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Homenaje al Prof. Dr.
WOLFREDO WILDPRET
DE LA TORRE
Los olmos de La Laguna
Antonio García Gallo, Israel Pérez Vargas & Francesco Salomone Suárez
INSTITUTO DE ESTUDIOS CANARIOS
LA LAGUNA - TENERIFE
2009
Homenaje al Prof. Dr.
WOLFREDO WILDPRET
DE LA TORRE
Esperanza Beltrán Tejera, Julio Afonso-Carrillo,
Antonio García Gallo & Octavio Rodríguez Delgado
(Editores)
INSTITUTO DE ESTUDIOS CANARIOS
LA LAGUNA - TENERIFE
2009
Serie
MONOGRAFÍA LXXVIII
Esta edición ha contado con el patrocinio de
la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias,
el Área de Sanidad y Relaciones con la ULL del Cabildo de Tenerife,
la Fundación Canaria Salud y Sanidad,
el Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna,
la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna,
la Obra Social y Cultural de CajaCanarias,
el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Provincia de Tenerife,
la Cooperativa Farmacéutica de Tenerife (cofarte)
y el Colegio Oficial de Biólogos de Canarias.
© 2009, los autores de los capítulos contenidos en el libro
© De esta edición: 2009, Instituto de Estudios Canarios
c/ Bencomo, 32, Apartado de correos 498
38201 La Laguna (Santa Cruz de Tenerife)
Imprime: Gráficas Sabater
Maquetación: Cande da Silva
Diseño de la cubierta del libro: Víctor M. Gómez Reneses
Elaboración, diseño y desarrollo multimedia: Ahora, S.L., Omar Quino Zoncu, Ruymán Gil García & Guillermo
Pozo Cabeza
ISBN: 978-84-88366-82-5
Depósito Legal:
Ilustración de la cubierta y DVD: W. Wildpret de la Torre (archivo de O. Rodríguez Delgado)
Ilustración de la contracubierta: El Drago de Icod de los Vinos a comienzos del siglo xx (foto tomada por Burchard,
1911)
Modo de citación:
Libro completo:
Beltrán Tejera, E., J. Afonso-Carrillo, A. García Gallo & O. Rodríguez Delgado (Eds.), 2009. Homenaje al Profesor
Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna (Tenerife. Islas Canarias). Monografía
LXXVIII. 872 pp.
ISBN: 978-84-88366-82-5
Un capítulo:
Nezadal, W. & W. Welss, 2009. Aportaciones al conocimiento del bosque termófilo en el noroeste de Tenerife (Islas
Canarias). In Beltrán Tejera, E., J. Afonso-Carrillo, A. García Gallo & O.Rodríguez Delgado (Eds.): Homenaje al
Profesor Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna (Tenerife. Islas Canarias).
Monografía LXXVIII. pp.229-244.
ISBN: 978-84-88366-82-5
El DVD:
Beltrán Tejera, E., 2009. Semblanza de un botánico comprometido con su tiempo. Profesor Wolfredo Wildpret de
la Torre. Documentación anexa. DVD. In Beltrán Tejera, E., J. Afonso-Carrillo, A. García Gallo & O. Rodríguez
Delgado (Eds.): Homenaje al Profesor Wolfredo Wildpret de la Torre. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna
(Tenerife. Islas Canarias). Monografía LXXVIII.
ISBN: 978-84-88366-82-5
Todos los derechos reservados. Esta publicación (escrita y digitalizada en el DVD) no puede ser reproducida, ni todo
ni en parte, ni registrada en –o transmitida por– un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni
por medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el
permiso previo por escrito de los titulares del “copyright”.
Los olmos de La Laguna
Antonio García Gallo1, Israel Pérez Vargas1 & Francesco Salomone Suárez2
Dpto. de Biología Vegetal (Botánica). Facultad de Farmacia. Universidad de La Laguna.
38071 La Laguna, Tenerife. Islas Canarias. España. [email protected]
2
Unidad de Parques y Jardines. Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. C/ Santiago Cuadrado nº 6.
38201 La Laguna. Tenerife. Islas Canarias. España
1
Abstract: This paper reviews the history about the presence of elm trees on the island of Tenerife, which are circumscribed by what we know the city of La Laguna. The most abundant
species and traditionally cultivated since the nineteenth century, is Ulmus minor Mill. Very
recent introductions, we proceeded to identify, have increased the list to three other species:
Ulmus pumila L., Ulmus thomasii Sarg. and Ulmus x hollandica Mill.
Key words: Elm trees, gardening plants, La Laguna, Canary Islands.
Resumen: En este trabajo se realiza una revisión histórica acerca de la presencia de olmos en
la isla de Tenerife, los cuales se encuentran circunscritos, por lo que conocemos, a la ciudad
de La Laguna. La especie más abundante y tradicionalmente cultivada desde el siglo XIX,
es Ulmus minor Mill. Introducciones muy recientes, que hemos procedido a identificar, han
incrementado el catálogo a otras tres especies: Ulmus pumila L., Ulmus thomasii Sarg. y
Ulmus x hollandica Mill.
Palabras clave: Olmos, plantas ornamentales, La Laguna, Islas Canarias.
Introducción
El género Ulmus L. (Ulmaceae), comprende entre 20 y 40 especies, según los autores,
nativas de regiones templadas del hemisferio norte de Europa y América, hasta el norte de
México y Asia. Los olmos son, en su mayoría, árboles de hoja caduca, los cuales, según
López Lillo en SÁNCHEZ (coord.) (2002), «… no son propiamente forestales ya que generalmente en la naturaleza aparecen aislados o en pequeños grupos en el fondo de los valles».
