Download Enfermedades de los eucaliptos en España

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Bol. Serv. Plagas, 6: 193-217. 1980
Enfermedades de los eucaliptos en España
A. RUPEREZ y C. MUÑOZ
Se contempla en este trabajo la frecuencia de aparición de determinadas enfermedades y daños sobre plantaciones de eucaliptos.
Se hace un análisis sobre los hongos Botrytis cinérea, Mycosphaerella, Phyllosticta, Harknessia eucalypti, Pestalotiopsis, Botriosphaeria, Cytospora ambiens
y Armillaria mellea, como igualmente del «cancro B», de la «exudación verrucosa»
y de «costillas corchosas». La incidencia de daños de «crown-gall» y de micoplasmosis es igualmente considerada.
A. RUPEREZ y C. MUÑOZ. Servicio de Defensa contra Plagas e Inspección Fitopatológica, Servicios Centrales. Madrid.
INTRODUCCIÓN
inquietantes (CADAHIA, 1980; CADAHIA y Ru1980). En este trabajo contemplaremos
a una serie de hongos y la eventualidad de
alguna bacteria, virus, e incluso micoplasma.
Parece establecerse una clara sectorización
de los problemas fitosanitarios, sobre las diferentes partes de la planta y según en que circunstancias de su vida; por ello distinguiremos los daños de viveros, de los típicos de
plantaciones. A su vez, en las plantaciones
veremos que el aspecto parasitario de las
hojas, no es idéntico al que se observa en
ramas y troncos y desde luego, los tocones que
siguen a la realización de un aprovechamiento, constituyen un mundo biológico bien
tipificado con problemas concretos que deben
ser resueltos por la vía de una buena selvicultura, apoyada en los avances de la técnica y de
la ciencia. Otro mundo es el de las raices.
Si bien, en la bibliografía existente se observa la repetición de un número limitado de
especies parásitas, en lo que respecta a la parte
aérea de la planta, no sucede lo mismo con los
hongos que afectan a los tocones, en donde
PEREZ,
Durante los últimos cuatro años se ha realizado el reconocimiento de numerosas plantaciones de eucalipto existentes en la Península. Se fijaron una serie de puntos de estudio
en el norte y otra serie en el sur, completándolo con itinerarios sobre otras áreas en las
que existen plantaciones. Los dos núcleos
principales aquí descritos, nos han permitido
llegar a un conocimiento de la situación fitosanitaria, que cabe hacer extensible a la mayor
parte de los eucaliptales españoles.
No se han determinado especies nuevas de
agentes patógenos, y si en cambio se ha llegado a establecer una prioridad de unas especies sobre otras en el aspecto parasitario.
Se han encontrado también alteraciones que
podrían tener un origen patógeno, pero no
se puede descartar su naturaleza como debido
a trastornos fisiológicos. (Figs. 1 y 2).
Por lo que respecta a insectos perjudiciales,
ya se han citado en otro lugar aquellos que,
para nosotros, deben constituirse como más
algunos autores llegan a inventariar más de
100 especies. Advertimos que no es nuestro
propósito relacionar los hongos que destruyen
la madera cortada almacenada, o los que
pueden colonizar los tocones de las plantas
cortadas. Esta es una cuestión que presenta
una cierta lógica en el campo de la investigación pura. En el terreno de la investigación
aplicada, tendremos que plantearnos este problema desde un ángulo distinto, como es el de
preservar a los tocones del ataque de cualquier
agente perjudicial. De la misma manera que
un buen industrial se ha de preocupar de que
la madera almacenada de los parques no sufra
tal deterioro, que le produzca mermas en rendimiento económico o material.
Queremos reincidir en nuestro planteamiento, que es el de determinar los agentes
patógenos por un lado y limitar el ataque de
agentes transformadores biológicos xilófagos
por otro.
Otra pretensión con este trabajo es poner a
disposición de los técnicos, no especialistas en
Fitopatología, un medio de determinación de
los agentes existentes sobre las plantas.
Una cuestión que debe ser contemplada, es
que la existencia de hongos sobre las plantas,
no tiene porque significar siempre la presencia de una enfermedad. Tenemos el caso de
la presencia de fumaginas, como consecuencia de la acción de psílidos, que desarrollan un
sustrato azucarado favorable. Si esta fumagina es abundante, se llega a afectar la función clorofílica de la planta. También, en
ocasiones, se aprecian hongos como Fusicoccum y Cytospora, que son agentes denominados «hongos de equilibrio» y que aparecen
en ramas o plantas dominadas, que están
condenadas a morir por otras causas, y tampoco en este caso podemos hablar de agente patógeno.
En otros casos, la presencia de hongos sobre
las plantas, causando claros trastornos, sí
deben ser objeto de preocupación como agentes patógenos, sin embargo, bastantes técnicos
infravaloran la presencia de estos hongos, con
explicaciones tales como que, «son un hecho
natural» o que «siempre se había observa-
do»..., vemos que en este caso se produce una
inversión de valores apreciativos.
El status biológico de un tocón constituye
un nicho ecológico que tiene que ser objeto de
una atención especial y en cierta manera desvinculada del resto de las técnicas de explotación, sobre lo cual hablaremos más adelante.
