaue claro.
En cuanto al cultivo in vitro los autores tuvieron problemas de
contaminación; casi el 100% de las secciones de tallo no apicales presentaron
contaminación de bacterias u hongos, y el resto se mostró necrótico en un corto
tiempo. Entre un 25 y un 40% de las secciones apicales no presentaron contaminación
(cuadro 10). No fue necesaria la aplicación de estimuladores de crecimiento para el
enraizamiento.
CUADRO 10
REGENERACiÓN EN CULTIVO IN VlTRO
Alli@¡:m@f@%~WWM¡Wi~8'-~ai:~t6.ñUj@mMtW@ltM@m%fM HHm~@@¡étiñiii/~':':"~:':::':riaiiii~1@@@m
WW~&:lr.iümwnRE
@W?Y ","N
EhHM~()tfjiXh1&H
54
33
144
Mb1r. ·0·· ··,···
4
6
5
MPiB~t1()tfjidt*i)
o
o
o
Fuente: Modificado de Rohr y Hanus 1967
Se puede concluir que la micropropagación in vitro no ha dado buenos
resultados en la especie, y se trata de un método caro, por lo que no es recomendable.
4.1.2.3 Micorrización
La micorrización artificial en vivero es particularmente eficaz, asegurando
a la plantación un mejor crecimiento inicial; los hongos introducidos deben ser capaces
de mantener la simbiosis durante muchos años después de la plantación. La transición
del vivero a la plantación presenta muchos cambios en el medio radicular, tales como
estrés mecánico en el transplante y transporte, cambios en las propiedades físicoquímicas del suelo, del régimen hídrico y de la población microbiana, aumentando la
competencia para las micorrizas (Garbaye y Le Tacon, 1986).
Al probar los efectos de la inoculación en vivero con Glomus mosseae, la
simbiosis fue positiva sobre el crecimiento en vivero. Un año después de la plantación,
28
las plantas no micorrizadas presentaron un crecimiento inferior respecto a las
micorrizadas. La crisis por plantaci6n no se mantuvo durante los tres anos siguientes
(Figura 3).
FIGURA 3
CRECIMIENTO EN ALTURA DE SICOMORO EN VIVERO Y DESPUÉS DEL
TRANSPLANTE
Fuente: Modificado de Garbaye y Le Tacon (1986).
4.2 ESTABLECIMIENTO
4.2.1 Plantación
Evans (1984) considera a sicomoro como fácil de establecer siempre y
cuando se cumpla con las condiciones de humedad y concentración de nitr6geno
requeridas; además no se desarrolla bien con pastos densos, por lo que necesita
control de maleza intenso para asegurar el buen crecimiento inicial.
Buresti y Aiello (1989) senalan que para el establecimiento se deben
utilizar plantas de 1 a 2 anos, que sean de la procedencia más adecuada, sanas, bien
lignificadas y proporcionadas con alturas de 50 a 100 cm, con buen equilibrio de la
parte aérea y radicular. El IDF (1990) recomienda plantas de dos anos con alturas de
60 a 120 cm.
Kerr y Evans (1993) consideran que las dimensiones adecuadas para
plantas de sicomoro producidas a raiz desnuda son:
• Altura mínima: 30 cm.
• Diámetro mínimo del cuello: 4,5 mm.
29
• Altura máxima recomendada: 50 cm.
• Diámetro máximo del cuello de la raíz: 6,0 mm
Armand (1995) recomienda para sicomoro utilizar dos tipos de plantas
(cuadro 11). Si la plantación se realiza en forma manual, el tamaño del hoyo debe ser
de 20 cm de ancho y 30 de profundidad si la planta es pequeña, y de 40 x 50 cm si la
planta es grande.
CUADRO 11
DIMENSIONES DESEABLES DE PLANTAS DE 51COMORO
Peque~a
55 - 80
0,9 -1,3
(1+0)
Grande
(1+1)0(1+2)
Fuente. Modificado de Armand, 1995
125 - 150
0150 y mas
2 - 2,5
025 Y mas
Calvo et al., (s.f) recomiendan utilizar plantas de dos años de edad con
dimensiones de 50 a 100 cm de altura, bien lignificadas, sin presencia de defectos ni
malformaciones y con buen equilibrio entre la parte aérea y radicular.
