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El Municipio Crespo
Reinaldo Rojas
Sinopsis
Las serranías duaqueñas fueron transformadas por el cultivo de café, el comercio
y el ferrocarril Bolívar durante el siglo XX, de esta riqueza quedó como símbolo el
templo San Juan Bautista, Monumento Nacional. Del ferrocarril Bolívar aún
quedan testimonios. La inmigración canaria ha aportado a partir de la década de
los 60 la agricultura de hortalizas, transformando al municipio en un productor de
papas, tomates y demás hortalizas, conjuntamente con el sisal.
La actual base
agrícola
y
pecuaria de este
Municipio no ha
logrado
con
contar
factores
públicos
y
privados
que
motiven
su
impulso
y
desarrollo.
La
agricultura y el
turismo son la
fuente
de
riqueza y de inversión para este municipio en los próximos tiempos. Crespo
apuesta 100% al impulso del Polo de Desarrollo de esta zona para la dinamización
económica que en otrora le dio el carácter exportador y próspero a sus habitantes,
del que sólo queda como testigo el ferrocarril Bolívar.
Orígenes de Duaca y del municipio Crespo
San Juan Bautista de Duaca fue fundado en 1620 por orden del entonces
gobernador y capitán general de la Provincia de Venezuela, don Francisco de la
Hoz Berrío. Como no se conoce el documento de fundación se ha tomado el 24 de
junio, día del patrono de la ciudad, San Juan Bautista, como la fecha de su
fundación hispana. (Rojas: 1997: 11)
Los primeros pobladores de la zona eran indígenas gayones, quienes hablaban el
betoy, una lengua de la familia chibcha (Agagliate: 1994: 32), aunque en la sierra
de Aroa, se encontraban para el año 1530 poblaciones de lengua caribe, los
cyparicotes, que le dieron en nombre a la zona de los Chispes o Chipas,
localizada al sur de la quebrada de Tumaque. De aquella cultura y de aquellos
ancestros de los duaqueños de hoy quedan diversos testimonios materiales,
incluyendo el nombre de la ciudad Duaca así como el primer libro de historia de
los duaqueños, los petroglifos de Tumaque, inscripciones en piedra que indican
caminos y señalan hechos de la historia antigua de esta tierra larense, con
mensajes que aún permanecen desconocidos para nosotros. (Molina: 1990: 9) Sin
embargo, han pasado al legado cultural del municipio a través de sus símbolos
municipales, recientemente aprobados, pues una inscripción del petroglifo de
Tumaque aparece en el primer cuartel diestro de nuestro escudo municipal.
De los acontecimientos que señalan la evolución colonial de Duaca cabe destacar,
que a pesar de la fundación política llevada a cabo en 1620, el poblado
prácticamente estuvo deshabitado hasta muy entrado el siglo XVIII, ya que el
régimen de encomiendas obligaba al indígena duaqueño a cancelar su tributo al
español encomendero en trabajo, es decir, laborando de sol a sol y toda la
semana en haciendas y hatos ubicados lejos del pueblo, hacia Barquisimeto, unos
o hacia el valle de Aroa otros, lugares donde se desarrollaba la agricultura
comercial de la caña y del cacao.
Es por ello que una tradición iniciada por los capuchinos señala al fraile Miguel de
la Madrid como fundador de Duaca, cuando vino a ser, en todo caso, el refundador
religioso del pueblo, puesto que a su llegada en 1673, el pueblo ya existía, pero
contando apenas con “un vecino llamado Juan Beros” y una humilde iglesia de
paja que desde 1625 venía administrando un cura doctrinero y en la cual encontró
entre otras imágenes religiosas “un retablo de San Juan Bautista y otro de Santa
Rosa, una Santa Lucia de barro, de poco más de un palmo.”(Rojas: 1997: 83) que
vienen a ser las imágenes más antiguas que tuvo la antigua iglesia duaqueña en
el siglo XVII.
El primer cura doctrinero de Duaca fue Francisco Sánchez de Oviedo, en
funciones desde 1625 cuando visita el pueblo el obispo fray Gonzalo de Angulo.
(Araque: 2002: 26)
Es en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la encomienda se puede pagar en
dinero o en especies, que el poblado indígena toma forma y aparecen las primeras
viviendas estables y se elige Cabildo Indígena y se empieza la lucha por la
demarcación de las tierras de resguardo indígena, tal como se aprecia en la visita
que el capitán Juan de Salas hace a Duaca en 1765.