A nivel mundial el estado fitopatológico de
los eucaliptos ha sido analizado recientemente (SUJAN SINGH & PRATAP SINGH,
1975)
según el siguiente cuadro, en el cual no se indican las especies de la matriz vegetal:
En semillero (hojas y tallos):
Xanthqmqnas eucalypti
Botrytis cinérea
Piggotia substellata
Pythium sp
Ceuthospora innúmera
Ratnularia pitoreka
Cylindrocladium scoparium
Australia (Sydney)
Australia
Australia
Australia
Australia
Australia, EE.UU.
India, Costa Rica,
Chile
Cylindrocladium quinquiseptatum India, Brasil
Cylindrocladium clavatum
Brasil
Pestalotia sp
Natal
Alternaría tenuis
Argentina
Cytospora eucalypticola
Transval
Macrophomina phaseolina
•. Perú
Fusarium oxysporum ver. auranticum .
EE.UU.
En ramas y tronco:
Sporotrichum destructor
* Corticium salmonicolor
Endothia havanensis
* Phytophthora cinnamomi
Sahyadrassus malabaricus
Diaporthe cubensis
Australia
India, Zaire, Costa
Rica, Mauricio,
Brasil y Nigeria
Surinam
Australia, Argentina, Chile, Perú, etc.
India
Brasil
En hojas (adultas):
Cylindrocladium scoparium
Cylindrocladium quinquiseptatum
Alternaría alternata
Corynespora cassiicola
Cercospora eucalipti
Pestalotia eucalipti
Mosaico
India, Costa Rica
India
India
India
India
España
India
De la anterior relación tenemos que tener
muy especialmente en cuenta aquellos géneros que tienen un asterisco (*), su presencia en
España tendría efectos catastróficos. Ambos
hongos producen cancros verdaderamente importantes y contagiosos.
En un reciente trabajo (GOES, 1977) relaciona una serie de hongos para Portugal como:
Botrytis cinérea
Alternaría sp
Harknessia eucalypti
Hendersonia eucalyptina
Macrophoma australis
Macrophyllosticta eucalyptina
Septoria ceuthosporoides
Cercospora sp.
Botryosphaeria berengeriana
Ustilago vriesiana
Estos datos están tomados, principalmente,
de los trabajos de NATALINA DE AZEVEDO, importante especialista portuguesa.
MATERIAL Y MÉTODOS
El territorio estudiado ha sido objeto de
fijación sobre un plano de los puntos de prueba, que han sido numerados, confeccionándose un fichero en el que figuran los datos que
se exponen en la ficha adjunta. El herbario ha
sido acompañado de toma de muestras, tales
como: insectos, carpoforos, troncos, etc. El
material recolectado en las recogidas, ha sido
Fig. 1. Vista de plantación afectada por hongos.
Propiedad del cultivo:
D.
___
.
Domicilio
Población
teléfono
Situación de la finca:
Nombre de la finca
Término municipal
Provincia
Otros datos para su localización
Especie cultivada
Procedencia de la planta
Edad del cultivo
Características del daño observado
;E1 daño está difundido?
¿Ha intentado combatirlo?
;Qué otras autoridades conocen el caso?
Fecha recolección
Fig. 2. Vista general de plantación de eucaliptos afectada por sequía.
sometido, durante todo el año, a los estudios
de determinación, que nos ha permitido completar los datos exigidos por la ficha, pasando
a una catalogación de la distribución y frecuencia en cada zona de los agentes perjudiciales.
No siempre ha sido posible identificar el
agente causal de un daño determinado, ello
nos ha llevado a bautizar el daño con un nombre que permita una espera hasta que se obtenga mejores datos de identificación en el
futuro.
Como vemos, se ha efectuado la identificación específica de parte del material parasitario y después ha existido un segundo bloque,
en el que apreciándose una alteración, no se
ha identificado el agente. Aún ha habido un
tercer bloque y ha sido el de prospeccionar
agentes perjudiciales citados en otras áreas
geográficas, con ello hemos pretendido detectar su posible existencia, sin que afortunadamente se haya producido tal acontecimiento.
El trabajo de microscopia, mediante cortes y
laceraciones, seguidos, o no, de coloración, se
ha hecho con óptica de contraste de fases en
-microscopio Wild y Leitz, utilizando para la
microfotografía una cámara electrónica Nikon
automatizada.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En nuestro trabajo hemos podido identificar una serie de agentes que incorporamos a
la siguiente lista y además otros, cuya identificación total será probable con la continuación de nuestros trabajos y la colaboración de
otros recolectores.
— DAÑOS EN PLANTAS DE VIVERO:
Tumoraciones (crown-gall). En el cuello
de la raíz
Botrytis cinérea. Cubriendo tallo y hojas.
— DAÑOS EN HOJAS SOBRE PLANTACIONES:
Ascomicetos
Mycosphaerella
Botryosphaeria
Deuteromicetos
Ramularia
Macrophyllosticta eucalyptina
Phyllosticta
Macrophoma
Actinopelte
Harknessia eucalypti
Hendersonia eucalyptina
Septoria
Pestalotiopsis
Monochaetia
A Iternaria
Fumagina
Cercospora
Basidiomicetos
Septobasidium
¿Micoplasmosis?
«Arrepollado»
DAÑOS EN RAMAS Y TRONCOS:
Ascomicetos
Botryosphaeria dothidea (=B. berengeriana)
Calonectria
Hypoxylon mediterraneum
Deuteromicetos
Cytospora ambiens
Basidiomicetos
Ustilago vriesiana
— DAÑOS EN RAICES:
Armillaria mellea
Rosellinia necatrix
Fig. 3. Daño de «mal azul» (Botrytis cinérea). Obsérvese
también «costillas corchosas».