Para un buen establecimiento es esencial utilizar shelters tempranamente,
que consisten en tubos de dos metros de altura que se ponen alrededor del árbol para
proporcionar estabilidad, aumentando la sobrevivencia durante el establecimiento e
incrementando el crecimiento en altura (Kerr y Evans, 1993).
Morales et al., (1996)(b) establecieron cortinas cortavientos de Acer
pseudoplatanus y Pinus ponderosa en el predio Escuela Agrícola de la Patagonia
(XI Región), en una superficie cultivada con alfalfa de 1300 m2 . Previo al
establecimiento el terreno se limpió con desbrosadora, posteriormente se plantó en
casillas de 40x40x40, con pala neocelandesa. Las dimensiones de la cortina fueron de
520 m de largo por 2,5 de ancho, a un distanciamiento entre hilera de 1,5 m y sobre la
hilera de 1 m. Los resultados no han sido evaluados a la fecha.
Armand (1995) señala que la plantación se debe realizar a fines del
invierno. Kerr y Evans (1993) proponen plantar entre octubre y mediados de diciembre
(hemisferio norte), una vez que las hojas hayan caído; esto da tiempo al sistema
radicular de desarrollarse antes de la floración y foliación en primavera. En general
todas las plantaciones deberian cesar a fines de marzo (hemisferio norte).
Calvo et al (s.f) recomiendan plantar en otoño, utilizando plantas de
distintas procedencias, sobre todo si éstas son clonales, para evitar una excesiva
simplificación del ecosistema; además considera más adecuado utilizar plantas con
pan de tierra.
30
4.2.2 Plantaciones Mixtas
La especie se puede establecer como plantación pura, pero crece bien en
las mixtas con Larix sp, Picea abies y otras latifoliadas, incluidas las hayas (Fagus sp)
(Evans, 1984).
En áreas bajas arcillosas el crecimiento de la especie puede ser ayudado
con aliso, pero en general no necesita protección (Op. cit).
Buresti y Aiello (1989) señalan que las especies de maderas valiosas,
entre ellas sicomoro, es conveniente asociarlas con Alnus sp, Eleagnus sp, Robinia
sp, Corylus avellano y Sambucus sp; debido a que son fijadoras de nitrógeno y
producen un efecto positivo sobre el crecimiento en altura y diámetro.
Se pueden realizar plantaciones mixtas de sicomoro junto a fresno, nogal
y cerezo; para esto se debe considerar una preparación intensiva del suelo; aradura
profunda (60 cm) o subsolado (80 cm), seguida de aradura superficial (20 - 30 cm) y
abundante fertilización. Se deben preparar casillas de al menos SOxSO cm (Calvo et al.,
s.f)
Sicomoro y Larix eurolepis son las especies más preciadas para
sistemas silvopastorales en Reino Unido (Eason, 1991).
4.2.3 Densidad
El IDF (1990) considera que la densidad inicial en plantaciones de
sicomoro debe ser de al menos 1.100 árboles por hectárea.
Buresti y Aiello (1989) consideran distanciamientos adecuados para
plantaciones con especies de maderas nobles de 3x3 m a 7x7 m.
Kerr y Evans (1993) recomiendan una densidad mínima de plantación de
2.500 árboles por hectárea (2 x 2), mientras que para un enriquecimiento, en una
plantación nueva, la densidad mínima debe ser de 1.600 árboles por hectárea. La
diferencia se debe a que en este último caso se produce regeneración natural por la
protección lateral existente.
Calvo et al. (s.f) recomienda distanciamientos de plantación de sicomoro
de 3x3 y 6x7, dejando una densidad final de 200 a 220 arboles/ha en una rotación de
40 a 50 años. La mayor densidad generalmente es utilizada en cultivos mixtos.
Armand (1995) señala que la separación entre hileras debe ser de más de
cuatro metros para permitir la poda mecánica.
31
4.2.4 Control de malezas
Las plantas jóvenes de sicomoro son muy intolerantes a la competencia
de malezas (Savill, 1991), por lo que es esencial efectuar un control de malezas
efectivo en el establecimiento (Kerr y Evans, 1993).
Sicomoro no compite exitosamente con cubiertas herbáceas densas
(Richardson, 1953; Chinner, 1948 cil. por Helliwell y Harrison, 1979), sin embargo
Helliwell y Harrison (1979) determinaron que el peso seco de sicomoro se ve menos
afectado por la competencia de malezas que Betuta penduta, Fraxlnus excetslor y
Larix kaempferi, sin embargo fueron negativas las altas intensidades de luz (82% de
luz día).
