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Los bosque montanos de Santo Domingo
La segunda expedición a los bosques montanos la realizamos en el área de amortiguación del Área
Natural de Manejo Integrado Madidi, en las cercanías a la Comunidad Leco de Santo Domingo. Logramos
instalar 10 parcelas temporales de 0.1 ha y 2 parcelas permanentes de 1 ha. Entre ambos tipos de parcelas
inventariamos un total de 5750 tallos y realizamos 1156 colecciones de especimenes y 54 muestras de
silicagel. Entre las novedades tenemos la colección con flores de una especie nueva de Prestonia sp.
(Apocynaceae), el primer registro para Bolivia del género Croizatia sp. (Euphorbiaceae) y colecciones
de especimenes que representan especies nuevas de los géneros, Pleurothyrium sp. (Lauraceae),
Dendropanax sp. (Araliaceae), Clidemia sp. (Melastomataceae) y Talauma sp. (Magnoliaceae), que ya
habíamos coleccionado en viajes anteriores a los bosques montanos.
Flores de Thibaudia sp. nov. (Ericaceae)
coleccionada en el sector de Wayrapata
(A. Fuentes).
Personal
En esta expedición participaron Peter Jørgensen director del Proyecto, Alfredo Fuentes y Leslie Cayola,
investigadores responsables de la expedición. Edwin Ticona, Isabel Loza, Maritza Cornejo y Neftali
Chapi, tesistas del proyecto. Además de Gualberto Chive como voluntario. Los guías principales fueron
Sandalio Cuqui (Cacique de la comunidad Santo Domingo) y Saul Sompero, además partiparon Clemente
Cuqui, Pepe Miranda, Freddy Miranda y Doña Margarita Cuqui fue nuestra cocinera. Maritza Cornejo
utilizará los datos de las parcelas temporales para elaborar su tesis de grado en biología y Neftali Chapi
los datos de las parcelas permanentes para su tesis de grado en Agronomía. Adicionalmente los datos
registrados mediante las colecciones generales permitirán elaborar artículos científicos.
Apuntes de la expedición
Partimos el 6 de octubre de 2006 por la tarde desde el Herbario Nacional de Bolivia (LPB), en donde se
desarrolla nuestro proyecto. Llegamos a Charazani después de media noche y por precaución optamos
por pasar la noche allí. Por la mañana algunos de los participantes fueron a caminar por las laderas
cercanas al pueblo, encontrando algunas plantas fértiles, a las cuales fotografiamos y herborizamos,
entre ellas Dunalia brachyacantha (Solanaceae) una especie común en los alrededores de Charazani
pero que todavía no había sido registrada en la región del Madidi.
Después del desayuno partimos rumbo a Apolo, realizamos algunas paradas en el camino para
Mapa de ubicación de los inventarios realizados en las cercanías del arroyo Tintaya, Comunidad
Santo Domingo. Los círculos representan las parcelas temporales y los cuadrados las parcelas permanentes. Los símbolos en amarillo, indican inventarios en fondo de valle.
La torrencial lluvia se llevo varios puentes rusticos, en este lugar los comunarios habilitaron un paso
transitorio. Afortunadamente nuestra vagoneta logro pasar (A. Fuentes).
coleccionar especimenes fértiles. Nos detuvimos en un sector conocido como Wayrapata, para
coleccionar una probable especie nueva de Thibaudia sp. (Ericaceae) que logramos encontrar con
flores. Esta especie fue coleccionada estéril un par de años antes, durante evaluaciones de diversidad
de epifitas que eran parte de un estudio de tesis del Proyecto, en ese tiempo Jim Luteyn, especialista
en Ericaceae, nos dijo que podría tratarse de una especie nueva, por lo que se aprovecho la ocasión
para coleccionarla.
Llegamos a Apolo por la tarde y nos alojamos en el Monasterio de la orden Cisterciense que tiene una
posada agradable, de ambiente relajante. Apenas nos estábamos instalando, cayo una torrencial lluvia,
como un anuncio de lo que vendría durante nuestra estadía en el monte.
Después de un agradable y saludable desayuno servido por las monjas que administran la posada,
partimos hacia la comunidad de Santo Domingo, pero por la lluvia intensa caída un día antes el
camino estaba en malas condiciones. Este trayecto que normalmente se hace en tres horas nos tomo
Lluvia torrencial en Santo
Domingo, tras nuestra
llegada a la comunidad (A.
Fuentes).
prácticamente todo el día después de sortear tramos enfangados donde nos plantamos y puentes
rústicos poco estables. Por la tarde finalmente llegamos a Santo Domingo, una comunidad de la etnia
Leco que ha perdido su lengua nativa debido a la evangelización a la que fueron sometidos durante
la colonia, hoy en día hablan quechua y español. Esta pequeña comunidad se ubica casi en el límite
entre los bosques montanos bien conservados y la vegetación secundaria y sabanera del núcleo de
Apolo. Sus habitantes extraen algunos productos no maderables de los bosques, entre ellos el incienso
(Clusia sp. nov.), copal (Protium montanum) y hojas de palmeras para construir sus viviendas.