Fig. 4-A.
B.
C.
D.
Conidio y conidioforo de Botrytis cinérea.
Conidios y picnidios de Phoma o Macrophoma.
Conidios y conidioforos de Actinopelte.
Conidios (inmaduro y maduro) y picnidio de
Harknessia.
E. Conidios y picnidios de* Hendersonia.
F. Conidios y picnidios de Septoria.
G. Conidio y acervulo de Pestalotiopsis.
H. Conidio de Monochaetia.
(Originales o redibujados de algunos autores).
una zona conidiogena inflada e hialina, que
soporta los conidios unicelulares hialinos
débilmente coloreados y de forma variable de
elipsoides a subesféricos, de 6-18 x 4-11 ¿im.
Mycosphaerella sp.— Está citada la especie
M. moelleriana, es un ascomiceto pirenoascal
que presenta ocho ascosporas bicelulares
(Fig. 5C), con fructificaciones no alargadas
desprovistas de seudoparáfisos que se abren
a su maduración por un poro con aseas bitunicadas, presentando, frecuentemente, la
mayor anchura por su parte inferior. Fructificación de un solo lóculo, no hay seudoparáfisos ni paráfisos.
Este género tiene más de 1.000 especies y sus
formas imperfectas son enormemente variables (Septoria, Cladosporium, Marssonina,
etc.), estando citado como parásito o saprofito.
Ramularia sp.— La presencia de Ramularia
pitereka ha sido citada en Viveros (SlNG &
SlNG, 1975), nosotros no la hemos detectado;
pero por otro lado Ramularia es un género
hiperparásito de royas, por lo que en el caso de
su identificación debemos considerar su presencia incluso como beneficiosa.
Macrophyllosticta eucaliptina.— La posición sistemática de este hongo está, en cierto
modo, vinculada a la aclaración del caso siguiente.
Fig. 5-A. Conidios y conidioforos de Cercospora.
B. Conidios muriformes de Alternaría.
C. Ascosporas tricelulares y fructificación de Mycosphaerella.
D. Ascosporas y periteca de Botryosphaeria.
E. Ascospora plurinucleada y periteca de Calonectria.
Botrytis cinérea.— Hongo deuteromiceto
que tiene cientos de razas especializadas en
numerosas matrices vegetales diferentes
(Figs. 3 y 4). Característico daño consistente en
un tapizado miceliano verdoso, sobre el cual se
asientan los conidioforos, más o menos flexibles, ramificados en dos o tres, terminando en
Phyllosticta sp.— Sobre las hojas se aprecian pequeñas manchas circulares de aproximadamente 1 mm., de color pardo, con el
borde más obscuro y el centro blanquecino.
Los conidios son pequeños ovoideos y unicelulares hialinos, numerosos, de 2-2,5 x 5-7,5
|im. Está reconocido que esta denominación
genérica ha sido adjudicada a, «todos los esferopsidales maculicolas con conidios pequeños hialinos y unicelulares» (LANIER, 1978),
. que han afectado a géneros tales como: Ascochyta, Asteromella, Phoma y Phomopsis.
(Fig. 6-1).
Macrophoma sp.— Este género citado en
Portugal (GOES, 1977) como especie australis,
se encuentra taxonómicamente como un deu-
teromiceto celomiceto, con conidios unicelulares hialinos, picnidios bien formados sin
estroma. La principal diferencia con el género
Phoma es el tener los conidios de más de 15
¿im. y los picnidios no son maculicolas o foliares, careciendo de conidioforos. Estos picnidios, que están ostiolados, no están recubiertos de pilosidad y están incluidos en el sustrato. (Fig. 4-B).
En realidad existen una serie de géneros
actualmente, cuya identidad es estrecha y basada, a veces, en caracteres poco claros, creemos que merece la pena comentar aquí esta
circunstancia, pues según la bibliografía sobre
eucaliptos se cita a algunos de ellos y siempre
queda la duda si pudo existir error en la primera cita. Actualmente la diferencia entre
Phoma y Phyllosticta está basada en que el
primero no tiene picnidios maculicolas y foliares y el segundo si. Si la diferencia entre
Macrophoma y Phoma es solamente la frontera de las 15 ;im. de los conidios, entonces
Macrophoma no debe ser confundido con
Macrophyllosticta, y entonces este género sería
el único que aparecería en hojas formando
manchas. Pues bien, en la bibliografía aparecen citas de ambos géneros que pueden estar
sujetos a revisión.
Actinopelte dryina.— Es una cita de Portugal (GOES, 1977) que necesita su confirmación clara en España. De verificarse, el
género Actinopelte se caracteriza por ser un
deuteromiceto celomicetal, esferopsidal, con
conidios no filiformes, unicelulares y picnidios en los que sólo una parte es desarrollada y
Fig. 6. A. Polución atmosférica. B. Helada (con hongos saprofitos). C. Sequía. D. Estado carencial de causa desconocida. E. Fumagina. F. Ataque de Alternaría. G. Ataque de Harknesia. H. «Exudación verrucosa». I. Ataque de
Phyllosticta. J. Daño de helada. K. ¿Estado carencial?- L. Daño de picadura de Ctenarttaina. LL. Roeduras de
acrídidos.
tig. 7. üaño de Harknessia eucalipti.
Fig. 8. Daño ampliado de Harknessia eucalipti.
