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BLOQUE B El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO El impacto ambiental de los edificios es muy importante, y los grandes retos medioambientales exigen una mejora en el comportamiento del parque existente. La rehabilitación sostenible, desde la perspectiva urbana y de los edificios, dará respuesta al reto medioambiental y, al mismo tiempo, a los aspectos económicos y sociales de la ciudad. Se trata de marcar las líneas maestras del camino sostenibilista desde la rehabilitación urbana integral. Este documento es una síntesis del trabajo conjunto de un grupo pluridisciplinar de profesionales, que desde la administración, la universidad o su actividad profesional trabajan en el campo del urbanismo, la vivienda, la rehabilitación y la ciudad. Agradecer a Ramon Arjona, Manuel Clivillé, Toni Floriach, Gloria Gomez, Pilar Martorell, Núria Pedrals, Salvador Rueda y Toni Solanas sus aportaciones y debates. Ha coordinado el grupo de trabajo: Albert Cuchí BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO BLOQUE B. El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO 0.Introducción 129 1. Un impacto ambiental elevado 130 2. La necesidad de un nuevo sector 132 3. Un concepto de habitabilidad diferente 133 4. La rehabilitación como la estrategia sostenibilista del sector 134 5. El sector de la edificación y el cambio climático 135 6. La rehabilitación y la eficiencia en emisiones 137 7. La escala de la rehabilitación hacia la sostenibilidad 138 8. La gestión en la intervención hacia la eficiencia 139 9.Compromiso para la reconversión del sector. Retos y oportunidades 140 0. Introducción Nuestro modelo productivo se apoya en el consumo de recursos y en la generación de un flujo de residuos en el medio. Consciente de la relación entre nuestro sistema productivo y la degradación del medio, la sociedad ha comenzado a limitar la capacidad de consumo y las emisiones de ese sistema, a través del control de los vectores usados para difundirlos o protegiendo la calidad del medio natural receptor. El reto de la sostenibilidad, comporta restricciones a los impactos del sistema productivo y debe conducir al sector de la edificación hacia la baja emisividad y hacia la eficiencia en el uso de recursos. Si no se afronta 129 130 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO adecuadamente, supondrá limitaciones cada vez mayores a la creación y mantenimiento de la habitabilidad socialmente necesaria. Obtener la habitabilidad socialmente necesaria para cobijar las actividades humanas es la utilidad de la edificación, una utilidad cuya obtención genera hoy consumo de recursos y emisión de residuos, y los consiguientes impactos ambientales. Un consumo de recursos y una emisión de residuos que han ido en continuo aumento a medida que los procesos para construir y mantener esa habitabilidad han ido siendo asumidos por nuestro sistema productivo industrial. Actualmente, y como ejemplo de un impacto crítico y sometido a control social a través del Protocolo de Kioto, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas por los procesos necesarios para disponer los materiales con los que se construye un metro cuadrado estándar de nuestra edificación supone no menos de 500 kgCO2 equivalente, y las emisiones anuales debidas al uso de energía en una vivienda habitual pueden alcanzar fácilmente los 30 kgCO2 por metro cuadrado. Unos valores inadmisibles para una economía que debe ajustar la producción de utilidades a un marco muy restrictivo a causa de la lucha contra el cambio climático. 1. Un impacto ambiental elevado Una edificación que ha aumentado su superficie en un 50% en los últimos 20 años antes de la llegada del Código Técnico y de las normativas dirigidas a considerar y reducir el impacto ambiental de los edificios, y que ha sido el factor determinante en la evolución de la superficie artificializada en España (zonas urbanas, industriales, mineras, vertederos y escombreras y zonas verdes artificiales no agrarias) que ha aumentado de algo más de 800.000 Ha. en 1987 a una previsión de 1.200.000 Ha. en 2010, la mayoría sobre suelos agrícolas y forestales y, en muchos casos, sobre zonas de gran valor ambiental como es la franja costera. Una artificialización que debe ser reinterpretada para que el territorio vuelva asumir de nuevo funciones ambientales ligándolo al metabolismo social para que vuelva a ser de nuevo productivo. Una edificación que moviliza gran cantidad de recursos materiales puesto que se emplean directamente unos 2.500 kg. de materiales por cada nuevo metro cuadrado construido —a los que deben añadirse otros 5.000 kg. en los residuos generados en su producción— que se extraen de la corteza BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO terrestre o de la biosfera con el consiguiente impacto ambiental asociado, y que generan 120 kg de residuos en la construcción de cada nuevo metro cuadrado. Una edificación que supuso un flujo de 3,77 Tm de materiales de construcción por habitante y año en 2004. Una situación insostenible y un parque edificado que supone un estoc de materiales que deben ser adecuadamente usados para obtener la máxima eficiencia de los impactos que su obtención produjo. Una edificación que generó una emisión debida al uso de la energía en viviendas de 1,14 Tn.CO2 por habitante y año en 2004, aumentando considerablemente desde las 0,71 de 1990 en un cambio de modelo de uso energético en los hogares —y también en otros edificios— absolutamente opuesto a la sostenibilidad. Una edificación donde se consumió el 11% del agua utilizada socialmente en España en 2006. Agua extraída, tratada, bombeada, distribuida y depurada mediante el uso de energía (entre 1 y 2 kWh de energía por cada m3), y cuyo uso altera el ciclo hidrológico natural y el medio biológico que lo usa. Un agua de la que se desaprovechó la potencialidad de uso de sus diferentes calidades al obviar el adecuado reciclado y su captación en las zonas urbanizadas. Un uso doméstico del agua que ascendió de 158 litros por persona y día en 1998 a 174 litros por persona y día en 2006. Una edificación en la que —además y en muchos casos— los sistemas constructivos han estado por debajo de los mínimos de calidad exigibles, lo que ha supuesto, entre otras cosas, que dispongamos de un parque de viviendas con una calidad constructiva deficiente que las ha hecho convertirse en auténticas depredadoras de energía que lastran la eficiencia energética de nuestro país. Una edificación asentada, además, sobre un modelo urbanístico que genera demandas de energía para satisfacer la necesidad de movilidad hacia los servicios de una sociedad moderna –educación, sanidad, asistencia social, abastecimiento, cultura, etc.— que triplican y cuadruplican las del modelo de la ciudad densa tradicional. Un sector de la edificación basado en el consumo sistemático de recursos y el compulsivo vertido de residuos de uso y de construcción, o sea en la externalización de costos que supone la degradación ambiental. Un negocio acostumbrado a especular –a ganar enormes sumas de dinero— con el consumo de un bien ambiental tan crítico y claramente limitado como es el 131 132 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO suelo, y que ha conseguido hacer de toda la población los cómplices de su interés en el incremento continuado del valor del suelo, convenciéndonos que la vivienda en propiedad es un bien social y consiguiendo que el alquiler sea hoy un negocio marginal por el riesgo que implica tanto para el propietario como para el inquilino. Un negocio que se basa en el convencimiento general que el modelo de movilidad que alimenta y permite ese consumo de suelo es un factor determinante de nuestra libertad, y que las infraestructuras de nuestras ciudades y de nuestro territorio requieren de un incremento continuado para garantizar el progreso, aunque sea un modelo de movilidad altamente consumidor de territorio y de recursos. Un modelo de progreso –de habitabilidad— que desgraciadamente se basa en la destrucción sistemática de los recursos ambientales del país. Un sector de la edificación, en conclusión, inconsciente de los impactos ambientales que genera su actividad y sus productos y en la que basa buena parte de los beneficios de su negocio, y sobre la que las restricciones sociales a su capacidad contaminante –mediante las exigencias normativas vinculadas con la sostenibilidad— sólo han llegado recientemente y sin una sensibilización suficiente en sus agentes para asegurar una implantación eficiente. 2. La necesidad de un nuevo sector El sector de la edificación se ha apoyado en el incremento continuado de la demanda de vivienda y, por ello, ha sido el soporte de tensiones especulativas que se nutrían del incremento del valor del suelo, valor avalado por ese continuado aumento de la demanda. Un sector cuya lenta aunque progresiva regulación se ha orientado hacia esa actividad principal de nueva construcción, considerando el uso, el mantenimiento y la rehabilitación de lo ya construido como actividades subsidiarias de esa actividad principal. Pero la secular tendencia al continuado aumento de la base de la pirámide poblacional –unido al proceso de emigración del campo a las ciudades— que aseguraba el continuado crecimiento de la demanda de vivienda, finalizó a mediados de los años setenta, produciéndose desde entonces una reducción y una estabilización de esa base poblacional a pesar de la inmigración desde otros países. De este modo, la persistente demanda de nueva edificación para cobijar el continuado aumento de nuevos hogares tocará a su fin en los próximos años y —de confirmarse las predicciones poblacionales— esa nueva BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO situación se mantendrá en los próximos cuarenta años, transformando decisivamente el sector de la edificación en España. El actual sector de la construcción precisa así hoy de una profunda redefinición en la que debemos considerar dos vertientes diferenciadas: por una parte un sector de la construcción de nuevos edificios dedicado a la satisfacción de una decreciente demanda futura de vivienda; de otra, el sector de la rehabilitación, que podríamos definir como el sector que se encarga del mantenimiento de la habitabilidad, de la utilidad social a la que da respuesta el sector. Y que deberá hacerlo con unas afectaciones ambientales –y en primer lugar, con unas emisiones de GEI— cada vez más reducidas. 3. Un concepto de habitabilidad diferente Una habitabilidad que debe ser redefinida para adaptarse a las nuevas demandas ambientales y sociales. Una habitabilidad que no puede ser enunciada —ya en el futuro inmediato— independientemente de los recursos necesarios para producirla y para mantenerla en el tiempo. Una habitabilidad que —para ser eficiente— debe adaptarse a las demandas de las personas, de las formas de vivir actuales, superando modelos habitacionales ligados a estándares de vida convencionales —cada vez menos mayoritarios— y cuya generalización sólo sirve para facilitar la expresión del valor de cambio de la vivienda por encima de su valor de uso. Una nueva habitabilidad que debe estar definida desde las necesidades de las personas y desde su satisfacción integrada, no mediante el cumplimiento de valores mínimos parciales en un número más o menos grande de parámetros. Unas necesidades cuya satisfacción debe empezar por garantizar para todos las condiciones de confort normativamente establecidas, pero que deben basarse en la configuración de un espacio habitable sano, desprovisto de amenazas a la salud y al libre desarrollo de las capacidades de las personas, configurado con materiales libres de componentes dañinos —como los ya reconocidos amiantos, los COV (compuestos orgánicos volátiles), los formaldehidos, el benceno, el éter de glicol— y protegidos de campos y radiaciones electromagnéticas –naturales y artificiales— que puedan afectar a la salud y al bienestar de los habitantes. Una nueva habitabilidad que debe comprender el acceso a la satisfacción de las necesidades que definen una calidad de vida hoy día socialmente 133 134 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO aceptable, y que supone el acceso a unos servicios –asistenciales, culturales, educativos, etc.— que superan la escala de la vivienda para abordar una habitabilidad de escala urbana. Una nueva habitabilidad, pues, enunciada a escala urbana y consciente y eficiente en los impactos ambientales precisos para generarla. 4. La rehabilitación como la estrategia sostenibilista del sector En este entendimiento, el patrimonio edificado —el stock de edificios en funcionamiento y el espacio urbano que los contiene— es al mismo tiempo un problema y una oportunidad. Un problema por cuanto es deficitario en muchas ocasiones en la capacidad de satisfacción de las necesidades y también fuertemente dependiente de recursos para ofrecer la habitabilidad. Por ejemplo, es uno de los principales focos de emisiones de GEI de la economía española, lo que supone uno de los principales problemas para la competitividad del sector. En lo que se refiere a la oportunidad, el parque edificado representa unos recursos que pueden ser re-utilizados para aportar una mayor habitabilidad con menor impacto ambiental y, a menudo, con menor coste económico y social. El patrimonio edificado debe ser intervenido para conseguir un aumento de la habitabilidad en una situación de restricción de emisiones, mediante la mejora y mantenimiento de sus prestaciones con menor impacto, con menor emisividad, rescatando esa emisividad tanto para la necesaria reducción de las emisiones actuales de nuestra economía como para aplicarla a otros sectores productivos más competitivos: en todos los informes que evalúan la capacidad de ahorro de emisiones en los diferentes sectores productivos, las emisiones debidas a la edificación no sólo suponen la mayor cantidad sino la que puede rescatarse con menor coste de inversión. Ello no es sino un indicador de la baja eficiencia en emisiones de nuestro parque construido. Y esa intervención sobre el patrimonio edificado no sólo debe realizarse mediante intervenciones sobre sus sistemas técnicos –como las mejoras en la eficiencia energética de los edificios ya construidos— sino también y prioritariamente mediante la reinterpretación de su capacidad para proveer una habitabilidad que sea admisible. En ese sentido, la normativa del sector –claramente orientada y desarrollada pensando tan sólo en la nueva edificación— descalifica la mayoría de elementos técnicos patrimoniales al no reconocerles las prestaciones que son capaces de aportar por no ser homologables con los que demanda a la nueva edificación. Esa BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO descalificación debe interpretarse como una pérdida de capital –económico, pero también ambiental si consideramos las emisiones invertidas en crear ese patrimonio— que resulta inadmisible bajo las exigencias económicas y ambientales actuales. El patrimonio supone un capital que debe ser activado para proveer la máxima habitabilidad con el mínimo impacto, por lo que intervenir en él debe hacerse desde la pregunta: ¿cómo puede obtenerse más habitabilidad con menores emisiones? Ese doble reto, desde el mantenimiento de la capacidad de producción de la habitabilidad socialmente necesaria y desde el diseño de una economía nacional competitiva, implica abordar las claves de la transformación sostenibilista del sector de la edificación entendiendo que la rehabilitación del parque construido es un factor determinante. De este modo, las cuestiones clave a tratar en este bloque vienen marcadas por la necesaria definición del sector de la rehabilitación como un sector a redefinir –casi a refundar— para adquirir la escala y el marco de actuación más eficiente como herramienta de transformación sostenibilista del sector de la edificación. Por otro lado, en rehabilitación cobra una gran relevancia los aspectos sociales: resulta impensable, y sería la pérdida de una oportunidad, plantear un papel pasivo de los usuarios, de los ciudadanos durante el proceso. Más aún cuando el principal déficit sostenibilista del actual sector de la edificación es su incapacidad de satisfacer –aún en los momentos de máxima producción de edificios- el derecho constitucional a la vivienda. Y cuando –como ahora— la población actualmente en riesgo de perder su vivienda puede superar incluso la que demanda el acceso a ella. La rehabilitación de las más de 23 millones de viviendas en España supone el mayor reto en la reconversión de nuestro modelo productivo hacia un escenario más sostenible, y ofrece una oportunidad de promover actuaciones basadas en estrategias participativas que sirvan para recuperar no sólo las edificaciones desde el punto de vista físico, sino también para regenerar el tejido social y establecer nuevos vínculos entre la ciudadanía, obligadamente presente, espectadora y paciente de cualquier actuación que se realice. 5. El sector de la edificación y el cambio climático El cambio climático es una de las más fuertes exigencias de cambio de nuestro sistema de producción y consumo hacia la sostenibilidad. La 135 136 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO crisis del calentamiento global va a implicar acuerdos de reducción de las emisiones que, si no reorientamos nuestros objetivos y nuestra economía, supondrán fuertes limitaciones a las actividades productivas y de consumo, encareciendo las emisiones de GEI y reduciendo las posibilidades de usarlas para satisfacer nuestras necesidades. El sector de la construcción ha evolucionado paralelamente al desarrollo técnico y normativo del país, fuertemente implicado con la industria y con sus capacidades. Se han transformado viejos procesos y sistemas técnicos hacia otros nuevos, dependientes de los sectores industriales, de los que se ha heredado su concepto de calidad y, también, su relación con el medio, no sólo en los aspectos productivos de los materiales de construcción sino de los procesos de puesta en obra y de funcionamiento del edificio. Así, el sector de la construcción ha obtenido de ese entorno un modelo normativo y técnico poco consciente de su impacto ambiental, del deterioro del medio que supone el modelo de gestión de los recursos que utiliza y de la capacidad contaminante de sus procesos. Un modelo que ha ido promoviendo nuevas exigencias en la edificación sin ser consciente, hasta hace poco, de las implicaciones ambientales que se generan. El entorno del sector de la construcción ha cambiado con la crisis actual. Las restricciones a la emisividad del sistema productivo y, muy especialmente, de las emisiones de GEI, serán un factor determinante en la competitividad del sistema productivo, de la economía del país. Sin ser el único problema ambiental de nuestra sociedad, el calentamiento global supone el principal reto ambiental reconocido internacionalmente, y sobre el que se están planteando estrategias globales altamente transformadoras de nuestro modelo productivo. En ese sentido, disponer de una visión del sector de la construcción y de una estrategia para afrontar ese decisivo y transformador reto debe ayudarnos ahora a su redefinición. Más aún cuando las emisiones debidas al sector de la edificación, en demanda de materiales y uso de edificios, supusieron –antes de la crisis, en 2007— el equivalente a un 30% del total de emisiones imputables a la economía española según la contabilidad de Kioto: ¿es posible enfrentarse a la transformación de nuestro modelo económico hacia una economía baja en carbono sin intervenir en ese sector de una forma transformadora? La habitabilidad que aporta la edificación ha ido aumentando progresivamente su dependencia del consumo de energía –y, con ella, de emisiones de GEI— en sus estrategias para obtenerla, con lo que es preciso iniciar un proceso de desacoplamiento de la consecución de la habitabilidad BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO de esa emisividad. Un proceso que implica mostrar la dependencia del sector de esas emisiones, resultando hoy necesario disponer de una valoración, tanto absoluta como relativa respecto al conjunto de la sociedad, de la situación del sector de la edificación respecto a su emisividad, de las presiones que van a producirse en el futuro para reducir la emisividad de nuestra sociedad y de sus repercusiones sobre el sector, así como de las posibilidades de mitigación y de adaptación que el sector puede aportar. Esa valoración ha de permitir marcar los objetivos de reducción de emisiones del sector, en consonancia con los retos sociales frente al cambio climático, y mostrando la profundidad de las acciones necesarias para lograrlo. 6. La rehabilitación y la eficiencia en emisiones No se podrá reducir la emisividad debida al sector de la edificación actuando sólo sobre los nuevos edificios: la reducción de emisiones implica intervenir sobre el parque existente. Aunque de ahora en adelante construyésemos toda la nueva edificación sin huella de carbono ni en la fabricación de sus materiales, procesos de construcción, uso, y deconstrucción y reintegro de los materiales al medio o al reciclaje, ello no reduciría las actuales emisiones del sector sino muy lentamente, a medida que los edificios actualmente existentes fueran siendo progresivamente substituidos por la nueva edificación. Con un parque construido con una larga esperanza de vida útil como el actual, la necesaria reducción de emisiones de nuestro país a corto y medio plazo pasa, indefectiblemente, por la intervención sistemática sobre el estoc de edificios existentes. ¿Cuál es la situación actual, las experiencias en este ámbito? ¿Qué posibilidades de intervención se ofrecen a esa reconversión del parque hacia la baja emisividad? ¿Cuáles son los límites de esas experiencias, de esas posibilidades de intervención? ¿De qué factores dependen esas limitaciones? La rehabilitación actual es, como se ha dicho, un sub-sector del sector de la construcción de nuevos edificios, subsidiario tecnológica, normativa y organizativamente de él, lo que limita su capacidad de acción a sus actuales objetivos de mejorar las características del parque construido en imitación de las prestaciones de los edificios nuevos. Abordar con los instrumentos 137 138 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO actuales nuevas tareas –como la reducción de la emisividad, la eficiencia en el uso de los recursos— implica calibrar hasta qué punto esos instrumentos son eficaces y eficientes para hacerlo. Es necesario un diagnóstico crítico de la actual actividad de rehabilitación desde su capacidad de reconvertir la habitabilidad hacia la sostenibilidad, para reducir su emisividad, reconociendo los posibles límites en esa tarea y las causas que los determinan, es una evidente necesidad para adaptar la actividad de la rehabilitación hacia la baja emisividad. 7. La escala de la rehabilitación hacia la sostenibilidad Y más allá de la diagnosis del modelo existente de rehabilitación y su capacidad de hacer frente a las demandas de la sostenibilidad, deben abordarse cuestiones que ya sabemos que van a ser determinantes en su replanteamiento. Una de ellas es la escala de la rehabilitación, de la acción sobre el patrimonio construido. La escala actual de la rehabilitación es heredera de la escala de la promoción inmobiliaria, que establece el ámbito de independencia de los sistemas constructivos. Así, la estructura o las instalaciones se diseñan a escala de edificio, sea éste de uso individual o colectivo, sin que ello suponga que esa es la escala a la que son más eficientes. La rehabilitación ‘hereda’ esa escala de ámbito funcional con el problema adicional de un reparto de la propiedad aún más reducido en el caso de edificios colectivos. ¿Es esa escala eficiente para la rehabilitación? ¿Es esa escala la óptima, por ejemplo, para obtener la máxima eficiencia energética agregando demandas del tamaño adecuado para acudir a las ofertas energéticas eficientes de las cuales disponemos ahora? ¿Es la escala adecuada para la aplicación de tecnologías apropiadas? ¿Lo es para que las empresas tengan del tamaño adecuado para disponer de esas tecnologías y de mano de obra preparada? Los óptimos que encontramos para responder a cada una de estas preguntas suelen encontrarse a una escala mayor que la del edificio. Tanto la escala de la transformación y distribución energética –que encuentra actualmente en los sistemas de climatización a escala de barrio sus mayores eficiencias así como la más eficiente integración de energías renovables— como la escala precisa para el desarrollo y aplicación de BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO tecnologías de intervención eficaces, como la escala de las operaciones de intervención que permita articular recursos normativos, financieros, de gestión, laborales, etc. adecuados para asegurar que el sector de la rehabilitación sostenible de la habitabilidad sea económicamente viable, demandan también articular el sector a una escala de intervención mucho mayor que el edificio. El debate de la escala adecuada para intervenir hacia la sostenibilidad abre la discusión del objeto de la rehabilitación —¿edificio? ¿barrio? ¿quizá municipio?— y con él se abre la discusión sobre los ámbitos normativos, financieros, de planificación que deben organizar un sector de la rehabilitación orientado hacia la sostenibilidad de la edificación. 8. La gestión en la intervención hacia la eficiencia Intervenir sobre el parque construido implica trabajar con agentes diferentes de los que se encuentran implicados en el sector de la nueva construcción: usuarios, administradores de fincas, gestores energéticos, administraciones públicas, compañías suministradoras, etc., que constituyen ámbitos de responsabilidad y de gestión muy diferentes a los de la nueva construcción. El cambio de escala de intervención genera, además, problemas adicionales al demandar la agrupación de intereses de propietarios particulares en escalas mayores a la de comunidad de propietarios, demandando nuevos recursos legales y de gestión para hacerlo. Ámbitos de gestión y responsabilidades que deben transformarse en oportunidades para la rehabilitación sostenible. ¿Qué agentes están implicados? ¿Cuál es su misión y sus responsabilidades actuales? ¿Cómo pueden implicarse sus intereses con la rehabilitación sostenible, con la eficiencia en emisiones? ¿Cuáles son las posibles barreras –legales, sociales, financieras— a esa implicación, y cómo superarlas? Es necesaria una diagnosis sobre la capacidad del actual modelo de gestión del parque edificado para adaptarse a una necesaria reconversión de la edificación hacia la baja emisividad y detectar riesgos y oportunidades, así como crear visiones de una gestión sostenible del patrimonio edificado que contribuyan a que la rehabilitación sostenibilista no sea tanto una acción puntual sino un ejercicio continuado basado en un modelo de gestión adecuado. 139 140 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO 9. Compromiso para la reconversión del sector. Retos y oportunidades Si el reto de sostenibilidad que se exige a nuestra sociedad –de la que la lucha contra el cambio climático es un primer ejemplo— es un reto transformador de nuestras economías y de los procesos sociales de producción y consumo, el sector de la edificación debe reconvertirse en el sector de la rehabilitación. Si consideramos como su objetivo primordial la obtención de la habitabilidad socialmente necesaria con el mínimo impacto ambiental, y recogemos la discusión realizada sobre el planteamiento del necesario objetivo de su baja emisividad, la escala que debe tener la intervención sobre el parque edificado, y los agentes y los modelos de gestión precisos, concluiremos que precisamos de un sector nuevo, que supere la subordinación normativa, tecnológica y de gestión respecto al sector de la nueva construcción; con su propia ley de ordenación de objetivos y responsabilidades de los agentes que intervienen en la rehabilitación y a la escala que deba ser adecuada; con su propio código técnico que reconozca las capacidades de los edificios construidos sin más referencia que las exigencia provenientes de la satisfacción de las necesidades sociales de habitabilidad, y sin más norte que el aprovechamiento de la capacidad de proveerla de nuestro estoc edificado. Para ello es necesario asumir compromisos por parte de los agentes que participan en el sector, compromisos que permitan definir metas y establecer caminos para alcanzarlos. Compromisos de cambio que deben incluir la asunción de responsabilidades en los ámbitos que les son propios. Por ejemplo: —— la administración, a la que corresponde comprometerse a liderar el cambio, promoviendo el debate social, la definición de objetivos, el establecimiento de las etapas para alcanzarlos, y arbitrando y gestionando los recursos y los instrumentos precisos incluyendo, naturalmente, la progresiva reforma de los ámbitos legislativos, normativos y organizativos que su acción política y de gestión le permiten y, especialmente, la difusión de los valores de la sostenibilidad entre el resto de los agentes y, muy particularmente, priorizándolos dentro de sus propias instituciones. —— los técnicos, cuya praxis profesional requiere extenderse para alcanzar a los nuevos objetivos del sector, lo que incluirá la redefinición de sus conocimientos, habilidades y actitudes, e implica una extensa acción de BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO —— —— —— —— —— —— formación que demanda, necesariamente, el liderazgo de los colegios profesionales y la implicación de universidades y centros tecnológicos y de investigación. los gestores de edificios a cualquier escala, desde los administradores de fincas a gestores energéticos y responsables de mantenimiento, que pueden asumir responsabilidades profesionales en la relación entre la obtención del confort (ilimitado) y los costes ambientales (limitados) precisos para hacerlo, y expresar esa responsabilidad en las tareas de uso, gestión, mantenimiento y rehabilitación de los edificios, lo que implica también una extensa labor de información y de formación. los promotores, cuyo papel va a transformarse en la reconversión, cuyo modelo de negocio va a cambiar al no poder estar ya vinculado a la puesta en marcha de nuevo suelo, tienen la posibilidad de liderar el cambio aportando la visión empresarial de una nueva actividad, definiendo para el nuevo sector los horizontes de actuación, la organización de las empresas adecuadas para afrontarlos, avanzando más allá de la mera producción de un objeto –como es un edificio— para considerar e integrar aspectos de su gestión o mantenimiento, redefiniendo el producto que ofrecen en sus utilidades, en la escala de actuación y en los clientes a los que se dirige, los constructores y contratistas, cuyo compromiso al afrontar el cambio de modelo productivo del sector implica la redefinición del marco técnico, organizativo y operativo que implica trabajar sobre lo construido y a escalas más amplias que el edificio, en una auténtica reconversión de ramos y especialidades que intervienen, posibilitando la apertura de un nuevo campo de innovación técnica de gran alcance, los fabricantes de materiales, productos y sistemas que, además de adecuar sus productos a las demandas del nuevo sector, y como nuevo marchamo de una calidad ya imprescindible en sus productos, van a comprometerse de forma radical con la sostenibilidad de los procesos productivos que ponen en marcha, desde la declaración —pública y transparente— de sus impactos ambientales y su certificación, y el establecimiento continuado de procesos de mejora ambiental de la producción y las prestaciones de sus productos, impulsando y liderando el ámbito normativo en este aspecto, los movimientos sociales –ecologistas, vecinales, etc.— cuya actividad en el terreno ambiental ha sido siempre motor de cambio, deben comprometerse a protagonizar un liderazgo social necesario e inevitable, y que debe activarse y comprometerse en este cambio, los usuarios (que somos todos), cuya sensibilización respecto a los recursos usados para proveer la habitabilidad que la edificación les 141 142 BLOQUE B / El compromiso sostenibilista desde la rehabilitación DOCUMENTO MARCO proporciona, les ha de permitir exigir el derecho a habitar sin que ello suponga la destrucción sistemática del medio y, en consecuencia, exigir la formación y la información precisa para conocer —y disminuir con su acción— los impactos ambientales que ocasiona procurar la habitabilidad de que disfrutan, Esos compromisos deben estar dirigidos, finalmente, a permitirnos vivir mejor de otra manera –una cuestión ya ineludible— y requieren por tanto un compromiso conjunto de todos los agentes en renovarse, en innovar, en una innovación que debe comenzar en el mismo planteamiento de los problemas que afrontamos.