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Técnicas de Manejo de Pastoreo para Producción de Carne Bovina en Praderas Permanentes
Recorrer los potreros y observar el estado de la pradera es una actividad necesaria e insustituible
para un adecuado manejo del pastoreo. Esta actividad permite una apreciación completa del
sistema pratense, incluyendo aspectos del suelo, de las plantas y de los animales. Sin embargo,
para alcanzar precisión, se requiere del uso de criterios técnicos objetivos y concretos, que
permitan definir correctamente la condición de la pradera antes y después del pastoreo, de forma
que este se realice en el momento oportuno y con la intensidad adecuada, optimizando los recursos
disponibles.
Para determinar el momento oportuno de utilización de la pradera permanente es necesario
considerar conceptos relacionados con el crecimiento y los cambios que se producen en las
diferentes etapas de desarrollo de las plantas que constituyen la pradera. Al manejar el pastoreo en
forma eficiente tendremos una mayor cantidad de forraje disponible, y si respetamos la fisiología de
las plantas, mejoraremos la perennidad y calidad de nuestra pastura.
Eficiencia de Utilización
Solo con aumentar la eficiencia en la utilización de la pradera, tendremos una mayor cantidad de
materia seca disponible por hectárea, con lo cual podremos aumentar la carga animal, y así tener
una mayor producción de carne por unidad de superficie (Cuadro 1).
Cuadro 1. Cantidad de pradera consumida y producción de carne por hectárea en una pradera con
una producción anual de 12 t MS ha-1 y que es pastoreada con diferentes eficiencia de utilización.
Eficiencia de Utilización ( % )
40
50
60
70
80
Pradera Consumida (t MS ha-1) 4.8 6.0 7.2 8.4 9.6
Producción de Carne (kg ha-1) 480 600 720 840 960
Una de las forma de aumentar esta eficiencia, es mediante el pastoreo rotativo en franjas, con uso
de cerco eléctrico que permite dividir los potreros en superficie definidas por la disponibilidad de
forraje y la carga animal. Este sistema nos permite lograr un mejor control del momento y
frecuencia de utilización e intensidad de pastoreo (residuo). Además, permite el descanso (rezago)
suficiente para que la pastura logre alcanzar una adecuada acumulación de reservas a nivel radical
para alcanzar un rápido rebrote (recuperación).
Frecuencia de Utilización
La disponibilidad de forraje determina los tiempos de utilización de las praderas, término que se
denomina frecuencia de uso. Este parámetro es relevante en un sistema pastoril, dado que de
acuerdo a los tiempos de utilización serán, las disponibilidades y calidades del forraje disponible
para el ganado en las diferentes épocas del año.
La frecuencia de pastoreo puede ser controlada para cada período del año de acuerdo a diversos
criterios, tales como altura de la pradera, cantidad de forraje prepastoreo (disponibilidad), y/o días
de rotación (periodo entre pastoreo).
Las altura de entrada de la pradera sin disturbar y medida con una regla o sward sitck en verano
debe ser 10 cm y en otoño 12 cm que equivalen a 2.200 kg de MS ha-1, nivel que se logra en un
periodo entre pastoreo de 30 a 45 días.
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile
En invierno, dado el lento crecimiento de las plantas, la fitomasa prepastoreo no supera el nivel de
2.000 kg de MS ha-1, que a una altura de 12 cm. Producto de las bajas tasas de crecimiento el
periodo entre pastoreo alcanza a 60 días. Periodos de rezago superiores generan una acumulación
de hojas muertas en la base de la vegetación, situación que afecta la recuperación del pastizal y
permite un incremento de la presencia de bioantagonistas que interfieren en el desarrollo futuro de
las praderas y pasturas. .
Un manejo indispensable en primavera es evitar que las plantas espiguen, con el objetivo de impedir
el desvío de la energía hacia etapas reproductivas y así mantener la calidad y disminuir la muerte de
macollos en este periodo. El momento óptimo de utilización es cuando la pradera alcanza 2.400 kg
de MS ha-1, que se logran con una altura de 18 a 20 cm entre los meses de septiembre y octubre, y
con una altura de 14 a 16 cm al final de la primavera, debido al aumento del contenido de materia
seca del forraje. La rotación entre pastoreos es, aproximadamente, de 26 días al inicio de la
primavera, la que se debe acelerar hasta llegar a una rotación de 16 días en el mes de noviembre.
Otro criterio posible de utilizar como guía de ingreso a pastoreo en praderas donde el mayor aporte
a la producción total es ballica perenne, es el número de hojas nuevas emergidas por macollo, dado
que esto se puede asociar al rendimiento, calidad y nivel de reservas en la planta (Figura 1).