Las manchas son primeramente de color
íarrón-rojizo obscuro y luego se van aclaindo hasta un color canela-claro. Entonces se
bservan los cuerpos de fructificación que son
le color negro. (Fig. 9).
Los conidios son abundantes, redondeados
x>r su base y ligeramente puntiagudos en el
ápice, son de color marrón-verdoso obscuros.
Unidos al estroma por un corto conidioforo
hialino, ligeramente ensanchado en la base.
Los conidios inmaduros, ligeramente pigmentados, algo más alargados y con forma más o
menos hexagonal. El conidioforo mide 15¿i y
el conidio 12,5 x 20 p.. En su conjunto es característico la forma de «raqueta». (Figs. 4-D y
10).
En el norte de España el hongo afecta también a las ramas bajas, tanto a las hojas primordiales como a los filodios. En el sur de la
Península sobre filodios principalmente.
rig. y. uano ae tiarknessia eucatipti.
por lo tanto incompletos. Estos picnidios son
dimidiados, en forma de bucle y superficiales,
que nacen de un pedúnculo negro, con conidioforos simples y los conidios son hialinos, a veces oliváceos, ovoides, globulosos o
elipsoideos. Los conidios son oliváceos, 12-15
x 5-8 ,um. y los microconidios hialinos 5-7 x
1,5-2 jum. Como vive normalmente sobre hojas
vivas o muertas de Quercus es sospechoso de
ser solamente un saprofito. (Fig. 4-C).
Harknessia eucalipti.— El daño de este hongo se caracteriza por manchas en las hojas, de
forma geométrica irregular, preferentemente
entre nervios. Cuando el ataque es fuerte, van
progresando, confluyendo entre si, llegando a
producir pequeñas «abolladuras». (Figs. 6-G,
7 y 8).
Hendersonia sp.— Este hongo deuteromiceto celomiceto, presenta conidios pluricelulares ensombrecidos, con picnidos obscuros
globulosos separados, ostiolados, con paredes
carnosas, más o menos salientes de la epidermis de la víctima. Conidios aproximadamente
de 4 x 12;um (Fig. 4-E). Está citada la especie
H. eucaliptina.
Se producen manchas oceladas de color vinoso y centro claro, el parenquima aparece
desorganizado.
Septoria.— El hongo Septoria ceuthosporoides ha sido citado en Portugal; nosotros
hemos encontrado lesiones típicas de Septoria
pero no se consiguió la identificación. Para
otros observadores con mayor fortuna, se recomienda examinar la Fig. 4-F). El género Septoria se caracteriza por la falta de estroma y la
presencia de conidios filiformes pluricelulares
hialinos, rectos o arqueados. Los picnidios
son globulosos u ovales, ostiolados con paredes normalmente delgadas o ausentes, algunas veces acervuliformes, subepidérmicos. Conidioforos cortos.
Pestalotiopsis sp.— Este género perteneciente a los deuteromicetos melanconiales,
Fig. 10. Conidios de Harknessia eucalipti.
Fig. 11. Daño de Alternaría.
Fig. 12. Daño de Fumagina.
Fig. 13. Aseas de Botryosphaeria.
Fig. 14-A. Daño en tronco de
Botryosphaeria.
Fig. 14-B. Comparar este daño
con la siguiente fotografía,
después de desprender la capa
externa.
Fig. 14-C. Interiormente se aprecia un embolsamiento.
Fig. 14-D. Estado final del cancro A debido a Botryosphaena.
Figs. 15. (B) Daño «Grisáceo irregular» en hojas
producido por Botryosphaeria.
Figs. 15. (A) Daño «Grisáceo irregular» en hojas
producido por Botryosphaeria.
Figs. 15. (C) Daño «Grisáceo irregular» en hojas
producido por Botryosphaeria.
presenta los conidios multicelulados y ha sido
el resultado de una revisión del grupo en el
que figuran los géneros Coryneum, Pestalotia, Seiridium, Truncatella y antiguamente
Pestallotia y Pestalozia. No estando nada claro
al respecto la situación del género Monochaetia (Fig. 4-H) al que hacemos referencia más
adelante. Por lo tanto las referencias bibliográficas más antiguas de este trabajo, las tenemos que dejar como en la incógnita, pues no
sabemos realmente a que se referían.
Los daños producidos por este género en
eucalipto estarían producidos por un agente
que produce fructificaciones negras, con cirros
que aglutinan numerosos conidios con cinco
células, de las cuales las apicales son hialinas y
las otras tres ensombrecidas, (Fig. 4-G), apreciándose la presencia de flagelos.
Alternaría.— La presencia de este hongo es
muy frecuente, realmente coloniza hojas ya
afectadas por otras causas, por lo que debe
descartarse su significado de parásito primario. No debe confundirse su presencia con las
fumaginas, por otro lado, esta es frecuente
sobre las hojas verdes. Microscópicamente
(Figs. 5-B, 6-F y 11) se puede identificar por
sus conidios en forma de pera, unidos en sucesión, obscuros y policelulares o muriformes.
Pertenecen a los deuteromicetos dematiaceos.
Fumagina.— Las causas de este daño, que
puede ser importante, está en la abundancia
del exudado azucarado, producido por los
psílidos del eucalipto. Cuando abunda el insecto chupador, correlativamente aparece la
fumagina, la cual avanza recubriendo las partes verdes de la planta, afectando a la función
clorofílica. (Figs. 6-E y 12).
El término fumagina comprende numerosos géneros de deuteromicetos, que son facies
de ascomicetos o incluso otros deuteromicetos.