4.3 MANEJO
4.3.1 Crecimiento y Productividad
Ente Nazionale per la Celulosa e per la Carta (1990) señala que la
especie no presenta un crecimiento muy rápido, y recomiendan rotaciones superiores a
3
los 50 años, con incrementos medios comprendidos entre 3 a 8 m /ha/año. Calvo et al
(s.f) establece un rango más estrecho para la capacidad productiva: de 5 a 8
3
m /halaño.
Evans (1984) considera que la especie puede alcanzar 10 a 12 m de
altura en 25 años en sitios regulares; con un régimen normal de raleos se pueden
obtener diámetros medios de 45 cm en 50 a 90 años dependiendo de la clase de sitio.
Si se realizan raleos intensivos dejando 150 árboles por hectárea el diámetro antes
mencionado se puede alcanzar a los 50 años en sitios buenos a moderados (Stern,
1982 cil. por Evans, 1984). Bennett et al. (1956) indican que creciendo en condiciones
de bosque se pueden obtener una trozas cilindricas de 15 a 18 m de largo.
Según Savi 11 (1991) las rotaciones de sicomoro fluctúan entre 65 y 70
años en Europa. Por otra parte Buresti el al. (s.f) coinciden en que el ciclo cultural
podría ser de 60 a 80 años; sin embargo las mejores condiciones de comercialización
se presentan en troncos con grandes diámetros, derivados de bosques maduros con
rotaciones de 100 a 120 años, como el caso de la haya.
Kerr y Evans (1993) determinan rotaciones para sicomoro según producto
a obtener y fertilidad del suelo (cuadro 12).
32
CUADRO 12
ROTACiÓN PARA 51COMORO (Años)
Madera
Chapa
45
55
60
70
75
Pope y Dawson (1989) consideran que rotaciones cortas presentan
muchas ventajas sobre las largas si se eligen buenos sitios y especies de rápido
crecimiento juvenil; la producción de madera y fibra se puede maximizar mediante
tratamientos culturales intensivos en lugares próximos a los centros productivos, para
minimizar los costos de transporte; sin embargo para este tipo de plantaciones los
costos de establecimiento son altos debido a la preparación del sitio intensiva.
Los autores indican que los productos que se pueden obtener según la
rotación son:
• 5 a 10 años: rotación corta y manejo intensivo (biomasa)
• 10 a 20 años: rotación corta (pulpa)
• 20 a 40 años: rotación corta (madera aserrada)
En los sitios con drenaje algo excesivo sicomoro crece 6,2 a 11,1
Ton/ha/año; en los bien drenados 11,1 a 29,6 ton/ha/año y en aquellos con drenaje
algo pobre 11,1 a 29,6 tons/ha/año (Op. cit).
Los sitios más adecuados para rotaciones cortas son los fértiles, húmedos
pero bien drenados, con rangos de pH de 5,2 a 7,0 y con adecuada profundidad,
siendo necesario el control de malezas durante los dos primeros años. También
recomiendan proteger las plantas de las malezas con leguminosas, y aumentando la
fijación de nitrógeno (Op. cit).
En el cuadro 13 se presentan algunos rendimientos de sicomoro
obtenidos en plantaciones de corta rotación en la región central de las lalifoliadas:
33
CUADRO 13
RENDIMIENTOS DE SICOMORO EN PLANTACIONES DE CORTA ROTACiÓN
LOCAI.JZAClóN
ESPACIAMIENTO
ROTACIóN
CRECIMIENTO ANUAL
(TON/HA)
Kentucky Oeste
Delta Mississippi
IlIinois del Sur
IIlinois del Sur
Mississippi
Fuente: Modificado de Pope
2x3
6x4
0,7 x 0,7 a 1,8 a 2,3
0,7 x 0,7 a 1,8 a 2,3
3,8 x 4,5
y Dawson (1989)
4
4
2
4
4
9,4
26,4
8,9
11,1
15,8
La Universidad Austral de Chile posee en sus fundos en Valdivia dos
rodales de sicomoro que no han sido manejados, con características que se señalan en
el cuadro 14 (Francisco Unión, 1998').
