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PLANTAS INVASORAS Atlas de las plantas alóctonas invasoras en España. M. Sanz Elorza & al. (2004) MMA Madrid Concepto de planta alóctona invasora En general, una especie es considerada invasora cuando posee y manifiesta capacidad para autoperpetuarse de modo autosuficiente, pero además provoca algún tipo de alteración en el ecosistema o en la comunidad. Más modernamente RICHARDSON & al. (2001) definen planta alóctona invasora relacionándola con especie introducida y especie naturalizada: “una especie introducida es aquella que ha sido transportada por el ser humano superando barreras biogeográficas que de forma natural resultaban infranqueables. La naturalización sería el proceso inmediatamente posterior, que en caso de producirse comenzaría cuando la especie introducida es capaz de superar barreras bióticas (meiosis, polinización, fecundación, embriogenia, supervivencia a los depredadores, etc. ) y abióticas (adaptación a las nuevas condiciones climáticas, edáficas, etc.) pudiendo reproducirse de manera regular. Para que pueda hablarse de especie invasora, se requiere que la especie naturalizada sea capaz de producir nuevas poblaciones reproductoras alejadas de la inicial, tanto en el espacio como en el tiempo, con independencia del grado de alteración del medio”. Por lo tanto el carácter invasor de una especie queda desligado de las alteraciones ambientales que pueda producir a los daños económicos que pueda ocasionar. Atributos o caracteres de las plantas invasoras. •
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La existencia de mecanismos de dispersión de las diásporas tanto a corta como a larga distancia. Semillas longevas, con capacidad para formar bancos persistentes en el suelo. Capacidad para habitar en un amplio rango de condiciones ambientales. Rutas metabólicas alternativas (C‐4, CAM) en el caso de invasoras de zonas áridas, muy cálidas o con alta tasa de iluminación. Crecimiento rápido. Escasez de enemigos naturales (parásitos, depredadores, etc.) Rusticidad y capacidad para sobrevivir ante condiciones adversas, tanto naturales como debidas a perturbaciones de origen antrópico. La existencia de afinidades climáticas entre la zona de origen de la especie y la región invadida. Atributos o condiciones del medio que propician la entrada de especies alóctonas invasoras. •
La destrucción de la vegetación natural original, por circunstancias naturales o más frecuentemente artificiales, de modo que se crean espacios bióticos vacíos que serán ocupados por aquellas especies mejor capacitadas para la colonización. 1
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La fuerte presión demográfica, con la consiguiente urbanización del terreno y trasiego de personas y mercancías que actúan como vectores de introducción de especies exóticas (jardinería, actividad comercial…) La existencia de un régimen de humedad en el suelo más favorable que en las zonas circundantes, dando lugar a la formación de “santuarios” y “corredores” para la flora introducida no adaptada al régimen hídrico local. La existencia de unas condiciones térmicas benignas, sobre todo en lo que se refiere a temperaturas mínimas (ausencia o escasez de heladas), que favorecen la introducción de especies exóticas termófilas o de origen tropical. La proximidad al mar, debido a su efecto tampón sobre las temperaturas, hace que las zonas costeras sean más proclives a ser invadidas. La insularidad de los territorios también parece hacerlos más susceptibles a la invasión (ver. Pág. 26) Impacto y problemática de las Plantas Alóctonas Invasoras. Se ha dicho que el 10 % de las especies introducidas llega a naturalizarse, y de estas, el 10 % a su vez, llegan a ser invasoras. La mayoría de las especies introducidas van a tener efectos ecológicos y económicos de escasa importancia. Sin embargo, aquellas que se naturalizan de manera efectiva, pueden provocar impactos con severas consecuencias desde el punto de vista ambiental y antropocéntrico. Veamos cuales pueden ser estos impactos: •