(Rojas: 1995: 217) Esta lucha se hace efectiva el 11 de mayo de 1808, cuando el
visitador general Joseph de Álamo manda a proceder a la demarcación de las
tierras indígenas de Duaca, superficie formada por “una legua a cada viento” cuyo
proceso posterior de desintegración legal, bajo las condiciones que impone la Ley
de Tierras Baldías y Ejidos de 1912 cerró en 1914, “so pena de pasar a los
respectivos municipios en condición de ejidos” (Rojas: 1995: 220), base del litigio
que desde 1988 lleva adelante el cabildo del actual municipio Crespo sobre la
condición ejidal de una parte de las tierras del antiguo resguardo indígena colonial.
Según nuestros cálculos (Rojas: 1997: 24) la población de Duaca se desenvolvió
en el periodo colonial de la siguiente manera: 236 habitantes en 1691, 500 en
1758, 551 en 1771, 452 en 1784 y 592 en 1788.
Este proceso histórico se
interrumpe con la guerra de independencia y ya no será hasta finales del siglo XIX,
con el auge que toma la región por la explotación del café, que Duaca sufrirá la
más importante transformación socio-económica y cultural de su historia, cambios
que definen a la Duaca de hoy como un modelo de ciudad del café.
Duaca: Una ciudad del café en el centroccidente venezolano (1870-1950)
Si alguna población del Estado sintió los efectos transformadores de la economía
cafetalera de exportación de fines del siglo XIX y principios del XX en su estructura
urbana,
en
su
constitución
social, en su
crecimiento
económico y
desarrollo
cultural, esa
ciudad
fue
sin lugar a
dudas
el
antiguo
pueblo
de
doctrina de indios de San Juan Bautista de Duaca.
Su comportamiento demográfico en el siglo XIX, antes de la explotación cafetalera
de exportación, había sido negativo: 1.130 habitantes, en su mayor parte
indígenas, en 1835, (Araque: 2002: 78) para descender a 852 en 1881. Luego
salta a los 2.428 habitantes en 1891 y en pleno auge cafetalero, a las 3.583
personas en 1920. (Rojas: 1997: 62).
Detrás de este fenómeno de crecimiento demográfico está la transformación de
las serranías duaqueñas en campos de cultivo de café y la ciudad en centro de
comercio y estación principal del ferrocarril Bolívar, el cual extiende su camino de
hierro entre Tucacas y Aroa, construido antes de 1877, hasta Barquisimeto en
1891, partiendo de la estación de El Hacha. (Rojas: 2002: 177)
Los inicios del cultivo del café en las serranías duaqueñas arrancan con el reparto
de tierras baldías de 1837 (Giménez: 2001: 50) y continúan con mayor fuerza a
partir de 1870, cuando al lado de la expansión de la frontera agrícola aparecen
formas de crédito a los cultivadores por parte de instituciones religiosas y
hacendados, así como formas de autofinanciamiento siempre vinculadas al
mercado de Puerto Cabello, que ya demandaba importantes cantidades del
aromático fruto para su exportación.
Ya para los años 70 y 80 el café era un cultivo de futuro y hacia su explotación en
gran escala se encamina Duaca, lo cual propicia la extensión de la línea ferroviaria
que servía a las minas de Aroa para la explotación del cobre a la ciudad de
Barquisimeto, con el propósito de servir al comercio de exportación del café. El
paso del ferrocarril Bolívar por Duaca, no sólo obedecía a razones geográficas,
sino también a factores de orden económico.
Por lo cuatro puntos cardinales – dice Orlando Cardozo en estudio sobre el tema prácticamente se cultivaba café y señala como sitios de producción: Tumaque
Arriba y Tumaque Abajo, Los Volcanes, Agua Fría, La Fila de Colmenárez,
Camburito, Rincón Hondo, Limoncito, El Huso y Caraquita. Además nos recuerda
como
principales productores de la época a Juan Pacheco Romano, Eulogio
Segura Sánchez, Serapio García, general Cipriano Bracho, Juan Eduviges Sira,
José de la Paz Álvarez, Ramón Alvarado, Francisco Bortone, Luís Bracho, Balbino
Bracho, Leopoldo Camejo, Pascual y Víctor Candia, Francisco Camarán, Juan
Casamayor, José Luís Delgado, Pedro Duno, Nicolás Daza, Carmelo Saggiomo,
José Ramón Urdaneta, Cipriano Sangronis, Pedro Javier, Raúl Giménez Sorondo,
Aurelio Jiménez Méndez, Pedro Felipe Rueda, General Ramón Vásquez, Pedro
Blanco, Francisco Maiorana, Fermín Manzanares, Ramón Herrera, Evaristo
Mendoza, Sabás Rodríguez y Encarnación Lucena. (En: Rojas: 1997: 50)
En esta lista de los cafetaleros más importantes de Duaca en las dos primeras
décadas del siglo XX, se pueden apreciar los apellidos de aquellos hombres que
vendrán a ser los refundadores de la ciudad actual, pues de su seno saldrán las
familias más ilustres de la Duaca del café, no sólo por razones económicas sino
también por el quehacer educativo y cultural que muchos de ellos le impusieron a
la sociedad de entonces, con aquel espíritu de progreso y de modernidad que
hicieron de Duaca “la Perla del Norte”, fundando instituciones sociales como el
Club Bolívar en 1895, (Núñez: 1971:67) instituciones educativas, periódicos y
centros culturales. (Giménez Lizarzado: 2001: 107)
Hay allí también otro dato de gran interés social: la presencia de una importante
inmigración extranjera, que llega a la zona desde finales del siglo XIX y principios
del XX alrededor del negocio cafetalero, unos por cuenta propia y otros como
parte del personal de las casas comerciales que como la Casa Bortone & Cia,
Röemer Sucs, Basch, Blohm & Cia, Boulton & Cia, R. & O. Kolster, H. Ash & Cia.,
I. A. Señor e hijos, M. Frey Ermen & Cia, junto a F. Ramos & Cia llegaron a
establecerse en Duaca y a quedarse finalmente para formar parte de una
comunidad que aparece en el siglo XX totalmente diferente al humilde poblado
indígena de la colonia y de las primeras décadas de la república. Criollos y
extranjeros, agricultores y comerciantes, productores rurales y educadores, lideres
políticos y lideres culturales, todo eso conoció la Duaca del café en una época de
esplendor económico que tuvo su correlato cultural significativo con la creación de
instituciones que dieron lustre y sentido de progreso educativo a una ciudad, que
logra su transformación de municipio de Barquisimeto en distrito en 1899, es
decir, en el contexto del auge cafetalero.
Y efectivamente, el ascenso de Duaca a Distrito no fue un hecho del azar o el
resultado de una simple componenda política. Fue el reconocimiento de las
autoridades del estado Lara al crecimiento demográfico, económico y social de
una entidad municipal fundada en la riqueza del trabajo productivo.
Una verdadera descentralización, para decirlo en términos contemporáneos, ya
que no surgió del reparto de un presupuesto centralizado sino de las capacidades
productivas propias. Los argumentos que aparecen en el documento que redacta
la Junta Comunal de Duaca al gobernador del estado para alcanzar esta
transformación administrativa, son clara evidencia del sentido de autonomía que
tenía el liderazgo cívico duaqueño de entonces. Así reza la solicitud elevada por la
Junta Comunal del municipio Duaca al Poder Ejecutivo del estado Lara en 1893:
“3° Que Duaca tiene las rentas suficientes para sos tener aquella categoría, pues
que aquellas no bajan
de cuarenta mil bolívares anuales; que tiene una
producción anual de 60 a 80 mil sacos de café, según datos estadísticos y fuera
de frutos menores; que su población según el censo de 1891 no publicado aun,
está alrededor de 14 a 20 mil habitantes; que tiene cerca de veinte pueblos y
caseríos con vida propia y fecunda y en el centro de los cuales se destaca Duaca,
con bella situación topográfica, con estación de primera importancia
en el
ferrocarril S. O. de Venezuela, con un famoso templo y dos capillas, con casa
municipal cómoda y decente; con bellos edificios y varias calles bien pobladas y
con un área de cerca de 1.600 metros cuadrados ya ocupados por calles y
edificios y sobre todo, tiene una sociedad honorable y escogida y bastante notable
por capitalista, honorables, laboriosa y fuerte.” (Perera: 1946: 311)
Producto de esta contundente solicitud, el presidente del estado, General Juan
José Perera, decreta el 11 de septiembre de 1893 la creación del distrito Crespo
con la unión de los municipios Duaca y Aroa. Sin embargo, este decreto no tuvo
efectos por lo que será el general Jacinto Fabricio Lara, en decreto del 27 de
diciembre de 1899 que crea definitivamente el distrito Duaca, para luego, el 17 de
enero de 1900, denominarlo Crespo en honor al general Joaquín Crespo, caudillo
liberal
muerto
en
combate en La Mata
Carmelera el 16 de abril
de
1898.
(Rondón
Márquez: 1973: 183)
De
esta
época
de
expansión económica y
progreso cultural quedó
como
símbolo
inequívoco
riqueza
el
templo
de
de
aquella
imponente
San
Bautista,
Juan
construido
entre 1871 y 1924, obra
iniciada
por
el
padre
Virgilio Díaz entre 1871 y
1879
con
el
levantamiento de las tres
primeras
naves,
continuada por el padre
Félix Quintana con la
ampliación a cinco naves
y sus cúpulas, entre 1900 y 1911, y culminada con la construcción del piso de
mosaico en 1924.
Esta obra de ingeniería civil fue declarada monumento nacional en 1960 y en la
actualidad ha sido restaurado su techo, torre de campanario, frente y cúpulas por
iniciativa del Cronista Oficial del Municipio, contando con un diagnóstico elaborado
en 1995 por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) y recursos aportados desde
1996 por el ejecutivo nacional, la gobernación del estado Lara, la alcaldía de
Crespo y la propia comunidad a través de la Sociedad Amigos del Patrimonio
Municipal Duaqueño. Actualmente se lleva a cabo con artistas de la comunidad, la
restauración de las pinturas murales elaboradas para el interior de las cúpulas por
el artista italiano Pietro Gnesoto en 1954. (Aranguren: 1994: 19)
Quedan, además testimonios materiales de la existencia del ferrocarril Bolívar, en
el puentón de hierro localizado cerca de Guape, así como el tanque, parte de los
jardines y casa del jefe de la estación
Duaca. Asimismo, la antigua casa de la
estación ubicada en la carretera de El
Eneal a El Toro. Igualmente, la actual
estructura urbana de la ciudad, con sus
calles y amplias casas con sus patios
para el soleado del grano, es un producto
de la época cafetalera y que viene a ser
ahora una de las ciudades de nuestro
estado con el mayor patrimonio edificado en la época del café.
Sin embargo, este crecimiento no mantuvo su continuidad en el tiempo sino que
sufrió una interrupción fatal con la crisis económica mundial de 1929-1933, que
echó abajo los cimientos de la economía cafetalera de exportación a partir de la
abrupta caída de los precios del grano en el mercado internacional.
De Bs.
137,60 que era el precio en que se cotizó el saco de café en 1919 se llega a Bs.
143,23 en 1928, para empezar a caer desde 1929 en adelante hasta llegar a la
bajísima cifra de Bs. 31,88 en 1940. (Rojas: 2002: 228)
Esta circunstancia económica, sumada al ascenso de la economía petrolera como
fuente de ingresos estables y crecientes para el país, decretó la crisis histórica de
nuestra agricultura de exportación. Ausente en esos años de gobierno gomecista,
de políticas de apoyo financiero a los productores el sistema agrario de entonces,
caracterizado por el predominio del latifundio dio como resultado la salida que
todos conocemos: la emigración del campesino a la ciudad, fenómeno que se da
en Lara a partir de la década de los cuarenta, cuando una ciudad como
Barquisimeto transita entre 1941 y 1950 de 54.176 habitantes a 105.108 (Rojas:
1996: 74), crecimiento que se nutre de poblaciones campesinas que vienen de
distritos foráneos como Crespo, fenómeno demográfico que van a ser una
constante hasta la actualidad, de lo que se deduce que la única forma de revertir
esta tendencia migratoria es fortaleciendo un sistema de ciudades y poblaciones
intermedias basadas en una moderna y equilibrada, ahora sostenible y
sustentable, economía agrícola y pecuaria.
En términos poblaciones, ésta es la evolución de Duaca, el distrito Crespo y el
estado Lara entre 1941 y 2000.
EVOLUCION POBLACIONAL
DE DUACA, MUNICIPIO CRESPO Y ESTADO LARA
1941-2000
AÑO
DUACA
MUNICIPIO
ESTADO LARA
CRESPO
1941
3.205
22.574
332.975
1951
4.093
22.515
368.163
1961
5.771
20.078
489.140
1971
7.519
20.152
671.410
1981
12.785
26.417
945.064
1990
16.414
31.665
1.193.161
2001
23.294 *
42.432
1.556.415
Fuentes: Rojas, Reinaldo. La Economía de Lara en cinco siglos. (1996);
FUDECO. Cifras relevantes de los municipios del estado Lara. (1993);
Censo
2001. Estado Lara, Municipios y Parroquia. Población Total. (2003)
* Proyección a 2000.
Estas cifras dan una idea de los cambios suscitados en el Municipio a partir de la
crisis de la economía cafetalera de exportación.
La entidad pierde su base
económica de sustentación, lo cual se refleja en el estancamiento poblacional que
se aprecia entre 1941 y 1971, que es la década a partir de la cual la ciudad retoma
un crecimiento importante, que se mantiene constante en las décadas siguientes
hasta la actualidad. Ahora bien, ¿Qué ha pasado en la entidad para que se de
este comportamiento demográfico?
Población y economía en el municipio Crespo 1950-2005
En primer lugar, hay que señalar que en la década de los cincuenta, en pleno
estancamiento, por iniciativa del recién nombrado cura párroco de la iglesia de
San Juan Bautista de Duaca, monseñor Alejandro Zaini, se funda en 1956 la
primera institución de educación secundaria del municipio, el colegio Padre Díaz,
acontecimiento de gran importancia no sólo educativa sino social, en la medida en
que, por un lado, va a permitirle a los duaqueños darle educación secundaria a
sus hijos sin necesidad de emigrar a Barquisimeto u otras ciudades del país y, por
el otro, por la naturaleza privada del colegio, éste va a funcionar hasta la década
de los 80 como internado atrayendo un importante grupo de estudiantes de otras
regiones del país que acuden a Duaca por la calidad de la enseñanza que se
imparte en esta institución.
(Pineda: 2005) Será ya entrada la década de los 70, concretamente en 1974, que
se fundará el liceo Efraín Colmenárez, con lo que la educación secundaria
duaqueña ampliaba su cobertura de servicio, esta vez con una institución de
carácter oficial. Más tarde, a finales de los 90, la antigua Escuela Nacional de El
Eneal, fundada en 1877, será ampliada hasta cubrir el 5to. año de bachillerato.
Sin embargo, si esta ampliación de los servicios educativos a nivel secundario ha
detenido la emigración de la familia duaqueña, es en el campo económico donde
persiste la gran debilidad de la economía municipal, ya que su base agrícola y
pecuaria no ha logrado contar con factores públicos y privados que motiven su
impulso y desarrollo.
Hay, en todo caso, excepciones puntuales como la creación en 1956, alrededor de
la ganadería de leche, de la empresa Pasteurizadora del Norte, C. A., PANOCA,
una de las primeras empresas de lácteos en el estado, fundada conjuntamente
con la Pasteurizadora Carora, establecida la ciudad del Morere un año antes.
(Rojas: 1996: 78)
Luego habría que señalar la llegada de una importante inmigración canaria que va
a introducir a partir de la década de los 60 la agricultura de hortalizas,
transformando al municipio Crespo en un importante productor de papas, tomates
y demás hortalizas, rubros de comercialización nacional que le dan a la entidad
un impulso tal que la fábrica Tiquire Flores evaluó las posibilidades de instalar en
El Eneal a finales de los 60 una industria procesadora de tomate. (Ecos de Guape:
1969: 1). Por otro lado, un rubro tradicional desde la colonia, como la caña de
azúcar sufre un estancamiento que lleva al cierre de los dos ingenios tradicionales
que funcionaban en la hacienda Moroturito y El Milagro, ambas entre Duaca y El
Eneal. El otro rubro tradicional es el sisal, cultivado comercialmente desde las
primeras décadas del siglo XX, partiendo de la tradición de cultivo de cocuiza en la
región.(Rojas: 1996: 71) Aun quedan haciendas de sisal a lo largo de carretera de
Barquisimeto a Duaca, zona Cují-Tamaca-Rastrojitos, las cuales mantienen
cultivos de esta planta cuyas hojas sirvieron de materia prima a la industria textil y
ahora sirven además a la industria farmacéutica, junto a la sábila y que en el caso
del municipio Crespo aún se mantienen en la parroquia José María Blanco, sitios
de Tacariguita, Los Pocitos, Tucuragua y Agua Salada, donde el sisal se combina
con el cultivo de la piña.
Ahora bien, cuando el Ministerio del
P.P. para el Ambiente elabora en
1987, la caracterización ambiental
del estado Lara, partiendo de la
puesta en vigencia en 1976 de la
Ley Orgánica del Ambiente y en
1983 de la Ley Orgánica para la
Ordenación del Territorio, se ubica al
entonces distrito Crespo como parte
de
la
denominada
subregión
Barquisimeto, conjuntamente con los
distritos
Iribarren
y
Palavecino.
(MARNR: 1987: 229)
Esta subregión concentra para ese
año el 66 % de la población total del
estado
Lara y en su dinámica
económica y socio-espacial juega un
rol fundamental la ciudad de Barquisimeto, al punto “que la tendencia es a una
mayor concentración en Barquisimeto...”
transformando ciudades periféricas
menores como Duaca y Cabudare en parte de su espacio suburbano.
Las
consecuencias han sido evidentes: la transformación del eje Duaca-El Eneal y sus
alrededores en zona de expansión urbana de Barquisimeto, minimizando sus
condiciones agropecuarias propias. Sin embargo, esta absorción ha sido lenta ya
que Duaca, desde la década de los 80, ha venido aportando un importante caudal
de fuerza de trabajo a Barquisimeto, hecho que explica el posterior
restablecimiento de la curva de crecimiento urbano de la ciudad, puesto que se ha
creado una división espacial del trabajo, donde Barquisimeto se ha transformado
en zona de trabajo y Duaca ha quedado reducida a zona de residencia. Los datos
educativos, de salud y trabajo de 1990 son indicativos de esta nueva situación.
De una población total en el Municipio de 31.665 habitantes, Duaca concentra
16.414, es decir, el 51,8 %, para una entidad eminentemente agrícola y pecuaria,
lo que equivale a afirmar que se trata de un municipio que no está volcado al agro
y su población se ha residenciado en la ciudad capital, pero con miras a su
inserción en el mercado de trabajo de la gran urbe barquisimetana, en un
movimiento pendular que se aprecia cotidianamente entre las dos ciudades.
Este fenómeno de concentración urbana al interior del municipio se puede analizar
mejor, cuando revisamos las cifras que se corresponden con la parroquia Fréitez,
capital
Duaca: En 1990, la parroquia contaba con 22.574 habitantes, lo cual
significa que Duaca concentraba a ese nivel parroquial, que incluye la zona alta
cafetalera y de producción pecuaria, el 72,7 % del total poblacional. Ahora bien,
¿De qué vive esa población? Los datos de Fudeco señalan que de la piña, las
hortalizas, café, sisal y derivados de la leche. Sin embargo, para esa década la
tasa de desempleo estaba ubicada en el 12,7% de la población económicamente
activa, mientras el 88 % de los ingresos del municipio viene por vía del Situado
Constitucional. (Fudeco: 1993)
Sin embargo, de acuerdo con el Plan de Ordenación del Territorio del Estado Lara
(POTEL) el eje Duaca-El Eneal se ubica “en el grupo de los Centros de Apoyo,
con una base económica orientada a los servicios, a la actividad agrícola y
ganadera de sus alrededores y dentro de la esfera de influencia directa de
Barquisimeto, a causa de su relativa cercanía a la capital del Estado.” (MINDUR:
1992: III: 1) Este Rango y esta caracterización ha servido de punto de partida
para la realización en 1992 del Plan de Ordenación Urbanística – Plan de
Desarrollo Urbano Local Duaca-El Eneal, que como instrumentos legales de
planificación urbano-local han partido de un diagnóstico y proyección del
desarrollo del municipio Crespo en la primera década del siglo XXI.
Según las estimaciones llevadas a cabo, la población total de los centros poblados
Duaca-El Eneal contará en 2006 con 34.481 habitantes, pasando en el 2011 a los
40.034 habitantes. (MARNR: 1992: III: 4) Revisemos, aunque sea someramente,
el correlato socio-cultural de este periodo.
La sociedad y la cultura en la segunda mitad del siglo XX.