CUADRO 14
CARACTERíSTICAS DASOMETRICAS DE RODALES DE SICOMORO DE LA
UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE
ROOAL
AAoOE
PLANTACIóN
SUPERFICIE
(HA)
DENSlOAD
(ARB/HA)
DAP MEDIO
(CM)
ALTURA
MEDIA (M)
ALTURA
OOMINANTE
(M)
AREAIlASAL
(M"HA)
1
2
1974
1975
0,25
0,13
2200
1370
13,2
16,3
13,4
11,2
14,1
14,4
30,1
28.6
4.3.2 Tratamientos Silviculturales
Para la producción de madera, las intervenciones están orientadas a
obtener un fuste recto, poco nudoso, sin bifurcaciones ni daños (Calvo el al, s.f)
4.3.2.1 Raleos
Los árboles maduros mueren rápidamente si las copas no se mantienen
libres, y presentan una pobre capacidad de recuperarse al haber sido suprimidos
después de la edad en la cual el crecimiento en altura disminuye considerablemente,
pudiendo ser eliminado por otras especies si no se mantiene bien raleado (Savill,
1991 ).
Sicomoro responde bien a los raleos frecuentes; se debe comenzar a la
edad en que la altura máxima es de 10 m; los ciclos de raleo deben ser cortos y nunca
1
Comunicación personal
34
mayores a 6 años (Evans, 1984). La edad adecuada para iniciar el raleo es entre los
primeros 10 Y 15 años (Calvo el al., s.f).
Es recomendable mantener el dosel algo cerrado para favorecer la poda
natural y más tarde abrir moderadamente; no se recomiendan raleos fuertes por el
riesgo de la entrada excesiva de luz, pudiéndose dejar un distanciamiento final de 8 a 9
m (IDF. 1981).
Kerr y Evans (1993) consideran adecuada una densidad final de 140 a
170 árboles por hectárea, con un espaciamiento de 8,5 x 7,7 en una rotación de 60 a
70 años. Debido a que la especie es moderadamente tolerante a la sombra los autores
recomiendan realizar un raleo fuerte a temprana edad.
Armand (1995) considera que se debe realizar una predesignación de los
individuos a dejar hasta el final de la rotación con el objetivo de aplicar las faenas de
poda a la menor cantidad de individuos, a fin de aminorar los costos. Esto consiste en
seleccionar una cantidad suficiente de individuos para constituir una población final de
calidad. El número de fustes predesignados debe ser dos a cuatro veces la población
final, pues una densidad cuádruple permite una mejor repartición de la población final
(Cuadro 14). Posteriormente se debe seleccionar la población final. El criterio a utilizar
para elegir estos árboles debe ser:
• No seleccionar, si es posible, árboles que presenten defectos o bifurcaciones
en los primeros ocho metros.
• Seleccionar de preferencia árboles vigorosos.
Se debe mantener una buena repartición y evitar seleccionar árboles de
bordes de parcela.
CUADRO 15
NUMERO DE FUSTES A SELECCIONAR PARA SICOMORO
PREDESIGNACION
Numero arbIIla
Esoaciamlento
5 -7 m
200 - 350
Fuente. Modificado de Armand. 1995
DENSIDAD FINAL
Espaciamiento
Numero arblha
70 - 90
11 - 12 m
La madera de sicomoro con objetivo de calidad debe presentar un fuste
libre de nudos de 4 a 6 m, con DAP mínimo de 30 cm, siendo el diámetro objetivo más
corriente 50 a 60 cm, para este propósito cuando la población tiene entre 10 Y 20 años
de edad deben haber 200 árboles por hectárea bien repartidos y al final de la rotación
(60 a 80 años) deben existir 90 a 100 árboles por hectáreas (IDF, 1990).
35
4.3.2.1 Podas
Kerr y Evans (1993) señalan que el objetivo de la poda es mejorar la
calidad de la madera, removiendo tanto ramas vivas como muertas.
• Poda de fonnación
Según Calvo el al. (s.f) la poda de formación es necesaria en los primeros
10 a 15 años; es recomendable podar cuando las ramas presenten diámetros
pequeños (3 cm), a fin de favorecer una cicatrización rápida; la altura de copa debe ser
2/3 a 1/2 de la altura total de árbol.
Armand (1995) Y el IDF (1990) señalan que se debe realizar poda de
formación para la eliminación de ramas de diámetros elevados, presentes de las
siguientes formas:
• Bifurcación (2 ejes dominantes)
• Más de dos ejes dominantes
• Ramas vigorosas y ángulos de inserción muy agudos orientados hacia la
punta del árbol.