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Las especies de plantas invasoras producen disrupciones en la dinámica y estructura de los ecosistemas, que han alcanzado una situación de equilibrio después de miles de años de evolución, debido al establecimiento de nuevas relaciones de competencia, predación, parasitismo, hibridación, alelopatías, etc. En circunstancias determinadas y en ecosistemas muy frágiles (islas) pueden influir en la extinción de especies endémicas estenócoras cuando el invasor compite con ellas por el mismo nicho ecológico. Algunas especies introducidas pueden ser vectores de plagas y enfermedades de especies nativas silvestres o bien cultivadas. Numerosas especies invasoras, como mecanismos de defensa frente a herbívoros, son tóxicas pudiendo causar daños a la ganadería (depredación de los pastos). Las más nocivas malas hierbas agrícolas, invasoras sobre todo de cultivos irrigados de fenología estival, son alóctonas. Algunas especies alóctonas invaden vías terrestres de comunicación (carreteras, vías férreas, etc.) o bien cursos de agua, tanto naturales como construidos, dificultando el tránsito de vehículos, la navegación o la circulación del agua. A escala mundial, la introducción de especies exóticas da lugar a la homogeneización de la Biosfera, de manera que las floras de las distintas partes del Planeta, si bien pueden ser más ricas en el número de especies, son mucho más parecidas entre sí y por tanto más pobres desde el punto de vista de la biodiversidad. 2
Prevención y control de las Plantas Alóctonas Invasoras Contra las plantas alóctonas invasoras, y en general contra los organismos exóticos invasores, se puede actuar a nivel preventivo y a nivel paliativo. Dentro del primer nivel se incluyen las políticas y medidas encaminadas a evitar la introducción de especies alóctonas invasoras. El segundo nivel se refiere a las actuaciones dirigidas a controlar y erradicar las invasiones una vez que se han producido. Métodos preventivos. Es prioritario informar a la población de los peligros y consecuencias que entraña la introducción de organismos exóticos en el medio natural. Deben por tanto, emprenderse campañas de educación ambiental por parte de las Administraciones Públicas cuyo objetivo sea formar a la población en este aspecto de la conservación de la naturaleza. Debe fomentarse entre los profesionales de la jardinería (viveristas, paisajistas, infenieros, etc.) el empleo de especies autóctonas o bien de alóctonas que carezcan de un historial de invasiones en otras partes del Mundo. En las condiciones climáticas de España, debe priorizarse el desarrollo de una xerojardinería basada en las especies mediterráneas, bien adaptadas a la escasez temporal de agua. También se incluyen dentro de las medidas preventivas la existencia de disposiciones legales que limiten y regulen el tráfico de seres vivos y la introducción de especies foráneas. Para ello hay tratados internacionales a los que España se encuentra adherida, Legislación europea, estatal y autonómica. Métodos físicos o mecánicos de control. Son aquellos que se basan en la eliminación física de la planta invasora y de sus diásporas. Dentro de ellos se incluyen los siguientes: 1. Eliminación manual: consiste en la retirada a mano de las plantas invasoras y de sus órganos de propagación (rizomas, estolones, tubérculos, etc.) 2. Eliminación mecánica: consiste en la eliminación de las plantas invasoras por medio de aperos mecánicos accionados o arrastrados por tractor (desbrozadoras, destoconadoras, buldozers, etc.). Se utilizan en terrenos con pendiente no excesiva. 3. Mulching o acolchado: consiste en la colocación de algún material sobre el suelo que impida la llegada de la luz a las plantas invasoras. Estos materiales pueden ser de origen orgánico (paja, etc.) o sintético (plásticos). Debido a su elevado coste, sólo se utilizan en los casos de invasiones localizadas. 4. Métodos especiales para especies acuáticas: consiste en la retirada de las plantas desde la orilla o desde embarcaciones empleando herramientas o maquinaria adecuada. Métodos químicos de control. Consisten en el empleo de herbicidas o fitocidas para controlar y eliminar las plantas alóctonas invasoras. En el ámbito agrícola su uso se encuentra totalmente generalizado, en casi todos los sistemas de cultivo avanzados. En el medio natural, la mayoría de los herbicidas producen daños en la flora 3
autóctona y pueden resultar tóxicos para la fauna y para el hombre. Muchos son persistentes y se acumulan en el suelo y en los tejidos. Métodos biológicos de control. Los métodos biológicos de control consisten en el empleo de enemigos naturales para regular las poblaciones de las especies alóctonas invasoras. Es aspecto cuestionable de estos métodos es que en ocasiones la especificidad entre huésped y bioagente no es total, pudiendo éste convertirse en enemigo de otras especies de la flora autóctona o bien cultivadas. Análisis de las Plantas Autóctonas Invasoras en España. La presencia e incidencia, tanto cualitativa como cuantitativa, de las especies de plantas alóctonas invasoras en España es muy variable según el ámbito geográfico considerado. Puede decirse que las áreas costeras, tanto mediterráneas como cantábricas y atlánticas, así como las insulares, presentan una capacidad de acogida de especies alóctonas claramente superior a la presentada por las zonas continentales más alejadas del mar. Ello se debe al efecto tampón ejercido por el mar sobre las temperaturas, que facilita el asentamiento de alóctonas de procedencia tropical, subtropical y capense, de temperamento termófilo, y un buen número de ellas con comportamiento invasor. También es un factor coadyuvante de primer orden la alta densidad de población de estas zonas, con el consiguiente deterioro del medio natural y el alto grado de urbanización del territorio. 4