Nos consuela pensar que combatiendo los psílidos no tendremos fumaginas.
Cercospora.— Las manchas redondeadas,
castañas típicas de Cercospora han sido detectadas por nosotros. No así los cuerpos de
fructificación que se han negado sistemáticamente a dejarse visualizar. Para aquellos que
tengan mejor fortuna se describen las características del género Cercospora perteneciente a
los deuteromicetos dematiaceos.
Los conidios son filiformes sin apéndice
basal. Los conidioforos son cespitosos, obscuros, rectos o flexados, pluricelulados, hialinos o ligeramente pigmentados. (Fig. 5-A).
Botryosphaeria dothidea.— Esta especie es
considerada en lugar de sus sinonimias, B.
ribis y B. berengeriana. Pertenece al conjunto
de los loculoascomicetos, cuya fructifación es
una periteca subglobulosa, formando estroma,
con apertura apical (por dislaceración), o por
ostiolo. No existen seudoparáfisos; las aseas
son bitunicadas, típicas, alargadas, ensanchadas y ligeramente acuminada en su parte
superior. Las ascosporas no están septadas,
raramente bicelulares, subhialinas (24-42 x 1018¿im). Las aseas miden 110 x 22;im. (Fig. 5-D
y 13). Puede vivir en Quercus súber.
Los daños en ramillos consisten en cancros
vinosos obscuros, formando redondeles de 1015 mm. de diámetro. El centro se va haciendo
grisáceo cuando fructifican las peritecas.
El cancro en tronco comienza con un englobamiento resinoso que termina por hundirse y
da lugar al cancro en hendidura con savia
endurecida y acaramelada. Suele aprovechar la
proximidad de la inserción de una ramilla.
(Figs. 14-A, B, C y D).
Citamos entre los daños de hojas a este
hongo y creemos que es una novedad, ya que
la literatura habla siempre de troncos y ramas.
Las manchas en las hojas son de dos tipos: A,
Grisáceas irregulares (Figs. 15-A, B, C y 16);
B, Obscuras redondeadas, (Figs. 17 y 18), parecidas a los cancros de los ramillos.
En la vecindad de los cancros de los troncos,
suele aparecer, en partes muertas, el hongo
Cytospora ambiens. (Fig. 20).
Septobasidium curtisii.— Este hongo fragmo basidiomiceto vive sobre más de veinte
especies y entre ellas Quercus ilex, su cita
sobre eucaliptos parece fortuita. Por otro lado
Fig. 16. Obsérvese en ramillos la lesión de cancro y sobre las hojas el daño «Grisáceo irregular».
Fig. 17. Daño «oscuro redondeado» debido a Botryosphaeria.
este hongo se encuentra asociado a las cochinillas de los géneros Chionaspis y Chrysomphalus que no hemos visto sobre eucaliptos.
Calonectria eucaliptina Cámara & Luz.—
Descrito de Portugal (Dos SANTOS), es un
ascomiceto eupyrenoascomicetal nectrial, que
presenta peritecas carnosas de color claro,
con aseas octosporales subeilíndricas, y ascosporas cortas fusiformes subhialinas, plurinucleadas en series de 2 ó 3. Las peritecas cespitosas y gregarias se forman en la superficie de
la corteza y se disponen en sentido longitudinal, son coalescentes, en contacto unas con
otras, con poro redondo, exteriormente amarillo marrón y luego amarillo claro o subhialinas, de 280-370 ¿im. (Fig. 5-E).
Hypoxy Ion mediterraneum. — Este hongo
que es un parásito importante de ramas de
Quercus súber, aparecido frecuentemente en
Portugal sobre eucaliptos, de donde procede
esta primera cita sobre nueva matriz vegetal.
Es un ascomiceto eupirenomicetal con fructificaciones y ascosporas de color obscuro en su
madurez, estando la periteca incluida en un
estroma.
Cytospora ambiens.— Este hongo aparece
sobre partes muertas próximas al ataque de
Botryosphaeria. Los cirros son negros no muy
mucilaginosos con numerosos conidios unicelulares alantoides. (Fig. 20).
Ustilago vriesiana.— Resulta interesante la
cita de este basidiomiceto ustilaginal, pues es
rara la presencia de ustilaginales en plantas
forestales. (Fig. 21).
Armillaria mellea.— Este basidiomiceto es
un agresivo hongo bien caracterizado por la
presencia de numerosos cordones entrecruzados, que constituyen los rizomorfos. Este detalle es más frecuente que la presencia del
micelio blanquecino o de los cuerpos de fructificación. (Fig. 22).
Fig. 18. Daño «oscuro redondeado» en tronco.
Fig. 19. Otro detalle de lesión en tronco por Botryosphaeria.
^
Fig. 20. Daño de Cytosfrnra.
Fig. 21. Daño atribuido a Ustilago.
— ALTERACIONES CROMATICAS
No siempre una alteración cromática responde a una causa fija y determinada. Es preciso profundizar más sobre esta cuestión. Las
causas pueden ser internas o externas.
Por causas internas hemos de considerar,
principalmente, los estados carenciales, con
claros desequilibrios fisiológicos patentizados
visualmente sobre la planta.
Las causas externas pueden ser debidas a:
sequía, heladas, polución atmosférica, etc. Estas causas externas pueden dar lugar a sintomatología confundible con estados carenciales.
Las alteraciones pueden estar asociadas a la
previa presencia de insectos chupadores, como
los psilidos o a agentes patógenos no identificados aún.
