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CLM.ECONOMÍA, Nº 2, Primer Semestre de 2003.
Págs. 129-157
Algunas Consideraciones sobre
el Crecimiento Económico.
Miguel-Ángel Galindo,
Universidad de Castilla-La Mancha.
Resumen
Los economistas han estado interesados en estudiar los factores que afectan al
crecimiento económico. Gracias a la mejora en la información estadística se han ido
introduciendo en el análisis variables no sólo cuantitativas sino también cualitativas.
El objetivo de este artículo es mostrar los aspectos más relevantes relacionados con la
teoría del crecimiento. Para ello comenzaremos exponiendo algunos hechos básicos
más significativos, para pasar después a presentar los modelos de crecimiento tanto
clásicos como modernos más empleados. Seguidamente nos referiremos a los
factores que se han ido introduciendo en las últimas décadas en la literatura especializada. Finalizaremos el artículo llevando a cabo un estudio empírico mostrando la
incidencia que tienen algunas de esas variables sobre el crecimiento.
Abstract
Economists have been interested in studying the factors that affect economic
growth. Thanks to new statistic information it has been possible to introduce in the
analysis new variables not only quantitative but also qualitative. The main goal of this
paper is to show the most relevant aspects related to economic growth. To reach that
objective we will start considering some significant basic facts. Latter we will consider
the classical and modern growth models most used. Following we will consider those
factors that have been introduced in the economic growth analysis during the last
decades in the specialised literature. We will finish the paper with an empirical analysis
showing the effects on some of these variables on growth.
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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
1.- Introducción.
A lo largo de la historia del pensamiento económico, la determinación de los factores que potencian el crecimiento de un país ha
sido una de las cuestiones a la que los economistas han prestado
cierta atención. Este tipo de análisis ha experimentado una importante evolución desde sus inicios. Partiendo de una postura
pesimista defendida por los autores clásicos, en la que se señalaba
la dificultad a la que se enfrentaban las entonces economías más
desarrolladas para seguir prosperando, mientras que las menos
desarrolladas podrían evitar dichas dificultades consiguiendo una
evolución más positiva, se ha pasado recientemente a elaborar
modelos y planteamientos más sofisticados, en los que se muestra
una visión menos pesimista en lo que respecta a los países más
avanzados.
En la reciente literatura sobre el crecimiento, debido en parte
a la mejor información estadística disponible, se han ido introduciendo cada vez más variables explicativas del crecimiento, de
índole tanto cuantitativa como cualitativa, concediéndose especial
importancia al estudio de la convergencia real. Es por ello que
consideremos relevante analizar cómo ha evolucionado el pensamiento en esta materia, así como los hechos que lo han propiciado.
Para alcanzar este objetivo vamos a comenzar exponiendo
algunos hechos básicos que la teoría del crecimiento pretende
explicar, para pasar a continuación a centrarnos en las principales
teorías clasificándolas en clásicas y modernas. Seguidamente
expondremos algunos factores que se han ido introduciendo
recientemente en el estudio del crecimiento y posteriormente
llevaremos a cabo un análisis empírico en el que se mostrará el
papel que juegan algunos de dichos factores. Finalizaremos exponiendo las principales conclusiones.
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2.- Hechos básicos.
La evolución histórica de los países muestra que las tasas de
crecimiento anuales medias variaban de una forma importante
entre los distintos países. Ello se puede comprobar a través de los
datos proporcionados por Maddison (1995) en los que se recoge
el crecimiento a largo plazo desde 1820 tanto de algunos de los
países que hoy en día están desarrollados como de los que están
todavía en proceso de desarrollo. En líneas generales, el crecimiento
per cápita ha sido más rápido en aquellas economías que ya eran
prósperas en el siglo XIX. Por ejemplo, el PIB en Francia y Alemania
aumentó 13 veces y en los Estados Unidos hasta 17 veces. El caso
asiático muestra un incremento también importante, ya que su
PIB creció 27 veces. En cambio, en los países iberoamericanos sólo
lo hizo 7 veces, mientras que en África su situación en 1992, en
términos medios, es la misma que mostraban los países europeos
en 1820.
Esta circunstancia no podía ser explicada de una forma
satisfactoria por el comportamiento del progreso tecnológico tal
como sostenía la aportación neoclásica (Agénor, 2000, pág. 392).
En efecto, la evidencia empírica muestra que las pautas de
crecimiento seguidas tanto para los países industrializados como
para los menos desarrollados indican una serie de hechos que las
teorías del crecimiento tienen que explicar. En concreto, serían
los siguientes (Agénor, 2000, págs. 398-415):
1.- El producto por trabajador crece a niveles muy diferentes
entre los distintos países.
2.- El crecimiento del capital y del trabajo no explica totalmente
la tasa de crecimiento del producto. Ello implica, en definitiva, que a
la hora de analizar el crecimiento resulta imprescindible introducir
otros elementos que influirían sobre él.
3.- Las tasas de crecimiento del producto entre los diferentes
países están relacionadas con los niveles iniciales de la renta per
cápita (figura-1).
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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Figura 1
Figura 2
4.- Las naciones con bajas (altas) tasas de ahorro y de inversión
tienden a presentar bajos (altos) niveles de renta y tasas de
crecimiento per cápita (figura-2). Desde esta perspectiva se
considera que el ahorro juega un papel esencial en el crecimiento.
Hay que señalar, por otro lado, que desde una perspectiva
keynesiana se afirma lo contrario, indicando que va a ser el consumo
y el correspondiente estímulo de la demanda lo que genera un
mayor crecimiento 1.
5.- Las tasas de crecimiento de la población se
relacionan negativamente
tanto con el nivel de renta
per cápita como con la tasa
de crecimiento de la renta
per cápita existente en los
países (figura-3).
Figura 3
(1) Existe una importante discusión sobre los efectos que genera el ahorro y el consumo sobre el crecimiento que
se remonta a los escritos de autores anteriores a A. Smith. No se trata de un tema sobre el que se haya alcanzado
una conclusión definitiva, sino que en la actualidad se discute sobre la bondad del ahorro (consumo) a la hora de
potenciar el crecimiento económico. Para una revisión de la literatura vid Bahmani-Oskooee et al (1998 y 2000).
Para un análisis empírico centrado en los países de la Unión Europea, vid. Bahmani-Oskooee et al (1999).
