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Alí Rodríguez: A ajustarse los cinturones que viene
tormenta.
La siguiente es la transcripción de una conversación sostenida por el ministro de Finanzas Alí Rodríguez Araque, ante un
grupo muy reducido de allegados y miembros del PSUV. Afortunadamente, los inconvenientes que tuvimos para grabar la
disertación no incidieron de manera determinante en este trabajo, aunque debemos admitir que tuvimos fallas técnicas, estas
no cambian sustancialmente el texto transcrito. En un tono muy crítico Rodríguez se pasea por las carencias presentes en el
proceso revolucionario, tanto en lo económico, político y cultural, elaborando entre sus conclusiones que estamos muy lejos
de concretar la actual experiencia de naturaleza socialista. Raúl Bosque
¿Qué industria puede uno decir que es altamente productiva salvo el petróleo?
Nosotros hemos venido hablando del socialismo del siglo XXI, pero tenemos que partir del análisis
de lo que es la presente realidad venezolana, no vivimos en una realidad socialista, vivimos en una
realidad capitalista, y no sólo esto sino en una realidad capitalista sui géneris. Un capitalismo que
podemos llamar anómalo por eso hablo acá de ir hacia una cultura de trabajo que no es otra cosa
recurrente que el tránsito de este capitalismo rentista a lo que se ha dado en llamar el socialismo del
siglo XXI.
Comencemos por lo que podemos denominar las paradojas de la economía venezolana y en general
de la sociedad venezolana con grandes efectos culturales... cada vez que yo hablo de cultura me
estoy refiriendo al sistema de valores de la sociedad, a la ética finalmente de la sociedad. La primera
paradoja es que Venezuela ha contado con un ingreso que supera varias veces la productividad
nacional; lo que ingresa a Venezuela al contrario de lo que ocurre en un capitalismo normal no es
fruto de la productividad del país, no es fruto del rendimiento óptimo de las distintas esferas
económicas del país. ¿Qué industria puede uno decir que es altamente productiva salvo el petróleo?
Mucho menos puede decir uno de la agricultura como actividad altamente productiva: prácticamente
ningún sector de la economía se caracteriza por tener altos niveles de productividad. Por eso la
producción venezolana tiene bajo poder competitivo en los mercados mundiales. Eso es una
paradoja: nuestros ingresos no tienen relación con la productividad.
La segunda paradoja como consecuencia de la primera es que tenemos una capacidad de compra
que supera ampliamente la capacidad de producción del país, que si nosotros tenemos gran
capacidad para comprar no es un poder de compra que se produce en el país. Por eso somos
grandes importadores, y la tercera paradoja es que tenemos un ingreso que supera varias veces la
capacidad gerencial del país esa tercera consecuencia o la tercera paradoja consecuencia de las dos
anteriores, se parece a la de un niño que se gana un premio. Entonces, ¿qué hace con tantos reales?
Eso lo gasta sin orden ni concierto. Eso ha sido característico de la historia petrolera venezolana
desde que se comenzó a exportar petróleo y hasta un periodo reciente en que el ingreso no ha
tenido relación con la capacidad productiva del país.
Los tres grandes factores productivos conocidos son: tierra, capital y trabajo. La economía se
caracteriza por eso. La generación de riqueza depende de la producción de la tierra, del capital, por
supuesto con la visión capitalista y del trabajo común. Ahora la tierra genera una renta, el capital
genera una ganancia y el trabajo genera un salario. Son los tres aspectos característicos que
esconde muy bien el capitalismo.
La sociedad feudal tuvo como base de sustentación, como factor productivo fundamental, la tierra y
por eso el régimen de propiedad feudal era un régimen de propiedad territorial un régimen de
propiedad cuyo objeto fundamental era la tierra. Las grandes clases feudales típicamente formadas
en Europa, pero también los casos de latifundio en esos países se caracterizaron por concentrar el
poder económico en la concentración de la tierra y más adelante en la explotación de la fuerza
laboral que generaba valores a partir de la explotación de la tierra y la renta que genera.
La renta de la tierra es la contribución que impone el propietario de un recurso natural al que quiere
obtener un provecho, al que quiere acceder a ese recurso natural. Eso en el derecho nuestro se
llama canon de arrendamiento, ese canon de arrendamiento es una renta de la tierra que le cobro
yo sin mover un dedo, sin gastar un centavo sin trabajar nada; él organiza todo invierte su capital
etc. y de lo que gana me paga a mí una cantidad de dinero de acuerdo con el número de hectáreas
que yo le he arrendado, estamos claro; esa es la renta de la tierra. Marx analizó el caso para la
superficie que es el caso de la agricultura pero igualmente concurre para el caso de la minería.