En plantaciones de 1,0 a 3,5 m de altura, con densidad de plantación
menor a 800 árb/ha se debe realizar poda de formación hasta dos metros. En
plantaciones con densidades superiores a 800 árb/ha se pueden podar los más
vigorosos si es necesario (Armand, 1995). En las figuras 4 y 5 se muestran ejemplos de
la forma de realizar estas podas.
36
FIGURA 4
PRIMERA PODA DE FORMACiÓN
Antes
Después
Fuente: Armand, 1995
FIGURA 5
ULTIMA PODA DE FORMACiÓN
P<xtad.
Formación
-
...... ..
.
.........
.l'
.'
..-:~~~:::: ::~::::
..-
Pudi'ldc
levnnle de
e""",
orsputs
Fuente: Armand, 1995
37
• Poda de levante de copa
El objetivo de la poda de levante de copa es tener una troza libre de
nudos de 6 m o más (Armand, 1995)
Kerr y Evans (1993) recomiendan podar antes del primer raleo, hasta una
altura de 3 m y después del segundo raleo a una altura de 6 m. Esta intervención se
debe hacer entre febrero y marzo (hemisferio norte).
Armand (1995) señala que posterior a la poda de formación se debe
realizar una poda de levante de copa; si la densidad inicial es de 1100 árboles por
hectárea se deben podar solamente los 200 más vigorosos, ya que estos se
mantendrán hasta el final de la rotación; la altura de poda debe ser de dos metros
cuando los árboles tienen 6 m de altura.
• Poda de reconstrucción
Kerr y Evans (1993) recomiendan para sicomoro, Fraxinus excelsior,
Prunus avium, Quercus robur, Quercus petrea y Castanea sativa realizar un
desmoche en aquellos árboles que presenten daños o mala forma, para obtener un
tallo nuevo y recto. Este tratamiento consiste en cortar el árbol a unos 10 cm del suelo
después de algunos años de la plantación, para posteriormente elegir el brote más
vigoroso, que se desarrollará con una buena tasa de crecimiento y forma.
38
CUADRO 16
RECOMENDACIONES DE PODA SEGÚN AUTOR
De Formación
Antes del primer raleo
De Levante de copa
ramas de menos de 5
cm, hasta una anura
de3 m.
Kerr y Evans (1993)
Presencia de ramas IDF (1990)
gruesas
o
que
comprten con el eje
a ical.
Ramas de diámetros La poda se debe Armand (1995)
realizar
cuando
grandes.
existen Bifurcaciones,
mas de dos ejes
dominantes y án9ulos
de
inserción
muy
a udos
Posterior al segundo Anura de poda de 6
Kerr y Evans (1993)
raleo.
m.
Entre febrero y marzo
hemisferio norte
Primeros 10 a 15 a~os Diámetros de ramas
Calvo ef al. (s.1)
peque~os.
213 a Y, de la altura
total del árbol
IDF (1990)
Altura de poda de dos
metros
cuando
la
altura total es de 6 m.
Cortar el árbol a 10 Desmoche en árboles Kerr y Evans (1993)
da~ados o de mala
cm del suelo.
forma
De reconstrucción
Fuente: elaboración propia
4.3.4 Cosecha
Se obtiene alrededor de 1 m3 por árbol, sin considerar ramificaciones
laterales (Calvo el al., s.f).
39
5 PRODUCCiÓN
5.1 Producción mundial
Las dimensiones comercializables son fustes de diámetros entre 45 a 50
cm, y tablones de 1,50 a 4,50 m de largo y 12 a 40 cm de ancho, prefiriéndose siempre
las grandes dimensiones (Calvo et al., s.f).
5.2 Precios y mercados
Sicomoro es una importante especie maderera en Europa; comparable
con Acer saccharum de los Estados Unidos (Collingwood y Brush, 1964).
Tablones pueden alcanzar valores entre 439,65 y 549,57 US$/m3 ; la troza
puede valer alrededor de US$ 164.87 por unidad (Calvo et al., s.f).
Según el IDF (1990) vigas de 50 cm de diámetro de árboles rectos de
sicomoro tendrían los siguientes valores, según objetivo:
• Marquetería: US$ 2.341 a 4.097 en pie (por viga).
• Ebanistería: US$ 5268 a 7024 en pie (por viga).