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6.- Las tasas de pobreza parecen estar relacionadas negativamente con el crecimiento. Los datos empíricos vienen a destacar un
efecto asimétrico del crecimiento sobre la pobreza, ya que en
algunos países iberoamericanos a pesar de haber experimentado
un importante crecimiento en términos relativos, en cambio su nivel
de pobreza sólo mejora ligeramente 2.
7.- Respecto a la relación entre la desigualdad y el crecimiento,
las posturas se han ido modificando a lo largo del tiempo. Las
primeras aportaciones afirmaban que existía una relación positiva
entre desigualdad y crecimiento. En los últimos años esta postura se
ha visto modificada, ya que dicha desigualdad generaría un clima
social adverso que afectaría negativamente a la iniciativa privada
y, en definitiva, a la inversión, lo que daría lugar a un menor
crecimiento.
8.- El mayor volumen de exportaciones e importaciones, así
como el grado de apertura, están relacionados positivamente con el
crecimiento (figura-4) 3.
9.- Asimismo, los aspectos relacionados con el comportamiento del sistema de mercado afectan también al crecimiento
(figura-5).
10.- La inflación afecta negativamente al crecimiento.
11.- El grado de desarrollo del sistema financiero se relaciona
positivamente con la tasa de crecimiento del producto (Levine (1997).
Figura 4
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Figura 5
(2) Sobre estos temas vid., entre otros, los trabajos de Lipton y Ravallion (1995) y Londoño y Székely (1997).
(3) Sobre este tema haciendo referencia también a la evidencia empírica vid. los trabajos de Edwards (1998),
Harrison (1996) y Harrison y Hanson (1999).
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Como hemos indicado, por tanto, estos son los hechos básicos
que deben ser explicados por la teoría del crecimiento moderna, lo
que ha propiciado la aparición de una extensa literatura. Vamos
seguidamente, en los próximos epígrafes, a exponer los aspectos
esenciales expuestos por las principales corrientes respecto al
crecimiento económico, dividiéndolas en dos grupos, la clásica y
la moderna.
3.- La teoría clásica del crecimiento
económico.
La teoría del crecimiento ha experimentado una importante
evolución desde sus inicios. En términos generales dentro de este
ámbito se suelen incluir un conjunto muy amplio de aportaciones
que comprenden desde los escritos de la escuela clásica –A. Smith,
T.R. Malthus y D. Ricardo– hasta las aportaciones de J.M. Keynes,
pasando por la postura de J.A. Schumpeter.
Comenzando con los autores clásicos, hay que señalar que
pretendieron analizar de una forma sistemática y rigurosa cuáles son
los factores que potencian el crecimiento y el enriquecimiento
económico 4. A. Smith (1776) afirma que la riqueza de las naciones
depende del reparto que se haga del factor trabajo entre las
actividades productivas e improductivas, y del grado de eficacia de
la actividad productiva (progreso técnico). Estos factores estarán
a su vez determinados por un lado, por la división del trabajo
(especialización), por la tendencia al intercambio y por el tamaño de
los mercados (uso del dinero y el comercio internacional); y, por otro
lado, por la acumulación de capital, que en última instancia se
considera como el motor del crecimiento. De acuerdo con este autor,
con el desarrollo económico todas las economías llegarán a un
estado estacionario, ya que las oportunidades de inversión se van
agotando y con ello el crecimiento 5. La llegada a este estado
estacionario sólo puede retrasarse con la apertura de nuevos
mercados y con las innovaciones que creen nuevas posibilidades de
(4) Para un análisis general de la aportación de estos autores véase O´Brian (1989). Véase también Gaffard (1997).
(5) Cuando el país posee todo el capital que puede emplear provechosamente y está ricamente provisto de
fondos, en proporción a todos los negocios que pueden llevarse a efecto, no existirán más posibilidades de
inversión para obtener beneficio.
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inversión. El instante en que se alcance el estado estacionario
dependerá también de sus leyes e instituciones en la medida
en que éstas dificulten el comercio y reduzcan el campo de oportunidades de inversión.
D. Ricardo (1817) introduce en el análisis de A. Smith la existencia de rendimientos decrecientes y con ello, de nuevo, la
posibilidad de un estado estacionario. Para evitar esta circunstancia
resulta necesario aumentar el capital y el progreso técnico en los
procesos productivos, lo que significa que el ahorro juega un papel
importante en el crecimiento.
Para T. R. Malthus (1820) los factores que afectan negativamente al crecimiento económico son el exceso de ahorro, un
consumo escaso y la dinámica de la población. Desde su
perspectiva, el crecimiento económico necesita una demanda
adicional. Pero para ello no era suficiente la obtención de una mayor
inversión, sino que era conveniente que esa mayor demanda viniese
acompañada de un incremento de la oferta. De acuerdo con
Malthus, la causa de que se llegue al estado estacionario está
en la propia dinámica de la población, que crea rendimientos
decrecientes.
Otra contribución destacable dentro de la teoría clásica del
crecimiento es la de J.A. Schumpeter (1912). Para este autor van a ser
las innovaciones, resultantes de la investigación científica, las
que van a potenciar la acumulación del capital. Por tanto, en su
teoría del crecimiento, la ciencia y la tecnología juegan un papel
preponderante. Otra característica de su análisis es que integra la
dinámica del ciclo con la del crecimiento económico –crecimiento
cíclico–. En concreto, este autor supone que la economía puede
encontrarse en dos posibles fases o estados.
El primero de ellos es el estado estacionario donde la
economía no crece, y que se caracteriza por presentar un
determinado estado tecnológico. En esta fase los mismos procesos
productivos se repiten de forma sostenida.
La entrada en la segunda fase, la de crecimiento, se produce
por la introducción de ciertos cambios –innovaciones– en el proceso
productivo. Si son adecuados esos cambios que se generan en los
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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
procesos productivos por la implantación de las innovaciones,
darán lugar a mayores beneficios en la empresa innovadora, lo que
animará a las empresas competidoras a introducirlos también en sus
procesos productivos con el objeto de apropiarse de parte de esos
beneficios. Para ello será necesario aumentar la inversión.
El resultado de este proceso de incorporación de innovaciones es
que, durante esta fase, la economía experimenta un crecimiento
positivo. Cuando todos los agentes han incorporado la innovación
en sus respectivos procesos productivos el proceso de inversión se
detiene y la economía entra de nuevo en una fase de estado estacionario, al menos hasta que alguien introduzca una nueva
innovación –el empresario innovador–, y el resto de rivales le imiten.