Comenta este autor además, que la importancia de su madera en otras épocas, ha propiciado
numerosas plantaciones artificiales de las diferentes especies, las cuales presentan una gran
variabilidad morfológica y fácil tendencia a la hibridación. Pueden vivir en formaciones con
otras especies de árboles. Crecen con rapidez, especialmente en sus etapas juveniles y en
las condiciones óptimas de desarrollo al preferir los suelos profundos, húmedos y fértiles.
Se reproducen por semilla y se pueden multiplicar por acodos, esquejes o injertos, además
de soportar muy bien los transplantes y podas, produciéndose numerosos renuevos a su alrededor. Su madera, de textura gruesa, dura, pesada y muy resistente, es muy apreciada y ha
tenido numerosos usos (embarcaciones, carretas, conducciones de agua, puntales de minas y
pozos, entarimados, prensas, muebles, etc.). Se cultivan desde muy antiguo y determinadas
especies son habituales en parques, plazas y jardines como árboles de sombra de gran porte y
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Homenaje al Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre
longevidad, así como las preferidas en alineaciones de paseos, calles y avenidas, pues toleran
muy bien la contaminación urbana.
Con frecuencia se ven atacados por una enfermedad prácticamente incurable (salvo que
se actúe en los primeros estadios), la grafiosis, al parecer procedente de Asia y extendida por
el mundo desde las primeras décadas del siglo XX en grandes oleadas, que están poniendo en
peligro la supervivencia de muchas poblaciones de estos árboles. Está causada por el hongo
Ophiostoma ulmi (Buisman) Nannf. [= Cerastomella ulmi Buisman; Ceratocystis ulmi (Buisman) C. Moreau], cuyas esporas se dispersan por el aire y se pueden introducir por las raíces,
pero sobre todo, se adhieren al cuerpo de escarabajos escolítidos, que perforan la corteza de
los olmos, excavan galerías y hacen sus puestas en las mismas. Según se sabe, las maletas de
los emigrantes chinos hacia los EE. UU., a finales del siglo XIX y principios del XX, para
la construcción del ferrocarril, estaban hechas de chapilla de olmos, las cuales contenían las
esporas del hongo responsable. Se trata de una enfermedad vascular, que se caracteriza por la
necrosis y trombosis de los vasos del xilema de los olmos, lo cual produce la marchitez de las
hojas y, progresivamente, la muerte de ramillas, ramas y árboles completos.
En Canarias, según ACEBES et al. (2004), sólo está registrada la presencia silvestre de
la especie Ulmus minor Mill. (“olmo común”, “álamo negro”) para Tenerife y Gran Canaria,
isla ésta en la que es muy abundante en las medianías y zonas de cumbre de municipios como
Firgas, Moya, Teror, Valleseco, Vega de San Mateo, Gáldar y Artenara. En Tenerife, sin embargo, las poblaciones de esta especie se encuentran restringidas al municipio de San Cristóbal de La Laguna y concretamente, a la húmeda y fértil vega que rodea a la ciudad histórica.
Salvo una docena de ejemplares supervivientes en la jardinería urbana (Plaza del Adelantado
y Plaza de San Francisco o del Cristo), se pueden estimar unos 700 individuos, entre adultos,
jóvenes y retoños, principalmente en alineaciones dispersas de bordes de carreteras, paseos,
caminos y barranquillos por donde puede circular el agua invernal.
Aspectos históricos
Desconocemos la época exacta de la introducción de olmos en Canarias, aunque ya en el
siglo XVIII se conoce su presencia en las islas, pues VIERA (1982) los menciona para Gran
Canaria. Comenta, que es un árbol estimado en Europa por su eminencia y frondosidad y que
su elegante forma lo hace recomendable para las calles y paseos, «Pero en nuestras islas sólo
hay algunos recién connaturalizados en Teror y la Vega de Canaria».
Dada la amplia distribución de este árbol en Gran Canaria, quizás los olmos laguneros
procedan de esta isla, de donde pudieron ser traídos en ese siglo para el ornato de plazas,
paseos y caminos de la ciudad y su vega, como así lo reflejan algunas crónicas, aunque con
datos algo contradictorios.
Según CALERO (1993, 2001), a finales del siglo XVIII y principios del XIX, la ciudad
de La Laguna, a través de algunas iniciativas privadas y oficiales, quiso dotarse, siguiendo la
expresión urbana de la época en otras ciudades, de jardines y paseos para el disfrute fundamentalmente de su burguesía. Reseña esta autora, que hasta en tres ocasiones se desarrollaron
y ejecutaron proyectos para ubicar una alameda en el camino de salida de la ciudad por el NE,
entre los campos de cultivo y hacia el monte de Las Mercedes, el cual estaba limitado por una
cancela. Era realmente la prolongación de la antigua calle de Los Álamos (hoy Tabares de
Cala) a través de la explanada o terraplén situada delante del convento de San Francisco (en
la actualidad Plaza del Cristo), que culminaba en un pequeño puente al inicio del camino. La
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alameda se extendería entre este pequeño puente y la cancela, que delimitaba el camino hacia
Las Mercedes, en el espacio que hoy ocupa el conocido y residencial Camino de las Peras.
El primero de estos proyectos se remonta a 1780, del cual fueron promotores, según CALERO (op. cit.), el capitán de artillería D. Fernando Rodríguez y el guarda mayor de Montes
en el Ayuntamiento de La Laguna, D. Fernando Molina y Quesada, tal y como lo recoge en
su Diario el aristócrata D. Lope Antonio de la Guerra, regidor de Tenerife. Para llevar a cabo
esta obra, que iba a recibir el nombre de “Alameda del Prado de La Laguna” o “Alameda
del Tanque Grande” (en alusión al gran depósito de recogida de aguas, que se situaba en
este lugar), se explana el lugar, se trazan las calles (dos laterales y una central más grande y
elevada), se abren las zanjas y se construye un gran asiento al final del paseo, en la cancela,
conocido posteriormente como “el canapé grande”, aunque, al parecer y ante la imposibilidad
de conseguir en la isla “álamos negros” (olmos), especie elegida inicialmente por ser la más
frecuente e idónea para estos paseos, se opta por plantar “laureles” y otros árboles.