¿Cómo ha sido el proceso jurídico respecto a las minas en Venezuela?
Antes de la independencia prevalecieron las Leyes de Aranjuez, las Leyes de Minería de La Nueva
España etc., que establecían como regímenes feudales existentes para entonces la propiedad de la
corona sobre las minas. En los días de la independencia y concretamente en 1829, Bolívar dictó el
decreto conocido como el decreto de minería en Quito que estableció que las minas corresponden a
la República. Estableció el régimen moderno de propiedad sobre las minas. En cierta forma Bolívar
se inspiró mucho en la legislación francesa sobre el régimen minero y llegaba a la conclusión de que
el empleo óptimo de la riqueza minera dependía de que ella estuviera controlada directamente por el
Estado porque así el Estado podía establecer regulaciones para la explotación racional de la mina
para no agotarlas, producir pérdidas y dañar la mina donde el capitalismo ansioso de obtener
máximas ganancias en el menor costo tiempo posible las explotaba de manera digamos
desmesurada, brutal, y provocaba un agotamiento muy rápido y muchas pérdidas, eso también
ocurre en el caso del petróleo. Si tú la expones a una explotación irracional del yacimiento la mayor
parte del petróleo se queda abajo y es muy costoso extraerlo o simplemente después no se puede
extraer.
Entonces, la naturaleza económica es exactamente la misma, desde el decreto de minería de
Bolívar, aquel interesado en explotar una mina incluso descubriéndola debía obtener un permiso del
órgano interno de la República para su explotación. La ley fue evolucionando hasta que se estableció
la propiedad del Estado directamente. Entonces el Estado tenía el régimen y administración de la
mina. La propiedad era una propiedad común porque la riqueza principal del subsuelo pertenece a
una sociedad, la sociedad venezolana, pero el Estado en realidad actúa como un propietario, ejerce
el control sobre los recursos minerales incluyendo el petróleo.
Bueno de esa relación surge también una renta que llamaremos petrolera, pero en su esencia
económica es renta de la tierra no importa que esté debajo en el subsuelo. Las compañías petroleras
se encontraron con una gran ventaja: un propietario que era el Estado regido por el gobierno de
Juan Vicente Gómez que les otorgaría todas las liberalidades.
Como la dictadura gomecista tenía muchos vínculos con los grandes propietarios de tierras le
otorgaron unas concesiones que permitieron enriquecer a unos sectores muy privilegiados y muy
vinculados a Juan Vicente Gómez que no hicieron nada porque pedían las concesiones y después
las cedían a los consorcios extranjeros.
El Estado no tenía ni recursos financieros, la explotación y extracción de petróleo implica grandes
inversiones ni tampoco tenía los conocimientos tecnológicos y en consecuencia la relación fue una
relación pasiva. El Estado se limitaba a percibir la regalía y los impuestos porque ni siquiera al
comienzo había impuesto sobre la renta.
En 1943 se aprueba una ley sobre el impuesto a las rentas, que fue un paso enorme en el Derecho
venezolano porque ha sido precisamente apoyándose en la Ley del Impuesto sobre la Renta cómo el
Estado ha podido incrementar sus porcentajes de participación en los ingresos generados por las
empresas petroleras.
Además Medina Angarita, en el mismo año, dictó la ley de hidrocarburos y establece una regalía
uniforme, porque había distintos tipos de regalía, establece un 16,66 de regalía esto es igual a un
sexto, es decir, de cada seis barriles que extraían las empresas uno pasaba directamente al Estado,
bien en especie o dinero.
En esa relación entre el Estado y las empresas la mayor reivindicación que se estableció en aquellos
tiempos tenía que ver con el incremento de esa participación y eso se fue logrando bien a través del
sistema de regalías, o bien de incrementar el impuesto sobre la renta. Incluso en los tiempos de
Pérez Alfonso se introdujo otro impuesto que era el impuesto a las ganancias excesivas semejante al
impuesto que se cobra en Estados Unidos.
De esta manera fue entrando un caudal de dinero a Venezuela que no era producto ni del capital ni
del trabajo sino simplemente del ejercicio del monopolio del Estado sobre los recursos petroleros.
A diferencia del capitalismo normal que fue producto de la sobreexplotación de los capitalistas sobre
la clase trabajadora, en nuestro caso, la acumulación originaria no tuvo como fuente principal la
explotación del trabajo del hombre. No quiere decir que no haya habido explotación del trabajo, la
ha habido, pero no ha sido la principal fuente de acumulación de capital en Venezuela, como si lo ha
sido la renta petrolera.