Se describirán algunas y su significado, en
algunos casos será sujeto a revisión.
Fig. 22. Rizomorfos de Armillaria mellea.
Fig. 25. Daño carencial.
Fig. 23. Daño de helada en filodios.
Daños de Helada.— En filodios (Figs. 6-B y
23) y en hojas primordiales (Fig. 6-J). Sobre las
partes heladas se pueden asentar hongos saprofitos, lo que haría sospechar al profano
que se trataba de una enfermedad.
Daños de sequía.— Principalmente en filodios. (Fig. 6-C).
Fig. 26. Daños de polución.
Daños por carencias.— Muy variables y confusos, no siempre se manifiestan igual sobre
cada especie de Eucalyptus. (Figs. 6-D y K).
Daños por polución atmosférica.— Sobre la
planta puede incidir directamente la acción de
vapores o humos, que dan una imagen uniforme del daño. Otras veces, las substancias tóxicas son vehiculadas por las nieblas o brumas y entonces el reparto fitotóxico se hace
irregular. (Fig. 6-A).
Daños de insectos.— Las picaduras de Ctenaritaina producen manchitas lenticulares
verdosas (Figs. 6-L y 27); otras veces se pueden
observar durante el verano roeduras de acrídidos (Figs. 6-LL y 28) y otros insectos que utilizan el eucalipto como dieta de emergencia al
final del verano.
Fig. 24. Daño de sequía.
Fig. 27. Picadura de Ctenaritaina.
— ALTERACIONES MORFOLÓGICAS
Algunas de estas alteraciones ya son citadas
entre las enfermedades, no obstante se repiten
aquí.
Corona de agallas.— En el cuello de la raíz
aparecen unos nodulos del tamaño de una avellana, en número variable de 3 a 5, cuyo origen aún no se ha dilucidado si es viral o bacteriano. En la literatura inglesa se conoce
como «crown-gall» y tenemos duda si la definición portuguesa de «lignotubos» es sinonimia exacta. Las plantas jóvenes en vivero presentan precozmente una falta de desarrollo
cuando están afectadas. (Fig. 29).
Cancros.— Utilizamos esta denominación,
en lugar de Chancro, por estar claramente preferido por la Real Academia de la Lengua.
Hemos de distinguir dos tipos de cancros, la
forma A (Fig. 14-D) y B (Fig. 30). Los cancros
de tipo A presentan una tendencia a la hendidura y frecuentemente están manchados de un
exudado obscuro brillante, cristalizado, acaramelado y duro cuando se seca. Este cancro lo
adjudicamos al ataque de Botryosphaeria. El
cancro B es una extrusión desorganizada, en
forma de rosetón, cuya naturaleza mantenemos en estudio. Recuerda las bacteriosis de
otras plantas.
Arrepollados.— El daño de «arrepollado»,
en hojas primordiales, lo adjudicamos hace
tiempo a la acción de Ctenaritaina. Hoy creemos que nos encontramos ante la presencia de
una nueva enfermedad de origen micoplásmico, en cuya difusión podría intervenir
algún insecto. (Fig. 31).
Exudación verrucosa.— Sobre la superficie
de los filodios y de las hojas primordiales
aparece una formación consistente en la apari-
Fig. 28. Mordeduras de acrídidos.
Fig. 29. Daño de «corona de agallas».
ción de unas pequeñas verruguitas que se desarrollan sobre la superficie foliar de forma
esferoide y que posteriormente cambian su coloración a castaño claro. Esta deformación
simultáneamente segrega un líquido de una
forma característica. Probablemente la creación de estas estructuras se hace a partir de
estomas o parenquima, en cuyo entorno celular se efectúa una estimulación cuyo origen
no es atribuido por el momento a ningún
agente patógeno. (Figs. 6-H y 32).
Las muestras procedentes del norte de España presentan más frecuentemente el daño, y
más raro las originarias de Andalucía occidental. En principio podríamos pensar que la
humedad elevada de la atmósfera favorece la
aparición de este extraño proceso.
Costillas corchosas.— También en montes
con características muy especiales se desarrolla frecuentemente a lo largo de los ramillos
unas alineaciones longitudinales que generan
unas «costillas» que posteriormente, al llegar
a su máximo desarrollo, dan lugar a la aparición sobre las crestas de unas formaciones
que recuerdan por su estructura a la de la
«exudación verrucosa». Desconocemos si este
fenómeno morfológico se correlaciona con el
anteriormente descrito, sí parece proceder de
lugares con características climáticas similares. (Fig. 33).
— OTROS DAÑOS
Se espera que las cepas de los eucaliptos
cortados rebroten nuevamente, pero los selvicultores saben bien que esto tiene limitaciones en las sucesivas cortas y en la realidad,
desgraciadamente esto no resulta tan optimista como era deseable.
Fig. 30. Cancro B.
Fig. 31. Arrepollado.
Se ha escrito mucho sobre esto y quizá sería
conveniente poner un poco en orden las ideas.
Las cepas frecuentemente rebrotan mal y la
primer culpabilidad se adjudica a los numerosísimos hongos xilófagos que hasta la fecha
se han catalogado sobre eucaliptos, se conocen
muchísimas de especies. Si bien desde nuestro
punto de vista no tenemos nada que objetar a
tan interesantes estudios científicos, la realidad es que deben preferirse las recomendaciones prácticas. Nuestras observaciones nos
animan a pronunciarnos sobre ello.