Buresti et al. (s.f) señalan que un tablón de madera madura (mayor a 35
cm de diámetro) puede alcanzar valores entre US$ 299 a 374 sin IVA; la madera
aserrada (diámetros entre 25 y 30 cm) presenta un valor entre US$ 126 a 144.
La madera blanca de sicomoro y fresno son consideradas entre las más
fáciles de vender dentro del mercado de las maderas duras de Gran Bretaña. Kerr y
Evans (1993) consideran que en Gran Bretaña existe un limitado abastecimiento de
madera de sicomoro.
Venables (cit por Savill, 1991) señala que la madera de sicomoro
considerada como de "grano ondulado" ha presentado aumentos en los precios, siendo
utilizado en violines y otros instrumentos musicales.
5.3 Madera
5.3.1 Características tecnológicas
La madera de sicomoro es pálida, casi blanca, con el grano poco marcado
(Edlin, 1985; Savill, 1991) Calvo et al. (s.f) señalan que la albura es de color blanco
40
amarillento, presentando cierto brillo. Buresti et al. (s.f) discrepan señalando que la
albura y el duramen de la especie es indiferenciable. Es una madera dura que se
puede trabajar bien, con un buen pulido final (Edlin, 1985; Savill, 1991), pero puede
presentar ciertas alteraciones cromáticas (Buresti et al., s.f)
Por otra parte Calvo et al. (s.f) y Vieceli (1989) concuerdan en que la
madera de sicomoro es medianamente dura, con un peso específico de 660 kg/m 3 . La
densidad promedio a un contenido de humedad del 15% es de 630 Kglm 3 (Savill, 1991;
Kerr y Evans, 1993).
IDF (1981) señala que la madera es dura, semipesada y presenta buenas
propiedades mecánicas; presenta buena trabajabilidad, se aserrea, lija y tornea bien.
La especie presenta normalmente grano recto pero ocasionalmente los
árboles pueden presentar grano ondulado dándole a la madera una atractiva figura
(Evans, 1984). El grano ondulado aumenta con la edad del árbol, por lo tanto es difícil
de detectar en árboles jóvenes (Venables cit. por Savill, 1991). Rohr y Hanus (1987)
señalan que es difícil determinar si el grano ondulado es de origen genético, y que los
anillos de crecimiento se diferencian fácilmente, presentando una superficie lisa de
aserrado y buen brillo natural, especialmente en el corte cuarteado.
La madera más fina de sicomoro es originaria del norte de Inglaterra
especialmente de Yorkshire (Edlin, 1985). Se clasifica como perecedera, lo que quiere
decir que tiene una durabilidad menor a 5 años en contacto con el suelo, siendo una
madera permeable, es decir absorbe los preservantes con facilidad (Kerr y Evans,
1993).
5.3.2 Secado
Vieceli (1989) señala que el secado en esta especie es fácil de realizar;
se seca rápidamente pero es necesario tener cuidado para mantener el color blanco,
debido a que el aire seco y prolongado puede causar manchas en la madera (Kerr y
Evans, 1993).
Un rápido secado de la superficie puede reducir la tendencia al
manchado, comúnmente se utiliza el secado en castillos asegurando una buena
ventilación. La madera puede ser secada perfectamente bien en horno pero la
temperatura se debe mantener baja (bajo 102°C) si se quiere evitar el oscurecimiento
de la madera (Bennett, et al. 1956).
Una vez seca es bastante estable, pudiéndo lograrse excelentes
terminaciones (Kerr y Evans, 1993).
41
5.3.3 Usos
Kerr y Evans (1993) señalan que sicomoro es una especie resistente al
viento, por lo que se utiliza asociada a coníferas en cortinas cortaviento. Por ser una
especie de hojas púrpuras es preciada como ornamental (IDF, 1981).
Su madera que presenta buena demanda y buen precio para la mueblería
y para la ebanistería; también es usada para la tornería y el tallado de fuentes, platos y
cucharas. Es muy buen avaluada en usos de cocina por presentar una superficie muy
lisa. Fue muy utilizada en la industria textil. La madera es excepcionalmente bien
preciada en la industria de chapas (Edlin, 1985; Kerr y Evans, 1993 ). Existe una gran
demanda por maderas como las de sicomoro por presentar grano ondulado,
principalmente en la industria de los instrumentos musicales, especialmente de cuerda,
tales como violines y violonchelos y bajos (Rohr y Hanus, 1987).