Este último dato coincide con el comentario anteriormente mencionado de Viera y Clavijo, al citar por esta época la presencia de olmos sólo en Gran Canaria y contradice un artículo
literario publicado por Enrique Roméu Palazuelos en el periódico La Tarde, el 25 de junio
de 1962, el cual tituló «Álamos negros en la plaza» (ROMÉU, 2005) y en el que relata lo
siguiente:
El caballero está asomado a la ventana; tiene la mano en la mejilla y una vaga mirada en sus ojos
claros. Ha existido este caballero en casi todas las ciudades castellanas, en Burgos, en Salamanca,
en Ávila y en Segovia…
También hay un caballero de estos en La Laguna. En La Laguna y en 1784. En la gran plaza, desnuda, cerca de la casa de este señor sentimental, unos chicos juegan a los soldados, a las milicias
canarias. Luego jugarán a los boliches y a la villarda. Corren de un lado a otro con fusiles y espadas
de palo y tocan un imaginario clarín con las manos cerradas junto a la boca… En los bordes de la
plaza otros caballeros, vigilan la labor de varios hombres que están plantando unos álamos negros;
sujetan estacas a las débiles ramas y las cubren de tierra. Son don Fernando de Molina y Quesada,
Guarda Mayor de Montes del Cabildo de La Laguna y don Lope Antonio de la Guerra, Regidor.
Ambos tienen la esperanza de que los árboles prosperarán y de que, aunque se han perdido los de
la calle vecina, –a la cual y por ellos, a pesar de no existir, aún llamamos de los Álamos–, éstos, se
alzarán frondosos y darán sombra a la plaza… Los chiquillos se detienen ante las pocetas; uno de
ellos da su espada rota para que sirva de aguante a un arbolillo… Los caballeros, acabada la faena
van despacio, las manos a la espalda, el bastón entre ellas, al cercano santuario…
Si que prendieron los álamos negros. La vida fue enroscándose en las apretadas raíces y en las ramas soberbias. Otros niños y otros hombres los fueron viendo crecer y vivir y crecieron y vivieron
a su sombra.
Ante el fracaso del primer proyecto, que vio paralizadas sus obras por falta de presupuesto, en 1812 se realiza uno nuevo, que en realidad, no pretende sino retomar el anterior abandonado (Fig. 1). Pero el Ayuntamiento no tiene personal ni presupuesto para el mantenimiento de la obra y, según menciona CALERO (op. cit.), las plantaciones se deterioraron por los
animales y carros que transitaban por allí y el lugar no tuvo buena acogida por la población.
De nuevo CALERO (op. cit.) reseña, que en 1836 aparece otra iniciativa para adecentar
la alameda, para lo cual se trajeron “álamos negros” de Gran Canaria, aunque, al parecer, este
tercer proyecto tampoco prosperó y muchos de los árboles se marchitaron.
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Hoy en día, sin embargo, este espacio, el Camino de las Peras (Fig. 2), es frecuentado
diariamente por muchas personas para pasear o hacer deporte. Conserva su trazado original,
cuya calle central más ancha y elevada es la carretera asfaltada que conduce al pueblo de Las
Mercedes y se ha convertido en un área residencial de chalés y adosados, con un parque público de grandes dimensiones (Parque de la Vega o de Pedro González). Es una auténtica alameda, que cuenta con un centenar de olmos (Ulmus minor) aproximadamente, dispuestos en
varias alineaciones a ambos lados, posiblemente herederos de los que se trajeron en el siglo
XIX de Gran Canaria, al igual que los que se encuentran diseminados por la vega lagunera.
Precisamente, en plena vega, en una finca particular conocida como el “Montito de Lucía”, próxima al Camino del Rayo y al borde del cauce del Barranco de Gonzaliánez, por
donde discurre agua buena parte del año, se encuentra quizás la mayor olmeda de La Laguna
(Fig. 3), con árboles centenarios, de donde se procedió a sembrar, al parecer en el siglo XIX,
según comenta HODGSON (2009), los olmos que adornaron durante muchos años la Plaza
del Cristo lagunera.
Esta fecha parece ser más acertada, que la referida por Roméu Palazuelos en su artículo
anteriormente mencionado. En el archivo fotográfico de la Fundación para la Etnografía y el
Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC) del Cabildo de Gran Canaria, se pueden consultar algunos testimonios gráficos de la Plaza del Cristo en la última década del siglo XIX
y los primeros años del XX, en los que se pueden apreciar dichos olmos con un tamaño ya
bastante grande.
También Leoncio Rodríguez en su obra de 1946, Los árboles históricos y tradicionales de
Canarias, hace referencia a «Los álamos de San Francisco, en La Laguna» (RODRÍGUEZ,
2001):
Eran tres arboledas vecinas: la del cerro del Bronco, de laureles, hayas y pequeños matorrales; la
de los álamos blancos, al comienzo del camino de Las Mercedes, que se extendía en dos filas hasta
el Tanque Grande, la antigua glorieta donde los labradores se reunían al caer la tarde en sosegadas
tertulias; y la de los álamos negros de la plaza de San Francisco, aledaña al convento de San Miguel
de las Victorias. Con sus amplias y simétricas copas parecían estos árboles como grandes florones
bordeando el inmenso tapiz verde de la plaza.