Este tipo de comportamiento está limitado por una serie de
circunstancias:
1.- Tienen que producirse dichas innovaciones.
2.- Hay que tener en cuenta el comportamiento del empresario
innovador, que está dispuesto a arriesgar su dinero en un proceso
productivo con la idea de obtener unos determinados beneficios
–además de que existan innovaciones, alguien debe estar
interesado en introducir dichas innovaciones en su empresa–.
3.- Tenemos que considerar el comportamiento de los
mercados financieros, ya que no es imaginable que los empresarios
tengan siempre la capacidad de autofinanciarse a la hora de
introducir las mejoras técnicas a las que nos acabamos de referir.
Finalizamos este apartado refiriéndonos a la aportación de J.M.
Keynes. Con la aparición de la Teoría General de Keynes en 1936, el
análisis económico pasa a conceder una mayor relevancia al papel
que juega la demanda, centrándose además en el corto plazo. Es
decir, Keynes no desarrolla un verdadero modelo de crecimiento a
largo plazo, ya que su objetivo prioritario está en el análisis de
la dinámica a corto plazo, esto es, cuáles son los determinantes
de la producción y del empleo en el corto plazo.
Por tanto, para Keynes, el proceso de crecimiento tendencial
a largo plazo no es más que el resultado de la dinámica a corto,
es decir, el resultado de la dinámica del ciclo, en la que, con la
disminución de la eficacia marginal del capital –rendimiento
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esperado de una inversión corregido por el riesgo– en las etapas
recesivas, que en general dependerá no sólo del tipo de interés sino
fundamentalmente de las posibilidades futuras de ventas por parte
de la empresa, frenará el proceso inversor, y por tanto, el de
crecimiento. Es así como Keynes da cabida a situaciones de crisis o
estancamiento con desempleo, es decir, situaciones de equilibrio en
el mercado de bienes compatible con la existencia de desempleo
involuntario en el mercado de trabajo. Para salir de estas situaciones
será necesario introducir políticas económicas activas de expansión
de la demanda agregada de bienes y servicios (fundamentalmente
de política fiscal) que intenten compensar la insuficiencia de
demanda privada, impulsando de ese modo el proceso de
inversión, creación de empleo y crecimiento económico.
En resumen, desde una perspectiva general y de acuerdo con
Singer (1965), nos encontramos con que los planteamientos
expuestos en torno a los años 1750-1936, período en el que se
encuadran las distintas aportaciones de la teoría clásica del
crecimiento, se caracterizan por mostrar un claro pesimismo
respecto al futuro de los países actualmente industrializados y, por
el contrario, un gran optimismo respecto al horizonte de las
economías menos desarrolladas, siempre y cuando aprendan de los
errores cometidos por aquellas y los eviten. Estos autores se centran
en el estudio del funcionamiento de los países más adelantados,
encontrando cada uno de ellos distintas causas que determinan el
colapso y el freno al crecimiento a largo plazo de estas economías.
Así, el agotamiento de las posibilidades de inversión (Smith), la ley
de los rendimientos decrecientes (Ricardo), la dinámica de la
población (Malthus), el deterioro del espíritu empresarial
(Schumpeter) o la disminución de la eficacia marginal del capital
(Keynes), son algunas de las causas básicas que determinan esas
expectativas pesimistas sobre las posibilidades futuras del
crecimiento económico. La realidad mostraría lo equivocado de
algunas de estas posturas.
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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
4.- La teoría moderna
del crecimiento.
A diferencia de las aportaciones que hemos expuesto en
el apartado anterior, la teoría moderna del crecimiento presenta
un mayor grado de formalización y de análisis empírico, debido, en
cierta medida, a la progresiva mejora en la información estadística.
Seguidamente vamos a exponer las principales aportaciones
incluidas dentro de esta teoría. Los modelos neoclásicos
de crecimiento exógeno, los de crecimiento endógeno y los
post-keynesianos.
4.1.- Los modelos neoclásicos de crecimiento exógeno.
Estos modelos parten de las aportaciones de Solow (1956) y
Swan (1956) en los que se introduce una función de producción con
rendimientos constantes a escala y decrecientes para cada uno de
los factores productivos, junto al supuesto de mercados perfectamente competitivos, lo que conduce a la economía a una situación
de equilibrio sostenido a largo plazo con pleno empleo. Esta
situación de equilibrio se corresponde con tasas nulas de
crecimiento de la renta per cápita. Este último resultado, junto a
la necesidad de explicar las tasas de crecimiento positivas que se
observan empíricamente en las distintas economías, justifican
la introducción del progreso tecnológico como el factor exógeno
que determina la existencia de tasas de crecimiento de la renta
per cápita positivas a largo plazo. Es precisamente debido a esta
necesidad de introducir mejoras técnicas generalizadas y exógenas,
por lo que a estos modelos se les pasa a denominar de crecimiento
exógeno.
De acuerdo con lo que acabamos de indicar, el decisor
político tiene escaso margen de maniobra para tratar de afectar al
crecimiento económico, mediante las medidas que diseñe para ello.
Además, desde esta perspectiva, los países alcanzarán la convergencia económica real gracias a la existencia de los rendimientos
marginales decrecientes.
4.2.- Los modelos Post-keynesianos de crecimiento.
Por lo que se refiere a la aportación postkeynesiana, hay que
señalar que los autores incluidos en esta corriente se centran en
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intentar desarrollar por otras vías alternativas a las seguidas
por Solow, el modelo propuesto por Harrod, incluyendo algunas
hipótesis keynesianas.
Se trata de modelos que analizan la economía por el lado de la
demanda y en los que conceden a las instituciones un gran peso
específico dentro de las relaciones entre los agentes económicos.
Ello se debe a que a través de ellas se adoptan una serie de
decisiones que van a afectar a la economía en su conjunto. Además,
la economía capitalista se caracteriza por ser inestable debido a la
divergencia que existe entre los incentivos privados y los sociales
que conducen a fallos en la demanda efectiva. Así pues, el
equilibrio sólo es un caso particular de la tendencia general que es
el desequilibrio. El Estado es el encargado de hacer frente a dicha
inestabilidad a través del gasto y frenando el poder de las grandes
empresas y del sector financiero, sobre todo cuando se considera
que en los mercados no existe competencia perfecta.
