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2 de febrero de 2015 — buzos www.buzos.com.mx A fondo E Creciente desempleo en México, ley inevitable n números anteriores hemos visto cómo en México se cumplen todas las leyes que rigen el desarrollo del capitalismo. La riqueza se ha concentrado en las manos de unos cuantos empresarios frente a una inmensa mayoría desposeída de medios de producción, obligada a contratarse por un salario miserable y que vive en la inseguridad de conservar su empleo. La concentración de la riqueza es una de las leyes principales del capitalismo y explica por qué el nivel de desempleo, el número de personas desocupadas, crece a medida que se desarrolla la economía capitalista: mientras más riqueza se produce y se perfeccionan los medios de producción, las máquinas, la aplicación de la ciencia y la tecnología, miles de trabajadores son arrojados a la calle perdiendo su empleo; la diferencia abismal en el reparto de la riqueza entre la minoría de propietarios y los millones de asalariados que la producen es una ley que ocurre ineluctablemente en todo país capitalista; este fenómeno se observa muy claramente en México. El ingreso que percibe cada asalariado tiende a disminuir; cada vez puede adquirir una menor cantidad de artículos de consumo indispensable; los precios de las mercancías se elevan incesantemente y el salario, a pesar del ridículo aumento anual acordado por el Estado, no puede proveer lo suficiente a las familias proletarias. En consecuencia, la pobreza ha crecido de manera monstruosa hasta alcanzar a más de 90 millones de mexicanos. Nuestro reporte especial de esta semana se ocupa del creciente desempleo, que ha alcanzado cifras millonarias en lo que va del siglo. Con el crecimiento de la economía mexicana, el número de trabajadores desempleados se ha elevado imparablemente; esta ley inevitable está ligada indisolublemente al desarrollo capitalista y con la realidad mexicana se confirma: los dueños del capital no sólo necesitan disponer de fuerza de trabajo en cualquier momento, contar con un ejército industrial de reserva (como se denomina a los desocupados en economía política) sino garantizar que el nivel de los salarios no aumente, mermando sus ganancias; la competencia entre los miembros de la clase trabajadora obliga a los desempleados a contratarse por salarios misérrimos, lo que brinda seguridad al capitalista en este aspecto al proteger su volumen de ganancias. Esta garantía de sus ganancias le permite a los capitalistas y a sus representantes darse el lujo de fijar un salario mínimo, incrementarlo periódicamente (dos pesos cada año) y hasta pensionar a los desempleados cuando lleguen a la ancianidad con una ayuda que no llega ni a la mitad de un salario mínimo. En México, las cifras de desempleo y su incremento gradual confirman la tendencia general del empleo en el sistema. Investigadores e instituciones oficiales consultados por este semanario que se han encargado de estudiar el empleo en México confirman plenamente el cumplimiento de las leyes generales del capitalismo. 1