Agave americana (AGAVACEAE) Nombre castellano: pita, mangüey, pitera, pitaco Nombre catalán: atzavara Procedencia y forma de introducción Se trata de una especie originaria del este de México. Fue introducida en Europa, a través de España, en el siglo XVI, por los conquistadores del Nuevo Mundo, primero como planta ornamental y después como planta textil para la obtención de fibras bastas. En el sudeste de la Península Ibérica se ha utilizado tradicionalmente para señalar caminos, delimitar fincas, producir forraje e incluso como material de construcción en la arquitectura rural tradicional. Abundancia Actualmente se encuentra ampliamente naturalizada por todas las provincias litorales mediterráneas y suratlánticas, desde Gerona hasta Huelva, Baleares, Canarias, por las zonas bajas de Andalucía y Galicia, y más rara en enclaves abrigados de Extremadura, Aragón, País Vasco, Castilla‐La Mancha y Madrid. Biología Se trata de una planta de aspecto robusto, rizomatosa, formada por grandes rosetas de hojas lanceoladas, carnosas, muy gruesas, espinosas en los márgenes y en el ápice. Las flores, de color amarillo pálido, aparecen en una panícula situada en el extremo de unos tallos de 5‐8 m de altura, emitidos cuando la planta tiene unos 10 años. Fruto en cápsula alargada y trígona. Semillas negras, aplanadas, numerosas. Florece de julio a septiembre. Polinización entomófila (lepidópteros) o quiropterófila. Tras la floración, la roseta que ha emitido el tallo florífero muere. Metabolismo CAM. Se reproduce activamente de manera asexual a partir del rizoma del que brotan abundantes rosetas. Precisa suelos muy bien drenados y exposiciones soleadas. Es muy resistente a la sequía y a las altas temperaturas. Aguanta heladas ligeras si no son muy frecuentes. En la región mediterránea habita en lugares pedregosos soleados, ramblas y arenales, por lo general cercanos al mar y más raramente en el interior. Problemática Actualmente se encuentra muy difundida, con carácter invasor, por el sur de Estados Unidos (California, Arizona, Texas, Louisiana), islas del Pacífico, Australia, Sudáfrica y la cuenca mediterránea (desde Portugal hasta Asia Menor, incluidas las principales islas). En España abunda en algunos puntos del litoral mediterráneo, sobre todo en el sudeste semiárido, donde puede formar localmente comunidades desviantes. En estas zonas semiáridas puede introducirse en biotopos seminaturales, coexistiendo con especies autóctonas propias de etapas maduras. Se encuentra presente en numerosos espacios protegidos españoles (Caldera de Taburiente, Garajonay, Timanfaya, Sierra Nevada, Islas Atlánticas, etc.) En el sudeste árido de la Península Ibérica se han naturalizado otras especies del mismo 5
género, como Agave sisalana, que presenta un carácter invasor más acusado. Concretamente se encuentra dispersa por diversas localidades de la provincia de Almería, especialmente en la franja costera (Cabo de Gata, San José, Pujaire, Torre Morales, rambla Amoladeras y rambla Morales). Situado entre el Alquian y la rambla de Morales existe un gran cultivo abandonado de Agave sisalana, que fue plantado durante la década de los cincuenta, para la obtención de fibras de cordelería, de alcohol por destilación y de forraje durante los prolongados periodos de sequía. Actuaciones recomendadas Hasta el momento no existen referencias de parásitos utilizables en lucha biológica para el control de la pita invasora. En lo que respecta a herbicidas, tampoco se ha señalado ninguna materia activa ni ningún producto comercial de manera específica para esta especie. La retirada manual o mecánica de las plantas donde se produzcan invasiones parece, en principio, el método de control más adecuado, aunque para que sea efectivo deben eliminarse todos los rizomas, lo que no siempre es sencillo. 6