Por otro lado, hay que destacar también que los modelos de
crecimiento postkeynesianos pueden clasificarse en dos grandes
grupos (Lavoie, 1992, pag 283):
1.- Los modelos neo-keynesianos, entre los que cabe destacar
las aportaciones de Robinson, Kaldor y Pasinetti. En ellos se hace
especial hincapié en la distribución de la renta entre trabajadores y
capitalistas. Estos últimos son los únicos que ahorran, por lo que
para potenciar el crecimiento habría que tratar de desviar la renta
hacia estos últimos.
2.- Los modelos de corte kaleckiano, en los que se consideran
aspectos relacionados con la concentración de empresas y el
papel que podría jugar la política fiscal, entre otras, para potenciar
el crecimiento.
4.3.- La Teoría del crecimiento endógeno.
El análisis del crecimiento económico, tras algunos años de
olvido, vuelve a ser objeto de interés para los economistas en la
década de los 80. Una de las razones principales de ello, fue que las
predicciones del modelo neoclásico no se cumplían 6. En efecto, se
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(6) Como consecuencia de la incapacidad de esta teoría del crecimiento para de explicar la situación de los países
en vías de desarrollo, y para tratar de dar respuesta a la gran dificultad que encuentran estos países para salir de
su situación de atraso, surgen de manera paralela distintas aportaciones que han venido a englobarse bajo la
denominación de Teoría del Desarrollo. Véanse sobre estos aspectos Thirlwall (1994) y Ghatak (1995).
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
observaba, por ejemplo, la ausencia de convergencia en los niveles
de renta entre las distintas economías a nivel mundial. Es más,
aparecía una divergencia en los niveles de renta per cápita, esto es,
las tasas de crecimiento anuales medias variaban de una forma
importante entre los distintos países, siendo considerablemente
más elevadas para los países industrializados. Esta circunstancia no
podía ser explicada satisfactoriamente por el comportamiento del
progreso tecnológico tal como sostenía la aportación neoclásica
(Agénor, 2000, pág. 392).
Además de la crítica que acabamos de indicar respecto a los
modelos neoclásicos, algunos autores afirman que éstos tampoco
proporcionaban conclusiones satisfactorias para explicar el
fenómeno del crecimiento centrándose básicamente en tres
motivos (Lecaillon y otros, 1995 y Artus, 1993):
1.- Resulta muy difícil admitir que el esfuerzo inversor, los
procesos de investigación y desarrollo (I+D), el gasto público o la
fiscalidad no tengan ningún efecto a largo plazo sobre la tasa de
crecimiento.
2.- Los modelos neoclásicos no permiten conocer las causas por
las cuales las tasas de crecimiento son diferentes entre los países.
3.- No se explica de una forma convincente por qué no se
producen movimientos de capital de los países ricos hacia los
pobres, en los que la productividad marginal del capital es mayor y,
por tanto, de acuerdo con las hipótesis neoclásicas dichos flujos
deberían ser mayores.
Debido básicamente a estas críticas, a mediados de los 80
surgen nuevos modelos que alejándose del supuesto de
rendimientos decrecientes para los factores acumulables, tratan de
encontrar una explicación endógena al proceso de crecimiento.
Los modelos de crecimiento endógeno introducen, en definitiva, la
posibilidad de alcanzar un equilibrio dinámico con tasas de
crecimiento positivas que ahora no estarán explicadas por el
crecimiento exógeno de la productividad global. Por el contrario,
se afirma que el proceso de crecimiento sostenido es un fenómeno
endógeno a la propia dinámica de la economía, y de esta
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circunstancia viene la denominación de esta nueva corriente (Barro
y Sala-i-Martin, 1995, pág. 38).
En función de lo que acabamos de indicar, comprobamos que
la diferencia fundamental de estos modelos de crecimiento
endógeno con respecto a los neoclásicos-exógenos se encuentra
en el supuesto que se introduzca sobre los rendimientos de los
factores acumulables en la función de producción. En efecto, el
supuesto de rendimientos no decrecientes para el factor capital
es el que permite explicar, de manera endógena, soluciones de
equilibrio dinámico con crecimiento de la renta per cápita positivo.
La principal contribución de los modelos de crecimiento endógeno,
es la de aportar y justificar las distintas situaciones en las que
pueden aparecer tales rendimientos para el factor capital, constituyendo así un paso adelante en la búsqueda de los determinantes
del crecimiento.
Dentro de esta teoría del crecimiento endógeno se incluye una
extensa cantidad de aportaciones que, junto a la pretendida
novedad de los temas tratados 7, incluyen un análisis exhaustivo
desde el punto de vista matemático y empírico –gracias a los
avances en los medios para procesar los datos y a la mejora que han
experimentado en los últimos años las fuentes estadísticas 8–. Estos
trabajos se pueden dividir en dos grupos (Sala-i-Martin, 1994,
págs. 6-7):
1.- El primer grupo corresponde a lo que se podría denominar
primera generación, que incluye las publicaciones de Romer (1986),
Lucas (1988), Rebelo (1991) y Barro (1991) entre otros, y que se
caracterizan por haber conseguido generar tasas positivas de
crecimiento, eliminando los rendimientos decrecientes de capital
mediante la inclusión de externalidades positivas sobre la
acumulación de capital físico y humano: efectos desbordamiento o
procesos de aprendizaje por la práctica, learning by doing. Nos
estamos refiriendo a los modelos en los que se supone la existencia
de competencia perfecta.
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(7) En este sentido Barro y Sala-i-Martin (1995, pág. 39, nota 12) afirman que el primer economista que empleó
una función de producción del tipo AK utilizada por Rebelo (1991) para generar crecimiento endógeno, fue von
Neumann (1945). Por otro lado, Knight (1944) ya señaló que no tenía por qué aplicarse siempre los rendimientos
decrecientes cuando se trabaja con un concepto amplio de capital.
(8) A pesar de ello existen todavía importantes problemas para conseguir datos anteriores a la década de los 50
para un gran número de países, sobre todo en algunas variables representativas de estos modelos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
2.- El segundo grupo o segunda generación acoge los trabajos
de Romer (1987, 1990), Grossman y Helpman (1991) y Aghion y
Howitt (1992). En este ámbito se elaboran modelos de competencia
imperfecta en los que la inversión en los procesos de I+D de las
empresas genera el progreso tecnológico de una forma endógena.
