Download Reino Unido como socio de una Unión Europea competitiva

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“Reino Unido como socio de una
Unión Europea competitiva”
José Vicente González,
vicepresidente de CEOE y
presidente de la Comisión sobre
Unión Europea de la Confederación
EXPANSION
8/12/2015
REINO UNIDO COMO SOCIO DE UNA UNIÓN EUROPEA COMPETITIVA
La Unión Europea sigue soportando los efectos de la peor recesión sufrida en
su más de medio siglo de existencia. Aunque es cierto que hemos ganado en
supervisión y coordinación de política económica, con avances significativos en
el refuerzo de la gobernanza del euro, la UE en su conjunto, no acaba de
remontar la falta de confianza en la recuperación económica. Los últimos
acontecimientos, desde la llegada masiva de refugiados, pasando por la
dificultad de hacer frente a la presión en sus fronteras exteriores, hasta los
terribles atentados del pasado 13 de noviembre en París, acrecientan la
imagen de una Unión Europea sobrepasada por la realidad.
El referéndum propuesto por el Reino Unido sobre su pertenencia a la UE,
pese a que también está motivado por razones de política interna, responde, en
gran medida, a esta situación; añadiendo otro elemento de incertidumbre al
futuro de la Unión Europea como proyecto político. La incertidumbre no es solo
política sino también económica. Reino Unido es la quinta economía mundial,
pero su peso a escala global se resentiría si saliese de la Unión. Igualmente,
una potencial salida de Reino Unido sería perjudicial para toda la UE,
suponiendo un serio obstáculo para el proyecto europeo de integración,
debilitándolo interna y externamente.
A estas alturas, no cabe duda de que un Estado miembro de la UE no es
capaz, por sí mismo, de competir en las mejores condiciones en una economía
CEOE
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28006 Madrid
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cada vez más globalizada. La dinámica es, por tanto, más integración, no
menos. La cuestión fundamental es cómo llevar a cabo esa integración de la
manera más ordenada y coherente posible en beneficio de todos, incluido
Reino Unido.
Como empresarios, como organizaciones empresariales, consideramos que
aún queda mucho camino por recorrer para lograr una Unión Europea más
competitiva, más ágil, menos burocrática, con mayor capacidad de reacción y
con más altura de miras. Lo mismo opina nuestra organización homóloga
británica (la Confederación de la Industria Británica, CBI) que es, como CEOE,
miembro de la Confederación Europea de Empresas (BusinessEurope) y
partidaria de permanecer en la UE.
Si analizamos desde una perspectiva empresarial, las propuestas del Primer
Ministro británico, David Cameron, en su carta al Presidente del Consejo
Europeo, Donald Tusk, gran parte de las mismas, en particular las relativas al
aumento de la competitividad europea, pueden ser compartidas con grandes y
pequeños matices.
Hablando de las propuestas, el empresariado español y europeo ha defendido
y defiende la simplificación del marco reglamentario, estableciendo un objetivo
de reducción de la carga administrativa total que soportan las empresas; el
avance en la profundización del mercado interior europeo, incluido el mercado
único digital y, por supuesto, la Unión de Mercados de Capitales, así como la
apertura al exterior de la economía europea, abogando por la conclusión de
acuerdos ambiciosos con nuestros principales socios, como el que actualmente
se está negociando con Estados Unidos.
Todo ello enmarcado en continuar y profundizar las reformas económicas y la
consolidación fiscal por parte de todos los Estados miembros. Es indispensable
para elevar los índices no solo de crecimiento económico, sino de empleo y
bienestar, en beneficio de empresas y ciudadanos. Un camino, el de las
reformas, que ha de conducir a una mayor profundización de la Unión
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Económica y Monetaria, especialmente de la zona euro, sin ir en detrimento de
aquellos Estados miembros que, como Reino Unido, no pertenecen a la misma.
Tampoco estos han de entorpecer el avance de los que apostamos por estar
dentro.
En lo que se refiere a la libre circulación de trabajadores, cuya limitación
propone el Primer Ministro británico, es una de las libertades fundamentales del
mercado interior europeo. Por tanto, no solo es innegociable sino que es una
de las premisas para fortalecer dicho mercado interior. La movilidad laboral
entre Estados miembros es, además, un factor de ajuste que, precisamente por
su escasa envergadura a escala europea, tiene un alto potencial de desarrollo.
No obstante, es cierto que como también se deduce de los planteamientos
británicos, es básico velar por la adecuada implementación de la legislación
vigente y prevenir y luchar contra el fraude en la obtención de beneficios
sociales.
Por último, Reino Unido hace un llamamiento a la plena aplicación del principio
de subsidiaridad, esto es, que la Unión Europea actúe únicamente allí donde
los Estados miembros no puedan llegar, dando valor añadido a la acción
europea. Un planteamiento del todo lógico, como también puede ser la
propuesta de dotar de mayor protagonismo a los parlamentos nacionales. Sin
embargo, en la práctica, y si cabe, haría el proceso decisorio europeo todavía
más complejo. De hecho, el vigente Tratado de Lisboa ya prevé un poder de
veto a los Parlamentos nacionales, aunque solo ha sido utilizado en una
ocasión.
Las propuestas británicas, globalmente consideradas, han de ser vistas más
como una oportunidad que como una amenaza, teniendo siempre en cuenta
que la pertenencia a un club significa el respeto de sus reglas. El riesgo a evitar
es abrir una vía para que cada Estado miembro proponga “su menú” y todo ello
desemboque en una “UE a la carta”.
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Reino Unido es un socio clave para la UE y esperamos que lo siga siendo.
Ahora más que nunca es imprescindible que Europa tenga en la mejora
continua su principal premisa, al igual que lo hacemos en nuestras empresas
cada día.
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