En Estados Unidos no existen los ciudadanos
Tampoco tuvo Venezuela uno de los problemas típicos de los Estados capitalistas normales, cual era
cómo recaudar los ingresos para cubrir el gasto público. ¿De dónde obtener los recursos para pagar
las obras de infraestructura, los programas de salud, la educación, defensa, el ejército, la policía, la
burocracia estatal? Por eso establece un sistema tributario
muy rígido,
establece incluso una
cultura tributaria consistente en que los ciudadanos tienen que pagar los gastos del Estado, por
eso en Estados Unidos no existe la palabra ciudadano, existe la palabra contribuyente. A Capone no
lo pusieron preso por gángster sino porque no había pagado los impuestos, el que no pague
impuestos sabe que está incurriendo en un delito y si lo descubren va preso, es uno de los castigos
más severos que hay. En Venezuela, no es así, tenemos otro comportamiento.
¿Cómo se distribuye esa renta?
Primero no pagando impuestos como acabamos de expresar. Eso ha ocurrido durante muchos años.
Ahora ha mejorado la cosa, pero tenemos evasión como para no echar el cuento. También los
salarios han sido en alto grado fruto de la distribución de la renta. Uno observa un fenómeno muy
llamativo y es que en todos los países capitalistas generalmente los aumentos salariales vienen
como producto del conflicto capital-trabajo, de las contrataciones colectivas y en la medida en que
las fuerzas sindicales son fuertes, tienen liderazgo y son consecuentes pueden obtener mayores
aumentos salariales.
En el caso de Venezuela tradicionalmente los aumentos salariales vienen por decreto presidencial o
por leyes aprobadas vía Asamblea. Esto es un mecanismo también. De acuerdo con esa realidad el
trabajador obtiene un beneficio menor que el resto pero beneficio al fin y
es su pequeña
participación en la renta. Incluso en los sectores pobres de la población, en los sectores informales,
hay distribución de renta muy desigual pero renta al fin, algo perciben de la sobra que queda de
todo esto.
Por supuesto, la burocracia estatal, el crecimiento desmesurado también cuenta. Nosotros tenemos
cerca de dos millones de empleados públicos, frente a Brasil que tiene quinientos mil. Eso tiene un
peso descomunal. Este endeudamiento en que nos metimos ahorita es básicamente para cubrir
gasto corriente y entre el gasto corriente el mayor peso es pago de nómina. El clientelismo político
también fue otra forma de renta y la corrupción, en el caso de Venezuela es también una forma
ilegal, inmoral, antiética de inclusión de renta.
Nuestro Estado es un terrateniente rentista
En el caso de Venezuela surge otra peculiaridad, se trata de la triple naturaleza del Estado, porque
en el caso nuestro este actúa como un terrateniente.
Ejerce el monopolio sobre las riquezas
minerales y tiene la facultad de imponer su contribución para el acceso en este caso a la riqueza
petrolera. Igual ocurre con el oro, con los diamantes, con el aluminio, con lo que sea. En fin actúa
como terrateniente, un terrateniente rentista y distribuye la renta y actúa también como un
capitalista porque a partir de cierto momento en que los ingresos van creciendo, le toca invertir
directamente muy particularmente bajo la fórmula de la nacionalización. El Estado se convierte en el
más poderoso capitalista de Venezuela. Por otra parte genera un ingreso bajo la forma de ganancia.
Ese es el triple ingreso en la economía de un Estado que actúa como terrateniente, como capitalista
y como soberano.
Ahora, este fenómeno ha creado una suerte de círculo vicioso en la actividad y pensamiento
venezolanos. ¿Cuántos años tenemos soñando con la llamada diversificación de la economía? Hoy
todo el mundo se queja y critica la extrema dependencia petrolera pero todo el mundo disfruta de
esa dependencia. Vivimos en un círculo vicioso. No producimos porque es más barato importar que
producir, queremos abandonar la dependencia petrolera, pero no producimos.
¿A qué obedece ese círculo vicioso? Ya hablamos de algunas causas históricas pero retomemos
algunas de ellas. La falta de expansión industrial por ejemplo, todos los países que se han
desarrollado industrialmente, todos los países que han conocido revoluciones industriales han tenido
como antecedentes inmediatos revoluciones agrarias. De lo cual hemos estado bastante lejanos.
La revolución agraria genera una creciente demanda industrial. Expande el mercado interno y crea
la condición para nuevas expansiones de otros sectores de la economía y particularmente del
sector industrial. Ningún país ha logrado despegar hacia el exterior exitosamente sin una expansión
del mercado interno. Y una de las claves ha sido precisamente esa: La revolución agraria.