Desde esta perspectiva, aquellas empresas que consiguen
elaborar un nuevo producto o mejorar la calidad de los existentes,
son premiadas por la sociedad permitiéndolas disfrutar de un cierto
poder monopolístico. En este caso, la tasa de crecimiento tiende a
no ser óptima en el sentido paretiano, por lo que la intervención
gubernamental resulta decisiva ya que garantiza los derechos
de propiedad y regula los sectores financiero y exterior para eliminar
distorsiones 9.
Así pues, los modelos de crecimiento endógeno intentan
superar las dificultades del enfoque neoclásico introduciendo para
ello los fenómenos de aprendizaje y efectos desbordamiento del
capital público y privado, físico y humano, y los proyectos de I+D
y los rendimientos a escala crecientes. Por ello, las políticas
económicas dirigidas a mejorar estos aspectos sí tendrán un
efecto permanente sobre la tasa de crecimiento de equilibrio en
el largo plazo.
5.- Algunos factores considerados
en el análisis del crecimiento.
En los modelos de crecimiento tradicionalmente se ha venido
prestando atención al papel que juegan el capital, el trabajo y el
progreso técnico, haciendo hincapié en que la renta per cápita
dependía del stock de capital per cápita y del progreso técnico. En
cambio, en análisis posteriores, especialmente cuando se iba disponiendo de una mejor información estadística, se han venido
incorporando nuevas variables. Vamos seguidamente a enumerar
algunas de ellas, mostrando los aspectos más relevantes de las mismas.
1.- El capital humano
Así, en primer lugar, considerando los hechos expuestos por
Barro (1991), Mankiw, Romer y Weil (1992), elaboran un modelo
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(9) Diversos trabajos referidos a este tipo de modelos se encuentran en Andersen y Moene (1993).
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neoclásico más amplio, en el que se hace hincapié en el papel que
juega el capital humano, incluyendo aspectos relacionados con la
educación y la sanidad. Una mejor educación no sólo permitiría
comprar paz social sino que también facilitaría la introducción de
nuevas tecnologías, lo que afectaría positivamente al crecimiento
(Baumol, 1990).
Ahora bien, frente a este hecho positivo, por el contrario, nos
encontramos con otro negativo de la educación, a través de la
denominada teoría del “filtro” (Arrow, 1973 y Spence, 1973), que
considera que el gasto de educación tiene un componente de
consumo improductivo. Ello significa que se trata de un gasto de
consumo que afecta directamente al bienestar de los individuos
financiados con recursos que se detraen de otros usos que generan
productividad de una forma directa. En concreto, la educación se
convertiría en un criterio arbitrario de asignación de puestos de
trabajo (Bhagwati, 1973).
A pesar de esta critica, algunos trabajos (Mankiw, Romer y Weil,
1992 y Bénabou, 1993) señalan que los gastos en educación y
sanidad constituyen una forma de corregir los distintos fallos que se
producen en el mercado, afectando positivamente al crecimiento.
2.- La política fiscal.
Frente a la postura defendida por los autores keynesianos,
según la cual se podía generar empleo y favorecer el crecimiento a
través de los estímulos de la demanda generados por una política
fiscal expansiva, ante una actividad privada que mostraba un cierto
grado de atonía, los modelos neoclásicos de crecimiento exógeno,
como ya se indicado, señalaban que no era necesario este tipo de
actuaciones.
Con la aparición de los modelos de crecimiento endógeno se
vuelve a plantear el papel que podría jugar la política fiscal y, por
tanto, si existe algún margen de maniobra para la misma. En este
sentido, se considera, por un lado, el tipo de gasto que se lleve a
cabo y, por otro, su financiación.
Por lo que se refiere al primer aspecto, se ha venido destacando
la bondad del capital público a la hora de favorecer al crecimiento,
siendo contemplado por algunos como un factor más a considerar
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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
dentro de la función de producción. Así, ya en el trabajo pionero a
nivel regional de Aschauer (1989), señalaba que el impacto de las
infraestructuras públicas sobre la productividad era muy
importante. Por su parte, Skinner (1987), Knight, Loayza y Villanueva
(1993), y Binswanger, Khander y Rosenzweig (1993) que para el caso
de la India, entre otros, señalan que los efectos del capital público
no se presentan a corto plazo pero sí a largo.
Ahora bien, no todas aportaciones defienden esta relación
positiva entre el capital público y el crecimiento. En este sentido,
Evans y Karras (1994) afirman que el capital público no es
productivo y no afecta positivamente al crecimiento, mientras que
otras aportaciones muestran la existencia de una relación débil
entre inversión pública y crecimiento (Diamond (1989), Ford y Poret
(1991), Barro (1991)). Por otro lado, también se considera que la
acumulación de capital público sólo tendrá efectos positivos
sobre el crecimiento tendencial a largo plazo cuando la suma de
elasticidades de los capitales público y privado sea no menor que
uno (Galindo y Escot, (1998)).
Por otro lado, el efecto expansivo de dicho tipo de actuaciones
se puede ver contrarrestado por los mayores impuestos que hay
que establecer para financiar este mayor gasto 10. Igualmente, si se
opta por un mayor endeudamiento como forma de financiación,
pueden aparecer otras limitaciones en la eficacia de la política fiscal,
ya sea a través del efecto crowding-out 11, o a través del efecto
indirecto sobre las generaciones futuras 12, al tener que asumir éstas
las cargas negativas en periodos posteriores.
3.- La distribución de la renta
Ha existido una cierta controversia sobre el efecto que
generaba la distribución de la renta sobre el crecimiento. En algunas
aportaciones, como las de Forbes (1998) y Zou y Li (1998), o la de
Partridge (1997) para el caso de los Estados Unidos, se ha venido
defendiendo la necesidad de un cierto nivel de desigualdad para
favorecer el crecimiento. Ello se debe fundamentalmente a dos
circunstancias:
(10) Sobre este aspecto vid., entre otros, los trabajos de Aschauer y Greenwood (1985), Fisher (1988) y Barro (1989a).
(11) Para un análisis de esta problemática en un modelo de generaciones sucesivas vid. Argimón, GonzálezPáramo y Roldán (1997).