El tocón «primero», que aparece en la vida
de un árbol, después de la primera corta,
puede reaccionar de manera diferente, según el
estado del suelo y el clima. En el caso más
favorable se producirá una rápida cicatrización y dará lugar a una vigorosa brotación del
retallo, que será objeto de una limpieza posterior. En circunstancias adversas, la brotación
será pobre e irregular y el sellado del corte se
efectuará lentamente y de forma incompleta.
Las sucesivas cortas contemplarán ya una
parte de madera muerta que será objeto del
ataque de insectos y hongos, formando, en el
caso de eucaliptos, un nicho ecológico único
que no nos resistimos a presentar.
Sobre madera muerta aparecen los bostriquidos (Xylopertha praeusta, Bostrichus capucinus ab. nigriventns y Bostrichus capucinus ab. luctuosus) y simultáneamente los térmitos (Reticulitermes lucifugus y Calotermes
flavicollis), estos se constituyen en una endemia que aparece también en los parques de
almacenamiento. Cuando el ataque de hongos
xilófagos aumenta, también abundan los bostriquidos y simultáneamente se reducen los
térmitos. Sobre el sustrato descompuesto por
bostriquidos, térmitos y hongos xilófagos se
desarrolla una nueva asociación, las larvas de
Oryctes nasicornis que son muy visitadas por
Fig. 32. Exudación verrucosa.
Fig. 33. Costillas corthosas.
grandes himenópteros como la Scolia flavifrons, este último animal se alimenta de Oryctes.
Podemos, por lo tanto, valorar el grado de
destrucción de cepas o tocones, simplemente
por la observación de la anterior secuencia,
seguida por Polistes gallicus y Dermapteros.
Nosotros hemos observado, principalmente,
los hongos xilófagos Stereum, Schizophyllum
y Coriolus, los cuales se insertan en la sucesión antes citadas.
Las cepas viejas o jóvenes, pero muy afectadas, tienen tendencia a formar grandes coronas de brotes, que le dan a la cepa el aspecto de
retamar. Poco puede esperarse ya a partir de
este momento.
Es preciso desarrollar las técnicas selvícolas
necesarias para cuidar las plantaciones cortadas. Esto será objeto de otro trabajo, actualmente en curso de desarrollo, que pretende
proporcionar instrucciones sobre la forma de
conducir una explotación desde el punto de
vista de su conservación y aumento de productividad.
CONCLUSIONES
De todos los agentes contemplados en este
trabajo, se ha podido establecer que los más
frecuentes han sido:
«Crown-gall»: Torrelavega (Santander); S.
Juan del Puerto (Huelva); Valverde del Camino (Huelva); El Pedroso (Sevilla); Guadalcanal (Sevilla); Alanis (Sevilla).
Botrytis cinérea: Ampuero (Santander); Llanos (Santander); Barcenilla de Piélagos (San-
Fig. 34 Insectos de la biocenosis de tocones degenerados;
Oryctes, Scolia, Polistes y Pyrrhochons.
Fig. 35. Xylopertha praeusta.
Fig. 36. Bostnchus capuunus ab. nigriventris.
tander); Miengo (Santander); Castañeda (Santander) Herrerías (Santander); Villaerigan (Asturias); Pravia (Asturias); Columga (Asturias);
Reocín (Santander); Torrelavega (Santander);
Aroche (Huelva).
Mycosphaerella: Castañeda (Santander); Cabezón de la Sal (Santander).
Phyllosticta: Trezeño (Santander); Polanco
(Santander); Ampuero (Santander); Llanos
(Santander); Miengo (Santander); Cabezón de
la Sal (Santander); Castañeda (Santander); Sámano (Santander); Villaengan (Asturias); Pravio (Asturias); Torrelavega (Santander); El Pedroso (Sevilla).
Harknessia eucalypti: Castañeda (Santander); Trezeño (Santander); Ampuero (Santander); Llanos (Santander); Barcenilla de Piélagos (Santander); Miengo (Santander); Sámano (Santander); Herrerías (Santander); Gibraleón (Huelva); Valverde del Camino (Huelva); El Pedroso (Sevilla).
Pestalotiopsis: Polanco (Santander); Castañedo (Santander); Herrerías (Santander).
Botryosphaeria dothidea (=B. berengeriana)
Treceno (Santander); Gibraleón (Huelva); El
Pedroso (Sevilla); Palos. La Rábida (Huelva).
¿Micoplasmosis?: Asturias; Lugo; Valverde
del Camino (Huelva); El Pedroso (Sevilla).
Cytospora ambiens: Gibraleón (Huelva); S.
Telmo (Huelva).
Armillaria mellea: Castañeda (Santander);
Niebla (Huelva).
No se ha detectado la presencia en España
de Phytophthora cinnamomi, ni tampoco de
la enfermedad conocida como «Pink diseases»,
precedida por el hongo Corticium salmonicola.
Por otro lado hay que seguir investigando
sobre el «cancro B» y el significado de la
«exudación verrucosa» y «costillas corchosas».
Será necesario poner a punto en el futuro el
método selvícola más adecuado para evitar la
aparición de complejos destructores de cepas o
de tocones.
AGRADECIMIENTOS
Numerosas personas han contribuido a la
presentación de esta primera lista de agentes
patógenos para el eucalipto. Este trabajo debe
ser objeto de una ampliación, no solamente en
lo relativo a la aparición de nuevas especies
perjudiciales, sino en el mejor conocimiento
de la distribución en España, lo que permitiría sacar nuevas consecuencias importantes
para el mejoramiento del cultivo de estas
plantas. Para este último fin hay disponibles
fichas e instrucciones para ser enviadas gratuitamente a todas aquellas personas que deseen colaborar en dicha empresa.