Ya hemos dicho que la fundación del colegio Padre Díaz en 1956 es uno de los
acontecimientos educativos más importantes del municipio en la segunda década
del siglo XX. Asimismo, habría que señalar la puesta en circulación en enero de
1960 del quincenario Ecos de Guape, bajo la dirección del profesor Carlos Vicci
Oberto por su protagonismo informativo y cultural en la década de los 70 y como
gran acontecimiento general, la celebración del tricentenario de fundación de
Duaca, celebrados en 1971, (Núñez: 1971) aunque ya sabemos que en todo caso
la ciudad estaba cumpliendo 351 años de fundación hispana.
Sin embargo, alrededor de esta celebración, los duaqueños retomaron
nuevamente el sentido de lucha colectiva por el progreso de la entidad,
desarrollando eventos de encuentro con los duaqueños residenciados en otras
ciudades del país, propiciando acciones como la remodelación en 1969 de los
Baños de Guape, transformado en un moderno centro turístico, la inauguración, en
diciembre de ese mismo año 69, de la red telefónica de Duaca, por parte del Dr.
Victor José Delascio, viceministro de comunicaciones y duaqueño.
Dos obras de ingeniería civil se llevan adelante, además en este contexto: la
inauguración de la carretera Duaca-Aroa en 1971, cuyas relaciones económicas,
sociales y culturales datan de la colonia y la Avenida Tricentenaria con la cual se
une la ciudad de Duaca, desde la Plaza Bolívar a la carretera que comunica a
Barquisimeto con Aroa.
Después de la red ferroviaria que pasaba por Duaca en 1891, con dirección nortesur y sobre la cual creció la ciudad, esta nueva vía va a dirigir el crecimiento
urbano hacia el oeste, por donde más adelante se construirá el edificio del liceo y
la manga de coleo de Duaca.
En esa década de los 70, ya por testimonio personal se fundarán las dos
instituciones culturales más antiguas del municipio: En 1972, la Casa de la Cultura
de El Eneal y el Grupo Cultural Duaca en 1975, instituciones que han servido de
vanguardia de la vida cultural del municipio en los últimos treinta años del siglo XX
y que junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Duaca, luchan por la consolidación
de una infraestructura cultural para el municipio.
Asimismo, cabe señalar el papel jugado por la Sociedad Amigos del Patrimonio
Municipal Duaqueño en la restauración externa y de pinturas murales de la iglesia
de San Juan Bautista, organización de la sociedad civil creada en 1994 y la
inauguración de la primera emisora radial del municipio en 2002, La Perla del
Norte.
Duaca y el Municipio Crespo frente al amanecer del siglo XX
Cuando amanece el siglo XXI, Duaca, con trescientos ochenta y siete años de
historia, escrita a partir de la llegada de los españoles, pero con una secular
tradición cultural que se remonta más allá de 1620, avanza con la esperanza de
hacer realidad el sueño del progreso con bienestar material que nace de la riqueza
que genera el trabajo y
desarrollo integral que supone, respecto al medio
ambiente, cultivo de las tradiciones y formación cultural. Esta “Perla del Norte”,
que ha tenido entre sus hijos a creadores de instituciones modernas en la
Venezuela del siglo XX, como Kotepa Delgado, en el campo del periodismo y
Amabilis Cordero en el del cine y que ha contado con profesionales destacados a
nivel nacional como el Dr. Victor José Delascio, experto venezolano en Derecho
Aeronáutico y la destacada cirujana Dra. Magalis Torrealba, con artistas plásticos
como Manuel Vicente Mujica y Hugo Daza, músicos como Juan Linárez y Wilfredo
Cuicas y educadores como Alejandro Zaini, venido de Italia, Efraín Colmenárez,
Daniel Segura y Carmen Teresa Delgado, esta “Perla del Norte” merece
reencontrarse con su historia, para que con la fuerza que da el sentido de
pertenencia a una comunidad y a una cultura pueda alcanzar de nuevo un espacio
propio en la vida económica, social y cultural de Lara y Venezuela. En esa noble
aspiración colectiva, debemos y podemos todos los duaqueños aportar nuestro
mayor empeño y dedicación.
Bibliografía
AGAGLIATE, Renato. (1994) De Aroa a Duaca o por otra via. Duaca:
Publicación de la Oficina del Cronista Oficial del Municipio Crespo-Sociedad
Amigos del Patrimonio Municipal Duaqueño-Centro de Historia Larense-Fundación
Buria.
ARANGUREN, Willy. (1994) Apuntes en torno al patrimonio artístico-plástico
del Municipio Crespo, Estado Lara. Duaca: Oficina del Cronista Oficial del
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