Entonces en Venezuela, para hablar en términos escolares, tenemos una materia de arrastre, yo no
sé si podré utilizar ese término que además tiene prelación si no aprobamos la materia de
producción agraria, no podemos aprobar la materia de la revolución industrial.
En los sesenta hubo la reforma agraria de Rómulo Betancourt, pero, cuál fue su fin, ¿fue acaso
incrementar la productividad del campo y convertir la tierra venezolana en alto factor de producción
del país? La respuesta es conocida. Betancourt fue un hombre con mucho olfato político. El entendió
después del derrocamiento de Pérez Jiménez que había una variedad enorme de reivindicaciones
tanto en la ciudad como en el campo,
con un
movimiento de los trabajadores progresando,
sindicatos peleando por sus reivindicaciones de clase, los desempleados, los estudiantes, la gente de
los cerros que no tiene vivienda, y entonces se comienzan a plantear los problemas del campo, por
el derecho a la tierra. Y Betancourt calcula: si se me junta ese problema del campo con el de la
conquista de la ciudad, además con el mal ejemplo de octubre, aquí se pude generar una situación
incontrolable.
Tuvo la suerte que superados algunos problemas el ingreso petrolero mejoró. Las dos veces que
Betancourt gobernó hubo auges de precios petroleros. Entonces con ese ingreso compró latifundios
repartió un tanto a los campesinos. Pero después el trabajo social fracasó, no había recursos para
estimular la producción, no había asistencia técnica y los campesinos terminaban abandonando la
tierra.
Él hablaba de reubicar a 250.000 familias que abandonaron el campo y se fueron a la ciudad. Se
aceleró el éxodo del campo; entonces se secó virtualmente esa posibilidad de contar con una
actividad económica
para resolver el problema de la alimentación desde el mercado interno.
Entonces, nosotros tenemos esa materia de arrastre, tenemos que aprobarla, es un desafío que
tenemos que enfrentar y superar para poder encarar satisfactoriamente el reto industrial.
Vinculado con lo anterior tenemos lo concerniente a la energía eléctrica y el agua. Sobre eso hay
que hacer otra reflexión porque tenemos rezagos si contrastamos la generación de la electricidad y
agua versus el crecimiento de la población y las necesidades de abastecimiento, la demanda en
todas las actividades económicas, particularmente las industriales. Hay que aplicar al agua y a la
energía eléctrica técnicas para satisfacer la demanda. Sin energía no hay prácticamente actividad
que pueda desarrollarse. Imagínense nada más cuando se
va la electricidad en el centro de
Caracas, el caos con los ascensores, la paralización del metro... para hablar de las cosas más
elementales, porque no estamos hablando de la producción.
Venezuela tiene el privilegio de contar con enormes reservas no sólo de petróleo sino también de
gas. Tiene el privilegio de poseer una enorme reserva hidroenergética. El río Caroní, en apenas cien
kilómetros de su recorrido genera 70% de la electricidad que se produce en el país. Nos quedan
todavía pequeñas caídas de agua aprovechables y otras no tan pequeñas como para resolver el
problema eléctrico de toda la zona de Los Andes y Occidente.
De modo que tenemos que dirigirnos hacia lo que podemos llamar la disciplina en las aguas. Porque
si tenemos grandes lluvias el país se inunda, y en época de verano nos morimos de sed eso
agravado con el fenómeno de una súper población concentrada en la zona norte costera y el resto
del país despoblado. La población en el norte y el agua en el sur. Eso es producto precisamente de
la distribución de la renta, que ha provocado grandes desequilibrios incluso demográficos en el país.
Hay planes por ejemplo para construir un sistema de colección de las aguas que se vierten en la
fachada sur de la cordillera de los Andes o se construye un canal que cruce el país desde toda la
zona del sur de la cordillera de los andes hasta oriente, es posible construir un canal por gravedad
que lleve agua desde el Orinoco hasta Unare porque el Orinoco está bajando hasta Unare, es posible
poner en tensión amplias zonas para distintos tipos de producción en Venezuela. Es necesario ir
entonces a la llamada agricultura protegida. Es necesario aprovechar el ritmo de las estaciones que
permitan potenciar la cosecha
para en lugar de tener una
o dos al año tener hasta cuatro
cosechas.
Eso lleva aparejada la construcción de presas, de vías de acceso. No basta con producir ferrocarriles,
buenas vías porque igual se necesitan vagones, se necesitan camiones lo que toca el desarrollo
industrial y también el desarrollo científico y tecnológico aplicado a la agricultura Por otra parte, no
hay manera de incrementar drásticamente la productividad nuestra si no vamos a una investigación
de ingeniería biológica, de ingeniería genética, para desarrollar unas plantas y animales más
resistentes al clima a las condiciones nuestras del trópico y que rindan mas.