La parte más importante del trabajo de recolección de muestras en el campo, la ha llevado
a cabo durante tres años, el estudiante de Ingeniería Técnica Forestal, D. Andrés Arregui
Noguer, sin cuyo concurso este trabajo no se
podría haber realizado en un período tan
corto.
Del mismo modo y dentro de territorios
concretos, tenemos que mencionar a D. Antonio Flecha García (Oviedo), D. Francisco
Javier Oquiñena Serrano (Santander), Empresa Sniace (Torrelavega), D. José Velo
(Huelva), Empresa Tafisa (Huelva), Empresa
Torras Hostench (Sevilla) y Empresa Nacional de Celulosas, S.A.
ABSTRACT
RUPEREZ, A. & MUÑOZ, C. 1980.— Enfermedades de los eucaliptos en España. Bol.
Serv. Plagas, 6: 193-217.
This work present's the fungus identification on eucalytus in Spain for the firs
time.
The greater past of them are dangerous pathogens producing the main diseases
detected: Botrytis cinérea, Mycosphaerella, Phyllosticta, Harknessia eucalypti, Pestalotiopsis, Botriosphaeria, Cytospora ambiens and Armillaria mellea. Also is contemplate: «cancro B», «exudación verrucosa» and «costillas corchosas». The presentation of damages: «crown-gall» and micoplasmosis is also considerate.
REFERENCIAS
ANONYMOUS. 1960.— Index of plant diseases in the United States. U.S. Dep. Agr. Handb. 165, 531 p.
AZEVEDO, NATALINA, F. DOS SANTOS. 1955.— Botryos-
phaeria berengeriana de Not. em Eucalyptus globulus
Lab. Agr. Lusit. 1955 17 (2-3-4-) 191-203.
AZEVEDO, NATALINA F. DOS SANTOS. I960.— Quelques
maladies de l'eucalyptus signaleés au Portugal
—Sous— Com. de Coord, de Questions Forest. Med.
4a Session du groupe de Trav. des Eucalyptus. Lisbonne.
AZEVEDO, NATALINA F. DOS SANTOS. 1970: Forest tree
diaseases (doencas das essencias florestais). Direccao
Geral dos Servicos Florestais e Aquicolas.
culture Forest Service Agriculture Handbook, Number.
386.
KLOTZ, LEO, J. 1961.— Colorhandbook of citrus diseases. Ed. 3, 75 p. Riverside. Calif.: Univ. of Calif.
LANIER, L. et alt. 1978.— Mycologia et pathologie Forestieres.
RHOADS, ARTHUR S. 1956.— The occurrence and destruc-
tiveness of Clitocybe root rot of woody plants in Florida. Lloydia 19: 193-240.
RHOADS, ARTHUR, S. 1956.— A comparative study of two
closely related root rot fungi, Clitocybe tabescens and
Armillaria mellea. Mycologia 37: 741-766.
SAMPAIO, MARIA HELENA DA COSTA. 1974.— Decay of
Eucalyptus globulus. Labill. in Portugal.
DAVIDSON, ROSS W. 1935.— Fungi causing stain in logs
and lumber in the southern States, including five new
species. /. Agr. Res. 50: 789-807.
SPAULDING, PERLEY. 1958.— Diseases of foreign forest
DAVIDSON, ROSS W., CAMPHELL, W.A. and VAUGHN, DOROTHY BLAISDELL. 1942.— Fungi causing decay of li-
SUJAN SINGH & PRATAP SINGH. 1975.— Eucalyptus di-
ving oaks in the Eastern United States and their cultural identification. U.S. Dep. Agr. Tech. Bull. 785,
65 p.
DENVER, W.B.G. I960.— Cultural studies of Flammula
alnicola (Fr.) Kummer and Flammula conissans (Fr.)
Gillet. Can. J. Bot. 38: 909-920.
GOES, E. 1977.— Os eucaliptos. Portucel. E.P.
GROSSENBACHER, J.G. and DUGGAR, B.M. 1911.— A con-
tribution to the life history, parasitism, and biology
of Botrysphaeria ribis. New York. (Geneva) Agr. Exp.
Sta. Tech Bull. 18: 127-202.
HEPTING, G.H. 1971.— Diseases of Forest and Shade
Trees of the United States. U.S. Department of Agri-
trees growing in the United States. An annotated list.
U.S. Dep. Agr. Handb. 139, 118 p.
seases and Insect Pests in developins countries. Second.
World. Technical Consultation. New Delhi.
WESTCOTT, CYNTHIA. I960.— Plant disease handbook
Ed. 2, 825 p. Princeton, N.J.; New York, N.Y. (etc):
D. Van Nostrand Co.
WOLF, FREDERICK, A. 1922.— The fruitin stage of the
tuckahoe, Pachyma cocos. J. Elisha Mitchell Sci. Soc.
38: 127-137.
WOLLENWEBER, H.W. and REINKING, O.A. 1935.— Die
Fusarien. 355 p. Berlin: Paul Parey.
ZENTMYER, GEORGE, A. and PAULUS, ALBERT, O. 1957.—
Phytophthora avocado root rot. Calif. Agr. Exp. Sta.
Ext. Serv. Circ. 465 p.