Al pequeño boscaje del cerro del Bronco acostumbraban ir algunos cazadores furtivos; al paseo de
los álamos blancos la multitud dominguera a desentumecerse de los fríos del invierno, buscando el
halago tibio del sol de la vega. Bajo los álamos negros, todo era silencio y soledad. Si acaso veíase
alguna que otra clueca, arrastrando un zapato roto, y detrás la numerosa cría, entre las hojas secas
de los árboles, desparramadas sobre el césped. Y algunas sayas negras, de devotas del cristo, que
con rápido andar marchaban hacia la iglesia, pasando por el sendero húmedo y sombrío de los
álamos…
Estos “álamos negros” de la Plaza de San Francisco, tras la última remodelación de la
plaza en el año 2000, fueron talados casi en su totalidad en el mes de abril de 2001 (Fig. 4) y
sustituidos por “tilos plateados” (Tilia tomentosa Moench), por decisión del Ayuntamiento de
La Laguna, ante el mal estado de los ejemplares y previo asesoramiento de diferentes informes de especialistas en arboricultura, centros de investigación y departamentos universitarios
(WILDPRET et al., 2005).
En una primera observación de su aspecto externo, se apreciaban troncos viejos, irregularmente ramificados, con ramas principales en ocasiones cortadas bruscamente y profusión
de haces de ramas más delgadas saliendo de un mismo punto, las cuales originaban copas
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Figura 1. Plano de la alameda en el proyecto de 1812
(Archivo Histórico de La Laguna; CALERO, 1993).
Figura 2. Camino de las Peras en la actualidad.
Figura 3. Aspecto primaveral de la olmeda del “Montito de Lucía”.
Figura 4. Tocones de los viejos olmos de la Plaza del
Cristo (9.4.2001).
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amplias. Algunos de estos troncos presentaban importantes y profundos orificios, otros se
inclinaban de forma notable y parte de sus raíces se encontraban al aire. Además de los individuos viejos, existían algunos ejemplares jóvenes, de corto o mediano tamaño.
Se observó una clara diferencia entre los ejemplares de un lado y otro de la plaza. Los
alineados en el lado Oeste, salvo uno, presentaban una abundante frondosidad y una aparente
buena vitalidad, con rebrotes al pie. Los situados en el lado Este, mostraban en su mayoría
un aspecto menos lozano, con ramas secas y muchas menos hojas; esto ocurría tanto en los
ejemplares viejos como en los jóvenes.
Otro aspecto importante a reseñar, es la reducción progresiva del espacio vital y las condiciones a las que se vieron sometidos estos árboles en las últimas décadas. Los olmos estaban
adaptados a vivir en un espacio abierto, de tierra, con suelo profundo y húmedo, característico de la fértil vega lagunera, es decir, el hábitat preferido por esta especie para su óptimo
desarrollo. Las frecuentes lloviznas y lluvias de La Laguna, encharcaban la tierra y mantenían el suelo fresco.
A principios de la década de los años sesenta del pasado siglo, la plaza fue remodelada, se
le pusieron losetas, fuente central con tomas de agua, puntos de luz y cableado eléctrico para
las farolas, fueron asfaltadas las calles laterales y los árboles quedaron encerrados en alcorques no demasiado grandes. Lógicamente, tras esta remodelación, el agua ya no discurría de
igual manera y la actividad humana se incrementa notablemente, siendo soportada muchas
veces directamente por los olmos, sobre todo el aumento del tráfico rodado y de visitantes
diarios, así como la actividad festiva con importantes vertidos de basuras, bebidas, micciones, soportes de instalaciones eléctricas, etc.
Con la última remodelación de la plaza, los olmos soportan los escombros y restos de
materiales de obra. La construcción de un aparcamiento subterráneo, reduce al mínimo la
superficie de suelo sobre el que van a tener que vivir estos árboles, los cuales se ven afectados por el tráfico de automóviles que allí entran y salen. Además, como pudimos observar,
se encontraban rodeados y “aprisionados” por el cemento, el hormigón, los hierros, tuberías,
cables eléctricos y toda una serie de elementos de construcción, que, lógicamente impedían
una buena aireación para sus raíces y limitaban al máximo su desarrollo.
Sin duda no fue fácil tomar una decisión sobre la tala de estos árboles tan emblemáticos
para la Plaza del Cristo lagunera y, lógicamente, los análisis anatómicos y fitopatológicos tenían que determinar la gravedad en el estado de salud de los individuos. El riesgo de caída de
los mismos o el desgaje de las ramas existía (y de hecho ya había ocurrido alguna vez), sobre
todo en días de vientos fuertes, con el consiguiente peligro para la población adulta e infantil
que frecuenta la plaza. Tuvimos que hacernos a la idea de que los olmos de la Plaza del Cristo
ya no eran los mismos, como no lo era la plaza, ni la ciudad. Estaban cumpliendo quizás su
ciclo vital, no sólo por la edad, sino porque se había alterado sustancialmente su hábitat.
Coincidiendo con las últimas obras en la Plaza del Cristo y ante la perspectiva de eliminar
los ancianos olmos de dicha plaza, el Ayuntamiento de La Laguna recibió del Ministerio de
Medio Ambiente, en el mes de diciembre de 2000, una veintena de ejemplares de olmos, pertenecientes a diferentes especies, procedentes de semillas seleccionadas dentro del Programa
Nacional de Conservación de Olmos de España. La intención inicial, era que estos ejemplares jóvenes crecieran en viveros municipales y sirvieran para sustituir, cuando tuvieran el
porte adecuado, a los viejos ejemplares de la plaza. Eso nunca ocurrió y dichos olmos fueron
Los olmos de La Laguna
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plantados posteriormente en alineación, en el nuevo Parque de la Vega, inaugurado en junio
de 2004 y colindante con el Camino de las Peras en su tramo inicial.
