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El pulgón, una de las plagas más extendidas
El pulgón es una de las plagas que actúa con mayor frecuencia contra las plantas. "Es una plaga bastante común y
extendida, que ataca a gran variedad de especies vegetales", según declaraciones del presidente de la Asociación
Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla), Felipe Rivera.
Los pulgones son visibles en las yemas tiernas y en el envés de las hojas
El pulgón es habitual en campos y jardines y puede formar auténticas colonias que envuelven los tallos y las hojas
de las plantas. Las especies en las que es más fácil encontrarlo son los rosales,árboles frutales, coníferas y
chopos, aunque también es común que ataque en las huertas.
La debilidad de las plantas provoca la aparición de esta plaga, ya sea por falta de nutrientes o exceso de riego.
También la subida de las temperaturas aumenta las posibilidades de que el pulgón se haga presente.
Para combatirlo, además de evitar estas condiciones, existen especies de insectos -como las mariquitas y las
crisopas- que resultan un aliado natural, ya que se alimentan de pulgones.
Consecuencias del ataque del pulgón
Imagen: Darren Copley
El pulgón ataca a las plantas sobre todo para alimentarse de su savia. La succiona a través de un pico largo que
clava en la planta. Como consecuencia, el tejido del ejemplar se destruye y las hojas y los brotes nuevos se
deforman. La debilidad originada en la planta por este ataque frena su crecimiento y disminuye la floración.
Por otro lado, los pulgones pueden transmitir enfermedades de una planta a otra. Esto ocurre si, tras alimentarse
de un ejemplar infectado, atacan a uno sano. Las enfermedades más habituales son provocadas por hongos como
el Seiridium cardinale, en cipreses y otras arizónicas, el Cenangium ferruginosum, en abetos, y la negrilla en los
cedros, así como numerosas virosis que pueden aparecer en adelfas, cucurbitaceas o solanaceas.
Detección y tratamiento contra los ataques
Comprobar que una planta está siendo atacada por este insecto es sencillo, ya que pueden verse en las yemas tiernas y en el
envés de las hojas. Los pulgones son unos seres pequeños de color verde o negro, que dejan tras de sí un rastro
azucarado que atrae a las hormigas. Estas pueden incluso trasladar a los pulgones de unas plantas a otras.
Una vez detectado, el pulgón se combate mediante un tratamiento fitosanitario durante primavera y verano, a primera hora del
día o al atardecer. De todas formas, los tratamientos solo se deben realizar cuando sea necesario y en dosis adecuadas, ya que
el abuso de los insecticidas debilita a las plantas. También se comercializan tratamientos preventivos, a los que se puede recurrir
durante los meses de invierno si existe riesgo de ataque de plaga.