También se requiere para el desarrollo agrícola de un desarrollo técnico permanente, de más
recursos. Del concurso del sector financiero para que dentro de su cartera crediticia mejore el
porcentaje para actividad agrícola. Acabamos de sacar el bono agrícola por tres mil millones de
bolívares a fin de garantizar que haya financiamiento oportuno para esa la actividad que debe ser
necesariamente subsidiada. Pero eso es otro problema que hay que encarar. Algún día el Estado
debe asumir el control del sector financiero. Y luego la política de precios porque si no hay precios
remunerativos para el productor no habrá productos agrícolas, así de sencillo, porque cuando hay
baja productividad los costos son altos y eso afecta los precios aparte del problema de la
especulación.
Necesitamos un plan estratégico
Entonces, se trata de una situación afín a un cerco militar y uno está rodeado. Uno tiene que buscar
el punto de ruptura del bloqueo y cuando se trata de operar con una estrategia de esa naturaleza
tienen que concentrarse las mejores fuerzas y los mejores esfuerzos, las más potentes a sabiendas
de que se van a tener bajas. Entonces es un problema de cómo se distribuyen las fuerzas y el
esfuerzo dentro de una visión estratégica de la economía nacional con todos los impactos que eso
implica.
Necesitamos pues, un plan estratégico, bueno eso está en marcha, hay
un acuerdo en esa
dirección. Se requiere más de una visión estratégica por parte del Estado y le hemos hablado al
Presidente de la creación de un Estado Mayor Agrario donde se combinen distintas competencias.
Donde esté por un lado, por ejemplo, los nutricionistas que conozcan el problema de nutrición en el
país, que puedan decir necesitamos cuántas calorías, tanta proteína, tantos micronutrientes pero
también se trata de que esas calorías, esas proteínas, esos micronutrientes lo podamos obtener de
tales fuentes pero que digan bueno que esas fuentes las podemos obtener en Venezuela de acuerdo
con la siguiente distribución, de acuerdo con la vocación de la productividad de las tierras como lo
llaman
los edafólogos, los estudiosos del suelo, de la tierra, pero, donde también estén
incorporados los profesores, los conocedores del país. Tiene que ser una fuerza multisectorial de
manera que se combinen todos los conocimientos, todas las capacidades dentro de un plan
coherente.
Y entonces se crearán equipos sectoriales porque como surgen demandas, por ejemplo, para el
sector industrial, bueno, ¿cómo se van a cubrir esas demandas? Las de agua, de electricidad, etc., y
hay que garantizar el financiamiento de todo eso de una manera que yo llamaría proteiforme.
También, la distribución de la renta produjo
una distribución desequilibrada de la población gracias
a estrategias artificiosas para conformar el mercado interno como la de ofrecer mejores condiciones
de vida en las ciudades. En general esa es una de las estrategias del capitalismo y eso se acentúa
más tratándose de una economía rentística. Eso ha generado entonces esos grandes desequilibrios
en la distribución demográfica del país, entonces hay que diseñar un plan de producción
agroalimentaria para la redistribución de la población, no una redistribución forzada, sino una
redistribución coherente.
Yo, siendo niño, conocí tanto a Puerto Ordaz como a Punto Fijo. Puerto Ordaz era un caserío pegado
al río Caroní y Punto Fijo, ¿qué era?, un desierto. Bueno, la construcción de una refinería El Cardón
de Amuay provocó todo un boom que lo convirtió en una gran ciudad entonces más grande que
Coro, que la capital. Se desarrollaron actividades económicas y otras que surgen por la existencia de
esa actividad de refinación.
Puerto Ordaz, tras el surgimiento de la industria del hierro, del aluminio, de la electricidad se
convirtió en una de las más grandes ciudades y por cierto una de las mejores planificadas del país.
En la Comisión Central de Planificación se aprobó un plan que empezamos a labrar cuando yo estaba
en Pdvsa y la empresa lo desarrolló para construir tres grandes refinerías en la faja del Orinoco.
Pero entonces pensamos que no se puede repetir el caso de la refinería de Falcón y el caso de las
refinerías del Zulia, dos zonas de refinerías que se rodean de mucha pobreza. Que habría que
fomentar otras actividades económicas y esas son zonas aptas para desarrollos ganaderos, agrícolas
y pesqueros. De manera que entonces se pueda ir estableciendo un flujo de población. Tres
refinerías para un millón seiscientos mil barriles eso representa mas o menos doce mil empleos
directos. Asentando y mejorando la población que ya existe allí, creando actividades económicas.