Arundo donax (GRAMINEAE) Nombre castellano: caña, caña común, bardiza, caña silvestre, cañizo Nombre catalán: canya, canyer Procedencia y forma de introducción Los botánicos no coinciden en su procedencia, para algunos procede de las zonas riparias del este de Asia, mientras que para otros es originaria del centro y sur del continente asiático. Se introdujo en Europa y en muchas otras áreas del Mundo, de manera intencionada, como especie cultivada con diferentes objetivos, como la formación de barreras, setos o cortavientos vegetales, como material de construcción para la formación de techumbres y empalizadas, como soporte o tutor de otros cultivos y, más recientemente, para el control de la erosión. Abundancia y tendencia poblacional Su introducción fuera de su área original se fue llevando a cabo durante siglos, y en algunas zonas quizá hasta de milenios, a lo largo de Asia, el sur de Europa y el norte de África primero, y de América después. En Europa se encuentra naturalizada en la totalidad de los países del sur, concretamente en Albania, Turquía, antigua Yugoslavia, Grecia, Creta, Italia, Cerdeña, Córcega, Francia, Portugal y España. En nuestro país se encuentra presente en la mayoría de las provincias, sobre todo en las del sur y en las del este, y también en ambos archipiélagos. Tendencia demográfica expansiva debido a la destrucción de la vegetación de ribera y a la degradación de los humedales. Biología Planta graminoide perenne, muy robusta, provista de rizomas leñosos. Tallos huecos, erectos, de hasta 4 m de altura, simples o cortamente ramificados en los nudos, suaves y glabros. Hojas con el limbo de 5‐6 cm de anchura, cordado en la base, de hasta 60 cm de longitud, plumosa, muy ramificada, con las ramas inferiores fasciculadas. Espiguillas comprimidas lateralmente, de 12‐18 mm, generalmente con tres flores, la mayoría bisexuales. Glumas más o menos iguales, membranosas. Androceo con tres estambres. Fruto en cariópside oblanceolado, deprimido y estriado. Florece de julio a diciembre. En su área de origen se reproduce sexualmente por medio de semilla, pero donde no es autóctona lo hace solamente, de manera mucho más rápida y eficaz, por vía asexual mediante sus robustos rizomas, que pueden alcanzar considerables distancias desde la planta madre. Los fragmentos de rizoma son dispersados por las corrientes de agua depositándose aguas abajo. Pueden desecarse durante varios meses sin perder la capacidad de emisión de raíces cuando vuelven a hidratarse. Las plantas ya establecidas pueden expandir sus rizomas a razón de medio metro cada año. Se trata de una planta higrófila, que requiere humedad edáfica, por lo que su hábitat son los ambientes riparios y los humedales tanto naturales como artificiales. Soporta muy bien las altas temperaturas estivales pero sólo relativamente las bajas invernales, por lo que en zonas de inviernos muy fríos no suele prosperar. Tiene cierta capacidad de resistencia a la salinidad moderada. 7
Problemática Se trata de una de las más peligrosas y nocivas plantas alóctonas invasoras a escala mundial, por lo que forma parte de las 100 peores especies biológicas invasoras. Actualmente se encuentra extendida por la mayor parte de las regiones templado‐cálidas y tropicales del Mundo. Se ha señalado expresamente como invasora en grandes zonas del planeta, incluido el norte de África (Egipto, Túnez, Argelia), el sur de Europa (región mediterránea desde Portugal a los países ribereños del mar Egeo) y Macaronesia. Invade zonas riparias en el entorno de los tramos bajos de los ríos, así como humedales y marjales costeros. También aparece en los márgenes de las infraestructuras hidráulicas artificiales (acequias, canales, desagües, balsas, etc.). Entre sus impactos sobre el medio natural, cabe destacar el desplazamiento de la vegetación riparia nativa, que puede llegar incluso a ser sustituida prácticamente en la totalidad. Esto provoca un empobrecimiento del hábitat para la fauna terrestre asociada. Disminuye la capacidad de desagüe de ríos y canales al taponar y reducir los cauces con sus sedimentos. Por la gran biomasa que produce es un factor de riesgo de cara a los incendios. En España se han invadido en las últimas décadas gran cantidad de bordes de agua, tanto naturales (ríos, zonas lacustres y pantanosas) como artificiales (canales, acequias). En la invasión de ecosistemas naturales tiene una gran trascendencia la destrucción previa de la vegetación autóctona por actuaciones antrópicas. Probablemente no sea Arundo donax la causa de degradación de los bosques de ribera, sino más bien el efecto de la misma generada por el arrasamiento de la vegetación original. Actuaciones recomendadas Como consecuencia de la antigüedad de su introducción ha sustituido a la vegetación riparia previamente eliminada por la acción humana, de modo que en la actualidad constituye un freno a la erosión fluvial y además da cobijo a la fauna superviviente. Cualquier actuación debería someterse a un control experimental previo, con respecto a las consecuencias ecológicas de la misma, y en todo caso incluida dentro de un plan de restauración de las riberas donde el objetivo final sea la reconstrucción de la vegetación original, reintroduciendo no solo las especies dominantes (Fraxinus sp., Populus sp., Salix sp., etc.) sino también otras secundarias, especialmente aquellas de mayor capacidad de acogida, refugio y alimento para la fauna. En los casos de invasiones de medios artificiales puede recurrirse al empleo de herbicidas. En casos de invasiones de poca extensión superficial pueden retirarse los rizomas por medios físicos, previa tala o corte de la parte aérea. 