(12) Para un modelo con generaciones solapadas, vid. López García (1994) y Argimón, González-Páramo y Roldán (1995).
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1.- De acuerdo con el planteamiento de Kaldor (1957) se puede
distinguir entre la propensión marginal a ahorrar de los trabajadores
y la de los capitalistas, considerando que la de estos últimos es
mayor que la de los primeros. Por tanto, si consideramos que la tasa
de crecimiento del PIB se relaciona directamente con la parte de la
renta nacional que es ahorrada, entonces la conclusión que se
alcanza es que resulta necesaria llevar a cabo una distribución de la
renta desigual, que debe ir dirigida básicamente hacia los capitalistas,
para potenciar su ahorro y, en definitiva, el crecimiento 13.
2.- Hay que tener presentes las indivisibilidades de la inversión.
Como es sabido, el establecimiento de nuevas industrias así como la
implantación de innovaciones, llevan consigo importantes costes
iniciales que básicamente se financian a través del endeudamiento.
Si los mercados de activos no operan de una forma eficiente,
entonces resulta complicada la obtención de esos recursos
necesarios para financiar dichos costes, por lo que una mala
asignación de la renta, centrada en aumentar la renta de determinados individuos o familias, permitiría llevar a cabo esa inversión,
lo que, en definitiva, potenciaría el crecimiento.
En cambio, en las aportaciones más recientes se ha afirmado
justamente lo contrario, basándose en los siguientes aspectos
(Perotti, 1996, págs. 150-154 y Aghion, Caroli, García-Peñalosa, 1999,
págs. 1621-1630, Alfranca y Galindo, 2003):
1.- La desigualdad reduce las oportunidades de inversión.
Cuando se considera que no existen mercados de capitales
perfectos y que la función de producción individual es cóncava,
entonces una distribución de renta de los más ricos a los más
pobres favorece el crecimiento. Ello es debido, fundamentalmente,
a que los primeros muestran una productividad marginal a la
inversión más reducida que los segundos, ya que se presentan
rendimientos decrecientes para las inversiones de capital
individuales. En cambio, los más pobres, estarían dispuestos a
aumentar la formación bruta de capital, pero se ven limitados por
sus ingresos. De ahí que sea conveniente redistribuir la renta hacia
estos últimos, lo que favorecería la generación de inversión y, por
tanto, de crecimiento 14.
146
(13) Véase en este ámbito los trabajos de Stiglitz (1969) y Bourguignon (1981).
(14) Esta idea ya fue expuesta por Galor y Zeira (1993), que analizaron los efectos de al distribución de la riqueza
sobre el producto agregado a través de la inversión en capital humano. Sobre estas cuestiones, vid. también los
trabajos de Stiglitz (1969), Tamura (1991) y Benabou (1996).
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
2.- La desigualdad afecta negativamente a los incentivos de
los prestatarios (Loury, 1981, Galor y Zeira, 1993, Piketty, 1997,
Barro, 1999). Si existen mercados imperfectos y además existe
incertidumbre respecto al futuro, entonces una distribución que
favorezca a los prestatarios les animará a invertir más y a arriesgarse
en mayor medida, lo que de nuevo potencia la acumulación de
capital y, en definitiva, el crecimiento económico.
3.- La desigualdad genera volatilidad macroeconómica. Dicha
volatilidad es generada por la desigualdad y perjudica el
crecimiento (Alesina y Perotti, 1996). La causa de ello se debe a que
la desigualdad provoca inestabilidad política e institucional lo que
afecta negativamente a la inversión y al crecimiento. Existen
distintos trabajos que han tratado de analizar la relación que existe
entre desigualdad y volatilidad. Así, por ejemplo Alesina y Perotti
(1996) señalan que una escasa igualdad genera inestabilidad
política y ello conduce a la volatilidad macroeconómica. Otros
autores, como Aghion, Banerjee y Piketty (1997) afirman una
relación más directa debido a las distintas oportunidades que tienen
los agentes económicos para llevar a cabo una inversión.
4.- Aspectos de política económica (Perotti, 1993, Bertola, 1993,
Alesina y Rodrik, 1994, Persson y Tabellini, 1994, Bénabou, 1996).
En términos generales se señala que la desigualdad afecta a la imposición existente en un país mediante el proceso político, siempre y
cuando los individuos a través de las votaciones puedan modificar o
eligir el tipo impositivo o puedan incidir sobre el gasto público. Ello se
debe a que en aquellas sociedades en las que exista un alto grado de
desigualdad, los votantes prefieren una mejor distribución de la renta,
lo que se conseguiría mediante una mayor imposición o llevando a
cabo distintas actuaciones públicas. Desde esta perspectiva se
produce un doble efecto. El primero de ellos indica que el gasto
público redistributivo, y por tanto la imposición, aumentan conforme
exista una mayor desigualdad en la economía. El económico indica
que este tipo de política fiscal produce un cierto nivel de desincentivo
respecto a la generación de ahorro e inversión privados. Ello produce,
en definitiva, un menor crecimiento en la economía.
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5.- Efectos sociales (Venieris y Gupta, 1986, Gupta, 1990,
Benhabib y Rustichini, 1996). Se suele afirmar que con la
desigualdad surge el crimen, secuestros, etc, es decir, actividades
que también afectan negativamente al crecimiento económico ya
que los agentes económicos estarían menos dispuestos a mantener
o aumentar su actividad productiva, ante la inseguridad que tienen
que soportar tanto individualmente como en sus respectivas
propiedades. Por otro lado, la estabilidad de las instituciones políticas se ve asimismo amenazada, produciéndose la pérdida de
recursos que ya no van a ser productivos. Todo ello desanima de
nuevo a la inversión, por lo que la productividad y el crecimiento se
verán reducidos.
4.- Globalización
Obviamente, el proceso de globalización que han experimentado las economías en las últimas décadas también afecta al
crecimiento. La apertura de mercados no es un proceso nuevo,
como es sabido, ya que la reducción de los costes de transporte y
los nuevos sistemas de refrigeración, entre otros aspectos, introducidos a lo largo del siglo XIX, ya habían propiciado este proceso.
En este sentido, los trabajos llevados a cabo vienen a concluir
que aquellos países que han optado por practicar una política
comercial lo más abierta posible crecen más deprisa que los que
han actúan de una manera más proteccionista 15.