Y entonces pensamos en
plan coherente para el repoblamiento de esas zonas sustentado en
actividades económicas y de construcción de ciudades que no pasen de 150 mil o 200 mil
habitantes, y que tengan condiciones tan buenas o mejores incluso que las principales ciudades del
país. ¿Es imposible? Por eso es que al comienzo de 1998 hablamos de los cinco equilibrios. Uno de
ellos por supuesto era el territorial por los grandes desequilibrios existentes.
Se supone que en una sociedad socialista el valor predominante es el trabajo
A la par de los desarrollos estratégicos hay que generar nueva mentalidad, una nueva cultura, un
nuevo sistema de valores que en lugar de estar sustentado en esa distribución de un ingreso
parasitario se fundamente en el desarrollo de fuerzas productivas nacionales, en el desarrollo de una
estructura productiva y del trabajo, porque viéndolo de la manera mas sencilla la renta es una
categoría precapitalista e históricamente está demostrado así. Aunque por supuesto hay una renta
capitalista. Lo predominante en el capitalismo es la ganancia. Y hay tanta más ganancia cuanto más
productividad y desarrollo. Eso no ocurre en Venezuela. Se supone que en una sociedad socialista el
valor predominante es el trabajo.
Ese es un planteamiento bien importante que no es cualquier cosa. Es en extremo complejo y difícil
porque no hay nada más difícil que el cambio cultural en una sociedad. Por eso nosotros estamos
empeñados en formar una vanguardia muy lúcida muy compenetrada con estos problemas que a la
par de ser ejemplar pueda explicar estos problemas a la inmensa mayoría del pueblo venezolano y
ganarlo para esa idea. Y por eso entusiasma mucho el interés que se está desarrollando en el país.
Creo que debemos multiplicar este esfuerzo, creo que los pocos que con quienes hemos comenzado
este esfuerzo extraordinario se conviertan en miles y miles.
No tenemos un partido revolucionario
La idea es salir, ir a la radio, ir a la prensa, dar conferencias, incorporar a la gente. Es muy
importante, es decisivo incorporar a los trabajadores, los trabajadores andan a la deriva. Ayer me lo
dijo un grupo de trabajadores de Guayana, de lo que queda de aquella extraordinaria experiencia
que fueron Los Matanceros. Hay que incorporar a las amas de casa también, a los campesinos, a los
estudiantes. Los estudiantes tienen la gran virtud de difundir rápidamente los mensajes; en eso de
la propagación de la propaganda y la difusión ellos son claves. Porque además tienen las
posibilidades que no tiene un campesino o un obrero que está todo el tiempo metido en la fábrica.
Por eso es fundamental contar con un partido revolucionario para la revolución que queremos.
Un partido con una ideología, con una convicción, con unos principios, con una actitud ante la vida,
con una actitud revolucionaria y transformadora. Hay entonces que perseverar en esto, hay que
estudiar mucho, leer mucho. Indagar sobre todo como ha sido el proceso de elaboración del
pensamiento político en Venezuela. Por ejemplo, tenemos que ver cómo se ha reflejado el problema
petrolero en el pensamiento político y económico venezolano.
Examinar, por ejemplo, por qué Acción Democrática tuvo tanto éxito durante tanto tiempo en
Venezuela y que fue lo que determinó su decadencia, que no fue sólo un problema de traición, que
la hubo. Otros factores también incidieron y también pueden incidir en nosotros, porque nosotros
tampoco estamos vacunados contra eso de la traición. Podemos vacunarnos pero no estamos
vacunados. Entonces hay que ver cómo ha sido nuestro proceso. Yo creo que el Presidente ha hecho
una excelente labor pedagógica al rescatar el pensamiento bolivariano pero hay que hacer otro
esfuerzo con respecto al pensamiento del siglo XX. Nosotros tenemos que auscultar lo que pasó en
el siglo XX venezolano, por eso es que hay que estudiar tanto, mientras tanto no se puede entender
a Venezuela mientras no entendamos lo que ocurrió en el siglo XX.
En resumen, los grandes problemas de Venezuela son frutos de la mentalidad rentista y del
derroche. Ahí tenemos otro ejemplo: El enorme derroche, el consumo brutal de gasolina. Estamos
consumiendo 650 mil barriles diarios de gasolina a un precio por galón irrisorio. Eso es una cosa
brutal. ¿Cuántos centavos de dólar por galón? Aquí el Estado paga para que la gente consuma
gasolina.
Yo soy de los convencidos de que hay que aumentar significativamente el precio de la gasolina. Y yo
creo que eso el pueblo lo va a entender si lo explicamos. Es más, podemos explicarlo y consultarlo.