Collingwood y Srush (1964) señalan la madera teñida artificialmente de
color gris es altamente valorada en la industria de la mueblería (Cabinet). Por otra
parte los autores señalan que existen muchas variedades destinadas para uso
ornamental en jardines; algunas de éstas presentan hojas púrpura-verdosas y otras
hojas con lunares blancos. Además se utiliza para parquelte (IDF, 1981) Y las trozas de
diámetros pequeños son usados para pulpa y leña, debido a que no presenta una
densidad tan alta como otras maderas duras (Kerr y Evans, 1993). Diámetros mayores
a 25 cm se pueden utilizar para madera aserrada (Suresti et al., s.f).
La madera de sicomoro es muy apreciada para productos de calidad
como muebles, objetos tallados e instrumentos musicales (Suresti, et al., s.f). Es muy
utilizada para la mueblería, ebanistería y pisos (Savill, 1991), como también en
revestimientos (Calvo et al., s.f).
Los productos del raleo son fácilmente comerciables como materia prima
para pulpa, leña, yen algunos casos para tornería (Evans, 1984).
42
BIBLlOGRAFIA
ARMAND, G. 1995. Feuillus Précieux Conduite des Plantations en Ambiance
Forestiére. Merisier, érable sycomore, fréne, chéne rouge d' Amérique.
Institut pour le Développement Forestier. 112 p.
BENNETT, R. G; COLLlNSON, H. A; GOSLlNG, A. H; MATTHEWS, J.R; MILLS,
E. D; MONKHOUSE, E; STACEY, M; TAIT, C. A. 1956. A Handbook of
Hardwoods. Forest Products Research. London. 269 p.
BERNETTI, G; PADULA, M. s.f. Le Latifoglie Nobili dei Nostri Boschi. Quaderni di
Monti e Boschi.
BURESTI, E; AIELLO, P. 1989. Modalita di Impianto e Coltivazione nelle
Piantagioni di Latifoglie Nobili. Le Foreste. N°5. pp 16-17.
BURESTI, E; FAINI, A; MERCURIO, R; NOCENTINI, S; DUCCI, F; PARRINI, C.
s.f. L'arboricoltura da legno in Toscana. Prima parte: Le Specie Principali.
Instituto Sperimentale per la Selvicoltura di Arezzo, Ente Toscano Sviluppo
Agricolo e Forestale. 64 p.
CALVO; MENEGHETTI; MEZZALlRA. s.f. Le Specie Legnose Pregiate. Per la
valorizzazione ecologica, paesaggistica e produlliva dei boschi e delle aree
marginali. Azienda Regionale delle Foreste, 28 p.
COLLINGWOOD, G. H; BRUSH, W. 1964. Knowing your trees. American Forestry
Association. 349 p.
COOPER, A. 1986. The composition and structure of deciduous woods in country
down, northern Ireland. Forest Ecology and Management. Vol. 14. pp 291234.
CHALUPA, V. 1987. European Hardwoods. pp 224-256 In: Cell and Tissue
Culture in Forestry Volume 3. Bonga, JM y Durzan, J Editors. 416 p.
EASON, w.R. 1991 The effect of tree leaf liller on sward botanical composition
and growth. Forest Ecology and Management. 45: 165-172.
EDLlN, H. 1985. Broadleaves. Forestry Commission. Londres. Booklet N°20. pp
11-13.
Ente Nazionale per la Cellulosa e per la Carta.1990. Principali latifoglie da legno
80 p.
EVANS, J. 1984. Silviculture of Broadleaves Woodland. Her Majesty's Stationery
Office. London. 232 p.
FROHLlCH, M; QUEDNAU, H.D. 1995. Statistical analysis of the distribution
pattern of natural regeneration in forest. Forest Ecology and Management
N°73. pp 45-57.
GARBAYE, J; LE TACON, F. 1979. Production rapide de plants d' érable
sycomore et de frene sur tourbe fertilisée. Comparaison des plants issus de
graines ou de boutures. Revue Forestier Fran~ise. 31 (3): 227-233.
GARBAYE, J; LE TACON, F. 1986. Effets de la mycorhization controlée aprés
transplantation. Revue Forestier Fran~ise. 38(3): 258-263.
GORDON, A G; ROWE D.C.F. 1982. Seed Manual for Ornamental Trees and
Shrubs. Forestry Commission. London. Bulletin 59. 132 p.