8
Opuntia ficus‐indica (CACTACEAE) Nombre castellano: chumbera, higuera chumba, tuna, nopal Nombre catalán: figuera de moro Procedencia y forma de introducción Procede de América tropical, desde Méjico hasta Colombia. Introducida de manera intencionada para su cultivo agrícola, ya que servía de alimento a las cochinillas productoras de tinte. También era objeto de cultivo para aprovechar sus frutos comestibles. Posteriormente se ha empleado también como planta ornamental y para formar setos protectores en zonas áridas. Abundancia y tendencia poblacional Ampliamente naturalizada en las provincias mediterráneas peninsulares, zonas abrigadas del interior de Andalucía, Extremadura, Arribes del Duero, islas Baleares, islas Columbretes, isla de Tabarca, Ceuta, Melilla, Canarias y algunos enclaves muy caldeados de Navarra y Aragón. Habita en taludes, laderas soleadas, bordes de caminos, cultivos abandonados, matorrales degradados, etc. Tendencia demográfica expansiva. Biología Arbusto, a veces arborescente presentando un tronco bien desarrollado de hasta 35 cm de diámetro, de 1‐4 (6) m de altura, con los tallos transformados en cladodios, conocidos vulgarmente como palas, carnosos, suculentos, de estrechamente obovados a oblongos, aplanados, verdes, de 20‐60 x 10‐
25 cm. Hojas pequeñas, de unos 3 mm de longitud, verdes o púrpuras. Aréolas estrechamente elípticas, de 2‐5 cm. Espinas a menudo ausentes en las razas cultivadas y presentes en número de 1‐5 por aréola, de 2‐3 cm de longitud, aplanadas y de color blanco en las formas silvestres. Flores de color amarillo o rojizo, de 5‐10 cm de diámetro. Frutos de ovoides a oblongos, verdes, naranjas o rojos, a veces provistos también de espinas, de 6‐10 cm de longitud, con la pulpa de color anaranjado. Semillas subovoideas, abundantes. Florece de mayo a junio. Metabolismo CAM. Se reproduce activamente tanto por semilla como asexualmente, debido a la capacidad de enraizar de las palas desprendidas. Polinización entomófila. Semillas que al germinar, generan plántulas que suelen desarrollarse rápidamente durante los meses de verano, mostrando tasas de viabilidad altas, lo que asegura la persistencia de la especie en las zonas invadidas. Los animales contribuyen a la dispersión de las semillas. Resiste muy bien la sequía y los fuertes vientos marítimos. Puede soportar heladas siempre y cuando no sean prolongadas. Necesita iluminaciones intensas. Problemática Actualmente se encuentra extendida con carácter invasor por toda la cuenca mediterránea, Australia, Sudáfrica, las costas del mar Rojo, Hawaii, América del Norte, Antillas, Ásia Occidental y el sudoeste de China incluyendo la parte suroiental del Tíbet. En las zonas áridas y cálidas compite 9
ventajosamente con la vegetación autóctona, desplazándola o impidiendo su regeneración. En nuestro país se encuentra muy extendida por el sur y la costa mediterránea, generalmente en ambientes sometidos a intensa influencia antropozoógena. Actuaciones recomendadas Los métodos físicos de control sólo son eficaces en casos de invasiones leves y localizadas, ya que rápidamente se regenera a partir de cualquier pala o fragmento que haya quedado en el suelo. Todas las operaciones deben realizarse con cuidado, debiendo ir el personal provisto de guantes para protegerse de las espinas. En cuanto a la lucha biológica, se ha utilizado con éxito en Hawaii, Australia y Sudáfrica dos insectos introducidos. Bibliografia referida a plantes invasores: FOS SIMÓN ( ) La invasió verda. Plantes protagonistes de trastorns ambientals al territorio valencià. Mètode, 62:33‐43. ANDREU, J. I M. VILÀ (2003) Análisis de la gestión de las plantas exóticas en los espacios naturales españoles. Ecosistemas, 2007/3. Disponible en: <http://www.revistaecosistemas.net/articulo.asp?Id=505&Id_Categoria=1&tipo=portada> CAPDEVILA, L. i altres (2006) Especies exóticas invasoras: Diagnóstico y bases para la prevención y el manejo. Organismo Autónomo Parques Naturales. Madrid. 10