Si está o no de acuerdo... yo estoy convencido de que el pueblo va a decir que sí. Es tan evidente el
problema que sigue incrementándose el consumo. Cuando yo estaba en Pdvsa el consumo eran 350
mil barriles diarios y en 2, 4 años ya estamos en 650 mil. Esa es una cifra como para pararse los
pelos.
También hemos hablado de un conjunto de problemas con un denominador común. Hemos
dicho que el problema agrario involucra el problema de la producción y eso implica, el problema del
transporte, que a su vez implica el problema de la vialidad. Un plan como el que nos planteamos
requiere para ser coherentes ir a la especialización de la producción de acuerdo a la vocación
productiva de la tierra. Por ejemplo no es posible producir azúcar en cualquier parte del país, la
producción de caña implica ciertas condiciones
como no es posible producir bajo las mismas
condiciones de productividad leche o cultivos frutales. Sacarle el máximo aprovechamiento a la
tierra implica una especialización de cada región y al tener ese plan ver entonces cómo se articula
incluso con la calidad de las vías, porque una cosa es, por ejemplo, una vía que este esté asfaltada
y una que no lo esté. Incluso, hay que tomar en cuenta la calidad del asfaltado porque hay muchas
vías asfaltadas que en poco tiempo terminan deterioradas por estar sometidas a los rigores del
transporte pesado.
La actividad agrícola, la actividad industrial, la actividad de construcción de viviendas por supuesto
que produce un impacto. Ya el solo hecho de tu meter una máquina para nivelar un terreno ya eso
te produce un impacto. Ya ese terreno no es el mismo. El problema es entonces minimizar el
impacto que se produce. Imagínense el impacto que produce la explotación minera. Sin ir muy lejos
hay que ver el impacto que tiene en el Estado Bolívar y es que no se toma en cuenta la fragilidad de
la tierra, de ahí la forma tan salvaje como se ha explotado y el impacto que tiene en el agua por el
tratamiento del oro con mercurio, porque esos han sido prácticamente territorios sin ley y el poder
corruptor del oro es una cosa terrible. Es lamentable esa situación y revertir eso nos llevará
bastante tiempo
Tenemos que resolver la pobreza
Por supuesto que el factor ambiental hoy tiene una importancia creciente en el mundo. Pero uno
tiene que establecer jerarquizaciones. El principal problema en mi opinión visto desde el punto de
vista humano es el de la pobreza. Ese es el primer problema a resolver, y siempre cualquier
actividad humana impacta la naturaleza. El simple hecho de construir una ciudad, los desechos que
produce esa ciudad que no se recuperan por lo demás en su mayor parte. Al problema de los
desechos se agrega el de los residuos. En el mundo capitalista avanzado se han adoptado
estrategias bastante exitosas, pero eso implica también un problema cultural.
¿Puede el socialismo convivir con el capitalismo?
En Viena yo viví dos años, el centro de tratamiento de los desechos en Viena es una obra de arte
que está en plena ciudad y eso no arroja una columna de humo. La población está acostumbrada a
que el vidrio lo pone en un depósito que está allí, los plásticos en otro, los metales en otro y la
basura fresca en otro. Luego ya empacada se saca a un centro especializado como ese para el
tratamiento del plástico, los metales, el cristal y eso va a un centro de procesamiento donde se van
a reciclar, y los desechos orgánicos se llevan a otro sitio para darle el debido tratamiento. Ahora en
Caracas hay que patalear como en toda Venezuela para que la gente se acostumbre a que las
botellas vayan separadas del resto de la basura, bueno el primer esfuerzo es convencerlos de que
no los tiren en la calle. En Caracas lo de la basura se ha convertido en un problema terrible y en
esto, de nuevo se trata de un problema cultural. Tú le pones un depósito en frente y, o lo destruyen
o igual tiran la basura en la calle teniéndolo allí. Por eso es que el problema cultural es de primer
orden. Por eso es que se requieren vanguardias, por eso es que se requiere un partido que haga
conciencia de esto y transmita esos valores. Ahora, ¿en qué medida los cinco millones setecientos y
setenta y tanto mil inscritos en el partido hacen eso?
Eso tiene una solución, pero, es obvio que en eso tiene mucha responsabilidad una vanguardia.
Incluso lo que ahora son desechos se pueden convertir en un activo, eso es dinero. Si reciclas el
vidrio en vez de botarlo, si reciclas el metal en vez de botarlo, si reciclas el plástico estamos
hablando de dinero. Te facilita incluso los procesos por que te ahorra procesos previos para llegar a
la confección de ese material. Pero eso requiere que nos tomemos en serio lo del partido y
convirtamos al partido en un modelo para el resto de la sociedad. Tú te imaginas cinco millones
setecientos mil personas en campaña por todo el país. ¿Produce o no produce un efecto?