HELLlWELL, D.R; HARRISON, AF. 1979. Effects of Iight and weed competition
on the growth of seedlings of four tree species on a range of soil. Quarterly
Journal of Forestry. (123)1: 160-171.
HOSIE, R. C. 1969. Native Trees of Canada. Canadian Forestry Service.
Department of Fisheries and Forestry. 380 p.
IDF. 1981. Cultiver les arbres feuillus pour recolter du bois de qualite. Institut pour
le Développement Forestier. 277 p.
IDF.1990. Bosier une Terre Agricole. Institut pour le Développement Forestier. 64
p.
KERR,
G.; EVANS,J. 1993. Growing
Commission. Handbook 9. 95 p.
Broadleaves
for
Timber.
Forestry
LOPEZ, A 1984. Arboles de Madrid. Comunidad de Madrid. Consejería de
Agricultura y Ganadería. 74 p.
MCCOWN, D. D; MCCOWN, B.H. 1987. North American Hardwoods. pp 247-260.
In: Cell and Tissue Culture in Forestry. Bonga, J.M y Durzan, J Editors. 416
p
MONTAGNA,G; LASSINI, P 1983. Gli alberi e il bosco. Azienda Regionale delle
Foreste. 98 p.
MORALES, R.; DíAZ, P; PÉREZ, N.; HARO, C, SOTO, P 1996(.). Producción de
plantas forestales en invernaderos de la IX Región de Aysén, temporada de
1995-1996. En: Técnicas Silvícolas para la Recuperación de Suelos
Erosionados en la XI Región de Aysen. Informe Final. INFOR pp. 1-15.
MORALES, R; DíAZ, P.; PÉREZ, N.; HARO, C. 1996(b). Establecimiento de
cortinas Cortavientos en Predio Escuela Agrícola de la Patagonia. En:
Técnicas Silvícolas para la Recuperación de Suelos Erosionados en la XI
Región de Aysen. Informe Final. INFOR pp. 1-15.
MULLER, C. 1986. Le point sur la conservation des semences forestiéres et la
leveé de dormance. Revue Forestiére Fran~ise. 38(3) 200-204.
NAGELEISEN, L. M. 1992. Les insectes ravageurs du freme, de I'érable et du
merisier. Revue Forestiere Fran~aise. Vol 44. pp. 121-126.
OWENS, J.N.; BLAKE, M.O. 1985. Forest Tree Seed Production. Information
Report PI-X-53. Petawawa National Forestry Institute. Canada. 161 p.
POPE, P; DAWSON, J. 1989. Central Hardwood Notes. North Central Forest
Experiment Station. 5(9)1-6.
ROHR, R; HANUS, D. 1987. Vegetative Propagation of Wavy Grain Sycamore
Maple. Canadian Journal of Forest Research. Vol 17. pp 418-420.
SAG. 1982. Complemento a Resolución N°1144. División Protección Agrícola.
SALBITANO, F. 1988. I Boschi di Neoformazione in Ambiente Prealpino. 11 caso di
Taipana (Prealpi Giulie). Monti e Boschi. 39(6): 17-24.
SAVILL, P. 1991. The Silviculture of Trees Used in British Forestry. C.A.B
International. 143 p
SUSZKA, B; MULLER, C; BONNET-MASIMBERT, M. 1994. Graines des Feuillus
Forestiers de la Récolte au Semis INRA. 292 p.
VIECELI, A. 1989. Modalita di impianto e coltivazione nelle piantagioni di latifoglie
nobili. Le Foreste. N°5. pp 15.
WAIRIU, M; MULLlNS, C.E; CAMPBELL, C.D. 1993. Soil physical factors affecting
the growth of sycamore (Acer pseudoplatanus, L) in a silvopastoral
system on a stony upland soil in North-East Scotland. Agroforestry
Systems. N°24. pp 295 - 306.
YOUNG, C W. T. 1978. Sooty Bark Disease of Sycamore. Arboricultural Leaflet
N°3. pp 7.
PROYECTO
SILVICULTURA DE ESPECIES NO TRADICIONALES:
UNA MAYOR DIVERSIDAD PRODUCTIVA
(FON5IP-FIA)
Dirección:
VERONICA LOEWE
---=....
- -- INFOR
~
- .~'.P-'"
'=;~~
. ~­
--
_Vhl..IO.M •• '
'in i N
i
I