Figura 1. Utilización en función del número de hojas nuevas expandidas por macollo
Después de un pastoreo intenso, las gramíneas rebrotan generando su primera hoja con las
reservas de carbohidratos que se encuentra en la base de los macollos, debido a que no puede
realizar fotosíntesis. Al presentar las plantas una hoja, recuperan la capacidad de fotosintetizar y a
medida que aumenta el índice de área foliar, acelera su crecimiento y va recuperando lentamente
sus reservas. Al tener sus tres hojas emergidas, la planta recupera el nivel de carbohidratos y esta
apta para ser pastoreada y puede rebrotar nuevamente. Si nos retrazamos en la utilización
entraremos en el estado de cuatro hojas, donde la planta presenta un lento crecimiento como
consecuencia del sombreamiento, que disminuirá el valor nutritivo debido a la muerte de la primera
hoja. Si realizamos pastoreos más frecuentes (antes de alcanzar dos hojas) restringiremos la
producción, rebrote y persistencia de la pradera.
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile
Intensidad de Pastoreo
La intensidad de pastoreo indica el nivel de residuo que dejan los animales una vez pastoreada la
pradera. Esto genera una regulación del consumo realizado por los animales y es un índice de
medición de la eficiencia de utilización de la pradera. La intensidad de pastoreo puede ser
controlada a través de la altura del residuo o de la cantidad de fitomasa post pastoreo.
En invierno, la altura del residuo de la pradera debe ser mínimo, con valores de 3 a 4 cm, que
corresponde a una fitomasa post pastoreo de 800 a 1.000 kg MS ha-1, con lo que eliminaremos los
residuos secos y generaremos en la primavera una mayor cantidad de macollos que se formaran a
partir de la base de las plantas y que tendrán un aspecto verde desde abajo hasta el ápice. Esto
permitirá en la estación de primavera contar con una pastura de calidad, densa y con alta cobertura
que hará incrementar el tamaño del bocado consumido por el ganado.
En la estación de primavera, se debe dejar un residuo de 5 a 6 cm (1.200 kg MS ha -1), que permitirá
mantener un mayor aporte de especies nobles, como ballica perenne y trébol blanco, y mantener un
bajo porcentaje de material muerto y especies no deseadas (Figura 2) no sólo en esta época sino
también en las estaciones siguientes: verano y otoño. Esto influye directamente en la calidad del
forraje, que presentará una mayor digestibilidad y menor contenido de fibra, factor que permite
aumentar el consumo voluntario de materia seca los animales a pastoreo (Figura 3 y 4).
En verano se sugiere pastorear menos severamente para tener un rebrote mas rápido y menos
muerte de macollos por déficit de humedad, y así tener un mayor número de utilizaciones. Es
importante que el último pastoreo de verano presente una alta intensidad de utilización donde las
praderas deben quedar con un residuo de 3 a 4 cm (1.000 a 1.200 kg MS ha-1). Esto permite
eliminar todo el material seco, y genera un inicio de otoño con un rebrote vigoroso de las plantas.
Además, con este último manejo lograremos que en el periodo de invierno exista una menor
incidencia de ataque de cuncunilla negra producto de la mayor exposición de los huevos a la
deshidratación en el periodo de verano (residuo bajo) y mayor control de gusano blanco por efecto
del mayor pisoteo generado por la mayor carga animal que se mantiene en los potreros durante esta
estación. Hay que recordar que las larvas de gusano blanco se mantienen a nivel superficial en los
meses de verano.
En otoño el residuo debe ser 5 a 6 cm, equivalentes a una fitomasa post pastoreo de 1.200 kg de
MS ha-1.
Es claro que si no se respetan las normas de manejo de entrada y salida en cada época del año,
los efectos negativos en rendimiento, calidad y persistencia se observaran en las estaciones de
crecimiento siguiente (Figura 5).
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile
Figura 2. Efecto del manejo en los parámetros productivos de las praderas.
Figura 3. Pastoreos de mayor intensidad en primavera (bajo residuo) generan una pastura con
menor aporte de especies no deseadas y una mayor calidad del forraje ofrecido a los animales en
pastoreo.
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile
Fotografía 4. Pastoreos con residuos altos (1.600 kg MS ha-1), generan en la próxima utilización un
forraje con aporte de material muerto, bajando la digestibilidad y deprimiendo el consumo voluntario
de los animales.
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile
Figura 5. Pastoreos con residuos bajos (1.200 kg MS ha-1), presentan un mayor aporte de trébol,
menor contenido de material senescente, mayor digestibilidad e incremento de la perennidad de la
pastura.
Rolando Demanet Filippi, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile