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Crisis,
financiarización
de
economía y modelo productivo
la
Manuel Garí
1.- Una crisis singular
La actual crisis europea de las deudas se encuentra en un callejón sin salida. El
actual modelo económico está gangrenado por la financiarización. Las políticas
neoliberales están produciendo un perverso bucle: las políticas de ajuste del déficit
no logran disminuir la deuda e impiden que la actividad económica recupere el
pulso, lo que conlleva un nuevo incremento de déficit y deuda. La salida de esta
crisis lleva camino de tener una solución lenta, convulsa y sumamente traumática
para las clases trabajadoras que llevan ya varios años soportando las políticas de
austeridad y cargando con el peso del endeudamiento de bancos, constructoras y
grandes empresas a través de la socialización de las deudas privadas reconvertidas
en públicas.
Echemos la vista atrás para comprender lo que pasa hoy. Actualmente vivimos la
incapacidad del capitalismo para superar la metástasis financiera en la que
desembocaron las políticas de dinero barato, endeudamiento popular,
desregulación financiera y apoyo sin complejos a la patronal que impulsaron
inicialmente Reagan y Tatcher tras el final de los “gloriosos treinta”. La crisis del
petróleo significó el final de las políticas keynesianas de la postguerra y también el
pistoletazo de salida para los neoliberales que ya no veían necesario para defender
los intereses del capital mantener el pacto social. Comenzó la era de los ataques
sociales, de la agresividad contra las organizaciones populares y en concreto contra
los sindicatos. Para suplir la debilidad de la demanda se recurrió a facilitar el
endeudamiento masivo; el de los ricos para que pudieran atesorar más dinero, el
de los trabajadores para que pudieran seguir comprando hasta convertirse en el
caso español en propietarios hipotecados. Con ello comenzó, también, la era de la
ingeniería financiera, de los muy opacos “vehículos de inversión estructurados” y
de un sinfín de mentiras y dislates bursátiles. Pero el anabolizante financiero desde
2008 ya no funciona, de ahí los actuales nervios de las primas de riesgo y los
parqués. La burbuja de los activos misteriosos explotó y dejó al descubierto su
toxicidad, en forma de ascenso y caída del negocio inmobiliario en el caso español.
El capitalismo nos abocó, una vez más al borde del abismo. La lógica de la
ganancia privada supone la desgracia para la mayoría social. El PP plantea que la
situación obliga a adoptar esas medidas y que no hay soluciones alternativas a las
mismas ni orientación diferente posible. Ello es falso. El camino emprendido por
Zapatero en mayo de 2010 que ha desembocado en la orgía antipopular del
gobierno de Rajoy, no es, pese a que se reitere desde la Moncloa o Bruselas, el
único camino. Ni el mejor. Tal como planteó en una conferencia Christy Romer –
citado por Krugman (2012) y al que difícilmente se le podrían atribuir veleidades
sindicalistas o izquierdistas- el “estímulo fiscal ayuda a la economía a crear
empleo, mientras que reducir el déficit presupuestario reduce el crecimiento”.
Es posible emprender otro rumbo político que resuelva la situación de forma
favorable para las y los asalariados y en detrimento de las posiciones de los
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
1
“señores” de la globalización. El economista y miembro del Comité científico de
ATTAC, François Chesnais apunta como medidas alternativas a escala europea a
las políticas neoliberales de la troika FMI, BCE y Comisión Europea
implementadas bajo la atenta mirada de la canciller Ángela Merkel, la realización
de una auditoría ciudadana de las deudas, la anulación y el impago de las
ilegítimas, el incremento de los salarios y las pensiones para estimular la demanda,
un cambio radical en la fiscalidad para dotar a las administraciones de los ingresos
necesarios para hacer frente al gasto social y a la inversión pública con criterios
ecológicos y sociales, y por supuesto, desarmar a las finanzas para evitar su
antidemocrático intrusismo político, lo que implica la socialización y control
democrático de todos los bancos con la finalidad de crear una banca pública cuyo
objetivo no sea la ganancia sino el interés de las personas, de la mayoría social en
definitiva. Pero ello no basta, en opinión de Chesnais (2011) “resulta indispensable
emprender profundas transformaciones de los modelos técnicos de producción en
la industria, la agricultura y las cadenas comerciales”, transformaciones que
deben acompañarse de una nueva “sobriedad energética”. 1 Y no le falta razón.
2.- Una crisis poliédrica
La crisis financiera2 forma parte de una crisis global, compleja y de dimensiones
civilizatorias. Y sería ilusorio intentar solventarla de una vez y para siempre sin
atender el resto de aspectos implicados con los que interactúa. El modo de
producción vigente, el capitalista, basado en unas relaciones sociales entre el
capital y el trabajo caracterizadas por la explotación y la inequidad, no logra
resolver sus cíclicas y agudas convulsiones de sobreproducción que minan a la baja
la tasa de ganancia del capital. El mismo concepto de crisis cíclica está en el ADN
del capitalismo.
A su vez está poniéndose en evidencia lo que el movimiento feminista viene
denominando la crisis de los cuidados. La sociedad de los países industrializados
en los que el patriarcado sigue vigente no ha resuelto los problemas de
sostenimiento de la vida humana. Y mucho menos lo están resolviendo esa
inmensa mayoría de países en los que las mujeres siguen siendo ciudadanas sin
equiparación de derechos. Ello implica que al abordar las cuestiones de la
producción debamos incluir los de la reproducción social para tener una visión
integral de la cuestión social.
Por último, no podemos obviar que las crisis descritas –que son de naturaleza
socio-económica- se producen en un contexto material (físico, químico y biológico)
en el que existen evidencias científicas de un rápido deterioro que venimos
denominando crisis ecológica.
Este trabajo centra exclusivamente la atención en uno de los aspectos más
relevantes de los efectos de la lógica del mercado constituido en decisor-dictador
económico determinante: analizamos los impactos del modelo productivo sobre la
biosfera, las posibles alternativas y su impacto en el empleo.
1 Cabe destacar que la afirmación es particularmente significativa en palabras de un veterano autor
de larga trayectoria en la economía crítica marxista que no ha tenido especiales lazos anteriores ni
con el movimiento ambientalista ni con la nueva corriente de la economía ecológica.
2 Las finanzas son una de las dimensiones a abordar en relación con el modelo productivo, aspecto
en el que no me detengo pues es objeto de otro taller y documentos.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
2
Durante años el movimiento obrero y la izquierda, incluida la izquierda marxista,
no tuvo en cuenta todas las dimensiones de la crisis capitalista. Logró avances
importantes en la comprensión de las relaciones de producción que se dan en el
modo de producción capitalista. Por tanto dio batalla y un abanico muy
heterogéneo de alternativas en el campo de las relaciones sociales y en el de las
formas de propiedad de los medios de producción. Atendió a las preguntas
relacionadas con “quien” y “para quien” en el proceso productivo.
Hoy empieza a abrirse paso la evidencia de que la actividad humana,
particularmente la productiva y el transporte de personas y mercancías, está en la
raíz de los principales problemas ambientales planetarios. Existe una estrecha
relación entre la sociedad y la naturaleza (metabolismo le llamó Marx). Por ello,
junto al modo, hay que analizar el modelo de producción –como más arriba se ha
señalado-, lo que equivale a plantearse las cuestiones relacionadas con el “qué” y
“cómo” producir. Al diseñar una sociedad de mujeres y hombres libres y
emancipados habrá que tener en cuenta los límites que impone la naturaleza,
porque tal como formuló Carlos Marx en El Capital “la libertad sólo puede
consistir en que “el hombre socializado, los productores asociados, regulen
racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza”.
Férnandez Buey y Riechmann (1998), dos intelectuales comprometidos con el
movimiento obrero, plantearon de forma anticipada una idea que hoy es central
para el movimiento social: “De lo que en los próximos años suceda en la relación a
tres bandas entre naturaleza, trabajo y capital –los tres “factores de producción”
de los economistas clásicos- depende, en buena medida, la habitabilidad del
planeta, el destino de la especie humana y las posibilidades de materialización
del sueño milenario de la sociedad justa”
Las opciones que hoy se adopten ante la crisis (económica y ecológica) por parte de
gobiernos y movimientos sociales influirán de forma determinante en la duración
temporal de la misma, en los costes sociales que comportará para los diversos
sectores, en la correlación futura de fuerzas entre las clases y en el modelo
económico y social resultante tras el actual desorden neoliberal.
Uno de los debates más relevantes en este momento es si es pertinente en plena
crisis seguir planteando el objetivo de un cambio de modelo productivo. El dilema
podemos formularlo en torno a dos ideas opuestas: el cambio es hoy un lujo
imposible y un problema por lo que hay que esperar a la recuperación económica
tras el ajuste o, por el contrario, las medidas a favor del cambio de modelo juegan
un papel anticíclico y, por tanto, forman parte de la solución.3
Las derivadas de esas afirmaciones son múltiples y exceden los límites del presente trabajo. El
cambio de modelo productivo afecta a aspectos muy diversos: papel de la política y de lo público en
la economía, rol de la planificación frente al dictado de los mercados, formas de propiedad de los
medios de producción, sistema fiscal, organización y condiciones de trabajo, política de rentas, tipo
y papel de los organismos financieros, política monetaria y un largo etcétera de cuestiones que
condicionan la posibilidad de existencia de un modelo social, económico y político democrático
presidido por los valores de la justicia y la sostenibilidad.
3
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
3
3.- Dimensión económica de un modelo productivo
insostenible
La que se ha denominado “era del antropoceno” está determinada por el proceso
de globalización en curso que, bajo los parámetros neoliberales, ha provocado la
agudización y combinación de una triple crisis internacional de naturaleza
ambiental, económica y social. Nunca bajo el tardocapitalismo se había puesto de
forma tan manifiesta la relación entre la crisis ecológica y la sistémica como en este
convulso inicio del siglo XXI.
La crisis económica mundial –que tiene diferentes plasmaciones según países y
áreas económicas- se expresa de forma aguda en los principales países
industrializados. Tiene dos dimensiones, por un lado es una crisis de
sobreproducción que sobrepasa los límites de una demanda que conoce ciclos de
debilitamiento y, por otro el capitalismo vive una crisis de naturaleza financiera
inédita. Por su parte, la crisis de naturaleza ecológica tiene como piezas claves: la
pérdida acelerada de la biodiversidad, el agotamiento de recursos estratégicos –
incluida el agua dulce- y la evidencia de la limitada capacidad del planeta como
sumidero.
Existe una íntima correlación entre las esferas financiera, productiva y
medioambiental. A escala global podemos afirmar que la financiarización ha
supuesto que el excedente del ejercicio no se reincorpore ni siquiera parcial y
proporcionalmente a las empresas como forma de mantenimiento de su fortaleza,
modernización productiva e innovación tecnológica. El objetivo de la empresa,
cualquiera que sea su actividad, pasó a ser el obtener liquidez rápidamente para
incrementar el valor de los derechos del accionista o del obligacionista y de los
sueldos, primas, “bonus” y blindajes de sus gestores. De forma que las grandes
corporaciones iniciaron una práctica de retirada masiva de beneficios –con
resultado de debilitamiento de las empresas productivas- para atender la
voracidad de sus administradores, “cortacupones” y prestamistas, a la par que
desatendieron la reinversión en bienes de equipo y procesos en las empresas, día a
día más frágiles.
Según hemos visto avanzar el proceso por el las finanzas adquirían una centralidad
creciente en el modelo económico, también hemos podido comprobar que “don
dinero”, ejercía una presión insoportable sobre la estructura productiva. Esta
evolución ha comportado la hegemonía de una nueva lógica perversa en el
pensamiento económico burgués; las políticas económicas, la economía política y
en suma la economía misma han sido sustituidas por los trucos de las escuelas de
negocio dominadas por neoliberales. De pronto no hay sitio en el pensamiento
dominante y en la prensa económica para consideración alguna sobre la estructura
productiva solo para “primas de riesgo”, “derivados” y “déficits”. Es la muerte de
política, solo queda el dogma. Pero hay más consecuencias.
Al explotar las diversas burbujas, los capitales ociosos empezaron a buscar nuevos
nichos de negocio en sectores –hasta entonces públicos en muchos países- como la
salud o la educación, en bienes naturales básicos de uso y propiedad públicos –
como el agua- cuya demanda es inelástica o en la apropiación de grandes
extensiones de tierra para controlar recursos minerales, la alimentación y el cultivo
de plantas con fines energéticos. Nos encontramos en los albores de una nueva
fuente de ganancia capitalista basada en la estrategia de la geopolítica de la
escasez.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
4
El resultado final, fruto de todo lo anteriormente expuesto, es que la presión sobre
la biosfera –base de la vida, suministradora de nuestros recursos y de la que
formamos parte como especie- se ha intensificado de forma muy acelerada. La
extracción hasta el agotamiento de los recursos no renovables, de la ausencia de
gestión racional y sostenible de los renovables y de el uso irresponsable del planeta
como vertedero son las reglas de un peligroso juego al que nos abocó el
productivismo capitalista –copiado acríticamente por regímenes que decían
pretender superarlo- cuya última razón es la maximización de la ganancia privada.
Esa es la lógica irracional cortoplacista de las leyes que rigen el modo de
producción capitalista. Sin embargo, ese juego no solo aboca a la sociedad a nuevas
crisis ambientales de consecuencias desconocidas para la vida, sino que conlleva a
muy próximo plazo –de no parar la partida- a nuevas y más severas crisis
económicas de consecuencias sociales dramáticas.
4. La cuestión del cambio climático, un reto para el
movimiento obrero y para la sociedad
Tomemos como referencia uno de los problemas ambientales más graves de raíz
antropogénica como es el actual proceso de calentamiento atmosférico. En mi
opinión, el que requiere nuestra atención prioritaria y exige de soluciones
urgentes. Las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) son
múltiples. Además del vapor de agua originado por diversas fuentes naturales
como producto directo o indirecto de la acción humana cabe señalar como
principales gases de efecto invernadero (GEI) los siguientes compuestos asociados
a diferentes actividades productivas (o de otra naturaleza).
Cuadro 1 Principales GEI y fuentes de emisión
CO2
Dióxido de carbono
-
Combustibles fósiles
Deforestación
Quema biomasa
Producción cemento
CH4
Metano
-
N 2O
Óxido nitroso
Arrozales
Humedales
Rumiantes
Quema biomasa
Combustibles
fósiles
Termitas
Vertederos
-
HCH
PFC
Hidrofluorocarbonados Perfluorocarbonados
-
Equipos
refrigeración
Aire acondicionado
Extintores
Aerosoles
-
Producción
aluminio
de
Fuentes biológicas
Fertilización
Quema de biomasa
Fuentes
industriales
SF6
Hexafluoruro
azufre
-
de
Equipos eléctricos
Por tanto el cambio climático está íntimamente vinculado a actividades laborales
industriales y agrícolas así como al modelo de construcción de edificios e
infraestructuras y al de transporte de personas y mercancías en vehículos a motor.
La clase obrera, por tanto, no es ajena a la solución que se le dé a los problemas
ambientales asociados al calentamiento por emisión de GEI. Debe tener voz en el
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
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diagnóstico y en las alternativas. No cabe cerrar los ojos ante el problema
originado por el modelo productivista del capitalismo. Pero, a su vez, la
imbricación de los GEI en tan variadas y estratégicas actividades supone que las
dificultades para revertir la situación cambiando el modelo van a ser muy
importantes.
Nos encontramos ante el abismo del cambio climático si no se logra detener las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Abismo que, en declaraciones del
magnate y especulador financiero George Soros, tiene también una dimensión
económica de gran alcance, quien afirma que “el calentamiento global, que es la
verdadera crisis que se le viene encima a la economía mundial”.4 Crisis que
Nicholas Stern, Economista Jefe del Banco Mundial (2000-2003) y responsable
del informe que lleva su nombre sobre las consecuencias del calentamiento, se
atreve a cuantificar al valorar la pérdida de riqueza medida en términos de PIB,
cuando afirma “… estos cambios de clima redibujan el mundo y provocan
movimientos enormes de población y eso implica conflicto y crisis. La economía
caería entre el 5% y el 20”.5 Ideas ambas que contrastan con las recientes palabras
de Rajoy desde Brasil donde afirmó que las medidas contra el calentamiento y a
favor del medio ambiente debían estar supeditadas al dictado de su viabilidad y
rentabilidad económica. O sea la supeditación de la ecología (bien para la mayoría)
a la ganancia (privada), supeditación que además de irresponsable es un error
económico de primer orden. Tras el fracaso de las cumbres del clima y en concreto
de Río + 20, la urgencia por encontrar soluciones y nuevas vías de presión sobre
los gobiernos del mundo se convierte en una prioridad política para los
movimientos sociales y en primer lugar el movimiento obrero.
5. Necesidad de un nuevo modelo, producción limpia
y transición justa
Si hubiera que hacer un ranking de los problemas ambientales ligados al
productivismo económico, podríamos convenir mayoritariamente en señalar que
las cuestiones más preocupantes son:
1. El calentamiento global del planeta derivado de las emisiones de gases de
efecto invernadero.
2. El deterioro de la capa de ozono que nos protege de las radicaciones solares
causado por emisiones de gases halogenados.
3. La contaminación multicausal de costas, mares y océanos del planeta.
4. El envenenamiento tóxico químico de los ríos y acuíferos.
5. El deterioro de bosques y lagos por la lluvia ácida derivada de emisiones de
óxidos de azufre y de nitrógeno.
6. La sobreexplotación de los cursos de agua dulce y los acuíferos para usos
agrícolas, industriales o de consumo humano.
7. La contaminación creciente de los suelos agrícolas por la agroquímica.
4
El País Semanal, 21-9-2008 http://elpais.com/diario/2008/09/21/eps/1221978413_850215.html
5
El País, 2-10-2008 http://elpais.com/diario/2008/10/02/sociedad/1222898409_850215.html
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
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8. La pérdida de biodiversidad por desaparición de ecosistemas y la extinción
de especies, producto de los factores anteriores y de la explotación
insostenible de tierras y aguas.
9. Los problemas de calidad de aire de las ciudades y áreas metropolitanas e
industriales por efecto combinado de la producción y el transporte
motorizado.
10. La externalización internacional de la producción sucia hacia los países
empobrecidos desde las los industrializados creando una nueva dimensión
de la inequidad mundial, la ambiental.
Este panorama manifiesta la insostenibilidad del actual modus operandi que
podemos caracterizar como un “contra modelo” de producción de ciclo abierto que
depreda, esquilma y agota el patrimonio de los recursos naturales, con un
comportamiento altamente contaminante y sumamente ineficiente6 en la
conversión de las materias en bienes y servicios útiles. Autores de diversas
disciplinas relacionan de forma creciente el funcionamiento y efectos del actual
modelo productivo con la salud pública (Lash, 1996), la salud laboral y la justicia
en el acceso a los recursos. Aspectos, que al traducirse en términos de políticas
públicas, exigen regulación normativa y planificación de actuaciones y recursos
incluidos los financieros y fiscales a los que Nobuo Tanaka (2010)7 califica de
paquetes “verdes” de estímulo económico.8
Existen alternativas tecnológicas financieramente viables, económicamente
posibles y ambientalmente necesarias para defender los intereses de la mayoría de
la sociedad frente al hoy conocido como el 1%. Hace falta un solo requisito para
ponerlas en marcha: decisión política. En el camino serán múltiples y muy
poderosas las resistencias de la minoría que se lucra con el actual modelo
productivo.
El desarrollo científico, técnico y social permite avanzar hacia lo que se vienen
denominando un modelo de producción limpia, cuyos fundamentos son:
a) La sostenibilidad en el uso de los recursos naturales (agua, materias primas,
suelo, etc.) mediante la minimización de su empleo y la aplicación del
criterio de priorizar su renovación. Lo que exige una gestión racional
mundial de los recursos basada en los principios de la biomímesis.
b) La implementación de procesos productivos energéticamente eficientes, de
tecnologías limpias y de métodos de organización del trabajo que permitan
la optimización de los recursos empleados.
c) El criterio de lograr la eficiencia productiva. Lo que
maximización de los bienes y servicios a obtener por
empleada y la no generación de residuos, emisiones
supone su eliminación en la cadena de valor y, si
minimización de los mismos.
se plasmará en la
unidad de recurso
y vertidos, lo que
no es posible, la
La ineficiencia se muestra de forma tragicómica en la ingente cantidad de basura generada (Del
Val 1993 y Pardo, 1999).
6
Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía.
Actualmente esas medidas entran en colisión con lo dispuesto por la mera lógica del mercado. La
ganancia privada (de la minoría especuladora) entra en abierta oposición con la ganancia social (de
la mayoría de las personas).
7
8
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
7
En el caso de la lucha contra el calentamiento y evitar el cambio climático el
objetivo fundamental es desconectar la generación energética y la actividad
productiva de su dependencia de los combustibles fósiles, lo que supone es una
excelente oportunidad para modernizar el aparato productivo hacia un modelo
sostenible de producción, transporte y consumo. El primer paso y la clave para
iniciar una transformación en clave ambiental de todas las actividades productivas
y de transporte, es cambiar de modelo energético. Ello implica en primer lugar
diseñar una reducción de la dieta energética mediante el ahorro, un esfuerzo por
incrementar la eficiencia –no solo de cada artefacto o proceso sino del conjunto de
la actividad productiva-, el abandono organizado de las fuentes de energía
contaminante (carbón, gas, petróleo y nuclear) y su sustitución por fuentes de
energía renovables. Esto significará desplazamiento de inversiones y empleos de
sectores. El movimiento sindical –y con él toda la izquierda- debe diseñar su
estrategia para asegurar que el saldo neto de empleo sea positivo. Para ello es
necesario prever estos cambios entre sectores. Es necesario anticiparse a los
acontecimientos y disponer de voz y alternativas propias frente a patronales y
gobiernos.
El sindicalismo debería tener como objetivo identificar de forma precisa para
poder anticiparse y tener criterio propio:
a) Las consecuencias adversas en cada sector y en cada país que pudieran
derivarse sobre todo en relación con el empleo y la justicia social y
territorial.
b) Las opciones más eficientes y menos costosas en términos sociales.
c) Las oportunidades que se puedan derivar para el desarrollo de una nueva
economía.
El objeto de los pasos anteriores es poder realizar una transición justa entre un
modelo de economía altamente carbonizada y un modelo de producción
descarbonizado. Lo que supone que no sea precisamente la clase obrera de los
sectores afectados por la sustitución quien “pague los platos rotos” y, bien al
contrario, sea el conjunto de la sociedad, a través de los mecanismos políticos,
administrativos y económicos necesarios quien posibilite su reubicación digna,
adecuada, rápida y sin merma de derechos en nuevas actividades productivas a
establecer en los mismos lugares donde desaparezcan las empresas contaminantes.
Los criterios que podrían inspirar las medidas concretas de una transición justa
pueden sintetizarse en los siguientes:
1) Protección calidad de vida de trabajadores y de los sectores más
vulnerables, lo que implica mantenimiento de las percepciones salariales y
protección social ilimitados mientras dure el proceso de cambio, nuevos
empleos en la zona de residencia y formación adecuada a los nuevos puestos
de trabajo.
2) Protección de la economía de las comunidades afectadas mediante la
diversificación económica y la inversión de recursos públicos.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
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6. El caso español de Aznar a Rajoy pasando por
Zapatero
“Mientras tanto, un montón de compañías de acciones surgieron por todas
partes. Pronto recibieron el nombre de burbujas, el más apropiado que
podía imaginarse. El populacho acierta con frecuencia en sus motes:
ninguno podía ser más adecuado que el de burbujas. (…) Empleando
palabras del Political State, esas empresas estaban ´levantadas por hábiles
granujas, después seguidas por multitud de tontos anhelantes y al final
resultaba ser, en efcto, lo que la denominación vulgar dice de ellas: burbujas
y cháchara vacua´” Charles Mackay (1841)
El “milagro” español de mediados de los noventa que llegó hasta el año 2007 en el
que hubo superávit presupuestario y una bajísima deuda pública se basó en el
boom de la construcción inmobiliaria residencial y turística y en la sobresaturación
de infraestructuras viarias. Detrás de los oropeles se escondía una desbocada
deuda privada de constructoras, promotores e inmobiliarias con la banca española
y de esta con la extranjera, particularmente la alemana y francesa. El resultado del
“milagro” es una creciente degradación ambiental, desequilibrio territorial e
inviabilidad económica causados por lo que en otro trabajo denominé la
insostenible pesadez del modelo productivo (Garí, 2011).
Los gobiernos socialistas anteriores al ascenso del PP llevaron a cabo una
“modernización” productiva que se tradujo en la reconversión que desindustrializó
el país, la privatización de importantes parcelas productivas y financieras -hasta
ese momento públicas y rentables- y la terciarización de la economía. El
“despegue” de los Aznar y Rato se basó en convertir en edificable todo el territorio
español, desregular el funcionamiento financiero y rematar la labor privatizadora.
El PP pasó una envenenada herencia al gobierno Zapatero que debía haber tenido
una política firme frente a la metástasis inmobiliaria y la creciente financiarización
de la economía. No fue así.
Quienes hoy nos gobiernan teorizaron -cuando su partido gobernaba en los
añorados años aznaristas- la bondad del modelo imperante a principios del siglo
XXI. Baste dos muestras aportadas por Ekaizer (2012). Cristóbal Montoro el 2 de
octubre de 2003 dejó varias perlas para posteridad en las siguientes declaraciones
“… el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que
habla incesantemente de la economía del ladrillo (…) (la) previsible y deseable
estabilización del precio de la vivienda (…) la construcción es un sector
fundamental de la economía”. Tal y como años más tarde hemos comprobado al
caerse el andamio (añado yo). Por su parte, Luis de Guindos un mes más tarde, el 2
de noviembre, realizó el “certero” pronostico: “… sí, es cierto que las familias están
más endeudadas pero está aumentando la riqueza patrimonial y financiera y
hay unos activos que se trasmitirán a las generaciones futuras”. Cada cual saque
sus cuentas del precio de compra de su vivienda, del monto de su hipoteca viva y
del hipotético precio de venta del mercado de su casa (apostillo yo).
Poco antes del triunfo electoral de Zapatero en 2004, Miguel Sebastián que más
tarde sería uno de los consejeros económicos más escuchados por el nuevo
presidente y ministro en el gabinete socialista, en conversación mantenida con
Mariano Guindal y Mar Díaz-Varela, afirmaba “Menos mal que no vamos a ganar
porque la que viene sobre Estado español es gorda. (…) Tenemos una burbuja
inmobiliaria y es inevitable que estalle, y cuando esto ocurra se lo va a llevar
todo por delante incluyendo los bancos. (…) El gobierno del PP ha sido un
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
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irresponsable. En lugar de frenar la concesión de créditos hipotecarios a través
del Banco de Estado español, ha echado más gasolina al fuego con las
desgravaciones fiscales.” (Guindal, 2011). Parece que el pesimista diagnóstico de
la situación económica (“peor que mal” la calificaba) y de la inminencia del
estallido de la burbuja no fueron motivos suficientes para Sebastián, Zapatero y el
resto de ministros para emprender otro camino en casi ocho años de gobierno del
PSOE. La fiesta siguió. La palabrería sobre el cambio de modelo productivo y la
economía verde solo dio un efímero fruto en el breve, timorato e incoherente
proyecto contenido en la Ley de Economía Sostenible que sin dotación económica
se olvidó en medio del vendaval de mayo de 2010 en el que se redujo la inversión
pública en 6.045 millones de euros, antesala de la reforma del artículo 135 de la
Carta Magna que consagra con el rango de mandato constitucional las políticas
presupuestarios neoliberales. Y luego vino Rajoy.
El resultado de los desmanes y la cobardía de unos y otros gobernantes no solo es
la burbuja inmobiliaria, sino la especialización en producciones de bajo valor
añadido, un escaso esfuerzo en I+D+i y en TICs, el aumento del empleo de baja
calidad, la bajada generalizada de los salarios reales, la aparición de un abanico
salarial que acumula en un 4% de los asalariados el 17% de la masa salarial y la
disminución del peso de las rentas del trabajo frente a las del capital que
experimentan un rápido crecimiento. El desequilibrio económico del modelo se ha
medido con diversos índices (participación inmobiliaria en el PIB, número de
casas construidas/año en Estado español en comparación con otros países, etc.),
pero hay uno que directamente nos conduce a comprender magnitud del núcleo
central del desempleo y su impacto en otros empleos indirectos: en 2007 la
construcción española empleaba a 2,7 millones de trabajadores, la alemana –con el
doble de población, en plena expansión económica y reconstrucción de Berlín
como capital y del parque residencial del este- a 2,5 millones.
Los problemas ambientales derivados de la forma de cultivar, fabricar y edificar en
el Estado español, no vienen de ayer. De la gravedad de los mismos da buena
cuenta la economía ecológica que viene denunciando que al centrar la reflexión y el
esfuerzo en el crecimiento del PIB no ha tenido en cuenta los desmanes
ambientales ligados a un modelo de desarrollo insostenible (Carpintero, 2005).
En mi opinión, en el caso Estado español adquiere especial importancia la cuestión
energética dado el grado de dependencia del exterior que obligó en 2008 a la
importación del 89,2% de la energía primaria y en 2009 el 87,6%. La intensidad
energética primaria ha mejorado desde 2004, pero sigue por encima de la media
de la UE, lo que sigue siendo un factor de negativo para la productividad y un
hándicap ambiental ya que el sistema energético es el causante del 80% de GEI.
El modelo de movilidad es insostenible por las emisiones que produce, las
infraestructuras que requiere y el suelo que ocupa.9 Está basado en el uso del
vehículo a motor privado frente a los medios colectivos y en el transporte por
carretera frente al ferrocarril. La red de carreteras es 10 veces mayor que la
ferroviaria. Estado español cuenta en 2008, según el Ministerio de Fomento, con
13.507 Km. de autovías y autopistas, o sea el 22% de las existentes en la UE-27, lo
que significa que cuenta con mayor número absoluto de Km. de alta ocupación
viaria en Europa (y el tercero en el mundo), pero también con el mayor ratio por
habitante y por vehículo. La opción por el AVE respecto al resto de modalidades
9
El PEIT vigente, al servicio del modelo, de cumplirse, incrementará esta insostenibilidad.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
10
ferroviarias más eficientes económicamente y socialmente útiles, situará en 2010 a
Estado español, con 2.230 Km., como el país con más Km. de alta velocidad de la
UE y el segundo del mundo. Este despropósito ambiental, sin embargo, se traduce
en una ocupación de viajeros un 20% inferior que en Francia.
En 2007, según el INE, el 96,1% del transporte de mercancías se efectuó por
carretera frente al 78,8% de la UE-15; el ferrocarril español transportó el 3,9%
frente al 14,6% de UE-15. El parque de vehículos a motor en 2007 era de 16,5
millones, lo que supone un aumento respecto a 1990 del 71,65%. En el mismo
periodo el consumo energético del transporte se incrementó en un 77,18%. En
2008 el consumo de energía se distribuyó en un 79% en carretera, 14,5% aéreo,
3,5% marítimo y un 3% ferrocarril. El sistema de transporte está escasamente
electrificado y el petróleo representa el 97% de sus fuentes. 10
7. ¿Por dónde empezar en nuestro país?
Tress son los retos más urgentes: a) parar el calentamiento y evitar el cambio
climático, lo que implica salir de la “burbuja fósil” y abandonar la era del petróleo
para entrar en la solar; b) restablecer la calidad de las condiciones del medio aéreo,
terrestre y acuático; y c) proceder a una profunda reorganización de la actual
irracional ordenación territorial. Ello implica descarbonizar la economía, impulsar
la química verde empezando por una política de sustitución inmediata de
sustancias y productos, el control de residuos y acabar con la especulación
urbanística. 11
De todos los problemas ambientales señalados en un apartado el que requiere
nuestra más urgente y decidida actuación, pues carecemos de crédito temporal
para solventarlo, es el del cambio climático, cuestión que está íntimamente
relacionada con la descarbonización de la economía y, por tanto, con el modelo
energético.
A su vez, la cuestión de la energía es el talón de Aquiles de la viabilidad económica
del actual modelo productivo.12 La necesidad de cambiar el patrón de desarrollo no
es una consecuencia de la crisis financiera sino del riesgo de que a la crisis
económica se le superponga una crisis energética con un impacto ambiental, social
y económico mucho más grave.13 El cambio de modelo energético es el vector de
primer orden en el cambio de modelo productivo, es el más acuciante y en el caso
español se revela también como uno de los elementos básicos de solución y salida
frente a la crisis económica.
Según datos del MITYC, La energía en Estado español”, 2009 y REE, “El sistema eléctrico
español”, 2009,
11 El proceso de reconversión ambiental de la economía será intensivo en mano de obra, pero
repercutirá en lugares y tiempos de forma diferente. Por ello es necesario proteger a quienes sean
temporalmente perjudicados mediante medidas que aseguren lo que la Confederación
Internacional de Sindicatos (CSI) denomina una transición justa.
12 El papel de la energía en el desarrollo social es clave (Cottrell, 1955), por lo que cualquier cambio
en el campo energético tiene efectos multiplicados en la economía y en la organización de la
sociedad.
13 La crisis de suministro anunciada por la Agencia Internacional de la Energía que, después de
haber estudiado los 800 mayores yacimientos petrolíferos del mundo, ha comprobado que el ritmo
de descenso de las reservas se ha duplicado de 2007 a 2008 y constatado que las carencias de
suministro previstas para 2020 se adelantará a partir de 2010, viene a sumarse a la crisis climática
debida al consumo masivo de hidrocarburos.
10
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
11
El objetivo central del cambio de modelo energético es generar más bienes y
servicios con menos energía y que esta sea limpia, o sea desacoplar el binomio PIB
/ generación eléctrica y/o consumo de energía. El objetivo central del cambio de
modelo productivo es generar más bienestar con menos recursos, o sea desacoplar
el binomio satisfacción de necesidades humanas y PIB.14
El nuevo modelo energético significa su descarbonización y desnuclearización, y la
reducción de una demanda que no puede crecer ad-infinitum. Ello comporta el
incremento del ahorro y la eficiencia e importantes modificaciones en procesos,
bienes y consumos e impulsar la movilidad sostenible mediante la electrificación
del transporte y el apoyo al colectivo, pasando por fórmulas transitorias de
impulso del auto eléctrico privado. El ahorro y la eficiencia energética adquieren
así una nueva dimensión, ya que se trata de que el conjunto de las actividades
productivas y de servicios –de transporte, administrativas, comerciales y
residenciales– reduzcan drásticamente su intensidad energética y en algunos casos
–como el de los edificios– pasen a ser de consumidores de energía a generadores, y
en otros –como el de los vehículos– de fuentes directas de contaminación por
combustión de energías fósiles a almacenes de energía producida por fuentes
renovables.
Por tanto, el cambio energético abarca tres grandes campos. En primer lugar, el
impulso público decidido a las energías renovables solar, termosolar, eólica,
biomasa, etc., y a la generación distribuida, lo que significa acabar con la errática
trayectoria del gobierno actual. Las energías renovables han sido capaces de
contribuir en el 33% a la generación eléctrica en nuestro país el pasado año y
constituyen un sector industrial cuyo peso en el PIB es creciente. Acompañado de
la potenciación del transporte colectivo electrificado, particularmente las
soluciones ferroviarias para personas y mercancías frente al actual modelo
totalmente escorado hacia el transporte motorizado por carretera. Y finalmente la
apuesta por la construcción energéticamente eficiente de inmuebles, comenzando
por la promoción de la rehabilitación del obsoleto parque inmobiliario residencial,
terciario e industrial existente.
El rubicón del cambio energético, por tanto, radica en impulsar la disponibilidad
de las renovables convirtiéndolas en potencia más firme mediante la hibridación
de la energía solar de concentración y la eólica con las centrales de biomasa y con
centrales hidráulicas reversibles, a la par que se mejora y confiere mayor
estabilidad a la red interna y a las conexiones internacionales. Pero ello implica
que exista un marco regulatorio seguro y serio que impulse las energías limpias y
aleje a su vez los movimientos especulativos que pudieran conducir a una burbuja
de las tecnologías de las renovables.
El cambio de modelo energético asociado a un cambio de modelo productivo,
introduce también una nueva perspectiva sobre el empleo: permitiría mantener
empleos hoy muy vulnerables en sectores como la construcción o el automóvil
además crear nuevos empleos sostenibles en el propio sector energético, que en
Los procesos hacia la edificación sostenible –modernizando el parque existente para hacer los
edificios más eficientes energéticamente e instalar renovables– y hacia la movilidad sostenible –
desarrollando el transporte público y la electrificación del transporte– cambiarán profundamente el
modelo productivo, a su vez los cambios de modelo productivo hacia una economía sostenible,
desarrollarán sistemas y procesos eficientes, redes inteligentes e implantación de renovables.
14
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
12
definitiva pueden jugar un positivo efecto de arrastre para el conjunto de la
economía.
8. Por dónde continuar
La producción limpia, pieza clave del cambio de modelo productivo, como afirma
Estrada (2009) es mucho más que un cambio sectorial de actividades.15 Acorde con
el citado autor, un cambio en el modelo productivo no solo debe suponer una
sustancial modificación de los productos y servicios que ofrecen las empresas, sino
una forma diferente de producir, en términos de ahorro de materiales, de
eficiencia energética, de organización del trabajo, y también en la propia relación
de los trabajadores con la empresa en la planificación de la actividad productiva.
El objetivo final del cambio de modelo productivo debe ser lograr que el
incremento del valor añadido de las empresas españolas se traduzca en un reparto
equitativo de la riqueza generada favorable para las remuneraciones salariales,
para lo cual lograr una mayor estabilidad en el empleo es una condición necesaria.
Para Estrada, este incremento del valor añadido debe hacerse, dentro de una
visión a medio plazo, considerando que la sostenibilidad medioambiental es una
ventaja para la sociedad.
El nuevo modelo productivo podría basar el aumento del valor añadido de las
empresas en la reducción de costes no laborales, principalmente a través del
ahorro de materias primas y de la eficiencia energética; la drástica disminución de
los costes financieros, el aumento de la escala producción, lo que reduce los costes
unitarios; y el incremento de la productividad del capital, fundamentalmente a
través de la innovación de procesos.
El objetivo no es crear islas verdes en la producción. El objetivo es la
transformación en clave ambiental del conjunto de la actividad productiva, de
todos los inputs y outputs, y de todos los materiales, productos y procesos. Para
ello es necesario bajar, cuando eliminar, ciertas actividades productivas y por el
contrario crecer en otras para satisfacer las necesidades humanas de bienes y
servicios con criterios sociales y ambientales. Entre tanto se produce ese cambio
copernicano de la actividad productiva es importante priorizar el desarrollo de las
actividades de naturaleza sostenible que de por si suponen ya una contribución
neta sostenible y prefiguran el modelo productivo del futuro.
Resulta útil la clasificación sectorial que realiza Estrada a efectos económicos y
ambientales con la vista puesta en el cambio de paradigma productivo en Estado
español. Denomina sectores básicos a aquellos que resultan imprescindibles para
mantener el volumen de empleo y deberán afrontar importantes procesos de
modernización en clave de sostenibilidad que, en muchos casos, deberán contar
con un importante apoyo público para que se reduzcan al mínimo los posibles
costes sociales transitorios. Si esta modernización sectorial se afronta con
prontitud pueden salir fortalecidos, ya que desarrollarán nuevas tecnologías y
productos. En este grupo se incluyen los sectores de: construcción, automoción,
turismo y química.
Cabría añadir que es mucho más que el cambio en los nichos de negocio donde los capitales
ociosos procedentes de las diversas burbujas buscan la realización de nuevas ganancias con altas
rentabilidades.
15
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
13
Los sectores emergentes son para el autor los que están resultando beneficiados
por las macrotendencias de cambio con importantes posibilidades de implantación
y desarrollo en nuestro país. Estos sectores son los que más impulso público deben
tener, ya que serán los que aportarán un mayor volumen de riqueza y empleo en
las próximas décadas. Se incluyen dentro de este grupo las energías renovables, los
alimentos procesados -especialmente los relacionados con los productos de la
agricultura ecológica-, la construcción y reparación naval, la construcción de
material ferroviario, los servicios sanitarios y los servicios sociales.
Califica de sectores apuesta de futuro los que se benefician de las tendencias de
cambio, pero que están escasamente implantados en nuestro país. Entre los
mismos se incluyen: mecatrónica; biotecnología médica (investigación en célulasmadre), aparatos médicos, biocombustibles que no entren en competencia con la
producción de alimentos por el uso de la tierra y la producción de servicios
medioambientales.
Finalmente considera como sectores transversales aquellos cuyo desarrollo es
imprescindible para la obtención de ventajas competitivas de los anteriores
sectores y que a su vez se verán beneficiados por su desarrollo; entre ellos:
educación e I+D+i, transporte, tecnologías de la información y las comunicaciones.
9. La cuestión del empleo y el cambio de modelo
productivo
El principal objetivo de las actividades productivas limpias no es ni debe ser crear
empleo, tal como afirma Linares (2010) refiriéndose a las energías renovables, sino
contribuir a la sostenibilidad ambiental general. Pero crearlo, lo crean. Poschen
(2008)16 afirma que no solo existen ya millones de empleos sostenibles en el
mundo, sino que el potencial de los mismos en el futuro es enorme, pues los
análisis y proyecciones disponibles sobre la dinámica del mercado de trabajo
muestran que en conjunto habrá más empleos en las economías limpias que en las
sucias.17
Numerosos estudios demuestran que el proceso de “ecologización” de la actividad
productiva es intensivo en mano de obra, lo que significa que el saldo neto de
empleos ligados al cambio de modelo productivo sostenible es positivo. La
avanzadilla de estos puestos de trabajo son los empleos en actividades de por sí
mismas sostenibles, hoy objeto de debate social y académico en torno a su
ubicación sectorial y cuantificación.
El problema es que la destrucción y creación de empleo repercute de forma
asincrónica y desigual, lo que plantea un reto para el conjunto de la sociedad que
sindicatos y gobiernos deberán abordar desde sus diferentes planos de
responsabilidad. El primer objetivo es lograr que el proceso no sea lesivo para las
regiones y los sectores de las clases trabajadoras afectadas por el declive de las
actividades nocivas. El segundo objetivo es asegurar el éxito en el cambio de
modelo.
Director del Departamento de Integración de Políticas de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT)
17 Hace 15 años varios trabajos señalaron las posibilidades de creación de empleo ambiental. Entre
otros García (1996) y Garí (1996) en el caso español. Posteriormente se han multiplicado.
16
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
14
Entre los argumentos económicos y sociales favorables las actividades económicas
sostenible podemos destacar tres: las inversiones son intensivas en trabajo porque
privilegian la inversión en capital humano con lo cual tienden a generar más
empleo por unidad de capital, los empleos no son deslocalizables o lo son en
mucho menor medida que otros sectores industriales o de servicios por lo que
estas actividades productivas favorecen la reactivación de las economías locales. 18
Para que este potencial se haga realidad es necesario poner en marcha medidas
que promuevan el cambio hacia una economía sostenible, lo que significa
introducir una perspectiva ecológica en la actividad productiva. Ello provocará
cambios en las tareas de muchos puestos de trabajo actuales. Tendrán que incluir
la variable ambiental en sus desempeños laborales diarios tanto los cuadros
técnicos como el conjunto de las plantillas de todos los sectores, desde los
responsables de instalaciones y logística hasta trabajadores de la construcción o
directores de oficinas financieras. Y también supondrá la creación de nuevos
puestos de trabajo vinculados a nuevos desempeños. Todo ello implica la
necesidad de determinar los perfiles profesionales adecuados para realizar esa
reconversión ecológica global de la actividad productiva y los requerimientos
formativos que comporta. 19
En opinión de la Confederación Sindical Internacional (CIS) y de la Confederación
Europea de Sindicatos (CES), luchar contra el calentamiento, descarbonizar la
energía y la actividad productiva y aún más ecologizar el conjunto de la actividad
productiva y económica suponen una excelente oportunidad para modernizar el
aparato productivo en la senda hacia un modelo sostenible de producción y
consumo. Esto significará desplazamiento de inversiones y empleos de unos
sectores a otros. La sociedad en su conjunto -de forma particular el movimiento
sindical y las administraciones- debe diseñar su estrategia para asegurar que el
saldo neto de empleo sea positivo. Para ello es necesario prever estos cambios
sectoriales y actuar con los anteriormente citados criterios de la transición justa.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), empleos verdes son aquellos
que reducen el impacto ambiental de las empresas y los sectores económicos hasta
alcanzar niveles sostenibles. Esta definición es compartida por sus socios en la
Iniciativa Empleos Verdes, junto con el Programa de las Naciones Unidad para el
Medio Ambiente (PNUMA), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la
Organización Internacional de Empleadores (OIE). Como primer resultado de esta
iniciativa se ha publicado el informe Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en
un mundo sostenible y con bajas emisiones en carbono (PNUMA, OIT, OIE y CSI,
2008).20 El informe, que marca un antes y un después en la definición de las
actividades productivas calificables de sostenibles, trata de dar respuestas a
diversas cuestiones relacionadas con el empleo verde y plantear las políticas y
medidas necesarias para superar los obstáculos y lograr una economía sostenible y
El Banco Europeo de Inversiones prevé que esta economía limpia atraerá hasta un billón de euros
en inversiones hasta 2020, sobre todo en las ciudades. Las políticas de reactivación económica
deben también modificarse para ser coherentes con el cambio. Ese es no sólo el mejor camino para
salir de la crisis, creando empleo, sino también para que el modelo resultante sea económica, social
y ambientalmente viable en el nuevo escenario internacional.
18
El debate sobre los empleos verdes tiene su imagen invertida en el debate sobre los efectos
negativos en el empleo si no se actúa contra el deterioro ambiental. Pero este asunto no es objeto
del presente documento.
19
20
Elaborado por el Worldwatch Institute y el Global Labor Institute de la Universidad de Cornell.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
15
baja en carbono. El documento establece que los sectores en los que existe un
mayor potencial de creación de empleo verde son los vinculados al suministro
energético mediante renovables, la eficiencia energética, el transporte colectivo, el
reciclado y la agricultura ecológica.
En lo referente al suministro energético mediante el despliegue de las energías
renovables, el informe constata que en los últimos años se han creado más de 2,3
millones de empleos, a pesar de que las fuentes alternativas aportan únicamente el
2% de la energía mundial. La OIT calcula en 20 millones de empleos el potencial
de las renovables en todo el mundo.
Cabe señalar que esta opinión se ve reforzada con los estudios realizados por
Ragwitz y Schade (2006) que tras aplicar los modelos NEMESIS y ASTRA al caso
de la Unión Europa concluyen que ya en 2005 las fuentes de energías renovables
emplearon a 1,4 millones de personas y generaron 58.000 millones de euros de
valor añadido. Según la American Solar Energy Society, la eficiencia y las
renovables daban empleo a 9 millones de trabajadores en 2007 y en un escenario
de fuerte apoyo a estas actividades se estima que emplearán a 37 millones en 2030.
Greenpeace (2010) en el escenario de “[R]evolución Energética” estima que se
pueden crear unos 8,5 millones de empleos en las energías renovables para 2030.
El Gobierno alemán ha elevado de 300.000 a 400.000 trabajadores sus
previsiones de creación de empleo de las renovables para 2020, dado que se está
creando mucho más de lo previsto. El sector eólico europeo ha emitido un estudio
en el que informa que alcanzó 154.000 empleos (directos e indirectos) en 2007 y
que prevé 330.000 en 2020. El sector fotovoltaico europeo prevé que en 2030
generará electricidad para más de 3.000 millones de personas y creará 10 millones
de empleos.
En el caso de la eficiencia energética, en particular en edificios y construcción, los
autores del informe atribuyen la cifra de 4 millones de empleos mundiales a estas
actividades. Los edificios son responsables del 30-40% de todo el uso de la energía.
De hecho, utilizando la tecnología disponible actualmente podría ahorrarse al
menos un 80% de la energía utilizada en la construcción de inmuebles. El
transporte colectivo en el que los autores estiman que en Estados Unidos y Europa
oriental trabajan 1,3 millones de personas. Optan especialmente por el ferrocarril
así como por los sistemas de transporte público, ya que ofrecen un nivel mas bajo
de emisiones y un mayor número de puestos de trabajo que la movilidad basada en
el auto privado. La implementación del reciclado en las industrias básicas (acero,
aluminio y papel) que actualmente supone un volumen de empleo de 12 millones
de personas.
No obstante, señala el documento que muchos de los empleos actuales en el sector
del reciclado no pueden considerarse verdes ni decentes por provocar
contaminación y peligros para la salud de los trabajadores, por lo que la actividad
deberá ser regulada y organizada bajo el prisma de la salud laboral y ambiental. La
agricultura sostenible de las explotaciones familiares y la producción orgánica
puede ser fuente de ocupación, riqueza y seguridad para millones de seres
humanos. Pero ello exige profundos cambios en las prácticas agrícolas y
ganaderas, ya que la producción agraria es extremadamente vulnerable al cambio
climático, pero al mismo tiempo contribuye a él en forma notable.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
16
10. Estimaciones realizadas en el Estado español
Ha habido mucha y mala retórica desde el gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero sobre la cantidad de empleos “verdes” que se podían crear. Pocas veces se
han contado los existentes en el Estado español y se han diseñado proyecciones
basadas en hipótesis y escenarios verificables. Casi nunca se ha discutido qué son y
qué no son actividades y trabajos sostenibles. En múltiples foros y ocasiones se
utilizan sin mayor definición ni concreción términos talismán como green jobs o
“economía verde”. Su sucesor, Mariano Rajoy simplemente ha eliminado de su
agenda la cuestión de la sostenibilidad ambiental y por tanto se ha convertido en el
mejor aliado de las viejas soluciones obsoletas y contaminantes y de los grupos
económicos que hacen ganancias con las mismas.
Una de las cuestiones en debate actualmente es qué tipo de actividades pueden
considerarse o no “nichos” de empleos verdes. La clasificación de las ocupaciones
ambientales realizada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2006) debe
ser revisada pues sitúa y confunde en la misma categoría empleos vinculados a
actividades de “final de tubería” -que intentan a posteriori reparar el daño y
controlar los impactos negativos de la actividad productiva o consuntiva- con
actividades “verdes” –que suponen mejoras pro-activas para el medio ambiente-.
Por otro lado todavía no se contempla de manera suficiente en dicho estudio el
papel del I+D+i en la ambientalización de la economía.21
El tratamiento y depuración de aguas residuales es una necesidad sanitaria de
primer orden pero difícilmente puede calificarse de actividad que genera empleos
verdes, si bien contribuye a evitar los impactos ambientales negativos que
originaría su inexistencia; lo mismo podemos decir de la gestión de los residuos
urbanos. En el caso de la gestión de los residuos peligrosos solo cabe decir que es
una necesidad transitoria en tanto no se adopten medidas de sustitución que, por
ejemplo en el caso de la industria química podrían ser fuente de nuevos empleos
vinculados a la “química verde”. Podemos calificar de ocupaciones ambientales:
una parte de las tareas de recuperación y reciclaje de los residuos (papel, cartón,
vidrio, plástico, metales, aceites, vehículos, pilas y material metálico y electrónico)
si su finalidad es evitar el uso de recursos mediante la reintroducción de dichos
residuos en el proceso productivo y algunas de las tareas de gestión de
construcción, pero no así buena parte de las demolición. Sin embargo sí que
constituyen sin duda ocupaciones ambientales, las agrupadas por el informe en
producción de energías renovables, la gestión de espacios naturales protegidos, la
de zonas forestales, los servicios ambientales a empresas y entidades, la agricultura
y ganadería ecológica y la educación e información ambiental.
El Informe “Empleo verde en una economía sostenible” realizado por la Fundación
Biodiversidad y el Observatorio de la Sostenibilidad de Estado español (OSE) con
el apoyo técnico de IMEDES cifra en 530.947 los empleos verdes existentes en
Estado español en 2009. El trabajo que constituye una sólida base de partida
aborda numerosas cuestiones y si bien también introduce reflexiones como las
arriba expuestas, efectúa sus cálculos de forma desagregada para las siguientes
Asunto este preocupante y revelador de las insuficiencias tanto de las políticas públicas como del
tejido industrial autóctono. En la actualidad nuestro país está a la cola de los principales países de
la OCDE en el volumen de fondos aportados a los Planes de Estimulo en los que el I+D+i ambiental
tiene un importante peso, apenas un 0,13% del PIB, mientras que en Corea alcanza el 1,47% del
PIB.
21
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
17
actividades: aguas residuales, tratamiento de residuos, energías renovables,
gestión forestal, servicios a empresas, educación e información ambiental,
agricultura y ganadería, gestión de espacios naturales, empleo en industria y
servicios y finalmente introduce dos ítems de interés el sector público con 53.072
empleos y el I+D+i ambiental con volumen de 21.929 puestos de trabajo.
Respecto al empleo asociado a las energías renovables ISTAS ha realizado varios
estudios tanto de ámbito estatal (en 2007 y 2010) como de comunidades
autónomas (en 2008, 2009 y 2010 en Navarra, Cataluña, Madrid y País
Valenciano). Puede consultarse el análisis que ofrecen de algunos de estos trabajos
Nieto (2010), Sáenz de Miera (2010), y González, E. y Castellanos, C. (2009).
El más reciente de los trabajos precedentes al estudio de ISTAS de 2010 sobre el
empleo en las renovables que abajo se presenta es Estudio del Impacto
Macroeconómico de las Energías Renovables en Estado español, elaborado por
Deloitte para la Asociación de Productores de Energías Renovables–APPA. Las
renovables ocuparon directamente, según sus estimaciones a 75.466 personas en
2008 e indirectamente, por efecto arrastre (proveedores de equipos y servicios), a
45.257; lo que supone un impacto total en el empleo de 120.722 personas.
Delgado, Hernández Pezzi, Jiménez Beltrán y Nieto (2010) han contribuido con
varios papeles de trabajo al conocimimiento del empleo asociado a la rehabilitación
de edificios para la mejora de la accesibilidad y la eficiencia energética e instalación
de energías renovables. Para dichos autores rehabilitar anualmente el 2% del parque
construido, 500.000 viviendas y 30.000 edificios, para hacerlos más habitables, con
mejoras en el comportamiento térmico de su envolvente e instalación de energías
renovables, mejoras en la accesibilidad, reducción de la dependencia y factura
energéticas así como las emisiones de CO2, supone crear 360.000 empleos año en la
construcción absorberían el desempleo como consecuencia de la caída de la vivienda
de nueva construcción. Los autores destacan que hay que tener en cuenta que la
rehabilitación propuesta, con actuaciones principalmente en aislamiento térmico e
instalación de renovables, es generadora de empleo no sólo en el sector de la
construcción, sino que tiene un arrastre de actividades y empleo en otros sectores
económicos, principalmente en vidrio y materiales de aislamiento, energías
renovables y componentes de las redes inteligente, actividades todas ellas basadas en
tecnologías con futuro orientadas hacia el desarrollo sostenible.22
CC OO, a través del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) viene
realizando el seguimiento de la evolución del empleo asociado a algunas de las
actividades sostenibles. Los correspondientes al año 2010 llegaron en el momento
oportuno, precisamente es un momento con altos índices de desempleo (20% de la
población activa en 2010, tasa que desgraciadamente no ha dejado de aumentar en
2012) cuando la cuestión del enfoque económico-medioambiental amenaza con
quedar sepultada bajo las propuestas de la economía tradicional que pretenden
replicar el paradigma del siglo anterior.
Del potencial de empleo (y ahorro energético) que encierra la edificación en Estado español, sin
contar con las exigencias de la aplicación del Código Técnico de la Edificación o los resultados que
pueda dar el Plan Nacional de Rehabilitación 2009-2012, cabe resaltar un dato revelador de la
situación: según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la integración de energías renovables en
el tejido inmobiliario solo alcanza al 0,9% de las viviendas. A eso hay que añadir que las
administraciones locales, autonómicas y general del estado no han jugado el papel dinamizador de
la implementación de las nuevas tecnologías de energías renovables en los inmuebles y espacios
propios, lo que significa una asignatura pendiente que induciría la creación de muchos puestos de
trabajo.
22
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
18
El objetivo de los estudios es el cálculo cuantitativo del empleo directo e indirecto
que se podría generar en un horizonte temporal cercano a través de la puesta en
marcha de un conjunto de acciones de fomento de las renovables, de rehabilitación
y modernización con criterios de ahorro y eficiencia energética de una parte
(aproximadamente la mitad) del parque de viviendas existente y de cambios
modales en la movilidad de pasajeros.
Por tanto no se ha analizado el empleo asociado a otras actividades como la
rehabilitación del parque industrial o del terciario, ni el transporte de mercancías,
ni otras actividades favorecedoras de un modelo sostenible.
El potencial de generación de empleo futuro se estima a partir del impacto previsto
de las políticas de apoyo a estos sectores. Políticas que se basan en medidas
concretas y cuantificables que apuestan por una economía baja en carbono,
sostenible y generadora de empleo de calidad frente al “laissez faire” neoliberal
que nos aboca a escenarios tendenciales continuistas que resultan laboral y
ambientalmente antisociales.
10. 1 El empleo actual
a) Energías renovables
Puede estimarse que el volumen de trabajadores directamente empleados en el
sector de las energías renovables en 2010 ascendió a 68.737 a lo que hay que
sumar 44.758 empleos indirectos. El empleo total en el sector de las energías
renovables (directo e indirecto) asciende a 113.227 empleos. Un alto porcentaje de
personal contratado se sitúa en tareas de producción. Entre la producción
industrial como tal y la instalación suponen más de la mitad de las plantillas de las
empresas, concretamente el 51,7%.
Ciñéndonos a la situación de los/as trabajadores/as de las empresas que
configuran el sector de las energías renovables, el 83,7% del personal dispone de
un contrato indefinido, el resto tienen contratos eventuales (14,1%), en
Formación/Prácticas (0,9%) o son Autónomos/as (1,2%).
Pese a esto, no podemos dejar de señalar que muy probablemente, al igual que en
otros sectores de la economía española, la situación contractual en las empresas
subcontratadas sea notablemente peor.
La mayor parte de los/as trabajadores/as de este sector son Técnicos/as o
Titulados/as superiores, seguido de Técnicos/as Medios y de Oficiales/as. Es muy
probable que la subcontratación invisibilice empleos de menor cualificación. Por lo
general, las cualificaciones requeridas para las distintas ocupaciones parten de los
perfiles y las formaciones ya existentes: ingenieros, electricistas, formación
profesional, facultades universitarias..., adaptadas a las especificidades de las
energías renovables en cada uno de sus ámbitos, particularmente en lo que se
refiere a las tareas de operación y mantenimiento de instalaciones. Existe una
oportunidad de reconversión profesional de las industrias existentes, que es
importante en el contexto de crisis actual, en concreto, en el sector de la
construcción mediante el reciclaje profesional en las ramas de fontanería y
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
19
electricidad, hacia la especialización en las habilidades necesarias para el
desarrollo de las energías renovables.
La distribución del empleo según las diferentes tecnologías es la siguiente:
Tabla 2 Empleo generado por subsectores de actividad
Empleo
directo
30.651
%
44,6%
Empleo
indirecto
24.521
Solar Fotovoltaico
19.552
28,4%
8.798
Solar Térmico
6.757
9,8%
3.041
Actividades comunes
Biomasa
4.263
3.191
6,2%
4,6%
2.714
2.808
Hidráulica & Mini
Hidráulica
Biocarburantes
1.078
1,6%
485
964
1,4%
988
Biogás
664
1,0%
681
Solar Termoeléctrico
511
0,7%
307
Geotermia
Aerotermia (Bomba de
calor)
Mini Eólico
415
184
0,6%
0,3%
162
83
165
0,2%
132
Mareomotriz
74
0,1%
38
68.469
100%
44.758
Eólico
TOTAL
Fuente: ISTAS
b) Movilidad sostenible de pasajeros
Para realizar el cálculo de empleo, los modos de transporte se han clasificado
como: a) transporte sostenible: incluye todo el transporte público, los modos no
motorizados (a pie y en bici), taxi y el Car - Sharing y b) transporte no sostenible:
coche y moto, avión y barco.
Los datos de empleo que se presentan, en todo el estudio, se corresponden
exclusivamente con el transporte sostenible y de viajeros (es decir, se excluye de
este estudio el empleo asociado a modalidades de transporte sostenible de
mercancías). A partir de las estadísticas disponibles se estimó el conjunto de
empleos directos en el sector de transporte sostenible, que en un primer análisis ha
comprendido todos los modos públicos, incluyendo el taxi y el vehículo de alquiler,
arrojando un resultado para 2008 de 261.465 empleos, superando en un 5% la
cifra de 2003, que era de 248.782 empleos. Tras actualizar la información y la
metodología, incorporando el empleo generado en la fabricación de autobuses, el
car - sharing, el sector de la bicicleta (producción y venta de servicios, públicos y
privados) y el empleo público que se precisa para la regulación del sector de la
movilidad. Así mismo, se ha incorporado en el recuento de los empleos indirectos,
que son muy importantes en el sector del transporte público, puesto que cubren las
áreas de seguridad, limpieza, venta de billetes, restauración, etc., que en
numerosas ocasiones son actividades subcontratadas. Con esta revisión de la
contabilidad, el número de empleos en el sector del transporte sostenible en
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
20
Estado español alcanzaría en 2008 la cifra de 297.109 empleos, un valor un 14%
superior al que se obtiene con la metodología tradicional.
Tabla 3 Datos de empleo en la ecomovilidad en 2008, por categorías
Ferrocarril
Metro
Tranvía
Autobuses*
Taxis
Coche sostenible**
Bicicletas
Estacionamiento regulado
Gestión de la movilidad
Total
2008
46.600
13.584
967
115.575
72.428
14.509
11.478
6.053
693
281.877
Autobuses*: Se incluye el empleo asociado a los servicios de autobuses urbanos e
interurbanos, y el de las plantillas dedicadas a la fabricación de autobuses.
Coche sostenible**: incluimos Car - Sharing además del alquiler.
Fuente: ISTAS
10.2 Proyecciones de futuro
a) Energías renovables
Para el cálculo del empleo generado en los años 2015 y 2020, se han estudiado tres
posibles escenarios sobre la potencia total instalada en energías renovables en los
años 2015 y 2020.
En el primer caso, Escenario A, se tienen en cuenta el supuesto energético
planteado en el nuevo Plan de Acción Nacional de Energías Renovables de Estado
español (PANER) 2010–2020 para alcanzar el 20% de la producción de energía
primaria mediante energías renovables, en el año 2020.
En el Escenario B, se considera un caso más optimista con una mayor instalación
de potencia de las tecnologías de energías renovables, 30% de la producción de
energía primaria, y mayor ahorro y eficiencia energética.
En el Escenario C, se estudia el caso más pesimista en el que no se alcancen los
objetivos previstos el Gobierno y la Directiva Europea, sobre la instalación de
potencia proveniente de energías renovables. En este escenario se parte de la
hipótesis de que se cumplan los objetivos en el área eléctrica y de biocarburantes
en un 80%, y en las áreas térmicas en un 70%.23
23
La Directiva 2009/28/CE establece el objetivo obligatorio para Estado español del 20% de
consumo final de renovables para 2020, lo que supone un estímulo para la creación de empleo.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
21
Tabla 4 Previsiones de empleo total (directo e indirecto) 2020
Escenario A
Escenario B
Escenario C
Eólico
54.556
83.378
35.158
Hidráulica
8.675
6.115
6.970
Solar Térmico
40.861
36.595
31.562
Solar
Termoeléctrico
Solar Fotovoltaico
3.349
6.418
2.427
68.914
179.410
71.481
Biomasa
8.092
15.269
6.972
Biocarburante
3.062
3.062
2.452
Biogás
7.952
8.725
4.367
598
4.540
458
196.059
343.512
161.847
Geotermia
TOTAL
Fuente ISTAS
Para hacer el seguimiento de la evolución del empleo en cada subsector y en el
conjunto se han construido índices de los que se ofrece unos primeros resultados y
que permiten tener una imagen de conjunto de las previsiones.
Gráfico 1. Evolución del índice de empleo por energías renovables, periodo 20072020. Año base: 2007
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
2007
Eólico
2010
Solar Térmico
Solar Fotovoltáico
2015
Biomasa
2020
Biocarburante
b) Rehabilitación energética de edificios y viviendas
El cálculo de potencial de empleo se centra en las viviendas construidas antes de
1979 (fecha que marca un cambio normativo) y el potencial que se calcula supone
que anteriormente se adecue el contexto normativo, financiero, económico y que se
conciencien a los usuarios y administración. 24Si no se superan estos obstáculos, es
Del potencial de empleo (y ahorro energético) que encierra la edificación en Estado español, sin
contar con las exigencias de la aplicación del Código Técnico de la Edificación o los resultados que
pueda dar el Plan Nacional de Rehabilitación 2009-2012, cabe resaltar un dato revelador de la
24
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
22
probable que la rehabilitación de edificios se quede en una actividad marginal. En
el marco de este estudio se ha calculado ese potencial para un plan concreto y
definido en el informe. Este plan, una vez alcance su ritmo de crucero, prevé la
rehabilitación de 565.000 viviendas al año, alcanzado en 2040 un porcentaje
acumulado de rehabilitación del 58% del parque existente actual. Se basa en la
implementación de 8 medidas prioritarias de aislamiento e incorporación de
energías renovables. La inversión para la puesta en marcha de tal plan es elevada,
alcanzando los 12.500 millones de euros anuales a partir de 2020, cuando se
alcance el ritmo de crucero.
Con datos conservadores, lo que quiere decir que hay que considerar estas cifras
como mínimas, se podría contar, una vez llegado a un ritmo de crucero, con un
potencial de 105.000 puestos de trabajos estables. El plan genera numerosos
puestos indirectos en el sector de la industria de materiales, en puestos de
dirección, secretariado, contabilidad y numerosos puestos asociados al sector de la
energía. Además del potencial cuantitativo, es importante resaltar que la
rehabilitación puede ser una oportunidad para mejorar de forma importante el
empleo del sector desde el punto de vista cualitativo.
Gráfico 2: Generación de empleo 2010-2040
Fuente: ISTAS
situación: según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la integración de energías renovables en
el tejido inmobiliario solo alcanza al 0,9% de las viviendas. A eso hay que añadir que las
administraciones locales, autonómicas y general del estado no han jugado el papel dinamizador de
la implementación de las nuevas tecnologías de energías renovables en los inmuebles y espacios
propios, lo que significa una asignatura pendiente que induciría la creación de muchos puestos de
trabajo.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
23
c) Movilidad sostenible de personas
El estudio ha evaluado cuál podrá ser la movilidad total generada en Estado
español en viajes internos en el año 2020 según dos escenarios diferentes. El
primero es el tendencial, en el que se supone que no se modifican las condiciones
base, ni de contorno ni partida, de la movilidad, y por tanto ésta se desarrolla con
las mismas pautas y bajo similares circunstancias que las que ha habido en los
últimos dos años (2008-2010).
El segundo escenario es el de eficiencia energética, en el que se ha supuesto que las
Administraciones públicas apliquen políticas públicas favorables a la movilidad
sostenible a través de un conjunto de nuevos instrumentos de gestión y
planificación de la movilidad que incluyen medidas fiscales, de financiación de la
ecomovilidad, de información, de gestión del territorio, etc.
Partiendo de los datos de empleo extendido y de movilidad en 2008, se ha
obtenido un parámetro unitario de empleo por millón de viajeros-km. Con estos
parámetro de 2008 se ha calculado el empleo en 2020, añadiendo el indirecto al
directo.
Tabla 5. Empleos según escenario por modalidad de transporte
Ferrocarril
Metro
Tranvía
Autobús (urbanos + interurbanos)
Taxi
Coche multiusuario
Bicicleta
Aparcamiento regulado
Gestión de la Movilidad
Total (empleos directos)
Total (empleos directos +
indirectos)
Nº de empleos
2020
2008
Escenario
Tendencial
46.600
58.151
13.584
15.565
967
2.759
115.575
116.937
72.428
67.997
9
112
11.478
20.562
6.053
6.116
693
779
281.877
288.978
297.109
307.114
2020
Escenario
Eficiente
91.948
15.565
4.302
139.259
67.997
521
78.180
5.045
1.057
403.874
429.370
Fuente ISTAS. Elaboración propia
En total, el número de empleados en el escenario tendencial en 2020 resultaría ser
de 307.114 empleos, lo cual supone un leve aumento del 3% sobre los valores base
de 2008. En cambio, el empleo generado en el escenario de eficiencia energética
arroja un valor de 429.370 empleos, lo cual supondría un extraordinario aumento
del 45% sobre la situación en 2008. Por tanto, el escenario dibujado de eficiencia
energética no solo consigue mantener en 2020 los valores de la movilidad global
en Estado español en los valores que había en 2008, sino que consigue reducir el
consumo energético en un 13% en el sector del transporte y aumentar el empleo en
un 45% en el sub-sector de la movilidad sostenible.
d) En síntesis
Agregando lo anteriormente expuesto, las cifras de incremento del empleo en estos
subsectores en el corto plazo de 12 años sería notable.
Crisis, financiarización de la economía y modelo productivo
24
Tabla 6. Variación del empleo directo 2008-2020
Sectores
Energías renovables
Movilidad sostenible pasajeros
Modernización energética viviendas
Total
Año 2008
68.469
281.877
1.230
351.576
Año 2020 Incremento
343.512
275.043
403.874
121.997
115.123
113.893
862.509
510.933
Fuente ISTAS. Elaboración propia
Los estudios muestran, por tanto, que el cambio de modelo productivo en plena
crisis no solo es posible sino que podría suponer una inyección de medidas
anticíclicas que ayudarían, junto a otras, a la superación la crisis económica actual
y también a crear puestos de trabajo.
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