Pero a través del comercio, de una forma indirecta, también se
pueden incorporar un conjunto de variables y actuaciones que
afectarían al crecimiento y que habría contemplar. En efecto, el
intercambio de ideas y la transmisión de tecnología, entre otras
cuestiones, favorecerían el crecimiento. Los países líderes, esto es los
innovadores, al transmitir su tecnología hacia los seguidores, es
decir los que la captan y la imitan, posibilitan que estos últimos
puedan crecer mucho más deprisa, dando lugar a una mayor
convergencia. De esta forma, todos salen favorecidos, los primeros
obtienen recursos con la venta de sus patentes, mientras que los
segundos mejoran su competitividad 16.
(15) Sobre estos aspectos vid. el trabajo de Sachs y Warner, (1995).
(16) Sobre el proceso de transmisión de tecnología, véanse, por ejemplo, los trabajos de Abramovitz (1986),
Verspagen (1991), Abramovitz y David (1996), Bernard y Jones (1996)y Galindo y Escot (1998).
148
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
5.- El capital social.
Por último, habría que considerar también lo que los sociólogos y algunos economistas han denominado como “capital social”.
El primer problema que se plantea es este ámbito es tratar de
definirlo. De una forma amplia, Woolcock (1998) señaló que se
trataba de las normas y relaciones que facilitan la acción colectiva.
Por tanto, no sólo se considera el papel que juegan los individuos,
sino también el comportamiento que tienen las instituciones, que
afectan a las relaciones entre aquellos.
Así pues, las relaciones sociales implícitas en este tipo de
capital juegan un papel muy importante en el desarrollo de la
actividad económica. No sólo sirven de base para establecer las
reglas a través de las cuales los individuos actúan sino que también,
son el apoyo para desarrollar sus conocimientos, llevar a cabo sus
estrategias y generar un clima de paz social. De acuerdo con North
(1990), para comprender el comportamiento económico resulta
imprescindible conocer el papel de las instituciones formales
e informales.
Un adecuado capital social, a través del cual, los individuos se
ven apoyados por sus familias y su entorno, con un ordenamiento
jurídico adecuado, es contemplado con un elemento más que
propicia el crecimiento económico. Se elimina la incertidumbre
y aumenta la confianza de los individuos, así como la posibilidad
de desarrollar sus cualidades. Se facilita la aparición de un consenso
de la clase media que hace más fuerte a la sociedad y reduce la
debilidad de los gobiernos, lo que favorece el crecimiento 17.
Ahora bien, no todos los elementos son tan positivos. Algunos
autores cuestionan la utilidad o la posibilidad de utilizar este
concepto. Por ejemplo, Durlauf (1999 y 2002) se pregunta si se trata
de un fenómeno tan benigno como se ha venido señalando, lo que
resulta difícil de determinar, debido a que es un concepto tan vago
que dificulta este tipo de análisis. Arrow (2000), por su parte,
defiende la necesidad de abandonar este concepto, ya que ha
sido creado por razones distintas a las económicas, mientras que
Solow (2000) se pregunta si se trata del concepto que realmente
representa lo que queremos analizar.
(17) Sobre estos temas, vid. los trabajos de Rodrick (1999a y 1999b) y Easterly (2001).
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Por otro lado, aparte de estas críticas de índole conceptual,
también se ha destacado que existen efectos negativos por parte
del capital social, ya que pueden crearse normas e instituciones que
no pretenden favorecer nada más que a ciertos individuos 18 lo que
daría lugar a un perjuicio de la actividad económica.
En términos generales, el análisis de este tipo de variable
en su relación con el crecimiento, resulta complicado por dos
circunstancias. En primer lugar, por la dificultad de determinar qué
entendemos por capital social. Y, en segundo lugar, por la escasez
de datos disponibles en la mayoría de los países, lo que se está tratando de paliar con la elaboración de encuestas.
En definitiva, hemos enumerado una serie de variables que se
han ido introduciendo, con mayor o menor éxito en el análisis del
crecimiento. Con la mejora de la información estadística, podremos
en el futuro no sólo profundizar en los efectos de algunas de ellas,
sino también incorporar otras que nos permitan conocer como
algunos aspectos cuantitativos y sobre todo cualitativos influyen
sobre el crecimiento.
6.- Análisis empírico .
19
Como ya anticipamos en la introducción, vamos a llevar a cabo
una estimación empírica de los factores que afectan al crecimiento.
En este sentido, la literatura especializada ha venido realizando
en las últimas décadas trabajos de esta índole, empleando distintas
técnicas econométricas, e incluyendo diferentes variables, cada vez
más de carácter cualitativo, conforme se va disponiendo de este tipo
de información, tanto para economías desarrolladas como para las
que no lo están.
Exponemos a continuación el Cuadro 1 en el que mostramos las
regresiones realizadas para mostrar los factores que contribuyen al crecimiento económico, utilizando datos de sección cruzada a nivel mundial.
En la regresión (1) se incluyen como variables explicativas,
además del término constante, el nivel inicial de renta (en logaritmos neperianos), la tasa de crecimiento de la población y la tasa
de inversión (pública y privada); estas son las variables que junto al
150
(18) Se suelen poner como ejemplo a la Mafia o al Ku Klux Klan.
(19) Agradezco al profesor L. Escot su colaboración en la elaboración de este epígrafe.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Cuadro 1
Variable Dependiente Tasa de Crecimiento media anual del PIB
per cápita (1975-1990).
Variables
-1
-2
-3
-4
-5
-6
-7
Constante
0.082909
(2.294353)
0.139486
(2.843256)
0.108383
(1.993609)
0.132444
(3.495911)
0.124776
(3.331931)
0.051405
(1.020156)
0.058741
(1.188492)
Ln (PIB 75)
-0.011537
(-2.859229)
-0.018042
(-3.113817)
-0.016737
(-2.664096)
-0.020069
(-4.280709)
-0.018041
(-3.717785)
-0.020797
(-4.355677)
-0.018388
(-4.585054)
TPOP
-0.078204
(-0.208185)
-1.232997
(-2.027206)
-0.920828
(-1.477425)
0.081062
(0.220356)
0.239552
(0.514253)
0.058641
(0.126307)
0.351114
(1.132795)
I/PIB
0.158513
(4.128131)
-
-
0.193575
(4.913288)
0.183942
(4.425777)
0.180857
(4.477187)
0.034393
(1.011652)
IPRIVT
-
0.324826
(4.660131)
0.361263
(4.853907)
-
-
-
-
ICMPUB
-
0.057211
(0.763079)
-
-
-
-
-
IEDUCT
-
-
2.962361
(2.565017)
-
-
-
-
SYR75
-
-
-
0.008685
(2.485597)
0.007481
(2.151156)
0.007984
(2.377915)
0.002328
(0.997012)
GINI
-
-
-
-
-0.019760
(-0.479277)
0.522230
(2.187773)
0.354097
(1.677458)
(GINI)2
-
-
-
-
-
-0.704683
(-2.356782)
-0.520309
(-1.957220)
TGINI
-
-
-
-
-0.298938
(-1.805723)
-
-
SOPEN
-
-
-
-
-
-
0.025061
(4.723641)
CIVLIB
-
-
-
-
-
-
0.004506
(2.992972)
ASSASSP
-
-
-
-
-
-
-0.028722
(-1.760052)
BQ
-
-
-
-
-
-
0.004515
(2.419711)
R2-ajustado
0.274320
0.469186
0.603392
0.420769
0.447737
0.477506
0.804217
(Φ)
(0.016416)
(0.017979)
(0.014294)
(0.015215)
(0.014857)
(0.014451)
(0.008576)
nºobs
48
28
18
44
44
44
39
(SIC)
(-5.145530)
(-4.800888)
(-5.188421)
(-5.223656)
(-5.151968)
(-5.207378)
(-5.977738)
F
6.922291
6.966328
7.846219
8.809099
6.810254
7.549593
16.60922
(F-Prob.)
(0.000644)
(0.000793)
(0.001552)
(0.000036)
(0.000064)
(0.000025)
(0.000000)
t de student entre paréntesis.
TPIB: tasa media anual de crecimiento de la renta per cápita 1975-1990 (Summers y Heston); LPIB75: Logaritmo
neperiano PIB75 (Summers y Heston); TPOP: Tasa media de crecimiento anual de la población (Summers y
Heston); I/PIB: Ratio Inversión (Pública + Privada) / PIB (Summers y Heston); IPRIVT: Inversión Privada como
porcentaje del PIB, promedio 1970-1980 (Easterly y Rebelo, 1993); ICMPUB: Inversión Total Pública Consolidada
como porcentaje del PIB, promedio 1970-1980, (Easterly y Rebelo, 1993); IEDUCT: Inversión Pública en Educación,
promedio 1970-1980, (Easterly y Rebelo, 1993); SYR75: número medio de años de educación secundaria en la
población mayor de 25 años en el año 1975 (Barro y Lee, 2000); GINI: Indice de Gini medio 1975-1976-1977 a
1988-1989-1990 según países (WIID); SOPEN: Fracción de años durane el periodo 1975-1990 en los cuales el
país es considerado como abierto según el criterio de Sachs y Warner(1995). CIVLIB: Índice de libertades civiles
(de 1 a 7; 1 mayor libertad) media 1972-1989 (Barro y Lee, 1994); ASSASSP: número de asesinatos por millón de
habitantes1970-1985 (Barro y Lee, 1994); BQ índice de calidad burocrática (0 a 6 de menor a mayor calidad).
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progreso técnico constituyen las fuentes del crecimiento según la
teoría neoclásica. El signo negativo y significativo del nivel de renta
inicial apunta a que, tal como postula el enfoque neoclásico, la
evidencia empírica parece indicar que una vez descontado el
efecto del resto de variables explicativas, existe un proceso de
convergencia automático hacia el estado estacionario explicado
por la existencia de rendimientos decrecientes para los factores
productivos.
En la regresión (2) hemos tratado de desglosar el efecto que
sobre el crecimiento tiene la inversión pública y la privada. Los
resultados de esta regresión parecen indicar que es básicamente
la inversión privada la que explica el crecimiento (la inversión
pública aunque presenta un signo positivo resulta no significativa).
En la (3) se incluye el promedio de años de escolarización
secundaria en la población mayor de 25 años a principio del período
(1975), SYR75. Se puede considerar como una proxy del capital
humano y muestra un signo positivo y significativo.
La regresión (4) presenta los efectos de la distribución
personal de la renta. Para ello se considera el índice de Gini medio y
su tasa de crecimiento en el período considerado. La estimación
muestra que la reducción en el grado de desigualdad mejora el
crecimiento económico.
Finalmente, la regresión (5) recoge los efectos del grado de
apertura (SOPEN) así como un conjunto de variables de lo que
podría delimitar el capital social (Fukuyama, 1999). Respecto al
primero, comprobamos que los efectos de la apertura del comercio
internacional son positivos y significativos para explicar el
crecimiento.
En cuanto al capital social, hemos considerado como variables
proxy el índice de libertades civiles (CIVLIB, de 1 a 7, siendo 1 la
mayor libertad), el número de asesinatos por millón de habitantes
(ASSASSP) y el índice de calidad burocrática (BQ). Como se puede
comprobar los dos últimos mostrarían que un menor grado de
conflictividad social fomentaría el crecimiento, mientras que CIVLIB
ejerce un efecto negativo y significativo sobre el crecimiento.
152
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
7.- Conclusiones.
A lo largo de este artículo hemos expuesto los distintos hechos
estilizados, así como las teorías que tratan de explicarlos. Asimismo,
hemos enumerado un conjunto de variables que han sido o están
siendo objeto de atención por los estudiosos del crecimiento,
tratándose de aspectos no sólo cuantitativos, sino también
cualitativos, para poder profundizar en aquellos factores que
pueden incentivar el crecimiento.
Todavía queda un importante camino por recorrer a la hora de
incluir nuevos elementos que nos permitan saber por qué unos
países crecen más que otros. En este campo, no sólo la utilización de
instrumentos estadísticos más sofisticados y adecuados y la
aparición de nuevos datos son suficientes a la hora de llevar a cabo
esta tarea. Resulta necesario determinar las características
intrínsecas de los países que pretendemos analizar, tratando de
conocer no sólo sus aspectos actuales, sino también aquellos que
les han conducido a la situación actual, de tal manera que hay
que explicar no sólo cuáles son los factores que afectan a ese
crecimiento, sino también por qué esos factores son válidos en unas
economías y en otras no.
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