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ANALITICA INTERNACIONAL Grupo Coppan SC Marzo 17, 2008 Medvedev, presidente de la continuidad en Rusia Como se anticipó desde su nominación como candidato a la presidencia en diciembre 2007, Dmitry Medvedev, abogado de profesión y vice-primer ministro a cargo de los programas sociales desde 2005, alcanzó una mayoría abrumadora en el proceso electoral en Rusia el pasado 2 de marzo que lo convierte, a partir de 2 de mayo, en presidente de ese país para el próximo cuatrienio. Los resultados le dieron la victoria con 70.2% del voto. Le siguieron el líder del partido comunista, Gennady Zyuganov (17.8%) y Vladimir Zhirinovsky, del partido democrático liberal (9.4%). Vladimir Putin, primero en la lista de la Duma, pasa casi en automático al cargo de Primer Ministro. Horas después del cierre de las urnas, el mismo Medvedev hizo el anuncio de que su presidencia significaba la continuidad de la administración de Putin: "podemos preservar la senda marcada por Vladimir Putin y tenemos todas las oportunidades para hacerlo". Para muchos, tanto ésta como la elección legislativa de 2007, en donde el partido oficialista ganó la mayoría de la Duma (64.3% de los votos; 70% de la cámara baja que equivale a 315 de los 450 escaños) aseguran la continuidad del proyecto y de la figura de Putin. Los factores de la continuidad Son varios los factores que parecen favorecer la continuidad del proyecto político en Rusia. En términos del desempeño económico, Rusia ha visto mejorar sus indicadores a lo largo de la administración Putin: un crecimiento de alrededor del 7% anual, una inflación que pasó de entre 80% y 90% a finales de los años 90, a poco menos del 10% en 2007 (un promedio durante los últimos 5 años de 12.5%), así como un incremento de los salarios reales, que pasaron del equivalente a US 100 dls al inicio de su administración a cerca de US 600 dls, un incremento anual del 10% en términos reales (Economist Intelligence Unit). En lo político, las reformas implementadas a fin de centralizar el poder (como la eliminación de las elecciones regionales para elegir gobernadores, quienes son ahora propuestos por el presidente y ratificados por los congresos estatales) suscitaron una oposición débil y poco organizada o débil, que junto con la aprobación presidencial del mandatario saliente (70%) y el contexto internacional favorable del precio del gas y el petróleo, favorecen la continuidad. En política exterior tampoco se esperan cambios importantes. Uno de los legados de Putin –de acuerdo con las encuestas de opinión- ha sido devolver a buena parte de la población la sensación de que Rusia es de nuevo un actor Analítica Internacional internacional importante, que cuenta con un amplio poder de interlocución en la defensa de sus intereses. En tanto que la política europea y de Estados Unidos no cambien en temas como ampliar la membresía de la OTAN, las regulaciones al sistema financiero –FMI, por ser el caso más notable de desencuentro entre Rusia y Europa en este tema–, establecer un sistema antimisiles de defensa en Europa oriental o apoyar y reconocer la independencia de Kosovo, no se esperan cambios en la posición de Rusia. Quizá con miras a corregir algunos puntos débiles de la economía como el ambiente institucional, de infraestructura, de negocios y la percepción de la corrupción1, Medvedev ha adoptado un discurso más liberal que su antecesor, y no ha dudado en señalar que la libertad, económica y personal, será uno de los ejes de su política económica, así como la necesidad de trabajar en los próximos cuatro años por un sistema judicial más independiente. Podría esperarse que Medvedev impulse algunos cambios de corte más liberal, como promover el ingreso a la OMC (previsto para 2009), aunque no debe esperarse que abandone lo que ha significado una fórmula exitosa de mayor intervención estatal al estilo Putin. 2 Lugar común, dentro y fuera de Rusia, es que a partir del 2 de mayo, fecha en que Putin deja la presidencia, seguirá manejando los hilos desde su posición de Primer Ministro, lo que representa el principal factor para asegurar la continuidad, aunque esto no necesariamente significa la preeminencia de la figura política de Putin –a quien ya se considera ocupará el cargo de primer ministro– sobre la del nuevo presidente, pues las atribuciones constitucionales de éste último no dejan lugar a duda sobre el papel predominante que tiene sobre los otros poderes –aún más con los cambios impulsados por el mismo Putin. A excepción de las designaciones de Primer Ministro, Gobernador del Banco Central y de Presidente de la Corte Constitucional, pocos nombramientos requieren la aprobación del Congreso. Adicionalmente, el presidente puede disolver la Duma si rechaza sus propuestas para primer ministro o bien cuando ésta promueva dos mociones de no confianza contra el gobierno en menos de tres meses. Tiene también poder de decreto y puede reelegirse. A esto se añade la reforma de Putin al sistema de elección popular de los gobernadores de las provincias, atribución que pasó al presidente. La Duma puede hacerle frente al presidente con dos terceras partes de los votos de sus miembros. Sin embargo, las elecciones de 2007 otorgaron al partido de Putin mayoría de más de dos terceras partes, esto como resultado de la reforma de 2005 para cerrarle paso a los partidos “pequeños” que fragmentaban el trabajo legislativo y obstaculizaban su proyecto. 1 En 2007, Rusia ocupó el lugar 58 de 131 países evaluados en el reporte del World Economic Forum, The global competitiveness report, en donde se destaca la precariedad en su sistema judicial (108), eficiencia del gobierno (118), protección de los derechos de propiedad (122) -empeorando cada vez másasí como en la ética de sus empresas (120). 2 La propiedad estatal en la industria petrolera se incrementó de poco menos del 20% en 2004 hasta un 50% en 2007, mientras que el porcentaje de participación del sector privado como proporción del PIB declinó de 70 a 65% desde el año 2000. Analítica Internacional La reforma al sistema electoral abolió el sistema de mayoría relativa y creó un sólo distrito en el que se otorgan los escaños en forma proporcional. Además, se elevó el umbral necesario para acceder a la representación en el Congreso (de 5% a 7%), lo que redujo el número de partidos y permitió la sobrerepresentación de los que ya contaban con una base. Putin apareció como el número uno de la lista nominal que presentó “Rusia Unida”, facilitando así su posición como futuro primer ministro tras el fin de su periodo presidencial. El poder que otorga la Constitución al presidente entrante vis a vis las posiciones importantes que aún controla Putin a través del partido, en la Duma, Gazprom o el poder judicial, podrían jugar como un factor de equilibrio de poder. 3 Sin embargo, si bien la continuidad del “Plan Putin” está garantizada, no necesariamente la preeminencia de su figura política; aunque no se vislumbra una ruptura. Los pronósticos para 2008 apuntan a que la economía seguirá creciendo, tal vez a una tasa ligeramente menor a la de 2007 pero aún sólida (7.5%), que junto a los precios elevados de los energéticos previstos para 2008, volverán a significar un impulso positivo a su balanza fiscal y comercial, así como un elemento de primera importancia en su poder de negociación con Europa. * Con la colaboración especial de Aleister Monfort. 3 Otro de ellos es la burocracia, que en 2007 significó el empleo de 1.3 millones de rusos, más del doble del existente en 1989.