Por Resolución de 22 de febrero de 2008 (B.O.E. nº 76, de 28 de marzo de 2008), de la
Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, se publica el
Convenio de colaboración entre dicho Ministerio y la Comunidad Autónoma de Canarias,
para la puesta en marcha de un programa de conservación del olmo europeo en Canarias,
cuyo objeto es establecer en Canarias una reserva de olmos, de diferentes especies, libres
de grafiosis, ante el peligro existente de pérdida de los recursos genéticos de estas especies
nativas en el territorio peninsular español.
Este convenio establece la recolección y posterior cultivo en Canarias, de semillas pertenecientes a las especies Ulmus glabra Huds., Ulmus minor Mill. y Ulmus laevis Pall. Tras la
realización de un proyecto previo de inventario y caracterización de las poblaciones de olmos
presentes en Canarias (Tenerife y Gran Canaria), el convenio tiene como objetivo específico
proceder a seleccionar aquellas parcelas idóneas para llevar a cabo la implantación de los
olmos en condiciones óptimas, así como un seguimiento del cultivo y la caracterización del
material vegetal establecido. En tal sentido, la ciudad de La Laguna, a través de su Ayuntamiento, ha quedado ligada al mencionado convenio, para establecer en la misma alguna de
las parcelas de implantación de los olmos, como parece obvio al ser el único lugar de Tenerife
en albergar estos árboles y presentar unas condiciones bioclimáticas, de temperatura y humedad, adecuadas para tal fin (GARCÍA, 1997).
Al mismo tiempo, por parte de la Unidad de Parques y Jardines del Ayuntamiento de La
Laguna, desde el año 2005 se ha realizado la colecta de semillas de ejemplares de los olmos
laguneros (Ulmus minor Mill.), para llevar a cabo siembras y cultivo de ejemplares con
destino a repoblar con esta especie las plazas, jardines, paseos y carreteras de la ciudad y su
vega. Así, durante el mes de abril de 2009, se procedió a plantar los primeros 32 ejemplares
jóvenes, de unos cuatro años de edad, en los alcorques que bordean ambos lados de la carretera TF-13, en el tramo próximo a Las Canteras.
Catálogo florístico
Como ya se ha comentado, la especie de olmo ampliamente distribuida desde antiguo en
La Laguna es Ulmus minor Mill. Por lo que se refiere a los ejemplares que vinieron donados
desde la Península en el año 2000, los cuales se plantaron en el Parque de la Vega, al haberse
perdido las identificaciones originales hemos procedido a determinarlos y, además de la especie mencionada, se corresponden con otras tres: Ulmus pumila L., Ulmus thomasii Sarg. y
Ulmus x hollandica Mill.
Ulmus minor Mill. (“olmo común”, “álamo negro”) (Figs. 5 y 6).
[= Ulmus carpinifolia Rupp ex Suckow, Ulmus campestris auct. non L., Ulmus procera
Salisb., Ulmus angustifolia Weston, Ulmus stricta (Aiton) Lindl.]
Árbol caducifolio, robusto, de unos 15-20 m de altura, con la corteza gris pardusca y lisa
en un principio, pero que con la edad se va resquebrajando y oscureciendo. Copa amplia, algo
ovalada, de follaje denso. Ramas erectas y ramillas con la corteza corchosa, finas y delgadas,
casi horizontales. Hojas simples, alternas, de 3,5-12 cm de longitud, con pecíolo corto, ovaladas u obovadas, asimétricas en la base, con margen doblemente dentado o aserrado y ápice
acabado en punta corta. Haz lampiña, pero muy rugosa y áspera al tacto, de color verde inten-
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so. Por el contrario, el envés es pubescente y posee una coloración más clara, con la nervadura destacada. Flores muy tempranas, dispuestas en densos racimos cortamente pedicelados,
de color verdoso. Frutos en sámara, de morfología oval, con el ápice escotado y el ala muy
ancha. Las semillas se sitúan cerca de la escotadura. A menudo, los frutos se diseminan antes
de que aparezcan las hojas. Floración en Febrero-Marzo. Multiplicación por semilla. Existen
varios cultivares de jardinería. Tiene su origen en Europa, N de África y Asia occidental.
Ha sido muy utilizado desde antiguo como árbol de sombra en parques y jardines, así
como para alineaciones, aunque hoy en día se emplea cada vez menos, al ser muy sensible
a la grafiosis, enfermedad que impide la circulación de la savia y que está acabando con la
mayoría de los ejemplares. Prefiere los climas húmedos y las exposiciones a pleno sol o en
semisombra. Requiere suelos fértiles y bien drenados. Admite la poda y el recorte. Tolera la
contaminación urbana, no así la proximidad del mar. De crecimiento moderado, puede llegar
a vivir 600 años.
El epíteto específico minor alude al tamaño de las hojas, que son las más pequeñas de todos los olmos que se encuentran en Europa. Su madera, resistente y duradera, se ha empleado
en carpintería, en la construcción y en obras que queden expuestas al exterior. Sus hojas son
empleadas como alimento para el ganado. (CHEERS (ed.), 2006; FERNÁNDEZ, 2000; LÓPEZ, 2006; LÓPEZ & SANCHEZ, 2001; SÁNCHEZ, 2001; SÁNCHEZ (coord.), 2002).
Ulmus pumila L. (“olmo de Siberia”) (Figs. 7 y 8).
[= U. microphylla Pers., U. humilis S. Gmel.]
Árbol caducifolio, que aunque puede llegar a alcanzar los 12 (15) m de altura también
pude presentarse con aspecto arbustivo. Corteza pardo-grisácea, rugosa. Ramas delgadas y
con cierta tendencia a la fragilidad. Hojas cortamente pecioladas, elípticas y de pequeño tamaño, 2-5 cm. Ápice agudo o largamente acuminado. Borde aserrado, con dientes simples.
Flores reunidas en racimos glomerulares, sentadas o cortamente pedunculadas, verdosas, con
los estambres violetas, apareciendo antes que las hojas. Fruto en sámara circular u obovada,
provisto de una escotadura en el ápice. Multiplicación por semilla. Tiene su origen desde el
E de Siberia hasta el N de China y Asia central.