Una vez en la comunidad, concertamos una reunión con los pobladores, en la que solicitamos su
consentimiento y colaboración para el trabajo que realizaríamos en el bosque montano de los
Saludo a la bandera en la escuela de la
Comunidad Santo Domingo (A. Fuentes).
alrededores de su comunidad. Después de una breve explicación de los objetivos y metodología de
nuestro trabajo, nos dieron el visto bueno y comenzamos a organizar el equipo que seria trasladado
solo por porteadores, ya que en la comunidad no había animales de carga.
Al día siguiente, temprano en la mañana, nos invitaron a un simpático acto cívico en la escuela del pueblo
donde los niños cantaron y recitaron poemas. Después partimos hacia un sitio denominado arroyo
Tintaya, a orillas del cual ubicaríamos el campamento base. El trayecto transcurría en un valle casi
plano y extenso, cubierto por bosques de bambú (Guadua sp. Poaceae), en los cuales se encuentran
las chacras, probablemente los bosques de bambú crecieron sobre barbechos antiguos. Para empezar
Comunarios de Santo domingo trasladando nuestro equipo y
viveres hasta el arroyo Tintaya (A. Fuentes).
Corteza y hojas del copal (Protium
montanum) (A. Fuentes).
el trabajo, un grupo fue a realizar el reconocimiento de campo y otro se quedo a armar las “chapapas”
(estantes y mesas rústicas) y así tener el campamento listo y poder dedicarnos por completo a nuestro
trabajo.
Después del reconocimiento de campo, un grupo de trabajo empezó a instalar la primera parcela
permanente al frente del campamento, en una terraza amplia mal drenada, situación topográfica poco
usual en áreas montanas. El grupo que trabajaba con las parcelas temporales decidió iniciar su trabajo
en una ladera a 2 km del campamento.
La vegetación del área es un bosque montano subandino superior pluvial, entre 1400 y 1600 m de altitud,
caracterizado por la palma Dictyocaryum lamarckianum, en el que son frecuentes Socratea exhorriza,
Alchornea glandulosa y Protium montanum, además familias como Lauraceae, Melastomataceae y
Rubiaceae son abundantes y diversas. El bosque se extiende en terrazas surcadas por arroyos y
laderas abruptas, con bastante acumulación de materia orgánica. En las terrazas mal drenadas era
característica la abundancia de Croizatia sp. (Euphorbiaceae) un arbolito del sotobosque que es nuevo
registro del género para Bolivia, en tanto en las laderas era abundante la pequeña palmera localmente
llamada “Jatata” (Geonoma sp.), la cual es un recurso importante de la comunidad pues las hojas son
el mejor material para fabricar los techos de sus casas.
En la zona eran abundantes los tábanos, los cuales junto a los mosquitos, abejas y “japutamus”
(pequeños ácaros), se encargaron de que nuestra estadía en el bosque no sea tan placentera.
Frutos de Croizatia sp. (Euphor- Flor de Prestonia sp. nov. (ApocyFrutos de Dendropanax sp.
biaceae), primer registro en
naceae), abundante en el sector del nov. (Araliaceae), (A. FuenBolivia (A. Fuentes).
arroyo Tintaya (A. Fuentes).
tes).
Al campamento nos siguieron un par de perros propiedad del guía Saúl Sompero, quienes incluso nos
acompañaban a los sitios de las evaluaciones y amenizaban con sus actos nuestras duras jornadas.
Nuestro trabajo se vio interrumpido en varias ocasiones por las torrenciales lluvias, que caían
prácticamente todos los días. Estas no solo nos retrasaban sino que también empeoraban las condiciones
de trabajo dentro el bosque. El suelo resbaloso, el follaje cargado de agua y la ropa mojada, nos dejaron
unos cuantos resfriados.
Durante nuestra estadía volvimos a reunirnos con los pobladores de Santo Domingo, ya que surgieron
mal entendidos entre el Cacique mayor de la comunidad y algunos comunarios que no asistieron a la
reunión, los que se oponían a este tipo de actividades. Las razones eran varias, pero infundadas. Tenían
la susceptibilidad de que sus recursos vegetales serian “robados”, que las parcelas que estábamos
instalando dentro su bosque ya no les pertenecerían en el futuro y que pasarían a manos del Parque
Madidi, por lo que ellos no tendrían ya derecho sobre ese territorio.
Sus miedos estaban fundados en malas experiencias y en discursos de tipo político. Lo que les llevaba
a pensar que estas actividades no los beneficiaban en nada, y que la información extraída, no se
utilizaba para mejorar sus condiciones de vida. Después de varias horas de discusión y de explicar en
repetidas ocasiones los detalles del trabajo, volvieron a brindarnos su apoyo, con la promesa de hacerles
llegar una copia de todos los documentos que se publicarían a partir de la información recopilada allí.
Además de apoyarlos en la toma de datos, base para respaldar un plan de manejo con vistas al manejo
sostenible de la Jatata, el cual se encuentra en elaboración.
Retornamos a los 27 días, la salida fue más sencilla ya que tomamos todas las precauciones, con la
experiencia del ingreso.
Integrantes del Proyecto Madidi, junto a comunarios de Santo Domingo (A. Fuentes).