Finalmente la gran pregunta: ¿Puede el socialismo convivir con el capitalismo? El socialismo hay que
entenderlo como una forma de transición hacia una forma superior de sociedad. Marx decía que en
esa transición se entremezclaban formas jurídicas de propiedad burguesa con formas revolucionarias
de propiedad. Y hay que entender que este es un largo tránsito, ahora es cuando nos falta. Porque
además el problema es que aquí tenemos un capitalismo rentista ni siquiera capitalismo capitalista,
y esto es muy extraño, una mezcla muy extraña; como un animal muy anómalo, porque no se
conocía en la historia del capitalismo uno que se hubiese formado sobre la base de la acumulación
de rentas, de la capitalización de rentas. Entonces hay que ir a una transformación de esta realidad
de convertir esta economía en una economía productiva porque no hay socialismo sin un vasto
desarrollo de las fuerzas productivas. Marx definió la revolución como el choque del desarrollo de las
fuerzas productivas con las relaciones de producción.
No puede haber socialismo ni formas más avanzadas sin un alto desarrollo del poder productivo
donde también como decía Marx
se dé el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. Nos
falta un largo camino en esa dirección. Pero tenemos una gran ventaja y es que Venezuela controla
los sectores fundamentales de la economía nacional. Es una herencia que nos dejo el pasado, en
Venezuela se formó el capitalismo más poderoso de todo el hemisferio occidental. ¿Qué empresa
aquí se compara ni remotamente con Pdvsa o con Edelca? Aquí la energía está en manos del Estado.
Ahora el acero y el aluminio también. Eso facilita ese tránsito.
Pero todavía por un tiempo habrá combinación de formas socialistas que apenas comenzamos a
generar, que están todavía en pañales con formas capitalistas que siguen predominando en el país
sobre todo en los valores y ni siquiera capitalistas, más bien rentistas que son más atrasados que
los capitalistas. Y más poderoso que el imperio, más poderoso que la oligarquía venezolana es la
cultura rentista, sin superar esa cultura olvidemos el socialismo. Olvidémoslo mientras esa cultura
predomine entre nosotros. Su presencia se expresa constantemente. La cultura del derroche, de la
improductividad. La impuntualidad, por ejemplo característica del venezolano. El tiempo forma parte
de las sociedades altamente productivas porque si yo pierdo una hora, tu pierdes una hora de
producción de generación de servicios o de bienes ¿Qué estoy haciendo? Eso es propio de la
mentalidad rentista nuestra, la de la indisciplina, el relajo todas esas cosas, el facilismo, es decir,
querer obtener el máximo con el menor esfuerzo posible o preferible sin ningún esfuerzo.
Nosotros pasamos casi toda nuestra vida haciendo un esfuerzo, batallando por otro modelo de
sociedad. Nos derrotaron no se cuántas veces hasta que vino la victoria de Hugo Chávez. Y la
importancia que ese hecho tiene en la historia venezolana no es cualquier cosa. Chávez supo
sintetizar e interpretar un momento de cambio, y convertirse en el conductor de las aspiraciones del
pueblo, de la revolución venezolana, y sigue encarnándola: Ahora eso debe ser acompañado de por
el desarrollo de un
poderoso partido que encarne también las aspiraciones del pueblo. Si me
preguntan, ¿políticamente que es lo que más falta, lo más importante?
Pues yo digo: Un poderoso
partido.
Cómo será de indispensable la ruptura del círculo vicioso al cual hice referencia que esta crisis del
capitalismo no es nuestra, sin embargo, no deja de afectarnos. El problema de la crisis petrolera no
está dependiendo de nuestras decisiones, depende sólo en parte y ni siquiera la OPEP que es una
reunión de países que tiene un peso específico importante en el mundo, no pudo detener la caída
de los precios del petróleo pero ha podido recuperarlos significativamente. Todavía nosotros
estamos por debajo de los cuarenta dólares por barril que fue el recálculo que hicimos en el
presupuesto y eso hay que explicarlo muy bien porque el partido tiene que prepararse porque
vienen tormentas. Entramos como dicen los pilotos en una zona de turbulencia y hay que ajustarse
los cinturones. Y en verdad eso tenemos que entenderlo y manejarlo para poder dar explicaciones
porque gente que no entienda o ande confundida puede ser manipulada. Entonces manejar eso es lo
primero para dar respuestas y respuestas verdaderas no respuestas inventadas.