De rápido crecimiento, se utiliza como árbol de sombra o de paseo. Presenta resistencia
a las sequías y al frío intenso, y no posee especiales requerimientos en cuanto al suelo. Este
hecho, unido a una cierta resistencia a la grafiosis, ha provocado que se haya extendido su
uso como ornamental. Debido a su frondosidad, es conveniente una poda de aclareo cada
cierto tiempo. Sus raíces son bastante agresivas, lo que hay que tener en cuenta a la hora de
plantarlo cerca de edificaciones o conducciones de agua. Existen numerosos cultivares en el
mercado con diferente porte y coloración de las hojas.
El epíteto específico proviene del latín pumilus-i que significa enano y alude al pequeño
tamaño de esta especie en comparación con otras del mismo género. Con la corteza se elabora
una especie de pan. Además es astringente y sirve para curtir el cuero. Las hojas y los frutos
son comestibles y se usan como verduras en ciertas zonas. (CHEERS (ed.), 2006; LÓPEZ,
2001; LÓPEZ & SANCHEZ, 2001; SÁNCHEZ, 2001; SÁNCHEZ (coord.), 2002).
Los olmos de La Laguna
Figura 5. Ulmus minor, Avda. Lucas Vega (Foto: Juan
Sergio Socorro Hernández ).
Figura 6. Ulmus minor. Detalle de las hojas.
Figura 7. Ulmus pumila. Parque de la Vega.
Figura 8. Ulmus pumila. Detalle de las hojas.
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Homenaje al Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre
Ulmus thomasii Sarg. (“olmo del corcho”) (Figs. 9 y 10).
[= U. racemosa D. Thomas]
Árbol caducifolio que puede llegar a superar los 30 m de altura. Corteza grisáceo-rojiza,
muy agrietada. Ramas que desarrollan costillas corchosas. Hojas cortamente pecioladas, ovales u obovadas, de hasta 11 cm de longitud. Haz verde oscura, rugosa y lampiña. Envés verde
pálido y tomentoso, con pelos blanquecinos, sobre todo en la nervadura. Margen doblemente
aserrado. Flores grisáceas largamente pediceladas reunidas en racimos. Fruto en sámara oval,
pubescente y con el ápice escotado. Multiplicación por semilla, aunque la tasa de germinación es baja. Tiene su origen en Norteamérica (SE Canadá hasta el NO y centro de EEUU).
De lento crecimiento, puede alcanzar los 300 años de vida. Se utiliza fundamentalmente
como árbol de sombra. Prefiere suelos húmedos pero bien drenados, aunque tolera otros más
secos. Como la mayor parte de los olmos norteamericanos, es muy sensible a la grafiosis.
Especie dedicada a D. Thomas (1776-1859), botánico estadounidense que la describió
inicialmente como Ulmus racemosa. Su madera es dura, pesada y duradera, por lo que ha
sido muy empleada en carpintería para fabricar desde útiles agrícolas hasta muebles e instrumentos musicales, así como en la industria naval. (LÓPEZ & SANCHEZ, 2001; SÁNCHEZ,
2001; SÁNCHEZ (coord.), 2002).
Ulmus x hollandica Mill. (“olmo híbrido holandés”) (Figs. 11 y 12).
[= U. x dippeliana C. K. Schneid.]
Híbrido entre U. glabra Huds. y U. minor Mill. Árbol caducifolio que puede llegar a alcanzar los 40 m de altura. Ramas jóvenes provistas de costillas corchosas. Hojas lustrosas, de
color verde oscuro, de hasta 15 cm de longitud, generalmente más pequeñas y menos ásperas
que las de U. glabra y más anchas y menos pecioladas que las de U. minor. Presentan la base
asimétrica y el margen dentado o doblemente aserrado. Haz lampiña y envés hirsuto. Flores
cortamente pediceladas. Fruto en sámara ovada u obovada.
De rápido crecimiento, se ha utilizado mucho en jardinería debido a que es bastante resistente a la grafiosis y a que se adapta bien a las ciudades, pudiendo surgir en ocasiones de forma espontánea en los lugares donde se localizan los progenitores. Existen varios cultivares
con hojas de distinto color y porte diferente. (CHEERS (ed.), 2006; LÓPEZ & SANCHEZ,
2001; SÁNCHEZ, 2001; SÁNCHEZ (coord.), 2002).
Bibliografía
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V.E. MARTÍN OSORIO, M.C. MARRERO GÓMEZ & M.L. RODRÍGUEZ NAVARRO, 2004.
Pteridophyta & Spermatophyta. In: IZQUIERDO, I., J. L. MARTÍN, N. ZURITA & M. ARECHAVALETA (eds.), Lista de especies silvestres de Canarias (hongos, plantas y animales terrestres):
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CHEERS, G. (ed.), 2006. Botánica. Tandem Verlag GmbH, KÖNEMANN. Barcelona. 1.024 pp.
FERNÁNDEZ-POLA, J., 2000. Plantas de jardín y sus exigencias. Ediciones Omega. Barcelona. 443
pp.
Los olmos de La Laguna
393
Figura 9. Ulmus thomasii. Parque de la Vega.
Figura 10. Ulmus thomasii. Detalle de ramas y hojas.
Figura 11. Ulmus x hollandica. Parque de la Vega.
Figura 12. Ulmus x hollandica. Detalle de las hojas.
394
Homenaje al Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre
GARCÍA GALLO, A., 1997. Flora y vegetación del municipio de La Laguna (Tenerife): Área central
y meridional. Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. 283 pp.
HODGSON TORRES, F.M., 2009. Árboles y arboledas singulares de La Laguna. Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. 171 pp.
