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Embrión de Pato Sábado, 18 de Diciembre de 2010 11:31 - Última actualización Sábado, 18 de Diciembre de 2010 11:46 La vejez nos asusta, se presenta en la noche como un fantasma que se ubica entre las arrugas de los ojos y un seño fruncido, pero también aparece cerca a la boca, recordándonos cada risotada. Siempre me ha divertido escuchar de los menjurges que usamos para mantenernos adolescentes en la superficie y curtidos por dentro, desde el embrión de pato, que sin muchas otras explicaciones termina siendo un huevo -sutil ironía que nos recuerda que envejecer tiene huevo- ; toxinas inyectadas para sonreír menos, cuando si hay algo en potestad de un joven es el vaivén entre la sonrisa y el mal humor; la baba de un caracol que no me parece muy metrosexual; algas de océanos contaminados; sales del mar muerto que en realidad vienen de Zipaquirá… Colágeno, aminoácidos, proteínas, vitaminas y minerales exóticos iguales a los que se encuentran en el estiércol, en fin: me estiro la piel, pero me encojo de estatura, ahora me preocupa que las proporciones se pierdan. Y levanto lo que se ha caído, pero queda más alto de lo que estaba, y me hidrato pero luego me seco, y me corrijo las ojeras y me salen lunares, y me protejo del sol pero el sol me extraña. Entonces los veo, tan jóvenes, tan inocentes, tan llenos de acné, tan dependientes, inseguros de sus cualidades, ansiosos, rebeldes llorones, convencidos de que conocen el mundo y que el mundo los conoce. Y entonces me veo, mi panza gordita recuerda cuando mi vientre estuvo lleno, y por eso dejó muescas como mareas para recordarme que ahí hubo vida, como el mar. El tatuaje que me hice cuando era rebelde y atrevida, se ha estirado y encogido como mis ideales de reciclaje y socialismo; y las arrugas que me empiezan a salir me hablan de las interminables noches de carcajadas que aflojaron esfínteres y me tumbaron de la silla, de todo lo que he llorado, de los amores que se fueron, entonces aflojo mi cinturón para darle espacio al vino y al pastel, y empiezo a entender que ser feliz es más bonito que ser bonito. Me explico a mi misma que nadie se gana un Nobel, o es Papa, o presidente, que nadie se da cuenta que es dichoso, sin que se le arrugue el cuello y se le aclare la mente. 1/2 Embrión de Pato Sábado, 18 de Diciembre de 2010 11:31 - Última actualización Sábado, 18 de Diciembre de 2010 11:46 Ahora supongo que entre más tiempo pase, me reiré más duro, ojalá más seguido, presumo que ahora que se que quiero, serán estas piernas celulíticas las que me lleven, ahora me pondré vestidos anchos para que mi barriga tenga la libertad que pedía para mi espíritu, redescubriré el valor del pie descalzo y comenzaré a hacer lo que me gusta, porque ya no soy tan joven para andarme con pendejadas. 2/2