LÓPEZ GONZÁLEZ, G., 2006. Los árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares. Tomos
I y II. 2ª edición corregida. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 1.727 pp.
LÓPEZ LILLO, A. & J.M. SÁNCHEZ DE LORENZO CÁCERES, 2001. Árboles en España. Manual
de identificación. 2ª edición. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 643 pp.
RODRÍGUEZ, L. 2001. Los árboles históricos y tradicionales de Canarias. Vol. I, 2ª parte. Biblioteca
Canaria 22. El Día. Editora de Temas Canarios, S. L. Santa Cruz de Tenerife. 128 pp.
ROMÉU PALAZUELOS, E., 2005. La Laguna de anteayer y otras historias. Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. La Laguna. 510 pp.
SÁNCHEZ DE LORENZO CÁCERES, J.M., 2001. Guía de las plantas ornamentales. Ediciones
Mundi-Prensa. Madrid. 685 pp.
SÁNCHEZ DE LORENZO CÁCERES, J.M. (coord.), 2002. Flora Ornamental Española. Tomo II.
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de Las Palmas. 476 pp.
WILDPRET DE LA TORRE, W., A. GARCÍA GALLO, I. PÉREZ VARGAS & J.S. SOCORRO HERNÁNDEZ. 2005. Flora Ornamental del Casco Histórico de La Laguna. Patrimonio de la Humanidad. Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. 407 pp.
ÍNDICE
TABVLA GRATVLATORIA........................................................................................
13
Presentación
Milagros Luis Brito.............................................................................................
Antonio Alarcó Hernández..................................................................................
Eduardo Doménech Martínez..............................................................................
21
23
25
Esperanza Beltrán Tejera: Semblanza de un botánico comprometido con su
tiempo. Profesor Wolfredo Wildpret de la Torre.................................................
27
Esperanza Beltrán Tejera: Producción bibliográfica de la Unidad de Botánica
de la Universidad de La Laguna. Etapa wildpretiana (1969-2008). I................
71
Jorge Alfredo Reyes-Betancort & María Catalina León Arencibia: Helichrysum x
wildpretii nothosp. nov., un nuevo híbrido natural de las Islas Canarias...........
159
Marcelino José del Arco Aguilar, Octavio Rodríguez Delgado, Juan Ramón Acebes Ginovés, Marcos Salas Pascual & Víctor Garzón Machado: Los retamares
de Retama rhodorrhizoides Webb & Berth. en las Islas Canarias: Retamation
rhodorhizoidis all. nov.............................................................................................
163
Arnoldo Santos Guerra & Jorge Alfredo Reyes-Betancort: Contribución al conocimiento de las comunidades comofíticas de la Clase Greenovio-Aeonietea
Santos 1976. Aichryso laxi-Monanthetalia laxiflorae ord. nov............................
173
Octavio Rodríguez Delgado: El Barranco del Agua de Güímar, un espacio natural de gran interés botánico, turístico y etnográfico........................................
181
Pedro L. Pérez de Paz, Vicente L. Lucía Sauquillo & Ricardo González González:
Las Charcas de Erjos: enclave antrópico de singular naturaleza......................
213
Werner Nezadal & Walter Welss: Aportaciones al conocimiento del bosque termófilo en el noroeste de Tenerife (Islas Canarias)...............................................
229
Homenaje al Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre
Marcos Salas Pascual, Emilio Fernández Negrín & Gregorio Quintana Vega: Salvio
canariensis-Pterocephaletum dumetori ass. nov. (Artemisio thusculae-Rumicion
lunariae; Forsskaoleo angustifoliae-Rumicetalia lunariae; Pegano-Salsoletea)
nueva asociación para la Isla de Gran Canaria (Islas Canarias-España).........
245
Salvador Rivas-Martínez: Ensayo geobotánico global sobre la Macaronesia......
255
Hanno Schaefer & Peter Schoenfelder: Smilax canariensis, S. azorica (Smilacaceae) and the genus Smilax in Europe...................................................................
297
Julia Pérez de Paz, Olga Fernández-Palacios & Rosa Febles: Polimorfismos y
series polínicas en el género canario Parolinia y parientes continentales Diceratella y Morettia (Matthioleae-Brassicaceae). Significado biológico y filogenético........................................................................................................................
309
Irene E. La Serna Ramos: Parkinsonia aculeata L.: un ejemplo del interés de la
flora ornamental en la caracterización geográfica de las mieles canarias.........
329
Victoria Eugenia Martín Osorio: Jardines Sostenibles...........................................
345
Beatriz Hernández Bolaños & Victoria Eugenia Martín Osorio: El Jardín Botánico del Parque Nacional del Teide (Tenerife, Islas Canarias), a través de un
Sistema de Información Geobotánica...................................................................
371
Antonio García Gallo, Israel Pérez Vargas & Francesco Salomone Suárez: Los
olmos de La Laguna................................................................................................
383
Richard Pott & Joachim Hüppe: Canary Islands: A Botanical Paradise in the
Atlantic Ocean.........................................................................................................
395
María Candelaria Gil-Rodríguez, Myrian Rodríguez García del Castillo, Óscar
Monterroso Hoyos & Rodrigo Riera Elena: Perturbaciones en ecosistemas marinos canarios. Un modelo: Guayonje-Tacoronte, Islas Canarias......................
421
Julio Afonso-Carrillo & Marta Sansón: Aún lejos de un completo conocimiento
de la biota canaria: el ejemplo de la flora de algas rojas gelatinosas efímeras
del sublitoral............................................................................................................
433
Esperanza Beltrán Tejera, J. Laura Rodríguez-Armas, Luis Quijada, Janira Gutiérrez Peraza, Jonathan Díaz & Ángel Bañares: Contribución al estudio de la
micobiota de los castaños del Norte de Tenerife (Islas Canarias. España). II...
453
María Carmen Jaizme-Vega: Las micorrizas, una simbiosis de interés en agricultura......................................................................................................................
479
Índice
Consuelo Hernández, Israel Pérez-Vargas, Dessire Sicilia & Pedro L. Pérez de
Paz: Los líquenes de la alta montaña canaria.......................................................
489
Ana Losada-Lima, Sofía Rodríguez-Núñez & Arnoldo Santos Guerra: Referencias a briófitos de las Islas Canarias anteriores al siglo XIX: Dillenius y Leucodon canariensis.....................................................................................................
501
Mari Carmen Alfayate, Eugenia Ron, Agustín Fernández, Belén Estébanez, David
Gómez, Miguel Ángel Pérez-Batista & Benjamín Fernández: Biontes entrometidos en cápsulas de musgos Canarios.....................................................................
509
Juana María González-Mancebo, Jairo Patiño, Julio Leal Pérez, Stephan Scholz &
Ángel Fernández-López: Amenazas sobre la flora briofítica de la Isla de Fuerteventura. SOS para los últimos supervivientes del extinto bosque de Jandía.
517
Marie-Luise Schnetter, Andreas Opitz & Reinhard Schnetter: Estructura y
función de las glándulas submarginales del mangle Laguncularia racemosa
(Combretaceae).......................................................................................................
539
Domingo Morales & Mª Soledad Jiménez: Ecofisiología de algunos tipos de vegetación de las Islas Canarias................................................................................
555
Juan Felipe Pérez Francés, Isabel Santana López, Emma Suárez Toste, Raquel Martín Pérez, Miguel Cabrera Pérez, Juan Cristo Luis Jorge & Francisco Valdés: Aplicaciones del cultivo in vitro a la conservación de plantas canarias en pe­ligro.....
Germán Santana Henríquez: Una farmacopea un tanto singular. Sobre los remedios para el dolor de cabeza en Galeno............................................................
567
581
José N. Boada, Eduardo Navarro & C. Marina Álvarez: Nuestras aportaciones
al conocimiento de las propiedades farmacológicas de productos obtenidos de
plantas de Canarias................................................................................................
591
José Juan Jiménez González: Etnohistoria y arqueología de las plantas entre
los antiguos canarios...............................................................................................
603
Fernando Lozano Soldevilla, Ignacio J. Lozano, José Mª. Landeira & Fátima Hernández: Antecedentes históricos de la taxonomía zooplanctónica en aguas de
la región Canaria.....................................................................................................
613
Lázaro Sánchez-Pinto, Francisco García-Talavera, José López Rondón & Mercedes Martín Oval: Sobre la presencia del icnofósil Dactyloidites ottoi (Geinitz,
1849) en sedimentos neógenos de la costa occidental de Fuerteventura (Islas
Canarias)..................................................................................................................
625
Homenaje al Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre
Juan José Bacallado, José Espinosa, Jesús Ortea, Lázaro Márquez, Leopoldo
Moro, Osmani Borrego & Manuel Caballero: La península de Guanahacabibes
y su Parque Nacional (Cuba): biodiversidad marina y terrestre.......................
633
Marisa Tejedor, Jonay Neris, María Ascención Dorta & Concepción Jiménez:
Evaluación del recurso suelo con alta potencialidad agrológica en la isla de
Tenerife. 1981-2008.................................................................................................
651
Juan Luis Mora Hernández, Carmen Dolores Arbelo Rodríguez & Antonio Rodríguez Rodríguez: Características de los suelos de las Islas Canarias en relación
a la vegetación natural............................................................................................
665
Constantino Criado, Carmen Machado & José Afonso: Geomorfología eólica en
el Parque Nacional del Teide (Tenerife)................................................................
685
Sara del Río, Luis Herrero & Ángel Penas: Tendencias recientes en la precipitación de las Islas Canarias occidentales y su relación con la oscilación del
Atlántico Norte (NAO)...........................................................................................
705
Sebastián Delgado Díaz: Las nuevas aguas en Canarias.......................................
723
Gonzalo Lozano Soldevilla: Miscelánea académica del quinquenio 1983-1988
en la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna..............................
731
Nácere Hayek: Un ensayo histórico sobre la aportación matemática a la Biología durante períodos anteriores a su creación......................................................
739
Andrés Sánchez Robayna: Viene del mar la integridad de más allá del mar......
753
Juan Hernández Bravo de Laguna: La Teoría del Estado fallido: Estados débiles, Estados aparenciales y otras formas fallidas de Estado................................
755
Matilde Arnay de la Rosa & Emilio González Reimers: La ocupación humana de
Las Cañadas del Teide a partir del siglo XV........................................................
767
Conrado Rodríguez Martín, Rafael González Antón & María del Carmen del Arco
Aguilar: La colonización humana de islas en la prehistoria. Un modelo teórico
para el estudio de poblamientos insulares............................................................
785
Cristóbal Corrales Zumbado & Dolores Corbella Díaz: Creación y adaptación
del término malpaís.................................................................................................
797
Josefa Dorta Luis & María del Carmen Muñiz Cachón: La entonación de las
interrogativas en el español de Canarias y en asturiano.....................................
809
Índice
Juan Antonio Frago Gracia: El español de Canarias en la historia de la lengua
española....................................................................................................................
823
Javier Medina López: La gramática olvidada de D. Ireneo González y Hernández: el Compendio de gramática castellana (1895)................................................
837
Francisco Salas Salgado: Influencia clásica en los poemas a Filis de Juan Bautista Poggio Monteverde.........................................................................................
849
Teodoro Ravelo Mesa, María Carmen Moreno Perdigón & Moulaye Ahmed Ould
Ahmed Deoula: Un análisis multicriterio de la capacidad de atracción de los
destinos turísticos en la Isla de Tenerife................................................................
861